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EL CUARTO DE REFLEXIONES

En todas las iniciaciones hay una prueba que consiste en estar en un cuarto
algunas horas abandonado, para aparecer inmaculado ante la vida que se
inaugura como masón. En masonería se llama también “Cuarto de
Reflexiones”. Es un aposento fúnebre, frío, oscuro y con leyendas en las
paredes que motivan a la reflexión y preparación del que va a recibir la
iniciación. Allí redacta su testamento filosófico, para presentar y dar paso a la
muerte material. El profano se introduce en este cuarto de negras paredes
alumbradas por una luz sepulcral (una sola vela o una lámpara de farol). Esta
luz de vela que ilumina débilmente el recinto es el germen que anuncia el
nacimiento de un nuevo hombre da a entender la pequeña luz que hay en cada
uno de nosotros. Se les deja aislados, desnudos de metales e indicándoles
algunas preguntas. Es así como se les recuerda que están allí voluntariamente,
tienen colocado en las negras paredes citas para animarlos y desanimarlos en
su propósito de continuar, y así forzarles a discernir sobre todo lo que ante
ellos se encuentra en ese momento, algunas de esas citas son
•  Si tu curiosidad te ha conducido hasta aquí, ¡vete!
•  Si tu alma ha sentido miedo, ¡no sigas!
•  Si te crees capaz de fingir, ¡tiembla!, pues se te conocerá.
• Si tienes apego a las distinciones humanas, ¡sal!, que aquí no se conocen.
•  Si temes que se descubran tus defectos, estarás mal entre nosotros.
Del cuarto de reflexión podrán evocar diversos conceptos que se ven
amplificados por el tener restos óseos. Uno de ellos sería la transitoriedad de la
existencia humana esto representa la transición hacia la verdad enfrentada
hasta sus últimas consecuencias, el proyecto de cambio y de limpieza interior.
El significado general es la transformación o cambio, dejando de ser lo que se
es para nacer a ser distinto y mejor.
Desde mi punto de vista esta iniciación genera en muchas personas un cambio
drástico animando a algunos y desanimando a otros por temor. El camino hacia
lo desconocido vendado se nos dice que es como hemos llevado la vida sin luz
y sin percibir nada, la llegada al cementerio a ver nuestros restos cambia la
perspectiva de que esta vida siempre acaba igual y todos somos polvo y al
polvo regresaremos. Pero podemos despertar esa tenue luz y llegar a
liberarnos de la venda. Pues el mundo y la masonería están llenas de
símbolos, señales, palabras diversas y esta en nosotros comprenderlas,
estudiarlas para así no solo estar en este mundo solo de visita si no para
cumplir nuestro deber.
Para concluir vemos que la masonería es una ciencia y un arte que se revelan
progresivamente a quien se esfuerza y persevera en el estudio y en la práctica.
Así pues, la distinción entre masón y profano no solo puede ser determinada
únicamente por la ceremonia con la cual un profano es admitido y reconocido
como miembro de la Orden, sino que depende de la efectiva realización de esta
cualidad.

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