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CAPÍTULO SEIS

SU MATRIMONIO
STORMIE OMARTIAN - MICHAEL OMARTIAN

Una de las cosas principales que aprendí el cuidado que


debes tener al plantar y atender un huerto,
Si no logras obtener una buena cosecha, no habrá
alimentos para comer.
Aprendí, que, si deseas que algo crezca en tu huerto,
tienes que comenzar con un buen terreno.
De la misma manera que no puedes construir una casa
sin el cimiento, tampoco puedes tener un huerto
productivo y lleno de vida, sin un terreno que sea buena
Lo próximo que aprendí es que debes tener buenas
semillas.
Lo que vas a cosechar en tu huerto dependerá de las
semillas que siembres, así que necesitas plantar lo que
deseas recoger durante el tiempo de la cosecha.
Una vez que siembres el huerto, tienes que irrigar las
semillas con mucho cuidado, tienes que ser diligente
para sacar la hierba mala que crece alrededor
al tanto de los insectos dañinos, del mal tiempo y otras
condiciones que puedan destruirlos.
Tu matrimonio es como un huerto. Por medio de la
oración el terreno se enruinece.
Entonces» tienes que sembrar las semillas adecuadas,
buenas semillas de amor, fidelidad, respeto, tiempo y
comunicación.
1. Semillas de amor
Estas nos darán valor para enfrentar nuestros temores,
fracasos e incapacidades, tales cosas nos dan las fuerzas
para ponernos en pie y resistir toda oposición.
tendrás que eliminar cualquier cosa que esté creciendo
en tu huerto, y que no deba estar allí.
Eliminar la mala hierba no es el aspecto más divertido de
la jardinería, pero es una de esas tareas necesarias que
deben realizarse.
Si permitimos que las malas hierbas de las heridas, la
disensión, los malentendidos, las críticas, el egoísmo y el
enojo florezcan en el jardín del matrimonio
sin sacarlas de raíz, estas ahogarán cualquier cosa buena
que hayamos plantado.
Si se plantan las semillas del desamor, nos secamos, y
por dentro comenzamos a morir lentamente.
Esto también suele suceder en el matrimonio. Se ven
muy bien en el exterior, pero por dentro están muertos.
se debe examinar en busca de malas hierbas de egoísmo,
temor, orgullo, control, o cualquier otra mala hierba de
la carne que esté impidiendo tal crecimiento.
Puede sacar de raíz las semillas del pecado, resucitar el
amor de donde se enterró y hacer que no tan solo crezca
otra vez sino que florezca.
La Biblia dice: «El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo
malo, seguid lo bueno» (Romanos 12:9).
Ora pidiéndole a Dios que te muestre cómo plantar
nuevas semillas de amor incondicional.
Con el cuidado y la atención adecuada, tales semillas de
amor producirán una gran cosecha.

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