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Para enfocar nuestro punto de vista en los aportes de la educación física en la escuela y

su entorno, debemos recurrir a la historia y dar claridad a os problemas que confronta

esta ciencia para romper paradigmas y/o mandatos que se superponían sobre el cuerpo,

el alma y la trasmisión de conocimientos para dar así una idea concreta de los avances o

aportes que retribuyen a la educación física en la escuela.

Debemos tener en cuenta todos los aspectos sociales, económicos y culturales que yacen

y rigen en cada época donde se presenta las relaciones del cuerpo con más cuerpos, es

decir, paradigmas que superponían el verdadero conocimiento y su expresión y no

enfocarse realmente en que el cuerpo es insignificante.

Los paradigmas históricos incitan a que el cuerpo sea un objeto mundano y que siga

mandamientos como: la obediencia, encaminarlo al consumo y el sufrimiento, promover

o minimizar la desigualdad social y por último dar una valoración a la eficacia motriz y

competitiva. Como su nombre lo indica estos mandatos han prevalecido en toda la

historia y se han trasmitido de generación en generación.

Encaminando ya la educación física en la escuela se ha tomado como una comprensión

insignificante a comparación de otras ciencias encaminadas a la pedagogía, enfocados

en el cuerpo del alumnado dirigido hacia el futuro, es decir, el físico va sobre otras

funciones. De allí nace un concepto dualista en el que se habla de una educación distinta

para el cuerpo y el alma (educación enfocada en la carne y la otra en la salvación,

respectivamente) y aquí se aplica la teoría liberal donde cada quien es responsable de su

cuerpo, su hábitos y estilo de vida, guiándolo a aspectos económicos o netamente

individualistas acatando normas mercantilistas. El cuerpo es una representación y su

campo de actuación es la sociedad donde se ejecutan las relaciones corporales,

económicas y de conocimientos previos a ejercer movimientos que decidan sobre el


futuro del cuerpo y/o al rompimiento de los mandatos impuestos, entonces partiendo de

lo anterior ¿Qué hace la educación física en la escuela?

El problema por el que planteamos la anterior premisa no data en que se vea

insignificante el aporte del cuerpo en la pedagogía sino que subestiman o pasan

desapercibido el conocimiento que trasmite este, su representación y la constitución de

los cimientos para que concreten y mantengan la estadía del cuerpo y la educación física

como conceptos claves para el desarrollo de la sociedad, para mejorar este

acontecimiento se debe catalizar criticas centradas en el interior de las actividades

sociales, cambiar los malos hábitos impuestos anteriormente e incrustar tendencias

favorables que busque lo mejor de forma colectiva para un avance solidificado. La

escuela es el principal instrumento que tienen los estados y las sociedades para el

proceso de reproducción y transformación cultural. Es, como señala Bernstein, “el

dispositivo más específico, formal, material y extendido que posibilita el encuentro

entre poder, conocimiento y conciencia” (Bernstein, citado por Carranza).

La educación implica generar conciencia, sembrar conocimiento y por, sobre todo, tener

una percepción de que el alumno es un ser que actúa, piensa y genera un cambio

duradero en la sociedad. Trabajar conscientemente con el cuerpo conlleva a ser

partícipes, íntegros de forma individual para que poco a poco se logre un crecimiento

social gracias a las relaciones que se interpondrán en el avance de la sociedad.

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