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José Martínez

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ABLAR hoy de Juan Carcia Oliver es un poco como hablar de
H U/l muerto. Hasta la publicación de sus memorias, Carcía Oli-
ver ha estado en una situación, en lo que a la CNT respecta, de muerte
civil. La historiografía y la hagiografía anarquistas espa/iolas han
cOl1lribuido efica'l.mel1le a ello; se han referido a él con frecuencia,
generalmellte de manera negativa, desencamando al personaje y frag-
l11el1lal1do su acción, reduciéndolo a una especie de variable algebrai-
ca, según las necesidades de la posición asumida por el historiador.
También ha contribuido el propio interesado a que lo olviden. Todos
los miembros /lOtables de la generación de anarcosindicalistas a que
pertenece Carcía Oliver han escrito libros antes de llegar a la gran
edad de éste. Ello ha hecho tarde ya regañadientes (*).

(.) luall Carua OIiH~'. El ~co de lo.' pusos, El a"arcu.~illdic.;alism() e" la cal/e. El auarcos;t1dicali.HtlO en
el Comité de Milicias , El anan:osindicalismo en el Gobierno, El anarcos;ndicalismo en el exilio. Ibérica tk
Edkl(mt'.~." P"blicaciunes. Ubro.5 de Ruedo lbirico. Barceluna, /978.

[ijiilL eco de los pasos ha sido esc rito lejos coherencia íntima, Pero las críticas parciales
~ de los archi vos, excepción hecha del pe- coe táneas dirigidas contra Garda Oliver si-
nudo m C,iicano de la vida militante del autor. guen s iendo mantenidas , de manera dispersa ,
A mi juicio hay ser ias lagunas documentales como esencia lmente válidas. Esas críticas,
en El eco de los pasos: la a u scrycia de un folleto formuladas por historiadores vinculados a la
de los años treinta sobre defensa confedera l. el CNT, inspiran el sentimiento de que lo que se
text o de la con rerenc ia «Hoy_, la versión ori- combatía e l'a n las finalidades ocultas que en
ginal de la ponencia de Garda Oliver sobre sus diáfanas y públicas proposiciones se creía
co munismo libertario, discutida y profunda- descubrir.
mente modificada e n el Congreso de Zaragoza La crítica destructora del criticado ha tenido
de 1936 , y el informe sobre el ti Pl an Cambo- ejemplos en la CNT. No se puede afirmar, sin
rios _ de 1937, encam inad o a orga nizar una embargo, que ello fuera mera manifestación
amplia guerrilla en la rctaguardia franquista. del tal ante iconoclasta del anarquismo. Hubo
E!:.to en lo que res pecta a documentos del pro- militantes destacados que gozaron en vida y
pio autor. Hay q u e lamentar también la au- después de muertos de un respeto casi absolu-
scncia del informe del Comité nacional de la to . Sus errores, s i errores eran , se imputaban a
CNT sobl'e el comp lo t contra e l gobierno de deficiencias, pero no provocaban procesos de
La rgo Caballero y s us ramificaciones. Al gunos int e nc ión. En nombre de los intereses del gru-
de esos documentos terminarán por ser de fá- po, también la CNT ha corrido un velo púdico
cil acceso. Otros, me temo que se h ayan per- sobre graves desfallecimientos de a lgún noto-
dido definitivamente. La prodigiosa memor ia rio militante. La crítica apasionada, mendaz,
del autor ha co lmado en cierta medida esas que mol ivó García Oliver, sólo tiene parangón
ausencia. con la que se ensañó en vida con el Noi del
Sucre. El eco de los pasos está esmaltado de
• • • reacciones con tra esa circunstancia, que nos
A partir de 1931, García Oliver es comba tido ponen en presencia de una sensibi lidad pro-
áspc¡'arncnte en cl scno de la CNT, La historia fundamcnte herida, ¿Cuándo transcribe la be-
prueba que la mayor parte de los esq uemas ll a defensa que de sí hizo el Noi del Sucre en
teóricos y políticos de García Oliver eran co- 1921, e n la Conferencia Nacional de Sindica-
rrectos, Algunos, y no de los menos importan- tos de Zaragoza, no se está defendiendo el pro-
les, fuel'On adop tados por las organizaciones pio García Olivercontra la calumnia que lo ha
confedera les y llevados a la práctica, Otros pCI'seguido? En esas páginas, como en tantas
fueron desechados, No co nozco ninguna cri- otras , está adv ini endo a la CNT de los peligros
tica globa l de esos esq uemas a pesar de su que para ella entraña la calumnia de sus mili-
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tan tes por sus propios compañeros. La calum- CNT y la FA!. el Comi té Je Milicias y el guber-
nia, porque está inspirada por final ¡dades po- namentahsmo de la CNT.
líticas y tiene consecuencias políticas, al igual Es bastante frecuente hoy oír y leer que el
que las tiene el ocultamiento de hechos desfa- anarquismo no es violencia, que la CNT, en
vorables en nombre de los intereses supremos tanto que organización, no recurrió nunca a la
de una organización que se pretende liberta- violencia individual, y que ésta fue obra de
ria, ocultamiento que Garda Oliver tampoco marginales, de incontro lados, de hombres que
considera saluble. El interés por estos aspec- con su acción comprometían a la verdadera
tos de la vida orgánica se manifiesta en mu- CNT contra la voluntad de ésta. E l ec o de los
chas de las páginas de El eco de los pasos. En pasos pone de relieve que la respuesta violenta
ningún otro texto ha hallado una mejor expo- a la violencia del Estado y de la patrona I fue
sición de los mecanismos internos que permi- un fenómeno «orgánico,. én el sentido más
tían a la CNT juzgar a sus militantes ya éstos estricto de la palabra. Fue «orgánica» la deci-
defenderse contra la arbitrariedad: la propia sión de ajusticiar al primer ministro Eduardo
defensa de Garda Oliver frente a las acusacio- Dato. La generalización de la respuesta vio-
nes de González Mallada y la descripción del lenta a la violencia que se expresó en el asesi-
procedimiento que hubiera debido seguir Ma- nato de Salvador Seguí y de Paro nas fue deci-
nuel Buenacasa para enfrentarse, si la consi- dida por el conjunto de la militancia barcelo-
deró injusta, con la condena que le infligió la nesa, por entonces ampliamente mayoritaria
CNT. en la CNT. La creación del grupo «Los Solida-
Sólo me puedo permitir en estas páginas ana- rios», con la función de golpear en los vértices
lizar cinco procesos de la vida de la CNT en los de la represión, fue encomendada a García
que la personalidad militante de Garda Oli- Oliver -entonces militante de veinte años-
ver se halla directamente involucrada por sus por el comité de acción nombrado en la reu-
historiadores, no necesariamente de manera nión del Besós e integrado por cuatro miem-
correcta: el terrorismoconfederal, la «gimna- bros de los dos órganos superiores confedera-
sia revolucionaria., las relaciones cntre la les, hombres que se distinguieron a lo largo de

