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Los abogados y la obligación de infomar operaciones sospechosas en las normas de prevención contra el lavado de dinero

D'Albora (h.), Francisco J.

Publicado en: Sup.Esp.Sociedades ante la I.G.J. 2005 (abril), 200

Sumario: SUMARIO: I. Régimen jurídico del lavado de dinero. - II. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI/FATF). - III.
Las nuevas 40 Recomendaciones de GAFI. - IV. Obligación de informar. - V. El secreto. - VI. Los abogados

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I. Régimen jurídico del lavado de dinero


El 10 de mayo de 2000 se publicó en el Boletín Oficial la ley 25.246 (Adla, LX-C, 2805) -reglamentada por los decs. 169/2001
(1) y 1500/2001 (2)- que modificó sustancialmente la posición de la República Argentina frente al denominado lavado de
dinero, paradigma del crimen organizado transnacional.
Culminó así un largo proceso de debate en los distintos ámbitos de nuestra sociedad, que comenzó en 1996 con el primer
proyecto de ley (3) remitido por el Poder Ejecutivo Nacional al Congreso.
Entre las principales características de la nueva norma debe destacarse, en primer lugar, la tipificación del delito de lavado de
activos de origen delictivo como una especie del género encubrimiento (4) que admite, como delito determinante o de origen
a cualquier otro delito, aunque hubiese sido cometido fuera del territorio nacional (5), en la medida en que se supere el límite
objetivo de $ 50.000, ya sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos vinculados entre sí. Rige el principio de la
doble incriminación, en virtud del cual los comportamientos susceptibles de ser calificados como hechos previos deben ser
sancionables penalmente tanto en el lugar de comisión como en el lugar de realización del lavado de dinero (6).
Se estipula expresamente que la participación criminal en el delito determinante excluye la participación criminal en el delito
de lavado de activos. Es un delito doloso (7), sin que se exija una categoría especial de dolo y el bien jurídico protegido es la
administración pública.
Superado conceptualmente el modelo emergente de la Convención de Viena que limitaba el delito previo a los vinculados al
narcotráfico (8), el derecho comparado evolucionó hacia diversos modelos para clasificar los delitos previos, que van desde la
confección de un catálogo o listado (9) a la indicación de una categoría específica de delitos (10) o a todos los delitos en
general. Según se ve, esta última es la opción del legislador en la ley 25.246.
Aunque en la clasificación seguida por el codificador se optó por la administración pública, el ámbito de protección
comprende principalmente lo que la dogmática española denomina orden socioeconómico (11) sin perjuicio de que, como
especie del género encubrimiento, afecte también a la administración de justicia.
Parece claro que se trata, cuando menos, de un delito pluriofensivo. A punto tal, que el art. 278, Cód. Penal tipifica el lavado
de activos por encima de determinado monto -cincuenta mil pesos- y establece, por debajo de dicha cifra, una tipicidad
remanente de encubrimiento en los términos del art. 277 id. Resulta poco compatible con el bien jurídico "administración
pública" la referencia al monto, a menos que se piense que la "administración de justicia" -en el caso- pueda ser susceptible
de apreciación pecuniaria (12).
Creemos que hubiese resultado más acorde con la naturaleza del verdadero bien jurídico protegido limitar a determinados
delitos graves el carácter de delito previo. En general, aquellos delitos que tienen entidad para afectar, indistintamente,
bienes cuya titularidad está en cabeza de la comunidad internacional porque afectan al denominado derecho de gentes (13).
La amplitud de la norma vigente puede presentar situaciones en las cuales el contenido de injusto del delito previo no se
adecue a la sanción prevista para el lavado. Esa parece haber sido la inquietud del legislador, reflejada en las previsiones del
art. 279, inc. 1°, Cód. Penal (14), o en el parágrafo c) del inc. 1° del art. 278, id. (15).
En segundo término, se establece un mecanismo de prevención y contralor del lavado de activos que incorpora los conceptos
principales de las 40 Recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI/FATF): creación de la Unidad de
Información Financiera, definición del concepto de operación sospechosa y la obligación legal de informarlas.
Por último, se establece un régimen de sanciones penal administrativas (16), aplicables por la UIF y apelables ante la justicia
en lo contencioso administrativo, para los casos de incumplimiento de la obligación de informar por parte de personas físicas
o jurídicas y se contemplan sanciones de idéntica naturaleza para las personas jurídicas que intervengan en actos
constitutivos de lavado de activos, ya sea en forma dolosa o culposa.
La Unidad de Información Financiera (UIF), creada con autarquía funcional en jurisdicción del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos (17) para el análisis, tratamiento y transmisión de información, a los efectos de prevenir e impedir el
lavado de activos (18), está expresamente facultada para aplicar las sanciones contempladas en dicho capítulo, garantizando
el debido proceso (19).
Se ha previsto que las resoluciones que impongan tales sanciones serán recurribles en forma directa ante la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal (20), aplicándose en lo pertinente las disposiciones de la ley 19.549
de Procedimientos Administrativos (Adla, XXXII-B, 1752), su Decreto Reglamentario N° 1759/72 (T. O. 1991) (Adla, LI-D, 3957)
y el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (21).
El recurso judicial directo sólo podrá fundarse en la ilegitimidad de la resolución impugnada y deberá interponerse y fundarse
en sede judicial dentro de los veinte días contados a partir de la fecha de su notificación (22). La UIF deberá remitir, a
requerimiento del Tribunal, todos los antecedentes administrativos de la medida impugnada (23).
La relación entre la resolución del proceso administrativo sustanciado en virtud de las infracciones al régimen penal
administrativo y un eventual proceso penal, se regirán por las previsiones de los arts. 1101 (24) y siguientes y 3982 bis (25) del
Código Civil, entendiendo por "acción civil" la acción "penal administrativa"(26).
Estas sanciones, administrativas en realidad, alcanzan a los sujetos previstos por la ley en la medida en que omitan el
cumplimiento de la obligación que funciona como clave de bóveda de todo el sistema (27): informar las operaciones
sospechosas que adviertan en el desempeño de sus actividades; otro tanto ocurrirá cuando el órgano o ejecutor de la entidad
hubiese intervenido en conductas previstas por el art. 278 id. -incluyendo una figura culposa- o si incurriese en violación de
secretos (28).

II. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI/FATF)


Ejemplo incomparable de los alcances de la globalización en el mundo jurídico, las cuestiones atingentes al lavado de dinero
han alcanzado en este aspecto un singular desarrollo.
No puede comprenderse a cabalidad el alcance de la afirmación precedente sin detenerse a analizar la incidencia que en la
mayoría de las legislaciones internas de los diversos países tiene el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI/FATF).
En la XV Cumbre Económica celebrada en París, Francia, en julio de 1989, la Organización de Cooperación y Desarrollo (OCDE)
dio paso a la creación del Grupo de Acción Financiera Internacional, integrado actualmente por 32 países participantes más 2
organismos como observadores y abierto a otros estados interesados a través de los subgrupos regionales.
Los líderes del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo dieron al GAFI el mandato de estudiar las medidas
de cooperación adoptadas en cada Estado miembro a fin de prevenir la utilización del sistema bancario y financiero por parte
de las organizaciones delictivas. También le encomendaron efectuar recomendaciones sobre cómo mejorar la cooperación
internacional en la lucha contra el lavado de dinero.
Luego de varias reuniones, el grupo presentó en abril de 1990 un informe que contiene 40 Recomendaciones sobre blanqueo
de capitales tendientes a implementar un sistema de prevención y control del delito de lavado de dinero. La evolución
permanente de las técnicas utilizadas para el lavado de dinero ha obligado al GAFI a efectuar revisiones periódicas de las
medidas propuestas, que impusieron su primera actualización en el año 1996.
A pesar de estar ubicado dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el GAFI no es
formalmente parte de ella ni de ninguna otra organización internacional. Es un grupo "ad hoc" que tiende al logro de
estrategias comunes sobre el delito de lavado de dinero, basadas en la cooperación internacional.
El sistema centra su atención en tres áreas principales: evaluar el progreso de sus propios miembros en la implementación de
las 40 Recomendaciones; estudiar los avances sobre las nuevas técnicas utilizadas para lavar dinero y realizar los ajustes
necesarios a las medidas propuestas (estudio de tipologías), y establecer y coordinar un sistema de relaciones internacionales
cada vez más amplio para promover una acción internacional conjunta contra el lavado de dinero.
Entre sus miembros se encuentran los principales centros financieros de Europa, América y Asia. Es un organismo
multidisciplinario (condición fundamental para luchar contra el blanqueo de capitales), que reúne a expertos encargados de
adoptar medidas sobre cuestiones jurídicas, financieras y operativas. Son miembros plenos Argentina, Australia, Austria,
Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, la Comisión Europea, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, el Consejo de Países del Golfo,
Hong Kong, China, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Luxemburgo, México, El reino de Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega,
Portugal, La Federación Rusa, Singapur, Sudáfrica, España, Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.
Los subgrupos regionales de GAFI son: Asia/Pacífico (APG), Caribe (GAFIC), Europa (MONEYVAL), Este y Sudáfrica (ESAAMLG)
y Sudamérica (GAFISUD).
Las 40 Recomendaciones constituyen el marco básico de lucha contra el blanqueo de capitales y han sido concebidas para
una aplicación universal. Abarcan el sistema jurídico penal y policial, el sistema financiero y su reglamentación, y la
cooperación internacional. Estas medidas son esenciales para el establecimiento de un marco eficaz contra el blanqueo de
capitales. Teniendo en cuenta que casi el 80 % de los 500 bancos más importantes del mundo, muchos de los cuales poseen
sucursales y filiales en nuestro país, tienen su sede en los países miembros de GAFI, se advierte sin dificultad su relevancia.
