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Sentencia Judicial
Programa de Derecho
Barranquilla
2018
II
Sentencia Judicial
Asesor
Abogado
Programa de Derecho
2018
III
Nota de Aceptación
...……………………………………………………
….………………………………………………….
….………………………………………………….
….………………………………………………….
.………………………………………………………….
.…………………………………………………………
………………………………………………………......
Dedicatoria
A Dios.
Un proyecto jamás es posible sin la presencia de la fe, la confianza y de las personas que se
En ese sentido, agradezco a mi padre Marcos Jiménez; hermanos Meybis y Marcos Jiménez; tíos
vitales Osvado Siado y Lidis Jiménez; para quien he sido abogado antes de iniciar, Juan Carlos
Jiménez; para primos vitales Katerine y Leobado Siado; para quienes por fortuna me encontré en
las clases Dr. Pedro Mendivil Guzmán, Yuranis Cervante, Fabian Amortegui Márquez,Cristian
Florez, Miguel Ospino, Nestor Reyes, Eduardo Oquendo, Juvenal y Felipe Sarmiento; para quien
Dedicatoria
“Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas
Al creador.
Los logros están llenos de sueños que acompañan los sueños propios, y que de alguna manera
estan ligado en la busqueda de la libertad y la verdad, Quiero agradecer de corazón a mis padres
Carlos Amortegui, por su sabiduria, Merly Márquez, por su amor y fe, en enseñarme a que todo lo
que se quiere se puede concesguir, Mi esposa: Keila Diaz, por ser mi calma, mi guía y mostrarme
las direcciones en mis momentos de duda, y ante las duras decisiones, y mis hijos Gadiel y Juan
Pablo Amortegui, dos destellos de luz que hacen atesorar sentidos a las pequeñas cosas de la vida.
Agradecimientos
Al profesor Diemer Lascarro, quien fue un dedicado tutor de esta tesis. Así mismo para quien
Por el aprendizaje en las clases de seminario de investigación Dr. Roberto Lastra Mier y a mi
Agradecimientos
Al profesor Diemer Lascarro, quien fue fundamental tutor de esta tesis. Así mismo para quien
Por el aprendizaje en las clases de seminario de investigación Dr. Roberto Lastra Mier y Dr.
Resumen
La acción de tutela contra sentencia judicial es una práctica reiterada en Colombia. En el presente
trabajo de investigación se hace un estudio crítico con relación a los requisitos de procedibilidad
que instituyó la Corte Constitucional a través de la sentencia C-590 del del 2005. No obstante, no
han sido ausentes los reparos por permitir la acción de tutela para tal efecto, pues hay quienes
consideran que todo esto trae un riesgo a la seguridad jurídica y a la cosa juzgada.
En el propósito de participar en esta discusión jurídica, esta investigación parte de la idea de que
con base a ello, se realiza un recorrido analítico entre requesitos de procedibilidad, la sentencia
argumentos que defienden la viabilidad de los requisitos, y unido a ello, se sugiere una variedad
de cambios en la funcionalidad de la acción de tutela contra sentencia que la haría aún más efectiva.
Abstract
The action of protection against the judicial sentence is a practice repeated in Colombia. In the
present research work there is a critical study related to the procedural requirements that the
Constitutional Court instituted through the judgment C-590 of 2005. It has not been absent. For
this purpose, there are those who consider that all this entails a risk for legal security and res
judicata.
In the purpose of participating in this legal discussion, this investigation is part of the idea of the
requirements of protection procedures. and based on this, we will carry out an analytical journey
between the requirements of processability, the final judgment, the legal security and the thing we
will judge and finally we will see a series of arguments that defend the viability of the
requirements, and an example. a variety of changes in the functionality of the action of the
guardianship against the ruling that would make it even more effective.
Key words: Procedural Requirements, Guardianship Action, Judicial Sentences, Legal Security,
Thing Judged.
X
Contenido
Resumen……………………………………………………………………………………viii
Abstract…………………………………………………………………………………….ix
Introdución…………………………………………………………………………….........1
1. De la investigación…………………………………………………………………….…2
1.1.1. Justificación……………………………………………………………………….…4
1.2. Objetivos………………………………………………………………………….……5
……………………………………………………………………………………………..…19
2.1.1.1.Requisitos específicos………………………………………………………….......26
judiciales…………………………………………………………………………………….58
6. Conclusiones………………………………………………………………………….......76
7. Lista Referencias………………………………………………………………………….79
1
Introducción
La tutela surge con la Constitución del 1991 en Colombia, lo cual se ha considerado por la mayoría
de ciudadanos como el mejor logro establecido por el constituyente, puesto que es una herramienta
jurídica que sirve para proteger los derechos fundamentales cuando estos sean vulnerados por
cualquier estamento del Estado o personas naturales o jurídicas. Añadase a esto, que esta
fundamental que no fue protegido en el proceso y la decisión adoptada ha pasado por encima de
Se notará, sin embargo, que el uso de la tutela contra sentencias ha traído un debate intenso sobre
la viabilidad o no de permitir este ejercicio procesal, dado que se ven implicado, según algunos
críticos, la seguridad jurídica y la cosa juzgada; y otros consideran que al contrario se refuerzan
los derechos y, a su vez, los instumentos que se suponen en peligro no lo están porque sólo
cederían cuando esté probado que existen en verdad vulneración de derechos fundamentales, que
Es por ello, entonces que la Corte Constitucional establece unos requisitos para evalular si puede
o no ser admisible una acción de tutela contra sentecias judiciales; y es en este sentido en que se
propone el desarrollo de la presente investigación para analizar si podrían ser viables o no estos
1. De la investigación
salvaguardar de manera subsidiaria y rápida los derechos fundamentales al ser vulnerados por
entidades públicas o privada o por cualquier particular. Esta figura establecida en el artículo 86
Superior, en las que indica que ésta puede ser interpuesta ante los jueces en todo momento y lugar,
además de ser preferente y sumaria; es decir, la tutela es una herramienta que apunta a resolver de
urgencia derechos fundamentales que de no solucionarse en el menor tiempo posible, diez días
activa.
Ahora bien, la polémica bastante amplia que ha suscitado en Colombia es sobre la aplicación de
la Tutela contra fallos judiciales. El problema consiste en que un Juez Municipal, del Circuito,
del Tribunal o de las Altas Cortes, particularmente la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de
éste, es sano que alguna de las partes pueda en cualquier momento interponer una acción de tutela
contra ese fallo ejecutoriado, argumentando una vulneración de algún derecho fundamental, hasta
el punto de reversar, el juez de tutela, toda la decisión tomada por un juez natural de la jurisdicción
que falla.
Frente a esto existen varias críticas como que se pone en peligro la seguridad jurídica, el principio
Es decir, permitir la acción de tutela contra sentencias crea una incertidumbre jurídica en la justicia
colombiana, puesto que se podría entender que aun cuando un asunto se resuelva en casación por
la Corte Suprema de Justicia, por ejemplo, vía tutela podría ser modificada tal decisión, pasando
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por encima del recurso extraordinario de revisión, poniendo endeble la cosa juzgada y la seguridad
Por otro lado, están quienes están de acuerdo a que si se mantenga la admisibilidad de la acción de
tutela contra sentencias judiciales aun cuando sean expedidas por órganos de cierre. Esta posición
considera que no se pone en peligro la cosa juzgada y la seguridad jurídica y las demás
mencionadas anteriormente, pues al contrario, creen que se refuerza, pues al verse en curso
importante hacer una interpretación adecuada del alcance de esos supuestos derechos que se vean
vulnerado, lo cual permite que haya una unificación de criterios, evitando lesiones y
contradicciones entre las mismas Cortes. De modo que, se está dando prevalencia a la superioridad
y en especial en la C- 590 del 2005, ha establecido unos requisitos de procedibilidad para presentar
acción de tutela contra sentencias, estos son: Generales 1. Cuando el asunto tenga relevancia
acudir al juez de tutela, 3. Cuando la petición cumpla con el requisito de inmediatez, de acuerdo
con los criterios de racionalidad y proporcionalidad a partir del hecho que originó la vulneración,
4. . Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar claro que la misma tiene un efecto
decisivo o determinante en la sentencia que se impugna y que afecta los derechos fundamentales
de la parte actora, 5. Identificar de manera razonable tanto los hechos que generaron la vulneración
como los derechos vulnerados y que hubiere alegado tal vulneración en el proceso judicial siempre
Con esto la sentencia C-590 de 2005 parece haber resuelto el problema de lo oportuno que pude
ser interponer tutelas contra fallos. Sin embargo, estos requisitos establecidos son dignos de ser
revisados y analizados para entender su utilidad y funcionalidad en el ejercicio judicial, por eso
es pertinente preguntarse:
¿Son viables los requisitos de procedibilidad para presentar tutela contra sentencia sin poner en
1.1.1. Justificación
de los derechos fundamentales, en relación a ello, que esta herramienta se permita ser usada para
contrarrestar fallos judiciales que cercenen derechos amerita que se analice con sumo cuidado
los requisitos de procedibilidad que interpuesto por la Corte Constitucional para tal fin, y así
Asimismo, se considera importante apuntar a este tema dado que con el análisis y las
local, regional y nacional; pues de tal manera se puede generar nuevas discusiones que ayuden a
hacer más comprensible la práctica de la acción de tutela contra los fallos judiciales.
Además, se considera útil toda vez que lo que se genere de este trabajo aportara en el campo de
la justicia, y en especial a las facultades de derechos del país. Así como de aportar una solución a
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los problemas de funcionalidad que se puedan estimar con base a los requisitos establecidos por
1.2.Objetivos
Analizar la viabilidad de los requisitos de procedibilidad para presentar acción de tutela contra
Señalar las nociones sobre la seguridad jurídica y cosa juzgada a través de los pronunciamientos
de la Corte Constitucional.
Dar por sentado la viabilidad de requisitos de procedibilidad para presentar acción de tutela contra
1.3.Marco Referencial
protección de los derechos fundamentales. De modo que es pertinente realizar una mención
Desde el periodo Republicano se buscó la forma más adecuada de administrar el país; pero en esa
búsqueda surgieron hechos violentos desde 1899 hasta 1902 que derivó en la llamada la guerra de
los 1000 días, el episodio de violencia política más recordado en la historia colombiana, dejando
cerca de 100.000 colombianos muertos, época donde este país se convierte en un campo de batalla
por la disputa del poder entre el partido conservador y partido liberal. En aquel momento Rafael
Núñez da origen a la Constitución de 1886, que es el detónate de esta guerra, régimen de esta época
Para los años ochenta, el crecimiento del narcotráfico, el aumento de la violencia y la corrupción,
la crisis política derivada del Frente Nacional expresadas por las casi nulas posibilidades de
participación política que no representaban los interés del pueblo, y la intensificación del conflicto
armado a partir de la guerra de grupos guerrilleros y paramilitares, fueron todos estos episodios
los principales antecedentes para buscar nuevos espacios democráticos, todos estos
acontecimientos se dan por el simple hecho de no estar consciente sobre la realidad del beneficio
de pueblo sino todo lo contrario han buscado el beneficio individual y personal de algunos sectores
de la sociedad.
La constitución, que antecede la de 1991, es la de 1886 que durante su vigencia contó con varias
reformas, sin embargo, desde 1957, la posibilidad de modificación de la misma fue restringida por
un plebiscito; a partir de ese momento sólo podría ser reformada por acto legislativo proveniente
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del Congreso. Hasta 1990 se realizaron muchos intentos de reforma que fueron detenidos por la
No obstante, el 25 de agosto de 1989 surge un movimiento estudiantil que alza su voz de protesta,
y denominan la marcha del silencio, la acción de tomar las calles del centro de la ciudad de Bogotá
; y compitieron por un séptimo voto llamado “la séptima papeleta”, en las elecciones de
de la Asamblea Constituyente, ese día el 90% del pueblo voto positivamente por esa iniciativa,
Se debe entender en esta instancia que el marco teórico son consideraciones teóricas del tema que
además de ordenarse coherente especificando los autores y conceptos acogidos (Normasapa, 2016)
En ese sentido, por la naturaleza de esta investigación se considera pertinente acoger como fuente
documental del marco teórico la Corte Constitucional colombiana teniendo en cuenta el alto y
amplio desarrollo sobre las concepciones sobre los temas que aquí se expondrá.
Se empezará con la noción de la Corte a través del M.P. Alejandro Martínez Caballero en que
Un mecanismo para hacer efectivos los derechos constitucionales de las personas. […]. La
importancia de un mecanismo como la tutela es de primer orden. En efecto, con la tutela se puede
lograr la eficacia de los derechos humanos, lo que le permitiría pasar de una consagración formal y
literal de los derechos a una realización concreta de los mismos, en el marco de un Estado Social
de derecho […]. (C-018 del 1993).
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¨proteger¨ los derechos de cada ciudadano ante cualquier ofensa grave de los mismos, por ello
es de “primer orden” este instrumento tutelar, pues no es de menos que es el único recurso
judicial que cuenta con una especial trascendencia en cuanto al tiempo para resolverse (10 días)
y se antepone a cualquier proceso ordinario, es decir que tiene prioridad para ser tomado y
Por otro lado, se conceptualiza sobre la seguridad jurídica que es, según el Alto Tribunal
De aquí se desprende que la seguridad jurídica sea vea vinculada con la confianza legítima que
civil, etc.) la decisión que se ha adoptado con base al estudio juicioso del juez, esa decisión se
normativo se le solucione a otro de manera distinta sin justificación jurídica debida y suficiente.
