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IGLESIA BAUTISTA REFORMADA DECISIÓ N JESÚ S

[La Metamorfosis
Volitiva del Apó stol
Pedro]
Un hombre transformado en su cará cter para
la Gloria del Soberano Dios
Carlos Augusto Penilla
/03/2015
Introducció n

S
in lugar a dudas uno de los apóstoles con más influencia en relato del Nuevo
Testamento es Pedro, basta con ver la errada historia que alrededor de él la iglesia
de roma ha generado en torno a su papado y la sucesión de éste, esto por citar un
ejemplo aunque no el más halagador.

El propósito de este ensayo es hacer un estudio puntual de la vida del apóstol alrededor la
transformación que su carácter tuvo al abrazar a Jesucristo, sabiéndose pecador y en un
estado deplorable, como el Mesías; para esto se iniciará por la etapa en la que era un
pescador con un negocio floreciente, pasando por el período en el cual estuvo con el
maestro en su ministerio terrenal y finalmente después de la escena de pentecostés.

No puedo dejar de mencionar el final glorioso que El Señor le permitió a Pedro tener aún
en similitud con el final de Él en una cruz, aunque no en igualdad de condiciones sino boca
abajo por petición de él mismo apóstol.

Así como en el apóstol Pedro, la vida de todo creyente que realmente ha sido arrastrado a
Cristo ha de cambiar taxativamente hablando y debe reflejar los frutos de un verdadero
creyente que cada día han de aumentar en el sublime camino de santificación.
Desarrollo

A
unque es notorio ver cómo el apóstol Pablo ha gozado de gran preponderancia
en el mundo Cristiano ya que su contribución teológica no tiene igual, aparte
obviamente de la del Señor mismo, hay otro personaje muy importante y que es
mencionado casi como ningún otro en las escrituras, este es Pedro, al respecto del cual
John MacArthur menciona “Aparte del nombre de Jesús, el de Pedro es el nombre más
mencionado en los Evangelios. Nadie habla con tanta frecuencia como Pedro, y a nadie se
refiere el Señor con más frecuencia que a Pedro. Ningún discípulo es censurado tanto por
el Señor como lo es Pedro; y ningún discípulo censuró a Jesús como lo hizo Pedro. Ningún
otro confesó a Jesús tan decididamente o reconoció su señorío tan explícitamente como
Pedro; como tampoco ningún otro discípulo negó a Jesús con tanta fuerza o tan
públicamente como Pedro. Nadie es alabado y bendecido por Jesús como lo fue Pedro; y
fue Pedro el único a quien Jesús llamó Satanás. El Señor tuvo cosas más duras que decirle
a Pedro que a ninguno de los otros.”1

Para este ensayo es importante comenzar diciendo que se va a hacer a partir de una
división de tres puntos necesarios para una correcta comprensión de lo que se quiere
expresar, con esto se busca dar mayor claridad de cada etapa a saber: Antes de conocer
al Cristo, Habiendo conocido al Cristo y Ahora en Cristo lleno del Espíritu
Santo. Cada una de estas etapas mostrarán actitudes diversas de Pedro en su
metamorfosis volitiva para finalmente guiarnos a ver un carácter transformado a la medida
de Cristo de tal manera de lo veamos digno de imitar y nos lleve a una correcta exultación
de nuestro Soberano Dios.

Antes de conocer a Cristo.


De Pedro sabemos que provenía de Betsaida pero se había trasladado a Capernaúm junto
con su hermano Andrés y el padre de ambos era Jonás, ellos eran compañeros de pesca de
otros dos hermanos Jacobo y Juan hijos de Zebedeo; con quienes compartirían
posteriormente no solo la pesca en el mar de Galilea, sino también la pesca de almas bajo
el mando del mismísimo Rey de Reyes y Señor de Señores.

