24 de Marzo 2020
John Carey
Reporte de lectura.
La primera parte de este libro es un compendio de ensayos/conferencias en las que John Carey
planeta las respuestas y opiniones que algunos importantes intelectuales de principios del siglo
XX manifiestan sobre el fenómeno y concepto de las masas.
Desde las primeras páginas, Carey deja ver que varios intelectuales estaban preocupados
porque el crecimiento exponencial de personas en Europa, a la par de los medios de
comunicación, generaban un abaratamiento en la calidad cultural y sobretodo les quitaba su
poder de élite.
Así mismo, a las masas se les tenía una especie de miedo por lo que representaban: Barbarie,
incivilización, caos. En este sentido “la sociedad eugenésica esperaba evitar el peligro de la
degeneración inherente a las masas desincentivando o impidiendo el aumento de razas inferiores
y ofreciendo estímulos a las personas superiores para su propagación” (Carey, 2009: 13).
Otra crítica fuerte se hace a los contenidos de aprendizaje que optaban por tirar a la basura la
sabiduría y la erudición antigua, por técnicas y saberes utilitarios. Comenta que las mejoras en la
agricultura y la industria amenazan con poder dar a todos lo que necesitan y borrar así la línea
divisoria entre clases y élites, algo que la intelectualidad ostentaba.
En general los ejemplos que Carey propone giran en torno a ver la masa como algo negativo,
banal, mediocre, etc.
Pero en Sherlock Holmes, Conan Doyle, hace uso de las masas, de personajes masificados
como algo favorable, y metafóricamente ejemplifica a las escuelas públicas como grandes faros
que guían.
Ernesto Chacón Macías
24 de Marzo 2020
Sin embargo, la opinión generalizada que presenta el autor lleva a la creación del movimiento
denominado “Modernismo” en Inglaterra y Europa, con la finalidad de mantener la alta cultura y
el arte inaccesibles a las masas. Este movimiento tiende a complejizar la literatura y las artes
visuales a un nivel solo para élites. “La vanguardia es siempre reaccionaria, procura mantener
lejos de las masas el conocimiento literario y la cultura, contrarrestando las intenciones
progresistas de la reforma educativa democrática” (Carey, 2009: 19).
Ahora bien, la comprensión sobre el concepto “Masa” es variable, sin embargo, Carey
comenta que la metáfora de la masa sirve a la autoafirmación del individuo, pues convierte a los
demás en un conglomerado (:22).
Comenta también que Thomas Hardy expresaba miedo a las masas, a la vez que observaba los
millones de londinenses que habitaban y que pasaban sin prestar mayor atención al arte y a las
preocupaciones intelectuales. Vinculando esto a la extensión de las ciudades durante fines del
siglo XIX y principios del XX, parecía como si la reproducción de las clases bajas, las masas, las
muchedumbres, fueran las culpables de las pérdidas de los espacios de campo, los paisajes
rurales.
Entre los teóricos que se destacaron por estudiar a las masas (más allá de la crítica de los
intelectuales), se mencionan en el libro a Le Bon, a Wilfred Trotter y a Freud.
inteligencia que los dirija. Y Freud, retoma las propuestas de Le Bon y agrega que las masas
operan en la constitución psíquica del individuo, del yo.
Por otro lado, Canetti menciona una operación dualista en función de las masas ya que en una
muchedumbre el individuo se zafa de la carga de distancia que le separa de sus prójimos, así
como de órdenes e imperativos de sus superiores, este sería, según Canetti, el origen de todos los
males sociales.
Los Teóricos de Francfort, al igual que Orwell, piensan que la cultura de masas y medios de
comunicación, bajo el capitalismo, habían degradado la civilización en el siglo XX. Idea similar
a lo planteado al principio de este reporte, los intelectuales criticando la caída de la alta cultura.
Una conclusión personal me lleva a pensar que el bien preciado de la alta cultura y de los
intelectuales de siglos pasados, es -junto con su posición social privilegiada- el conocimiento y la
erudición. Algo que veían como susceptible de perder, y esta posibilidad de perdida, diría Freud,
genera una reacción violenta que podemos observar en las críticas a la literatura de ficción o de
aventuras, pero también a los diarios, y al arte no vanguardista.
Bibliografía:
John Carey. Los intelectuales y las masas. Orgullo y prejuicio en la intelectualidad literaria
1880-1939, José Luis Gil Avisto (trad.), Siglo XXI, España/México/Argentina, 2009.