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Periodicum trimestre
a Pontificia Universitate Gregoriana editum
VOL. 63
.1982
IMPRIMATUR
Vicegerente
CANESTRI,
Arcivescovo tit. di Monterano
II
3. - Si el teista Kant halló en la cuestión del hombre la
b ase para la cuestión ( afirmaci ón ) de Dio , un siglo má tarde
el ateísta L. Feuerba ch, partiendo también del hom bre, llegó a
la negación de la existenci a (y de la uestión m isma) de Dio .
Para compr en der el pensami ento de Feuerbach hay que
tener en cuanta que t odos sus escrito filosófico s giran en t orno
a dos polos : a ) la filosoüa de s u genial maes tro Hegel, que en
is l. KAN:r, Kritik der prakliscl1en Vernwifl, 117, JOB, 257; Was heissl
siclt im Denken Orientíere n (Ed. Welsch edel) III, 277.
16 l. KANT, Kritik der praktisclzen Vermmfl, 257, 280; Kritik der reillen
Ven1mtft, 511-538; Wa.s heisst siclz im De11ken Orienliereti, 277-283. - Cf.
A. CORTINA, El lugar ele Dios en el istema trascenden tal kan tiano: Pensa-
miento 37 (1982) 401-416.
17 l. KANT, Die Religion innerhalb der Grenzen der blossen
Vernunft
(Ed. Weischede l) 655-657, 785.
DE LA CUESTIÓN DE L HOMBRE A L A CUESTIÓN DE DIOS
217
20 SW, IV, 299-356; 11, 222, 225, 247, 262, 379; VI, 56; XI, 14-24, 42-53,
59, 64. Feuerbach mismo presenta una síntesis de su tesis doctoral (SW,
11, 364-366).
21 SW, 11, 226-229, 238, 254, 256; 274-293; VIII, 153.
22 SW, VI, 15, 278.
DE LA CUESTIÓN DEL HOMBRE A LA CUESTIÓN DE DIOS 219
41 SW, 1, 131; IX, 136; X, 119, 280; VI, 2, 191, 188, 326. - Cf. M. CABADA,
Feuerbach y Kant (Madrid 1980) 148-154.
42 SW, VI, 59-60; II, 297. En su crítica del "imperativo categórico»
kantiano Feuerbach no se dió cuenta de que en el fondo no se trata
sino de la dignidad inviolable de la persona humana, y no de una
norma ética abstracta (SW, VI, 57-58). Cf. H. J. BAUR, op. cit. 115-117.
224 JUAN ALFARO, S. J.
43 sw. 1, 57-58.
44 sw. 1, 60.
45 sw. 1, 84-85.
DE LA CUESTIÓN DEL HOMBRE A LA CUESTIÓN DE DIOS 225
54 SW, IV , 308-335; VI, 16-57; VII, 456, 503-505; VIII, 441, 451, 406;
II , 262.
228 JUAN ALFARO, S. J ,
III
ser. Pero no se debe olvidar que la cuestión del ser pasa ine-
vitablemente por la nada, como el no-ser de los entes 67 .
La cuestión del ser y la cuestión del hombre son pues pri-
mordiales en la filosofía de Heidegger; pero de diverso modo.
A la cuestión del ser corresponde el primado de importancia,
como omnicomprensiva, la más profunda y originaria. La cues-
tión del hombre (de la existencia humana: Dasein) tiene el pri-
vilegio de ser el punto de partida insustituíble de la filosofía:
es la primera desde el punto de vista del método 68 • Entre las
dos hay la misma relación que entre el hombre y el ser: el
hombre es el único ente capaz de preguntarse por su propio
ser y por el ser de los entes, y así por el ser en cuanto tal.
Esta capacidad de preguntar por el ser se identifica con su aper-
tura estructural al ser. Por eso, solamente partiendo del hom-
bre, del cuestionante mismo que, al ponerse a sí mismo en
cuestión, se pregunta por su propio ser y por el ser, se podrá
descubrir la cuestión misma del ser: la cuestión que en último
término interesa a Heidegger 69 • El análisis de la existencia hu-
mana es para él la única vía de acceso a la cuestión suprema y
decisiva: la del ser.
El análisis existencial se basa en que el hombre no es algo
ya hecho y cumplido: es fundamentalmente poder-ser; se defi-
ne, no por sus propiedades, sino por sus posibilidades, entre
las que tendrá que optar, y que están ya previamente marca-
das en él, en su estar proyectado siempre hacia adelante de
sí mismo (Sich-vorweg-sein) 7º.
