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ACUERDOS PLENARIOS 2005

ACUERDO PLENARIO Nº 1-2005/ESV-22: Ejecutorias Supremas Vinculantes


Los límites del Tribunal de Instancia para modificar la calificación jurídica del hecho objeto
del proceso penal, que necesariamente importan el respeto a los principios acusatorio y de
contradicción –o más, concretamente, del derecho de conocimiento de los cargos-, y el pleno
cumplimiento del artículo 285°-A del Código de Procedimientos Penales, introducido por el
Decreto Legislativo Número 959.
La definición de los alcances de los elementos del tipo objetivo –en concreto, de la
acción típica- del delito de corrupción de funcionarios – cohecho pasivo propio, previsto y
sancionado por el artículo 393° del Código Penal.
La confesión sincera del imputado no constituye un factor para fijar la cuantía
de la reparación civil. Ésta, se determina en función al daño ocasionado por el delito.
No exige que el agraviado, tras la sentencia firme de condena, se constituya en
parte civil para intervenir en el proceso o en la etapa de ejecución a los efectos de que
cumpla con la Rep. Civil.
Constituyen precedentes vinculantes:
1°) Recurso de Nulidad Nº 224-2005, tercer fundamento jurídico.
2°) Recurso de Nulidad Nº 1091-2004, cuarto fundamento jurídico.
3°) Recurso de Nulidad Nº 948-2005, tercer fundamento jurídico.
4°) Recurso de Nulidad Nº 1538-2005, cuarto fundamento jurídico

ACUERDO PLENARIO N° 2-2005/CJ-116: Requisitos de la Sindicación de Coacusado,


Testigo o Agraviado.- Se rige en criterios de credibilidad no de mera legalidad
9. Las circunstancias que han de valorarse son las siguientes: Entre Coimputados
a) Desde la perspectiva subjetiva, ha de analizarse la personalidad del coimputado, en especial
sus relaciones con el afectado por su testimonio. También es del caso examinar las posibles
motivaciones de su delación, que éstas no sean turbias o espurias: venganza, odio, revanchismo,
deseo de obtener beneficios de cualquier tipo, incluso judiciales, que por su entidad están en
condiciones de restarle fuerte dosis de credibilidad. Asimismo, se tendrá del cuidado de advertir si
la finalidad de la declaración no sea, a su vez, exculpatoria de la propia responsabilidad.
b) Desde la perspectiva objetiva, se requiere que el relato incriminador esté mínimamente
corroborado por otras acreditaciones indiciarias en contra del sindicado que incorporen algún
hecho, dato o circunstancia externa, aún de carácter periférico, que consolide su contenido
incriminador.
c) Debe observarse la coherencia y solidez del relato del coimputado; y, de ser el caso, aunque
sin el carácter de una regla que no admita matizaciones, la persistencia de sus afirmaciones en el
curso del proceso. El cambio de versión del coimputado no necesariamente la inhabilita para su
apreciación judicial, y en la medida en que el conjunto de las declaraciones del mismo coimputado
se hayan sometido a debate y análisis, el juzgador puede optar por la que considere adecuada.

10. Tratándose de las declaraciones de un agraviado, aún cuando sea el único testigo de los
hechos, al no rige el prinicipio juridico testis unus testis nullus, se puede considerar prueba válida
de cargo y, por ende, virtualidad procesal para enervar la presunción de inocencia del imputado,
siempre y cuando no se adviertan razones objetivas que invaliden sus afirmaciones. Las garantías
de certeza serían las siguientes:
a) Ausencia de incredibilidad subjetiva. Es decir, que no existan relaciones entre agraviado e
imputado basadas en el odio, resentimientos, enemistad u otras que puedan incidir en la
parcialidad de la deposición, que por ende le nieguen aptitud para generar certeza.
b) Verosimilitud, que no sólo incide en la coherencia y solidez de la propia declaración, sino que
debe estar rodeada de ciertas corroboraciones periféricas, de carácter objetivo que le doten de
aptitud probatoria.
c) Persistencia en la incriminación, con las matizaciones que se señalan en el literal c) del párrafo
anterior.
11. Estos requisitos, deben apreciarse con el rigor que corresponde. Se trata, sin duda, de una
cuestión valorativa que incumbe al órgano jurisdicc.. Juez o Sala Penal analiza ponderadamente,
sin que se trate de reglas rígidas sin posibilidad de matizar o adaptar al caso concreto.

ACUERDO PLENARIO Nº 3-2005/CJ-116: Intervención de tres o más agentes.


