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Foro #3
Foro #3
que la noción de ciudadano, en Latinoamérica, ha sido resquebrajada por lo que establece una
noción muy propia al respecto: ciudadanía del miedo. Esta es producto de la sensación de
inseguridad y miedo que se vive en nuestras ciudades y que ha cambiado el modo de
relacionarnos no solo con el espacio, sino con los semejantes y con el Estado mismo. Según
Rotker, esto nos converte a todos quienes habitamos una urbe en una víctima en potencia, sin
distinción de clase, edad o sexo: "es todo aquel que sale a la calle". La autora cierra este apartado
afirmando que "la violencia social es una reescritura práctica de los espacios urbanos y de los
términos en que están reglamentados los derechos ciudadanos".
A partir de lo dicho por Rotker y a la luz de categorías como ciudadania e imaginario social,
establezca una reflexión sobre el problema, cómo manifiesta (en el sustrato) una violencia política
y de qué forma lo esbozan particularmente ambas películas. Además establezca las variaciones
entre la ciudadania del miedo y la violencia social narrada en Roa y la narrada en Rosario Tijeras.
El término de éxodo o desplazamiento, es natural a las novelas de la violencia partidista (como son
denominadas por Augusto Escobar Mesa) ya que anuncia la condición de marginalidad que es
usual no solo en la literatura colombiana, sino en la producción latinoamericana al mayor (con la
excepcionalidad del Cono Sur): la idea de un grupo de “refugiados internos” que escapando de la
violencia rural se instalan en ciudades no menos violentas –la marginalidad se refuerza al ser
desplazado en la propia tierra-. Las ciudades latinas han crecido desordenadas precisamente
porque yacen pobladas de sujetos en huida, sujetos periféricos en zonas degradas donde la
violencia marginal se vuelve representativa de la realidad y la literatura. La violencia se trivializa
con el hecho diario, usualmente por medio del acto físico, pero lo mismo con la abstracción
foucaultiana de que el poder real depende de la ignorancia de sus agentes (es un dispositivo
disperso): en las periferias de la urbe, el sentido utópico se trastoca y se estas convierten en
metrópolis asediadas por nuevas formas de relación interna; se trata de lo que Judith Butler define
como una “vida precaria”. Esto último se vuelve evidente al narrar (con tintes dramáticos) la vida
de Juan Roa Sierra, cuya condición de precariedad conduce a una potenciación de la violencia, una
percepción de la vulnerabilidad que no solo induce al deseo del uso indiscriminado de la fuerza
sobre su cuerpo (la “gente de plata” que le contrata), sino que además, retroalimenta una
ontología corporal de la dañabilidad (Roa como un protosicario). Esta capacidad epistemológica
para aprehender una vida, alcanza su máxima cuota en “Rosario Tijeras”, cuyo personaje
protagónico se vuelve parte activa de la maquinaria del miedo: justo como la ciudad, yace
escindida entre dos circunstancias (una pujante y otra asediada por conflictos sociales y
económicos) y en consecuencia, el cuerpo de este ser es uno que esta entregado a otros mientras
que en paralelo, supone una amenaza para los ciudadanos de Medellín.
suerte de abstracción de la escisión de las ciudades latinas, divididas usualmente en dos: una
pujante y otra asediada los conflictos sociales y económicos, que encuentran su válvula de escape
en la alteridad utopista, es decir, el miedo y el crimen como respuesta a lo político.
Establezca luego una segunda postura en relación con la presentada por uno de sus compañeros
sobre el tema.
Los conflictos políticos que empezó a padecer Colombia, abrieron el espacio necesario para que
nuevos discursos empezarán a articularse. La falta de interés hacia algunos sectores por parte del
sistema político hizo que ciertos individuos se criaran al margen de la sociedad, margen que se
configura a través de la fatalidad y la tragedia. Estos abandonados son víctimas desde su
concepción y una vez que nacen son susceptibles a ser violados por su propio sistema. En el caso
de Rosario T. ella se entiende como un individuo socialmente determinado, la violencia ejercida a
través de su infancia, la condujo a ser un individuo malvado en términos de Bataille.
Aloha, Bárbara.
revela la condición de marginalidad del sicario (justo igual que la del campesino refugiado) al
demostrar su vulnerabilidad frente a conceptos como al religión (de la que es ferviente seguidor) o
la emocionalidad (el amor atemporal a la madre y el odio al padre ausente), los cuales,
aparentemente le enaltecen dentro de un imaginario social colectivo que yace trastocado por la
misma violencia que ha emigrado desde el campo y ha encontrado en la ciudad, un espacio para
crecer efectivamente.
Para Michel Foucault, el poder real siempre dependerá de la ignorancia de sus agentes. Ningún ser
humano, grupo ni actor único maneja el dispositivo, pero el poder se dispersa a través del aparato
de la manera más eficiente y silenciosa posible, asegurando que sus agentes hagan lo que sea
necesario. Es debido a esta acción que es poco probable que se detecte el poder que sigue siendo
esquivo para la investigación 'racional'.