Es una institución jurídico procesal mediante la cual se otorga a las decisiones plasmadas en una
sentencia y en algunas otras providencias, el carácter de inmutables, vinculantes y definitivas. Los
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citados efectos se conciben por disposición expresa del ordenamiento jurídico para lograr la
terminación definitiva de controversias y alcanzar un estado de seguridad jurídica.
Esta conceptualización la expone el M. P. Dr. Escobar Gil por medio de la sentencia C-774 del
2001. Ha de entenderse que la cosa juzgada es instrumento procesal que está llamado a
garantizar el estado de definitiva (fija) de una decisión, es decir que no cambie (inmutable) y
que influya y afecte a las partes (vinculante). Desde esta perspectiva, se alinea a perseguir la
definido en justicia en sede judicial; y de tal manera obtiene confianza legítima al ciudadano:
su controversia fue finita, por ello no puede esperar de ninguna manera que sea infinita.
En cuando a los derechos fundamentales el Alto Tribunal expresa a través de M.P. Eduardo
Los derechos fundamentales son aquellos que (i) se relacionan funcionalmente con la realización de
la dignidad humana, (ii) pueden traducirse o concretarse en derechos subjetivos y (iii) encuentran
consensos dogmáticos, jurisprudenciales o de derecho internacional, legal y reglamentario sobre su
fundamentalidad.
Esta noción indica que los derechos fundamentales son de alta dimensión humana, es decir
comprenden la esencia del humano en aspecto físico, psicológico, cultural, artístico, etc., pues
la personalidad, libre expresión, honor, respecto al debido proceso, etc. Además, tienen
esto demuestra la importancia que tiene para la humanidad con conocimiento de los Estados
Teniendo como referente este marco teórico es importante dado que cada una de estas nociones
procedibilidad para presentar tutela contra sentencias son viables y no chocan en la manera de
Ahora bien, las definiciones compartidas en esta aparte tendrán como fuente única el Diccionario
Jurídico de la Real Académia Española (R.A.E) Los términos escogidos se estipulan teniendo en
Derechos fundamentales: Derechos declarados por la Constitución, que goza del máximo nivel
de protección.
Fallo: Pronunciamiento sobre las pretensiones de las partes, en su caso, la cantidad objeto de
Requisto esencial: Requisito cuyo cumplimiento es indispensable para la válidez del acto,
recurso, o que, según las leyes procesales, debe revertir esta forma.
Término: Límite del plazo en que tiene que realizarse un acto procesal.
Viable: Dicho de un asunto: Que, por sus circunstancias, tiene probabilidad de poderse llevar a
cabo.
Art. 67. La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función
social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes
y valores de la cultura.
Art. 69. Inciso tercero: El Estado fortalecerá la investigación científica en las universidades
Art. 1.- Objeto de la Ley. La educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural
1. El pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen los derechos
de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica,
intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos.
2. La formación en el respecto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los principios
de la tolerancia y de la libertad.
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potencialidades del ser humano de una manera integral, se realiza con posterioridad a la educación
media o secundaria y tiene por objeto el pleno desarrollo de los alumnos y su formación académica
y profesional.
Art. 4. La educación superior, sin perjuicio de los fines específicos de cada campo del saber,
En armonía con las disposiciones expresas destacadas previamente en la Constitución, la Ley 115
del 1994 y la Ley 30 del 1992 son bases que dan viabilidad a la naturaleza de la investigación
propuesta en este trabajo. Pues, partiendo de la idea reiterada de que la educación es un proceso
permanente, cultural y social, además que debe propender por la generación del espíritu crítico y
que permita solucionar problemas propios de nuestro país como es el en caso expreso la
Por otro lado, el objeto propio de investigación son las sentencias C- 543 del 1992, y en especial
estudio sobre la C- 590 del 2005 que es donde se establecen los requisitos de procedibilidad de
1.4.Diseño Metodológico
De modo que, como enuncia el objetivo principal, esta investigación persigue analizar la
se sentará una posición al respecto que conllevará a una propuesta de la funcionalidad de este
En consonancia con lo anterior este estudio es de carácter cualitativo, pues está enfocado en
1.4.3. Metodología.
Para los efectos del estudio en la presente investigación se hará uso del método Hermenéutico. La
hermenéutica es una herramienta fundamental para el análisis, cuyo objetivo no sólo radica en
hallar la comprensión sino también el entendimiento, el cual resulta indispensable cuando existen
comprender. Arráez , Calle y Moredo de Tovar ayudan a corroborar lo dicho: “El hermeneuta es,
por lo tanto, quien se dedica a interpretar y develar el sentido de los mensajes haciendo que su
Así mismo se hará uso del método analógico o comparativo. Según Luis Ponce De León (s/f) este
método de investigación:
jurídicas, para lo cual conviene considerar siempre la normativa en el tiempo y en el espacio. (p.
69).
siguientes pasos.
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Primero se realizará una lectura paciente y profunda específicamente de las sentencias C- 543 del
1992, la cual declara inexequible los artículos 11, 12 y 40 del Decreto 2191 de 199, dejando
estipulado que se presente la tutela contra fallos “en cualquier tiempo”. Además, se estudiará la
sentencia C-590 del 2005, en la cual se establecen los requisitos de procedibilidad, en ello se
atendió a comprender los argumentos dados por el máximo Tribunal Constitucional para justificar
su existencia.
En segundo lugar, se hará un análisis entre las Sentencias C- 774 del 2001, C-820 del 2011; la T-
119 del 2015 y la T-534, entre otros documentos como se referenciará en cada capítulo, esto para
afincar conceptos claves como la seguridad jurídica, la cosa juzgada y la ejecutoriedad de las
sentencias. Además, se hace lecturas de Código General del Proceso, Código Disciplinario del
Abogado, entre otros. Y finalmente, se elabora una posición y una seríe de conclusiones sobre
estudiadas.
Llegando aquí, es importante decir que los antecedentes o estado del arte como llaman algunos,
propositiva con el que se llevará acabo el análisis; además, este estadio se puede entender además
como la revisón de investigaciones previas directas o indirectas que se han abordado respecto al
tema elegido por los investigadores, lo cual permite saber que se esta proyectando una propuesta
Con base a lo anterior, las investigaciones previas que se seleccionaron se hizo bajo el criterio que
tienen afinidades pertinentes con la investigación propuestas, pues la idea no es llenar referencias
de investigaciones esta parte, sino de señalar aquellas con las se pueden entrarse a debatir y decir
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algo distinto o mejorado de lo que han concluido. En ese sentido los trabajos elegidos son los
siguientes.
localizada en Bogotá D.C. con un trabajo titulado Documentos de Discusión en el 2006 donde
producen Catalina Botero; Mauricio Garcia Villegas; Diana Garnizo; Juan Jaramillo y Rodrigo
DeJusticia, sobre una ley estatutaria que reglamenta la tutela contra providencias judiciales”, el
cual interesa a la investigación, se propone una ley estatutaria para que por medio de esta se regule
la presentación de tutelas contra sentencia. Esta ley consta de 18 artículos, pues los académicos
concluyen que este tipo de norma es la oportuna para sentar bases claras respecto a la tutela contra
Puntos llamativos de este documento son: primero, que se estima el término de caducida para
presentar esta acción en dos meses a partir de la notificación de la providencia pues lo consideran
un plazo razonable y oportuno. Estos defienden esta propuesta argumentando que así habría
garantia real del derecho al ordenar “la protección constitucional con prontitud al hecho, y de otro,
contribuye a la seguridad jurídica al establecer un límite temporal prudente que impide que las
exceder este plazo se debe estudiar la justificación del retraso, esto para que no se desnaturalice la
entonces se debe exigir la presencia del mismo para de tutela contra la sentencia. No quiere decir
que sea el mismo abogado, sino que sea un abogado quíen la presente independientemente de que
sea el mismo o no que llevo todo el proceso ordinario. En este punto argumentan que del tal
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Y tercero, proponen que las tutelas contra sentencias expedidas por las Altas Cortes deben ser
conocidas por una Corporación distinta a la demanda. Además, “se propone mantener al interior
decreto 1382 con el fin de lograr una repartición equilibrada del trabajo al interior de cada
corporación”. Junto con ello, expresan que la todo lo decidido por otra Corporación (Alta Corte)
debe remitirse para ser revisado por la Corte Constitucional como órgano de cierre (2006, p.19).
Por otro lado, esta un artículo científico de Linda Elena Nader Orfale (2013) titulado “Vulneración
judiciales” publicado a través de la Revista Justicia Juris de la Universidad Autónoma del Caribe
de Barranquilla.
Este trabajo basicamente se dedica principalmente a describir la discusión que ha sucitado entre
los que están en contra y a favor de las tutelas contra fallos, donde se resume que los que están
encontran argumentan que con este mecanismo se vulnera la estabilidad de la seguridad jurídica,
congestina los despacho judiciales y rompe la autonomía de los jueces y su independencia; los que
se muestan a favor de cuya institución, apelan que la seguridad jurídica y la cosa juzgada no son
absolutos; además que no hay ninguna evidencia de que permitir este instrumento congestiona más
independencia de de los jueces, puesto que los jueces constitucionales no se entrometen en asuntos
por la sentencia.
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En ese sentido la autora en su ensayo concluye que está de acuerdo con la presentación de la tutela
Corte Constitucional; y finalmente reafirma su apoyo en que la cosa juzgada y la seguridad jurídica
no son absolutos, por tanto la tutela contra sentencias es una garantía para los ciudadanos cuando
Finalmente esta el trabajo de grado para optar el titulo como abogado de Jaime Luis Charris Pizarro
el 2006. En esta invesitigación se baso su autor en describir todo los aspectos de la procedencia
de la tutela contra sentencias como señalar requisitos de admisibilidad, los choque de tres, el debate
pro y contras de la cosa juzgada y seguridad jurídica y finalmente en su conclusiones apoya los
criterios definidos por Dejusticia (Centro de Estudios de Derecho Justicia y Sociedad) a través de
su Documento de Discusión, con la variable que si bien está de acuerdo con que se defina un
término definido para la presentación de la acción de tutela esta debería ser como en España, en el
sentido de que una sentencia no pasa a cosa juzgada hasta no pasar el término del recurso de
amparo.
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Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar,
mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la
protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos
resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.
Dicho de otra manera, la tutela es la herramienta elaborada con el fin de garantizar los derechos
fundamentales, que puedan ser vulnerados o amenazados, por cualquier autoridad pública, privada
o particulares.
Cifuentes:
La acción de tutela es un mecanismo que tiene por objeto la protección de los derechos
constitucionales fundamentales, aún aquellos que no se encuentren consagrados en la constitución,
cuando estos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad
pública. El fallo que se produce de esta acción es de inmediato cumplimiento. Se encuentra
consagrada en el Art. 86 CN y ha sido reglamentada por los decretos 2591 de 1991, 306 de 1992 y
1382 de 2000.
Por su parte, el Decreto 2591 de 1991 en su Artículo 1o. expresa que el objeto de la acción de
tutela es que:
Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar,
mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la
protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos
resulten vulnerados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública o de los particulares
en los casos que señale este Decreto. Todos los días y horas son hábiles para interponer la acción
de tutela.
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Así mismo, este decreto 2591, en su artículo 40,básicamente dice que las sentencias que vulneren
un derecho fundamental, el juez superior jerárquico podrá conocer de esta acción frente a fallo,
optadas por un juez y confrontar las decisiones, y conseguir modificar una decisión ya tomada y
en firme. Esto se ha visto algunos juristas, tratadistas y académicos que pone en peligro la
estabilidad del sistema judicial pues comprometía principios como la seguridad jurídica, la cosa
Unos años después de la promulgación del anterior decreto, en la sentencia C-543 del 10 de octubre
de 1992, con ponencia del Magistrado José Gregorio Hernández, entra analizar y declara
judiciales.
de las vías de hecho, que vino hacer el camino por medio de la cual se permite la utilización de la
acción de tutela contra sentencias judiciales, cuando el juez vulnere los derechos constitucionales
Esto se puede apoyar con lo dice Félix Bautista al analizar al juez estadounidense Félix
Frankfurter, “la decisiones de las jurisdicciones constitucionales deben estar orientadas a resolver
expedientes que sean claves, profundos y de incuestionable calidad, para que la Constitución sea,
efectivamente, la norma suprema y de aplicación absoluta para todos” (2013, párr. 2).
Siguiendo con el análisis al decreto 2591 de 1991, estableció que la acción contra las providencias
caducaría en el término de dos meses, luego de que estuvieran ejecutoriadas como lo expresaba en
Quien hubiere interpuesto un recurso, o disponga de medios de defensa judicial, podrá solicitar
también la tutela si ésta es utilizada como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable. También podrá hacerlo quien, en el caso concreto, careciere de otro mecanismo de
defensa judicial, siempre y cuando la acción sea interpuesta dentro de los 60 días siguientes a la
firmeza de la providencia que hubiere puesto fin al proceso.