1
John MacArthur, Doce Hombres Comunes y Corrientes (Nashville: Caribe., 2004), p. 41
Este negocio de la pesca parecía estar prosperando a tal punto que habían tenido que
contratar a más personas para que les colaboraran con el negocio, adicional a esto hubo un
hallazgo en 1986 en el mar de Galilea, el cual podría tratarse de la barca de Pedro o en su
defecto de una de las de la ápoca pues data del siglo I según los expertos, tiene 8,2 metros
de largo, 2,3 de ancho y 1,2 metros de altura. Está hecha básicamente de cedro y roble,
pero tiene otros diez tipos de madera. Es como las embarcaciones mediterráneas de pesca
y podía llevar hasta 15 personas2, lo cual nos indica que no era la barca de un paupérrimo
pecadorcito sino de uno con un floreciente negocio; esto de alguna manera nos puede ir
ilustrando acerca de qué era lo más importante para ellos en ese preciso momento de sus
vidas, ciertamente no era glorificar a Dios pues sabemos que desde el momento mismo de
la caída el hombre cambió la brújula de lo que le era deleitoso de Dios hacia sí mismo y
esta conducta no ha cambiado, independiente del tiempo, las costumbres y otra cantidad
de variables que nos separan de la época del personaje en cuestión, debemos decir que
fuimos exactamente iguales a Pedro en el estado no regenerado que con él compartíamos.

Aparte de esa devoción hacia sí mismo vista en el ejemplo anterior y que tiene que ver
mucho con lo material y la importancia que el hombre caído da a esto, también es
necesario mencionar toda una variedad de comportamientos que desde lo volitivo no
agradan a Dios y que también compartíamos con Pedro, de él también sabemos que era
impetuoso, agresivo, ansioso y que por ningún motivo tenía la facultad de quedarse en
silencio, era para él una conducta epidemiológica.

Aunque más adelante trataremos los ímpetus de Pedro en otra sección, podemos nombrar
muy someramente dos escenas en las que Pedro evidencia las actitudes antes
mencionadas, en primer lugar tenemos la escena en el arresto del Señor en la que Pedro
desenfunda su espada y corta la oreja de Malco (Jn.18:10). En el escena del lavamiento de
los pies por parte del Señor, Pedro abrió su boca en primera instancia diciéndole que él no
debía lavarle los pies y después luego de una breve explicación deseando que le fuera
lavaba hasta la cabeza y el cuerpo completo; de esta misma manera lo ímpetus de nuestro
estado no regenerado son iguales a los de Pedro, totalmente provistos de beligerancia y
rebelión hacia Dios, porque a la vista de los demás todo ser humano expone su máscara
ética y moral pero al interior si presenta una desagradable y mal intencionada mezcla de
odio e irreverencia hacia el creador que como dice Pablo éramos en otro tiempo pero que
para la Gloria de Dios ya no somos.

2
http://www.hispanidad.info/barcajesus.htm
Habiendo conocido al Cristo
En la pesca milagrosa

Esta segunda parte indudablemente debe iniciar con la escena en la cual Pedro junto con
su hermano Andrés se encontraban en la playa ejerciendo su labor como pescadores y llega
el mismo Mesías, Señor de Señores y Rey de Reyes solicitándoles que vallan un poco mar
adentro para enseñar desde ahí a las multitudes que se agolpaban en la playa, luego de esto
les solicitó que echaran sus redes al mar, a lo que respondió Pedro que ya lo habían hecho
toda la noche y nada habían pescado, al hacerlo llenaron su barca al punto de pedir ayuda y
la cantidad era tal que ambas barcas parecían hundirse, ante el shock que produjo en ellos
tal evento Jesús les dijo “No temas, desde ahora serás pescador de hombres” (Lc.5:10b)
de ipso facto ellos dejaron sus redes y comenzaron a seguirle.

