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Para otros usos de este término, véase Hera (desambiguación).
La Hera Campana. Copia romana en mármol del original griego, siglo II (?).
Hera (en griego antiguo Ἥρα Hēra, o equivalentemente: Ἥρη Hērē en jónico y griego
homérico) es la esposa de Zeus en el panteón olímpico de la mitología griega
clásica. Su equivalente en la mitología romana era Juno. Se le sacrificaban la vaca
y más tarde el pavo real. Su madre era Rea y su padre Crono.
Índice
1 Etimología
2 Culto
3 Importancia antigua de Hera
3.1 Matriarcado
3.2 La joven Hera
4 Emblemas de la presencia de Hera
4.1 Epítetos
5 Eventos mitológicos
5.1 Nacimiento
5.2 Hijos y amoríos
5.3 Hera como enemiga de Heracles
5.4 Los celos de Hera
5.4.1 Eco
5.4.2 Leto, Artemisa y Apolo
5.4.3 Sémele y Dioniso
5.4.4 Ío
5.4.5 Lamia
5.5 Otros mitos en los que aparece Hera
5.5.1 Rebelión contra Zeus
5.5.2 Gérana
5.5.3 Cídipe
5.5.4 Tiresias
5.5.5 El vellocino de oro
5.5.6 Metamorfosis de Hemo y Ródope
5.5.7 La guerra de Troya
6 Descendencia
7 Véase también
8 Bibliografía
9 Notas
10 Enlaces externos
Etimología
Afirma Burkert: «El nombre de Hera, la diosa del matrimonio, admite una variedad de
etimologías mutuamente exclusivas; una posibilidad es relacionarlo con hora [ὡρα],
‘estación’, e interpretarlo como listo para el matrimonio».2 En una nota, registra
los argumentos de otros investigadores «sobre el significado ‘Señora’ como femenino
de Heros, ‘Señor’». John Chadwick, un descifrador del lineal B, señala que «su
nombre puede estar relacionado con hērōs [ἡρως], ‘héroe’, pero esto no es de ayuda,
ya que también es etimológicamente oscuro».3 A. J. van Windekens4 propone el
significado ‘ternera’, que es consonante con su frecuente epíteto βοῶπις boôpis,
‘con ojos de vaca’. E-ra aparece en tablillas micénicas en lineal B.
Culto
Santuarios más antiguos, cuya dedicación es menos segura, eran del tipo micénico
llamado «casas santuario».5 Las excavaciones de Samos han descubierto ofrendas
votivas, muchas de ellas de finales de los siglos VIII y VII a. C., revelando que
Hera no fue simplemente una diosa griega local del Egeo: el museo de Samos contiene
figuras de dioses, rogativos y otras ofrendas votivas procedentes de Armenia,
Babilonia, Irán, Asiria y Egipto, testimonio de la reputación que este santuario de
Hera disfrutó y de la gran afluencia de peregrinos. Hera también poseyó el templo
más antiguo de Olimpia y dos de los grandes templos de los siglos VI y V a. C. de
Paestum.
Aunque el mayor y más antiguo templo independiente dedicado a Hera fue el Hereo de
Samos, en el continente griego fue especialmente adorada, como ‘Hera Argiva’ (Hera
Argeia), en su santuario situado entre las antiguas ciudades-estado micénicas de
Argos y Micenas,6 donde se celebraban en su honor unos festivales, las Hereas.
«Tres son las ciudades que más quiero», declaraba la diosa celestial de ojos de
buey:7 «Argos, Esparta y Micenas, la de anchas calles». Hubo también templos
dedicados a Hera en Olimpia, Corinto, Tirinto, Peracora y la sagrada isla de Delos.
