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 Monición:

Hermanos y hermanas: nos reunimos junto a María,


Madre de Gran Misionero, para pedir su intercesión ante el
Dador de todo bien, para que nos de la alegría de vivir con
gozo el don de nuestra propia misión y la gracia de poder
sembrar con nuestro testimonio la Semilla de la llamada
Divina, en el corazón de tantos niños de nuestra
comunidad parroquial.

 Oración Inicial:
María Madre de los misioneros, que supiste decir tu “Sí”,
con tanto amor y entrega, enséñanos a responder
valientemente a la llamada del Señor. Haz que a tu
ejemplo, sepamos darnos a Cristo... dejarlo todo... y
seguirle para siempre. Madre, pide a tu Hijo, Señor y
dueño de la mies... que suscite muchos misioneros entre
nosotros. Que tu “Sí” nos una y nos interpele... que tu
generosidad nos convenza y nos decida. Madre te
confiamos nuestra niñez y nuestro futuro... la vida
entera... ponemos en tus manos nuestra vocación y nuestra
fidelidad... Haznos dignos de tu hijo amado.. Sé la Madre
de nuestro “Sí”.

PRIMER MISTERIO: La Resurrección de Jesús.


Hoy, como ayer y siempre, Jesús es resucitado. Él es el Dios de la vida y de la alegría. Es la
primicia de los resucitados. Su resurrección es garantía de la nuestra.
*. Pidamos a la Virgen que los niños, en la búsqueda de orientación de su futuro, encuentren su
realización en Jesús resucitado y lo digan con la total entrega de sus vidas.

SEGUNDO MISTERIO: La Ascensión del Señor.


Mientras deja la tierra, Jesús confía a los Apóstoles la misión de predicar el Evangelio a todas
las gentes. Desde ese momento, la Iglesia es misionera “Enviada por Dios para ser Sacramento
universal de Salvación, se esfuerza en anunciar el Evangelio a los hombres” (Ad. Gentes, 1).
*. Pidamos a la Virgen que suscite en los niños más comprometidos la vocación misionera.

TERCER MISTERIO: La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).


El Espíritu Santo concede dones particulares y distribuye a cada uno como Él quiere, para que
también ellos contribuyan a la edificación de toda la Iglesia en la caridad.
*. Pidamos a nuestra Santa Madre que así como en el Cenáculo imploró para los Apóstoles el
don del Espíritu Santo, implore sobre los niños cristianos, la luz necesaria para
comprometernos en la salvación de los hombres.

CUARTO MISTERIO: La Asunción de la Virgen María.


“La Virgen Inmaculada preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el
curso de su vida terrena, en alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial” (LG, 59). Alcanzar el
cielo es el premio de aquellos que son fieles en el seguimiento de Jesús como hizo María, hasta
la cruz..

QUINTO MISTERIO: La Coronación de la Santísima Virgen.


“La Virgen María fue enaltecida por el Señor, como Reina del Universo para que se asemejara
más plenamente a su Hijo” (LG, 59). Todos los cristianos estamos llamados a ser semejantes a
Cristo en la santidad y en el amor.
*. Pidamos a la Virgen que todos los cristianos se comprometan a vivir la vocación cristiana a
la santidad.

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