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CESEDEN

LA DEFENSA SUIZA

— por Domnique Battesti —

(De “Revue de Dfense Nationale, ¡unjo 1970


Traducido por el Tte. Coronel deAvccin SV.
D E M don Lus Rico de Sandoval)

Enero, 1971 BOLETIN DE INFORMACION NUM 51 -


En el momento en que la duración del servicio militar va a cambiarse en Francia y
cuando, con este motivo, se alzan voces que proponen al respecto fórmu las que se dferen
cian en poco de las que nosotros conocemos hace tiempo, parece interesante estudiar la so
lución adoptada sobre esta cuestión por la Confederación Helvótica, con un Ejrcito de mi
licia cuya constitución muy particular tiene repercusiones sobre la vida del país y de sus

habitantes.

Pero el estudio de lo que constituye el instrumento de la Defensa Militar de Suiza


no puede hacerse sin determinar, al mismo tiempo, el cuadro general en que esta Defensa
se inscribe, por una parte, y por otra los demós elementos que la Defensa comporta

El presente artículo se propone, también, —trashaber situado el problema y desta


cado las caracterrsticas, a menudo desconocidas, del Ej.rcito de milicia— considerar los
restantes aspectos en los que los suizos han hecho esfuerzos de Defensa nada despreciables

Es normal que tal estudio conduzca o preguntarse en qu medida puede llegar a in


teresar a nuestro país lo que constituye el aspecto mós original de la Defensa suiza, Inten
taremos responder a esta pregunta al final de este artículo,

* * *

Suiza es una Confederación de 25 cantones o semi-cantones, que son otros tantos


pequeños Estadoscelosos de sus prerrogativas y que siguen gozando de una autonomía efec
tiva en detérminados.sectores; conviene, pués, precisar desde el princpio en qué escal óri
se resuelven los problemas de DeFensa Aunque en este terreno era de desear que las respon
sabiidodes esenciales se situaran en el escalón mós elevado —enel de la Confederación, —

por lo tanto— hubo que esperar hasta la Constitución de 1874 para que se pudiera adoptar —

uná fórmula satisfactoria al respecto. Hasta entonces, en efecto, las dificultades habían
hecho vanas las tentativas de modificar la situación heredada de 815, que había vuelto a
dar a los cantones las prerrogativas importantes perdidas con ocasión de la Revolución Fran
cesa.
—2—

¿C6mo se comparten las responsabilidades en materia de Defensa al nivel de la —

Confederaci6n, a la que la Constituci6n confía, desde aquella fecha, una msi6n capital
en esta cuesti6n? (1). Tres organismos se ven directamente afectados: el Parlamento, el —

Consejo Federal (Gobierno) y —segúnlas directivas de éste—el Departamento Militar Fede


ral. Pero el papel principal lo desempeña el Consejo Federal, lo cual es normal, teniendo
en cuenta la amplitud de la misi6n encomendada: “El Consejo Federal vela por la seguri
dad exterior de Suiza, por el mantenimiento de su independencia y de su neútralidad•’ 2),
Como consecuencia, es él quién puede ordenar la movilTzacin general o parcial. Pero es,
no obstante, el Consejero Federal, Jefe del Departamento Militar Federal, el que es res
ponsable personalmente de las cuestiones militares ante el pueblo suizo, la Asamblea Fede
ral y el Consejo Federal

Por lo que se refiere a laevolucin del concepto de la Defensa, se ha señalado en


Suiza, corno en otros países, por. la importancia cada vez mayor que se ha dado a ciertos
aspectos no militares de aquella.

Inmediatamente después de la. Segunda Guerra Mundial, que había puesto en evi
dencia la importancia del problema de la movilizaci6n econ6mica, la Constituci6n fué —

completada por un artículo 31 bis, que estipulaba: “Cuando lo ¡ustifique el interés de la


naci6n, la Confederaci6n tiene derecho —derogando, si es preciso, el principio de la liber
fad de comercio y de industria— a tomar medidas de precauci6n por si llega la guerra’., Es
te artículo era, de hecho, la base constitucional de la organizaci6n de la Defensa Nacio
nal Econ6mica, puesto que daba al Consejo Federal la posibilidad de tomar igualmente to
das las medidas de orden comercial o industrial que juzgara útiles para preparar la naci6n
para la guerra.

Pero resultS que los problemas de Defensa no se limitaron solamente a los aspectos
militares y econ6micos de ésta, sino que se refirieron igualmente a la Defensa Civil, que
engloba la Protección Civil, por un lado, y por otro la Defensa Nacional Psicol6gica (o es
piritual). Entonces, se consider6 indispensable coordinar los esfuerzos que se imponían en
esos distintos terrenos, creando una primera serie de organismos. Pero estos, quiz6 porque
habían sido mal concebidos, nunca pudieron funcionar en buenas condiciones, lo que Ile—
a buscar una f6rmula ms satisfactoria.

La organizaci6n actual —quese adoptc en 1867, bascndose en un estudio confiado


al Coronel Comandante de Cuerpo Annasohn—acaba de entrar en vigor el 1 de abril de —

1970. En lugar del sistema precedente, prevé un Estado Mayor de la Defensa,, una Ofici
na Central de Defensa y un Consejo de Defensa.

(1) Las competencias y responsabilidades militares de los cantones no son nulas por ello.

(2) Artículo 102 de la ConsHtuian. .


El elemento esencial de esto organizaci6n es el Estado Mayor de la Defensa, en el
que, alrededor de un Presidente, se agrupan representantes de los distintos Departamentos
Ministeriales, el Director de la Oficina de Protección Civil, el Delegado para la Defensa
Econ6mica y dos militares los segundos ¡efes ulogístico y de planifcaci’ón del Estado
Mayor General.

La misión del Estado Mayor de la Defensa es elaborar el concepto de la Défensa,


dar las directivas relativas a la planifkación general y poner o punto el programa que de
ello se deriva. Por ello, debe examinar los proyectos de Defensa que conciernen a varios
departamentos y tratar, igualmente, todos los asuntos que exigen una coordinación o un
exornen profundo. Tambi debe preparar los expedientes relativos a los problemas de Deferi
so, antes de presentarlos, para decisión al Consejo Federal

La Oficina Central de Defensa es, al contrario que el Estado Mayor, un organismo


de ejecución permanente, y estó encargado de velar por que se cumplan las condiciones
previos de que depende la actividad del Estado Mayor de la Defensa, de estudiar la plani
ficación, de asegurar la coordinación y d.e proceder a los controles necesarios durante la
ejecución. Su director, que es el Presidente del Estado Mayor de la Defensa, puede rela—
cionarse directamente con las oficinas y servicios de la Administración.

Ademós, la Oficina Central de la. Defensa debe estar enlazada con los cantones pa
ra todo lo relacionado con la Defensa, y seguir constantemente el progreso de las medidas
de defensa adoptadas.

En caso de movflización del Ejercito, la planificación cederó paso a la ejecución


y la Oficina deberó, entonces, asegurar la coordinación y el control de las medidas que se
hayan tomado.

El Consejo de Defensa, que ya existía en la organización anterior y que no había


demostrado ser muy eficaz, fu mantenido por la ley de 27 de junio de 1969 porque se con
sideró que, una vez que la creación de nuevos organismos le descargaba de las tareas de —

coordinación que le correspondían anteriormente y que prócticarnente no había podido


plir, podía en adelante rendir importantes servicios. Ya no forman parte de l los represen
tantes de la Administración que anteriormente lo componían y que se encuentran, de ahora
en adelante, en el Estado Mayor de lo Defensa, y solamente pertenece al Consejo un ntme
ro reducido de personalidades altamente calificadas e independientes que, por lo tanto, no
pertenecen a la Administración (26 miembros ordinarios y 16 suplentes).

La misión exacta del Consejo de Defensa, que es un órgano consultivo del Consejo
Federal, no fu precisada por el texto legal antes citado.

El Estado Mayor, la Oficina Central y el Consejo de Defensa no son, pues, sino ór


ganos a disposicuon del Gobierno, que sigue siendo responsable ante el pais de la direccion
de la Defensa.
- 4-

La figura adjunto indica los lugares que ocupan ‘os distintos organismos en el seno
del Gobierno Helvético,

Teniendo en cuenta la evolución efectuada, la concepción actual de la Defensa —

suizo -llamada Defensa Total- se simboliza frecuentemente por un edificio soportado por -

cuatro pilares, todos ellos Imprescindibles para su equilibrio, que son: la Defensa Militar,
la Defensa Económica, la Protección Civil y la Defensa Psicológica.

Vamos a considerar sucesivamente cómo se han organizado estos distintos campos de


acción de la Defensa para que tiendan al objetivo final, interesóndonos particularmente —en
vista de su originalidad— por la concepción suiza en materia de Defensa Militar.

