Está en la página 1de 7

CRISOTOMO PERDOMO 3134819

Anemia
La anemia se define como una reducción de la concentración de la hemoglobina o de la
masa global de hematíes en la sangre periférica por debajo de los niveles considerados
normales para una determinada edad, sexo y altura sobre el nivel del mar. En la práctica,
el diagnóstico de anemia se establece tras la comprobación de la disminución de los
niveles de la hemoglobina y/o el hematócrito por debajo de -2 desviaciones estándar
(DE): • Hemoglobina (Hb). La concentración de este pigmento eritrocitario se expresa
en gramos (g) por 100 mL (dl) de sangre completa. • Hematócrito (Hcto). Es la fracción
del volumen de la masa eritrocitaria respecto del volumen sanguíneo total. Se expresa
como un porcentaje.

Anemias en la infancia
Se describen a continuación brevemente los tipos de anemia más importantes en la
infancia, aparte de la anemia ferropénica. Ésta es la forma más frecuente, quedando
todas las demás anemias a mucha distancia de ella desde el punto de vista cuantitativo.
EPIDEMIOLOGÍA
La anemia es el mayor problema de salud pública que afecta a la población en el mundo
desarrollado y en desarrollo, no solo porque es el daño más común y el más
ampliamente distribuido , sino porque es el más prevalente entre los grupos vulnerables,
como niños pequeños y mujeres en edad fértil . Afecta al 43% de los menores de 5 años,
38% de las gestantes y al 29% de las no gestantes .
En el Perú, en el año 2016, el 43,6% de los niños de 6 a 35 meses, el 62,1% de los niños
de 6 a 8 meses tuvieron anemia. La prevalencia de anemia en los menores de cinco años
es 33,3% , y desde hace años se mantienen en valores similares, por ejemplo, en el 2009
la prevalencia de anemia en el mismo grupo de edad fue de 37,2%.
Por otro lado, en el 2016, tuvieron anemia el 20,8% de las mujeres entre 15 a 49 años
residentes en nuestro país , el 27,9% de las gestantes y el 23,5% de las mujeres que dan
de lactar .

ETIOLOGÍA DE LA ANEMIA
La anemia tiene diversas causas), así, en zonas de no malaria la deficiencia de hierro
podría significar hasta el 60% de la causa de anemia. La inadecuada ingesta de hierro y
otros nutrientes es una causa importante de anemia. Se han identificado otras causas de
anemia, así en un estudio realizado en nuestro país en el año 2015, se determinó que las
formas más frecuentes de anemia son las relacionadas a parasitosis y aquellas que tienen
al mismo tiempo dos o más causas.

Clasificación fisiopatológica
Desde este punto de vista, las anemias pueden clasificarse según la respuesta
reticulocitaria: anemias regenerativas y arregenerativas. El recuento de reticulocitos
refleja el estado de actividad de la médula ósea y proporciona una guía inicial útil para
el estudio y clasificación de las anemias. Los valores normales de los reticulocitos en
sangre periférica se sitúan en torno al 0,5-1% en los primeros meses de vida y el 1,5%
después, y ya de forma estable, durante toda la vida
• En las anemias regenerativas se observa una respuesta reticulocitaria elevada, lo cual
indica incremento de la regeneración medular, como sucede en las anemias hemolíticas
y en las anemias por hemorragia.
• Las anemias no regenerativas son aquellas que cursan con respuesta reticulocitaria
baja y traducen la existencia de una médula ósea hipo/ inactiva. En este grupo se
encuentran la gran mayoría de las anemias crónicas. Los mecanismos patogénicos en
este grupo de entidades son muy variados e incluyen, principalmente, cuatro categorías:
a) alteración en la síntesis de hemoglobina; b) alteración de la eritropoyesis; c) anemias
secundarias a diversas enfermedades sistémicas; y d) estímulo eritropoyético ajustado a
un nivel más bajo. Son las siguientes:
– Alteración en la síntesis de hemoglobina. La alteración más frecuente en este grupo
es la anemia por defi ciencia de hierro.
– Alteración de la eritropoyesis. La eritropoyesis depende del estímulo adecuado de la
médula ósea, de la integridad anatómica y funcional de ésta y de la disposición de los
sustratos químicos necesarios para la síntesis de los componentes de los hematíes.
Pueden incluirse en este grupo las anemias crónicas por defi ciencia de folatos,
observada en el niño malnutrido, las anemias secundarias a la infi ltración neoplásica de
la médula ósea, las anemias aplásicas hereditarias y adquiridas, las aplasias selectivas de
la serie roja hereditarias y adquiridas y las enfermedades por depósito (enfermedades de
Gaucher, Tay-Sacks, Nieman-Pick y otras)
. – Anemias secundarias a diversas enfermedades sistémicas. En estos casos pueden
intervenir diferentes mecanismos patogénicos, entre los que se incluyen los siguientes:
a) enfermedades infecciosas crónicas; b) anemias secundarias a enfermedades del
colágeno: lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide juvenil, dermatomiositis y
enfermedad mixta del tejido conectivo; c) anemia de la insuficiencia renal crónica; y d)
anemia observada en los tumores sólidos y en otras neoplasias no hematológicas
. – Estímulo eritropoyético ajustado a un nivel más bajo. En este último grupo, se
incluyen las anemias crónicas arregenerativas secundarias a una alteración en el
estímulo eritropoyético en que el nivel de hemoglobina se ajusta a un nivel metabólico
más bajo, como se observa en el hipotiroidismo, en la desnutrición grave y en la
hipofunción de la hipófisis anterior.
Ambas categorías no se excluyen mutuamente sino que, en algunos pacientes, pueden
coexistir más de un factor o mecanismo de producción de la anemia.

