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TABLA DE CONTENIDO
I. INTRODUCCIÓN
IV ÉPOCA
1. Marco Cronológico…………………………………………………………
2. Autor………………………………………………………………………..
3. Lenguaje y Estilo…………………………………………………………...
4. Fuentes……………………………………………………………………...
5. Formas Literarias y Géneros Literarios…………………………………….
V CONTEXTO POLÍTICO
1. Primera parte………………………………………………………………..
2. Segunda Parte………………………………………………………………
3. Tercera Parte……………………………………………………………….
4. Cuarte Parte………………………………………………………………..
5. Quinta Parte………………………………………………………………..
VI CONTEXTO RELIGIOSO
1. El pueblo judío como pueblo de Dios……………………………………...
2. Tradición y proyección…………………………………………………….
3. Dios y la comunidad de Judá………………………………………………
4. La Ley……………………………………………………………………..
5. El Templo…………………………………………………………………
1
I. Introducción
Para escribir la historia de un periodo relativamente cercano a él, contaba el cronista con
varios documentos. Como fuente principal disponía de las Memorias de los dos
protagonistas, Esdras y Nehemías. Las ciará muchas v3eces literalmente, empleando
entonces la primera persona del singular. Consultó también archivos persas.
El libro de Esdras y Nehemías nos cuenta fundamentalmente una tentativa por volver al
pasado: lo que importa es recuperar la tradición y mantenerse en ella.
2
Conviene advertir además, que la aparente vuelta al pasado es realidad una
profundización: a pesar de lo que piense o diga el cronista, lo cierto es que no se limita a
repetir lo que pudieron decir su héroes, David y Salomón. La meditación sobre Dios
había proseguido a lo largo del destierro.1
Son dos siglos de historia de Israel marcados por las figuras de Esdras, el escriba. A él
se le debe la reconstrucción física de Judá. Es el tiempo de la “recreación” de Israel
como pueblo y del nacimiento del judaísmo, como se conoció incluso en época del
Nuevo Testamento. Las palabras de Esdras formaban al origen un solo libro, relativo a
la reconstrucción del pueblo y sus instituciones, bajo dominio persa. Muchos elementos
de la obra llevan a considerarla en estrecha vinculación con la obra del Cronista, e
incluso algunos hablan de un solo autor.
1
INTRODUCCIÓN DEL LIBRO DE ESDRAS. Biblia de Jerusalén. Ed. Desclée de Brouwer. Madrid
1984.
2
SICRE José Luis, SOKEL, Luis Alonso. Los libros sagrados (Crónicas, Esdras, Nehemías). Ed.
Cristiandad Huesca, 30-32. Madrid, 1976. p. 204-205.
3
II. CONTEXTO GEOGRÁFICO
En este mapa se puede observarse cómo la provincia de Judá está reducida a sus
mínimas proporciones. Los edomitas habían invadido el país tras la caída de Jerusalén y
se habían apoderado de todo el sur de la tribu de Judá, incluida Hebrón, la ciudad más
emblemática. Durante esta época serán continuos los conflictos con la provincia de
Samaría, empeñada en impedir la reconstrucción de Judá tras el exilio. También habrá
tensiones por parte de los Tobíadas de la vecina provincia de Amón en la Transjordania
que estuvieron continuamente interfiriendo en los negocios de Judá.3
3
ATLAS BIBLICO OXFORD. Ed. Verbo Divino. Madrid 1989. Pág. 79
4
Para valorar las tenciones que caracterizan a estos años, se imponen algunas
observaciones. Recordemos en primer lugar que el destierro no fue tanto una
desertificación como una recapacitación. Por otra parte el retorno permitido por el
edicto de Ciro del 538 (Esd 1, 2-4) se limitó a unas cuantas caravanas durante algunos
años, pero no llego a flujo masivo con que se soñaba durante el destierro. Muchos
deportados se habían arraigado en Babilonia y no quisieron perder su situación; solo la
gente ya anciana se acordaba del país.
