ORIGINAL

Implicaciones diagnósticas, pronósticas y terapéuticas

del dúplex color transcraneal en el ictus isquémico agudo:
validación de los grados TIBI y COGIF
Pilar Sobrino-García, Andrés García-Pastor, Amaia García-Arratibel, Raúl Domínguez-Rubio,
Pedro M. Rodríguez-Cruz, Ana M. Iglesias-Mohedano, Fernando Díaz-Otero, Pilar Vázquez-Alén,
Yolanda Fernández-Bullido, José A. Villanueva-Osorio, Antonio Gil-Núñez

Objetivo. Describir la información aportada por el dúplex color transcraneal (DCTC) en pacientes con ictus isquémico agu- Unidad de Ictus. Servicio de
Neurología. Hospital General
do, analizando la relación entre los hallazgos del DCTC, la gravedad y el pronóstico, así como su utilidad en la toma de Universitario Gregorio Marañón.
decisiones terapéuticas. Madrid, España.

Pacientes y métodos. Analizamos los DCTC realizados a pacientes con ictus agudo de menos de seis horas de evolución. Correspondencia:
Recogimos la existencia de oclusión arterial empleando las clasificaciones TIBI (Thrombolysis in Brain Ischemia) y COGIF Dr. Andrés García Pastor. Unidad
de Ictus. Servicio de Neurología.
(Consensus on Grading Intracranial Flow Obstruction). Determinamos la recanalización arterial a las 24 horas del ictus Hospital General Universitario
empleando criterios TIBI y COGIF. Consideramos buena evolución funcional puntuaciones en la escala de Rankin de 0 a 2 Gregorio Marañón. Doctor
Esquerdo, 46. E-28007 Madrid.
a los tres meses.
Resultados. Realizamos DCTC en 104 pacientes, 85 tratados con trombólisis intravenosa. Objetivamos oclusión arterial en Fax:
+34 913 568 339
el 79,8%. La detección de una oclusión arterial mediante DCTC permitió indicar tratamiento endovascular en el 23,1% de
los pacientes. La presencia de oclusión arterial se asoció a mayor gravedad del ictus. Detectamos recanalización arterial E-mail:
angarpas@yahoo.es
en el 44,1% según los criterios TIBI y en el 45,8% según los criterios COGIF. El 80,8% de los pacientes que recanalizaron y
sólo el 39,5% de los que no recanalizaron obtuvieron una buena evolución funcional a los tres meses. La recanalización Nota:
Presentado como comunicación
dependió de la localización de la oclusión arterial. oral en la LXV Reunión Anual de la
Conclusiones. El DCTC es útil para detección y localización de oclusión arterial, aporta información pronóstica valiosa y Sociedad Española de Neurología.

permite seleccionar pacientes para el empleo de terapias endovasculares. La información aportada por las clasificaciones Aceptado tras revisión externa:
TIBI y COGIF es equiparable. 15.06.16.

Palabras clave. Dúplex color transcraneal. Ictus isquémico agudo. Neurosonología. Oclusión arterial. Recanalización arte-
rial. Tratamiento endovascular. Trombólisis intravenosa.
Introducción
El mecanismo más habitual del ictus isquémico es la
oclusión de una arteria cerebral intra o extracraneal.
La persistencia de una oclusión arterial en las horas
siguientes al ictus isquémico constituye un potente
predictor de dependencia o muerte a los tres meses
[1], mientras que la recanalización precoz se asocia
a una mayor probabilidad de buena evolución fun-
cional y a menor riesgo de muerte [2].
La detección y localización precoz de una oclu-
sión arterial en el ictus isquémico en fase aguda
aportan, por lo tanto, una valiosa información pro-
nóstica y pueden ser útiles para la toma de decisio-
nes terapéuticas [1,3-6].
La neurosonología es una herramienta diagnós-
tica que ha sido validada para la detección de una
oclusión arterial en el ictus isquémico agudo [7-10].
El diagnóstico de una oclusión arterial intracraneal
Cómo citar este artículo:
Sobrino-García P, García-Pastor A,
García-Arratibel A, Domínguez-
Rubio R, Rodríguez-Cruz PM,
Iglesias-Mohedano AM, et al.
