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Hernández Sánchez Yafte

Resumen sobre La devastación de la guerra y la consolidación de un nuevo


lenguaje cinematográfico (1945-1952)

En este tema se aborda el desarrollo del cine durante la época de la segunda


guerra mundial, sobre todo en los Estados Unidos y en Europa, y cómo surge toda
una nueva visión de la realidad de la época a propósito de las consecuencias del
conflicto global.

Mark Cousins da pie a esta época hablando sobre un recurso cinematográfico, la


profundidad de campo. Aclara que esta capacidad de las nuevas lentes para
enfocar los sujetos que están en un primer y un segundo plano a la vez, sería
descubierta en todo su esplendor durante este periodo de la historia del cine, y de
hecho ya no dejaría de estar presente en él gracias a sus oportunidades de
expresividad. Menciona a dos grandes exponentes: John Ford y Orson Welles,
quien, en Ciudadano Kane, llevaría al máximo la profundidad de campo. En
Hollywood, sin embargo, para los años 50 la profundidad de campo iba a pasar de
moda para sustituirla por una horizontalidad parecida a la del teatro, hecho que
está íntimamente relacionado con los drásticos cambios dentro de las políticas de
la industria cinematográfica norteamericana, así como a las limitaciones técnicas
de las lentes de color del momento. 

En los años inmediatos posteriores a la guerra en Europa, Italia dirige el camino


con una visión del cine retratando la realidad de la posguerra, a esto se le llamó
Neorrealismo italiano. Esta nueva forma de ver la vida implicaba austeridad,
realismo crudo y sin adornos, el uso de la luz natural en rodajes convencionales
que buscaban, ante todo, la empatía hacia los personajes retratados. Como bien
lo dice Cousins, el cine era muy duro porque así era la vida en ese entonces. Dos
grandes filmes son los mayores exponentes de este momento: Roma, Ciudad
abierta, de Roberto Rosellini, estrenada en 1945, y El ladrón de bicicletas, de
Vittorio de Sica, de 1948.
Por otra parte, en Estados Unidos surgió, influenciado fuertemente por el cine
europeo, un cine con temáticas más serias y oscuras, que fue denominado como
Cine negro. Así como en Italia, Hollywood buscó hacer un cine más real con
planteamientos narrativos y visuales fuertemente atraídos por el expresionismo
alemán, que, recordemos, dio pie a memorables películas de terror. En Perdición,
de Billy Wilder, se retrata la vida de personajes llenos de frustración, totalmente
imperfectos y, por tanto, muy humanos. El detalle aquí es el contexto de crisis
social posterior a la guerra en el que viven.

Pero en Estados Unidos también se desató una casa de brujas por parte del
Comité de Actividades Antiestadounidenses, organización en contra de las
actividades comunistas y de todos aquellos que tuvieran algo que ver con el
comunismo. La censura y el veto afectaron enormemente al cine, y este debió
buscar formas nuevas de evitar el silencio conservador para poder seguir
proponiendo. Stanley Donen fue uno de los directores más ingeniosos al respecto.
Un ejemplo es Indiscreta, de 1958, con una visión del matrimonio fuera de los
estándares del romance, con personajes que al mismo tiempo que están
conflictuados entre ellos, llegan a respetarse y quererse en una relación formal.

Por último, se habla de la que es, según Cousins, una de las mejores películas
jamás rodadas, El tercer hombre, de Carol Reed, del año 1949, y que es un
compendio del cine de los años 40, influenciada por el realismo poético francés, el
neorrealismo y el cine negro. En ella se busca la desdramatización del tiempo a la
vez que plantear, narrativamente, crímenes morales con los personajes, todo para
lograr un cine más real, más empático y más significativo.

Fuentes consultadas
Cousins, M. (Dirección). (2011). Historia del cine: Una Odisea. Episodio 5. Tiempo
de guerras. [Película].

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