Alcances del Art. 297º.6 del Código Penal (Tráfico Ilícito de Drogas - agravante)
7- El objeto de la norma es sancionar con severidad -por su carácter agravado- a quienes
participan en la comisión del delito de tráfico ilícito de drogas en tanto integran un
conjunto de tres o más personas. A este respecto es de destacar y señalar que:
a) La sola existencia o concurrencia, sin más, de una pluralidad de agentes (tres o
más) en la comisión del delito de tráfico ilícito de drogas no tipifica la circunstancia
agravante del artículo 297°.6 del Código Penal, pues tal consideración violaría el principio
de proscripción de la responsabilidad objetiva (artículo VII del Título Preliminar del Código
Penal).
b) La simple ejecución del delito, sin que exista concierto entre por lo menos tres
participantes, no es suficiente para concretar la circunstancia agravante. Es imperativo el
conocimiento por parte de cada participante de la intervención de por lo menos tres
personas en la comisión del delito. Es decir, la existencia e intervención de tres o más
agentes en el tráfico ilícito de drogas debió ser para el agente, por lo menos, conocida y
contar con ella para su comisión, para que su conducta delictiva pueda ser subsumida en el
citado inciso 6) del artículo 297° del Código Penal.
c) Es entonces el conocimiento, según las pautas ya descritas, un elemento esencial
que debe estar presente y ser ponderado por el órgano jurisdiccional. Si quien participa en el
hecho, como parte de un plan determinado, no conoce que en el mismo intervienen -o
necesariamente intervendrán- por lo menos tres personas, incluida él, no será posible ser
castigado por dicha agravante.
d) La decisión conjunta o común del hecho en sus rasgos esenciales de por lo menos tres
personas, sin perjuicio de su concreta actuación material, es esencial para poder vincular
funcionalmente los distintos aportes al delito en orden a la agravante en mención. Al no
presentarse tal decisión, que exige el conocimiento de la intervención de por lo menos otras
dos personas, no será posible calificar el hecho, para la persona concernida, en el inciso 6)
del artículo 297° del Código Penal.

ACUERDO PLENARIO Nº 4-2005/CJ-116: Definición y estructura típica del delito de


peculado. Art. 387º del Código Penal
6.- El artículo 387° del Código Penal, establece en primer lugar la acción dolosa en el
delito de peculado, al señalar que “El funcionario o servidor público que se apropia o
utiliza, en cualquier forma, para sí o para otro, caudales o efectos cuya percepción,
administración o custodia le estén confiados por razón de su cargo.”; en segundo lugar, la
acción culposa se traduce en el comportamiento negligente del sujeto activo,
describiéndolo como “Si el agente, por culpa, da ocasión a que se efectúe por otra persona
la sustracción de caudales o efectos”; concluyendo en tercer lugar, que las acciones
dolosas y culposas admiten circunstancias agravantes precisamente en la importancia
especial de la finalidad pública para lo cual estaban destinados los bienes “Si los caudales o
efectos estuvieran destinados a fines asistenciales o a programas de apoyo social”. Para la
existencia del delito de peculado no es necesario que sobre los bienes que se le haya
confiado por razón de su cargo en cualquiera de las formas y que constituyan el objeto
material del hecho ilícito, el agente ejerza una tenencia material directa. Es suficiente que
el sujeto activo tenga la llamada disponibilidad jurídica, aquella posibilidad de libre
disposición que en virtud de la ley tiene el funcionario o servidor público; debe tener,
competencia funcional específica. La disponibilidad a que se hace referencia se encuentra
ligada a las atribuciones que el agente ostenta como parte que es de la administración
pública. El peculado es un delito pluriofensivo, el bien jurídico se desdobla en dos
objetos específicos merecedores de protección jurídico penal: a) garantizar el principio de
la no lesividad de los intereses patrimoniales de la Administración Pública y b) evitar
