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El constructivismo y su

papel en la innovación educativa

MANUEL VILLARRUEL-FUENTES1

Resumen
La necesidad de desarrollar propuestas innovadoras que propicien los cambios que el nuevo siglo reclama,
ha llevado a considerar el constructivismo como la alternativa más prometedora. Sin embargo, es evidente que
existe una gran confusión en torno a las premisas que alimentan esta cosmovisión, la cual se hace evidente al re-
visar la extensa y variada literatura que existe al respecto. Es por ello que en el presente documento se analiza la
naturaleza de dichas dispersiones conceptuales, en busca de elementos que orienten una mejor práctica educa-
tiva dentro de los centros escolares.
Descriptores: Gestión de calidad, Innovación, Constructivismo, Holismo.

Constructivism and its Role in Educational Innovation

Abstract
The need to develop innovative proposals that promote the changes the new century demands has led to con-
sider constructivism as the most promising alternative. However, it is clear that there is great confusion about the
assumptions that feed this worldview, which is evident when reviewing the extensive and varied literature that
exists in this regard. That is why in this paper examines the conceptual nature of these dispersions in search of
better information to guide educational practice in schools.
Keywords. Quality management, Innovation, Constructivism, Holism.

[ Artículo recibido el 5/06/2011


Artículo aceptado el 18/09/2011
Declarado sin conflicto de interés ]
1 Profesor investigador del Instituto Tecnológico de Úrsulo Galván. Coordinador de Investigación Educativa. SEP-DGEST. dr.villarruel.fuen-
tes@gmail.com

19 Revista de Educación y Desarrollo, 20. Enero-marzo de 2012.


Manuel Villarruel-Fuentes
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Introducción Se habla así de un posmodernismo que trata de


reinventar la condición humana a partir de nuevos

D urante las dos últimas décadas, el abordaje con-


ceptual y metodológico denominado “constructivis-
paradigmas, mismos que encuentran en el construc-
tivismo su panacea más recurrente. Se piensa de es-
ta forma en dotar al ser humano de una nueva visión
mo cognitivo” ha impactado contundentemente en de la realidad bajo la cual opera, transmutando de la
los espacios educativos latinoamericanos. En tanto simple explicación decimonónica hasta la compren-
cosmovisión que intenta explicar los distintos planos sión de aquello que se dice conocer. Es sobre esta
o dimensiones en que se expresa la trilogía integrada plataforma que las relaciones sociales, establecidas
por la realidad-objeto-conocimiento, su discurso se principalmente sobre la base de sus aspectos cultu-
ha visto matizado por distintas posturas acerca de lo rales, se reconfiguran para construir nuevos códigos
que es su ontología y teleología. En este sentido, el morales que modifican los conceptos del bien y el
trato que se le dispensa actualmente en los reportes mal, de lo correcto y lo erróneo, de las certezas y las
y artículos publicados parece indicar que casi cual- nuevas incertidumbres. En otras palabras, de apren-
quier definición es posible. der a vivir y convivir, particularmente en los acotados
Con todo ello, la relevancia de esta temática estri- espacios escolares, los cuales bajo este paradigma se
ba en encontrar las premisas que alimentan esta cos- amplían para volverse planetarios.
movisión de lo educativo, en virtud de ser precisa- Estas premisas justifican el tratar de entender
mente en ella donde anidan una familia de cosmogo- ese complejo fenómeno humano llamado “construc-
nías, que van desde su concepción y aplicación “pu- tivismo”, en busca de hacer accesible su gestión
ra”, hasta aquellas que toman prestado ciertos ele- dentro de la nueva educación del siglo XXI, lo cual
mentos conceptuales para desde ahí estructurar sus no será posible en tanto los maestros no lo incorpo-
propios cuerpos teóricos, que se asumen indepen- ren a su cotidiana práctica educativa. Hasta enton-
dientes en tanto afirman haber configurado sus pro- ces se podrá hablar con seriedad de una educación
pias matrices conceptuales y semánticas, entre ellas con rostro humano, cuyo carácter global recupera la
es posible citar la ecopedagogía, la ecoformación, la visión y misión de los grandes pensadores de nues-
teoría ecológica de la educación y la educación pla- tra época. ¿Será que la educación ya encontró en el
netaria. constructivismo su personal bosón de Higgs? Nadie
Por si esto fuera poco, la propia dinámica cons- puede saberlo a ciencia cierta, por lo que se hace
tructivista anima a los educadores, investigadores y obligatorio el intentar distintos acercamientos a su
pedagogos a desarrollar abordajes metodológicos comprensión.
que acompañen, y de alguna manera expliquen en la
práctica, el sentido y la intención de estos cuerpos Una verdad distinta o una imagen distinta de la
teóricos. De aquí se desprenden una serie de estrate- verdad
gias y acciones que propugnan por el trabajo coope-
rativo y colaborativo, en busca de orientar el desarro- Ya se señaló de alguna manera la enorme confu-
llo humano sostenido, al mismo tiempo que se eri- sión que predomina en torno al constructivismo y sus
gen como antídotos para la consabida complejidad acepciones. Polisémico como es, los debates a que
de los fenómenos educativos. Se habla así de una ha dado lugar se han convertido al paso del tiempo
nueva didáctica, que como cualquier otra pretende en claros ejemplos de lo bizantino de la condición
ser universal, mientras permite al maestro actuar en humana, la cual intenta siempre construir a partir de
su contexto inmediato de operación. En todos los ca- la negación del otro. Por ello es indispensable revisar
sos la intención, que antaño se decía encubierta en to- los sustratos bajo los cuales se alimenta el disenso y
do acto educativo, surge a la luz de la reflexión y la vi- la confrontación ideológica, en busca de alguna línea
gilancia epistémica que el propio constructivismo base que en calidad de hilo conductor oriente hacia
exige para sí y para los que se apropien de él. Cons- terrenos más fértiles, donde el entendimiento no se
tructos como “integral” y “holismo” se convierten en imponga por el simple uso de la razón. La idea es se-
las bases para repensar las viejas ideas de hombre, guir a Morin (1999) e ir en busca de las “operaciones ló-
escuela, sociedad y educación propias del modernis- gicas maestras” del constructivismo. Entre ellas es po-
mo, lo que ha decir de muchos evidencia una crisis sible destacar:
paradigmática coyuntural.