De esta manera hubo un tiempo definido para presentar tutelas contra sentencias, pero la sentencia
C-543 del 1992 lo eliminó del ordenamiento jurídico dejando sentado lo que podría presentarse
“en todo momento” como lo estipula el artículo 86 Superior. Esto llevo, a que más adelante la
instituyera que la tutela sólo podría proceder contra providencias si se cumplen ciertos y rigurosos
requisitos de procedibilidad.
Es de anotar que la Corte Constitucional en la sentencia C-590 del 2005 estimó, que la sentencia
C-543-92, si bien declara inexequible los artículos 11, 12 y 40 del Decreto 2591 de 1991, esto no
quiere decir que eliminó la acción de Tutela contra sentencia judicial, lo cierto es que procede de
[…] la acción de tutela si podía proceder contra omisiones injustificadas o actuaciones de hecho de
los funcionarios judiciales, cuando quiera que las mismas vulneraran los derechos fundamentales
[…] Lo que hizo en esa oportunidad (C-543) fue excluir del ordenamiento jurídico unos preceptos
normativos que afirmaban la procedencia de ese mecanismo contra las sentencias como regla
general y no como excepción […].
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Ahora bien, en los requisitos de procedibilidad, es de resaltar que más allá de la vía de hechos
otros aspectos o defectos que pueden afectar derechos fundamentales y no necesariamente que
sea una trasgresión grosera a la Constitución, citando palabras de la misma Corte se justifica los
[…] una superación del concepto de vía de hecho y la admisión de específicos supuestos de
procedibilidad en eventos en los que si bien no se está ante una burda trasgresión de la Carta, si se
trata de decisiones ilegítimas que afectan derechos fundamentales […]
[…]Este desarrollo ha llevado a concluir que las sentencias judiciales pueden ser atacadas mediante
la acción de tutela por causa de otros defectos adicionales, y que, dado que esos nuevos defectos
no implican que la sentencia sea necesariamente una “violación flagrante y grosera de la
Constitución”, es más adecuado utilizar el concepto de “causales genéricas de procedibilidad de la
acción” que el de “vía de hecho.” En la sentencia T-774 de 2004 (MP. Manuel José Cepeda
Espinosa) se describe la evolución presentada de la siguiente manera: […]
Actualmente no ‘(…) sólo se trata de los casos en que el juez impone, de manera grosera y burda
su voluntad sobre el ordenamiento, sino que incluye aquellos casos en los que se aparta de los
precedentes sin argumentar debidamente (capricho) y cuando su discrecionalidad interpretativa se
desborda en perjuicio de los derechos fundamentales de los asociados (arbitrariedad). Debe
advertirse que esta corporación ha señalado que toda actuación estatal, máxime cuando existen
amplias facultades discrecionales (a lo que de alguna manera se puede asimilar la libertad
hermenéutica del juez), ha de ceñirse a lo razonable. Lo razonable está condicionado, en primera
medida, por el respeto a la Constitución.’
Dilucidado lo anterior, se entra a explicar los requisitos de procedibilidad. Estos son básicamente
puntos ineludibles que debe cumplir acción de tutela previamente para que pueda seguir su curso;
y tales requisitos se dividen en general y específicos, teniendo en cuenta que en los generales
tienen que cumplirse todos y en los específicos es suficiente que se dé cumplimiento a uno solo.
Los requisitos generales están textualmente expresados en la sentencia C-590-2005. Los siguiente:
“A. Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia constitucional., el juez
constitucional no puede entrar a estudiar cuestiones que no tienen una clara y marcada importancia
constitucional so pena de involucrarse en asuntos que corresponde definir a otras jurisdicciones. En
consecuencia, el juez de tutela debe indicar con toda claridad y de forma expresa porqué la cuestión
que entra a resolver es genuinamente una cuestión de relevancia constitucional que afecta los
derechos fundamentales de las partes”
Esto quiere decir que no se puede tocar aspectos legales propios del ordenamiento jurídico de cada
jurisdicción ordinaria, lo que limita la arbitrariedad o fraude del juez constitucional, de aquí la
relevancia constitucional.
B. Que se hayan agotado todos los medios ordinarios y extraordinarios de defensa judicial al
alcance de la persona afectada, salvo que se trate de evitar la consumación de un perjuicio
iusfundamental irremediable. De allí que sea un deber del actor desplegar todos los mecanismos
judiciales ordinarios que el sistema jurídico le otorga para la defensa de sus derechos. De no ser
así, esto es, de asumirse la acción de tutela como un mecanismo de protección alternativo, se
correría el riesgo de vaciar las competencias de las distintas autoridades judiciales, de concentrar
en la jurisdicción constitucional todas las decisiones inherentes a ellas y de propiciar un desborde
institucional en el cumplimiento de las funciones de esta última.
Este requisito básicamente deja el entendido de que es procedente la acción de tutela frente a
sentencia cuando se hayan agotado todos los mecanismos de defensa legales al alcance de la
naturaleza del mismo proceso. Por ejemplo si se está frente a un proceso de única instancia es
lógico que se dé por cumplido la defensa total (al alcance) a la que puede accionar la persona del
derecho vulnerado, por ende sería ilógico que se exija que agote otro medio ordinario o
No obstante, este mismo requisito permite que no se necesario agotar todos los medios de defensa
‘al alcance’ de la persona vulnerada, cuando cuya vulneración exija una resolución urgente, pues
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de esperar que se agote el siguiente acto procesal puede surgir una situación más gravosa a la
Este punto hace relevancia a que se tiene que dar conocimiento al juez lo más pronto posible entre
la vulneración del derecho y el impacto que esta genera, por lo que sería injustificable que, por
ejemplo una persona se le haya afectado un derecho en el 2015 este espere 5 meses a un 1 año para
hacer proteger este derecho cuando ya no tiene ningún impacto, salvo que haya prueba de un
D. Cuando se trate de una irregularidad procesal, debe quedar claro que la misma tiene un efecto
decisivo o determinante en la sentencia que se impugna y que afecta los derechos fundamentales
de la parte actora. No obstante, de acuerdo con la doctrina fijada en la Sentencia C-591-05, si la
irregularidad comporta una grave lesión de derechos fundamentales, tal como ocurre con los casos
de pruebas ilícitas susceptibles de imputarse como crímenes de lesa humanidad, la protección de
tales derechos se genera independientemente de la incidencia que tengan en el litigio y por ello hay
lugar a la anulación del juicio.
En este requisito se plantea que la irregularidad procesal debe tener una transcendencia clara,
directa y expresa sobre la sentencia que afecta el derecho fundamental, lo cual quiere decir que
una irregularidad con condiciones distintas no da pie para atacar cuya sentencia.
No obstante, cuanto estas irregularidades convocan pruebas ilícitas que se relacionan con crimen
E. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los hechos que generaron la
vulneración como los derechos vulnerados y que hubiere alegado tal vulneración en el proceso
judicial siempre que esto hubiere sido posible. Esta exigencia es comprensible pues, sin que la
acción de tutela llegue a rodearse de unas exigencias formales contrarias a su naturaleza y no
previstas por el constituyente, sí es menester que el actor tenga claridad en cuanto al fundamento
de la afectación de derechos que imputa a la decisión judicial, que la haya planteado al interior del
proceso y que dé cuenta de todo ello al momento de pretender la protección constitucional de sus
derechos.
El propósito de este requisito es situar en contexto al juez en relación a los sucesos que en la
sentencia vulneran los derechos fundamentales, es decir que es necesario que el juez se le dé una
visión clara sobre los acontecimientos específicos que lo lleve al convencimiento de que existe
F. Que no se trate de sentencias de tutela. Esto por cuanto los debates sobre la protección de los
derechos fundamentales no pueden prolongarse de manera indefinida, mucho más si todas las
sentencias proferidas son sometidas a un riguroso proceso de selección ante esta Corporación,
proceso en virtud del cual las sentencias no seleccionadas para revisión, por decisión de la sala
respectiva, se tornan definitivas”.
Este punto deja claramente demostrado que lo que se busca es evitar, que haya un debate
interminable entre los jueces constitucionales sobre el alcance que puede tener un derecho
vulnerado. Todo esto permite que haya una limitación entorno a las decisiones de esta materia.
2.1.1.1.Requisitos específicos.
También se tendrán en cuenta para que proceda la acción de tutela frete a fallo judicial, uno de los
A. Defecto orgánico, que se presenta cuando el funcionario judicial que profirió la providencia
Este requisito específico enuncia que si la sentencia proferida se observa que hay errores de
competencia se tendrán en cuenta para la admisibilidad, esto quiere decir que toda sentencia la
cual el juez que profirió carezca de jurisdicción para conocer un asunto, da pie para que esta
B. Defecto procedimental absoluto, que se origina cuando el juez actuó completamente al margen
del procedimiento establecido.
De acuerdo a este requisito señala que el defecto procedimental se muestra cuando el fallador
vulnera algún o algunos derechos fundamentales al negar el derecho sustancial, lo cierto es que si
al negar un derecho sustancial el juez no aplica la norma procesal acorde o cuando se exceda en la
c. Defecto fáctico, que surge cuando el juez carece del apoyo probatorio que permita la aplicación
del supuesto legal en el que se sustenta la decisión.
Este punto en particular básicamente es claro en afirmar que el defecto fáctico se presenta cuando
el material probatorio en que el juez se basa para aplicar una determinada norma es inadecuado o
D. Defecto material o sustantivo, como son los casos en que se decide con base en normas
inexistentes o inconstitucionales o que presentan una evidente y grosera contradicción entre los
fundamentos y la decisión.
Este defecto quiere decir que la autoridad judicial puede cometerlo cuando aplique una norma
claramente inaplicable al caso o la deja de aplicar, o como también hace una mala interpretación
F. Error inducido, que se presenta cuando el juez o tribunal fue víctima de un engaño por parte de
terceros y ese engaño lo condujo a la toma de una decisión que afecta derechos fundamentales.
El error inducido dicho de otra manera es aquel en el que por alguna circunstancia o acciones
arropadas por el engaño llevan a que el juez o magistrado cometa un error que afecte algún derecho
fundamental, es decir todo engaño o acción que lleve a que el juez a fallar afectando claramente
un derecho fundamental.
G. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los servidores judiciales de dar
cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus decisiones en el entendido que precisamente
en esa motivación reposa la legitimidad de su órbita funcional.
Esto quiere decir que cualquier fallo que no se encuentre argumentado en debida forma, respetando
la presencia de argumentos facticos y jurídicos; y que el estudio de esa argumentación haya sido
infundada, será causa para que proceda la admisibilidad inmediata de la acción de tutela, teniendo
H. Desconocimiento del precedente, hipótesis que se presenta, por ejemplo, cuando la Corte
Constitucional establece el alcance de un derecho fundamental y el juez ordinario aplica una ley
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limitando sustancialmente dicho alcance. En estos casos la tutela procede como mecanismo para
garantizar la eficacia jurídica del contenido constitucionalmente vinculante del derecho
fundamental vulnerado.
En este punto le da relevancia a que los temas similares que se hayan fallado deben tenerse como
puntos esenciales para tomar una decisión posterior, por tanto, el juez que se aparte del precedente
deberá justificar suficientemente tal evento, de no hacerlo incurre en desconocimiento del mismo.
En énfasis, cada uno de los procedimientos expuestos contiene eventos en que procede la acción
de tutela contra decisiones judiciales. Lo cual involucra la superación del concepto de vía de hecho,
esto indica que la Corte sabiamente entendió que existen muchas modalidades que en el ejercicio
Ahora, en este aparte, se tratará de la ejecutoriedad de las sentencias las cuales, como es obvio,
son frente a las que se presentan comúnmente la tutela al vulnerarse un derecho fundamental en
ellas o en todo el proceso. En ese sentido se estima importante primero, hacer una
conceptualización sucinta sobre lo que se entiende como sentencia y, luego, lo que es propiamente
Hay que iniciar diciendo que, la sentencia y el fallo son distintos. En su defecto, el diccionario
jurídico de la R.A.E. lo escribe así: Sentencia: la “Resolución que decide definitivamente el pleito
o causa en cualquier instancia o recurso, o que, según las leyes procesales, debe revertir esta
forma”; en cambio, el fallo: es “pronunciamiento sobre las pretensiones de las partes, en su caso,
sentencia”.
Por su parte la Fundéu BBVA en su explicación sobre estas dos nociones se expresa así:
Sentencia alude a la ‘resolución que, dictada por un juez, pone fin a una causa judicial’. Una de las
partes finales de toda sentencia es el fallo, que es el ‘pronunciamiento jurídico sobre la cuestión
debatida’. El fallo, por su parte, puede absolver al imputado o condenarlo, esto es, ‘imponerle una
pena’.
Es claro entonces que sentencia y fallo no son sinónimos estrictamente aunque pertenecen al
mismo campo semántico (palabras que comparten un elemento o idea en común). Ambas entidades
coinciden en definir que la sentencia es la que pone fin a la ‘causa judicial’, es decir a los hechos
y pretensiones que han dado lugar a la litis. De modo que, al coincidir también en que el fallo es
la parte final de la sentencia donde se absuelve o condena, es de inferir que la sentencia tiene
probatoria para llegar al fallo, es decir, a la parte final donde sólo se dedica a comunicar si absuelve
o condena a una de las partes procesales. Entonces, el fallo es la exposición de la estricta decisión.