El esfuerzo de Defensa Militar de Suiza es altamente sorprendente desde dos puntos


de vista: el del volumen de las fuerzas puestas en pi, teniendo en cuenta la población del
pafs. y el de los gastos ocasionados por este esfuerzo,

En efecto, Suiza estó en condiciones de poner en filas, en un plazo que no debe ex


ceder de tres dios, un Ejrcit’o de cerca de 600,000 hombres, para una población que, una
vez deducidos los extranjeros, es apenas diez veces mós numerosa, (1)

Este Ejército comprende, en esencia, 4 Cuerpos de Ejército, que engloban 12 Divi


siones y 23 Brigadas (de Frontera, de Fortaleza y de Reducto), asr como Troposde Aviación
y de D,C,A, puestas bajo un mando único,

Los Cuerpos de Ejército son de dos tipos por una parte, Cuerpos de Ejército de Carn
paña (de los que hay tres) que comprenden coda uno una División de Frontera, una División
de Campaña, uno División Mecanizado y un cierto número de Brigadas de Frontera y, por —

otra parte, un solo Cuerpo de Ejército de Montaña que dispone de tres Divisiones de Monta
ña y de un cierto número de Brigadas de Frontera, de Fortaleza y de Reducto,

Las misiones encomendadas al Ejército suizo son, en primer lugar, disuadir, por el
hecho de su existencia, toda posible agresión y, a continuación, si un adversario llegara a
franquear sus fronteras, causarle e 1 mayor daño posible, para mantener la soberanra de la
Confederación sobre la mayor parte del territorio nacional,

(1) 6. 148,500 habitantes en 1969, de los que el 15% son extranjeros.


- DIRECCION DE LA DEFENSA-

CONSEJODEDEFENSA FEDERAL
CONSEJO CANCILLERIAFEDERAL

Departamento Departamento [Departamento Departame DepartamentoJ Departamento Departamento


MWtar Polftko 1 Federaldel Federal de Federal de 1 Federalde Federal de
— Federal Federal Interior
L Jusflay HacendaJ Economía Transportes
y
ydeEnergia

Agrupacion del Federal Oficina Delegado


.J para la
Estado Mayor Protecci6n de NClcbnal
Defensa
General L Cfvil. Econ6rnjca

[EstadoMayordelaDefensa

]OficinaCentraldeIal
] Defensa
-6-

El concepto de empleo de las Fuerzas Armados es resultado de la afirmación suiza


de nunca querer intervenir militarmente al otro lado de susfronteras: el Ejército solamente
tendría que batirse sobre el suelo de la Confederación y obligado por la Fuerza de los acon
tecimientos Los inconvenientes de esta hipótesis provienen especialmente de la exigJidad
y de la configuración del territorio, que eliminan ciertas formas de maniobra0 Sin embargo,
se ven compensados en parte por un cierto numero de ventajas constituidas por la posibili
dad de conocer perfectamente las condiciones de empleo de las unidades y, sobre todo, de
preparar desde tiempo de paz un terreno que ya ofrece numerososobstóculos naturales0

En el marco de esta concepción general, que excluye tanto una guerra de movrnien
fo como una defensa lineal en las fronteras del país, estó previsto que los Cuerpos de Ejér
cito de Campaña llevarían a cabo —enel Jura, en la Meseta y en los Prealpes—un comba
te defensivo de tipo clósico. Tal maniobro comprendería, inicialmente, accones retarda—
frrices efectuadas por las Brigadas Fronterizas que deberían reforzar muy rópidamente a las
Divisiones de Frontera0 A continuación, se trataría de neutralizar al enemigo mediante la
acción conjugada de las Divisiones de Campaña -distribuidas en puntos fuertes adecuados y
utilizando numerosasdestrucciones preparadas— y de las Divisiones Mecanizadas que des
encadenarían contra-ataques blindados0

Es posible que la acción de estos Cuerpos de Ejército de Campaña, a pesar de oca


sionar pérdidas sensibles al adversario, no llegara, sin embargo, a detener un avance0 En
este caso, el Cuerpo de Ejército de Montaña, desplegado en una región extremadamente
favorable, apoyóndose en un sistema de obstócu los muy desarrollado y sostenido por una in
fraestructura enterrada, tendrfa como misión sostenersedurante un largo período de tiempo
en un amplio sector de la zona alpina. En esta eventualidad, las Brigadas de Reducto y de
Fortaleza cerrarían los accesos al corazón de la región montañosa y crearían las condicio
nes propicias al empleo de las Divisiones de Montaña0

Conviene señalar que los elementos de los Cuerpos de Ejército de Campaña no de


ben, en principio, replegarse al reducto alpino en caso de no tener éxito en su misión y
que, también en principio, no estó previsto que el Cuerpo de Ejército de Montaña salga de
su zona de acción para contraatacar al adversario en la meseta0

Respecto a las Tropas de Aviación y de D,C.A., estón constituidas, por una parte,
por una Brigada Aérea que tiene alrededor de 400 aviones y helicópteros (tipos Hunter, Ve
nom (1), Mirage III, Alouette II y liD y, por otra parte, por unidades de Artillería Antia
rea clósica ligera, media y pesada, así como por un Regimiento de Cohetes.

(1) Los “Venom” existentes deben ser reemplazados, de aquí a 1975, por un avión de apo
yo al suelo, cuyo modelo a6n no se ha decidido pero que se escogeró entre el “Corsair
AD7” americano, el ‘Fiat G 91 Y” italiano, el “Milan francés y el “Jaguar” franco—bri—
tónico.
-7-

Hay que indicar, por otro lado, el papel particular encomendado al Servicio —

Territorial, verdadero pivote entre el Ej&cito y el país, cuyas misiones fueron defi
nidos por decreto de. 7 de febrero de 1964: “El Servicio Territorial estó encargado de
secundar al Ejército y de ayudar militarmente a las Autoridades civiles y a la pobla
ción. Es el órgano de enlace entre el Ejército, la Protección Civil y la Economía de
Guerra”.

El Servicio Territorial estó animado por una organización militar territorial que
divide el territorio de la Confederación en circunscripciones que corresponden, bien a
grupos de cantones, bin a un solo cantón (en los mós grandes). Esta organización de
pende directamente del Jefe del Estado Mayor General para su puesta en servicio y —

sus misiones, pero estó subordinado a los diferentes Cuerpos de Eíército para la elecu
ción de estas últimas.

Estas. misiones son muy variadas y comprenden la información y la cierta nu


clear, la destrucción de los almacenamientos o ¡nstalacones vitales para el enemi
go, la policía y la jurisdicción militares, la gestión en beneficio de las Unidades
del Ejrcito de Campaña de los Depósitos Logísticos, la ayuda a los refugiados,
la ayuda a la Protección Civil, especialmente en caso de bombardeo, y la protec
ción y defensa de los puntos sensibles importantes (civiles y militares).

La puesta en servicio de fuerzas tan importantes, respecto al volumen de la


población, no es la única causa de asombro que nos da el Ejercito suizo: no po
demos por menos que sorprendernos, igualmente, al darnos cuenta de lo relativa—-
mente paco importantes que son los créditos necesarios para poder disponer de —

esas fuerzas.

***

En efecto, los gastos militares previstos para 1970 en Suiza por el Presu
puesto de la Confederación son de 1798 millones de francos suizos —que equiva
len a unos 2280 millones de francos franceses de 1970—, es decir, una cantidad
sensiblemente del mismo orden que las de los años anteriores. Estas cifras presen—
tan la particularidad de ser mós bajas que las de los países cuya relación figura
en las tablas que van a continuaCión, ya que solo llegan al 3% del Producto —

Nacional suizo.
3-.

COMPARACION DE LOS PRESUPUESTOS


DEVARIOS PAISES
(en millones de francos)

1970
Gran Países
F ranca Bretaña R, E. A. U. S. A. Suecia
(1.) (1) (1)
Presupuestomilitar . .. . 27.188 30.205 28,362 452,765 6.502 5.956
(2) i2) (2) (2-) (2)’
Id. (Porcentajedel presupues
17,6% 19,53% 22,6% 41,7% 14,4% 13,4%

Id. (Porcentaje
del P,N,B,), 3,4% 6% 3, 7/o 9% 4,3% 3,9%

1970 (en francos)

Francia Gran R. F.A. U, S. A, Suecia Países


Bretaña . Bajos.
(‘1) (1)
Porhabitante,,
.,,,,,,, .,,. 525 544 485 2.252 823 471

Por Km,2 (3) ,,,,,,,, ,,,, 45,410 123.790 114,362 48.243 14.448 177,844

Para completarestassucintas indicaciones sobreloscrditosmilitares de la Confe


deracin añadamosque constituyen lamayor partedel Presupuesto de. Defensa,cuyo to
tal en 1970asciendea 1969 millones de francos suizos, correspondiendo la diferencia (171
millones) a los créditos de Defensa Civil, cuya mayor parte(151 millones) estú consagrada
a la Protecc6n Civil y el resto a la Defensa Psicol6gica.

La raz6n esencial para la parquedad relativa de los gastos militares suizos es que
la Confederaci6n no mantiene Fuerzas Armadas permanentes y que la duraci6n de lo que
podría corresponder a nuestro servicio mflitar es solo de cuatro meses. Las Unidades que
constituyen el Ejército suizo no se ponen en servicio, en principio, mús que durante tres
semanas al año, incluso soio cada dos o tres años para los reemplazos de mayor edad. Por

(1) Presupuesto
1969 70

(2) Según lospresupuestos


de losdistintos
países.

