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Podría afirmarse con poco temor al error, que los cambios paradigmáticos
más importantes para la historiografía contemporánea, surgen desde principio de
los años sesenta y se acentuarían a mediados de los ochenta, dicho espacio
temporal transformaría definitivamente las estructuras culturales vigentes hasta
entonces.
Esta revolución, que fue liderada por jóvenes y obreros durante los años 1966 y
1968, tuvo propósitos diversos; en el eje de los países desarrollados se dirigía a la
crítica de la cultura comunista moderna. Mientras que en los países denominados
socialistas, se orientó al intento de revolucionar las formas de vida y conciencia
hacia el ideario marxista del “nuevo hombre”. Carlos Aguirre contempla que:
3
Roger Chartier, El mundo como representación, p.47.
del siglo XVIII, tomando en consideración que los estudios culturales precedentes
podrían considerarse estudios históricos específicos, como lo son la historia de la
música, de la pintura, la literatura, etc.
4
Peter Burke, ¿Qué es la historia cultural?, p.21.
5
Peter Burke, ¿Qué es la… p.20.
Iniciaremos con la perspectiva de Burckhardt cuyas obras siguen siendo un
modelo imprescindible para el tratamiento de la historia cultural actual; a pesar de
no proponer críticas ávidas en contra el pensamiento rankeano, sí sería un claro
disidente del método historicista, lo que queda evidenciado en sus obras Época de
Constantino el Grande (1853), y La cultura del Renacimiento en Italia (1860).
Ambas obras tenían algo en común, se desplazaba el enfoque de "historia política"
y se centran en aspectos culturales, usando el arte y la literatura como fuentes
para ilustrar su historia; referente esto, Burke afirma que:
6
Peter Burke, ¿Qué es la... p.27.
7
Julio Aróstegui, La investigación histórica: Teoría y Método, p.105.
8
Peter Burke, ¿Qué es la... p.23.
decirse que fueron marginados del quehacer histórico formal, tachándolos de
aficionados, y así lo afirma Burka: "Los discípulos de Lepold von Ranke tachaban
la historia cultural de marginal o de asuntos de aficionados, por no basarse en
documentos oficiales de los archivos ni contribuir a la tarea de reconstrucción del
Estado."9
Este constante rechazo por parte de los historiadores puristas alentó a que
la historia cultural fuera un campo cada vez más abordado por investigadores de
otras disciplinas. Max Weber y Norberto Elías serían dos sociólogos de formación
con un marcado interés por las explicaciones culturales de los fenómenos
económicos, como se muestra en la obra del primero, La ética protestante y el
espíritu del capitalismo (1905), que "...bien podría haberse titulado con igual
acierto El capitalismo y la cultura protestante o El protestantismo y la cultura del
capitalismo."10 En ella, Weber intenta darle una explicación al cambio económico
sufrido en la Europa Occidental a través de un foco cultural, que en este caso
sería la influencia de los valores protestantes para el desarrollo del comercio.
9
Peter Burke, ¿Qué es la… p.21.
10
Peter Burke, ¿Qué es la… p.23.
11
Roger Chartier, Ob. Cit., p.83.
12
Peter Burke, ¿Qué es la… p.24.
escribe que para Elías, “…la modalidad propia de las relaciones de
interdependencia relacionan a los individuos entre sí en una formación dada lo que
define la especialidad irreductible de esta formación configuración.” 13
Pero, no sería sino hasta los años sesenta, que sería acogida y
"redescubierta" por los historiadores para un abordaje más complejo y académico;
en esta cultura popular se reflejaba una notoria influencia marxista que buscaba
dar notoriedad a los aspectos del hombre común, del obrero, enfatizar en "...el
relieve de lo popular, a lo abajo, a lo excluido." 15
13
Roger Chartier, Ob. Cit., p.72.
14
Peter Burke, La cultura popular en la Europa moderna, p.35.
15
Justo Serna, La historia cultural, p.47.
ligados a la comida, las banderas y la iconografía de los disturbios; Thompson
trazaba las estructuras de los sentimientos de la clase obrera. 16 En dicha obra,
convergieron dos posturas que le daban sentido al proceso de formación de las
clases, siendo estas, los cambios económicos y políticos, así la cultura popular.
Por otra parte, expuso el peso del sector social asalariado para la vida política
británica de principios del siglo XIX: "Por todo ello, Thompson afirma que no se
puede entender el fenómeno de las clases si no es como una formación social y
cultural definida por sus propios individuos y sus propias experiencias." 17
Como ya es bien conocido para los que buscan estudiar y analizar el pasado,
es de gran importancia identificar y ubicar al objeto de estudio en un contexto
histórico determinado, dado que esto facilita el entendimiento de sus motivos y su
accionar, afirmación que hace Marc Bloch cuando escribe que “un fenómeno
histórico nunca se explica plenamente fuera del estudio de su momento” 19, y la
Escuela de los Annales no escapa a esta aseveración.
16
Peter Burke, ¿Qué es la… p.32.
17
Justo Serna, Ob. Cit., p.53.
18
Carlos Aguirre, La “escuela” de los annales, p.5.
19
Marc Bloch, Apología para la historia o el oficio de historiador, p. 64.
