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I.N.R.

AUTOR: Jesús Aguilera Muñoz


INRI = Immediate Negrologic Resources International

PERSONAJES:

MATíAS: Muchacho joven, maniaco depresivo, bipolar; que acude a INRI


porque le ha hablado muy bien de sus servicios un amigo, aunque a veces
se pregunta que si sus servicios fuesen excelentes, su amigo ya no estaría
en este mundo.

CARMEN: Mujer de clase media de cincuenta y tantos, separada y después


viuda. Funcionaria del servicio funerario municipal, madre de Angustias. Su
estatus actual no está en línea con su pedigrí. Desencantada y
desilusionada, algo superficial, tanto tienes tanto vales. No es religiosa pero
si de hábitos y costumbres muy tradicionales. Aparenta felicidad, todo está
bien, las apariencias son lo primero,... Va a contratar el suicidio de su hija.

JENARO: Jubilado, en su juventud un vividor; alcohol, comida y mujeres sin


desenfreno, un hombre con mucha vida que nunca entenderá porqué su
madre le puso Jenaro (nacido en enero) habiendo nacido a las doce del
mediodía un 14 de Julio en Sevilla. En la actualidad un dandi, un caballero,
ha sobrevivido a tres mujeres, innumerables amantes, un cáncer de colon y
en la actualidad a una enfermedad venérea inconfesable. Acude a INRI, por
una apuesta con un amigo, para ver si INRI es capaz de acabar con el en
menos de dos semanas, hoy es el día catorce.

ANGUSTIAS: Joven con estética gótica, muy jovial y dicharachera, vivaz y


ocurrente, chistosa, siempre sonriente y alegre; con ganas de vivir, pero su
madre dice que tiene que ser coherente con su imagen y tiene que "vivir"
suicidándose. Su madre piensa que necesita ayuda de un profesional para
superar el despiste de la pubertad.

LUISA: Joven mensajera, licenciada en sociología, que trabaja para pagarse


el doctorado, con novia desde hace unos días, tercera de cinco hermanos,
cabal, con las cosas muy claras, realista, práctica, cuando se doctore y su
novia termine enfermería quieren irse unos años a algún país africano.
Asume desde muy joven su condición sexual, pero su novia aun no puede
admitirlo públicamente. Con el pelo de color naranja y algún percing en la
cara, ha ido a INRI a recoger un paquete.

ESPIRITU: Aun no recuerda su nombre, vaga por el inframundo desde hace


tres semanas que fue a suicidarse a Cedeira, y al terminar el "trabajo" se
encontró en el Limbo, no sabe el camino para llegar "abajo" o "arriba", pero
el no se ha suicidado para estar así. Le costó salir de Cedeira por la
aglomeración de espíritus que sacude la zona, y tras mucho vagar ha
llegado a INRI, donde quiere poner una queja y que solucionen lo suyo.
Durante el trayecto ha ido descubriendo qué fue antes de tirarse por el
acantilado. Este personaje siempre aparecerá oculto debajo de una sábana
o totalmente oculto en negro, y cuando quiere reconocer a alguien solo
puede hacerlo por el olfato.

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PRIMER ACTO
Una sala de espera de oficina vacía, una ventana grande con rejas
exteriores, una puerta con cristales a través de los cuales durante toda la
escena se ve movimiento de gente (sombras); un mostrador con papeles,
sillón, sofá, alguna silla; los cuadros o fotografías en una pared con
acantilados, sogas con nudos corredizos, bañera con ventilador, cuchillas de
afeitar, envases de medicamentos, viaductos, etc. Y en un sitio
predominante un retrato de Romy Schneider

La sala recibe la luz de la calle, está vacía durante unos instantes y se oye
una voz en off.

-Immediate Necrologic Resources International, dígame


- Si; aun no está cerrado el expediente, el cliente aun no ha decidido como
va a formalizar el contrato, acaba de salir del despacho y ha dicho que tiene
que pensarlo.

Se oye un frenazo de coche y un fuerte golpe


- Un segundo, espera

(Pausa)

-¿Estás aún al aparato?


Sonidos de sirenas llegar

- ¿Si?, parece que ya se ha decidido, ha elegido la opción "que parezca un


accidente de tráfico", ya sabes ella es, perdón, era muy católica, apostólica y
romana.

(Entran Jenaro y Matías conversando)

Matías: Pase usted primero por favor

Jenaro: (entra desconfiado, asomando la cabeza antes de entrar, mirando el


quicio de la puerta, inspeccionando la estancia)

Gracias joven, perdone tanta precaución pero usted no conoce a mi amigo y


con tal de ganar una apuesta es capaz de hacer cualquier cosa.

Matías: (sorprendido y algo desconfiado)

Pues como le venía diciendo cuando le he encontrado en el suicidio, esta


empresa tiene muy buenas referencias, y además cuidan mucho todos los
detalles; fíjese usted que al afortunado del paso de cebra no habían pasado
ni cinco minutos y ya le tenían instalado un anuncio de pie, sencillo y conciso
"por cortesía de I.N.R.I"; ¡a qué son geniales!

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Jenaro: la verdad que si joven, yo soy nuevo en este mercado, pero dicen
que su primer gran cliente fue la Schneider, algunos medios aventuraron que
la Monroe también, pero ellos enseguida desmintieron la última referencia.

Matías: A decir verdad que son muy exigentes con sus clientes, hacen una
fase previa exhaustiva para detectar incongruencias, protagonismos
ególatras y narcisistas.

Jenaro: ¡Me lo va a decir usted a mí!

Matías: Yo hace un par de semanas estuve a un tris de ser aceptado, pero


en ese momento entre en fase positiva y todo se fue al garete.

Jenaro: (Distraído mirando a través de la ventana, murmurando, como


tramando algo)

En fase positiva.

(Se abre la puerta de la calle, entra el Espíritu y al instante se cierra sola,


hay como un pequeño cambio de luz en esa zona; los dos miran y Matías
sube los hombros)

Espíritu: Buenos días, ¿es aquí INRI?

Matías: (instintivamente y a la vez sorprendido)

Si, aquí es

(Jenaro mira hacia donde está Matías y alrededor de la sala buscando a


alguien)

Espíritu: Por fin, ya era hora. Me permiten tomar asiento porque aunque no
me sirva de nada por lo menos me creo que descanso.

Matías: Todo el espacio es suyo, siéntese donde quiera.

(Se tapa la boca y se dirige hacia donde parece que procede la voz, toma
asiento en el sofá encima de Espíritu)

Espíritu: Cuidado no se siente encima de mí, que cuando las ganas de joder
aprietan…

Jenaro: Ni los culos de los muertos se respetan.

(Mirando hacia donde Matías se levanta como con un resorte)

¿Quién ha hablado?

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Matías: (Reculando con cara despavorida y tapándose el culo con una
mano)

Ni idea.

Espíritu: Creo que se refieren a mi, pero disculpen, en mi estado aun no


recuerdo mi nombre, pueden llamarme como quieran.

Jenaro: (Acercándose dubitativo, pero con paso firme)

¿En su estado? Yo solo reconozco dos estados del ser humano; vivo y,
muerto o casado.

