Está en la página 1de 3

LA LEYENDA MAS POPULAR DE AREQUIPA SE CUENTA DESDE EL SIGLO

XV.
 
La versión toledana nos habla también de una festividad, he inclusive nos
provee la identidad ancestral de nuestra Mónica: la condesita de Orsino.
 
 
Por: Pablo Nicoli Segura.
nicoli_pablo@hotmail.com
 
 
Es la leyenda de “Mónica”, seguramente la que más se ha contado oralmente
en nuestra ciudad desde los años setenta (siglo XX), y aún hoy sigue formando
parte de la oralidad popular y del folclore local. Este  relato sobrenatural nos
cuenta sobre una misteriosa mujer llamada Mónica –el apellido nunca se
consigna salvo en la ficción fílmica que se estrenó en el 2006 (1)- que luego de
conocer a un amable joven en una fiesta, es llevada por éste en retorno a su
casa; por supuesto, envueltos en la neblina otoñal característica de ciertas
madrugadas fantasmales y atípicas en nuestra ciudad. No obstante se trata,
como ya lo hemos dicho, de pleno siglo XX y el muchacho carga con la joven
en su moto y hasta le ofrece su casaca de cuero, pues el frío cala los huesos y
la caballerosidad nunca hay que perderla. Finalmente la joven es dejada en su
domicilio y la casaca es la excusa perfecta para que el joven vuelva al día
siguiente a recogerla; pero es allí dónde lo inexplicable aparece con todo su
ímpetu. Después de tocar la manilla de  la inmensa puerta colonial y conocer al
padre de la joven, el muchacho se entera que Mónica yace muerta hace
exactamente un año y un día, y que  la noche anterior ha sido el aniversario de
su trágica muerte. Por supuesto, el joven no puede creer lo que escucha: Tan
bella joven, ¿un fantasma? Pide al pariente de la joven una prueba de lo
afirmado, entonces juntos van camino al cementerio de La Apacheta y el padre
muestra la tumba –con la foto de Mónica desgastada por la luz del sol
arequipeño-, y en dónde se eleva una cruz de mármol. Pero eso no es todo, la
prueba definitiva que reconfirma la veracidad de lo sobrenatural: sobre la cruz,
colgada, se haya la casaca de cuero del muchacho…
Como colofón diremos que algunas versiones cuentan que después de lo
sucedido el joven enloqueció y fue recluido en un hospital, en dónde se suicidó
tirándose de un piso alto.
 
Sin duda se trata de una historia fascinante y romántica, que a pesar del
remate extraordinario que presenta al descubrirse la verdadera naturaleza de la
muchacha, está fundamentada en acciones lógicas y lineales. Pero resulta que
esta leyenda se cuenta también –con variantes más o menos similares- en
otras ciudades del Perú (Tacna por ejemplo) y del mundo como propias del
lugar (Buenos Aires - La dama del cementerio). Entonces, habrá que pensar
que todas estas versiones contadas a su manera mezcladas con nombres de
personas y lugares típicos de una región deben tener un origen común y este
proviene precisamente de España, de la ciudad de Toledo, dónde hace más de
quinientos años se contaba con el nombre de: “La dama de los ojos sin brillo”.
La versión toledana (del siglo XV) nos habla también de una festividad, he
inclusive nos provee la identidad ancestral de nuestra Mónica: la condesita de
Orsino que vive en la calle Aljibes, además nos refiere de una capa, que por
supuesto hace las veces de la casaca de cuero, y para rematar el relato
aparece también el padre de la difunta y el cementerio. La foto es tornada por
una pintura que se le hizo en vida a la dama en cuestión, etc. Igualmente
habría que preguntarnos si el carruaje es cambiado por la moto de nuestra
versión regional.
En Buenos Aires se cuenta con otros nombres y lugares, junto al paredón de
La Recoleta es el sitio de encuentro, el palacete de la calle Alvear (el lugar de
la fiesta), en vez del padre, ahora se trata de la madre, y la foto sigue siendo la
foto de quién en vida fue la dama fantasmal.
 
Para terminar habrá que apuntar que el origen de muchas leyendas contadas
en nuestra  ciudad como la de Mónica, La llorona, La procesión de las ánimas
etc., por nombrar algunas, tiene su origen común en España, fueron traídas por
los conquistadores junto con sus creencias, tradiciones y la religión. Se cuentan
con variantes o no, en toda Latinoamérica (ejemplo en México, Colombia y
Chile (2)) y algunas ciudades con gran cantidad de inmigrantes latinos de los
Estados Unidos y los ciudadanos de cada lugar las creen propias. No obstante
al haberlas hecho parte de nuestras creencias y folclore, de alguna manera
pasan a pertenecernos también y no dejan de ser menos atractivas que las
verdaderamente autóctonas.
 
Las leyendas seguirán floreciendo (la mano negra que asola los recovecos de
los colegios mistianos, variante moderna de La calle de la manita, en la Lima
de 1778), y aún algunas se reinventarán alrededor de algún edificio colonial,
una iglesia o un personaje más próximo como el Tuturutu o la talla del diablo
del púlpito de nuestra Catedral que se retuerce en su base cuando la soledad
del recinto y la penumbra lo envuelve todo; como lo inexplicable lo amerita, y lo
que nos trae a la mente una graciosa aseveración del gran tradicionalista
Ricardo Palma que decía: que la luz eléctrica estaba espantando a los
espantos…
Cada uno de estos relatos sobrenaturales seguirán enriqueciendo nuestras
tradiciones y apostamos porqué sean parte de las historias pintorescas que se
les cuente a los turistas que nos visitan, pues dice el dicho que: las leyendas
son el condimento de la historia.
 
 
(1) Bajo la dirección de Roger Acosta; aunque en Perú TV, aparece
repetidamente en el   2003/2004 un cortometraje de Mónica y otras leyendas
contadas en Arequipa versión del productor Artemio Vilcamazco Castro.
 
(2) En Chile la leyenda de Mónica es conocida como: Cita con el fantasma y
fue llevada a la pantalla chica por el periodista Carlos Pinto, en su programa: El
día menos pensado. En Colombia es conocida como La chaqueta en la tumba.
 
 

También podría gustarte