el abuso del poder del que se halla facultado el funcionario o servidor público que
quebranta los deberes funcionales de lealtad y probidad
7. Los comportamientos típicos que la norma señala. La acción dolosa utiliza dos supuestos
para definir los comportamientos típicos del sujeto activo: apropiar o utilizar, los mismos
que deben contener ciertos elementos para su configuración; estos son, en tal virtud, los
elementos materiales del tipo penal:
a. Existencia de una relación funcional entre el sujeto activo y los caudales y efectos. Se
entiende por relación funcional es el poder de vigilancia y control sobre la cosa como
mero componente típico, esto es, competencia del cargo, confianza en el funcionario en
virtud del cargo, el poder de vigilar y cuidar los caudales o efectos.
b. La percepción, no es más que la acción de captar o recepcionar caudales o efectos de
procedencia diversa pero siempre lícita. La administración, que implica las funciones
activas de manejo y conducción. La Custodia, que importa la típica posesión que implica la
protección, conservación y vigilancia debida por el funcionario o servidor de los caudales y
efectos públicos.
c. Apropiación o utilización. En el primer caso estriba en hacer suyos caudales o efectos
que pertenecen al Estado, apartándolo de la esfera de la función de la Administración
Pública y colocándose en situación de disponer de los mismos. En el segundo caso:
utilizar, se refiere al aprovecharse de las bondades que permite el bien (caudal o efecto),
sin tener el propósito final de apoderarse para sí o para un tercero.
d. El destinatario: para sí. El sujeto activo puede actuar por cuenta propia, apropiándose él
mismo de los caudales o efectos, pero también puede cometer el delito para favorecer a
terceros. Para otro, se refiere al acto de traslado del bien, de un dominio parcial y de
tránsito al dominio final del tercero.
e. Caudales y efectos. Los primeros, son bienes en general de contenido económico,
incluido el dinero. Los efectos, son todos aquellos objetos, cosas o bienes que
representan un valor patrimonial público, incluyendo los títulos valores negociables.
8.- Respecto a la conducta culposa, es de precisar que dicha figura no esta referida a la
sustracción por el propio funcionario o servidor público de los caudales o efectos, se hace
referencia directamente a la sustracción producida por tercera persona, aprovechándose
del estado de descuido imputable al funcionario o servidor público. Es decir, se trata de
una culpa que origina (propiciando, facilitando, permitiendo de hecho) un delito doloso de
tercero; sea que lo sustrajo con la intención de apropiación o de utilización, sea que obtuvo
o no un provecho. El tercero puede ser un particular u otro funcionario o servidor
público que no tenga la percepción, administración o custodia de los bienes sustraídos, no
se castiga la sustracción de caudales o efectos, sino el dar lugar culposamente a que otro lo
sustraiga dolosamente.
9. En el peculado culposo debe tenerse en cuenta: “la sustracción y la culpa del
funcionario o servidor público” como elementos componentes típicos de esta figura penal,
describiéndolas como:
a) La sustracción. Entendiéndosela como el alejamiento de los caudales o efectos del
ámbito de vigilancia de la administración pública, por parte de un tercero, que se aprovecha
así del estado de culpa incurrido por el funcionario o servidor público.
b) La culpa del funcionario o servidor público. Culpa, termino usado para incluir
todas las formas de comisión de un hecho, diferentes al dolo, la fuerza mayor y el caso
fortuito. Habrá culpa en el sujeto activo del delito, cuando éste no toma las precauciones
necesarias para evitar sustracciones (la culpa del peculado se refiere exclusivamente a
sustracciones, no al término impreciso de pérdidas) vale decir cuando viola deberes del
debido cuidado sobre los caudales o efectos, a los que está obligado por la vinculación
funcional que mantiene con el patrimonio público.