Esta fue una gran enseñanza para Pedro, él sabía bien que lo que solicitaba el Maestro no
tenía sentido, él como pescador experimentado conocía las horas, lugares y demás
características para una pesca efectiva, sin embargo este impulsivo e impetuoso Pedro fue
dócil al mandato de Jesús y fue testigo de un gran milagro, en ese momento comprendió
que el que afirmó hacerlo pescador de hombres también tenía absoluta potestad y dominio
sobre la pesca tradicional, lo cual también debe ser una gran motivación para nosotros.
Erwin Lutzer dice al respecto “Cristo esperaba que los discípulos relacionaran su invitación
a seguirle para "pescar hombres" con su habilidad ayudándoles a pescar peces. Cuando
pescamos por nosotros mismos, obtenemos los resultados desiguales que son el producto
de nuestros propios esfuerzos. Cuando pescamos bajo la orden de Cristo, el Señor es
totalmente responsable por lo que encontremos en nuestras redes.”3

Ahora el próximamente Apóstol Pedro está empezando a ser testigo ocular de a quién
realmente está siguiendo, de por quién dejó a un lado su próspero negocio de pesca, este
hecho en si ya muestra que se está iniciando una metamorfosis en la voluntad de Pedro,
irremediablemente su cosmovisión debió cambiar, ahora pescar peces tal vez no era algo
tan importante.

Pedro camina sobre las aguas

En Mt.14:22-33 se nos narra que Jesús había enviado adelante a los discípulos en la barca
mientras Él despedía a la multitud, luego fue a orar hasta el anochecer, en ese momento ya

3
Erwin Lutzer, Cincelado por la mano del Maestro (Bogotá: CLC Colombia., 1996), p. 34
la barca estaba en medio del mar azotada por vientos contrarios, de repente El Señor
aparece en escena caminando sobre las aguas y todos se asustan pensando que es un
fantasma pero Jesús les llama a no temer pues se trata de Él, aquí aparece de nuevo Pedro
quien henchido de amor por El Señor le dice “Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si
eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.” (Mt.14:28); la verdad en esta escena es
que Pedro duda al ver el mar y los vientos y El Señor debe estirar la mano e impedir que se
hunda, para nuestro estudio no es relevante quedarnos en el hecho de que Pedro dudó, lo
realmente destacable es ver que él toma la iniciativa de ir en busca de su Señor, sin lugar a
dudas cada día que pasa Pedro se va convenciendo de que aquel a quién sigue no es un
simple profeta o un maestro más.

En el arresto de Jesús

En el arresto de Jesús encontramos otra escena que no se puede pasar por alto, vemos a un
Pedro en pleno conocimiento de quién es su Señor, Jn.18:10-11 nos relata este evento en
el que nuestro personaje en cuestión desenfundó su espada y cortó la oreja de uno del
soldado Malco que venía a arrestar a su Señor, ante esto debemos ahondar en 2 detalles, el
primero nos lleva a pensar que el hecho de que Pedro hubiera optado por llevar a cabo este
violento acto denotaba su ignorancia, no en torno a quién era su Señor, sino en torno a lo
que había de suceder y que estaba perfectamente decretado por Dios El Padre desde la
eternidad; lo segundo es que aunque seguimos viendo a un Pedro impetuoso e impulsivo,
también es cierto que estas 2 actitudes comenzaban a enfocarse en torno al Señor.

Debemos hasta este punto reconocer que un conocimiento somero de quién es Jesús no va
a producir un cambio genuino en nuestras vidas, podemos intelectualmente acercarnos a
Él y gustar de lo que Él enseña y estar agradecidos de su obra en la Cruz, pero puede que
no sea aceptado su Señorío hasta ese momento. De igual manera Pedro había comprendido
que su Señor efectivamente era el Mesías, en Juan 6 ante la deserción de algunos, Jesús
pregunta también a sus discípulos si deseaban irse al igual que los otros, la respuesta de
Pedro demuestra en quién creía él: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el hijo del Dios
viviente” (Jn.6:68-69)
Negación de Jesús

En esta sección podemos encontrar una escena que nos llena de tristeza, al tratar de
ingresar en la mente del Señor, es muy posible que lo que se experimente en nuestro
interior sea un sentimiento de gran abandono y dolor; independiente de esto debemos
reconocer que el sentimiento de restitución que ocurre en la vida de Pedro es gratamente
esperanzador.

