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CASO EN CONTRA DE RAFAEL URIBE NOGUERA

PRESENTADO POR:
ANGIE STEFANY OSPINA MAJÉ

PRESENTADO A:
Dr. ERBEY ENRIQUE RODRÍGUEZ FLOREZ

UNIVERSIDAD ANTONIO NARIÑO – SEDE BUGANVILES


PROGRAMA DE DERECHO
ARGUMENTACIÓN JURÍDICA 6
NEIVA – HUILA
2020

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CASO EN CONTRA DE RAFAEL URIBE NOGUERA

Inicialmente voy a asumir el rol de ACUSADOR con referencia a el caso de


Rafael Uribe Noguera, sujeto procesal conocido en el medio colombiano, mi
argumento jurídico es en contra de éste.
FALACIAS
ANALOGÍAS

PERFIL DEL ACUSADO


¿Quién es Rafael Uribe Noguera,
señalado por el feminicidio de Yuliana
Samboní?
Rafael Uribe Noguera, de 38 años, es
miembro de una prestante familia capitalina.
Bachiller del Gimnasio Moderno (1996),
donde lo recuerdan por haber sido jefe de la
banda de guerra, y arquitecto de la
Universidad Javeriana (2003), donde algunos mencionan que tuvo líos por el posible
plagio de su tesis. Actualmente trabaja en la empresa familiar Lascaux construcciones
SAS. Rafael vivía en un apartamento de Chapinero Alto (carrera 1ª con calle 68), pero
tenía acceso a otro apartamento de la familia, donde encontraron el cadáver de
Yuliana Samboní.
Los que han conocido a Uribe Noguera lo describen como jovial, educado, fiestero,
buen deportista. Amante a su bicicleta. Sin embargo, también como alguien mujeriego,
celoso, montador, bebedor… Una “caspa”, “con tendencias delincuenciales”, como
se dijo en otros medios. La familia Uribe Noguera sabía de su problema con las drogas
y el alcohol. Solía perderse “durante días”.
Y aunque aún no hay registros oficiales sobre un pasado delincuencial, en medio del
mar de versiones, se conoció que Uribe Noguera, a comienzos del año, supuestamente
protagonizó un intento de abuso cuando abordó y acosó a una mujer. Ella logró huir y
puso el caso en conocimiento del CAI del barrio.

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Es hijo de Rafael Uribe Rivera, quien fue decano de la facultad de Arquitectura de la
Universidad Javeriana, y de María Isabel Noguera, representante legal de la
empresa Lascaux Construcciones SAS. Sus hermanos son el abogado Francisco Uribe
Noguera, socio de la prestigiosa firma Brigard & Urrutia, y Catalina Uribe Noguera. La
Fiscalía investiga a personas cercanas al procesado, quienes posiblemente le
ayudaron a alterar la escena del crimen. 
El crimen por el que lo acusan afectó a toda su familia, como los Uribe Noguera lo
dijeron en un comunicado. La camioneta Nissan X-trail color plata, modelo 2009, de
placas DBO960, en la que secuestró a Yuliana estaba a nombre de su cuñada Laura
Arboleda, habría raptado a Yuliana. 
Por su parte, sus hermanos fueron llamados a interrogatorio por la Fiscalía, como parte
de la investigación por la posible alteración de la escena del crimen. De Catalina Uribe
Noguera se dice que estuvo en el apartamento donde encontraron el cadáver, horas
antes de que llegara la Policía. La Fiscalía busca quién se dio a la tarea de bañar el
cuerpo para borrar rastros de una agresión sexual.
Según las evidencias recolectadas por los investigadores, Uribe Noguera había visitado
el barrio Bosque Calderón en tres ocasiones para intentar llevarse a la niña. El sábado
le ofreció dinero a Yuliana y a otra niña, para que se subieran al carro.  Volvió el sábado
y finalmente el domingo la secuestró. Inicialmente la habría llevado a su apartamento,
donde se supone la violó. Luego la llevó a otro apartamento, propiedad de su familia,
ubicado en la Cra 4A # 66-14, en el ya reconocido edificio Equus 66.

ESCRITO DE ACUSACIÓN
NOMBRE COMPLETO: Rafael Manuel Uribe Noguera. CÉDULA: 79.948.528. de
Bogotá. DIRECCIÓN DE RESIDENCIA: Carrera 1ª con calle 68 Chapinero Alto Bogotá.
ESTADO CIVIL: Soltero. EDAD: 38 años. NIVEL DE EDUCACIÓN: Profesional.
HIJOS: No. OCUPACIÓN: Arquitecto, empresa Lascaux construcciones SAS.
TELÉFONO DE CONTACTO: 3112260226.