En el año 1998 el GAFI añadió a sus cometidos la creación de un mecanismo que permitiese evaluar la aptitud para prevenir y
combatir el lavado de dinero de los sistemas jurídicos existentes en los países que no pertenecen al grupo. Se elaboró así el
documento conocido como 25 Criterios, en virtud del cual los países que aceptan ser analizados, son evaluados sobre la base
de dichos parámetros.
Desde el año 2000 se llevaron a cabo sendas rondas de evaluaciones sobre distintos países, elaborándose una nómina de
jurisdicciones que, a juicio de GAFI, no alcanzaron los estándares internacionales en materia de control y prevención del
lavado de dinero. Además, recomendó a todos sus miembros prestar particular atención a las relaciones y transacciones
realizadas con esas plazas financieras.
Algunos de ellos comenzaron inmediatamente a revisar y modificar sus legislaciones para adecuarlas a las pautas fijadas por
las 40 Recomendaciones, con la finalidad explícita de acotar el perjuicio ocasionado a sus sistemas financieros por el sólo
hecho de haber sido listados.
La lista actual de países y territorios no cooperativos en materia de lavado de dinero (NCCT) a partir del 27 de febrero de
2004 está integrada por: Islas Cook, Guatemala, Indonesia, Myanmar, Nauru, Nigeria y Filipinas.
En el año 2001, y como consecuencia del atentado a las Torres Gemelas se añadieron otras 8 Recomendaciones Especiales
sobre la financiación del terrorismo, y en octubre de 2004 la Recomendación Especial IX (Transporte de Dinero en Efectivo).

III. Las nuevas 40 Recomendaciones de GAFI


En junio de 2003 el Grupo de Acción Financiera finalizó el proceso de revisión de las nuevas 40 Recomendaciones (29),
iniciado en 2001 con la finalidad de actualizar los estándares fijados en su redacción de 1996.
La nueva Recomendación 12, en su punto d), establece que los requisitos de debida diligencia respecto del cliente y de
conservación de registros deben aplicarse a los abogados en actividades relacionadas con la compraventa de bienes
inmuebles, la administración de dinero, cuentas bancarias o de ahorro, títulos valores y otros activos del cliente, organización
de aportes para la creación, operación o administración de compañías, de personas jurídicas o entidades jurídicas, y
compraventa de entidades comerciales.
Por su parte, la Recomendación 16 incluye a los abogados en la obligación de informar operaciones inusuales o sospechosas
cuando "...por cuenta o en representación de un cliente, participen en una transacción en relación con las actividades
descriptas en la Recomendación 12 d)...".
El párrafo final aclara que "No se requiere que los abogados (...) que actúen como profesionales independientes, reporten sus
sospechas si la información relevante ha sido obtenida en circunstancias en las que estaban sujetos al privilegio de secreto
profesional o secreto legal".
Una serie de previsiones se agregan en las Notas Interpretativas; la referida a la Recomendación 16 aclara que "Corresponde
a cada jurisdicción determinar las cuestiones que deberían considerarse como privilegio profesional legal o secreto
profesional. Normalmente esto cubriría la información que los abogados (...) reciben de sus clientes o a través de ellos: a) en
el curso e la determinación de la posición legal de su cliente; o b) en la tarea de defender o representar a ese cliente en algún
procedimiento judicial, administrativo, de arbitraje o mediación o con relación al mismo...".
Según se ve, ha llegado el momento analizar, con referencia puntual a nuestro ordenamiento jurídico, la eventual necesidad
de alguna reforma legislativa que contemple la inclusión de los abogados como sujetos obligados a informar en la nómina del
art. 20 de la ley 25.246 (30).
Ello impone precisar, previamente, el alcance de la obligación de informar operaciones inusuales o sospechosas y si las
previsiones legales que establecen el secreto o reserva de determinadas actividades implican óbice alguno para su
cumplimiento.