Implicaciones diagnósticas,
mediante Doppler transcraneal (DTC) se basa en el pronósticas y terapéuticas del
análisis de las alteraciones del patrón de señal Do- dúplex color transcraneal en el ictus
isquémico agudo: validación de
ppler producidas por la oclusión arterial, clasifica- los grados TIBI y COGIF. Rev Neurol
das en los llamados ‘grados TIBI’ (Thrombolysis in 2016; 63: 351-7.
Brain Ischemia) [11]. El dúplex color transcraneal © 2016 Revista de Neurología
(DCTC), por su parte, combina diferentes modos
de exploración ecográfica y aporta una información
más completa: visualización de estructuras anató-
micas intracraneales mediante el modo B, identifi-
cación morfológica de las arterias intracraneales
mediante el modo color o el modo power, y análisis
velocimétrico de las arterias intracraneales con el
modo Doppler.
Existen varios estudios [3,7,8] que demuestran
que el DTC aporta información pronóstica impor-
tante, con una buena correlación entre la gravedad
del ictus y los grados TIBI, y buena concordancia
en la localización de una oclusión arterial por DTC
y arteriografía convencional o angiotomografía com-

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P. Sobrino-García, et al
putarizada. Los estudios con DCTC en el ictus agu-
do son menos numerosos y se desconoce si los gra-
dos TIBI son aplicables en este tipo de técnica ul-
trasonográfica. Existen unas recomendaciones de
consenso para la evaluación de las arterias intracra-
neales en el ictus agudo mediante DCTC, en las que
se propone una adaptación de los grados TIBI: los
grados COGIF (Consensus On Grading Intracranial
Flow Obstruction) [12]; no obstante, dicha clasifica-
ción no ha sido validada por el momento.
Los objetivos del estudio son describir la infor-
mación aportada por el DCTC utilizando las clasi-
ficaciones TIBI y COGIF en una serie de pacientes
con ictus isquémico agudo y analizar la relación en-
tre los hallazgos del DCTC y la gravedad y pronós-
tico del ictus isquémico, así como describir su utili-
dad en la toma de decisiones terapéuticas.
Pacientes y métodos
Análisis retrospectivo de los estudios neurosonoló-
gicos realizados a pacientes con ictus isquémico
agudo de territorio anterior de menos de seis horas
de evolución ingresados en la unidad de ictus del
Hospital General Universitario Gregorio Marañón
desde enero de 2011 hasta diciembre de 2013.
Estudio neurosonológico basal
El estudio neurosonológico se realizó en la unidad
de ictus en las primeras seis horas tras el inicio de
los síntomas y en la cabecera del paciente con un
equipo de ultrasonido Toshiba modelo Xario. Se
utilizó una sonda sectorial de 2,5 MHz para el estu-
dio con DCTC y una sonda lineal de 7,5 MHz para el
examen carotídeo extracraneal. El estudio con DCTC
se realizó a través de la ventana temporal, en el plano
axial. La valoración ultrasonográfica de las arterias
extra- e intracraneales se realizó siguiendo las reco-
mendaciones de consenso publicadas [7,8,13].
Las alteraciones de señal Doppler producidas por
la presencia de una oclusión arterial se analizaron
empleando las clasificaciones TIBI y COGIF. La cla-
sificación TIBI distingue seis tipos de señal Dop­pler:
flujo ausente (TIBI 0), flujo mínimo (TIBI 1), flujo
amortiguado (TIBI 2), flujo disminuido (TIBI 3),
flujo acelerado/estenótico (TIBI 4) y flujo normal
(TIBI 5) [11]. Los criterios COGIF consideran cua-
tro grados de alteración del patrón hemodinámico:
ausencia de flujo (grado 1), flujos disminuidos sin
señal diastólica (grado 2), flujos disminuidos con
componente diastólico presente (grado 3) y perfu-
sión establecida (grado 4, que distingue tres patro-
352
nes diferentes: velocidad de flujo igual al lado con-
tralateral, elevación focal y elevación segmentaria
de las velocidades de flujo) [12].
Se definió oclusión arterial como la detección de
un patrón TIBI 0 a TIBI 3. De acuerdo con los crite-
rios COGIF, se consideró oclusión arterial la pre-
sencia de grados 1 a 3.
Toma de decisiones terapéuticas
En los pacientes en los que se detectó una oclusión
arterial mediante DCTC y que no presentaron me-
joría clínica tras el tratamiento con trombólisis in-
travenosa, se planteó el tratamiento endovascular de
rescate sin necesidad de realizar otra prueba diag-
nóstica de confirmación.
