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LAS REVOLUCIONES LIBERALES DEL SIGLO XIX SEMANA 14

Desempeños: Elabora un cuadro comparativo de las revoluciones liberales, utilizando


términos históricos.

ACTIVIDADES:
1. Averigua y escribe el significado de 5 palabras de la lectura.
2. Elabora un cuadro comparativo sobre las revoluciones liberales: Considera fecha, lugares y consecuencias.

LAS REVOLUCIONES LIBERALES DEL SIGLO XIX


1. La doctrina liberal
El movimiento liberal es la primera ola revolucionaria que ataca el Antiguo Régimen recién restaurado en 1815. Refleja los intereses de la
burguesía del siglo XIX, que reclama participación en la marcha del Estado a través del sufragio y la representación parlamentaria, así
como libertades públicas e individuales. A diferencia de los demócratas, concebía las funciones del gobierno como asequibles solo para
unos pocos (sufragio censitario). En el campo económico, el Estado debía garantizar la propiedad privada pero sin intervenir en economía,
que se rige a sí misma por leyes propias. En general las características del liberalismo son:
 Separación y equilibrio de poderes, para otorgar garantías frente al absolutismo.
 Liberalismo económico. El Estado no debe intervenir en materia económica ni social sino dejar libertad a la iniciativa privada.
 Constitucionalismo y parlamentarismo. La organización del poder debe quedar recogida en textos escritos cuyo cumplimiento deberá ser
controlado.
 El parlamentarismo se encargará de controlar el funcionamiento regular del poder.
 Anticlericalismo. Aunque exista un liberalismo católico, el liberalismo es anticlerical y laico.
   Por tanto, el liberalismo es una doctrina que sirve a los intereses de la burguesía. Así, el poder que se ha sustraído de la aristocracia no lo
compartirá con las clases populares y, para ello, recurrirá al sufragio censitario implantando la desigualdad social.  Por tanto, soberanía
nacional no será sinónimo de soberanía popular y liberalismo no es lo mismo que democracia.

2. Las revoluciones liberales


   El liberalismo actuó de forma revolucionaria aunque, en algunos casos, actuó por medio de reformas, como en Inglaterra, Países Bajos y
países escandinavos.
    La primera oleada revolucionaria se inicia en 1820 en España, donde la sublevación de Riego obligó a Fernando VII a restablecer la
Constitución de 1812. La revolución se propagó ese mismo año a Portugal, después al Reino de las Dos Sicilias y al Piamonte y,
finalmente, a Grecia en 1821. Las potencias de la Santa Alianza pusieron en marcha los mecanismos ideados anteriormente (intervención
armada) para sofocar estas oleadas revolucionarias que, por tanto, fracasaron.
    La segunda oleada surge en Francia en 1830 como respuesta al reinado absolutista de Carlos X y donde se instaura una monarquía
liberal (Felipe de Orleans) caracterizada por el mantenimiento de las libertades y la implantación del sufragio censitario. La revolución se
extendió a Bélgica, que se separa de Holanda, Italia, Polonia y Alemania.

    La tercera y última oleada se produce en 1848 y, a diferencia de las dos anteriores, tuvo un marcado carácter democrático que sólo
triunfó momentáneamente en Francia, donde se estableció una República. Sus causas fueron la crisis económica y el descontento político y
social. Los franceses deseaban alcanzar el sufragio universal que se les negaba; las clases obreras pedían mejores condiciones de vida; y la
pequeña burguesía deseaba la ampliación de los derechos políticos.

3. Consecuencias de las revoluciones liberales


    Las consecuencias de estas oleadas revolucionarias fueron distintas según la región.  En Alemania e Italia, la revolución liberal-
democrática condujo hacia la revolución nacionalista. No obstante, todavía muchos gobiernos seguían regidos por reaccionarios.
    En Francia, se obtuvo y mantuvo el sufragio universal. En Europa, salvo en Rusia, desaparecieron los últimos residuos del régimen
señorial y en la mayoría de los Estados se mantuvieron constituciones.
    Ahora, el frente de la lucha social se desplazó al enfrentamiento entre el proletariado y la burguesía. El proletariado se reorganizó y
surge así el movimiento obrero que evoluciona desde el socialismo utópico al socialismo científico.

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