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Trastornos del estado de á nimo

Jorge tiene 50 años llega al servicio de salud mental . En el turno de admisión refiere ideas de ruina, de muerte y
angustia relacionada al fallecimiento de su madre, a quien cuidó hasta su últimos momentos de vida. Antecedente
de consumo de cocaína y alcohol, abandonó consumo hace 5 años luego de haber tenido un ACV. Refiere sentirse
triste la mayor parte del día, con dificultad para levantarse de la cama. Refiere que no es la primera vez que tiene
estos síntomas. A los 20 años manifiesta haber tenido ideas de muerte y mucha tristeza y falta de voluntad y luego a
los 30. Padre realizó suicidio consumado. Madre antecedente de tratamiento psiquiátrico por depresión e intentos
de suicidio reiterados. Al examen de las funciones psíquicas se encuentra vigil, globalmente orientado, eurposéxico,
eumnésico, hipobulico, timia displacentera. Ideas de muerte y de suicidio, aunque refiere esperanzas en el
tratamiento y niega plan al momento actual. No despliega ideación delirante al momento de la entrevista. No refiere
alteraciones sensoperceptivas al momento actual. Insomnio mixto. Hiporexia, Juicio conservado.

Conceptos generales:

Emoción, estado de respuesta afectiva interna acompañado de síntomas somáticos (vegetativos) que se producen
de forma súbita en respuesta a una vivencia. Duración breve, y desaparición abrupta. El miedo, la angustia.
Los sentimientos, constituyen la experiencia subjetiva de la emoción, mayor duración sin estar acompañados de
síntomas vegetativos. No hay gran acuerdo de los autores, Jaspers... “ denominamos sentimientos a todo aquello
que no sabemos nombrar de otra manera”. Son estados afectivos más complejos, más estables y duraderos. El
orgullo, el amor, la vergüenza
Afecto, “patrón de comportamientos observables que constituyen la expresión de sentimientos experimentados
subjetivamente” (DSM), sentimiento subjetivo que acompaña una idea. Es la respuesta emocional en momento
presente, la tristeza, la alegría, la irritabilidad.

Trastornos Depresivos:
Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.
Trastorno disfórico premenstrual
Trastorno depresivo mayor
Trastorno depresivo persistente (Distimia)
Trastorno depresivo inducido por sustancias/médicamente
Trastorno depresivo debido a otra afección médica
Trastorno depresivo no especificado
 hipertimia displacentera
 anhedonia o hipobulia
 disminución o aumento de peso
 insomnio o hipersomnia
 agitación o enlentecimiento psicomotor
 fatiga
 sentimientos de ruina, inutilidad y culpa
 pensamientos recurrentes de muerte
Secuencia diagnóstica del episodio depresivo
Diagnosticar el síndrome depresivo
Descartar etiología secundaria de causa médica o relacionada con sustancias
Recién, entonces, considerar la existencia de un trastorno de animo especifico
o primario
Determinar si el paciente reúne criterios de un episodio depresivo mayor o si
es un trastorno depresivo no especificado
Evaluar si el episodio pertenece a un trastorno bipolar
Recién, entonces, considerar como “monopolar”
Considerar subtipo, severidad, curso, duración
Considerar distimia, si el episodio es leve, dura más de 2 años
Si existe relación temporal con un estresante, y no cumple criterios para
ninguno de los anteriores, consideramos trastorno adaptativo.

Paso 1. Lo primero: Diagnosticar el síndrome depresivo


-ESCALAS (Hamilton, Beck)
-Entrevista clínica: Ej; entre las últimas dos semanas ¿se ha sentido triste,
deprimido o desesperanzado? Durante las últimas dos semanas ¿ha perdido el interés por sus actividades habituales
o el placer en hacer cosas con las que se solía disfrutar?
RECOMENDACIONES PARA LA ENTREVISTA CLÍNICA
Las habilidades que se han demostrado más importante
y eficaces son:
• Mantener el contacto visual con el paciente
• Actitud empática
• Empleo de preguntas abiertas
• Escucha activa • Clarificar el motivo de consulta
• Estar alerta a las claves sutiles de malestar psicológico
• Estar atento al lenguaje no verbal (expresión facial,
corporal, ...)
– Apertura a lo social: Para ello se recomienda
comenzar realizando preguntas sencillas del tipo
- ¿cómo van las cosas en casa, en el trabajo?
- ¿hay alguna cosa que le preocupe?
-¿ha vivido alguna situación difícil o conflictiva?

EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
El propósito de su realización es el de detectar patología causante del episodio depresivo ya comentada en el
apartado de etiología:

Solicitar al menos una analítica en la que se incluyan: hemograma, fórmula y recuento, electrólitos (sodio, potasio,
calcio, fósforo, glucemia, creatinina, función hepática (GOT, GPT, GGT, fosfatasa alca- lina) función tiroidea (T4 libre,
TSH) serología (VDRL, VIH), B12 y folatos.

PASO 2. Descartar depresión secundaria a


enfermedad médica o abuso de sustancias.

En la enfermedad médica existe una asociación


temporal y fisiológica con el inicio de la enfermedad
y la sintomatología depresiva remite con el
tratamiento de la causa que lo provocó
La demencia es una enfermedad del cerebro en la
que hay déficit de memoria, de orientación,
comprensión, capacidad de aprendizaje, lenguaje. El
déficit cognoscitivo se acompaña frecuentemente de
un deterioro del control emocional, que puede
confundirse en su inicio con un episodio depresivo.

PASO 3:¿Es bipolar?: episodios hipomaníacos o


maníacos depresivos previos
Solo entonces es depresión unipolar.
De no existir patología definitiva previa, nos encontramos frente a un cuadro depresivo primario. Recién entonces
deberíamos distinguir si se trata de un cuadro unipolar o bipolar, investigando acerca de la presencia de períodos
pasados de exaltación, no sólo con el paciente sino entrevistando familiar directo del mismo.
Paso 4: considerar subtipo, severidad, curso, duración:
Valoración del riesgo suicida
Es importante preguntar y reflejar en la historia clínica la ideación suicida y los factores de riesgo para llevarlo a
cabo. No hay evidencia de que preguntar sobre ideas de suicidio aumente el riesgo de realizarlo. Hay alguna
evidencia circunstancial de que formando a los médicos de familia para reconocer los factores de riesgo, se reducen
las tasas de suicidio.
Realizar una anamnesis completa con el paciente y después contrastar y completar datos, si es posible, con la
información de familia y allegados. Una evaluación global imprescindible, aunque sea sólo orientativa, pues de ella
dependerá la puesta en marcha de las medidas necesarias para evitar la resolución suicida del enfermo depresivo
que, por serlo, obra sin libertad real de elección.
Pueden ser de utilidad clínica las escalas de valoración del riesgo suicida, con las que cuantificar lo mas
objetivamente posible ese riesgo. Sin embargo, aunque la evaluación basada en el análisis de múltiples factores
tiene sensibilidad elevada, su especificidad es reducida. La entrevista clínica y su evaluación global son los elementos
fundamentales en la valoración del riesgo de suicidio y nunca podrán ser sustituidas por la cuantificación de puntajes
en las escalas.

– Escala de Desesperanza de Beck, o Beck Hope- lessness Scale (Beck y Steer, 1988).
–Escala de Estimación del riesgo de Suicidio o Risk Estimator Scale for Suicide (Motto y cols., 1985).
–Escala de Intento Suicida o Suicide Intent Scale (Beck, 1974).
– Escala de sad pErsons, es el acrónimo de los ítems que la componen, que incluye determina- dos indicadores de
riesgo. Se puntúa su ausencia o su presencia y la puntuación total nos ayuda a tomar la decisión sobre la necesidad
de ingreso hospitalario:
sex (Sexo): +1 si varones.
age (Edad): +1 si es menor de 19 años o mayor
depression (Depresión)
previous Attempt (Intentos de suicidio previos).
Ethanol abuse (Abuso de alcohol).
rational thinking loss (Trastornos cognitivos). social supports lacking (Sin apoyo social). organized plan (Plan
organizado de suicidio). no spouse (Sin pareja estable)
sickness (Enfermedad somática).
Cada ítem puntúa 1 si está presente y 0 si está ausente:
0-2: alta médica al domicilio y seguimiento ambulatorio.
3-4: seguimiento ambulatorio intensivo, con- siderar ingreso.
5-6: recomendado ingreso, sobre todo si hay ausencia de soporte familiar.
7-10: ingreso obligado, incluso en contra de su voluntad.
Ante una situación de duda es aconsejable una evaluación psiquiátrica centrada en la naturaleza, frecuencia,
intensidad, profundidad, duración y persistencia de la ideación suicida.
A pesar de todo lo anterior, es fundamental no olvidar que el riesgo de cometer suicidio es imprevisible para un
sujeto dado en un momento determinado.
PASO 5: Considerar distimia, si el episodio es leve, dura más de 2 años
PASO 6: Si existe relación temporal con un estresante, y no cumple criterios para ninguno de los anteriores,
consideramos trastorno adaptativo

