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EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA ERA

A fines de los 80, conocí a “Tauber” 1 y me invitó a su casa. Pasé varias jornadas
viendo sus paredes, conversando en su pieza, arreglando la utopía chilensis y
charlando con él y con sus cercanos. Teníamos un amigo en común, el chana o
zanahoria, como le decíamos a David, y en su pieza, siempre me encontraba con
distintos personajes y personalidades del enjambre de aquella época, con el
Tucán, con el Corzario2, con el Pato y con varios otros amigos del barrio y del
Santiago antiguo, como la pareja de aquella época: el Buitre y la Vania, más varios
otros contertulios de variopinta ideología.
Con otros amigos nos juntábamos en la calle Cumming (del Barrio Brasil) y de ahí
íbamos a ver a Tauber, baterista de los KK urbana y - posteriormente - parte de la
primera configuración de Santiago Rebelde. SANTIAGO REBELDE, a fines de los
80, eran puros amigos que se habían juntado para hacer la banda: Corzario, voz;
Nicky, bajo; Panda, guitarra; Cristián Tauber en batería y Pato como “Ranking 3”,
otro amigo de época de ellos. Vi a aquella primigenia agrupación, por primera vez,
en la galería Bucci, en una exposición-arte. Luego se agregaría el periodista Julio
Osses4, en la guitarra y más tarde se integrarían los vientos, teclados y diversas
percusiones.
Éramos unos broca cochi5, insulsos, esperpénticos y con ideales revolucionarios.
Algunos más punkis, otros teddy boys y/o rockabilly y otros rocksteady, aunque a
la chilena, incluyendo el atraso histórico.
Después, más cercano a los 90, se agrandó el piño de infantes y bichos raros,
como mi amigo Boile de la banda Sangre de Rosas y el César Farah y, claro, su
familia completa, que me alojaron una infinidad de veces, siendo yo uno más de
ellos. Después, un poquito después, conocería a Cristobal, recién llegado desde el
extranjero, por lo que me contaban, con experiencia musical y vivencias afuera.
La escena Ska en Chile, para ser justo, no existía como hoy la conocemos, más
bien Los Santiago Rebelde la fundan y son la piedra angular de lo que vi por
primera vez. Los vi en mi Liceo Amunategui, péndex 6, en una tocata al interior del
establecimiento, justo con las primeras hordas de la inconformidad secundaria.
1
Baterista de los KK y Santiago Rebelde

2
Vocalista de Santiago Rebelde

3
Animador, que refuerza los coros y alienta al público

4
Autor de Exijo sr un héroe, la segunda biografía de Los Prisioneros

5
Broca cochis: Niños

6
Péndex: adolescente
Luego vería a mis otros amigos de antaño y los apañaría como lo hice mil veces en
distintas ocasiones: Santo Barrio, banda que se gestó, para mí, en la casa del
César, primero y luego Cristóbal, con todo su power, seguiría la senda. Le ayudé a
Miguel Farah, hermano de César, en la producción del videoclip “El Toque” de
Santo Barrio; uno solo colaboraba de manera amistosa y desinteresada, no eran
las lucas, era la pasión de ser parte. En esa casa de Rosas vi a Miguelito, sobrino
de César, en su bicicleta, dormí en la cama compartida del César e iba a visitar a
su hermano Miguel a la productora que él tenía en Providencia.
A fines de los 80 el Ska era parte de la horda del punk chileno y no independiente
de él. Y claro tenía eso de la fusión del jazz, el swing, el boogie y el mento, a lo
jamaiquino pero hecho en Chile, en ese Chile tan especial nuestro, con ese “algo”
alegre a veces y precario siempre, de colores luminosos, pero también, con lo gris
del periodo y su memoria. Yo ya en aquella época andaba grabando para todas
partes con mis cámaras de VHS, Super 8 y Video 8 respectivamente y era un
maníaco de la fotografía, quería documentarlo todo.
Es curioso lo que ocurrió con el público del Ska. Al principio el público del Ska era
más punk clásico que cabeza rapada, como en la época del oro del Ska designada
como “La segunda oleada del Ska o 2-tone”. Los Cabeza Rapadas, en esa época,
en Chile, no eran demasiados y eran cercanos al espíritu de la integración racial y
la multiculturalidad como en el 1977, en Inglaterra. Luego empieza a aparecer
tímidamente la vestimenta de dos tonos y algunos más osados aparecen con sus
suspensores con rombos (de 2 tonos), remeras de obrero y pantalones
arremangados con sus bototos.
Luego ya en los 90, se instala en Chile, según mi prisma de observador
adelantado, el street punk o punk callejero, que tomó el nombre de Oi! y ellos
tomaron la idea más formal de ser skinheads: algunos de ellos eran de izquierda o
anarquistas y otros, de extrema derecha nacionalista.
Ya en aquellos años se creó un grupo de skinheads opuestos a los skinheads de
extrema derecha o neonazis (Boneheads - Cabezas huecas), aunque estos eran, al
comienzo, mínimos en adhesión, era una época bien convulsa, la verdad. Luego los
S.H.A.R.P. o Skinheads Against Racial Prejudice se hicieron fuertes en número. Y
luego, al par de años, surgió otro grupo de skinheads, los R.A.S.H. Red & Anarchist
Skin Heads (Cabezas rapadas rojos y anarquistas), anti capitalistas, antifascistas y
anti-homofóbicos, absolutamente multiculturales, ellos aceptan en sus líneas a
punks, skankers, rudes, pero esa ya es otra historia.
Miguel Angel Soto Vidal (Gorlack)
Académico e investigador, en la actualidad miembro del equipo de #traukocomics

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