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Santiago, doce de septiembre de dos mil once.


VISTO:
En estos autos Rol N° 63.233-2 del Primer Juzgado de Letras de
Rengo, sobre juicio sumario de precario, don Juan de Dios Ahumada
Fuentes interpuso demanda de precario contra don Rigoberto Alarcón
Fuentes, don Marcelo Alarcón Moraga y doña Amanda Alarcón
Moraga, basada en el dominio que esgrime respecto de la propiedad
raíz denominada casa principal, compuesta de casa y potrerillo, de una
superficie de una hectárea, ubicada en calle Cardenal Caro s/nº, sector
de Guacarhue, en la comuna Quinta de Tilcoco, con los deslindes que
indica e inscrita a su nombre en el Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Rengo, a fojas 673, número 543,
del año 2009.
Sostuvo el actor que los demandados, desde hace algún tiempo,
residen en el inmueble por mera tolerancia de su parte y, solicitó que
se ordene a aquéllos la devolución del predio en mención, bajo
apercibimiento de lanzamiento y el pago de las costas de la causa.
Los demandados contestaron solicitando el rechazo de la acción
dirigida en su contra. Primeramente, debido a un error de referencia al
segundo apellido del actor en el libelo de la demanda, el que fuera
corregido posteriormente en el comparendo de contestación y
conciliación, los demandados expusieron que no con sta el dominio
invocado por el demandante, toda vez que la inscripción de dominio
acompañada por éste dice relación con un tercero.
A continuación, opusieron la excepción de cosa juzgada,
argumentando que el actor tiene como título una compraventa
celebrada por escritura pública de 27 de marzo de 2009, a través de la
cual compró el inmueble de autos a don Juan Bautista Ahumada
Pérez, de modo tal que la contra parte es sucesora, a título singular del
vendedor, por lo que le afecta lo actuado judicialmente por este último
en causa Rol Nº 60.850-3, caratulada ?Ahumada con Alarcón y otros?
de ese mismo Juzgado de Letras.
Al evacuar el traslado conferido con ocasión de la excepción
planteada por los demandados, el demandante solicitó su rechazo,
aduciendo que no concurre el requisito de identidad legal de partes.
Por sentencia de nueve de diciembre de dos mil nueve, que se lee a
fojas 38 de este cuaderno de compulsas, dictada por el señor Juez
titular del tribunal aludido en el primer párrafo, se desestimó la
excepción de cosa juzgada y se hizo lugar a la demanda de precario,
ordenando a los demandados restituir al actor el inmueble que ocupan
singularizado en la causa.
Apelado ese fallo por los demandados, una de las Salas de la Corte
de Apelaciones de Rancagua, en sentencia de veinte de mayo del año
pasado, corriente a fojas 65, lo confirmó, sin modificaciones.
En contra de esta última decisión, específicamente, por el rechazo de
la excepción de cosa juzgada, la parte demandada ha deducido
recurso de casación en la forma.
Se ordenó traer los autos en relación.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que la nulidad formal que se postula se sustenta en la
sexta causal de casación prevista en el artículo 768 del Código de
Procedimiento Civil, esto es, haber sido dada contra otra pasada en
autoridad de cosa juzgada siempre que ésta se haya alegado
oportunamente en el juicio.
Explicando el modo en que habría tenido lugar el defecto que se
acusa, los recurrentes señalan que, en el primer juicio al que tocan los
antecedentes, se presentó como demandante don Juan Bautista
Ahumada Pérez, ejerciendo la acción de comodato precario contra los
mismos demandados, invocando como causa de pedir el dominio
sobre el mismo inmueble de este plei to.
En el segundo juicio ? prosiguen exponiendo- la única variación,
irrelevante para estos efectos, es la identidad del demandante, toda
vez que, si bien quien demanda es don Juan de Dios Ahumada
Fuentes, el cambio de persona no afecta a la cosa juzgada emanada
del litigio original, puesto que se mantiene la identidad.
Hacen presente que en autos no existe discusión entre las partes,
puesto que as
í se reconoció expresamente por el actor en la audiencia de estilo, en
cuanto a que entre ambos juicios hay identidad de cosa pedida y
causa de pedir, quedando circunscrita la controversia acerca de la
concurrencia o no de la identidad legal de personas, presupuesto en el
que los demandados y ahora recurrentes insisten, atendido que en
esta litis el demandante actúa como comprador del primer
demandante, no como su heredero.
