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Universidad Tecnológica De Santiago

UTESA

Asignatura:

Historia Social Dominicana.

Nombre:

John Manuel Liriano.

Matricula:

2-18-0083.

Grupo:

030.

Profesora:

Lic. Elizabeth Guzmán.

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana

Junio 2020.
Cristóbal Colón (Cristoforo Colombo):

Nació en Génova en 1451. Fue hijo de Doménico Colombo y Susana Fontanarrosa, tuvo cuatro
hermanos Bartolomé, Giacomo, Giovanni Pellegrino y Bianchinetta. Se hizo marino y en 1476
llegó a Portugal. Aquí planeó cruzar el océano Atlántico para llegar al continente asiático. Viajó
a España y en 1492 consiguió la ayuda de la reina Isabel. Firmó la Capitulación de Santa Fe y
emprendió su primer viaje. El 12 de octubre de 1492 llegó a la isla Guanahaní (Bahamas). Luego
de bordeó Cuba y Santo Domingo, retornó a España. Hizo tres viajes más, donde exploró las
Pequeñas Antillas, Puerto Rico, Jamaica, Trinidad, Venezuela y América Central. Se le otorgó el
título de “Descubridor de América”. El mundo cambió para siempre, ocupo los cargos de Virrey
y gobernador general de las Indias Occidentales.
Su antropónimo es un ícono mundial que inspiró diversas denominaciones, como la de un país:
Colombia, y dos regiones de Norteamérica: la Columbia Británica, en Canadá, y el Distrito de
Columbia, en Estados Unidos. Murió en Valladolid en 1506, sin saber que había llegado a un
nuevo continente o Nuevo Mundo (América).

Sus restos viajaron tanto como lo hizo en vida, Tras su muerte fue enterrado en Valladolid, Españ a.
Tres añ os después sus restos fueron trasladados al mausoleo familiar en Sevilla. En 1542, de
acuerdo con la voluntad de su hijo Diego, fueron transferidos a Santo Domingo, La Españ ola
(Repú blica Dominicana). La Españ ola fue cedida a Francia por Españ a, y en 1795 los huesos de
Coló n fueron trasladados a La Habana, Cuba. Tuvieron que pasar má s de cien añ os hasta su regreso
a Sevilla en 1898.

La Conquista Española:

La conquista de América fue el proceso de exploración, conquista y asentamiento en el Nuevo


Mundo realizado por España y Portugal en el siglo XVI, y en la que participaron otras potencias
europeas posteriormente, después de que Cristóbal Colón descubriera América en 1492. La
Conquista dio lugar a regímenes virreinales y coloniales muy poderosos, que resultaron en la
asimilación cultural de la mayor parte de poblaciones indígenas, y su sumisión a las leyes de las
potencias conquistadoras.

Las riquezas de América permitieron que toda Europa creciera, no solo España y Portugal. La
Conquista dio lugar a la importación de nuevos productos agrícolas en Europa como el tomate, el
maíz, la papa o el cacao, productos que tuvieron un gran impacto también en la economía y en
los hábitos europeos de otros continentes. Igualmente, la llegada de las variedades agrícolas y
diversidades ganaderas de Eurafrasia produjo un cambio en el paisaje productivo y alimentario
del continente americano. España fue la que empezó la colonización e incluso la que logró
conquistar la mayor parte de América, debido a que fue el país que obtuvo el patrocinio del viaje
de descubrimiento por medio de los Reyes Católicos. Mediante una bula del papa Alejandro VI,
se declaró legítima la posesión española de todas las tierras encontradas más allá de trescientas
leguas al oeste de las islas Azores. Más tarde, una ligera modificación repartió el continente
americano entre las potencias de España y Portugal, lo cual quedaría ratificado en el Tratado de
Tordesillas. Sin embargo, otras potencias europeas se sumaron a la conquista y colonización en
América posteriormente, a menudo compitiendo entre ellas y con los imperios ya existentes.
Entre ellas se encuentran Francia, Gran Bretaña, los Países Bajos, y hasta Rusia y Dinamarca.
También, se formaron pequeñas colonias efímeras de países escandinavos en la costa oriental de
lo que actualmente forman parte los Estados Unidos.

Datos relevantes del Siglo XVI.