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Constructivismo radical: “…En la psicología cognitiva Sobre esta base, es posible suponer que la matriz
hay consenso en que la gente no registra las expe- disciplinar que daría como consecuencia su condi-
riencias en forma pasiva, sino que interpreta la infor- ción de paradigma aún se encuentra dispersa, o bien
mación nueva con la ayuda de los conocimientos y la en su estado más laxo. Por estos motivos, no existe
experiencia previa. Éste es el sentido con que la psi- una reconceptualización del objeto de estudio que le
cología utiliza el término “constructivismo…” (Ander- es propio, ni un método de estudio de la propia teo-
son, 2001:95). Se entiende como radical debido a que ría que dice representar. En otras palabras, no es po-
niega la necesidad de una guía mediadora. sible sistematizar los diversos cambios que se obser-
van en el ejercicio de su implementación dentro de
Constructivismo piagetano: “…Las personas no en- los espacios educativos. La consecuencia: un manejo
tienden, ni utilizan de manera inmediata la informa- ecléctico, cuando no arbitrario, de sus incipientes
ción que se les proporciona. En cambio, el individuo postulados; y en un plano mayor, a la ausencia de
siente la necesidad de “construir” su propio conoci- una epistemología del objeto. En esto puede existir
miento. El conocimiento se construye a través de la controversia, en virtud de diversas propuestas que
experiencia. La experiencia conduce a la creación de sobre el particular expresan la identificación de una
esquemas. Los esquemas son modelos mentales que matriz. Tal es el caso de Yáñez et al. (2001), quien es-
almacenamos en nuestras mentes. Estos esquemas tablece que las actitudes proactivas del ser humano,
van cambiando, agrandándose y volviéndose más so- la esencia tácita de sus procesos de ordenación y cla-
fisticados a través de dos procesos complementarios: sificación, así como la inmersión de la experiencia
la asimilación y el alojamiento…” (Piaget, 1955:15). humana en un ámbito social (lenguaje) son la matriz
disciplinar del constructivismo. Con ello parecen
Constructivismo vygotskiano: “…El constructivismo confundir la forma con el fondo, el procedimiento
social tiene como premisa que cada función en el de- con sus indicadores de operación, el hacer con el ser.
sarrollo cultural de las personas aparece doblemen- Es precisamente en este aparente arbitrario con-
te: primero a nivel social, y más tarde a nivel indivi- ceptual que las nociones y significaciones de uso co-
dual; al inicio, entre un grupo de personas (interpsi- tidiano llevan impregnados los vestigios de las dis-
cológico) y luego dentro de sí mismo (intrapsicológi- tintas corrientes que le antecedieron: el conductismo
co). Esto se aplica tanto en la atención voluntaria, co- y el cognoscitivismo. El primero empleado como te-
mo en la memoria lógica y en la formación de los sis a debatir y contrastar, y el segundo como su alter
conceptos. Todas las funciones superiores se origi- ego, el cual le brinda identidad y sentido de origen.
nan con la relación actual entre los individuos…” (Vy- Ante la imposibilidad de identificar, delimitando,
gotski, 1978:22). su propio fenómeno objeto de estudio, el constructi-
vismo se ve confrontado con la realidad que dice es-
Constructivismo ecléctico: “…El constructivismo se tudiar. Es en sí mismo una subjetividad que intenta
plantea el desarrollo personal haciendo énfasis en la explicar y comprender un universo que afirma no es-
actividad mental constructiva, actividad auto cons- tar en el plano concreto de la realidad. Weimer
tructiva del sujeto para lo cual insiste en lograr un (1984), citado por Guidano (1994), establece que ba-
aprendizaje significativo mediante la necesaria crea- jo su visión, el ser humano crea teorías sobre el am-
ción de situaciones de aprendizaje por el maestro, biente y sobre sí mismo, teorías a través de las cua-
que le permiten a los alumnos una actividad mental les opera en el mundo. De ser cierto, entonces el
y también social y afectiva que favorece su desarro- constructivismo es el resultante de este mismo pro-
llo…” (Ferreiro, 2008:3). En este se combinan los dos ceso de subjetivar e intersubjetivar la realidad (al in-
anteriores. Otro ejemplo sería, en esta misma ver- teractuar con los otros). Sujeto y realidad son enton-
tiente: “…la construcción de conocimiento es un pro- ces lo mismo. Esto expondría el porqué de tantas ver-
ceso situado en un determinado contexto cultural e siones de dicho constructivismo (también llamadas
histórico, contexto que también es generado en dicha “familias”): no son sino las interpretaciones que cada
construcción. La construcción del conocimiento es, a ser humano hace de la realidad, en un esfuerzo por
la vez, un proceso individual y social, y se produce si- explicar y explicarse tanto el mundo como a sí mismo
multáneamente en ambos planos…” (García y Cano, (sistema diferenciado, que involucra tanto el conoci-
2006:122). miento como el autoconocimiento, lo que permite
que el sujeto explique de forma consistente su prác-

