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NEW DEAL:

El New Deal fue un conjunto de medidas económicas puestas en marcha por el presidente norteamericano Franklin D.
Roosevelt entre 1933 a 1937, para actuar de forma enérgica sobre lo que se consideraban las causas de la grave crisis
económica de 1929.

Esta nueva política económica se fundamentaba en el intervencionismo estatal y en la firme creencia en las teorías del
subconsumo.

Entre las medidas llevadas a cabo destacan:

- Devaluación del dólar.


- Recuperación del valor adquisitivo del sector agrícola.
- Reactivación de la producción industrial aumentando los salarios, reduciendo la jornada laboral y con una subida
de precios para corregir descensos provocados por la depresión.
- Política de subvenciones a fondo perdido a los bancos en dificultades.
- Política dirigida para luchar contra el desempleo.

ESTADO DE BIENESTAR:

El Estado de Bienestar es un concepto político que tiene que ver con una forma de gobierno en la cual el Estado, tal
como lo dice su nombre, se preocupa por el bienestar de todos sus ciudadanos, que no les falte nada, que puedan
satisfacer sus necesidades básicas, proveyéndoles en este caso aquello que no puedan conseguir por sus propios medios
y entonces se hace cargo de los servicios y derechos de una gran parte de la población considerada humilde o
empobrecida.

Crecimiento económico y bienestar: la teoría keynesiana

A diferencia de los economistas neoclásicos, Keynes negaba que el sistema económico se autorregularse. Para Keynes el
desempleo es consustancial al mercado y su causa es la insuficiencia de la demanda colectiva. Desde Keynes es una idea
aceptada por la política económica que el aumento de la producción y de la productividad solo tienen sentido si
aumenta al mismo tiempo la demanda efectiva.

En opinión de Keynes, el ahorro, en lugar de facilitar, en ocasiones, el crecimiento de la riqueza puede constituir un
obstáculo; por ello, defendió que las medidas orientadas a la redistribución de los ingresos, de forma que aumentase la
propensión a consumir, favorecían el crecimiento. En apariencia, las propuestas keynesianas parecían lograr lo
imposible, es decir, compaginar la justicia social con el crecimiento del capital. Su objetivo último era defender los
principios del capitalismo, corrigiendo las disfunciones que lo ponen en peligro.

Justificación social del modelo del Estado del Bienestar: el Informe Beveridge

Se ha sostenido que, si Keynes proporcionó la justificación económica del Estado de Bienestar, Beveridge lo hizo desde la
perspectiva SOCIAL. Fue a partir de su informe, elaborado en 1942, cuando el concepto de seguridad social adquiere
repercusiones teóricas y prácticas.

Una de las principales aportaciones del Informe Beveridge consistió en la elaboración de un proyecto completo de
seguros (enfermedad, desempleo, incapacidad por accidentes y enfermedades laborales, viudedad, vejez, gastos de
entierro, subvenciones a los niños y aprendizaje de nuevas ocupaciones) que abarcaba a todos los ciudadanos. El Seguro
Nacional se entendió como el mínimo de ingresos que debía garantizarse a todas las personas.

En definitiva, el informe deja claro que la generalización de los seguros no sólo se guiaba por el objetivo de ampliar el
número de sus beneficiarios, sino también por la necesidad, desde el punto de vista financiero, de extender el número
de cotizantes.
El informe Beveridge incorporaba seis principios fundamentales:

- Prestaciones uniformes, con independencia del nivel de renta del asegurado.


- Contribuciones únicas y uniformes, siendo irrelevante la cuantía de los recursos del asegurado.
- Gestión administrativa unificada, que implicaba que los asegurados debían pagar una contribución única
semanalmente, cotizando con ella todas las prestaciones.
- Suficiencia de las prestaciones, tanto en relación a la cuantía como a la duración, sin necesidad de otros
recursos.
- Amplitud del ámbito de aplicación, tanto con respecto a las personas beneficiarias como a los riesgos que tenían
que protegerse.
- Diferenciación. Este último principio supone que la seguridad social se aplicaría teniendo en cuenta los
diferentes modos de vida de los asegurados.

