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·.· •..·. .. B.A.C.
..pan de ~uestra
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cultura católica

E. ste libro pretende estudiar,


.. ·,. . en primer lugar, cómo se ha
~·: v'erificado. el tránsito de la
;. Edad.Media a la Modernidad y
/de· ésta a la Posmodernidad.
; Atiende, sobre todo, a las raíces
· ..filosóficas de este movimiento
''.' porque, a la larga, son las ideas
·.·. •las q~e .transforman las sode-
...,dades. Con ello no se niega el
~".alpr. de .los factores· económi- ..
~cós/ra,ciales, pol,íticos, etc;
?,Al mismo tiempo, el librn estu-
'.' '. di~ las'·. grandes construccione~
': !deológicas de la Modernidad,
': fo que se ha llamado «los gran-
:/ des relatos», y la crisis profun-
\·. d~ en la que ha entrado, como
' denu~cian los más penetrantes
. críticos de nuestros días.

. . CARLOS VALVERDE es jesuita, cate-


<drático jubilado de la Univ.
. Pontificia . Comillas, doctor en
' Filosofía· por la Univ. Pont. .
·. :' Gregoriana y licenciado en Teología
poda Univ. Pont., Comillas, donde
·: ha impartido clases durante treinta y
' cinco años. Entre sus obras destacan:
·· Los orig~sdelMarxismo (1974), El
Materialismo ,dialéctico (1979), An-
; tropol.ogía filosófica (4 ª ed., 2002). ·
r' \.__) ·-c;--c1 '(~!-·-e~· c.J--·<:;--c;---\~~-·-c:·-·c_1-i=x-·c::
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INDICE
Págs.

PRÓLOGO IX

INTRODUCCIÓN •••••••••••••••••••••••••••••••••• XI

CAPÍTULO I. Hacia el ocaso del espíritu medieval ..... 3


1. La crisis del tardo Medioevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2. Marsilio de Padua y su Defensor pacis .•........... 5
'· 3. Guillermo de Ockham, filósofo crítico ........... . 8
4. Guillermo de Ockham, filósofo político . . . . . . . . . .. 14
5. Después de Ockham ........................ . 18
6. Ockham y Lutero .......................... . 22
CAPÍTIJLO II. Renacimiento y humanismo . . . . . . . . . . . . 25
1. El Renacimiento como tránsito hacia la Modernidad . 26
2. ¿Ruptura o evolución? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3. Hacia una comprensión del Renacimiento: El humanismo. 33
CAPÍTIJLO III. ·La revolución galileana . . . . . . . . . . . . . . . 43
1. De la Astrología a la Astronomía . . . . . . . . . . . . . . . 45
2. El caso Galileo ... ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
3. El nuevo y definitivo método científico . . . . . . . . . . . . 54
4. Consecuencias de la revolución galileana . . . . . . . . . . 59
CAPÍTULO IV. La secularización de la política .. ·'· . . . . 67
1. El populismo cristiano de Francisco Suárez . . . . . . . . 68
2. Niccolo Machiavelli . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
3. El pensamiento político de Lutero . . . . . . . . . . . . . . . 85
4. Corriente jurídica protestante: Bodino, Althusius, Gro-
tius, Hobbes, Pufendorf . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
CAPÍTIJLO V. La secularización de la razón . . . . . . . . . . 109
1. El racionalismo cartesiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
2. El voluntarismo cartesiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
3. Reflexiones conclusivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
4. Los cartesianos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
5. La paz de Westfalia ......................... · 132
Diseño:BAC CAPÍTIJLO VI. Hacia el positivismo . . . . . . . . . . . . . ... . 135
© Biblioteca de Autores Cristianos
! 1. La irresistible ascensión de Inglaterra ............ . 135
Don Ramón de la Cruz, 57. Madrid 2003
Depósito legal: M. 42.382-2003
( 2. De Francis Bacon a Thomas Hobbes ........... . 141
ISBN: 84-7914-675•3
Impreso en España. Printed in Spain '! 3. John Locke, maestro de Europa ............... . 148

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Págs.

·4, El triunfo del escepticismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 160 PROLOGO


5. La ratificación kantiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
CAPÍTULO VII. La Ilustración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
1. La Ilustración francesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
2. Las categorías de la Ilustración . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
3. Juan Jacobo Rousseau . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 rL presente libro pretende ser una introducción sintética al
4. La Enciclopedia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5. La Revolución francesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
218
222
E conocimiento del largo proceso por el cual las sociedades
europeas han pasado de una cosmovisión cristiana del mundo, del
6. El liberalismo 1
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 230.
hombre y de Dios, a una cosmovisión que quiere ser racional y
CAPÍTULO VIII. Los grandes relatos seculares . . . . . . . . . 239 · nada más que racional.
1. El idealismo de Hegel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 Este proceso ha sido muy complefo y en él han jugado múltiples
2. La izquierda hegeliana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
3. El marxismo .... ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 270 factores hun1anos: la religión, la idiosincrasia de los pueblos, la
4. La sociedad positivista de Comte y el neopositivismo . 282 economía, el amor, las pasiones hun1anas, circu11stancias imprevistas,
CAPÍTULO IX. El paroxismo de lo secular . . . . . . . . . . . . 295 y, sobre todo, la libertad, porque es cierta la proposición de uno
1. El vitalismo pesimista e historicista . . . . . . . . . . . . . . 296 de nuestros mefores historiadores, Claudio Sánchez Albornoz: «La
2. Friedrich Nietzsche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303 libertad hace la historia y la historia hace la libertad».
3. El capitalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316 Sería una tarea imposible querer exponer todo el co1yunto de
CAPÍTULO X. Crisis de la Modernidad . . . . . . . . . . . . . . . 329 factores que han intervenido en este macroproceso evolutivo que ha
1. Critica de la racionalidad. La Escuela de Frankfurt . . . 329 durado siete siglos. Hemos preferido atender principalmente a uno
2. La Posmodernidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336 de los más decisivos: las ideas filosóficas. El ViZfonde lord Boling-
3. Reflexión conclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342 broke, ilustrado inglés del siglo XVIII, deda que «la historia no
· CAPITULO XI. Esperanzas de futuro . . . . . . . . . . . . . . . . 345 es más que la Filosofía puesta en efenplos)). Hqy mucho de verdad
1. El evolucionismo cristiano de P. Teilhard de Chardin . · 346 en ello. Y más cerca de nosotros, Vtktor Frankl dijo en una
2. El personalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361 conferencia: «Créann1c ustedes, seíioras y se17ores, 11i Auschwit:v ni
3. Hacia una sociedad nueva y mejor . . . . . . . . . . . . . . . 373
Treblinka, ni Maidanek fueron preparados fundan1entaln1ente en
los Ministerios nazis de Berlín, sino mucho a11tes, en las mesas
de escritorio y en las aulas de clase de los cientffecos y filósofas
nihilistas)>. Convencido, pues, de la trascendencia y de la influencia
de las ideas filosóficas, he querido buscary ofrecer, pensando sienpre
: 1 en mis disdpulos, las claves del pensamiento hun1a110 que nos han
conducido desde la crisis ideológica, representada por el non1i11alisn10
del siglo XZV, hasta la pretendida «n1uerte de Dios)>, en los si-
glos XIX y XX.
Este libro no es una Historia de la Filosofía. Escribir una
más hubiera sido un esfuerzo. vano porque ya hqy muchas y algu11as
muy buenas. Es n1ás bien un intento de presentar sólo aquellas
--·--~··-·····--·--· -···----···· ··--·--·------·--·----- ----------···-·---····
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2~ -- Prólogó -

ideas que han sido 1JJás decisivas en el proceso aludido y de ·hacer


ver la concatenación genética entre ellas. Por eso no he podido
hablar sino de los autores 111ás representativos, omitiendo otros INTR OD UCCION
111uchos Cl!Jas ideas se encontrarán en las buenas Historias de la
Filosofía.
En algunas páginas se tendrá la impresión de excesiva densidad
o de exposición insuficiente. Eftctiva1JJente, a veces es así. Ello Es la historia de los hombres la más apasionante aventura
quiere decir que quien quiera una comprensión más an¡plia o que pueda narrarse. Desde el día en que alguno de aquellos
exhaustiva necesitará consultar algunas obras 1JJ011ográficas, o escu- primitivos antropoides fue capaz de autoconciencia, de comen- ,.,
char ·/as_ explicaciones magisteriales de un profesor. En cualquier zar a dístinguir entre sujeto y. objeto, de comenzar a captar ; ~,'.}>,O
caso, este libro le servirá de guía e introducción al con¡plefo entra- lo ·real como real, de iniciar la comunicación medían te el len- ' 17 w.. ,-"
mado de la cultura ideológica tal como se ha desarrollado en la guaje, apareció en esta nuestra Tierra el hombre, ese ser des- \ >t,· ,,
Europa modema hasta nuestros días. concertante que rompía todas las reglas y las leyes de la evo- • '· ""? '
1
lución biológica porque destellaba ya en su frente la aurora , ·:/
Goethe decía que «cada generación debería escribir de nuevo la
historia>>. La observación es atinada porque sólo en el pretérito
del pensamiento y de la libertad. Desde aquel momento remo- \
tísimo en que· brotó en la tiniebla el punto incandescente del
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están las raíces y las causas de lo que a nosotros nos sucede y pensamiento y, con él, el germen de la libertad hasta hoy, el
sólo desde ellas podemos comprender nuestra propia cultura. · La hombre y los hombres han tejido una historia tan enormemente
historia humana es esencialmente genética, cada etapa es engendrada enmarañada que ninguna pluma, ni siquiera un equipo de plu-
por las anteriores y nace con una abundante carga genética que mas, por sabias que fueren, podrán describir nunca todos los
nosotros luego tran.ifortnamos y transmitimos a nuestros sucesores. vaivenes y las motivaciones de esta gigantesca y misteriosa
Si esta obra sirve para que sus lectores con¡prendan mefor marcha.
nuestra circunstancia histórica y desde ella podan1os todos avanzar · ' Es, además, la historia humana un incontenible torrente
vital sin fisuras ni cortes. «Todo fluye y nada permanece»,
hacia metas más humanas, más solidarias y más altas, daremos avisaba ya Heráclito en el siglo VI antes de Cristo. No nos es· .,
por bien en¡pleadas las muchas horas de estudio y trabqjo que la dado normalmente, decía Bergson con acierto, identificarnos l, 1'1
redacción de este libro ha requerido. de tal manera con ese potentísimo impulso vital que podamos . \ /
11
captarlo adec~ad~e.n:e . en su continuo fluir. La inteligencia 1Ó-~ "; 0{
CARLOS VALVERDE humana necesita dividir y separar para poder comprender. Es . /':
una cuestión de método.· En un tiempo posterior, la razón ">~,\
buscará la síntesis de los contrarios para poder seguir, de alguna
manera siempre insuficiente, el ritmo ininterrumpido de la vida
humana. Fue la advertencia de Nicolás de Cusa, en el siglo xv,
que recogió Hegel en su Lógica y en la Fenomenología del Espíritu,
las dos obras introductorias a su formidable cosmovisión, cuan-
do quiso describir el proceso del espíritu humano.
Por este motivo se estudia la Historia humana por períodos
convencionales. Hay prehistoria e historia. Aquélla tiene sus \ 1;
largas etapas y subetapas. La historia, al menos entre los oc- J, \e?
cidentales, se divide de manera aceptable, aunque siempre re- \ ¿,;< ·
visable, en Antigua, Media, Moderna y Contemporánea. Parece ¡ ·
v e- ·"C.~ - \.~:-·~ \.._. :· \..) v \.....' l~, [ ( 1
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}_ 'duccir, ~/ro~n.): f,., !_·~~·) ·- ) ./ l

más aceptable esta clasificación que la que hacían los marxistas: Los historiad¿res señalan diversas fechas, todas . ellas con-
Colectividad prehistórica, Esclavismo, Feudalismo, Capitalismo, vencionales y cualquiera de ellas válida, para considerar el co-1\
Socialismo, Comunismo. La periodización marxista iba cargada mienzo de la Edad Moderna. Para unos sería el año 1450 en
de ideología, es decir, del prejuicio de que son los factores que Gutenberg, un artesano de Maguncia, abre un taller en el \;
económicos y la lucha entre ellos los que dinamizan siempre, que se imprimen libros con caracteres metálicos: la imprenta. •
«en última instancia>>, la marcha de la historia. Tal tesis es hoy Para otros sería la conquista de Constantinopla ·por los turcos
insostenible porque es demasiado evidente que la historia nunca en 1453. Algunos dan como fecha clave del nuevo rumbo de .0
tiene una causa única, ni siquiera «en última instancia>>, como la historia el año 1492 en· que las naves de Castilla, capitaneadas ¡)
quería Engels que fuese la Economía, y porque cualquier his- por Cristóbal Colón, arriban a las playas de América. No faltan '-...:;;.> 1,
toriador imparcial sabe que grandes acontecimientos históricos quienes lo retrasan más y piensan que el año decisivo habría ' \'
no se han debido precisamente a motivaciones económicas sino sido 1517 en el que un turbulento monje alemán, Martín Lu- . ;.íl
a otras múltiples ya que el hombre es un ser muy complejo tero, se declara en rebeldía y en reto frente a Roma. Cualquiera ~ '!-' {''
y, sobre todo, libre. de e~~s es válida. Efectivam_ente, la invención de la ~prenta "'-., ~~·
La división clásica de la historia del mundo occidental: ) cambio el rumbo de las sociedades europeas porque hizo po- ;:A .
An~~a, Media, Mod~rna y C?ntemporánea, es puramente ero- \ ¡ ~,
sible la multicopia de los libros y con eso llegaron a muchas 0 . -;-º;.
nologica. No hace sino designar etapas temporales con un \
1
__().. · ---~; manos y las ideas, a muchas mentes. La caída de Constantinopla \ t\
fundamento real: los cambios más intensos que se han verifi- , ~'el, ,.:; 1 en manos de los turcos fue el final del Imperio bizantino, y v
cado, en. determinadas épocas, en las situaciones humanas. La j\ ¿:i \ les dio la cabeza de puente que necesitaban para lanzarse sobre
Europa y Europa vivió en adelante en vigilia tensa y atemo-
historia es cambio y evolución continua y, considerada con \ j<:i/ '
rizada por ·el fantasma turco. El descubrimiento de América
larga perspectiva· y atendida su resultante final, camina siempre \ · 1
proporcionó a los europeos infinitas posibilidades económicas,
aunque muy despacio hacia adelante y hacia arriba, hacia más ! · comerciales, militares, aventureras, evangelizadoras, hasta enton-
verdad y hacia más bien. Teilhard de Chardin nos lo ha des- ces insospechadas. La airada protesta de Lul:ero rasgó la unidad
velado con sorprendente clarividencia. En ese tortuoso desa- religiosa de Europa e influyó decisivamente en la evolución
rrollo hay momentos y situaciones que significan una variante cultural del pensamiento .occidental. Es, pues, legítimo ·escoger
notable o más vigorosa que da fundamento a los historiadores 1 t- cualquiera de estas fechas para designarla como linea fronteriza \1
para establecer una división de la historia o para advertir que .+~ convencional entre la época medíeval y la moderna. · . {' ·
algo distinto y nuevo se inicia. Sin embargo, cuando se quiere hablar no de la histórica ,;,\
En este libro queremos estudiar eso que generalmente se Edad Mod~rna, sino de la Moderf!idad, es preciso retrotraer ese f'~.
llama Modemidad. Soy consciente de que no se puede identificar \ umbral a tiempos bastante anteriores. Porque generalmente se :,/,\ \: ·7
el término Modernidad con el de Edad Moderna: Este último '\ , ";--/' entiende por Modernidad -al menos así lo vamos a entender ~ . '·.Sf
1

. es más amplio que el primero. Abarca todo cuanto ha sucedido v nosotros en este libro-- el proceso de semlarización o laicización, k r .: .º
desde el final de la Edad Media hasta la Revolución francesa !1 es decir, la mptura y el. progresivo d~stancia111_ie11to entre lo divino y lo \ ~....'' ·
en las múltiples dimensiones de la vida humana: social, bélica, \ hu111ano, entre la revelaaon y la razon, o, si se prefiere, la lenta y \ ...;;
económica, política, cultural, artística, religiosa, etc. En cambio, \ :, sucesiva sustitución de los principios y valores cristianos, q11e habían dado i , ·
el vocablo Modernidad tiene una connotación específicamente · , t::."' unidad y sentido a los pueblos europeos d11rante al menos diez siglos, i <.;·
ideológica y filosófica: significa una actitud mental que en la \ , \ ,,., por los valores pretendidos de la razón pura.
Edad Moderna llegó a ser dominante y que se ha prolongado ,1¡~ ~- Ahora bien, este proceso y la pugna consiguiente se inician
hasta nuestro siglo x..~, en el cual aún dura y perdura por más ~' ya en el siglo XIV. De manera puramente simbólica y, si se
que se hable ya del fin de la Modernidad y de la era de la quiere, caprichosa, he escrito alguna vez que la Modernidad nació
, Posmodemidad. Esa actitud mental, la Modemidad, ha conformado al amanecer del 28 de mayo de 1328. Comenzaba a clarear el
casi todo cuanto ha sucedido en el desarrollo de los pueblos alba aquel día sobre las altas y doradas murallas de Avignon.
que llamamos occidentales a lo largo de los últimos siglos. Mezclados con los campesinos, salían por una de sus puertas
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v.c.~b",:)15, EL:J:J.RUv.1. 'UR~ Y (,_-'-SIS
~co frailes franciscanos, bien caladas las capuchas pardas para DE LA MODERNIDAD
no ser reconocidos sus rostros. Eran. Miguel de Cesena, general
de la Orden, Bonagrazia de Bérgamo, Fraricesco· de Ascoli,
Enrique Talheim y Guillermo de Ockham. Huían de la auto-
ridad del papa Juan XXII. Los cuatro primeros habían sido
llamados a Avignon porque su interpretación radical de la po-
breza evangélica excedía los limites de lo razonable y contra-
decía al Evangelio. Guillermo de Ockham, docente en Oxford,
había sido requerido también por el Pontífice para que explicase
ciertas proposiciones teológicas suyas que ofendían a los pia-
dosos oídos. La pugna entre los franciscanos italianos, por un
lado, y el Papa y la Curia francesa, por otro, fue larga y
espinosa. La solución del conflicto de los franciscanos «espiri-
tuales» no llegaba, al menos a gusto de ellos, y la de Ockham
tampoco. Decidieron todos escaparse y buscar refugio y pro-
tección en el Emperador Luis de Baviera, enemigo del Papa
y entonces excomulgado. Encontraron al Emperador en Pisa
y cuenta la leyenda que Guillermo se postró a sus pies y le
saludó con esta súplica y promesa a la vez: ln¡perator, tu me
defendas gladio, ego te defendam calaJJJo, «Emperador, defiéndeme
con la espada y yo. te defenderé con la pluma>>. La frase puede
ser legendaria. La realidad no: en la corte de Luis de Baviera,
instalada después en Munich, se inicia el proceso de seculari-
zación, es decir, la Modemidad.
Este· hecho histórico puede tomarse, si al lector le place,
. i como punto de partida, al menos simbólico, de una época ,
,.
1
cultural distinta que nace, de forma casi imperceptible como . r·
casi todos los grandes acontecimientos históricos, pero que irá
creciendo y dilatándose hasta llenar la tierra. La Modemidad se! j'>·
caracterizará por ser una larga marcha hacia la total autonomía. .,.. :,~. '
de lo secular. El proceso es una inmensa epopeya que duró ~Jf \.:C'
· seis siglos. Puede darse por concluido, en algún sentido, en el 'v ,..,
año 1841, cuando Feuerbach cierra su libro La esencia del Cris- "''
tia11ist110 con la sentencia Homo homini deus, el hombre no tiene• ':}
más dios que el hombre. Era la expresión más completa del
espíritu secular y del inmanentismo. Dios se ha hecho innece-
sario. Los hombres no le necesitan ya. Ellos solos pueden
construir su ciudad. Para ello les basta la razón. La razón:
puede colocarse en el sitio de Dios. Por su parte, Nietzsche
después pronunciará la definitiva sentencia mortuoria: «Dios ha
.muerto. Nosotros le hemos matado».
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CAPÍTULO l

HACIA EL OC4SO DEL ESPIRflU


MEDIEVAL

1. LA CRISIS DEL TARDO MEDIOEVO

La etapa cronológica que en Europa corre, aproximadamen-


te, de 1270 a 1320 señala la transición de unas formas de
civilización y estructura socio-política a otras. Se pasa de una
economía esencialmente rural a una economía urbana, de una
economía de intercambio de productos a una economía co-
mercial con un fundamento monetario.
Al mísmo tiempo, la estructura política pasa de ser feudal
a ser corporativa. Frente a la autoridad del señor feudal cobran
cada vez más poder e influencia las villas y los municipios
que empiezan a ser ricos y poderosos y que se permitirán
tratar sus asuntos directamente con el rey o el emperador. La ·
mayor parte de las villas de Inglaterra, Flandes, Alemania o
Italia alcanzan en esta época una autonomía, gracias a las :
franquicias y privilegios reales, con los que fomentan su in- ..,_·~.
dustria y su comercio. ··-•..,
Se verifica además un intento de reagrupación de territorios ;"'~ .
bajo un principado que les dé unidad económica y política, '
unidad de autoridad, de justicia, etc. Pero este intento choca (

con los intereses de ciertos municipios que quieren defender ~ ~.J


su estatuto de autonomía y que se ponen de acuerdo para dar
o no dar su consentimiento al principe, de donde nace el
sentimiento confuso de que la autoridad política superior del
Estado mayor sólo se justifica por el consentimiento de los
pequeños Estados. La autoridad feudal que podríamos llamar
patrinionial declina hacia una cierta forma de soberanía colectiva,
una soberania formada por un cuerpo al que se subordinan
individuos y colectividades. Algunos propugnan audazmente, ya
entonces, que el soberano no sería sino un árbitro elegido, pero,
en cualquier caso, el cuerpo social toma por primera vez con-
ciencia de su importancia política. Ese cuerpo, a su vez, se
subdividirá en otros estamentos o corporaciones de menestrales, \J
_J
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Hacia el acaso del epííit11 111edtwiil '-.. ......./ '··--.--' 2. ,i/io dt .uay • • >efensG 'is» "
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comerciantes, etc., también privilegiados y frecuentemente con¡.-, bajo el pontificado de Clemente V de la sede pontificia de"i'
estatutos y autoridades propias. Quedaba así la sociedad es- · Roma, capital eterna de la cristiandad, a Avignon, feudo francés.
tructurada de manera orgánica con estamentos intermedios entre a orillas del Ródano (1309), la continuada elección de Papas ·
el poder y el pueblo. y cardenales franceses, los impuestos económicos que se cana- \
Es natural .que villas y villas, municipios y municipios, «Es- lizaban hacia Avignon y que se empleaban en una vida de '.
tados» y «Estados» entren en frecuentes conflictos o alianzas fausto profano, el duro y largo enfrentamiento del papa :
para la producción, el comercio o la guerra. Juan XXII con un sector de los franciscanos más radicales, ' -}
/'-..
El Sacro Imperio Romano-germánico, a principios del si- queridos y admirados por el pueblo, las teorías conciliaristas ;
glo XIV, es ya poco más que un título honorífico o un fan- que concedían al Concilio potestad sobre el mismo Papa, los 'i
tasma, y la autoridad de los reyes también se ve obstaculizada largos conflictos del mismo Juan XXII con el entonces em- ,
-"'\
perador Luis de Baviera por cuestiones jurisdiccionales, el abuso
por los cuerpos inferiores 1• de los anatemas, etc., habían hecho que decayera mucho el :
Todos estos movimientos colectivos, económicos, sociales, \
políticos, que surgen con potencia creciente, son laicos; no : prestigio y la autoridad de la Iglesia y del Papado. Declinaba : e:--'". ',.

nacen ni con la protección ni con dependencia de la Iglesia. ', la presencia y la influencia de la Iglesia y de los clérigos en l V ·.,:~
los ámbitos públicos y se iniciaba la lenta pero irresistible ,.,
En algún .sentido nacen contra los sectores de la Iglesia más · ,,,_'-'
ascensión del laicado secular 3• «Sancta Mater Ecclesia 11011 so/un;
influyentes hasta entonces, clérigos y monjes. La Iglesia verá est ex clericis sed 'etianJ ex laicis» Oa Santa Madre Iglesia no es ~<.__-';.i ".
con recelo el desarrollo de la economía monetaria porque se . sólo de los clérigos sino también de los laicos), escribía en el .......
presta al lucro, a la avaricia, a la usura, al lujo. La Iglesia, · memorial A11teq11am essent clerici un autor contemporáneo. '+'
además, había sido hasta entonces la mayor propietaria rural.
Obispos, abades y beneficiados eran patriarcas y señores que
2.' MARSILlO DE PADUA Y SU «DEFENSOR PACIS»
ahora se veían amenazados en su autoridad. Las catedrales y · .......
los monasterios habían sido los hogares de la vida social, pero ,,\J Las corrientes ideológi~as se orientan ahora a conceder al
ahora las nuevas villas y la incipiente burguesía mercantil se :" príncipe muchos de los poderes que hasta este momento habían
presentaban como temibles competidores. Se explica que se ' '"J "., sido de exclusiva competencia de los Papas. Nadie lo hará con
hayan multiplicado las querellas entre clérigos y laicos, las in- ' \) más radicalismo que Marsilio de Padua con su libro Defensor
tromisiones de los laicos en las potestades de los clérigos, las
excomuniones de éstos sobre aquéllos. Fue una guerra larga y ,-;r' pacis, del que hablaremos enseguida. El pone a discusión no
sólo la primacía y la autoridad pontificia, sino nada menos que
sorda aunque a veces también sonada. ' la autoridad misma de la Iglesia.
Los defensores del absolutismo pontificio defendían todavía Marsilio de Padua, profesor en París, vinculado a la escuela ··~f

la unidad inquebrantable de la sociedad bajo la dirección única averroísta, amigo de un averroísta radical llamado Juan de Jan-
duno, se había refugiado .también él en la corte de Luis de '"-
de la Iglesia, tal como la proponía el augustinismo político. '·
Juan de Viterbo escribía: «No hay más que un Cristo, un solo Baviera, en Munich, probablemente en 1326. Llevaba consigo
pastor, un solo rebaño, un solo rey, un solo reino, unus princeps, un libro compuesto por él en 1324, acaso con la colaboración ·····.,

unus principatus, unus rector, una respublica» 2• del mismo Juan de Janduno, bajo el título Defensor pacis. La
Pero ya era tarde. La autoridad de la Iglesia se había de- obra era tan audaz que de ella se ha dicho que, de no conocer <:s··
bilitado considerablemente. La terrible querella del rey francés al autor y la fecha, podría atribuirse a cualquiera de los pen-
Felipe el Hermoso con el papa Bonifacio VIII que acabó con sadores ilustrados del siglo XVIII, por la defensa que en ella
«el atentado de Agnani>> y la prisión del Papa (1303); el traslado hace de la libertad civil, de la autonomía del poder temporal,

1 Sobre estos temas puede verse G. DE L\GARDE, La 11aissa11ce dé /'esprit j · > Se consultarán con utilidad la obra ya citada de Georges de Lagarde y
además J. Ht.:1ZING,\, Herbst des i'vlillelalters (l\Iünchen 1928) (hay trad. española,
lai'qne, t.I (Louvain-Paris 1956), 93ss; t.II (1958), 302ss, con abundante biblio-. ¡'
grafía. " Madrid •1942); R. GARCiA-VILLOSL\DA, Raíces históticas del L11ten111is1110 (l\fadrid
2 J. DE V1TERBO, De regi111i11e christia1101 I, c.III. 1969).
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por la crítica directa e inmisericorde a la autoridad eclesial y, No sólo es conciliarista, es decir, que atribuye al Concilio
sobre todo, a la pontificia. El libro ha sido considerado, jus- un poder y una autoridad superiores a las del Papa, sino que
tamente, como uno de los precursores originantes de las teorías cree que en el Concilio deben participar los laicos y que son (_;/ \\

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socio-políticas protestantes que confieren a los príncipes tem- ellos los que en determinados casos deben zanjar -parece que
porales todo el poder incluso sobre la Iglesia, sobre el clero,
sobre las realidades espirituales. «No es exagerado decir que
por mayoría- las cuestiones discutidas. El conjunto de los
ciudadanos es el más seguro legislador. y el conjunto de los .,. "y
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con él comienza la gran Reforma protestante» 4• fieles, el más infalible de los ,intérpretes de la doctrina religiosa. ·,,~-,! -

Inspirado en el naturalismo aristotélico, recibido a través 0 La soberanía está en la comunidad, tanto en la Iglesia como \r.'q i" '~
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de la interpretación averroísta, Marsilio destruye la concepción f;~ en todas las otras comunidades humanas.
agustiniana de la suprema soberanía pontificia sobre príncipes .,
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Estas tesis y otras parecidas del Defa11sor pacis, tan revolu- ~J
y reyes y, por lo tanto, destruye la idea de un Imperio universal cionarias, hacen de Marsilio •de Padua uno de los iniciadores,
........ !