El convenclml.nlo d. l. ,el.Uv. Ineflc.cll de II vlolencl •• ndIV.du.1 l. IIlvI,i • t.o,I"I' y • dlllndlr l• • pliclclon de I1 . glmn ..... evo-
luclonl.ll. d ••de lo' prim.ro. Ino. di l. Segunde Republica. (E.cena de I1 ,.voluclón d .....tu ....... n 1934).

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su vida pública por su moderantismo: Pesta-
ña, Peiró, Piñón y Marcó. Sin embargo, la po-
sición de Carcía Oliver ante la violencia indi-
vidual aparecía formulada desde la época en
que organizaba, en un clima de áspera violen-
cia, la Comarcal confedera! de Reus: «Cuando
una organización no puede defender la vida de
sus militantes en el plano individual, debe ha-
cerlo en la acción colectiva », dice en la página
57, y antes de su primer exilio en Francia
(1926) desarrollará es ta idea aD te instancias
orgánicas.
El convencimJento de la relativa ineficacia de
la violencia individual le llevará a teorizar y a
defender la aplicación de la «gimnasia revolu-
cionaria» desde los primeros años de la Se-
gunda República. Es éste alro de los aspectos
controvertidos de la trayectoria de Carda
Oliver, tachado de aventurerismo por muchos
sindicalistas de la época, para buen número de
los cuales la «gimnasia revolucionaria» debi-
litó a la CNT. Esta táctica no era sólo un arma
interna contra la fracción con federal treintis-
ta. Como método de lucha (uvo su ensayo ge-
neral en los sucesos del 8 de enero de 1933,
movimiento preparado en lo esencial POI" el
Comité de Defensa con federal de Cataluña, in-
tegrado entonces por casi todos los militantes
que constituirán el grupo« Nosotros», sucesor
sólo de alguna manera del grupo \( Los Solida-
rios». La significación y los resultados del
aparente fracaso que constituyó lo que fue ca-
lificado de putsch , fueron ampliamente discu-
tidos en las organizaciones confederales en los
meses posterior:es. La organización, el desa-
rrollo y las consecuencias de esa manifesta- La ereaclon del grupo ~ Los SotJdarios ~. cOn la función de golpear
ción de la «gimnasia revolucionaria» consti- en los vertlces de la represion . fue encomendada a Garda OOver
por el Comité de acción nombrada en la reunión del Be.ós e ¡n-
tuyen uno de los capítulos más importantes de legrado par hambres que se dI8,r'l9uJeron 8 lo largo de su vida
la historia de la CNT porque en él convergie- publlce par 81.1 moderanllsmo. (En 111 lota. Juan Pelró).
ron problemas de táctica y csU"ategia, pero
también problemas de estnlclura orgánica y gobernada en defensa de los mismos intereses
de finalidad última de la CNT; capítulo que que defendió la monarquía. España necesita
todavía presenta muchos puntos oscuros y so- hacer su revolución. Y porque la necesita, la
bre el que, a mi criterio, se detiene poco El eco hará. Y prefiero que sea una revolución
de los pasos. anarcosindicalista, siquiera sea porque, ale-
Los acontecimientos posteriores demostrarán jados de toda influencia histórica, tendría el
que la« gimnasia revolucionaria» había hecho sello de la originalidad».
de la CNT la primera fuerza obrera de España Este esel hi lo conductor de la acción de García
y que hizo posible que sus organizaciones res- Oliver. Hilo conductor que tiene que defender
pondieran victoriosamente al golpe de Estado incluso dentro del núcleo de sus mas íntimos,
milital-en 1936. La gimnasia revolucionaria»
(OC dentl"O del grupo «Nosotros», pues el putsch
era la manifestación práctica del anáLisis 'glo- de unales de 1933, cuyo objetivo es apoyar a
bal que hacía García OlivCI" de la situación las izq uierdas poi ítieas frente a la del"echa vic-
política española. Transcribiendo una conver- toriosa electOl-almente, representa un triple
sación suya con Durruti y Ascaso en 1931, dice fracaso para García Oliver, porque rompe la
García Oliver: «La Replblica, asentada en un linea de conducta política que el defiende en la
punto neutro, sin sufrir vaivenes de derecha ni CNT, porque se hace en contra del acuerdo del
de izquierda, se consolidara y sería la paz. Un grupo «Nosotl"os» y porque la figura de proa
espejismo de paz, pues sería una república de ese movimiento será el propio Durruti, sal ~
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.. El eco de los pasos.. pone de relieve que la respuesla violenta a la violencia del Estado '1 de la patrona l fue un fenómeno " organico .. en
sentido milis ealrlcto de la palabra. (En ta Imagen , Angel Pestaña).

