Está en la página 1de 12

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL

Corte de Apelaciones Penal del Circuito Judicial Penal del Estado Mérida
Mérida, 18 de Noviembre de 2005
195º y 146º

ASUNTO PRINCIPAL : LP01-P-2003-000522


ASUNTO : LP01-R-2005-000138

IDENTIFICACIÓN DE LAS PARTES:

IMPUTADO: TIRSO PARRA, venezolano, titular de la cedula de identidad No.


V- 8.031.595, mayor de edad, nacido en fecha 28/03/1964, de ocupación
comerciante y entrenador deportivo, domiciliado en Campo de Oro, calle 1, casa
No. 3-99, Mérida Estado Mérida, hijo de Maria Flora Parra y Tirso Molina

VICTIMA: EL ESTADO VENEZOLANO

DELITO: OCULTAMIENTO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y


PSICOTROPICAS

DEFENSA: ABOGADO: IAD KOITECHE ATTALLAH

REPRESENTACIÓN FISCAL: ABGS. MIRIAN BRICEÑO Y SONIA CARRERO,


Fiscales adscritos a la Fiscalía Quinta del Ministerio Público del Estado Mérida.

PROCEDENCIA: Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Juicio N° 01 del


Circuito Judicial Penal del Estado Mérida.

PONENCIA: DRA. ADA RAQUEL CAICEDO DIAZ

Subieron las presentes actuaciones a esta Corte de Apelaciones, con


motivo del recurso de apelación interpuesto, por el abogado IAD KOITECHE
ATTALLA, con el carácter de defensor del acusado TIRSO PARRA, contra de la
sentencia dictada por el Tribunal de Primera Instancia en funciones de Juicio N°
01 del Circuito Judicial Penal, del Estado Mérida, cuyo texto íntegro fue publicado
en fecha veinticuatro de mayo de dos mil cinco (24-05-2005), en el cual la Juez A
Quo Condenó al acusado, a cumplir la pena de DIEZ (10) AÑOS DE PRISIÓN,
por la comisión del delito de OCULTAMIENTO DE SUSTANCIAS
ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, cometido en perjuicio de EL
ESTADO VENEZOLANO.

ENUNCIACIÓN DE LOS HECHOS Y CIRCUNSTANCIAS OBJETO DEL JUICIO

La causa que nos ocupa se inició el día 10/07/2003, siendo aproximadamente


las 03:10 horas de la tarde, en el barrio Campo Oro del Estado Mérida, cuando
una comisión de funcionarios policiales adscritos a la Dirección de Investigaciones
Criminales de la Policía del Estado Mérida, dando cumplimiento a una Orden de
Allanamiento expedida en fecha 08-07-2003, por el Tribunal de Control No. 06 de
este Circuito Penal contra el ciudadano: Tirso Parra, encontrando en el interior de
una habitación, dentro de una gaveta de una mesa de noche, una media de lana
en cuyo interior se encontraban catorce (14) envoltorios, tipo cebollita, todos
contentivos de una sustancia que luego de las experticias químicas, resulto ser
cocaína (Bazooko) con un peso neto de catorce (14) gramos con quinientos (500)
miligramos, procediendo finalmente a practicar la detención del ciudadano antes
señalado.
En fecha 20/10/2003 el Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Control N°
06, llevo a cabo la audiencia preliminar en contra del ciudadano Tirso Parra, donde
admitió totalmente la acusación y las pruebas presentadas por la fiscalia y dictó
auto de apertura a juicio
En fecha 24/05/2005, la juez primera de Juicio de este Circuito Penal publicó
sentencia condenatoria contra el acusado Tirso Parra, condenándolo a sufrir la
pena de diez (10) años de prisión más las accesorias de Ley por considerarlo
culpable del delito de OCULTAMIENTO DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES
Y PSICOTROPICAS.
FUNDAMENTOS DE HECHO Y DE DERECHO DE LA DECISIÓN RECURRIDA.

