Una de las cosas principales que aprendí el cuidado que
debes tener al plantar y atender un huerto, Si no logras obtener una buena cosecha, no habrá alimentos para comer. Aprendí, que, si deseas que algo crezca en tu huerto, tienes que comenzar con un buen terreno. De la misma manera que no puedes construir una casa sin el cimiento, tampoco puedes tener un huerto productivo y lleno de vida, sin un terreno que sea buena Lo próximo que aprendí es que debes tener buenas semillas. Lo que vas a cosechar en tu huerto dependerá de las semillas que siembres, así que necesitas plantar lo que deseas recoger durante el tiempo de la cosecha. Una vez que siembres el huerto, tienes que irrigar las semillas con mucho cuidado, tienes que ser diligente para sacar la hierba mala que crece alrededor al tanto de los insectos dañinos, del mal tiempo y otras condiciones que puedan destruirlos. Tu matrimonio es como un huerto. Por medio de la oración el terreno se enruinece. Entonces» tienes que sembrar las semillas adecuadas, buenas semillas de amor, fidelidad, respeto, tiempo y comunicación. 1. Semillas de amor Estas nos darán valor para enfrentar nuestros temores, fracasos e incapacidades, tales cosas nos dan las fuerzas para ponernos en pie y resistir toda oposición. tendrás que eliminar cualquier cosa que esté creciendo en tu huerto, y que no deba estar allí. Eliminar la mala hierba no es el aspecto más divertido de la jardinería, pero es una de esas tareas necesarias que deben realizarse. Si permitimos que las malas hierbas de las heridas, la disensión, los malentendidos, las críticas, el egoísmo y el enojo florezcan en el jardín del matrimonio sin sacarlas de raíz, estas ahogarán cualquier cosa buena que hayamos plantado. Si se plantan las semillas del desamor, nos secamos, y por dentro comenzamos a morir lentamente. Esto también suele suceder en el matrimonio. Se ven muy bien en el exterior, pero por dentro están muertos. se debe examinar en busca de malas hierbas de egoísmo, temor, orgullo, control, o cualquier otra mala hierba de la carne que esté impidiendo tal crecimiento. Puede sacar de raíz las semillas del pecado, resucitar el amor de donde se enterró y hacer que no tan solo crezca otra vez sino que florezca. La Biblia dice: «El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno» (Romanos 12:9). Ora pidiéndole a Dios que te muestre cómo plantar nuevas semillas de amor incondicional. Con el cuidado y la atención adecuada, tales semillas de amor producirán una gran cosecha.