Clasificación morfológica
Esta se basa en los valores de los índices eritrocitarios, entre los que se incluyen: el
volumen corpuscular medio (VCM), la hemoglobina corpuscular media (HCM) y la
concentración de hemoglobina corpuscular media (CHCM). Se reconocen tres
categorías generales: anemia microcítica, macrocítica y normocítica
Anemia microcítica hipocrómica (VCM 100 fl ). Incluye a la anemia megaloblástica,
ya sea secundaria a defi ciencia de ácido fólico o vitamina B12.
Anemia normocítica normocrómica. Una causa característica es la anemia secundaria a
hemorragia aguda. En estos casos, los tres índices eritrocitarios mencionados se
encuentran dentro de los valores normales
 
Consecuencias de la Anemia
Estas son algunas consecuencias graves de la anemia en los niños y
niñas:
Tienen poca energía durante el día
Los niños con anemia suelen estar cansado y sentir fatiga. Ellos no tienen el mismo nivel de
atención que otros niños, afectando en su vida diaria.
Están en mayor riesgo a tener alguna enfermedad infecciosa.
Las defensas suelen estar bajas en los niños con anemia, haciendo que estos niños tengan
enfermedades con mayor frecuencia en comparación a otros que no tienen anemia.
Afecta su desarrollo cerebral
Los niños con anemia van a tener menos capacidades de sociabilización, menos desarrollo
psicomotor, además, estos tendrán deficiencia de atención y concentración.
Tienen un bajo rendimiento escolar.
Debido a las consecuencias en el cerebro de la anemia en los niños, estos, al iniciar su etapa
escolar, pueden tener bajo rendimiento. Es muy importante, entonces, prevenir la anemia desde
muy temprana edad.

EFECTOS DE LA ANEMIA EN LA CONDUCTA


La conducta socioemocional es otra de las áreas del desarrollo infantil, y comprende el
establecimiento de relaciones con otras personas usando sus emociones, así como la
regulación de sí mismo y su interés hacia el exterior (19). En niños que tuvieron anemia
en el primer año de vida (a los 6, 12 y 18 meses), y que luego fue corregida mediante
suplementación, se encontró que a los 10 años de seguimiento, tuvieron tiempos de
reacción más lentos y menor capacidad para controlar respuestas impulsivas, lo que se
le denomina como pobre control inhibitorio (25). Esta dificultad es uno de los déficits
conductuales que se relaciona con trastornos como déficit de atención e hiperactividad,
entre otros (26). Estos comportamientos no deseados y problemas de conducta tienen un
impacto no solo dentro de cada hogar, sino también en las escuelas, y posiblemente, con
el tiempo, generen algún tipo de problema social mayor.
Consecuencia grave la de anemia en la gestación que afecta a los niños:

Cuando una mujer embarazada tiene anemia, puede producir un embarazo


riesgoso.
Las mujeres embarazadas que tienen anemia tienen más riesgo de tener mortalidad
materna y neonatal, que el bebé nazca con bajo peso y prematuro, así como un retardo
de crecimiento en el útero. Es muy importante tomar suplementos de hierro durante el
embarazo.
La anemia es una enfermedad grave que se debe prevenir desde el embarazo con
una buena alimentación rica en alimentos con hierro y suplementos durante la gestación
y desde que el bebé cumple 6 meses, alimentarlo con alimentos nutritivos.
Siempre se debe consultar con su médico y nutricionista en el establecimiento de salud.