En otras palabras, el fallo es la parte de la sentencia que exhibe la decisión relacionada con las
del Estado (juez) realiza cumpliendo con formalidades en marcadas por la Constitución y ley;
la verdad a partir de los hechos, pruebas y pretensiones; y así, proyectar justicia a los sujetos
La sentencia, en cualquier proceso, es la decisión judicial más importante dictada por una autoridad
del Estado, investida de jurisdicción, que no sólo debe cumplir los requisitos establecidos en la ley
en cuanto a su forma y contenido, sino que constituye un juicio lógico y axiológico destinado a
resolver una situación controversial, en armonía con la Constitución y la ley. Dicha providencia no
es, entonces, un simple acto formal sino el producto del análisis conceptual, probatorio, sustantivo
y procesal, de unos hechos sobre los cuales versa el proceso, y de las normas constitucionales y
legales aplicables al caso concreto. (Sentencia C-252 del 2001)
República que modifica, extingue o adiciona una situación planteada por las partes dentro de un
proceso judicial. De tal manera que, la sentencia tiene un complejo camino de elaboración que
convoca hechos, pruebas, normas que se adecuen, actos procesales que marcan pasos específicos
y la fuerza racional del propio juez para llegar a una decisión trascendental que influye en las partes
Ahora ¿qué se debe entender por sentencias ejecutoriadas? Para el caso Goldstein (2010)
conceptualiza ejecutoria como: “efecto de la sentencia que no admite apelación o pasa en autoridad
a cosa juzgada” Por su parte, la Real Academia Española emplea: “un documento público y
sentencia ha pasado cosa juzgada, esta última parte tiene una variable que se indicara más adelante,
en el sentido que ejecutoria y cosa juzgada no son lo mismo funcionalmente en la visión procesal.
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En el caso de la R.A.E. su noción tiende a confundir puesto que, deja la idea de que la ejecutoria
Pues bien, para ir sentando la idea concisa de lo que es una sentencia ejecutoriada o la ejecutoria
de una sentencia se hará una aproximación a lo que prescriben los Códigos procesales al respecto.
Para efectos de explicación se citaran dos Códigos entre los que están El Código General del
Proceso y El Código Disciplinario del Abogado. El primero expresa claramente sobre este
Las providencias proferidas en audiencia adquieren ejecutoria una vez notificadas, cuando no sean
impugnadas o no admitan recursos.
Las que sean proferidas por fuera de audiencia quedan ejecutoriadas tres (3) días después de
notificadas, cuando carecen de recursos o han vencido los términos sin haberse interpuesto los
recursos que fueren procedentes, o cuando queda ejecutoriada la providencia que resuelva los
interpuestos.
Es claro que en los asuntos que versen por el Código General del Proceso, versan cuatro
cuando sean resueltas las aclaraciones o complementos pedidos por una de las partes; tercero que
la sentencia que se dicta fuera de audiencia queda ejecutoriada tres (3) días después de notificada
si no se presenta oposición o recursos procedentes y; cuarto, cuando esté en firme el auto que
Las decisiones contra las que proceden recursos dictadas en audiencia o diligencia, exceptuando la
que decreta la terminación del procedimiento, quedarán en firme al finalizar esta o la sesión donde
se hayan proferido, si no fueren impugnadas.
Las decisiones dictadas por fuera de audiencia contra las que proceden recursos quedarán en firme
tres días después de su última notificación, si no fueren impugnadas.
La Ley 1123 del 2007 regula en el mismo sentido del Código General del Proceso la ejecutoriedad
de sus decisiones, entre ellas la sentencia o decisión definitiva del caso. Ambos coinciden el
término de tres días después de notificada la decisión fuera de audiencia, y la inmediatez dentro
Al igual que estas dos normas procesales referenciadas los códigos procesales laboral, penal,
recursos.
temporalidad (tres días o cinco días, por ejemplo) para hacer efectivas esas oportunidades de
medios procesales.
En este sentido es importante la ejecutoriedad dado que, sin ella sería imposible saber cuándo una
sentencia que reconoce, extingue o modifica una situación jurídica es exigible de ser cumplida por
En la práctica forense se dice que la causa está "ejecutoriada", en aquellos casos en los que han
finalizado todos los trámites legales y produce el efecto jurídico de cosa juzgada.
supeditada a las oportunidades que se le da a una de las partes para presentar recursos oportunos
en un plazo determinado para que se altere el sentido de la sentencia, y de no hacerse uso de esos
Para precisar aspectos dichos, se trae a colación la Corte Constitucional en cuanto a sus
consideraciones frente a las sentencias ejecutoriadas que esgrime por medio de la Sentencia C-
Es importante resaltar como asume la Corte que todo proceso no debe ser indefinido; lo cual
conlleva a inferir que es la sentencia el instrumento procesal con amparo constitucional por medio
del cual una decisión le pone finitud a una controversia, y así, al ciudadano se le da garantía a un
“Todo juicio, desde su comienzo, está llamado a culminar, ya que sobre las partes no puede ceñirse
indefinidamente la expectativa en torno al sentido de la solución judicial a su conflicto. En
consecuencia, hay un verdadero derecho constitucional fundamental a la sentencia firme y, por
tanto, a la autoridad de cosa juzgada (...) La sentencia con autoridad de cosa juzgada representa,
para la parte favorecida, un título dotado de plena validez y oponible a todo el mundo, pues crea
una situación jurídica indiscutible a partir de la firmeza del fallo.”
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Es contundente la Corte en demarcar que la sentencia ejecutoriada (en firme) es una garantía
constitucional que se convierte en un título pleno, valido y oponible a todas las partes involucradas.
De modo que, para todas las jurisdicciones del sistema jurídico es obligatorio que haya un término
claro en la ley que señale expresamente cuándo entra en curso la ejecutoriedad de una sentencia
(como se puede corroborar arriba cuando se hacía alusión al Código General del Proceso en su
artículo 302 y la ley 1123 del 2007 en su artículo 83) para que la parte favorecida la haga uso de
Ahora bien, es de resaltar lo que expresa la sentencia C- 641 del 2006 respecto al alcance de la
La ejecutoria consiste en una característica de los efectos jurídicos de las providencias judiciales
que se reconocen por la imperatividad y obligatoriedad, cuando frente a dichas determinaciones:
(i) No procede recurso alguno, o (ii) se omite su interposición dentro del término legal previsto, o
(iii) una vez interpuestos se hayan decidido; o (iv) cuando su titular renuncia expresamente a ellos.
significa que esta se convierte en ‘imperativa’ y ‘obligatoria’ al pasar las cuatro condicionantes
desfavorecida en la sentencia cuyas condiciones la señala la Corte en los numerales (ii) y (iv) de
la cita. Es lúcido, entonces que, frente a las cuatro condicionantes fuera de ellos, nada impide que
una sentencia entre en plana ejecutoriedad, es decir, en ser imperativa y obligatoria frente a las
muy pertinente:
Mientras que la imperatividad y la obligatoriedad (o, también llamada coercibilidad) son propias
de las sentencias o providencias ejecutoriadas, la institución jurídico procesal de la cosa juzgada,
por su parte, se encuentra destinada a conferirle a algunas de dichas providencias el carácter de
definitivas, inmutables, inmodificables y vinculantes. De ahí que, por regla general, toda
providencia ejecutoriada obligue a los sujetos procesales y, además esté llamada a cumplirse
voluntaria o coactivamente, aun cuando no alcance el calificativo jurídico de cosa juzgada.
En esta aparte es preciso decantar la diferencia que hace de la ejecutoriedad y la cosa juzgada la
Corte, puesto que, es de entender que la ejecutoria es lo que permite que la sentencia obligue o
la cosa juzgada es la que embiste a la sentencia de ser inmutable, vinculante y definitiva en algunas
Esto es, considerando que existe lo que se llama cosa juzgada formal que es cuando una decisión
tomada en una sentencia si bien obliga a cumplir a la parte desfavorecida, ésta (sentencia) por su
naturaleza no es ‘inmutable’ ni ‘definitiva’ pero si vinculante, pues por la misma naturaleza del
proceso permite que esa sentencia ejecutoriada, al cambiar la circunstancia que dio origen al
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proceso y, por ende a lo decidido, en el tiempo puede ser modificada. Eso pasa por ejemplo, en los
como cosa juzgada; tercero, la cosa juzgada es un calificativo especial que se da a algunas
sentencias ejecutoriadas; cuarto, la cosa juzgada para que exista necesita que haya sentencia
[…] los efectos jurídicos que se producen a partir de la ejecutoria de una decisión judicial: (i) El
fallo resulta obligatorio para los sujetos procesales y, por ello, es susceptible de ejecución, o en
otras palabras, la sentencia ejecutoriada constituye un verdadero título ejecutivo; (ii) La
determinación tiene un alcance imperativo o de obligatorio cumplimiento en relación con los
distintos sujetos procesales y en frente a las autoridades públicas, en la medida en que puede
imponer a otros funcionarios distintas obligaciones (v.gr. el reconocimiento o la modificación de
una situación jurídica, como sucede en el caso del registrador en relación con un derecho real) o
precisar una determinada condición de la persona ante la sociedad, por ejemplo, mediante la
identificación de un estado civil; (iii) Así mismo, permite garantizar la vigencia del orden jurídico
como atributo de la soberanía estatal, ya que las decisiones judiciales deben ser observadas y
respetadas por todos los operadores jurídicos. Por último, (iv) establecen una obligación de
conducta a cargo de algunos sujetos procesales que debe ser acatada voluntaria o coactivamente.
En cuanto a los efectos jurídicos se reafirma la obligatoriedad para las partes (sujetos procesales)
obstante, llama la atención cuando la Corte considera que la ejecutoriedad tiene un efecto que
involucra “garantizar la vigencia del orden jurídico como atributo de la soberanía estatal”. Esto
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es importante dado que, esto muestra como la Administración de Justicia a través del Estado busca
dirimir controversias sin que el ciudadano recura a la violencia y, eso se logra por medio de la
Además, lo citado lleva a comprender cómo la ejecutoriedad no puede ser vista como una mera
procedibilidad del proceso, sino que tiene una transcendencia en la sociedad por parte de las
personas que llegan a la Administración de Justicia en busca de una decisión (justicia) por parte
de un juez que determine quién debe ser obligado a cumplir sobre una situación jurídica
controvertida que se ha querido solucionar civilizadamente por medio del Estado: Estrados
judiciales.
Esta conclusión de la Corte es importante, pues, insta a quedar claro que, una sentencia queda en
firme (imperativa) cuando es ejecutoriada, es decir, cuando se den las oportunidades o condiciones
que establece cada ley procesal como se ha señalado con anterioridad; lo cual convoca que los
En esta medida, la ejecutoriedad de la sentencia es una institución que transciende en todos los
concluyente de la litis, es decir, que la decisión final que toma un juez, dentro de su ejercicio
reconocida, modificada, extinguida o creada en ella a carga del sujeto procesal condenado; luego
En énfasis, la sentencia ejecutoriada es aquella sentencia que entra a estar en firme, es decir, que
se entra a cumplir en plenitud a lo decidido en ella, cuando han sean superado las oportunidades
para ser impugnada; cuando no se admiten recursos para atacarla; o cuando se resuelven los
La ejecutoriedad de la sentencia es lo que permite que sea imperativa y obligatoria frente a los
sujetos procesales; y si bien la ejecutoriedad se relaciona con la cosa juzgada, no se puede asumir
como sinónimos, pues la ejecutoriedad de una sentencia no siempre convoca que haya cosa
juzgada, pero esto no quiere decir que la ejecutoriedad no sea imperativa y obligatoria, pues estas
El que exista ejecutoriedad sin cosa juzgada definitiva se explica teniendo en cuanta como se hizo
alusión en un aparte arriba, que existe en el proceso ordinario dos tipos de cosa juzgada: la material
y la formal, esta última se aplica a procesos como el de alimento, interdicción, etc., que si bien
sus sentencias son ejecutoriadas, pueden ser modificadas en el tiempo dependiendo las
y ‘definitiva’, lo cual no se permite que cambien en el tiempo, como por ejemplo, reconocimiento
de derechos reales. Por todo lo anterior, es de entender que la Corte indique: “se puede afirmar
que no existe cosa juzgada sin ejecutoria, pero no siempre la ejecutoria de una providencia judicial
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entraña la existencia de aquélla (C-641 del 2006). Se puede inferir que lo que quiso decir la Corte
aquí es que no todas las sentencias ejecutoriadas se aforan de la cosa juzgada material, sino que
algunas tienen el carácter de cosa juzgada formal, pero independientemente del tipo de cosa
juzgada que puedan relucir las sentencias ejecutoriadas no dejan de ser vinculantes ante los sujetos
Ante de cerrar es importante decir, que la ejecutoriedad si bien le permite al sujeto procesal
favorecido en la sentencia obligar a cumplir al sujeto procesal condenado, además de esto ofrece
una certeza que lo que fue objeto de controversia ha llegado a un término fijo y determinado; por
ello no tendría que volver a debatir sobre el mismo asunto. En ese sentido la ejecutoriedad tiene
relación con la cosa juzgada en los términos que se explicó; y por ende con la seguridad jurídica.