(Puntualizando mucho el “o”)

Espíritu: Que error tan grande, yo creí lo mismo y cuando me atreví a dar el
paso; bueno el salto, porque realmente di un salto por temor a caer sobre las
rocas, ya que no pretendía dejar rastro de mí, yo quería caer al agua y
hundirme, para eso me tire con un cinturón de esos que usan los
submarinistas.

(Se abre la ventana y Jenaro se acerca a cerrarla, a partir de este instante ni


Jenaro, ni Matías son conscientes de la presencia de Espíritu).

Creo que fue aquí donde me garantizaron que una vez muerto ya no tendría
porqué volver a tener que preocuparme por ningún asunto, que todas mis
angustias se darían por finiquitadas.

(Durante todo este tiempo, Jenaro y Matías se mueven por la sala, se


sientan, miran una revista, se levantan, miran el reloj, deambulan, miran por
la ventana, vamos que se mueven).

Ustedes no saben la sensación tan horrible que se tiene cuando se recupera


el contacto con algo que has querido dejar atrás de una manera tan vital, lo
primero fue volver a salir del agua y no tener la sensación de frío, ni estar
mojado.

Después hay que dominar como te desplazas porque no es sencillo moverse


sin necesidad de esfuerzo físico, es como un estado mental y después
tienes que ser consciente que ni Dios te escucha,

(Sarcástico y burlón)

porque si me hubiera escuchado no estaba yo ahora mismo aquí dándoles


este mitin, para luego ya como colofón darte cuenta que entre todos los
“seres materiales”

(Haciendo un gesto como "entre comillas")

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hay otros entes como tú, y ¡coño! ¡Estos si te perciben y te escuchan! Y
algunos incluso quieren contarte sus penas, conversar contigo, y te das
cuenta que pierdes toda la vergüenza, pues estás ¡muerto!

(Se ríe)

Pero no, no estas bien muerto y no sabes si puedes desvelar el secreto que
todos los difuntos guardan a los mortales sin incurrir en algún agravio o
transgredir alguna ley difunta

(Gritando y dando saltitos de rabia).

¡Joder que yo me quise suicidar para perder toda esta mierda de vista, para
no estar buscando ni caminos alternativos, ni soluciones!

¿Dónde coño se puede reclamar!

(Se abre la puerta y aparece Carmen sujetándola; dirigiéndose hacia fuera)

Carmen: Angustias por Dios, quieres dejar al gato y pasar de una vez,
llevamos mas de 10 minutos que si minino va, minino viene. No se cuando
vas a sentar la cabeza hija de tu padre

(Entra Angustias y Carmen cierra la puerta, el espíritu se levanta del sofá y


va acercándose a todos los personajes olisqueándolos)

Espíritu: ¿Diez minutos? Si yo les dijera que tardé más de tres semanas en
salir de aquel atasco espectral.

Carmen: Buenos días

Angustias: Jo mamá, pobrecito, ¿te has fijado la carita tan rica y graciosa
que tenía?

(Mirando hacia Jenaro y Matías)

Perdón, buenas tardes

Matías: (mirando con sorna a Jenaro y en bajito)

Buenos días, buenas tardes; pensaba que era yo solo el que tenía
contradicciones.

(Dirigiéndose muy alegre hacia Angustias)

Buenas tardes, Señoritaaaa....

Carmen: (Dirigiéndose al encuentro de su hija cortando el camino a Matías)

Puede llamarme Carmen, joven.

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Matías: (esquivando a Carmen y cayendo a los pies de Angustias tomándole
la mano con deseo, enamorado y feliz)

Matías, fiel servidor de usted y a su disposición para lo que usted mande


Señoritaaaaa...

Carmen: (levantadole por los sobacos y separándole a rastras de


Angustias)

Joven, es usted un poco indigesto, ¿no me ha escuchado?, qué parte de


Carmen no ha entendido usted.

Angustias: (Con cara dulce y enamoradiza hacia Matías, rescatándole


suavemente de su madre y mirándole como si se derritiese).

Encantada, mi nombre es Angustias, disculpa a mi madre.

(Tomándose de las manos)

Eres tan agradable, tan amable, tan querible, tan besable,

(Suspirando)

tan dulce y tan hermoso…

(Acercándose a él y tocándole el culo, suspirando)

Tan macizooo

Matías: No me digas eso que me vierto

Espíritu: (dirigiéndose hacia ellos)

¡¡¡Aquí hay tema!!!

Angustias: ¿No me digas que no es mono mama?

(Acercando sus rostros sin llegar a tocarse)

¿Y me has dicho que te llamas?

Matías y el Espíritu: (A la vez)

Matías

Angustias: (desfalleciendo)

¡Ohhhhhhhhhh!

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Carmen: (feliz por el desvanecimiento de su hija)

Pues si que parece que son eficientes aquí, acabamos de llegar y casi nos
regalan el óbito.

Jenaro: (Dirigiéndose hacia Angustias y Carmen, y con mirada seductora


hacia esta última)

Permítame que le preste mi ayuda con su hermana, señoritaaaaaa

Carmen: Señora y no es mi hermana caballero, es mi hija Angustias. Y por lo


que veo en esta sala debe de inhalarse algún tipo de gas atrayente, pues
señores los veo a ustedes con demasiada complacencia.

Espíritu: No lo dirá usted por mí.

Carmen: ¿Y quien es usted?

(Sin levantar la vista de su hija)

Yo me refiero a este par de hormonas andantes, acabamos de llegar y se


puede respirar testosterona por los rincones

Caballeros, no me distraigan a la niña, bastante faena tengo ya con ella;


aquí donde la ven con esta apariencia de morticia andante, no se aviene a
razones para suicidarse y es capaz de ilusionarse, ser feliz y pensar en su
futuro con el simple aleteo de un moscardón sobre una caquita de perro en
mitad de la acera.

(Hablando muy deprisa)

Y yo soy de la opinión de que hay que vivir la vida de acuerdo a las


decisiones que se toman; entre ellas esta la apariencia, o creen que yo soy
así porque nací con esta predisposición; se equivocan totalmente caballeros,
para poder casarme tuve en primer lugar que aparentar ser frágil y
complaciente y de ese modo poder embaucar al que luego fue mi esposo, y
les digo, no saben ustedes la sorpresa que se llevó el pobre, pues el creía
que se había casado con una mujer sin opiniones propias, complaciente,
insegura, sumisa.

(Poniéndose de pie y arreglándose la ropa, marcando mucho las palabras y


contoneándose)

Y nada mas lejos de la realidad, yo soy dominante.

Jenaro: (Acercándose peligrosamente a Carmen)

Yo puedo ser su esclavo si lo desea.

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Carmen: (empujándole sutilmente con la punta de los dedos como con asco
para separarle y continuar colocándose la ropa)

Por favor, huele usted a paloduz, no me distraiga, estaba informando al


joven

(Mirando como si fuese a descubrir al espíritu)

y a la voz, de que no soy lo que aparento, pero que voy a hacerle si me


gusta viajar, almorzar con mis amistades, asistir al estreno de todas las
obras de teatro, los perfumes caros, la seda y la ropa interior de marca

Espíritu: (mientras lo dice tapándose la boca como sorprendido)

Blanca y con puntillas.