(3) Incluidos los Territorios y losDominiosde ultramarparaFrancia,


-9-

supuesto que exTsteun núcleo de militares de carrera del que sería difícil prescindir por
completo, pero es extremadamente reducdo (del orden de 500 oFiciales y unos pocos sub
oficiales mas), lo que implica que todos los dem6s mandossean de la milica0 Algunos de
los mandosde carrera constituyen e. Estado Mayor y los Organos de Direcci6n del Ejrci—
to (1), otros se ocupan de la preparací6n y desarrollo de los cursos y pr6cticas, particular
mente numerosos, y otros, por último -en las Tropas de Aviaci6n— permiten tener algunas
formaciones de caza en alerto casi permanente (2) Señalemos, ademús, la existencia de
personal de estado semi—militar o civil, encargados del entretenimiento y custodio de las
fortificaciones o empleados en los arsenales,

Hoy otros factores, aunque sean menos determinantes, que contribuyen también a
limitar las necesidades de crd?tos por parte de las Fuerzas Armados suzas la Marina’
se limita a algunas pequeñas embarcaciones rúpidas encargadas de vigilar los grandes lagos;
la Aviaci6n de Transporte Militar es totalmente inexistente, lo que es bT& l6gico si tene
mos en cuenta las dimensiones de Suiza; la conf iguraci6n montañosa de una gran parte del
país, en donde pr’cticamente solo los soldados de infantería pueden evolucionar sin dema
siadas dificultades, ha llevado a mantener un gran número de Unidades de Infantería cl—
sica, menoscostosas que las formaciones mecanizadas y blindadas0 Y, por último, no pue
den despreciarse las economías que se derivan de las disposiciones en que se prev que la
custodia y entretenimiento, no solo del equipo, sino tambin del armamento individual y
de una parte de las municones est& a cargo de los soldados de la milicia, lo que presen
ta, ademas, otra ventaja, que es la de permitir ms rápidas puestas en servicio de las Uni
dades en casa de movilización, puesto que los llamados llegan a sus lugares de presenta—
ción equipados y armados0

No obstante, la relativa modestia del PresupuestoMifltar suizo no debe hacer ol


vidar los gastos a veces considerables que se hicieron en buena parte durante e inmediata
mente después de EaSegunda Guerra Mundial, para poner a disposición de ese Ejército —

una red de depósRos multi—servicios, con frecuencia enterrados, y para facilitar su manio
bra mediante un número muy elevado de destrucciones preparadas desde tiempo de paz.

Es evidente que el PresupuestoMifltar suizo no hubiera podido ser tan reducido si


la Confederación hubiera querido disponer de armas nucleares; pero esta hipótesis parece
poco probable teniendo en cuenta la reciente decisión 3) del Conseo Federal de firmar
el tratado de no proliferación de armas nucleares, si bin aún hay que esperar a que el —

(1) El Estado Mayor del EjrcTto suizo cuenta, también, con un número nada despreciable
de Oficiales de milicia que trabalan en 1 como civiles.
(2) La mayor parte de los mandos instructores tienen un destino en tiempo de paz distinto
del que ocuparían en caso de movilización del Ej&cito, y que no ocupan mósque tres se
manas al año0
(3) Fin de noviembre de 1969.
- lo

Parlamento haya ratificado este tratado para estar seguros de que el Ejército suizo seguiró
siendo durante 25 aflos un Ejército clsko,

En 1958, el Consejo Federo) encargó al Departamento Mi litar Federal el estudio -

del importante problema de si era oportuno, para Suiza, disponer de armas nucleares y de
las condic fones de adquisición o de fabricación de e)las, No se mantuvo a los ciudadanos
Suizos apartados de los debates que la cuesti6n podía provocar, puesto que en dos ocasio
nes rechazaron, poco después de 1960, proyectos de iniCiativa constitucional —alos que el
Consejo Federal ya se había opuesto—que habrían prohibido la posesión de tales armas,

Aunque no se hayan publicado los resultados del estudio hecho sobre dicho tema —

por el Departamento Militar Federal, no es un secreto para nadie de numerososmilitares —

eran —ysiguen siendo—partidarios de la adquisición o de la fabricación de armas nucleares,


El anuncio, en octubre pasado. de la creación de un comité contra la firma del tratado de
no proliferación —comité del que formaba parte el Coronel Comandante de Cuerpo Gygli,
Jefe de Estado Mayor del Ejército suizo—es aún mús significativo a ese respecto que los ar
tículos que hayan podido aparecer en las revistas militares,

Sin embargo, Suiza aumentó el número de los países firmantes del tratado, Esta de
cisión, que limito a fuerzas convencionales las posibilidades de disuasión del Ejército sui
zo y que no se habré tomado sin profundas dudas, habré sido dictada, seguramente, porque
se habré juzgado que la posesión del arma nuclear era incompatible con la vocación af ir—
moda por la Confederación de nación neutra por excelencia y deseosa, siempre, de prestar
sus buenos oficios en todos los terrenos para aliviar los sufrimientos de la humanidad.

Pero puede admitirse como cierto que se ejercieron numerosas influencias para tra
tar de diferir, e incluso de rechazar por el Consejo Nacional y por el Consejo de los Esta
dos l ratiffcac6n de dicho tratado, baséndoseen el malestar cierto que la decisión toma
da creó en e) seno del Ejército.

* * *

Volvendo a nuestro Ejército de milicia, que tiene casi todas las probabilidades de
no disponer pronto de armas nucleares, constatamos que una fórmula que prevé un servicio
militar de cuatro mesesde duración es tentadora, no solo para un Ministro de Hacienda,
sino también para los ciudadanos que estiman, con razón o sin ella, que su permanencia en
filas es, frecuentemente, tiempo perdido.

No obstante, antes de entusiasmarse por el sistema suizo a causa de las cargas limi
tadas que lleva consigo en materia de servicio militar, hay que darse bién cuenta de todo
lo que, como obligaciones, implica el Ejército de milicia, lo cual constituye lo que podría
mos llamar el reverso de la medalla,
11—

Vamos a ver, en efecto, que las obligaciones militares de los ciudadanos suizos re
basan con mucho esos cuatro mesesde servicio militar propiamente dicho, que se ven su¡e—
tos, con regularidad, a Hornadasa Filas bastante frecuentes, cuya duraci6n es de 3 semanas,
y que los mandos del Ejército tienen, finalmente, cargas —enlo que se refiere a la duración
total de las obligaciones militares que han de cumplir efectivamente— casi iguales a las nues’
tras paralossuboficiales, y muy superiores paraios oficiales

Sigamos a un jovenciudadanosuizoy empecemos porseñalar que, mucho antesde


su primercontacto con laAdministración Militar,se ve someHdo durantesu escolaridad a
un entrenamiento físico de 3 horassemanales cuyosresultados sonregistrados en una ficho
que llevaun funcionario comunal0Ademós, tiene1a posibilidad de recibir una formación
premilitar en distintos aspectos tiro—empezandocon armasde pequeñocalibre y pasando,
a partir de los 17 años de edad, al fusil de asalto—, transmisiones, topografía,identiFicación
de aviones, pontonero, pilotaje de aviones. Al principio del año en que cumple los 19, es
llamado a la oficina militar de su comuna de residencia —que, con frecuencia, se limito a
un solo empleado comunal- para recibir en ella su carifila de servkio y el libro del solda
do, pequeño volumen que aspira a un doble fin de educación del ciudadano—soldado y de
información sobre el EjércU’o0

En el curso de ese mismo año, debe presentarse a una sesión de reclutamiento, que
comprende un somero reconocimiento médico y una serie de pruebas físicas (carrera, salto,
trepa, lanzamiento de granadas). De acuerdo con los resultados de estas pruebas y con las
indicaciones que figuran en la ficho de educación física, el oficial de reclutamiento de—
terminaró el Arma en que servirá el futuro soldado, asf como su especialidad, siempre que
el interesado sea considerado apio para el servicio, lo que ocurre en un promedio del 80%
de los jóvenes. Los restantes, o bién posan al servicio complementario (10%), o bién son
declarados inútiles (lO0k igualmente) y obligados, por ello, a pagar un impuesto de exen—

De acuerdo con las directivas dictada por el Coronel Comandante de Cuerpo Jefe
de la Instrucción —quees uno de los tres subordinados directos del Jefe del Departamento
Militar Federal— los llamados son convocados por los cantones en una escuela de reclutas,
en donde permanecen durante un período que, corno hemos visto, es de 4 meses. La escue
la de reclutas se desarrolla, durar.te un primer período de 5 a 7 semanas, en un cuartel per
manente que pertenece a la Confederación o a un cantón, Una vez que el joven soldado es
desbastado, el resto de su escuela de reclutas se consagro a hacer instrucción colectiva
y tiros de campaña0 A lo salido de esta escuela de reclutas, los jóvenes son licenciados,
pero afectóndoles a una Unidad del Ejército, cuya suerte seguirn durante doce años. Vuel
ven a sus hogares llevando su equipo, su arma individual y municiones, la custodio y en—
tretanimiento de todo lo cual queda o su cargo hasta el fin de sus obligaciones militares,
es decir, hasta los 50 años cumplidos para la tropo. Algunos llevan, ademós, un bicicleta,
un caballo o un vehículo ligero que han podido adquirir a bajo precio y que deberón lle
var con ellos cada vez que sean Harnados; y veremos que tales llamamientos son relativa
mente frecuentes, al menosdurante la primera parte de su existencia como soldados de mi
licia, que se divide en tres períodos0
12 —