En la Magna Grecia se construyeron dos templos dóricos a Hera en Paestum, sobre el
500 a. C. y el 450 a. C. Uno de ellos, llamado durante mucho tiempo «Templo de
Poseidón», fue identificado en los años 50 como un segundo templo de Hera.8
Matriarcado
Ha habido considerables investigaciones, desde las de Johann Jakob Bachofen a
mediados del siglo XIX,10 sobre la posibilidad de que Hera, cuya primitiva
importancia en la religión griega está firmemente establecida, fuese originalmente
la diosa de un pueblo matriarcal, presumiblemente habitantes de Grecia anteriores a
los helenos. Desde este punto de vista, su función como diosa del matrimonio
establecía el lazo patriarcal de su propia subordinación: su resistencia a las
conquistas de Zeus se presenta como «celos» y forma el tema principal de las
anécdotas literarias que recortaron su antiguo culto.11
En detrimento de esta teoría está sin embargo el hecho estadístico de que los
matriarcados estrictos (esto es, una sociedad en la que las mujeres sean el único
género con poder) no aparecen en culturas históricas o modernas.1213
Por su parte, Walter Burkert señaló que tanto Hera como Deméter tenían muchos
atributos característicos de la antigua Gran Diosa.14
La joven Hera
Hera fue más conocida como la diosa matrona, Hera Teleia, pero también presidía
sobre los matrimonios. En los mitos y el culto, se conservan referencias
fragmentarias y costumbres arcaicas del matrimonio sagrado de Hera y Zeus,15 y en
Platea había una escultura de Calímaco de Hera sentada como una novia, así como la
Hera matrona de pie.16
Hera también fue adorada como virgen: había una tradición en Estínfalo (Arcadia)
según la cual había un altar triple a Hera la Virgen, la Matrona y la Separada
(Χήρη Chḗrē, ‘viuda’ o ‘divorciada’).17 En la Argólida, el templo de Hera en
Hermíone, cerca de Argos, estaba dedicado a Hera la Virgen;18 y en la fuente de
Canato, cerca de Nauplia, Hera renovaba su virginidad anualmente, en ritos de los
que no se podía hablar (arrheton).19
Copia romana de una Hera griega del siglo V del tipo «Hera Barberini» (Museo
Chiaramonti).
En la imaginería helenística, la carreta de Hera era tirada por pavos reales,
pájaros desconocidos para los griegos antes de las conquistas de Alejandro Magno,
cuyo tutor, Aristóteles, alude a ellos como «pájaros persas». El motivo del pavo
real resurgió en la iconografía renacentista que unificó a Hera y Juno, y en la que
se centraron los pintores europeos.20 Un pájaro que había sido asociado con Hera en
un nivel arcaico, donde la mayoría de las diosas egeas estaban relacionadas con
«su» pájaro, era el cuco, que aparece en fragmentos mitológicos acerca del primer
cortejo de una virginal Hera por parte de Zeus.
Su asociación arcaica era principalmente con el ganado, como una Diosa Vaca que fue
especialmente venerada en la «rica en ganado» Eubea. En Chipre, se han hallado
yacimientos arqueológicos muy antiguos conteniendo cráneos de toro que fueron
adaptados para ser usados como máscaras (véase «toro sagrado»). Su familiar epíteto
homérico βοῶπις boôpis se traduce a menudo como ‘con ojos de vaca’. A este
respecto, Hera tiene cierto parecido a la antigua deidad egipcia Hathor, una diosa
maternal relacionada con el ganado.
La granada, un antiguo emblema de la Gran Diosa, permaneció como símbolo de Hera:
muchas de las granadas votivas y cápsulas de amapola recuperadas en Samos están
hechas de marfil, que sobrevive al enterramiento mejor que la madera, de las que
debieron estar hechas las más comunes. Como todas las diosas, Hera puede ser
representada llevando una diadema y un velo.
Epítetos
Hera ostentó diversos epítetos en la tradición mitológica, incluyendo:
Hijos y amoríos
Hera preside sobre los correctos preparativos del matrimonio y es el arquetipo de
la unión en el lecho nupcial, pero no destaca como madre. Para unirse con Hera, se
decía que Zeus había tomado la forma de un cuco.29 Los legítimos descendientes de
esta unión son Ares (dios de la guerra), Hebe (diosa de la juventud), Ilitía (diosa
de los partos), Hefesto (dios herrero) y posiblemente Enio, una diosa de la guerra
responsable de la destrucción de las ciudades y ayudante de Ares. Esta última es
confundida por algunos autores, entre ellos Homero, con Eris (diosa de la
discordia), quien en realidad era hija de Nix (diosa de la noche).
Algunos autores consideran que Hefesto es hijo únicamente de Hera, pero no de Zeus.
Según este mito, Hera estaba celosa de que Zeus alumbrase a Atenea sin recurrir a
ella, así que engendró a Hefesto sin él. Hera estuvo entonces disgustada con la
fealdad de Hefesto y lo expulsó del Olimpo. En una versión alternativa, Hera
engendró sola a todos los hijos normalmente atribuidos a su unión con Zeus,
golpeando su mano contra el suelo, un acto solemne para los griegos.
Hefesto se vengó de Hera por haberlo rechazado haciendo un trono mágico para ella
que, cuando se sentó, no la dejaba levantarse de él. Los demás dioses rogaron a
Hefesto que volviese al Olimpo para liberarla pero este se negó repetidamente.