En el capítulo siguiente se tocará en qué consiste estas dos instituciones jurídicas y, al final de ello
juzgada y seguridad jurídica, puesto que se considera importante en pro de lo que está en debate
Dilucidadas las instituciones jurídicas: requisitos de admisibilidad para presentar acción de tutelas
elementos jurídicos esenciales en el sistema judicial en cuanto al desarrollo pleno del proceso
coherente y ultimado.
Para efecto de una mejor exposición y comprensión del contenido, este capítulo se elabora con el
definición, los tipos de cosa juzgada y sus fines a la luz de la doctrina de la Corte Constitucional;
cuarto, se sentará una precisión sobre las diferencias entre seguridad jurídica y la cosa juzgada y,
quinto, se hará precisión sobre la relación entre sentencias ejecutoriadas, cosa juzgada y seguridad
jurídica.
comparación con la actualidad, es decir, esta institución ha ido cobrando su noción instrumental y
sustentiva dependiendo de la época y el sistema político reinante. Sin embargo, no hay que
desconocer que la forma cómo se debe entender la seguridad jurídica a través del tiempo, se ha ido
Del siglo V al XV “la sociedad presenta unas relaciones caracterizadas por la conformación de
diferentes estamentos, la cual explicaba no la relación hombre – gobernante sino la que pudiese
existir -si la había- entre siervo – señor, es decir, circunscrita únicamente al mandato, el que otorga
a los señores feudales poder absoluto e ilimitado sobre sus súbditos”, esto lo expresa Madriñán
citado por Gallego Marín (2012, p. 74) En este sistema de poder (feudal) no había un mandato
central sino que cada feudo particular ejercía su mandado sin observancia jurídica central que lo
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legitimara, lo cual es claro percibir que en estas sociedades, no habría una seguridad jurídica como
(que es una distinción de la edad media) no puede pensarse en términos de certeza jurídica
ninguna, pues los “ordenamientos” sucedían de forma particular de cada territorio ante la
total ausencia de un poder central, capaz de ordenar su jurisdicción a través de normas que
En esta aparte se puede inferir una forma de entender el significado y sentido la seguridad jurídica
para Gallego, y es que en estos siglos referenciados no hubo seguridad jurídica en el sentido que
no existía un poder central, sino un orden impartido por particulares, es decir cada uno hace uso
de reglas personales, lo cual no generaría obviamente seguridad para ninguno de las personas no
feudas. De manera que, seguridad jurídica en esta parte sería la existencia de un poder central que
genera normas generales para que fueran regulados las personas en la sociedad, lo cual era
plenamente ausente.
Entre el siglo XVI y el siglo XVIII, la concepción de seguridad Jurídica no presenta variaciones
significativas. Aunque cambia la estructura “política” de la sociedad, no se da ni un leve matiz
diferencial a dicho concepto. En la transformación de poliarquías a centralización de poderes en un
monarca, se trata de un carácter personal y patrimonial del poder. Se afirma equivocadamente que
la seguridad jurídica tiene un matiz diferencial con la concepción que le precede, ya que el hecho
de concentrar en una sola institución la emanación, aplicación y ejecución de la regulación
normativa ofrece mayor garantía de certeza —en materia de legislación comercial, por supuesto—
, lo cual no es cierto. No es cierto, porque esa “certeza” no emana del rey mismo, sino de la
costumbre que el monarca no podía variar a su arbitrio. (2012, p. 74).
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Es interesante lo dilucidado por Gallego Marín puesto que, considera que aun con la existencia de
un monarca que establecía o podía establecer normas a todo el territorio, no se puede considerar
que este momento histórico se puede hablar de poder central, y por ende de la certeza jurídica o
seguridad jurídica dado que, primaba el orden, en el aspecto comercial, impuesto por la costumbre
de los comerciantes como es la llamada lex mercatoria. En otras palabras, el que haya un poder
esta materia como tal. En esta medida se puede entender entonces, que aún no hay en este momento
Con el positivismo parece cobrar más consolidación la seguridad jurídica desde el enfoque
Para el positivismo legalista, normas, valores y principios parecen ser la misma cosa dado que todos
estos conceptos se engloban dentro del imperio de la ley. (…) Se proclama la obediencia de las
normas dirigida a materializar la realización del contenido axiológico del sistema normativo que
entre otros son: la Justicia, la Seguridad, la Paz y el Orden. La Seguridad Jurídica se convierte en
un valor teleológico a través de dos vías que la soportan: de una parte, la seguridad de los
ciudadanos entre sus relaciones y, de la otra; sus relaciones frente al poder estatal. (2012, p. 75).
Ya en esta instancia, la seguridad jurídica se puede identificar más claramente relacionada con el
imperio de la ley, es decir, ligada a un sistema normativo donde los ciudadanos regulan sus
relaciones jurídicas de todo tipo y, a la cual, se deben o pueden someterse según el tipo de relación:
penal, comercial, civil, etc. Las normas son integradoras del ordenamiento jurídico, en el sentido
de parámetros conductuales (2012, p. 75). En otras palabras, ya desde este sentido político-jurídico
la sociedad se regula desde los mismos presupuestos jurídicos establecidos en códigos, y no desde
una regla particular subjetiva de un ciudadano poderoso (feudo o monarca) o costumbres diversas
Ahora bien, Gallego (2012) señala tres nociones en las que se entiende la seguridad jurídica: la
primera, como principio de general inspirador del ordenamiento jurídico, la segunda, como
seguridad personal y la tercera como certeza y previsibilidad. Se citarán directamente sus apartes
claves.
La Seguridad Jurídica es entendida como un estado psíquico en el que los seres humanos “perciben”
satisfacción y tranquilidad por observar cómo se garantiza y, a su vez, como se materializa el
catálogo de valores que posee el ordenamiento jurídico. (2012, p. 75).
Bajo estos presupuestos debe entenderse la seguridad jurídica como “certeza o conocimiento de la
legalidad (ROLDÁN & SUÁREZ, 1997: 203), y, por tanto, como previsibilidad de las
consecuencias jurídicas que se puedan derivar de una determinada actuación. Esta certeza es
entendida como conocimiento cierto del ordenamiento jurídico aplicable y de los intereses que
jurídicamente se protegen. (2012, p. 77).
Estas tres nociones expuestas son oportunas toda vez que muestran tres maneras en cómo se
entiende la seguridad jurídica en gran parte de la sociedad. No se debe ignorar que en varios
psicológico, es decir, la sensación de seguridad para caminar tranquila las calles, la prestación en
salud y la ejecución de programas sociales. A esto se le puede entender como seguridad, pues todo
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totalmente valida.
Por otro lado, entenderla como seguridad personal en desarrollo de la “integridad física en el
ejercicio y desarrollo de los derechos y libertades reconocidos” también es una noción valida,
puesto que, que ciudadano que puede hacer uso de sus libertades y sus derechos como, por ejemplo,
hacer uso de libre locomoción en su país sin riesgo de ser secuestrado o asesinado va sentirse
seguro de su persona, o sea, va entender que el orden público lo protege, lo cuida; lo asegura.
Y la última la certeza y la previsibilidad, pues se refiere lo consignado en la ley que debe aplicar
el juez, es decir, tiene que ver con la norma aplicada ante un hecho factico regulado sea prohibido,
permitido u ordenado. Además, de atender intereses que jurídicamente se protegen, es decir, cómo
En esta noción de seguridad jurídica se puede ubicar la emisión de los fallos judiciales, puesto que,
como se apunta, la certeza jurídica involucra que se aplique a un hecho una norma prescrita, pero
además esto debe unirse a que sea previsible, que por ende es que a todos los hechos similares se
aplique la misma norma, y por ello derivara en una misma decisión de los jueces. A esta dinámica
Para dejar más claro el aspecto de la certeza y previsibilidad en relación a la seguridad jurídica se
La seguridad jurídica un valor estrechamente ligado a los Estados de derecho que se concretan en
exigencias objetivas de corrección estructural (formulación adecuada de las normas en el
ordenamiento jurídico) y corrección funcional (cumplimiento del derecho por sus destinatarios y
especialmente por los órganos de su aplicación). Junto con esa dimensión objetiva, la seguridad
jurídica se presenta, en su acepción subjetiva, encarnada por la certeza del derecho, como la
proyección en las situaciones personales de las garantías estructurales y funcionales (2012, p. 78).
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Otra forma de entender la seguridad jurídica, tomando distancia del positivismo radical, es lo dicho
Esta noción y sentido de la seguridad jurídica varía de la idea positivista, pues se postulan los
derechos fundamentales como el filtro para evaluar la legitimidad de la legalidad, es decir, que la
por decirlo de una manera, que mide la seguridad jurídica. De manera que, un juez en los procesos
fundamentales por que permitir que suceda esto pone en riesgo la dignidad, por ende, la seguridad
Hasta aquí siguiendo el recorrido histórico que ofrece Gallego Marín (2012) con respeto a la
evolución del significado y sentido de la seguridad jurídica se puede expresar que esta institución
involucra contar con un marco jurídico que regule relaciones específicas entre los ciudadanos
(civil, comercial, familia) y el ciudadano y el Estado (penal, aduanero, tributario, etc., pero además
se necesita que el juez aplique normas a hechos regulados sin caer en la arbitrariedad y
contradicción en sus fallos sino que haya certeza y previsibilidad ante la resolución de casos
análogos; y unido a ello que haya una seguridad que en ninguna actuación entre particulares y el
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Estado (especificando aparato judicial) haya una vulneración a los derechos fundamentales. En
través de las consignaciones dadas en las Sentencias C- 836 del 2001 y la C-284 del 2015.
La certeza que la comunidad jurídica tenga de que los jueces van a decidir los casos iguales de
la misma forma es una garantía que se relaciona con el principio de la seguridad jurídica. (…).
La falta de seguridad jurídica de una comunidad conduce a la anarquía y al desorden social,
porque los ciudadanos no pueden conocer el contenido de sus derechos y de sus obligaciones.
Si en virtud de su autonomía, cada juez tiene la posibilidad de interpretar y aplicar el texto de
la ley de manera distinta, ello impide que las personas desarrollen libremente sus actividades,
pues al actuar se encontrarían bajo la contingencia de estar contradiciendo una de las posibles
interpretaciones de la ley
De aceptarse la facultad omnímoda de los jueces para interpretar la ley, sin consideración de la
doctrina de la Corte Suprema, nada impediría que los sujetos procesales hicieran un uso
desmedido de los diversos recursos judiciales, sin tener elementos para inferir la plausibilidad
de sus pretensiones y de sus argumentos jurídicos.
a la coherencia que debe existir entre los fallos al solucionar casos análogos o similares, es
decir, está relacionado con previsibilidad que esperan los ciudadanos en la forma de solución
que se le dará, pues no sería coherente que la misma ley se interprete y aplique de distinta
forma a un mismo hecho. De modo que así se ofrece seguridad jurídica al ciudadano y se limita
con ello, tienen certidumbre los habitantes en las relaciones o en las actividades jurídicas
desarrolladas.
De esta manera queda claro, que a voz de la Corte Constitucional, la seguridad jurídica busca
evitar la contradicción entre fallos entre en sistema judicial colombiano, pues esto generaría
desorden pues “nada impediría que los sujetos procesales hicieran un uso desmedido de los
diversos recursos judiciales”(C-836 del 2001). Y de ser así no habría la realización de:
El derecho, como instrumento de ordenación social, que pretende regular ciertos aspectos de
las relaciones humanas, estabilizándolos. (…) En nuestro Estado actual, es necesario que la
estabilidad sea una garantía jurídica con la que puedan contar los administrados y que cobije
también a la interpretación y aplicación del ordenamiento jurídico. Sólo así se
puede asegurar la vigencia de un orden justo. (C- 836 del 2001).
Ahora bien, la sentencia C- 284 del 2015 además de corroborar lo que se indicó de la sentencia
Constitución ha previsto órganos judiciales que tienen entre sus competencias la unificación de
jurisprudencia como forma de precisar con autoridad y vocación de generalidad el significado
y alcance de las diferentes áreas del ordenamiento jurídico. En cuarto lugar, los
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pronunciamientos de esta Corporación han ido incorporando un grupo de doctrinas que, como
ocurre con las relativas a la cosa juzgada y al deber de respeto del precedente judicial, tienen
entre sus propósitos garantizar la estabilidad de las decisiones y reglas judiciales fijadas con
anterioridad.