Durante el primer período, que dura 12 años, formaran parte de la “élite”, viéndo
se, por ello, obligados casi todos los años (ocho veces en 12 años) a asistir con la unidad a
que están afectos a un período de reserva, llamado en Suiza Curso de ensayo” y cuya du
raci6n es de tres semanas. Los años en que no son convocados por su Comandante de Uni—
dad, deben dedkar una jornada a una inspecci6n de equipo y armamento, Ademas, tienen
que realizar cada año un ejercicio de tiro obligatorio en la instalac6n de tiro de su loca
lidad (con un mínimo de 24 cartuchos); si los resultados no son considerados satisfactorios,
se convoca al interesado para una jornada suplementario de instrucci6n Caso de no presen
tarse a esta convocatoria, debe entonces efectuar dos días suplementarios de servicio en —

lugar de uno, pero sin sueldo,

A los 32 años, el que en Francia llamaríamos reservista deja de pertenecer, a la —

vez, a su unidad ya la ehte ,,comenzando un segundo periodo en la LandwehrIP (1) pe


ro con destino diferente. Las obligaciones del “ciudadano»soldado” que, según hemosvis
to, eran importantes mientras Formabapate de la élite”, se aligeran un tanto durante es
te período que va a durar 10 años: en efecto, durante este tiempo solo está sujeto a 3 cur
sos de ensayo de dos semanas cada uno, pero sigue estando sometido a la inspección de su
material y ai ejerckio de tiro anual,

Después de estos diez años, o sea a los 42 de edad el soldado de milicia pasa a la
“Londsturm’ (2), en la que permanecerá durante sus ocho iltirnos años de servicio militar
No tiene más tiros anuales que efectuar y solo cumple 15 días de servicio en una o dos ve
ces. Sin embargo, debe presentar anualmente su material hasta el momento en que sea li
brado de toda obligación respecto al Ejército; entonces devuelve el equipo, armas y muni
ciones, aunque va a continuar sometido durante 10 años, todavía, a otra obligación: la de
servir en la Protección Civil,

Si, para la tropa, la duración del servicio efectivo es igual, por término medio, a
dos veces y media de la duración de la escuela de reclutas once mesesen total), los man
dos deben dar al Ejército una parte más importante de sij tiempo, como vamos a ver tras in’
dicar que la instrucción que les capacita para llegar a Suboficiales o a Oficiales es segui
da por los futuros mandos, sean o no voluntarios, desde que en la escuela de reclutas se es
timó que poseían las cualidades requeridas.

Las obligaciones militares de los Suboficiales son, pués, más pesadas que las de la
tropo porque, además de los servicios que ésta presta, deben hacer servicio suplementario
no solo durante el mes que dura su escuela de Suboficial —loque es una carga relativamen
te pequeña—sino también durante los cuatro meses de una escuela de reclutas, que será la
segunda para ellos, y en la que formarán parte de los mandos,

(1) Esta palabra se ha conservado en estaforma, tanto en la Suiza románicacomoen Ja


italiana,
(2) Véase la nota (1) que antecede,
— ‘3 -

Como nadie puede llegar a Oficial sin haber sido antes Suboficial, los futuros Te—
nientes (1) estn sometidos a dos períodos de servicio suplementarios de 4 meses uno en -

una escuela de Oficiales y el segundo formando parte de los mandos como Jefe de Sec—
ci6n, esta vez-’ de una escuela de reclutas(2).

Por apiicaci6n del mismo sistemaS,el ascenso a Capit6n esta subordinado a una es
cuela de mandosde 4 semanasy a la obligacin de servir 4 mesesms en una escuela de re
clutas como Comandante de Unidad0 Por último, los futuros Comandantes y los futuros Te
nientes Coroneles tienen que asistir a una nueva escuela de mandos de 4 semanasy cumplir
un servicio practico de mando de otras 4 semanas0

En el cuadro que va a continuaci6n se indica la duraci6n del seriicio efectivo que


han de cumplir en las escuelas de reclutas y de mandosel personal de tropa (para esta ca
tegoría solo hay escuela de reclutas), los Cabos (primera categoría de Suboficial) y los Te
nientes, A esas cifras hay que añadir la duraci6n de los cursos preparatorios de mando, que
son de ocho meses para los Cabos y de trece paro un Teniente0

Respecto a lo que podríamos llamar Enseñarza Militar Superior, pueden seguirla to


dos los Oficiales juzgados aptos, sean o no de carrera. Resulta de ello que esta enseñanza
se dispensa en forma de cursos muy reducidos en número y en duraci6n, para que no causen
demasiadas perturbaciones a la actividad civil de los Oficiales de milicia.

Estos cursos son dos el primero de 10 semanasy el segundo de 8, estando separados


por un período —enprincipio, de dos años de duraci6n— durante el que los interesados son
destinados a un Estado Mayor en el que realizan trabajo efectivo durante 3 semanasanua
les. Así es como se forman los Oficiales E.M,G, (Estado Mayor General) del Ejrcito sui
zo0 Esde señalar que, al terminar su perÍodo de forrnac?n, los Oficiales E.M,G, deben
firmar un documento en el que aceptan proporcionar al Ejército todos los servicios que les
puedan ser demandados.

Indiquemos, de paso, que los Oficiales de carrera, llamados instructores en —

Suiza, han seguido obligatoriamente el mismo proceso que siguen los Oficiales de milicia,
es decir, que han sido Oficiales de milicia antes de ser admitidos —por deseo propio, des
de luego—en el Politécnico de Zurich, en donde durante un año se les da una formaci6n
militar y general.

Para terminar con las obligaciones Iegales de los mandos, debemos precisar que
cada vez que lo Unidad en que están destinados es convocada para un curso de ensayo, los
Oficiales y Suboficiales son convocados algunos días antes que el personal de tropa.
(1) Correspond btenente en el Ejrc7to francas,
(2) Los Tenientes hacen, pus, en total 17 mesesde servicio antes de acabar de apagar sus
gaIones 4 mesesde reclutas, 1 mes en la escuela de Suboficiales, 4 mesesen la es——
cuela de Oficialesy4 mesesen la escuela de reclutas como Oficiales.
- 14-

Los Oficiales, sobretodo a partir del grado de Capit6n, tienen, ademas,obliga—


dones t1extrareglamentarias”, ya que deben preocuparse,fuera de tos períodosde servi
cio, de numerososproblemas que existen en.el senode la Unidad que mandan, por ejem
plo tener al dra la lista del personalde la Unidad teniendo en cuenta los cambiosde resi
dencia o las ausenciastemporales, establecer los convocatorias para el siguiente curso de
ensayo, hacer los informessobre la actividad de la Unidad durante el ltfmo período de -
seÑicio o preparar el progra
DURACION DEL SERVICIO(Infánteri’a) ma paroel siguiente. Todas
estas actividades, que no —
E.R. Escuela de Reclutas
son remuneradas,requieren
906 dios un tiempo: así un Jefe de
C. R. Curso de Ensayo —

C.C. Curso de Complemento 34 2C.L. Compalía de infantería con


C.L. Curso de Landsturm
+ c.p.c. sagra, por trrnino medio, —
E. S.O. Escuela de Suboficiales
C. P.C. Curso Preparatorio de Mandos 85 5c.c. unos doce díasanualesa cues
E. O. Escuela de Oficiales + c.P.c. f iones de este tipo. El man
do de un Batall6n, y m6s el
de un Regimiento, tiene atn
288 12 c.R. mayores exigencias, en este
+ c.P.c.
aspecto, para los que lo ejer
511 dios
cen. Poresta raz6n, no se -

18 C. L. ha podido encomendarel man


- c.P,c. do de las GrandesUnidadesa
46 2 c.c. Oficiales de milicia. LosCo
lIS E.R.
+ c.c. mandantes de Divisi6n y de —

330 dios
Cuerpo de Ejórcito ejercen, —

12 2 C.L. 184 8 C.R. tombin, susactividades en


+ c,P.c. 118 E.O. plena dedicaci6n y son (o pa

40 2c.c.
san a serlo por este hecho)
160 8 C.R.

