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SOBREPESOS…

Alicia Donghi

“La tarea….es efectuar cambios significativos, para que una vida


constructiva pueda ser sin el distorsionado uso de la funcion alimentaria. El problema
siempre es como llevarlo a cabo” Hilde Bruch, 1973
Introducción
Las construcciones subjetivas de los obesos, se asemejan a las de otros adictos –
alcohólicos sobretodo- y también a los que sufren enfermedades crónicas como la
hipertensión y la diabetes. La obesidad, se diferencia de otras enfermedades crónicas
que implican al cuerpo, por estar en primer plano aunque sea indirectamente, los
problemas vinculados a la imagen corporal, al malestar con el aspecto del cuerpo que
genera fenómenos de marginación y automarginación. Por ejemplo hay que diferenciar
el sobrepeso estético, donde el ideal tiránico de delgadez genera vergüenza, culpa y por
ende automarginación, del sobrepeso invalidante que genera discapacidad y esto trae
marginación y una condición estigmatizada, a veces contrarrestada con mecanismos de
sobreadaptación, con intentos de neutralizar esta marginación, pero sin éxito por el
circulo vicioso en el que se encuentran atrapados.
Es preciso también diferenciar estos sobrepesos, con cierta repercusión estética,
de las obesidades mórbidas con recurrencia a la medicina por sus consecuencias
inmediatas a nivel del organismo, para poder situar finalmente las intervenciones
pertinentes a cada caso. En cualquier situación el abordaje debe plantearse desde un eje
interdisciplinario que contemple al sujeto y su contexto para poder empezar a hablar de
objetivos de recuperación. Si bien es controvertido en estos casos este concepto
(extraído de la medicina para otras enfermedades) se lo puede reformular teniendo en
cuenta los mecanismos de compensación o control, que reemplazarían al de curación.
En relación a esto ultimo, dos fenómenos se hacen presentes en casi todos los casos, en
forma manifiesta o latente, y que cualquier tratamiento enfrentara tarde o temprano: el
“atracon” y las recaídas. El tiempo de aparición de ambos dependerá del grado de
ocultamiento del problema por parte del paciente o de negación familiar, a veces
también compartida por el equipo tratante. En los atracones “verdaderos” hay
componentes subjetivos de descontrol permanente, tributarios de una lógica ligada al
pasaje al acto, donde más allá de la cantidad y calidad del alimento, la ingesta sin
medida, no esta vinculada con el hambre ni con la búsqueda de placer, aunque pueda
comenzar difusamente del lado de la “tentación”. El sufrimiento que acarrean estas
manifestaciones hay que diferenciarlas de otras ingestas excesivas por hambre, festivas
o ligadas a costumbres culturales. La recaída puede empezar con un atracón vivido
subjetivamente como “tentación “frente a la restricción producto de haber decidido
alguna dieta (aunque esta sea de mantenimiento) Decia C.: “me desbande el fin de
semana y ya me parece que es inútil seguir intentando una dieta, me falta voluntad...”
¿De que voluntad se trata? Esta desazón ante el primer traspiés (causa de muchas
recaídas) corresponde también a situaciones de arrasamiento superyoico, el mismo que
se origina en el atracón como pasaje al acto. La respuesta no demora en llegar:
“Voluntad de Goce” encarnada en la ferocidad del superyo que siempre pide mas.
Asocia C. ante la pregunta de porque el fin de semana: “Los fines de semana viene mi
madre a dormir con nosotros, mis hermanos o mejor dicho mis cuñadas no pueden
tenerla…. La otra noche cuando me levante me la encontré en el pasillo y me dijo en
voz baja ´Ya vas a comer´, después me baje la heladera”. Intervención y corte de sesión
: “O la heladera se la bajo a ud… en referencia al mandato superyoico encarnado en la
madre y articulando un decir del padre sobre que la madre era una heladera refiriendose
indirectamente a la sexualidad de ambos.