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tando por encima de los acuerdos del grupo. otra fueron siempre origen de polémicas en la
Dejo la palabra al propio García Oliver: propia CNT. Hoy esas polémicas vuelven a
«Me decía que mi concepción del péndulo tener actualidad. En El eco de los pasos se
para impedir la consolidación de la República habla mucho de la FAl, pero d.e forma poco
burguesa iba a entrar en una fase decisiva. convencional. Peirats ha podido decir: .Algu-
Ahora, me decía, las izquierdas tendrán que nas personalidades que hablaban constante-
acudir a la sublevación. Y habría que estar mente en nombre de la FA! tuvieron más in-
prevenidos, para no ser arrastrados por ellas. fluencia que nosotros mismos, que la repre-
Nosotros no debíamos hacerel juego insurrec- sentábamos oficialmente. Me refiero a Fran-
cional a nadie. Opinaba que los acontecimien- cisco Ascaso, Buenaventura Durruti y Juan
tos se producirían de manera que nos permiti- García Oliver. Estos hombres tenían su pe-
ría hacernos con la dirección revolucionaria queña FA!». Las relaciones entre ambas orga-
de España. Los motivos alegados para la insu- nizaciones siempre fueron ambiguas y ello es
rrección -impedir la entrega del gobierno a lo que hace posible la afirmación de Peirats y
las dcrechas- no tenían por qué afectar a los otras afirmaciones de Garcia Oliver fonnal-
trabajadores de la CNT, porque si los dere- mente contradictorias entre si. Dice García
chistas triunfaron se debía a que por nuestra Oliver: .La FAI había encontrado el gran ca-
propaganda antielectoral los trabajadores no mino. Vigía de la revolución anarquista y pro-
habían votado. Nuestra propugnada "gimna- letaria, tuvo una voz fuerte -la mía- en el
sia revolucionaria" alcanzaba solamente a la Congreso nacional de 1931 ». El hecho es que el
práctica insurreccional de la clase obrera al grupo .Nosotros» no ingresa en la FAI hasta
servicio del comunismo libertario, pero, nun- finales de 1933, y ello contra la opinjón de
ca, para derri bar ni colocar gobiernos burgue- Garcia Oliver, que aun siendo el más brillante
ses, fuesen de derecha o de izquierda». orador de la tendencia .. faísta», siempre mani-
La preparación y el desarrollo de la subleva- festará una reacción negativa ante la FAI en
ción de octubre de 1934 demostró la validez tanto que organización. El O(faísmo» para
del punto de vista defendido por García Oli- Garcia Oliver es una actitud vital. una ads-
ver. El movimiento fue el resultado de un cripción ideológica y no una adscripción for-
pacto entre Largo Caballero y Companys, a mal a una organización llamada FAl: «Ser
espaldas de la CNT; lo que equivale a decir "[aísta" equivalía a ser anarcosindicalista re-
contra la CNT, y en Cataluña lo fue descara- volucionario; ser "treintista" a ser anarcosin-
damente desde que el movimiento se inició. dicalista reformista, perteneciesen o no unos u
Dice García Oliver: .En Asturias existía la otros a la FAlo al grupo de los Treinta_, se dice
Alianza Obrera, a la que estaba adherida la en la página 123 de El eco de los pasos.
Regional de la CNT. La única que secundó Viene al caso citar la opinión que esa FA!-
dicha consigna, erróneamente o no. Pero la organización le merece a Garcia Oliver en el
orden del movimiento revolucionario fue momento en que el grupo. Nosotros_ ingresa
dada por el Comité del Frente Popular, sin formalmente en ella: «Los que ya la domina-
conocimiento previo de la CNT. En concreto, ban constituían, en potencia, la contrarrevo-
por socialistas y comunistas. No obstante, los lución. Aquellos "faístas" terminarían por de-
militantes confcderalcs, generosos, secunda- dicarse al estrangulamiento de la revolución
ron enérgicamente el movimiento y le dieron proletaria, de la que los miembros del grupo
profundidad revolucionaria. En Barcelona lo "Nosotros" aparecíamos como adelantados.
acontecido fue de comedia. Dencás, cabecilla Todos ellos eran fugitivos de la clase obrera
máximo de Estat Catala, dirigía el movi- que. como periodistas, maestros racionalistas
miento desde el edificio de Gobernación. Ba- o escritores. habían logrado el milagro deelu-
día, segundo que aspiraba a primero. acom- dir las rcstricciones que imponía el acuerdo de
pañado de policías catalanes, de guardias de no tolera,· la duración de más de un año en los
asalto y de algunos "escamots", paseaba con cargos retribuidos. Disponían de mucho
descaro, Thompson en mano, deteniendo a tiempo para conspirar contra el grupo "Noso-
anarquistas y a militantes de la CNT. Asaltó tros", cuyos componentes tenían que repartir
los locales de Solidaridad Obrera y algunos su vida entre el trabajo en la fábrica o el taller,
otros locales de la CNT». el agobio de la asistencia a las reuniones, los
mitinesy las conferencias y la responsabilidad
Serios tratadistas condenan todavía hoy la de los cuadros de defensa. A la larga, teníamos
inercia de la CNT cn la circunstancia. que ser dominados y eliminados. Eran más
Entre los historiadores no simpatizantes con peligrosos que los llamados "treintistas". No-
el anarquismo es luga,· común una CNT do- sotros casi siempre estábamos presos o perse-
minada por la FAI. Las ,·elaciones entre una y guidos. En cambio, la mayor parte de la plé-
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La praparación y el desarrollo de la sublevación da octubre de 1934damostró'a valldel del punto de vista dafendldo por Gafcia Oll ve r. ( L a
Audiencia de Ovledo, destruida por el bombardeo que empezó el 6 de octubre).

