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ORACIÓN PARA LIBERAR Y TRANSFORMAR LA MENTE.

Señor Jesús, vengo ante ti porque necesito que cambies mi


forma de pensar, para que pueda cambiar mi forma de vivir. Mi
mente está vacía y sumergida en obscuras tinieblas. Tengo
imágenes y pensamientos obsesivos y muchas ideas necias que
no se apartan de mí y que yo sé que me alejan de ti. Te pido que
me ayudes a eliminar de mi mente los pensamientos que me
atormentan, confunden y agobian.

Mi corazón se ha endurecido pues me he alejado de ti y está


herido a causa de mi pecado y ahora tengo en mi mente muchos
recuerdos y pecados y estoy sufriendo las consecuencias, pues
no se alejan de mi.

Siento el dolor agudo que ha causado tu ausencia en mi vida y


me encuentro desesperado/a, por eso vengo a ti, porque me he
acordado que Tú eres un Dios clemente y misericordioso.

Señor ayúdame y llega a lo más profundo de mi corazón, ilumina


en mi mente aquellos lugares donde no ha llegado tu luz y
transforma aquellas ideas, pensamientos e imágenes que me
avergüenzan.

Te entrego el sentimiento de lástima por mí mismo/a, al rencor,


al rechazo y a las pasiones vanas, al libertinaje, a la pornografía,
al sexo desordenado, a los celos, a la ira, al juego, a las drogas,
al alcohol, homosexualidad, (mencione cualquier otro)
___________________ y ahora me encuentro en valles de
sombras y de muerte, he perdido el camino que me conduce a la
paz.

Me siento atrapado en los deseos de mi mente y estoy ansioso/a


y sin libertad. Soy un esclavo de mi propia debilidad, de mi
impureza y mi mente obcecada, creo que no puedo detenerme y
tengo miedo.

Te pido perdón a ti Señor Jesús por todos mis pecados, los


errores, desviaciones y por la mala información que introduje en
mi mente y te pido que me purifiques y me limpies con el agua
que salió de tu costado.
Perdóname Señor, ahora me doy cuenta que te necesito,
ayúdame, no quiero seguir sumergido/a en esta agonía que
siento que me ahoga.

Mi mente es prisionera de mis propios errores y clamo a ti para


que me liberes y que pueda confiar que estás a mi lado y
dispuesto a rescatarme a pesar de todos mis errores. Padre, me
cubro con la Sangre de tu Hijo Jesús y sello con la Presencia del
Espíritu Santo este lugar en que me encuentro.

Renuncio a todo beneficio o placer que he obtenido con esta


clase de pecados y de vida que he llevado. Renuncio a mi
egoísmo, al orgullo, a la idolatría, a la vanidad, a la rebeldía, al
pesimismo de mi mente, al placer y a la falsa autoestima que he
adquirido (mencione cualquier otro) _________________.

Rechazo toda obra de las tinieblas en mi mente, en el Poderoso


Nombre de Jesús de Nazareth. Corto toda atadura de mi mente y
rompo toda cadena de esclavitud, porque Yahvé me sacó de la
tiniebla y la sombra y rompió todas mis cadenas.

Ato y rechazo todo espíritu que esté perturbando mi mente en


este momento, los dejo sordos, ciegos y mudos en el Nombre de
Jesús de Nazareth y con el poder de la Preciosísima Sangre del
Cordero lo saco fuera de mi, les ordeno que salgan de mi mente
sin hacerme daño, a mi ni a nadie y lo envío a los pies del Señor
Jesucristo.

Le ordeno a todo espíritu inmundo de obcecación de dureza, de


impureza, de vicio, de obsesión ____________ (otros) que se
alejen de mi, porque no, no he de morir, viviré y contaré las
obras de Yahvé. Les ordeno en el Nombre de Jesús de Nazareth
que salgan calmadamente y calladamente, se vayan a los pies de
Jesucristo y que no vuelvan a molestarme nunca más.

Cierro las puertas de mi mente con cerrojos de hierro y de


bronce a todo pensamiento de las tinieblas y sello mis
pensamientos con la fuerza del Poder del Espíritu Santo.

Purifícame Señor, transfórmame y ayúdame a desterrarme de mi


pasado. Límpiame de toda maldad, rocíame con hisopo hasta
quedar limpio, lávame hasta quedar más blanco más que la
nieve. Por tu misericordia acógeme de nuevo.
Deseo cambiar mi forma de pensar y por eso hoy dejo entre tus
manos a mi “hombre viejo” que se corrompe siguiendo la
seducción de su propia concupiscencia, para que cada día me
transformes más en imagen tuya.

Revísteme Señor de tu luz admirable, de tu presencia, de tu


salud mental, y del hombre nuevo. Renueva el espíritu de mi
mente, penetrando hasta lo más profundo de ella, a mi
consciente, subconsciente, e inconsciente, transfórmala y
regenera mi ser interior (deje un especio de tiempo, en silencio)

Finalmente, te pido que me revistas del amor de Cristo para que


mi mente pueda comprender la razón para la que me has creado.
Sé justo y Santo según tu verdad, para vivir en el amor y ser
alabanza y gloria de tu Nombre.

Gracias Padre por escucharme, te bendigo y alabo y reconozco


que sólo en ti puedo encontrar una vida nueva, la verdadera
vida. Amén.

Citas bíblicas: Sal 107,14; Sal 149,8; Sal 147,13; Sal 51,9; Jn
3,21; 2Co 3,3; Lc 10,27; 1Co 2,16; Ef 4,22-23; Rom 12,2; Rom
7,23; Ti 1,15; Is 29,10; 2Co 3,14; Rm 11,7-8.

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