Medidas keynesianas para salir de la crisis del 29 en Argentina:

La crisis económica mundial que se inició en 1929 afectó fuertemente a Latinoamérica. En argentina, el efecto en la
economía se manifestó en el sector externo ya que existía una disminución de exportaciones y de importaciones (por la
falta de divisas para poder importar).

Se produjo el derrocamiento de Yrigoyen y el retorno de las viejas élites que gobernaron hasta 1916. No hubo cambios o
reformas sociales como en otros lados, pero el régimen conservador, de ideología liberal en lo económico, debió
abandonar muchas de sus ideas y utilizar herramientas nuevas e impensadas de política económica para amortiguar los
efectos de la crisis. KEYNESIANISMO.

El estado argentino entonces:

- Mantiene el nivel creciente de endeudamiento externo


- En 1929, el entonces presidente Yrigoyen, suspendió la conversión del peso en oro
- En 1933 el gobierno del general Agustín P. Justo crea el impuesto a la renta
- En 1933 se creó la Junta nacional de carnes
- En 1935 se creó el Banco Central
- El pacto Roca-Runciman

El sistema diseñado por Beveridge tuvo una proyección parcial en la práctica, mientras que su influencia fue superior en
la teoría. En el Reino Unido, el parlamento, siguiendo las recomendaciones de Beveridge (modelo británico), aprobó un
conjunto de leyes desde 1945. Los sistemas de seguridad social en otros Estados evolucionaron de acuerdo con los
fundamentos imperantes en la época de Bismarck (modelo continental), las diferencias entre éste y el británico son las
siguientes:

 Mientras que el régimen de seguridad continental se orientaba preferentemente a la protección laboral, el de


Beveridge, ya sea implícita o explícitamente, posee una tendencia hacia la universalización
 Las contingencias típicas del sistema continental se consideraban aisladamente, de donde resulta un régimen de
seguros múltiple. De forma inversa, el sistema anglosajón se basaba en la unificación de los riesgos, es decir, que
la protección no deriva de los riesgos diferenciados sino de la situación genérica de necesidad, sin discernir la
causa que lo provocaba
 Según el modelo continental, la financiación dependía de las contribuciones del asegurado, cuya cuantía estaba
en función del nivel de la renta de éste (además de las contribuciones de los empresarios y las eventuales
subvenciones estatales). Por el contrario, la financiación del sistema anglosajón provenía, en buena parte, de los
presupuestos generales del Estado.
 El modelo continental tendía a la administración diferenciada de cada riesgo, e incluso de los colectivos
asegurados. El británico, en cambio, se decantó por una gestión administrativa unificada y pública.

TEORIA DE LA DEPENDENCIA Y DESARROLLISMO:

Se llama "teoría de la dependencia" a un conjunto de teorías y modelos que tratan de explicar las dificultades que
encuentran algunos países para el despegue y el desarrollo económico. Surgieron en los años 60’ impulsadas por el
economista argentino Raúl Prebish y la CEPAL. Inicialmente se dirigieron al entorno latinoamericano, aunque
posteriormente fueron generalizadas por economistas neo-marxistas entre los que destacó Samir Amin, asociándolo al
concepto de desarrollo desigual y combinado.

La dependencia económica es una situación en la que la producción y riqueza de algunos países está condicionada por el
desarrollo y condiciones coyunturales de otros países a los cuales quedan sometidas. El modelo "centro-periferia"
describe la relación entre la economía central, autosuficiente y próspera, y las economías periféricas, aisladas entre sí,
débiles y poco competitivas. Frente a la idea clásica de que el comercio internacional beneficia a todos los participantes,
estos modelos propugnan que sólo las economías centrales son las que se benefician.