IV. Obligación de informar


El sistema de prevención y contralor implementado por la ley incluye dos géneros de obligaciones de informar diferentes.
Por un lado, la obligación de informar operaciones sospechosas o inusuales prevista por el art. 21, inc. b), que denominamos
obligación específica. Por el otro, la obligación de cualquier organismo público, nacional, provincial o municipal, y las personas
físicas o jurídicas, públicas o privadas, de proporcionar dentro del término que se les fije, bajo apercibimiento de ley, los
informes, documentos, antecedentes y todo otro elemento que la UIF estime útil para el cumplimiento de sus funciones,
impuesta por el art. 14, inc. 1°), primer párrafo, denominada obligación genérica.
Ambos supuestos son distintos, a punto tal que la obligación específica juega sobre los parámetros objetivos preestablecidos
en abstracto, reglamentados liminarmente por la UIF, en tanto la obligación genérica presupone la solicitud previa en el caso
concreto, precisando el informe, documento, antecedente o elemento requerido.
Además, la obligación específica sólo alcanza a los sujetos incluidos por el legislador en la nómina del art. 20 de la ley, en
tanto la genérica recae sobre la totalidad de las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, según el exhaustivo detalle
del primer párrafo del inc. primero del art. 14.
Claro está que esta última sólo puede tener lugar como consecuencia de una operación inusual o sospechosa informada con
anterioridad al pedido de información adicional en virtud de una obligación específica; de lo contrario se convalidaría de
manera inadmisible la realización de "expediciones de pesca"(31).
La obligación de informar operaciones sospechosas o inusuales tiene como requisito previo la actividad reglamentaria de la
UIF prevista en el último párrafo del art. 21, inc. b) (32).

V. El secreto
Otro de los temas que suscita inquietud en el seno de las distintas categorías de sujetos obligados a informar, según la
nómina del art. 20 de la ley, es el referido a la inoponibilidad de secreto legal de ninguna especie respecto del cumplimiento
de dicha obligación.
El último párrafo del art. 20 desconcertó a los analistas que, finalmente, concluyeron no debía considerarse en una
interpretación sistemática que atendiese a las 40 Recomendaciones como fuente inocultable del texto vigente. Es que si la
obligación de informar no resultase "obligatoria", el modelo propuesto se desmorona.
El adecuado esclarecimiento del tópico compromete la eficacia del sistema de contralor propuesto por el legislador.
Corresponde pues, comenzar precisando el sustento normativo del secreto en nuestro ordenamiento jurídico.
La Constitución Nacional contempla, con jerarquía suprema, la inviolabilidad de la correspondencia y papeles privados (art.
18, CN; arts. 153 a 155, Cód. Penal). La reforma de 1994 añadió el único otro supuesto de fuente constitucional, el secreto de
la fuente de información periodística (art. 43, CN).
El denominado secreto profesional y oficial (arts. 156 y 157, Cód. Penal) tiene, a nuestro modo de ver, distinta entidad
normativa puesto que es de fuente legal.
Se advierte, entonces, que se trata de diferentes preceptos contenidos en dos leyes nacionales con previsiones referidas al
denominado secreto de fuente legal. Por un lado, el Código Penal, por el otro, la ley de Lavado de Activos de Origen Delictivo
que es posterior y especial respecto de la anterior. En estas condiciones, si hubiese alguna contradicción entre ambas, se
impone la plena vigencia de la ley 25.246. Además, en el caso puntual de los abogados, el cumplimiento de la obligación de
informar surtiría los efectos de la justa causa invocada por el art. 156, Cód. Penal.
Para el cumplimiento del deber de suministrar información obligatoria -obligación específica- a la unidad de información
financiera, el secreto no se levanta. Al no serle oponible, porque sus previsiones están contenidas en una ley especial y
posterior a la que lo impone, la UIF ingresa al ámbito del secreto.
La información obligatoria suministrada sigue siendo secreta y su eventual divulgación configurará delito de violación de
secretos calificada del art. 22 de la ley, que desplaza al art. 157, Cód. Penal. A mayor abundamiento se contempla una sanción
equivalente aplicable a la persona jurí-dica en el marco de las infracciones administrativas (33).