El tratamiento endovascular se realizó en nues-
tro centro cuando el paciente fue atendido en hora-
rio laboral y trasladado a otro centro hospitalario si
el paciente fue valorado fuera de dicho horario.
Valoración de la recanalización arterial
Los pacientes que presentaron una oclusión arterial
en el estudio neurosonológico basal fueron someti-
dos a un DCTC de control en las 24 horas siguien-
tes. Se definió recanalización arterial parcial como
la mejoría en dos o más grados TIBI sin llegar a al-
canzar los grados TIBI 4 o 5, o la mejoría en la pun-
tuación COGIF hasta alcanzar una puntuación de 3.
Consideramos recanalización arterial completa cuan-
do se detectó en el DCTC de control un grado TIBI
4 o 5, o una puntuación de 4 en la escala COGIF.
Registro de datos
Se recogieron datos demográficos, factores de ries-
go vascular (hipertensión arterial, diabetes mellitus,
dislipidemia, hábito tabáquico, antecedentes de ic-
tus o ataque isquémico transitorio previo, fibrila-
ción auricular, cardiopatía isquémica), característi-
cas basales del ictus, gravedad clínica del ictus me-
dida por la National Institute of Health Stroke Scale
(NIHSS) y tratamientos revascularizadores admi-
nistrados. Además, se analizó la evolución funcio-
nal a los tres meses medida mediante la escala de
Rankin modificada, y se definió como buena evolu-
ción funcional una puntuación de 0 a 2. Asimismo,
se recogió la mortalidad durante el ingreso.
Los resultados del estudio neurosonológico se
recogieron prospectivamente en un formulario en
el que se detallaron la fecha y la hora de realización
del estudio; hallazgos del DCTC: presencia o no de
oclusión arterial, localización de la oclusión arterial
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–considerando las siguientes localizaciones: oclu-
sión de la arteria cerebral media a nivel proximal
(M1) o distal (M2); oclusión de la arteria carótida
interna cervical; oclusión ‘en T’ y oclusión ‘en tán-
dem’–; grados TIBI y COGIF detectados; y profun-
didad a la que se detectó. Se recogió asimismo el
resultado del estudio ultrasonográfico carotídeo, y
se clasificaron los hallazgos como normal, estenosis
< 50%, estenosis del 50-69%, estenosis ≥ 70%, ‘casi
oclusión’ u oclusión [8].
Análisis estadístico
El análisis estadístico de los datos obtenidos se rea-
lizó mediante el programa SPSS v. 15.0. Se calcula-
ron las frecuencias de las variables cualitativas, las
medias y desviaciones estándares o las medianas y
rangos intercuartílicos de las variables cuantitati-
vas. Para la comparación de proporciones se diseña-
ron tablas de contingencia y se aplicaron las prue-
bas de chi al cuadrado. Para la comparación de va-
riables no paramétricas se empleó el test U de Mann-
Whitney. La correlación de las puntuaciones de la
NIHSS y los grados TIBI y COGIF se determinó
mediante la rho de Pearson. Se consideró estadísti-
camente significativos valores de p < 0,05.
Resultados
Datos basales
Desde enero de 2011 a diciembre de 2013 se ingre-
saron en nuestra unidad de ictus 1.920 pacientes.
De ellos, 1.242 (64,7%) fueron atendidos en las pri-
meras seis horas: 640 ictus isquémicos, 414 ataques
isquémicos transitorios, 150 hemorragias intracra-
neales y 38 cuadros que simularon ictus (stroke mi-
mics). En todos los pacientes con diagnóstico de ic-
tus isquémico o ataque isquémico transitorio se
realizó un DCTC en las primeras 24 horas, que se
realizó en las primeras seis horas en 104 de ellos.
Las características demográficas y la distribución
de los factores de riesgo vascular de los pacientes se
muestran en la tabla I. La mitad de los pacientes
eran varones (n = 53; 51%), con una media de edad
de 68,9 ± 13,6 años y con una mediana en la pun-
tuación de la NIHSS basal de 13 (rango intercuartí-
lico: 8-17).
Oclusión arterial
De los 104 pacientes, detectamos oclusión arterial
(tanto empleando los criterios TIBI como los crite-
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Dúplex color transcraneal en el ictus isquémico agudo
Tabla I. Datos demográficos y factores de riesgo.