Se verifica en estos sujetos un aplastamiento por la demanda del Otro y una
sujeción a la misma, es la manera que han encontrado de vérselas con el deseo materno,
tomando todo decir un carácter absoluto, caprichoso e idéntico a si mismo, en fin
superyoico. Su posición de aparente dar y ofrecerse “sin limites” tiene su envés en
llenarse y aparentemente gratificarse “sin limites”. Lacan ubica la génesis del superyo
en el recurso al objeto alimentario como una compensación del amor que falta, cuando
no logra encontrar en el Otro ese objeto del don que es una nada: Lacan dice: “La
satisfacción de la necesidad es aquí la compensación de la frustración de amor y, al
mismo tiempo casi diría que comienza a convertirse en coartada. Si la regresion oral al
objeto primitivo de devoración acude a compensar la frustración de amor, tal reacción
de incorporación proporciona su modelo, su molde… a esa especie de incorporación,
la incorporación de determinadas palabras entre otras, que esta en el origen de la
formación precoz llamada el superyo. Eso que el sujeto incorpora bajo el nombre de
superyo es algo análogo al objeto de la necesidad, no porque sea el don, sino como
sustituto cuando este falta, lo cual no es en absoluto lo mismo” (Seminario IV, 1959,
clase 6)
El vacío bulímico previo al atracón participa de esta “intolerancia a posponer la
satisfacción” (Brusset, 1994, pp 108-109) como el centro de la economia de estos
sujetos. Responde mas al modelo energetico de la descarga de “las neurosis actuales”
de Freud 1.
Como decia N.: “Comer es tragarse el tiempo de un sorbo”. Esta voracidad es
un índice de esta suspensión imaginaria de lo irreversible del paso del tiempo, tentativa
de “hacer coincidir el objeto- comida y la Cosa, de inmovilizar al sujeto en la
repetición de una primera satisfacción en realidad irrecuperable(…)Se eclipsa el
sujeto, se verifica su desaparición como sujeto. Existe solo el devorar. Voracidad que
se come a si misma(...)fuera de discurso(…)el universo alimenticio pierde sus
características diferenciales” ( Recalcati, M. , 1997, pp 65)
Psicoanalisis aplicado
1- “Desayunarse...”
Se trata de sujetos que se presentan en una posición donde el objeto oral no está
latente y perdido promoviendo pregunta, sino que está “entre nosotros” estorbando la
posibilidad de instauración de la transferencia.
En una oportunidad llegó al consultorio una mujer joven, casada, con hijos.
Hasta la tercera entrevista no mencionó nada que justificara su presencia. Algunas
quejas sobre cierto aburrimiento o rutina que la embargaban eran inespecíficas. No
había nada que empujara en el sentido de un sufrimiento claro y como decía, nada que
justificara su presencia allí, salvo su presencia misma, pero muda. Era obesa, muy
gorda. Sin haber hecho referencia alguna a ello, en la tercera entrevista dice no tener
nada más que decir y que entonces quiere que le diga lo que tiene que hacer. Le digo:
1
Aquellas neurosis cuyo factor causal se localiza en un estancamiento energético impuesto que
obstaculiza o impide la descarga de la tensión interna del aparato. En el lugar de la angustia , que
caracteriza a las neurosis actuales y surge a causa de la insuficiente descarga que crea un estado de
tensión físico - sexual en el sujeto, habría en los episodios bulímicos , el impulso del hambre y la
tendencia del pasaje al acto (en el atracón) para reducir económicamente el impulso
Venga en ayunas .Ya un encuadre analítico implica ciertas renuncias. ¿Por qué yo le
pediría un renunciamiento tan ligado a lo médico? Era claro que el cuerpo de lleno y
"lleno" estaba ahí. A la siguiente entrevista cuenta sin más prolegómenos, un traumático
asalto con violación de su hermana, acaecida ya hace algunos años, el cual ella
presenció "muda" Episodio del que ambas pactaron no decir nunca nada a nadie .Esta
era la ocasión en que ella rompe el pacto y junto con esto el cese de la inhibición de
hablar, dando paso del "mal comer" al "bien decir''.