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tica cotidiana). Con base en ello, a continuación se nocimiento, les ordena y brinda forma. Es esa misma
disertará sobre algunas dimensiones poco explora- experiencia la que se explica a partir de reglas de
das de este debate, las cuales aspiran a contribuir a pensamiento que la hacen posible. Por ello la cien-
su eventual esclarecimiento. cia, basada en modelos matemáticos, la cual ha teni-
do éxito para interpretar una naturaleza que se dice
Sus diversos orígenes repetible en el tiempo, no ha podido hacer lo mismo
con conceptos mentales como: intención, motivación
Como es bien sabido, los antecedentes del para- y sentimiento, ya que no son figuras o imágenes fijas
digma constructivista en la educación se encuentran y listas para su aprehensión. Bajo estas premisas, in-
en los trabajos realizados por Lev S. Vygotski (1896- cluso la misma matemática, como asegura Roger
1934) y Jean Piaget (1896-1980). Al poner sobre la me- Penrose, no es producto de una invención, sino de un
sa las aportaciones de ambas posturas teóricas, se descubrimiento, que se asume como un pensamiento
puede afirmar que el constructivismo hace un parti- ordenado; por ello matemática y pensamiento se ri-
cular énfasis en la búsqueda epistemológica acerca gen por las mismas leyes. Dicho de otra manera, si la
de la génesis y desarrollo del conocimiento, pero realidad es aquello que se encuentra representado en
también de la cultura. Es precisamente esta apertura los modelos matemáticos, entonces la realidad es
a la diversidad la que le ha llevado a aceptar las am- pensamiento establecido.
plias contribuciones teóricas provenientes de diver- Con base en ello, la dispersión conceptual que
sas áreas disciplinares como las matemáticas, lin- acompaña al constructivismo se hace más patente.
güística, biología, lógica, filosofía, física, educación, Mazarío y Mazarío (2000), dirán al respecto que mu-
pedagogía, entre otras, significándose así como una chos autores sostienen que el constructivismo es bá-
relativa nueva tendencia, en la medida en que asume sicamente un enfoque epistemológico, al basarse en la
en su estudio los enfoques multi, inter y, más recien- interacción que se establece entre el objeto de cono-
temente, transdisciplinarios. cimiento y el sujeto que aprende; es decir, la relación
Lo cierto es que a decir de muchos el constructi- objeto-sujeto. Mientras que para otros, se trata de
vismo es una corriente posmoderna, que cobra vida en una nueva forma de conceptuar el conocimiento
los postulados de intelectuales como Gregory Bate- (aprendizaje).
son,1 Kenneth Gergen,2 Paul Watzlawick,3 Humberto Barraza (2002) propone considerar al constructi-
Maturana,4 White,5 entre otros, cuyos antecedentes es vismo como una concepción del aprendizaje y de la en-
posible localizarlos en los postulados filosóficos señanza, designada por algunos académicos como
constructivistas de propio Emmanuel Kant, cuyas pedagogía constructivista, la cual se encuentra con-
ideas y juicios sintéticos a priori, además de su analí- formada en su núcleo teórico básico a partir de cua-
tica y dialéctica trascendentales, reflejan la visión sis- tro categorías de análisis: constructivismo, aprendi-
témica del espíritu y la posición humana. Ya no más zaje significativo, esquema de conocimiento e inte-
dualismos: el objeto y el sujeto son siempre uno. Pa- ractividad. Para que se realice la construcción del co-
ra Kant no hay el mundo que existe y el mundo que nocimiento en la escuela, señala Barraza, es necesa-
es percibido. Por ello dirá el filósofo que es imposi- rio considerar el triángulo interactivo conformado
ble saber algo acerca de la cosa en sí. Ante ello ni la por la actividad mental constructiva del estudiante,
teoría de la relatividad pudo, ya que insistió en de- los contenidos de aprendizaje que representan los
fender las leyes de la causalidad; no obstante la físi- saberes culturales construidos socialmente y la fun-
ca cuántica comulga hoy en día con el principio de ción del maestro, orientada a enlazar el aprendizaje
que las cosas no son lo que parecen. ¿Entonces cómo co- del estudiante con el conocimiento culturalmente es-
nocerlas? La respuesta no es simple: mientras el ser tablecido.
humano continúe cautivo en la caverna de Platón, de- En este mismo orden de ideas, Hernández-Lira
leitándose con las sombras que mira pasar, poco se (2007), desde la psicoterapia cognitivo-conductual
podrá avanzar en el entendimiento del universo. plantea que “…un progreso contemporáneo dentro
Sobre estos cimientos conceptuales y teóricos, el de la revolución cognitiva es el que se conoce como
constructivismo posmoderno considera que el cere- constructivismo o metateoría constructivista. El cons-
bro no es sólo un recipiente vacío donde se deposi- tructivismo…subraya la naturaleza activa-proactiva
tan las informaciones que provienen de la realidad, del conocimiento. El constructivismo propone una
sino una entidad que construye la experiencia y el co- actividad intrínseca que se organiza por sí misma co-

