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Universidad Nacional Autónoma de

México

Facultad de Medicina

HISTORIA Y FILOSOFÍA DE LA MEDICINA

Grupo:4952

Alumna: Nancy Rodríguez Andrade

Resumen. Capítulo XXIV: La Revolución en


la Cirugía, Antisepsia y Asepsia, la
Hemostasia y la Anestesia.
La infección: Aparte del dolor incontenible que era indispensable provocar al
paciente en su sano juicio o ligeramente adormecido por drogas más tóxicas que
eficaces, el enemigo más terrible en toda operación y en herida era la infección.
Pocos escapaban de las secuelas de heridas supurantes meses y hasta años.

La septicemia era el flagelo de la sala de operaciones limitaba al cirujano sus


posibilidades terapéuticas de las cuales hubieran sido beneficiosas pero se
evitaban por el miedo a la infección o a la gangrena.

El famoso Simpson quién introdujo la anestesia con cloroformo, ante la pérdida de


casi todos los pacientes de su hospital por gangrena y septicemias pensó en
quemar el hospital para acabar con aquella plaga que contaminaba todas las
lesiones abiertas.

En aquellos días la gangrena asumía en los hospitales y la septicemia era una


consecuencia inevitable de las operaciones. El cirujano operaba llevando una
chaqueta vieja cubierta de manchas, enhebrado en uno de sus ojales, un puñado
de ligaduras de seda, para ser usadas para la sutura. En el lento proceso port-
operatorio, una bandeja de zinc recibía el pus de la herida.

Antecedentes del método antiséptico: Roberto Liston (1794-1847) un gran


cirujano, ayudante de John Barclay, el gran anatomista.

En 1818, a continuó por sí mismo la enseñanza de la Anatomía, ayudado por


James Syme; 5 años después dedico toda su vida a la cirugía y Syme se encargó
de la clase, tenían una estrecha amistad y colaboración. Liston efectuó muchas
operaciones en casa de los pacientes durante sus primeros años de práctica
quirúrgica, trató y curó muchos casos considerados incurables en la “Royal
Infirmary”.

En 1827 hubo una plaza vacante de médico en dicho hospital, que le fue otorgada.
Trato de difundir sus ideas en relación con la técnica quirúrgica y el tratamiento
cuidadoso de las heridas post-operatorias, publicó varios artículos y un libro de
texto sobre Cirugía.

La tragedia de la fiebre puerperal: En 1773, Charles White (1728-1813), ilustre


cirujano y tocólogo de Manchester, había escrito un “Treatise on the management
of pregnant and Lying-in Women”, en que recomendaba el uso de inyecciones
emolientes y antisépticas en el útero, en los casos en que los loquios se tornaban
fétidos. Insistió en la necesidad de una limpieza perfecta, y de adecuada
ventilación en la habitación de la parturienta.

Alexander Gordon (1752-1799), de Aberdeen, en el año 1795 publicó un “Treatise


on the epidemia puerperal fever of Aberdeen”, en el que aconsejaba a Médicos y
Enfermeras que después de asistir a pacientes de fiebre puerperal, procurasen
lavarse las manos con esmero, e hicieran fumigar sus instrumentos.

Oliver Wendell Holmes (1809-1894), más conocido en los círculos literarios,


publicó un ensayo “On the Contagiousness of Puerperal Fever” que en 1843 leyó
ante la “Sociedad de Boston para el progreso de la Medicina”. El método
propuesto para desinfectarse fue un insulto por parte de ciertos médicos
anticuados e ignorantes.

La antisepsia: Antes de descrubirse el éter y el cloroformo, la velocidad habilidad


manual era la competencia de un cirujano. Se decía que Cheselden realizaba una
litotomía en menos de un minuto, que Liston amputaba una pierna en 25
segundos. En estos casos las precauciones antisépticas no podían ser las
adecuadas; una operación debía realizarse en el menor tiempo posible.

Semmelweis: Un tocólogo que vivió de 1818- 1865, fue el primero en demostrar


la eficacia de lavarse las manos con una solución antiséptica, mientras que
trabajaba en el Hospital General de Viena, hizo la observación de que en los
pabellones de maternidad, donde los estudiantes de medicina, que venían de las
salas de disecciones, hacían los exámenes vaginales y tomaban parte en los
partos; la mortalidad por sepsis puerperal, era 4 veces mayor que en el pabellón
atendido sólo por parteras. Cuando uno de los ayudantes se cortó la mano en la
sala de disección y murió poco después, con síntomas de sepsis puerperal,
Semmelweis quedó convencido de que la sepsis resultaba de la falta de limpieza;
introdujo el agua clorada en el pabellón donde trabajaban los estudiantes,
insistiendo que se lavabaran bien las manos, antes de cualquier examen o de
asistir a un parto. La frecuencia de la sepsis puerperal bajó notablemente.