2- “Riesgo de muerte = ¿única alternativa de separación…?

M. de 48 años llega a la consulta al Centro (1) tras tres situaciones contundentes que lo
arrancaron de la pura alienación, de esa reverencia extrema a la demanda del Otro:
1)No puede ingresar por su perímetro en cámaras subterráneas,
peligrando su tarea de supervisor de una empresa de electricidad.
2)La hiperventilación de su apnea lo lleva a dormirse conduciendo su
automóvil y choco contra un árbol en una oportunidad
3) Ya no encuentra posición para tener relaciones sexuales.
Luego y por ultimo la segregación se perfila sin apelación:
4)No puede pesarse en las balanzas publicas, solicitando antes de
terminar el diagnostico situacional, la derivación a la nutricionista “para
poder pesarse” ¿Quizás que el calculo o la medida vuelvan a su vida?

El dispositivo de tratamiento se sostuvo en el trípode: entrevistas individuales casi


diarias, consultas psiquiátricas y controles medico - nutricionales periódicos. Para
preservarlo del riesgo de perder la identidad imaginaria que la expansión de su cuerpo le
podría haber proporcionado, la dirección del dispositivo tanto medico como analítico
mantuvo el eje de un adelgazamiento paulatino que permitiera ir trabajando por vía de la
palabra la perdida de “la asfixia”, literal sofocamiento por el peso de su propio cuerpo,
obscenamente mostrada en su apnea, así como la perdida de grasa corporal que podría
funcionar como una operación de separación del Otro de la demanda. De hecho el
incremento de peso (que transformo a su obesidad en mórbida) se produce 4 años atrás,
ante la demanda de su pareja (Che vuoi?estragante), de un mayor compromiso en
términos de una convivencia que incluía a las hijas de su pareja pero de otro
matrimonio. El refugio en la gordura le sirvió de escudo ante la pregunta de ¿Qué es un
padre? y la pregunta por la mujer y para poder poner fin a esa relación, ya que su
partenaire le había advertido que de seguir engordando ella no continuaría con el
proyecto. Se mantiene del lado de su padre real, con el cual vive en la misma casa de la
infancia, identificado a su madre muerta hace ya muchos años, a la cual dice parecerse
en el trato descalificante hacia su padre. “Eso me hace sentir culpable, ya esta viejo”
Y aunque se separo de esta pareja y de la angustia que le aportaba, el duelo se
infinitizó en su engordar desenfrenado. Al poco tiempo de ponerse en marcha el
dispositivo de tratamiento, la perdida de goce no demoro en llegar: “Durante años no
sentí hambre, comía todo el tiempo. Es un descubrimiento agradable volver a sentir
ganas…de comer” Se le subraya: “ganas”. Un recuerdo esclarece su posición
subjetiva: “De chico me iba bien en el colegio, mi madre creía que era
superdotado…”Se le subraya la palabra y el advierte el doble sentido de la misma.
Entrada en análisis y en un “régimen” para la pulsion: vuelve a pesarse en balanzas
comunes, el insomnio pertinaz por apnea se espacia, retoma su vida sexual, etc . La
continuidad de la apuesta a la palabra produjo la puesta en forma de su estrategia ante el
1
() AAbra, Centro en problematicas del consumo. www.aabra.com.ar
Deseo del Otro, perfilada en su infancia: Su propio cuerpo obeso como muro construido
contra el deseo incestuoso materno (deslizado esta vez a otra “madre” como
desencadenante de su compulsión a comer de la infancia). La eficacia en acto fue
privilegiar el dispositivo analítico, por sobre las otras practicas (en términos de casi
cotidianeidad), pero sirviéndose de ellas, esto es garantizar que el cuerpo lleno, todo, el
de los cuidados se ponga a resguardo medico, para que no interfiera la operación
analítica de perdida de goce.

3-
Referencias bibliográficas
 
Bruch, H., Patología del comportamiento alimentario. Obesidad, anorexia mental y
personalidad, Feltrinelli, Milan, 1977
Brusset, B., Psicopatologie y metapsicologie de l´adicction bulimique. Revue Francaise
de Psichanalize, Paris, 1994
Ingrassia, F., “Intervenir en situación. El acompañamiento terapeútico como practica de
discurso”, Eficacia clínica del acompañamiento terapeútico, pag.62, Comp: Pulice, G.,
Rossi, G., Manson, F. y otros, Ed. Polemos, Bs As, 2002

Donghi, A.: “Las impulsiones y sus destinos”, Variantes de la consulta ambulatoria.


JVEdiciones, Bs As, 2000.

Donghi, A., Innovaciones de la practica. Dispositivos clínicos en el tratamiento de las


adicciones, JCEdiciones, Bs As, 2006

Lacan, J, Seminario IV, clase 6, Bs As, Paidos, 2001


Recalcati, M.: La ultima Cena: anorexia y bulimia. Ediciones Del Cifrado, Bs As, 2005

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