dirigido por una Iglesia universal. El Estado deja de ser un '\¡ a principios del siglo XIV, del movimiento secularizante. Su
instrumento de la soberanía divina para la salvación o el castigo obra es el exponente más atrevido de lo que, con términos
de los hombres. El Estado civil no es sino una creación hu- <!:. actuales, podríamos llamar la izquierda medieval, entendiendo
mana, una exigencia de la naturaleza humana sin aquella refe-
'~ por este vocablo el conjunto de aquellos que, con la pluma o
rencia a Dios Creador y Providente y a su ley natural que se '(¡.~ con la espada, se rebelaban contra la autoridad eclesiástica y
hacía en el pensamiento político de santo Tomás. Son infun- -......,~· querían un poder civil autónomo. Era la confrontación entre
dadas las pretensiones de la autoridad espiritual de querer limitar '.\ una nueva concepción de la ciudad organizada según el WR9.~lg
o controlar la autoridad temporal. . <S--1 _na~~..!!L.c:!!<.A!'.istó.teles, y la concepción unitaria y armónica l/!.d"
Más aún, Marsilio de tal manera invertía los términos que ,) del augustinismo político que se había hecho ya tradicional en /
lo que en realidad propugnaba era una subordinación del sa- . ~'\ la Iglesia desde Carlomagno; .
cerdocio al poder civil. El gobierno civil tiene el derecho de . , . .., La influencia inmediata de Marsilio no fue grande. Se hu-
controlar el ejercicio de la autoridad espiritual. El príncipe es biera podido temer un terremoto, pero en el área de las ideas
el: verdadero instrumento de Dios. El obispo de Roma no .\ no se producen terremotos sino un lento e incontenible ger-
posee una jurisdicción por derecho divino sobre los sacerdotes minar. Excomulgado Marsilio en 1327 y condenado su libro
~
· y menos sobre los fieles. Una vez que queda constituida una por Juan XXII, sus proposiciones eran excesivas para aquella
sociedad de fieles cristianos, no tiene más que un único príncipe '\} sociedad todavía muy religiosa y cuasi-teocrática, aunque ya en
y un único legislador con competencia sobre todos los ciuda- 14 proceso de disolución. Ha influido en Juan Hus (1370-1415),
danos y sus actividades, desde la agricultura a la religión, desde .,:~
~
pero no en Juan Wyclif (1320-1384), aunque éste llega a con-
las armas a la educación. En tal sociedad, el oficio de sacerdote clusiones idénticas a las de Marsilio por otro camino, ambos
· no· "es fundamentalmente distinto de los otros oficios de la
ciudad porque ninguno de ellos es de derecho divino. Queda,
~ en el mismo siglo XIV. Muchos de los escritos polémicos de
Lutero contra el Papado ofrecen analogías tales con el Defansor
pues, negada la existencia de dos sociedades, eclesial y civil, y pacis que puede sospecharse una influencia directa o indirecta.
de dos poderes, divino y humano. Hay sí dos leyes, divina y En la época posterior a la Reforma se traduce al inglés con
humana, pero extrañas la una a la otra. La existencia de la la protección de Thomas Cromwell 5•
ley humana es un dato positivo, un hecho verificable. Pero no A pesar del radicalismo de las tesis de Marsilio, y tal vez
considera la ley divina como fundamento de la ley humana y, por su causa, no es él el personaje i:nás destacado e influyente
por consiguiente, queda negado el derecho natural y abierta la
5
puerta al positivismo jurídico. Basta que haya una cooperación Sobre Marsilio de Padua son obras importantes G. DE L\G,\RDE, Le
entre ambas y que la ley humana no contradiga a la divina. "Defensor pacis,,, t.III, de la obra citada La 11aissa11ce de l'esplit lt1i'q11e (Louvain-Paris
1970); F. BAIT.\GLI.\ Marsilio de Padora e la jilosofia política del 111edioe1•0 (Firenze
4 1928); A. GmnRTH, j}farsili11s of Pad11a, The Defe11der of peace (New York 21956);
Cf. F. B..\rr.\Glt\, Marsilio de Padora e la filosofia política del medioevo (Firenze R. ScHOLZ, 1vlar1ili11s vo11 Pad11a 1111d die Gmesis des 111odeme11 J~aatsbmwss/sei11s:
1928), 258-260. Historische Zeitschrift, CLVI (1937) 88-103.
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de la tarda Edad Media en el proceso que estamos estudiando. el filósofo más representativo de una acerada filosofía crítica que
Fue más decisiva la personalidad relevante de aquel fraile fran- provocará, ; andando los años, una desviación del pensamiento
ciscano inglés, Guillermo de Ockham, al que ya nos hemos hacia el inmanentismo, el fideísmo y el secularismo.
referido al principio. El cambio de rumbo del pensamiento Se distinguen tres grandes períodos en su producción bi-
metafísico hacia el pensamiento crítico y' empirista y la sepa- bliográfica; 1.º, el período de profesor universitario en Oxford
ración y ruptura de lo religioso y lo civil se inician, sobre hasta su llamada a Avignon para examinar algunas de sus tesis
todo, con él. teológicas (1324); 2.º, los escritos· con ocasión de la querella
con el papa Juan XXII (1328-1334); 3.º, los escritos acerca de
la complicada querella imperial en la que se discutió y se luchó
3. GUILLERMO DE OCKHAM, FILOSOFO CRITICO inacabablemente por saber quién era o quién debía ser el ver-
dadero emperador de la cristiandad (1337-1348).
Este fraile franciscano inglés, que nació a principios del En la primera de estas etapas, Ockham ha elaborado su
siglo XIV, que fue filósofo de raza pero, por anglosajón, pro- crítica filosófica por medio de una nueva teoría del conoci-
clive al empirismo, a quien las circunstancias históricas le miento con la que pretendía combatir los defectos de las fi-
arrancaron de su cátedra de Oxford y le lanzaron a las losofías anteriores y, más concretamente, el abstraccionismo
dolorosas luchas religioso-políticas del continente, puede ser excesivo y platonizante de algunos escolásticos, el ultrarrealismo
considerado, con razón, como la piedra miliaria en la que que concedía existencia real a lo que no eran sino puros
concluye una época y se inicia otra. Se le llamó Venerabilis conceptos mentales, las sutiles distinciones entre esencia y exis-
Inceptor, iniciador venerable. Inceptor porque nunca alcanzó el tencia, las especies inteligibles, las relaciones, las potencias del
grado de doctor sino que se quedó en el de Bachiller por alma, el entendimiento agente y el posible, etc. Dos motivos
Oxford, y los tales no eran sino lnceptores, como si dijéramos le inclinaron a esta crítica: primero, la convicción de que si,
iniciados e iniciadores. Ve11erabilis porque él es la cabeza de como hacían las filosofías clásicas, se acentuaba mucho el valor
una influyente escuela y un nuevo estilo de pensar que más absoluto e inmutable de las esencias como subsistentes en la
adelante será conocido con el nombre, un poco fatuo, de esencia divina (reminiscencia de las ideas platónicas), parecía
Via modemoru1J1. Sin pretenderlo hizo escuela y su escuela fue limitarse la omnipotencia y la libertad de Dios. Las cosas,
. la· nominalista. Por eso se le llamó también Inceptor omnit11J1 entonces, eran como eran, esencias inmutables y ni Dios podría
no111inalium · monarcha, Nominalium prínceps, Sacrae scholae i11victissi- cambiarlas. ¿Es que entonces no era omnipotente y libérrimo?
morum 1101J1i11alium Inceptor. El nominalismo inglés, iniciado por En segundo lugar, un sentido intuitivo, pragmático y positivista
Ockham, tendrá repercusiones decisivas hasta nuestros mis- de su temperamento que le inclinaba a dar valor a lo inmediato
mos días. En la Europa de los siglos XV y XVI se explicó y a lo singular, que era lo único que tenía una existencia real.
el nominalismo en cátedras dedicadas a él, y pensadores de
la categoría de Francisco Suárez recibieron todavía su influen- De ahí que se corriese al extremo opuesto de los abstraccio-
cia. En el siglo XVII y xvm, los empiristas ingleses, Hume nistas: a quitar todo valor de realidad a los conceptos abstractos
más que ninguno, derivan hacia el nominalismo ockhamista; y universales.
de ellos dependen los ilustrados y enciclopedistas franceses Un término que llamamos universal (libro, casa, hombre,
del XVIII y del XIX, y, ya en el siglo XX, nominalistas son etc.) -dice-, si se le considera en su materialidad hablada o
los neopositivistas más radicales como Ludwig Wittgenstein escrita, no es sino un signo arbitrario, un nombre útil para
y Bertrand Russell, los filósofos analíticos del lenguaje, los referirse a na realidad singular. Si se le considera como repre-
estructuralistas y los «posmodernos». sentación mental o como significación lógica que designa un
Menos radical en su secularismo que Marsilio, su compañero contenido determinado, es un signo natural que recibe el nom-
de lucha, ha sido, a la larga, de influencia más decisiva porque bre de concepto. Este concepto remite a una realidad pero
fue más pensador, más filósofo y más teólogo. Mientras Marsilio siempre a una realidad singular porque ella es la única que
no fue sino un rebelde luchador político, Ockham fue, además, existe.
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Se suele llamar a Ockham nominalista y prínceps 11on1inalis- critos, orales o conceptuales, . arbitrarios o naturales que se
tamn1, como ya hemos dicho. Este calificativo puede ser rec- ponen en lugar de la cosa misma (S11pponere pro ipsis rebus) 6•
tamente entendido si con él se quiere decir no que Ockham Toda esta crítica y elaboración aparentemente especulativa
admite · sólo nombres vacíos, puros sonidos, sino que admite . e intrascendente· venía a socavar los fundamentos de la ciencia,
también conceptos universales como signos naturales de reali- de la Filosofía y de la Teología medieval y, en consecuencia,
dades singulares. Es nominalista pero en un sentido menos de todo el orden medieval c~istiano, que había sido un orden
fuerte que lo fue Roscelino y su escuela en el siglo XI, que metafisico. Para Ockham no hay orden, ni órdenes propiamente
eran verbalistas. Para Ockham, lo universal no es una quimera dichos. Hay cosas. Las nociones universales que fundamentan
o una ficción pura, es una cualidad real del sujeto cognoscente, una concepción armónica del cosmos no son sino signos que
un acto de la inteligencia vuelta hacia el objeto, al que corres- remiten a cosas singulares. Pero no nos revelan nada sobre la
ponde o puede corresponder algo semejante en la realidad de naturaleza o esencia del objeto al que remiten y por el que
las cosas. El concepto universal no es un verdadero concepto se ponen (supponere). Otro tanto se diga de las mayores nociones
· que se verifica idéntica y divididamente en todos los inferiores, metafísicas: sustancia, causa, fin, ley, etc. Además, sin el prin-
sino un signo que remite a una realidad siñgular. cipio metafisico de analogía (elevación al conocimiento de Dios
A esta critica a los universales, de cuyo alcance hablaremos por las esencias creadas) se hace imposible el conocimiento de
después, seguía una teoría del conocimiento. Ockham decía que Dios como realidad última fundamento del mundo, y no menos
sólo conocemos por intuición, intuición sensible o intelectual, de su naturaleza. Nuestra propia alma no es objeto de intuición
pero siempre de un objeto singular. Si es sensible es de objetos ya que sólo experimentamos (intuimos) los actos del entendi-
externos. Si es intelectual es de realidades inmanentes al sujeto. miento y de la voluntad -los fenómenos, se diría en términos
Pero conocer, lo que se llama conocer, sólo conocemos por actuales-; pero, suprimido el raciocinio metafisico, no hay
intuición y, por lo tanto, sólo lo singular. Con todo derecho, ningún motivo que nos obligue a atribuir esos actos a una
pues, puede ser llamado empirista, el primer empirista de la forma inmaterial o alma. Mucho menos, por tanto, podrá ha-
escuela inglesa moderna. blarse de la sustancialidad o de la inmortalidad del alma, de
Por este talante empirista, Ockham se cree en el derecho sus facultades, etc.
de suprimir toda clase de realidades metafisicas que le parecían Entonces ¿qué?, ¿negaremos la existencia de Dios, del alma
innecesarias. Los empiristas siempre utilizan un principio de inmortal, de la ley divina, de los valores religiosos y morales?
economía que Ockham, por su parte, formulaba diciendo que De ninguna manera. Existe Dios, existe el alma, es inmortal,
pluralitas non est ponenda sine necessitate (no hay que multiplicar tiene deberes y derechos, etc. Pero todo eso lo sabemos úni-
los entes sin necesidad). Es la actitud que se conoce también camente por la revelación y lo aceptamos por la fe. Conoci-
como <<la navaja de Ockham», que él aplica sin misericordia a miento de razón y conocimiento de fe son dos conocimientos
la Metafisica. Las realidades metafisicas usuales entre los esco- cualitativamente distintos sin necesaria coherencia entre sí. La
lásticos de la época quedaban proscritas como expresiones va- fe no necesita justificarse ni apoyarse en la razón. Ockham
cías y sin contenido. Toda la teoría de las especies y el en- repetía las tesis del averroísmo latino, y concretamente de Siger
tendimiento agente, del acto, la potencia y las formas, de las de Brabante: la fe y la razón son dos caminos distintos que
formalidades escotistas, de las distinciones reales, racionales o pueden llevar a términos contrarios, una decir no, donde otra
formales, etc., etc., quedaban podadas del árbol de la Metafisica. dice sí, y viceversa. En ese caso, naturalmente, hay que atenerse
En realidad, la Metafisica, en su obra, queda reducida a Lógica, a lo que dice la fe. Por eso no ha querido transformar en
a una Lógica de términos, una gramática especulativa que se verdades razonables los datos de la revelación, c~mo poco
ocupa en definir los modos de significación de las palabras y antes había pretendido hacer Ramón Llull, ni siquiera armonizar
las propiedades ele los términos lógicos en sus relaciones con 6
los términos gramaticales. El pensamiento se resuelve en pro- Ha estudiado este aspecto de la filosofia ockhamista T. DE ANDRÉS
HERNANSAEN7.., El nominalismo de G11illem10 de Ockhan1 co1110 filosofta del leng11qje
posiciones y en términos (también se le llamó terminista) es- (Madrid 1969).
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verdades de fe y verdades de razón como lo había hecho santo No hace falta decir que tal voluntarismo conduce a graví-
Tomás. simas consecuencias. He aquí .algunas: 1. j Se abre un abismo
Esta gravísima conclusión es el fideísmo, una de las acti- insalvable entre el hombre y Dios. La razón humana no puede
tudes más peligrosas de la Modernidad porque inevitablemente proceder por analogía al conocimiento de Dios ya que las
desemboca en el agnosticismo y en el ateísmo. Si el acto de criaturas no son participaciones de la esencia divina, sino de-
fe queda sin justificar racionalmente, queda sin justificar de cisiones libres de la voluntad de Dios. Dios queda escondido
ninguna manera, queda reducido a una caprichosa afirmación en el misterio lejano de su libertad omnipotente. Dios será,
volitiva y, en ese caso, la negación vale tanto como la afirma- en esta corriente de pensamiento, el Dios lejano, oculto e
ción, ninguna vale nada. Los defensores de esta doble verdad impenetrable. 2.") El hombre se queda también solo porque
(verdad de fe y verdad de razón), en caso de contradicción Dios es visto como «el absolutamente Otro». 3.ª) El acceso
entre ambas, siempre se atenían a la fe (sola ftde tene111us). Lle- del hombre a Dios ya no tiene más posibilidades que la fe,
garían, andando los siglos, los que en ese mismo dilema se pero una fe sin justificación racional (fideísmo) y, por ello,
atendrían a la razón (sola ratione tenen111s) y la fe les parecerá voluntarista, subjetiva y caprichosa. Siglos adelante, con implícita
no otra cosa sino un consuelo caprichoso o sentimental. referencia a esa fe, Karl Marx escribía: «El fundamento de la
En cualquier caso, Guillermo de Ockham abría un camino crítica religíosa es: el hombre hace la religión; la religión no hace
nuevo hacia el empirismo, el subjetivismo, el inmanentismo, el al hombre. Y la religión es, bien entendido, la autoconciencia
relativismo y, sin pretenderlo, hacia el racionalismo y la des- y el autosentimiento del hombre que aún no se ha ganado
confianza en la revelación. Sintomas inequívocos, todos ellos, para sí mismo o que ha vuelto a perderse. [...} La religión es
de un nuevo espíritu que nace, que se difundirá por largos el respiro de la criatura agobiada, el estado de ánimo de un
siglos y que será una de las más fecundas raíces de la Mo- mundo sin corazón. [...} La religión es el opio del pueblo» 7•
dernidad. 4.j El hombre, puesto que está hecho a imagen y semejanza
Después del principio de economía en la Filosofía y en la de Dios, derivará también hacia un predominio en él de la
Teología, otro principio preside el desarrollo de todo el pen- libertad sobre las esencias, del querer sobre el deber, de la
samiento de Ockham, en Filosofía, en Teología y en Política: decisión autónoma sobre el orden moral. Nietzsche, a finales
el de ·la omnipotencia divina. La fe, piensa, nos revela a un del siglo XIX, propondrá la subjetiva voluntad de poder como
Dios o,mnipotente. ¿Cómo pueden ser limite a la sublime om- categoría del hombre superior. S.ª) Puesto que no hay bienes
nipotencia de Dios las estructuras de las esencias creadas? ¿No ni verdades esenciales, puesto que la diferencia que existe entre
sería eso poner un límite a Dios Todopoderoso, es decir, el bien y el mal descansa en un simple decreto arbitrario de
h.acerle no-Todopoderoso? Dios puede hacer cuanto quiera, y Dios, cuando el hombre tenga la impresión de que Dios ha
cuanto ha hecho ha sido una decisión libre de su voluntad muerto se creerá con todos los derechos a cambiar e invertir
omnipotente, tan libre que hubiera podido querer lo contrario. los valores. Será también ése el mensaje de Nietzsche. 6.j ¿De
No hay, pues, ni orden, ni verdad, ni bien, ni belleza con qué nos sirve entonces la razón?· De muy poco. Intuye los
yalor esencial en sí mismos, ni siquiera como reflejos, imita- actos internos singulares; analiza, critica y sintetiza, pero no
ciones .º participaciones de la inmutable esencia divina. No hay conoce más que lo singular. No conoce esencias, ni causas, ni
sino concreta.s realidades ,que Dios ha querido así como hubiera fines, ni leyes, ni órdenes necesarios. La razón humana, como
podido querer otras distintas, o aun contrarias. El odio a Dios, descubrimiento y manifestación de la realidad en su valor ab-
el robo, la fornicación, el adulterio son malos, dice Ockham, soluto, universal y necesario, queda proscrita y tardará mucho
por una «razón extrínseca>>, es decir, porque Dios ha querido en recuperarse de tal herida. Despunta tímidamente el principio
que fuesen malos. Pero hubieran podido ser buenos y meri- de inmanencia que un día, andando los siglos, presidirá el
torios si Dios lo hubiera prescrito. El mundo, la ley natural, desarrollo de la Filosofía empirista. Según ese principio, noso-
el orden moral, la realidad toda no es sino una decisión de
Dios, y Dios, un señor absoluto que decide misteriosa y libre- 7
K. MARX, Z11r Krilik der Hegelschen Rechtsphilosophie: Marx-Engcls Werke,
mente lo que es verdadero y lo que es bueno. (Berlín 1964), 378.
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tros no conocemos las realidades sino nuestras representaciones gunda década del siglo XIV 9: Es la etapa pole~ica de-Ockham
subjetivas de las realidades. Estaremos en el escepticismo y en que durará desde 1328, prácticamente, hasta 1348 en que
el consiguiente voluntarismo. muere Luis de Baviera. Probablemente fue el año siguiente
Guillermo de Ockham ni pensó en que de su teoría pu- 1349, cuando él mismo murió.
diesen deducirse tantas y tales consecuencias, tanto más que Ockham se declara abiertamente contra la plenitud de la
él no pretendía sino defender la omnipotencia y la libertad de potestad .pontificia. Si tuviese el Papa tal plenitud, todos los
Dios. Pero es lo cierto que esparció por Europa los gérmenes cristianos, incluso reyes y emperador, serían siervos del Sumo
que un día evolucionarían hacia estas y otras consecuencias. Pontífice. Si algunos Papas, si teólogos y canonistas han de-
Tendremos ocasión de estudiar los pasos y apreciarlos en su fendido la tesis ya clásica de que lmpenim1 est a Papa, esto no
valor. Aquí basta esta referencia. Se hizo realidad, en la historia ha sido sino por una pésima y abusiva interpretación de la
del pensamiento, la fábula del aprendiz de brujo que desenca- Sagrada Escritura. Ockham criticó de mil . maneras diversas la
dena una catástrofe y luego no puede contenerla. No será la teoría universalmente admitida, con ligeras variantes, conocida
única vez que esto suceda. Jugar con las ideas es, a veces, con el nombre de augustinismo político y que tuvo vigencia
más peligroso que jugar con las armas, con el fuego o con teórica durante la Edad Media. Según esta teoría, Dios había
los otros elementos de la naturaleza K. conferido toda potestad en el cielo y en la Tierra a su Hijo
Jesucristo (Mt 28,18), éste la entregaba a su Vicario el Papa.
El Papa, pues, tenía también él la plenit11do potestatis y, por
4. GUILLERMO DE OCKHAM, FILOSOFO POLlTICO delegación, le confería al Emperador de toda la cristiandad el
poder y la jurisdicción sobre los asuntos temporales, con tal
Todo lo dicho del Ockham filósofo crítico es de por sí de que nunca actuase contra las leyes divinas ni contra las
suficientemente importante como para concederle un puesto leyes
/ eclesiásticas. Era lo que simbolizaba la solemne coronación
relevante en la historia del pensamiento. Su teología y su del Emperador por manos del Papa. Cuando el Papa ungía al
filosofia crítica se han elaborado antes de 1328. A partir de Emperador, le imponía la corona y le entregaba el cetro, con
esta fecha, sus preocupaciones serán muy distintas pero no estos símbolos delegaba en él la potestad sobre lo temporal,
menos influyentes y decisivas que las puramente especulativas. siempre con sumisión, en última instancia, al mismo Papa, que
En 1324 entra en Avignon llamado allí por el papa francés quedaba como juez de los actos del Emperador.
Juan XXII para que dé cuenta ante una comisión pontificia Durante veinte años combatió Ockham tal tesis con tanto
de algunas de sus tesis teológicas. Permanece en Avignon más ardor cuanto que estaba convencido de que Juan XXII,
hasta 1328. En mayo de ese año, como hemos recordado Papa entonces reinante y al que consideraba su enemigo, había
antes, huye de Avignon, se refugia en la Corte del emperador
Luis de Baviera, excomulgado entonces por el Papa, y se • La querella entre el Papa y el Emperador había surgido así: La elección
de Luis como Emperador había sido discutida y protestada incluso con las
hace el paladín y el defensor de la autonomía del poder armas (batalla de Mühldorf, 28 de septiembre de 1322). Una vez triunfante,
secular frente a la concepción sacral de la autoridad, tal como Luis interviene en las luchas político-religiosas del norte de Italia. Amplios
la había formulado la Edad Media y como todavía la exponía sectores de los frailes franciscanos se declaran en rebeldía contra las decisiones
Dante eri su obra De Monarchia -un poco teñida de ave- papales sobre el modo de entender la pobreza evangélica. El Emperador hace
causa común con ellos. Juan XXII le excomulga en 1324. Luis le replica
rroísmo, como ha notado Gilson- hacia el final de la se- erigiéndose en defensor de la ortodoxia contra un Papa hereje. Entra en
r
Italia; se hace coronar Emperador por el municipio romano; depone a
6
Las principales obras filosófico-teológicas de Ockham son: Guilhe/11Ji de Juan XXII y nombra Papa a un franciscano con el nombre de Nicolás V
Odeha111 anglici super q11alluor libros Sc11/e11tianu11 S11btilissi111ae q11aeslio11es ean1111demque (13 abril 1328). Es entonces (28 mayo 1328) cuando Miguel de Cesena,
decisiones (Lugduni 1495); Q11odlibela septe111 (Paris 1487); De sacra111e11to altaris et general de la Orden, con otros cuatro franciscanos, entre ellos Ockham,
de corpore Christi (Paris 1487; Venecia 1516); Ce11tiloq11irm1 theologic11111. l::,Xpositio huyen de Avignon a Pisa, donde se encontraba el Emperador. A partir de
a11rea el ad111odu111 11/ilis super tota111 arte111 11elere111 (Bolonia 1496); Traclal11s logicae, este momento, Ockham dedica sus energías a defender al Emperador y a
o Su111111a toti11S Logicae (Paris 1488); S1111111111/ae i11 li/Jros Pl!Jsicon1111 o Philosophia atacar al Papa. El conflicto entre ambos poderes continuó hasta la muerte
11a/1milis (Bolonia 1494); Q11acstio11es in ocio libros Ph_yicom111 (Argentorati 1491). del Emperador en 1348. •

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16 -C.1. hacia el ocd.urdel espírmonedieva,--- Gu. --


,JO de l. ____ ,an1, Ji• políti, 17
T en el .Soberano y tiene valor y legitimidad por sí mismo. Sería
caído en la herejía al establecer ciertas tesis sobre la pobreza
evangélica contra lo que defendía un amplio sector de hijos demasiado largo seguir aquí a Ockham en sus argumentaciones,
de san Francisco, entre los cuales se contaba él mismo. Para que son sobre todo teológicas, es decir, tomadas de la Biblia.
obtener más segura victoria sobre el Papa criticó la teoría de Aunque también es verdad que, a veces, apela de manera
la plenitudo potestatis Papae. La potestad del Papa era de origen ambigua al derecho natural para escapar del positivismo hacia
divino pero sólo para lo espiritual. Unicamente en casos espe- el que se deslizaba en fuerza de sus principios.
ciales· tendría potestad sobre lo temporal.· Va más allá aún el filósofo inglés: concede al Emperador
Frente a la absoluta autoridad pontificia, Ockham exalta la la potestad de juzgar al mismo Papa porque el Papa no es
legitimidad y la autonomía de las autoridades seculares en nom- infalible, más aún puede c;aer (.y él acusa a Juan XXII y a
bre de <<la libertad cristiana>>. Será ése un estribillo reiterativo Benedicto XII de haber caído) en herejía o en el favoritismo
en casi todas sus obras polémicas. Lo apoyará en la Sagrada hacia los herejes. <<El Emperador es, por lo regular, el juez del
Escritura y en los Santos Padres. Aunque hay que advertir que Papa>>, escribe. Es ·1a comunidad de los fieles laicos no menos
su concepto de <<libertad cristiana>> es más moderado que lo que la de los clérigos, quien posee la verdad revelada. Los
era el de Marsilio de Padua y que el que tendrá Lutero dos clérigos, pues, incluyendo al Papa, no tienen absoluta autoridad.
siglos más tarde. doctrinal. Cuando el magisterio de la Iglesia promulga una
,.. Esa libertad y esa autonomía se aplican principalmente al doctrina, cada cristiano debe contrastarla con la· fe de la Iglesia
Emperador y a los Reyes: la potestad imperial, la real y la de para ver si es coherente o no con ella porque «q11aelibet mi11i111a
k>s otros príncipes laicos no vienen del Papa. Emperador, Reyes veritas catholica est pontifici etiam catholico praeferendfV>, la más pe-
y Príncipes no tienen superiores en las cosas temporales. El queña verdad católica debe ser preferida al pontífice católico.
Emperador o el Rey, una vez elegidos, no necesitan ·aprobación Ockham no se cansa de aconsejar a los fieles esta paradoja:
ninguna pontificia; tienen ya y pueden ejercitar todos sus de- la necesidad de vigilar con desconfianza al Papa para que no
rechos. deforme la verdad católica. «Ca11sa fidei -dice- pcrti11et ad
Por parte de algunos defensores del Papado se invocaba laicos», la causa de la fe pertenece a los laicos; la causa de la
también la translatio lmperii. Era la teoría que decía que Dios fe es la causa de todos los católicos.
había ido transfiriendo el Imperio sobre el mundo de los asirios Tomaba, pues, Ockham una posición frontalmente contraria
a los persas, de los persas a los griegos, de los griegos a los a la de santo Tomás y los mejores teólogos católicos: La Iglesia
. romanos, de la Roma pagana a la Roma cristiana, cuya cabeza no está segura de la fe personal de ninguno de sus hijos, ni
era el Papa. Así pues, le correspondía al obispo de Roma siquiera del Papa, pero ella sabe que la asistencia del Espíritu
entregar el Imperio a quien quisiera para defensa de la Cris- Santo, prometida por el mismo Jesucristo, no le faltará al
tiandad y de la misma Iglesia de Cristo. Ockham no ve claro suce~<?r de san Pedro, sobre todo si define solemne y autori-
que tal derecho sea auténtico y, en cualquier caso, se inclina tariamente una verdad dogmática necesaria para la salvación.
a pensar que, si el Imperio es universal, es al conjunto de los Cuando el Papa pronuncia como maestro una verdad revelada,
mortales a quien pertenece decidir de tal transferencia. Dios no la hace, sino que la dice, bajo la guía del Espíritu Santo.
ha dado a los hombres el derecho de darse jefes y de regular _cOckham no se cansa, pues, de combatir los poderes papales
las condiciones de su poder. Con ello se insinúa la idea de porque considera que la mayor parte de tales poderes son de
una soberanía popular ejercida por la comunidad universal, e derecho positivo humano que la sede de Roma se ha atribuido
incluso la de algo parecido a un contrato social, ya que a los desde tiempos inmemoriales. Pero ninguno es combatido con
hombres libres no se les debe imponer una autoridad sin su más energía que la primacía del Papa sobre el Emperador hasta
previo consentimiento. Pero, en cualquier caso, la autoridad hacer al Emperador superior al Papa. De ahi que pueda y
imperial no le viene al Emperador por mediación del Papa, deba él, el Emperador, y los otros príncipes seculares, convocar
sino por la misma designación de los electores. La autoridad concilios, designar al Soberano Pontífice, intervenir directamente
no es sacra! sino secular. El poder civil no es ni una depen- en lo espiritual, etc. ¿Por qué el Emperador no puede tener,
dencia ni un anejo del poder espiritual. Reside uno e indivisible al menos en ocasiones, una autoridad espiritual? Concibe acle-

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18 C.1. Hacia el ocaso del espíritu 1nedieval 5. . Después de Ockham 19

más el Concilio como una reunión de los Estados generales que qwere examinar por sí mismo y revisar las tesis admitidas,
de la cristiandad; es un Parlamento representativo del pueblo un corrimiento hacia los problemas y disputas formales sobre
como otro cualqwera en el que clérigos y laicos deben sentarse las proposiciones y el lenguaje, hasta hacer de la Lógica una
juntos y colaborar. disciplina central en el estudio de las Artes, un determinismo
Qué revolucionarias eran todas estas ideas, sea las teológicas, caprichoso de Dios sobre el mundo y los acontecimientos, ya
sea las filosófico-críticas, sea las políticas, en el ambiente cultural que si de pote11tia ordinata Dios no cambia sus leyes, de potentia
de aquella Europa todavía metafísica y cuasi-teocrática, es fácil absoluta puede· hacerlo; consigi.úentemente, un contingentismo
comprenderlo. Ockham ha tenido conciencia de ser un inno- humano pues el hombre depende, en su ser y en su actuar,
vador y un revolucionario ideológico y ha querido serlo, aunque · de la omnipotencia y las decisiones libres de Dios. Se inicia
no midió debidamente el alcance de sus proposiciones. Su tímidamente el eclipse del ser que es tanto como decir el
punto de partida y su empeño constante fue atacar la clerica- eclipse de la Metafísica. El ser comienza a ser sustiti.údo por
lización de la Iglesia, podríamos decir aquí también, in capite el querer. Hasta qué extremos de brutalidad puede llevar esta
et in 111enibris. Con ello ha dado un impulso definitivo al naci- inversión lo dirá, sobre todo, el siglo x..x, en el que culmina
miento del espíritu laico. Ya no es sólo un conjunto de des- el espíritu moderno para ·entrar en una crisis irreversible.
aciertos políticos cometidos por las autoridades eclesiásticas lo En el · área de lo político, se acentúa cada vez más la
que las desprestigia. Es que, además, teóricamente se justifica importancia y el valor del poder civil en la cristiandad, la crítica
la autonomía de los poderes seculares frente a los religiosos e acerada y continua contra el Papado y, en general, contra las
incluso se propugna la primacía del poder secular sobre lo estructuras eclesiásticas; la consigi.úente y progresiva extensión
religioso. La independencia del pensamiento tiene así abierto desde el siglo XIV al XVI, no sólo de la independencia del
un camino que llegará hasta el siglo XX y más adelante 10• poder temporal sino también las competencias religiosas del
poder civil que desembocarán un día en el galicanismo o cons-
S. DESPUES DE OCKHAM titución de las Iglesias de Estado, y en el anglicanismo o plena
sumisión de la Iglesia al Estado bajo la suprema dirección del
El ockhamismo tuvo fortuna por lo que comportaba de rey.
nuevo y por lo que estimulaba hacia la libertad. La Universidad Una legión de discípulos jóvenes entró por esta que se
de Oxford y, sobre todo, la Universidad de París, a pesar de llamó seductoramente via 111odema o via 111odemon1111, y que se
la condenación de las nuevas opiniones por la misma Univer- oponía a la via a11tiqua, que era la vía del realismo metafísico,
sidad (1339-1340), acabaron por asumir y hacer suyas muchas tomista o · escotista, y a la comprensión del origen divino del
de las tesis de Ockham. Pero lo que realmente quedó fue su poder fuese a través de la revelación cristiana (augustinismo
espíritu, es a saber, el gusto por la disconformidad con lo político), fuese a través del Derecho natural (tomismo-aristo-
antiguo y. la crítica filosófica, un cierto agnosticismo y escep- telismo). Gregorio de Rimini (1358), maestro de París y luego
ticismo metafísico, un fideísmo teológico, un espíritu racionalista genei;al de la Orden de lo~ ermitaños de san Agustín; el fran-
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ciscano Adam Woodham; (hacia 1349); el carmelita Juan de
10
Las· obras" principales de su polémica contra el Papa son las siguientes: Baconthorp"(1348);'Tomás Bradwardine (1349), que llegó a ser
Opus nonagi11la diem111 (1330-1333); Trac/a/us de dog111alibus /oha1111is XXII, papae arzobispo de Canterbury; Juan Buridan (hacia 1300-1359), rector
(1333-1334); Co11¡pe11di11111 errom111 papae loham1is XXII (1335-1338); Tracla/11S de
potes/ale i11rperia/i. Ocio quaeslioms super potes/ale ac dig11ilale papali (1339-1342); de ·1a 'Uniyersidad de 'París; Marsilio de Inghen, rector también
Dialog11s i11/er 111agislm111 e! discipri/11111 de i11¡peralom111 el po11tific11111 potes/ale (1334- en París (1367 y 13:71); Pedro de Gandia, que fue nombrado
1339). La bibliografia sobre Guillermo de Ockham es muy amplia y puede Papa con 'el' nombre de 'Alejandro V, en 1409, Nicolás de
encontrarse en cualquier elenco biblio¡,l'fáfico de las ¡,l'fandes Enciclopedias: Autrecm1rt (1350), refugiado también en la ·corte de Lws de
Recoge y estudia, objetiva y profundamente, las ideas de Ockham y las
interpretaciones más autorizadas de su pensamiento, la obra ya citada de G. Baviera, crítico escéptico y positivista que ha sido llamado el
DE LlGARDE, La 11aissa11ce de /'esprit laitp1e, t.IV: C11illau111e d'Ockha111: Déftnse de «Hume medieval>>; Juan de' Mirecourt, cisterciense, 111011acb11s a/-
l'E111piro (Louvain-Paris 1972); t.V: C11illa11111e d'Ockb01J1: Critiq11e des s/md11m bus, discípulo y coetáneo del anterior, etc. Todos ellos y sus
ecdésiales (Louvain-Paris 1963). discípulos extienden el ockhamismo por todas las Universidades
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25 cJ-: Hada ·e-r ocaso de/espíritu !1/WeVal - 5. Desp;és de Oc""khatn 21

europeas, y la marea ascendente tocará hasta algunos filósofos respetuosa de los datos revelados mediante la especulación, el
y teólogos del siglo XVI para descender y desaparecer después, método deductivo, en Filosofia la aceptación de la Metafísica
no sin dejar muchos residuos. realista como última ciencia humana· y última explicación del
Si a éstos se añaden los nombres de Durant de Saint-Pour- ser subordinada sólo a la reina que era la Teologia, la consi-
s:ain y Pedro Auriol, domini<;:o el uno y franciscano el otro, guiente e indiscutid¡i supremacía de lo religioso en lo científico,
que, en los temas de Lógica y Metafísica, siguieron doctrinas en lo social, en lo político, en lo artístico, etc., constituírán
parecidas a las de Ockham, aunque con independencia de él, un· apretado conjunto de ideas y valores, un potente haz lu-
tenemos un brevísimo elenco de las figuras más influyentes en minoso que, arrancando ,de la Alta Edad Media, llega hasta el
la cultura de aquella época a la que se la ha calificado como siglo XIV. En ese momento histórico y al topar con ·el movi-
«el otoño de la Edad Media>> (Huizinga). miento nominalista, ese haz de luz. se polifracciona y da origen
Los ockhamistas y nominales, al sentirse desconfiados y de inmediato a enfrentamientos y pugnas amargas entre escuelas
escépticos ante las ciencias metafísicas, derivaron hacia las cien- y escuelas, tendencias y tendencias, doctores y doctores. De
cias positivas de la naturaleza, sobre todo las Matemáticas, la todos ellos se burlaba Erasmo en su Elogio de la locura (1510)
Astronomía y la Física. A ello contribuía también, como es porque veía luchar con sutilisimas sutilezas, que ellos hacían
claro, su preferencia por los conocimientos intuítivos que sólo . aún más sutiles, reales contra nominalistas, tomistas contra
se dan en la zona de lo matemático, por un lado, y de lo ockhamistas, albertistas contra scotistas, etc. 11 • Más tarde apa-
empírico y lo material, por otro. Ya otro franciscano inglés recerán las múltiples y díscordantes escuelas del pensamiento
del siglo anterior, Rogerio Bacon (1210-1292), había dado un moderno. ·
poderoso impulso a la curiosidad científica acerca de la natu- A esta revolución ideológica, cuyo vértice ocupaba la Europa
raleza soñando que un día se podrían construir máquinas vo- central, hay que sumar otros hechos no menos influyentes que
ladoras, barcos sin remos, carros automóviles, aparatos para determinan el final de la Edad Media y el inicio de la Modemidad.
llegar al fondo del mar, puentes colgantes, instrumentos para El famoso historiador alemán Joseph Lortz, en su obra Die
leer a distancia, etc. Con ello no sólo despertaba el interés, Reforma/ion in Deutschland, comenta cómo a lo largo del siglo XV
sino que orientaba el saber científico hacia la observación de crece en Europa, sobre todo en Alemania, el movimiento lai-
la naturaleza, para dominarla y ponerla al servicio del hombre. cista y desacralizador como reacción a la excesiva clericalización
El conocimiento y la ciencia del mundo pierden su valor con- de la sociedad medieval. A ello contribuyó el desprestigio del
templativo y se orientan hacia lo útil. Los nominales, los filó- Papado por el destierro de Avignon (1305-1378) y el cisma
sofos de la .«vía moderna>>, o se dedican a una critica audaz de Occidente con la presencia de dos y hasta de tres Papas,
de la filosofía metafisica anterior, o a torneos y deportes ló- que todos se consideraban legítimos (1378-1423), el afán de
gico-dialécticos, o se interesan -y esto cada vez más- por los Príncipes por dominar las Iglesias, las ideas conciliaristas,
estudiar la realidad física, entendida esta palabra en el sentido las criticas merecidas contra teologastros que se entretenían en
griego de ella, la naturaleza sensible. Las Universidades de París, diversiones lógicas sutiles más que en la investigación de la
Oxford y, sobre todo, Padua van a la cabeza de este desarrollo palabra de Dios; la presión fiscal económica excesiva de la
científico en los siglos XIV y XV. Los nominales generan con Curia romana sobre los pueblos europeos; los desórdenes mo-
ello un ambiente nuevo en el que se hará posible que un día rales del clero; el formalismo un tanto supersticioso de muchas
brote .y prenda la revolución científica copernicano-galileana, expresiones religiosas, etc. En un ambiente tal, no es extraño
así como la orientación pragmática de la ciencia. El conocer que haya tomado cuerpo, cada vez con más vigor, el secula-
y el saber serán un medio para dominar. Nace la voluntad de rismo, un secularismo aún religioso y cristiano pero ya no
poder, que con los siglos crecerá hasta lo monstruoso. clerical.
El nominalismo fue la revolución que inició la Modemidad. La Modemidad había nacido y daba ya los primeros pasos
Hasta el siglo XIV había existido una fundamental unidad del hacia adelante.
pensamiento europeo dentro .de una inevitable variedad en lo
accidental. La coherencia entre fe y razón, la investigación 11
Cf. Morias Encomio111 id est S/11/tiliae La11s, c.53.
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e t. Hacia e1 oc;so del espíritu n1edieva1
6. Ockha1n y Lutero 23
6. OCKHAM Y LUTERO
a la Metafísica, en el menosprecio de la razón, en el subjeti-
Martín Lutero (1483-1546) y la teología por él elaborada vismo, en el escepticismo filosófico, en el voluntarismo, etc,
han influido decisivamente en la cultura moderna, no sólo a Los audaces esfuerzos de Tomás de Aquino por armonizar
través de teólogos y hombres de la Iglesia reformada, sino naturaleza y gracia, razón y fe, ley y carisma quedaban arrin-
sobre todo a través de los filósofos. La Filosofia de Kant, conados y comprendidos, con frivolidad y desprecio, en la via
Fichte, Schelling, Hegel, Kierkegaard, Schleiermacher, Feuer- antiquorum. Lo moderno ya entonces se prefería a la realidad
bach, Marx, Engels, Nietzsche, Unamuno, etc., traslucen siem- de lo verdadero.
pre, de una o de otra manera, y según los autores, la antro- ¿Ha leído Lutero los escritos políticos y eclesiásticos de
pología pesimista luterana, el subjetivismo, la incapacidad de la Ockham? No lo sabemos. Pero no era necesario que los
razón para alcanzar verdades referentes a lo trascendente y leyese para conocer las proposiciones eclesiológicas del maes-
para fundamentar la fe, el decisionismo, la justificación por la tro franciscano inglés porque, de una o de otra manera,
fe subjetiva y voluntarista, la servidumbre de la libertad, etc. estaban en el ambiente y eran objeto de continuas discusiones.
Tendremos ocasión de referirnos a ellas. · Lutero se ha educado intelectualmente en un ambiente ock-
No podíamos cerrar este capítulo sin recordar que uno de hamista. Después de su rebelión (a partir, sobre todo, de
los maestros de Lutero ha sido Ockham, sin que sea posible 1519) también él, yendo mucho más lejos que Ockham, ne-
precisar mucho las influencias directas. De Martín Lutero son gará al Papa toda potestad sobre el Concilio y sobre el
estas frases que recuerda uno de sus últimos y mejores bió- pueblo; Papa y obispos están n<:<cesariamente sometidos al
grafos, Ricardo G.ª Villoslada: «Ückham, sin duda el más im- Emperador; el primado del Papa no es sino una institución
portante de los doctores escolásticos», «¿por qué había de re- de derecho positivo; andando los años, el desprecio y el odio
sistir a mi secta, es decir, a la ockhamista o moderna de la de Lutero hacia el Papa y hacia todo lo romano crecerá hasta
que estoy totalmente imbuido?», «porque soy de la facción lo patológico obsesivo, y ese odio desaguará en una catarata
ockhamista» 12• ·
de insultos soeces. La misma Iglesia será negada como ins-
El nominalismo era enseñado en muchas cátedras de Filo- titución y admitida sólo como comunión mística de los cre-
sofia de todas las Universidades europeas. En las Universidades yentes. Consiguientemente, Lutero negaba también el sacer-
alemanas, un famoso nominalista, Gabriel Biel, alcanzaba una docio ministerial, y concedía a los príncipes seculáres el de-
influencia decisiva, ya que su obra Collectoriun1 ex Ockhamo super recho sobre las Iglesias. Los reyes recibían directamente de
quattuor libros Sententiarum puede decirse que era, en tiempo de Dios, junto con el poder temporal, el poder religioso. En su
Lutero, el texto oficial de maestros y estudiantes. El reformador manifiesto A la nobleza cristiana de la nación germánica decía:
lo conocía y lo había asimilado. Melanchton dice que Lutero «Como el poder civil está, igual que nosotros, bautizado y tiene
«podía recitar de memoria, casi literalmente, a Gabriel [Biel] la misma fe y Evangelio, debemos admitir que sus represen-
[...] meditó largamente los escritos de Ockham cuya orientación tantes sean sacerdotes y obispos y debemos considerar su
prefería a la de santo Tomás y Scoto» D. En la Universidad oficio como un ministerio que pertenece y sirve a la comu-
de Erfurt, en la que Lutero estudió de 1501 a 1505, enseñaban nidad cristiana>> 14 • Volveremos sobre estos temas.
entonces ·dos maestros «modernos», Judocus Trutvetter (1519) Ante estas afirmaciones tan audaces y revolucionarias, que
y Bartolomé Arnaldi de Usigen (1532). Lutero oyó las lecciones van mucho más allá de lo que Ockham hubiera soñado, el
de ambos, estudió sus libros y se adhirió a las doctrinas no- pensamiento político de éste se vio casi relegado al olvido.
minalistas, en la teoría de los universales, en la crítica amarga Ahora lo que se pedía era prácticamente la desaparición de
12
una Iglesia institucional y la permanencia de una única auto-
Cit. en· R.
nora 20. ..
G,1Rci..1-V1LLOSLID.\, Martín L11tero, tI (Madrid 1973), 71,
ridad: la, civil. Esa propuesta de secularización, fraccionada en
u Prefacio de Melanchton al vol.JI de las obras latinas de Lutero, 1546, mil variantes, atravesará la época del barroco, la Ilustración y
en Co¡p11s Refarmatomm, VI, 1551-70. Gabriel Biel era explicado también en
cátedras de otras muchas Universidades europeas. 14
M. Lt:THER, An den christl. Adel deutscher Nation uon des christL Standes
Besseru11g: M. Luthers Werke, edic. Weimar (1883ss), VI, 408.
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24 -
C 1. Hada el ocaso del espíritu medieval

llegará hasta nuestros días. Naturalmente, los príncipes y los


Gobiernos se sintieron muy atraídos por una doctrina que les
confería el poder más absoluto y por gracia directa de Dios
a ellos. Nada extraño que muchos príncipes se hiciesen lute- CAPÍTULO II
ranos.
RENACIMIENTO Y HUMANISMO

Los episodios ideológicos y culturales brevemente narrados


en el capítulo anterior significan una crisis muy profunda en
el panorama teológico, filosófico, social y político del final de
lo que llamamos Edad Media. Cuando decimos crisis queremos
decir desconfianza hacia el pasado, duda acerca de sus solu-
ciones, desestima y desprecio de ellas, búsqueda inquieta de
nuevos planteamientos, de nuevas . soluciones y de nuevos va-
lores.
Esa desconfianza y esa búsqueda fue la que dominó en la
cultura los dos siglos que corren desde finales del siglo XIV
hasta finales del siglo XVI. Dos siglos, además, de bulliciosa y
efervescente creatividad vital y cultural, siempre con una callada
dirección subterránea y subconsciente, lenta y moderada, pero
insistente y constante hacia la secularización. Es evidente que
los hombres de una época no pueden tener conciencia clara
de hacia dónde se dirige la historia que ellos mismos hacen.
Les falta necesariamente atalaya y perspectiva. Pero los que
desde la altura posterior de unos siglos podemos volver la
mirada atrás estamos más capacitados para conseguir una sín-
tesis de múltiples hechos que nos permitan conocer la resultante
de la linea quebrada y sinuosa que siempre es el inmenso
quehacer de la humanidad. Y esa resultante, si no leemos mal
los hechos culturales que van, más o menos, desde Petrarca
(1304-1374) hasta Miguel Angel (1475-1564), es una orientación
moderadamente .secularizante, pero secularizante.
Esa etapa histórica del muqdo occidental se conoce con el
nombre de Renacimiento. Sus núcleos más decisivos e influ-
yentes estuvieron en Italia y desde allí. irradiaron las nuevas
luces y los gustos nuevos a toda la Europa occidental. De ahí
que si el Renacimiento es, en primer lugar y ante todo, un
fenómeno de la península italiana, con razón puede hablarse
también de· un Renacimiento francés, alemán, español, inglés.
Pero en sus matices no podemos entrar aquí.
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26 C.2. Rmadmiento y h11manismo 1. El Renadt11iento como tránsito hada la .Modemidad 27