La industria azucarera del siglo XVI:

Esta se inició con la traída de la caña de azúcar a la isla en el segundo viaje de Colón y fue
plantada en la Isabela. Cuando la explotación minera mermó los colonizadores necesitaban
buscar otra actividad que fuera tan rentable como lo fue la minería entonces surge la idea de las
plantaciones de caña y producción de azúcar, instalándose los primeros ingenios en nuestra isla.
De ahí en lo delante la industria azucarera recibió grandes procesos de modernización hasta
convertirse en la espina dorsal de nuestra economía durante más de cuatro siglos.

Había dos tipos de ingenios: los movidos por tracción animal, llamados trapiches, y los movidos
por la energía hidráulica, es decir por molinos de agua, que eran llamados ingenios poderosos. La
inversión normal de un ingenio de la época era de alrededor de 10 a 15 mil pesos. Dentro de la
inversión el renglón más importante era el de la mano de obra esclava, pues normalmente
ocupaba una cantidad de negros oscilante entre 80 y 150. La inversión normal de un ingenio de
la época era de alrededor de 10 a 15 mil pesos. Dentro de la inversión el renglón más importante
era el de la mano de obra esclava, pues normalmente ocupaba una cantidad de negros oscilante
entre 80 y 150. Un ingenio tenía aproximadamente más de 200 tareas de cultivo, produciendo
por acre aproximadamente 5 toneladas de caña, debido también a la escasez de medios técnicos.
El sistema de cultivo, hecho por negros no especializados, ocasionaba muy baja productividad
porque ellos estaban acostumbrados a un tipo de trabajo muy diferente.

Esta zona poseía las condiciones climáticas favorables para que se desarrollara a toda capacidad
la plantación de esta gramínea, no es hasta 1503, bajo el gobierno de Nicolás de Ovando, que dos
vecinos, en la Concepción de la Vega, uno llamado Pedro de Atienzo produjo rústicamente
melaza.

En 1506, el otro de nombre Aguilón, ahí se hicieron los primeros ensayos para cristalizar azúcar.
Por su parte, Miguel de Ballester, alcalde de dicha población, construyó en 1514 un pequeño
trapiche para la fabricación de azúcar. Pero no fue hasta que en el 1516, que
gubernamentalmente, la base para el establecimiento de la industria azucarera la sientan los
padres Jerónimo cuando ordenan que a cada vecino que vaya a instalar un ingenio se le presten
500 pesos oro y cuando solicitan formalmente la libertad de entradas de esclavos negros a la isla,
petición que tendrá resultado definitivo a partir de la primera licencia importante, concedida al
gobernador de Bresa, quien la traspasó a comerciantes genoveses.

La mayoría de los ingenios del siglo XVI estaban concentrados en la región sur, entre Santo
Domingo y Azua, tratando de mantener un control sobre los ataques de piratas y cimarrones.
Para 1520, funcionaban 3 ingenios de azúcar y muchos otros se encontraban en construcción.
Gonzalo Velosa en el año 1510 fundó en las márgenes del Rio Nigua el primer trapiche movido
por caballos para fabricar azúcar de caña en la isla. Esto constituyo el más moderno
establecimiento industrial de América El período comienza y se caracteriza en general por la
fundación de grandes exportaciones agrícolas, principalmente ingenios azucareros. Los primeros
cañaverales fueron sembrados por indígenas y en el accionar de los primeros trapiches e ingenios
la fuerza de trabajo indígena estuvo presente de manera preponderante, en el desarrollo de la
industria azucarera. La industria azucarera, a pesar de su alta tecnología y productividad, no
acarreó desarrollo económico pues el crecimiento que conllevaba era frágil y circunstancial. Su
función era, como la de toda la economía colonial, llenar los requerimientos del incipiente
mercado capitalista europeo.

Durante el primer periodo, Nigua jugo un papel destacado siendo el primer territorio de la isla
que sirvió de asiento al primer trapiche que produjo azúcar con calidad y en suficiente cantidad
para servir de impulso a un modelo socioeconómico capaz de estabilizar la empresa colonizadora
durante la mayor parte de los años del siglo XVI. De esta época proceden dos importantes
ingenios: San Gregorio y Diego Caballero.

El Ingenio San Gregorio estaba en el margen oriental del río Nigua a unos dos kilómetros de
distancia de su desembocadura en el Mar Caribe, formaba parte de un complejo que incluía una
ermita, o capilla reveladora del papel de la Iglesia Católica en el proceso de transculturación de
los negros de origen africano y un cementerio que orienta sobre las frecuentes muertes de estos, a
causa de la terrible explotación a que eran sometidos.