Para producir tal decisión, el Juez del Tribunal a quo, luego de explanar todos
y cada uno de los hechos que consideró acreditados, actuando con fundamento
en su libre convicción, basado en la sana critica, tomando en cuenta
especialmente las reglas de la lógica, las máximas de experiencia y los
conocimientos científicos; tal como lo establece expresamente el Articulo 22 del
Código Orgánico Procesal Penal, llego a la siguiente conclusión:

“(…) Este Tribunal de Juicio estima acreditado que en fecha


10.07.2003, aproximadamente a las 3:30 de la tarde, en el sector
Campo de Oro, calle 01, casa N° 3-99 de esta ciudad de Mérida, se
produjo la aprehensión en situación de flagrancia del acusado Tirso
Parra, toda vez que la comisión policial que realizó una visita
domiciliara en la dirección antes señalada, cuya orden iba dirigida al
acusado, encontró en presencia de dos testigos en una habitación
contigua a la sala de la residencia, dentro de una mesa de noche y en
una media, catorce envoltorios en presentación de cebollitas, los cuales
contenían en su interior sustancias estupefacientes y psicotrópicas,
específicamente 14 gramos con 500 miligramos de cocaína base
bazooko. En tal sentido, entiende el Tribunal que el delito por el cual la
Fiscalía Quinta del Ministerio Público del Estado Mérida acusó a Tirso
Parra, si fue cometido por el mismo, desvirtuándose de tal manera lo
alegado por la defensa, en cuanto a la inocencia de su representado.
La conclusión anterior se deriva de las pruebas que más adelante se
señalan y se procede a delimitar los hechos que fueron efectivamente
probados, y a valorar las pruebas de acuerdo a los principios
señalados en el artículo 22 del Código Orgánico Procesal Penal, el cual
establece:
<< Las pruebas se apreciarán por el Tribunal según la sana crítica
observando las reglas de la lógica, los conocimientos científicos y las
máximas de experiencia>>.
La potestad que otorga el mencionado artículo al Juez de valorar las
pruebas según su sana crítica, es la que este Tribunal utiliza al
momento de estudiar y analizar todas las pruebas, y se hace mención
objetivamente a cada una de ellas, según el orden de recepción en el
juicio,
Para tal decisión juez sentenciador valoro las siguientes pruebas:
1..-Declaración de la experta Soleyma del Carmen Guerrero
Saavedra promovida por la Fiscalía:
2.-Declaración del experto Ángel Ernesto Peña Barrientos promovido
por la Fiscalía:
3.-Declaración del funcionario Douglas Acevedo Sánchez Lamus
promovido por la Fiscalía:
4.-Declaración del funcionario Raúl Giovanny Solano Suescum
promovido por la Fiscalía:
5.-Declaración del funcionario Edmidio Antonio Rivera Rivas promovido
por la Fiscalía:
6.-Declaración del testigo Cesar Enrique Quintero Mendoza promovido
por la Fiscalía:
7.- Declaración del testigo Ender Alexander Peña Gavidia promovido
por
la Fiscalía:.
8.-Declaración de la experta Mavely Contreras Salazar promovida por la
Fiscalía
9.- Declaración del funcionario Rosendo Rojas Dugarte promovido por la
Fiscalía:
10.-Declaración del funcionario Rigoberto Albornoz Rojas promovido
por la Fiscalía:
11.- Declaración de experto José Alfonso Alarcón Peña promovida por
la Fiscalía:

Pruebas que el Juez sentenciador consideró que al no resultar falsas ni


contradictorias se les otorga pleno valor probatorio.

DE LOS FUNDAMENTOS DE LA APELACION INTERPUESTA

Estando dentro de la oportunidad legal, y de conformidad con el artículo 452


ordinal 2do del Código Orgánico Procesal Penal, ocurre el ciudadano IAD
KOITECHE, en su condición de defensor privado del ciudadano TIRSIO PARRA, a
interponer formal recurso de apelación contra la sentencia dictada el 24-05-2005,
por el Tribunal de Primera Instancia en funciones de Juicio No. 01, del Circuito
Judicial Penal del Estado Mérida, que condenó al ciudadano TIRSO PARRA, a
cumplir la pena de DIEZ (10) AÑOS DE PRISION, por la comisión del delito de
Ocultamiento de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.

En primer término, señala el recurrente que la sentencia condenatoria dictada


por el Tribunal de Juicio No. 01 de este Circuito Judicial Penal, en fecha 24-05-
2005, padece de ilogicidad manifiesta en su motivación, por cuanto observa la
defensa que el Tribunal no tomo en cuenta una serie de circunstancias que se
presentaron en el juicio oral, que de haber sido estimados, hubiesen logrado una
sentencia absolutoria a favor de su representado.