1. EL RENACIMIENTO COMO TRANSITO El nombre de Renacimiento, con el que generalmente se
HACIA LA MODERNIDAD denomina, hace explícita referencia a un nuevo nacimiento de
la h11manitas clásica de griegos y romanos. Pero la realidad fue
La crisis teológica, filosófica y política del siglo XIV, pro- infinitamente más compleja y no puede decirse, de manera
vocada principalmente por los «modernos» y sus círculos afines, universal, que la nostalgia y la imitación de lo clásico fuese la
desembocó en una larga preparación, lenta y gradual, de lo estructura dominante de la época. El desarrollo matemático-
que después se llamará el pensamiento moderno, en una mezcla científico, la increíble proliferación de genios de la pintura, la
en la que no siempre es fácil discernir lo antiguo de lo nuevo, escultura, la arquitectura, la poesía, el comercio y las riquezas
en la que no hay aún sistematización madura de las ideas, ni de los emporios italianos 01 enecia, Génova, Florencia, Nápoles,
rigor metodológico. Eso vendrá después, en los siglos XVII y Roma), la curiosidad viajera y el ansia del oro que llevan a
XVIII, en la llamada «época de los grandes sistemas». Despertará
los portugueses hasta el Japón y a Cristóbal Colón y los es-
entonces la concupiscencia de sistematizar propia del raciona- pañoles al Nuevo Mundo, el maquiavelismo, la invención de
lismo francés y del idealismo alemán. No hay, pues, en el la imprenta, las nuevas concepciones jurídicas, la Protesta: lu-
Renacimiento una auténtica síntesis de saberes que caractericen terana y la Contrarreforma, el mercantilismo, el mecenazgo de
la época, sino un complejo de elementos múltiples y variadí-
simos, superpuestos y mezclados. los príncipes y tantas otras manifestaciones tienen poco que
ver con el espíritu de los clásicos griegos y romanos, lo cual
Por eso precisamente se puede afirmar que ninguna época no significa que la renovación y el gusto por lo griego y lo
cultural ha sido tan discutida y tan variadamente interpretada
romano no hayan sido uno de los intereses preferentes de la
como lo ha sido esta que corre desde finales del siglo XIV
situación cultural, que ciertamente lo han sido; lo que queríamos
hasta finales del XVI. El Medioevo, el barroco, la Ilustración
decir es que el fenómeno que denominamos con el nombre
son períodos suficientemente bien definidos y las interpretacio-
de Renacimiento es mucho más complejo y no puede ser
nes de los historiadores de la cultura coinciden en lo esencial.
tomado en un sentido restrictivo. Lo que nace es mucho más ,
La Edad Media es la época en que la fe católica organiza y
que lo que renace. Galileo, Fra Angélico, Petrarca, Bocaccio,
dirige la vida humana y sus producciones más altas: la Teología,
la Filosofía, el Derecho, la Arquitectura, la Escultura, la Poesía. Maximiliano I, Julio II, Vasco de Gama, Cristóbal Colón, Lu-
. tero, Miguel Angel, Enrique VIII, Tomás Moro, Machiavelli,
Se logran grandes síntesis dívino-humanas como la S111nma Theo-
logica, la catedral gótica o la Divina Comedia. La época barroca Giotto, Savonarola, Lorenzo de Médicis, san Ignacio, santa
se caracteriza, en su conjunto, por las titánicas luchas religiosas Teresa, san Juan de la Cruz, y mil otros son hijos del Rena-
entre Reforma y Contrarreforma, y por los conflictos bélicos cimiento, pero tienen muy poco que ver unos con otros, no
en busca del equilibrio europeo. La Ilustración ocupa el si- nacen de un tronco solo que intentase recuperar la httmanitas
glo XVlll con su optimismo naturalista, con sus pretendidas greco-romana.
<<luces» racionales o, más que racionales, sensitivas, con su Algunos intérpretes sitúan el valor más alto del Renaci-
crítica acerada a todo lo anterior, con su deísmo religioso, todo miento en el desarrollo social y político de una sociedad más
ello reunido por orden alfabético en la Enciclopedia. El siglo XIX libre y más abierta a los intereses prácticos y contingentes,
es el siglo del capitalismo incipiente, de la industrialización, la como son las sociedades modernas; otros ven en estos dos
lucha de clases, el liberalismo y el positivismo. No es tan fácil, siglos la aparición de una nueva We/tanschatmg, o Cosmovisión,
sin embargo, caracterizar el Renacimiento con pocos rasgos, tejida con retazos viejos y nuevos; no falta quien vea en las
sobre todo porque los intérpretes de la historia no se ponen nuevas filosofías, que afirman el valor de lo concreto, un claro
de acuerdo en su valoración 1• signo de los tiempos contra las abstracciones metafísicas ante-
riores; algunos piensan que lo que caracteriza el Renacimiento
1
I Para darse cuenta de la ingente bibliografía sobre el Renacimiento y sus es la aparición de la técnica; mientras un considerable número
múltiples interpretaciones basta consultar M. SCl·IIAVONE, Bih/iograjia critica ge- de autores niegan la tan repetida y exaltada originalidad de ese
11erale, en Cra11de A!ltologia Filosefica, vol. VI (Milano 1964), 1-90. tiempo y reivindican para el Medioevo muchas de las conquistas
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29
2. ¿RPptura o evolución?
28 C2. Renaci111iento y h111nanis1110
2. ¿RUPTURA O EVOLUCION?
de la época renacentista que no habría hecho sino desarrollar
lo que ya anticipaban los siglos anteriores. Como ya se ha indicado, los estudiosos del Renacimiento
Una cosa sí que puede afirmarse, en cualquier caso, y es no están de acuerdo en si hay que considerar la variadísima
que, a finales del siglo XVI, la cultura europea, en sus múltiples y rica cultura de estos dos siglos como una completa novedad
variantes, científica, artística, política, social, jurídica, religiosa, y, consiguientemente, como una ruptura con respecto a la Edad
económica, etc., es ya muy distinta de la de la Edad Media y Media o si, por el contrario, los fenómenos cultrirales rena-
esto como derivación y consecuencia de un distinto concepto centistas son la normal evolución de todos los fermentos y
del hombre elaborado en los dos siglos anteriores. Lo que gérmenes que ya habían brotado en los siglos anteriores. La
fundamentalmente ha cambiado ha sido la Antropología. El discusión es sutil pero interesante y merece conocerse.
hombre ha quemado etapas en la conquista de la conciencia Los ilustrados y enciclopedistas, siempre autosuficientes e
del pleno valor de sí mismo. De raíces cristianas brota una ignorantes de lo que había sido la Edad Media, la vituperaron
Antropología que un dia llegará a ser laica. Si alguna constante como atra nox, noche tenebrosa, en la que las supersticiones
puede. considerarse como columna que vertebra la enorme com- y los dogmatismos obstaculizaban la libertad, tiempos bárbaros
plejidad del llamado Renacimiento es, a nuestro juicio, esta de un arte al que con mote despectivo calificaron de «gótico»,
silenciosa dirección hacia el antropocentrismo. Todavía no, na- y en el que una Filosofía metafísica -que nunca conocieron-
turalmente, un antropocentrismo absoluto, es decir, que haya y a la que consideraron como estéril y esclava de la Teología,
cortado toda relación con Dios. Eso vendrá más tarde. Pero ahogaba toda libertad de pensamiento. El Renacimiento habría
sí una exaltación tal del hombre que comienza a polarizar hacia supuesto un salto cualitativo hacia la libertad y las luces, una
él todas las miradas de la reflexión y todas las ilusiones de 3

un futuro mejor. El hombre, por su parte, como acabamos de ruptura definitiva .. con todo lo anterior •
Sin llegar a la radicalidad del juicio precipitado y frívolo
decir, se siente pletórico de poder y ansioso de dominio y de los ilustrados, han sido no pocos los historiadores de las
libertad. Hay que situarse ante el David o el Moisés de Miguel ideas que han considerado que, efectivamente, la cultura re-
Angel, el supremo artista y exponente del tardo Renacimiento, nacentista significa una ruptura con la medieval. Así, en el
para darse cuenta de hasta qué punto aquella generación op- mismo siglo xvm, J. J. Brucker en su Historia critica philosophiae
timista exaltaba al hombre como ser vigoroso y perfecto, y a mundi incunabulis ad nostram 11Sque aetatem deduela (Lipsia, 1742
experimentaba en sí misma toda la potencia humana. Tales ss.), la primera Historia de la Filosofía escrita con método
representaciones eran impensables dos siglos antes. Las escul- moderno. Tras de, Brucker, y en la misma dirección, con
turas de los pórticos de las catedrales góticas son imágenes de ligeras variantes y cOn mayor rigor expositivo, J. G. B. Buhle,
santos y los artistas medievales se cuidaban bien de que ellas W. G. Tennemann, G. W. F. Hegel que, con más aliento
reflejasen, de la mejor manera posible, la presencia de lo divino filosófico, ve en el Renacimiento no sólo el surgir luminoso
en lo humano. Los constructores e imagineros de las catedrales
góticas tenían como lema: <Mens hebes, ad verum per materialia del espíritu, partiendo de la esclavitud del dogma y de la
autoridad, sino la expansión del espíritu como subjetividad ab-
surgit»: «La mente embotada, por lo material se eleva a la soluta en su reivindicación de libertad infinita, concretada en
verdad>>. Los medievales esculpían o pintaban los hombres co- un conato de autonomía de la objetividad en todas sus formas
mo santos. Los renacentistas pintan y esculpen los santos como y, por tanto, también de la moralidad y de la religión, ex-
hombres. <<El hombre del humanismo cristiano de los tiempos presado luego en mil formas diversas de arte y ciencia. Con
antropocéntricos -escribe Maritain- cree en Dios y en su
gracia, pero le disputa el terreno, reclama su derecho de primera ' Voltaire escribe que «para cualquiera que piense, y lo que es todavía
iniciativa con respecto a la salvación y a los actos meritorios más raro, para cualquiera que tenga ¡,rusto, no cuentan más que cuatro siglos
de la vida eterna, en tanto que emprende él solo la tarea de de historia», son: el de Filipo y Alejandro, el de César y Au¡,rusto, el Rcna·

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cimiento y el siglo de Luis XIV: «el que más se acerca a la perfección», cf.
realizar su vida y su felicidad terrestre» 2• Voi:r.\IRE, Síecle de Lwís XIV: Oeuvrcs Completes, t.14 (Paris 1'.>S-\56.

2 J. MARITAI::-:, H11manisme i11tégral (Paris 1947), 27.


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30
C.2. Rmaci111iento y b11111a11is1110
1 2. ¿RJ¡ptura o evo/11ción? 31
parecida actitud escriben V. Cousin, y W. Windelband, gue 1

ven en el Renacimiento italiano el nacimiento de la conciencia G. Voigt 10, J. Burckhardt 11 , F. Nietzsche que cree encontrar
moderna, una profunda ruptura con la tradición medieval y en algunos personajes renacentistas los primeros síntomas del
escolástica y la aurora de una cultura profana gue influye en Superhombre, antitéticos con la religiosidad y la moral cris-
todas las dimensiones de la vida humana 4• La famosa y tiana 12, H. Hauser 13, G. Gentile, que no sólo desde la Filo-
meritísima Histon'a de la Fi!osefía dirigida por F. Ueberweg y sofía, sino desde los datos históricos y filológicos, encuentra
M. Heinze interpreta también el Renacimiento como una opo- una oposición hegeliano-dialéctica, no entre Renacimiento y
sición a 5la Edad Media, aungue con tono más prudente y cristianismo pero sí entre Renacimiento y Medioevo, o mejor
atenuado • También E. Bréhier cree gue el Renacimiento se aún entre Renacimiento y escolástica 14 • B. Croce elabora de
opone al teocentrismo medieval y escolástico con su natura- nuevo esa misma tesis de la oposición entre Medioevo y
lismo humanista, aungue considera más importante el salto Renacimiento 15 ; con más retórica filosófica y menos atención
y el progreso en la Física experimental gue el gue se da en a los aspectos religiosos la 'repite W. Dilthey 16•
el pensamiento, lo que comporta, por primera vez en la Ahorramos al lector una exposición más larga y fatigosa.
historia,
6 la primacía de la técnica y de los valores pragmáti- Naturalmente, a la tesis ilustrada y romántica de la ruptura
cos • H. Hoffding, aun admitiendo la ruptura entre ambos se ha opuesto con vigor la tesis de la continuidad entre las
períodos, la caracterización puramente humana de la natura- dos épocas a las que nos estamos refiriendo. Ya en nuestro
leza y de Ja vida, la admirable fecundidad del pensamiento siglo, y después de las largas y profundas investigaciones
renacentista, su vitalidad y su originalidad, admite también sobre la Edad Media llevadas a cabo por insignes medieva-
los muchos valores de la Edad Media y los considera como listas como Hertling, Pelster, Pelzer, Ehrle, Denifle, Grab-
una insustituible contribución a la civilización humana 7• Como mann, Landgraf, Gilson, Mandonnet, De Wulff, Chenu, De
no podía ser menos, Bertrand Rusell, el filósofo inglés po- Ghellinck, Nardi, Glorieux, Mansion, Carreras Artau, Xiberta,
sitivista y escéptico, tan valioso en el área de los fundamentos Asín Palacios, Manuel Alonso, etc., etc., nadie que sea me-
de la Matemática como superficial en la Filosofia, apuesta dianamente culto se atreve a denigrar la Edad Media como
por la teoría de la ruptura, aunque echa en cara a los rena- oscurantista y tenebrosa. Aparece más bien, sobre todo ~n
centistas no haber sido capaces de desprenderse de todos los su momento de plenitud, el siglo XIII, como un tiempo de
prejuicios religiosos y medievales 8•
altísimos niveles creativos de cultura en el pensamiento, en
Más o menos inspiradas en estos historiadores de la Fi- el derecho, en la moral, en la arquitectura, en la escultura,·
losofía, también algunas Historias de la Literatura y otras en la. pintura, en la poesía, en todo lo mejor que el espíritu.
Historias de carácter general repiten con parecidos argumen- humano' puede ·producir. '
tos la misma teoría de la fractura cultural entre las dos De ahí que se haya ido imponiendo la tesis de que, si es
edades. No es necesario enumerarlas porgue repiten las mis- innegable que el Renacimiento fue una etapa de renovación y
mas ideas con diversas modalidades, aunque al menos, a mo- de ·cambio, de actitudes humanas nuevas ante la naturaleza y
do de erudición, hemos de recordar como alineados en la la vida, de especulación audaz e independiente, de acentuado
dirección rupturista los nombres clásicos de J. Michelet , antropocentrismo, de distanciamiento entre lo religioso y lo
9

• Informa ampliamente sobre estos temas y estos autores la obra citada w Die IF'ieder/Jeleb11ng des klossischen Alterl11f11s oder dos L Johrb des H11monis11111s
Cro11de A11tologio Filo.rojeo, vol.VI (Milano 1964).
(Berlin 1859, 1880-1881, 1893).
; Cn111diss der Cescbicbte der Pbi!osopbie, vol.III escrito por M. FRJSCHEISEN- 11
Die Kii/111r der Re1111is.ro1uc i11 /f(llie11 (Bascl 1860, Lcipzig 1925).
KüHLER )' (Base!
}obrb1111de11s
6
1953). Die Pbilosopbie der Nettzeit bis Zf/111• Ende des xr ?JJJ
\'\'. MOOG, 12
.Menslicbes, Allz¡1111e11schlicbes: Gesam. Werkc, vol.Ill (Munich 1923).
" .É::t11des s11r lo Réfar111e fron;oise (Paris 1909), La 111odemilé d11 Xl.I/' sie"cle
(Paris E.1932).
BREHIER, Hisloire de lo Pbilosopbie, t.I, III: 1lfqJ•e11 --1.ge et lo Ret1oi.rso11ce (Paris 1930).
8- H. HüFFDI:-.:G, .l~orio
dello filosofo 111odemo (trad. ita!.) (Milán 1942).
" I prob/e111i del/(/ Sml(/.r/ico e il pe11.riero ilolim10 (Bari 21923); S111di s11/ Ri110S·
ci111enlo (Firenze 2 1936); 11 pe11siero i1olio110 del Ri11osci111e11to (Fircnzc ·'1940).
9 B. Rcsru, HislolJ• oJ ll'í•stem Pbilosopby (New York 1945). i; Teoria e sl01io dello storiogrofio (Bari 1927).
3
Histoire de lo Fro11ce m1 XV! siicle. La Rmoimmce (Paris 1855). 11
' A11ftmmg 1111d Anab•se des Mmschen im 15 11nd 16. Johrh1mdert: Archiv für
die Geschichte dcr Philosophic (1891-1892).
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3. Hacia una co1nprensión del &11aci1nie11to: El h11111a11is1110 33


32 C.2. Renaci111ienlo y h1,,nanis1110
21
tido escribe también el historiador holandés }. Huizinga , los 24
profano, de humanismo paganizante, etc., sin embargo, como italianos G. Toffanin 22 y C. Carbonara 2.\ el francés E. Gilson •
sucede siempre en el acontecer humano, las transformaciones Bien· sopesados unos y otros pareceres, se ofrece como lo.
han sido paulatinas, diacrónicas y gradualmente progresivas áun- más razonable pensar que el Renacimiento es una etapa nueva
que ahora con un tempo vivace. Entre los que se inclinan por y original de la historia occidental, pero no tanto que no
esta segunda interpretación se encuentran historiadores de la signifique un desarrollo y uná continuidad con muchas de las
Filosofia, como Guido de Ruggiero, que ve el Renacimiento ideas que nacieron y actuaron en la Edad Media. José M.ª
como una mezcla de nuevo y de antiguo, sin una forma sis- Pemán escribió, con humor, que ningún ayuda de cámara del
temática y sin rigor metodológico, y que encuentra que en lo siglo XV al correr por la mañana las cortinas del dormitorio
íntimo del pensamiento renacentista permanecen las concepcio- le dio a su señor la noticiá: <<Señor, ha comenzado el Rena-
nes medievales y escolásticas mezcladas con intuiciones moder- cimiento». El siglo XIV con su crítica a los siglos anteriores
nas; más aún, la escolástica habría contribuido esencialmente a plasmada en la via moderna, en el nominalismo, en un cierto·
la formación de la conciencia moderna 17 • Con parecida orien- escepticismo metafísico, en el interés científico, en los movi-
tación escribe N. Abbagnano: aun reconociendo la innegable míentos espiritualistas, en las crisis religiosas y de las estructuras
originalidad del Renacimiento, no puede ser interpretado como, eclesiales, habría sido el puente de paso entre lo que general-
· inmanencia opuesta a la trascendencia medieval, ni como irre- mente entendemos por Edad Media y el Renacimiento, que
ligiosidad o neopaganismo opuesto a la religiosidad, ni como alcanza su plenitud en los siglos XV y XVI. Según ya hemos
individualismo opuesto al universalismo medieval, ni como sen- advertido, a nuestro modo de ver, si algo caracteriza y vertebra
sualismo opuesto al espiritualismo, ni como escepticismo opues- l todo el proceso, es una orientación, casi siempre subterránea,
hacia el predominio de lo humano sobre lo divino, o de otra
to al dogmatismo 18• Di Napoli piensa que el humanismo re- 1
nacentista no niega ni el cristianismo ni la escolástica, combate manera, hacia la construcción de la Ciudad de los hombres.
sólo al aristotelismo heterodoxo; la exaltación del hombre y 1 que no necesitan a. Dios. Esa corriente subterránea tardará en
de su dignidad está en perfecta linea con el espiritualismo y ¡ aparecer pero había brotado ya tímidamente.
¡'
con la trascendencia de la Filosofía cristiana, aunque el acento ¡
es nuevo, vibrante y estilisticamente mucho más cuidado 19• Una
profunda y crítica revisión de la tesis de la fractura la realizó
í 3. HACIA UNA COMPRENSION DEL RENACIMIENTO:
i
el historiador alemán K. Burdach. Piensa que el Renacimiento EL HUMANISMO
es un cumplimiento, una realización y un desarrollo ·de la
renovación medieval cuyos gérmenes estarían muy atrás, en Es claro que no podemos pretender aquí aportar nuevas
Joaquín de Fiore, en san Francisco de Asís y en el movimiento teorías a la interpretación del complejísimo fenómeno renacen-
franciscano. Lo que sucede en el Cuatrocientos y en. el Qui- . tista, porque todas o casi todas las posibles están ya intentadas.
nientos es una respuesta a las esperanzas y exigencias ético-re- Sólo queremos concretar y explicar algunos de los datos y
ligiosas y catárticas de amplios movimientos medievales. Tesis caracteres más relevantes de esa época que nos hagan ver qué
que, si puede parecer excesiva, tiene el mérito de estar apoyada consecuencias pudo ella tener en el desarrollo de lo que hemos
por una seria investigación científica que revisa a fondo la llamado Modernidad.
pretendida ruptura entre las dos edades 20 • En ese mismo sen-
21 Das Problem der Re11aissanie, en Wege der Kr1/t111gescbicbte (München 1930);
17
Storia della Filosefia, P.III, Rinasci1JJen/01 Rifon11a e Co11trorifonna (Bari 1937). Herbsl des Mittelalters (München 1924).
18
Storia della Filosefia (forino 1946). 22 1.A fine del Umanesimo (I'orino 1920); Che cosa /11 /'Umanesimo (Firenze
19
1.A Filosofia dell'Uma11esi1JJ0 e del lli11asci111e1//01 en Storia della Fi/osefia, a cura 1929]; Storia del Unranesimo (Bologna 1942-1948). ·
de C. Fabro, vol.I (Roma 2 1959). 2 // seco/o XV (Milano 1943).
20 Si11n 1111d Urspm11g der lf/bite Rmaissa11ce mu! Refor111alio11 (Ilerlin 1910); Vii111 24
Les origines médiéva/es de /'H111nanisme (Paris 1926-1937); 1.A phi!osophie a11
M0yen Áge (Paris 1922); Ét11des de philosophie médiéva/e (Strassburg 1923); Héloi'se
Mi/le/alter z.ur Refor1JJafion. Forschlll{~en Zflr Cescbichle der de11/schen Bild1mg (Berlin
'1912ss); Refom/([/io11, Re11aissa11ce, H11111a11is11111s (Ilerlin 1918). el Abélard (Paris 21938).
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35
3. !-lacia 1111a co11¡prensión del Re11aci111iento: El h11111a11ismo
34 C2. Renaci111iento y h11111anismo
las de Ovidio, Virgilio u Horacio, o epístolas elegantes a imi-
Hemos de hablar del humanismo entendido este término tación también de las de Cicerón, que era siempre. el más alto
de manera amplia. Frecuentemente se ha identificado Renaci- modelo. ¡Cuánto más dulce y deleitoso resultaba leer y escuchar
miento con humanismo, pero la realidad no es tan sencilla. El esta armonía que adentrarse por los pedregales de los Comen-
Renacimiento es el humanismo, pero es también mucho más tarios al Maestro de las Sentencias o a la Física de Aristóteles!
que el humanismo.
¡Cuánto más humano gozar de la belleza de la forma .que
A partir de Francisco Petrarca (1304-1374), y en buena
discutir sutilezas lógicas e inútiles en intrincadas cadenas de
parte por influjo suyo, se despertó en los potentes centros
económicos y culturales de la península italiana, Florencia, Ve- silogismos vacíos!
Con emoción contagiosa escribía uno de los más célebres
necia, Roma, Nápoles, Bolonia, Padua, Mantua, etc., una acu-
humanistas, Lorenzo Valla (1407-1457): «Si nuestros antepasa-
ciante curiosidad por redescubrir la cultura latina y romana
durante siglos latente. Decimos latente porque nos parece la dos superaron a los demás en la guerra y en muchas otras
palabra exacta: No había desaparecido la cultura romana durante empresas, se superaron a sí mismos en la difusión de su lengua
la Edad Media pero permanecía oculta en las bibliotecas y los y, casi abandonado el imperio terrestre, alcanzaron en el cielo
archivos monacales y catedralicios o en templos de antiguas el consorcio de los dioses [...]. Grande es, pues, el sacramento
ciudades. Habían sido monjes y clérigos medievales los que de la lengua latina, grande, sin duda, la potencia divina que
habían transcrito pacientemente, y adornado con mimo artístico, ha hecho que de tal manera haya sido piadosa y religiosamente
innumerables códices de la Antigüedad clásica. De hecho, los custodiada por tantos siglos entre los extranjeros, que nosotros
renacentistas cazadores de libros fue en las abadías y en las los romanos no debemos dolernos sino alegrarnos y gloriarnos
catedrales donde encontraron obras de Homero, de Platón, de ante el mundo. Perdimos Roma, perdimos el reino, perdimos
Tácito, de Cicerón, de Plauto, de Quintiliano, de Vegecio, de el dominio y no por culpa nuestra sino de los tiempos; y sin
Silio Itálico, de Valerio Flacco, de Columela, de Amiano Mar- embargo con este más. espléndido imperio reinamos todavía en
celino, de Manilio, de Petronio, etc., y hasta el Tratado sobre la muchas partes del mundo. Nuestra es Italia, nuestra Francia,
ArqHitect11ra de Vitrubio, cuyo descubrimiento señala el final del nuestra España, Alemania, Panonia, Dalmacia, el Ilírico y mu-
arte gótico y el inicio de la arquitectura neoclásica. chas otras naciones porque allí está el Imperio romano donde
Se hicieron excavaciones y se formaron los primeros fondos domina la lengua romana (ibi namq11e imperi11m es! 11bic11mq11e ro-
de lo que después serían los grandes museos de escultura mana ling11a do111inat11r) [...]. Pero cuanto más tristes fueron los
clásica. Los palacios de los grandes se adornaron más con tiempos pasados en los que no se halló ningún hombre docto,
bustos y frisos romanos que con cuadros o imágenes de Jesús tanto nos debemos complacer en los nuestros, en los cuales,
y los santos. Las «Villas» de los príncipes y de los cardenales si nos esforzamos un poco más, yo confío que pronto reno-
ostentaban en sus jardines columnas y esculturas y hasta teatros varemos, más que la ciudad, la lengua de Roma y con ella
de imitación y gusto clásico. todas las disciplinas» 25 •
Interesó sobre todo la lengua. En las Universidades y en Resurgía la vocación romana de dominar el mundo que
la Liturgia sagrada se seguía usando el latín. Todos los libros Virgilio expresara en aquel hexámetro inmortal: «T11, regere imperio
de la Teología y la Filosofía escolástica, y eran innumerables, populos, romane, memento». Pero ahora ya no se pretendía el
estaban escritos en latín; las clases y las disputas se tenían imperio de las armas sino el imperio de la lengua, vehículo
siempre en latín. Pero el latín escolástico era un latín decadente, de la cultura. Algunos vislumbraban ya que la cultura es más
torpe, co.n frecuencia bárbaro y siempre inelegante. El huma- eficaz, duradera y humana que las armas porque es un valor
nista Angel Ambrogíni Poliziano (1454-1494) decía que sólo espiritual. Es uno de los valores positivos del humanismo re-
había leído el Breviario una vez «.y jamás he perdido el tiempo nacentista. ·
de peor manera». Pues bien, entre mediados del siglo XIV y
hasta bien entrado el XVI crece, primero por Italia y luego por 25 L. VALLA, Elegantiarr1111 /atinae /ing11ae /ilni sex, Pme[atio (París 1541), 5-8.
Esta obra de Valla está considerada como el manifiesto del humanismo
Europa, una raza de latinistas que se deleitaban en hablar y literario o filológico contrn el latín <h: los cscolústkm.
escribir rotundos párrafos ciceronianos, o bellas poesías como
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36 C2. Renacimiento y humanismo J. Hacia 1111a con¡prensión del Renacimiento: El hun1anismo 37

El encanto del laón aróstico y sonoro les llevó, en cambio Tomás no tuvo tiempo ni oportunidad para aprenderla y tuvo
-como acabamos de oír a Lorenzo Valla-, al desprecio de que hacer que un hermano suyo de hábito, Guillermo de Moer-
la Metafísica y la Teología. Fue uno de sus errores. Llamaron beke, le tradujese al latín obras no traducidas hasta entonces
«docto» al que hablaba o escribía en laón elegante, no al que de Aristóteles, de Alejandro de Afrodisía, de Simplicio, de
buscaba las últimas razones y relaciones del Ser y de los seres, Proclo, etc.
de Dios y de los hombres. No fueron capaces de distinguir Interesaba, además, conocer el idioma · griego porque las
entre la forma y el fondo; al vituperar la forma despreciaron obras de muchos filósofos griegos habían llegado a Occidente
el contenido, despreciaron la_ Metafísica y suprimieron, con ello, a través de traducciones, retraducciones y comentarios hechos,
el último fundamento de la' ciencia y de la verdad, que es el primero, por -los sirios y, luego, por musulmanes, orientales y
ser. No vieron el riesgo de que así se podría llegar a formar españoles medievales; principalmente por Averroes. Pero tales
una Filosofía del fenómeno y de la apariencia mientras el ser obras, provenientes de mentes paganas, eran miradas por los
quedaba eclipsado y la razón sola, sin el ser, extraviada. Fue más ortodoxos, y a pesar del agua bautismal que sobre muchas
lo que de hecho sucedió, como tendremos ocasión de ver, con de ellas había derramado Tomás de Aquino, con recelo y como
gravísimas consecuencias. Cuando, años más adelante, Descartes sospechosas o mixtificadas, tanto más que la escuela averroísta
quiera restaurar la Metafísica hará una Metafísica de la sola de Padua extendía por la cristiandad a partir del siglo XIV tesis
razón y de la razón sola, una razón que ya no será manifes- poco coherentes con la fe católica. En la primera mitad del
tación del ser sino conceptos lógicos del pensar. Pero no nos siglo XV se repite el fenómeno de la época clásica: los occi-
adelantemos. dentales pasan el Adriático para helenizarse, para aprender grie-
A los humanistas les bastaba con la filosofía de Cicerón, go y para buscar, en los monasterios bizantinos y ortodoxos,
que nunca pasó de ser un diletante en ella. Francesco Patrizi códices originales, ahora ya no sólo de filósofos o literatos
escribía: «Comenzaremos por Cicerón, que es el único al que paganos, sino también de san Juan Crisóstomo, de san Basilio,
seguimos como al más antiguo autor de temas filosóficos (an- de san Juan Damasceno, etc. Fue el iniciador del interés por
tiqt1issin111m remm philosophicamm a11thorem habemus) 26• Más tarde, lo griego un bizantino llamado Manuel Chrysoloras traído a
como veremos, descubrirían y venerarían también · a Platón, Florencia a finales del siglo XIV y que formó una verdadera.
pero de los diálogos platónicos gustaron más la incomparable escuela de helenistas. Ambrosio Traversari (1386-1439) recuperó
y bellísima forma literaria que la metafísica de las últimas rea- nada menos que las Obras Completas de Platón desconocidas
lidades a las que Platón, desafortunadamente, ·llamó Ideas. El en Occidente, si se exceptúa el Timeo y poco más.
Renacimiento no produjo ningún gran filósofo. Desde Nicolás Por si fuera poco, entre 1438 y 1439 se celebra el Concilio
de Cusa (1401-1464) hasta Descartes (1596-1650) no aparece de Ferrara-Florencia para la unión de l~s iglesias orientales y
ningún filósofo extraescolástico que merezca el apelativo de occidentales. A él son invitados los griegos .. Viene a Italia· un
grande. Humanistas, averroístas, platónicos, estoicos, epicúreos, selecto grupo de sabios, clérigos y laicos, que se hacen maestros
escépticos, todos formaron un frente contra la escolástica, pero de helenismo. Así Miguel Apostolios, Juan Bessarion, qúe lle-
de entre ellos sólo brotaron mediocridades filosóficas. Tampoco gará a ser cardenal de la Iglesia Romana, Jorge Gemisto Pletón,
han tenido comprensión del dolor y la angustia de la existencia y otros que difundieron el platonismo como anódoto espiri-
humana, tema que, sin embargo, estaba presente en los clásicos tualista contra el aristotelismo averroísta paganizante y natura-'
griegos, sobre todo en los trágicos. Pero el Renacimiento era lista; Jorge de Trebisonda, Andrónico Callista, que explican el
tiempo más de optimismo que de angustia. aristotelismo genuino, no mixtificado por los árabes, etc.
Después del entusiasmo por el latín y como continuación Cuando Constantinopla cayó definitivamente en manos de
del entusiasmo por la Antigüedad se despertó el interés por los turcos (1453), los griegos que estaban en Occidente no
la cultura griega. En la Edad Media fueron muy pocos los que pudieron pensar en el retorno, y los que pudieron huir de
conocían y leían la lengua griega. El genio gigantesco de santo Bizancio se vinieron a Italia.
Ya no quedaba sino poner al alcance de todos los escritos
26
F. PATRIZI, Discusiones Peripatelicae, t.X (Basilea 1581), 72. de los griegos porque, en cualquier caso, el latín interesó más
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38
C2. Renacimimto y h11111anisn10 3. Hacia 11na comprensión del Renacimiento: El b11ma11ismo 39

que el griego, que quedó para especialistas. Se acometió la latín, del griego y de toda la cultura clásica que con las lenguas
empresa de traducir. El papa Nicolás V, mecenas de los hu-
renacía. Con ellas renacía Europa. La metáfora de las tinieblas
manistas, decía que «traducir una obra del griego vale para y las luces, tan cara a los ilustrados del siglo xvm, aparece ya
sacar un alma del purgatorio». Marsilio Ficino (1433-1499) tra- en los humanistas del XV y XVI. Era esta última una cultura
dujo con admirable perfección todos los Diálogos y cartas de
aristocrática porque estaba formada por minorías selectas que
Platón entre 1463 y 1477, de manera que la edición hecha en
despreciaban a los escolásticos y a los clérigos, y que estaban
1477, en Florencia, ha quedado hasta hoy como la editio pn'nceps protegidas a su vez por magnates y mecenas, mientras que la
del Platón latino. Además dio a conocer todo un enorme
otra era la propia de las universidades ya masificadas, y de
acervo de obras e ideas platónicas y neoplatónicas. Leonardo frailes enredados en defender las doctrinas de la Orden más
Bruni Aretino (13 70-1444), discípulo de Manuel Chrysoloras, que en disfrutar de la belleza humana.
tradujo autores griegos y cristianos y, junto a éstos, hubo una
legión de traductores que no podemos enumerar aquí 27 • Eran todos los humanistas cristianos católicos, algunos como
Marsilio Ficino, Lorenzo Valla y el patriarca de todos los hu-
Con los autores latinos y con los griegos traducidos se manistas Erasmo de Rotterdam (1466-1536) fueron clérigos
formó un verdadero Corp11s de humanidades que llegó a ser (Erasmo permaneció siempre católico pero dejó de practicar el
una especie de biblia profana, nunca editada en un volumen
sacerdocio); otros llegaron a ser cardenales, como Pedro Bembo
como la judea-cristiana, pero sí leída, estimada y meditada en
(1470-1547) que aconsejaba, sin embargo, a su amigo Iacopo
sus múltiples libros y ediciones que la imprenta recién nacida Sadoleto que no leyera las cartas de san Pablo, y del que se
facilitaba a los europeos. En la segunda mitad del siglo XV se decía que no rezaba el Breviario para no contaminar su latín
instalaron imprentas en todas las ciudades importantes de Eu- con expresiones bárbaras; hubo papas humanistas como Nico-
ropa, y de ellas salían ediciones de casi todos los escritores lás V (1447-1453), Pío 11 (Eneas Silvia Piccolomini) (1458-1464)
latinos y griegos.
o León X del que se murmuraba prefería leer a Cicerón que la
Los magnates se hicieron coleccionistas de manuscritos y edición Vulgata de la Biblia. Eran católicos y por eso su ideal
libros y se constituyeron los fondos de las primeras grandes fue la docta pietas en expresión de Marsilio Ficino, o la emditio
bibliotecas: la Vaticana, la de San Marcos de Venecia, Ja del c1m1 pietate, en frase repetida por Erasmo. Esta actitud aristocrá-
Louvre de París, la de San Lorenzo de El Escorial. Ahora' los tica llevó a los humanistas, sobre todo a Erasmo, a criticar con
libros eran custodiados como precioso~ tesoros.
dureza -que recuerda a la de Voltaire- ritos, rezos, observan-
Este culto a la.s humanidades y, sobre todo, a la belleza· cias monásticas, ceremonias, cantos, peregrinaciones, indulgen-
de las formas, de las formas sensibles como participación de cias, devociones, en suma, externas y ritualistas a las que tan
las formas ideales, provocó el que aparecieran en el ámbito· aficionado era el pueblo, y los clérigos y frailes que vivían entre
europeo dos subculturas cristianas: una la escolástica, que pro- el pueblo. Erasmo fue el principal propulsor de una religión
venía· de la Edad Media y que era ya decadente, si se exceptúa' interior y personal, menos formulista y menos formalista, ·más
la llamada segunda escolástica o escolástica española, a la que evangélica y paulina y menos escolástica, un cristianismo sim-'
nos referiremos después, formada principalmente por comen- plificado y moralizante, expresado sobre todo en la caridad, que.
taristas de textos teológicos y filosóficos de Pedro Lombardo, él mismo llamaba philosophia Christi. Sus aceradas críticas a las·
de Aristóteles o de santo Tomás. Otra con conciencia de manifestaciones externas del catolicismo, a la escolástica, a· las
superioridad y desestima de la anterior, con un espíritu mordaz Ordenes monásticas, a la Jerarquía eclesiástica, al aparato teoló-
y crítico hacia ella; convencidos de que la edad pretérita y sus gico, prepararon el ambiente en el que después se propagó la
continuadores había vivido y vivían en la oscuridad y la bar- Reforma luterana. Erasmo permaneció en la Iglesia católica y
barie, en un período de tinieblas que ahora, al fin, habían sido no aceptó la Reforma de Lutero, pero su espíritu crítico y
rasgadas y disipadas por los rayos de luz que emanaban del antidogmático estaba lejos de actitudes que la Iglesia considera
importantes y dignas de respeto. Se puede decir que, sin ser
,- Pueden Yersc en G. FR.\ILE, Histona dP la Filosoj!a, t.III (Madrid 1966),
36-38. filósofo, involuntariamente abrió un camino al luteranismo e
._L·-----~~cluso al r_:cio:~~s:o y al escepticismo posterior.
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4o C2. Renacimiento y h11manismo 41