El ingenio Diego Caballero era propiedad de quien fuera regidor y luego secretario de la
audiencia de Santo Domingo, Diego Caballero de la Rosa. Existía hacia el año 1538. Fue
edificado al oeste del río Nigua en las inmediaciones de su desembocadura a menos de dos
kilómetros de este. Fue el más importante de los que existieron en Nigua y uno de los más
importantes y modernos de su época. Era un ingenio hidráulico entorno a la cual se estableció
una población de españoles, negros e indios que habitaban mas de 60 casas de piedra y paja.

Desde 1515 la economía del oro estaba en crisis y se planteaba la necesidad de que se fomentara el
cultivo de diversos frutos, así como que se trajesen campesinos de España. En 1519 hubo una terrible
epidemia de viruelas, lo cual produjo que la población aborigen de la isla se redujera a menos de cuatro
(4) mil nativos, por lo que no existía mano de obra agrícola en el número requerido.

Los Españoles Conquistadores, no habían organizado una estructura en la isla, sobre la base de una
empresa estable de producción, por tanto desde esa época empezaron a emigrar hacia las otras islas recién
conquistadas. Sólo permanecían en la isla los representantes de la burocracia colonial, los que tenían
alguna actividad provechosa y los que no tenían dinero ni medios para emigrar.

Las pesadas labores de los ingenios requerían de una fuerza muscular que tuviera un mayor rendimiento
que la de los indígenas, aparte de que el número de estos últimos había menguado en extremo. De ahí que
desde 1518, por autorización expresa del Rey Carlos I, comenzaran a otorgarse licencias o "asientos" para
traer a América (y a La Española) negros bozales, los cuales, a diferencia de los ladinos, eran empleados
en labores intensivas de producción. Africanos ladinos, es decir, occidentalizados en Europa e integrantes
del séquito de servidores de nobles españoles, habían pisado tierra americana poco antes de 1501

En 1527, trabajaban plenamente 18 ingenios y 2 trapiches, encontrándose otros 12 en


construcción. Hacia 1545 se conoce de la existencia de 20 ingenios y 4 trapiches. De esas 24
explotaciones azucareras, más de la mitad pertenecían a altos funcionarios o descendientes de
ellos (Miembros de la aristocracia colonial). La producción de azúcar mantuvo un ritmo
ascendente durante los primeros 60 años; si en 1520 alcanzó una cantidad anual de
aproximadamente 10,000 arrobas, en 1580 llegó a cerca de 90,000 arrobas. Para la segunda
mitad del siglo XVI, España se encontraba en conflicto con las demás potencias europeas por lo
que el Rey Felipe II prohibió que La Española y las demás posesiones comercializaran con
extranjeros. Esta disposición dejó a La Española sin su principal mercado por lo que muchos
colonos decidieron emigrar o dedicarse al hato ganadero, provocando crisis en la industria
azucarera.

La producción azucarera se mantuvo con cierta tendencia inestable de crecimiento hasta los años
70, cuando empezó a decrecer por la reducción de la navegación española, el contrabando, la
transferencia de inversiones a la ganadería, la competencia en términos de rentabilidad del
jengibre. Para disminuir las posibilidades de sublevación, los propietarios de ingenios preferían
importar esclavos africanos procedentes de diferentes etnias. Los grupos predominantes eran los
Zape, Mandinga, Congo, Mondongo, Biáfara, Carabalí y los de lengua Gelofe. En promedio eran
reclutados entre los 15 y 20 años de edad, si bien también eran aprehendidos desde los 9 años. Su
faena de trabajo forzado era de hasta 18 horas corridas por día, e incluía domingos y feriados.
Muchos morían de cansancio y por falta de sueño. Otros huían a los montes o se defendían
mediante las armas.

La industria azucarera colonial ocupo varios periodos situados cada uno de ellos en un siglo distinto. El
primer periodo se inició a mediados de la segunda década del siglo XVI, empieza a declinar a partir de
1550 y su decadencia definitiva ocurre entre 1558 y la primera década del siglo XVII.