Carmen: Por supuesto, soy de la opinión que aunque el negro es también


divino y el rojo de burdel; el blanco; con puntillas ligeras y vaporosas,
dejando entrever la delicadeza del tesoro femenino, es la tonalidad perfecta
para conseguir la atención del hombre. A mi exesposo que en paz descanse,
era enseñarle un poquito del sostén y le entraban temblores y carraspera.

Espíritu: (con un ligero estremecimiento)

Pobre, como los conejos

Matías: Parece que se recupera

Angustias: Mamá ¿estoy aquí?

Carmen: (resignada y mirando el reloj de su muñeca)

Si hija, aun estás aquí

Jenaro: (Mirando a través de la ventana y como si estuviera pensando en


voz alta, ensimismado)

Si yo tuviese que ser consecuente, o mi apariencia tuviese que estar en


consonancia con lo que he vivido; podría estar ahora mismo con harapos,
gonorreico y cirrótico, además de arruinado.

(Volviéndose de repente hacia donde Carmen acompaña a su hija y con voz


lisonjera)

¿Y dice usted que es dominante y viuda?

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Carmen: Si señor, separada y viuda, un fastidio pues mi ex y hoy difunto…

(Mirando de nuevo el reloj)

Angustias, hija, incorpórate cariño parece que este lugar va impregnándote


con su carácter.

(Matías ayuda a Angustias a incorporarse y se sientan en el sofá, donde se


quedan como hipnotizados tomados de la manos y mirándose)

Jenaro: (Dirigiéndose hacia Carmen y cortejándola)

¿Primero fue ex y luego difunto?

Carmen: (tajante y con algo de desprecio)

Pues claro, evidentemente

(El espíritu se acerca a Carmen e intentando tocarla, olerla)

Jenaro: ¿Difunto por iniciativa propia, de terceros o por causas externas


naturales?

Carmen: (Cansada)

¿Y a usted que le importa?

Jenaro: Perdona Carmen

Carmen: ¿Hemos comido juntos alguna vez usted y yo en la misma mesa?


Creo que no, pues por favor no se tome usted tantas confianzas

Jenaro: Perdón Señorita o como se diga a las ex con difunto

Carmen: Señora o Carmen, es sencillo

Jenaro: (volviendo a tomar el tono de cortejo y revoloteando alrededor de


Carmen, como iniciando el rito del apareo)

Me encantaría probar si puedo convertirme en su ex y apuesto lo que quiera


que no creo que me convirtiera en difunto.

(Relamiéndose pensativo)

Si no lo han conseguido mujeres que podrían ser mis hijas, incluso alguna mi
nieta, de países tan exóticos como Tailandia, Brasil o Senegal, ummm…

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Si he sobrevivido a más de una noche de juego en el casino, si todas las
botellas de tequila que he vaciado no han logrado enlatar definitivamente mi
hígado en “pates Jenaro”, si mi corazón continua bombeando sangre, no
creo que me vaya a pasar algo por estar con usted.

(Volviendo al cortejo en tono romántico y conquistador)

Carmen, permítame que me sincere; según la vi entrar por esa puerta


comprendí que es usted la mujer con la cual están escritos los últimos días
de mi vida, con la cual podría realizar todo lo que la vida aun me depara.

Apuesto que…

Carmen: (cortándole, tajante y muy digna, sobreactuando)

¡Apuesto, apuesto, apuesto! ¡No sea usted más decadente!

Jenaro: ¿Decadente?

Carmen: Si

(Silabeando)

De-ca–den-te, la vida es algo más que un juego.

Jenaro: ¿algo más que un juego?

(Con sorna al principio, para irse poniendo trascendente)

No sea usted ridícula, la vida es una mesa de ruleta rusa donde el azar
separa en un segundo un clic vacío de un estruendo en la sien, es una mesa
de poker, una tienda de bebidas. La vida es para desmenuzarla y hacerla
revivir con antibióticos si fuese necesario; la vida es un cáncer de colon,
quimioterapia y un resurgir como el ave fénix, y cuando todos te dan por
derrotado, ¡Zass! reírse de las tardes de estufa y bolsa de agua caliente, la
vida es cumbia y viagra, una apuesta por cualquier cosa

Carmen: (agitando los brazos, haciendo aspavientos)

¡¡Una apuesta!!

Jenaro: Siiii una apuesta, por una apuesta con un triste como ustedes estoy
aquí desde hace dos semanas, para demostrarle que el suicidio es un
devaneo de la vida, y no una malformación de la personalidad; y que aun no
ha nacido quien pueda hacerme hincar la rodilla, que solo criaré malvas por
causas naturales.

Que el suicidio tiene antídoto descubierto hace siglos y es la VIDAAAAA

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Matías: (Despertando y apartándose bruscamente de Angustias)

La vida

(Apático)

¿Y qué es la vida? La mayor de las desilusiones, algo por lo cual sufrimos y


que no tiene nada interesante que darnos, un libro escrito sin nuestro
consentimiento que nos obligan a leer y aprendernos de memoria

(Depresivo)

Un sinsentido

(Con la vista perdida y tocándose obsesivamente las sienes y la cara)

Porqué ha de ocurrir esto, porqué he de poder enamorarme y luego sin


saber… ¿por qué todo se cae? todo se inunda

(Tumbado cabeza abajo en el sofá, gritando despavorido, asustado,


aterrorizado)

¡Socorro, tener cuidado, por favor buscar la fuga, sube el agua rápidamente,
poneros a salvo!

(Todos desconcertados mirando alrededor, arriba, abajo; por toda la sala.


Angustias, asustada sube los pies al sofá; Jenaro se sienta en una silla y
sube los pies del suelo; Carmen desconcertada transita por la habitación
buscando una salida; el Espíritu se queda quieto observando)

Carmen: (Abre la ventana, gritando)

¡Socorro sálvennos!

Espíritu: (oliendo al aire)

¿Qué mosca les ha picado?

Matías: (aun despavorido y aterrorizado, lloriqueando)

¡Ayuda, por favor, ayuda! el agua sube rápidamente y no puedo bajarme del
techo, me ahogaré.

(Poco a poco el resto va retomando la calma)

Jenaro: Chaval; tranquilo, no te vas a caer, estás en el sofá

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Matías: Por favor Angustias, cierra todos los grifos, el agua sigue subiendo y
en pocos minutos me ahogaré; ya no resisto más y me caeré del techo,
detesto morir ahogado, quién me persigue… alguien ha dejado abiertos
todos los grifos adrede

(Angustias se levanta del sofá, al principio camina como si el suelo estuviese


encharcado, pero se da cuenta que es falso, continúa buscando los grifos,
abriendo todas las puertas de las sala y buscando por los rincones y detrás
del mobiliario)

Angustias: Aquí no hay ningún grifo, Matías cariño, no se que grifos he de


cerrar

Matías: Los que vierten toda esta agua que está apunto de ahogarme

(Haciendo como que quiere incorporarse y dejar de estar cabeza abajo)

¡Qué alguien me ayude a ponerme de pie y bajar del techo!