3. Hacia 11na comprensión del Renacimiento: El h11manisn10
Están de acuerdo comentaristas e historiadores en que el Mantegna, Signorelli, Masaccio, Andrea del Castagno, Pollaiolo,
prestigio y entusiasmo por las lenguas, literaturas y gustos pro- Gozzoli, Sansovino, Leonardo da Vinci, Rafael de Urbino, Mi-
venientes de las culturas griega y romana inyectaron en la guel Angel que, con .sus maravillosos pinceles, nos dejaron
Europa católica las dosis suficientes de paganismo y naturalismo
eternos recuerdos de los hombres, las mujeres, los trajes, las
como para que creciese la escisión de la unidad ,católica de
Europa, sin que todavía se dejase advertir. Hubo una híbrida costumbres, las cortes, los paisajes italianos, casi siempre con
simbiosis de paganismo y cristianismo, aparentemente inocente, fuertes influjos naturalistas. Esa corriente se extendería más
pero significativa y exponente de que se acercaban tiempos tarde a Francia, a los Países Bajos, a España, aunque es verdad
nuevos. Ya Dante, predecesor de los humanistas, invocaba a que en España casi toda la pintura de esa época es religiosa. ·
Jesucristo como al Gran Júpiter: «Ü sommo Giove, che fosti Si intentamos ahora deducir algunas consecuencias de cuan-
in terra crocifisso» 28 • El ya citado cardenal Bembo llamaba a to hemos dicho en este, apartado, y teniendo siempre la mira
la Virgen María «diosa lauretana». Otros la invocaban spes ji- puesta en el proceso de secularización que estamos estudiando,
desq11e deomm. En la Academia platónica de Florencia se encen- parece que tendríamos que concluir lo siguiente:
dían lámparas y se quemaba incienso en honor de Platón. Los l.º Entre la mitad del siglo XIV y la mitad del siglo XVI
~platónicos ya no se saludaban al modo tradicional Carissime in se despierta en Italia y paulatinamente en toda Europa una
Christo, sino Carissime in Platone. Pomponio Leto (t 1497) in- creciente y apasionada curiosidad e interés por las culturas
vitaba a sus discípulos a dar culto «al espíritu de Roma>> y clásicas latina y griega.
celebraba cada año en el Quirinal la fiesta de Rómulo y Remo, 2. 0 La recuperación de innumerables componentes de
fundadores de la ciudad. Donatello (1383-1466) cinceló las puer- aquellas culturas perfila progresivamente un modelo antropoló-
tas de la basílica de San Pedro del Vaticano con figuras paganas. gico nuevo y distinto del medieval. Este modelo es el del
Erasmo escribía que, a veces, apenas podía contener la invo- hombre del gusto por las formas bellas en el lenguaje y en
cación: Sa11cte Sócrates, ora pro 11obis. Miguel Angel decoró el techo las artes plásticas: el humanista.
de la Capilla Sixtina con profetas y sibilas y cuando en el 3.º El humanista desprecia y critica, con ironía, la Teología
centro de su imponente Juicio Final pinta a Jesucristo, su y la Filosofía medieval porque se expresa en un latín inelegante
imagen no es la del Salvador misericordioso del Evangelio, y decadente y porque tales disciplinas han derivado a verdaderas
sino la de un Hércules poderoso que triunfa en una de sus logomaquias atormentadoras y esterilizantes.
empresas. Su David de la Academia de Florencia no es el 4.º Por no haber distinguido debidamente entre forma y
pastor de ovejas hijo pequeño de Jesé, sino un dios Apolo. fondo decae el estudio de la Metafísica (excepto en España).
Su Moisés tiene toda la forma de Júpiter tonante. Hubo entre Consiguientemente, deja de interesar el estudio de las estructuras
las clases cultas una cierta religión filológica y filosófica. Marsilio del ser y la atención de una de las clases cultas se polariza
Ficino llamaba a los poetas latinos sacerdotes m11san1m. Se contaba hacia los fenómenos sensibles y estéticos. Ninguno de los hu-
que la Virgen María había enseñado a la beata Hosanna An- manistas fue gran filósofo.
dreasi en una hora de éxtasis todos los secretos de la lengua S.º La sociedad europea sigue siendo católica (hasta la
latina. Y así otros muchos datos y anécdotas. escisión luterana) pero en ella aparecen dos clases cultas que
El sentido de la vista y el sentido del oído, por los que se ignoran: la de los teólogos y filósofos, en el ámbito uni-
las formas estéticas se captan y llegan al alma para estremecerla, versitario, la de los humanistas, en ámbitos parauniversitarios.
adquirieron un predominio sobre la inteligencia y el discurso 6.0 El humanismo renacentista introduce en la sociedad
especulativo. Giotto introduce en la pintura el gusto por las europea numerosos gérmenes de racionalismo, naturalismo y
formas más humanas y populares y tras de él brota una pléyade paganismo que al desarrollarse acentuarán y ampliarán el pro-
numerosa, como nunca se. había visto, de pintores eximios. Fra ceso de secularización iniciado con los nominalistas.
Angélico, Ucello, Filippino Lippi, Sandro Boticelli, Ghirlandagio, 7.º Introduce también los gérmenes de la autonomía del
28
Divina Co111edia, Purgatorio, VI, 118. arte, de la literatura, de la política, de la ciencia, en suma, de
los valores humanos.
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CAPÍTULO III

LA REVOLUCION GALILEANA

Aun habiendo sido el Renacimiento época de grandes con-


mociones en casi todos los ámbitos de la vida europea, no
parece exagerado decir que la revolución de más largo alcance
e influencia, sobre todo en el desarrollo de la Modemidad, que
es el que se estudia en este libro, ha sido la revolución cien-
tífica. Pero esa revolución tiene un nombre más concreto, ha
sido la revolución galileana. Hablamos de la revolución galileana
y no, como es frecuente, de la revolución copernicana. Que
Copérnico sospechase que no era el Sol el que giraba alrededor
de la Tierra sino que era ésta la que giraba alrededor de su
eje y que Galileo hiciese suya esa tesis, es un .episodio de
importancia en la Historia de la Astronomía. Pero no pasa de
ahí. La trascendencia del pensamiento de Galileo, en cambio,'
va infinitamente más allá del tema de heliocentrismo, como
veremos.
«Galileo -dice Ortega y Gasset- es el principio de la Edad
Moderna, del sistema de ideas, de valores y de aspiraciones que
ha dominado y nutrido el terreno histórico que se extiende
precisamente desde Galileo a nuestros pies. En el fondo de la
civilización contemporánea que se caracteriza, entre todas las
otras civilizaciones, por la ciencia exacta de la· naturaleza y de
la técnica científica, se. distingue la figura de Galileo» 1•
Edmund Husserl, en una de sus últimas obras, iba más al
fondo del problema y caracterizaba la revolución galileana, con
pleno acierto me parece, como la sustitución de un mundo de
realidades vividas por un mundo de entidades inteligibles y de
sus relaciones objetivas y científicas. He aquí sus mismas pa-
labras: «Es extremadamente importante poner de relieve la sus-
titución que ha tenido su cumplimiento en Galileo, de un
universo de entes de razón con base matemática en lugar del
único mundo real, realmente dado a la percepción, experimen-
table y experimentado de hecho, que es el mundo de nuestra
1
J. ÜRTI·:G.\ y G.\SSET, E11 lomo a Gcililto (Madrid 1942), 2.
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1. De la Astrología.ª la Astronomía
44 C3. La revo/11ción galileana
-no todavía los del hombre- se medirán únicamente por su
vida cotidiana>> 2• La consideración de las entidades matemáticas
valor racional que vendrá adquirido por el conocimiento ra-
reemplaza al estudio de la realidad del ser. Aquéllas son con-
cional, cuyo arquetipo y modelo será el conocimiento matemá-
sideradas como más ciertas que el ser mismo. El genio de
Galileo, dice Husserl, es un genio que encubre tanto como tico.
Dios no queda marginado aún, pero el pensamiento humano
descubre (z¡tgleich entdeckender 11nd verdeckender Genius). Las con- comienza a afirmarse como capaz de igualarse o aun sustituir
secuencias de tal sustitución han sido enormes en el proceso
al pensamiento divino. La razón humana despunta como un
de la Modernidad y de la secularización, como veremos, y posible demiurgo que un día, todavía lejano, sustituirá a Dios.
ciertamente alcanzan hasta nuestros mismos días. Hasta Galileo, todas las verdades eran participaciones de la
Por su parte, Martín Heidegger, uno de los más agudos verdad teológica, fundamento e instancia suprema. Después de
críticos analizadores de nuestra época, caracteriza el pensamien-
él aparecerán las verdades J:I!atemáticas y científicas que tendrán .
to moderno como <<la época de las concepciones del mundo», valor por sí mismas pues serán absolutas. La afirmación reli-
es decir, la época en que se da más valor a la representación giosa no pierde su valor pero ya no podrá regentar la totalidad
ideal del mundo que a su realidad, con el olvido del ser, bien
entendido que puede haber tantas representaciones como ca- del conocimiento.
Nada extraño que esta amenaza de subversión, apenas en-
bezas, porque el punto original de mira será el yo humano trevista, de lo que hasta entonces había sido la ciencia, la
que, además, mira hacia dentro, hacia su conciencia para en- Filosofía, la Epistemología y, sobre todo, la Teología, provocase
contrar allí el objeto de su razón raciocinante y constructora. las reacciones violentas que provocó. He ahí por qué tenemos
El hombre moderno hará de su conciencia lógico-sicológica el que detenernos ante el fenómeno histórico que se llama Galileo.
principio y fundamento a partir del cual edifica su sistema Esta revolución científica, como todas las revoluciones, ha-
ideal del mundo, o más bien el mundo como sistema. Cada bía tenido una preparación remota. Los averroístas paduanos,
filósofo quiere empezar desde la primera piedra a construir su algunos escolásticos críticos del siglo XIV, Nicolás de Cusa,
propio sistema, como si nadie hubiera pensado antes que él. Giordano Bruno (1545-1600), y, muy especialmente, Leonardo
Por eso ha progresado poco la verdadera Filosofía. Según Hei- da Vinci (1452-1519), considerado como uno de los represen-
degger, la época contemporánea significa ya la 'crisis y el tér- tantes más acabados del espíritu renacentista porque sintetizó
mino de <<las concepciones del mundo». en su persona excepcional casi todas las ciencias y las artes
Esta actitud, sobre la que volveremos al final de este ca- de su época. Por lo que toca al área de las Ciencias de la
pítulo, sí es una ruptura con el pasado. Es aquí donde nace naturaleza que nosotros estudiamos, Leonardo ya fue un infa-
lo nuevo, lo que ni medievales, ni romanos, ni griegos habían tigable observador de la naturaleza, un entusiasta de las Ma-
previsto; ni tales culturas anteriores sirven de inspiración alguna. temáticas, <<nO me lea quien no sea matemático, pues yo lo
Lo absolutamente nuevo en el Renacimiento tiene un nombre: soy siempre en mis principios», un predecesor de la Mecánica
Galileo. moderna, <<la Mecánica es el paraíso de las Ciencias Matemá-
Como ya hemos dicho, lo de menos fue que confirmase ticas, con 'ellas se llega a sus frutos».
con sus observaciones y sus cálculos la teoría heliocéntrica, Toda esta larga elaboración no alcanzó su plenitud sino en
propuesta por Copérnico, frente al geocentrismo aristotélico- el pisano Galileo Galilei.
tolemaico generalmente admitido. La revolución galileana fue
una revolución de todos los valores. Hasta Galileo, todos los
valores de la naturaleza o del hombre se veían como partíci- 1. DE LA ASTROLOGIA A LA ASTRON01vlIA
pación de la esencia de Dios, o en la teoría scotista-ockhamista,
de la voluntad omnipotente de Dios; en cualquier caso eran Resulta extremadamente dificil a las mentalidades del si-
valores sacrales. Después de Galileo, los valores de la naturaleza 1 glo X.'{ hacerse cargo de la situación ideológica y cultural de.
los hombres del siglo XVI y XVII, sobre todo en lo que respecta
2
E. HUSSERL, Die Krisis der e11ropiiischen lf/issmschafl 11nd die lranszendentale 1 a sus representaciones cosmológicas. De ahí proviene que se
Phiino111enologie: Gesammclte Werke, Band VI (Den Haag 1962), 48-49.

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1. De la Astrología a la Astronomía 47
46 C.3. La revo/11ción galileana
como la línea perfecta y eterna por no tener principio ni fin.
nos haga tan extraña y tan incomprensible la actitud de los Era el movimiento más conveniente a los seres astrales o
sabios de entonces ante el caso Galileo. celestes. Estos cuerpos no estaban compuestos por ninguno
Pero es el hecho que desde Aristóteles (s.IV a.C.) y, sobre de los cuatro elementos sino por el misterioso q11into .. elemento
todo, desde Claudia Ptolomeo (s.ll d.C.) la descripción del o q11inta esencia, Tal realidad era, incorruptible, ingenerable, in-
cosmos lograda por ambos era unánimemente admitida en los mutable, perfecta, superior, por tanto, a todo lo terrestre ... Los
ambientes más cultos y, a pesar de las duras críticas de los griegos siempre creyeron que los astros eran divinidades ... Los
nominalistas en el siglo XIV, estaba todavía avalada por una árabes : monoteístas no podían afirmar ese pluralismo de . divi-
tradición de más de mil quinientos años. nidades, pero algunos de ellos consideraban a los astros .como
Claudia Ptolomeo, escritor perteneciente a la Escuela de inteligencias separadas influyentes y determinantes del conoci~
Alejandría, había escrito una obra llamada Mo:Elr¡µa:nici\ cruv- miento humano. Los cristianos no se atrevieron a tanto, pero
'tá~tS que los árabes tradujeron al latín, que fue leidísima en
sí veían en los astros seres superiores, perfectos, terribles y
toda la Edad Media y que se conocía &eneralmente con el que ejercían una gran influencia decisiva y fatal en los destinos
nombre arabizado de Al1JJagesto (del griego ri µe:y(cr'tfl cruv'tá~ts).
Se suele estimar a Ptolomeo como un peripatético, discípulo de los hombres.
En esta concepción que se había hecho tradicional, el orden
de Aristóteles, pero tiene no pocas influencias platónicas, es- divino de los astros del cielo definía el tipo · de todo orden
toicas, neopitagóricas, propias de quien se movía en un centro terrestre, ·ya que la sustancia celeste o quinta esencia estaba
cultural tan pluralista como Alejandría. dotada de una perfección inmutable y muy superior a la de
Con la Física de Aristóteles y el Al1JJagesto de Ptolomeo se los cuatro elementos (tierra, agua, aire, fuego) que componían
había llegado, en la Edad Media, a una representación del el mundo de aquí abajo. Por hipótesis, siempre <<lo alto» es
mundo físico sincretística que en pocas palabras era así: La más perfecto que <<lo bajo», y <<lo bajo» tiende a imitar, en lo
Tierra era el centro del universo. En ella, todos los cuerpos posible, a <<lo alto», en lo que recibe su último fundamento y
estaban formados por los cuatro elementos: tierra, agua, aire explicación. La certeza está arriba. La opinión, aquí abajo. Las
y fuego combinados en diversas proporciones, Cada uno de influencias platónicas son patentes. La naturaleza grosera de
ellos tenía su <<lugar natural» Oa Tierra, las nubes, la atmósfera, todo lo terrestre obstaculizaba el conocimiento intelectual y
la región más alta o ígnea) hacia el cual tendían siempre porque esencial. De ahí que la ciencia que estudiaba las realidades
estaban dotados de una causalidad final intrínseca y física. Esta terrestres y sus relaciones con las celestes fuese misteriosa y
tendencia natural de todos los elementos .a retornar a su <<lugar dificil; esotérica y para sólo los iniciados. Era la Astrología que
natural>> mantenía el dinamismo de las fuerzas cósmicas. Era, apasionaba a muchos espíritus selectos durante el Renacimiento.
además, un ímpetu de los cuerpos por el cual tendían teleo- La Alquimia buscaba la piedra filosofal, aquel talismán que
lógicamente hacia su naturaleza ideal o esencial. Si alguna vez transformaba en oro cuanto tocaba, el elixir que alargaba la
todos los seres volviesen a su <<lugar naturab>, el mundo terrestre vida; la panacea universal. La Astrología, por su parte, pretendía
alcanzaría su plenitud y su perfección.
saber cuanto se podía saber del universo, y desde sus cuerpos
Los cuerpos terrestres se consideraban además compuestos, y movimientos llegar a determinar las vicisitudes del hombre,
de materia prima y forma sustancial. Estos coprincipios for- las varias suertes de la historia. Los astrólogos, los teósofos,
maban la esencia o naturaleza de los cuerpos a la que se los quiromantes, los magos, sea por las virtudes secretas de
añadían formas accidentales. Cuando los cuerpos se transfor- los números, sea por las misteriosas palabras de la Cábala judía,
maban de unos en otros era por generación o corrupción sea por una magia seudo-científica, sea por la adivinación por
cualitativa de formas sustanciales. El movimiento en ellos era las rayas de las manos (quiromancia), sea por iluminaciones
el paso de la potencia al acto (act11s entis in potentia pro11t in divinas (teosofía), sea por observación de los movimientos de
potentia) aunque además se daba el movimiento translaticio, los astros sagrados, pretendían haber penetrado en las esencias
cuantitativo o mecánico. y relaciones últimas de las cosas, haber captado sus leyes y
Alrededor de la Tierra giraban los astros o cuerpos celestes, con ello poder predecir el futuro. El papa Paulo III (1534-1549)
en formas concéntricas o circulares, ya que el círculo era tenido
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48 1. De la Astrología a la Astrono111ía 49
C.3. La revol11ción galileana

no convocaba nunca un Consistorio sin que sus astrólogos le mativo de las energías que están sometidas a los sentidos y
predijesen una conjunción favorable de los astros. Y, si est? que son a la vez movientes y movidas; de alcanzar las esencias
hacía un papa culto y renovador, se puede calcular como vi- eternas e impasibles que residen bajo los accidentes, y esto a
virían sobresaltados los demás ciudadanos por las predicciones partir del conocimiento aproximado de los desplazamientos que
de los horóscopos, por las sospechas de fuerzas misteriosas e determinan los diversos movimientos y de las reglas que los
incontrolables. Se comprende también que mirasen al cielo si- someten a orden. Mejor que otra ocupación alguna, ella prepara
lencioso con sagrado terror. hombres que sepan, en la práctica y en las costumbres, discernir
Supuesto lo dicho, no extrañará que el estudio del cielo, lo que es bello y lo que es bueno. Por la contemplación de
de sus astros y del ·movimiento de sus supuestas esferas sus- la constante semejanza que presentan las cosas celestes, de la
citase una curiosidad apasionada en los intelectuales renacen- perfecta ordenación, de la' simetría, de la simplicidad que en ·
tistas, siempre deseosos de arrancar sus secretos a la· naturaleza. ella reina, se hacen amables los objetos en los que se encuentra
La universidad de Padua, alentada por los inquietos nominalistas esta misma belleza divina, el alma adquiere una constitución
y por los audaces averroístas, era el centro de irradiación y de que la asemeja a ellas y, por decirlo así, llega a hacerse natural
preocupación por descifrar tantos enigmas. Allí habían sido esa constitución» 3•
alumnos o profesores Nicolás de Cusa, Lefevre d'Etaples, Gior- Si toda la Teología, la Ascética y la Mística cristiana estu-
dano Bruno, Willian Harvey, Copérnico y Galileo. Mientras los vieron teñidas de platonismo, como lo estuvieron, se entiende
humanistas disfrutaban reviviendo tiempos remotos, algo nuevo que todavía en el siglo XVI, como lo había hecho Ptolomeo
fermentaba en el norte de Italia. Una llama luminosa iba a en el siglo 11, se considerase la Astronoinía o ciencia del cielo
brotar pronto. ¿Cómo ·seguir conformándose, para explicar el como muy vinculada a la Teología y a la unión con Dios. El
cielo y la Tierra, con entidades tan abstractas y metafisicas cielo era sagrado. ¿Acaso no había escrito Isaías: «Así dice
como las que utilizaban los aristotélicos: formas, sustancias, Yahveh: Los cielos son mi trono y la tierra, el estrado de mis
entelequias, acto y potencia, generación y corrupción, accidentes, pies?» (Is 66,1). ¿Y no decía el Salmo 19: «Los cielos proclaman
materia y forma? ¿No eran todas ellas conceptos metafísicos, la obra de Dios, el firmamento anuncia la obra de sus manos»?
no aptos para comprender y explicar suficientemente el mundo Su estabilidad y su orden eran la garantía de la estabilidad y
físico y sensible? ¿No eta necesario otro lenguaje y otra clase el orden cósmico y humano. Se tenía esta convicción por una
de explicación? Pero nadie la encontraba. Los escolásticos se- verdad adquirida, indiscutible y pacíficamente poseída. Tocarla
guían escribiendo comentarios y más comentarios a la Física era temerario y visto como intolerable audacia y peligroso error
de Aristóteles. En ellos explicaban la Física por la Metafísica contra la ciencia humana y divina.
puesto que daban por supuesto que aquélla era una derivación Hubo un hombre que descubrió la clave del enigma: Galileo
de ésta. Los paduanos estudiaban Matemáticas y Medicina, pero Galilei. A partir de él, y sólo a partir de él, la Astrología, los
el Gran Misterio permanecía herméticamente cerrado y no se mitos cosmológicos y los fisicos quedaron heridos de muerte.
encontraba la llave que proporcionase el acceso. A partir de él, y sólo a partir de él, la Astronomía y la Física
Tenía otros riesgos buscarla y encontrarla. Tal como se como ciencias autónomas y distintas de la Filosofía quedaron
había visto durante la Edad Media, la Astronomía o ciencia definitivamente fundadas. Galileo había encontrado las · claves
del cielo era la clave de bóveda de la ciencia, de la sabiduría justas y precisas para interpretar correctamente la naturaleza
e incluso de la religión. Una modificación en ella podía alterar celeste y terrestre y para dominarla. Descubrimiento no de
todo el sistema y hacer creer que se tambaleaba hasta lo más menor importancia que el de Cristóbal Colón. Fue Galileo el
sagrado e intocable. He aquí un párrafo elocuente y significativo que cambió la faz de la cultura. Galileo tuvo un fantástico
de la dedicatoria del Almagesto, escrita por el mismo Ptolomeo acierto. Sus seguidores cometieron gravísimos errores de alto
y dirigida a su hermano: «Nada mejor que la Astronomía podría costo para la humanidad que aún hoy estamos pagando. Por
abrir el camino al conocimiento teológico. Ella sola, en efecto, nada del mundo hubiera querido el piadoso Galileo que su
tiene el poder de alcanzar con seguridad la Energía inmóvil y
abstracta, tomando como punto de partida el estudio aproxi-
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Almagesto, Dedicatoria, en G. GusooRr, La révo/11/ion gali!éenne, t.I, 76.
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C.3. La revolución ga/i/eana 2. El caso Galileo 51
descubrimiento contribuyera a la secularización y al paganismo Galileo se adelantaba tres siglos a sus coetáneos cuando
pero tuvo seguidores de corta visión que quisieron aplicar el escribía en su larguísima y famosa Carta a la Duquesa Madre
método galileano, óptimo para las ciencias de la Naturaleza, a de Toscana, Cristina de Lorena: «La Santa Escritura no puede
las ciencias del hombre, y a la Metafisica. Entonces sobrevino mentir jamás, con la condición, sin embargo, que se penetre.
e.I desconcierto y la inseguridad en la que aún hoy vivimos.
en su verdadero sentido, el cual -no creo que esto se pueda
negar- muchas veces es oculto y muy diferente del que parece
2. EL CASO GALILEO indicar el simple significado de las palabras» 5• Sus jueces no
comprendieron la exactitud de estas afirmaciones y actuaron
No espere el lector que entre aquí a narrar detalladamente en coherencia con sus convicciones. Además no se habían
los conflictos de Galileo con la Inquisición romana. Se han distinguido aún debidamente las áreas de lo estrictamente cien-
narrado mil veces y se les ha magnificado indebidamente, hasta tífico y de lo religioso. Téngase también en cuenta que los
hacer de ellos un símbolo del oscurantismo eclesiástico y un jueces de Galileo estaban todos formados en el aristotelismo,
tópico, ya demasiado manido y manipulado por los que ignoran al que daban una autoridad muy superior a la que merecía,
todo lo sucedido y el contexto histórico en que sucedió. En sobre todo en la Física. Les parecía intocable el sistema aris-
realidad no fue sino un error de un Tribunal eclesiástico que totélico-tolemaico porque con él se había formado durante la
dictaminó, de buena fe, en un ámbito para el que no tenía Edad Media una referencia teológica casi indiscutida y a la que
competencia. Si el Sol se mueve alrededor de la Tierra, o la se miraba como expresión única de la fe de la Iglesia. La
•Tierra se mueve alrededor de su eje y por ello parece que es autoridad de Aristóteles era absoluta. De él había escrito Ave-
·el Sol el que gira, es un problema que no cae dentro de la rroes: "<<Aristóteles es la regla y el ejemplo que la naturaleza
zona de la fe y las costumbres, que es en la que la Iglesia encontró para mostrar la última perfección humana. Es la suma
tiene jurisdicción y autoridad docente. Hoy lo vemos con evi- verdad porque su intelecto fue el término del intelecto humano.
dencia. Los jueces que condenaron a Galileo eran hijos de su Fue dado a nosotros por la Divina Providencia a fin de que
cultura y por ello leían la Biblia y la interpretaban según el conozcamos todo lo que se puede conocer» 6 • Galileo, además,
sentido meramente literal. En la Biblia así leída, hay textos que no perdía ocasión de zaherir y ridiculizar a Aristóteles y a los
afirman el movimiento solar alrededor de la Tierra, que era la aristotélicos. Con frecuencia se atrevía a escribir: «Contra Aris-
opinión vulgar y corriente en la época en que los libros bíblicos totelem demonstro», «error Aristotelis monstrattm>, etc. «Cómo .te hu-
se escribieron, sin que por eso pretendan hacer afirmaciones bieras reído conmigo -escribía a Kepler- si hubieses podido
religiosas sobre Astronomía. Los jueces de Galileo creyeron ver oír en Pisa al filósofo más distinguido de nuestra Universidad
una contradicción entre la afirmación heliocéntrica galileana y
hablando contra mí ante el Gran Duque, empeñarse en des-
las proposiciones bíblicas, que entendían al pie de la letra, y
que consideraban como íntimamente vinculadas con la revela- colgar del cielo y expulsar a los nuevos planetas a fuerza de
ción divina. Si el Sol era el centro del cosmos, como afirmaba argumentos lógicos empleados como fórmulas mágicas» 7 •
Galileo, entonces era inmóyil y era la Tierra la que se movía. Por otra parte, las pruebas que aducía Galileo en favor de
Los jueces eclesiásticos creyeron que debían defender la Biblia su sistema no eran convincentes, aunque él las defendía con
leída literalmente 4• testarudez y obstinadamente se negaba a dar valor sólo hipo-
4
recorrido» (Is 38,8b). «El, como un esposo que sale de su tálamo, se recrea
He aquí al¡,>unas de las frases de la Biblia que crearon la dificultad: «El cual atleta corriendo su carrera. A un extremo del cielo es su salida y su
día en que Yahveh entregó al amorreo en manos de los israelitas, Josué se órbita llega al otro extremo sin que haya nada que a su ardor escape» (Sal
dirigió a Yahveh y dijo: Detente, sol, en Gabaón, y tú, luna, en el valle de
18,6-7).
Ayyalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó ' G. GALILlll, Le/lera a Madan1a Cristina de Lorma: Le Opere de G. Galilei,
de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el Libro del Justo? El sol se paró Ediz. Nazionale, t.5 (Firenze 1932), 315.
en medio del ciclo y dejó de correr un día entero hacia su ocaso» Gos 6
Cit. en G. FRAILE, Historia de la Filosofía, t.11 (Madrid 1960), 658.
10,12-13). «Sale el sol y el sol se pone, corre hacia su lugar y allí vuelve a 7
Carta de Galileo a Kepler, 19 de agosto de 1610: Opere, Ediz. Naz. t.10,
sa!im (Ecl 1,5) «Y retrocedió el sol !os diez grados en los grados que había 423 .

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52 CJ. ÍA revolución galileana


2. El caso Galileo 53
tético a la teoría heliocéntrica, como certeramente le aconsejaba
el cardenal Bellarmino. De estas premisas se siguió la conde- La equivocación del tribunal eclesiástico es en sí, como
nación precipitada e indebida del heliocentrismo. Los jueces de hemos dicho, un episodio de poca trascendencia en compara-
Galileo eran clérigos y no podían entender aún que hubiese ción del mayor descubrimiento de Galileo, que no fue preci-
ciencias autónomas de la Teología. Si/ete, theo/ogi, in n11mere alieno, samente el heliocentrismo, ya propuesto por Copérnico, sino
escribía Alberico Gentili (1552-1608), un jurista italiano, en su la desmitologización de los astros y la estructura matemática
Comentario De i11re be//i (1588), pero tenía que escribirlo refu- de toda la realidad sensible. Con ello, Galileo transformaba la
giado en el remoto Oxford. Faltaban más de trescientos años
para que un concilio, el Vaticano II, reconociera oficialmente de las Ciencias Naturales. Lo sorprendente es la valoración que de ahí deduce:
la legítima autonomía de las ciencias y deplorase «ciertas acti- "una vez que está fuera de duda la relatividad del movimiento, un antiguo
tudes que han existido entre los cristianos mismos, insuficien- sistema de referencia humano y cristiano no tiene derecho de inmiscuirse en
temente advertidos de la legítima autonomía de la ciencia. Fuen- los cálculos astronómicos y su simplificación heliocéntrica, pero tiene un pleno
derecho metódico, por las implicaciones de importancia humana que comporta,
tes de tensiones y de conflictos, han conducido a muchos de mantener esta Tierra en el centro y de ordenar el mundo en relación a
espíritus a pensar que la ciencia y la fe se oponían>> 8• El cuanto sucede y ha sucedido en ella".
tribunal que condenó a Galileo se equivocó. Su error principal Si continuamos distinguiendo de modo más preciso ambas esferas metó-
fue dictaminar en materias que no eran de su competencia. El dicas entre sí, reconociendo tanto su derecho respectivo como sus ·límites,
suena mucho más agresivo el resumen del filósofo escéptico-agnóstico P.
escándalo provocado por este hecho tiene mucho de farisaico: Feyerabend, cuando escribe: "La Iglesia de la época de Galileo se atuvo más
¡Ojalá ningún otro de los. grandes tribunales de la historia a la razón que el propio Galileo, y tomó en consideración también las
hubiese tenido mayores equivocaciones! Contra lo que se ha consecuencias éticas y sociales de la doctrína galileana. Su juicio contra Galíleo
dicho, Galileo, nunca estuvo preso en las cárceles de la Inqui- fue racional y justo, y sólo se puede justificar su revisión por motivos de
oportunidad política". Desde el punto de vista del efecto práctico, los dos
sición y, aun después de la condena, se le permitió vivir en científicos naturales y filósofos C.F. von Weizsacker y G. Altner dan un paso
su finca particular <<ll Gioiello», cerca de Florencia 9• adelante cuando creen descubrir una vía dimtisima que conduce de Galileo a ,
la bomba atómica. Con gran sorpresa por mi parte, en una reciente entrevista
8
CoNouo VATICANO II, Constitución Ga11dir1111 et spes, n.36. sobre el caso Galileo no me ha sido formulada una pregunta del tipo: ¿por
9
Aun reconociendo el error de los jueces de Galileo, en materias astro- qué la Iglesia ha pretendido obstaculizar el conocimiento de las Ciencias
nómicas, he aquí como lo comenta persona tan autorizada como el cardenal Naturales?, sino exactamente la contraria: <<¿por qué no ha tomado una po-
Joseph Ratzinger: «Galileo se presenta como la víctima de ese oscurantismo sición más clara contra los desastres que habían de resultar cuando Galileo
medieval que subsistiría en la Iglesia. Entre el bien y el mal se quiere imponer abrió la caja de Pandara?>>. CARD. J. RAr.1:1NGER, Perspectivas y tareas del Catolicismo
una distinción nítida: de una parte, encontramos la Inquisición como la fuerza en la actualidad y de cara al fi1t11ro, en AA.VV., Catolicismo y C11lt11ra (Madrid
de la superstición, opuesta a la libertad y al conocimiento. De otra parte, 1990), 101-103. El llamado principio antrópico, defendido por J. H. WHEELER,
está la ciencia natural, representada por Galileo, como fuerza de pro¡,>reso y B. CARTER, J. D. BARROW, F. J. TIPLER y otros científicos, viene a dar la
de liberación del hombre de las ataduras de la ignorancia que lo mantienen razón, en algún sentido, a los jueces de Galileo: La Tierra no es el centro
impotente frente a la naturaleza [...]. Curiosamente fue Ernst Bloch, con su geográfico del cosmos, pero la Astrofísica moderna hace pensar que la Tierra,
marxismo romántico, uno de los primeros que se opuso abiertamente a este en la Tierra la vida, en la vida el hombre, son el sentido y el término de
mito y ofreció una nueva interpretación de lo sucedido. Para Ernts Bloch, la evolución cósmica, cf. B. CARTER, en M. S. LoNGAIR (edit.), Co11fro11tatio11
el .sistema heliocéntrico descansa sobre presupuestos indemostrables, igual que of cosmological Theories l/IÍlh Observational Data (Dordrecht 1974), 291-298; J.
ocurria con el geocéntrico. El nuevo sistema se caracteriza, ante todo, por LESLIE, The Prereq11isiles far Lije in 011r Universe, en G. v. CoYNE, M. l-IELLER,
la aceptación de un espacio tranquilo que, sin embargo, se ha vito sacudido J. ZYCINSKY (edit), Ne1vton and the Ne/11 Directirm in Scie11ce (Citta del Vaticano
después por la teoría de la relatividad. Dice textualmente: "por tanto, con la 1988); J. DE BARROV, F. J. TIPPLER, The Anthropic Cos111ological Principie (Oxford
abolición de un espacio vacío y tranquilo no se produce ningún movimiento 1986); G. V. CoYNE, A. MASAN!, JI principio antropico ne/la scienZf1 cosmologica: La
hacia él, sino tan sólo un movimiento relativo de los cuerpos entre sí, Civilta Cattolica (1989/III), 16-27. Son importantes las palabras del papa Juan
dependiendo su posición de la elección del cuerpo tomado como punto de Pablo II: «En tiempos de Galileo era inconcebible imaginarse un mundo que
referencia: así, en el caso de que la complejidad de los cálculos resultantes estuviera desprovisto de un punto de referencia fisico absoluto: Y dado que
no lo hicieran impracticable, se podría suponer, ahora como antes, la Tierra el cosmos entonces conocido, por decirlo así, estaba contenido sólo en el
como fija y el Sol como móvil. La ventaja del sistema heliocéntrico frente sistema solar, no se podía situar este punto de referencia más que en la
al geocéntrico no consiste, por tanto, en una mayor correspondencia con la Tierra o en el Sol. Hoy después de Einstein y en la perspectiva de la
verdad objetiva, consiste solamente en que nos ofrece una mayor facilidad Cosmología contemporánea, nin¡,runo de estos puntos de referencia reviste In
para el cálculo". Hasta este momento, 13loch expone sólo una concepción importancia que tenía entonces» (Dismrso a la /lcade111ia Po11t!ficia de las Cimcias,
31.X.1992).
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·~cJ. j:;¡¡' revol11ció11 gt1lilet111t1 3. El nuevo y definitivo 111étodo cient[jico 55

nueva concepción astronómica en una nueva Cosmología o atrevía a considerarlas como perturbaciones del mismo Sol. Vio
interpretación total del cosmos. Es este último hecho el que que aparecían estrellas nuevas que hadan dudar de la inmuta-
hace de Galileo el definitivo impulsor de la Modernidad y el bilidad de los cielos. Siguió la marcha de tres cometas apare-
que le confiere toda la importancia en el ámbito cultural eu- cidos en el otoño de 1618. Hizo, en fin, múltiples observaciones
ropeo. La desmitologización del cielo y la formulación del experimentales y procuró atenerse a los datos de la realidad
método matemático-fisico fueron el golpe de timón que orientó más que a las teorías de los filósofos. Invitó a sus colegas de
la cultura occidental hacia la técnica y el dominio de la natu- Padua a que mirasen por el telescopio. No todos se atrevieron
raleza con todas sus consecuencias favorables y desfavorables. por temor a que sus observaciones contradijesen a Aristóteles.
Todavía nuestras sociedades viven y vivirán del descubrimiento Tanto más que en la observación a través de instrumentos,
de Galileo 10• los sentidos podían engañarse, no así Aristóteles, cuya autoridad
era indiscutida desde tiempo inmemorial.
Después de todas sus observaciones repetidas y precisadas,
3. EL NUEVO Y DEFINITIVO METODO CIENTIFICO Galileo tuvo primero la sospecha y después la convicción de
que las cosas eran así en el cielo como en la Tierra; es decir,
Unas palabras sobre cada uno de estos temas ayudará a que la Luna, el Sol, los astros celestes todos, no estaban for-
comprender mejor la figura de Galileo y la importancia decisiva mados por una quinta esencia inmutable, ingenerable, incorrup-
que su obra ha tenido en el proceso de secularización. tible, superior y perfecta pero que, en fin de cuentas, nadie
Es sabido que Galileo tuvo la audacia de mirar el cielo había visto ni tocado y nadie sabía en concreto qué y cómo
con extremada curiosidad para replantearse si era verdad cuanto era, sino que estaban compuestos de elementos idénticos a los
de los astros y las esferas se venía diciendo en los ámbitos que formaban los cuerpos terrestres. El movimiento circular
cultos de la época. En 1609, y mientras enseñaba Matemáticas no era más perfecto que el rectilíneo, ¿por qué habría de serlo?
en Padua, logró construir un telescopio más perfecto que los No existía ningún <<lugar natural>> al que tendiesen finalística-
que se habían construido en Holanda y a través de tal aparato mente los cuatro elementos terrestres. El movimiento compro-
miró fija y largamente a la Luna, a los astros e, incluso, al bable era sólo mecánico, y por tanto mensurable y expresable
Sol. Con asombro observó que la Luna tenía cráteres, monta- en términos matemáticos; el movimiento deja de ser el paso
ñas, valles y lo que él creyó ríos y mares. Descubrió, además, de la potencia al acto o el cambio de forma, y empieza a ser
los satélites de Júpiter a los que llamó «planetas medíceos», en una variación mecánica determinable por cifras, «el desplaza-
honor de sus protectores los Médici de Florencia. El movi- miento de una cosa con relación a otra» 11 •
miento de tales satélites le confirmó en que la Tierra podía Difícilmente nos hacemos nosotros cargo de lo que signi-
moverse sin por ello perder la Luna. Observó las fases alter- ficaba para los hombres del siglo XVI esta desmitologización
nantes de Venus, los anillos de Saturno, la Vía Láctea. Se
del cielo.
confirmó en la existencia de verdaderas manchas en el Sol que
Se perdía el temor reverencial a <<lo alto», la epistemología
crecían y disminuían y sobre ello discutió con el jesuita alemán
· medíeval, tan influida por el platonismo, que veía en los astros
Christopher Scheiner, que las había visto primero, pero no se
y sus esferas el arquetipo de la armonía, la belleza, la perfección,
10
La bibliografía sobre la figura y el proceso de Galileo es copiosísima. la verdad y el bien se quedaba sin fundamento; el cosmos
Como libro orientador puede verse P. PoUPARD (dir.), Galileo Galilei: 350 ans entero perdía su sacralidad, pues todo él era homogéneo. Todo
d'bisloire, 1633-1983 (fournai 1983), con abundante bibliografia; W. BRANDMü- era como en el bajo suelo. Galileo establecía la unidad física
LLER, Le cas Ct1lilée: Vérité el légende. Origine el conseq11e11ces: Ateísmo y Diálogo del mundo y, con ella, la unidad de la ciencia sobre el mundo;
(1980), 127-149; K. F1SHER, Galileo Calilei (Barcelona 1986); L. GEYMONAT,
Galileo Galilei (Barcelona 1969); W. R. SF..A, La revol11ció11 i11telect11al de Galileo una única ciencia podría explicar el cielo y la Tierra; esa ciencia,
(Barcelona 1983). En el primer proceso (1616) se le impuso a Galileo el en adelante, no tendría directamente nada que ver con lo
mandato de no defender la teoría heliocéntrica por ser «formalmente herética>>.
En el segundo y definitivo proceso (1633) se le condenó y se le obligó a 11
Ct1r/11 del P. Ct1.rtclli 11 C11'i!t>n, 1 de abril de 1697, en la que hace
abjurar por su postura «vehementemente sospechosa de her<:jía». referencia a esa <leliniciún dada por Galileo: Opere, Ediz. Naz. t.10, 170.

