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Desolación
Por José Luis Claros López
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Pan casero y una taza de leche caliente
Por José Luis Claros López
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Por un plato de picante
Por José Luis Claros López
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Entonces, comprenden que si quieren el picante
deberán ir a servirse; así que adelante y con
confianza, les dice Don Doroteo; pasen a llenarse
la panza, pero primero por favor tráiganme
pancito, está hecho con chicharroncito. Luego
que le traen el pan caliente, les avisa que su perro
tiene sed y si no es inconveniente podrían llenar
también su vaso y del perro su fuente, y como la
petición no es insolente, ese mismo rato la
satisfacen, pero luego descubren que en la cocina
no hay una olla de rico picante. Ahora los dos
molestos visiblemente salen a reclamar a Don
Doroteo, recordándole que no son sus peones
para que les mienta tan feo.
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El último duelo
Por José Luis Claros López
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perder el contacto; todavía eran los tiempos de
las cartas de amor escritas a mano.
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Pedro Contreras el hombre 20 años mayor con el
cual ella debe casarse.
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La Princesa, el Mago y la Bandida
Por José Luis Claros López
31
Lo recuerdo, ese fue otro momento de silencio
absoluto, la lluvia se acercaba y todavía no
sonreía.
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Princesa lo más difícil era conseguir que se
dibuje una sonrisa sincera en tus labios, sé que
me contaste que pocos hombres podían conseguir
ese efecto. Por eso bautice como “la bandida” esa
noche de noviembre a la perrita del camino que
se acerco a nosotros en la plaza y te robo tantas
sonrisas.
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El Mago y su sombrero
Por José Luis Claros López
35
Cuando el niño conoció al mendigo
Por José Luis Claros López
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Al día siguiente enviaron por el Padre Oliverio
para oficiar una misa por el descanso de las almas
de los pobladores de Sanandita que habían
fallecido en tan extraños sucesos. A las dos y
treinta y cinco minutos exactos de la tarde de
aquel Veintiséis de Marzo de 1976 Juan Carlos
Gareca ingreso triunfal por la calle principal de la
población de Sanandita y llevaba consigo la
cabeza de Clara Isabel entonces narro como
encontró en medio del monte primero el cuerpo
de la mujer decapitada y sin manos como si se
tratase de una guitarra mucho tiempo después en
un mural sobre la Plaza Manuel Rodríguez
Magariños se verá el cuerpo de Clara Isabel
aunque eso nadie lo sabe. Luego Juan Carlos
Gareca guío a casi todos los pobladores de
Sanandita al lugar exacto en donde se encontraba
el cuerpo de Clara Isabel a pocos metros un
hombre pequeño de orejas grandes yacía frío e
inerte. Juan Carlos Gareca narro que antes de
matarlo de un balazo en la cabeza ese hombre
confesó los crímenes cometidos en contra de las
personas que según el asesino porque no eran
más que ladrones que estaban saqueando la
sangre de la tierra y que debía matarlos para
salvarse de la maldición que le fue impuesta por
haber participado en la construcción del primer
pozo.
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La noche del veintisiete de marzo del año 76 el
Padre Oliverio llegó a Sanandita caminando y al
día siguiente oficio una misa. Con el paso del
tiempo nadie volvería a recordar está historia
hasta el momento en que el viejo Juan Carlos
Gareca una tarde muchos años después vio aquel
mural y recordó el cuerpo de Clara Isabel y
también recordó como hizo justicia con sus
propias manos matando al pobre desquiciado que
según cuentan todavía algunos de los pobladores
que habitan al pie de la Serranía Aguaragüe y las
orillas del río Copiasuti resucitó porque estaba
maldito y luego se fue a vivir a lo profundo de la
serranía muy cerca de un lugar donde una
gigantesca piedra negra marca el inicio de una
nueva brecha.
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La casa de los niños solos
Por José Luis Claros López
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Durante un tiempo todas las mañanas caminaban
juntos a la escuela y cuando sus respectivos
profesores preguntaban por su madre siempre
decían que ahora estaba de viaje pero que
volvería, cuando la campana del colegio les decía
que ya era la salida y el reloj marcaba el medio
día los tres niños regresaban caminando con sus
zapatos gastados a la casa sin mesas y sin sillas
porque su madre las vendió para comprar su
pasaje y solamente les queda el sentarse los tres
en el piso frío y vacío del cuarto que también es
su dormitorio para comer de un mismo plato la
poca comida que con cariño una mujer pobre que
vive en la casa de a lado con un marido
alcohólico y con siete hijos les comparte sin
decírselo a su marido por el temor a ser golpeada,
por las tardes los niños salían a jugar con
juguetes imaginarios como una manera feliz de
construir un mundo en medio del abandono pero
luego llega la noche, la soledad, el frío y de
aquella manera los tres niños comparten la misma
cama y se cubren solo con una toalla, mientras
por encima del techo que tiene varios agujeros
por donde caen gotas de agua durante la
temporada de lluvias para ellos el cielo
permanece cubierto de nubes sin estrellas fugases
a las cuales pedir un deseo.