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mo explicación para entender los procesos del cono- ción es cierta: ¿Cuáles son las directrices, esto es, lo
cimiento. El cerebro-mente pasa a ser un sistema or- límites paradigmáticos a los que se debe el maestro?
gánico de actividades relacionadas unas con otras. El ¿Cómo “construir” una práctica educativa coherente a
constructivismo hace hincapié en el funcionamiento partir de estos trozos de información? Al parecer el
de los procesos de ordenación tácita (inconsciente), constructivismo es la nueva quimera de la educación
en la complejidad de la experiencia humana y en las ¿O será que la educación se ha vuelto con él una qui-
ventajas de una aproximación al conocimiento en- mera?
tendido como un proceso continuo” (p. 16). Paradójicamente aquí subyace una pregunta
Finalmente es posible concebir al constructivismo esencial en la que se debe reflexionar: ¿Es el cons-
como un modelo, del cual se puede derivar a su vez un tructivismo una corriente, enfoque, concepción, me-
submodelo. Rodríguez-Villamil (2008) lo describe así: tateoría o modelo? Pero antes de hacerlo con sentido
“…se insiste, en diferentes documentos, en la impor- crítico, es indispensable no perder de vista que el
tancia de formar estudiantes para el análisis, la críti- problema básico para la enseñanza-aprendizaje
ca y el razonamiento a través de la construcción sig- siempre ha sido averiguar cómo las personas repre-
nificativa del conocimiento y de la formación para la sentan mentalmente su conocimiento acerca de lo
vida ciudadana. Por esto entre otras razones, se pro- que les rodea, cómo operan con esas representacio-
pone… una mirada diferente a la ya conocida en los nes y cómo éstas pueden construirse, re-construirse,
últimos veinte años: pasar del modelo educativo cons- adaptarse y emplearse tanto en contextos escolares
tructivista al modelo construccionista” (p. 73). El pro- como en ambientes cotidianos. Es decir, comprender,
pio autor sustenta en sus argumentos la posibilidad y no sólo explicar, por qué el ser humano piensa có-
de desagregar el constructivismo, entendiéndolo co- mo piensa y hace lo que hace.
mo algo único, y no como algo diferenciado. Obvia-
mente, con ello se soslaya de un solo golpe toda la La razón y sus motivos
diversidad de abordajes que actualmente recrean el
escenario educativo y que en este documento se en- ¿Hacia dónde se dirige actualmente el constructi-
cuentran citados. vismo? Es válido plantearse esta pregunta a la luz de
Este mismo autor sostiene que en el plano educa- los nuevos escenarios educativos internacionales,
tivo el constructivismo se ocupa de la manera en que que en mucho recrean realidades inéditas, a fin de
el conocimiento se construye en el sujeto, a nivel in- esclarecer la confusión bajo la cual se examinan. ¿Es
trapsíquico, y por ende, individual. Se habla así de este el constructivismo que se necesita para dar paso
“un sujeto ideal”, cuyo funcionamiento mental se ex- a un modo de conocimiento capaz de aprehender los
plica gracias a los mecanismos internos que todos objetos en sus contextos, sus complejidades y sus
los sujetos portan y que desarrollan con considerable conjuntos? tal como Morin (1999) lo reclama. Sobre
independencia del contexto social (nótese como in- esta vertiente de análisis, son posibles varios cami-
tenta desmarcarse del componente social que algu- nos en estos momentos: 1) seguir desarrollando pro-
nos autores le atribuyen al constructivismo, no como puestas pedagógicas que contengan fundamentos
algo secundario, sino como algo prioritario; con ello epistémicos y didácticos laxos, sencillos y coheren-
el autor busca justificar su versión final acerca del tes, verdaderas recetas prácticas que prometen al-
construccionismo). De acuerdo con ello, el construc- canzar con relativa facilidad el ideal constructivista;
cionismo, al retomar los aportes del constructivismo 2) cuestionar esta visión anterior y recuperar la com-
y de la psicología social genética, se asume interpsí- plejidad de esta cosmovisión, adjudicando el reto de
quico y colectivo, ocupándose de la acción del sujeto enfrentar la posmodernidad y todo lo que ella impli-
en el campo de lo social. Todo lo anterior refuerza la ca, sobre todo los enfoques de innovación que ahora
conclusión básica que de entrada se señaló, al asen- reclaman cambios con rumbo; 3) buscar una identi-
tar la dispersión teórica bajo la cual se acuña el cons- dad propia, cuya naturaleza se alinee con sus oríge-
tructivismo. nes y propósitos, abriéndose hacia los nuevos cauces
¿Cómo puede el maestro atender la necesidad de del pensamiento integrador, sobre todo el denomina-
dirigir su práctica educativa hacia estas vertientes do transdisciplinar, complejo en esencia, pero escla-
educativas, tan imprecisas y laxas? ¿De qué manera recedor de la realidad, ello sin descartar las tenden-
es posible pensar así en un nuevo paradigma al que cias definidas como “críticas” (didáctica crítica, peda-
muchos llaman ya dominante? Si esta última declara- gogía crítica); 4) marcar su distancia con respecto a la