yade de Iidercillos que aspiraban a suceder- no. La actitud de las izquierdas gubernamen-
nos, ninguno de ellos estuvo nunca preso». tales hasta el día anterior ha sido francamente
Sus memorias presentan a García Olivercomo suicida. Si por haber perdido unas elecciones
un hombre de la CNT, como organizador, se lanzaban a la sedicente revolución de octu-
como hombre de grupo, de asamblea, de ple- bre, ¿qué harían las derechas si, desgastadas
no, de congreso, como orador, como hombre por las inicuas represiones que han des-
de acción, pero no como burócrata. Hay una encadenado. perdiesen ahora las elecciones,
evidente repugnancia en Carda Oliver por la dando paso a un gobierno de izquierdas re-
política comiteril y en ello puede residir la vanchistas? Pues secundarían el ritmo "faís-
causa de lo que cabría considerar como fra- la" y se lanzarían también a la revolución, su
caso personal en un hombre acusado reitera- revolución de signo militar fascisla. ¿Hay ... -
damente de aspirar al poder personal a partir quienes pretenden utilizarnos para sacarlos
de una organización obrera. de prisión y darnos después un puntapié en
Lo que pone en evidencia la lectura de El eco sal va sea la parte? Los escuchamos y les da-
de los pasos es que los esfuerzos de Carcía mos un no. Rotundo no, pero no definitivo, que
Oliver tendían a hacer de la CNT una fuerza nos permita ir ced ¡endo cuando se compro me-
revolucionaria independiente y hegemónica. tan a entregarnos, antes o inmediatamente
En vísperas de la sublevación militar, en una después de las elecc iones, tres part idas de ar-
reunión del grupo «Nosotros)), García Oliver mas y municiones para ser depositadas en Za-
veía así la situación: ragoza. en Sevilla y en La Coruna».
((Estamos determinando que derechas e iz- También en esta ocasión manifestó Duniti su
quierdas republicanas se incorporen a la tác- disconrormidad. adhiriéndose después, tras
tica "faísta" de sacudir el régimen republica- una intervención de Aseaso, a las tesis de Car-
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cía Oliver. La estrategia triangular de García lidad, terminásemos lo empezado el 18 de ju-
Oliver iba a fracasar -Zaragoza se perdió, lio, desechando el Comité de Milicias y for-
Sevilla se perdió, La Coruña se perdió-, y zando los acontecimientos de manera que, por
entre las razones del fracaso el autor señala primera vez en la historia, los sindicatos anar-
con razón el que la burguesía del Frente Popu- cosindicalistas fueran a por el todo, esto es, a
lar recogió los VOlOS de los cenetistas pero no organizar la vida comunista libertaria en toda
cumplió sus compromisos. España ...
El Comité de Milicias fue, parece ser, conse- Esta argumentación sólo fue apoyada por el
cuencia de la victoria de los anarcosindicalis- delegado de una Comarcal y fue impugnada
tas barceloneses sobre los militares subleva- por Federica Montscny en nombre de los más
dos -hay que insistir, gracias a la organiza- puros principios ácratas y por Abad de Santi-
ción paramilitar, a los cuadros de defensa, a lIán, que alegó el peligro de una intervención
los militantes confedera les y a la experiencia extranjera. Garda Oliver volvió a hablar y
conseguida por la práctica de la «gimnasia dijo: «No podemos marcharnos tranquila-
revolucionaria». Nadie desde la izquierda mente a nuestras casas después de que termi-
pretendidamente revolucionaria ha comba- nen las tareas del Pleno. No importa lo que el
tido seriamente a posterlori al Comité de Mili- Pleno acuerde; ya no podremos dormir en mu-
cias. El eco de los pasos demuestra que no fue cho tiempo, pues si nosotros, que somos ma-
una creación de la CNT ni tampoco el instru- yoritarios, no damos una dirección a la revo-
mento revolucionario que pudo haber año- lución, otros, que todavía hoy son minorita-
rado García Oliver. Pero éste se ha mostrado rios, con sus artes y mañas de corrupción y
siempre como un hombre pragmático que ha eliminación, sacarán del vacío en que habre-
sopesado la relación de fuerzas en cada mo- mos (k' iado a las masas. Y afirmo que .... I ... inJi-
mento, y cuma el Comité de Milicias fue ata-
cado incluso antes de nacer, sobre todo desde
la Generalidad, pero también desde los Comi-
tés superiores de la pt-opia CNT, Garcia Oliver
se aplicó a defenderlo con todas sus ruer.la~.
Estas fuerzas eran las que le daba la connan.l~
de la militancia anarcosindicalista catalana.
He aquí la opinión que el Comité de Milicias y
la situación general merecían a Garda Oliver
el 23 de julio de 1936, expresada en el Pleno
regional de Locales y Comarcaks de la CNT v
de la FAl celebrado en Barcelona: «Expliqué
que el Comité de Milicias se había tenido que
constituir cuando ya Companys se había arre-
pentido de haber sugerido su creación. Que lo~
demás partidos y organizaciones no neían
--al igual que Companys- que el Comité de
Milicias pudiese servir de algo más que d~
Comisaría de policía de segunda clase. Afirmé
que los errores podían y debían ser anulado~,
tenida cuenta de que estábamos en los inicio~
de un proceso revolucionario que podría ser
largo en su desenvolvimiento y durante el cual
seguramente tendríamos que ir modificando
algunas actitudes y no pocos acuerdos. Expli.
qué también que la marcha revolucionaria e~­
taba adquiriendo tal profundidad que obli-
gaba a la CNT a tener en cuenta que por ser la
pieza mayoritaria del complejo revoluciuna-
rio, no podría dejar la n:volución sin control ~
sin guía, porque ello crearía un gran vaCIO,
que, al igual que en Rusia en 1917, sería apro-
vechado por los marxistas de todas las tenden-
cias para hacerse con \a direcci6n revolucio- El movimiento de octubre de 1934 lue el re$UlIado de un pacto
entre Largo Cabellera y Company. --en la Iotograll_. a espal-
naria aplastándonos. Opinaba que había lle- da. de 'a CNT, lo que equlvala a decir contra le CNT, y en Cata-
gado el momento de que,con toda responsabi- II,I"a lo lue dexa,adamente desde que e' movimiento ae Inició.