SEGUNDO: Que el fallo objeto del recurso, en lo que a éste incumbe,
asienta que, en causa Rol Nº 60.850-3 sobre comodato precario traída
a la vista, consta que por resolución de 29 de octubre de 2008, a
petición del demandante, se lo tuvo por desistido de dicha acción
deducida contra los mismos demandados de esta causa.
Con ese antecedente, los sentenciadores determinan que la excepción
de cosa juzgada habrá de ser rechazada en la forma que fue
esgrimida, por cuanto la identidad legal debe interpretarse en un
sentido restringido y, por ello, tanto el demandante, como los
demandados, deben ser en ambos pleitos la misma persona, cosa que
no acontece en autos, toda vez que el actor no representa al
demandante del proceso traído a la vista, por cuanto sólo adquirió el
dominio de la cosa por tradición que se le hizo mediante la competente
inscripción del título, mas no la capacidad de representar al vendedor.
TERCERO: Que la cita de las disposiciones legales denunciadas por el
recurrente, expuestas en el motivo primero y los argumentos
esgrimidos en apoyo de sus afirmaciones en tal sentido, tienen por
objeto sustentar, en lo medular que en el caso sub lite es posible
aseverar la concurrencia de la triple identidad que requiere el instituto
de la cosa juzgada, al cotejar lo obrado en autos Rol Nº 60.850 que se
tienen a la vista y la presente causa, razón por la que cabía desestimar
la demanda de precario impetrada por don Juan de Dios Ahumada
Fuentes, al verse enervada su acción por efecto de la re ferida
excepción perentoria.
CUARTO: Que lo reseñado en los fundamentos que preceden, pone
de manifiesto que el quid de la crítica de ilegalidad dirigida contra la
sentencia que se impugna en el recurso, estriba en la errónea
consideración en el fallo en cuanto se determina la ausencia del
presupuesto de la identidad legal de partes, que el impugnante
sostiene que sí concurre en la especie.
QUINTO: Que, para un adecuado entendimiento de los antecedentes,
conviene repasar, resumidamente, los principales aspectos de lo
obrado en aquella causa Rol N° 60.850 seguida, también, ante el
Primer Juzgado de Letras de Rengo:
a) Por demanda de 15 de abril de 2008, don Juan Bautista Ahumada
Pérez accionó en procedimiento sumario de comodato precario (sic) en
contra de don Rigoberto Alarcón Fuentes, don Marcelo Alarcón
Moraga y doña Amada Alarcón Moraga;
b), Concretamente, la pretensión del actor gravitaba en la ocupación
que los demandados hacían en el inmueble denominado casa
principal, compuesta de casa y potrerillo, de una hectárea de
superficie, situada en Guarcahue, comuna de Quinta de Tilcoco,
Provincia de Cachapoal, en la Sexta Región del país, inscrito a su
nombre en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Raíces de Rengo, correspondiente al año 2007. Adujo que esa
ocupación obedecía a la mera tolerancia de su parte, sin que hubiese
mediado contrato de ninguna especie con la contra parte; por todo lo
cual perseguía obtener la restitución del bien raíz;
c) Los demandados, actuando conjuntamente, contestaron la
demanda, solicitando el rechazo de la misma, para lo cual
argumentaron que el antecesor en el dominio del actor se adjudicó el
bien en referencia con ocasión de un remate judicial en juicio ejecutivo
seguido en contra de los demandados doña Amada Alarcón Moraga y
don Rigoberto Alarcón Fuentes, quienes eran, a la sazón, sus
propietarios; venta forzada que es indicativa ? según ellos ? de lo
previo e independiente de la ocupación y posesión por las cuales
reclama la contraria, esto es, sin que h
aya existido vínculo jurídico entre los litigantes, menos un contrato de
comodato;
d) Terminado el período de discusión, se recibió la causa a prueba,
interlocutoria que fue notificada a las partes, habiendo sido resuelto el
recurso de reposi ción interpuesto a su respecto por resolución de
fecha 24 de julio de 2008, notificada por el estado diario ese mismo
día;
e) Ya transcurrido el lapso del término probatorio preceptuado en el
artículo 90 del Código de Procedimiento Civil, por reenvío del artículo
686 del mismo Código, el actor presentó escrito desistiéndose de la
demanda de autos;
f) Conferido traslado a los demandados, trámite que no fue evacuado
por éstos, el tribunal resolvió el incidente especial teniendo por
desistido al demandante de la acción deducida en autos, sin costas,
decretando el archivo de los antecedentes.