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3. El 1111evo y definitivo 111étodo cient(fico 57


56 C3. La revo/11ción galileana
2.º Formulación de una hipótesis . explicativa de. tales fe-
religioso, sería una ciencia autónoma, apoyada en la observación nómenos y de su constancia.
y en el cálculo matemático. Los teólogos perdían su primacía 3.º Comprobación de esta hipótesis por medio de experi-
omnipotente. El cosmos empezaba a aparecer como una gran mentos, si ello es posible.
máquina. 4.º Formulación de una ley de los fenómenos en términos
Con ser de enorme trascendencia la desmitologización del matemáticos que le dan valor universal y necesario 12 •
cosmos y el descubrimiento de su homogeneidad, confirmada Estos cuatro pasos constituirán ya para siempre el proceso
plenamente en nuestros días por las informaciones de los sa- de toda investigación de la naturaleza. Ellos confirmarán la
télites espaciales, creemos que fue aún más importante el hecho tesis galileana de que la naturaleza está escrita en términos
de que Galileo haya sido capaz de formular el método exacto matemáticos y que es con el instrumento de las Matemáticas
y apropiado para el estudio ulterior y el dominio de los fenó- como debe ser leída. Gracias al método galileano, seguido
menos de la naturaleza. Fueron no pocos los descubrimientos después por todos los físicos, se han hecho posibles los in-
físicos que logró formular con términos y fórmulas matemáticas, numerables descubrimientos físicos posteriores, el dominio de
y, por tanto, necesarias y universales. Así, por ejemplo, la ley la naturaleza y la aparición de una verdadera ciencia física tan
de la caída de los cuerpos: en la caída de los cuerpos, el compleja y vasta como es la de nuestro tiempo. Einstein pudo
espacio recorrido es proporcional al cuadrado del tiempo em- escribir que el descubrimiento y el uso del razonamiento cien-
pleado en la caída; la ley del movimiento del péndulo: el tífico logrado por GaWeo fue «uno de los más importantes
movimiento del péndulo es uniforme cualquiera que sea el arco acontecimientos en la historia del pensamiento humano y señala
que describe; la ley de la inercia: una masa en movimiento el verdadero comienzo de la Física>>.
sigue moviéndose hasta que alguna fuerza actúa para detenerla, Galileo, que tuvo siempre un profundo sentido religioso,
principio que por sí anula el <<lugar natural» y da la posibilidad pensaba que Dios había escrito dos libros, uno la Sagrada Es-
de un movimiento rectilíneo, uniforme e indefinido; la defini- critura para enseñarnos las verdades teológicas y morales, otro
ción del movimiento uniformemente acel~rado como aquel que, la naturaleza, pero ésta está escrita en términos matemáticos y
partiendo del reposo, adquiere incrementos iguales de velocidad sólo quien domina las Matemáticas puede leerla: <<las Matemáti-
durante intervalos iguales de tiempo. Comprobó además el mo- cas son para los matemáticos» 13 • Sin embargo, de sus principios
vimiento parabólico de los proyectiles y, como ya hemos dicho, se seguía que la nueva Filosofía, apoyada en la observación y
los movimientos regulares de los astros, etc. en la Matemática, no necesitaba de ninguna otra apelación para
Era una manera completamente nueva de hacer Física y explicar el mundo. «La Filosofía está escrita en este grandísimo
era una nueva Filosofía· de la naturaleza. Galileo ya no se libro ql.le continuamente está abierto ante nuestros ojos (quiero
interesa por la esencia de los seres, se interesa sólo por el decir el universo), pero no se puede entender si primero no ·se
fenómeno; no se interroga qué son los cuerpos sino cómo aprende su lengua y los caracteres en los que está escrito. Está
actúan, no investiga la estructura sino el acto, no le preocupa escrito en lengua matemática y los caracteres son triángulos,
la finalidad sino la eficiencia. Y encuentra en todas partes la · círculos y otras figuras geométricas sin los cuales medios es
dimensión cuantitativa que se expresa en números. imposible humanamente entender una palabra; sin ellos es un
En su nuevo método se desembaraza de todos los elemen- vagar vanamente por un laberinto oscuro» 14•
tos tomados de la Metafísica aristotélica, y utilizados para ex-
12 Esta misma formulación la da explícitamente, con al¡,,•1.ma variante por
. plicar los fenómenos naturales: formas, acto, potencia, cualid:i,d,
referirse sólo a los fenómenos astrales, en su Tmllafo della sfera ovvero Cos111ogmjia:
generación, corrupción, contrarios, sustancia, accidente, etc. To-
Opere, Ediz. Naz., t.2, 211-212.
do se hace más sencillo y más realista. El nuevo método 13 Las tesis principales de Galileo a este respecto y los textos correspon-

científico tendrá sólo cuatro pasos y siempre los mismos: dientes pueden verse en. P. Russo, S. I., Calilée et la c11lt11re t/Jéolo,~iq11e de son
1.º Observación atenta y repetida de los fenómenos que, tenps, en el vol. en colaboración Galileo Calilei, 350 ans d'/Jistoire 1633-1983,
bajo la dirección de Paul Poupard (fournai 1983), 161-168.
en cualquier caso, deben ser respetados, frente a cualquier 14 JI Saggiatore: Opere, Ediz. Naz. t.6, 232.
autoridad.
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4. ConseC11encias de la revolución gali/eana 59


58 CJ. La revo/11ció11 galileana

Galileo era un astrónomo, un fisico, un científico, pero su 4. CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCION GALILEANA


cosmovisión trastocaba toda la Filosofía comúnmente admitida
y considerada siempre como antilla Theologiae. No es, pues, ,.Para el intento de este libro es conveniente que adelantemos
extraño el sobresalto de los teólogos. Adelantándose a su siglo, algunas de las ideas que, andando los años y los siglos, se
advertía Galileo que «si sabemos por la boca del mismo Espíritu deducirían de los nuevos planteamientos científicos y que for-
Santo que Dios ha entregado el mundo a las disputas de los marían pronto parte de la cultura <<moderna>> y secular. He
hombres para que el hombre no encuentre la obra completa aquí una breve enumeración:
que Dios ha realizado (Eclesiástico, c.3) no se deberá, a mi Con Galileo triunfa definitivamente, en el desarrollo de las
parecer, contradiciendo a tal sentencia, cerrar el camino al libre Ciencias de la Naturaleza, el valor de la observación y el
filosofar acerca de las cosas del mundo y de la naturaleza respeto a los datos sobre el principio de autoridad. Más aún,·
como si ya todas estuvieses encontradas y clarificadas con cer- en sus descubrimientos físico-matemáticos alcanza todo su valor
teza>> 15• Además, continúa, si se rehúsa corregir una interpre- el método inductivo porque de observaciones singulares se llega
tación de la Escritura que está en oposición con una propo- a la formulación de leyes universales y necesarias. Este método
sición cierta de la ciencia, se le causa un gravísimo perjuicio era contrario al método deductivo utilizado generalmente en la
a la fe cristiana. Nadie podrá extrañarse después de que los Filosofía.
sabios infieles se aparten de ella. Cita, en apoyo de esta ob- Galileo también quería hacer Filosofia de la naturaleza y
servación, textos de Pererio y de san Agustín. no sólo Matemáticas «profesando haber estudiado más años de
Las Matemáticas que hizo triunfar Galileo no fueron las Filosofía que meses de Matemática pura>> 16 , pero la hacia de
Matemáticas entendidas al modo pitagórico o platónico como ·una manera completamente nueva porque sus razonamientos
se entendían en la Edad Media y aun en el Renacimiento, y se apoyaban sobre una base experimental y científica. El nuevo
hasta Kepler, es decir, como emanaciones de formas descenden- método matemático-físico, en realidad, venía a separar para
tes en su perfección. Para Galileo, las figuras y los números no siempre las dos disciplinas, Física y Filosofía. Es a partir de
son formas de los cuerpos más o menos perfectas, son senci- Galileo cuando se ha distinguido debidamente el objeto de las
llamente magnitudes cuantificables y factores operativos, gracias dos ciencias, la ciencia de la naturaleza o Física, y la ciencia
a los cuales se puede llegar a expresar la realidad con ecuaciones. de lo metasensible o Metafísica. De no haber distinguido con-
Galileo realizó, pues, la hazaña que no había sabido realizar venientemente estas dos ciencias con su objeto propio y su
ningún sabio de la Antigüedad, ni del Medioevo, ni del Rena- método especifico, provinieron entonces, han provenido des-
cimiento, a saber, asociar coherentemente experiencia y Mate- pués, provienen hoy -y temo que provendrán siempre- in-
máticas y con ello fundar para siempre la ciencia físico-mate- numerables. confusionismos. Las dos son verdaderas ciencias,
mática. Francisco Bacon (1561-1626) vio bien la importancia pero por tener objetos distintos tienen también métodos dis-
de la observación empírica, pero no supo encontrar las dimen- tintos. No era legítimo querer explicar la. Física con términos
siones matemáticas de la naturaleza. René Descartes (1596-1650) y método metafísicos. Y no es legítimo querer explicar la
fue un gran matemático, pero desestimó los datos ·de la expe- Metafísica con términos y método matemáticos.
riencia. Fue Galileo el que armonizó y justipreció ambas di- A partir de Galileo, el movimiento de los cuerpo pierde
mensiones de la realidad física, los datos de la experiencia y toda connotación metafísica y toda consideración cualitativa y
la racionalidad matemática. Las Matemáticas son la verdad de empieza a ser considerado sólo como movimiento mecánico.
lo real. Tal es la fórmula de la revolución galileana. Para Aristóteles, y los aristotélicos, como ya se ha dicho, el
Su amor y su admiración por las Matemáticas no tuvo movimiento se definía como act11s entis in potentia pro1f/ in potentia
limites. En cierta manera, podríamos decir que para Galileo la (el acto del ente en potencia en cuanto está en potencia o,
ciencia matemática es tan perfecta que es una ciencia divina,
una especia de Teología secularizada, como veremos enseguida. 16 Carta de Galileo a Be/isario Vinta: Opere, Ediz. Naz., t.10, 353. Sobre
Galileo filósofo, cf. J. J. FERRERO BLANCO, Galileo Galilei el filósofa (Bilbao
15
Lettera a Madama Cristina de Lorrna: Opere, Ediz. Naz., t.5, 320-321. 1986), con abundante bibliografía.

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60
C.3. La revoúwifn galileana 4. Consemencias de la revolución galileana 61

más sencillamente, el paso de la potencia al acto). Era una con estas palabras, un arriesgado paso hacia el inmanentismo
definición estrictamente metafísica. Para Galileo, en cambio, no cartesiano: lo que yo pienso como necesariamente perteneciente
hay otra consideración del movimiento que la puramente me- a un ser, tiene que ser real. Tímida e involuntariamente se
cánica, es decir, aquella que puede expresarse en magnitudes iniciaba la prevalencia del pensamiento sobre el ser o, si se
cuantitativas y por lo mismo numéricas. La consideración fi- prefiere, el eclipse de la realidad bajo el velo del pensamiento.
nalista del movimiento queda también excluida. Este hecho, Qué graves consecuencias tendrá esta inversión, lo iremos vien-
que podría parecer intrascendente, llevará, años adelante, a la do en los capítulos siguientes.
consideración del mundo no más que como una máquina. Será Esta prevalencia y estima de las magnitudes cuantitativas y
la representación característica de los cartesianos y de los ilus- de su representación matemática llevó a la estima de la ciencia
tados del siglo XVIII. Aparentemente inocua, ella conduce di- matemática como la más perfecta de todas las ciencias, ya que
rectamente a dejar a Dios fuera del mundo. Será el deísmo, en ella se lograban unir las conclusiones racionales con los
del que hablaremos más adelante. valores irrefutables de la necesidad y la universalidad. La razón
Galileo distinguió ya entre lo que despu_és se llamarán cua- humana lograba ahí un éxito tal que se creyó que a través del
lidades primarias y cualidades secundarias. Mas aún, adelantán- raciocinio matemático se llegaba a conocimientos divinos. Es-
dose a Descartes, afirma que no puede concebir un cuerpo cribe Galileo en su Diálogo sobre los dos máximos sistemas: «Digo
sin las cualidades primarias o dimensiones cuantitativas, en cam- que el entendimiento humano comprende algunas proposiciones
bio, que puede concebirlo sin las cualidades secundarias. De tan perfectamente y tiene de ellas tan absoluta certeza cuanta
donde deduce que lo cuantitativo es objetivo y lo cualitativo, tiene de ellas la misma naturaleza; tales son las ciencias mate-
subjetivo. He aquí sus mismas palabras llenas de interés por .. máticas puras, es decir, la Geometría y la Aritmética, de las
el largo eco de problemas que ellas suscitarán: «Cuando yo cuales el entendimiento divino sabe infinitas proposiciones más,
concibo una materia o una sustancia corporal, me siento im- puesto que las sabe todas, pero de ·aquellas pocas conocidas
pulsado por la necesidad de concebir, al mismo tiempo, que por el entendimiento humano, creo que el conocimiento iguala
tal sustancia está delimitada y conformada por tal o tal figura, al divino en la certeza objetiva ya que alcanza a comprender
que es, en comparación con otras, grande o pequeña, que está la necesidad, sobre la cual no parece que pueda haber seguridad
en tal o tal otro lugar y tiempo, que se mueve o permanece mayor>> 18• La ciencia matemática queda así constituida en una
inmóvil, que toca o no toca a otro cuerpo, que es una o que ciencia divina por la certeza absoluta que engendra. De alguna
hay un número grande o pequeño de ellas; y por ningún manera, esta ciencia racional, comienza a ocupar el lugar de
esfuerzo de la imaginación puedo separarla de estas condiciones; la otra ciencia divina, la Teología. No es más que un inicio,
pero que deba ser blanca o roja, amarga o dulce, sonora o pero es un inicio. Día vendrá en que pretenda sustituirla de
muda, de un olor agradable o desagradable, no siento que mi manera completa. No interesará tanto alcanzar el conocimiento
mente se vea forzada a deber aprehenderla como necesaria- cierto del Absoluto como conocimientos absolutamente ciertos.
mente acompañada de esas propiedades [...]. A causa de esto El conocimiento de las leyes matemáticas de la naturaleza
vengo a· pensar que estos sabores, olores, colores, etc., no son es útil, ya que sirve para dominarla. Al fin se había arrancado
nada de parte del sujeto en el cual parece que residen [es a la naturaleza su secreto más profundo y ahora se podía
decir, en la cosa misma], no son otra cosa que nombres y no iniciar .el proceso del desarrollo de la técnica. La técnica, de
poseen su existencia .más que en el cuerpo sensitivo, de tal la que acertadamente dijo Heidegger que es una expresión de
manera que17suprimido el animal quedan aniquiladas todas estas la voluntad de poder del hombre, se fundamenta en la. Mate-
cualidadeS>> • Es verdad que las cualidades secundarias formal- mática lo cual indica que al pensamiento matemático corres-
mente están en los sentidos, aunque fundamentalmente están ponde la realidad del dinamismo físico y que, si se dominan
en la realidad. Pero prescindiendo de este tema gnoseológico, las Matemáticas, se domina la Física. En adelante, la naturaleza
lo que importa notar es que, sin pretenderlo, Galileo daba,
18
17 Dialogo s11i d11e 11Jassi111i sisle111i, Priflla giomafa: Opere, Ediz. Naz. t. 7,
// Saggialore: Opere, Ecliz. Naz. t.6, 345-348. 128-129.
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63
4. ConseC11encias de la revo/11ción gali/eana
62 C3. La revo/11ción ga/ileana
el arte de la astronomía, pero la Escritura Santa dice que Josué
ya no será vista como una explicatio Dei, un despliegue de la detuvo el Sol y no la 'fierra». Kepler fue rechazado por sus
divinidad, como todavía la contemplaba Nicolás de Cusa en correligionarios protestantes y buscó refugio en la Corte del
el siglo XV, un espejo de Dios que invita a su contemplación. Emperador católico. A título de curiosidad diremos que a fi-
La naturaleza pasa a ser un objeto frente a un sujeto; una nales del siglo XIX había todavía cuatro teólogos protestantes
cosa que el hombre debe dominar para utilizarla en provecho que, en nombre de la Biblia, se oponían al sistema coperni-
propio. Queda desacralizada. No es que la Teología o la Fi-
losofía anterior la considerasen como divina, porque ya el Gé- canoLa19 •revolución galileana ha sido, sin que Galileo lo preten-
nesis (1,28) la había desmitologizado y puesto al servicio del diera, un salto adelante en el proceso de secularización. De
hombre, pero sí se veía en ella una participación creada de momento, una secularización de la ciencia física. Hasta él, la
las perfecciones increadas de Dios. Teología era la reina indiscutida. Nada ni nadie podía contra-
Por lo dicho hasta ahora, aparece ya claro que en adelante decirla y con ella debía confrontarse cuanto hicieran las otras
interesará cada vez más el fenómeno .. El ser de las cosas, la
ramas del saber. Esta jerarquía hace quiebra con Galileo. La
realidad última de ellas, las dimensiones metafísicas reales como Física, que ahora se expresa por la Matemática, alcanza su
la contingencia, la analogía, la finalidad, la participación, etc., brillante estatuto de autonomía y tras ella lo alcanzará la Fi-
pierden interés; quedan como un misterio último al que no se
losofía, cuando se pretenda hacer de ella una ciencia matemá-
puede o al que no importa llegar. Interesan, en cambio, cada
tica. Día vendrá en que Hegel someta la Teología a la Filosofía
vez más, los comportamientos fenoménicos porque su conoci-
racional o «saber absoluto». La sierva pasa a ser señora y pone
miento posibilita el dominio. La realidad se divide en esencia
y fenómeno y una gran parte del pensamiento moderno se la antigua señora a su servicio.
El hombre de la época barroca tenía todavía una represen-
desarrollará sobre la hipótesis de esta funesta y falsa distinción.
tación del cosmos en la que se integraban el cielo y la Tierra,
La Física será la ciencia del fenómeno, comprobable y exacta.
el tiempo y la eternidad, lo divino y lo humano, la Iglesia y
La Metafisica, la ciencia conjetural de unas esencias incognos-
el mundo, la ciencia, la técnica y la fe. Ese cosmos había
cibles. Por eso, los ilustrados despreciarán la Metafísica y Kant
creerá -equivocadamente- haber ratificado críticamente su salido de las manos de Dios y tendía hacia EL La última
imposibilidad como ciencia. explicación de esta época, hasta en los dominios profanos de
Galileo combatía enérgicamente la Física de Aristóteles. Los la Historia, la Economía, la Sociología, etc., se encuentra en
galileanos no supieron o no quisieron distinguir entre Física y el horizonte de lo religioso. El golpe de timón que orienta la
Metafisica. La ruina de la Física arrastró, por desgracia, a la nave de la cultura europea en otra dirección, es decir, hacia
Metafisica. Los escolásticos tampoco tuvieron la agudeza y la el racionalismo secular, lo dio Galileo. El influjo de la revo-
flexibilidad suficientes como para tomar conciencia del fin de lución galileana alcanzará poco a poco a ciencias -de las que
una época, en lo que afectaba a las explicaciones físicas, y Galileo nunca se preocupó, como la Pedagogía, la Exégesis o
defender lo que seguía siendo válido de la construcción aris- la Arquitectura. Como ya hemos dicho, con esto no queremos
totélica, que eran muchos elementos de su Metafísica. Siguieron cargar toda la responsabilidad sobre sus espaldas. El acertó
escribiendo comentarios a la Física de Aristóteles, que estaba plenamente cuando descubrió el método preciso y exacto para
herida de muerte. comprender y dominar la naturaleza. No tuvo la culpa de que
La condenación de la Inquisición que cayó sobre Galileo espíritus menos avisados extrapolaran el método y quisieran
paralizaba cualquier intento de caminar en su misma dirección hacer con él Filosofía. Esa fue la desgracia. El método mate-
en los ambientes universitarios. No era la intención de la In- mático es óptimo para explicar y comprender todo lo cuanti-
quisición obstaculizar la investigación astronómica, pero de he- tativo de la naturaleza. Pero todo lo que hay de real en la
cho estableció zonas prohibidas. En los medios protestantes, naturaleza, ¿es cuantitativo? Es evidente que no. Lo real, el
que tenían la Biblia y su lectura literal como única fuente de Cf. \'\'. BRA:-.:m1t:LWR, Le ras Gali!ée: T"élilé el /égende. Otigi11e el roJ1seq11mces:
revelación, la oposición a Galileo fue aún más cerrada. Lutero 19
Ateismo e Dialogo XV (settembre 1980), 133.
había dicho de Copérnico: «Este loco quiere revolucionar todo

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. 4. Consectiencias de la rcvof11ción gali/eana
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C.
. ~ser, es mucho ~s rico y si se pretende comprenderlo con el hombre moderno experimentó que estaba sobre la Tierra, pero
método matemático, como se pretendió, se deforma la realidad que ésta no era sino un pequeño astro que flotaba y caminaba,
hasta destruirla o al menos se deja caer sobre ella un telón aparentemente sin rumbo, a través de espacios infinitos. Tuvo
que la encubre. Era a tal extrapolación a la que se refería la sensación de soledad y de inseguridad. Otros descubrimientos
Husserl en el texto que citábamos al principio de este capítulo, contribuyeron al desconcierto humano que ha desembocado en
y en el que denunciaba la sustitución que se hace, a partir de el vacío existencial que padecen muchos hombres de hoy.
Galileo, de la realidad por la representación de la realidad, del
mundo real por «un universo de entes de razón con base
matemática». La Geometría y las ecuaciones reemplazarán a la
realidad del ser. Serán ellas las que engendren la certeza. La
certeza como actitud subjetiva será más valorada que la verdad
como expresión de la realidad. Se buscará más la certeza que
la verdad y, a partir de Descartes, seguidor de Galileo, triunfará
el subjetivismo de la conciencia lógico-sicológica sobre el ob-
jetivismo de lo real que se abre al sujeto percipiente. Así se
comprende mejor por qué Heidegger caracterizaba el pensa-
miento moderno como <<la época de las concepciones del mun-
do» y del olvido del ser.
La teoría copernicana del heliocentrismo, confirmada y de-
fendida por Galileo, tuvo aún otra importante consecuencia.
Hasta el siglo XVI, los hombres tenían una tranquila seguridad
de su ubicación en el cosmos. Estaban en la Tierra, y la Tierra
era el centro del mundo todo, que, por lo demás, era relati-
vamente pequeño. Todos los astros giraban alrededor de la
Tierra y era fácil, por todo ello, sentirse seguro e incluso
privilegiado. El salmo bíblico lo cantaba bellamente: «Cuando
contemplo el cielo obra de tus dedos, la luna y las estrellas
que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de
él, el ser humano para darle poder? Le hiciste poco inferior
a los ángeles, le coronaste de gloria y dignidad, le diste el
mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo
sus pies; rebaños de ovejas y toros y hasta las bestias del
campo, las aves del cielo, los peces del mar que trazan sendas
por el mar. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre
en toda la Tierra!» (Salmo 8). Pues bien, he aquí que aquel
fraile trotaconventos y apóstata, pero inteligente e intuitivo,
que fue Giordano Bruno (1548-1600), influido por un gran
pensador del final del Medioevo, Nicolás de Cusa (1400-1464),
había admitido el heliocentrismo coperni.!=ano pero había am-
pliado mucho más su visión y opinaba ·que el sistema solar
no era el centro del cosmos, que era sólo una parte porque
el cosmos era infinito y, por ello, no tenía centro, ni arriba,
ni abajo. La tesis, poco a poco, se iría confirmando y así, el

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CAPÍTULO N

LA SECULARIZACION DE LA POLITICA

La política: He ahí una. de las ciencias y de las artes más


conflictivas en toda la historia del pensamiento. ¡Ardua tarea
la de saber y poder gobernar a hombres tan distintos y, además,
libres y conscientes de su libertad!
Los grandes pensadores griegos, Platón, Aristóteles y los
estoicos, ya se ocuparon de la Filosofía política. Los romanos
estuvieron dotados de un admirable instinto de la equidad y
de la justicia y crearon ese monumento imperecedero que es
el Derecho Romano, base y principio de todos los códigos de
Derecho del mundo occidental. Cuando la pax christiana sucedió
a la pax romana apareció una concepción política y jurídica
nueva que se conoce con el nombre de a11g11stinis1110 político, al
que ya hemos hecho referencia en el capítulo primero de esta
obra. Era una concepción jerárquica y armónica del poder ,
espiritual y del poder temporal, de lo divino y lo humano, que
con algunas variantes permaneció hasta finales de la . Edad
Media, como la teoría política básica, aunque la praxis distase
mucho, en ocasiones, de la teoría.
Brotaron otras teorías sociales, políticas y jurídicas en los
siglos medios, .pero cuando la Filosofía socio-política moderna
se desarrolló amplia y profundamente fue a partir del siglo XVI.
La razón fue la efervescencia social y política en la que se
gestó la nueva Europa y a la que luego nos referiremos.
Más aún, fue en esta época cuando, progresivamente, la
Filosofía política, que a lo largo de toda la Edad 'Media había
encontrado una apoyatura última y definitiva en los principios
religiosos y mctafisicos, se h:1 illo lksprl'ndirmlo de dios has\\\
l1ucrcr St'I' compk-t:11nt·nte st•cular y m1tú110111:1 y no 11poym·sc
sino sobre sí misma rn l'quilibrio int·stable. Qu~ ctimt·cut'tH:ias
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j8 -· C4. =:. sec11/atizpción de !ápolílica 1. El poprtlismo cristiano de Francisco S11árez 69

1. EL POPULISMO CRISTIANO DE FRANCISCO SUAREZ (entre 1561 y 1564), estudió Derecho. Admitido después en la
Compañía de Jesús, explicó Filosofia y Teología en los Colegios
La más completa y lograda expresión del pensamiento social de Valladolid, Segovia, Avila y Roma, y en las Universidades
cristiano en los albores de la Edad Moderna es, sin duda, la de Alcalá y Coimbra. Si es conocido en la Historia de la
elaborada por el jesuita español Francisco Suárez (1548-1617). Filosofia por sus celebérrimas Di.rplftationes Metapi?J.ricae, una de
Es verdad que quien ha inducido la preocupación social en el las cumbres más altas a las que ha llegado el pensamiento
mundo cultural europeo fue el más célebre de los profesores de humano, en frase de Menéndez Pelayo, no merece menos es-
Salamanca, el dominico Francisco de Vitoria (1492-1546). Has- tima por sus dos grandes tratados jurídico-políticos, Tractatu.r
tiado de las cuestiones lógicas y los comentarios repetitivos que de Legibu.r ac Deo Legi.r/atore (1612), y Dejen.ria ftdei adver.ru.r angli-
esterilizaban la Filosofía, orientó sus preocupaciones intelectuales canae .rectae errores (1613). Ellos han merecido que Francisco
hacia los gravísimos problemas antropológicos y jurídicos que Suárez sea recordado junto a Vitoria como los dos más des~
se planteaban en la Europa del tardo Renacimiento: el descu- tacados pensadores políticos del Siglo de Oro español 3.
brimiento de los pueblos americanos y la presencia de los es- Para dar una breve síntesis del pensamiento suareciano ex~
pañoles en el continente recién descubierto, la formación de pondremos cómo concibe, primero, el orden socio-político y,

grandes Estados autónomos en Europa, la progresiva debilita- después, el orden moral. Será de la conjunción de ambos de
ción de la idea de un Imperio, las teorías políticas luteranas, el la que resultará una completa explicación de lo que debe ser
fraccionamiento y el enfrentamiento de los pueblos, en busca una sociedad civil, correctamente estructurada, y fundada en
de un nuevo equilibrio, etc. Francisco de Vitoria no publicó principios metafisicos que explican con profundidad lo que es
nada en vida, pero su magisterio oral creó lo que recientemente la persona humana.
se ha llamado <<la Escuela de Salamanca>> que constituye el mo- Como Aristóteles y santo Tomás, parte Suárez del dato,
vimiento ideológico socio-político más importante del siglo XVI ·:~ por sí mismo evidente, de que el hombre es sociable por
europeo 1• El cardenal Ehrle escribe que «a Vitoria principal- naturaleza, es decir, que la misma naturaleza humana por la
mente debe Salamanca el ocupar, en el siglo XVI, un lugar como jl experiencia de su insuficiencia propia y por la capacidad de
el que obtuvo París en la segunda mitad del siglo XIII; fue él múltiples formas de comunicación interpersonal, tiende de ma-
quien la transformó en cuna de la nueva escolástica>> 2• El influjo nera espontánea, universal, vehemente y constante a formar
docente de Vitoria había hecho que se multiplicasen los tratados
De iu.rtitia et iure y que los teólogos se preocupasen seriamente j
i sociedades en las cuales pueda desarrollarse plenamente en to-
das sus virtualidades. La natura:Jeza misma le inclina al hombre
de las cuestiones morales que atañen ·a los derechos humanos, ;'.j a formar la sociedad civil. Ahora bien, como la naturaleza
a las relaciones sociales, a los problemas políticos, al Derecho i~ humana está creada por Dios, debemos decir, con toda verdad,
..:~
de gentes y al Derecho Internacional. que Dios, autor de la naturaleza del hombre, es también autor
Pero fue Francisco Suárez el sistematizador más· riguroso ~ y primera causa de la sociedad civil.
de una nueva síntesis socio-política basada sobre el Derecho .,¡
·) 3
natural y adaptada a los tiempos. Por eso nos detenemos en Estas dos obras de Suárez están consideradas como fundamentales en
la creación del pensamiento jurídico, social y político moderno. Lo testimonian
él. Había nacido en Granada en 1548. Fue alumno de Sala- así pensadores políticos de las tendencias más diversas, como Grocio, Hee-
manca y en aquella universidad, durante dos años al menos rebord, Gass, Steitz, Zückler, Glisson, Puffendorf, Simonet, Guhraner, A.
Frank, R. Link, Guarini, Ompteda, H. \X'heaton, C. Calvo, etc. Pueden verse
1
Sobre Francisco de Vitoria pueden consultarse C. BARCIA 1'RELLES, Fran- testimonios y citas en R. DE ScoRRAILW, Fmn{Ois S11arev t.II (Paris 1913),
cisco de Vitoria, flmdador del Derecho Iuternado11al modenro (Valladolid 1928); V. 437-438; cf. también L. PEREÑA, La génesis st1areda11a del i11s genti11111: Corpus
BELTRAN DE HEREDIA, Francisco de Vitoria (Barcelona 1939); J. BROWN ScoTT, Hispanorum de Pace, vol.XIV (Madrid 1973), LXIII-L'CV. J. Brown Scott
El origen espaiiol del Derecho I11ternacio11al moderno (Valladolid 1928); AA.VV.,
l; escribe a propósito de Suárez como internacionalista: «El Derecho Interna-
'
Fra11dsco de Vjtoria y la Esmela de Salamanca. La ética en la Conq1fista de América:
Corpus Hispanorum de Pace, vol.XXV (Madrid 1984).
¡
~.
cional necesitaba una filosofia y Suárez la formuló» (El origen espa1iol del Derecho
I11temado11al 111odemo [(Valladolid 1928], 206); y en otro sitio afirma que Suárez
2
FR. CARDENAi.. EHRLE, S. I., Los 111ant1scritos vaticanos de los teólogos sa/111antinos significa <<la culminación de la Escuela española del Derecho Internacional,
del s. XVI: Estudios Eclesiásticos, 8 (1929), 148. creadora de esta ciencia» (o.e., 188).
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-~70 C4. 'Ta .remlarización de la política :· 1. El pop11/i.r1no cri.rtia110 de Francisco Sr1árez 71
~

Metodológicamente considera Suárez a los hombres, en un ·f~ político» 4 • Sin autoridad, la sociedad no podría subsistir, habría

~
.,

primer momento, como si vivieran formando no más que una . pluralidad sin unidad, derivaría hacia el caos.
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multitud inorgánica de familias e individuos. En esa situación, Tal autoridad tiene su primer origen en Dios. La autoridad
~;
nadie tiene autoridad sobre los demás porque los hombres no puede dimanar de los hombres porque ninguno de ellos

;~'I
nacemos todos iguales y libres; nadie nace s11biectus, aunque si es superior a cualquier otro, ya que todos somos iguales por
subiectibi/is. t.
naturaleza. Ni tampoco de la suma de todos que no cambia
Ahora bien, impulsados por . la misma naturaleza, como la cualidad de la igualdad humana. Además, si Dios es el autor
hemos dicho, los hombres y las familias hacen un contrato
implícito para vivir juntos en comunicación y sociedad civil.
Más en concreto, al asociarse civilmente se presupone que
~1 de la naturaleza humana, la naturaleza humana es sociable y
la sociedad no puede subsistir sin autoridad, hay que referir
necesariamente a Dios el origen primero de la sociedad y, por
pretenden buscar todos juntos lo que se llama, con término lo mismo, de la autoridad. De hecho, sólo un Ser superior· al
::'", ll
clásico, el bien común. El bien común no es otra cosa sino i hombre y que tenga dominio sobre él, tiene autoridad para
el conjunto de bienes y circunstancias que hacen posible que obligar al hombre e11 co11cie11cia a vivir conforme a su naturaleza
'~ y a sus compromisos. Sólo ante Dios es el hombre responsable,
~
todas y cada una de las personas que forman la sociedad
puedan desarrollarse plenamente como personas, tanto en lo en última instancia, de ·los actos de su conciencia. Ante los
material como en lo espiritual, y disfrutar de todos sus dere- demás hombres, sólo en tanto en cuanto éstos representan y
chos. El fin, pues, de la sociedad civil es el bien común.
El contrato social se verifica libremente ya que nadie está 1 participan de la autoridad de Dios.
El origen primero, pues, de la autoridad civil es Dios. Pero
obligado a vivir en una determinada sociedad. Dicho contrato
no tiene por qué ser explícito. Basta que una persona acepte
~ el sujeto de tal autoridad es el mismo pueblo. Ninguna persona
particular posee por nat11raleza título alguno para considerarse
vivir en una determinada sociedad para que se entienda, im- ;t
l como sujeto de autoridad civil. Ni el nacimiento, ni la herencia,
plícitamente, que asume sus propios deberes y derechos de ni las cualidades humanas lo confieren. Ninguno tiene jurisdic-'
,ciudadano en orden al bien común de todos los miembros de
l ción política ni señorío sobre los demás. La subordinación de
aquella sociedad.
'i.~ un hombre a otro sería la esclavitud. «Todos los hombres
Es, pues, Francisco Suárez contractualista pero se diferencia nacen naturalmente libres. Por tanto, ninguno de ellos tiene
de los contractualistas posteriores (Hobbes, Locke, Rousseau) 'l. jurisdicción política --como tampoco dominio- sobre el otro:
en que, para Suárez, el contrato social y el contrato político, Y ateniéndonos a la naturaleza de las cosas, ninguna ·razón
del que hablaremos enseguida, nacen del impulso de la misma
naturaleza humana, de tal forma que la sociedad civil que de
ellos nace es también una sociedad nat11ral no artificial ni
caprichosa, y que, por ello, tiene q11e estar regida, en prin1er lugar,
por la LJ¿y 11at11ral.
'l
·~

~
hay para atribuir ese poder a unos hombres sobre otros, y no
al revés» 5. ·'
El pueblo es soberano con una soberanía participada, es
decir, recibida de Dios. Después, el pueblo determina la forma
concreta de gobierno. Es el consentimiento del pueblo el que
Una vez reunidos todos los individuos y familias por un decide quién ha de detentar el poder político. El Estado será, ·
contrato social, todavía no está plenamente constituida la so- pues, un delegado del pueblo, que es quien le confiere la
ciedad civil. Porque la sociedad es una pluralidad· unida y di- autoridad para que le conduzca eficazmente al bien común. El
rigida. La estructura que realiza la unidad y que dirige a toda Estado tiene, pues, que estar al servicio del pueblo; de ninguna
la comunidad y, si es necesario, obliga a sus miembros a que manera, el pueblo al servicio del Estado. El pueblo es anterior
cooperen al bien común, es la autoridad, poder político, o y superior al Estado.
Estado. Brota, pues, necesariamente la autoridad de la misma Entre pueblo y Estado se verifica también un contrato,
sociedad como la · forma que la especifica. «Ningún cuerpo ahora político, por el cual el pueblo delega en el Estado los
--dice- puede conservarse si no se da un principio que tenga
como misión procurar y buscar su bien común, como se ve • F. St:ARE7., De Legilms, III, 1, 4.
en el cuerpo natural, y lo mismo enseña la experiencia en el 5 De Le,gi/Jt1s, III, II, 3.