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Hechos:
En la mañana del domingo 4 de diciembre de 2016, Rafael Uribe Noguera salió en su
camioneta de su residencia en el barrio de Chapinero Alto en dirección a Bosque
Calderón, una humilde barriada de construcciones informales situada a unos pocos
kilómetros de distancia.
Al llegar allí, aparcó, abrió la puerta de su auto y entabló conversación con Yuliana
Samboní, quien estaba jugando en la calle junto a su primo.
La niña de 7 años vivía en ese lugar con su hermana pequeña y sus padres Juvencio y
Nelly, quienes meses atrás habían decidido mudarse a la gran ciudad desde el
empobrecido Departamento del Cauca en el oeste del país en busca de una vida mejor.
Tras intercambiar unas palabras, Uribe Noguera agarró a la Yuliana por el brazo y la
introdujo a la fuerza en su camioneta, abandonando el lugar a toda velocidad.
Nada más producirse el rapto, los familiares de la pequeña contactaron a la policía, que
inició una extensa operación de búsqueda.
Gracias a las descripciones de vecinos de Bosque Calderón y a las grabaciones de
unas cámaras de seguridad, se pudo identificar al dueño del automóvil en el que la niña
había sido secuestrada.
Las indagaciones que se realizaron en las horas posteriores llevaron a la policía hasta
un apartamento propiedad de Rafael Uribe Noguera en el edificio Equus 66, situado en
Chapinero Alto.
No se trataba de la vivienda habitual del arquitecto, que quedaba a unas pocas
cuadras, sino de un departamento dúplex de su familia que se encontraba vacío y en
proceso de arriendo, en el que en la noche del domingo 4 de diciembre se halló el
cuerpo sin vida de Yuliana.
Según reveló la autopsia, había sido violada, torturada y asfixiada hasta la muerte.
Pero Rafael Uribe Noguera, quien no contaba con antecedentes penales, no estaba en
la escena del crimen.
Horas antes se había trasladado en un taxi junto a su hermano Francisco abogado que
trabajaba en uno de los bufetes más conocidos de Bogotá a una clínica privada por
sufrir una aparente sobredosis de drogas.

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Fue en esa clínica en la que dos días después, postrado en su cama y llevándose las
manos a la cabeza, Uribe Noguera oyó los cargos que las autoridades presentaron en
su contra: secuestro simple, acceso carnal violento y feminicidio agravado.
Las pruebas eran contundentes. Además de las grabaciones de las cámaras de
seguridad que mostraban a la pequeña Yuliana con vida en el interior del vehículo del
arquitecto, se hallaron en el auto de este y en su departamento prendas de la víctima y
restos de su ADN en el cuerpo de la pequeña.
También se hicieron públicos detalles de la vida personal de Rafael Uribe, quien, según
algunos relatos, era dado a los excesos con el alcohol, las drogas y las mujeres.
Tras ofrecer diferentes versiones de lo ocurrido, a mediados de enero de 2017 Rafael
Uribe Noguera se declaró culpable y tres meses después fue condenado a 51 años de
cárcel, pena que a principios de noviembre le fue aumentada hasta los 58 años.
El caso penal que adelanta la Fiscalía por el doloroso crimen contra Yuliana
parece estar casi resuelto. Rafael Uribe Noguera confesó ante el ente acusador
su responsabilidad en los hechos. El material recaudado por la Fiscalía permite
resolver muchos de los interrogantes que se habían planteado inicialmente. El
organismo logró atar la mayoría de los cabos sueltos de la investigación,
comprobar muchas hipótesis y descartar otras.

ARGUMENTO JURÍDICO
1. Las horas en que ocurrió todo: Durante la primera semana hubo gran confusión
sobre la cronología exacta de los hechos. Con los videos de las cámaras de seguridad,
la Fiscalía reconstruyó minuto a minuto qué había pasado ese fatídico domingo. La
pequeña Yuliana y sus dos amiguitos salieron a jugar a la calle en Bosque Calderón a
las 8:30 a. m. Rafael Uribe sale de su apartamento en la calle 64 a las 9 de la mañana
y a las 9:12 llegó al barrio en una camioneta Nissan X-Trail y raptó a la niña. A las 9:30
a. m., el mismo vehículo ingresa al parqueadero, pero no desciende y vuelve a salir. Al
otro apartamento Equus 66 llega a las 9:40 a. m. A las 10:30 llamó un domicilio que
llegó a las 11:00 a. m. A las 11:40 a. m. Uribe Noguera salió del apartamento a pie
rumbo al otro apartamento de la 64. A los 20 minutos, el arquitecto volvió a salir vestido