(El espíritu se acerca a el e intenta sujetarle, pero no puede agarrarle, es


como si no existiera. Jenaro se acerca al sofá y le baja los pies de la pared)

Jenaro: Muchacho tranquilo, vamos; qué coño te pasa

Carmen: (acercándose a Angustias, susurrándole)

Creo que este chico hoy por hoy te conviene, tiene muchas cosas que
aportarte.

Matías: Por favor, no dejen que el agua siga subiendo

(Calmándose poco a poco)

¡No me dejen solo!

Jenaro: (pasando por delante del Espíritu que aun esta intentando ayudar a
incorporarse a Matías)

Muchacho tranquilo, no estás solo

(Incorporándole y dejándole tumbado)

Ves; ya está, no pasa nada

(Se abre la puerta y entra Luisa, con el casco puesto y la visera bajada. Sin
cerrar la puerta)

Luisa: Buenas tardes, ¿INRI?

Carmen: Si aquí es, yo soy la última

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Luisa: (Cerrando la puerta)

No perdone, yo solo vengo a recoger un paquete

Matías: (con la cabeza girada hacia la entrada y gritando)

¡No cierre por favor, deje abierto que salga el agua!

Luisa: (subiendo la visera del casco y mirándose los pies)

¿Qué agua?

Matías: (aun asustado y moviendo sus manos obsesivamente por la cara sin
llegar a tocarse)

El agua que anega la habitación, joder el que ha estado apunto de ahogarme

Luisa: ¿Qué coño de agua? Esto está más seco que el desierto del Sáhara

(Quitándose el casco y atusándose el pelo con la yema de los dedos)

¡Joder, pues si que empezamos bien el diíta!

(El espíritu sorteando todos los obstáculos se dirige hacia Luisa y comienza
a olisquearla desde los pies a la cabeza y se separa haciendo un gesto de
desilusión)

Carmen: Por favor

(Dirigiéndose a Jenaro)

Yo cada vez me sorprendo mas con estos desarropados.

(Acercándose con descaro a Luisa y mirándole el pelo)

Con estos colores se les tiene que caer el pelo, no tiene que ser nada
bueno. Yo no se como se quejan tanto de los transgénicos y del efecto
invernadero, para luego darse de todo en el cuerpo.

(Sorprendida)

Se tatúan, usan tangas y tampones, con lo impropio e incómodo que es eso


para una mujer. Seguro que hasta se duchan en esos días tan…

(Suspirando y con tono de resignación)

¡Ay como entiendo a su pobre madre!

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Angustias: Mamá si no la conoces, además, a mi me parece que va muy
mona

Carmen: Claro que vas a decir tu,

(Simulando que solloza, sobreactuando)

Que solo piensas en ti, nada más que en ti, y nunca te acuerdas de mí, eres
una egoísta.

(Mientras habla se dirige hacia la ventana y la cierra, en el camino se cruza


por delante del espíritu)

Cuando tu padre desapareció, tú siempre querías animarme intentando


convencerme que no se había fugado con otra mujer.

(Al pasar por delante del espíritu, este olisquea el aire y la sigue olisqueando
por la habitación como si hubiera hecho hilo)

Angustias: Nunca quisiste admitir que el hecho de que apareciera su ropa al


borde de aquel acantilado, bien dobladita, junto a sus zapatos con los
calcetines dentro, su bolígrafo y un cuaderno al que le faltaba una hoja...

(El espíritu se dirige hacia Angustias y la olisquea, la quiere abrazar pero no


puede)

Carmen: (interrumpiéndola)

Si, pero no había ninguna nota

Angustias: Mamá ya sabes lo despistado que siempre fue papá y lo


ordenado que era para su ropa antes de acostarse

Luisa: Me permiten, yo no he venido aquí para perder el tiempo

(Sale por una de las puertas de cristal)

Matías: (inspirando fuerte y con una ligera sonrisa)

El tiempo; cuando todo te sonríe y aparece delante de ti una personita que te


embriaga; el tiempo

(Coge a Angustias entre sus brazos y la levanta del suelo dándole un beso)

Tenemos todo el tiempo para poder perdernos en un abrazo infinito

Angustias: (sujetándole la cara entre sus manos y besándole la frente)

Y dormirnos en el vaivén del amor, para despertarnos entre una catarata


desbordante de besos.

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Carmen: (Escandalizada)

¡Niña!

(Dirigiéndose a Matías)

Y usted joven, no se puede ser tan volátil y pegar estos cambios tan
bruscos, hay que saber donde se quiere estar.

Matías: (Riendo)

Eso mismo dice mi psicoanalista

(Sale Luisa de la habitación hablando por el teléfono, el espíritu se le acerca


para olisquearla y se aleja decepcionado)

Luisa: Si cariño, estoy esperando en una oficina a que me den un paquete,


en cuanto lo entregue habré acabado. Después tengo que ir a la facultad a
recoger unos apuntes y luego me iré a casa a que me comas enterita

(Pausa)

Siii

(Pausa)

Claro que si; boba

(Pausa)

¿Con esa blusa nueva?

(Seductora)

¿Y ese tanguita que te compraste ayer?

(Pausa y suspiro)

Mmmmm, vas a hacer que me derrita

(Pausa, recolocándose el pantalón en la entrepierna)

Pero luego tengo que ponerme con el trabajo, me quedan pocas semanas
para entregar la tesina

(Jenaro, se le ha ido acercando y Carmen los mira con desdén. Angustias y


Matías, en un rincón se comen a besos y caricias, se miran a los ojos,
sonríen, Matías esta exultante de alegría)

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Venga mi niña, luego te llamo, que estoy rodeada de gente y a algunos a
punto de entrar en “perdidas”

(Pausa)

Y yo también

(Se sienta en el sofá)

Cuelga tú

(Pausa)

Jo, tu

(Pausa sonriendo)

No; tú

(El espíritu hace muecas burlonas)

Que no tu primero

(Pausa)

Bueno las dos a las vez

Uno

Dos

Y…

Venga luego seguimos. Muacks

(Cuelga y se queda jugueteando con el teléfono)

Espíritu: Esto es insoportable, no saber porqué estoy aquí ni siquiera quién


fui anteriormente, cómo he llegado a este estado.

Hay cosas que me llegan como ráfagas, latigazos a la memoria y como un


fotograma recuerdo vagamente ciertas escenas.

(Dirigiéndose a Jenaro)

¿Usted por qué está aquí?

(Jenaro no se da por aludido. El Espíritu se acerca a Matías y Angustias)

¿Y tu Chaval, sabes a que has venido? ¿Cómo has llegado?

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¿Y tu Angustias?

(Intenta separarlos)

El caso que contigo…, tu olor me da pequeños latigazos, me pasa igual con


tu madre

(Dirigiéndose a ella)

¿Sabe usted por qué ha venido a este lugar?

(Comenzando a desesperarse)

Recuerdo frases sin sentido, que como un eco llegan desde la niebla…

“no te precipites, no estás solo”, “No importa, vamos dispara”, “El disparo en
la sien te deja muy desperdigado”. ¿Acaso la muerte no puede ser indolora y
digna, aunque sea utilizando métodos propios?

(Dirigiéndose a Luisa)

¿Y usted qué hace aquí?

Luisa: (Responde automáticamente mientras continua absorta con el móvil)

Estoy esperando que me entreguen un paquete

Espíritu: ¿Y sabe usted por qué están todos ellos aquí?