SEXTO: Que de acuerdo a lo preceptuado en los artículos 175 y 176
del Código de Procedimiento Civil, las sentencias definitivas o
interlocutorias producen la acción o excepción de cosa juzgada; la
primera condice con la facultad para solicitar el cumplimiento, incluso
forzado, de la pretensión consolidada en el fallo que participe de
alguna de dichas categorías y corresponde a aquél a cuyo favor se ha
declarado un derecho en el juicio, para el cumplimiento de lo resuelto o
para la ejecución del fallo en la forma prevenida por el Título XIX del
Libro Primero de dicho Código; la excepción, en cambio, se identifica
literalmente con las voces latinas ?res? ?iudicata? y a la antigua
máxima ?res iudicata pro veritate habetur?, esto es, que la cosa
juzgada en la sentencia ha de tenerse por verdad.
La evolución de la doctrina procesal ha ampliado la mirada con
respecto a la cosa juzgada o res iudicata ? el bien reconocido o
desconocido por el órgano jurisdiccional -, entendiéndola como uno de
los efectos de la sentencia y, aún más, como una cualidad de éstos.
En palabras del autor Eduardo Couture: ?la cosa juzgada es la
autoridad y eficacia de una sentencia judicial cuando no existen, contra
ella otros medios de impugnación que permitan modificarla? (autor
citado en ?Breves Nociones acerca de la Cosa Juzgada? de los
profesores Mario Mosquera R. y Cristián Maturana M., Depto. Derecho
Procesal U. de Chile) y, según Giussepe Chiovenda, ?es la afirmación
indiscutible y obligatoria para los jueces de todos los juicios futuros de
una voluntad concreta de la ley, que reconoce o descon oce un bien de
la vida a una de las partes? (Instituciones de Derecho Procesal Civil,
Ed. Rev. de Derecho Privado, Madrid, pág. 409).
En suma, sobre el particular, puede decirse que el instituto jurídico en
referencia atañe a los efectos jurídico-procesales del litigio y, de
manera suprema, a la eficacia de la sentencia pronunciada para
resolver el asunto que ha sido materia de éste e importa una limitación
al derecho que, por regla general, tienen las partes para discutir lo
decidido, el que adquiere vigor en tanto se inicie un pleito con una
pretensión ya resuelta en una sentencia ejecutoriada previa. Por
consiguiente, su objetivo es impedir un nuevo pronunciamiento sobre
materias respecto de las cuales ha recaído ya una decisión, motivo por
el cual debe indagarse sobre la concurrencia de la triple identidad
entre el fallo existente y aquél que vaya a dictarse.
No ha de olvidarse que en la base de la idea esbozada en el párrafo
previo se encuentra el valor que la mencionada institución exhibe en el
ámbito de la actividad jurisdiccional, cual es la necesidad de certeza, el
resguardo de la seguridad jurídica y, con ellas, el orden y la paz social.
En palabras de Paul Lacoste: ?El mantenimiento del orden social exige
que los litigios tengan un fin, que no pueda renovarse indefinidamente
la misma cuestión que ya ha sido materia de una decisión judicial? (De
la Chose Jugée en atiere civile, criminelle, disciplinaire et
administrative. París, 1904, pág. 1. Obra citada por Ramón Valderrama
Campos, 1945, pág. 9).
SÉPTIMO: Que de lo
normado en el artículo 177 de la Codificación Procesal del ramo, se
desprende que la cosa juzgada requiere de la existencia de un fallo
anterior firme y, en seguida, que en ambos pleitos haya sido igual la
cosa demandada, fundada en la misma causa y, también, que la
demanda impetrada vincule, legalmente, a unas mismas personas.
Esta Corte ha sostenido: "hay cosa juzgada cuando confrontando la
acción deducida en ambos pleitos, su objeto y fundamento, resulta que
es la misma situación jurídica que se pretende someter nuevamente a
la decisión judicial, sin que desaparezca esta igualdad de situación por
no ser unas mismas las expresiones con que el demandante sustenta
su derecho, si sustancialmente tienen el mismo alcance." (R.D.J., T. 9,
secc. 1ª, p ág. 437).