En la expansión del imperio, podemos ver que Ciro creó el vasto imperio persa, que se
extendía desde Sogdiana desde el nordeste hasta el mar Egeo en el oeste y que incluía
todo lo que había pertenecido al imperio Babilónico. Ciro publicó en Ecbatana el
decreto que devolvía la libertad a los judíos deserrados (Esd 6, 1-5). Su hijo Cambises
invadió Egipto, triunfo en pelucio, conquisto Heliopolis y Menfis después de poner
asedió de estas ciudades y remonto el curso del nilo.
Artejerjes I, reprimió movimientos de insurrección en Bactria y Egipto. Durante el
reinado de este monarca, Nehemias llego a Jerusalén. Darío II que reinó después del
reinado de 45 días en Jerjes II, sofoco insurrecciones en media y Lidia, pero Egipto se
perdió, se conserva una carta de este monarca dirigida en el año 419 a los judíos de
Elefantina, en la que da normas para celebrar debidamente la fiesta de los panes ázimos.
Esdras llegó a Jerusalén e impuso el cumplimiento de la Ley. Artejerjes III reconquisto
Egipto, perdió y volvió a ganar Felicia, y concertó una lista con Atenas en contra de
Filipo de macedonia.
5
III. CONTEXTO HISTÓRICO
1. Nombre:
Este libro recibe el nombre de los principales personajes de que se ocupan, que a su vez
parecen estar al origen de los dos libros; tal vez a partir de relatos de tipo personal a
modo de memorias o diario.
2. Lugar y fecha:
Es muy probable que haya que ubicar en Jerusalén, el lugar de la redacción de esta obra,
al menos en su forma final. En cuanto a la fecha, hay que hacer precisiones. El
comienzo de Esdras se refiere a fechas muy concretas, como es el caso del decreto de
Ciro, hacia el 538 a.C. (Esd 1,1); además, Esd 4,24 se refiere a la detención de las obras
del templo hasta el segundo año de Darío (520 a.C.), mientras que en Esd 6,15 se dice
que el templo se terminó en el sexto año de Darío, o sea hacia el 515 a.C. De Esdras en
particular se dice que llegó a Jerusalén el séptimo año de Artajerjes (Esd 7,7), lo cual
sería hacia el 458 a.C. En resumen, las misiones de Esdras habría que ubicarla entre 458
– 445 y 445 – 433 respectivamente. En definitiva, la última redacción de Esdras habría
que situarla en torno al 300 a.C.
IV. ÉPOCA
6
430: Nehemías y Esdras en Jerusalén. Lectura de la Ley, reformas.
429: Artajerjes concede poderes a Esdras para promulgar la Ley. Muerte de Perícles.
428: Reformas de Esdras.
423-404: Darío II. Los samaritanos construyen el templo en el Garizín.
405: Rebelión de Amirteo e independencia de Egipto; dinastía XXVIII, XXIX, XXX
hasta 342.
404-359: Artajerjes II.
401: Rebelión de Ciro el joven, batalla de Cunasa; retira de los diez mil (Anábasis).
339: Muerte de Sócrates.4
1. Autor: Ya hemos mencionado antes la teoría de un solo autor (el Cronista, que para
algunos se trataba del mismo Esdras) para la obra que incluiría Cro-Esd-Neh, a partir de
ciertas afinidades lingüísticas y convergencias de tipo teológico entre estos libros; sin
embargo, últimamente han surgido muchas dudas y críticas al respecto. Hay quien
plantea incluso la existencia de un autor para cada uno de estos tres libros; otros asignan
Crónicas a un autor y Esd-Neh a otro; en tales casos, sería muy difícil precisar la
identidad de dicho autor o autores.
4
Ibíd., 203-204
5
El arameo era una lengua semítica antigua, usada como lengua diplomática en Oriente, ya antes del
imperio persa (cfr. 2 Re 18,26-28).
7
informaciones, desde relatos muy humanos hasta inventarios de bienes materiales (cfr.
Esd 1,9-11; 2; 8,1-14; Neh 7; Esd 7,1-5; 10,18-43; Neh 3; 10,1-27; 11,3-36; 12,1-26).
Por otra parte, la armazón de la obra está constituida principalmente por la relación de
Esdras y Nehemías.
La relación de Esdras se puede distinguir fácilmente si quiere utilizar los datos
cronológicos y evidentemente emparentados que se leen en Esdras 7,9 (primer día del
primer mes)… según este dato, Esdras debió permanecer en Jerusalén alrededor de un
año. La relación formal de su informe, destinado a las autoridades persas, se extenderían
de Esdras 7,1 a 10,44.