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ca lismo, en Esp aña y e n el mundo entero, está Pleno de Loca les y Comarcales m ás insó li to.
urgido de un acto de afirmación de sus valores Unos delegados. convocados urgenteme n te y
co ns truc ti vos ante la h istoria de la humani· desconocedores de lo que iba a tratarse en
dad, porq u e sin esa demostrac ión de capaci· aque l Ple no, acababan de adoptar acuerdos
dad d e edificación de un socialismo libre, e l que t iraban por la borda todos los ac uerdos
porve nir seguiría siendo patrimonio de las fundamen tales de la CN T, ignorando de paso
for m as po líticas surgidas en la revolución lo más elemental de su his toria de ol"ganiza-
fra n cesa, con la p lu ralidad de part idos al em· ción fuertemen te in fl u ida por los radicalismos
peza r y con panid oúnico a l fina l "Ypuestoque del anarqu ismo. Y h abían si d o eleme ntos de la
estoy sos te n ido por una Comarcal, presento en FA I los que la imp ul saban a posicio nes ta n
firme la proposic ión de que la CNT vaya a POI" reformistas que ni siqu iera los "treintis tas" se
el todo e implante el comunismo l iber t ario~. hubieran atrevido a enunciar, q ui en es, por
Garda Oliver fue vencido por la tota lidad me- cierto, no habían intervenido en la d iscusión
nos u no. Fu e ve ncido -herida profunda- ni adop tado posición~"
a nte el s il encio de Durruti, presente en el Pie· Todo e l contexto de sus memorias pone de
no. y con é l era ve ncido a m ás o menos largo manifiesto q u e para García Olivere l Pleno q ue
plazo ell"ecién nacido Com ité de Mil ic ias. Y lo tendría mayor infl ue ncia en la historia de la
q ue es más grave, era venc ida la propia orga· CNT no tenía otra va lidez que la forma l, por·
n izac ión ana rcosindicalista. «No sa lí a de mi que ese Pleno estaba en contradicción con
asomb ro~. d ice. «Acababa de ce lebl"arse el aquella historia. La mili tanc ia a narcosindica·

