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Alma de Cristo
Pido perdón y renuncio a todos los votos y acuerdos negativos personales que haya hecho
con el enemigo y te ruego, Señor Jesús, que me libres de cualquier cautiverio al cual me
hayan tenido sometido. Reclamo que la sangre que derramaste bañe todos los aspectos de
mi vida, mis relaciones, mis obras ministeriales y mis finanzas. Te doy gracias por tu amor
imperecedero, tu protección angelical y por la plenitud de tus abundantes bendiciones.
Espíritu de nuestro Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, desciende sobre
mí. Por favor, purifícame, moldéame, lléname de ti y haz uso de mí. Aleja de mí toda fuerza
maligna, destrúyela y véncela para que pueda estar sano y capacitado para hacer buenas
obras.
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Confieso todos estos pecados ante ti y te pido que me limpies y me perdones. Me perdono a
mí mismo y te pido, Señor Jesús, que entres en mi corazón y hagas en mí la clase de
persona que tú deseas que sea. Te pido que envíes los dones de tu Espíritu Santo para ser
bautizado, como bautizaste a tus discípulos el día de Pentecostés.
Te doy gracias, Padre celestial, por fortalecer mi ser interior con el poder de tu Espíritu
Santo, para que Cristo pueda habitar en mi corazón. Que mediante la fe, arraigada y
cimentada en el amor, sea capaz de comprender con todos los santos, la amplitud, longitud,
altura y profundidad del amor de Cristo, que excede todo entendimiento. Amén.
Liberación habitual
Tomo autoridad sobre todas las maldiciones, hechizos, actividad demoniaca y maleficios
dirigidos contra mí, mis relaciones, mis esfuerzos, mis finanzas y el trabajo de mis manos; y
los rompo por el poder y la autoridad del Señor Jesucristo resucitado. Me afirmo en el poder
del Señor Dios Todopoderoso para atar toda interacción demoníaca, influencia y
comunicación de los espíritus enviados contra mí; y los envío directamente a Jesucristo para
que disponga de ellos según su voluntad.
Pido perdón y renuncio a todo voto negativo que haya hecho con el enemigo, y pido que
Jesucristo me libere de ellos y de cualquier atadura que hayan puesto sobre mí. Proclamo la
sangre derramada de Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, sobre cada aspecto de mi vida,
para mi protección. Amén.
Dios, Señor nuestro, Rey de todos los tiempos, Grande y Todopoderoso, tú que lo creaste
todo y que lo transformas todo simplemente por tu voluntad; tú que cambiaste en rocío las
llamas del horno que había sido calentado siete veces más y protegiste y salvaste a tus tres
santos hijos.
Tú eres el doctor y médico de nuestras almas. Tú eres la salvación de los que se vuelven a
ti. Te suplico que anules, destruyas y apartes de mí todo poder y presencias diabólicas; cada
influencia del mal, maleficio o mal de ojo y todas las malas acciones dirigidas hacia mí.
Donde haya envidia y malicia, dame abundancia de bondad, paciencia, victoria y caridad. Oh
Señor, tú que amas al hombre, te ruego que extiendas tus poderosas manos y tu
grandísimo y poderoso brazo, y vengas en mi ayuda.
Envía tu ángel de paz sobre mí, para proteger mi cuerpo y mi alma. Que él pueda mantener
alejado y vencido a todo el poder del maligno y cada palabra venenosa o maliciosa invocada
en mi contra por personas corruptas y envidiosas.
Entonces, bajo la protección de tu autoridad, podré con gratitud cantar: “El Señor es mi
salvación; ¿a quién temeré?”. No temeré mal alguno porque tú estás conmigo, mi Dios, mi
fortaleza, mi poderoso Señor, Señor de la Paz, Padre de todos los tiempos. Amén.
Oración para la protección espiritual
Amado Señor Jesús, por favor perdóname por todas las veces que no me he sometido a tu
voluntad en mi vida. Perdóname, por favor, por todas mis obras pecaminosas, mis acuerdos
con el enemigo y por haber creído las mentiras del diablo. Ahora me someto a ti como mi
Señor, amado Jesús. Ahora rompo todo acuerdo que haya hecho con el enemigo.
Señor Jesús, por favor haz que tus ángeles guerreros alejen y aten en el abismo a todos los
demonios y sus artificios que tuvieron acceso a mí porque creí sus mentiras. Ahora te pido
que levantes una barrera de protección a mi alrededor, sobre mí y debajo de mí, y la selles
con tu sangre, Señor Jesucristo.