La relación de Nehemías comprende los 7 primeros capítulos del libro, excepción hecha
de dos documentos que fueron insertados, uno contemporáneo que conserva los
nombres de las reconstructores; esotro de origen más antiguo que enumera a lo primeros
repatriados.
V. CONTEXTO POLÍTICO
1. Primera parte:
Esdras 1-6. Narra el retorno de los primeros exiliados de Babilonia, gracias al permiso
concedido por el rey Ciro. No obstante las dificultades provenientes de los dirigentes
nacionales y de los adversarios del judaísmo, sobre el lugar del templo se erige un altar
para el ofrecimiento de sacrificios. Muchos años más tarde, en tiempos del rey Darío I y
de los profetas Ageo y Zacarías, fue construido el Templo (2°) de Jerusalén.
2. Segunda parte: Esd 7-10. Aquí se describe la obra del sacerdote y escriba Esdras,
que recibe del rey de Persia Artajerjes, el encargo oficial de ir a Jerusalén para iniciar
una radical reforma, especialmente en el campo de la práctica de los matrimonios.
3. Tercera parte: Neh 1-7. Nehemías, como alto funcionario del rey Artajerjes, obtiene
la autorización para ir a visitar la Ciudad Santa, y para comenzar la reconstrucción de
los muros.
4. Cuarta parte: Neh 8-9. Esdras restaura el culto y la celebración de las fiestas en
plena conformidad con la ley de Moisés llevada desde Babilonia.
6
HERRMANN, Siegfried. Historia de Israel, en la época del Antiguo Testamento. Ed. Sigueme.
Salamanca, 1985. p. 393.
8
5. Quinta parte: Neh 10-13. Nehemías, durante una segunda estadía en Jerusalén,
inaugura solemnemente los muros reedificados y toma varias medidas para reformar la
vida moral y civil de la comunidad judía.
El imperio surgirá por obra de Ciro. Al revelarse contra el rey meda Astiages, consiguió
la unidad de medos y persas (549). El imperio iranio se constituyó en unas pocas
décadas. Después de apoderarse de Ecbatana la capital de los medas, le llegó el turno a
Sardes, la capital de Creso. Frente al conquistador persa sólo quedaba el imperio
babilonio de Nabonido. Después de varios años de espera, Ciro marchó contra
Babilonia, y consiguió entrar en ella sin necesidad de combatir en octubre de 539. Fue
entonces cuando Ciro proclamó el estado de paz y desarrolló una política tolerante. Esta
benevolencia de los persas, pueblo arios, contrasta con la crueldad de los semitas
-asirios y babilonios- que habían fundado sus imperios precedentes sobre el exterminio,
la tortura y las deportaciones.
Con el rey Darío el imperio persa alcanza su apogeo. Magníficos palacios se elevan en
Susa y Persépolis. El imperio se reparte en una veintena de satrapías y el Oriente
disfruta de un sistema organizativo de la administración, que asirios y babilonios habían
sido incapaces de darle. Judá forma parte de la 5ª satrapía con toda la costa mediterránea
y Chipre.
No obstante la libertad con la cual el autor utiliza sus fuentes, y el propósito religioso
aplicado a toda la obra, no se puede dudar del alto valor histórico de este corpus
literario. Los documentos oficiales representan un precioso material que nos hace
conocer las condiciones en las cuales vivía en Jerusalén la comunidad judía en la época
del retorno del exilio de Babilonia. Las referencias tácitas o explícitas a la historia de
Oriente concuerdan con los datos de la historiografía profana. La exactitud y
verosimilitud de muchos detalles ha sido comprobada, como por ejemplo la política
conciliadora de los Persas respecto de los pueblos de su imperio, el dispositivo
administrativo del estado persa, las relaciones entre el Gran Rey y sus gobernadores, la
oposición samaritana contra la comunidad judía en Palestina, etc.