ACUERDOS PLENARIOS 2006

ACUERDO PLENARIO Nº 1-2006/ESV-22: Ejecutorias supremas vinculantes


7. Principios jurisprudenciales que a continuación se indican tengan carácter vinculante. Se
trata de los fundamentos jurídicos respectivos de tres Ejecutorias Supremas, que pronuncian
acerca de:
a) Los alcances típicos del delito de colaboración terrorista, estatuido en el artículo 4°
del Decreto Ley número 25475.
b) Los presupuestos materiales de la prueba indiciaria, necesarios para enervar la
presunción constitucional de inocencia.
c) La noción de Juez legal, la competencia territorial y la asunción de la concepción
de ubicuidad restringida para la determinación del lugar de comisión del delito.
Constituyen precedentes vinculantes:
1°) Recurso de Nulidad Nº 1450-2005/Lima, sexto fundamento jurídico.
2°) Recurso de Nulidad Nº 1912-2005/Piura, cuarto fundamento jurídico.
3°) Recurso de Nulidad Nº 2448-2005/Lima, sexto y séptimo fundamento jurídico.

ACUERDO PLENARIO Nº 2-2006/CJ-116: Combinación de Leyes o Unidad en la


aplicación de las leyes
6.- Ninguna ley tiene fuerza ni efecto retroactivo, excepción a este carácter irretroactivo
surge es el 2do párrafo del artículo 103 de la Constitución Política que establece la
retroactividad de la “Ley penal más favorable al reo en caso de duda o de conflicto entre
leyes penales” Igual sentido art. 139 inc. 11 y art. 6 del Código Penal.
9. Regla general: La ley penal aplicable a una relación jurídica será la que se encuentre
vigente cuando sucedió la quaestio facti o la que se promulgue con posterioridad
siempre que sea más beneficiosa. Para establecer la mayor benignidad en la sucesión de
leyes aplicables a un caso concreto -cuando concurra más de una ley desde el momento de
ocurrido los hechos- debe efectuarse una comparación entre el contenido de los
dispositivos que contengan y sobre ese mérito decidirse por la que sea más favorable al
reo.
10. También es posible que se pueda elegir de entre dos leyes penales sucesivas en el
tiempo los preceptos más favorables, en virtud al “principio de combinación” que
permite al juzgador poder establecer una mayor benignidad penal a favor del reo.
11. Favorabilidad al reo; si se autoriza escoger entre dos leyes distintas –íntegramente- en
el tiempo, resulta coherente y razonable que puedan combinarse, para buscar un
tratamiento más favorable al reo.
12. No se esta creando una tercera Ley o Lex tertia, sino que se esta efectivizando un
proceso de integración de normas más favorables al reo, que no colisiona con los
contenidos del principio de legalidad. Por lo demás, esta concepción guarda concordancia
con el principio de necesidad de la intervención penal, porque cuando se producen
variaciones en los preceptos que integran las normas penales y que favorecen al reo, es
evidente que el legislador ha estimado necesario regular –en sentido benéfico- la
intervención penal.
13.- El legislador ha consagrado el “principio de combinación” en la Exposición de
Motivos del Código Penal de 1991. De esta manera el Proyecto sustituye el principio de la
unidad de leyes aplicable, ya fuese la precedente, la subsecuente, o la intermedia, por el
nuevo principio de la combinación, que toma lo más benigno que tenga cada una de las
normas sucesivas”.
ACUERDO PLENARIO N° 3-2006/CJ-116: Delitos contra el honor personal y derecho constitucional
a la libertad de expresión y de información.

La solución del conflicto pasa por la formulación de un juicio ponderativo que permita
determinar que la conducta atentatoria contra el honor está justificada por ampararse en el ejercicio
de las libertades de expresión o de información. La base de esta posición estriba en que, en
principio, los dos derechos en conflicto: honor y libertades de expresión –manifestación de
opiniones o juicios de valor- y de información –imputación o narración de hechos concretos-, gozan
de igual rango constitucional, por lo que ninguno tiene carácter absoluto respecto del otro [ambos
tienen naturaleza de derecho – principio]. Para el juicio ponderativo, exige (presupuestos:) fijar
el ámbito propio de cada derecho, luego verificar la concurrencia de los presupuestos
formales de la limitación, a continuación valorar bajo el principio de proporcionalidad el
carácter justificado o injustificado de la injerencia y, finalmente, comprobar que el límite que se
trate respeta el contenido el contenido esencial del derecho limitado.
Determinados la concurrencia de los presupuestos típicos del delito en cuestión, corresponde
analizar si se está ante una causa de justificación (El que obra en el ejercicio legitimo de un
derecho inc. 8, artículo 20 del C.P)–si la conducta sujeta a la valoración penal constituye o no un
ejercicio de las libertades de expresión e información-. Es insuficiente para la resolución del
conflicto entre el delito contra el honor y las libertades de información y de expresión el análisis
del elemento subjetivo del indicado delito, en atención a la dimensión pública e institucional que
caracteriza a estas últimas y que excede el ámbito personal que distingue al primero.

Analizar: Criterios
1.- El ámbito sobre el que recaen las frases consideradas ofensivas: Esfera pública, salvo
funcionarios
2.- Los requisitos del ejercicio de ambos derechos (información y expresión): En primer lugar, no
están amparadas las frases objetiva o formalmente injuriosas, los insultos o las insinuaciones
insidiosas y vejaciones –con independencia de la verdad de lo que se vierta o de la corrección de
los juicios de valor que contienen. En segundo lugar, el ejercicio legítimo de la libertad de
información requiere la concurrencia de la veracidad de los hechos y de la información (deber de
diligencia) que se profiera, tratándose de hechos difundidos, para merecer protección
constitucional, requieren ser veraces,
3.- La calidad –falsedad o no- de las aludidas expresiones: los juicios de valor, las opiniones, los
pensamientos o las ideas de cada persona pueda tener son de naturaleza estrictamente subjetivas
y, por tanto, no pueden ser sometidos a un test de veracidad.
Por tanto, el elemento ponderativo que corresponde está vinculado al principio de
proporcionalidad, en cuya virtud el análisis está centrado en determinar el interés público de las
frases cuestionadas –deben desbordar la esfera privada de las personas, única posibilidad que
permite advertir la necesidad y relevancia para lo que constituye el interés público de la opinión- y
la presencia o no de expresiones indudablemente ultrajantes u ofensivas, que denotan que están
desprovistas de fundamento y o formuladas de mala fe –sin relación con las ideas u opiniones que
se expongan y, por tanto, innecesarias a ese propósito, a la que por cierto son ajenas expresiones
duras o desabridas y que puedan molestar, inquietar o disgustar a quien se dirige.

