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El temor de Dios

Por Guillermo Maldonado

Adora, respeta y ríndele honor a tu único y verdadero Dios. El


santo temor de no ofenderle debe ser la motivación de todo
cuanto hacemos.
En Isaías 11: 3 leemos: Y le hará entender diligente en el temor
de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni por lo que
oigan sus oídos
El Espíritu Santo tiene siete facetas y una de ellas es la del temor
de Dios. Para comprender esta faceta debemos hablar de las tres
motivaciones de los creyentes. Nos impulsan la voluntad de
Dios, el amor y temor hacia Él. En nuestro matrimonio, negocios
y vida familiar, muchas veces hacer Su voluntad es suficiente; en
otras situaciones basta el amor a Dios, pero hay momentos
cuando lo único que puede motivarnos a obrar con rectitud es el
temor de Dios.
Génesis 22: 12 dice: Y dijo: No extiendas tu mano sobre el
muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a
Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único.
Abraham ofrendó a su hijo porque temía y respetaba a Dios, no
solo porque le amaba y quería cumplir Su voluntad. Ese temor es
un terror santo que se desata en nuestras vidas para que hagamos
lo correcto.
No es el temor natural que sentimos en situaciones extremas
como cuando estamos en peligro de muerte. Tampoco es temor
de cobardía que tiene cuatro características: proviene de Satanás,
nos paraliza, atormenta y hace huir. Dios no te da espíritu de
cobardía sino de autoridad para confrontar tu situación.
El temor de Dios tampoco es aquel religioso superficial que
procede del hombre y esclaviza. Mucho menos puede
confundirse con el temor a los hombres que los hace ver más
poderosos que el mismo Dios, que es opuesto a la confianza en
Él y no promueve la obediencia al Padre. Entonces, el temor de
Dios es la reverencia y respeto que le tenemos y evita que le
ofendamos.
Éxodo 20:2-3 nos recuerda: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué
de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás
dioses ajenos delante de mí.
Dios es el dueño de toda preeminencia. Somos sus criaturas y es
justo que le demos el primer lugar en nuestras vidas. Aquello que
más temes es lo que se convierte en tu dios, así que témele a Él,
que te dio la vida y se sacrificó para darte la salvación. Las
crisis, enfermedades y pecados no pueden sustituir Su lugar. No
temas más al diablo que a Dios. Es momento de darle la honra a
quien la merece. Este es un tiempo donde la fe de los cristianos
está siendo probada.
El temor de Dios debe motivarnos a llevar una vida santa.
Cuando el amor ya no funciona el temor debe inspirarnos
respeto.
La base fundamental de donde proviene la sabiduría es del temor
de Dios. Uno de los dones que admiro en el pastor Cash Luna es
su sabiduría que proviene de esa integridad y temor que tiene de
Dios. Los pastores tenemos debilidades, somos humanos pero el
temor nos guarda de caer en pecado y tentación. Pido por el
temor en mi vida y en la de todos los hombres justos. La
inteligencia es educación pero la sabiduría viene de un corazón
que teme al Señor. Si quieres derramamiento y gloria debes estar
preparado. Corrige tu conducta y busca la santidad.
Es tiempo de arrepentirnos. La iglesia solamente crece y se
edifica en el temor de Dios. Lo que crece bajo mentira es
superficial. El temor es respeto y reverencia. Recuerda que
puedes temerle hasta que reconozcas Su santidad.
La santidad es el atributo y esencia del Señor y lo que debe
moverte a temerle con reverencia. Si has perdido el temor de
Dios clama para recuperarlo en tu boca, en tus ojos, mente y
corazón para luchar por lo bueno y santo. (ver fragmento en
video, "el temor de Dios")

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