Pedro le había insistido al Señor que por parte de él hasta a la muerte iría por su Señor, a lo
que la respuesta de Él fue totalmente abrumadora “…antes que el gallo cante, me negarás
tres veces” (Mt.26:34) podemos llegar a pensar que al igual que en muchos otros, aunque
había un entendimiento de que Jesús era el Mesías, existía en la mente de ellos un Mesías
más ajustado a un líder poderoso y militar, al ver su captura y futuro asesinato el
panorama ciertamente era devastador; de todos modos nos es sumamente complejo juzgar
a Pedro en este punto, William Barclay al respecto menciona lo siguiente “Mejor un Pedro
con un corazón inflamado de amor, aunque ese amor le fallara vergonzosamente por un
momento, que un Judas con un corazón helado de odio. Que condene a Pedro el que no
haya incumplido nunca una promesa, el que no haya sido nunca desleal en pensamiento o
en acción a un compromiso. Pedro amaba a Jesús; y aunque Le falló, se levantó de nuevo.”4

Ahora en Cristo lleno del Espíritu Santo.


En esta última sección ya encontramos a un Pedro muy diferente al anteriormente
descrito, este es un Pedro que se levanta como vocero en pentecostés y el Espíritu Santo
lleva a cabo esa obra fundamental para la culminación de la revelación.

En Pentecostés

Luego de que el Espíritu Santo se derrama sobre las personas presentes y muchos fueron
capaces de oír acerca de las maravillas de Dios en sus idiomas vernáculos, Pedro ahora con
un “ímpetu Santo” se pone de pie y expone su primer discurso, en el cual afirma que esto
que ha sucedido no es más que la confirmación de lo dicho por el profeta Joel {Jl.2:28-
32} “de que Dios derramaría su Espíritu sobre toda clase de personas, quienes luego
profetizarían y tendrían visiones”5 (Hch.2:14-24); después de escuchar esto los
4
William Barclay: Comentario al Nuevo Testamento – Vol.3 Marcos. (Barcelona: CLIE., 1995) p.396
5
Thomas D. Lea El Nuevo Testamento: Su trasfondo y su mensaje. (El Paso: Mundo Hispano., 2000) p.309
receptores sintieron la necesidad de saber qué hacer, Thomas D. Lea dice al respecto
“Cuando los oyentes de Pedro preguntaron: "Hermanos, ¿qué haremos?", Pedro les urgió a
arrepentirse y someterse al bautismo como una señal de la fe que tenían en Cristo.
Aconsejó el bautismo como una señal del perdón de los pecados y no como un medio para
obtenerlo. La comparación de este pasaje con otros en el Nuevo Testamento afirma que la
fe representada en Cristo es el medio para la salvación, y el bautismo es una manera de
demostrar esa fe”6. Sin lugar a dudas este no es el mismo Pedro que vimos en la primera
sección, este es un Pedro que sin temor y ahora lleno del Espíritu Santo se levanta y
expones que esos que hablan en otra lenguas no están llenos de mosto, sino del Espíritu
Santo, ahora comprende que su Señor no necesitaba ser un líder político y militar que
restaurara a Israel, Él ahora comprendía que esto era mucho más grande que una idea tan
reducida como esa, incluso iba a ver la muerte posteriormente como algo apetecible y se
sintió indigno de ser crucificado como su Señor por lo cual solicitó ser crucificado boca
abajo.

En su ministerio como líder de la Iglesia

Pedro pasa de ser un pescador de Capernaúm a ser ahora una cabeza visible de la iglesia de
Jerusalén, él que antes se preocupaba tal vez por el buen estado de los peces que extraía del
mar, ahora que era pescador de hombres su preocupación había tomado nuevas
dimensiones y la iglesia se enfrentaba a dificultades que distaban mucho de las que se
podían encontrar en su barca.