ACUERDO PLENARIO Nº 4-2006/CJ-116: Cosa Juzgada en relación al delito de


Asociación ilícita para delinquir
El tipo legal sanciona el sólo hecho de formar parte de la agrupación –a través de sus notas
esenciales, que le otorgan una sustantividad propia, de (a) relativa organización, (b)
permanencia o estabilidad y (c) número mínimo de personas- sin que se materialice sus
planes delictivos. En tal virtud, el delito de asociación ilícita para delinquir se consuma
desde que se busca una finalidad ya inicialmente delictiva, no cuando en el
desenvolvimiento societario se cometen determinadas infracciones; ni siquiera se requiere
que se haya iniciado la fase ejecutiva del mismo.
Es un contrasentido pretender abordar el tipo legal de asociación ilícita para delinquir en
función de los actos delictivos perpetrados, y no de la propia pertenencia a la misma. No se
está ante un supuesto de codelincuencia en la comisión de los delitos posteriores, sino de
una organización instituida con fines delictivos que presenta una cierta inconcreción sobre
los hechos punibles a ejecutar.

ACUERDO PLENARIO Nº 5-2006/CJ-116: Declaración de contumacia en la etapa de


Enjuiciamiento. Presupuestos materiales

La declaración de contumacia requiere de una resolución judicial (constitutiva) debidamente


motivada , la misma que debe ser emitida cumpliendo presupuestos:

a) Que el acusado presente, con domicilio conocido o legal, sea emplazado debida o
correctamente con la citación a juicio [se entiende que si el propio emplazado proporciona
un domicilio falso, ello acredita su intención de eludir la acción de la justicia y justifica la
declaración como reo contumaz, tal como ha sido ratificado por el Tribunal Constitucional
en la sentencia número 4834-2005-HC/TC, de08.08.2005]; b) que la indicada resolución
judicial, presupuesto de la declaración de contumacia, incorpore el apercibimiento
expreso de la declaración de contumaz en caso de inasistencia injustificada; y, c) que el
acusado persista en la inconcurrencia al acto oral, en cuyo caso se hará efectivo el
apercibimiento previamente decretado, esto es, la emisión del auto de declaración de
contumacia, y se procederá conforme al juicio contra reos ausentes. En tal virtud, el órgano
jurisdiccional deberá examinar cuidadosamente el debido emplazamiento al imputado, la
correcta notificación, y sobre esa base proceder en su consecuencia [El Tribunal
Constitucional en la sentencia número 3411-2006-HC/TC, del 12.05.2006, ha insistido en
que si no se notifica debidamente al imputado no es legítimo declararlo reo contumaz]. Para
la declaración de contumacia, acto seguido, es central la nota de “persistencia” en la
incomparecencia voluntaria del acusado al acto oral, la cual significa mantenerse firme o
constante en una cosa o, más concretamente, ante el emplazamiento judicial, es decir, no
cumplirlo deliberadamente.

En síntesis, la declaración de reo contumaz no constituye una facultad discrecional de


la Sala Penal Superior, sino que está sometida a específicos presupuestos materiales, que
deben respetarse cumplidamente. Es imprescindible el correcto emplazamiento al acto
oral bajo apercibimiento de la declaración de contumacia, luego una segunda citación
y de persistir en la inconcurrencia voluntaria recién se dictará el auto de contumacia y
se procederá conforme al artículo 319° del Código de Procedimientos Penales. Por último,
un Juez recusado o con pedido de inhibición del Ministerio Público, una vez que se
acepta iniciar el trámite respectivo, no puede dictar una medida limitativa de la libertad
como consecuencia de un auto de contumacia al margen de las normas que regulan la
recusación y la inhibición o excusa de magistrados

ACUERDO PLENARIO Nº 6-2006/CJ-116: Reparación civil y delitos de peligro.

El daño civil lesiona derechos de naturaleza económica y/o derechos o legítimos intereses
existenciales, no patrimoniales, de las personas. Por consiguiente, aún cuando es distinto el
objeto sobre el que recae la lesión en la ofensa penal y en el daño civil, es claro que, pese a
que no se haya producido un resultado delictivo concreto, es posible que existan daños
civiles que deban ser reparados.
En los delitos de peligro, desde luego, no cabe negar a priori la posibilidad de que surja
responsabilidad civil, puesto que en ellos –sin perjuicio, según los casos, de efectivos daños
generados en intereses individuales concretos- se produce una alteración del ordenamiento
jurídico con entidad suficiente, según los casos, para ocasionar daños civiles, sobre el que
obviamente incide el interés tutelado por la norma penal –que, por lo general y que siempre
sea así, es de carácter supraindividual-. Esta delictiva alteración o perturbación del
ordenamiento jurídico se debe procurar restablecer, así como los efectos que directa o
causalmente ha ocasionado su comisión [el daño como consecuencia directa y necesaria del
hecho delictivo.
Por consiguiente, no cabe descartar la existencia de responsabilidad civil en esta clase de
delitos, y, en tal virtud, corresponderá al órgano jurisdiccional en lo penal determinar su
presencia y fijar su cuantía.

