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Nombres: ​Harold Andrés Casallas Moreno - María Fernanda Angarita Angarita  

Curso: ​1101 
 
2.600 metros más cerca de las estrellas  
 
Bogotá, una gran ciudad que puede ser considerada como una gran “selva de
cemento”, sin embargo, en esta selva existen varios sitios que están llenos de
naturaleza que tienen diversidad de olores y colores, uno de los sitios más
reconocidos en esta gigantesca metrópolis es Monserrate, su altura es la elevación
que marca un inicio y un fin a una urbe altruista y procaz.

En la cima podemos sentir serenidad y paz con el suave cobijo del color verde que
nos aleja del ruido de los carros para sentir el cantar de las diferentes aves que
habitan allí; y concebimos la sensaciòn de grandeza al saber que tenemos una ciudad
entera a nuestros pies. De esta manera, visitar este lugar no solo tiene un propósito
religioso, sino que a su vez puede resultar una experiencia para conectar tanto con la
naturaleza como con nosotros mismos.

Para llegar a la cima existen tres modos: mediante el sendero peatonal, el teleférico o
el funicular; una de las formas en que encontramos provechosa la visita a Monserrate
es mediante la caminata por el sendero peatonal ya que nos brinda un espacio de
reflexiòn en el que aclaramos nuestra mente, poco a poco que se asciende en la
caminata se puede ir enriqueciendo el autoestima y el coraje por el simple hecho de
sentir esa superioridad ante la ciudad. Màs sin embargo a travès de los otros dos
modos se hace la visita a Monserrate algo màs efìmero, pero tambièn posee la ventaja
de disfrutar de la espectacular vista de lo que son las grandes construcciones del
hombre y de la Pachamama, a su vez, durante un pequeño instante nos permite
sentir detenidamente la manera en que la naturaleza nos habla y nos transmite sus
vibras.

Mirando desde un punto de vista religioso, indudablemente hay un acercamiento


hacia Dios, ya que se puede percibir en la cima un poder trascendental de lograr
alcanzar el cielo. De esta manera logramos conectarnos con gran parte de la creación
de Dios por lo que nuestra fe se conecta a el deseo de que puedan ser posibles ciertas
peticiones. Muchas personas suben allí a cumplir penitencias para agradecer por
algún milagro concedido por Dios asimismo renuevan sus votos de fe con ese ser
omnipotente.

Monserrate más allá de ser un lugar de conexiòn con la naturaleza en la que


aclamamos tranquilidad o de conexiòn religiosa en la que promovemos nuestra fe, es
una representación simbólica de Bogotá, la cual nos representa a nivel mundial pues
ya que a través de sus diversos colores, sonidos y olores que emanan de este logra
hablar de una manera visual con el que se transmite ciertas sensaciones, incluso
refleja cómo es el pueblo colombiano, una sociedad que es devota a Dios y a
Colombia en donde en medio de tanto gris tanto de los edificios como de la polución
existe un lugar lleno de naturaleza y vida.

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