En esta aparte, se puede inferir con claridad que la seguridad jurídica también está vinculada a
la estabilidad y fijación que tienen los fallos judiciales, es decir a la inmutabilidad de una
decisión, es decir, que se relaciona esta institución la cosa juzgada, lo cual lleva a dilucidar
jurisdicción contenciosa sea cual sea el tipo no podrá ser juzgado o reabierto indefinidamente
su caso ante un juez, salvo los recursos legales que lo permiten (esto se dasarrollará más que
todo en el aparte de la cosa juzgada). En otras palabras, lo que se quiere puntualizar aquí es
que la seguridad jurídica también se puede entender en que al ciudadano no solo no lo pueden
sorprender injustificadamente con la resolución de una cosa con una misma ley interpretada de
manera distinta, sino que además debe tener la seguridad que sin justificación legal o
En fin la seguridad jurídica ofrece estabilidad y certidumbre a los ciudadanos por ellos debe
responder primero a decisiones que deben fundamentarse en las fuentes del derecho que el
ordenamiento preestablece. Segundo debe darse la aplicación del derecho según las reglas o
parámetros de interpretación la ley haya establecido. Tercero, los fallos judiciales actuales
deben cuidar coherencia con las decisiones anteriores. Y cuarto, el precedente judicial debe
seguirse y la separación del mismo exige cargas argumentativas especiales que lo justifiquen
(C-284 del 2015). Y así mismo, “garantizar la estabilidad de las decisiones” (C-284-2015)
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fallados.
La cosa juzgada es una de las instituciones más importantes de un estado democrático. Antes
(2009) al respecto se considera pertinente señalar la definición que consigna Goldstein (2010):
La cosa juzgada es la “irrevocabilidad que adquiere los efectos de la sentencia cuando contra
ella no procede ningún recurso que permita modificarla”. Esta concepción relaciona la cosa
juzgada directamente con la sentencia que es un instrumento con el cual se pone fin al proceso
normalmente, pues se hace “irrevocable”; en este sentido, la cosa juzgada sería un instrumento
jurídico protector que no permite que se cambie los efectos de una decisión judicial en el
Ahora bien a la luz del máximo Órgano Constitucional por medio de la Sentencia C-774 del
vinculantes y definitivas. Los citados efectos se conciben por disposición expresa del
puede sostener que la cosa juzgada tiene como función negativa, prohibir a los
Es clara la Corte respecto a su concepción de la cosa juzgada que se puede concretar en las
palabras claves como: sentencias inmutables, vinculantes y definitivas lo cual permite que no
se reabran litigios entre las partes con el mismo objeto y causa. Pero esta tiene doble función,
primero, prohibir (limitar) a funcionarios judiciales conocer, tramitar y fallar sobre ya resulto.
la seguridad del ordenamiento jurídico en relación con las relaciones de partes en sí y del
Por otro lado es importante que la Corte Constitucional entienda que: “La cosa juzgada es un
concepto de común aplicación en las distintas áreas jurídicas, por eso, (…) es un contenido
normativo que impacta diversas disciplinas del derecho” (C-543 del 1992). En esta parte, la
Corte da entender, que la cosa juzgada comprende lo procesal civil, penal, administrativo,
aduanero, constitucional, comercial, etc. En los códigos procesales se indica esta figura
taxativamente. Además precisa la Corte: “la cosa juzgada pretende proteger al demandado, en
la medida en que impide que éste sea procesado dos veces (non bis in idem), garantía que
Por otra parte, la sentencia T- 119 del 2015 establece que para que exista cosa juzgada debe
existir identidad de parte, de causa y objeto; sin estos presupuestos no se puede hablar de cuya
figura. Esta parte es importante, dado que, un ciudadano no puede alegar que otro no lo puede
demandar en un nuevo proceso civil porque anteriormente hubo sentencia en esa jurisdicción,
teniendo en cuanta que el nuevo proceso tiene causa y objeto distinto aunque sean ellos las
Para que una decisión alcance el valor de cosa juzgada se requiere: i) identidad de partes, esto
es, que al proceso concurran las mismas partes de la decisión que constituye cosa juzgada, ósea
debe existir identidad jurídica de los mismos, ii) identidad de objeto, la demanda debe girar
sobre la misma pretensión sobre la cual se decidió y que dio origen a la cosa juzgada y iii)
identidad de causa, que supone que el nuevo proceso se adelanta por la misma causa que
originó el proceso anterior, los motivos que llevaron a la parte a iniciar el proceso, surgen de
los hechos de la demanda. En otras palabras, la razón de la demanda no varía”. (T- 119 del
2015).
Sin embargo, la Corte ha dejado en claro como en la misma ley existe que la cosa juzgada tiene
excepciones, pues hay tipos de sentencias que aún de ser ejecutoriadas pueden modificarse en
Los artículos 333 y 649 del CPC (Actualmente el Código General del Proceso en el Art. 303 y
354), normas que disponen que “(…) No constituyen cosa juzgada las siguientes sentencias: 1.
Las que se dicten en procesos de jurisdicción voluntaria [;] 2. Las que decidan situaciones
susceptibles de modificación mediante proceso posterior, por autorización expresa de la ley
[;] 3. Las que declaren probada una excepción de carácter temporal (…) [; y] 4. Las que
contengan decisión inhibitoria sobre el mérito del litigio (T-534 del 2015).
Esta excepción es específica, pues como se indica se relacionan mucho por naturaleza del
asunto del proceso y circunstancias jurídicas que se pueden presentar, como una prueba que
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su momento por fuerza mayor, etc., como lo prescribe el Código General del Proceso en los
artículos 354,355, 356, 357 y 358 que da paso al recurso extraordinario de Revisión que igual
En razón a lo anterior, es importante tener claro que existen varios tipos de cosa juzgada en
La protección del principio de seguridad implica la imposibilidad de volver sobre un hecho que ha
sido controvertido en juicio, aun frente a la alteración del supuesto de hecho. Lo anterior encuentra
fundamento en la necesidad de clausurar los debates jurídicos frente a determinadas situaciones, en
la medida en que se busca evitar la perpetuidad en el conflicto y la innecesaria afectación de
derechos como la libertad, la intimidad y la dignidad. La alteración en el supuesto fáctico supone
el hallazgo de nuevas pruebas que no fueron aportadas durante el proceso, pero que, por razones de
lealtad, no son admitidas en debate posterior, salvo que se demuestre que la imposibilidad de
revelarlas fue el producto del fraude, el dolo, o el ocultamiento de la contraparte o de terceros, caso
en el cual ya no se estará frente a un “nuevo proceso”, sino frente al mismo, que debe anularse para
decidir con el verdadero sustento de hecho, previsión que emana del principio general sustancial,
según el cual “el fraude no crea derecho”, caso en el cual la legislación prevé un recurso exógeno
denominado “Revisión”, que tiene por objeto quebrar la cosa juzgada material, cuando se demuestra
que la sentencia no fue producto del debate leal y justo, sino del ocultamiento, de la colusión, del
dolo o del fraude, caso en el cual, insistimos, no se estará ante un nuevo proceso, sino ante el mismo,
que, por haber sido anulado, debe ser resuelto mediante una nueva sentencia. (2009, p. 257).
En oposición a la cosa juzgada material, la regulación procesal admite que un debate no sufra
clausura definitiva, cuando lo que se ha discutido envuelve situaciones susceptibles de mutación o
alteración en el supuesto de hecho, y que por ello exigen ulterior debate procesal. Como ejemplo
de estas sentencias citamos las que se dictan en procesos penales condenatorios; las que resuelven
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sobre el monto de la cuota alimentaria; las que decretan una interdicción por demencia; aquellas
que decretan la interdicción por disipación o sordomudez […] (2009, p. 257).
Este autor ilustra de manera concisa estos dos tipos de cosa juzgada que generalmente se dan en
también existe con algunas variantes también unos tipos de cosa juzgada que serán reseñado de
manera muy breve y puntual para efectos ilustrativo, pero en sí la que interesa para los fines de
esta investigación son las dos que se acaban de desarrollar pues son en ellas donde se pueden
Con la sentencia C-007 del 2016 se señalará directamente la definición de cosa juzgada
constitucional, sus efectos; cosa juzgada material y formal; absoluta y relativa; implícita y
explicita; y aparente.
“es una institución jurídico procesal que tiene su fundamento en el artículo 243 de la Constitución
Política (…) mediante la cual se otorga a las decisiones plasmadas en una sentencia de
constitucionalidad, el carácter de inmutables, vinculantes y definitivas.” Según este Tribunal, se trata
de un atributo que “caracteriza un determinado conjunto de hechos o de normas que han sido objeto
de un juicio por parte de un tribunal con competencia para ello y en aplicación de las normas
procedimentales y sustantivas pertinentes.” Cuando se configura la cosa juzgada surge una
prohibición, ha dicho este Tribunal, “de que el juez constitucional vuelva a conocer y decidir sobre lo
resuelto”(Sic).
tienen fundamento (i) en la protección de la seguridad jurídica que impone la estabilidad y certidumbre
de las reglas que rigen la actuación de autoridades y ciudadanos, (ii) en la salvaguarda de la buena fe
que exige asegurar la consistencia de las decisiones de la Corte, (iii) en la garantía de la autonomía
judicial al impedirse que luego de juzgado un asunto por parte del juez competente y siguiendo las
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reglas vigentes pueda ser nuevamente examinado y, (iv) en la condición de la Constitución como
norma jurídica en tanto las decisiones de la Corte que ponen fin al debate tienen, por propósito,
asegurar su integridad y supremacía.
Se determina en función del objeto de control y, de manera particular, a partir de la distinción entre
enunciado normativo y norma. Existirá cosa juzgada formal cuando la decisión previa de la Corte ha
recaído sobre un texto igual al sometido nuevamente a su consideración. Se tratará de cosa juzgada
material cuando el pronunciamiento previo de la Corte examinó una norma equivalente a la demandada
pero reconocida en un texto normativo diverso o, dicho de otra forma “la cosa juzgada material se
predica de la similitud en los contenidos normativos de distintas disposiciones jurídicas”, de manera
que, aunque diferentes, producen los mismos efectos.
La diferencia entre cosa juzgada absoluta y relativa
se predica únicamente de los casos en los que ella es relativa. Se tratará de cosa juzgada relativa
explícita cuando en la parte resolutiva de la sentencia se establece expresamente que el
pronunciamiento de la Corte se limita a los cargos analizados. Será por el contrario implícita cuando,
pese a no hacerse tal referencia en la parte resolutiva, de las consideraciones de la sentencia se puede
desprender que la Corte limitó su juicio a determinados cargos.
La cosa juzgada aparente:
Designa aquellas hipótesis en las cuales la Corte, a pesar de adoptar una decisión en la parte resolutiva
de sus providencias declarando la exequibilidad de una norma, en realidad no ejerce función
jurisdiccional alguna y, por ello, la cosa juzgada es ficticia En estos casos, la declaración no encuentra
apoyo alguno en las consideraciones de la Corte y, en esa medida, no puede hablarse de juzgamiento.
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entre la cosa juzgada en las distintas jurisdicciones, dado que estás se muestran de la menera explicita.
Sólo vale precisar en que como bien está claro, los procesos netamente de inconstitucionalidad
involucran una demanda contra normas que posiblemente vulneran la Constitución del 1991, por ello,
son necesarias que sean resueltas para que haya un orden y certidumbre coherente entre el orden
constitucional y legal en Colombia; por su parte, el los procesos de las otras jurisdicciones convocan
damandas entre partes que pueden ser entre particulares o entre particular (es) y el Estado, y son las
sentencias emanadas de esta naturaleza que son sustentibles, despúes de ejecutoriadas, se presente la
tutela contra ellas por una posible vulneración de derechos fundamentales en el transcurso del
proceso.
Finalmente, es pertinente precisar los aspectos que tiene la seguridad jurídica y la cosa juzgada. Por
La seguridad jurídica es primero, “instrumento de ordenación social, que pretende regular ciertos
aspectos de las relaciones humanas” (C-836 del 2001) es decir ofrece normas (civiles, comerciales,
penales ,etc.) para cada tipo de relación entre los ciudadanos, y así dar certeza y certidumbre, y por
ende aspirar a una buena convivencia; segundo, un “principio constitucional que garantiza a las
personas que ni el Estado, ni los particulares, van a sorprenderlos con actuaciones que, analizadas
aisladamente tengan un fundamento jurídico, pero que al compararlas, resulten contradictorias”, (C-
836 del 2001) esto invoclucra el precedente judicial; tercero, su “propósito es garantizar la estabilidad
de las decisiones y reglas judiciales fijadas con anterioridad” (C-284 del 2015); y cuarto, cobija “la
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interpretación y aplicación del ordenamiento jurídico. Sólo así se puede asegurar la vigencia de un
En cambio la cosa juzgada se específica en ser: primero, una institución jurídico procesal; segundo,
permitidas por la ley; tercero, prohíbe a los funcionarios judiciales, a las partes y eventualmente a la
para darle al estar ejecutoriadas, un efecto permanente e inmutable; y de tal manera así se cumple una
de las funciones de la seguridad jurídica que es “garantizar la estabilidad de las decisiones” (C-284
del 2015). Entonces, en ese sentido, la cosa juzgada está dentro de la orbita de la seguridad jurídica y
al alcanzar un estado de seguridad jurídica” (C- 774 del 2001.). Existe categóricamente una relación
intrínseca entre el instituto de orden social (seguridad jurídica ) y el instituto jurídico procesal (cosa
Ahora bien, para que quede claro la relación entre sentencias ejecutoriadas, cosa juzgada y seguridad
jurídica hay que saber esta última abre la existencia de las otras, por ende no son similares estos tres
entes jurídicos. Una sentencia al llegar a su estado de ejecutoria se hace imperativa y obligatoria para
los sujetos procesales (la parte vencida debe cumplir con lo decido en el fallo y la parte favorecida no
puede exigir más de lo decidido y establecido en cuya sentencia), por ello surge y puede revestirse
esa sentencia de cosa juzgada material o formal, pero independiente de un u otro tipo de calificación
especial, permite que haya seguridad jurídica, es decir, que se guarde el orden justo y la confianza
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legitima entre las partes de haber sido resulto el conflicto en las formas que su materia o naturaleza
lo hacen posible.