TRATAMIENTO
El tratamiento de la depresión plantea un abordaje integral de manera que existirán casos que requieran una
perspectiva farmacológica, psicológica y social y otras que sólo precisen uno o dos aspectos y distintas
combinaciones de medicación y psicoterapia .
Para instaurar tratamiento (y/o derivar) hay que determinar :
– El tipo, la gravedad y la duración del episodio depresivo.
– Los estresores que han contribuido al episodio o que lo han exacerbado.
– Los apoyos y recursos con que cuenta la persona para afrontar la situación.
– El riesgo de suicidio y el riesgo para otros, tanto por agresividad como por negligencia
INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN AL PACIENTE Y SU FAMILIA.
Después del diagnóstico de la depresión, es fundamental proceder a dar una explicación comprensible para el
paciente y su familia acerca de dicho trastorno, ofreciendo pautas y consejos sobre la enfermedad.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Antidepresivos de la cateroría ISRS de primera en tratamiento de depresiones moderadas y severas. (CANMAT
2009,NICE 2010, APA 2010, WFSBP 2013
En el tratamiento de la depresión se utiliza una familia de psicofármacos, los antidepresivos, heterogénea en cuanto
a su estructura química y efecto sobre la neurotransmisión cerebral. En función de su mecanismo de acción se
pueden delimitar varios grupos de antidepresivos, los cuales a su vez se pueden clasificar en tres categorías según
tengan una acción predominantemente serotoninérgica (ISRS e IRAS), predominantemente noradrenérgica (ACC e
IRNA) o dual (IRSN, NASSA y ATC).

