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LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
AVANCES RECIENTES DEL DESARROLLO INFANTIL.
MTRA. HILDA PATRICIA SANDOVAL PÉREZ.
INTRODUCCIÒN
Introducción
Uno de los principales medios de los que se sirve la investigación de las distintas
funciones cerebrales es el estudio de las diversas lesiones que pueden tener
lugar en el sistema nervioso. Por ejemplo, si se dañan algunas zonas del lóbulo
frontal puede perderse la capacidad del habla, mientras que las lesiones del
lóbulo occipital ocasionan la pérdida de la visión y las que afectan al lóbulo
parietal pueden redundar en deficiencias motoras. Si bien, no se puede afirmar
que únicamente una zona del cerebro sea la responsable de una determinada
respuesta. Ya que todas están interconectadas, se ha ido diseñando un mapa
aproximado de las áreas cerebrales que intervienen en las distintas actividades
orgánicas. Lo que se afirma hasta el momento según numerosos experimentos es
que, cuando se estimula eléctricamente una zona y ello provoca determinadas
reacciones, es porque esa zona está relacionada con esas acciones.
Para esta investigación se dará gran atención al sistema límbico, debido a que en
los siguientes apartados se mencionará lo relacionado a aspectos del desarrollo
emocional del ser humano, como las diferentes emociones y la autorregulación,
pero sin destacar la importancia de los demás sistemas.
Pero, ¿qué relación tiene el cerebro con la conducta? pasemos ahora a describir
este importante aspecto. El cerebro tiene una importante relación con la conducta
ya que al hablar de relaciones cerebrales-conducta, es útil pensar que en la
conducta a lo largo de un continuo que va de lo más bajo hasta lo más alto, o las
funciones de orden bajo requieren poco análisis o planeación, y el individuo no
puede controlarlas fácilmente. Ejemplos de estas funciones son la percepción de
un objeto redondo y la transmisión de señales a los pulmones para controlar la
respiración. Las funciones de orden alto incluyen el juicio y la planeación y pueden
ser controladas a voluntad. Determinar la mejor ruta para llegar a su destino es
una conducta de orden alto, como lo son leer y cantar.
Las funciones de orden alto son posibles debido a las actividades de las
estructuras que se encuentran dentro de la corteza cerebral, cubierta delgada de
tejido neuronal que rodea la superficie externa del cerebro. Las funciones de bajo
orden o más automáticas se llevan a cabo por las estructuras que están por
debajo y dentro de la corteza cerebral. Estas estructuras subcorticales, operan la
mayor parte del tiempo como estaciones de relevo, para preparar información que
se procesa en la corteza cerebral, y para llevar a cabo las instrucciones de acción
que la corteza cerebral da a los músculos y a las glándulas.
Como se puede apreciar existe una marcada evolución en la madurez del cerebro,
el proceso de maduración cerebral depende de la organización y diferenciación
celular caracterizados por el crecimiento axonal y dendrítico, la sinaptogénesis, la
muerte axonal y celular y la mielinización. Este proceso termina iniciada la adultez
con la culminación del proceso de mielinización axonal (Kolb y Fantie, 1989).
Durante la etapa fetal ocurren los procesos esencialmente madurativos que van a
dar la forma del sistema nervioso. Cuando inicia el período fetal comienza el
período de crecimiento más dramático, donde nace la corteza cerebral, la corteza
se expande para formar los lóbulos frontales y los lóbulos parietales y temporales.
Los primeros surcos de la corteza cerebral aparecen hacia los 150 días de
gestación. Los surcos secundarios y primera mielinización hacia los 180 días.
Un proceso paralelo a todo esto es el desarrollo cognitivo y su relación con la
maduración cerebral. El término cognitivo se refiere al uso o manejo del
conocimiento (Gregory, 1987) incorpora aquellos procesos que dan sentido a las
señales sensoriales y a las respuestas motoras a medida que son codificadas
neuronalmente (Harris, 1995). Así, los procesos cognitivos incluyen una variedad
de funciones mentales como: la atención, memoria, aprendizaje, percepción,
lenguaje y capacidad para resolver problemas. A cada una de estas funciones
continúa una secuencia propia de desarrollo que se correlaciona con la
maduración del sistema nervioso central.
Para entender a cabalidad las relaciones cerebro-conducta, el niño debe ser visto
dentro del contexto sociocultural que enmarca su desarrollo y condiciona las
técnicas potenciales utilizables en su rehabilitación en caso de daño cerebral, es
por eso que algunos autores como Anderson y colaboradores (2001) han
propuesto tres dimensiones del conocimiento que deben incluirse en el análisis de
los procesos cognitivos- comportamentales, la dimensión cognitiva y sus
relaciones con el sistema nervioso: la dimensión neurológica, la dimensión
cognitiva y la dimensión psicosocial. La dimensión neurológica describe y analiza
los procesos maduracionales que fundamentan el desarrollo intelectual y
conductual del niño, la dimensión cognitiva estudia las formas en que se desarrolla
y adquiere la percepción, atención, lenguaje y otros procesos cognitivos y la
dimensión psicosocial ofrece una visión de las interacciones del niño con su
ambiente familiar, social y cultural.
Para tener un marco explicativo del desarrollo infantil es necesario conocer esa
potente máquina que es el cerebro, a través de la historia numerosos
investigadores han puesto especial atención en descubrir que encierra esta gran
caja y su complejo funcionamiento, lo que ha dado pauta a generar ciertos
principios que sostienen que toda acción depende del funcionamiento del cerebro.
El cerebro es el órgano más delicado del cuerpo y su peso es solo el 2% del peso
total del cuerpo. El cerebro contiene más de 15.000 millones de neuronas
cerebrales que se mantienen en comunicación para producir los pensamientos,
movimientos y sensaciones. El cerebro obtiene la energía a partir del oxígeno y la
glucosa que le son suministrados constantemente a través de un intrincado
sistema de arterias.
Debemos recordar que las células comienzan a morir después del nacimiento y
nunca son remplazadas. Ya a partir de los 30 años mueren aproximadamente
100.000 neuronas cerebrales diariamente
Existen numerosas ciencias que se dedican al estudio del cerebro y cada una
desde su particular enfoque ha proporcionado información muy valiosa la que se
ha ido enriqueciendo paulatinamente y que sustenta un marco explicativo
científico.
BIBLIOGRAFÍA:
Dr. Fernando Quiroz Gutiérrez “ANATOMÍA HUMANA”. Editorial Porrúa. TOMO II.
MÉXICO, 2007.