Luisa: Porque son unos cobardes

(Se da cuenta que ha contestado, sorprendida se levanta del sofá y deja el


casco en el suelo)

Espíritu: ¿Cobardes?

Luisa: (sorprendida)

Si, para llegar a plantearse el suicidio hay que ser muy cobarde; la muerte
no es un hecho cotidiano, lo angustioso muchas veces es la vida, el
levantarse y no tener ni puta idea de cómo afrontar lo que te espera.

Lo jodido no es apagar el fuego, lo chungo es ser consciente de que es lo


que se quema

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Matías: (Despavorido, sacudiéndose la ropa como si estuviese llena de
ascuas, separándose de Angustias y aterrorizado)

¡Ostias, ostias, que me quemo! ¡Fuego, fuego! ¡Que alguien me eche agua!
¡Me abraso!

(Todos se quedan alucinando, incluso alguno hace un ligero gesto de


sacudirse las brasas)

Luisa: Ostias tío, estás como una jaula de grillos

(El espíritu se palpa la ropa y de un bolsillo saca un papel)

BAJA EL TELÓN

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SEGUNDO ACTO
Aparece la misma sala de espera, con algún ligero cambio en el mobiliario,
algo más moderno, en vez de un mostrador una mesa de recepción y una
pantalla de ordenador. De la ventana ha desaparecido la reja.

En el sofá Luisa está acostada, como si se tratase de una estación de


autobuses, a sus pies una mochila y el casco de la moto. Junto a la ventana,
de pie, apoyado en la pared con los pies cruzados, haciendo gestos como si
fumase, el Espíritu.

Durante todo este acto Espíritu, estará con la nota jugueteando entre sus
manos sin soltarla en ningún momento.

Espíritu: Hay placeres por los cuales tardé tanto en decidirme,

(En tono de ensoñación)

una terraza junto al mar, los últimos sorbos de una botella de cava, los
restos de una ración de ostras; la mujer de tus suspiros junto a ti, un cigarro
mientras contemplas el atardecer…

(Soltando una bocanada de humo)

El sol cayendo, los rayos de luz haciendo dibujos en el horizonte y el placer


provocando las últimas llamadas...

(Suena el politono de un teléfono y Luisa se despierta bruscamente, se


calma, busca el teléfono, mira la llamada y se levanta como un resorte,
Espíritu la mira de lado sin cambiar básicamente el resto de su postura)

Luisa: (Ilusionada)

Buenos días solecito, ¿cómo has dormido?

(Pausa)

¿Yo?; al final no fui a casa

(Pausa muy breve)

Tranquila, no te preocupes por mí, sabes que me duermo hasta en el palo de


un gallinero.

(Pausa)

Nooo, no, lo de gallinero no iba con segundas.

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(Pausa brevísima)

Que no de verdad

(Continuamente interrumpida)

Que…
No…
De verdad…
Si…
No…
Espera…
Que noooo…
No lo dije…
Ufffff, que noooo…
Yo…
Si…
Que noooo…
De verdad que no conozco a tu madre, pero…
Noo…
Que siiii…

(Desesperada, brusca y tajante)

¡Joder cariño déjame hablar!

(Tajante)

No tengo nada contra tu madre; ni la conozco, pero llevas allí mas de un


mes para decir a tu familia que nos casamos, y ostias; cada vez que
propicias el momento para decírselo, ¡Zas! ¡A mamá le pasa algo!

Parece que se huele la tortilla

(Pausa)

Que nooo…
Siii…
¡Ostias que no he dicho lo de la tortilla porque seamos lesbianas, cojones!

(Pausa muy breve)

Mira cariño, yo comencé a descubrir que era lesbiana el día que me puse
celosa porque pensaba que al madelman de mi hermano se le podía poner
tiesa cuando jugaba con mi barbie y solo pensar que no llevaba braguitas
me hacía sentirme excitada, así que no me vengas con

(Se abre la puerta y entran Angustias y Matías)

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la historia de lo difícil que es decirle a tu familia que tienes una novia que se
llama Luisa y que te vas a casar con ella, ¡no me jodas!

(Pausa)

Pues claro que no fue así cómo me descubrí singular, era un sarcasmo.
¡Espera, espera!

(Angustias y Matías se quedan parados y sorprendidos, Espíritu se ha


separado de la pared y se dirige a Luisa para ayudarla, la sigue por toda la
sala mientras habla por teléfono)

(Tirando el móvil contra el sofá y dándole una patada al casco, enfurecida y


triste, sollozando)

¡Y no me cuelgues el teléfono joodeeeer!

Angustias: (Angustias ha cambiado su look, ha dejado de ser gótica y ahora


se ha convertido en su madre, es el retrato de una cincuentona con
veintipocos, traje de chaqueta con falda un dedo por debajo de la rodilla,
bolso, el pelo recogido en un sutil moño)

Buenas tardes

Luisa: (recogiendo el móvil y colocando de nuevo el casco)

Buenas serán para ti, niña pija (en tono despectivo)

Matías: (muy bien peinado y con un jersey sobre los hombros, con las
mangas atadas con un nudo)

Luisa, por favor, ella no te ha dicho nada, ten respeto

Luisa: (desafiante)

Respeto, tu me dices respeto, ¿por qué?,

(Encarándose a Matías)

¿Por qué llevas, cuánto, dos semanas que ya no te persiguen los tigres, o
que no se te viene encima una locomotora? ¿Por qué el siquiatra ha dado
con una medicación mas adecuada y llevas dos días a ver si aquí te
devuelven los meses que habías pagado por adelantado?

(Matías hace el gesto de irse hacia ella, pero Angustias le sujeta)

No, eso no se merece respeto, eso es que nunca; escúchame bien, nunca te
has respetado a ti mismo, pero claro, ahora te lo montas con la mojigata esta
y vas de digno.

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(Acercándose a Angustias, y encarándola)

¿Y tú, qué? ¿Ahora de qué palo tocamos maja?


Angustias: (muy estirada y escrupulosa)

Mira, no merece la pena ni dedicarte un minuto ¿Tienes problemas?

(Sarcástica)

Tu novia te ha dejado porque en realidad lo "vuestro" es un desorden


psicológico, una enfermedad, una tara.

Terminarás prostituyéndote y corrompiendo todo lo que se acerque a tu vida,


y por mucho que todos los desarropados queráis hacer, no acabaréis con los
pilares de la familia y de la sociedad.

Matías: cariño…

(Angustias le corta)

Angustias: ¿Qué? ¿Con qué cuento me vas a venir ahora? ¿Te gustaría
tener una hija como esto?

(Empujando sutilmente con la punta de los dedos como con asco, para
separarse de Luisa, repite el mismo gesto que hizo su madre en el primer
acto, mirándola por encima del hombro)

¿Y qué vienes aquí, a inmolarte? Lo tuyo, mona, ni siquiera está prescrito


para un suicido digno.

(Entran Jenaro y Carmen agarrados de la cintura. Espíritu se acerca a


Carmen y la huele.
Carmen va vestida muy juvenil, con pantalones muy ajustados y camiseta
con mucho escote, un pañuelo al cuello, bolso-mochila y el peinado
totalmente informal. Como un clavel reventón.