Edad media (años) 68,9 ± 13,6
Sexo varón 53 (51,0%)
Hipertensión 67 (64,4%)
Dislipidemia 57 (54,8%)
Diabetes mellitus 24 (23,1%)
Hábito tabáquico 25 (24,0%)
Fibrilación auricular 28 (26,9%)
Cardiopatía isquémica 24 (23,1%)
Ictus/ataque isquémico transitorio previo 18 (17,3%)
Tratamiento antiagregante previo 34 (32,7%)
Tratamiento anticoagulante previo 11 (10,6%)
Tratamiento hipolipemiante previo 45 (43,3%)
rios COGIF) en 83 (79,8%). En 12 casos (11,5%) fue
necesaria la utilización de un ecopotenciador por
una mala ventana ecográfica transtemporal. La lo-
calización de la oclusión arterial se muestra en la
tabla II.
La presencia de oclusión arterial se relacionó
con una mayor gravedad del ictus: la puntuación en
la NIHSS basal fue significativamente mayor en los
pacientes con oclusión arterial (mediana: 14; rango
intercuartílico: 9-19), comparada con la de los pa-
cientes sin oclusión arterial (mediana: 7; rango in-
tercuartílico: 3-11) (p < 0,001). Asimismo, la pun-
tuación obtenida en la NIHSS se correlacionó de
forma inversa con los grados TIBI o COGIF: rho de
Pearson = –0,502 (p < 0,001) y –0,463 (p < 0,001),
respectivamente (Fig. 1).
La localización de la oclusión arterial también
afectó a la puntuación obtenida en la NIHSS, y se
detectaron puntuaciones más altas en oclusiones
de arterias proximales (Tabla II).
Tratamientos administrados y evolución clínica
De los 640 pacientes con ictus isquémicos de me-
nos de seis horas de evolución, 238 fueron tratados
con trombólisis intravenosa y 24 con tratamiento
endovascular en nuestro centro. Cuarenta y cuatro
pacientes fueron trasladados a otro centro para va-
353
P. Sobrino-García, et al
Figura 1. Puntuación en la National Institute of Health Stroke Scale ba-
sal en función de los grados TIBI o COGIF detectados mediante dúplex
color transcraneal.
lorar la realización de una trombectomía mecánica.
De los 104 pacientes analizados, 86 recibieron tra-
tamiento revascularizador en fase aguda. Fueron
tratados con trombólisis intravenosa 85 (81,7%), y
12 recibieron tratamiento endovascular (11 de ellos
tras una trombólisis intravenosa fallida).
Se consideró la indicación de tratamiento endo-
vascular en 24 pacientes (23,1%) que mostraron oclu-
sión arterial en el DCTC. La trombectomía mecá-
nica se realizó finalmente en 12 de ellos (siete en
nuestro centro y cinco en otros centros). El princi-
pal motivo de no realizar tratamiento de rescate fue
la presencia de un infarto establecido en una prue-
ba de imagen de control realizada en el centro de
destino (11 casos), y sólo en un caso por ausencia
de oclusión arterial en la arteriografía.
354
Disponemos de información sobre la evolución
clínica de 103 pacientes. Cincuenta y siete pacien-
tes (54,8%) quedaron funcionalmente independien-
tes (puntuación 0-2 en la escala de Rankin modifi-
cada) a los tres meses. Once pacientes (10,6%) falle-
cieron.
Recanalización
De los 83 pacientes que presentaron oclusión, no se
pudo realizar un DCTC de control en las 24 horas
siguientes al ictus en 21 casos, 17 de ellos debido a
que fueron trasladados a otros centros para trata-
miento endovascular, y en los cuatro restantes por
empeoramiento clínico importante. En los 62 pa-
cientes con DCTC de control, 26 (44,1%) presenta-
ron una recanalización arterial parcial, y 24 (40,7%),
una recanalización completa. Se observó recanali-
zación según los criterios COGIF en 27 casos (45,8%),
con datos de recanalización completa en 25 pacien-
tes (42,4%).
La recanalización detectada mediante DCTC se
relacionó de forma significativa con la situación fun-
cional a los tres meses. Un 80,8% de los pacientes
que recanalizaron quedó funcionalmente indepen-
diente a los tres meses, mientras que sólo el 39,5%
de los que no recanalizaron (p = 0,002). Esta rela-
ción fue muy similar tanto empleando los criterios
TIBI como los COGIF (Fig. 2). Ninguno de los
pacientes que presentaron recanalización falleció,
mientras que el 18,2% de los que no recanalizaron
según los criterios TIBI y el 18,8% según los crite-
rios COGIF fallecieron durante el ingreso.