Su descubrimiento no fue aceptado hasta tiempo después, tras publicar en 1861


su obra sobre la naturaleza de la sepsis puerperal, murió de un padecimiento
mental. Es el primer médico que señaló los medios de evitar la infección de las
heridas.
Lister. Joseph Lister (1827-1912), era un médico cuáquero, tuvo un padre
eminente microscopista, y como esposa la hija del famoso Cirujano de Edimburgo,
James Syme. Fue aceptado como ayudante de Syme y fue nombrado catedrático
de cirugía de Glaslow y allí llevó sus investigaciones sobre la naturaleza de las
infecciones de las heridas y prevención, cuando empezó su trabajo en la
enfermería de Glaslow, se asombró de que a pesar de todas las precauciones, la
mortalidad era del 45%.

Las fracturas cerradas curaban bien, pero las abiertas originaban sepsis y
requerían amputación y también que si la herida cicatrizaba sin supurar, el
paciente sanaba en poco tiempo, se convencio de el pus era causado por
infección y que si ésta se podía evitar, el paciente se curaría fácilmente y sin
complicaciones.

Lister leyó los descubrimientos de Pasteur, sobre la fermentación y la putrefacción,


dándose cuenta de que si la infección podía evitarse no se formaría pus en la
herida; como las superficies cruentas no podían esterilizarse con el calor, buscó
otros medios, supo que en las alcantarillas que fueron tratadas con ácido fénico,
en la Ciudad de Carlisle no se produjeron fenómenos de putrefacción y probó el
valor del ácido fénico, como desinfectante para combatir los gérmenes que
hubieran invadido el campo operatorio, usó vendajes empapados de soluciones
diluidas de ácido fénico, y como estaba seguro de que las bacterias estaban en el
aire, contaminaban las heridas, hizo que en cada operación, la sala de
operaciones y el campo quirúrgico se nebulizaran con solución de ácido fénico.

Lister empezó sus trabajos sobre antisepsia en 1865. El tratamiento con su primer
paciente no funciono pero el segundo paciente dio por resultado la curación por
primera intención. En 1867 publicó dos escritos revolucionarios en el “ Lancet” de
Londres, titulados: “Sobre un nuevo método de tratar fracturas abiertas, abscesos,
etc, con observaciones sobre la naturaleza de la supuración” y “ Sobre el principio
antiséptico en la práctica de la cirugía”.

La Asepsia: En 1877, Robert Hoch, el gran bacteriólogo Alemán, publicó su


monografía sobre “ La causa de la infección de las heridas”, en la que demostraba
por primera vez la especificidad de las diferentes causas de las diversas clases de
bacterias que causaban infecciones, y que cada microorganismo tenía
características especiales, que causaban distintos cuadros clínicos.
La antisepsia era solución parcial del problema de la infección y que el evitar la
introducción de bacterias en las heridas era más importante que tratar de matar a
las que allí existieran, o evitar su proliferación. Principio de Asepsia.

Von Bergmann se dio cuenta que los tejidos vivos del paciente no podían
esterilizarse por calor, pero que todo lo que se ponía en contacto con la herida
excepto las manos del cirujano si podía esterilizarse y en 1886 creó el método de
esterilización por vapor.

En 1890 cuando Halsted introdujo el uso de los guantes de goma estériles, al igual
que las pinzas hemostáticas de punta fina, que causaban un menor traumatismo
en las heridas.

En 1900, Hunter del Charring Cross Hospital de Londres fue el primero en


introducir el uso de la mascarilla de gasa para el equipo quirúrgico.

La hemostasia: Von Smarch de la Universidad de Kiel, cirujano militar, estableció


la compresión para la hemostasia quirúrgica, cuando en 1873, inventó el vendaje
de goma elástico de muchos dobleces.

Las suturas. La palabra “catgut”, viene de cuerda musical, deriva de “Kitgut” o


“Kitstring”, del árabe “Kit” , violín y “string” ejecutante. Alguien creyó que “ Kit” era
lo mismo que “Kitten” gatito en inglés y de aquí partió la palabra “ catgut”.

El Dr. Philip Syng Physick, primer profesor de cirugía de la Universidad de


Pensilvania, quién vino a América después de la guerra de Independencia de los
Estados Unidos. Desarrolló una sutura absorbible de piel adelgazada de carnero.
Nathan Smith ejecutó una ovariotomía empleando el mismo tipo de material antes
de 1831.

Durante los últimos cuarenta años se han desarrollado suturas especiales para
muchos tipos de operación y el arte de suturar. Las suturas sin obtenibles con una
variación en calibre hasta un diámetro de un décimo de centímetro.