118 E.R. 118 E.R. Oficialesinstructores.

La f6rmula “Ejército
de mi—
— _______________ 27 E.S.O. 27 E.S.O. licio”,
tiene,pus, unasexi
118 E.R. E.R.
118 118E.R. genciasmuchomoyoresd
lo
que podrían pensarlosno ini
ciados.Tiene,igualmente, re
PERSONAL CABO ALFEREZ percusiones nadodespreciables
DE TROPA (Primera categoriade Suboficial) la
sobre
vkla econ6micadel —

país y, en particular, de las —

empresasentre cuyos empleados


figure personalde tropa relati
vamente joven o mandos,puestoque han de prescindir de susservicios durante períodosde —

tiempo que, evidentemente, sesumana los de las vacacionesanuales. Y esto constituye, tam
bién una servidumbreque hay que tener en cuenta cuando se consideranlas ventajas y los in
convenientes de la fórmula.
— 15

Por otra parte, es interesante comparar el sistema de milicia suiza con lo que se —

hace entre nosotros, por ejemplo en lo referente al grado de instrucción del personal. Aun
que es, desde luego, difrcil establecer juicios perentorios sobre este tema, es posible ha
cer unas cuantas afirmaciones

— Teniendo en cuenta la forma en que se desarrollan las escuelas de reclutas -rns


de la mitad de cuyo tiempo se dedica a ejercicios en el campo—y a causa, tam—
bin, del auge que el tiro tiene entre los jóvenes suizos, puede decirse sin gran
peligro de errar que un soldado al terminar esa escuela esta mejor instrufdo que
un soldado francas tras 4 mesesde servicio0

— Las Unidades del Ejrcito suizo que constituyen la ¿lite, en las que estn desti
nados los soldados de milicia hasta la edad de 32 años, estón formadas por 12 —

reemplazos o llamamientos distintos y se renuevan por duodcimas partes cada -

año. El porcentaje del personal destinado en estas Unidades, cuya instrucción se


limita a los 4 mesesde la escuela de reclutas no es, pués, mós que la duodécima
parte. En cada curso de ensayo (8 en total durante los 12 años), son 3 semanas
mós de instrucción las que acumula en su haber cada hombre0 Tampoco es nada —

despreciable el hecho de que estos cursos de ensayo son, generalmente, realiza


dos de una manera muy eficaz y realista, a veces incluso bastante dura, que sue
len desarrollarse en el campo2 que se trata de emplear de la melor forma posible
el tiempo de que se dispone y, sobre todo, que el soldado de milicia continua —

siendo instrurdo en una especialidad bién determinada, que es la que recibió du


rante su escuela de reclutas.

— Atn admitiendo que el grado de instrucción del personal que constituye una Uni
dad en la ¿lite no sea tan bueno como en una de nuestras Unidades de la Fuerza
de Intervención o del Cuerpo de Batalla de nuestro Ejército, el hecho de que -

aquella Unidad esté constiturda por personal cuya edad estó regularmente reparti
da entre los 20 y los 32 años le da una cohesión superior, que puede paliar, en —

cierto modo, la insuficiente instrucción de algunos de ellos.

— Numerosos suizos forman parte de sociedades cuyas actividades tratan —adernósde


estrechar los lazos entre los soldados de milicia de tal o cual categorra— de darles
un complemento de formación militar nada despreciable no solamente el tiro, si
no también la radio, la cifra, la topograffa,, la orientación sobre el terreno, la
marcha, el esquf. Las sociedades militares que agrupan a los Oficiales y a los —

Suboficiales son florecientes y desempeñan un importante papel en la vida pGbli—


ca. La sociedad suiza de los Oficiales organiza regularmente conferencias sobre
asuntos militares o de actualidad, que son seguidas por un p6blico enel que no
faltan los ¡óvenes.

— Sl el tiempo de servicio que han de prestar los mandos es relativamente largo, es


pedalmenfe para los Oficales, la duración de los cursos de formación de Oficia
- 16 -

les y, sobre todo, de Suboficiales parece bastante corta0 Esto, que es ciertamen
te un inconveniente, puede quedar en cierto modo compensado por las activida
des militares fuera del servicio antes citadas, y tambin por el hecho de que tos
mandos de la milicia lo son tarnbin, generalmente, en la vida civil, lo que les
da ocasi6n de mejorar su experiencia de mando en el marco de sus obligaciones
profesionales.

En otro aspecto que se refiere. igualmente7 a la Forrnac,6n de los mandos, el de


la Enseñanza Militar Superior, la duraci6n de ¡os cursos previstos no parece corn
patible con la compleja formocin que han de recibir, no solamente los Oficia
les de Estado Mayor, sino también los Hamadosa ejercer altos mandos.

— Uno de los problemas ms difíciles de resolver con la f&rnula del Ejército de mi


licia es, ciertamente, la instrucci6n de algunos especialistas cuya formaci6n se
acomoda mal con una duraci6n del servicio de 4 meses0Se han adoptado varios
rntodos para tratar de disminuir ¡os inconvenientes derivados de ello: la reduc—
cian al mínimo esfrictode la duracn del período bsico de formación; la desig
nación como especialistas de quienes tengan ya una formaci6n civil utiUzable;
la búsqueda de voluntarios que acepten hacer un servicio suplementario, bién —

porque el complemento de formación recibido con ese motivo les revalorice en la


vida civil, bién porque se trate de alimentar una especialidad dotada de un cier
to prestigio, como los nadadores de combate o los granaderos paracaidistas. En —

el caso de esta última especialidad, los candidatos, generalmente ya paracaidis


tas civiles confirmados, deben comprometerse a seguir un curso particular de 7 se
manas, de las que 3 les cuentan como curso de ensayo y las otras 4 como servi
cios voluntarios. Pero es sobre todo en lo referente a la formaci6n de los pilotos
en lo que los servicios suplementarios son muy importantes (1)

(1) Los pilotos se reTJan y forman de la siguiente forma:


— Los candidatos se inscriben a losl7años,
— Antes de su incorporaci6n y durantedosañosseguidos, hacenun cursopreparatorio
en un aero-club civil, con una duraci6n de 15 días anuales vuelo a vela o a motor),
— La duraci6n de su escuela de reclutas se limito a 5 semanasy va seguida de un curso
preparatorio al pilotaje con una duraci6n de doce semanas;después, tras una interrup
ci6n de un mes, hay un segundo curso (escuela de Suboficiales y escuela de Aviaci6n
durante diecisiete semanas),
— Un año m6s tarde, hacen un nuevo curso de diecisiete semanas, después del cual es—
tn en condiciones de volar los Venomu, Reciben, entonces, su título de piloto son
ascendidos a Sargentos y destinados a una Escuadrilla.
— A continuaci6n, están sujetos, cada año, a un curso de entrenamiento de dos semanas,
cuatro cursos de entrenamiento de una semana y diez a veinte días de entrenamiento
individual
— Los Oficiales y los Jefes de Formocin deben seguir, ademas, los cursos de una escue
la de Oficiales durante 17 semanas, y los Jefes de Patrullo o de Transformaci6n al
“Mirage’ deben hacer un curso de 17 semanas, tambin en la escuela de Aviaci6n,
- 17 —

Así pués, es especialmente en lo referente a la formación de los mandos —yen par


ticular de los Mandos Superiores—en donde la fórmula suiza parece ser menos satisfactoria
que la nuestra. Lo cual no es suficiente para afirmar de manera perentoria que una Unidad
suiza no se comportaría en combate tan bión como una Unidad francesa; tanto mós cuanto
que, al tratar de rendimientos de Unidades, hay que tener en cuenta otros factores particu
lares que pueden tener una influencia nada despreciable así, las Unidades suizas combati
rían en un terreno que se les ha fijado de una manera precisa y para desempeñaruna misión
bn determinada; y el personal que las constituye lo conoce perfectamente hasta el punto
de que realizan en l sus cursos de ensayo cuando no son orginarios de allí0 Ademós, en
numerosos casos, el combate de esas unidades se vería facilitado por la existencia de una
gran cantidad de destrucciones permanentes (2), que en general provienen de la Segunda
Guerra Mundial.

Tras estas considerac?ones que —aónmuy matizadas a veces—reconocen una efica


cia positiva a este ‘Ejrcito de milicia, es natural que se plante la cuestión de saber si
tal sistema podría exportarse a un país como el nuestro0 No intentaremos responder a tal
cuestión mós que tras haber considerado los otros tres pilares de la Defensa Total.

El problema de lo Defensa Económica es, evidentemente, esencial para Suiza que,


por su política de neutralidad y por su posición geogrófica, podría encontrarse en caso de
conflicto con que se le cerraban todas las fuentes de abastecimiento exteriores, siendo un
país que no dispone prócticamente de ninguna materia prima, que no tiene ninguna fuente
de energía, aparte de la hulla blanca, y cuyo suelo solo puede alimentar al 50% de la pó
blacón. Era, pues, vital, para la Conf ederación constituir reservas importantes desde —

tiempo de paz. Pero, tenendo en cuenta los considerables esfuerzos financieros que supo’
nía esta política, hubo de tomar muchas disposiciones para repartirlos lo mejor posible y,
eventualmente, aligerar las cargas correspondientes

En Suiza se encuentran reservas a diferentes niveles, que son: lo familia, la comu’


no, las empresas, el cantón y la Confederación,

Cada familia debe constituir dos clases de almacenamientos de productos aUmenti


cos: por un lodo, una reserva constituida por víveres que no necesiten ser cocinados, des’
tinada a asegurar 15 días de subsistencia en caso de bombardeo y normalmente depositada
en los refugios atómicos, al menos en las casas construídas despus de 1950. Por otro lado,

oa5 cargas tan pesadas que para un Suboficial u Oficial de milicia Ile—
va consigo el servicio en aviación, hay cada año unos 10600 candidatos, de los que —

solo 30 6 35 obtienen, finalmente, el título de piloto militar.