Discusión
En nuestro estudio observamos que el DCTC es útil
para la detección de una oclusión arterial en pa-
cientes con ictus isquémico agudo. La presencia de
oclusión arterial se relacionó de forma significativa
con una mayor gravedad del ictus medida mediante
la NIHSS. Estos hallazgos son similares a los obser-
vados en otros estudios realizados con DTC [14-16].
Estos trabajos correlacionan la presencia de una
oclusión arterial diagnosticada mediante DTC con
una mayor puntuación en la NIHSS. Además, va-
rios autores asociaron la presencia de oclusión ar-
terial con peor pronóstico funcional a los tres me-
ses y mayor tasa de mortalidad [6,14]. Observamos,
asimismo, que la puntuación obtenida en la NIHSS
basal fue mayor cuanto más bajos fueron los grados
TIBI o COGIF. Esta relación inversa entre los gra-
dos TIBI y la puntuación en la NIHSS ya se había
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Tabla II. Localización de la oclusión arterial y mediana de la puntuación
de la NIHSS.
n
Arteria carótida interna cervical 2 (2,4%)
Oclusión en tándem 11 (13,3%)
Oclusión en ‘T’ 4 (4,8%)
M1 44 (53,0%)
M2 22 (26,5%)
NIHSS: National Institute of Health Stroke Scale; RIC: rango intercuartílico.
descrito previamente en estudios con DTC. No te-
nemos constancia de que se haya comunicado la
misma correlación con DCTC y los grados TIBI. Tam-
poco se ha descrito dicha relación entre la NIHSS y
los grados COGIF.
Otro factor neurosonológico que se relacionó
con la gravedad del ictus fue la localización de la
oclusión arterial. La oclusión de segmentos arteria-
les proximales o de mayor calibre (p. ej. oclusiones
de la carótida en ‘T’ y en tándem) se asoció a pun-
tuaciones de la NIHSS más elevadas. En nuestro
estudio, la mediana de puntuación de la NIHSS ba-
sal en la oclusión en tándem fue de 17, que fue si-
milar a la obtenida en los estudios previos, con
medianas que oscilaron entre 16 y 22 [14,17,18]. La
gravedad del ictus de los pacientes con oclusión en
‘T’ fue también similar a los datos previamente pu-
blicados [14,19,20]. La localización de la oclusión
arterial también determina el pronóstico funcional
a los tres meses: en el estudio NAIS [21], los pacien-
tes que por DTC o DCTC mostraron una oclusión
de una rama principal de la arteria cerebral media
presentaron peor pronóstico final que los pacientes
con oclusión de una rama distal de la arteria cere-
bral media o con la ausencia de una oclusión.
Nuestros resultados muestran que la recanaliza-
ción arterial detectada mediante DCTC constituye
un importante factor predictor de buena evolución
funcional a los tres meses. Un metaanálisis de 25
estudios [6] en los que se evaluó mediante DTC o
DCTC a pacientes con ictus agudo de menos de 24
horas de evolución mostró que la recanalización en
las primeras seis horas tras el ictus se asociaba a
una mayor probabilidad de independencia funcio-
nal a los tres meses (odds ratio = 6,07; intervalo de
confianza al 95% = 3,94-9,35). Labiche et al [22,23]
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Dúplex color transcraneal en el ictus isquémico agudo
Figura 2. Puntuación en la escala Rankin modificada al alta en función de recanalización o no, determi-
nada según los criterios TIBI o COGIF.
NIHSS basal,
mediana (RIC)
12,5 (-)
17 (12-22)
18,5 (15-20,5)
15 (11-17)
9 (6-15)
mostraron el valor pronóstico de la recanalización
temprana determinada por el DTC. El 50% de los
pacientes con una recanalización completa obtenía
un buen pronóstico funcional a los tres meses,
mientras que sólo lo consiguió el 22% de los que no
recanalizaron.
La aplicación de las escalas TIBI y COGIF per-
mitió en la misma medida la detección de una oclu-
sión arterial y se correlacionaron de forma casi
idéntica con las puntuaciones en la NIHSS. Asimis-
mo, la recanalización definida según los criterios
TIBI o COGIF tuvo un similar valor predictor de
buena evolución funcional. Ambas escalas son, por
lo tanto, equiparables con DCTC.