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72 --- C4. Lá sec11/arizació11 de !apolítica


1. El pop11!isRJo cristiano de Francisco S11árez 73
poderes que quiere y bajo las condiciones debidamente estipu-
ladas. Francisco Suárez no pensaba en una Constitución como He aquí por qué, con toda razón, Suárez ha sido conside-
la que está vigente en los modernos Estados liberales demo- rado como uno de los primeros teóricos de la democracia. i'..
cráticos, pero sí pensaba en los fueros, privilegios y leyes es- Una democracia apoyada en la Ley natural y en los derechos
peciales de cada municipio, provincia, condado o reino, en el naturales que emanan de ella. Leyes y derechos que, por tanto,
Derecho consuetudinario, en los Cuerpos generales del Derecho no dependen de convenciones humanas ni de contratos arbi-
patrio que limitaban el poder político del soberano. En cual- trarios, sino que provienen, en última instancia, de Dios, autor
quier caso, el pueblo puede limitar el poder del Estado y el de la naturaleza, que quiere y manda que cada hombre pueda
soberano está obligado a gobernar dentro de estos límites: vivir y quiera vivir como persona humana. Pero una verdadera
«Formalmente considerado y desde el punto de vista político, democracia porque, si Dios es el origen y causa primera de
este poder de gobierno procede, sin duda, de Dios, como ya toda autoridad, el pueblo es el sujeto primario de toda autoridad
dije. Pero el que se dé en esta persona concreta, resulta de la civil. En el augustinismo político medieval se consideraba que
concesión del propio pueblo, como quedó demostrado. Luego 1
la autoridad venía directamente de Dios a Jesucristo, de J esu-
en este sentido es de derecho humano [...], su poder será más cristo al Papa, el Papa la delegaba para los asuntos civiles en
o menos amplio de acuerdo con el pacto o la convención que el Emperador de toda la cristiandad y éste, en los reyes y
se haya establecido entre el reino y el rey. Luego, hablando feudales. Suárez, como se ha visto, suprime estas mediaciones
sencillamente, el poder proviene de los hombres» 6• y piensa, acertadamente, que la autoridad nace, en efecto, de
Naturalmente que este contrato político puede verificarse · Dios, pero que luego el sujeto primario en que reside esa
de múltiples maneras: por decisión del pueblo, por legítima autoridad es el pueblo, que libremente acepta un contrato social.
sucesión admitida, etc. Lo importante es evitar el absolutismo, Por esta presencia del pueblo como mediación es por lo que
aunque de suyo podría el pueblo, si quisiese, entregar al rey se ha llamado a la teoría política de Suárez Populismo cristiano.
todo el poder y renunciar totalmente a su libertad política. Este orden socio-político tiene que ser completado con el
Como podría también designarse a sí mismo como sujeto único orden moral. Porque los actos humanos sociales o políticos,.
de la autoridad. No puede renunciar nunca a la ley natural. por ser actos concretos de un sujeto inteligente y libre, caen
Una vez hecho el contrato y la entrega del poder al so- siempre dentro del orden moral. La persona siempre es res-
berano, el pueblo no puede reclamarlo a su antojo, ni poner ponsable de sus actos ante Dios; sus actos son siempre o
arbitrariamente nuevos límites, ni destituir al rey. Otra cosa buenos o malos moralmente.
sería si el rey abusase de sus poderes, si no buscase el bien 1 El fundamento último de la moralidad está en lo que Suárez
común, si no respetase las cláusulas del contrato constitucional, y los clásicos del pensamiento jurídico cristiano llaman la ley
si convirtiera su gobierno en tiranía, etc. En tal caso, el pueblo 1 eterna, que no es sino la voluntad de Dios, que manda que
tiene el derecho de defenderse, de resistir a los abusos del se guarde el orden de la naturaleza. He aquí la definición que
5
poder, de destituirle. En casos extremos podría hasta declarar de ella da Suárez: «Un decreto libre de la voluntad de Dios
la guerra al rey en nombre del Derecho natural y de la legítima
1 que establece que el orden debe observarse, o generalmente
defensa, después de haber agotado con lealtad todas las posi-
j por todos los elementos del universo en orden al bien común,
¡
bilidades pacíficas. Más aún, Suárez defiende la licitud del re- por ser conveniente directamente a todo el universo, o cada
f
gicidio en situaciones-límite de abusos e injusticia excesivas y una de sus partes, o en especial por las criaturas intelectuales
permanentes por parte del monarca; decisión que no puede en sus operaciones libres» 7• Esa voluntad imperativa de Dios
tomar un particular por cuenta propia, sino los legítimos re- es el fundamento de todas las otras leyes. Un fundamento de
presentantes del pueblo. El pueblo tiene estricta obligación de todo punto necesario para que la persona tenga una conciencia
defenderse contra cualquier abuso y tiranía venga de donde moral y un sentido de obligación moral. Sin legislador no hay
viniere. ley y obligamos en conciencia, en el foro íntimo de la con-
1 ciencia, sólo puede hacerlo alguien que sea más que hombre.
'' De Legib11s, III, IV, 5. 1
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De Legib11s, IT, III, 6.
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C4. La sem/arización de la política 1. El pop11/ismo cristiano de Francisco S11árez 75

Hombre por hombre somos todos iguales y nadie puede obligar cuanto tal. Al fin, toda recta razón creada participa en «la
en conciencia a otro igual, ni la suma de todos añade ninguna realidad de esa ley escrita en el corazón atestiguándolo su
cualidad superior distinta.· Y uno a sí mismo y por sí mismo conciencia» (Rom 2,15). Y el salmo 4 dice: «La luz de tu
tampoco puede darse leyes que le obliguen en conciencia. Si, rostro está impresa en nosotros». Santo Tomás piensa que
pues, el hombre ha de obrar con sentido moral y responsable, la razón humana descubre los preceptos de la ley natural
si experimenta en sí un imperativo moral, es necesario presu- bajo la guía de las inclinaciones de la naturaleza humana, quiere
poner que hay un último legislador superior a todos los hom- decir que el modo mismo en que la razón humana conoce
bres ante el cual somos responsables y que ese Ser supremo la ley natural no es el del conocimiento estrictamente racional,
ha establecido un orden natural que todas las criaturas deben sino el del conocimiento por inclinación.
respetar. Cuantas leyes se den después por cualquier autoridad Este descubrimiento de los preceptos de la ley natural ha
humana, tendrán que estar en coherencia con esa primera ley sido lento y progresivo, como es obvio; se ha verificado a
eterna y divina. Y no serán sino los modos concretos de medida que la razón ha ido despertando y tomando más con-
mantener y realizar el orden general. Así pues, la ley eterna ciencia de los valores de la naturaleza humana. Francisco Suárez
es la ley por esencia. Todas las otras lo son por participación. no podía concebir en su época el dinamismo evolutivo e his-
Naturalmente que tal ley no se refiere de la misma manera tórico del conocimiento de la naturaleza humana tal como hoy
a las criaturas irracionales que a la persona humana inteligente se nos presenta. Por eso divide los preceptos de la ley natural,
y por eso libre. Los seres irracionales siguen el curso del orden de manera estática, en tres clases o estadios: a) principios
natural sin que puedan desviarlo porque no son libres. Por el generalísimos de la Moral, por ejemplo, «hay que hacer el bien
contrario, el hombre, por ser libre, puede desobedecer y que- y evitar el mal», <<no hagas a otro lo que no quieras que te
brantar el orden establecido por Dios. hagan a ti», «Se debe respetar el orden de la naturaleza>>;
La primera derivación de la ley eterna es la /ry natural. Para b) otros más concretos que se derivan de los anteriores, así,
una mayor clarificación podemos contemplar la ley natural v. gr., «se debe honrar a los padres», «se debe dar culto a '
~orno lo hace Maritain- en dos · momentos: el momento Dios», «hay que vivir con moderación>>; e) por fin hay preceptos
ontológico y el momento gnoseológico. La ley natural ontoló- morales que no son tan evidentes por sí mismos, pero que
gicamente considerada no es sino la misma ley eterna referida pueden fácilmente ser conocidos por el análisis racional de lo
al hombre. Es la ley que nos manda vivir como personas que es la naturaleza humana: «el adulterio es malo», <<la usura
humanas, es decir, de manera en todo conforme a la naturaleza · es injusta>>, <<la mentira es inmoral>>. Siendo válida esta clasifi-
humana tomada adecuadamente, en sus dimensiones espirituales cación, hoy diríamos, más bien, que ha sido la evolución pro-
y corporales.
gresiva del hombre y de la sociedad lo que le ha ayudado a
En su momento gnoseológico, es la manifestación a la conocer mejor lo que es la persona y, consiguientemente, sus
conciencia de las obligaciones que nos impone el vivir como deberes y sus derechos. Es claro también que con el andar de
personas. Suárez define esta manifestación de la ley natural
los siglos se seguirán descubriendo nuevas dimensiones de lá
como <<Una cierta facultad que la naturaleza posee para dis- siempre misteriosa naturaleza humana y, con ellas, nuevos de-
cernir entre las obras que son convenientes o no para esa
rechos y nuevos deberes 9•
naturaleza. A esa facultad se le da el nombre de razón natural
La revelación judea-cristiana ha facilitado enormemente el
[...], es la misma ley natural que ordena o prohíbe a la
conocimiento cierto y seguro de las normas y exigencias de la
voluntad humana lo que debe hacerse por derecho natural» 8•
ley natural porque, por poner un ejemplo, los diez manda-
Quiere con ello decir que la razón humana, si actúa con
mientos de la ley de Moisés -si· se exceptúa el tercero- no
rectitud, puede por sí misma descubrir lo que es honesto y
son sino expresiones concretas de la ley natural.
lo que es inhonesto, o lo que es lo mismo, lo que es y lo
que no es conveniente o digno de la naturaleza humana en 9
Modernamente ha estudiado la realidad de la ley natural y de su cono-
cimiento, J. MARITAIN, h'/ botJJhre y el Estado (Madrid 1983), 101-124; La /oí
" De 1.-e,~ih"s, II, V, 9. 11al11relle 011 loi non écrile (Fribourg-Suisse 1986).

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1. BI pop11lis1110 cristiano de Francisco S11drez 77


76 C4. La semlarizació11 de la política

El que a lo largo de los siglos haya habido errores en el En cualquier caso, y como es fácil apreciar, lo que quedaba
conocimiento de la ley natural, no significa nada contra su claro para Suárez y para todos los tratadistas clásicos de la
verdad, como los errores cometidos en una operación mate- época -salvadas las excepciones de las que hablaremos des-
mática no significan nada contra la verdad de la Matemática. pués- es que el hombre, la sociedad y el Estado eran im-
Si ahora contemplamos los dos órdenes, el socio-político y pensables sin una explicita y esencial referencia a Dios y a su
el moral que brevemente hemos expuesto, encontramos que ley eterna y natural. Las tres realidades, pues, hombre, sociedad
las personas, la sociedad y el Estado tienen obligación moral y Estado, tenían un valor sagrado que trascendía cualquier
de comportarse en todo según las normas y los derechos que potestad humana. Estaban, además, jerárquicamente escalonadas
dimanan de la ley natural, y que toda potestad humana tiene entre sí, de tal manera que primero es la persona, subordinada
en la ley natural un limite que no puede transgredir, de tal a ella la sociedad ya que su fin no es otro que el bien común
manera que, si un legislador dicta una ley que vaya contra la de todas las personas, y subordinado a ambas el Estado cuya
ley natural, la persona y la sociedad son libres para desobedecer, misión subsidiaria no es sino ayudar y, si es necesario, obligar
o acaso tengan obligación de desobedecer. Así la ley natural a que toda la sociedad tienda hacia el bien común de todas
constituye también una defensa de la persona frente a posibles las personas. Quedaba así constituido un sistema social, político
poderes arbitrarios. y moral, profunda y sólidamente fundamentado, y que con
Es claro, por lo mismo, que las leyes positivas, para que realismo explicaba lo que es la persona en sus relaciones para
sean verdaderas leyes humanas que obliguen en conciencia de- con los demás hombres en el ámbito social y político.
berán al menos no contradecir a la ley natural, de esa cohe- Es indiscutible mérito de Francisco de Vitoria, de Francisco
rencia se deducirá su obligatoriedad moral. En conciencia, los Suárez y de sus respectivas escuelas haber visto, a pesar de
ciudadanos deben obedecer las leyes civiles justas. Tanto más moverse en ambientes escolásticos provenientes del Medioevo,
que sólo una sociedad en la que se procede por . deber de que las sociedades europeas habían sufrido tales transformacio-
conciencia es humana. La coacción será necesaria únicamente nes religiosas, sociales, políticas y culturales que ya el viejo ideal
· en los casos en que algunos miembros de la sociedad se nieguen augustiniano de la cristiandad universal, como Estado único re-
a cumplir las leyes justas. Si las leyes rio obligasen en conciencia, gido por la Iglesia y su cabeza, el Papa, estaba caducado y que
serían únicamente coactivas, es decir, obligarían solamente por los Estados, que ahora se identificaban con las naciones, goza-
el temor a la coacción externa, lo que equivale a decir que
ban de una autonomía con respecto a la Iglesia, aunque no
no serían humanas. Identificar derecho con coactividad, como
respecto a la ley natural de Dios, que seguía siendo obligatoria
hará más tarde Kant, es proyectar sociedades inhumanas.
· En su evaluación de los posibles sistemas políticos se inclina para todos. El rey no recibía una delegatio potestatis a través del
Francisco Suárez por una monarquía moderada por una deter- Papa, pero sí a través del pueblo. El pueblo empezaba a con-
minable, participación popular: «Cierto que la monarquía es la siderarse soberano, pero siempre bajo la ley natural 'que, es la
mejor forma de gobierno de estas tres Da monarquía, la aris- ley de Dios. Era el sujeto primario de la autoridad, pero no el
tocracia y la democracia]. En algunos países hay monarquía origen y causa de la autoridad 11 •
pero rara vez en su forma simple. Porque, dada la fragilidad, La . corriente jurídica cristiana y clásica se completa con
la ignorancia y malicia de la naturaleza humana, de ordinario otros eminentes tratadistas de la misma época, entre los que
es conveniente incorporar algún elemento de gobierno comu-
11 Sobre el pensamiento político de Suárez, cf. E. ELORDUY, La soberanía
nitario con la participación de varios ciudadanos» rn. Equivaldría popular seg1i11 Francisco S11árez¡ Corpus Hispanorum de Pace, vol.II (Madrid
a lo que hoy llamamos una monarquía parlamentaria, aunque 1963), XV-CCI; L. PEREÑA, Génesis s11areciana de la de1J1ocmcia: Corpus Hispa-
no pudo pensar nunca en las monarquías democráticas inor- norum de Pace, vol.XV (Madrid 1975), XVII-LXXVIII; ID., La génesis s11areciana
gánicas apoyadas sobre partidos políticos, tal como las vemos del i11s genli11111: Corpus Hispanorum de Pace, vol.XIV (Madrid 1973), XIX-
LXXII; L. RECASENS S1oms, La Filosofa del Derecho e// S11árez (Madrid 1927);
hoy. C. BARCIA TREWiS, Francisco Ji11íreZ: Les lhéologims espagnols d11 XVI siicle et
l'école 111odeme d11 droit intemalional (Paris 1933); H. RoM~IEN, Die Staalslehre des
w De Legjh11s, III, IV, l. F. S11arez (Monchen-Gladbach 1927).

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78 C.4. La semlarizadón de la política 2. Niccolo Machiave//i 79

destacan Domingo de Soto, fray Luis de León, san Roberto Pierre Mesnard afirma que el fundamento metafísico del
Bellarmino, Luis de Malina, Juan de Mariana, etc. pensamiento político de Machiavelli es «un decidido y resuelto
pesimismo sobre el individuo y sobre el Estado» 13. Influido
2. NICCOLÓ MACI-IIAVELLI
por la Física averroísta paduana cree que, así C()mO la energía
cósmica ni aumenta ni disminuye, sólo cambia, así el bien y
Si hemos expuesto brevemente la teoría socio-política de el mal en la humanidad permanecen en la misma cantidad
Francisco Suárez ha sido porque le consideramos como el más -valga la expresión-, sólo es distinta y variable su distribu-
alto exponente, dentro ya de la Edad Moderna, de la Filosofía ción 14•
política clásica, renovada y adaptada a las nuevas circunstancias Con esto niega todo progreso posible en la civilización y
socio-políticas europeas. Su presencia y su influjo en el pen- en la humanización social. No hay progreso, sólo cambio y
samiento posterior fue decisivo y todavía hoy se acude a él mutabilidad de reino a reino, de villa a villa, de hombre a
cuando se quieren conocer los últimos fundamentos del De- hombre. Por eso, en El Príncipe, mezcla los ejemplos de go-
recho, la Política y la Etica. bernantes griegos, romanos y bárbaros con los del Renacimiento
Pero frente a esta interpretación razonable y realista del que él había conocido. Se niega, pues, toda esperanza de un
hombre en sociedad aparece, inesperadamente, en el Renaci- futuro social mejor para volver la mirada exclusivamente hacia
miento una interpretación voltmtarista que rompe la síntesis clá- el presente y hacia un presente nada halagüeño. El hombre
sica entre razón y voluntad. Esta interpretación podría ser -pensaba Machiavelli- es inquieto, insaciable, descontento,
llamada también naturalista, entendida esta palabra como expre- siente nostalgia del pasado, detesta el presente y anhela un
sión de una interpretación de la sociedad y como un proyecto futuro mejor. Sin quererlo, este principio mismo contradice la
político en el que ni Dios ni su ley tienen presencia ni función realidad enunciada en el principio anterior. El bien no progresa,
alguna. El neopaganismo latente en el Renacimiento y la nos- pero el hombre se empeña en buscarlo aunque siempre por •
talgia del Imperio Romano afloran aqui con súbita fuerza y, egoísmo. De ahí que gobernar tenga que ser reprimir el ca-
aunque de momento su impacto fue débil, porque la época pricho y las ambiciones humanas. «Un gobierno no es otra
no estaba preparada para tal explosión, sus consecuencias, a la cosa que sujetar de tal modo a los súbditos que no puedan
larga, fueron de enorme alcance. Se puede decir que a principios o no deban ofenderte» 15•
del siglo XVI se enfrentan ya dos representaciones socio-polí- Tanto en los Discursos sobre la primera Década de Tito Livio
ticas: la de signo cristiano, proveniente de la Edad Media y como en El Príncipe . aparece su consideración negativa sobre
adaptada a las nuevas circunstancias (Vitoria, Suárez), y la de el hombre, no porque su naturaleza en sí considerada sea mala,
signo pagano~ renacida al recuperarse en el siglo XV todos los sino porque en la práctica tiende a actuar con fingimiento,
vestigios y recuerdos de las repúblicas griegas y del Imperio volubilidad y codicia.
Romano (Machiavelli). Esta toma de postura tan pesimista ante el hombre viene
La . figura que representa esta brusca ruptura y enfrenta- determinada en Machiavelli por la situación política de la época
miento es el político florentino Niccoló Machiavelli, que vive caracterizada, sobre todo, por la inestabilidad social y política.
entre el 3 de mayo de 1469 y el 22 de junio de 1527, es Hombres, regímenes, potencias, éxitos, fracasos, todo está en
decir, en los años de plenitud del Renacimiento italiano. Su la Italia de esa época sometido a la volubilidad de la fortuna
obra resulta tan extraña y tan excesiva que sólo puede explicarse y al ímpetu de las pasiones. Esa diosa variable, hoy concede
por las atormentadas circunstancias en que vivió su autor y
porque, a veces, en el firmamento cultural como en el celeste Io., St11di s11 Macbiavelli (Napoles 1967); F. GILBERT, Macbiavelli e la vita C11l/11rale
aparecen, sin esperarlo, astros errantes que vienen a romper la del s110 lempo (Bolonia 1974); C. S1uo, Maq11iavelo y s11 liet1rpo (Madrid 1946);
armonía preestablecida 12• F. J. CONDE, /::.1 saber político en Maq11iavelo (Madrid 1946).
13 P. MEsNARD, L 'essor de In Pbilosopbie poliliq11e a11 XV! siec/e (Paris 31969),

12 19.
Sobre Machiavclli pueden consultarse L. Russo, N. Macbinvelli (Bari 14
Discorsi sopra la prima deca di 7ito Livio, l.II, c.I.
1957); G. SAsso, N. Machiavelli. Storia del s110 pmsiero politico (Napoles 1958); 15
Discorsi, l.II, c.xx::m.
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80 C4. l..11 semlt1rizació11 de !t1 polílica 2. Nicco/o Machiave/li 81

a un Estado, o a un hombre, el poder y la gloria, mañana justificación alguna en principios metafísicos, religiosos o mo-
los derrumba en el abismo de la derrota o de la muerte. Italia rales sino que busca ante todo la eficacia. En ese empeño, el
es toda ella un campo de intrigas, de batallas, de tierras en fin justifica los medios. Crear Estados .poderosos y estables es
las que soldados de todas las razas se entrecruzan para buscar el fin. Nada importa si para ello se utilizan los medios que
la gloria y el pillaje, donde todos los ambiciosos de todo rango en sí mismos son malos: «Tanta es la distancia entre cómo se
buscan prebendas o principados, a veces por los medios más vive y cómo se debería vivir que quien prefiere a lo que se
infames. El hierro, el veneno y el oro lo pueden y lo cambian hace lo que debería hacerse, más camina a su ruina que a su
todo. Cada Estado, cada ducado, cada villa, cada señor hace consolidación, y el hombre que quiere portarse en todo como
pactos y los rompe, hace guerras y hace paces, es una sucesión bueno, por necesidad fracasa entre tantos que no lo son, ne-
enmarañada e ininterrumpida. Florencia, Urbino, Roma, Vene- cesitando el Príncipe que quiere conservar el poder estar dis-
cia, Siena, Milán, Nápoles y cien otras ciudades y fortalezas puesto a ser bueno o no, según las circunstancias» 17•
i
menores viven en continuos asaltos y sobresaltos, asediadas o Un caso concreto es el del Príncipe que usurpa un Estado: 1
liberadas por soldados mercenarios franceses, españoles o sui- «debe procurar hacer todas las crueldades de una vez para no 1
1

tener necesidad de repetirlas y poder, sin ellas, asegurarse de . i,


zos, pactando y rasgando pactos hechos, en un juego en el
que buscan las bazas más provechosas sin escrúpulos. los hombres y ganarlos con beneficios» 18• Es mejor que sea
El autor de El Príncipe ha meditado sobre tantos hechos y temido que el que sea amado 19• Debe poseer las cualidades
principalmente sobre algunos hombres antiguos y modernos de del león y del zorro 20, «no debe, pues, un Príncipe ser fiel a
los que decidían las suertes de la historia: Darlo, Julio César, su promesa cuando esta fidelidad le perjudica o han desapa-
Agatocles, Caracalla, Lorenzo de Médicis, el condestable de recido las causas que le hicieron prometerla. Claro está que si
Borbón, Fernando el Católico, Alejandro VI, Julio II y, sobre todos los hombres fuesen bondadosos mi consejo sería inútil,
todo, César Borgia, el Condottiero más célebre, más intrigante y pero, como son malvados y no serán fieles si no les interesa,
más audaz de la época y al que Machiavelli mira como proyecto nadie está obligado a mantener su palabra. Siempre el Príncipe
ideal de un príncipe que, sin escrúpulos, alcanza el poder y se verá asistido por innumerables razones para justificar su
sabe mantenerlo cueste lo que costare: «Examinadas todas las incumplimiento. [...] es indispensable saber disfrazar bien las
acciones del Duque [César Borgia], no me atreveré a censurarle cosas y ser maestro en fingimiento. [...] Ningún Príncipe, y
ninguna, y sí a proponerle, cual lo hago, como modelo a menos un Príncipe nuevo, puede practicar todas las virtudes
cuantos lleguen al poder por la fortuna y las armas ajenas» 16• que dan crédito de buenos a los hombres, necesitando con
En cualquier caso, la anarquía que ·azota la península italiana frecuencia, para conservar su poder, hacer algo contrario a la
en los años del Renacimiento lleva a Machiavelli a no hacer lealtad, a la clemencia, a la bondad o a la religión>> 21 •
Filosofía política partiendo de principios universales antropoló- Toda la actuación inmoral del Príncipe queda justificada
gicos o sociales, sino a buscar el arte de crear Estados esta- por lo que después se llamará «la razón de Estado». Incluso
bilizados, unificados y poderosos, como ya se había conseguido la manipulación de los motivos religiosos se legitima por la
en Inglaterra, bajo Enrique VII (1485-1509), en Francia con consolidación y el engrandecimiento del Estado. La doctrina
Luis XI (1461-1483), y en España con el matrimonio de los de Machiavelli no es tanto una doctrina del absolutismo y de
Reyes Católicos (1469) y su sucesivo reinado, en el que se la dictadura personal, cuanto de la exaltación del Estado. La
había logrado someter a los nobles inquietos al poder central. buena política debe poner, por encima de todo, el interés y
Por otra parte, uno de los rasgos más característicos de el bien del Estado. El. interés del Príncipe que se identifica
los hombres del Renacimiento es su afán de dominio. Galileo con el del Estado, y viceversa. La última y suprema razón de
encontró el método de dominar la naturaleza. Machiavelli bus- 17
// Pri11cipe, e.XV.
cará un método para dominar a los hombres. Un método 1
• 11 Pd11cipe, e.Ylll.
natural y empírico que no pretende encontrar apoyatura ni 19
// Pri11cipe, e.XVII.
20
/ / Pri11cipe, e.:>..'VIII.
11 21
' 11 Pd11cipe, c. Vll. // Pri11cipe, c.XVIIT.
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82 C.4. La semlarizació11 de la política 2. Niccolrl Machiavelli 83

Estado es su propio interés. No tiene una regla extrínseca ni ruina» 26• Los emperadores romanos se apoyaron en la religión
superior. No es el Estado para los ciudadanos. Al contrario, nacional y aquella religión era más útil que el cristianismo para
los intereses particulares deben subordinarse a los del Estado. el gobierno porque el · cristianismo inculca la mansedumbre y
«Siempre que se trate de tomar alguna resolución de la cual la humildad mientras que la religión romana «glorificaba sólo
dependa el bien del Estado, el Príncipe no debe detenerse ante a los hombres llenos de gloria mundana>> 2:1. En sus Historias
razones de justicia ni injusticia, de humanidad ni crueldad, de florentinas recuerda la frase de Cosme de Médicis: «Con padre-
honor ni deshonor. Debe desdeñarlo todo y hacer tan sólo nuestros no se gobiernan los Estados».
aquello de que dependen el bien y la libertad del Estado» 22 • Todo el librito que comentamos es un tratado de normas
En este proceso de conquista y consolidación del Estado prácticas deducidas, sobre todo, del análisis de los hechos his-
juegan -siempre según Machiavelli- dos factores: la fortuna tóricos antiguos y modernos, sobre el modo de gobernar con .
y la <<VirtW>. Los que alcanzan el poder se ven arrastrados, a eficacia teniendo como punto de mira el engrandecimiento y
veces, por la fuerza incoercible e imprevisible de la fortuna o la conservación del poder y sin reparar en medios. Un trasfondo
la necesidad que les eleva o les baja. Si César Borgia no de empirismo, nominalismo, inmoralidad y crueldad preside
consiguió conservar la Romaña que había conquistado <<no fue toda la escena, o, mejor, todas las escenas.
por culpa suya, sino por extraordinaria y extrema malignidad Como ya se ha podido observar, Machiavelli está en los
de la fortuna>> 23 • Pero el Príncipe debe saber que, con su antípodas de todos los tratados antiguos y contemporáneos que
energía y su astucia, con su intuición y su coraje --que todo llevaban por título De regimine Princip11m (Santo Tomás y Pto-
eso significa <<VirtW>--, puede incluso doblegar a la fortuna. lomeo de Lucca), Vergel de Príncipes (Ruy Sánchez de Arévalo),
«Pienso que quizá dependa de la fortuna la mitad de nuestras Speett/11111 Princip11m (Sebastián Fox Morcillo), De Regno et regis
acciones pero es cierto que la otra mitad, o algo menos, nos offtcio. Quan Ginés de Sepúlveda), De Rege et Regís instit11tione libri
la deja gobernar a nosotros mismos [...] los hombres adoptan, 111 Quan de Mariana). En todos estos tratados se daban normas
para alcanzar sus objetivos más deseados --que son los honores y principios morales para que el Rey fuera honesto y ejemplar,
y las riquezas-, los más diversos sistemas: uno apela a la y para que gobernara con equidad, justicia, fortaleza y con-
prudencia, otro al furor, uno a la violencia, otro a la astucia, ciencia limpia ante Dios y los hombres. Algunos de estos libros
éste .a la serenidad, aquél a la impaciencia; por todos estos y otros no enumerados eran respuestas a El Príncipe, de Ma-
procedimientos se puede alcanzar lo deseado» 24 • chiavelli. Una de las refutaciones más sistemáticas y serias fue
Por lo demás, el Príncipe debe guardar las apariencias: «debe la del jesuita toledado Pedro de Rivadeneira (1526-1611), con
también cuidar que no salga frase de su boca que no esté su Tratado de ·ta religión y virt11des q11e debe tener el Príncipe cristiano
impregnada en las referidas cinco cualidades y que, en cuanto para gobernar y conse17Jar sus Estados contra lo q11e Nicolás Machiavelo
se le vea y se le oiga, parezca piadoso, leal, íntegro, compasivo y los políticos de este tiempo enseñan (Madrid ·1595). ·
y religioso. Esta última es la cualidad que más conviene apa- Pero, a pesar de todos estos contraataques, el maquiavelismo
rentar>> 25 • se había introducido no ya sólo en la praxis política --que
Maquiavelo fue cristiano y murió como cristiano. Pero en eso había sucedido siempre-, sino en la teoría política. Era
cuanto teórico de la política subordina la religión a la política, una formulación de tesis nuevas. Por primera vez quedaba
es decir, la religión puede ser un instrumento útil en manos teóricamente justificada una adecuada separación entre política,
del Príncipe. El dictador deberá manipular los elementos reli- por una lado, y religión y moral, por otro. De un salto, la
giosos para sus fines: «La religión respetada y observada es la política quedaba liberada de referencias religiosas y morales y
garantía de los gobiernos y, descuidada, es el preludio de su constituida en un arte práctico y eficaz para dominar a los
pueblos, mantener los Estados y engrandecerlos. Una técnica
22
Discorsi, III, 41. del .éxito a toda costa. Machiavelli no exaltaba el mal por el
23
// Pri11cipe, e.VII.
24
// Príncipe, e.X..'<!. 26
Discorsi, I, e.12.
25
// Pri11cipe, e.XVIII. 27
Discorsi, II, e.2.

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84 C4. La secularización de la política 3. El pensamiento político de Lutero 85


mal, la crueldad por la crueldad, o el perjurio por el perjurio. dictadores posteriores, Luis XIV, Mustafá III, Federico II de
Pero estas acciones quedaban justificadas porque el fin preten- Prusia, el Rey Filósofo, que escribió un Anti-Machiavel ou examen
dido era justo: el engrandecimiento y la perduración del Estado. du Prince de Machiave4 l 740, y un Miroir des princes, l 744, pero
Más que una Filosofia política, sus tesis son una estrategia gobernó como un buen déspota ilustrado, Napoleón Bonaparte,
política positivista y decisionista apoyada en una aguda obser- que comentó El Príncipe y de quien es la frase: «triunfad aunque
vación histórica y psicológica.
sea por los peores medios y acabarán por daros la razón>>. En
A esa teoría se la llamará ya siempre «maquiavelismo». El nuestro siglo, Antonio Gramsci (1891-1937), fundador del Par-
Príncipe tendría más influencia y aceptación de lo que se podía tido Comunista Italiano, defendia que la versión moderna de
esperar. Su autor no se atrevió a publicarlo y lo dejó manus- El Príncipe debía ser el Partido Comunista. De hecho, lo ha
crito. Tal vez el autor no hubiera querido lanzarlo al gran sido, ya que en la ideología marxista, el fin, la instauración de
público. Pero una vez publicado, cuatro años después de su la sociedad sin propiedad privada y sin clases, justificaba y
muerte, lentamente se abrió camino y quedaría ya para siempre santificaba todos los medios.
como el manual de todos los gobernantes y los gobiernos Con esto queda dicho lo que pretendíamos, a saber, que
absolutistas, y de los que no lo parecen, o no quieren parecerlo, con Machiavelli se iniciaba, en la Edad Moderna, un pensa-
pero lo son. Todos los Estados sienten la tentación del ma- miento político laico y secular que, si de momento no tiene
quiavelismo y no pocos consienten en esa tentación. Nuestro éxito, sin embargo significa el golpe de timón que orientará
Feijoo, que en su Teatro critico dedica varios capítulos a refutar muchas teorías políticas futuras hasta que en nuestros días se
a Machiavelli, apuntaba con acierto que «el maquiavelismo debe llegue al absoluto positivismo jurídico: no hay más leyes que
su primera existencia a los más antiguos príncipes del mundo, las que emanan del Estado, ni más derechos que los que. él
y a Maquiavelo sólo el nombre» 28• Y antes, Francisco Bacon reconoce.
había escrito: «Hay que dar gracias a Maquiavelo y a los es-
critores de este género que dicen abiertamente y sin disimulos
lo que los hombres tienen costumbre de hacer, no lo que 3. EL PENSAMIENTO POLITICO DE LUTERO
deben hacen> 29 , moralmente, se entiende.
Una interpretación benévola de Machiavelli, que se remonta La Reforma luterana fue la más profunda conmoción que
a Alberico Gentili (1515-1611) y que después hacen suya Fran- experimentó Europa desde las invasiones de los bárbaros hasta
cisco Bacon, Spinoza y Rousseau, quiere que El Príncipe deba la Revolución francesa en 1789. Es verdad que se trataba
ser entendido como una sátira feroz contra los tiranos. Es principalmente de una nueva interpretación de la teología cris-
decir, Machiavelli habría contado lo que hacen los déspotas, tiana, y, por tanto, de una cuestión religiosa, pero .llevaba en
en sus modos de gobernar, para desenmascararlos ante sus sí tantos gérmenes revolucionarios que constituyó una verdadera
súbditos y defender la democracia. Sería un camino oblicuo y y total transmutación del mapa cultural europeo. Las repercu-
sarcástico contra la tiranía., un intento de poner en guardia al siones del luteranismo han sido definitivas en todas las áreas
pueblo contra los abusos de los reyes absolutistas 30• de la cultura occidental y, todavía hoy, sus efectos duran y
Sólo Dios sabe si esta interpretación es la verdadera, pero perduran. Es una· prueba más de que las cuestiones religiosas
es lo cierto que El Príncipe hizo escuela (Francisco Guicciardini, y teológicas condicion!ln, se quiera o no se quiera, todos los
1483-1540, embajador florentino ante el Rey Católico y corres- demás problemas humanos, y, desde luego, los políticos.
ponsal de Machiavelli; Juan Botero, 1540-1617; Pablo Sarpi, Martín Lutero (1483-1546) fue un teólogo, pero su Protesta
1552-1625, etc.) y se convirtió en lectura de muchos de los religiosa era tan vasta y encontró tanta resonancia en los prín-
cipes y los pueblos germanos que se vio inevitablemente arras-
28
29
Teatro crítico, V, 80. trado a ocuparse también del problema socio-político. Más aún,
3
F. BACON, De dignitate et a11gmenlis scientiamm, l. 7, c.2. 10. · no parece exagerado afirmar que las doctrinas políticas luteranas
° Cf. C. GALLICET-CALVEITI, Spinoza /ettore del Machiavel/i: Rivista di Filosofia han contribuido, de manera definitiva, a la concepción secular
Ncoscolastica 62 (1970), 501-547.
de la política. Si es cierto que la situación de malestar en los
r

