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Actitud Positiva con Inteligencia

Emocional
Actitud positiva con inteligencia
emocional en el trabajo

Actitud positiva con inteligencia


emocional en el trabajo
El autor de la inteligencia Emocional
Daniel Goleman (1999), determina
que las condiciones intelectuales no
son la única garantía de éxito en el
ámbito profesional del trabajo, sino tan
sólo un factor, que unido a las
necesidades emocionales cubiertas
del personal como equipo, desarrollará el desempeño y los resultados de todo líder
y trabajador motivándolo emocionalmente a ser productivo.

Las personas son emocionales antes de ser racionales; la lógica hace que las
personas piensen y los sentimientos hacen que actúen, una inteligencia emocional
fuerte es la clave para tener éxito
profesional.

El ser humano es también conocido


como el animal social por su
necesidad innata de relacionarse
con otros individuos, y el mundo de
los negocios no es diferente. Los
trabajadores con una fuerte IE son
muy valiosos para las empresas porque generan fuertes relaciones con sus
compañeros de trabajo, saben manejar bien las situaciones estresantes y saben
entender a sus colegas.
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emocional en el trabajo

Un buen líder empresarial debe tener una fuerte IE ya que eso le permite contratar
a los candidatos más eficaces para su compañía, manejar los problemas
de crecimiento de un negocio y enseñar más adecuadamente a sus equipos.

Cuatro consejos para equilibrar la inteligencia


emocional en el ámbito laboral:

Analízate a ti mismo Conoce cuáles son tus


emociones típicas y cómo respondes a diferentes
clases de situaciones emocionales. Sé honesto
contigo mismo para saber cuáles emociones son las
que más afectan tu desempeño laboral (envidias
profesionales, reacciones al estrés, inseguridades) y
trata de tomar responsabilidad por tus actos.

No olvides que siempre puedes recurrir a ayuda psicológica profesional si


consideras que necesitas ayuda para entender tus reacciones.

Escucha, no oigas Muchas veces le ponemos “silencio” a las cosas que no


queremos o no nos interesa escuchare, como un
problema con un compañero, y las
conversaciones se quedan como ruido de fondo.
Una persona con alta IE sabe enfocar su
atención a lo que los demás de verdad están
diciendo, aunque no sea algo que le agrade o
interese particularmente. Trata de enfocar tu
mente a lo que los demás realmente están
comunicando y haz un resumen mental de lo que crees que te está diciendo y si lo
necesitas, puedes hacer preguntas para clarificar algún punto. Te sorprendería lo
que se puede aprender cuando guardas silencio y realmente se presta atención,
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además profesionalmente te ayudará contar con


toda la información posible para tomar decisiones
claras y efectivas.

Recuer
da,
tienes un lenguaje corporal Los seres
humanos siempre estamos
comunicando con el cuerpo aunque
guarden silencio sus palabras.

Trata de observar si el lenguaje corporal de las personas va de acuerdo con lo que


están diciendo de forma oral. Observa las expresiones faciales, los tonos de voz,
los movimientos de los ojos, etc. Es posible que una conversación laboral tome un
tono completamente distinto una vez que se toman en cuenta el lenguaje corporal.

Identifica que te causa estrés Existen miles de factores que pueden hacer que
una persona llegue a su punto de
quiebre y reaccione de cierta manera a
una situación que no lo requería. Por
ejemplo, un problema en casa puede
tensionarte lo suficiente para que le
grites a un compañero de trabajo.

Identifica qué es lo que te causa estrés,


practica tu capacidad para mantener la calma y prueba mecanismo de gestión de
tensión como meditación, pintura, ejercicio, etcétera. El punto es saber manejar la
frustración de manera sana pues una persona con alta IE evita descargar su
tensión con otras personas. No olvides que lograr un buen manejo de las
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emociones no es algo que se logre de un día para otro, es más bien un trabajo
constante.

Toma de Decisiones

El proceso de toma de decisiones se nutre de planear, organizar, decidir y actuar


no solamente se toman decisiones, sino que además es necesario asegurarse de
realizarlas en la práctica, bien sea en una acción personal o delegando su
ejecución, siempre atentos al desarrollo de la actividad.