Los ejes principales sobre los que se rige esta propuesta son:

- La existencia de relaciones desiguales de poder -en donde la subordinación no sólo está en la dimensión
económica sino también el plano político y cultural-determinan las relaciones comerciales y el desarrollo
ampliado de la dependencia.
- Las naciones pobres del sur proveen a las naciones ricas de sus recursos naturales, su mano de obra barata y un
destino ideal para la tecnología obsoleta, situaciones sin las cuales estas últimas naciones no podrían mantener
el nivel de vida al que están acostumbrados.
- Las naciones ricas buscan perpetuar el estado de dependencia por múltiples razones y por motivos por demás
obvios. Esta influencia no se limita a lo económico, sino que va más allá, llegando a lo político, mediático,
educativo, cultural, deportivo y prácticamente cualquier aspecto que sea necesario para el desarrollo humano.
- Las naciones ricas buscan eliminar cualquier intento de las naciones dependientes de resistir su influencia,
mediante sanciones económicas o el uso de fuerza militar.

Como consecuencia de estas ideas, los países latinoamericanos aplicaron una estrategia de desarrollo basada en el
proteccionismo comercial y la substitución de las importaciones. A la vez, los bancos centrales latinoamericanos se
esforzaron sobrevalorar sus propias monedas para abaratar sus importaciones de tecnología. La estrategia funcionó
satisfactoriamente durante la década de los 70’ en la que se produjo un crecimiento generalizado del precio de las
materias primas en los mercados internacionales que influyó muy negativamente en las economías "centrales".

Pero finalmente, la contracción de la demanda internacional y el aumento de los tipos de interés desembocó en la
década de los 80’ en la crisis de la deuda externa lo que exigió profundas modificaciones en la estrategia de desarrollo.
El objetivo de esta teoría era la estrategia estatal, Industrialización por sustitución de importaciones, de los países más
industrializados del sub-continente (Argentina, México y Brasil) en la que estos países cerraron sus mercados y
promovieron la construcción de una burocracia que pudiera interactuar con las élites, y que de paso contribuía a la
construcción de una clase media de peso que pudiera fomentar el dinamismo del mismo mercado interno.

EL DESARROLLISMO: Muy cercano al «New Deal», al «Estado de Bienestar» y a las teorías de Keynes encontramos una
corriente ideológica que podemos denominar «desarrollismo». Básicamente consiste en un capitalismo tutelado por el
Estado.

Para lograr estos objtivos el Estado ejerce una fuerte protección aduanera tratando de «sustituir importaciones» por
productos nacionales. No se consideran demasiado las ventajas comparativas, ni la eficiencia o la competitividad de las
industrias, ya que se supone que, ayudando a su crecimiento con créditos a tasas de interés muy bajas, subsidios y
exenciones impositivas, el Estado puede estimular industrias que luego serán competitivas.

SOBERANÍA POLÍTICA E INDEPENDENCIA ECONÓMICA:

La soberanía política (o soberanía interna): es la facultad que posee el que gobierna de movilizar eficazmente la
actividad de los miembros de la sociedad y de rechazar en el ejercicio de su misión propia toda injerencia de los demás
Estados. En las formas dictatoriales, absolutistas o marxistas, la soberanía es absorbida por el Estado o por la persona
que ejerce el poder; y esa absorción es tal, que no queda a los ciudadanos la posibilidad de restarle facultades, ni de
enjuiciar o criticar.

Independencia económica: DOS FORMAS: en un contexto de aislamiento o de mínimo contacto externo, significa
autobastarse en cuanto a la producción de los bienes y servicios necesarios para la vida social, de modo que no se
generen a partir de las propias necesidades formas de dependencia política externa. En un contexto de interacción
internacional intensa, en cambio, se considera independencia económica la capacidad de producir en forma eficiente y
competitiva productos cuya demanda internacional asegura un intercambio ventajoso o al menos equitativo por
aquellos otros productos que no producimos pero que necesitamos, de modo que esa necesidad no signifique un factor
de dependencia política.