.
Comité Re\1olucior ario de f\Hanza de
Obreros y Camp~sinos de f\~t~rias
CAM·'llADAS: .
Ifa n. :.:" do 11'1 mo'm rnto dI! habldr c1,uo. Ant.- '" m.,!!nttu.! d~
1IIl\' slr,) roo .T :lÍcnlo, )"d ITÍunf.lll'1':, en roda i<:spdil i. 101,> l'S r,'","
na'IHI",nos tII ' último esruerzo: ni da m.u qurdan /X"I s f(x,)~ (1.-
"1:l"In;g~!:J 'r.: se Csfu('J'7.cln en resistir inÍllilm('nh 1, arn,II.,.k,r<1
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::. ¡, I, \'IZC, : ~. •~
y ..¡ rolo de f..sp.'~1 s"lo qu€"d.ln peq'l'. ,lOS r(M.·('~ .h
"nrmigos, , .'m,l o~ dcabamos Ú" -j, dr.
El ,', :11onero Ddlo y otros buques de ~1If'rr.l. ",' h.. n I!U~:'!'
,11 "'rvicill d ~ Id Rc\'.¡lución. ' .
pues "clTe' Icrmindr t' utlo1 vez con al; : 1111.,.' 1,111, t ':·
Ur~,·
·1., ql:" f"'1 ,. ,la d Ov:,·du •• L,r el uhim,-, ('ml,ui..>n a los .!. •.. n~,'rl·~ .k
·,,'pildli!-oll:" rnorilll'l! 1". ,
~t' l ( rr ( .. " ~ ,"n .,h . . ..."lul.l d,' \\!'oI lJ .. t ~ "Juill,·s <-l"' ,: !'!\)J,tn.
11 . •- F.I I l)\UTE RE\'(Y .' · l.)~ ·\R ~,

11 oc/ubre 1934

Dic. O • • ele Ollver: ~En Astur ias eala.i. la Alian za Obrar., s la que es.aba adh erld • •• Regional d e la C NT. L. unlc:a que sec:und6 dlc:ha
c:on sl gn a, e rr6naamen te o no. Pe,o la o rden del mo ... lmlento , ....o luc:lo n.rlo fue d.d. po r a t Comll' d e l F,ente Pop uln r, sin c:onoc:lmle nto
pr e ... lo de l. C NT" (Proc:lama , e ... o lu c:lo n.rla, du,an t. la .uble .... c:lón d e Ast u,l.s).

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lista barcelonesa había sido sangrada los días
precedentes: 400 muertos y miles de heridos.
y se quejará reiteradamente por la no publi-
cación de las actas de ese Pleno.
En algún lugar de El eco de los pasos, dice
García Oliver que no tiene vocación de Trots-
ki. En la ocasión, ni dio un portazo ni conspiró
en los pasillos de los Comitésorgáilicos por los
que apenas se le vio mientras estuvo en fun-
ciones el Comité de Milicias. Esperó un nuevo
flujo del impulso revolucionario, tratando de
conversar y crear instrumentos para ese mo-
mento: «En el Comité de Milicias actué como
querían' los militantes de base y los Comités de
sindicatos, de secciones, de taller y de fábrica;
esto es, que se iniciase la revolución en lo polí-
tico anulando al gobierno de la Generalidad, y
en lo social y económico impulsando las in-
cautaciones y colectivizaciones de la industria
y la agricultura en los pueblos de Cataluña y
en los que liberaron en Aragón las milicias
anarcosind ical istas».
García Oliver sería acusado copiosamente
esas semanas de aspirar al poder personal. El
eco de los pasos subraya que en ciertos círcu- Según Peirat: ~Algunal personalidades que hablaban
los de la CNT y de la FAI se vivía en.el temor de constantemente en nombre de la FAltuvleron más Influencia que
un golpe de mano de García Olivel" contra las noaotros mismos, que la repr.lentábamoa oficialmente. Me re-
lIero a FrancllCo Alcalo, Buenaventure DUlTull y Juan Gareta
instiluciones gubernamentales tambaleantes Onver~. (En la fotografla, Franclaeo Aac::aao).