El DCTC nos permitió seleccionar a los pacien-
tes que requirieron terapias endovasculares de res-
cate tras el fracaso de la trombólisis intravenosa.
Tanto el DTC como el DCTC han demostrado ser
técnicas útiles para la indicación de terapias endo-
vasculares [24,25]. En nuestro estudio, 12 de los 24
pacientes seleccionados no fueron finalmente trata-
dos. Este hecho se debió a la necesidad de realizar
un traslado hospitalario, con el consiguiente retra-
so y la aparición de un infarto establecido en las
pruebas de imagen de control que contraindicó di-
cho tratamiento. Por el contrario, todos los pacien-
tes seleccionados para realizar tratamiento endo-
vascular en nuestro centro fueron tratados. Sólo en
un caso no se detectó oclusión arterial en la arte-
riografía. La neurosonología podría, por tanto, ser
una herramienta que permite monitorizar el efecto
de la trombólisis intravenosa durante su infusión y
decidir la indicación precoz de tratamientos intra­
arteriales de rescate. Algunos autores proponen rea-
lizar un tratamiento endovascular en los pacientes
en los que no se observa recanalización por DCTC
355
P. Sobrino-García, et al
tras 30 minutos desde el inicio de la trombólisis in-
travenosa [25].
Nuestro estudio tiene limitaciones. Se trata de un
estudio retrospectivo y unicéntrico, no se incluye-
ron los pacientes de forma consecutiva, y una pro-
porción significativa de los pacientes no dispone de
estudio neurosonológico de control debido a su
traslado a otro centro para tratamiento endovascu-
lar, o porque su situación clínica no lo permitía.
Además, se incluyó a pacientes con ictus de evolu-
ción menor de seis horas, lo que puede suponer un
sesgo de selección de nuestra muestra. No obstan-
te, consideramos que la información aportada re-
fleja la práctica habitual de nuestra unidad de ictus
y podría extrapolarse a otros centros.
En conclusión, el DCTC es una técnica útil para la
detección y la localización de una oclusión arterial
en los pacientes con ictus isquémico agudo. Aporta
una importante información pronóstica, y permite
seleccionar a pacientes para el empleo de terapias
de revascularización endovascular. La información
aportada por las clasificaciones TIBI y COGIF fue
equiparable. Ambas pueden ser de utilidad para la
detección de una oclusión arterial, la orientación
pronóstica y la toma de decisiones terapéuticas en
estos pacientes. Se precisan estudios más amplios y
prospectivos que confirmen los resultados.
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 Dúplex color transcraneal en el ictus isquémico agudo

Diagnostic, prognostic and therapeutic implications of transcranial color-coded duplex sonography in acute
ischemic stroke: TIBI and COGIF scores validation

Aim. To describe the information provided by transcranial color-coded duplex (TCCD) sonography for therapeutic decision-
making in patients with acute ischemic stroke and to analyze the relationship between TCCD findings and the severity and
prognosis of stroke.
Patients and methods. TCCD performed within the six first hours after an acute ischemic stroke were analyzed in our
institution. The presence of an arterial occlusion and its location were collected using TIBI (Thrombolysis in Brain Ischemia)
and COGIF (Consensus on Grading Intracranial Flow Obstruction) criteria. Arterial recanalization within 24 hours after stroke
was determined using TIBI and COGIF criteria. Favorable functional outcome was defined as a modified Rankin scale from
0 to 2 at three months.
Results. TCCD was performed in 104 patients, 85 were treated with intravenous thrombolysis. Arterial occlusion was detected
in 79.8% of patients. The detection of arterial occlusion with TCCD allowed the selection for endovascular treatment in
23.1% of patients. Arterial occlusion was associated with a higher severity of stroke. Recanalization was detected in 44.1%
using TIBI and 45.8% according to COGIF criteria. 80.8% of recanalized patients and only 39.5% of not recanalized had a
favorable functional outcome at three months. Recanalization rate depended on the location of arterial occlusion.
Conclusion. TCCD is a useful technique for the detection and location of arterial occlusion. It provides valuable prognostic
information and allows selecting patients for endovascular recanalizing therapies. TIBI and COGIF scores provide a comparable
information.
Key words. Acute ischemic stroke. Arterial occlusion. Arterial recanalization. Endovascular treatment. Intravenous thrombolysis.
Neurosonology. Transcranial color-coded duplex.

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