Está en la página 1de 2

Meandro procede del latín Maeander, a su vez derivado del

griego Maíandros. Así se denomina, en dicha lengua, a un río del


continente asiático cuyo curso se caracteriza por su sinuosidad.
Se denomina meandro, en este
marco, a cada curva que traza
un río en su curso. Por lo general
los meandros se desarrollan en
aquellos cursos que atraviesan
una llanura aluvial con poca
pendiente.
Lo habitual es que, en el sector
cóncavo del meandro, la orilla retroceda y se registre un proceso
de erosión por acción de las fuerzas centrífugas. En el área convexa, en
cambio, la orilla tiende a avanzar. Al combinarse el repliegue en la parte
cóncava con el adelanto del tramo convexo se va desarrollando el curso.
Mayoritariamente los meandros se generan en el tramo inferior de un río. La
erosión, en este marco, crece en la parte externa de la curva ya que se
registra una mayor velocidad. En el borde interno del río, por el contrario, se
acumulan los sedimentos porque la escasa velocidad impide arrastrarlos.
Existen distintas clases de meandros. Con una pendiente acotada, y frente a
los sedimentos de las orillas, el río serpentea con meandros divagantes.
Si se produce una elevación tectónica, la erosión se retoma hacia abajo y
aparecen los meandros encajados. El entrecruzamiento de meandros, en
tanto, produce meandros abandonados cuando se quedan
sin corriente activa.
La Real Academia Española (RAE) indica además que se llama meandro
al trazado de un camino y al adorno arquitectónico basado en la
repetición de líneas sinuosas.

También podría gustarte