Este análisis partirá de las experiencias fundamentales del
existir humano (que no suscitamos nosotros mismos, sino que
se nos resisten, nos afectan, nos sobrevienen y se nos impo-
nen) para someterlas a una rigurosa descripción fenomenoló-
gica, de la que se desprendan las cuestiones que puedan lle-
var a la comprensión (Verstehen) de lo previamente precon-
tenido en la experiencia misma. El proceso interpretativo va
de la precomprensión a la comprensión, para hacer luego el
67 Cf. M. MÜLLER, Existenzphilosophie im geistigen Leben der Gegen-
wart (Heidelberg 1949) 65-68.
68 Sein und Zeit, 11-15; 144-148; 191-193; Kant und das Problem ... , 222-224.
(f} Sein und Zeit, 2, 7, 8, 11, 13-16; cf. Bulletin de la Société fran<;aise
de Philosophie 37, Oct-Déc (1937) 193.
70 Kant und das Problem .. ., 204-219; Einleitung .. ., 133-136; Holzwege
(Frankfurt 1950) 55-56; 62-65; Nietzsche (Pfullingen 1961) 1, 168-170; 277-278;
II, 475-476; Sein und Zeit, 191-193; 145-148; 53-54; 60-64.
DE LA CUESTIÓN DEL HOMBRE A LA CUESTIÓN DE DIOS 235
71 Unterwegs zur Sprache (Pfullingen 1959) 159; Sein und Zeit, 53·58,
60, 62, 179-180. - Cf. A. CHAPELLE, L'ontologie phénoméno logique de
Heidegger (Paris 1962) 61-64, 131-132; W. BIEMEL, Le concept de monde
chez Heidegger (Louvain 1950) 16.
72 Cf. A. DE WAELHENS, La philosophie de M. Heidegger (Louvain 1955)
33, 71, 75, 77, 88-92, 127-129.
73 Heidegger presenta su análisis del " ser-en-el•mu ndo » principal-
mente en la Primera parte, capítulos 2-3 de Sein und Zeit. Cf. Vom
Wesen des Grundes (Frankfurt 1955) 20-24, 36-54; Vber den Hwnanisnw s
(Frankfurt 1949) 32-36.
74 Sein und Zeit, 69-76, 90-93, 178-189, 94-102, 134-142.
236 JUAN ALFARO, S. J .
78 /bid., 134-135, 377-378; Vom Wesen des Grundes, 46-54. Kant und
das Problem, 205-206, 212, 221.
79 Sein und Zeit, 193-198; Vom Wesen des Gnmdes 39-50; Nietzsch e,
U, 7-14, 19-21.
so Sein und Zeit, 135-136, 237-239, 254-255, 294; Vom Wesen des Grundes,
46-54.
238 JUAN ALFARO, S. J .
100 !bid., 234, 237; 240-242; 245, 249, 250; Vortriige ... , 177.
101 !bid., 259-265. - Cf. w. J. RICHARDSON, op. cit., 276-287.
102 !bid., 248.
244 JUAN ALFARO, S. J .
103 Sein und Zeit, 114-125; 263; 298; V om We sen des Grrmdes, 54;
Nietzsche 1, 577-579.
104 Sein zmd Zeit, 118.
246 JUAN ALFARO, S. J.
146 Nietzsche, 1, 102, 107; 11, 353-355, 382; Sein und Zeit, 36, 178, 222;
Vortriige, 135; Holzwege, 42.
147 Holzwege, 42-43; Nietzsche, I, 654; 11, 354-355, 358, 485; Unterwegs ... ,
134, 258; Einleitung ... , 153; Vortrage, 40-41.
148 Was ist Metaphysik, 12; Brief iiber ... , 24; Nietzsche, I, 654; 11, 353,
411; Sein und Zeit, 19-26, 35-36; Zur Seinsfrage (Frankfurt 1976) 415.