Una de esas dificultades se encuentra relatada en (Hch.5:1-11) donde aparece una pareja,
Ananías y Zafira, quienes venden una heredad para ayudar con la obra y sustraen del
precio de la venta ante todo esto Lawrende O. Richards menciona “Al establecerse la joven
iglesia en Jerusalén, debe enfrentar dificultades internas y externas ...Los primeros
problemas provienen de la comunidad misma. Ananías y Safira se sienten movidos por
Satanás a introducir la codicia, la hipocresía y la mentira en la comunidad, para corromper
la pureza de la iglesia. Sus muertes dejan inequívocamente en claro que Dios está activo en
Su pueblo, al que ha llamado a reflejar Su santidad, a estimular una nueva oleada de
milagros y evangelización.”7

6
Ibid, p.309
7
Lawrence O. Richards Nuevo Testamento La Vida y la Época. (Weston: Patmos., 2010) p. 262
Hechos 10:1-48 Relata cómo Pedro, quién en ese momento se habría sentido inmundo
de estar en medio de gentiles, luego de un éxtasis en el que Dios le da a entender que no
puede asumir a éstos como inmundos, es guiado a irse con los ayudantes del Centurión
llamado Cornelio, quien lo había hecho ir a buscar, y Pedro accede a acompañarlos y el
evangelio fue expuesto ante estos bajando incluso el Espíritu Santo entre éstos y hablaban
en lenguas y hacía manifestaciones de parte de Dios. En este cuadro es posible ver a un
Pedro que independiente de su posible reactividad y de tener un probable concepto
sesgado hacia los gentiles, proveniente de su judaísmo, es dócil ante esta nueva situación y
es capaz de pasar por alto sus prejuicios y hacer lo que antes jamás hubiera hecho.

Gálatas 2:11-21 presenta otro relato que se relaciona con el anterior de Hch.10:1.48, en
el cual Pedro estando en Antioquía estaba teniendo una prudencia excesiva ante las ideas
de los judaizantes y mostraba parcialidad hacia los gentiles cuando estaba en presencia de
los de la circuncisión, el apóstol Pablo quien escribe esta carta lo relata literalmente así
“Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, [Pedro] comía con los gentiles; pero
después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la
circuncisión” 8

Esta no debería ser precisamente la actitud de una persona que ha nacido de nuevo, sin
embargo es necesario aclarar que Pedro estaba en su proceso de santificación y como tal
aún fallaría pues seguía, al igual que cualquier otro creyente, arrastrando tras de sí su vieja
naturaleza. Pero el punto en cuestión aquí no es que Pedro cometiera un error, es la
docilidad ante la objeción de Pablo, quien de alguna manera estaba subordinado a él.

Su carácter reflejado en las cartas que escribió

En las cartas escritas por el apóstol, es posible ver a un Pedro maduro en el Señor, dichas
cartas escritas a gentiles, como explica Thomas D. Lea “Aunque el ministerio principal de
Pedro había sido entre los judíos, esta carta parece haberse escrito principalmente para
gentiles. En sus años antes de la conversión los lectores habían estado involucrados en la
idolatría (4:3), un pecado más característico de los gentiles que de los judíos. La
descripción de la vida anterior de ellos como de "ignorancia" (1:14) y "vana"(1:18) suena
más apropiada para gentiles que para judíos”9, manifiestan claramente un corazón lleno de
8
En punto en cuestión es que Pedro reconocía cabalmente en qué consistía la obra de Cristo en la Cruz, su
actitud probablemente estaba enfocada en evitar un escándalo por parte de los judíos, esta situación es
vista por Pablo como más perjudicial que provechosa y por esto lo reprende públicamente.
9
Thomas D. Lea El Nuevo Testamento: Su trasfondo y su mensaje. (El Paso: Mundo Hispano., 2000) p.557
amor y preocupado por los peces que ahora no eran su objeto laboral sino objeto de su
amor y cuidado.

