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31 de marzo de 2020
Del libro mencionado se revisaron los primeros tres ensayos/conferencias, en los que se
proponen desde diversos ejes, ejemplos de redes intelectuales.
Muy al comienzo de la lectura –en la introducción– el autor nos plantea lo que entiende
por red intelectual: “un conjunto de personas ocupadas en la producción y difusión del
conocimiento, que se comunican en razón de su actividad profesional, a lo largo de los
años”1.
Se deja ver en lo que escribe Eduardo Deves, que hay una visión del intelectual como
una persona aislada y creadora-genio independiente. Y la noción de redes intelectuales
puede poner en tela de juicio esta concepción. Ya que, como bien afirma el autor, la noción
de red apunta prioritariamente a detectar y a poner en relieve la colaboración y no el
conflicto o la competencia2.
El primer ensayo se titula: El pensamiento latinoamericano entre la última orilla del
siglo XIX y la primera orilla del siglo XX. En este escrito se aborda el tema del 98, (1898),
año en que se da la guerra hispano-estadounidense. Comenta que este evento no generó
mucho movimiento en el pensamiento intelectual latinoamericano, pero que sí fue un
evento clave para abrir los caminos de comunicación entre los países latinos y España
(algunos otros países Europeos, como Francia).
Dicho así, se abrieron el paso la unión de pensamientos, un claro ejemplo se tiene en la
relación que hay entre Rubén Darío y Unamuno. Quienes son figuras claves en la
constitución de una red de contactos, correspondencia, comentarios y circulación de obras y
personas interesadas por lo ibérico y lo americano en los comienzos del siglo XX3.
1
Eduardo Deves-Valdés, Redes intelectuales en América Latina. Hacia una constitución intelectual,
Universidad de Santiago de Chile, Chile, 2007, pp.30.
2
Ídem, pp. 35.
3
Ídem, pp.42.
4
Ídem, pp. 44.
Ernesto Chacón Macías
31 de marzo de 2020
En este sentido, podemos intercalar elementos del segundo ensayo del libro: Algunas
hipótesis sobre la red arielista 1900-1915: ideas y contactos.
Rodó, Groussac y Darío, pensaban desde fines del siglo XIX, en romper con el
positivismo sajonizante y se percataban del poder que los Estados Unidos adquirían, pero
sobre todo, se percataban de que ese poder dirigía su mirada a la expansión territorial en
Latinoamérica.
Así, por ejemplo, Ugarte sostenía que más allá del idioma, influía la situación. “Y más
que la situación la voluntad de dar forma en el reino del espíritu a lo que corrientemente
designábamos con el nombre de Patria Grande”7.
Otro punto que comenta, un poco de pasada, Eduardo Deves, es que hay una
modificación del tipo de intelectual, lo expresa al decir que las redes intelectuales de hoy
están en su mayoría constituidas por “estudiosos” más que por “creadores”.
5
Ídem, pp. 50.
6
Ídem, pp. 50.
7
Ugarte, 1943: 258 en Eduardo Deves-Valdés, Redes intelectuales en América Latina. Hacia una constitución
intelectual, Universidad de Santiago de Chile, Chile, 2007.
8
Eduardo Deves-Valdés, Redes intelectuales en América Latina. Hacia una constitución intelectual,
Universidad de Santiago de Chile, Chile, 2007, pp. 61.
Ernesto Chacón Macías
31 de marzo de 2020
Referencias:
9
Entendida como doctrina que aspira a conocer la divinidad directamente de la revelación y de la
especulación. Conjunto de creencias supersticiosas fundadas en la reencarnación de las almas. Ídem, pp. 77.
10
Ídem, pp. 76.
11
Ídem, pp. 91.