LOI militante a confederales. genefoaoa, secundafon enérgicamente el movlmlellto y te dlefon profundidad revolucionarla. (El InltltUlo
de Enseñanza Media de Ovledo, deslruldo por las tropal afrlcanaa de López Ocho a, allomarse la ciudad).

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" Nos01rOI no dabl amOI hacer el/uago Inlurrecclonal a nadIe. Opinaba que 101 aconteclmlentoa ae produclrlan de manera que noa perml1ltie
hacernoacon ladlrecclón revolucIonaria de Ea.,.fta _. (En la 1010, vehlculo bUndado requisado a 101 mlneroadurantel. revolución de Aaturlas ).

DIrigentes de la FAI-CNT: del.tqulerda a derecha, A urello Fernende:. Juan Garcra OUve, y Rlc:ardo Sa~

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pero todavía en pie. También revela sin tapu- tardar mas de diez días. Insisto en que debe-
jos el libro que ello fue proyecto de García mos dejar esos planes para después de tomar
Olivero Pero con la militancia anarcosindica- Zaragoza », Zaragoza no fue tomada.
lista. ¿Podían temer los dirigentes de la FA! a Se ha acusado a Carda 01iver de militarismo.
un homb,·e solo? Estas fueron sus palabras Lo que revelan sus memorias es que le obse-
ante el grupo «Nosotros» pocos días después siona una frase que oye a los 7 años a unos
del Pleno: «Debemos aprovechar la concen- obreros fugitivos en el Reus de la «Semana
tración de las fuerzas que mañana se pondrán trágica»: «¡No se puede con el ejército!». El
a las órdenes de Dun·uti y proceder al asal to de Ejercito, el ejército burgués y la manera de
los principales centros de gobierno, Generali- enfrentarse a él será una preocupación cons-
dad y Ayuntamiento, con una rama de la co- tante en García Oliver y su grito de victoria en
lumna que podría.mos dirigir Marcos Alcón y jplio de 1936 será: «¡Sí se puede con el ejérci-
yo. Teléfonos y Plaza de Cataluña, con otra tu!)).
rama dirigida por Jovel" y Oniz. Y Goberna-
ción y Dirección de Seguridad con otra rama Su propuesta de creación de milicias sindica-
dirigida por Durruti y Sanz, pudiendo su- listas confederales -que en ,'ealidad eran un
marse a cualquiera de ellas los Ascaso y García hecho en la Regional catalana- fue comba-
Vivancos, siempre que estéis de acuerdo. t ida en el Congreso de Zaragoza e in terpelada
irónicamente por Cipriano Mera. Los hechos
Habló Durruti. Siquiera ahora romperíamos son tozudos. La mayor parte de sus más ínti-
la incógnita de su actitud. mos compañeros de lucha -Sanz, Javer, Car-
-La argumentación de García Oliver, ahora y cía Vivancos, Ortiz, por no mentar a Mera-
durante el Pleno, me parece magnifica. Su terminaron la guerra como oficiales superio-
plan de realizar el golpe es perfecto. Pcm a mí res. El no. Sin embargo, como abundan sus
no me parece que sea éste el momento oportu- memorias)' como prueba la historia, ningún
no. Opino que debería ser realizado des(lués otro militante anarcosindicalisla inspi.ró más
de la toma el>.: ZaragozrI. cosa qUl' no pLlI..·dc rcsp('lo a los oficio les profeSionales areclOS a la