Por consiguiente, es dable reconocer límites objetivos y subjetivos en
la excepción en estudio, de suerte que, habrá de determinarse si en
ambos pleitos la cosa demandada ha sido la misma, fundada en la
misma causa y, también, si la demanda impetrada vincula, legalmente,
a las mismas partes.
OCTAVO: Que, con respecto al último de los límites en mención ? que
es aquél al que concierne el error preceptivo invocado por los
recurrentes -, según ya se ha dicho, en causa Rol N° 60.850 y en la
presente los demandados han sido las mismas personas, vale decir,
don Rigoberto Alarcón Fuentes, don Marcelo y doña Amada, ambos de
apellidos Alarcón Moraga, en tanto que, en el primer juicio el
demandante fue don Juan Bautista Ahumada Pérez, mientras que acá
lo ha sido don Juan de Dios Ahumada Fuentes.
De allí, entonces, que a primera vista, fluye que la relación procesal se
ha trabado entre personas distintas, atendida la diferencia en la
identidad del actor.
Sin embargo, lo relevante para efectos de lo que se revisa no es la
coincidencia física o material de las personas que obran como partes,
sino la igualdad jurídica que han de exhibir. Al respecto, se ha dicho:
?Las personas son jurídicamente las mismas cuando han figurado en
el proceso anterior por sí mismas o representadas y en el nuevo juicio
son perseguidas y obran en la misma calidad.? (Arturo Alessandri R.,
Manuel Somarriva U. y Antonio Vodanovic H., ?Derecho Civil, Parte
General y Parte Preliminar?; Ed. Conosur, pág.139).
NOVENO: Que, aun cuando la regla general será que la cosa juzgada
concierna sólo a quienes han sido parte de la relación jurídica en
particular de que se trate, esto es, que no toque a terceros, cabe tener
en cuenta algunos aspectos que amplían esa repercusión: los efectos
absolutos o erga omnes de las sentencias que atañen al orden público,
como aquéllas que inciden en el estado civil o la capacidad de las
personas; la eficacia refleja de la cosa juzgada, capaz de tocar las
relaciones jurídicas conexas a aquélla que ha sido materia del asunto
sentenciado y la situación de los sucesores del litigante.
De las tres figuras mencionadas, la última es la que importa a los
fundamentos del recurso en estudio y, en verdad, no constit uye sino
una hipótesis reveladora de la identidad legal de parte que le es
consustancial. En efecto, tratándose del límite subjetivo en referencia,
ha de entenderse que un litigante será el mismo, aunque desaparezca
la persona física propiamente tal, si en su lugar se presentan sus
herederos o causahabientes, quienes ?quedan ligados porque reciben
la relación o situación jurídica controvertida en la misma posición que
tenían sus autores, los litigantes. Causahabiente se llama la persona
que ha adquirido un derecho u obligación de otra, denominada su
autor. El comprador, por ejemplo, con relación a los derechos de la
cosa comprada, es causahabiente del vendedor, y este es autos del
comprador.? (A. Alessandri, M. Somarriva y A. Vodanovic., op. cit.,
pág. 142).
DÉCIMO: Que los demandados y ahora recurrentes, han esgrimido
que, por ser el primitivo demandante el vendedor del inmueble que
ahora tiene inscrito a su nombre el actor de estos autos, cabe predicar
que existe una i
dentidad legal de parte dada la substitución o relevo en la situación
jurídica que se produjo del primero por parte del segundo de los
aludidos. Dicho de otra forma: porque el demandante actual compró al
actor de los autos Rol Nº 60.850 - y le fue tradido por éste - el
inmueble materia del pleito, entonces no cabe hablar de litigantes
diversos, sino de la continuación de la legitimación exhibida por un
mismo actor, independientemente de la persona natural que la
encarne, de tal suerte que don Juan de Dios Ahumada Fuentes es
titular de los derechos que su tradente tenía sobre el predio.
A la luz de los motivos precedentes, no cabe sino concluir que la
tesis que sustenta el arbitrio de casación de los demandados está en
lo cierto, es decir que, a diferencia de lo sostenido por los magistrados
de la instancia, en el asunto sub judice sí concurre la identidad legal de
parte que es presupuesto de la excepción de fondo esgrimida por
aquéllos.