Jenaro con ropa informal, muy “casual”, elegante, pero sin estridencias, con
un estilo demasiado juvenil para su edad y con algún complemento que le
hace atractivo.
Todos se sorprenden al verlos entrar riendo muy joviales y felices, sobre
todo Luisa, que se queda como si hubiera tenido una alucinación)

Carmen: (Muy contenta, desbordante de felicidad)

Hola, buenas tardes a todos.

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(Mirando a Angustias con cara de pena)

¿Cómo estás hija? Tienes que comprarte otras revistas de moda cielo, vas
vestida como tu abuela Catalina, hasta tu padre que era un triste decía que
su madre vestía como si fuese su tatarabuela

Jenaro: (apretándola de la cintura)

¿Me ha parecido escuchar la palabra suicidio según entrábamos por la


puerta?

(Mirándose ambos con Pasión)

Carmen: ¿Suicidio? ¿Qué es suicidio?

Jenaro: (Acercándose mas a Carmen y sujetando su cabeza por la nuca con


mucha lujuria)

La sensación de caer al vacío que se produce en todo mi cuerpo cuando


haciéndonos el amor; todos los aromas, los sonidos…

(Inspirando fuertemente)

Cuando tus manos me aprietan contra ti y tus piernas me amordazan a tu


cuerpo

Carmen: (lujuriosa)

Y tu amor se desborda en mi interior

(Se besan casi comiéndose. Espíritu comienza a hacer gestos obscenos y


gemiditos)

Angustias: (Tapándose los ojos)

¡Mamá contente, por Dios!

Matías: (Con cara de caérsele la baba)

Jenaro por favor, reprímase

Luisa: (Sonriendo y apartando las cosas del sofá, como haciendo sitio)

Ostias, esperad, esperad

(Acercándose a ellos y llevándolos hacia el sofá mientras siguen


comiéndose. Carmen comienza a desabrochar la camisa de Jenaro)

¡¡Poneos cómodos y disfrutad, no desperdicies ningún cartucho que no se


sabe cuantos te quedan Jenaro!!

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Por nosotros no os cortéis.

(Espíritu se tumba en el sofá y hace gestos invitándoles a que se tumben


también)

Espíritu: Vengan, vengan aquí y nos hacemos un trío.

(Angustias escandalizada sorteando obstáculos, se dirige hacia la pareja, y


hace por separarlos)

Angustias: (con gesto y voz de esfuerzo)

¡¡Maamaaa, que bicho te ha picado, por favor, basta ya!!

(Consigue separarlos. Dirigiéndose hacia Jenaro, enfadada)

Mírese bien dentro de la boca a ver si se ha llevado la campanilla de mi


madre

Luisa: O la dentadura

Angustias: (Mirando a su madre y colocándole la ropa como si fuese una


niña pequeña)

Y tú mamá, ¡Ya te vale! Parecía que habías hecho ventosa

(Colocándole el pelo)

¡Que escándalo! Es como si estuvieseis pegados con…

(Matías junto a una pared apoya su mano y se queda como pegado, apoya
la otra y se queda anclado a la pared, nadie se da cuenta de lo que le pasa)

Luisa: No exageres niña pija, únicamente que tienen mucha tarea atrasada
y…

(Dirigiéndose a Carmen en tono de complicidad)

¿Qué? ¿Cómo se comporta el chico?

Carmen: (Abrazando de la cintura de nuevo a Jenaro y repitiendo el gesto de


sujetarle la cabeza con la mano en la nuca y acercándose mucho. Lujuriosa)

Como un potro salvaje

(Dándole un cachetazo en el culo)

Y no veas como se pega (acercándose para besarse)

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Matías: (Jinglando)

Pegado, me estoy pegando

(Gimoteando)

Y no se cómo puedo hacer

(Intenta separarse ayudándose de una pierna y se queda pegada)

Pufff

(Con cara de angustia)

no se, no se

(Intentando despegarse)

¡Angustias, Angustias, mira que te lo tengo dicho!

(Entrando en pánico)

Tengo la sensación de que voy a mimetizarme con el medio

Angustias: (un primer instante gritando)

¡Matías, mira que eres inoportuno por Dios, ahora no por favor!

(Haciendo respiraciones y movimientos para relajarse)

A ver cariño

(Dando la espalda a Matías y dirigiéndose a Carmen y Jenaro, para que no


le oiga Matías. Luisa alucina)

Me ha dicho el psicoanalista que hay que evitar mantener contacto visual


directo

(Carmen y Jenaro también se dan la vuelta con gesto de incredulidad)

Tranquilo

(Desde una de las salas se oye a una persona)

- Jenaro Montesinos; pase.

Jenaro: (marcando mucho las silabas, como hablando a cámara lenta con el
mas allá)

No pue-do en-trar ah-ora por fa-vor lla-me al si-guien-te

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(Los tres van acercándose de espaldas muy despacio hacia donde esta
Matías)

Carmen: (mirando a Angustias mientras van de espaldas)

¿Pero no me dijiste que ya estaba bien?

Angustias: (dubitativa)

Si, pero esto de la cabeza, ya se sabe… y además creo que hace unos años
se fumó un cigarrito de la risa, le va a costar muchísimo salir del remolino.

Luisa: (yendo enérgica hacia Matías)

Bueno tío, vamos a ver; quieres dejar de hacer el canelo que ya eres
mayorcito.

Por un porrito no tienes que ponerte de este alucine, es mas peligroso


hacértelo con ésta (señalando a Angustias)

Angustias: (Intentando tranquilizarse)

No le grites por Dios, que se puede poner peor

Carmen: Hija, ¿peor?

(Llegan a la altura de Matías e intentan ayudarle a despegarse, sin mirarle a


los ojos)

Angustias: ¡¡Jenaro, no le toques!!

(Angustias, Carmen y Jenaro, se afanan en despegar a Matías sin tocarle y


sin mirarle a los ojos. Luisa y Espíritu inician una conversación aparte del
resto)

Espíritu: Con este chico yo me forro en el otro lado

Luisa: ¿Te vas a dedicar al espectáculo?

(Solo Luisa es consciente de la presencia de Espíritu)

Espíritu: No, yo lo único que quiero es perder todo esto de vista, que fue
para lo que pegué el salto

Luisa: ¿Como llevas la reclamación?

Angustias: (dirigiéndose a su madre)

Mamá, intenta que la pierna libre no toque la pared o le perdemos

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Matías: Mis manos ya no son mías, mi cara…

(Acerca la cara a la pared y se queda pegada)

Ya no es mi cara ¡¡Diooooooos!!

Espíritu: Mal, esto es muy lento, parece un ministerio. Además según me


han hecho saber, no se responsabilizan de que yo saltara un poquito mas de
lo debido; que ese día, a esa hora, hubiera pleamar... Ya sabes un cúmulo
de insignificancias hacen un desastre, el caso es que lo que debió de ser un
impacto en las rocas se quedó en un simple ahogamiento por inmersión, y
en esos casos cabe que no te llegues a morir bien, joder.

Luisa: No desesperes

Espíritu: No, ya voy llevándolo mejor, además según parece mi reclamación


ha llegado a la comisión de “óbitos interruptus” o algo así, y estos canallas
parecen que están reajustando todos sus procesos.