Dioniso lo emborrachó y lo llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto
liberó a Hera tras recibir a Afrodita por esposa.30
Cuando Heracles era aún un infante, Hera envió dos serpientes para matarlo mientras
dormía en su cuna. Heracles estranguló una serpiente con cada mano y su niñera lo
halló divirtiéndose con sus cuerpos flácidos como si fueran juguetes. Esta
anécdota33 parte de una representación del héroe asiendo una serpiente en cada
mano, justo como las familiares diosas minoicas habían hecho alguna vez. «La imagen
de un niño divino entre dos serpientes puede haber sido muy familiar para los
tebanos, que adoraban a los Cabiros, aunque no era representada como una primera
hazaña de un héroe».34 Más tarde volvió a las amazonas contra él cuando estaba en
una de sus tareas.
Un relato35 del origen de la Vía Láctea cuenta que Zeus había engañado a Hera para
que amamantase al infante Heracles. Al descubrir quién era este, lo retiró de su
pecho, y un chorro de su leche formó la mancha que cruza el cielo. A diferencia de
los griegos, los etruscos representaban a un Heracles adulto y barbudo al pecho de
Hera, lo que puede aludir a su adopción por ella cuando Heracles se volvió
inmortal. Heracles le había herido antes gravemente en el pecho.
Hera encargó a Heracles trabajar para el rey Euristeo de Micenas. Intentó hacer
casi todos los doce trabajos de Heracles más difíciles de lo que ya eran.
Cuando Heracles luchó con la hidra de Lerna, envió un cangrejo para que le picase
los pies con la esperanza de distraerle. Cuando Heracles robó el ganado de Gerión,
hirió a Hera en el pecho derecho con una flecha de tres puntas: la herida era
incurable y dejó a Hera un dolor constante, como Dione le cuenta a Afrodita en la
Ilíada.36 Luego, Hera envió un tábano para picar a las reses, irritarlas y
dispersarlas. Hera provocó entonces una inundación que elevó el nivel de un río
tanto que Heracles no podía vadearlo con el ganado. Heracles apiló piedras en el
río para hacer el agua menos profunda. Cuando logró llegar a la corte de Euristeo,
el ganado fue sacrificado a Hera.
Cuando Heracles navegaba de regreso desde Troya, Hera envió una tempestad contra
él. Como represalia, Zeus colgó a Hera en el Olimpo con cadenas de oro y yunques
atados a los pies.37
Algunos mitos sostienen que al final Hera se hizo amiga de Heracles por salvarla de
Porfirión, un gigante que intentó violarla durante la Gigantomaquia, y que incluso
le dio a su hija Hebe como prometida. Cualquiera que fuese el mito fabricado para
explicar una representación arcaica de Heracles como ‘hombre de Hera’, se consideró
adecuado para los constructores del Hereo en Paestum, que representaron las hazañas
de Heracles en bajorrelieves.3839
Heracles estrangulando las serpientes enviadas por Hera, stamnos ática de figuras
rojas, c. 480–470 a. C. De Vulci, Etruria.
Según Las metamorfosis de Ovidio, durante mucho tiempo una ninfa llamada Eco tuvo
el trabajo de distraer a Hera de las aventuras de Zeus hablándole incesantemente.
Cuando Hera descubrió el engaño, condenó a Eco a pronunciar sólo las palabras de
los demás (de ahí nuestra palabra moderna «eco»).40
En otra versión, se afirmaba que Hera había enviado a Pitón en persecución de Leto.
El viento Aquilón llevó a Leto hasta donde se encontraba Poseidón, que la salvó y
cubrió la isla de Ortigia con sus olas mientras Leto daba a luz a Apolo y Artemisa.
Más tarde la isla de Ortigia fue llamada Delos y Apolo mató a la serpiente Pitón
para vengar los sufrimientos de su madre.43
Sémele y Dioniso
Cuando Hera supo que Sémele, hija del rey Cadmo de Tebas, estaba embarazada de
Zeus, se disfrazó como su niñera y la persuadió para que le pidiese a Zeus que se
mostrase en su auténtica forma. Cuando este se vio obligado a hacerlo, sus rayos y
truenos la mataron. Zeus tomó al niño y completó su gestación cosiéndolo a su
propio muslo. Otra versión es que Hera convenció a Sémele para obligar a Zeus a
mostrarse en su forma real. Desafortunadamente, debía hacer lo que la princesa
quería, al haber jurado por Estigia.44 En otra versión, Dioniso era originalmente
el hijo de Zeus con Deméter o Perséfone. Hera envió a sus Titanes a despedazar al
niño, de donde fue llamado Zagreo (‘descuartizado’). Zeus, o según la fuente
Atenea, Rea o Deméter, rescató el corazón de Dioniso.45 Zeus usó el corazón para
recrear a Dioniso e implantarlo en el vientre de Sémele, de ahí que conocido como
«el nacido dos veces». Ciertas versiones insinúan que Zeus le dio a comer el
corazón a Sémele para embarazarla.