En tal sentido, la defensa privada enuncia algunos de los hechos mas


relevantes que se suscitaron en el debate, tales como la contradicción entre los
funcionarios que practicaron el allanamiento a la vivienda donde incautaron la
droga, puesto que el funcionario Douglas Acevedo, manifestó que observó la
incautación de la droga, por cuanto se encontraba presente dentro de la
habitación, pero a su vez el funcionario Edmidio Antonio Rivera Rivas, lo desmintió
en su declaración al decir que Douglas Acevedo no pudo observar la incautación
de la droga, ya que se encontraba con el en la sala de la casa allanada, no
obstante que ninguno de los funcionarios durante el juicio determinó que la
habitación en donde se encontró la presunta droga era de su representado,
entonces ante tal imprecisión observa la defensa que elementos tomó en cuenta la
A quo para concluir que esa sustancia era del ciudadano Tirso Parra.

Aunado a lo anterior y para continuar con las irregularidades que no fueron


subsanadas durante el debate, señala quien aquí recurre que uno de los testigos
presenciales del allanamiento, Ender Alexander Peña Gaviria, manifestó que un
amigo policía, lo invitó a que lo acompañara a practicar un allanamiento,
coincidiendo el nombre del policía amigo del testigo presencial con el nombre del
funcionario actuante del referido allanamiento, es decir, Raúl Solano, en
consecuencia denuncia el recurrente la violación manifiesta al articulo 210 del
Código Orgánico Procesal Penal, donde los testigos no deberán tener vinculación
con la policía, sumado al hecho de que ambos testigos, tanto el prenombrado
como el ciudadano Cesar Enrique Quintero, manifestaron en reiteradas
oportunidades que no vieron la droga, ni tampoco que la sacaran de ninguna
habitación.

Finalmente, el recurrente señala que se está en presencia de varias situaciones


irregulares, que no fueron tomadas en cuenta por la juez de juicio, logrando tal
hecho que se condenara injustamente a un entrenador deportivo, quien
actualmente y desde hace mas de veinte años padece de diabetes aguda, es por
ello y con base a los elementos plasmados que solicita que sea admitida la
presente apelación, que se anule la sentencia condenatoria de fecha 24-05-2005 y
se ordene la celebración de un nuevo juicio oral y publico por ante otro juez y que
se restituya la medida cautelar sustitutiva a la privación de libertad, por ser su
representado merecedor de la misma.

FUNDAMENTOS DE LA DECISION DE ESTA CORTE


Al efectuar la revisión de la decisión recurrida, encontramos que en la exposición
concisa de los fundamentos de hecho y de derecho, encontramos que la decisión
señala:
<<…Una vez analizadas las pruebas presentadas en el juicio oral y público
seguido a Tirso Parra, según los criterios de la sana crítica:.. La anterior
convicción se deriva de las exposiciones de los funcionarios actuantes en
ese procedimiento, es decir, de lo señalado por Douglas Sánchez, Raúl
Solano, Edmidio Ribera y Rigoberto Albornoz Rojas, quienes fueron
contestes en sus declaraciones e informaron que detuvieron al ciudadano
Tirso Parra, el día 10.07.2003, en horas de la tarde, en un inmueble ubicado
en la calle 1 de Campo de Oro, casa N° 3-99, de esta ciudad de Mérida, toda
vez que participaron en la visita domiciliaria realizada en esa vivienda, a la
cual ingresaron por la entrada principal por encontrarse la reja y la puerta
abierta, que al entrar a la misma Tirso Parra reaccionó agresivamente y que
en ese procedimiento incautaron 14 envoltorios de cocaína base bazooko…
>>

Ahora bien, de la revisión de las declaraciones recogidas en el acta de debate, así


como de los extractos de tales declaraciones que se refieren en la sentencia,
encontramos que los funcionarios Douglas Acevedo Sánchez Lamus, Raúl
Giovanny Solano Suescun, Edmidio Antonio Rivera Rivas, coinciden en señalar
que el acusado tenía una actitud agresiva, pero mientras el funcionario Solano
Suescun señala que se usó la fuerza física y que por eso el ciudadano Tirso Parra
cayó al piso y se abrió la cabeza, el funcionario Rivera Rivas, nada dice al
respecto, cosa que si hace Acevedo Sánchez, quien señaló que un ciudadano
había salido lesionado.