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posmodernidad (para muchos el verdadero origen estos ofrecimientos educativos. Por ello se encuen-
del constructivismo), a fin de reclamar independen- tran exentos de la necesaria crítica que debe acom-
cia, si no ontológica, al menos teleológica, la cual le pañarlos en su camino a convertirse en verdaderos
permita resistir los avatares del tiempo y las severas modelos.
críticas que le ubican como la hija legítima del movi-
miento humanizador. El constructivismo como garante de la innovación
Sea cual sea la tendencia que cada educador de-
cida seguir, lo importante es someter a revisión ex- En necesario hacer un alto en el camino para re-
haustiva y permanente los fundamentos que le dan flexionar en torno al papel que está jugando el cons-
vida. Alejar de entrada aquello que le perturba, le tructivismo en el ámbito de la innovación educativa.
confunde y sobrevalora. En este último aspecto se Aunque de muchas maneras este asunto ya ha sido
habrá de cuidar, en calidad de vigilantes reflexivos, atendido por diversos autores, es necesario brindarle
que ésta o cualquier otra propuesta (la cual se asuma una atención particular, dado que orienta el sentido
omnipresente y totipotencial), en vez de coadyuvar a de los enfoques que siguen las familias teóricas
la mejora de la educación y de la escuela en general, constructivistas.
no esté contribuyendo a la configuración de la llama- Resulta interesante para efectos de cumplir con
da “escuela de la ignorancia”, a la que Jean-Claude Mi- este fin, traer al escenario de la disertación las aseve-
chéa concibe como la generadora de una educación raciones de Carbonell (2002), quien desde una seve-
hecha para que el sistema educativo no funcione. En ra crítica hecha hacia la educación escolar, refiere una
el sentido en que el autor concibe a la educación, se indiferencia extrema de ésta, en su calidad de institu-
habla de una situación problemática, y por ende con- ción social, al señalar que no ha sabido responder a
flictiva, derivada de un sistema educativo “globaliza- las exigencias cambiantes de una cultura que recla-
do y de alta calidad” que no puede ser avalado y ga- ma nuevas identidades, valores y ética.6 Ante este pa-
rantizado por el sistema económico, donde indivi- norama de aparente abandono, el autor realiza un
duos con excelente preparación deben competir por comparativo que sin lugar a dudas deja en desventa-
muy pocos puestos de trabajo. Sobre esta base se ja a la “escuela”. Más allá de que justifica esta postu-
afirma categóricamente, que es mejor dejarlo todo en ra de desidia institucional, bajo los referentes de un
manos del darwiniano sistema de selección natural estigma económico que lo regula todo, Carbonell in-
(ahora social), donde de un sistema educativo me- voca a la innovación como la solución posible.
diocre emergen por esfuerzo propio los pocos “talen- Bajo estas premisas, la innovación es vista como
tos” que necesita el sistema. “…una serie de intervenciones, decisiones y proce-
Aunque esto puede parecer un desatino concep- sos, con cierto grado de intencionalidad y sistemati-
tual, lo cierto es que en América Latina es real. Bajo zación, que tratan de modificar actitudes, ideas, cul-
el espejismo de lo constructivo, los planes y progra- turas, contenidos, modelos y prácticas pedagógi-
mas de estudio se encuentran plagados de aforismos cas…” (Carbonell, 2002:17). A lo que añade además
y máximas que envuelven una retórica indescifrable la incorporación de “…nuevos proyectos y progra-
para el maestro, particularmente el del nivel superior, mas, materiales curriculares, estrategias de enseñan-
el cual en un gran porcentaje adolece de la formación za y aprendizaje, modelos didácticos y otra forma de
pedagógica o andragógica que se necesita para deco- organizar y gestionar el currículum, el centro y las di-
dificar las complejos algoritmos semánticos que sue- námicas de grupo…” (Carbonell, 2002:17). Nótese la
len integrar las propuestas de los grandes teóricos legión de categorías y líneas de análisis que propone
constructivistas. el autor, quien no desconoce esta diversidad tan am-
El problema se agudiza cuando los maestros más plia de abordajes, los cuales tienden a ser más dis-
avezados, quienes se han apropiado de cierto bagaje persos en función a la realidades políticas, sociales,
conceptual, se animan a estructurar propuestas a las económicas, etc., en que se sitúen los “contextos de
que califican como ”innovadoras”, sin saber que el actuación para la innovación”. Esto no hace sino
simple cambio no conlleva innovación. Si bien estas complejizar lo que de origen se encuentra ya caótica-
propuestas son siempre bienintencionadas, el pro- mente estructurado.
blema estriba en que sólo existen en el imaginario de Todo lo anterior hace suponer erróneamente, a
quienes las proponen. No existe en lo general una quien se embarca en la odisea de innovar, que todo
cultura que promueva, o incluso exija, la escritura de cambio es innovación, o como lo señala Carbonell

