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Andrea V. Bello O.

Metafísica I.
23/06/2020.
En las lecciones XIII y XIV del libro lecciones preliminares de la filosofía de
García Morente se da primeramente un breve balance del empirismo inglés,
viendo los errores de esta postura. Estas inconsistencias posibilitaron una nueva
acentuación a los problemas, traída por el filósofo Leibniz, con el desarrollo del
racionalismo. Así el autor procede a exponernos su epistemología para
posteriormente, usarla de base en la explicación de su metafísica.

El empirismo inglés es la forma más completa del idealismo psicológico;


ocurre una reducción, tanto de lo cognoscible como de lo existente, al
pensamiento en su carácter fáctico, a una impresión — eliminando lo subjetivo
y lo objetivo del conocimiento — . De modo que podemos decir que existe el
pensamiento, la impresión, y que consisten en tanto esto todas las
representaciones agrupadas por nosotros tales como el yo, la existencia etc. Así
el empirismo arruina lo esencial del conocimiento1 (p.210).

Leibniz da una nueva acentuación al problema, una explicación de los


elementos racionales del conocimiento (p.215), vio que el error del empirismo
era la reducción de lo racional a lo fáctico, pues, si la razón se convierte en puro
hecho dejaría de ser razón. Así realiza una distinción entre: verdades de hecho
y verdades de razón; las verdades de razón enuncian un ser o consistir necesario,
mientras que las verdades de hecho enuncian uno contingente, con esta
distinción se plantea entonces el origen de estas verdades. Respecto a las
verdades de razón resuelve que son innatas, pero no de una manera acabada,
sino germinalmente, de modo que las verdades de la razón surgen por el
desenvolvimiento de los gérmenes racionales en el espíritu; mientras que las
verdades de hecho tienen su fundamento en la experiencia y son un
conocimiento de segundo orden; de manera que la verdad de un hecho se
fundamenta en el principio de razón suficiente. Todo hecho verdadero tiene un

1Elimina su parte lógica, su parte enunciativa; no advierten que la vivencia no es más que
un representante de la enunciación pura, y que necesitamos del sujeto que enuncia para que
este apoyándose en la vivencia enuncie algo acerca de algo.

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Andrea V. Bello O.
Metafísica I.
23/06/2020.
fundamento racional hasta ser una cadena de hechos que culmina con el
conocimiento real y puro: Dios, que no requiere del principio de razón
suficiente por ser al mismo tiempo un hecho y una razón (p. 220).

Con este marco referencial sobre la epistemología de Leibniz nos


adentramos a su metafísica. Toma como punto de partida el yo, el cogito
cartesiano, y comparte la distinción entre ideas confusas e ideas claras; las ideas
confusas deben ser desentrañadas por la razón para clarificarlas y esto según
Leibniz es precisamente debido a que toda verdad de hecho tiene en el fondo
como germen una verdad de razón — la idea clara —; pero hay otras tendencias
cartesianas con las que no se encuentra muy de acuerdo, esto es principalmente
la reducción de la materia a la pura extensión. Con esto en mente Leibniz dirige
su pensamiento a dos problemas fundamentales: el problema del principio del
movimiento y el problema de la definición de la materia; a diferencia de
Descartes, no ve lo real como análogo a la geometría, por ello tomando en
cuenta el dinamismo del mundo llega a la conclusión de que la fuerza es la madre
de todo movimiento y a su vez la fuerza viva (p.229) es lo definitorio de la
materia. Así llegamos al concepto sobre el que se sostiene su metafísica: la
mónada, es primeramente substancia (realidad) y consiste en fuerza, en energía
¿cómo? De una manera análoga a nuestra capacidad psicológica , la mónada es
activa a través de la percepción de múltiples cosas en su simplicidad y la
apetencia, su tendencia de pasar de una percepción a otra. Ahora bien, en estas
mónadas existe una jerarquía: las mónadas materiales (solo perciben y
apetecen), las almas (dotadas además de apercepción y memoria), los espíritus
(tienen además de lo anterior conocimiento de las verdades eternas) y por
último Dios, la mónada perfecta. Así en Leibniz lo que existe son las mónadas
y lo que consiste es el mundo de objetos y sujetos que presenciamos y que es
gracias a estas mónadas que son a su vez gracias a la mónada perfecta que pone
en ellas la evolución interna de sus percepciones, formando en el mundo una
armonía preestablecida y perfecta por ser Él perfecto.

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