UNDÉCIMO: Que lo antedicho denota que, efectivamente, el fallo
cuya casación en la forma se postula incurre en error al calibrar la
exigencia de la identidad legal de persona en la forma descrita por los
recurrentes, se trata de un desacierto que, en todo caso, no resulta
bastante para traer consigo la nulidad de forma impetrada, por lo que
en seguida se expondrá.
DU ODÉCIMO: Que, como se ha visto, la inmutabilidad o fijeza de
una decisión jurisdiccional pronunciada en un pleito respecto de otro
en que concurra la triple identidad legal de personas, de cosa pedida y
de causa de pedir, descansa en el valor vinculante, tanto para las
partes, como para los tribunales, que el ordenamiento jurídico asigna
al fallo que ha decidido el mismo conflicto que se intenta rever.
Mirada desde la óptica de la excepción, la cosa juzgada constituye el
medio en virtud del cual el demandado hace valer la inmutabilidad de
una sentencia previa, a objeto de neutralizar la pretensión renovada
por el actor. En palabras de don Hugo Pereira Anabalón: ?existe,
entonces, al oponerse por el demandado la excepción de cosa
juzgada, una confrontación entre la sentencia firme que falló
determinada pretensión y una demanda posterior en que se formula
una pretensión idéntica a la ya sentenciada?? (La Cosa Juzgada en el
Proceso Civil, Ed. Lexis Nexis, pág. 69).
Surge de allí, que son elementos capitales para el examen que exige
la excepción perentoria y vicio de nulidad que se analiza: la pretensión
determinada que se reitera y, aparejada a la misma, el fallo del que ha
sido objeto. De manera relacionada se ha dicho: ?la cosa juzgada es
una institución jurídica que tiene por objeto impedir que en un nuevo
proceso se pretenda juzgar lo mismo que se juzgó en otro anterior,
evitando así que se produzcan nuevas pruebas que destruyan o
desvirtúen lo que se dio por probado o improbado en un proceso, o
que se discuta o se interprete nuevamente el alcance de las
disposiciones legales en relación con un hecho o con un contrato entre
las mismas partes que lo fueron en el juicio anterior? (R.D.J., T. 55, 2ª
parte, secc. 2ª, pág. 84).
DECIMOTERCERO: Que en el contexto que se ha venido
describiendo, es claro que un punto que servirá en la tarea de
esclarecimiento o comprobación de la cosa juzgada, será la
eventualidad del advenimiento de decisiones paralelas pero
incompatibles, que se contrarresten mutuamente, emergidas como
fruto del examen, discusión y juicio del conflicto que dio motivo al
pleito.
Conforme ha reflexionado esta Corte, los efectos esenciales de la
cosa juzgada radican ?en que la decisión adoptada pone fin
definitivamente al litigio, como expresión representativa de la verdad,
devuelve la tranquilidad social alterada por el conflicto que se resuelve,
impide la renovación indefinida de pleitos entre las partes sobre el
mismo asunto y da certeza, seguridad y estabilidad jurídica a quien ha
obtenido el reconocimiento de sus derechos.? (Causa N° 1289-06,
?Inversiones Santa Teresa S.A. con Sociedad Construct
ora Intecpa Ltda.?).
De esa manera, entonces, no será un aspecto indiferente el distinguir
el modo en que el órgano jurisdiccional ha tratado y zanjado la
contienda, conforme a lo pretendido por el actor, lo peticionado por las
partes y el mérito de los demás antecedentes allegados a la litis.
DECIMOCUARTO: Que lo anotado en el fundamento precedente se
deja vislumbrar con toda claridad en el ámbito de las sentencias
definitivas, cuya fisonomía estricta debe exhibir todo aquello que
manda el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil y el Auto
Acordado de esta Corte Suprema sobre la materia.
Sin embargo, no ha de olvidarse que, con arreglo al artículo 175 del
Código de Procedimiento del ramo, también las sentencias
interlocutorias firmes producen acción y excepción de cosa juzgada.
De hecho aquélla que ocupa estas reflexiones participa, justamente,
de esa categoría de resoluciones judiciales.