Ío
Cuando Hera recibió a Ío, la dejó a cargo de Argos Panoptes para mantenerla
apartada de Zeus. Este ordenó entonces a Hermes a matar a Argos, quien disfrazado
de pastor logró que todos los cien ojos de Argos cayesen dormidos con historias
aburridas, y entonces lo mató de una pedrada, rescatando así a Ío. En la
interpolación de Ovidio, cuando Hera supo de la muerte de Argos, tomó sus ojos y
los puso en el plumaje del pavo real, lo que explica los dibujos de su cola.46 Hera
envió entonces un tábano47 para que la picase, obligándola a vagar sin rumbo por el
mundo con forma de vaca. Finalmente Ío llegó a los confines del mundo, que los
romanos creían que era Egipto, donde se convirtió en sacerdotisa de la diosa
egipcia Isis.
Lamia
Lamia era una reina de Libia a quien Zeus amaba. Hera la transformó en un monstruo
y mató a sus hijos. O, alternativamente, mató a sus hijos y fue el dolor lo que la
convirtió en dicho monstruo. Lamia fue maldecida con la incapacidad de cerrar sus
ojos, de forma que siempre estuviese obsesionada con la imagen de sus hijos
muertos. Zeus le concedió el don de poder sacarse los ojos para descansar, y luego
volver a ponérselos. Lamia sentía envidia de otras madres y devoraba a sus hijos.
Gérana
Gérana era una reina de los pigmeos que alardeaba de ser más bella que Hera. La
iracunda diosa la transformó en grulla y decretó que los descendientes de este
pájaro estarían eternamente en guerra con el pueblo pigmeo.50
Cídipe
Cídipe, una sacerdotisa de Hera, iba de camino a un festival en honor de la diosa.
Los bueyes que tiraban de su carro iban retrasados y los hijos de Cídipe, Bitón y
Cleobis, tiraron del carro el camino completo (45 estadios: 8 km). Cídipe quedó
impresionada con la devoción hacia ella y su diosa y pidió a Hera que concediera a
los niños el mejor regalo que un dios pudiera dar a una persona. Hera ordenó que
los hermanos morirían cuando estuviesen dormidos.
Este honor concedido a los niños fue más tarde usado por Solón como prueba cuando
trataba de convencer a Creso de que es imposible juzgar la felicidad de una persona
hasta que haya muerto tras una vida gozosa.51
Tiresias
Tiresias era un sacerdote de Zeus que, de joven, encontró dos serpientes
apareándose y las golpeó con un palo. Entonces fue transformado en una mujer. Como
mujer, Tiresias se convirtió en sacerdotisa de Hera, se casó y tuvo hijos,
incluyendo a Manto. Tras siete años como mujer, Tiresias volvió a encontrar dos
serpientes apareándose, las golpeó con su bastón y se convirtió en hombre de nuevo.
Zeus y Hera le pidieron que decidiese la cuestión de con qué sexo, masculino o
femenino, experimentaba más placer en sus relaciones sexuales. Zeus afirmaba que
era como mujer, y Hera decía que como hombre. Cuando Tiresias estuvo de acuerdo con
Zeus, afirmando que la mujer recibe nueve décimos del placer, Hera lo cegó. Como
Zeus no podía deshacer esta maldición, concedió a Tiresias el don de la profecía.
Una versión alternativa y menos conocida de la historia cuenta que Tiresias fue
cegado por Atenea tras encontrársela bañándose desnuda. Su madre, Cariclo, rogó a
la diosa que deshiciera su maldición, pero Atenea no podía hacerlo y a cambio le
concedió el don de la profecía.
El vellocino de oro
Pelias había matado a Sidero, que maltrataba a Tiro, su madre, en un templo
consagrado a Hera, y la diosa lo odiaba por ello. Hera ayudó a Jasón en su viaje en
busca del vellocino de oro que necesitaba para arrebartarle a Pelias el trono de
Yolco.
La guerra de Troya
Descendencia
Descendencia de Hera
Hera
Zeus
Hefesto
Enio
Ares
Ilitía
Hebe