La humanidad ha pasado por un gran proceso de aprendizaje, observación,
investigación, experimentación y análisis del entorno que lo rodea, para así subsistir, tal como hace millones de años, en donde usaban lo poco que sabían para salir adelante. Poco a poco fueron entendiendo y desarrollando esa capacidad única que gozan entre los seres vivos del cual su dote es imprescindible para progresar, la razón. Esta herramienta fue vital para avanzar, crear y sobre todo innovar. Creamos la CT&I como parte importante del progreso, aunque, esto no es todo, gracias a la razón, generamos juicios y cuestionamientos de todo, por tanto, desarrollamos distintos campos como la ética con el cual podemos objetar que es correcto o no, dentro de otros campos como la política, etc. El proceso evolutivo no ha sido tan solo por la selección natural, sino también por como nosotros usamos lo que nuestro entorno dispone para mejorar la calidad de vida y en el peor de los casos, destruirla. Hemos incursionado en la ciencia y la tecnología, en tanto a las necesidades que tengamos, pero seguimos haciendo descubrimientos que nos lleven lejos; soñamos nuestro futuro y luchamos por hacerlo realidad, y como todo, estos hallazgos tienen sus pros y contras, por ejemplo, la gran conmoción que causaron los medios de transporte, el cual nos proporciona una ventaja enorme, por como economiza tiempo y facilita llegar de un sitio a otro, etc. aunque, evidenciamos como a partir de este medio se comenzaron a dar las emisiones de gases contaminantes, obstruyendo y generando demasiados daños en el medio ambiente. Añadido o como parte de la CT encontramos este complemento que genera asombro por como revoluciona algo que ya existe o por como crea algo, nuestra creatividad e innovación. A parte del beneficio en cuanto a cómo ayuda un producto, contamos con el aspecto estético, lo cual atrae a las personas a que hagan parte de tal “proyecto”. Actualmente todo es un mercado, y los productos que se ofertan no son tan solo carros, celulares, etc. sino ideologías. En la política encontramos al ser humano en un papel de juicio y determinación, donde actúa por convicción para cumplir un beneficio común (lo cual puede incluir a su país, o simplemente un grupo) sobrepasando a cualquiera que se oponga y se une a quien le apoye o le brinde una mano, el humano en este ámbito o desde la creación de la democracia en Grecia reconoció que aparte de crear objetos, debía crear leyes, códigos y reglas para mantener el orden y el equilibrio. “El desarrollo humano tiene por objeto las libertades humanas: la libertad de desarrollar todo el potencial de cada vida humana (…) Esta dimensión universal es lo que confiere al enfoque del desarrollo humano su singularidad.” 1 La libertad entorno al desarrollo es relativa, ya que usarla no siempre confiere un fin adecuado que permita la conservación de la vida, se puede comprender por cómo se emplea,
Harold Andrés Casallas Moreno
que la libertad es bella y caótica, gracias a esta, nace la ética, puesto que aquí somos libres de decidir y opinar, determinando que tan bueno o malo puede llegar a ser algo; hemos avanzado en nuestra concepción de las cosas y en cómo las analizamos ya que día a día se generan nuevas ideas que permiten formar un pensamiento más claro con el que juzgamos o categorizamos. ¿Quiénes somos? Esta pregunta puede ser tan enigmática y confusa, que por ahora puedo decir, somos evolución. El ser humano ha progresado bastante en el pasar del tiempo; en un abrir y cerrar de ojos pasamos de la máquina a vapor a un robot que hace todo, hemos desarrollado no solo la ciencia o la tecnología, también la economía, la política, la ética, y diferentes ramas del conocimiento, y a pesar de esto aún seguimos en transición, actualmente vivimos, tal vez, lo que algún día fue una utopía, pero no nos sentimos gloriosos ya que planteamos un nuevo modelo utópico donde nos convertimos en esclavos de la tecnología. Entre tanto, nos conformamos en dar solución urgente a problemas, como los medioambientales y aumentar el consumismo. A la par de esta evolución encontramos la destrucción de nuestro entorno y de las personas que se quedaron atrás por culpa de la escasez de recursos y de cómo aún donde viven se encuentra en subdesarrollo; la avaricia ha logrado arrasar con afán la naturaleza, y en vez de apoyar su conservación, buscamos otro planeta en el cual podamos habitar.
Harold Andrés Casallas Moreno
BIBLIOGRAFÍA 1. JAHAN, Selim. Informe sobre Desarrollo Humano 2016. p 3.