Para mayor claridad, la seguridad jurídica es el instrumento jurídico con diversas funciones jurídicas,
que entre ellos tiene la función de: dar garantia de estabilidad de las decisiones y reglas judiciales
fijadas con anterioridad; lo cual posibilita que exista la regla de la ejecutoriedad: que es un estado
inherente al que debe llegar la sentencia para ser cumplida (estado procesal de la sentencia); lo cual,
a su vez, convoca la cosa juzgada: como instituto jurídico procesal que hace imnutable y definida o
no a una sentencia pero, sí, siempre vínculante (calificación especial de la sentencia ejecutoriada). De
esta manera se elabora y se proyecta confianza legítima a los sujetos procesales y se guarda el orden
la cosa juzgada y la seguridad jurídica, en esta última instancia del trabajo, como bien lo
enuncia el título del capítulo se dará a conocer la posición que se tiene al respecto sobre la
De tal manera se iniciará argumentando por qué es justificable que se presenten tutelas contra
tutelas contra fallos como están actualmente que ayudarían a hacer más efectiva este
derechos fundamentales.
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Es claro que algunos juristas y académicos estudiosos del derecho se enfilan en la idea de
reprochar la presentación de tutelas contra sentencias básicamente porque esta pone en peligro
entre otras reprendas ya dadas a conocer. Sin embargo, se considera en este trabajo que la
presentación de tutelas contra sentencias es oportuna toda vez que la sentencias como acción
propia de los jueces de la república no están exceptos de vulnerar algún derecho fundamental
en cualquier instancia del proceso; o hasta persistir esa vulneración aun cuando ha transcurrido
varias instancias ordinarias y extraordinarias que el sistema judicial permite a las partes.
Para apoyar la idea anterior, se trae a colación la sentencia C-590 del 2005 donde expresa que:
Esta Sala de Revisión subraya que el artículo 86 de la Constitución dice que la tutela procede
cuando los derechos fundamentales “resulten vulnerados o amenazados por la acción o la
omisión de cualquier autoridad pública”. Los jueces son autoridades públicas y sus
providencias constituyen su principal forma de acción.
Constitución divulga que frente “la acción u omisión de las autoridad pública” puede
proceder la tutela sería descabellado no inferir que los jueces como autoridad publica pueden
Por otro lado, se estima pertinente cuando en la misma sentencia C-590 del 2005 para
Por otra parte, no sobra recordar que, tal y como lo ha indicado reiteradamente la Corte, la acción
de tutela no sólo se encuentra respaldada en el artículo 86 de la Carta sino también en los artículos
2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos incorporados a la Constitución por vía del artículo 93 de la Carta. Dichas
normas establecen la obligación de los Estados partes de implementar un recurso sencillo, efectivo
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y breve de protección efectiva de los derechos fundamentales contra cualquier acción u omisión de
las autoridades públicas que pudiera vulnerarlos. […] Pero esos instrumentos de derecho público
internacional no sólo le imponen al Estado colombiano la obligación de consagrar un mecanismo
de protección de los derechos fundamentales, sino también la obligación de garantizar el
cumplimiento de las decisiones proferidas al resolver ese recurso […].
Es preciso entonces pensar que, la tutela es ese “recurso sencillo, efectivo y breve” con que
cuenta la justicia colombiana para proteger los derechos fundamentales que se vean
además la decisión debe ser respetada y acatada de manera obligatoria, lo cual indica que
Para ir cerrando este aparte de la defensa de la tutela contra sentencias, es impresindible citar
lo siguiente:
de los valores, principios y derechos del Estado social y democrático de derecho. (C-590
del 2005).
sentecias, puesto que es oportuno que esta Corporación dé a entender que la Constitución,
junto con los derechos fundamentales, están por encima de la legislación ordinaria en el
sentido que las leyes en ningún momento puede contravenir a la Carta del 91. Además, es a
determinado o bajo una circunstancia determinada que este definiendo un juez que de no
considerar los derechos fundamantales, puede generar una vulneración de los mismos, y por
ende, un daño lesivo a algunos de los sujetos procesales: por ejemplo, aplicar una ley que
sea insconstitucional.
tiene la justicia de no ser injusta con el ciudadano que espera una resolución de su conflicto
tutela contra sentencia requiere de la irrenuncible necesidad de cumplir con unos requisitos
de procedibilidad para ser admitida, de modo que después de haber estudiado cada requisito
se considera que son viables y no ponen en peligro la cosa juzgada y la seguridad jurídica en
la Corte Constitucional a través de la sentencia C- 590 del 2005 se consideran viables dado
Que el primer requisito postule que ‘la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia
constitucional’ asegura que al Juez Constitucional que llegue conocimiento de una acción de
tutela contra sentencia, debe tener plena certeza en su análisis que realiza involucra
cosa juzgada.
‘Que se haya agotado todos los recursos ordinarios y extraordinarios de defensa al alcance
del sujeto procesal afectado, salvo que se busque evitar la consumación de un perjuicio
iusfundamental’. De este criterio se puede inferir puntualmente que busca alejar las
indiscriminado para evitar sentencias desfavorables. Que se exija el haber agotado todos los
recursos ‘al alcance’ es certificar que la tutela cumpla con su deber real de ser ‘subsidiaria’
y ‘accesoria’ que al no poderse proteger aun con el ejercicio de último o único recurso al
alcance, la tutela es el mecanismo que queda para salvar y garantizar el derecho vulnerado.
‘Que cumpla con el requsito de inmediatez, lo cual se debe entender como término
proporcionado y razonable a partir del hecho que genero la vulneración’. Es importante este
sentencia; y no se convierta en una medida laxa que permita tutelas injustificadas de ser
presentadas al pasar mucho tiempo en relación a la consumación del hecho que afectó el
proporcionalidad, más adelante se hará una critica especial a este requisito sentando
‘Cuando se trate de una irregularidad procesal, esta debe tener una incidencia directa o
determinante en la sentencia que se impugna y que afecta los derechos fundamentales’. Esta
medida se relaciona con la relevancia constitucional toda vez que, esa irregulalidad debe esta
no afectan derechos superiores, esto busca también evitar el desorden de presentar tutelas
‘Que la parte actora identifique de manera razonable los hechos que generaron la vulneración
como los derechos vulnerados; ademas de haber alegado tal vulneración en el proceso
siempre hubiese sido posible’. Esta exigencia asegura que llegue de manera clara y concreta
los sucesos que se han presentado en sede ordinaria que han podido implicar la vulneación,
de tal manera la óptica del juez de tutela sería más expedita para el estudio de la admisión.
‘Que no se trate de sentencias de tutela’. Es importante este criterio puesto que evita la
derechos. Además, la tutela contra tutela es un mecanismo que tiene otras aristas especiales
Presencia de ‘Defecto orgánico’ este requisito está relacionado con la competencia del juez
que emite la sentencia, en este caso es de relevancia constitucional proteger el orden justo,
pues no sería lógico que un juez no competente entre a decidir lo que no le corresponde.
del procedimiento establecido es una plena vulneración al debido proceso, por ello es
comprensible que la Corte haya estimado este criterio, que de suceder es propio de ser
protegido.
por ello que un juez sin material probatorio efectivo y suficiente aplique un supuesto legal
para sustentar su decisión, de ser demostrado esto, sería una palpable vulneración
iusfundamental que debe ser protegida para brindar una seguridad jurídica y legitima
Que se revele ‘Defecto material o sustantivo’. Este requisito es importante puesto que, como
se dijo mucho antes de llegar aquí, se vulnera la Constitución tajantemente de aplicarse una
es sabido la realidad está en constante cambio y muchas normas del sistema jurídicos
vigentes fueron elaboradas, algunas, hace muchos años atrás antes de la constitución del 91,
por ello al aplicarse en la actualidad exegéticamente una norma de antaño pondría violentar
derechos fundamentales protegidos, de manera que una sentencia que decide con una norma
inconstucional es digna de ser atacada por medio de tutela cuando ha sido agotado los medios
de defensa al alcance.
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Que se ilustre ‘Error inducido’. Es claro que el error y engaño no podrían ser la base de una
decisión judicial sino la certeza y la verdad. De modo que de comprobar la persona afectada
que la sentencia es producto de los vicios referenciados, esta es claro que podría presentar la
tutela contra la sentencia que sufre tal condición. Esto se apoya entendiendo que “la
seguridad jurídica está relacionada con la buena fe” (C-836 del 2001), y es de mala fe que
una de las partes induzca al juez a fallar guiado por un error o engaño.
Que haya ‘Decisión sin motivación’. Este es uno de los criterios que caracteriza la sentencias
judiciales, que argumenten suficientemente la decisión tomada en su fallo. Por ello, de faltar
esta obligación se está frente a una fragante vulneración del derecho constitucional, de modo
que los precedentes establecen la coherencia y unidad que debe tener una decisión que
coincida con hechos y pretensiones similares; por ello, al juez desconocerlo o conociéndolo
Y por último que haya ‘violación directa de la Constitución’. Con esto la Corte
Constitucional trata de cobijar todo principio, regla o valor que consagre la Constitución
que sea violentado por alguna sentencia. De esta manera, reitera este Órgano Superior la
Para soportar aun mas lo anterior, se consideran viable todos los requisitos instituidos por la
de la acción de tutelas contra sentencias. Sin la existencia de estos sería más factible que se
Así mismo, todos estos requisitos embisten de razonabilidad la presentación de tutela contra
sentencia; y de tal forma, protege la seguridad jurídica y la cosa juzgada entendiendo que
estos dos instrumentos constitucionales ‘no son absoluto’ por tanto deben ceder ante
derechos fundamentales vulnerados para que sean salvaguardados y así haya una búsqueda
real de la justicia. En otra palabras, la seguridad jurídica como la cosa juzgada pueden ceder
solamente cuando se compruebe en el examen que debe hacer el juez constitucional sobre el
cumplimiento de los requisitos, que hay la existencia de un mérito para admitir la tutela
contra la sentencia que ya está ejecutoriada; y haya una posible alteración de la misma por
A este respecto hay que decir que si bien las acciones judiciales ordinarias constituyen supuestos
de reconocimiento y respeto de los derechos fundamentales, de resultar inidóneos e ineficaces, la
persona tiene derecho a hacer uso de la acción de tutela como mecanismo subsidiario de protección
directamente configurado por el constituyente. Lo contrario implicaría admitir que la democracia
constitucional colombiana está concebida de tal manera que una persona a la que se le ha vulnerado
un derecho fundamental en una sentencia respecto de la que no existen otros mecanismos
ordinarios de protección, está condenada a sobrellevar esa vulneración y con esto se estaría
renunciando al efecto vinculante de los derechos fundamentales.
El valor de cosa juzgada de las sentencias y el principio de seguridad jurídica suponen que los fallos
son respetuosos de los derechos y ese respeto no se determina a partir de la visión que cada juez
tenga de ellos sino del alcance que les fije la Corte Constitucional, pues esta es la habilitada para
generar certeza sobre su alcance. Y ello es lógico ya que si algo genera inseguridad jurídica es la
promoción de diferentes lecturas de la Carta Política por los jueces y, en particular, sobre el alcance
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de los derechos fundamentales. Este es precisamente el peligro que se evita mediante la excepcional
procedencia de la tutela contra sentencias pues a través de ella se promueven lecturas uniformes
sobre el alcance de tales derechos y de la Carta Política como su soporte normativo.
agotado todos los recursos ordinarios o extraordinarios ‘al alcance’ , no haya forma de hacer
valer ese derecho perjudicado, es por eso que se debe entender que en ese sentido la tutela
una certeza de ese otro tipo de seguridad jurídica relacionada con “con la buena fe,
Es de destacar aquí, que si bien se dijo que se estiman viables todos los requisitos de
anotó arriba, la Corte expresa que se debe presentar la tutela bajo el cuidado de la
proporcional se puede tazar con un plazo cronologico fijo, pues de esta manera se aseguraría
No es suficiente que la sentencia C-543 del 1994 que declaro inexequible el artículo 11 del
derecto 2591 del 1991 donde se exigía presentar la tutela contra sentencia en un término de
exclusivo de presentación de tutela contra sentencia debe establecerse un (1) mes para su
Primero, para salvaguardar aún más la seguridad jurídica y la cosa juzgada como
sintonía con los demás requisitos de procedibilidad. Por ello, si bien se estima que los
requisitos protegen estos dos intrumentos (seguridad jurídica y cosa juzgada) sería
tiene como objetivo que la tutela sea subsidiaria para proteger de manera urgente derechos
cuando es claro que están en juego instrumentos que son base fundamental del sistema
tutela contra sentencia, se debe traer a colación el requistio general ‘Que se haya agotado
todos los recursos ordinarios y extraordinarios de defensa al alcance del sujeto procesal
afectado’. Esto indica que el transcurso cronológico que conlleva cada instancia del proceso
evidencia que existe una temporalidad amplia que no justificaría por qué habría que darle al
sujeto procesal afectado un tiempo inderminado (“en cualquier tiempo”) para que por medio
Por ejemplo, el Código General del Proceso en su artículo 121 en su primer inciso estima
obstante es de saber que en la práctica real hay procesos que superan este tiempo. Entonces
si se tratará de un proceso de única instancia que demore tres meses, no sería aceptable que
se dé un tiempo indeterminado a la parte del derecho vulnerado para que ataque la sentencia
que lo perjudica, sino que un mes se considera razonable y proporcional para que haga
defensa de derecho si se supone urgente el impacto negativo. Así igual para todas las
instancia que le permita tener el ‘alcance de defensa’ lo cual es obvio concluir que entre más
Ahora, este mes puede tener una excepcionalidad, en el sentido que se justifique y se
ser justificable tales circunstancias se puede entrar a admitir la tutela contra la sentencia.