Partiendo de principios del siglo XX, bajo el seno de una Europa fragmentada
producto de una implacable “Gran Guerra”, la cual afectó a toda la sociedad en
general; académicos franceses reaccionaron a las consecuencias devastadoras
del conflicto bélico y a la fractura de la hegemonía historiográfica dominante que
residía en Alemania hasta el momento.
20
Primitivo Sánchez, Repercusiones de la escuela de annales en la enseñanza de la historia en España, pp.
326-327.
Ahora bien, la crisis de la historia que se presenta en ese momento, y que es el
punto central de críticas, sugerencias y aportes de los annalistas ya mencionados,
surge debido a las limitaciones predispuestas en la historia metódica, que aislaba
el sistema de pensamiento de una basta y orquestada red, donde los hechos
sociales aportaban un soporte para sí mismo. Chartier contempla que:
“La crítica se duplica: porque aísla las ideas o los sistemas de pensamiento
de las condiciones que han autorizado su producción, y porque separa
radicalmente de las formas de la vida social, esta historia deshumanizada
instituye un universo de abstracciones donde el pensamiento parece no
tener límite al no tener dependencia"21
21
Roger Chartier, El mundo como representación, p.17.
22
Carlos Aguirre, Ob. Cit., pp. 51-52.
23
Marc Bloch, Ob. Cit., p.139.
palabras, el historiador debía evitar exhaustivamente la interacción crítica con la
fuente.
Ante este escenario los annales asentaron sus críticas hacia la noción de
"hecho histórico" puesto que la noción positivista del "hecho" como objeto de la
ciencia, era el principal pilar de la escuela metódica. Esta primera generación de
annales enfatizó la concepción de "historia-problema" frente a la antigua "historia-
relato"; esto se realizó a través de una serie de postulados con el fin de avanzar
hacia la cientificidad de la historia, afirmando que el papel del historiador no podía
limitarse a recoger y comprobar los hechos. El manejo de las fuentes requería de
mayor flexibilidad, no planteando la historia como una ciencia, sino de estudios
científicamente elaborados. Febvre afirma que:
24
Lucien Febvre, Combates por la historia, p.43.
25
Marc Bloch, Ob. Cit., p.51.
ciencia, la observación pasiva ha producido algo fecundo, si es que ésta es
posible." 26
"Hay que utilizar los textos, sin duda. Pero todos los textos. Y no
solamente los documentos de archivo en favor de los cuales se ha creado
un privilegio: el privilegio de extraer de ellos, como decía el otro, un
momento, un lugar, una fecha, un nombre, todo el saber positivo,
concluía, de un historiador despreocupado por lo real. También un
poema, un cuadro, un drama son para nosotros documentos, testimonios
de una historia viva y humana."27
29
Febvre Lucien, Ob. Cit., p.46.
30
Primitivo Sánchez, Ob. Cit., p.334.
31
Febvre Lucien, Ob. Cit, p.47.
hay que tener en cuenta que estas pueden mentir, dado que quién las elaboró fue
un individuo sujeto a sus propias intenciones, y estas pueden pasar
desapercibidas a los instrumentos más precisos del historiador. Pero el margen de
error se minimiza cuando se basa en aspectos y prácticas colectivas, cuando no
solo se detiene a interrogar lo que dice el texto en sí, sino también cuando se
cuestiona aquello que no expresa directamente. Bloch lo expone como:
A partir del año 1956 bajo la dirección principal del historiador Fernand
Braudel, se presentó la máxima difusión y expansión de la corriente annalista,
conquistando espacios tanto institucionales como académicos. En esta segunda
generación o también conocida como annales braudelianos, se introdujo las
reflexiones particulares sobre las diferencias del tiempo de corta, mediana y larga
32
Marc Bloch, Ob. Cit., pp. 85-86.
33
Citado por Roger Chartier, Ob. Cit., p.19, perteneciente a la obra Rabelais, 1942.
duración, además de volcarse los esfuerzos a la economía y a los factores
geográficos para el estudio histórico.
34
Carlos Aguirre, Ob. Cit., p.100.
35
Ibídem, p.101.
36
Ídem.
37
Ídem.
los Annales a tal punto que "... el giro de los setenta implicó algo más. Fue
entonces cuando empezó a cuestionarse la existencia misma de dicha escuela." 38
Sobre todo la postura braudeliana.
41
Julio Aróstegui, Ob. Cit., p.115.
42
Carlos Aguirre, Ob. Cit., p.132.
En este nuevo enfoque donde lo cultural sustituye a lo social, donde se
analiza el individualismo de los diversos ámbitos que constituyen la estructura de
una sociedad para la investigación histórica, que los principales historiadores de la
tercera generación de los annales, se inclinaron al uso de la antropología histórica;
los franceses Jacques Le Goff y George Duby, enfocaron esta metodología para
analizar el desarrollo de la sociedad medieval.
43
Primitivo Sánchez, Ob. Cit., p. 407.
44
Íbidem, p. 406.
institucionalizaran y causarán un mayor interés en las que serían las nuevas
exigencias teóricas.
45
Chartier, Ob. Cit., p. 46.