Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
tiempo!
Amor Agape.
La palabra "ágape" es una palabra griega que se usa para describir cierta
clase de amor. La razón por la que utilizamos esta palabra griega es que no hay
una palabra en español que dé a entender bien esta clase de amor.
¿Qué es el amor ágape? El amor ágape es el amor que da y se
sacrifica por lo que es mejor para la otra persona.
El amor ágape tiene dos características principales: (1) No es egoísta—busca
lo que es mejor para la persona a quien ama y (2) es un amor de
compromiso—sigue amando pase lo que pase.
Recuerda, no tienes que esperar hasta que sientas amor por los demás en tu
familia. Puedes decidir amarles y empezar a comportarte de manera no egoísta
con ellos. Esto es un entrenamiento excelente para el matrimonio.
Cualquier chico o chica puede comportarse de una manera amorosa con
la persona con quien planea casarse. Le conviene hacerlo. Pero una vez que estén
casados y que la rutina de la vida diaria se establezca, su naturaleza básica se
expresará. Si son egoístas en su situación familiar presente, serán egoístas en su
matrimonio.
Uno de los errores más grandes que cometen los jóvenes es casarse de
prisa porque ya no aguantan vivir en casa. Pero hasta que tú aprendas a vivir en
casa, aceptando y amando a los demás miembros de tu familia, en realidad no
estás preparado para el matrimonio.
Antes de considerar el matrimonio necesitas estar seguro que tienes amor ágape
por esa persona especial y que él o ella también tiene esa clase de amor por ti.
Un matrimonio feliz no es un matrimonio entre dos
personas "perfectas" que por casualidad se conocen y se casan. ¡No existen las
personas "perfectas"!
Un matrimonio feliz es un matrimonio entre dos personas imperfectas que
se aman el uno al otro con un amor comprometido que no es egoísta. El amor
ágape no es ciego—ve las faltas de la otra persona, pero las cubre con amor.
Cuando tú amas de verdad a una persona, no intentas cambiarla. La aceptas y la
amas tal y como es. El amor ágape dice: "Te amo, no importa lo que suceda,
y siempre te amaré". Puedes ver por qué esta clase de amor es esencial para
un matrimonio feliz y de éxito.
"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8).
El amor de amistad.
Ese es el amor y el afecto tierno que tenemos por buenos amigos—personas con
las que nos gusta estar. Debemos tener esta clase de amor tanto por personas de
nuestro mismo sexo, como del sexo opuesto.
Los cristianos deben desarrollar un amor ágape sin egoísmo por todas las
personas, pero no todos pueden ser amigos íntimos. La ilustración de la pirámide
muestra cómo los objetos de nuestro afecto empiezan a disminuir cuando
llegamos al nivel de amor de amistad.
Para tener un matrimonio feliz, necesitas tener amor de amistad por tu
cónyuge para que puedan disfrutar estar juntos, hablando y compartiendo cosas
el uno con el otro. Un matrimonio sin afecto tierno entre esposo y esposa no será
satisfactorio aunque haya mucha pasión en la recámara.
Dos amores
Construir una relación que durará toda una vida no es tarea fácil.
He experimentado dos clases de noviazgo—una que sigue la
mentalidad de esta generación y otra que está edificada sobre el fundamento
firme de los principios de Dios. Hay poco en común, y gran contraste entre las
dos cosas.
Mi primer amor fue un chico que llamaré Samuel. Samuel había sido
cristiano desde su niñez, y junto con su familia era responsable por mi
conversión. Más allá, sólo había dos cosas que andaban bien en nuestra relación:
ambos somos cristianos, y él es varón y yo mujer.
Puesto que nuestra relación se basaba en la atracción física, fuimos novios por
cinco años con los problemas típicos de celos y egoísmo. Si no hubiéramos estado
tan involucrados emocionalmente el uno con el otro, hubiéramos terminado
mucho antes. Nos sentíamos miserables el uno con el otro, pero igualmente
miserables cuando no estábamos juntos. Yo había conocido a Samuel por tanto
tiempo que enfrentar la realidad de un futuro sin una relación con él era como
adaptarme a un divorcio o a su muerte. Terminar esa relación fue terminar todo
un capítulo de mi vida.