Al respecto llama la atención el hecho de que el Tribunal haya indicado que tales
funcionarios fueron contestes en sus declaraciones, cuando tales funcionarios
actuantes en el procedimiento, de lo que puede desprenderse de las
trascripciones, quisieron minimizar su actuación, ya que de dicha actuación resultó
lesionado el acusado, por lo tanto, no podía el tribunal haber señalado que había
contesticidad en las declaraciones de los mismos funcionarios, pues ello no se
ajusta a lo que quedó plasmado en las actas de debate.

En tal sentido, tal actitud debió por lo menos llamar la atención del Tribunal, ya
que la experiencia cotidiana, nos muestra infinidad de procedimientos policiales
plagados de irregularidades, y abusos y sólo los órganos jurisdiccionales pueden
poner un alto a tal situación, porque el sentido común indica que donde hay
irregularidades, pueden haber vicios en el procedimiento y no son pocos los casos
en los que los funcionarios policiales por demostrar efectividad, involucran a
personas inocentes en diversos delitos.

Asimismo, llama la atención que el testigo promovido por la fiscalía Cesar Enrique
Quintero Mendoza, dice que vio cuando golpearon al acusado, que no vio nada, lo
cual refuerza la tesis de que los funcionarios ocultaron información al tribunal en
relación a la forma como llevaron a cabo el procedimiento.
Llama también la atención, el análisis hecho respecto de la declaración del testigo
promovido por fiscalía, Ender Alexander Peña Gaviria, quien señaló tener dos
meses conociendo al acusado, porque estudiaban en la misión Ribas,
circunstancia que le pareció al tribunal suficiente para desconfiar del testimonio de
este ciudadano, pero curiosamente ambos testigos coinciden en afirmar que el
acusado fue golpeado por los funcionarios y que no vieron mayor cosa del
procedimiento.

Tal situación debió ser analizada con más detalle por el tribunal de la recurrida,
puesto que la experiencia común, muestra que los testigos presenciales de los
allanamientos, declaran lo que observan, sin ánimo de perjudicar o favorecer al
acusado, y en este caso las declaraciones de los testigos de fiscalía no son
contestes con las declaraciones ofrecidas por los funcionarios.
De manera que tal circunstancia, debió haber por lo menos sembrado la duda en
el juzgador de primera instancia, y preguntarse porque los testigos del
allanamiento no ratificaron lo expresado por los funcionarios: pueden haber varias
hipótesis: una sería que los funcionarios se excedieron con el procedimiento y los
testigos como muestra de su descontento, no ratificaron las actuaciones de
aquellos, otra hipótesis nos lleva a pensar que efectivamente, no estuvieron en
todo el procedimiento, por lo que el mismo estaría viciado; una tercera hipótesis
podría ser que los testigos querían favorecer al acusado.

Pero ante tantas dudas, puesto que el juzgador debe plantearse todas las
hipótesis posibles, debió haberse favorecido al acusado, porque como dice el viejo
adagio, quien tiene al juez por acusador, debe tener a Dios como defensor, es
decir que si el juez que debe ser un árbitro imparcial y objetivo, no le concede el
beneficio de la duda al acusado, y ciega y cerradamente, solo valora la postura
que favorece la actuación policial en detrimento de aquél, sin siquiera considerar
una posibilidad distinta, debemos entonces sentir piedad por un acusado, que de
antemano está destinado a ser condenado, porque no tiene posibilidad alguna de
ser juzgado imparcialmente.

Tales reflexiones deben hacerse porque en el actual sistema acusatorio, la labor


de demostrar la culpabilidad corresponde al Fiscal, debiendo el juez mantenerse
totalmente en la mitad, porque lo contrario pondría en desventaja al acusado y a
su defensa, que deberá hacer un esfuerzo doble del realizado por el Ministerio
Público, pues este tendría la ventaja adicional de contar con la buena disposición
del Tribunal a apreciar a su favor todo el acervo probatorio, y lograr una sentencia
condenatoria.