VI. Los abogados


La inclusión de los abogados en el sistema de prevención y contralor del lavado de dinero y la financiación del terrorismo
propuesto por GAFI implica analizar sus eventuales obligaciones en los términos del art. 21 de la ley 25.246, que impone,
básicamente y en lo que aquí interesa, cumplir las previsiones de la regla denominada "conozca su cliente", archivando la
información que la UIF considere pertinente por el plazo que se establezca (inc. a) e informar operaciones inusuales o
sospechosas, según lo indique la reglamentación a dictarse por la UIF (inc. b).
El último párrafo de la Recomendación 16 fija el límite de la pretensión de GAFI: la información obtenida al amparo del
secreto profesional.
Las notas interpretativas han acotado que dicho secreto profesional comprende la información que los abogados (...) reciben
de sus clientes o a través de ellos: a) en el curso e la determinación de la posición legal de su cliente; o b) en la tarea de
defender o representar a ese cliente en algún procedimiento judicial, administrativo, de arbitraje o mediación o con relación
al mismo...".
Por manera que, excluido de la nueva obligación todo aquello que se relacione con el contenido sustancial de las previsiones
del art. 7° de la ley 23.187, y en función de la garantía de la defensa en juicio, consagrada por el art. 18 de la Constitución
Nacional, su objeto se limita, virtualmente, a la representación extrajudicial de terceros -personas físicas o jurídicas- para las
actividades enumeradas en la Recomendación 12 d).
Creemos que el hecho de que la Inspección General de Justicia figure como sujeto obligado en el inc. 6° del art. 20 de la ley,
con sus facultades de control y fiscalización de la actividad de las personas jurídicas, aconseja repensar si efectivamente es
necesaria una reforma legislativa para incorporar al abogado -en casos tan acotados en que, casi, no se desempeña como tal-
como obligado a informar según propician las nuevas 40 Recomendaciones.

Especial para La Ley. Derechos reservados (ley 11.723)

(1) B. O. 14/II/01 (Adla, LXI-B, 1524)