Carmen: Jenaro, sóplale en la oreja para que se desconcentre y así no


piense en este embrollo.

Angustias: No, no, no, no; no le soples en la oreja que se pone cachondo, se
empalma y si se pega por cinco puntos nos pueden dar aquí las doce.

Luisa: Dales fuerte, a mi me están haciendo la del martillo y el yunque, me


están acorralando. Son de los que piensan que es imposible que te acose un
cadáver porque se quedan en eso, en lo material. Pero me da la sensación
que si el espíritu no es capaz de gozar, su recuerdo puede ponernos la
carne de gallina y hacernos gastar toneladas de lorazepan.

(Desde la habitación se oye una voz)

Luisa Funes, pase

(Luisa se levanta, recoge la mochila y el casco y se dirige hacia la


habitación)

Espíritu: Suerte chica, no dejes que te sometan

Luisa: Gracias, no les va a ser fácil

Angustias: (dirigiéndose a Luisa)

¿A qué hora tenías la cita?

Luisa: (desde la puerta y riéndose)

Ahora, en cinco minutos

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(Dando un susto a Angustias)

¡¡Cuidado con la lengua que se pega!!

(Angustias se sobresalta. El espíritu se dirige hacia el grupo de los cuatro y


contempla la escena desde varios puntos)

Jenaro: (cansado)

Como no seamos más imaginativos, no lograremos que se suelte.

(Carmen les hace un gesto para juntarse)

Carmen: solo nos queda probar la terapia de shock; es peligroso, pero yo


estoy hastaaaa el potorro de intentarlo y me estoy cansando.

Así que dejarme que pruebe una cosa.

(Los tres cuchichean juntos sin que Matías pueda escucharles, éste deja de
alucinar por un instante e intenta oír que están tramando

Hacen un gesto de aprobación y se dirigen de nuevo hacia Matías, que


sorprendido comienza de nuevo a alucinar)

Matías: ¡Despegarme, por favor, despegarme! estoy empezando a ser costra

(Se nota que está actuando)

Angustias: (Simulando preocupación y sobreactuando)

¡Pensé que la terapia y la medicación habían surtido efecto! ¡Ohhhh no!

(Matías la sigue con la mirada)

Ya me advirtió el terapeuta.

(Elevando la voz para que Matías la escuche)

Hay que llamar al servicio municipal de salud mental

Carmen: (en el mismo tono que Angustias)

Muy bien hija creo que es la única solución, si te sirve de algo, cuando yo
trabajaba en servicios funerarios hice amistad con un siquiatra que es titular
del área de "crónicos irresolutos", pues en esa sección hay un porcentaje
muy elevado de fallecimientos por iniciativa propia,

(Haciendo un guiño)

lo que viene a llamarse suicidio, y me debe algunos "favores"

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(Hace un gesto recorriéndose las caderas)

si quieres le puedo llamar y quizás pueda buscarle una cama en su planta.

Angustias: (Sollozando)

Si mamá por favor haz esa gestión, es la única solución posible, creo que
habrá que dejarle ingresado por una larga temporada.

Justo ahora que estaban a punto de devolverle las cuotas adelantadas;


cuando se enteren volverán a meterle en el “TOPTEN INRI VIP CLUB”.

(Matías se separa de inmediato de la pared súbitamente, haciendo un gesto


como los gimnastas al finalizar un salto)

Matías: ¡tachan!

Jenaro: ¡sorprendente!

(El espíritu hace intención de aplaudir, pero no puede)

Matías: ¡Ufffff! Casi me quedo como un desconchón, pero es increíble; noto


una mejoría increíble, cada vez supero mejor las fases de angustia aunque
sigo teniendo lagunas en la memoria.

Jenaro: ¿solo lagunas en la memoria? ¡Y cataratas en la personalidad!

Angustias: Cariño, tenemos que ver como afrontamos esto, porque no


podemos estar ahora dentro, ahora fuera, ahora dentro,

(Espíritu da saltitos hacia adelante y hacia atrás)

ahora fuera, ahora dentro, ahora dentro, ahora fuera, ahora dentro, ahora
fuera,

Carmen: (Dando una palmada)

¡Angustias hija!

Angustias: Jo mama, es que aunque parezca que no, pero cambia mucho. Y
me cuesta seguirle, ya sabes que soy de la opinión de que hay que vivir la
vida de acuerdo a las decisiones que se toman; entre ellas está la
apariencia, o creen que yo soy así porqué nací con esta predisposición; se
equivocan totalmente caballeros, para poder...

(Frena en seco, se para, pensativa)

¿Mamá, esto no lo dijiste tú ya hace unas semanas cuando vinimos en


nuestra primera visita?

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Carmen: (acercándose a Jenaro y agarrándole de la cintura)

No lo se hija, no quiero recordar nada, ahora quiero vivir el momento, cada


instante, devorar la vida con pasión

(Comienzan a besarse, Matías hace un gesto a Angustias como pidiéndole


un beso y se acerca a ella, la agarra de la cintura, intenta besarla)

Angustias: (empujándole, quitándole de en medio)

¡Quita ya! ¡Cansino!

(Dirigiéndose hacia donde esta su madre)

Que es que solo piensas en el ñikiñiki, como lo perros.

(Intenta despegar a su madre y Jenaro. Sale Luisa de la habitación, con los


ojos llorosos y sorbiendo la nariz)

Y vosotros queréis dejar ya de comeros como trogloditas, que de verdad no


se que habéis desayunado hoy, pero fuera lo que fuese estaba bien
cargadito.

Luisa: (desencajada y gritando a Angustias)

¿Por qué no dejas ya a la gente que viva la vida como quieran?

(Carmen y Jenaro se separan y todos se quedan como de piedra. Luisa se


echa a llorar, espíritu intenta seguirla, Luisa se gira hacia el)

Luisa: no te preocupes por mi, tendrá que ser lo que el...

(Se queda pensativa, duda que palabra utilizar)

Da igual será lo tenga que ser; te hacen llegar al borde del abismo y hacen
de las revelaciones del oráculo a pitonisas y sacerdotes la única verdad, sin
dejar entrever que la vida es; como decía Calderón

Espíritu: Un frenesí

Luisa: Una ilusión

Espíritu: Una sombra

Luisa: Una ficción.

Pues eso

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(Sorbe las lágrimas)

tranquilo lo tuyo va para delante.

Cuídate, hasta la vista

(Le da un beso y sale de escena, se olvida el casco. Todos se miran entre si)

Angustias: (como recuperando la razón)

Está claro que tanto desorden en lo más elemental de la existencia de una


persona al final trae consecuencias nefastas al resto de la vida.

Es Evidente que todo esto

(Haciendo un gesto despectivo hacia la puerta por la que acaba de salir


Luisa y en tono de discurso. El espíritu permanecerá hasta el final, pegado a
la ventana, mirando hacia el exterior)

Es una transgresión, una patología moral de primer orden, que terminará


socavando los pilares fundamentales de la sociedad cristiana, el matrimonio,
la familia...