C4. La secularización de la política 3. El pensamiento político de Lutero 87


86

Principados alemanes había creado un amb~~nte que posibilitó Meditando en una torre de su monasterio sobre las palabras
el éxito de la Reforma luterana, lo es tamb1en que la Reforma de san Pablo <<la justicia de Dios se revela en él como está
luterana influyó de manera decisiva en el pensamiento políti~o escrito: El justo vive de la fe» (Rom 1,17) creyó tener una
de su siglo y de los posteriores. No es que Lutero haya escn:o iluminación por la que cayó en la cuenta de que el término
un tratado sistemático y explícito sobre Filosofía o Teologia «justicia>> debía entenderse de manera pasiva «por la que Dios
política, que no lo escribió, pero acá y allá, so?re todo ~n sus misericordioso nos justifica por la fe». «Entonces me sentí
obras polémicas, ha dejado un conjunto de ideas sociales y absolutamente renacido, como si se me abriesen las puertas y
políticas de consecuencias incalculables 31 • entrase yo mismo en el Paraíso [...]. Desde aquel momento
Desde algunas de sus primeras obras, como el Comentario empecé a ensalzar la dulcísima expresión de justicia de Dios con
de la Carta a los Romanos, redactado entre 1515 y 1516, cuando tan grande amor cuanto era antes el odio con que la aborrecía,
aún no había roto con la Iglesia católica, mantuvo como núcleo de tal manera que ese pasaje de S. Pablo fue verdaderamente
central de su nueva Teología la justificación del hombre por para mí la puerta del Paraíso» 32 • Esta teoría de la justificación
la fe y no por las obras. Lo que constituye al hombre como por la fe es el núcleo central, principio y fundamento de toda
religioso es la fe, una fe fiducial, es decir, que lleva al hombre la Teología luterana 32 bis.
a abandonarse ciegamente en Dios, sin mirar a la bondad o Podrán parecer, estas teorías, especulaciones y sutilezas teo-
malicia de sus propias obras. Dios, por los méritos de su Hijo, lógicas que nada tienen que ver con lo que nosotros estamos
Jesucristo, cubre con un manto de justicia divina todas,nuestras estudiando sobre el tema político. Pero la realidad es que tales
obras y nuestros pecados. Las obras humanas, pues, no tienen proposiciones han influido, mucho más de lo que puede pa-
i111po1·1ancia en orden a la jusl.ificación del hombre ante Dios.
recer, en la orientación de la cultura europea y, concretamente,
No valen ante HI. Dios nos justifica gratuitamente no por
nuestros méritos, sino por los méritos divinos de su Hijo. Sólo
r··· en el proceso de secularización de la política. Si la fe interior ,
es ni::cesario creer en ello con una fe ciega, no racional ni no tiene nada que ver con las obras exteriores, aquélla queda
razonada ya que la razón, herida por el pecado original, es regida únicamente por la conciencia interior del sujeto en su
incapaz de alcanzar verdades superiores. Por tanto, lo que relación personal e íntima con Dios. Las obras, en cambio,
verdaderamente importa es ser religioso, los actos internos de no tienen ningún valor religioso ni moral. Su regulación será
fe, no los externos de las obras. Tanto más que las obras del el objeto de una autoridad civil, como veremos enseguida. Será
hombre justo, todas, incluso las mejores, son desagradables a el. Estado el que mediante sus leyes regule las conductas pú-
Dios, porque por el pecado original la naturaleza humana quedó blicas humanas. El ciudadano, el cristiano, deberá someterse
corrompida de forma que cualquiera de sus actos son en sí dócil y pasivamente a la autoridad. Fe y ley son realidades tan
mismos malos, «aun hadendo obras buenas, pecamos». El libre diversas que ni siquiera se tocan entre sí.
arbitrio no es sino un puro nombre; la realidad es que estamos Pero ¿por qué ha de ser el Estado el único y supremo
determinados en todos nuestros actos y que, con independencia legislador de las conductas humanas?
de ellos, nos salvamos y quedamos justificados ante Dios por En 1520 se puede situar la definitiva ruptura de Lutero
los méritos redentores de Jesucristo, con una justificación ex- con ' Roma porque, el 1O de diciembre de ese año, quemó
terna. Por eso, el hombre es «simultáneamente justo y pecadon>, públicamente la bula pontificia Exurge Domine en la que el papa
justo por la justicia divina que cubre sus pecados, pecador León X condenaba 41 proposiciones como heréticas, falsas o
porque sus obras siempre son malas. Fue entre 1514 y 1515
32
cuando tuvo la llamada Tt1rmerlebnis o «experiencia de la torre». Luthemverke, edic. Weimar t.54 (1968), 186.
32
Algunos teólogos actuales piensan que la teoría luterana de la justi-
b;,
31 ficación por la sola fe debería interpretarse de forma más mitigada y que
' Sobre luteranismo y política pueden verse, entre otras obras, las si-
Lutero no habría negado el valor de las obras. Otra cosa serían sus seguidores,
guientes: G. VoN BELLOW, Die Bede11t1mg der Refam1ation fiir die politische Ent-
cf. J. LORTZ, Historia de la Iglesia, t.II (Madrid 1982), 162-163. Lo cierto es
1vickltmg (Leipzig 1918); J. BINDER, L11thers .5~aatsa11ffes1mg (Berlin, sin fecha); G.
que Lutero escribió mucho y que no tiene un pensamiento siempre coherente
DE LAGARDE, Recherches s11r !'esprit politiq11e de la Réfarme (Paris 1926); y la obra
con respecto al valor de las obras. A veces exige las obras buenas como
general de R. GARCÍA-VILLOSLADA, Martin L11tero, 2 vols. (Madrid 1973).
medio de aumentar la fe.
--·---·----------·--...-.. -····... ... --,
t
88 C4. La secularización de la política 3. El pensamiento político de Lutero 89

escandalosas, tomadas de sus escritos. Ese mismo año había 1 parecen. En el pueblo queda únicamente la jerarquía civil. Son
publicado uno de sus famosos tratados y en el que más di- los príncipes seculares los únicos y verdaderos jerarcas del
rectamente aborda el problema político. Nos referimos a su pueblo de Dios y los que, por tanto, tienen el encargo y la
escrito A la Nobleza cristiana de la nación alemana sobre la reforma obligación de cuidar y reformar la Iglesia. Las antiguas potes-
del Estado cristiano, obra redactada en alemán en el mes de tades eclesiásticas quedan íntegramente traspasadas a ellos. Lu-
junio y publicada a mediados de agosto. Como su mismo título tero prevé el peligro -evidente por lo demás~ de los abusos
~
indica, el alegato va dirigido a los príncipes seculares «por si
Dios quiere valerse del laicado para ayudar a su Iglesia, ya que t del poder e intenta prevenirlo, aunque con bien poca eficacia.
El príncipe será obispo o sacerdote pero de un sacerdocio
el estado eclesiástico ha descuidado en absoluto lo que era de
su competencia» 33•
En este escrito exalta Lutero la doctrina del sacerdocio
~ universal como cualquiera de sus hermanos; no podrá tomar
ninguna decisión sin el asentimiento de la comunidad entera.
Pero éstas serían limitaciones verbales. La realidad será que los
universal. Irritado, resentido y colérico siempre contra el Papa, poderes seculares quedarán así sacralizados y en presencia de
los obispos, los monjes, los sacerdotes, niega que ellos posean
una potestad especial y distinta de la que poseen los demás
1 una masa amorfa de súbditos a la que no le resta apelación
alguna. ¿Ante quién podrían apelar ellos, pobres pecadores? En
bautizados: <<Los romanos han imaginado una doctrina verda- adelante habrá que dar al César lo que es de Dios. La supresión
deramente singular. El Papa, según ellos, los obispos, los sacer- 1j del orden eclesiástico es el factor más importante para la exal-
dotes, los monjes, constituyen el orden espiritual; los príncipes, tación del poder temporal que ve aumentadas enormemente
los señores, los artesanos, los trabajadores pertenecen al mundo.
Que nadie se atemorice de verse clasificado así. ¿No sabemos
que todos los cristianos son verdaderamente de orden espiritual,
l
1
sus facultades y que recibe de Lutero un formidable impulso
hacia el absolutismo.
San Pablo -continúa Lutero- no nos habla de dos cuer-'
y que no hay otra diferencia entre ellos que la que nace del ~1;
pos de Cristo, uno espiritual y otro secular, sino de uno solo,
cargo? [...] Esto resulta del hecho de que tenemos un solo «no hay más que una cabeza, no hay más que un cuerpo» 35 •
bautismo, un Evangelio, una fe y somos cristianos iguales [...], ti «He ahí por qué digo yo que, puesto que la autoridad civil
por el bautismo todos somos consagrados sacerdotes». Los f ha sido establecida por Dios para castigar a los malvados y
obispos, pues, no son otra cosa que delegados del pueblo para proteger a los buenos, debe ejercer su cargo libremente, sin
ciertas funciones externas: «es como si diez hermanos se pu- trabas, a través de todo el cuerpo de la cristiandad sin con-
siesen de acuerdo para conferir a uno de entre ellos el derecho sideración de personas, se trate del Papa, de los obispos, de
de administrar la herencia común [...] pero todos permanecen los sacerdotes, monjes, monjas o cualquier otro» 36.' El cuerpo
iguales en dignidad>>; «entre laicos y sacerdotes, príncipes y místico de Cristo, concepto estrictamente religioso tomado de
obispos, o como se llamen; entre clero y laicado, no hay otra san Pablo, queda también secularizado. Es ahora la cristiandad,
diferencia que la que se deriva del oficio o de la función que regida por los príncipes seculares, un pueblo que tiene por
cumplen; no del estado, porque todos pertenecen al estado cabeza invisible a Cristo, por cabeza visible al príncipe. El
eclesiástico, son verdaderamente sacerdotes, obispos y papas, sacerdocio universal en esa cristiandad se expresa por la voz
aunque no todos actuarán del mismo modo» 34 • del príncipe.
Así queda suprimida la diferencia teológica y jurídica entre No hace falta ponderar qué agradables resultaban, a los
clérigos y laicos, ¿todos clérigos?; ¿todos laicos?, en cualquier oídos de los señores feudales de los principados germánicos,
caso, todos iguales, los dos planos se superponen y se funden todas estas nuevas proposiciones teológicas. El reformador les
en un único pueblo de Dios sin diferencias cualitativas. El ponia en las manos todo el poder y les liberaba de cualquier
sacerdocio ministerial queda suprimido y sustituido por el sa- dependencia crítica, o resistencia del poder religioso, del poder
cerdocio común. La jerarquía y la autoridad eclesiástica <lesa- popular e incluso de referencias morales. Al príncipe, todo
33
Lutehemverke, edie. cit., t.6 (1966), 404. 35
O.e., 408.
34
O.e., 407-408. "' O.e., 409.
3. El pensamiento político de Lutero 91
90 C4. La semlarización de la política
cibido de Dios por su medio. Que se gloríen de habernos
poder y toda gloria. Una parte de la nobleza turbulenta y otorgado un imperio, sea, está bien, pero que entonces el Papa
anticlerical se apiñó alrededor de Lutero. En la Dieta de Worms restituya Roma y todo lo que él retiene del Imperio, que cese
(1521), a la que había sido convocado para un diálogo con de oprimir nuestro país con sus insoportables tasas y vejaciones,
los católicos, los nobles le harán un cortejo de honor. que nos devuelva nuestra libertad, nuestro poder, nuestros bie-
Después de negar el sacerdocio ministerial y la jerarquía
nes, nuestro honor, nuestros cuerpos y nuestras almas y permita
eclesiástica, niega también, naturalmente, en el mismo escrito, 37
al Imperio ser lo que un Imperio tiene el derecho de ser» •
el magisterio o potestad de enseñar del Papa y los obispos.
El proyecto luterano era muy claro: Que los cristianos vivan
Más aún, no es el Papa, sino la espada secular la que debe
reunir un concilio, si la necesidad lo exige. su fe en la intimidad de sus conciencias a solas con Dios.
En una segunda parte de su obra, Lutero desarrolla un Pero en cuanto a la organización externa, sólo las potestades
amplio programa revolucionario contra el Papa y contra la civiles tienen autoridad. Esas potestades laicas, para el Sacro
Iglesia de Roma. En él están las principales quejas de la nación Imperio, son las germánicas por voluntad de Dios. La laiciza-
alemana contra las exacciones pontificias que ya se habían ción de la Iglesia y el mesianismo de la raza germánica iban
difundido en los cien Gravámenes, de la nación germana, escritos juntos. La cristiandad se hace Imperio. Lutero resumía en su
por J. Wimpheling. Exigía reformas drásticas en la Corte ro- persona y en su obra la eterna oposición del germanismo que
mana, sobre todo en lo económico, invitaba al pueblo a que se había ya manifestado en otros autores de la época, Erasmo,
se negase a pagar los tributos a Roma, denunciaba abusos, Wimpheling, Hutten, Spalatino, contra el romanismo. Aunque
reclamaba exenciones para la nación germana, etc. «Los obispos es preciso reconocer también que algunas de sus acusaciones
y los príncipes alemanes deberían acordarse que son cristianos, contra la Roma renacentista estaban cargadas de razón.
deberían gobernar, proteger al pueblo que les está confiado y La rebelión de Lutero, manifestada ya en estos escritos de
defender sus bienes temporales y espirituales contra esos lobos su primera época y confirmada de manera escandalosa con la'
devoradores que, .ocultos bajo piel de ovejas, se hacen pasar combustión de todo el Derecho Canónico y de la bula con
por pastores y conductores. de la Iglesia>>. Que hagan desapa- que León X le excomulgaba (10 de diciembre de 1520), desató
recer las peregrinaciones, sobre todo a Roma, las fundaciones un huracán en los territorios alemanes: clérigos, frailes y obispos
piadosas, las cofradías, indulgencias, dispensas, fiestas, aniver- que abandonaron su estado y sus votos para secularizarse,
sarios, misas por los muertos, etc. Que quede sólo una religión destrucción de templos y monasterios, ocupación por los se-
de fe interior y un culto en espíritu y en verdad. No hay que ñores temporales de los bienes eclesiásticos, revueltas violentas
hacer ningún caso de entredichos y excomuniones papales, ni de los campesinos descontentos contra curas y señores, guerras
de normas o reglas o votos religiosos, ni celibato ni órdenes entre príncipes, represiones contra los luteranos, saqueo y des-
religiosas; todo eran invenciones humanas, no divinas. En suma, trucción de claustros y castillos, miles de muertos.
no dejaba al Papa ni a la Iglesia institucional ningún rasgo '· En 1523, Lutero publica un nuevo texto político Tratado
específico, ni temporal, ni espiritual, de autoridad sobre los de la a11torídad secular y hasta dónde se le debe obediencia. Allí estudia:
príncipes y sobre los pueblos. Dios había dado el Imperio a 1.º Definición y fundamento de la autoridad secular. 2.º Límites
los alemanes y el Emperador alemán, sus príncipes y sus súb- de la autoridad secular. 3.º Cómo ejercer cristianamente esta
ditos no tenían por qué estar sometidos en nada a Roma.
Lutero exalta los valores y los derechos del Imperio ger- autoridad.
Apoyado en la Sagrada Escritura (Rom 13,1; Pe 11,13, etc.)
mánico como único legítimo. Es preciso que deje de ser un y en el Antiguo Testamento, insiste en el origen divino de la
Imperio nominal y pase a ser real, sacudiéndose el yugo ro- autoridad, en la necesidad de que exista una autoridad civil
mano: «Que Dios, que por la mediación de tiranos cautelosos que tenga el poder de la espada (contra los anabatistas que
nos ha entregado este Imperio, como hemos dicho, y nos ha
ordenado gobernarlo, nos ayude a hacer honor al nombre, al sólo admitían el poder espiritual).
título, a los blasones y a salvar nuestra libertad a fin de que 37
O.e., 464.
mostremos un día a los romanos lo que nosotros hemos re-
92 C4. La secularización de la política 3. E/pensamiento político de Lutero 93
No se puede «regir el mundo según el Evangelio»; los y en la que el Príncipe sostenga la fe de sus hermanos. De
buenos y los malos están mezclados de tal manera que abolir ahí que en escritos y cartas posteriores solicite a los Príncipes
la coacción legal sería quitar sus trabas a las bestias salvajes y su intervención decidida para abolir la misa romana, establecer
entregarles las pacíficas ovejas. La autoridad secular es una un nuevo culto, nombrar personas que vigilen las iglesias, etc.
vocación como otra cualquiera, necesaria para la vida social. Los Príncipes quedan constituidos en responsables del bien
«La espada y el poder como un servicio particular de Dios espiritual de los sujetos, igual que de su bien temporal. Cuando
pertenece en propiedad a los cristianos antes que a todos los años más tarde Lutero proteste de los abusos cometidos por
otros sobre la Tierra» 38 • La organización política o Estado es los Príncipes, será demasiado tarde. El regalismo estaba defi-
un poder de coacción (idea que más adelante recogerán Kant nitivamente establecido.
y Hegel) ya que es la espada que defiende a los buenos y En la tercera parte de su Tratado sobre la autoridad, Lutero
castiga a los malos; el verdugo puede actuar en nombre de ofrece al Príncipe un conjunto de normas ideales, un modelo
Dios, en nombre del Evangelio; la guerra puede justificarse y un programa de gobierno. Expone las virtudes más esenciales
ante la conciencia cristiana; cualquier asesinato fratricida puede que debe practicar en su gobierno y los medios necesarios al
realizarse con el nombre halagüeño de obra de amor. «Si el Príncipe para santificarse en su estado: el espíritu de servicio
poder y la espada son un servicio de Dios, como se ha probado y dedicación, la preocupación por la paz, evitar la ostentación,
más arriba, todo lo que sea necesario al poder para usar su en suma, vivir como cristiano para ganar el cielo. Tal actitud
espada será también un servicio de Dios. Es preciso que haya le comportará la incomprensión y la cruz propias del cristiano.
alguien para capturar a los malos, acusarlos, degollarlos y ha- El Príncipe debe confiar en Dios y rogarle con todo su corazón
cerlos morir y para proteger, disculpar, defender y salvar a los que le ayude a amar y servir a sus súbditos según el Evangelio,
buenos» 39• Con estas y otras expresiones aún más duras y y a perseguir con toda severidad a los malhechores.
rigoristas, Lutero pretendía conferir a la autoridad civil todo Lutero consuma la secularización de la política al hacer del
el poder para impedir toda fisura en la obediencia al poder soberano temporal el dueño y señor de los súbditos incluso
constituido, toda excepción en el respeto a la espada. en lo que atañe a sus deberes religiosos. Su odio patológico
Por lo que hace a los límites de la autoridad secular, la a Roma le arrastra a suprimir toda autoridad estrictamente
postura de Lutero es vacilante. Pone a los príncipes un límite espiritual y religiosa. Que esta autoridad cometiese graves abu-
doctrinal porque tiene como punto de referencia a los príncipes sos no justifica la reacción extremosa del fraile apóstata y
católicos y el decreto que desterraba del Imperio a todos los orgulloso.
luteranos: «Si un príncipe o una autoridad civil te manda estar Tampoco la justifica su concepción pesimista del hombre.
con el Papa o echar lejos de ti ciertos libros, tú les responderás: Como ya hemos expuesto, Lutero defendía que por el pecado
Lucifer no tiene derecho a sentarse al lado de Dios [...]. Si original los hombres todos eran pecadores y malos en todo.
De ahí la necesidad de una autoridad coercitiva desde arriba
me imponéis una creencia o arrojar libros, no os obedeceré» 40 •
que en nombre de Dios dominase a los hombres y les obligase
Más adelante, en 1526, cuando se decida a formar una nueva
a ser «buenos». Creía con esto poner la espada al servicio de
Iglesia, su actitud hacia el brazo secular cambiará totalmente:
Dios y de la cristiandad cuando era evidente que la ponía al
exigirá la intervención de la autoridad civil como la única válida servicio de los caprichos y las ambiciones de los Príncipes. ¿O
y eficaz contra todos los que se opongan a su interpretación es que acaso ellos no estaban también afectados por el pecado
del cristianismo, que considerará como la única verdadera. original? Pero ahora el Príncipe aparecía como un arcángel con
Así llega a la concepción de una Iglesia nacional, o de un la espada en alto y aplastando a los réprobos bajo su calcañar.
Estado religioso, en el que la autoridad secular sea la encargada No se puede construir una ética humana y una política correcta,
de vigilar el orden y asegurar la prosperidad del cuerpo social sobre una antropología pesimista. Cuando se piensa con Lutero
3
" L11tbers/l'erke, edic. cit., t.11 (1966), 257-258.
que «Dios nos ha arrojado al mundo bajo el poder del diablo»
39
O.e., 260. ya no hay manera de establecer un orden social y político ,
40
O.e., 267. humano y humanizador.
94 C4. La secularización de la política
4. Comente jurídica protestante 95
Los componentes teológicos de Lutero conducen a la misma
4. CORRIENTE JURIDICA PROTESTANTE: BODINO,
consecuencia que el naturalismo maquiavélico: la desconfianza ALTHUSIUS, GROTIUS, HOBBES, PUFENDORF
de que el hombre pueda orientarse y ser orientado por una
normativa moral, derivada de la ley natural, y presente en la El pensamiento social y jurídico emanado de la teología
conciencia a través de la razón y de una inclinación iluminadora protestante de Lutero y Calvino se ha desarrollado a través de
de la misma naturaleza. Asistimos así a una reencarnación del algunos pensadores de los siglos XVI y XVII para desembocar
voluntarismo jurídico y político. De hecho, Lutero, como Ma- después en la Ilustración del XVIII. En los países centroeuropeos,
chiavelli, aunque partiendo de premisas diversísimas, entregaba la ruptura religiosa estaba consumada y las nuevas ideas seguían
todo el poder civil y espiritual al Príncipe. Establecía un au- implacablemente su curso. Un curso que, aun contra los pro-
tocratismo y un absolutismo que aparece siempre que se des- yectos de los creadores del protestantismo, se orientaba hacia la
confia del hombre.
En Lutero, el teocratismo desciende del cielo a la tierra en
plena secularización de la política. Calvino quiso instaurar un
régimen socio-político teocrático, pero, por carecer de funda-
forma de voluntarismo político. Crea un Estado-Iglesia del que mentos metafisicos realistas, la ideología teocrática derivó hacia
se aprovecharán príncipes y reyes. Ninguno más que Enrique el iusnaturalismo racionalista bien distinto del iusnaturalismo de
VIII de Inglaterra. Calvino acentuará el teocratismo, invertirá los escolásticos españoles. Tendremos ocasión de verlo.
los términos y transmutará el binomio luterano por el de Igle- Entre 1530 y 1596 vive en Francia Jean Bodin (castellani-
sia-Estado, que viene a negar con más fuerza la posibilidad de zado Bodino), hugonote, es decir, protestante francés, adicto
que el hombre encuentre por sí mismo un organización jurídica al calvinismo. Su nombre ha quedado en la Historia de la
y política.
Filosofia política, sobre todo por su teoría sobre la soberanía,
Que el nominalismo procedente de Guillermo de Ockham que expuso en una complicada y voluminosa obra titulada Six
influyó considerablemente en el agnosticismo, en el fideísmo y livres de la République (Paris 1576).
en el voluntarismo político de Martín Lutero es cuestión que La aproximación al protestantismo de príncipes, nobles y '
hoy no deja lugar a duda. En el capítulo primero (1.6) de esta sus respectivos pueblos, las consiguientes guerras de religión,
obra, hemos hecho algunas referencias a esa influencia. Ella el flujo de soldados mercenarios e indisciplinados, los desequi-
era una de las causas por las que en este libro hicimos refe- librios económicos, habían provocado la pérdida del prestigio
rencia a Ockham y la escolástica decadente, uno de cuyos de la corona francesa y de la dócil sumisión a ella.
frutos más amargos fue el voluntarismo luterano. J ean Bodin, uno de los juristas más eruditos de su tiempo,
Todo ello significa un alejamiento de la moderada y equi- quiere restaurar el prestigio, la autoridad y el poder de la
librada concepción racional del tomismo medieval que más monarquía. Para ello dedica los tres primeros libros de su obra
tarde llevarían a su perfección Francisco de Vitoria, Francisco al estudio de la soberanía y de su ejercicio. Ha sido' precisa-
Suárez, Domingo de Soto, Luis de Malina, Juan de Mariana, mente el concepto de soberanía de Bodino el que más ha
la Escuela de Salamanca y muchos de los grandes pensadores influido en la Filosofia política posterior. <1uan Bodino es con-
que forman la llamada segunda escolástica, que fue la escolástica siderado, con razón, como el padre de la teoría moderna de
española del Siglo de Oro. la soberanía>>, dice J acques Maritain 41 •
Las consecuencias del luteranismo y del calvinismo en las Define Bodino la soberanía como «el poder absoluto y
concepciones filosóficas, jurídicas, sociales, políticas y culturales, perpetuo de una república>> 42 • Perpetuo quiere decir que los
en general, han sido ·incalculables y duran hasta nuestros días. príncipes soberanos lo ejercen de por vida, sucediéndose sin
La conocida tesis de Max Weber sobre la influencia de la Etica interrupción sobre el trono, y los Estados democráticos lo
protestante en el espíritu capitalista (si es que el capitalismo encarnan en la supervivencia natural de. su forma social. Un
tiene espíritu) no es más que un aspecto de la influencia de poder absoluto significa que la autoridad que la soberanía con-
la que hablamos, pero existen otros muchos y a algunos nos
referiremos más adelante. 41
J. MARITAIN, F;'/ bomlm: )' el Ertndo (Jvfadrid 1983), 45.
42
J. BoDIN, De In Rep11hliq11e, l.I, e.VIII (Paris 1583), 122.
u
V
"
.¡,

~96
C4. La secularización de la política 4. Corriente jt1ridica protestante 97

fiere trasciende a todas las demás, y que el Príncipe, su de- al Monarca, pero una vez que se la entrega, el Monarca es
positario, queda fuera y por encima del pueblo. «El pueblo o un dios para el pueblo. El concepto es parecido al de Hobbes,
los señores de una república pueden dar pura y simplemente que tenía al Estado como «un dios mortal», según veremos,
el poder soberano y perpetuo a alguien para que disponga de aunque Hobbes, es más absolutista aún.
los bienes, de las personas y del Estado a su placer, y pueda La teología protestante que concibe a Dios como un ser
dejárselo a quien quiera, del mismo modo que el propietario omnipotente, pero remoto e inalcanzable a la razón humana,
puede dar su bien pura y simplemente, sin más causa que su deducía a través de Bodino una de sus consecuencias implícitas:
liberalidad, lo cual es la verdadera donación y no implica más puesto que Dios es inalcanzable como Absoluto, y sin Absoluto
condiciones, una vez hecha y realizada>> 43 • no puede mantenerse una sociedad, los ciudadanos se hacen
El Monarca queda definitivamente por encima del pueblo, otro Absoluto que será el Soberano. Se supone que ese Ab-
«puede dar leyes a sus súbditos sin su consentimiento» 44 y «no soluto se guía por la razón. El despotismo ilustrado y Hegel,
tiene que rendir cuentas a nadie más que a Dios» 45 , «SU so- dos siglos más tarde, llevarán a sus últimas consecuencias esta
beranía no está limitada ni en poder, ni en función, ni a cierto
teoría política -del absolutismo racional- y de la divinización
tiempo» 46, «el príncipe es la imagen de Dios» 47 •
del Estado 48 •
En resumen, que el Monarca es una especie de pateifamilias
En esta misma dirección de la Filosofía política inspirada
supremo que, una vez recibido el poder que el pueblo le
por la Reforma protestante encontramos otro pensador y es-
entrega, es autárquico y queda constituido como señor del
pueblo, distinto de él y por encima de él. Ninguna otra au- critor más vasto que profundo, pero frecuentemente citado con
toridad puede obstaculizar la surii.isión devota al padre. No Jean Bodin. Nos referimos a Johannes Althaus (1557-1638),
forma parte del cuerpo político sino que está encima. más conocido por su nombre latinizado Althusius. Era un
Naturalmente que esta autoridad soberana quedaba limitada alemán westfaliano, formado en ambientes calvinistas y que
por la ley de Dios y por la ley natural cuya existencia no se enseñó Derecho durante muchos años en Herborn y en Siegen.
discute, pero, al quedar el Príncipe encima del pueblo como En la segunda mitad del año 1603 publicaba su obra capital ,
absoluto, distinto de él y superior a él, queda también cons- Política methodice digesta que, junto con otro libro editado en
tituido árbitro supremo y demiurgo casi omnipotente, «es ima- 1617, Dicaelogicae libri JI totum et univers11m ius, quo utimur, methodice
gen de Dios, él debe hacer las leyes según el modelo de la comp!ectens, constituyen lo fundamental de su aportación a los
ley de Dios», aunque el súbdito no siempre pueda compren- problemas políticos y jurídicos.
derlo, como tampoco comprende, a veces, las leyes divinas. Pretende Althusius hacer una construcción política pura sin
La teoría de Bodino no es la teoría del derecho divino de referencia directa a otras ciencias humanas. Define la política
los reyes, tal como la defenderán y la ejercerán Enrique VIII como «el arte de unir a los hombres entre sí para establecer
de Inglaterra, o Luis XN de Francia, es decir, como detenta- vida social común, cultivarla y conservarla. Por ello se llama
dores de una autoridad que viene directamente de Dios a ellos cruµ~tomicii» 49 • Es la política sola la que tiene que organizar la
y que por lo mismo es sagrada. También es distinto del «po- sociedad, estudiar el arte de establecer, de cultivar y de conservar
pulismo cristiano» de Francisco Suárez en el que Dios era el entre los hombres el lazo orgáníco de la vida social. Esta política
origen y fundamento de la autoridad, y el pueblo era el sujeto debe ser estudiada metódicamente, es decir, con toda precisión
primario que la recibía. El pensamiento de Bodino es secular, y con todo orden. Althusius utiliza como método de inspiración
es decir, no representa el movimiento de arriba abajo sino la Lógica del antiaristotélico Pierre de la Ramee (Petrus Ramus).
inverso, de abajo arriba: la autoridad se la entrega el pueblo El punto de partida es la noción de consociatio {Jmbiotica,
43
que podríamos traducir por comunidad de vida. Eso es la sociedad
O.e., 143.
44
O.e., 142. 48 Sobre BoDIN, cf. P. MESSNARD, Ver.r 1111 porlmil de Jea11 Bodi11. en P.
45
O.e., 125.
MESSNARD, Jea11 Bodi11. Oe11vres philosophiq11es (Paris 1951), VII-XXI; lo., L'essor
46
O.e., 124. de la Phi/osophie politiq11e a11 XV! siecle (Paris 1969), 173-548.
47
O.e., 156, 161. 49
Política, c.I.
-r -·- --
1
r
98 C4. La semlarízación de la política { 4. Comente jurídica protestante 99
.'i
'
civil. Se parte, pues, de un dato que viene de la experiencia. dividirlos ni perderlos. Los magistrados los ejercerán como
Los ciudadanos se unen entre sí de manera orgánica. Por una t
··{
servidores de la comunidad symbiótica.
natura/is affectio empírica se transforman de átomos separados .~ Althusius establece un cierto colegio formado por éforos
en células de un organismo-viviente. J' representantes del pueblo, expresión de la voluntad general,
La política se convierte en ~mbiótica, que estudia los diversos
grupos humanos naturales que viven y operan en comunidad:
l.•,•.
<<hermanos del magistrado supremo» o Monarca. Ellos consti-
tuyen la cabeza del cuerpo político y pueden someter al Mo-
·'
el matrimonio, la familia, la corporación, el municipio, la pro- ,;,.
J• narca para que obedezca a la Ley, si él quiere sacudir su
vincia, el Estado. Es una unión orgánica. Es una necesidad 5 yugo 55• Esta postura de Althusius es más coherente con los
natural y absoluta la que lleva a los hombres a unirse en estas :¡ monarcómacos protestantes· y con la concepción luterana de
sucesivas agrupaciones, porque sin ellas no puede vivir ni de- :ij una Iglesia-pueblo sin una verdadera estructura jerárquica. Es
•!'f;
sarrollarse. Se unen los hombres mediante un pacto pero ese la sacralización· del pueblo y la popularización de lo sagrado.
pacto no es sino un signo de una realidad ya dada: la comunión f
.':: Rousseau continuará esta sacralización del puebl() aunque negará
de los symbiotas. Una natural comunión de bienes, de trabajos,
de derechos 50 • Hay comunidades simples o privadas, como la
l cualquier posible delegación de la soberanía en manos de nadie.
La soberanía, según Rousseau, es intransferible y permanece
~
familia o un grupo voluntario, colegio o compañía, y comuni- siempre en el pueblo.
.);
dades mixtas o complejas «formados por la coalescencia de El magistrado supremo es para Althusius una especie de
muchas comunidades privadas en politeuma. Se las puede llamar
tmiversitas» 51 • Tales comunidades tienen el derecho de <<poseer
~}
~
poder ejecutivo, pero no más que como el primero de los
funcionarios, un primus ínter pares. Ejerce su autoridad como
y administrar en común las cosas útiles y necesarias para su u
~ mandatario del pueblo, porque vox populi, vox Dei 56•
conservación y desarrollo» 52•
~
Los asuntos religiosos cuentan entre los más importantes
~ del Estado y deben estar controlados por el poder público.
Nos interesa especialmente la comunidad Estado, que es la
más perfecta consociatio !Jmbiótica, llamada también regnt1m y res- ~ Los pastores religiosos son miembros del Estado según el
pub/ica, consociatio !Jmbiotica universa/is. Se forma por <runa promesa ''
~
~t
mandamiento de Dios y, por consiguiente, están sometidos al
tácita o expresa de una comunicación de bienes y servicios
~=
soberano con obediencia absoluta. Althusius apela a la Sagrada
mutuos, de ayudas, de consejo, y los mismos derechos comunes
requeridos para la utilidad y las necesidades de la vida social
~; Escritura para justificar la sumisión del poder eclesiástico al
poder civil, y al lazo estrecho que une la prosperidad material
integral en el reino» 53 • Es necesaria propiedad del Estado la )
J y la ortodoxia religiosa.
~

maiestas, que Althusius define. como «el poder preeminente, su- Además, puesto que el Estado tiene que obedecer al Dios
l verdadero y a la verdadera fe, justo es que «el magistrado y
premo y universal de disponer de todo lo que es necesario 1
para la salud y cuidado del alma y del cuerpo de los miembros los miembros del reino vigilen con cuidado que Dios sea
del reino o de la república» 54• Lo que Bodino había llamado
soberanía se lo concede Althusius al pueblo, a la comunidad
t
~~
verdaderamente reconocido y honrado en público y en privado
en toda la extensión del reino. Esto supuesto, ellos reconocen
integral y sólo a ella. No queda por encima del pueblo, ni es ~1 haber recibido el reino de Dios y le prometen fe y sumisión
distinta de él. El Rey sólo será un ~dministrador. Althusius se
f; como siervos y vasallos» 57• Se advierte la presencia de la teo-
,¿~
.,r,.1 logía protestante en esta divinización del Estado y en esta
separa aquí de Bodino. Para Bodino, la soberanía estaba por
encima del Estado. Para Althusius, el soberano es siempre el sumisión a él, exigida a los súbditos incluso en los asuntos
Estado o pueblo. Puede éste delegar sus derechos, aunque no espirituales. La competencia del poder temporal en materia
i espiritual es, como hemos visto, uno de los principios esenciales
50
Política, I, 7-10. de la política luterana.
51
Política, V, 1. ¡,"

52 :l;."'. 55
Política, V, S. Política, XVIII, 48.
53 56
Política, IX, 7. Política, XIX, 1, 6, 7.
54
Política, IX, 26.
l 57
i~: Política, XXVIII, 15.
.,.-,:

:l,,
...

100 C.4. La seculariZf1ción de la política 4. Corriente jurídica protestante 101

La intervención estatal que exige Althusius se extiende a al iusnaturalismo de los siglos XVII y xvm y que más adelante,
todas las zonas de lo religioso: predicación, organización, elec- por influencia del empirismo y del sociologismo, desembocarán
ción de ministros, escuelas, vigilancia sobre la doctrina, censura en el positivismo jurídico. No es un antihistoricista abstracto
de escritos, exilio o prisión de los «herejes», reservar para los como serán los iusnaturalistas posteriores, pero sí es un racio-
«ortodoxos» los empleos públicos, etc. Toda la intransigencia nalista, un tanto subjetivista, como hijo de una época en la
calvinista 58 • que se difunde el subjetivismo de origen luterano. Por racio-
Althusius debe, pues, ser considerado como un pensador nalista combatirá el voluntarismo calvinista.
político calvinista aunque, bajo las apariencias teológicas de Formula toda su teoría en los Prolegómenos al tratado De
múltiples citas bíblicas que utiliza nada más que para confirmar ittre belli ac pacis. Presupone un Derecho natural que procede
sus ideas, se encuentra un naturalismo racionalista. Los calvi- ((ex principiis internis», aunque tales principios -sin duda se
nistas, a pesar de su intransigencia doctrinal, derivaban hacia refiere a la razón- vienen, en última instancia, de Dios. .
formas políticas democráticas para hacer valer el poder del Contra el escepticismo jurídico, que niega la existencia de
número en las regiones o ciudades en las que eran mayoría. normas naturales de valor absoluto y reduce la justicia a la
La teoría de la consociatio symbiotica venía a justificar la situación utilidad o al arbitrio del más poderoso, Grocio defiende un
de estas comunidades. Es, sin duda, uno de los teóricos po- connatural appetit11s societatis, un instinto natural de sociabilidad
líticos que más han contribuido al nacimiento de la teoría que que se caracteriza por la racionalidad y la equidad. Parece que
da al pueblo una soberanía originada de él mismo. Es un paso considera a la razón no sólo como manifestativa, sino como
adelante en el proceso de secularización de la sociedad y la constitutiva del Derecho natural. Este es «el dictado de la recta
política que camina hacia la construcción de sociedades sin razón. Este nos enseña que una acción es en sí moralmente
Dios 59• torpe o moralmente necesaria, según su conformidad o dis-
Junto a los pensadores políticos protestantes ya estudiados conformidad con la misma naturaleza racional y social y, por
es necesario referirse también a Hugo Grocio (Groot, 1583- consiguiente, que tal acción está prohibida o mandada por
1645), holandés, autor de un tratado De iure belli ac pacis (París Dios, autor de la naturaleza» 60 • ·

1625), leidísimo en la Europa del barroco, y de otro De iure En esta misma dirección está otro pasaje célebre de los
predae, inédito hasta 1868, pero uno de sus capítulos, Mare Prolegómenos en el que aparece que Grocio hace de la razón el
f: liberum seu de iure quod Batavis competit ad Indica commercia, publi- fundamento y origen del Derecho natural. Es el párrafo 11 en
'1
~:

¡;
1

cado de manera anónima en 1609, dio origen a largas polémicas el que se afirma taxativamente que el Derecho natural «con-
sobre el derecho de los mares. servaría su valor aunque admitiésemos -lo que no podemos
1. :
La influencia de su tratado De iure belli ac pacis en el campo admitir sin cometer el mayor delito-- que Dios no existe o
l' jurídico, social y político ha sido muy grande y su importancia que no se preocupa de los problemas humanos» 61 • Esta ex-

~· también. Es considerado como uno de los teóricos importantes presión y otras, como en la que afirma que «el Derecho natural
t del Derecho internacional.
Para nuestro intento, sin embargo, su importancia proviene
es tan inmutable que ni el mismo Dios puede modificarlo
pues, a pesar de que es infinito su poder, se puede decir que
más bien de que generalmente se le juzga como uno de los i existen cosas a las que su poder no llega porque dichas cosas
no tienen sentido por su repugnancia en sí mismas» 62, son de
más significativos fundadores del Derecho natural racionalista. 1 las que han contribuido a que se interpretase a Grocio como

'~: l
¡.
Hay que confesar que no es fácil interpretar su mente porque
oscila entre la doctrina clásica del Derecho natural, tomada de
Vitoria y Suárez, y las premisas racionalistas que darán origen
l un racionalista.
No es nada probable, como ya se ha hecho notar, que
Grocio quisiera ir tan lejos porque era cristiano y estaba muy
L
i,'
58
Política, XXVIII, passim. 60
59Sobre Althusius puede consultarse D. GmRKE, Johannes Althusius und die De iure bel/i ac pacis, l.I, c.I, X.1.
,t. 1
Enhvick!ung der naturrechtlichen Staatstbeorien (Breslau 1902); P. MARIÑO, Estudio
61
Prolegómenos, n.11.

