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Anticuerpos

Antinucleares

Reumatología
Escuela de Medicina Intermédica
9no semestre grupo 3
Tania Sánchez Hernández
Aranxa Ximena Sabanero Esquivel
Anticuerpos Antinucleares
Los anticuerpos antinucleares son inmunoglobulinas que reaccionan contra
diferentes componentes autólogos nucleares y citoplásmaticos, en la circulación
pueden estar presentes tres tipos: Los naturales, infeccioso y autoinmunes, el
primero esta presente en todos lo individuos a títulos relativamente bajos,
dependiendo de las poblaciones étnicas; los infecciosos como su nombre lo indica
son por procesos infecciosos cuyas manifestaciones no se asocian a
manifestaciones clínicas de enfermedad autoinmune y sus valores bajan en
cuanto se resuelve el proceso infeccioso que les dio origen y finalmente los
autoinmunes, los cuales reflejan la pérdida de la tolerancia inmunológica y su
origen es multifactorial (Carga genética, medio ambiente, cambios hormonales,
etc.).
Su investigación inicia en 1948 por Hargraves con la identificación en pacientes
con Lupus eritematoso generalizado (LEG) de las células LE, que se uso por
muchos tiempo para el diagnóstico de LEG, hasta que se demostró su baja
especificidad. Actualmente la técnica más utilizada para la detección de los ANA
es la inmunofluorescencia indirecta (IFI) desarrollada en 1950 por Conns y
modificada en 1966 por Tan, se considera la prueba inicial de laboratorio que
apoya al diagnóstico y se hace empleando sustratos las líneas celulares HEp-2
(La más utilizada) y Hela, sin embargo, por su baja especificidad, es necesario
emplear otras técnicas como: Radioinmunoanálisis (RIA), ELISA,
Alectroinmunotransferencia (EIT) o Western blot.
Para las técnicas utilizadas para la detección de ANA es muy importante el
sustrato que se va a usar, si bien el más utilizado es Hep-2 y el segundo HeLa,
existen antígenos cuya concentración en las células de los tejidos es muy baja en
contraste con las células HEP-2, que por ser una línea celular epitelial, su
concentración está aumentada y tiene más de 46 cromosomas, más de dos
nucléolos y muchas mitocondrias, su núcleo es más grande que el de cualquier
célula epitelial normal, por que es relativamente fácil de identificar, no obstante, es
importante confirmar con ELISA, EIT o técnicas con sensibilidad y especificidad
similares o mayores. ELISA, en el cual las placas de poliestireno son recubiertas
con macerados (Principalmente núcleos), de las líneas celulares HEp-2 o HeLa.
En este caso, si se obtiene un resultado positivo, no se sabe los autoantígenos
que están dando la positividad o reactividad, por el contrario las células HEp-2
permiten sospechar la especificidad de los ANA. En los ELISA de tercera y cuarta
generación, las placas están sencibilizadas con antígenos purificados o
recombinantes, los que representan un reducido número de epítopos. Western-
blot (EIT), usado para la detección de actividad contra componentes celulares,
permite identificar una gran cantidad de autoantígenos, es altamente sensible y
específica y se enfoca más en investigaciones, por el costo, tiempo de preparación
y número de muestras que pueden correr al mismo tiempo , aunque se ha tratado
de comercializar es difícil interpretarlo. Actualmente se emplean otras técnicas
como. Microinmunoensayos enzimáticos y técnicas luminométricas de detección
múltiple (tecnología xMAP), entre otras, que detectan múltiples antígenos en un
soló ensayo.
Los patrones detectados mediante IFI que se presentan con mayor frecuencia en
sueros de pacientes con enfermedades autoinmunes son el patrón homogéneo,
patrón periférico, moteado grueso y fino (Son los mas comunes), patrón
centromérico, nucleolar, lámina nuclear o lamina, centriolar, citoplasmático,
mitocondrial, filamentos intermedios o de músculo liso. Es importante resaltar que
más del 90% de los ANA detectados en células HEp-2 se presentan combinados
con al menos dos patrones diferentes nucleares y/o citoplasmáticos.
Los ANA detectados mediante IFI se encuentran con alta frecuencia en
enfermedades autoinmunes como: LEG, sx de Sjogren, enfermedad mixta del
tejido conectivo, esclerosis sistémica y otras. En la población mexicana sana es
alta su prevalencia en títulos bajos, pero en niños y adultos mayores se detectan a
títulos altos y los patrones con mayor relevancia clínica son el patrón homogéneo
y el centromérico.
Finalmente es importante la aplicación de guías o algoritmos que ayudan a la
identificación los epítopes que reconocen los ANA, esto para disminuir el número
de pruebas y así ahórrale dinero al paciente, además de su gran impacto a nivel
clínico.

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