Elijo ahora ponerme la armadura de Dios completa y te pido que limpies y selles mi cuerpo,
mente, alma y espíritu con tu sangre, Señor Jesucristo. Por favor, haz que tus ángeles
guerreros aten y alejen a todos los demonios, sus artificios y todo su poder desde adentro
de esta barrera protectora y sean enviados al abismo.
Por favor, haz que tus guerreros destruyan toda maquinación demoníaca, oculta o de
brujería dirigida contra mí, incluyendo todas sus reservas y refuerzos. Señor Jesucristo, haz,
por favor, que tus guerreros saquen de mi camino toda influencia maligna y la devuelvan a
su origen y quede sellada ahí con tu sangre. Por favor, haz que tus ángeles monten guardia
sobre mí y me protejan de todos los ataques del enemigo. Amén.
Amado Señor Jesús, por favor te pido que asignes una tarea especial a tus ángeles
guerreros para que aparten de mí a todos los que me han hecho algún mal. Por favor haz
que tus guerreros despojen a estas brujas de sus poderes psíquicos, poderes demoníacos y
poderes ocultos. Por favor despójalas de sus encantamientos mágicos, visión psíquica y
poderes de adivinación. Que todos sus poderes y artificios sean destruídos y echados en el
abismo. Te pido que las traigas ante tu trono y las bendigas con la revelación de quién tú
eres y del amor y los planes de salvación que tienes para ellas. Por favor muéstrales cómo
están siendo engañadas por Satanás. Asumo autoridad sobre toda influencia astrológica
dirigida contra mí, y ruego que pongas tu escudo de protección entre mí y aquellos quienes
intentan hacerme algún mal, en el nombre de Jesús, Amén.
En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, me presento con el poder del Señor Dios
Omnipotente para atar a Satanás y a todos sus espíritus malignos, fuerzas demoníacas,
poderes demoníacos, principados y a todos los reyes y príncipes del terror, provenientes del
aire, el agua, el fuego, la tierra, el mundo de las tinieblas y todas las fuerzas malignas de la
naturaleza.
Asumo autoridad sobre todas las obras y funciones demoníacas destructoras enviadas
contra mí y las desenmascaro como enemigos debilitados y vencidos por Jesucristo. Aquí
estoy con el poder del Señor Dios Omnipotente para atar juntos a todos los enemigos de
Cristo presentes, todos los entes demoníacos bajo su única y más alta autoridad; y ordeno a
estos espíritus que se vayan al abismo para nunca más regresar.
Me levanto en pie hoy con el poder del Señor Dios Omnipotente para llamar a las huestes
celestiales, a los santos ángeles de Dios, para que rodeen, protejan y limpien con la luz
santa de Dios todas las áreas que hayan sido desocupadas por las fuerzas del mal. Pido al
Espíritu Santo que inunde mi mente, corazón, cuerpo, alma y espíritu —creando así en mí
hambre y sed de la Palabra sagrada de Dios— y me llene con la vida y el amor de mi Señor,
Jesucristo.
Eliminar las influencias demoníacas
Amado Señor Jesucristo, te pido que envíes una guarnición especial de ángeles guerreros
para eliminar y atar en el abismo todo ente demoníaco que haya influenciado mis
comportamientos pecaminosos de crítica, impaciencia, resentimiento, orgullo, rebelión,
terquedad, falta de perdón, chisme, desobediencia, conflicto, violencia, divorcio,
acusaciones, ira, manipulación, celos, avaricia, pereza, venganza, codicia, posesividad,
control, represalia, egoísmo, engaño, deshonestidad, falta de fe, seducción, lujuria,
pornografía, masturbación, idolatría y brujería.
Que tus ángeles guerreros eliminen y aten en el abismo toda influencia demoníaca que
hayan contribuido a mis dolencias físicas, psicológicas o espirituales de trastornos nerviosos,
trastornos pulmonares, trastornos o disfunciones cerebrales, Sida, cáncer, hipocondría,
hiperactividad, depresión, esquizofrenia, fatiga, anorexia, bulimia, adicciones, gula,
perfeccionismo, alcoholismo, autoabuso, adicciones sexuales, perversiones sexuales,
intentos de suicidio, incesto, pedofilia, lesbianismo, homosexualidad, adulterio, homofobia,
confusión, ignorancia, desidia, odio a mí mismo, aislamiento, soledad, ostracismo, paranoia,
nerviosismo, pasividad, indecisión, duda, opresión, rechazo, pobre imagen de mí mismo,
ansiedad, vergüenza, timidez y miedo.