9
La restauración postexílica representa una nueva etapa, después de la promesa, la
alianza y el exilio, en la constitución del pueblo de Dios sobre la tierra. El centro de la
comunidad restaurada es el templo reedificado; el lugar donde se celebra el culto es el
signo real y físico de la presencia de Dios en medio del pueblo. Jerusalén, que alberga el
edificio del templo, es la Ciudad Santa del presente y del futuro. Las medidas tomadas
por Nehemías para repoblar la ciudad y las prescripciones a favor del respeto del
sábado, prueban que Jerusalén debía mantener el privilegio de ser la Ciudad de Dios y
de su pueblo santo.
La nación judía, privada de la independencia política, tenía la misión de dar forma a una
comunidad religiosa que, fiel a la antigua tradición, afrontara con valentía las exigencias
requeridas por las nuevas circunstancias. En este contexto surgen los dos personajes
encargados de liderar dicha tarea. La obra de reconstrucción continuará en la institución
de la sinagoga, en la actividad de los escribas, cultores de la Ley, del consejo de los
miembros del sanedrín. Estos son las características del judaísmo que pronto tendrá que
afrontar la dramática confrontación con la cultura y el poder helenístico.7
La obra de los restauradores aparece como una renovación de las intenciones salvíficas
de Dios. Constituye una nueva marcha hacia Cristo después de la promesa, de la
alianza, de la cautividad babilónica. Pero esta etapa tiene caracteres particulares que es
necesario especificar.
Se distingue en primer lugar por el aspecto religioso que reviste la comunidad. Se pudo
creer hallarse ante una restauración del reino terrestre de David, un advenimiento de
príncipe mesiánico, el establecimiento de reino universal de Yahveh. Pronto hubo que
renunciar a toda ilusión. Zorobabel si bien descendiente de David y aclamado por Ageo,
ni con más razón Nehemías que no era del linaje davídico, restaurarán la realeza. Uno y
otro, yavistas fervientes, entregados a la gran obra de la restauración, dan ejemplo de
perfecta lealtad frente a las autoridad es persas. La comunidad judía se orientará más
bien hacia un perfeccionamiento específico, el yavismo, y no tanto hacia la reconquista
de la independencia civil.8
Como hemos tenido que repetirlo para cada libro histórico, también en este caso hay
que recordar que la finalidad primordial de esta obra no es histórica sino teológica.
Entre sus principales mensajes religiosos, se destaca la idea misma de la “restauración”
a partir de la Ley de Dios; y esto implica también que Dios sigue siendo fiel a sus
promesas. El pueblo debe tomar conciencia de la necesidad de mantenerse fiel a los
preceptos de la alianza, si quiere seguir existiendo como pueblo. Dentro de este marco
doctrinal, se pueden resaltar algunas ideas particulares.
7
TASSIN, Claude. El judaísmo (Desde el destierro hasta el tiempo de Jesús). Ed. Verbo Divino. Estella,
(Navarra) España, 1999. p. 20.
8
CASELLEZ, Henry. Introducción crítica al Antiguo Testamento. Ed. Herder, Barcelona, 1989. p. 721.
10
1. El pueblo judío como pueblo de Dios:
Podríamos afirmar que se trata del tema de fondo de toda la obra. En efecto, al relatar la
historia de un pueblo que vuelve del exilio y se asienta de nuevo en la tierra prometida,
se quiere presentar la importancia que tiene este pueblo para Dios; se trata del pueblo de
la Alianza, elegido por Dios, que por haberse apartado de Yahvé tuvo que verse privado
de su propiedad básica y fundamental: la tierra. Sin embargo, no obstante su infidelidad,
sigue siendo pueblo de Dios, pues el Señor nunca falta a su Alianza y sus promesas; por
eso le permite volver a su patria y reconstruirse como pueblo. Esto hace que la
esperanza del pueblo se mantenga firme, aun en medio de las vicisitudes de su historia.