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(2002) citando a Fullan (1992) “no siempre un cambio ción, pese a que así se ha querido mostrar a la comu-
implica mejora, pero toda mejora implica un cam- nidad académica y a la sociedad.
bio…” O mejor aún: aunque toda mejora implique un Asunto aparte lo representa la imbricación entre
cambio, este cambio no siempre lleva a optimizar. Es- las Tecnologías de la Información y la Comunicación
to puede parecer un contrasentido, sin embargo, (TIC) y el constructivismo. Muchas preguntas pueden
cuántas veces se ha visto que dichas mejoras, vesti- ser pronunciadas a partir de este amasiato concep-
das de reformas aisladas,7 no hacen sino generar con- tual y operativo. ¿Se trata de dos innovaciones tra-
fusión dentro de la cultura organizacional de la insti- tando de adquirir coherencia o de dos innovaciones
tución educativa, la cual para bien o para mal mues- superpuestas? Si esto último es así: ¿Cómo lograr in-
tra cierto nivel de eficacia. En aras de alcanzar los tegrarlas en una sola? Ante el reto de responderlas
nuevos estándares u objetivos de calidad, se busca Carmen Carrión (2008) apuesta a una educación a la
anular los procesos sociales y los ritos escolares que que denomina “para la sociedad del conocimiento”,
se subsumen al “viejo modelo”, mediante posturas sobre la base de proponer nuevas formas de organi-
tan radicales que rayan en la imposición o la coac- zación escolar, de selección de contenidos curricula-
ción, primero administrativa, luego pedagógica y di- res, de propósitos de educación, de evaluación de
dáctica. rendimiento. La justificación parece colindar en la
Un ejemplo de ello lo representan los Sistemas de obviedad: la condición sine qua non de la sociedad del
Gestión de Calidad (SGC), implementados para “re- conocimiento, concebida de acuerdo con los concep-
gular” los procesos administrativos dentro de los tos anteriores, es “la existencia de una fuerza de tra-
planteles,8 para lo cual se encuentran ordenados ba- bajo con las herramientas intelectuales e instrumen-
jo las normas ISO (Organización Internacional para la tales que sea capaz de hacer uso de las innovaciones
Estandarización). Se trata de propuestas que privile- o de crearlas…” (p. 3). Esto supone pensar a las TIC
gian el producto más que el proceso (si bien les inte- como parte de las herramientas conceptuales; son en
resa el proceso sólo es sobre la base de mejorar el todo caso “extensiones del conocimiento”, su uso in-
producto). Para quien conoce estas realidades una volucra aceptar y aprender un caudal de conocimien-
pregunta es obligada: ¿Hasta dónde realmente, en su to que su empleo implica.
categoría de estrategia para mejorar, ha logrado sus Asociadas a la eficacia y eficiencia de los plante-
propósitos en el renglón educativo? les, la misma autora afirma que la calidad es factor
Por si esto fuera poco, la innovación bajo estos clave de las políticas educativas, soportada por las
contextos toma muchas mascaradas. Mientras se ha- TIC, en una era o etapa donde la información se toma
bla de planeación estratégica, cultura organizacional en muchas ocasiones como conocimiento (sin serlo
y decálogos de ética que le acompañan (recetas lis- cabalmente). Todo ello como una forma de internacio-
tas para ser usadas), por otra parte se citan axiomas nalización educativa; globalización a decir de Moacir Ga-
que se dicen constructivistas, las cuales permiten dotti (2003), quien va más adelante y asevera que di-
“vender un mal producto con una buena marca”. El cho proceso socioeconómico fue producto de los
constructivismo se vislumbra como un eslogan pu- avances tecnológicos y no a la inversa, lo cual puede
blicitario que vende, un verdadero “procesador sim- prestarse fácilmente a la controversia.
bólico”. Como resultado de ello, visiones y misiones Bajo estos marcos interpretativos: ¿Cómo acomo-
institucionales se acuñan bajo estos asertos de ver- dar la visión constructivista? ¿En qué momento se
dad. Ni mencionar el “caló” que define al estudiante puede ser constructivista cuando las propias TIC lle-
como “cliente” y al maestro como “empleado”, condi- van explícito e implícito un conocimiento sin el cual
ción que este último acepta con agrado (Díaz-Barri- sería imposible su empleo? Tal vez aquí radique el
ga, 2006). mayor problema que enfrentan los “innovadores”,
Carbonell (2002) al citar la metáfora del río agitado, quienes tropiezan con la fundamentación epistémica
precisa que “…las innovaciones se centran más en el de sus propuestas, además de las operativas, en las
proceso que en el producto; más en el camino que en cuales han librado sus más cruentas batallas concep-
el punto de llegada… no se ocupan tanto del resulta- tuales; al final del día parecen no encontrar los sufi-
do final en sí como de los múltiples y pequeños re- cientes argumentos para vender la idea de una ense-
sultados, objetivos y subjetivos, que van sucediéndo- ñanza y aprendizaje constructivista basado en el uso
se y encadenándose…” (p. 23). Si esto es cierto, en- de las TIC. Mucho menos si se piensa en dirigirlas ha-
tonces los SGC no entran en la categoría de innova- cia la constitución de una sociedad civil planetaria (Ga-