ELECCION DEL ANTIDEPRESIVO


Tener en cuenta:
1. EFICACIA DEMOSTRADA EN UN EPISODIO ANTERIOR
como regla general el antidepresivo de elección es aquel que ya ha demostrado su eficacia en el paciente
2. PERFIL DE EFECTOS SECUNDARIOS Y TOXICIDAD
Los ISRS y los nuevos antidepresivos (venlafaxina, mirtazapina y reboxetina) pueden tener el mejor perfil de
tolerancia y seguridad. En general los ATC son peor tolerados y tienen un mayor riesgo de provocar toxicidad que el
resto.
Los efectos secundarios de los ISRS suelen ser leves y transitorios. Los más frecuentes son de tipo digestivo (nausea
en un 15-20%) seguidos de los neurológicos (cefalea y temblor). Dentro de los ISRS, la fluoxetina puede provocar con
mayor frecuencia inquietud y pérdida de peso y la paroxetina y la fluvoxamina somnolencia; la larga semivida de la
fluoxetina (T1/2=1-2 semanas) puede favorecer su elección en pacientes incumplidores.
3. MECANISMO DE ACCIÓN PREDOMINANTE
Aunque es probable que todos los antidepresivos, independientemente de su mecanismo de acción, desarrollen su
efecto molecular a través de una vía final común (a nivel del núcleo neuronal) se ha descrito un síndrome
serotoninérgico y otro noradrenérgico que, teóricamente, podrían condi- cionar la elección de uno u otro
antidepresivo. De este modo, habría un síndrome de déficit serotoni- nérgico, con síntomas como ánimo deprimido,
ansiedad, crisis de pánico, fobias, obsesiones-compul- siones y bulimia; y un síndrome noradrenérgico con
manifestaciones como ánimo deprimido, déficits cognitivos (a nivel de atención, memoria de trabajo y velocidad de
procesamiento de la información), inhibición psicomotriz, cansancio y apatía. No obstante se ha observado que la
potenciación de una de estas vías estimula la otra, lo que dificulta traducir en una predicción de eficacia el
mecanismo de acción de cada fármaco (22)
4. CARACTERISTICAS DEL EPISODIO DEPRESIVO ACTUAL
Hay autores que apoyan una mayor eficacia de los ATC y posiblemente la venlafaxina ante una depresión mayor con
síntomas melancólicos.
En el caso de una depresión mayor con síntomas atípicos o una distimia, los ISRS podrían ser pre- feribles a los ATC
(23).
Efectos secundarios como la sedación y el aumento de apetito pueden resultar útiles si el episo- dio cursa con
agitación, insomnio y pérdida de apetito.
5. COMORBILIDAD PSIQUIÁTRICA
Cuando existe un TOC o un trastorno de angustia comórbido, los ISRS y la clorimipramina pueden estar
especialmente indicados.(23)
En caso de bulimia nerviosa comórbida, la fluoxetina podría ser de elección.
En pacientes con demencia se deben evitar los ATC por su efecto anticolinérgico. La trazodona se recomienda
especialmente para tratar el insomnio en estos pacientes, pudiendo mejorar también el estado de ánimo si existe
una depresión concomitante.
6. COMORBILIDAD MÉDICA Y EDAD
Los efectos anticolinérgicos de los ATC desaconsejan su uso en caso de cardiopatía, glaucoma, síndrome prostático o
estreñimiento crónico (24)
En pacientes geriátricos pueden ser preferibles fármacos como los ISRS o los nuevos antidepresivos.(24)
En pacientes polimedicados y alcohólicos la venlafaxina y los ISRS podrían ser de elección debi- do a su menor
potencial de interacciones.(25) Dentro de éstos últimos, el citalopram (seguido de la ser- tralina) parece tener la
menor actividad sobre el Cit P450, por lo que puede ser preferible en caso de insuficiencia hepática.
26 Guía de práctica clínica de los trastornos depresivos
La sertralina no altera su farmacocinética en caso de insuficiencia renal.
La maprotilina y los ATC son menos aconsejables que el resto en caso de epilepsia, por su mayor capacidad para
disminuir el umbral convulsivo (HALES).
Los ISRS pueden ser preferibles en caso de enfermedad de Parkinson, aunque pueden empeorar los síntomas
motores. Los fármacos con efecto anticolinérgico, como los ATC, pueden mejorar los sín- tomas motores pero
empeorar los cognitivos.
Los pacientes con TCE son más sensibles a los efectos sedantes, anticolinérgicos y epileptóge- nos de los fármacos,
por lo que conviene evitar los ATC.
En caso de diabetes u obesidad pueden no ser aconsejables como primera elección los fármacos con mayor
tendencia a provocar un aumento de peso.
No hay estudios controlados en caso de embarazo, aunque existe un amplio consenso en torno a la preferencia por
los ISRS en el caso de que sea necesario tratamiento antidepresivo.
En la tabla 7 se muestran el mecanismo de acción y algunos de los efectos secundarios que pue- den condicionar la
elección de un antidepresivo
ELECCIÓN DEL ANTIDEPRESIVO
Si existe un evidente riesgo de suicidio, es importante tener en cuenta la toxicidad del fármaco en caso de
sobredosis. En este contexto, la sobredosis con venlafaxina se asocia con un mayor riesgo de muerte que otros
antidepresivos recomendados en atención primaria, aunque el mayor riesgo se registra con los antidepresivos
tricíclicos (ADT).
En caso de que el ISRS no sea eficaz o tolerado por el paciente, se recomienda probar con otro ISRS o un
antidepresivo de segunda generación que sea mejor tolerado. Posteriormente, probaremos con un antidepresivo de
otra clase (venlafaxina, un ADT o un IMAO) aunque es posible que sea peor tolerado.
TRATAMIENTO AGUDO DE LA DEPRESIÓN
Una vez elegido el antidepresivo, se recomienda un aumento de la dosis, gradual para mejorar la tolerancia hasta
alcanzar la dosis mínima terapeútica. Muchos efectos secundarios suelen aparecer al inicio del tratamiento y
desaparecen progresivamente a lo largo del primer mes, lo que será importante advertir al paciente. No obstante en
caso de síntomas intensos, como vómitos, cefalea y vértigo se debe valorar el cambio de fármaco. Entre loas 7 y 15
días del comienzo de titulación de antidepresivos, si el paciente no presentó efectos adversos a la medicación, se
aumenta la dosis hasta alcanzar la dosis terapéutica mínima. Hasta el inicio del efecto antidepresivo se acepta un
intervalo de latencia de 2-3 semanas
En caso de no obtener una respuesta adecuada a las 4 semanas (esto es, una mejoría cuanto menos leve), se debe ir
aumentando la dosis progresivamente hasta llegar, si es necesario, seguro y tolerado, a la dosis máxima. Por el