ACUERDO PLENARIO Nº 7-2006/CJ-116: Cuestión previa e identificación del imputado

Para abrir instrucción sólo se requiere de una persona identificada con sus nombres y
apellidos completos, en tanto que para dictar una requisitoria se necesita que el
imputado, además de sus nombres y apellidos completos, registre en autos otros tres datos:
edad, sexo, y características físicas, talla y contextura.

La no inscripción de una persona ante la RENIEC es sólo un dato indiciario que el Juez
debe tomar en cuenta para la valoración general del procesamiento penal –y, en su caso,
para la orden judicial de detención y la consiguiente requisitoria-, pero no constituye
prueba privilegiada que acredita sin más que se trata de un individuo incierto o no
individualizado.

Si se plantea una cuestión previa basada en el hecho exclusivo que el imputado no se


encuentra inscrito en la RENIEC o no se ha consignado el número del Documento
Nacional de Identidad, tal planteamiento carece de sustancia o mérito procesal para
acogerlo. De igual manera, el Juez Penal no podrá devolver la denuncia fiscal formalizada
por ese sólo mérito al Fiscal Provincial.
Sólo procederá cuando no se ha podido establecer, de los cuatro datos obligatorios del
requerido, el referido al nombre y apellidos completos, o cuando se ha probado positiva e
inconcusamente que la referencia a una persona que se identificó con esos nombres y
apellidos completos es falsa o inexistente.

ACUERDOS PLENARIOS 2007

ACUERDO PLENARIO N° 1-2007: Ejecutorias Supremas Vinculantes


A. El contenido y los elementos del ne bis in idem material. Relaciones entre el Derecho penal y el
Derecho administrativo sancionador.
B. El alcance del tipo legal de omisión o retardo de actos funcionales. Obligaciones de la Policía
Nacional y relaciones con el Ministerio Público.
C. Cambio jurisprudencial y retroactividad benigna de la ley penal. Impertinencia de la aplicación
del artículo 6° del Código Penal.
D. Acuerdos Plenarios y aplicación retroactiva de sus disposiciones. Alcance del artículo 6° del
Código Penal.
En consecuencia, constituyen precedentes vinculantes:
1°) Recurso de Nulidad número 2090-2005, cuarto y quinto fundamento jurídico.
2°) Recurso de Nulidad número 496-2006, quinto fundamento jurídico.
3°) Recurso de Nulidad número 1500-2006, quinto fundamento jurídico.
4°) Recurso de Nulidad número 1920-2006, tercer fundamento jurídico.

ACUERDO PLENARIO N° 2-2007: Valor Probatorio de la pericia no ratificada

La obligatoriedad del examen pericial si bien es la regla general en materia pericial,


del principio de contradicción –y en acto oral cumple los principios de inmediación y
publicidad-, es razonable excepcionarlo sin disminuir el contenido esencial de dichos
principios cuando el dictamen o informe pericial –que siempre debe leerse y debatirse en
el acto oral- no requiere de verificaciones de fiabilidad adicionales o cuando su
contenido está integrado por aportes técnicos consolidados que no sólo se basan en
hechos apoyados exclusivamente por la percepción de una persona –primacía del aspecto
técnico sobre el fáctico perceptivo-, con lo que el derecho de defensa no se desnaturaliza ni
se lesionan los principios de inmediación, contradicción y oralidad. En esos casos,
sencillamente, el examen pericial, como toda prueba con un aspecto relevantemente
documental, no es condición ineludible de la pericia como medio de prueba válido,
valorable por el Juez del juicio. En consecuencia, su no actuación no es causal de nulidad
de la sentencia –la obligatoriedad a que hace referencia la ley procesal no la ata a la nulidad
de la pericia en caso de incumplimiento- ni de exclusión de la pericia como medio de
prueba..
Ello no significa que las partes no tienen derecho a solicitar la presencia de los peritos para
el examen correspondiente. Sólo se tiene en cuenta (1)las características de la prueba
pericial –con especial referencia cuando se trata de pericias institucionales o emitidas por
órganos oficiales-, y (2)que los principios han de acomodarse a la realidad social –la
presencia ineludible de los peritos que la elaboran impediría la eficacia de la función
pericial de esos organismos pues se dedicarían a concurrir a cuanto órgano judicial los cite
con mengua efectiva a su labor de auxilio a la justicia-, ello sin perjuicio de reconocer que la
actividad impugnativa de la defensa puede cuestionar o atacar el aspecto fáctico –falsedad-
o el aspecto técnico –inexactitud- del informe pericial. Para lo primero, sin duda, es
indispensable la concurrencia de los peritos, pero para lo segundo, basta el análisis integral
del dictamen pericial y, en su caso, su refutación mediante pericia de parte.
Si las partes no interesan la realización del examen pericial o no cuestionan el dictamen
pericial, expresa o tácitamente –lo que presupone el previo conocimiento del dictamen y
acceso a sus fuentes- es obvio que su no realización en nada afecta el derecho a la prueba ni
los principios que la rigen. Por el contrario, si las partes lo solicitan o requerida la
concurrencia de los peritos y éstos –por cualquier motivo- no concurren, el análisis de la
eficacia procesal del informe pericial estará dado por las características del cuestionamiento
formulado, la necesidad objetiva del examen pericial solicitado y los recaudos de la causa.
En estos casos, la regla será la pérdida de eficacia probatoria autónoma de la pericia, a
menos que las objeciones de las partes –debidamente explicitadas- carezcan por entero de
entidad, por ser genéricas o formularias, o por ser tardías o extemporáneas.