Así, volviendo la mirada hacia el mérito de los autos Rol N° 60.850
del Primer Juzgado de Letras de Rengo, se observa que, ante el
incidente de desistimiento de la demanda incoado por el actor y, previo
traslado a la contra parte ? que no fue evacuado -, el tribunal se limitó
a resolver: ?Vistos: El mérito de autos y lo señalado por la propia parte
demandante, téngase a la parte a la (sic) demandante por desistida de
la acción deducida a fojas 2 y siguientes, sin costas?.
DECIMOQUINTO: Que, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
150 del cuerpo legal aludido en el considerando previo y a la
concepción según la cual el desistimiento de la demanda, una vez
declarado, se asemeja a una sentencia firme denegatoria de la misma,
lo cierto es que la eficacia de la cosa juzgada sólo podrá medirse
teniendo en consideración lo que ha sido definido como el objeto y
materia del juicio, su examen y evaluación por parte del sentenciador.
Aquí gravita el quid de la excepción de cosa juzgada en un caso como
el propuesto por los demandados y recurrentes.
Siguiendo esa misma línea, el profesor Anabalón resalta: ?En
nuestro derecho, los efectos extintivos de las pretensiones del actor
que produce la sentencia que hace lugar al desistimiento se
comprenden porque ha existido enjuiciamiento de la pretensión
desistida con audiencia de ambas partes. de ahí que la respectiva
interlocutoria deberá tener consideraciones de hecho y de derecho,
conforme previene el art. 171, porque la naturaleza del asunto no
solamente lo permite sino que lo exige. Se está en presencia, en suma
de una manera anómala de poner término al juicio y a la pretensión de
la demanda del actor por medio de una sentencia interlocutoria que
tiene autoridad de cosa juzgada una vez firme o ejecutoriada, al tenor
del art. 175.? (op. cit. 95).
DECIMOSEXTO: Que de lo expuesto no cabe sino concluir que el
sumo laconismo con el cual se abordó y resolvió la incidencia de
desistimiento de la demanda en causa Rol N° 60.850, impide conocer
cuál fue el enjuiciamiento de la pretensión del actor abdicada por éste,
más todavía si se tiene en cuenta que, en la especie, ello resultaba
necesario para conocer la elucidación de la causa de pedir en ese
juicio ? el hecho generador de la restitución que se solicitaba -, toda
vez que la demanda allá interpuesta se construía, en sus fundamentos
y peticiones, sobre la referencia a un comodato precario, fundamento
que, precisamente, servía a la categórica solicitud de rechazo
planteada por los demandados.
DECIMOSÉPTIMO: Que, con lo razonado, no cabe sino entender que
no aparece configurado el vicio de forma que se asigna a la sentencia,
motivo por la cual el recurso deducido en su contra, por fuerza, no
puede prosperar.
DECIMOCTAVO: Que, sin perjuicio de lo anterior, dado que en el
fallo impugnado se impone a los demandados el deber de restituir el
inmueble de la litis dentro del plazo de quince días de ejecutoriada la
sentencia y, habida cuenta que tal pronunciamiento admite considerar
una mayor amplitud relativa, debido a la situac
ión puntual evidenciada por los demandados y el tiempo que llevan
residiendo en el lugar, esta Corte Suprema se inclina a rever su mérito
y fijar en seis meses el término para la restitución, computado de la
mis ma manera.
Y atento, además, a lo preceptuado en los artículos 766 y 768 del
Código de Procedimiento Civil, se declara que se rechaza, sin costas,
el recurso de casación en la forma interpuesto por don Juan Arnaldo
Figueroa Astudillo, en representación de la parte demandada, en lo
principal de fojas 66, contra la sentencia de veinte de mayo de dos mil
diez, escrita a fojas 65.
De conformidad con lo reflexionado en el fundamento decimoctavo,
se extiende a seis (6) meses el plazo determinado en la sentencia
revisada para la restitución al actor del inmueble materia del juicio.
Regístrese y devuélvase, con su agregado.
Redacción a cargo del ministro señor Juan Araya Elizalde.
Nº 4543-10.

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los


Ministros Sres. Adalis Oyarzún M., Sergio Muñoz G., Juan Araya E.,
Guillermo Silva G. y Abogado Integrante Sr. Jorge Medina C.
No firma el Abogado Integrante Sr. Medina, no obstante haber
concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.

Autorizado por la Ministra de fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a doce de septiembre de dos mil once, notifiqué en


Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.

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