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dotti, 2003), trabajada pedagógicamente a partir de la aprendizaje y de diálogo, donde el aprendizaje coo-
vida cotidiana; máxime que no se habla de cualquier perativo y colaborativo pueden tener lugar (Johnson
vida, sino de una basada en la cultura de la sustenta- et al., 1994).
bilidad. Mientras no encuentren coherencia, las pro- Con base en todo ello, formar personas que sepan
puestas seguirán su recorrido en “denso tropel“, den- negociar saberes, emociones y afectos, en medio de
tro del vasto escenario educativo. una cultura que les impone ritos y hábitos, no es
cualquier cosa. Ya Morin (1999)9 lo advierte cuando
Conclusiones habla de la complejidad con la cual se debe enfrentar
el proceso educativo, y la necesidad de una educación
Resulta interesante atender lo que Hernández-Ro- general que derive en una inteligencia también general. Es esa
jas (2008) expresa: “En forma curiosa, varios de los misma complejidad la que ha hecho que en las insti-
argumentos que empezaron a dar forma a las pers- tuciones de educación superior las comunidades
pectivas constructivistas en psicología precisamente educativas encuentren “evidente por sí mismo” lo
devinieron, en gran medida, de las críticas dirigidas a que creen, “sin creer que lo creen” (Pannikar,
tal postura científica…” (p. 39). Esto en referencia al 2007:55).
conductismo. Habrá que considerar que este tipo de Ejemplo claro de ello lo representa el papel del
apreciaciones permiten inferir el porqué de la divaga- maestro, quien a decir de Díaz Barriga (2005) “…no
ción en torno a los variados fundamentos constructi- percibe que cuando asume un conjunto de comporta-
vistas. Un axioma domina el escenario educativo ac- mientos que muestran ‘dependencia’ de la autoridad
tual: cualquier propuesta que difiera o contravenga educativa, se aleja de su posibilidad profesional…”
los postulados conductistas es bienvenida al amplio (p. 12). Con ello el maestro asume como cierto, sin
contexto constructivista de la educación. No importa reservas ni reflexión, lo que para él es evidente: que
qué tan vaga e imprecisa sea, ni cómo se etiquete, los programas le señalen “…las estrategias metodo-
siempre y cuando se alinee en la larga fila de sus de- lógicas que ‘es recomendable seguir’…”, además de
tractores. He aquí una posible respuesta alternativa marcarles “el tiempo en que debe ser abordado cada
al “consenso constructivista” que de acuerdo con No- tema en el curso escolar…” (p. 12).
vak (1988) y Gil et al. (1999) (citado por Hernández-Ro- Finalmente que no se confunda nadie: los límites
jas, 2008) se ha dado en este momento, el cual deja en que se mueve el constructivismo son claros y pre-
de ser implícito para volverse explícito. cisos. No es justo desestimar los esfuerzos que des-
Pero ya sea que se trate de una reorganización, de éste se hace para averiguar cómo enseñar. Si bien
una reestructuración o una redescripción alternativa todavía queda por resolver qué enseñar y para qué
para entender la realidad, lo verdaderamente impor- enseñar, eso es competencia de otras áreas, de otros
tante en el constructivismo es que nunca se encuen- abordajes teóricos y metodológicos. Exigirle que res-
tra en su forma acabada, por ser el producto de la ac- ponda a todas las preguntas y atienda todas las nece-
tividad constructiva de sujeto cognoscente (siempre sidades propias de la educación es exagerado, cuan-
en singular de acuerdo con Schrödinger, nunca en do no otra utopía.
plural: la conciencia es un hecho en singular). Aquí reside la Algunos otros fantasmas pueden identificarse en
rica veta a explorar, siempre y cuando se aborde des- torno al constructivismo: 1) No todo puede ser apren-
de el talante que el intelecto, la creatividad y la ima- dido, algunas cosas deben ser aprehendidas. Intelec-
ginación proveen. La motivación es importante, pero tualizar todo lo que brinda humanidad a la persona
no basta para ser congruente con las exigencias de es de principio un error. Se debe aceptar que no to-
una práctica educativa que reclama ahora una nueva dos los aprendizajes dependen de la mente. Blaise
pedagogía, llamada por Edgar Morin como planetaria Pascal dijo alguna vez: “El corazón tiene razones que
(2003), o por Delors (1996) como de interdependen- la razón ignora”. No se debe minimizar esto cuando
cia planetaria y mundialización, las cuales se orien- de pensar una didáctica se trate; 2) Buscar alcanzar
tan en una clara postura vygotskiana que alude con hábitos intelectuales, evidenciados por las habilida-
gran empeño una mediación sociocultural; se trata des manifiestas, no es suficiente, todavía queda por
de una auténtica co-construcción mediada cultural- resolver el asunto de los “valores”, preocupación
mente, misma que trasciende al sujeto y al objeto y prioritaria de Morin (1999). Todas las personas ac-
se ubica en las ricas interacciones e intercambios que túan conforme a valores, pero el problema estriba en
realizan las comunidades, ahora definidas como de la “intención” que les acompaña. ¿Cómo aprender es-

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El constructivismo y su papel en la innovación educativa
ARTÍCULOS