Pedro escribe con preocupación a una audiencia que está viviendo persecución de tipo
verbal, hoy en día podríamos decir sin lugar a dudas que los receptores de las cartas de
Pedro estaban sufriendo “bullying”, el apóstol les recuerda entonces acerca de la esperanza
para la cual fueron nacidos de nuevo “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada
e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de
Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en
el tiempo postrero.” [1Pe.1:3-5]

Desde el primer capítulo de la carta, Pedro va a llevar a sus receptores a comprender los
privilegios de ser hijos de Dios, Peter Jeffery lo explica así “Un cristiano es escogido(v.2),
nace de nuevo (v.3), tiene una gran herencia (v.4), está protegido por el poder de Dios (v.5)
y ha sido conducido a una relación viva y preciosa con Jesucristo (v.8). Nada de esto es
producto de nuestros esfuerzos, sino que todo proviene de la gracia y la misericordia de
Dios, y fue adquirido para nosotros a un alto precio (vv.18-19).” 10

Aunque son muchas más las referencias que


podemos encontrar acerca de cómo Pedro
mutó en su carácter quiero terminar
concluyendo que el Pedro que se relató al
inició cuyo oficio era el de pescador y que por
ende podemos pensar tenía en esa labor
puestas todas sus energías llega a ser ahora
un Pedro, que aun conservando sus ímpetus
pero ahora moldeados por su Señor, se
preocupaba por otros genuinamente y al final
de sus días recibió la muerte con los brazos
abiertos al igual que el Señor al que tanto amó, solo que él solicito ser crucificado de cabeza
según lo relata la tradición.

10
Peter Jeefery. De Piedra en Piedra. (Barcelona: Estandarte de la Verdad., 2000) p.155
Así concluye la metamorfosis volitiva de un hombre que por la gracia y soberanía de Dios
fue traspasado por su verdad para no seguir siendo el mismo de siempre sino uno con un
nuevo carácter, un carácter moldeado por Jesucristo.
Conclusió n

T
odo ser humano que por definición está caído, muerto espiritualmente y no
meramente enfermo, sino es un abyecto estado de putrefacción, no podrá hacer
nada para el agrado de Dios sino solo lo que es inherente a su esencia inicial.

Al ser entonces arrastrado por el puro amor y soberanía de Dios a los pies de Cristo, si y
solo si, esto se produjo internamente, va a tener que demostrar su nueva vida a través de
hechos que evidencien esa nueva naturaleza; en el apóstol Pedro fue posible ver esa
transformación volitiva en cuanto a su carácter incluso hasta el momento de su muerte,
que para él, y sin lugar a dudas podríamos decirlo, fue deleitoso pues ese mismo día su
espíritu se gozaría de la presencia de su Señor al que tanto amaba.

Que esa entonces este corto recorrido por la vida de Pedro un motivante para examinar la
propia vida y reflexionar acerca de si una metamorfosis en mi vida de parecidas
características en su fondo se está llevando a cabo.
Bibliografía
Lea, Thomas D. El Nuevo Testamento: Su trasfondo y su mensaje. El Paso: Mundo
Hispano., 2000

Richards, Lawrence O. Nuevo Testamento La Vida y la Época. Weston: Patmos., 2010

Benware, Paul. Panorama del Nuevo Testamento. Grand Rapids: Portavoz., 1993

Jeefery, Peter. De Piedra en Piedra. Barcelona: Estandarte de la Verdad., 2000

MacArthur, John. Doce Hombres Comunes y Corrientes. Nashville: Caribe., 2004

Lutzer, Erwin. Cincelado por la mano del Maestro. Bogotá: CLC Colombia., 1996

Barclay, William. Comentario al Nuevo Testamento – Vol.3 Marcos. Barcelona: CLIE.,


1995

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