(2) Ese número parece rebasar las 50.000.
18

una reserva de 2 mesesde productos esenciales azúcar, arroz, grasa y aceite, jabón, pas
tas alimenticias y conservas), destinada a paiiar la probable suspensión de entregas de es
tos productos durante un mes, al menos, en caso de crisis, destinada a permitir a las auto
ridades efectuar el inventario de los víveres existentes y poner a punto un sistema de racio
namiento previsto, con cartifias ya existentes y almacenadas en los cantones,

Al nivel de las comunas los almacenamientos son muy limitados, correspondiendo


solo a lo preciso para familias necesitadas, a las que la constitución de las reservas indi
cadas plantearía dificultades económicas, así como para las Colectividades sin recursos ¡rn
portantes (p,e: Asilos de Ancianos),

Las empresastienen que constituir almacenamientos muy importantes: en primer lu


gar, reservas libres pero controladas que deben cubrir las necesidades durante 3 meses en
las empresascomerciales y durante 4 mesesen las industrias de transformación, A continua
ción, reservas llamadas obligatorias, que constituyen la mayor parte de los almacena
mientos existentes y reguladas por contratos entre el Delegado para la Defensa Nacional
Económica y las empresas. Estas reservas corresponden, para los víveres, a las necesida
des normales durante un período variable, según los casos, entre 6 y 11 mesesy, para las
materias primas, entre 4 y 6 meses,

La expresión oficial de reservas obUgatorias no corresponde, de hecho, a una


obligación legal, puesto que el establecimiento de contratos no es una necesidad absoluta.
Pero ocurre que solo las empresasque se han comprometido a constituir tales reservas pue
den lograr de la Confederación los permisos de importación necesarios para las materias -

que interesan a la Defensa Nacional, lo que contribuye a alentar el civismo,

E5 cierto que se conceden ventajas a las empresasque firman contratos: los Bancos
les conceden préstamos a un bajo interés (3,5% por término medio); tienen la posibilidad
de deducir de sus impuestos los gastos de amortización de los almacenamientos e, incluso,
derecho a desgravaciones suplementarias si la constitución de las reservas implica riesgos
particulares; por último, tiene la certeza, en caso de movilización, de poder utilizar en
su propio beneficio el 5O/. al menos, de la reserva constituída,

Finalmente, al nivel de los cantones y de la Confederación se encuentran las re


servas que las empresasdificilmente podrían constituir, porque se trata de materias cuyo
margen de beneficio es débil o cuyo almacenamiento es peligroso.

Teniendo en cuenta las disposiciones tomadas, la Defensa Económica, vital para


Suiza, no cuesta prócticamente nada a la Confederación; pero su éxito depende, como —

tantas otras cuestiones, del civismo de sus ciudadanos,


19-

La Protecci6n Civil, el tercero de los cuatro pilares que soportan el edificio de la


Defensa Total suiza, tiene una doble misi6n de instrucci6n y de protecci6n En matena de
instrucci6n, debe advertir a la poblaci6n de ¡os dis+intos tipos de peli’gros que pueden resul
tar de los ataques enemigos, cldsic;os, nucleares. químicos, bioigicos, etc , y debe dar a
conocer las posibflidades de profeccí6n susceptibles de reduck los riesgos que de ellos se de
rivan. En lo referente a protecci6n, se trata, por un lado, de estudiar, y por otro, de poner
en marcha las diferentes clases de medidas de protecci6n y de salvamento posibles alarma,
oscurecimiento, desescombro, ucha contra el fuego, salvamento de personasy bienes, me
didas contra los peligros nuclear biol6gico y químico y puesta en nuevo servicTo de las ms
falac iones.

La organizaci6n prevista se va realizando progresivamerte de acuerdo con la Ley de


1960, entrada en vigor en 1963. En ella se prev, al nivel de la Confederaci6n, una Ofici
na Federal de Protecci6n Civil. dependiente del Departamento Federal de Justicia y Poli—
cía, cuyas misiones esenciales son estudiar, redactar y hacer que se apliquen la legislaci6n
y los reglamentos necesarios.

A nivel de los cantones8 existe un Servicio de Protecci6n C?vTi, frecuentemente


dependiente del Director cantonal de asuntos militares, encargado de seguir la ejecuci6n
de las medidas prescritas por la OfTcina Federal.

La comuna es la “Unidad b6sicau en materia de Protección Civil. Sin embargo, so


lo las que comprenden aglomeraciones de 1.000 habitantes o ms estn obligadas a crear
un organismo local de Protecci6n Civil, a pesar de lo cual, en algunos cantones todas las
comunas sin excepci6n han asumido esa obligacin algo menosde la tercera parte de las
comunas suizas —queson 3.090— están actualmente orgn?zados para la Protecci6n Civil.
Ese organismo local tiene un jefe designado por las autoridades comunales, encargado de
preparar y asegurar la ejecuci6n de las misiones que los responsables de la Protecci6n Ci
vil a l subordinados no estn en condiciones de asumir.

En efecto, a nivel de comuna, la aglomeraci6n se divide en distritos, sectores, ba


rrios e inmuebles que tienen cada uno su ‘efe. Existen, igualmente, guardas de inmuebles
en los establecimientos que emplean a menos de cien personas. Su misi6n es comprobar el
entretenimiento de los refugios particulares, mantener el orden -en la medida de lo posi

ble— en caso de alarma, empezar a combatir los incendios en caso de bombardeo y a res
catar a los enterrados en los escombros.

Los establecimientos que emplean a ms de 100 personas y los hospitales de ms de


50 camas están obligados por la ley a organizar un servicio de protecci6n del estableci
miento, encargado de la alarma, de la lucha contra incendios y de volver a poner en ser
vicio el establecimiento tras los bombardeos.

Los enloces entre los ¡efes locales de Protecci6n Civil y la Oficina Federal son nu
merosos, puesto que esta 6lima organiz& en 1969, para provecho de 900 de ellos, 11 reu—
20

niones de trabajo durante las que se trataron problemas tales como: la organización y de—
pendencia en tiempo de paz de los órganos locales de Protección Civil, la planificación —

general de los refugios en una comuna, el estado actual del servicio sanitario total (1), la
movilización de la Protección Civil, la requisa de los locales que le son necesarios, el pro
blema de la instrucción (especialmente de los mandos), los centros de instrucción, la pro—
fección de los bienes culturales, los mandos a nivel superior al local, la alarma—agua (aler
ta en caso de ruptura de presas)y los socorros aportados por el Ejercito.

Las disposiciones legisarivas relativas a la Protección Civil no se han limitado a —

montar una organización, ademós han tratado de favorecer la creación de refugios, priva
dos y públicos.

En lo referente a los privados, estó previsto desde 1950 que en los inmuebles nuevos
las paredes y techos de los sótanos deben estar reforzados y que deben estar preparados como
refugios contra los efectos de las armas nucleares, con puerta blindada y acceso en zig-zag.

Los gastos suplementarios consecuencia de esta obligaci6n no deben rebasar el 5%


del costo total de la construcción y son subvencionados en un 70% por la Confederación,
el cantón y la comuna, lo que deja al propietario del inmueble el 30% de estos gastos.

Ademós, siempre que es posible se crean refugios públicos en los edificios públicos
cuya construcción estó prevista (escuelas, hospitales, casas comunales, iglesias), pero co
mo esta fórmula estó lejos de satisfacer las necesidades existentes, se ha decidido crear,
tambn, refugios públicos en grandes inmuebles particulares. En este caso, hay previstas
unas reglas para determinar las condiciones de utilización del refugio público en tiempo nor
mal y de su puesta a disposición de la colectividad en caso de necesidad.

En el momento actual, se estima que, en caso de empleo de armas nucleares, el -

42% de la población suiza podrra encontrar sitio en refugios que ofrecieran una protección
relativamente satisfactoria Las realizaciones de refugios se subvencionan con los créditos
previstos en el presupuesto de la Confederación para el apartado protección (151 millones
de francos suizos en 1970); pero estos créditos se emplean, también, para la financiación
de otras realizaciones, en particular de centros de instrucción.

En efecto, los problemas de instrucción son, aún, difrciles de resolver por la Pro
tección Civil. La HtropalP no falta, puesto qúe estó constitufda por los diez últimos reem
plazos que quedan libres de obligaciones militares; pero hay que instruirles y, para ello,
es necesario disponer, no solo de locales, sino también de instructores que, si es posible,
trabajen en plena dedicación.