Un mttlfl de L.(lrgo Caballero en 1934

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República y surje automáti camente la pre- bierno revolucionario. Un pequeño salto atrás
gunta de cómo no se hizo nombrar jefe del más y la CNT llegaría al final de su cuesta
frente de Aragón en vez de no mbrar, de ma- abajo».
nera que los timoratos pueden calificar de au- También fue una triste página el acuerdo de
tocrática, al coronel Villalba . un Pleno nacional de Regionales de la CNT de
Las páginas de El eco de los pasos que tratan dar ministros al gobierno de Largo Caballero.
de la entrada de la CNT en el gobierno, de la El haber sido ministro de un gobierno burgués
aventura -podemos decir grotesca- de Du- es el reproche mayor que se ha formulado con-
rruti yendo a morir inútilme nte a Madrid , son tra García Oliver desde meridianos anarquis-
de las más instructivas de la obra. Una verdad tas. En El eco de los pasos expone los argu-
hiriente, insultante, brota de ellas: la debili- mentos que opuso ante Horacio M. Prieto, an-
dad política de los órganos supremos de la tes secretario del Comité Nacional, contra la
Confederación que, en virtud de las excepcio- participación gubernamental y contra su de-
nales circunstancias, tenían -quis ieran o no, signación como ministro, en la que veía una
y ése es otro problema- que adoptar medidas maniobra para alejarlo de Cataluña de quie-
urgentes y graves, tan graves que comprome- nes temían sus proyectos de «ir a por el todo»
tían irreversiblemente el futuro. en la ocasión propicia. García Oliver era cons-
La disolución del Comité de Milicias es una ciente de que la fuerza de la CNT estaba en
triste página de la historia de la CNT: «El Cataluña y de que allí se jugaba la pOSible o
Comité de Milicias se cons tituyó para soslayar imposible revolución. Es dificil acusar a Gar-
ir a por el todo. El Comité de Milicias se disol- cía Oliver de indisciplina orgánica, una vez se
vió por haber ido demasiado lejos. Se disolvía ha manifestado su organización: fue ministro
para dar paso a un Consejo d e la Generalidad y, según los cánones establecidos, fue un buen
de Cataluña. La Generalidad acabaría por ser ministro. Es decir, defendió los intereses más
absorbida en sus funcion es por el gobierno de inmediatos de una organización que había de-
Madrid, que no tenía ni apari encia de go- cidido que participara en el gobierno. Pero no

_Nuestra propugnada Hglmnasla revolucionaria .. alcanzaba solamenla a la prácllea Insurrltelonal de la clase obrera al servlelo del comu-
nl.mo libertario, pero, nunca , para derribar ni colocar gobierno. burgue.aa, lueaen da dereeha o da Izqulerda~. (Fusiles de la lábrlea de
Ovledo, recogidos en la cuenca minera, lres la revolución de Asturias).

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Bareelona, 1931 de IZquierda a dereeha): Gafel. Ollver, Loult Lecoln, Plerr. Odéon, Franelsco Atcato y Buenaventur. Durrutl).

se manifiesta cómodamente instalado en su generalmente deformado, ha de quedarse coja


sillón. Sabe que es precario. Su discurso en el por imperativos de espacio. Sería necesario
Coliseo de Barcelona, a finales del invierno de analizar su acción en las postrimerías de la
1936, hace un balance sin concesiones de la guerra civil-Plan Camborios y Comité ejecu-
guerra y apunta claramente hacia la liquida- tivo del Movimiento libertario de Cataluña-
ción del gobierno burgués a que pertenece y a y en el exilio -Consejo general del Movi-
la instauración del poder sindical. miento libertario, Partido Obrero del Trab~jo,
Las memorias de Garcia Olive¡- resuelven pro- la «Ponencia» y gobierno republicano en el
blemas de la historia contemporánea de Es- exilio- para que la exposic·i ón de la coheren-
paña. También plantean sobre bases nuevas cia política que creo veren la práctica de Gar-
muchos otros. Se podría preferir, quizá, que cía Oliver y en El eco de los pasos no quedara
fuesen sacrificados no sólo uexcursos y extra- amputada.
vagancias», sino también algunas páginas Libro amargo, lo es Eleco de los pasos, pero no
consagradas a.l penal. de Burgos o al viaje a es un libro pesimista. No significan una re-
través de la URSS, en provecho de una amplia nuncia ni son pesimistas estas palabras de
exposición de los entresijos del Congreso de Garda Oliver que bien podrían ser el colofón
Zaragoza o de las negociaciones para partici- de sus memorias:
par en el gobierno de la Generalidad o en el uNi antes, ni durante mi gestión de mjnistro,
gobierno central. Si de García Oliver se espera ni durante e l tiempo que vegeté en Barcelona,
que lo diga todo es porque se supone que lo me arrepentí de lo que hice siendo ministro, ni
sabe todo. Lo cua l es inverosímil. Por ejemplo, de haber propuesto ir a por el todo. Este es el
la decisión de participación gubernamental momento de aclarar la enorme distancia que
de la CNT es un proceso que se desarrolla al
separa al anarquista del anarcosindicalista:
margen de García Olivero En tanto que testigo,
aquél, siempre en vela por las esencias puras
es plausible que no pueda decir más de lo que dellibertadsmo, y éste enfrentado con las rea-
dice. Algo semejante sucede con las páginas de lidades del complejo mundo social. Aquél, el
sus memorias dedicadas a los sucesos de mayo anarquista, es una actitud ante la vida; y e l
de 1937. Ni sus mayores enemigos le han atri- anarcosindicalismo es una actuación en la vi-
buido a García Oliver el don de ubicuidad. da. Desde que un día pmpusiera ir a por el
Mi exposición de los procesos confedera les en todo, jamás dejé de esperar la oportunidad de
que García Oliver juega un papel relevante, y poder hacerlo» . • J, M. .;
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