contrario, si un paciente está mejorando con una dosis baja del fármaco, no se debe incrementar esta dosis a menos
que la mejoría clínica se detenga antes de obtener la remisión.
En los estudios de depresión, se habla de respuesta al tratamiento cuando se alcanza al menos un 50% de mejoría en
la intensidad de los síntomas (medida con escalas como la HDRS), aunque sin llegar a la remisión. No se puede hablar
de falta de respuesta o resistencia hasta transcurridas 8 semanas de tratamiento y habiéndose alcanzado la dosis
máxima. A nivel clínico, hablaríamos de respuesta a la 8a semana de tratamiento cuando hubiera al menos una
mejoría moderada de los síntomas.
TRATAMIENTO DE CONTINUACIÓN
Un episodio depresivo mayor no tratado suele durar entre 6 y 12 meses. La mayoría de los episodios tratados duran
alrededor de 3 meses. Una vez conseguida la remisión del episodio depresivo (inicio de la fase de continuación), por
ejemplo 12 semanas después de iniciado el tratamiento, se debe mantener éste entre 6 y 12 meses, sin reducir la
dosis, para evitar recaídas,Pasado este plazo, se puede proceder a la retirada del tratamiento haciéndose de forma
gradual a lo largo de 1 a 3 semanas, según la semivida del fármaco, con el fin de evitar un síndrome de
discontinuación.
TRATAMIENTO DE MANTENIMIENTO
Cuando la remisión se mantiene de 6 a 12 meses se habla ya de recuperación y el paciente entra en la fase de
mantenimiento. Si la depresión vuelve en esta fase de mantenimiento, es decir, una vez superada la fase de
continuación, hablamos de recurrencia (a diferencia de la recaída). En caso de recurrencia debe mantenerse un
tratamiento profiláctico de mantenimiento, en ocasiones durante años o incluso de forma indefinida. Si la
recurrencia ocurre a pesar del tratamiento de mantenimiento, se debe optimizar dosis y si es necesario seguir las
pautas de tratamiento en caso de resis- tencia, siendo éste un criterio de derivación al especialista.
TRATAMIENTO EN CASO DE RESISTENCIA
En caso de falta de respuesta a un antidepresivo después de 8 semanas de tratamiento y habién- dose agotado el
periodo de optimización de dosis, se debe revisar en primer lugar el diagnóstico y el cumplimiento del tratamiento.
(21) Si se corrobora el diagnóstico y la cumplimentación se cree correcta, se pueden emplear diversas estrategias
terapeúticas. Dentro de un concepto más amplio, también puede hablarse de resistencia en el caso de pacientes que
han presentado respuesta a las 8 semanas de tratamiento pero posteriormente no han alcanzado la remisión total
de los síntomas. En ese caso
1. SUSTITUCIÓN: cambio por otro antidepresivo. Para mejorar la tolerancia, la sustitución se puede hacer
solapadamente (por ej. retirada progresiva de 60 mg/día de citalopram mientras se aumenta gradualmente la dosis
de venlafaxina hasta 75 mg/día), o inmediatamente tras la retirada (si puede ser, progresiva) del antidepresivo a
sustituir. La excepción a esto la constituyen los IMAO, que requieren un tiempo de lavado para la sustitución .
2. COMBINACIÓN: adición de otro antidepresivo, generalmente con un mecanismo de acción distinto
(serotoninérgico, noradrenérgico o dual). La asociación de dos antidepresivos serotoninérgicos debe hacerse con
precaución por el riesgo de aparición de un síndrome serotoninérgico.
TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS
– Entrenamiento en solución de problemas: ha demostrado ser eficaz aplicado en pacientes deprimidos.
– Terapia cognitivo-conductual: Es una forma específica de terapia psicológica que utiliza técnicas cognitivas y
conductuales. Se aplica en sesiones semanales y tiene una duración de entrE12 y 18 semanas por término medio. Ha
demostrado ser al menos tan eficaz como el tratamiento farmacológico en depresiones leves a moderadas. Puede
combinarse con el tratamiento farmacológico.
– Terapia psicoanalítica
– Terapia de apoyo o consejo: Puede ser valioso como apoyo en circunstancias sociales complejas. No obstante, no
existe aún evidencia científica que mida su eficacia.
Caso Clínico
Francisca de 26 años de edad. Refiere sentirse abatida, sin ganas de nada, con dificultad para levantarse de la cama.
Hace algunos años, cuando estaba aún en el colegio, recuerda un período en le que había pasado tambien de no
tener ganas de hacer nada.Faltaba a las clases y apenas estudiaba. Los padres se lo reprochaban ya que había sido
siempre una alumna excepcional.
Durante 2 semanas, tuvo problemas para dormir, se despertaba muy temprano y no llevaba una buena alimentación
pues, apenas tenía hambre. Perdió mucho peso. Estaba muy cansada, triste y no tenía ánimos ni para quedarse con
sus amigos. En esa epoca recibió tratamiento psicológico y le diagnosticaron depresión, sin embargo no continuó
tratamiento alguno. Hace tres meses, cuando acabaron los exámenes de la carrera, volvió a tener serias dificultades
para dormir, pero no lo necesitaba porque se encontraba llena de energía. Los amigos dicen que de repente tenía
muchas ganas de hacer cosas y de salir. Que a veces no paraba de hablar y no entendían lo que decía porque
cambiaba de un tema a otro. También planeaba todos los viajes que iba a hacer ese verano. Estuvo un periodo con
gran vitalidad y euforia pero eso duro 6 días. Cuando de nuevo comenzó a notar que estaba más cansada de lo
normal, se sentía muy desanimada, había perdido el interés en las cosas que antes le gustaban y por si fuera poco
lloraba casi todos los
días. Los amigos no la comprendían y se fueron distanciando de ella. Llegó un momento en el que pensaba tener
claro que no quería vivir, que la vida no valía la pena y pensaba en cortarse las manos cuando no estuviera nadie en
casa. Su madre menciona que Francisca en la casa a veces no para de caminar de un lado a otro.
Y que ahora se siento cabizbaja, sin ganas de nada, total, duerme mal, no tiene hambre, ni le apetece salir de casa, ni
hacer nada. Está muy desesperada porque siempre había sido una joven sana, dinámica, positiva y con mucho
entusiasmo de realizar cualquier
actividad. Actualmente no está tomando ningún medicamento ni ha sido hospitalizada. Anteriormente estuvo en
tratamiento una vez y el problema sigue y aquí está otra vez.