La toma de decisiones no es un asunto que se realice solamente con


conocimientos. Se hace imprescindible desarrollarlo en la práctica. Inicialmente se
realiza un ejercicio mental de lo que va a hacer y de la manera como se va a
hacer, de tal forma que la persona se prepara para efectuar todo el proceso de
toma de decisiones en una forma natural con la consecuente disminución de los
niveles de tensión e inseguridad que a pesar de todo se generan.

Proceso de toma de decisiones:

• Definición del problema e identificación.

• Apropiarse del problema.

• Interpretación del problema.

• Generar alternativas.

• Analizar alternativas mediante evaluación.

• Decisión

• Ejecutar la decisión

• Evaluar. Controlar, hacer ajustes.


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Tomar decisiones es una de las acciones más


comprometedoras de los profesionales y su éxito
dependerá de la actitud que asuman para
asegurar la participación y el interés del equipo;
así como las motivaciones y el reconocimiento
por los logros alcanzados.

En el nivel de competencia en la toma de decisiones se supera día a día mediante


actitudes decididas, entusiastas, llenas de seguridad y confianza que son el reflejo
de su capacidad creadora e innovadora para asumir el trabajo, logrando los
mejores resultados.

La toma de decisiones implica correr y afrontar responsablemente los riesgos que


se presenten en el transcurso del trabajo en equipo. Es importante tener presente
que los riesgos no se deben evitar, porque esto conlleva a resquebrajar la
confianza y la voluntad del trabajo. El riesgo se asume y se afronta directamente
para conocerlo, tipificarlo y establecer la gama de alternativas de solución que
conduzcan al éxito de la decisión tomada.

Estrés Laboral

Solemos hablar del estrés como un


factor negativo asociado a nuestra
forma de vida, sin embargo los
expertos indican que en realidad el
estrés es una respuesta orgánica que
no tiene por qué ser negativa, y que
siempre dependerá de la respuesta
personal. El estrés en una respuesta
natural ante las amenazas externas de cualquier tipo, un estado de alerta ante una
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situación que pone en marcha nuestros mecanismos biológicos. Lo que dicen los
que trabajan con el estrés dicen que no se puede evitar la respuesta física al estrés
pero si se puede trabajar la respuesta emocional. Aprovechar el estrés para que en
vez de paralizarnos nos ayude a crecer.

1. Tomar conciencia de qué nos estresa: Conocer el problema siempre ayuda a


encontrar soluciones.

2. Aprender a priorizar: esto es diferenciar lo urgente y lo importante, organizar


nuestra agenda, establecer prioridades porque no
podemos estar a todo, ni en el trabajo ni en la vida.

3. No sobredimensionar los problemas: Debemos


ser conscientes de que los mensajes que nos
mandamos a nosotros mismos nos afectan y nos condicionan en los retos, porque
si son negativos entonces estamos mermando nuestras fuerzas. Al contrario, hay
que motivarse con frases como “sí que puedo, “yo lo logro” o “qué bien lo hago”.
Esto nos hace mirar a los problemas desde arriba, ponernos en una situación
superior para minimizar el problema para no sobredimensionarlo.

4. Atreverse a tomar decisiones: no dejar que las situaciones de estrés nos


bloqueen y nos paralicen, hay que dar pasos y pasar a la acción.

5. Aceptar la posibilidad de error: si nos equivocamos aprendemos del error


pero no atreverse a emprender retos no nos ayuda, al contrario, nos bloquea y nos
angustia.

6. Relajarse: esto es ‘saber pisar el freno’ en nuestro día a día. No todo hay que
hacerlo rápidamente, hay que entender que determinadas situaciones no
dependen de nosotros y conviene no estresarse ante las mismas. Ejemplo:
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alterarse porque estamos atrapados en mitad del tráfico y llegamos tarde a la


oficina.

7. Aprender a pedir ayuda: todo es más fácil si uno sabe delegar, compartir y
verbalizar las tareas y los objetivos con los compañeros, dos cabezas piensan
mejor que una.

8. Aprender a decir no: La mayoría de la gente no sabe decir que no. Tenemos
tanto derecho a decir que sí como que no, esto nos ayuda a poner los límites, tanto
los propios como los ajenos.

9. Reírnos más: nos reímos poco en el ambiente laboral, tal vez que porque
asociamos el trabajo con seriedad.

10. Cuidarnos físicamente: dormir bien, hacer


ejercicio, aprender técnicas de relajación, cuidar
la alimentación.

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