(2) B. O. 22/XI/01 (Adla, LXII-A, 49).
(3) D'ALBORA (h.), Francisco J, "Lavado de Dinero. El delito de Legitimación de Activos Provenientes de Ilícitos", cit.
(4) Cód. Penal, "Artículo 278, 1° a) Será reprimido con prisión de dos a diez años y multa de dos a diez veces del monto de la
operación el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare o aplicare de cualquier otro modo, dinero u otra
clase de bienes provenientes de un delito en el que no hubiera participado, con la consecuencia posible de que los bienes
originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un origen lícito y siempre que su valor supere la suma de cincuenta
mil pesos ($ 50.000), sea en un solo acto o por la reiteración de hechos diversos vinculados entre sí; b) El mínimo de la escala
penal será de cinco (5) años de prisión, cuando el autor realizare el hecho con habitualidad o como miembro de una
asociación o banda formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza; c) Si el valor de los bienes no superare
la suma indicada en este inc., letra a), el autor será reprimido, en su caso, conforme a las reglas del art. 277. 2° (observado por
el PEN mediante dec. 370/2000). 3° El que recibiere dinero u otros bienes de origen delictivo, con el fin de hacerlos aplicar en
una operación que les dé la apariencia posible de un origen lícito, será reprimido conforme a las reglas del art. 277. 4° Los
objetos a los que se refiere el delito de los incs. 1, 2 o 3 de este artículo podrán ser decomisados".
(5) Conf. art. 279, inc. 4°, Cód. Penal, texto según ley 25.246.
(6) BLANCO CORDERO, Isidoro "Régimen Penal contra el Lavado de Dinero. Comentario a la nueva ley argentina sobre lavado
de dinero", en el seminario "Control y Prevención del Lavado de Dinero", organizado por PriceWaterhouseCoopers, en Buenos
Aires, el 14 de junio de 2000.
(7) La figura culposa prevista por el inc. 2° del art. 278, Cód. Penal fue observada por el PEN mediante dec. 370/2000 (Adla,
LX-C, 2805).
(8) En el año 2000, una nueva Convención de Naciones Unidas, específicamente sobre la materia, señaló la necesidad de
reconocer como delitos previos a los denominados graves, categoría vicariante con aquellos asociados al crimen organizado.
(9) Estados Unidos, Alemania, Italia y Canadá, entre otros.
(10) Por ejemplo, se refiere a "delitos graves" el Reglamento Modelo sobre Delitos de Lavado relacionados con el Tráfico
Ilícito de Drogas y delitos conexos, elaborado por Grupo de Expertos para el Control del Lavado de Dinero de la Comisión
Interamericana para el Control del Abuso de Drogas, de la Organización de Estados Americanos (CICAD/OEA).
(11) D'ALBORA (h.), Francisco J., "Lavado de Dinero. El delito de Legitimación de Activos Provenientes de Ilícitos", cit.
(12) BLANCO CORDERO, Isidoro "Régimen Penal contra el Lavado de Dinero. Comentario a la nueva ley argentina sobre lavado
de dinero", cit.
(13) Art. 118, Constitución Nacional.
(14) "Si la escala penal prevista para el delito precedente fuera menor que la establecida en las disposiciones de este capítulo,
será aplicable al caso la escala penal del delito precedente".
(15) "Si el valor de los bienes no superare la suma indicada en este inciso, letra a), el autor será reprimido, en su caso,
conforme a las reglas del art. 277".
(16) Capítulo IV de la ley 25.246, arts. 23 al 26; D'ALBORA (h.), Francisco J., "Lavado de Dinero y Régimen Penal
Administrativo", LA LEY, diario del 30 de abril de 2003.
(17) Conf. art. 5° de la ley 25.246.
(18) Conf. art. 6° de la ley 25.246; sobre el alcance asignable al último giro del primer párrafo, ver D'ALBORA (h.), Francisco J.
"La Ley de Lavado de Dinero y la Obligación de Informar Operaciones Sospechosas o Inusuales", CDJP, Año VII, N° 12, p. 241,
especialmente, p. 249.
(19) Conf. art. 14, inc. 8°, de la ley 25.246; La Resolución UIF 10/03(B. O. 28/IV/03) aprobó la reglamentación del
procedimiento sumarial para la aplicación de sanciones.
(20) Conf. art. 13 del dec. 169/01.
(21) Conf. art. 25 de la ley 25.246 y 16 del dec. 169/01.
(22) Conf. art. 14 del dec. 169/01.
(23) Conf. art. 15 del dec. 169/01.
(24) Art. 1101.- "Si la acción criminal hubiere precedido a la acción civil, o fuere intentada pendiente ésta, no habrá
condenación en el juicio civil antes de la condenación del acusado en el juicio criminal, con excepción de los casos siguientes:
1. Si hubiere fallecido el acusado antes de ser juzgada la acción criminal, en cuyo caso la acción civil puede ser intentada o
continuada contra los respectivos herederos. 2. En caso de ausencia del acusado, en que la acción criminal no puede ser
intentada o continuada".
(25) Art. 3982 bis.- "Si la víctima de un acto ilícito hubiere deducido querella criminal contra los responsables del hecho, su
ejercicio suspende el término de prescripción de la acción civil, aunque en sede penal no hubiere pedido el resarcimiento de
los daños. Cesa la suspensión por terminación del proceso penal o desistimiento de la querella".
(26) Conf. art. 26 de la ley 25.246.
(27) Conf. art. 24 de la ley 25.246.
(28) Conf. art. 23 de la ley 25.246.
(29) www.uif.gov.ar
(30) B. O. 10/V/00.
(31) CCCFed., sala II, c N° 13.824 "Díaz Chagas, Wellington s/nulidad", reg. 14.766, rta. 21/X/97.
(32) Las Resoluciones UIF N° 2 y 4 del 2002 (B. O. 29/X/02), 3 del 2002 (B. O. 25/X/02) -modificadas por la Resolución 18 del
2003 (B. O. 17/XI/03)-, 6, 7, 8, 9 y 10 (B. O. 28/IV/03), 11 (B. O. 5/V/03), 15 (B. O. 16/X/03) y 17 (B. O. 31/X/03) del 2003 y 3
del 2004 (B. O. 22/VI/04) y 10 del 2004 (B. O. 5/I/05) (www.uif.gov.ar), reglamentan la forma de cumplimiento para algunas
de las categorías de sujetos obligados.
(33) Art. 23, inc. 3° de la ley 25.246.

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