Manifestaciones clínicas
La sintomatología producida por la anemia es consecuencia de la hipoxia y de la
tolerancia individual derivada de la capacidad de adaptación cardiocirculatoria, que está
relacionada, a su vez, con la rapidez de instauración de la anemia, su intensidad y las
demandas de oxígeno del paciente. Las manifestaciones clínicas de las anemias, en
muchas ocasiones, son inespecíficas; también, con frecuencia, son discretas y de difícil
reconocimiento, sobre todo cuando la anemia es moderada y se desarrolla de forma
lenta. En todo caso, dependen de la intensidad y duración de la anemia, así como del
trastorno de fondo que acompaña o causa dicha anemia. La palidez de piel y mucosas
solo se hace evidente cuando la cifra de Hb baja de los 7-8 g/dl. Anemia causada por
hemorragia:
• Aguda. Los síntomas corresponden a los de la hipovolemia provocada por la
hemorragia aguda; si ésta es importante, puede llegar a un shock hipovolémico con:
hipotensión, taquicardia, palidez, mala perfusión periférica y afectación del nivel de
conciencia.
• Crónica. Los síntomas son inespecíficos y, a veces, difíciles de reconocer: fatiga,
irritabilidad y palidez. Anemia causada por hemólisis: ésta puede ser aguda o crónica y
de intensidad de leve a grave. Además de lo indicado en el apartado anterior, puede
acompañarse de ictericia (por la liberación aumentada de bilirrubina con el metabolismo
de la Hb), hepatoesplenomegalia (como reflejo del hiperesplenismo y el incremento de
la producción extramedular de hematíes) y, en casos graves, hasta insuficiencia cardiaca
congestiva. La anemia crónica podría tener repercusiones sobre el desarrollo psicomotor
y capacidad de aprendizaje según la intensidad y duración, sobre todo cuando forma
parte de un cuadro de malnutrición (anemia ferropénica), aunque en general recuperable
una vez salvada la carencia de nutrientes.
Diagnóstico
La mayoría de los niños con anemia están asintomáticos o paucisintomáticos; por lo
que, el diagnóstico de esta condición, con frecuencia, exige un alto índice de sospecha
clínica. En un niño con anemia sospechada o comprobada, el primer acercamiento debe
servir para valorar (descartar) signos de gravedad (repercusión hemodinámica, sangrado
activo) y seguido de una evaluación de todas las series del hemograma para descartar
patologías hematológicas graves. La anemia ferropénica es la forma de anemia más
frecuente en la infancia.
Un niño con anemia microcítica e hipocroma sin datos de sospecha de otras patologías
con la historia clínica, debe presumirse que padece una anemia por déficit de hierro. Un
tratamiento de prueba con 3 mg/kg/día de hierro elemental durante 1 mes debe elevar la
cifra de Hb en 1 g/dl aproximadamente, y la comprobación de esta respuesta es una
prueba fundada de que la anemia está causada por déficit de hierro.
TRATAMIENTO
El tratamiento debe apuntar a corregir la anemia, almacenar hierro en depósitos y
corregir la causa primaria. En algunos casos puede ser necesaria una transfusión de
glóbulos rojos sedimentados. a. Corrección de la causa primaria Administración de la
dieta adecuada, tratamiento de las parasitosis, control del reflujo gastroesofágico,
manejo del síndrome de malabsorción, control de pérdidas ocultas, etc. b. Tratamiento
con hierro Puede administrarse indistintamente por vía oral o parenteral, ya que la
eficacia y el ritmo de ascenso de la hemoglobina son similares
Vía oral: Es de elección. La dosis (calculada en miligramos de hierro elemental) es 3-6
mg/kg/día, fraccionada en 1-3 tomas diarias. El preparado de elección es el sulfato
ferroso, que debe administrarse alejado de las comidas –media hora antes o dos horas
después– pues muchos alimentos disminuyen la absorción de hierro hasta un 40-50%.22
Cuando la intolerancia al sulfato impida realizar el tratamiento, debe intentarse con
otros preparados; de ellos, el que mejor tolerancia presenta es el hierro polimaltosa. El
tiempo de administración es variable: una vez alcanzados valores normales de
hemoglobina y hematocrito debe continuarse, a igual dosis, durante un tiempo similar al
que fue necesario para alcanzar la normalización. Esta prolongación del tratamiento
sirve para reponer depósitos de hierro. Las complicaciones habituales son: intolerancia
digestiva (náuseas, constipación, diarrea, vómitos, dolor abdominal) y coloración
negruzca de dientes (reversible con la suspensión del tratamiento).
- Vía parenteral: Se utilizará en casos de intolerancia digestiva grave al hierro oral,
patología digestiva que contraindique la vía oral, o presunción firme de tratamiento oral
insuficiente o inadecuado. La dosis total a administrar, para corregir la anemia y reponer
los depósitos, se calcula según la siguiente fórmula

La cantidad total de miligramos de hierro resultante deberá fraccionarse en dosis que no


excedan de 1,5 mg/kg/día, a administrarse cada 2-3 días.17 Por ejemplo, en un niño de
10 kg con hemoglobina de 9 g/dl y volemia de 690 ml: (12,0 g/dl-9,0 g/dl)/100 x 690 ml
x 3,4 x 1,5= 105,6 mg de hierro La cantidad total se deberá administrar en 7 dosis de 15
mg

El preparado recomendado para administración intramuscular es el hierro sorbitol; para


administración endovenosa se puede utilizar hierro sacarato o hierro gluconato. La
indicación de hierro parenteral deberá ser dada por el médico hematólogo.

También podría gustarte