Las estancias:

Estaban especializadas en la producción de ganado, sobre todo vacuno. A diferencia de las


haciendas, no eran siempre de grandes dimensiones y, a menudo, contaban con algún espacio
para desarrollar actividades agrícolas complementarias. La carne obtenida se vendía en la ciudad,
mientras que los cueros comenzaron a exportarse en el siglo XVIII. A finales de ese siglo,
gracias a la difusión de la técnica del salado, también pudo venderse en el exterior parte de la
carne que se producía. Durante la época española esta denominación se usó para establecer el
lugar que servía de asentamiento por ejemplo, campamento-para los conquistadores.

La rebelión de los esclavos:

El 21 de agosto de 1791 en la Provincia del Norte de Saint-Domingue los esclavos, conducidos


por libres de color, se levantaron en armas atacando a los blancos y sus haciendas provocando
gran muerte y destrucción.  España, a través del gobierno dominicano encabezado por el capitán
general Joaquín García, apoyó con material y armamento a los esclavos. Si bien, en los medios
oficiales, España siempre negó dicha colaboración, su no beligerancia con Francia le obligaba a
no tomar acciones contra ella. Pero sabían que tarde o temprano se romperían las hostilidades por
motivos ideológicos.  Esta colaboración es perfectamente comprobable cuando en 1793 estalló la
guerra entre Francia y España siendo uno de los argumentos franceses el apoyo que el gobierno
dominicano prestó y seguía prestando a los rebeldes negros.

Leyendo estas líneas parece que al gobierno español le preocupaba la situación de los esclavos
de Saint-Domingue y actuó para librarlos de la opresión a la que estaban sometidos. Las
autoridades españoles actuaron pensando en su único beneficio. Su idea era la de utilizar a los esclavos
negros como ejército aliado para derrotar a los republicanos franceses , no permitir que actuasen los
monárquicos franceses establecidos en Santo Domingo y hacerse con el poder en Guárico (actual Cap-
Haitien) reinstaurando la soberanía española en toda la isla, perdida desde el Tratado de Ryswick en
1697.

Otra prueba más de la participación española en la rebelión esclava es el alistamiento en 1793 de


soldados rebeldes en el ejército español en calidad de tropas auxiliares de Carlos IV, teniendo las
mismas un magnífico comportamiento en las batallas contra los franceses en los años posteriores. Si
bien se produjo un negro episodio en 1794 cuando estas tropas, comandadas por oficiales españoles,
tomaron la ciudad de Bayajá, al norte de la isla. Tras negociar su rendición se llegó al acuerdo de
respetar los bienes y vidas de los supervivientes pero los soldados negros auxiliares actuaron por sí solos
provocando la llamada Matanza de Bayajá, en la que fueron cruelmente asesinados cerca de 800
franceses blancos. Este hecho provocó el recelo y la desconfianza de los oficiales españoles hacia estos
soldados a los que a partir de ese momento trataron de quitar protagonismo en las operaciones.
La primera gran revolución esclava de la Era Moderna inicio en 1795 en Saint-Domingue y finalizó con
la independencia de Haití en 1804. La corona española tuvo un papel muy activo en dicha rebelión como
parte de la defensa de los intereses de la Monarquía en estas latitudes. En Francia se produjo la
revolución de la burguesía francesa en 1789 con sus lemas de libertad, igualdad y fraternidad que
rápidamente se extendieron por el mundo y amenazaron el poder de las monarquías absolutas, vigentes
en ese momento. En Saint-Domingue empezaron a llegar noticias de estos hechos y los monárquicos
franceses vislumbraron el peligro que se cernía sobre la colonia si esa libertad, igualdad y fraternidad era
oída y exigida por los esclavos, ya que al pertenecer a Francia habría que aplicar en ella las nuevas leyes
emanadas de la revolución con la consiguiente abolición de la esclavitud y el desmantelamiento del
sistema esclavista. Pero había un problema, Saint-Domingue era la colonia más rica y beneficiosa que
poseía la Francia revolucionaria. Liberar a los esclavos sería renunciar a los ingresos que generaban y ya
sabemos que donde hay dinero la ideología y las buenas intenciones pueden ser olvidadas.

El 22 de julio de 1795 se firmó el Tratado de Basilea que ponía fin a la Guerra del Rosellón por el que
España cedió a Francia la parte española de la isla de Santo Domingo y ella recuperaba los territorios
ocupados por Francia al sur de los Pirineos. Dicho tratado dio por finalizados los enfrentamientos en la
isla Española entre Francia y España pero no cerró las luchas de los esclavos negros.

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