ACUERDO PLENARIO Nº 3-2007: Pérdida de imparcialidad y proceso de habeas corpus


o de amparo
En estos supuestos se está ante una causal de imparcialidad subjetiva, en cuya virtud se
entiende que la convicción personal del Juez como consecuencia de la aludida acción legal
le restaría apariencia de imparcialidad. Pero, como ya se anotó, la imparcialidad subjetiva
se presume salvo prueba en contrario; en consecuencia, no basta la sola afirmación de la
interposición de la demanda o queja ni la presentación del documento en cuestión para
estimar lesionada la imparcialidad judicial. Se requiere, por consiguiente, indicios objetivos
y razonables que permitan sostener con rigor la existencia de una falta de imparcialidad. El
Tribunal, en este caso, debe realizar una valoración propia del específico motivo invocado y
decidir en función a la exigencia de la necesaria confianza del sistema judicial si el Juez
recusado carece de imparcialidad; debe examinar, en consecuencia, la naturaleza de los
hechos que se le atribuyen como violatorios de la Constitución o del ordenamiento judicial,
y si su realización, en tanto tenga visos de verosimilitud, pudo o no comprometer su
imparcialidad

ACUERDO PLENARIO N° 4-2007/CJ-116: Desvinculación procesal. Alcances del artículo 285°-A del Código
de Procedimientos Penales

El principio de correlación entre acusación y sentencia, que exige que el Tribunal se pronuncie
cumplidamente acerca de la acción u omisión punible descrita en la acusación fiscal –artículos
273° y 263° del Código Ritual-, es de observancia obligatoria; el término de comparación, a
efectos de congruencia procesal, se establece, entonces, entre la acusación oral, que es el
verdadero instrumento procesal de la acusación, y la sentencia que contendrá los hechos que se
declaren probados y la calificación jurídica e impondrá la sanción penal correspondiente. En caso
de incumplimiento la sentencia incurre en causal de nulidad insanable
Objeto del proceso penal: delimitado por la Fiscalía, a partir del cual se consolidan y desarrollan
los principios acusatorio –eje de esa institución procesal- y de contradicción. El hecho punible se
delimita en el juicio oral por el Fiscal o acusador.
Objeto del debate: El acusado y las demás partes –civiles, pueden ampliar el objeto del debate.
El Tribunal ha de pronunciarse respecto al hecho punible imputado, la sentencia no puede
contener un relato fáctico que configure un tipo legal distinto o que introduzca circunstancias
diferentes o nuevas que agraven –de oficio, sin necesidad de previo debate, aunque el Tribunal
puede incorporar circunstancias atenuantes- la responsabilidad del acusado [ello no significa una
exactitud matemática entre hecho acusado y hecho condenado, pues el Tribunal –conforme a la
prueba actuada y debatida en el juicio oral- puede ampliar detalles o datos para hacer más
completo y comprensivo el relato, siempre que no impliquen un cambio de tipificación y que
exista una coincidencia básica entre la acusación y los hechos acreditados en la sentencia.
Si bien es inmutable el hecho punible imputado, es posible que el Tribunal, de oficio y en aras
del principio de contradicción y del derecho de defensa, pueda introducir al debate – plantear la
tesis de desvinculación- la concurrencia tanto de una circunstancia modificativa de la
responsabilidad penal no incluida en la acusación que aumente la punibilidad –no una
circunstancia de atenuación, en el que sólo rige la nota de tipos legales homogéneos: que sean de
la misma naturaleza y que el hecho que los configuran sea sustancialmente el mismo, esto es,
modalidades distintas pero cercanas dentro de la tipicidad penal- o justifique la imposición de una
medida de seguridad, cuanto la modificación jurídica del hecho objeto de la acusación.
Las denominadas “circunstancias modificativas” son, como se sabe, elementos fácticos
accidentales del delito, contingentes o no esenciales, que no pueden servir de fundamento al
injusto o a la culpabilidad, cuya función es concretar con mayor énfasis la conducta de los
individuos y precisar mucho más el grado de responsabilidad penal en orden a la determinación de
la pena a imponer.
La tipificación del hecho punible –el título de imputación- también puede ser alterada de oficio, ya
sea porque exista un error en la subsunción normativa según la propuesta de la Fiscalía o porque
concurra al hecho una circunstancia modificativa específica no comprendida en la acusación, casos
en los que resulta imprescindible cambiar el título de condena.
En ambos casos el referido artículo 285°-A del Código de Procedimientos Penales exige que el
Tribunal lo indique a las partes, específicamente al acusado –que es lo que se denomina “plantear
la tesis”-, y le conceda la oportunidad de pronunciarse al respecto, al punto que se autoriza a este
último a solicitar la suspensión de la audiencia y el derecho de ofrecer nuevos medios de prueba.
Aquí se concreta, como es obvio, el derecho de contradicción como sustento del derecho de
previo conocimiento de los cargos.
El Tribunal que de oficio plantee la tesis de desvinculación en los dos supuestos habilitados:
nueva tipificación e incorporación de circunstancias agravantes.
Tratándose del supuesto de modificación de la calificación jurídica, y aún cuando no se ha
planteado la tesis, es posible una desvinculación en los casos de manifiesto error, de evidencia
de la opción jurídica correcta, fácilmente consta table por la defensa