Me pongo en pie hoy mismo por el poder del Señor Jesucristo y ruego ser colmado por los
dones del Espíritu Santo, de paz, paciencia, amor, gozo, bondad, generosidad, fidelidad,
gentileza, autocontrol, humildad, perdón, bondad, fortaleza, disciplina, verdad,
renunciamiento, buena imagen de mí mismo, prosperidad, caridad, obediencia, mente sana,
orden, plenitud en Cristo, aceptación de mí mismo, aceptación de otros, confianza, libertad
de adicciones, libertad de querer controlar, libertad de estar avergonzado, integridad,
bienestar, salud, sabiduría, conocimiento, entendimiento y la luz y vida del Señor Jesucristo.
Amén.
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Señor Jesús, por favor, ven y sana mi corazón herido y perturbado. Te ruego que me sanes
de los tormentos que causan ansiedad a mi vida. Te ruego, de manera especial, que sanes
la fuente de la que brota mi pecaminosidad. Te ruego que vengas a mi vida y sanes los
daños psicológicos ocasionados en mi niñez y todas las heridas que estos me han causado, a
través de toda mi vida.
Señor Jesús, tú conoces mis cargas. Las rindo todas a tu Corazón de Buen Pastor. Te
imploro —por los méritos de la gran herida abierta en tu corazón— que sanes las pequeñas
heridas que están en el mío. Sáname del dolor de mis recuerdos, de manera que nada de lo
que me haya sucedido en el pasado me haga vivir con dolor y angustia, lleno de ansiedad.
Sana, oh Señor, todas aquellas heridas que han sido las causantes de todo el mal arraigado
en mi vida. Quiero perdonar a todos los que me han ofendido. Mira todas las heridas
dolorosas que me impiden perdonar. Tú has venido a sanar los corazones afligidos, por
favor, sana mi herido y perturbado corazón.
Sana, mi Señor Jesús, aquellas profundas heridas que me causan enfermedades físicas. Te
ofrezco mi corazón; acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Divino
Corazón.
Sáname, oh Señor, del dolor causado por la muerte de mis seres queridos. Concédeme el
poder recuperar la paz y el gozo al saber que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme ser
un auténtico testigo de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, y de tu
presencia amorosa entre todos los hombres. Amén.
Padre celestial, vengo a ti como tu hijo, con gran necesidad de tu ayuda; tengo necesidades
de salud física, necesidades emocionales, necesidades espirituales y necesidades
interpersonales. Muchos de mis problemas han sido causados por mis propios fallos,
negligencias y pecaminosidad, por lo que humildemente ruego tu perdón, Señor. También te
pido que perdones los pecados de mis antepasados cuyos fallos han dejado sus efectos en
mí, en forma de tendencias no deseadas, patrones de conducta y defectos en mi cuerpo,
mente y espíritu. Sáname, Señor, de todos estos trastornos.
Con tu ayuda perdono sinceramente a cada uno de ellos, miembros vivos y muertos de mi
árbol genealógico, quienes me han ofendido a mí o a mis seres queridos de cualquier
manera, o cuyos pecados han producido nuestros sufrimientos y trastornos presentes. En el
nombre de tu divino Hijo Jesús, y en el poder de tu Espíritu Santo, te pido Padre que me
liberes y a todos los miembros de mi familia de la influencia del maligno.
Libera a todos los miembros vivos y muertos de mi árbol genealógico, incluyendo a aquéllos
que han sido adoptados y aquéllos relacionados a la familia extendida, de cualquier forma
de atadura contaminante. Por tu amorosa preocupación por nosotros, Padre celestial, y por
la sangre derramada de tu precioso Hijo Jesús, te ruego que extiendas tus bendiciones
sobre mí y todo mi linaje familiar. Sana cada efecto negativo transmitido a través de todas
las generaciones pasadas y prevé de tales efectos negativos a las futuras generaciones de
mi árbol genealógico.