La Anestesia: Valerius Cordus preparó éter etílico en 1543 y pasaron 3 siglos


antes que se utilizara como agente de anestesia general. En 1776 Priestley
descubrió el óxido nitroso y en 1799 Humphry Davy afirmó que este gas tenía la
capacidad de suprimir el dolor, y sugirió su uso en intervenciones quirúrgicas.
En 1818 Faraday escribió un trabajo sobre los efectos depresores del éter. En
1824, Hickman hizo varias operaciones en animales utilizando dióxido de carbono.
En 1842 Crawfors W.Long de Jefferson, Georgia, administró éter a un amigo
mientras le quitaba un quiste sebáceo del cuello, el paciente no tuvo dolor.

De 1840 a 1844 Colton un químico y ferencista, erraba por toda Nueva Inglaterra
demostrando que el óxido nitroso era un gas que producía efectos hilarantes
durante una demostración Cooley inhaló el gas y comenzó a correr como loco y se
cortó una pierna sin darse cuenta, al recuperar el sentido, lo interrogo Horace
Wells dentista de Hartford acerca de que si había sentido dolor al herirse a lo que
su respuesta fu negativamente.

Al siguiente día, Wells hizo que Colton le administrara el gas mientras un colega
dentista le extraía una muela. Wells no sintió dolor.Inmediatamente lo comenzó a
utilizar con sus pacientes odontológicos.

En 1846 se introdujo el éter en la anestesia y esto le quitó importancia a Wells y su


gas.

William T.G . Morton, de Boston era un dentista que se había interesado en la


anestesia y entro a la escuela de Medicina en Harvard, comenzó anestesiándose
él mismo, experimento en perros, gatos, pollos, ratas, al poco tiempo le pregunto
al doctor J.Warren, si le podría administrar éter durante una intervención quirúrgica
a uno de sus pacientes, el cirujano le dio permiso y el 16 de Octubre de 1846 la
operación tuvo lugar. El paciente no tuvo ninguna manifestación de dolor y aún
persistía dormido y respirando con regularidad al terminar la intervención.

El cloroformo: En 1847 James Young Simpson profesor de obstetricia de la


Universidad de Edimburgo y natural de Bathgate, introdujo por primera vez la
anestesia clorofórmica como método sistemático para producir adormecimiento e
insensibilidad al dolor.

El cloroformo fue elaborado por primera vez por el químico alemán Liebig en 1831.

Simpson publicó su “Informe sobre un nuevo agente anestésico”, al poco tiempo


ya lo utilizaba de rutina en sus pacientes obstétricos, pero en esa época una secta
de la iglesia llamada “Church of England” se opuso al uso en la obstetricia y fue
llevado a la corte. Simpson triunfó y la Reyna Victoria lo nombró Caballero Real y
le pidió que la atendiera en sus partos.
Las causas de las mayorías de muertes ocurrieron por síncope cardíaco o por
paro respiratorio como consecuencia trajo el uso continuado del éter, el cual
adquirió popularidad después de que Clover inventó un inhalador en 1876.

Después de la popularización de la anestesia, se empezó a perfeccionar la técnica


mecánica de la anetesia así fueron inventadas mascarillas y aparatos como el de
Ombredane. Kúhn en el año 1900 logró la administración de la anestesia a través
de una cánula endotraqueal.

También se intentó la anestesia intravenosa en Burdeos por Oré en 1874, usando


cloral. En 1902 Fisher logró la síntesis del veronal un barbitúrico hasta llegar el
uso del penthotal. A partir del año 1945 otras drogas fueron usadas en anestesia:
el curare y la succinilcolina, las dos producen relajación muscular.

La anestesia Local: Fue usada por primera vez en Austria en 1884 por Carl Koller
haciendo experimentos en ojos de animales demostró la anestesia local de la
cocaína, después se extendió a su uso en operaciones de otras regiones; el uso
de substancias menos tóxicas como la procaína y la xilocaína fueron
substituyendo a la cocaína.

En 1898 August Carla Gustav Bier inyectó cocaína en el canal vertebral y obtuvo
la anestesia de las extremidades inferiores.

La hipotermia un riesgo de la cirugía mayor utilizada desde la época de las


campañas Napoleónicas, por Larrey, al practicar amputaciones sin dolor, en
miembros congelados de los soldados en el frente ruso.

Se trató de enfriar a los pacientes a base de hielo, sábanas mojadas y


ventiladores pero se compensaban los efectos por los centros hipotalámicos que
controlan la temperatura, de tal manera se pensó en inhibir estos mecanismos por
medio de cloropromazina y la prometazina, que tienen también efectos
tranquilizantes.

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