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Historia de un esclavo y de un poeta
Por José Luis Claros López
48
El poeta no lo puede ver, pero también siente una
paz y felicidad interior en el reloj de la
computadora ya no son las 12.
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El pirata del Pilcomayo
Por José Luis Claros López
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Pero la edad de la inocencia no dura toda la vida
y Anselmo se volvió un experto suicida en la
pelea de cuchillos su arma preferida y con la cual
también le causaron más de una herida.
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No tardo en decidirse a continuar con su antigua
forma de vida suicida y escogió a los
contrabandistas que pasaban su mercadería desde
el Paraguay en la zona del Pilcomayo como sus
nuevas víctimas a las que les quitaría su alegría.
Formar otra banda no fue difícil, el río Pilcomayo
se moría y muchas gentes de las proximidades,
que vivieron del río durante generaciones ahora
no tenían ya ni que comer, ni agua potable para
beber. El hambre, siempre produce desesperación
y la pobre gente sufría.
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esos años sin tregua, cuando los milicos hacían lo
que querían y una cosa llevó a la otra.
53
Una madrugada, mientras en una hamaca colgada
de unos árboles dormía, sintió como que aquel
niño lo miraba en la oscuridad y se despertó
asustado abriendo los ojos con cobardía. La
sensación tenía su razón, el niño de verdad estaba
en la oscuridad mirándole con sus ojos de
curiosidad. Como tantas otras veces el Pirata
Anselmo le preguntó por su nombre. El niño
ahora sí respondió y le dijo que quería ser como
él para no sufrir en la vida por el hambre, hambre
de agua y de comida. Luego el niño se fue,
desapareció otra vez. Como desaparecen los
recuerdos de un sueño malo.
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¿Cuántas veces?
Por José Luis Claros López
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ANTOLOGÍA DE CUENTOS
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El Pirata del Pilcomayo
Por José Luis Claros López
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Dedico este libro, al escritor Yacuibeño: José Luis Padilla
Porque su verso y su prosa valiente, se atreve a contar
los sentimientos que otros mortales prefieren callar.
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ANTES DE COMENZAR A LEER ESTOS CUENTOS...
59
INDICE
PÁGINA
La Batalla 1
Desolación 3
Pan Casero y una taza de leche caliente 8
Por un plato de picante 25
El último duelo 28
La Princesa, el Mago y la Bandida 31
El Mago y su sombrero 34
Cuando el niño conoció al mendigo 36
Al pie de la serranía del Aguaragüe 38
La casa de los niños solos 43
Historia de un esclavo y de un poeta 48
El Pirata del Pilcomayo 50
¿Cuántas veces? 55
60
Este libro se terminó de imprimir
En Yacuiba, Bolivia el 21 de septiembre de 2013
En la Editorial e Imprenta del
Proyecto Cultural NEMBOATI
Con el Apoyo del
Centro de Estudios para el
Desarrollo Alternativo y Democrático
CEDAD
61
INDICE
PÁGINA
La Batalla……………............................... 1
Desolación……………………………….. 3
Pan Casero y una taza de leche caliente…. 8
Por un plato de picante…………………... 25
El último duelo…………………………... 28
La Princesa, el Mago y la Bandida………. 31
El Mago y su sombrero………………….. 34
Cuando el niño conoció al mendigo……... 36
Al pie de la serranía del Aguaragüe……... 38
La casa de los niños solos……………….. 43
Historia de un esclavo y de un poeta…….. 48
El Pirata del Pilcomayo………………….. 50
¿Cuántas veces?.......................................... 54
Este libro se terminó de imprimir
En Yacuiba, Bolivia el 21 de septiembre de 2013
En la Editorial e Imprenta del
Proyecto Cultural NEMBOATI
Con el Apoyo del
Centro de Estudios para el
Desarrollo Alternativo y Democrático
CEDAD