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Pr: Isabel R Caro

Relatoría.

Sesión 11. Saberes locales y movimientos sociales.

Escobar Arturo. “Desde abajo por la izquierda y con la tierra”. Intervenciones en estudios
culturales.

Escobar, Arturo. 1999. Lo cultural y lo político en los movimientos sociales de América


Latina. En libro: Cultura, ambiente y política en la Antropología contemporánea. (59-75)

Walsh Catherine; García, Juan “El pensar emergente movimiento afro ecuatoriano:
Reflexiones (des)de un proceso”. En libro: Estudios y otras prácticas intelectuales
latinoamericanas en cultura y poder. Daniel Mato (compilador)

La sesión se desarrolló frente a lo que yo llamaría: la definición de lo político en los


movimientos sociales. La emergencia de tales movimientos se identificó con la filiación de
un colectivo a una lucha. En este caso, la lucha frente a la apropiación, en un primer
momento en la colonia y posteriormente, en el neoliberalismo donde se reproduce la
colonialidad del ser y del saber.

Para iniciar, se analiza el papel del discurso frente a los participantes de los movimientos
sociales, que son calificados como salvajes o incivilizados: sus proclamas no son leídas a la
luz de una profunda incomodidad con el sistema establecido, sino que son deslegitimadas
en virtud de la negación de un “otro” que se asume como diferente e ilegible.

En las dinámicas frente a los movimientos sociales, se advierte una forma de operar de la
oposición que pretende desestabilizar las luchas: generar fragmentación, (“los indígenas
no se conectan con la población afro”); localización de los focos trasgresores para
posteriormente hacer uso de la violencia sobre los mismos (“bajar al cabecilla”) o el
ofrecimiento de dinero a los personajes centrales de la lucha.

- ¿De qué manera se puede ver el sentipensar? - (Que es la apuesta decolonial).

- “Es la relación con el medio”


Identificamos que tal relación con la Tierra esta subvalorada en Colombia. La modernidad
con sus ideales naturalizados del ser (hombre, blanco, heterosexual), nos hace pensar que
los sentimientos, asociados exclusivamente a la feminidad, no son válidos al no encajar
con la racionalidad científica. De la misma manera la modernidad muestra a la mente
separada del cuerpo – a lo académico separado del sentir-. La alternativa a tal tipo de
relación eurocentrada con el entorno, se encuentra, aparentemente, en reinventar
nuestras formas de conocer y las categorías que usamos para ello.

La corporalidad como acción política.

El sentipensar podría ser afín con una forma de reflexionar y actuar frente a nuestra
realidad, asociada con una postura corporal-espiritual. Esta opción es duramente criticada
ya que en un principio se piensa como una acción individual que atomiza y difumina la
sociedad. Así mismo y muy al estilo de Zizek, algunos piensan que cada estrategia corporal
desemboca en un fatalismo neoliberal o relativista.

Por el contrario, se declara el cuerpo, como ese lugar de la primera política – la del “sí
mismo”- El cuerpo se muestra como el contenedor del sentimiento y como el lugar desde
el cual “se procura el placer” y a su vez el lugar desde el cual se puede ejercer la acción
política de la tortura. El cuerpo es ese lugar desde el cual se puede “entender el mundo” y
que posee un valor en potencia, el de la resistencia: “reclamamos cuerpo y sentimiento”
en contravía de la mente y la razón.

Recordamos la consigna feminista “lo personal es político”, pensamos en las apuestas


políticas situadas (contextualizadas) y en la búsqueda de articulación con otros proyectos
de intervención. Advertimos también, que, aunque en ciertos escenarios lo político no es
evidente, no podemos banalizar las luchas, o suponer un orden jerárquico de acción de los
diferentes movimientos sociales y mucho menos admitir que la acción política sólo se
encuentra en las instituciones o en las grandes movilizaciones de tipo armado: “las
acciones mínimas” también tiene un potencial trasformador.
Finalizando, nos preguntamos cómo puede ser un movimiento social al estilo de Arturo
Escobar, en el cual la unidad de análisis sea la cultura y se luche por desestabilizar los
significados naturalizados.

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