Aparte de cursos organizados gratuitamente por sociedades particulares tales como


la de los Samaritanos, en los centros de instrucción hay previstos cursos en beneficio de un

(1) Fórmula que consiste en reagrupar la totalidad de los medios civiles y militares.
cierto número de responsables y, en particular, de los guardas de inmuebles0

La cantidad de personal a instruir es considerable, lo que explica los gastos impor


tantes que han de hacerse0 Se estima que solo en el cantón de Berna, cuya población es de
cerca de un millan de habitantes1 el número de los que, en uno u otro concepto, forman -

parte de la Protección Civil del cantón asciende a 1750OO, de los que l60000son mandos0

Señalemos, por último, en materia de Protección Civil, la existencia de Unidades


Militares creadas, equipadas e instruídas para intervenir en beneficio de la población ci
vil en caso de cafóstrofe. Se trata de los Batallones y Regimientos de protección aérea, cu
ya formación se hace en tales condiciones de realismo que el general Westrnoreland —duran
te una visita efectuada en septiembre último a Suiza— calificó de !excepcional la demos
tración deI 252 Batallón de protección area de Zurich, a la que tuvo ocasión de asistir0

* * *

Suiza ya había sentido la necesidad de una Defensa Psicológica, tanto durante la


Primera Guerra Mundial corno durante la Segunda0 Pero Fu sobre todo entre l939’y 1945,
al darse cuenta los ciudadanos de la Confederación de los esfuerzos de algunos de susveci
nos por adoctrinar los espi’rtus, cuando temieron que ello constituyera el preludio de una
conquista militar0

La situación fu particularmente crítica en 1940, tras la ocupación de una parte


del territorio francas, con lo que Suiza quedó totalmente rodeada por las potencias del —

Eje, y se pudo temer, en aquella época, que e Gobierno Helvético no estuviera decidido
a resistir a toda costa en caso de invasión del territorio0 Ello produjo en el General Gui
san —puestoal frente del Ejército suizo en 1939—una reacción que algunos historiadores —

han estimado decisiva, Reunió en Gritl —reductohistórico suizo (1)—a todos los Coman
dantes de las Grandes Unidades y a los Jefes de Cuerpo hasta el nivel Batallón, comuni—
cóndoles su intención de situar al Ercito en el “reducto nacional” en donde sería posible,
no solo resistir a un ataque, sino tarnbi& destruir por mucho tiempo los túneles y pasosal
pinos (especialmente el del Simplón y el del San Gotardo), cuya utilización habría sido,
evidentemente, mósque preciosa para las potencias del Eje0 La manifestación de esta de
terminación constituyó, sin duda, una defensa eficaz. contra la lucha psicológica a que Ale
mania e Italia se entregaban entonces en Suiza0

Otras medidas eran igualmente necesarias para limitar todo lo que podría constituir
causa de propaganda subversiva entre las tropas movilizadas: por ello se creó el servicio
“Ejrcito y Hogar”, con el doble fin de “elevar la moral” de la tropa y de hacer que toma
ra conciencia del sentido del sacrificio que se le podía pedir, y se tomaron disposiciones

(1) Fu en Griitii donde, en 1291, los habitantes de Schwyz, de Un y de Unterwald, “con


siderando la malicia del tiempo!, establecieron la alianza que dió origen a la Confe
deración actual.
— 22 —

de orden social tales como la Ley Federal sobre la Compensación de Salario y Benefkios
que vino a completar al Seguro Militar Federal7 existente ya desde 19010

Los acontecimientos desarrollados en todo el mundo a partir de 1945 hacen que sea
supérfluo todo esfuerzo para demostrar que el aspecto psicológico de la Defensa es mós im
portante que nunca. Y sin duda a causa de esta misma importancia es difícil escoger ade
cuadamente los medios para alcanzar el objetivo filado, al menos en tiempo de paz, porque
las circunstancias políticas pueden provocar7 en esas condiciones, dificultades ciertas,

El Consejo Federal tuvo ocasión recientemente de sufrir esta experiencia, con oca
sión de la difusión de un pequeño libro titulado “Defensa civil’,quese distribuyó por to
dos los hogares suizos a fines del año pasado

La finalidad de esta obra era doble, ya que se proponía instruir a los ciudadanos so
bre la forma de protegerse, no solo contra las acciones de guerra deun enemigo eventual
(bloqueo, bombardeos clósicos y nucleares), sino también contra las acciones del adversa
rio que intentaran minar la moral de la población antes de un conflicto y predisponer a esa
población para el caso de ocupación, en todo o en parte, del territorio helvético.

Ahora bien, si es relativamente fócil dar consejos en materia de Protección Civil,


es, ciertamente, mucho mósdelicado indicar cómo oponerse a la subversión porque no pue
de definirse una amenaza en este terreno mós que ante casos reales y concretos0 Aunque -

las situaciones evocadas fueran voluntariamente imaginarias, el libro de la Defensa Civil


puso en guardia a los suizos contra los ardides de un Estado totalitario (por una vez, “ver
de”), hacía alusión al trabajo de zapo de un partido que se parecía mucho al “partidosui
zo del trabajo!! (comunista), denunciaba las campañas por la paz y contra la posesión del
arma nuclear (1) y atacaba a los “intelectuales que no hacen frente suficientemente a las
realidades cotidianas”.

No hizo falta mós para que se unieran, no solamente los simpatizantes de la ideo
logía marxista, sino todos los que estiman que el respeto de la neutralidad suiza es incorn
patble con una postura partidista corno aquella. También las reacciones de la prensa fue
ron muy Vivas, lo que estuvo en parte justificado por ciertas torpezas cometidas por los au
tores de la obra, torpezas que el Consejo Federal fué el primero en reconocer cuando el —

asunto se discutió en el Parlamento,

Efectivamente, nada permite afirmar que Suiza se encuentre a cubierto de esta nue
va forma de lucha contra la que prócticamente todos los países tratan de defenderse con ah
ticipación, sea cual sea su régimen, y es evidente que el deseo de “hacer algo!! en este as
pecto respondíaa un loablereflejo de defensa,Peroel asuntodel libro de la DefensaCi
vil demostróhasta qué punto es delicada, en un régimen dernocrótico, la preparación de
(1) No obstante, algunas semanasdespués de la difusión del libro, Suiza firmaba el trata
do de no proliferación de armasnucleares,
23

los espíritus que tal empresa implica. De igual forma2 los créditos previstos en 1970 para —

la Defensa Psicol6gica deben consagrarse al desarrollo de una cadena de estaciones emiso


ras de radio, cuya realizaci6n no dejara de levantar controversias

* * *

Como ya hemos indicado anteriormente, el sistema de milicia existente en Suiza es


una f6rmula que, respecto a los sistemas clsicos de servicio mflitar en vigor en casi todos
los demós países del mundo, presenta lo ventaja considerable de lo reducido de las cargas
financieras que lleva consigo, pero se caracteriza, de hecho, porque los dudadanos some
tidos a él tienen obligaciones mucho mós pesadasde lo qe se crée generalmente0 Esta es
una realidad de la que deben darse cuenta los que estiman oque nosotros deberíamos ha
cer otro tanto”

Pero también hoy que tener presente que esta fórmula se adoptó, finalmente, en Su
za porque la historia de este país y la influencia de esta historia sobre la manera de compor
tarse de sus habitantes, la hacían preferible a cualquier otra, en su caso particular0

Empecemos por rechazar el argumento segón el cual el sistema de milicia se escogió


en virtud del carócter pacífico de los suizos0 Es cierto que la Confederación no se ha visto
mezclada en conflictos —exteriores o ¡nteriores- desde 1848, pero una ojeada rópida a la
historia de Suiza antes de esa época nos muestra hasta que punto han sido numerosaslas vi
cisitudes de este país y qué frecuentes fueron las ocasiones que sus habitantes tuvieron de
combatir0

Sin necesidad de remontarse a los Helvetas, la época de los orígenes de la Confede


ración y los siglos siguientes estón llenos de episodios guerreros en que los suizos se vieron
implicados, bén porque su potencia militar se utilizara con fines nacionales, bién porque
se diera libre curso a sus inclinaciones guerreras por razones que podríamos calificar de —

económicas

Poco después de 1291, año del célebre juramento de Griitli que ya hemos evocado,
los “Waldsldtten” de Schwyz, de Un y de Unterwald —oprovech6ndosede la rivalidad que
hacía tiempo enfrentaba al emperador con sus señores los Habsburgo, y conscientes de la im
portancia estratégica del camino que llevaba a Italia- consiguieron poner en pié este em
brión de Confederación que debía, después, constituir un po1o de atracción para las comu
nidades vecinas, c;iudades de la planicie o comunas alpinas0

Durante algo mós de dos siglos y siempre por las armas- los confederados desempe
ñaron en la escena política europea un papel decisivo, que llegó a su apogeo en el momen
to de la lucha del rey de Francia Luis Xl contra Carlos el Temerario, que tuvo su fin en —

1 515 en Marignan. Pero una vez que los suizos se dieron cuenta, sabiamente, de que ya —
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no les interesaba batirse por su país fuera de sus fronteras, no tuvieron otra salida para su
temperamento bélico que el servicio extranjero, cuyas ventajas para la economía del país
no eran nada despreciables (1) Francia -con la que los suizos habían establecido una paz
perpetua después de Marignan— (2), pero no fué el inico pars al que los suizos vinieron
a servir, ya que hubo suizos en Prusia, en Inglaterra, en España, en el reino de las Dos Si
cilias, en Holanda, en Savoya y en Austria, lo que dió lugar a que en la batalla de Mal
plaquet, en 1709, se atacaran y dieran muerte contingentes suizos pertenecientes a campos
opuestos

Si, después de la revolución, los suizos ya no estuvieron en condiciones de enfren


tarse a las armas francesas, sí tuvieron ocasión de encontrarse de nuevo en numerososcarn
pos de batalla napoleónicos aunque esta vez al lado de Francia, principalmente en la Be
resma, en donde cubrieron heroicamente la retirada de los restos de la “Grande Armée” —

“para gloria y honor de la patria suiza”, -

Los temperamentos bélicos habrían podido escoger otras formas de servicio distintas
del Ejército de milicia y, sin duda, no es ésta la razón esencial de esta selección, Lo que,
probablemente, ha constituído una razón predominante en esta cuestión ha sido el deseo del
ciudadano suizo de que 1’ios militaresli no llegaran a constituir una clase especial de la na
ción, menos, desde luego, porque se les temiera, que porque el derecho de llevar armas
estaba considerado “como un privilegio, un signo de nobleza, y no como una carga o un —

servicio” (3) Se trata de una vieja idea germónica que, en nuestros días, a5n subsiste en
algunos cantones de la montaña, cuyos habitantes asisten a las asambleas de los Landsge
meinde con la espada ceñida al costado, y que no era solamente un símbolo cuando los sui
zos hubieron de defender su “patria”, es decir, mós su cantón o, incluso, su valle, que l
II • ‘u •
Confederacion (4), Por eso es por lo que la obligacion de servir , prevista por el arhculo
18 de la Constitución de 1874, corresponde a una tradición profundamente arraigada en —

las costumbres.

