Está en la página 1de 3

ENSAYO COMPARATIVO DE REORGANIZACION Y LIQUIDACION

PRESENTADO A:
RAFAEL SOLORZANO

PRESENTADO POR:
FABIAN AMORTEGUI
KAREN GALVIS
CAMILA PALACIOS
WULFRAN MORALEZ

CONCURSAL
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO
BARRANQUILLA
2018
El proceso de reorganizacion es aquel que se desarrolla con el objeto de recuperar la empresa, para
salvarla de la quiebra, en este sentido al no llavarce a cabo o por incumplimiento de el proceso de
reorganizacion, como también de oficio o porque el deudor lo solicite se iniciará el proceso de
liquidacion.

Lo cierto es que este proceso de liquidación no lleva a una salvacion de la empresa, lo que busca por
medio de la competencia del Juez del circuito y la superintendencia es proteger el patrimonio del deudor,
la cual será la garantia para el pago de los créditos, y darle trámite cumpliendo una serie de requisitos que
se establece para dar inicio al proceso de liquidación

Es preciso afirmar que en los procesos de insolvencia se deben respetar los términos que la Ley otorga
para desarrollar cada una de sus fases, de tal manera que así como la intención es que todos los
interesados participen, es necesario que se allegue todo lo pertinente de forma oportuna, siendo que, en el
caso de la liquidación todo lo presentado en la reorganización (si la hubo) se entiende haberse presentado
en tiempo, mientras que los créditos propuestos de forma tardía sólo pueden evacuarse después de que se
haga lo propio con los primeros. En general, en cuestión de términos se considera que la liquidación es un
proceso bastante rápido en comparación con la mayoría, con todo y que se resuelven excepciones, aunque
sea en forma de objeciones.

Al igual que en la reorganización, durante la liquidación no se le debe seguir dando curso a los procesos
ejecutivos existentes en contra del deudor, so pena de una declaración de nulidad proferida por el juez del
concurso, excepcionalmente, si hay más de un deudor, los ejecutivos a que haya lugar pueden seguir su
curso. Cabe destacar que se considera que quien tiene la responsabilidad de procurar la remisión de cada
proceso ejecutivo a la liquidación es de cada acreedor y no del liquidador, lo que tiene mucho sentido
teniendo en cuenta que deben ser los principales interesados en que se resuelva lo relacionado con su
deuda, que deben evitar nulidades y que es a ellos a quienes se supone se se dirigen las notificaciones del
concurso.

La Superintendencia, en virtud de este tema, emite un concepto en febrero de 2010, reafirmando la


necesidad de llevar a cabo los procesos de liquidación en concurrencia de la totalidad de los acreedores, a
más tardar antes de la realización de la audiencia en la cual se resuelven las objeciones o traslado de
créditos, recordando la superioridad de la regulación del proceso liquidatorio por sobre cualquier otro,
con independencia al orden en el tiempo en el que se haya presentado cada proceso.

Al referirse a las medidas cautelares, encontramos que la Superintendencia ha conceptuado un panorama


que dependiendo de las circunstancias que rodean la deudor, pueden asemejarse o distinguirse de la
reorganización, es decir, en lugar de simplemente levantarlas para procurar que las empresas continúen
produciendo capital, se hace una evaluación de los montos adeudados respecto al valor de lo embargado
de tal manera que si hay bienes que sumados lo exceden, se procede a liberar de tales medidas a lo que
haga falta, sin embargo, la regla general es que las medidas se mantengan. Respecto a los secuestres, el
liquidador debe pasar a ocupar su lugar y recibir informe de lo ocurrido mientras el secuestre estuvo en
poder de las pertenencias del deudor.
El concepto y manejo de los créditos conserva la misma esencia en ambos procesos, anotando además que
las acreencias internas pasan a un segundo plano, en ocasión a sólo poder resolverse después de las
externas.

En lo atinente a los promitentes compradores de inmuebles destinados a vivienda, estos podrán solicitar
en el proceso liquidatorio que la venta se realice, para lo cual el juez del concurso queda facultado para
levantar las medidas cautelares que afecten los bienes inmuebles objeto de promesa y dar por canceladas
las hipotecas a las que haya lugar con el precio que se haya dado, sin embargo, antes de ello, el juez debe
evaluar la conveniencia al proceso de dicha venta, de tal modo que de no ser viable, por afectar el pago de
otros conceptos, no se llevará a cabo y se optará por incluir lo pagado por el promitente comprador a la
masa de acreencias, de la misma forma que los demás acreedores.

En la liquidacion se dispone ante el juez del concurso los bienes del deudor con el objetivo de poner fin a
la actividad comercial de la empresa, transformando en dinero los bienes a través de una venta directa o
subasta privada, y distribuyendo después el producto de la venta.

Iniciar un proceso de liquidación judicial supone el incumplimiento del acuerdo de reorganización,


fracaso de acuerdos de concordato, o las causales de liquidación judicial previstas en la ley. Ante la
Superintendencia de Sociedades o ante los Jueces Civiles del Circuito se puede solicitar el inicio de un
proceso de reorganización empresarial o de liquidación judicial.
En la reorganización se trata de salva guardar los bienes de tal manera que la empresa pueda seguir en
función de sus actividades, en la liquidación pasa todo lo contrario, los bienes pasan hacer el medio por el
cual la empresa va responder a sus acreedores, los bienes que no entran en la liquidación son aquellos
que no están a nombre del deudor, como tampoco aquellos bienes que tenga el deudor en calidad de
depositario, las mercancías que tenga el deudor a título de comisión, las mercancías que el deudor hay
adquirido al fiado, mientras no se haya producido su entrega .

Si los bienes descritos por la ley están grabados por hipoteca de mayor extensión constituidas por el
deudor a favor de un acreedor, para garantizar la obligación que contrajo el deudor, el juez dispondrá de
las solicitudes del acreedor.

También podría gustarte