Señor, reemplaza en nuestro árbol genealógico toda esclavitud por una integración santa de
amor familiar. Que haya siempre una unidad más profunda contigo, Señor, por el Espíritu
Santo, hacia tu Hijo Jesús. Permite que la familia de la Santísima Trinidad inunde nuestra
familia con su tierna, cálida y amorosa presencia, para que nuestra propia familia pueda
reconocer y manifestar ese amor en todas nuestras relaciones. Incluimos en esta petición
todas nuestras necesidades desconocidas, en el precioso nombre de Jesús. Amén.
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Señor Jesús, vengo a ti como pecador buscando el perdón y la sanación de todos los
pecados cometidos en tu contra por mi linaje familiar. Yo honro a mi padre, mi madre y mis
antepasados terrenales, pero me alejo absolutamente y denuncio todos sus pecados,
especialmente aquellos que me han expuesto a cualquier clase de influencia dañina. Perdono
a todos mis antepasados por los efectos de sus pecados y te pido que me laves de sus
consecuencias destructivas.
Denuncio y rechazo a Satanás y a todo poder diabólico que ha afectado mi linaje familiar.
Denuncio y abandono mi involucramiento en toda logia, sociedad secreta y cualquier otra
forma de práctica maligna ejercida por mis antepasados. Denuncio todo pacto y ritual en
cada uno de sus niveles y grados. Denuncio la brujería, el espíritu del anticristo y la
maldición de cualquier doctrina diabólica. Denuncio la idolatría, blasfemia y toda forma de
secretismo y engaño. Denuncio el amor al poder, el amor al dinero y cualquier temor que
me ha tenido cautivo.
Denuncio todo pacto con la masonería, el mormonismo, la Orden de los Amarantes, los
Oddfellows, los Búfalos, los druidas, las logias de los Fórester, el Ku Klux Klan, The Grange,
los Woodmen of the World, los Caballeros de la Capa Roja, los Caballeros de Pitios, la Orden
Mística de los Profetas Velados del Reino Encantado, las órdenes femeninas de La Estrella
Oriental y de El Blanco Sepulcro de Jerusalén, las Hijas de la Estrella Oriental, las órdenes
internacionales de Las Hijas de Job, las Niñas del Arcoiris y la orden masculina juvenil De
Molay, y cualquier otra sociedad secreta junto con sus efectos destructivos en mí y mi
familia.
Denuncio todo fraude y engaño, y los efectos que tienen en mis emociones y en mis ojos,
incluyendo toda confusión y temor. Denuncio el lazo alrededor de mi cuello, el temor a
ahogarme y cualquier espíritu que me cause dificultad para respirar. Denuncio los efectos de
cualquier objeto pagano y sus simbolismos, delantales, libros de rituales, anillos y joyas.
Denuncio el engaño hacia otros y observar el desamparo que padecen otras personas
durante los rituales. Denuncio la falsa comunión, toda burla hacia la obra redentora de
Jesucristo en la cruz, toda incredulidad, confusión y engaño, y toda alabanza a Lucifer como
si fuera un dios.
Señor Jesús, humildemente pido tu perdón y ruego que tu sangre me limpie de todos los
pecados que he cometido. Por favor, purifica mi espíritu, alma, mente, emociones y cada
parte de mi cuerpo. Por favor, destruye todo espíritu maligno adherido a mí o a mi familia a
causa de estos pecados y límpianos con el fuego de tu Espíritu Santo. Señor Jesús, te invito
a que entres a mi corazón y te entrones como mi Señor y Salvador por toda la eternidad.
Gracias, Señor Jesús, por despertar mi espíritu que estaba dormido y traerme hacia tu luz.
Gracias, Señor, por transformarme a través de la renovación de mi mente. Gracias, Señor,
por derramar tu Espíritu sobre mí y revelarme tu Palabra. Gracias, Señor, por dar a tus
ángeles el deber de cuidarme en todos mis caminos. Gracias por mi fe en ti y porque de mi
interior correrán ríos de agua viva. Gracias por dirigir mi corazón y mi mente hacia el amor
del Padre y la inmutabilidad de todos tus caminos. Lléname hasta rebosar con tu vida y
amor, mi Señor y Rey, Jesucristo.
Oración de protección
Amado Señor Jesús, gracias por compartir conmigo tu maravilloso ministerio de sanación y
liberación. Gracias por las sanaciones que he vivido hoy. Entiendo que la enfermedad
provocada por el maligno es más de lo que mi humanidad puede soportar, por eso te pido
que me limpies de cualquier tristeza, pensamiento negativo o desesperanza que haya cogido
mientras intercedo por otros.