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distinto a como entró y con un morral al hombro. A las 12 p.m. regresó nuevamente a
Equus 66.
2. Las causas de la muerte: Medicina Legal entregó rápidamente los resultados de las
investigaciones sobre el deceso de Yuliana. La Fiscalía adjunta el informe pericial de la
necropsia que concluye que la muerte se produjo por “asfixia combinada por sofocación
y estrangulamiento asociada con signos de actividad sexual violenta”.
Se ubica la muerte dentro del contexto de actividad sexual violenta así lo enseñan las
múltiples lecciones externas e internas, las lecciones que conforme a su naturaleza no
podrían haberse producido en las circunstancias propias del ejercicio vital de una niña
de apenas 7 años de edad y tampoco es posible pudiere sido accidental. Por lo tanto,
las lecciones fueron infringidas por un tercero, la desnudes en la que fue encontrado el
cuerpo de la niña, el uso concreto de una prenda de vestir para adornar su torso, el uso
de una sustancia oleosa para cubrirlo y la ubicación especifica de las lecciones
abrasivas y contundentes en los órganos genitales tuvieron como propósito la
erotización sexual de un tercero bajo circunstancias que sabia eran contrarias a
derecho.
3.El crimen sí es un feminicidio: La Fiscalía sostiene que la calificación del delito
cometido por Rafael Uribe Noguera es un “feminicidio agravado”. El ente acusador
argumenta que Yuliana fue víctima de “la tradición de discriminación que afecta a las
mujeres, bajo un contexto de dominación y subordinación que se extiende a todos los
espacios de la cotidianidad”. Agrega que este es un claro ejemplo de una agresión que
se sustenta en la desigualdad que estructural e históricamente ha afectado a las
mujeres, al coartar sus vidas, su integridad personal, su dignidad y el libre desarrollo de
su personalidad. En ese contexto sustenta la acusación de feminicidio pues Rafael
Uribe Noguera acabó con la vida de Yuliana, “una menor víctima de desplazamiento
forzado, de tan solo siete años de edad, que, residía en una zona marginal de la ciudad
de Bogotá, condición que fue aprovechada por el autor para perpetrar el crimen”.
Agrega que Uribe Noguera hizo uso de su poder y de su fuerza para aprovecharse de
una menor de edad, y por eso su conducta es agravada.

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Según están descritos por los artículos 104ª, 104b literal b, d y f, 168, 170
parágrafo numeral segundo, 179, 205, 211 numerales 2,4 y 7 junto con la causal
de mayor punibilidad del articulo 58 numerales 5, 8 y 9 del Código Penal.
4. ¿De dónde salió el aceite? Uno de los hechos que mayor repudio y sorpresa
causaron en la opinión pública fue la revelación de que el cuerpo de la niña y la escena
del crimen estaban cubiertos de aceite. La Fiscalía investiga si esto se hizo para borrar
las huellas del crimen, sin embargo, en el escrito de acusación presenta una
información importante dentro del proceso. Se logró probar que el aceite fue pedido en
un domicilio a las 10:30 a. m. a una tienda del barrio, a la que también se solicitó un
encendedor y una caja de cigarrillos. El domicilio fue entregado a las 11 a. m. en el
apartamento 603 del edificio Equus 66. El dueño de la tienda aportó el recibo y los
investigadores recibieron el testimonio del que lo entregó. Este aseguró que Rafael
Uribe Noguera se lo recibió en la puerta.
Los medios de prueba acercados por la Fiscalía General de la Nación como sustento
del allanamiento responden con suficiencia al peso impuesto por el artículo 381 del
Código de Procedimiento Penal.
5. ADN, la prueba irrefutable: Aunque La Fiscalía tiene 70 pruebas que demuestran la
responsabilidad de Rafael Uribe Noguera en los hechos, hay una que tiene mucho más
peso que todas las demás. Se trata del análisis de ADN que tiene Medicina Legal. “El
ADN encontrado en el cuerpo de la menor que corresponde con el del acusado”,
sostiene uno de los puntos de la acusación contra el arquitecto.
La conducta seguida por Rafael Uribe Noguera antes, durante y después de los hechos
deja ver a un individuo conocedor del contenido contra derecho de su actuar y de la
expresa necesidad y urgencia que tenia de ocultar lo ocurrido y desviar su
responsabilidad.
La Fiscalía acusó a Rafael Manuel Uribe Noguera las circunstancias de mayor
punibilidad descritas por los numerales 5, 8 y 9 del articulo 58 del Código Penal
atendiendo a la condición de superioridad del procesado por parte de su víctima.
Reitera a esta altura que Rafael Uribe Noguera escogió deliberadamente a su víctima
aprovechando su compleja condición de mujer, niña, integrante de un grupo social

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vulnerable en razón de sus escasos medios económicos, dicha situación hizo más fácil
su victimización.

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