Y Segundo, otro aspecto que apoya estimar un mes como término razonable y proporcional
cualquier persona natural o jurídica (aquí entiéndase independiente de los que se pueden
vulnerar en las sentencias) que el enunciado “en todo momento” que consagra el artículo
derecho fundamental después de mucho tiempo, cuando ya este haya dejado de ser
significativo en su impacto.
puede ser ‘en cualquier momento’ pero esto no excluye que se someta a una evaluación para
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ser estudiada la admisión de la acción, es decir, que pueda ser rechazada por haber permitido
dejar pasar un tiempo amplio sin justificación alguna entre la conexión del momento en que
ocurre el hecho que vulnera el derecho y el impacto significativo que este provoca.
Para acreditar la anterior dicho, se cita la sentencia SU-961 del 1999 donde es M.P Dr.
Naranjo Mesa:
Hay otro supuesto en el cual, sin que se trate de hechos superados, el tiempo, en conjunto con otros
factores, puede jugar un papel determinante. Se trata de casos en los cuales la tutela, por no haberse
ejercido dentro de un plazo razonable, vulnera derechos de terceros. Ello hace que se rompa la
congruencia entre el medio de protección y la finalidad que se busca: la protección integral y
eficaz de los derechos fundamentales de las personas.
Lo manifestado por la Corte Constitucional es claro en cuanto a cómo se debe asumir lo razonable
y proporcional para presentar tutelas frente a derechos fundamentales vulnerados, y es que debe
haber una correspondencia entre medio y fin, es decir que la tutela está para proteger derechos
fundamentales y su fin es que se haga de manera urgente y pronta para así evitar menoscabar
derechos de terceros. En otras palabras, aquí se puede reiterar la idea de que no se justifica que
pase un largo tiempo entre el hecho violentador del derecho y la activación de la acción para
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protegerlo, pues significaría en gran modo que entre más tiempo pase puede perder impacto
finalidad que se busca” ; además de convertirse en “factor de inseguridad, que de alguna forma
afecte los derechos fundamentales de terceros, o que desnaturalice la acción” (SU-961 del 1999).
Bajo esta perspectiva, entendiendo que la Corte ha considerado que esperar mucho tiempo para
presentar la tutela ante una vulneración de un derecho desnaturaliza la acción, rompe congruencia
de la protección y fin que esta busca y pone en peligro derechos fundamentales de otro tercero,
esta idea toma más fuerza si se aplica a la presentación de tutela contra sentencias donde están
juzgada.
De este modo, entonces, se considera que un mes de término para el caso estrictamente especial
Ahora ¿cómo se justifica que sea un mes y no dos meses para su presentación como estaba antes
en el artículo 11 del decreto 2591 de 1991; además como lo propone mantenerlo Dejusticia?
Se fundamenta que un mes es razonable y proporcional teniendo en cuenta primero, que el sujeto
que sufre la vulneración a pasado por un proceso que le permitió hasta el alcance de su defensa un
tiempo mínimo teniendo en cuanta que El Código General del Proceso estima que un juicio
normalmente en primera o única instancia no debe superar un año, pero es evidente en la practica
que un asunto puede durar en única instancia un poco más de un año. Segundo, un mes se ajusta
en que se vea obligado la parte vulnerada a presentar la acción si en verdad hay una vulneración
que lo impacta gravemente, y se cuidaría, para el caso de tutela contra sentencia, la congruencia
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entre el medio de protección y la finalidad que se busca. Ademas, de evitar actos mal intencionados
de la parte vulnerada por crear otra vulneración a quién ha sido favorecido en la sentencia. Tercero,
sentencia C-543 del 1995 interpretada por la C-590 del 2005 le a dado a la presentación de tutela
asumirse como se le da a la tutela para proteger otros derechos como regla general. Cuarto, de esta
manera se evita que hayan presentaciones caprichosas, temerarias o mal intencionadas. Quinto,
para que el accionante no desestime la urgencia de su derecho vulnerado y, sexto, para proteger
la obtención del beneficio que le ha sido reconocido a sujeto procesal favorecido en la sentencia;
y así no sea sorprendido en cualquier momento con la modificación de un proceso que creía
Ahora bien, como se ha fijado en la tesis que los requisitos de procedibilidad no lesionan la
seguridad jurídica y la cosa juzgada, sino que protegen estos dos instrumentos jurídicos
inmediatez para que tenga una mayor sintonia con los demás requisitos; también se estima
pertienten hacer una propuesta sobre la funcionalidad procesal, por decirlo así, de la tutela contra
Actualmente, la tutela contra sentencia primero, las puede conocer cualquier juez, siguiendo el
mandato constitucional de que todos los jueces son constitucionales en Colombia, sin embargo
para evitar que una sentencia por un juez superior pudiera ser modificada o anulada por un juez
inferior a través de la tutela, el decreto 1382 del 2000 estipuló que la tutela contra sentencia la
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conocería el juez jerarquico funcional; y para el caso de la Altas Cortes la sala siguiente a la
tutelada; segundo, Las Altas Cortes no remiten en varias ocasiones a la Corte Constitucional la
resolución que han dado a tutela contra el fallo por ser órganos de cierre, lo cual a evidenciado que
se den dintintos alcances al un mismo derecho fundamental y, suscita el llamado choque de trenes;
y tercero, no se exige derecho de postulación, es decir, cualquier persona sin necesidad de una
En el primer caso se propone la Corte Constitucional debería ser el único órgano que conoca de
la tutela contra sentencia, no eliminando que todos los jueces de la república puedan conocer de
sentencia, la segurídad jurídica, la cosa juzgada y la legítima confianza del ciudadano frente la
Sala Plena la tutela contra la sentencia, ello porque es la Corte Constitucional la que tiene el
En sentido de lo anterior es pertinente extrapolar lo dicho la Corte en la sentencia C-590 del 2005
No desconoce esta Sala de Revisión que una sentencia, como cualquier texto, es objeto de
interpretación. Empero, quien interpreta con autoridad las sentencias de la Corte
Constitucional es la propia Corte Constitucional, así como esta Corporación ha reconocido
que quién interpreta con autoridad las sentencias de la Corte Suprema de Justicia es la propia
Corte Suprema de Justicia, en razón a que su doctrina relativa al alcance de las leyes en el ámbito
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Por los argumentos expuestos parece, más que razonable, indispensable que la acción de tutela
pueda interponerse contra sentencias judiciales de última instancia y que las tutelas contra
sentencias puedan llegar a la Corte Constitucional para que sea esta Corporación, en su
calidad de intérprete supremo de la Carta, quien defina finalmente el alcance de los derechos
fundamentales en las distintas áreas del derecho legislado.
Los énfasis demarcados son importante, porque si bien la Corte en la pimera parte se refiere que
es ella la autoridad máxima para interpretar sus propias sentencias sustentada en que es su
especialidad, se puede decir que es ella la que está legitimada para hacer interpretación de todo lo
que convoque asuntos constitucionales y no otra Alta Corte que esta especializada en asuntos
netamente legales. Así mismo, el segúndo aparte remarca la misma que es el Órgano jurídico
supremo para interpretar de la Carta Política y los alcances de los derechos fundamentales.
en Bogotá donde dice que la Corte Constitucional debe conocer ‘todo’ sobre lo constitucional (
Respecto al segundo caso la Altas Cortes no siempre remiten a la Corte Constitucional el fallo
dado a la tutela contra sentencia. Dejusticia propone que se debe obligar a la remisión de las
resoluciones a las Altas Cortes, en la ley estatutaria, de no hacerlo se incurriría en mala conducta.
Se cree que la mejor solución es, como se dijo en el primer caso, que la tutela se conozca
diractamente por la Corte Constitucional, pues aún aprobandose obligatoria remisión, no se evita
el riesgo que la Corte considere que el alcance del derecho ha sido inadecudado o no oportuno, lo
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que llevaría a una incertidumbre jurídica; además eso casi que sería una doble instancia
constitucional imperfecta.
Entonces, funcionalmente conociendo la Corte Constitucional todas las tutelas contra sentencia
desde cualquier instancia en que se ataque esta (juez municipal, circuito, tribunal o Altas cortes)
cosa juzgada; además de conceder la tutela contra sentencia como instrumento excepcional.
Para el último caso, por regla general cuando se vulnera un derecho fundamental cualquier persona
sin calidad de ser abogado puede presentar la acción de tutela para pedir protección a su derecho,
sin embargo, se considera que para el caso exepcional de la tutela contra sentencia si se debe exigir
consideran pertinente puesto que esto permite que se elimine la presentación de este tipo de acción
de manera temeraria e injustificada, y por ende, habría un control disciplinario frente el abogado
mal intencionado.
Se agrega, además de lo dicho por Dejusticia, que por la especial transcendencia que tiene
presentar acción de tutela contra sentencia, lo cual involucra demostrar que cumple con los
abogado. Lo que se buscaría estrictamente con ese criterio es que el abogado no se oculte bajo la
situación de que el sujeto procesal vulnerado supone que presenta la tutela a su nombre, sino que
se oblige a que con el derecho de postulación se haga un control disciplinario al abogado que
infundadamente haya querido presentar la tutela contra sentencia como una estrategia mal
6. Conclusiones
enunciaran conclusiones concretas para que quede claro las posiones asumidas en sintonia con
En oposición a los académicos que piensan que la tutela contra sentencia pone en peligro la
seguridad jurídica y la cosa juzgada, se cree que los requisitos de procedibilidad establecidos por
la Corte Constitucional desarrollados en la sentencia C-590 del 2005 buscan proteger esos dos
instrumentos constitucionales, pues con la existencia de los requisitos se permite que cedan
Por otra lado, hay que tener muy claro que la tutela contra sentencia se convierte en una medida
excepcional, por ello se postula que debe pasar un examen por parte del juez constitucional para
ser admitida y estudida, y ese evaluación son los requisitos de procedibilidad, los cuales no aplican
Cada requisito de procedibilidad tanto general como específico apunta a evitar que se presente
tutela contra sentencia de manera caprichosa e infundada, por ello se puede afirmar que son
razonables.
término excepcional para una medida excepcional. Sumando que, la parte vulnerada ya ha contado
con un tiempo considerable que da el proceso mismo ordinario hasta el alcance de su defensa por
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la interposición de medios ordinario o extraordinarios para hacer valer su derecho; por ello, no se
justificaría dar un más tiempo sabiendo que del otro lado también existen derechos constitucionales
que salvaguardar como son derechos fundamentales de la otra parte o de terceros, la seguridad
jurídica y la cosa juzgada. Así, se ubica en más sintonia este requisito con los demás.
Que la Corte Constitucional sea el único órgano que conozca de cualquier acción de tutela contra
sentencia evita la diversidad de lecturas que se pueden dar sobre un mismo derecho fundamental
sobre su alcance. Además esto se soporta ya que el artículo 241 de la Constitución de 1991 la
legitima como la única Alta Corte que se le confió guardar la ‘integridad’ y ‘supremacía’ de la
Lo anterior se propone sólo para la presentación de tutela contra sentencia por ser, como se ha
dicho, una medida excepcional que involucra instrumentos constitucionales procesales que
El derecho de postulación se constituye una herramienta excepcional que es útil para hacer control
contra sentencia. Este criterio está acorde con los requisitos pues es sabido que se necesita
Por último, los requisitos de procedibilidad demuestran como los derechos fundamantales están
por encima de lo netamente legal, procesal y de otros instrumentos constitucionales, pero aún así
no se puede prescindir de adapar procedimientos especiales para hacer posible que los derechos
seguridad jurídica, la cosa juzgada, la justicia real, el orden justo, la protección de los derechos de
otros y no formetar el desorden institucional que pondría en peligro el Estado Social de Derecho.
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En ese sentido, la Corte Constitucional con los requisitos de procedibilidad responden a una
doble vía constitucional, por un lado, busca que prevalezca la oportunidad de hacer realizables la
protección los derechos fundamentales ante toda clase de contingencia existente en las distintas
etapas del proceso que sin ser depuradas resulten en una sententicia. (art.4. la Constitución es
norma de normas) Y por otra parte, elabora un procedimiento especial y excepcional que no
vulnere la garantia del debido proceso (Art. 29, Constitución) y la estabilidad del ordenamiento
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Corte Constitucional. Sentencia C- 836 del 2001. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
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