149 Protokoll: Die Technik tmd die Kehre (Pfullingen 1962) 56.
150 Was ist Metaphysik, 9, 46, 50; Nietzsche, I, 476; II, 29.
DE LA CUESTIÓN DEL HOMBRE A LA CUESTIÓN DE DIOS 257
157 Der Satz vom Grund, 154; Zeit zmd Sein, 11,17.
158 Cf. w. WEISCHEDEL, op. cit., 484-486.
159 Was ist Metaphysik, 40; Protokoll, 53, 58.
DE LA CUESTIÓN DEL HOMBRE A LA CUESTIÓN DE DIOS 259
160 Sein tmd Zeit, 38, 17-19, 23-27; Kant zmd das Problem ... , 216-219.
Was ist Metaphysik, 16-18; Einleitung, 157.
161 Solamente en el mismo devenir histórico es posible buscar señales
de una eventual venida del « éschaton ». Pero Heidegger se ha cerrado
esta pista, al concebir la venida del ser como un acontecer vertical,
totalmente desvinculado del proceso de la historia.
260 JUAN ALFARO, S. J.
162 Identitat und Differenz (Pfullingen 1957) 51, 70; Nietzsche, 1, 324,
366; Holzwege, 235; Platons Lehre van der Wahrheit (Bern 1947) 48; Brief
iiber ... , 35-37.
163 Vom Wesen des Grundes (Frankfurt 1976) 159, nota 58.
DE LA CUESTIÓN DEL HOMBRE A LA CUESTIÓN DE DIOS 261
IV
17. - Tomando como punto de partida la cuestión del hom-
bre, Kant Feuerbach y Heidegger se han enfrentado con la cues-
tión de Dios y han llegado a resultados totalmente diversos:
afirmación de Dios, rech<tzo de la cuestión de Dios como ca-
rente de significado, silencio deliberado ante ella. Es curioso
notar que la base antropológica de estos tres filósofos adolece
del mismo defecto: omisión de la relación del hombre al mun-
do, como tarea de trasformarlo y de hacerse en la historia ha-
ciendo la historia (el devenir histórico como obra propia del
hombre).
Kant ha tenido el acierto de centrar su análisis antropoló-
gico en la praxis humana, que le ha permitido descubrir la in-
condicionalidad del « deber » ético y la ilimitación del esperar
humano, que implican la apertura constitutiva del hombre al
fundamento y fin trascendentes, cuyo nombre es Dios .
Desde el comienzo hasta el fin de sus escritos, Feuerbach
se revela como ateo convencido y militante. A lo largo de los
notables cambios de su pensamiento filosófico permanece in-
mutable su intención dominante de invalidar la cuestión de
Dios: el contraste entre esta actitud y el espíritu altamente crí-
tico de Kant salta a la vista. Tal actitud le impidió darse cuenta
de que los dos pilares de su filosofía (no hay más realidad que
la sensible: Dios no es sino la proyección de la imaginación del
hombre) eran meras afirmaciones, tan absolutas como carentes
de fundamentación. Como tampoco se percató de que dejaba sin
respuesta el aspecto primordial de la cuestión del hombre: el
«para qué» de la existencia humana, la tarea impuesta al hom-
bre por su misma libertad responsable y sostenida por la espe-
ranza, como condición de posibilidad de toda opción y acción
humanas: ¿también el ser-responsable y el esperar radical del
hombre serán mera proyección de su fantasía? La negación de
la cuestión de Dios implica en Feuerbach una mutilación re-
ductiva de lo más humano del hombre.
No se puede menos de reconocer el rigor metodológico, que
ha guíado todo el quehacer filosófico de Heidegger: análisis aten-
tísimo y original de las experiencias fundamentales de la exis-
tencia humana, descripción fenomenológica en la que surgen,
se delimitan y justifican las cuestiones, búsqueda de la « com-
268 JUAN ALFARO, S. J.
ZUSAMMENFASSUNG
Immanuel Kant war der erste Philosoph, der als Grundlage der
Gottesfrage die Frage nach dem Menschen gestellt hat. Seine über-
legungen über die Fragen 'Was soll ich tun?' und 'Was darf ich
hoffen? ' sind eine Analyse der Freiheit, die gepragt ist von der
Unbedingtheit des ethischen Sollens und der Unbegrenztheit des
menschlichen Hoffens. Diese doppelte ontologische Dimension hat
ihren letzten Grund im Dasein Gottes. Die Behauptung, Gott existiere,
wird von der praktischen Vemunft erreicht, d. h. in einem totalen
Akt des Menschen, dem Vemunftglauben.