Trastorno bipolar:
Concepto:
Los trastornos bipolares. O trastornos manicos depresivos, es una trastorno crónico de regulación del estado de
animo que da lugar a episodios de depresión y mania, que se caracterizan por una innovación del estado de animo
brusco en el humor, la energía y el comportamiento de depresión con tristeza o melancolía, que forma un episodio
maniaco y depresivo.
Clasificación:
Según sus episodios de exaltación sean maniacos o hipomaniacos del manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales.

MANIA HIPOMANIA
-hipertimia placentera( ánimo elevado), expansivo, -similar a la manía pero de menor intensidad
irritable -No requiere hospitalización
- autoestima exagerada o grandiosidad -No alcanza a provocar deterioro laboral o social
-disminución de la necesidad de dormir importante
- taquilalia, verborragia -Los síntomas deben durar por lo menos 4 días (DSM IV)
- taquipsiquia y fuga de ideas
- distraibilidad
-compras exageradas, desinhibición sexual
ERRORES DIAGNÓSTICOS
El principal problema del Trastorno Bipolar es lo que tarda en clarificarse el diagnóstico. Generalmente se tarda
entre 8 a 11 años en realizar un diagnóstico correcto. Por lo tanto el Trastorno Bipolar es infradiagnosticado.
Solo ⅓ pacientes con dx de Trastorno Bipolar tuvieron un Dx inicial correcto.

Índice Kappa: FIabilidad diagnóstica-


Capacidad de concordancia alta.
El TBI está en concordancia alta, y el TBII en baja. Esto sucede ya que la hipomanía es más difícil de diagnosticar que
la manía
Trastorno Bipolar Tipo II tiene más síntomas subclínicos que el trastorno bipolar I

TRATAMIENTO:
Farmacológico:
-tratar la mania sin inducir depresión
-tratar la depresión de forma efectiva (puede requerir combinaciones)
-tratar el tiempo necesario.
No farmacológico
-valorar siempre la posibilidad de terapia electrocovulsiva en casos resistentes.
-intervenciones psicológicas
Manía o Hipomanía:
-Litio
-Divalproato de Sodio o Valproato de Mg.
-Antipsicóticos atípicos (típicos en agitación en manía aguda)
Depresión:
-Lamotrigina
-Antipsicóticos atípicos (Quetiapina, Lurasidona)

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