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Calle y arena.

Por Fernando Guerrero F

Arguedas, escritor peruano que tradujo el universo mítico de las regiones andinas, decía: “las
piedras tienen cantos, las calles amuralladas del Cuzco, son cantos tallados en la tierra”, en
este caminar por el sur, veo ahora las calles de diferentes pueblos de Nariño, donde aun
resuenan las voces de los abuelos con historias que traen seres míticos a nuestros encuentros.
Ahora, en las calles de la ciudad de Ipiales, transitando la memoria y las miradas de quienes
salen a dejar huellas y a traducir en imágenes el universo que les rodea, entreveo un infinito
rumor de voces que van narrando el paso de la historia.
Desde duendes y comics, desde el latido de un corazón amarillo y verde, hasta el ojo de un
cóndor que mira en su silencio el paso de la gente, cada uno de los transeúntes se une al canto
y movimiento de tradiciones que llegan en carnaval.
Escucho a David Patiño en el asfalto, mientras dibuja y colorea la calle, pregunto por la
importancia de estos espacios de encuentro desde las artes y me dice: “este es un espacio para
el encuentro de generaciones, aquí venimos todos porque todos somos los mismos, aquí no
somos mas o menos que otros, todos dejamos una huella, todos somos esas huellas”, igual
Lina Zambrano, quien dibuja la tierra con la forma de un corazón cuyas venas se transforman
en raíces: “este es un espacio para que se comparta entre amigos, familias y nos pensemos
un poco por la crisis ambiental que vivimos, este año el medio ambiente es lo que nos convoca
a estas calles, y aquí queremos dejar una huella”.
Voces de jóvenes que siguen soñando, voces entre las calles, graficando mensajes que nos
dejan siempre la ventana abierta para mirar los mundos que somos, los mundos que nos
rodean.
Un último mensaje: “si nos quedamos callados nos matan, y si hablamos, también”
acompañado por el dibujo en tiza homenajeando a Lucy Villarreal, quien –como diría
Matador– su voz se convirtió en una mas de los “fugaces lideres sociales”.
Sigue el camino de las memorias, sigue el camino de los que entre carnaval y frontera
mantienen vivas las voces talladas en la piel o las piedras de esta región llena de encanto.

-Diarios-
2019

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