Andrea V. Bello O.

Metafísica I.
14/07/2020
La lección número XVIII del libro Lecciones preliminares de filosofía de
García Morente versa sobre la: Analítica Trascendental kantiana; que trata los
objetos reales y comienza precisamente con la pregunta: ¿cómo podemos tener
conocimientos a priori en la física? O dicho de otro modo ¿cómo es posible
tener conocimiento a priori de objetos reales? (P.296).

Ya en las lecciones anteriores se trato la estética trascendental, las

condiciones que determinan a priori las formas de todo objeto (p.298). Ahora
en la analítica trascendental nos concentraremos en el estudio de cómo tenemos
conocimiento a priori de los objetos reales; y es evidente esto al pensar en la
existencia de las cosas, nosotros sabemos que existen las cosas y sabemos
además que cada una de ellas tiene su propio ser y que en el mundo todas las
cosas están determinadas por ciertas leyes — que no es azaroso el cómo las
cosas son — (p.296) y dado que las cosas nos envían impresiones más no
conocimiento de su realidad, cabe preguntarse ¿cómo conocemos la realidad de
las cosas? (p.297).

Decimos que algo es real cuando lo usamos como sujeto de un juicio,

cuando lo juzgamos diciendo que es o que no es, no podemos decir nada de
algo que no tengamos por real; así pues la realidad de una cosa dependerá de su
capacidad de recibir determinaciones mediante juicios (p.299), de este modo la
función intelectual de establecer juicios pasa también a ser la función ontológica
de establecer la realidad; por tanto, las diversas formas de juicio contendrán las
diversas formas de la realidad misma puesta (p.300). Los juicios suelen dividirse
según 4 puntos de vista: cantidad, calidad, relación y modalidad; y desde cada
uno se dividen en tres tipos. (1) cantidad: individuales (A es …), particulares
(Algunos A son…)y universales (Todo A es…); (2) calidad: afirmativos (predican
el predicado del sujeto), negativos (no predican el predicado del sujeto) e
infinitos (predican la negación del predicado, A es no B); (3) relación: categórico
(afirma sin condición el predicado del sujeto), hipotético (no afirma el predicado
sino como sub condición) y disyuntivo (A es B, o C, o D pero no las tres); (4)

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modalidad: problemáticos (se afirma del sujeto el predicado como posible),
asertóricos (se afirma el predicado como efectivo) y apodícticos (se afirma el
predicado como necesario).

De estas formas de juicio extraeremos la forma correspondiente de la

realidad y se crea la tabla de las categorías: (I) individualidad (juicios
individuales), (II) pluralidad (juicios particulares), (III) totalidad (juicios
universales), (IV) realidad1 (juicio afirmativo, nos dice que algo es), (V) negación
(juicios negativos), (VI) de limitación (juicios infinitos, dice lo que algo no es),
(VII) substancia con su complemento de propiedad (cuando afirmo
categóricamente considero el sujeto como una substancia y el predicado como
una propiedad de la misma), (VIII) causalidad (juicios hipotéticos, porque
plantean condicionales, causalidad), (IX) acción recíproca (juicios disyuntivos),
(X) posibilidad (juicios problemáticos), (XI) existencia (juicios asertóricos) y
necesidad (juicios apodícticos).

Estas categorías son las condiciones de posibilidad de los juicios

sintéticos a priori en la física, pero a parte Kant nos muestra otra cosa, que las
condiciones del conocimiento son las mismas que las condiciones de la objetividad (p.305).
Todo lo que nos dicen las categorías ¿cómo lo tenemos? Allí esta la cuestión,
¿las cosas nos las dan?, no esto no puede ser ya que las cosas solo nos dan
impresiones y con puras impresiones no hay conocimiento; de suerte que
nosotros ponemos estas condiciones en las cosas. Las categorías son pues
conceptos puro impuestos por nosotros a las cosas; de tal modo que todo el
conocimiento gira entorno a la correlación objeto de conocimiento y sujeto
cognoscente. Se elimina así la cosa en sí, el sujeto cognoscente lo es en tanto al
objeto y viceversa; por tanto, lo que existe es el objeto de conocimiento y el
sujeto que conoce y ambos consisten en fenómenos.

1 En el sentido de esencia, de consistir.

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