ORIGEN DE LA CRISIS DEL ESTADO DE BIENESTAR:

El pensamiento conservador, representado por Hayek, Friedman, Nozick, Nisbet, entre otros, consideran que el origen
de la crisis del estado de bienestar se encuentra en el papel protagonista que la administración pública tiene en la
sociedad civil, y que es analizado desde una triple dimensión:

1) Económica. El origen de la crisis hay que buscarlo en la forma de intervención del estado en la economía, y
concretamente en el excesivo gasto público, para compensar los desequilibrios sociales, que aparecen como
resultado de los desajustes del mercado, y que han provocado unas pérdidas masivas de empleo, lo que supone
la minoración de los recursos públicos que resultan necesarios para el relanzamiento de la actividad productiva.
La raíz de los desajustes y conflictos de la sociedad del bienestar se encuentran, por tanto, en la política de
intervención estatal y en el excesivo uso de los recursos fiscales para solucionar los desequilibrios económicos y
sus repercusiones sociales.
2) Cultural. La crisis también es consecuencia de las actitudes sociales y psicológicas negativas que la expansión y
generalización del bienestar han producido en los ciudadanos. La tendencia igualitarista de las sociedades de
bienestar ha provocado la ruptura de los fundamentos sobre los que se mantiene la sociedad capitalista: la
estructura social y las instituciones básicas, como la familia y el sistema educativo, que desarrollan funciones de
socialización y de integración social.
3) Política. La crisis económica, social, cultural y de valores está afectando también a las instituciones políticas. El
estado, en lugar de ser una institución neutral, está sometido a las presiones y al poder de los principales grupos
sociales y económicos: sindicatos, organizaciones empresariales y partidos políticos.

El sistema persistió hasta el colapso (en 1971) de los Acuerdos de Bretton Woods, cuando EEUU, bajo la presidencia de
Nixon, abandonó la obligación de cambiar dólares por oro a una tasa establecida en esos acuerdos, lo que condujo
directamente a la Crisis del petróleo de 1973.

CRISIS DE LA DEUDA LATINOAMERICANA:


Fue una crisis financiera que se desarrolló a inicios de los años 1980, cuando los países latinoamericanos alcanzaron un
punto en donde su deuda externa excedió su poder adquisitivo y no eran capaces de hacer frente a los compromisos
adquiridos de pago.

Causas: entre 1960-1970 muchos países latinoamericanos, especialmente Brasil, Argentina y México, pidieron grandes
sumas de dinero a acreedores internacionales para llevar a cabo planes de industrialización, especialmente para
programas de infraestructura. Estos países tenían economías crecientes en aquel tiempo, por lo que los acreedores
estaban dispuestos a seguir concediendo préstamos.

Consecuencias: La crisis de deuda de 1982 fue la más seria en la historia de América Latina. Los ingresos se desplomaron;
el crecimiento económico se estancó; debido a la necesidad de reducir las importaciones, el desempleo aumentó a
niveles alarmantes y la inflación redujo el poder adquisitivo de las clases medias.

En respuesta a la crisis, la mayoría de las naciones debieron abandonar sus modelos económicos de industrialización por
sustitución de importaciones y adoptaron una estrategia de crecimiento orientada hacia las exportaciones, estrategia
fomentada por el Fondo Monetario Internacional.

Planes de Alfonsín: Plan Austral y Plan Primavera

Se denominó Plan Austral al conjunto de medidas económicas de contención de la inflación y el déficit fiscal, adoptadas
por el ministro de Economía Juan Vital Sourrouille, durante la gestión del presidente Raúl Alfonsín (1983-1989). En este
plan se cambió la denominación monetaria (de "Peso Argentino" al "Austral").

Origen del Plan Austral: El diagnóstico fue que las principales causas de la inflación eran el déficit fiscal, el exceso de
emisión monetaria y las expectativas inflacionarias favorecidas por la legalización de la indexación de precios.

Pese a las buenas intenciones, el Plan Austral fracasó debido a la falta de control de los factores que ocasionaban el
déficit público y porque se financió emitiendo dinero.

El Plan Primavera (agosto de 1988) fue ampliamente publicitado como un último intento de bajar la inflación; uno de sus
principales elementos era un nuevo régimen cambiario: a las transacciones financieras y a las importaciones se les aplicó
un “tipo de cambio libre”, mientras que el producto de las exportaciones agrícolas se vendió a un tipo de cambio
“oficial”.

Sin embargo, los últimos esfuerzos estabilizadores no fueron lo suficientemente fuertes para romper con el régimen
anterior.

La presidencia de Alfonsín termina con el intento de vencer la hiperinflación mediante el Plan Primavera.

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