to?; 3) Al atender la eterna dualidad “mente-cerebro” publicaciones de los miembros de la Red Latinoameri-
la antigüedad clásica nos legó el trivium y el cuadri- cana Talento. Disponible en: http://www.redtalento.co-
m/Articulos/ WEBSITE% 20Revista%20Magister%20Arti-
vium. Cuerpo sano en mente sana, rezaba el adagio. culo% 206. pdf. [Consultado: 26 de abril de 2010].
Pero ¿Y la conciencia? ¿Será que con definirla como GADOTTI, M. (2003). Perspectivas actuales de la educación. Bue-
una función psíquica superior es suficiente? nos Aires: Siglo XXI.
Es necesario insistir en lo antes dicho: el cons- GARCÍA, E. J. y CANO, I. M. (2006) ¿Cómo nos puede ayu-
tructivismo puede ser un excelente aliado, pero no se dar la perspectiva constructivista a construir conoci-
miento en educación ambiental? Revista Iberoamericana de
le debe responsabilizar de todo lo que pasa o deja de Educación, 41 117-131.
pasar en las instituciones educativas, en los procesos GUIDANO, V. (1994). El sí mismo en proceso. Barcelona: Paidós.
de enseñanza-aprendizaje, particularmente en la di- HERNÁNDEZ-LIRA, N. A. (2007). Manual de psicología cogniti-
dáctica. Díaz-Barriga (2005) señala al respecto que vo-conductual para trastornos de la salud. Libros en Red. Mé-
“Difícilmente se acepta que el reto de la actividad do- xico: Amertown Internacional.
HERNÁNDEZ-ROJAS, G. (2008). Los constructivismos y sus
cente es proponer continuamente estrategias de en- implicaciones para la educación, Perfiles Educativos, XXX,
señanza adecuadas a las condiciones generales de su 122, 38-77.
grupo, que no existe una estrategia que por sí misma JOHNSON, D. W., JOHNSON, R.T., HOLUBEC, E.J. (1994). El
resuelva todos los problemas que se presentan en la aprendizaje cooperativo en el aula. Madrid: Paidós Educador.
MAZARÍO, T. I. y MAZARÍO, T. A. C. (2000). El constructivismo:
situación de aprendizaje…” (pp. 17-18).
paradigma de la escuela contemporánea. Monografía. Univer-
La llegada del constructivismo a las escuelas pue- sidad de Matanzas: “Camilo Cienfuegos” Cuba. Disponi-
de ser el producto de la decadencia de dichas institu- ble en: http://www.bibliociencias.cu/gsdl/collect/libro-
ciones, tal como lo propone Carbonell (2002), pero s/index/assoc/ HASH2243.dir/ doc.pdf. [Consultado 16
también puede ser el resultado del agotamiento de de marzo de 2010].
MICHÉA, J. C. (2002). La escuela de la ignorancia. Madrid: Acua-
una forma de civilización, como lo explica Carmen
rela Libros.
Carrión (2008). En todo caso vale la pena recuperar lo MORIN, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del
que la autora identifica como “noción novedosa”, al futuro. París: UNESCO.
hablar de las tecnologías de la información y la co- MORIN, E., ROGER, C. y MOTTA, R.D. (2003). Educar en la era
municación en la educación, y concebir ahora al cono- planetaria. Barcelona: Gedisa.
PANIKKAR, R. (2007). Mito, fe y hermenéutica. Barcelona: Her-
cimiento como expresión cultural. Desde aquí se puede
der.
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Morata.
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rior frente a las demandas de los nuevos debates edu- tructivismo radical.
cativos. Perfiles Educativos, XXVII, 108, 9-30. 4 Desarrolla en conjunto con Francisco Varela (discípulo),
FERREIRO, R. (2008). Más allá de la teoría: El aprendizaje la hipótesis de que los sistemas vivos pueden ser carac-
cooperativo: el constructivismo social. El modelo edu- terizados como máquinas autopoiéticas es decir que
cativo para la Generación N. Revista Magister, Artículo están en: “...continua producción de sí mismos, a través
No. 6, Órgano para la difusión por vía electrónica de las de la continua producción y recambio de sus compo-

27 Revista de Educación y Desarrollo, 20. Enero-marzo de 2012.


Manuel Villarruel-Fuentes
ARTÍCULOS

nentes, lo que caracteriza a los seres vivos y lo que se paces de preservar las tradiciones civilizadas. Por otra
pierde en el fenómeno de la muerte…” (Biología del Fenó- parte, Gadotti, en Perspectivas actuales de la educación
meno Social, p. 1), todo ello siguiendo a Bateson y Witt- (2003), de manera indirecta le atribuye este fracaso a la
genstein. De acuerdo con él, la realidad es una cons- falta de capacidades del educador, quien al parecer no
trucción consensuada por una comunidad, donde se ha podido entender la dimensión ética de su quehacer.
produce una apariencia de objetividad. Reemplaza el 7 No concuerdo con Carbonell (2002) cuando diferencia in-
concepto filosófico de objetividad por la idea de cons- novación de reforma. Para el autor de estas notas son si-
trucción social. nónimos. La innovación no depende de su profundi-
5 White argumentó a principios de los setentas que existía dad, sino de su capacidad para transformar, para modi-
una similitud entre la literatura y la historia, tanto en la ficar lo establecido. Sus propias definiciones apoyan
forma como en el propósito, con lo cual impulsó la co- esta aseveración.
rriente posmodernista iniciada por Nietzsche, Michel 8 Otorgan las certezas racionales y morales para saber, a las
Foucault y Jacques Derrida. que Carbonell (2002) se refiere.
6 Esto se contrapone a lo dicho por Carmen Carrión, quien 9 A decir del autor: “…favorecer la aptitud natural de la
en La educación en la sociedad del conocimiento (2008) refiere mente para hacer y resolver preguntas esenciales y co-
que todas las sociedades en la historia de la humani- rrelativamente estimular el empleo total de la inteli-
dad han desarrollado instituciones para la educación gencia general…” (p. 16).
de los individuos y las colectividades, para que sean ca-

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