Auch Ludwig Feuerbach nimmt die Frage nach dem Menschen
als Ausgangspunkt seiner Philosophie. Ihre Methode besteht in der
Zurückführung und Verkürzung al!es übermenschlichen auf die. all-
umgreifende Zweiheit 'Natur - Mensch ': Nur sinnenhafte Wesen
konnen wirklich sein. Diese beiden Grundsatze (die Feuerbach wei-
ter nicht rechtfertigt) führen logisch zur Leugnung Gottes: Die
Gottesfrage ist nur eine Tauschung, ein Entwurf der Einbildungs-
kraft. Am Ursprung dieser Gottesleugnung steht die anthropologi-
sche Verkürzung. In der Frage selbst nach dem Menschen hat
Feuerbach die Frage nach der Zukunft nicht beachtet, die nach
ihm bloE eine Schopfung der Fantasie ist: Der Mensch bleibt in
sich geschlossen und absolut gesetzt, ohne irgendeine óffnung auf
die Zukunft hin. Hoffnung und Verantwortlichkeit der Freiheit zu
vergessen, das sind die Moglichkeitsbedingu ngen jeder menschlichen
Wahl.
Martín Heidegger geht von der existentialen Analyse der grund-
legenden Dimensionen des Menschen aus (den Rücksichten der
Frage nach dem Menschen) und wendet sich von dort der vorran-
272 JUAN ALFARO, S. J ,
gigen Frage nach dem Sein und schliefüich der Gottesfrage zu.
Mit aller Klarheit drückt er das letzte Ergebnis seiner Ontologie
aus: Weder Theismus noch Atheismus sind moglich. Heute mu.E man
einfach schweigen vor der Gottesfrage. Die Aporie der Enthüllung-
Verborgenheit des Seins (das sich bloB im Nichts offenbart, d.h.
im Nicht-Sein der Seienden) IaBt die Transzendenz der menschli-
chen Existenz im Zwielicht. Das ist die logische Folge von Heideg-
gers wiederholtem Schweigen angesichts vielfiiltiger anthropologi-
scher Fragen, die sich aus seiner existenzialen Analyse ergeben:
Der Tod als Vernichtung oder als überleben, die Erfahrung der
Begrenztheit des Menschen und seiner Oft'enheit über das Begrenzte
hinaus. Die Geworfenheit und die Faktizitiit als letzte oder blo.B
als vorletzte Antwort und darum die Angst als Grundbefindlichkeit
oder als von der Hoffnung bedingte Befindlichkeit. Dieses bedeut-
same vielfache Schweigen zur Frage nach dem Menschen führt zum
Schweigen in der Gottesfrage. Kants Fragen 'Was soll ich tun? '
und 'Was darf ich hoffen?' beziehen sich in der Deutung Heideg-
gers ausschliefüich auf die Begrenztheit des Menschen. Damit gibt
er den unbedingten Charakter des ethischen Sollens und die Un-
begrenztheit der Hoftnung als Moglichkeitsbedingu ngen des mensch-
lichen freien Handelns auf. Auch die Auseinandersetzung mit dem
Werk Heideggers nach der 'Kehre' führt nicht zu wesentlich an-
deren Ergebnissen.
INDEX VOLUMINIS LXIII (1982)
ARTI CULI
ALFARO, JuAN, S. I., De la cuestion del hombre a la cuestion de Dri.os :
Kant, Feuerbach, Heidegger . 211-272
ALSZEGHY, ZOLTAN, S. I., Cultura! adaptation as an internal requi- ·
rement of faith · · ·· · 61-85
CABA, JosÉ, S. I., Jn 7,37-39 en la teologia del IV EvangeHo sobre
la oracion de peticion · · · 647-675
CARRIER, HERVÉ, S. I., New Cultures: a Challenge to Universities .
CHANG, ALOYSIUS, S. I., The inculturation of theology in the Chinese
Church . 5-59
DEMMER, Kuus, iM. S. C., Der Anspruch der Toleranz 701-720
DYKMANS, MARC, S. I., Le Rite de la dégradation .des cler:cs d'.après
quelques anciens manuscrits . ··
FINANCE, JOSEPH DE, s. I., Vision du monde et Métaphysique. 4:19-451
FucHS, JoSEPH, S. I., Sittliche Wahrheit - Zwischen Objektivismus
und Subjektivismus · .. 631646
NEUFELD, KARL H., s. I., (( Romische Schule }} Beobachtungen und
Dberlegungen zur genaueren Bestìmmung . · · 677-699