Por otra parte, de la revisión del careo efectuado entre el funcionario Douglas
Sánchez y los testigos César Enrique Quintero, y Ender Alexander Peña Gaviria,
encontramos que el funcionario policial señala a éste último que había firmado un
acta de entrevista, y que Peña Gavidia sostuvo su posición de que durante el
procedimiento vio esposado al acusado, y ratificó que no había visto la droga. Por
su parte el testigo Quintero Mendoza insiste en que hubo disparos durante el
procedimiento, mientras el funcionario lo niega.

Tal careo ratifica la evidente contradicción entre los funcionarios y los testigos
presenciales del procedimiento, circunstancia que debió haber sido apreciada a
favor del acusado, y no como erradamente señaló el Tribunal de la recurrida, que
su convicción se formaba en las declaraciones contestes de los funcionarios,
obviando las contradicciones rotundas de los testigos.

En tal sentido, debe recordarse que la valoración de elementos probatorios,


supone no solo el análisis independiente de cada uno de ellos, sino de su
adecuada concatenación, porque de lo contrario, puede darse un vicio que acarree
la nulidad de la decisión judicial.

En base a todo lo expuesto, consideramos que efectivamente, el vicio denunciado


por los recurrentes, concretamente la contradicción en la motivación de la
sentencia, existe, puesto que el Tribunal llega a una conclusión totalmente distinta,
de aquella a la que podría haber llegado, si hubiera ponderado en forma más
detallada, las evidentes incongruencias entre las declaraciones de los testigos y
las de los funcionarios actuantes en el procedimiento, trayendo como
consecuencia una sentencia contradictoria, puesto que los hechos que refiere la
decisión no se ajustan a los que quedaron acreditados en el debate.

Por las razones expresadas, considera esta Corte de Apelaciones que lo


procedente es declarar con lugar la apelación interpuesta por la defensa, por
existir el vicio de contradicción en la motivación de la decisión, declarando la
nulidad de la misma, y ordenar la repetición del juicio ante un tribunal distinto del
que dictó la decisión anulada. Y en lo que respecta a la solicitud de otorgamiento
de una medida cautelar sustitutiva de libertad para el ciudadano TIRSO PARRA,
en razón del estado de salud del mismo, se considera procedente tal solicitud, ya
que de la revisión de la causa, se evidencia que en efecto en la actualidad el
ciudadano TIRSO PARRA, se encuentra hospitalizado debido a la intervención
quirúrgica a la que fue sometido, según se desprende del oficio enviado a esta
Corte de Apelaciones, suscrito por la ciudadana Directora del Internado Judicial de
Lagunillas.

DISPOSITIVA

En consecuencia, esta Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado
Mérida, administrando Justicia en nombre de la República y por Autoridad de la
Ley, realiza los siguientes pronunciamientos:
1. Declara con lugar la apelación interpuesta por los abogados Iad Koteiche e
Imad Koteiche, a favor de su defendido TIRSO PARRA.
2. Anula la decisión del Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Juicio
No 01, que condenó al ciudadano TIRSO PARRA, a cumplir la pena de diez
años de prisión por haberlo hallado culpable del delito de Ocultamiento de
Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, previsto en el artículo 34 de la
derogada Ley de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.
3. Acuerda al ciudadano TIRSO PARRA una medida cautelar sustitutiva de
libertad, prevista en el ordinal 3° del artículo 256 del Código Orgánico
Procesal Penal, consistente en presentación periódica cada ocho días ante
el Tribunal de Juicio que le corresponda por distribución el presente asunto.
4. Notifíquese a las partes,

LOS JUECES DE LA CORTE DE APELACIONES

DRA. ADA RAQUEL CAICEDO DIAZ


PRESIDENTE – PONENTE

DR. DAVID ALEJANDRO CESTARI EWING


DR. PEDRO RAFAEL MENDEZ LABRADOR

LA SECRETARIA

ABG. MARÍA ALBERTINA SANTIAGO DE PEÑA

En la misma fecha se libraron boletas de notificación N° LG01BOL2005001373 y


LG01BOL2005001374

Sria.

ARCD/DACE/PRML/MASdeP

También podría gustarte