Ven Espíritu Santo, renuévame, lléname tu amor, tu paz y tu gozo. Fortaléceme donde me
sienta débil y vísteme con tu luz. Lléname con tu vida. Señor Jesús, por favor, envía a tus
santos ángeles a socorrerme y a protegerme de todo tipo de enfermedad, daño y
accidentes. Te doy gracias y te alabo mi Señor, Dios y Rey.
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Salmo 914
El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al
Señor: “Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío”. Sólo él puede librarte de
las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus
alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las
sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu
derecha, pero a ti no te afectará. No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los
impíos recibir su merecido. Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu
protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar.
Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos
te levantarán para que no tropieces con piedra alguna. Aplastarás al león y a la víbora;
¡hollarás fieras y serpientes!
1. Pasa tiempo en oración y pídele al Señor que te muestre si hay dolores emocionales sin
resolver que estén permitiendo que el mal entre en tu vida o te estén causando problemas
de salud. Si el Señor trae a tu mente a alguien que te ha lastimado, pide al Espíritu Santo
que te devuelva la plenitud de tus emociones reprimidas, de modo que puedas ser liberado.
2. Después de que hayas identificado un acontecimiento doloroso que necesita ser sanado,
trata de separar esa situación de cualquier otra cosa que te haya ocurrido. Por ejemplo, en
lugar de tratar muchos años de abuso emocional a la vez, intenta aislar una experiencia y
sigue trabajando enfocándote en esa situación hasta que sea resuelta.
3. Comienza este ejercicio con mucha oración y meditación. Encuentra un lugar donde
puedas estar a solas con Dios. Asegúrate de tener suficientes pañuelos y los materiales
necesarios para escribir.
4. Visualiza en tu mente a la persona que te hirió. Imagínate que esta persona puede
escuchar todo lo que le vas a decir. Si la persona ha fallecido, imagínatela en el cielo de pie
junto a Jesús.
6. Después de liberar todo tu enojo, continúa con los temores que hayas experimentado.
¿Cómo afectó tu vida esta persona? Describe cómo las consecuencias del comportamiento
descuidado de esa persona han influido en tus relaciones hasta el presente.
8. Concluye tu carta con cualquier otra cosa que quisieras decir a esa persona, y a
continuación comienza una nueva carta visualizando a la persona que te hirió en un estado
de sanación total. Imagínatela en el cielo de pie al lado de Jesús. Imagina a esa persona
llena del amor de Dios y, debido a que está llena del amor divino, permítele que te ofrezca
disculpas.
10. Concluye tu carta de perdón con una oración. Deposita a la persona que te hirió en las
manos del Señor, y pídele que te limpie de toda negatividad que hayas adquirido al aceptar
el abuso de esa persona. Entrega a esta persona al Señor y, si fuera apropiado, pide a Jesús
que rompa toda atadura perjudicial del alma.
11. Permítele a Jesús que te hable a través de una carta final. Acepta el amor de Dios y su
perdón. Permite que el amor y el perdón del Señor fluyan en tu corazón y lo limpien de
todas las maldiciones, el resentimiento y la negatividad.
12. Pídele al Señor que te muestre si hay otra cosa de la que necesitas ser liberado. Déjate
caer en los brazos del Señor y se libre para siempre; libre para ser el hijo de Dios que el
Señor quería que tú fueras desde un principio.
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Notas
Imprimatur: Reverendísimo Michael J. Sheridan, S.Th.D., Obispo de Colorado Springs, 10 de agosto del
2016.
1. Texto original en inglés escrito por el reverendo Gabriele Amorth, “From the Greek Ritual”, An
Exorcist Tells His Story [Un exorcista cuenta su historia] (San Francisco, CA: Ignatius Press, 1999), p.
199. Usado con permiso.
2. Texto original en inglés escrito por el reverendo Gabriele Amorth, An Exorcist Tells His Story [Un
exorcista cuenta su historia] (San Francisco, CA: Ignatius Press, 1999), pp. 201-202. Usado con
permiso.
4. Salmo 91, Texto bíblico tomado de La santa Biblia, nueva versión internacional. © 1999 por la
Sociedad Bíblica Internacional. Usada con permiso. Reservados todos los derechos.
5. Texto original en inglés tomado de Healing Power for the Heart [Poder sanador para el corazón],
(Denver, CO: Valentine Publishing House, 2006). Usado con permiso. www.HealingPowerMinistries.com