Dios sigue actuando en la historia de este pueblo, sigue escribiendo en este pueblo su
historia de salvación. Pero la elección de Israel no impide que Dios se manifieste y
actúe por medio de otros pueblos o personajes extranjeros, como el caso de Ciro, Darío
y Artajerjes, que son presentados en esta obra como instrumentos del diseño salvífico de
Dios (cfr. Esd 1,1; 5,5; 6,14.22; 7,27; 8,22; Neh 2,8; 4,14.20). El sentido de pertenencia
a este pueblo de Dios, se manifiesta en un marcado compromiso de unidad y
solidaridad: así se nota, por ejemplo en quienes aunque no regresen a la patria, envían
su aporte para la reconstrucción (Esd 1,6), o en la actitud del mismo Nehemías, quien
deja un importante cargo en la corte persa para dedicarse a su pueblo (Neh 5); en las
múltiples manifestaciones de ayuda y colaboración al momento de reedificar el templo y
las murallas de la ciudad (Esd 3; 6,14-18; Neh 3-4; 6; 11), y hasta las legislaciones que
presenta buscan garantizar o fomentar la unidad del pueblo (Esd 10; Neh 13,23-30).
2. Tradición y proyección:
En esta obra literaria es clarísima la continuidad y vigencia de la alianza. Cuando se
hace una revisión del pasado del pueblo, se hace precisamente para constatar las
múltiples intervenciones salvíficas de Dios a su favor (Esd 9,6-15; Neh 1,5-11; 9,5-37).
Otro signo de esta actualidad de la alianza con Dios es la insistencia en la centralidad
del culto en este pueblo de la época de la restauración, lo cual revela el interés por
rendir adoración al único Dios. De todo esto surge una apremiante invitación a la
fidelidad respecto de dicha alianza.
11
4. La Ley:
Es otro de los temas importantes a lo largo de toda la obra. De un modo particular, la
figura de Esdras se presenta estrechamente vinculada al libro, a la escritura y a la
proclamación de la Ley. La frecuente referencia al “libro de la Ley”, nos permite
suponer que se tratara de la ley mosaica (Esd 3,2; 6,18; 7,6; Neh 1,7.8; 8,1.14; 9,14;
10,29; 13,1). Las características particulares de este “libro” siguen siendo objeto de las
más variadas propuestas y discusiones: algunos piensan que se pudiera ya tratar del
Pentateuco; otros sugieren que pudiera ser una obra editada y compilada en Babilonia,
elaborada por la escuela sacerdotal, y que podría incluir Éxodo, Levítico y Números,
más bien de carácter legal, que luego habría sido asumido en conjunto o en partes, para
la formación del Pentateuco tal como lo conocemos hoy; otros, en cambio, piensan que
el libro aquel era una parte del Deuteronomio o una edición anterior a la que tenemos
ahora. Lo que es cierto es que se trataba de un libro con carácter normativo para todo el
pueblo, y expresaba la voluntad de Dios; más aún, era un signo de la presencia misma
de Dios en medio de su pueblo (Esd 7,6).
A partir del año 515 a.C. en que se termina la construcción del templo apenas sabemos
nada de los acontecimientos en la pequeña provincia de Judá. Este silencio de las
fuentes se ve sólo interrumpido por el ministerio de Esdras y Nehemías sobre el cual
tenemos una importante fuente de formación en los libros que llevan sus nombres. Son
ellos realmente los que perfilarán las líneas maestras del judaísmo postexílico.
Nehemías, por su parte, llevó a cabo una serie de acciones de tipo económico y político,
orientadas a dar viabilidad social al judaísmo, como la reconstrucción de las murallas de
Jerusalén o la regulación civil del shabbat. Para la reconstrucción de las murallas tuvo
que superar la oposición frontal de los pueblos vecinos, sobre todo de Sanballat I,
gobernador de Samaría y otros gobernadores vecinos.
En esta época empezamos a oír por primera vez acerca de una colonia judía establecida
en Elefantina, una pequeña isla en el Nilo que contaba con una guarnición militar judía.
12
Tenía un templo dedicado a YHWH, pero al parecer también se daba culto a El Betel y
a Anath, lo cual indica que los judíos allí presentes podían provenir del Reino del Norte,
y no habían aceptado la centralización del culto a YHWH en Jerusalén hecha por Josías.
Una comunidad humana en sus comienzos necesita sólo un pequeño número de leyes
fundamentales. Pero cuanto más se desarrolla y diversifica esta comunidad, mayor
necesidad hay de instituciones nuevas. Es exactamente lo que pasó en Israel. Cada vez
que una nueva colección de leyes era articulada, era mucho más voluminosa que la
precedente. La más vasta de todas es con mucho la ley sacerdotal, y esto mismo es lo
que nos lleva a pensar que es la más tardía.