(1) Louvois dijo un día a Luis XIV, en presencia del grisón Juan—Pedrode Stuppa, Tenien
te General de los Ejércitos del rey Con todo el dinero que Vuestra Majestad ha da
do a los suizos, se podría empedrar con monedas de escudo el camino de París a Basi
lea”, lo que provocó la siguiente respuesta por parte del Oficial suizo: “Sire, con tó
da la sangre que mis compatriotas han derramado por Francia, se llenaría un canal des
de Basilea a París”.
(2) Había una distinción fundamental entre el servicio extranjero y el mercenariado, Al
contrario que esta segunda fórmula que consistía en que los individuos se enrolaban en
Unidades extranjeras, el servicio extranjero consistía en un convenio establecido por
las Ligas con otros países, en el que, aparte de disposiciones particulares para los con
tingentes que se constituían —disposicionesque no se limitaban a la soldada (bandera,
mando y jurisdicción suiza)—, se preveían considerables ventajas para Suiza, especial
mente en materia económica y aduanera,
(3) André Siegfried: “Suiza, democracia ejemplo”.
(4) Esta es una de las razones por las que las Unidadés suizas se reclutan regionalmente,
salvo que ello sea irnposible La otra razón importante es el problema lingUísfico.
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Es cierto que la Constitución que se ha dado la Confederación es una de las que me


jor permiten a los ciudadanos participar muy de cerca en los negocios p6blicos —alos nive
les comuna, cantón y Confederación— y ejercer un derecho de inspección sobre ellos, Así,
en materia de Defensa, el sistema de milicia permite a los suizos tener, al mismo tiempo,
una participación seria -ya que dura treinta años—y disponer de ese derecho de inspección,
pués —apartede los Oficiales Instructores de que ya hemos hablado—la mayor parte de las
actividades militares esfón confiadas a hombres para los que el Ejército no es su ocupación
principal y que, por ello, no pretenden cnstituir una categoría aparte o un Estado dentro
del Estado,

Ademós, una fórmula tal elimina todo posible riesgo de que los militares lleguen a
ejercer una influencia sobre la vida políticp del país, lo que sería contrario a los princi
pios aceptados por los ciudadanos suizos. Por otra parte, esta preocupación de que el Ejéi
cito no se emplée con fines antigubernamentales estó plasmada en la organización del Al
to Mando, En efecto, éste se caracteriza, al menos en tiempo de paz, por la ausencia de
un militar que tenga balo su mando a los responsablesde las distintas grandes Subdivisiones
del Ejército, Solo en tiempo de guerra o de peligro de guerra, es decir, cuando el Ejérci
to se moviflza, prevé la Constitución suiza la designación de un General en Jefe, desmin
tiendo, de esta manera, la célebre frase: la guerra es una cosa demasiado seria para con
fiórselaa losmilitares1!,

Aunque existen actualmente en Suiza organizaciones pacifistas —sinceraso guiados


por consideraciones políticas sobre todo—cuyo “volumen” suele estar desproporcionado en
su importancia, y aunque también haya allí objetores de conciencia que aGn no disfrutan
de un estatuto particular (1), el ciudadano suizo sigue reconociendo en su gran mayoría la
necesidad de preparar la Defensa del país y de soportar las consecuencias de ello, en par
ticular desde el punto de vista militar. El concepto suizo de la Defensa Total, que exige
igualmente sacrificios en materia de Defensa Económica o de Protección Civil, es vólida
en cuanto se refiere a un país cuyos habitantes tienen un sentido cívico quizó mósdesarro
llado que en los demós países. De lo contrario no aceptarían prócticamente sin reticencia
“hacer el juego’ y, en cuestión de servicio militar, no soportarían voluntariamente cargas
y servicios a prestar, muy pesadosa veces,

Si tratamos ahora de reflexionar sobre la posibilidad de adoptar en Francia un sisté


ma anólogo, hemosde darnos cuenta, en primer lugar, que no estó de acuerdo con nuestra
tradición, y esta afirmación no necesita de comentarios. Ya no tenemos la impresión de —

que esta fórmula se corresponde bién con la mentalidad del francés medio, quizó porque -

éste tiene conciencia del carócter discutible de ciertos sacrificios que se le han pedido o
que en el pasado se pidieron a sus padres en cuestiones de Defensa, y también porque su —

temperamento le predispone mós a limitarse a hacer solo lo que se le pide —inclusoalgo me


nos, s.l.pued que. no a “añadir algo” voluntariamente,
(1) La prensa suiza citó recientemente la cifra de 96 casos que rehusaron prestar el servi
cio en 1969, contra 67 el año anterior, siendo el número de mozos que figuran en ca
da alistamiento anual de 45OOO.
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También hay que darse cuenta de que, aparte de algunos conflictos religiosos que
no han tenido consecuencias duraderas, la historia de Suiza, desde hace varios siglos, ca
rece de esas graves dificultades que han caracterizado determinadas épocas de la historia
en la mayor parte de los pa(seseuropeos, contribuyendo a que una parte de sus habitantes
se alzaran contra los otros, y que, ademós, las ideologías basadas en la lucha de clases o
que tendieran a la instauración de un poder dictatórial no han contado nunca en este país
con muchos adeptos, porque su situación económica y social ha sido, sin duda, mejor que
en los otros, y también porque los suizos no estón dispuestos a enajenar su libertad indivi
duaL Esta es, sin duda, la razón esencial por la que Suiza, imitando a susantepasados le
¡anos, puede conservar un arma que ya no es ni una lanza ni una ballesta, sino un temible
fusil automótico ¡unto con sus municiones ¿Podría tal fórmula adoptarse fuera de Suiza?
Limitémonos a plantear la cuestión

Por último, no es de ninguna manera seguro -aunque se trata de un elemento impor


fante— que los jóvenes franceses, caso de darles a escoger, se sintieran atr&dos por lo pers
pectiva de tener que vestir, como sus vecinos suizos, el uniforme en no menosde catorce
o quince ocasiones diferentes

El estudio del concepto suizo de la Defensa resulta, pués, interesante desde mósde
un punto de vista, por un lado porque la Confederación ha aceptado las consecuencias que
podría tener un conflicto en todos los aspectos y, por ello, no ha limitado sus esfuerzos de
Defensa a las cuestiones militares solo, y por otra parte porque la parte militar de esta De
fensa que se traduce en la existencia de un Ejército cuyos efectivos son superiores a 1/5 de
la población masculina —lo que es considerable- no supone, desde el punto de vista finan
ciero, mós que gastos muy pequeños. Como hemosvisto, esta sorprendente situación se de
be a la existencia de un Ejército de milicia,

Aunque sea difícil establecer la relación eficacia/coste de un Ejército, puede ase—


gurarse que dicha relación, en el caso particular de Suiza, es relativamente elevada, por
que el valor de su Ejército, a pesar de algunas lagunas que hamos hecho notar, parece sa
tisfactorio en conjunto, teniendo en cuenta que se trata de una situación particular.

Es concebible que algunos espíritus -cuyo civismo no puede ponerse en duda—se —

sientan seducidos a primera vista por la fórmula suiza; pero deben darse cuenta de que las
condiciones históricas, geogróficas y político-económicas que han llevado a Suiza con fo
da naturalidad a adoptarla, estón lejos de darse en Francia.

Esto no significa, sin embargo, que no haya nada aplicable a nuestro país en el
concepto suizo de la Defensa: hemos visto que éste se basaba esencialmente en el civismo
de los ciudadanos y que estos estón listas, en su gran mayoría, a soportar los sacrificios que
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su pafs les pide, y que son mucho ms pesados de lo que suele creerse: indudablemente es
en este aspecto, y tambin en el del esfuerzo considerable hecho para la Protecci6n Civil,
en los que convendrfa que nos inspirsemos en lo que hacen nuestros vecinos suizos.

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