ACUERDO PLENARIO N° 5-2007/CJ-116 : La non reformatio in peius y modificación de otras


circunstancias siempre que no se modifique la pena (artículo 300° CPP)

El Tribunal, puede en el supuesto que el recurso impugnativo haya sido interpuesto sólo por
el sentenciado, según el caso: variar el grado de consumación del delito (de tentativa a
delito consumado), variar el grado de participación (por ejemplo de cómplice secundario
a cómplice primario o instigador o autor), variar la pena de principal a accesoria o
viceversa, e integrar el fallo disponiendo el tratamiento terapéutico a que se refiere el
artículo 178°-A del Código Penal (siempre que no se afecte el quantum de la pena, vale
decir no se agrave la situación jurídica del condenado). Por otro lado, el Tribunal de
revisión no puede integrar el fallo recurrido e imponer una pena omitida aún cuando
la ley penal la establezca. (Limite: Petitorio de las partes)

ACUERDO PLENARIO N° 6-2007/CJ-116: Suspensión de la prescripción cuando existe recurso de


nulidad concedido vía queja excepcional en resoluciones que ponen fin a la instancia
El primer presupuesto material que determina la suspensión del plazo de prescripción –
indicado en el párrafo 6- se presenta, con toda evidencia, puesto que la interposición del
recurso de queja da origen a una cuestión jurídica inédita, centrada en definir si el órgano
jurisdiccional de mérito –en concreto, el Tribunal Ad Quem- vulneró la Constitución o, en
un sentido más amplio, el bloque de constitucionalidad, de suerte que su dilucidación, más
allá o independientemente del propio efecto del recurso en análisis, obliga a establecer si la
causa debe o no continuar, si se abre o no una instancia jurisdiccional excepcional. Es decir,
impide hasta su dilucidación el archivo definitivo del proceso penal incoado, el mismo que
habría operado de no haberse interpuesto el citado recurso.
El segundo presupuesto material que ocasiona la suspensión del plazo de prescripción –
precisado, igualmente, en el párrafo 6- también concurre en el presente caso. En efecto,
como consecuencia de su interposición se forma un cuaderno de queja, que opera de forma
independiente al expediente principal a través de un procedimiento, sin duda excepcional y
autónomo, a mérito del cual el archivo de la causa se suspende hasta que no se resuelva el
recurso de queja.
Por tanto, la incoación y trámite del recurso de queja respecto de las resoluciones que ponen
fin a la instancia en los procesos sumarios se adecua a las exigencias de los procedimientos
que suspenden la prescripción de la acción penal. En consecuencia, para el cómputo de los
plazos de prescripción en el referido supuesto no puede considerarse el lapso comprendido
entre la interposición del recurso de queja excepcional, como consecuencia del denegatorio
del recurso de nulidad, y la remisión al Tribunal Superior de la copia certificada de la
Ejecutoria Suprema que estima el recurso en cuestión y concede el recurso de nulidad
respectivo

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