5. El Templo:
En torno al templo giran muchos personajes y acontecimientos de esta obra literaria:
Zorobabel y el sacerdote Josué toman posesión del lugar levantando un altar para
ofrecer sacrificios, y así se inicia la construcción del templo. Después, los profetas Ageo
y Zacarías ben Idó intervienen para animar la construcción del santuario. Sin embargo,
son los propios Esdras y Nehemías los personajes que subrayan con más énfasis la
importancia del templo y de la vida religiosa del pueblo de Israel. Son abundantes
también las menciones del personal en función del templo: sacerdotes, levitas, cantores,
porteros, etc. Pero el Templo en sí mismo parece convertirse todo él en espacio
sacratísimo, reservado sólo para Dios, mientras que el resto de la ciudad parece
convertirse en espacio de celebración del culto; esta ampliación del espacio del culto a
toda la ciudad probablemente haya que interpretarla como un intento de poner de relieve
que toda la comunidad postexílica es el lugar de la presencia de Dios, a quien hay que
celebrar por medio del culto, honrar con la observancia del sábado y amar mediante el
cumplimiento de la Ley. Desde el inicio de esta obra, se describe con todo detalle el
inventario de restitución al templo de los objetos de culto, y presenta el viaje de Esdras
casi como si tuviera por única finalidad volver a llevar a la Casa de Dios sus utensilios
de culto.
Al llegar a Jerusalén, lo primero que hicieron fue alzar un altar y ofrecer sacrificios a
Dios, ¡aun antes de levantar sus casas! y celebraron la Fiesta de los Tabernáculos, en
tiendas de campaña. El Templo, lo comenzaron a edificar Zorobabel y el sacerdote
Josué, a los dos años de llegar, pero aparecieron enemigos, envidiosos, que mandaron
mensajes falsos al Rey de Persia, y las obras se pararon. Hasta que con la ayuda de los
profetas Ageo y Zacarías, el ahora Rey de Persia, Darío, dio la orden de que podían
continuar las obras... y 4 años más tarde, en el 516, el templo estaba reconstruido en el
mismo lugar, y dedicado, 20 años después de llegar, más pequeño que el de Salomón,
pero bello y celebraron la Pascua.
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El Templo estaba construido, pero la gente vivía en pecado, se habían casado con
paganos y adoraban a dioses falsos y los jefes y magistrados fueron los primeros en
cometer este pecado. Así dice Esdras, "al oír esto rasgué mis vestiduras y me arranqué
cabellos de mi cabeza y de mi barba" ¡literalmente se arrancó los cabellos! y ¡Esdras
oró!, en ese cap.9, pidiendo misericordia al Señor, y exhortó a los judíos a no pecar y
los judíos reconocieron la magnitud de su pecado, se arrepintieron, e hicieron un pacto
con Dios, jurando expulsar del país a todas las mujeres extranjeras, paganas, lo que
hicieron en tres días. Y Esdras siguió juzgando después cada caso en particular, de los
casados con paganas, y que ya tenían hijos, ¡muchos de ellos sacerdotes.
En ese sentido, la oración es el arma poderosa del cristiano, la bomba atómica de todos
los tiempos, la oración y el ayuno, como nos dice que hizo Esdras, le dio fuerzas para
hacer lo que tenía que hacer. Todos somos servidores, y todos tenemos que hacer como
los servidores de las Bodas de Caná, ¡poner el agua donde se necesita vino! ¡y Dios hará
el milagro!, convertirá el agua en vino, ¡y sólo el agua que nosotros pusimos! es lo que
hizo Esdras: Rezó, ayunó, y habló a sus conciudadanos algo que es casi nada, ¡un poco
de agua!, ante aquella avalancha de pecado, pero Dios hizo el milagro, y los judíos se
arrepintieron, y dejaron el pecado, y salvaron a Israel entero.9
9
CASELLEZ, Henry. Introducción crítica al Antiguo Testamento. Ed. Herder, Barcelona, 1989. p. 723.
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BIBLIOGRAFÍA
BRIEND JACQUES. Israel y Judá (En los textos del próximo Oriente Antiguo).
Ed. Verbo divino. 1982.
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