Jenaro: (tapando la boca a Angustias)

Que desorden niña; que desorden produce el desamor en la sociedad venga


de donde venga; y que le importa al resto del universo si es entre hombre y
mujer, o entre dos hombres o dos mujeres.

No se lo que se esta tramando en esa oficina

(Haciendo un gesto y señalando hacia la puerta de cristal)

pero creo que están llevando a un extremo a esta muchacha, haciendo de


una realidad del desamor entre dos personas un drama y no la están
dejando ninguna salida.

Carmen: (acercándose por detrás a Jenaro, contoneándose y rozándose


lujuriosamente)

Salida es como me tienes tu a mi últimamente; bandido, que no veas como


haces que salten los resortes de la sugestión en mi interior, me embelesas,
me complaces, me seduces, secuestras mi propio yo y me lo devuelves
cargadito de espasmos y placer; deleitándome, gratificando mis sentidos,
gozando haces que me complazca, ¡Como me pones, ladrón! ...

(Apunto de llegar al éxtasis)

Que alborozo

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Jenaro: (zafándose del abrazo y sujetando sus manos)

Carmen, cariño, me halagas y haces que para mi la viagra sea el invento


mas inútil de la industria farmacéutica en los últimos diez lustros; pero no te
das cuenta que nadie esta ofreciendo a esta chica una salida, una ayuda…

Angustias: ¿Ayuda para qué?

(Espíritu les mira desde la ventana y hace como que enciende un cigarro y
fuma)

Matías: Ya sabes lo que dicen las sagradas escrituras sobre ayudar al


prójimo

Angustias: que sabrán las sagradas escrituras, y además ¿no es allí donde
se narra como el azufre de la ira de Dios quemó tanta lujuria y sinsentido en
Gomorra y, y? ...

(Chascando los dedos)

Y... Bueno, da igual no me acuerdo.

Jenaro: ¿Pero no os dais cuenta? cuando alguien esta acorralado, cuando


no se ve la salida…

Carmen: (contoneándose)

¿Otra vez con lo de salida cariño?

Matías: Yo la verdad es que a veces me pierdo, pero al cabo de un tiempo,


hay alguien que me rescata, o por lo menos noto la presencia de alguien. Es
muy frío pasar ciertos momentos solo.

Angustias: No se que deciros, pero ¿de veras creéis que hay que estar
pendiente de todo hijo de vecino? ¿Hay que pensar y preocuparse por los
que son distintos a ti? Cada uno elige un camino, y si el camino que tomas
no te va bien; pues hay que asumir las consecuencias. Si además en esa
decisión optas por no creer en nada, en hacer zapa continua a la tradición
moral que durante siglos nos ha funcionado; pues o eres muy fuerte o tienes
que doblar la rodilla.

(Haciendo un gesto despectivo hacia la puerta)

Y estos que se juntan sin ley ni justificación alguna, que del libre albedrío
hacen su bandera y mientras estudian, dedican su tiempo a algún trabajo
que ni los desarropados aceptan y además intentan estar al margen de la
sociedad y la decencia, pues bien,

(Repite el gesto anterior. Carmen saca un espejo del bolso y comienza a


acicalarse)

33
¿Estos son a los que pretendes que prestemos atención y ayuda?

Carmen: Hija mía que carcamal eres, ni tu abuela Catalina te reconocería.

(Recogiendo el bolso. Espíritu abre la ventana y hace el gesto de tirar la


colilla, hace intento de cerrar la ventana pero la deja abierta)

¿Sabéis? Mañana hará seis meses de la desaparición de tu padre, así que a


partir de mañana será legalmente

(En tono alegre y fiestero y dirigiéndose hacia la ventana)

Di-fun-to

Jenaro y Matías: Descanse en paz

Carmen: Eso, eso, que descanse, pero nosotros al bollo

(Angustias hace un gesto de recato)

Angustias: ¿Tu también mama vas a salir del…

Carmen: (Cortando la frase)

No voy a salir de ningún sitio que no sea este lugar para invitaros a cenar
por el fallecimiento legal de tu padre que en la gloria o dónde esté; no
estorbe.

(Mientras todos recogen sus cosas, Matías se anuda el jersey, Angustias se


coloca el pelo, etc., Espíritu se acerca a Carmen con la nota en la mano, y
desde arriba la deja caer suavemente a su lado, como si llegase desde la
calle por la ventana)

Carmen: (mirando hacia arriba de donde ha salido la nota y recogiéndola la


lee para si misma, moviendo los labios)

Curioso

(Dobla la nota y la deja en el suelo)

Angustias: ¿Qué pone mamá?

Carmen: Nada, no te preocupes, una despedida de cómo tu dices,

(Haciendo el gesto de entre comillas)

“algún desarropado”

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Matías: (mirando al cielo y exclamando como con resignación y después de
un suspiro)

¡Jesús de Nazaret Rey de los Judíos! ¿por qué no te los llevarás a todos?

(Salen todos de la oficina y se produce una pequeña pausa.


Entra Luisa con gesto de preocupación, con movimientos muy acelerados y
hablando por teléfono mientras busca el casco de la moto)

Luisa: No profesor, no puede hacerme esto

(Pausa)

Si señor, soy consciente que hace mas de tres semanas tenía que haber
entregado la tesis

(Pausa)

Bueno, no recuerdo, quizás haga casi seis

(Pausa, encuentra la nota, la observa y se la guarda en un bolsillo.


Desesperada)

Usted sabe muy bien lo que significa para mí no poder presentarme en esta
convocatoria, por favor, además sabe de mi situación y por donde estoy
pasando en mi vida personal; conoce todos los sacrificios que llevo haciendo
desde que empecé en la universidad.

(Pausa)

Pero de algo tiene que servir

(Encuentra el casco, lo recoge y se dirige a la salida totalmente fuera de si)

Por favor no me haga usted llegar a esto

(Sale y se apaga la luz)

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Cuando se enciende la luz aparece la sala como si se estuviese haciendo
una mudanza, algunos cuadros descolgados y envueltos para ser
transportados, los muebles amontonados juntos; y en la ventana una cinta
de las que pone la policía cuando hay algún suceso “Policía, no pasar”

Espíritu deambula por la sala como si estuviese contento, cuando se acerca


a la ventana se pone pensativo y entristece. Hace como si encendiese un
cigarro, echando bocanadas de “humo” al exterior.

Se oye una emisora de radio a través de la ventana

“Tras los últimos acontecimientos que en el día de ayer ocurrieron en el


centro de negocios de la ciudad, el juez ha dictaminado el cierre cautelar de
Immediate Negrologic Resources Internacional.

Según fuentes de la policía, hacía tiempo que se venían siguiendo las


actividades de INRI. Ningún empleado de la compañía ha querido hacer
declaraciones a esta emisora.

Los cuerpos de seguridad piden la ayuda ciudadana para intentar esclarecer


los hechos.

Según declaraciones de la presidenta de la junta de distrito a nuestros


reporteros, el barrio ya ha recuperado la normalidad diaria y en pocos días
todo habrá quedado en una simple anécdota…”

Espíritu cierra la ventana mira la sala y al salir por la puerta hace un gesto de
apagar el cigarro con el pie y de despedida llevándose la mano a la frente

AHORA SI, CAE EL TELON

FIN

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