l"
62
preliminar, a la edic. española de la Política (Madrid 1990), XV-XLI. De iure belli ac pacis, l.I, c.I, X.5.
¡
102 C4. La seculariZf1ción de la política 4. Corriente jmidica protestante 103

influido de los clásicos de la escolástica pero dio pie para que política liberada de las trabas morales será un arte puramente
de sus afirmaciones se originase un iusnaturalismo racional e humano, el arte de organizar la sociedad de los hombres como
inmanentista. Se podía prescindir de Dios y fundamentar el se puede organizar una gran máquina y de utilizar el Derecho
Derecho en la razón. Sus asertos ético-jurídicos de matiz ra- como pura coactividad sobre aquellos que no quieran ajustarse
cionalista, difundidos en la Europa del siglo XVII, encontraron a los proyectos del Estado que detenta el poder político.
una resonancia que el mismo autor no pudo prever. Un predecesor de este absolutismo y radicalismo político
Del Derecho natural se derivan los derechos positivos de fue el inglés Thomas Hobbes (1588-1679), de religión anglicana,
los Estados, que de aquél reciben su legitimación y su fuerza empirista y cuasi-materialista que ha quedado en la historia del
obligatoria. Un pacto mutuo, expreso o tácito, regula las rela- pensamiento como uno de los representantes más característicos
ciones entre el Estado que legisla y los súbditos que aceptan. del contractualismo absolutista, es decir, de la teoría política
Como el primer precepto del Derecho natural es <pacta sunt que concibe el Estado como una creación artificial de los
seroanda)>, la obligación absoluta de fidelidad a lo pactado, se hombres para poder vivir en paz. Por naturaleza, el hombre
sigue de ahí la estabilidad de las sociedades civiles. Otras de- -dice Hobbes- es un lobo para el hombre, homo homini
rivaciones del Derecho natural garantizan la convivencia: la lupus 64• Supuesto este pesimismo antropológico, provocado por
ilicitud de la mentira, el derecho a la propiedad privada, la las circunstancias sociales, políticas y religiosas de la Inglaterra
maldad moral del robo, la obligación de restituir, etc. 63 • de su tiempo, no extrañará que Hobbes defina el estado natural
Grocio no habla explícitamente de un estado de naturaleza como el caos, la guerra de todos contra todos, bellum omnit1m
del que se pasase al estado civil mediante un pacto. No aparece in omnes 65 • Para salir de ese caos no queda más que un camino,
en él la utopía de un soñado «estado naturab>. La sociedad se que todos los individuos confieran todos sus derechos y sus
forma originariamente en fuerza de un instinto de la naturaleza. poderes a un solo hombre, o a una sola asamblea de hombres
El pacto es más bien político en orden a establecer y garantizar con poder y autoridad para reducir todas las voluntades por
la pervivencia y el bienestar de la sociedad. Algunas de sus mayoría de votos a una sola voluntad: «El único modo de '
expresiones han dado ocasión de que se le interprete como erigir un poder común, capaz de defenderlos de la invasión
un teórico del absolutismo. Pero no parece correcto ya que el extranjera y las injurias de unos a otros [...] es conferir todo
Derecho natural, tal como lo manifiesta la razón, sería ya un su poder y fuerza a un hombre o a una asamblea de hombres
límite. Serán algunos teóricos posteriores los que, al suprimir que pueda reducir todas sus voluntades por pluralidad de voces
toda referencia a Dios en las cuestiones políticas, dejen al a una asamblea. Lo cual equivale a elegir un hombre, o asam-
pueblo en manos de un Estado que se presenta como encar- blea de hombres que representen su persona» 66 •
nación de la razón. Pero para esto habrá que esperar a Rous- ¿Cómo se realiza esta transferencia de derechos? Responde
seau, a la Revolución francesa, a Hegel, a Marx, a los fascismos Hobbes: «Por acuerdo de cada hombre con cada hombre, como
y a los liberalismos laicistas. si cada cual dijera a cada uno de los demás: autorizo y renuncio
Por fin, hay que decir que también se ha pretendido ver a mi derecho a gobernarme a mí mismo en favor de este hombre o de
en Hugo Grocio un adelantado de la separación que se haría esta asamblea de hombres, a condición de que tú, a tu veti le cedas tu
más tarde entre Derecho y Moral. De nuevo hay que pensar derecho y autorices todas tus acciones de la misma manera. Una vez
que no parece que haya pretendido expresamente crear un 64
Derecho autónomo de la Moral pues admite como su funda- HoBBES expone sus teorías políticas en su tratado De cive (1642) y,
sobre todo, en su Leviatán o sobre la materia, la farma )' el poder de la Com1111idad
mento la ley natural, pero sí es verdad que su racionalismo eclesiástica)' civil (1651). La expresión bomo ho111i11i l11p11s no es original de
ha dado ocasión a tal interpretación. Será Christian Thomasius Hobbes. Se encuentra en la comedia de Plauto Asinaria, verso 495, y la
(1655-1728), primero, quien iniciará una cierta distinción entre repiten F. Bacon y Erasmo.
65
Derecho y Moral y Kant la acentuará. Si se separan Derecho De cive, I, 12. En el Leviatán escribe: «Hereby it is manifest that during
the time men live without a common Power to keep them ali in awe, they
y Moral, como se hará en algunos regímenes posteriores, la are in that condition which is cal!ed Warre; and such a Warre, as is of every
man a¡,>ain every man» (c.13). Lo repite en el c.14. ·
63 66
Prolegómenos, n.8, 15. Leviatban, II, 17.
4 .4. L. ;11/arizt.. ·'de la )'o •• dca 4. · ·Corriente j11rídica protestante 105

hecho esto, la multitud unida en una persona se llama sociedad, y otro civil formado por un contrato, formulada por Hobbes,
civitas en latín. Esta es la forma en que surge el gran Leviatán confluyen en el pensador alemán Samuel Pufendorf (1632-1694),
o, para hablar con más respeto, el dios mortal al que debemos, considerado como el progenitor inmediato del iusnaturalismo
bajo el Dios inmorta~ nuestra paz y defensa (...]. Al que asume racionalista, el verdadero teórico del Derecho natural conside-
así esta persona se le llama soberano y se dice que posee poder rado como un Derecho necesario e inmutable, deducido por
soberano, y todos los demás son súbditos» 67 • la razón, de la naturaleza de las cosas.
He aquí, pues, otra teoría de la soberanía absoluta pero Profesor de Derecho natural primero en Heidelberg y más
defendida ahora en nombre de mecanismos artificiales. He aquí tarde en Lund (Suecia), alli publicó su obra principal De iure
una interpretación horizontal, secular y utilitarista de la sociedad ¡ nat11rae et gentium libri octo (1672). En ella hace una interpretación
j
y del Estado: Ambos se forman sólo por la voluntad de los racionalista y antiteológica de Grocio, y, por el momento de
ciudadanos que quieren liberarse del terror y vivir en paz y, l desarrollo del racionalismo cartesiano en el que apareció, al-
por propia voluntad, se entregan y se quedan inermes y so-
metidos en todo al poder absoluto del Estado. De nuevo
l
¡
canzó un gran éxito. Se sentía una cierta necesidad de desvin-·
cular el Derecho y la Política de cualquier instancia religiosa.
tenemos al Estado como una gran máquina de manejar hombres Esto supuesto, no quedaba otra referencia definitiva que los
y obligarlos a que cada uno esté en su sitio. fundamentase sino la razón. Las sangrientas guerras de religión
Admite Hobbes una ley natural, pero es muy significativa entre los Estados europeos, el progreso de las Ciencias de la
la definición que da de ella: «Es un precepto o regla general Naturaleza, el descubrimiento de nuevos mundos y civilizacio-
encontrada por la razón, por la cual se le prohíbe al hombre 1 nes muy distintas, la concepción de la naturaleza como una
hacer aquello que sea destructivo para su vida, o que le arrebate realidad válida por sí misma, el desarrollo del mercantilismo
los medios de preservar la misma, y omitir aquello con lo que 1 que necesitaba justificarse con leyes naturales, el ansia de paz
cree puede mejor preservarla» 68 • Como puede verse, en tal 1 y de concordia entre los pueblos parecían requerir otra funda-
1
definición desaparece toda referencia a Dios Legislador supremo mentación del Derecho y de la Política que no fuese la clásica.
y todo proyecto ideal de vida. Hobbes no cae en la cuenta
de que sin legislador no hay ley. Su ley natural no es ley, es
l No quedaba otra salida -como acabamos de decir- que
apelar a la razón natural que empezaba a presentarse, por
sólo un dictamen de la razón práctica para sobrevivir en la 1 influjo de Descartes, como omnipotente e infalible. No se
Tierra el mayor tiempo posible.
El Estado queda reducido a una máquina todopoderosa !l olvide que estamos ya a las puertas de la Ilustración. Como
es sabido, Paul Hazard sitúa el comienzo de la crisis de la
conciencia europea en 1680. El Derecho natural racional apa-
capaz de mantener a los hombres en paz. El hombre, en su ¡
recía como más apto para que fuese aceptado por todos los
¡¡
1
dimensión social y política, queda despersonalizado. Todo lo
hará el Estado. Incluso toda la vida religiosa, dogmas, culto, hombres.
ritos, sacerdotes, deben quedar sometidos al poder civil sobe- Parte Pufendorf del postulado, que luego se generalizará,
rano para evitar confrontaciones y violencias. Sólo el Estado de que el Derecho natural es una cuestión de razón. Por ser
es absoluto. Dios existe pero no tiene nada que decir en universal, es decir, válido para todos los hombres, no puede
cuestiones sociales y políticas por más que éstas sean tan hu- fundamentarse en la religión, que varia en los diversos pueblos.
manas 69 • Cree que así se puede construir una ciencia racional del Derecho,
Tanto el iusnaturalismo que en Grocio todavía aparece en universal y necesaria, tan exacta y rigurosa como la Ciencia
Física.
estado de transición, ya que está muy influido por la escolástica
española, como la división de la sociedad en un estado natural Hay una ley natural que es <<la que conviene de tal manera
a la naturaleza racional y social del hombre que sin su obser-
"' Leviatban, II, 17. vación no podría haber sociedad honesta y pacífica en el género
68
Leviatban, I, 14. humano» 70 • De esta sociabilidad hará Kant más tarde uno de
69
Sobre Hobbes se leerá con utilidad F. TóNNIES, Vida)' doctrina de Tomás
Hohbes (Madrid 31935); A. PACCHI, !11trod11zjo11e a Hohbes (Roma-Bari 1979). 'º De inre natnrae I, 6, 18.
~.·.·.' °
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106 C4. La sec11lt1rización de la política

los puntos de referencia de su imperativo categórico. «No es


lícito a los mortales pensar en una utilidad que no constituya
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1
!
4. Corriente jurídica protestante

Para finalizar este capítulo tenemos que decir que de lo


escrito se deduce que hay dos iusnaturalismos, o teorías del
107

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un valor universal, porque a nadie se le ha concedido por
naturaleza este privilegio que lo que uno utiliza como derecho
contra otros no lo utilicen otros a su vez contra éb> 71 • El
Derecho natural atiende a las relaciones personales para con
1
Derecho natural. La primera es la de los pensadores españoles
de la segunda escolástica, inspirados en santo Tomás. Ven éstos
a Dios como creador y, por lo mismo, providente y legislador
supremo que tiene sobre los hombres un proyecto. Ese pro-
Dios, pero principalmente a la actuación con prudencia, equidad yecto, dicho de una manera general, no es otro sino que vivan
'
y moderación en todo. conforme a su naturaleza humana tomada adecuadamente, es
Hay un Derecho positivo formado por las leyes humanas. ¡ decir, teniendo en cuenta los valores espirituales y su superio-
El estado de naturaleza se rige por la Ley natural. El estado ¡
ridad sobre los somáticos. El mismo Dios, a través de su
social, por leyes civiles. El estado de naturaleza no es, como
quería Hobbes, un estado de guerra y violencia, sino de paz
1 palabra revelada, ha indicado cuáles son las pautas fundamen-
1 tales del comportamiento verdaderamente humano, «al abrirse
natural, aunque, eso sí, de una paz precaria por el egoísmo de tus palabras iluminan, dando inteligencia a los sencillos» (Sal
los hombres. El estado civil nace por un pacto entre los ciuda- 119,130). La razón ayudada por la revelación descubre las obli-
danos que garantiza los derechos y el desarrollo de las personas. gaciones y los consiguientes derechos que tiene como persona
Admite también que el Derecho tiene que fundamentarse humana que es. El conjunto de esos deberes y derechos son
en la Moral y la Moral en la voluntad divina. La Teología , la ley y el Derecho natural.
Moral proviene de una revelación particular de Dios. Así se La otra interpretación de la ley y del Derecho natural pres-
supera la tentación de egoísmo y de los intereses particulares. cinde cada vez más de la relación a Dios. Se apoya sobre
La Moral sirve para limitar la libertad humana 72 • todo en la razón. La razón humana, de suyo recta e infalible,
'· 1 La Política es una ciencia humana de lo humano que se le dice al hombre cuáles son sus deberes y sus derechos na-
fundamenta en la observación de lo humano y en la razón turales. Wolff .define la ley natural como «aquella que tiene su
natural. El Estado es una persona moral, con una autoridad razón suficiente en la misma esencia o naturaleza del hom-
que dimana de la mayoría de los miembros de la sociedad, bre» 74 • Más aún se consideran y se contraponen dos estados
encargada de dar la paz y el bienestar a todos. de vida: el natural y primigenio y el civil o histórico. Aquél
Pufendorf se inspira no poco en Hobbes, pero sustituye el comienza a verse como ideal ya que estaría regido por prin-
duro empirismo del pensador inglés por un racionalismo abs- cipios racionales. Qué derivaciones tendrá más adelante esta
tracto y ahistórico que pasará después a muchos ilustrados. teoría tendremos que estudiarlo en otros capítulos. Estamos a
También se inspira en Grocio pero, mientras Grocio citaba la las puertas de la Ilustración, que será la que radicalice estas
Sagrada Escritura y los clásicos cristianos, Pufendorf cita más actitudes secularizantes.
a los clásicos griegos y romanos y presume, como buen lute-
rano, de no deber nada a los escritores de «la secta romana». 74
Phi!osophia practica, I, 135.
Toda una escuela de racionalistas iusnaturalistas siguió a los
autores expuestos. Christian Thomasius (1655-1728), Nicolás
Jerónimo Gundling (1671-1729), Juan Teófilo Heineccius (1681-
1741) y, más que nadie, Juan Christian Wolff (1679-1754),
maestro de Kant, desarrollarán después el racionalismo y el
naturalismo jurídico, social y político 73 •
71
De i11re nat11rae II, 3, 10.
72
De i11re na/11rae I, 1, 3.
73
Sobre Pufendorf puede leerse la obra de H. WELZEL, Die Nat11mchtlehre
el. Pufendorft. é/11 Beitrag z¡tr ldeengeschichte des 17. rmd 18. Jahrhrmderts (21958).
.~

••··~"'- • "••~-.--·-·--- •- >"•-·no---··-·-~-v-~.

CAPÍTULO V

LA SECULARIZACION DE LA RAZON

¡
¡ La importancia histórica de todos los movimientos estudia-
íl
dos hasta ahora se manifiesta por sí misma. Pero parece que.
l
·~
r
se puede asegurar que el decisivo golpe de timón, el que
cambió definitivamente el rumbo de la cultura europea y de-
terminó el espíritu de la Modernidad ha sido lo que se ha
~ llamado, con fundamento, la revolución cartesiana. Tanto es
¡ esto verdad que ella ha dado nombre, en la Historia de la
~
¡ Filosofía, a toda una época fértil en elucubraciones. Se llama
i aetas cartesiana al conjunto de filosofías que ocupan el siglo XVII
y xvm porque, de una o de otra manera, todas reciben el
! influjo de René Descartes, y aun la aetas kantiana, que vendrá
! después, será ampliamente deudora de Descartes. Esto significa
que la cultura europea en sus más variadas manifestaciones,

l
¡
artísticas, literarias, religiosas, científicas, lleva durante dos siglos
la impronta inequívoca del cartesianismo, como tendremos oca-
sión de ver. Y aun más tarde, en la época del desarrollo
industrial y de la técnica (siglos XIX y XX), no es difícil escuchar,
bajo el estruendo de las máquinas y de las guerras, los susurros
1
¡ del racionalismo matematicista cartesiano. Todavía en 1931,
publicaba Edmund Husserl, sus Meditaciones cartesianas.

1
..

¡l
1. EL RACIONALISMO CARTESIANO
11.

'./ Enumeramos, en primer lugar, las características generales


!" de la Filosofía cartesiana que nos ayudarán a situar y a com-
prender mejor el proceso evolutivo de la razón hasta su com-
¡'
~
pleta secularización.
René Descartes, que había nacido en la Turena francesa en
1596, fue ante todo un matemático, no sólo porque estudió
1 amplia y profundamente las Matemáticas y la nueva Física, sino
!
¡ porque su estructura mental era matemática y quiso compren-
derlo todo more mathematico.
!
i
l
r
110 C5. La sec11/arización de la razón l1 1. El racionalismo cartesiano 111

Lo específico del método cartesiano es la perfecta precisión Descartes fue el primer pensador de la Edad Moderna
de los conceptos y de las concatenaciones lógicas y necesarias; que intentó escribir un sistema filosófico coherente y unifi-
la claridad que se opone a la oscuridad, la distinción que se cado, utilizando un nuevo método que generase en el lector
opone a la confusión. Desde el siglo XIV, las Matemáticas ejer- una certeza apodíctica y una tranquilidad del pensamiento
cían una creciente fascinación sobre los intelectuales europeos. como la que generan las Matemáticas. El proyecto no carecía
Cuando Galileo demostró, de manera irrefutable, que mediante de grandeza y de originalidad. Enseguida expondremos ese
términos matemáticos se podían expresar todas las leyes de la método.
naturaleza se tuvo la impresión de que la Matemática era la Sin embargo, no pretendía Descartes una total ruptura con
reina y la clave de todas las ciencias y que a ella, o más bien el pasado filosófico. El pasado había sido la escolástica. En
a su método, debían someterse todas las otras ciencias, naturales ella había sido instruido en su adolescencia por los jesuitas del
y humanas. Pronto se diría que también las divinas. Los des- Colegio de La Fleche. Lo que en realidad revolvía en su mente
cubrimientos de Kepler y de Newton confirmaron después esta y a lo que quiso dar nueva luz y nueva estructura no era sino
persuasión. 1 el conjunto de los grandes temas escolásticos: la verdad y el
El método matemático es, además, deductivo. Parte, en la error, la extensión y el pensamiento, el alma y el cuerpo, la
concepción de Descartes, de axiomas o verdades evidentes por sustancia y los accidentes, la existencia y la esencia de Dios,
sí mismas, y de ellas, por pasos lógicos, rigurosos e incontro-
vertibles, avanza y deduce otras proposiciones que se llaman 1 la relación de Dios con las criaturas, las causas, etc. No era
el fondo lo que cambiaba, era la forma. Hay que reconocer,
teoremas o tesis. Tal proceso es tan atractivo para la mente con todo, que la forma fue tan distinta que hizo que también
humana que la seduce porque la hace progresar en el conoci- cambiaran los contenidos.
miento preciso y cierto, y porque el pensamiento gravita ine- El método comenzaba por un análisis gnoseoló'gico, un~
vitablemente hacia el orden sistemático que se consuma en la 1 crítica implacable y decidida. Descartes pone en duda, inicial-
mente, la verdad de todos nuestros conocimientos e incluso
unidad. Al fin, pensar es unir. El método matemático parece
lograr ese eterno anhelo del hombre que piensa. 1 (la capacidad del conocimiento humano para obtener la verdad.
De ahí que aparezca el intenso deseo de reducir los cono- Se ha llamado a su duda, metódica, pero metódica no significa
cimientos todos a un sistema lógico. Lo habían intentado Platón 1. que no sea real. Significa que metodológicamente quiere em-
y Plotino en la Antigüedad, y, en la Edad Media, nuestro Ramón pezar y empieza por dudar de la veracidad y aun de la posi-
Llull (1233-1316) en muchas de sus obras filosóficas y, particu- bilidad de todo conocimiento. Esa duda es universal, es decir,
larmente, en su Ars magna (1303). No lo habían logrado, al se extiende a todo sin excepción: a la realidad de ·Dios, a las
menos de manera sencilla y asequible. Pero quedaba en el am- realidades del mundo, al propio yo y sus pensamientos. Para.
biente la nostalgia de unificar todos los saberes. He aquí que la que nada quede fuera de ese escepticismo universal finge la
Matemática, avanzada y simplificada mediante el Algebra y la llamada <<hipótesis del genio maligno». No es que piense que
Trigonometría, parecía ofrecer ahora el medio eficaz de construir flota en el aire un mal demonio que se dedica a engañarnos
sistemas completos de pensamiento que confiriesen unidad y y a hacernos creer que es real lo que no es más que ficción.
coherencia a todos los saberes según una idea de totalidad. El «genio maligno» no es sino un símbolo que sintetiza todas
Nació así en Europa una cierta concupiscencia de sistema- las posibilidades de que el hombre esté, efectivamente, enga-
tizar que alcanzará su clímax en los sistemas del idealismo ñándose y que efectivamente sea ficción cuanto considera real.
alemán del siglo XIX. Engels ridiculizaba el entusiasmo de los Incluso la posibilidad de que Dios nos hubiera negado la
alemanes por reducirlo todo a sistema, pero él había intentado capacidad de conocer la realidad.
reducir a sistema el pensamiento de Marx y el suyo propio 1• Pues bien, aun en esta extrema hipótesis, por más que
queramos sumergirnos en el escepticismo absoluto y universal,
1
F. ENG ELS, Del Socialismo utópico al Socialismo cientffico, Prólogo a la edición hay una primera verdad tan radical y absoluta -cree Descar-
inglesa (Madrid 1968), 7-8. tes- que de ella ni duda ni puede dudar. Es la que expresa
.l

112 C.5. La secularización de la razón ~I 1. El racionalismo cartesiano 113

con su famosísima frase «]e pense done je suis» que traducida 4.ª El yo pensante queda constituido en el Demiurgo ab-
literalmente dice: «Yo pienso, luego yo soy» 2• soluto. Será él quien organice todos nuestros conocimientos y
He aquí una proposición de la que podemos decir, sin representaciones. La realidad pierde autoridad y presencia. Es
exageración, que ha cambiado la faz de la Tierra, que ha el pensamiento subjetivo el que manda.
determinado hasta zonas insospechadas todo un nuevo rumbo S.ª Queda exaltada la Razón humana como última instan-
de la cultura, hasta nuestros días. No calculó Descartes lo que cia. A ella se le deberá someter la Tierra y el cielo, ya que
encerraba su proposición aparentemente inocente. Pero he aquí cualquier representación es, ante todo, pensamiento. La razón
algunas consecuencias que, paso a paso, dedujeron de ella los será considerada, en adelante, como una fuerza, una energía
cartesianos al correr de los tiempos: 1 suprema y creadora. El mismo Descartes escribe: <<Habet enim

l
1.ª Si la proposición <<yo pienso, luego yo soy>> es verdadera humana mens nescio quid diviniJ>: Tiene la razón humana un no
y el principio de todo filosofar, entonces el pensamiento es sé qué de divino 4•
antecedente al ser, más aún el pensamiento obtiene la primacía 6.ª Por todo ello, progresivamente, se dará más importan-
sobre el ser. El ser viene dado en eso que llamamos pensa- ,. cia a la certeza que a la verdad. Esto significa que el hombre
miento y que no será sino una representación subjetiva e in- se interesará más por la seguridad subjetiva de sus represen-
manente del ser. El ser o, digamos, la realidad no será en taciones que por el contenido real de ellas que es la verdad.
adelante quíen oriente el pensamiento, más bien será el pen- Balmes dice, atinadamente, que la verdad es la realidad.· Pero
samiento subjetivo quíen dirija y organice la representación de después de Descartes interesará más la representación que la
la realidad. El ser queda subordinado al pensar. realidad. Se llegará incluso a negar la posibilidad del conoci-
2.ª Quedan separados pensamiento y realidad, como si el miento· de lo real como es.
pensamiento no fuera realidad. Más aún, como si pensar fuera 7.ª Nada extraño que, metida la Filosofia y la cultura
algo distinto del ser. Pero, de hecho, pensar no es otra cosa europea por el camino del subjetivismo y del predominio de
que la presencia de la realidad en cuanto tal, en la conciencia las representaciones, en adelante se prefieran las ciencias de '
del hombre; es la apertura refleja de la realidad al hombre, el la representación, de la voluntad y del dominio, como son
único ser del cosmos que es capaz de tomar conocimiento las Matemáticas y su producto inmediato la Técnica, a las
reflejo, en su propia conciencia psicológica, de que lo real es
real, es algo existente. El pensamiento no es una entidad distinta
1 ciencias de las verdades humanas y, sobre todo, de las ver-
dades últimas: la Metafisica, la Religión, la Etica. Poco a
del ser. Sólo es la apertura y la presencia de los aspectos poco, estas ciencias perderán interés. Se acabará por consi-
inteligibles de la realidad al espíritu del hombre. derarlas inútiles, o cuando más, también ellas, representaciones
3.ª En adelante muchos pensadores darán más importancia subjetivas, y, por ende, relativas. En cambio serán las ciencias
a la representación subjetiva, al «pensamiento puro», que a la exactas las que alcanzarán la máxima estima y las que con-
realidad. Parecerá que lo más importante es pensar y pensar formarán la Modernidad. «El Discurso del Método -escribe
de manera subjetiva. Tanto más que Descartes cree descubrir Jean-Frans:ois Lyotard- es todavía una confesión. Pero lo
la realidad en la afirmación del yo pensante, <<yo pienso». Es que se confiesa no es la desposesión del yo por Dios sino
un arriesgado acceso a un posible subjetivismo que, como se el esfuerzo del yo por dominar todos los datos, comprendido
ve bien claro, puede derivar, ha derivado, de hecho, hacia un él mismo como dato [...]. Descartes trata de injertar la fina-
peligroso voluntarismo. Admitimos con Javier Zubiri que «el lidad de una serie ordenada hacia la dominación y la posesión
presunto racionalismo cartesiano es, más bien, un ingente y de la naturaleza. (Que lo consiga o no es otro asunto). Este
paradójico voluntarismo: el voluntarismo de la razóm> 3• modo moderno de organización del tiempo se despliega, en
el siglo XVIII, en la Aufkliirung;> 5 •
2
La proposición se encuentra en el Disc11rso del Método, N 30. La he
4
traducido literalmente porque cada vocablo tiene su valor y su importancia, R. DESCARTES, Reg11/ae ad directionem ingenii, edic. Adam-Tannery X, 373.
5
como se verá en su explicación. jEAN-FRANc;:Ois LYOTARD, La posmodernidad (explicada a los nitios) (Barcelona
3
X. Zunmr, Nat11raleza, Historia, Dios (Madrid 81981), 129. 1987), 36.
114 C5. La secularización de la razón 1. El racionalismo cartesiano 115

8." Supuesto el valor supremo que Descartes concede al preciso ser, juzgué que podía tomar por regla general que
pensamiento, no extrañará que defina al hombre como «una aquellas cosas que concebimos muy clara y distintamente son
cosa q11e piensa». Pero tal definición se presta a que se valore todas verdaderas» 6•
toda la riquísima realidad humana en función de la lógica del Se acentuaba así el racionalismo. La idea, con tal de que
pensamiento. · fuese clara y distinta, nos daba siempre la realidad. Era la
9." Si se hace del <<yo pienso» el principio cognoscente del extrapolación del método matemático a la Filosofía. La geo-
que dependerán todos los demás, queda afirmado el yo pensante metría analítica, que Descartes fundamentó definitivamente, de-
como absoluto y, frente a él, el no-yo. El no-yo será lo que cía que a toda ecuación matemática corresponde una figura
está fuera y frente al yo. El mundo queda dividido en el yo física, o, inversamente, que toda realidad extensa puede ser
y el no-yo. Pero en ese no-yo, en lo otro que no soy yo, expresada por números y letras con absoluta claridad y distin-
quedan también incluidas las otras personas. Las personas, pues, ción. Ahora se decía lo mismo referido a toda realidad en sí.
serán vistas como algo distinto y distante del yo, e incluso La idea clara y distinta reflejaba una realidad evidente, y toda
algo resistente, irreductible y hostil al yo, un no-yo. Las otras realidad evidente podía ser expresada en una idea clara y dís-
personas, en la perspectiva cartesiana, no forman parte de mi tinta. Esto era un intento de racionalizar toda realidad. Casi
ser de persona; la persona deja de ser el ser abierto a los dos siglos más tarde, Hegel llevaría el racionalismo cartesiano
demás con los cuales realiza su esencia misma de persona. Por a la máxima tensión y daría la fórmula definitiva del raciona-
el contrario, de su cierre en sus propios pensamientos, Leibniz, lismo perfecto, o idealismo absoluto: «Todo lo que es racional
discípulo de Descartes, hará de la persona una mónada ce'rrada es real y todo lo que es real es racionab> 7•
en sí misma, «sin puertas ni ventanas». Fuera quedan lo demás Decir que toda la realidad es racional es tanto como decir
y los demás. Está ahí en germen la dialéctica hegeliana (tesis que sus últimas estructuras son racionales y que por tanto pue-
y antítesis) e incluso la dialéctica marxista expresada como den ser perfectamente comprendidas por la razón humana en
lucha de clases. su misma esencia, en su ultimidad. Ahora bien, un conocimiento
Como ya he escrito antes, muchas de estas consecuencias tan perfecto equivale al conocimiento intuitivo, el que capta las
estaban ocultas en el punto de partida de la Filosofía cartesiana cosas como son en sí, penetra en su esencia y comprende toda
y su fundador no pudo preverlas, pero de hecho allí estaban su mismidad. Conocerlas así equivale a dominarlas. De ahí a la
y los cartesianos posteriores (spinozistas, leibnizianos, malebran- técnica como voluntad de poder no hay más que un paso.
chian()S, wolffianos, empiristas, kantianos, idealistas) irían de-
Se negaba, además, todo misterio; la realidad por ser siem-
duciéndolas una tras otra, hasta nuestros días.
pre racional podía ser siempre comprendída toda ella por la
Pero volvamos al mismo Descartes. Persuadido de haber
razón, y expresada en ideas claras y distintas. El misterio del
encontrado un primer fundamento inconmovible para edificar
ser podía y debía ser iluminado con la razón o, si no, ser
un nuevo y universal sistema filosófico, se preguntó por qué
suprimido. Se negaba también valor de verdadero conocimiento
estaba tan absolutamente cierto de la proposición <<yo pienso,
al conocimiento analógico, es decir, al que no intuye la realidad
luego yo soy». La respuesta le pareció sencilla e inmediata:
porque de ella tenía una idea clara y distinta. Clara se oponía pero la alcanza imperfectamente partiendo de otras realidades
a oscura. Significa evidente. Distinta se oponía a confusa. Sig- que son semejanzas o participaciones de la primera. Analógico
nifica precisa y diferente de las demás. De donde dedujo es el conocimiento que tenemos de la esencia o atributos de
apresuradamente- que entonces, siempre que el yo tuviese Dios ya que sólo llegamos a algún conocimiento de esas rea-
una idea clara y distinta sobre alguna ·realidad, podía estar lidades partiendo del conocimiento de las creaturas. De Dios
cierto de ella. O, lo que es lo mismo, que el criterio de certeza no podemos tener intuición comprensiva. El método cartesiano
era la idea clara y distinta. He aquí las mismas palabras de cerraba estas vías de verdadero conocimiento analógico y, pa-
Descartes: «Habiendo notado que en la proposición yo pienso, 6
R. DESCARTES, Disco11rs de la Méthode, edic. cit., VI, 33.
luego yo soy, no hay nada en absoluto que me asegure que digo 7
Cmnd!inien der Philosophie des Rechts, Vomde: Samtliche Werke, Vierte Auf-
la verdad, sino que veo muy claramente que para pensar es lage der Jubiliiumsausgabe (Stuttgart-Bad Cannstatt 1964), Band 7, 33.
i
-...J..,

r
116 C5. La secularización de la razón 1. El racionalismo cartesiano 117

radójicamente, encaminaba así la mente humana hacia el em- Descartes estaba entusiasmado por el conocimiento mate-
pirismo y el positivismo -lo contrario al racionalismo- por- mático. Hecha la transposición desde los objetos extensos o
que al fin, se dirá pronto, intuir sólo intuimos lo sensible, numerables (Matemáticas) al área del ser entero (Metafisica)
luego sólo eso conocemos. Es el empirismo. creyó haber encontrado la clave de una interpretación filosófica
La encaminaba también, por lo mismo, hacia un cierto ag- correcta del ser en cuanto ser. ¡Como si todo ser fuese un
nosticismo religioso, ¿qué podemos saber de Dios y del alma si objeto cuantificable! Ahora todos los filósofos, todos los pen-
de ellos no tenemos ideas intuitivas? Además, al suprimir el sadores, deberían reconciliarse en una sola y definitiva inter-
misterio, suprimía una dimensión esencial del espíritu humano. pretación del mundo, del hombre y de Dios, obtenida sola-
El hombre, precisamente porque es inteligente, conoce el límite mente mediante ideas claras y distintas.
de su conocimiento y, por lo mismo, cae en la cuenta de que Descartes fue siempre fervoroso católico. Sin pretenderlo
más allá de lo que él conoce puede quedar una realidad incon- susurró a los oídos de los hombres la vieja tentación de la
mensurable para él. Ese es el misterio. Ante él, el hombre vive serpiente del Génesis: «Se os abrirán los ojos y seréis como
el atractivo, el asombro, la ilusión o la adoración. Por el contrario, dioses». Cada hombre con su razón («.yo pienso») podía alcanzar
si lo comprende todo, el hombre es dios, un dios-pensante, un toda la certeza del ser («yo soy»). El entendimiento humano
dios-razón. Cuando después experimente que su divinidad es no era sino un espejo terso y bruñido. Con tal de que se le
ilusoria, puede convertirse al voluntarismo irracional y brutal mantuviese limpio y se le mirase fijamente y a plena luz, en
(Schopenhauer, Nietzsche, las dictaduras), o al pesimismo deses- él se reflejaba toda realidad clara y distintamente.
perado (Sartre, Camus, Vattimo, Lyotard, Kundera, Eco). Quedaba una dificultad por resolver: ¿Cómo es, entonces,
Esta teoría suponía además, en consecuencia, que la realidad que tenemos ideas universales y abstractas, que, siendo claras
estaba formada, en última instancia, por naturalezas simples, es y distintas, no están, sin embargo, en la realidad como nos
decir, entidades últimas, sin partes, y, por ello, intuibles y las presenta la mente? Porque es evidente que tenemos ideas
plenamente comprensibles en sí mismas, como son las entidades claras y distintas .universales: hombre, árbol, libro, mesa, etc.;
o signos matemáticos. Después, esas naturalezas simples se pero en la realidad eso así no existe, lo que existe es este
vinculan unas a otras como aparecen vinculadas las entidades hombre, este árbol, este libro, esta mesa. Descartes corta con
matemáticas en una ecuación, y forman naturalezas compuestas
a las que corresponderán, en la mente humana, proposiciones
1
ji
decisión el nudo gordiano: ¡Ah!, esas ideas universales, puesto
que no reflejan la realidad que siempre es singular, son innatas,
complejas que pueden descomponerse en ideas simples, hasta vienen al mundo sembradas ya en nuestra alma. Cuando Dios
que queden despejadas las incógnitas. El empirismo, la filosofia crea nuestra alma y la pone sobre la Tierra, ya la envía dotada
del lenguaje y el neopositivismo desarrollarán este postulado, de una inmensa riqueza de ideas universales que irán desper-
sin pasar del conocimiento sensitivo. tando, poco a poco, a medida que sean éxcitadas por la ex-
El conocimiento humano podría alcanzar así, en todos los periencia sensorial. También por este camino se llega a la
campos, la misma certeza que se alcanza en el conocimiento divinización del pensamiento humano: las ideas humanas son
matemático. Y de este conocimiento ya había dicho Galileo ideas divinas. Y si las ha puesto Dios en nuestra alma, ¿cómo
-como hemos recordado- que igualaba al conocimiento de podemos dudar de su veracidad?
Dios: «El entendimiento divino sabe infinitas proposiciones Claro que se le preguntó a Descartes cómo, después de su
más, puesto que las sabe todas [de las ciencias matemáticas] duda universal, sabía que Dios existía. A lo que respondió con
pero, de aquellas pocas conocidas por el entendimiento huma- el argumento que ya utilizó san Anselmo en el siglo XI, aunque
no, creo que el conocimiento iguala al divino en la certeza presentado de manera distinta: se puede pasar de la idea de

l
objetiva ya que alcanza a comprender la necesidad, sobre la Dios como ser absolutamente perfecto, y que por ello tiene
cual no parece que pueda haber seguridad mayon> 8• necesariamente la perfección de la existencia, a la realidad exis-
tente de ese ser. De lo contrario ya no sería el ser absoluta-.
8
GALILEO G,\ULEI, Dialogo s11i d11e tJJassi111i sistemi. Prima giomata: Le opere mente perfecto porque le faltaría la perfección de la existencia.

1
de Galileo Galilei, Ediz. Nazionale, t.7, 128-129. El argumento en sí mismo no es válido porque no es legítimo
~

,
.. .....

C5. La sec11larización de la razón 2. El vo/11ntarisn10 cartesiano 119


118
pasar del orden ideal lógico al orden ontológico, ni siquiera afirmar una proposición puede extralimitarse, e ir más lejos o
en el caso del Ser absolutamente perfecto. Pero supuesto el confundir lo que el entendimiento le presenta, como conse-
paralelismo entre pensar y ser que Descartes establece, y si el cuencia de la cercanía de la materia y de la turbación de los
entendimiento es puramente pasivo como un espejo, y si ade- afectos sensoriales. He aquí una nueva pendiente hacia el te-
más se niega el conocimiento analógico, no le queda a Descartes mible voluntarismo subjetivista y, por lo mismo, hacia el eclipse
otro camino para probar la existencia de Dios que pasar de del ser como fundamento y objeto del conocimiento y de la
la idea a la realidad: Tenemos la idea clara y distinta de Dios verdad.
como un ser necesariamente existente y, además, 9infinito, luego La otra puerta hacia el voluntarismo es aún más ancha.
existe. Si no, ¿cómo podríamos tener esa idea? • Santo Tomás y con él los grandes pensadores medievales y
Ese Dios absolutamente perfecto es también la garantía de los escolásticos españoles del XVI y del XVII encontraban que
que nuestros conocimientos del mundo externo, cuando llega- el fundamento último de las esencias creadas y contingentes
mos a formarnos ideas claras y distintas de ellos, son verda- era la absoluta e inmutable esencia de Dios. De la esencia
deros. Porque si, aun después de poner nosotros todos los divina como Ser Absoluto y subsistente participaban su ser las
cuidados para no engañarnos, todavía resultásemos engañados, esencias contingentes y, por ello, en cuanto tales esencias par-
esto significaría que el Creador nos había hecho ineptos para ticipadas, no podían ser alteradas ni por la misma omnipotencia
conocer la realidad. Pero esto sería contra la santidad y la divina. Más en concreto; Dios no podía hacer que la blasfemia
veracidad de un Dios absolutamente perfecto y santo. fuese moralmente buena,· o que 3 + 2 fuesen igual a 6.
Quedaba Dios, así, no como Ser subsistente fundamento Pero hacia el final de la Edad Media, dos pensadores fran-
ontológico último de la verdad de los seres, sino sólo como ciscanos Juan Duns Scoto (1265-1308) y, sobre todo, Guillermo
custodio y garante de la verdad. de Ockham, de quien ya hemos hablado, por salvar la absoluta
independencia y libertad de Dios, contra el determinismo ave-
rroísta, defendieron la supremacía de la voluntad libre de Dios
2. EL VOLUNTARISMO CARTESIANO
incluso sobre su propia esencia, y enseñaron que las esencias
creadas se fundamentaban no en la esencia, sino en la libertad
divina. Dios había mandado que le amásemos, pero hubiera
Hemos hablado ya de cómo el racionalismo cartesiano de-
podido mandar que le odiásemos y ello sería moralmente bueno
riva hacia un voluntarismo. (Ockham).
Este voluntarismo, en el sistema cartesiano, se acentúa por
Inspirado en este voluntarismo divino, de la tardía escolás-
dos motivos. En primer lugar porque Descartes cree que la tica -que tanto influyó en Lutero--, también Descartes piensa
afirmación factual de un juicio es un acto de la voluntad. El
que la suma independencia y omnipotencia de Dios exige que
entendimiento ve. La voluntad afirma. De ahí la posibilidad
las criaturas dependan solamente de su libre voluntad «como
del error en nuestros juicios. El entendimiento nunca se equi-
voca porque Dios garantiza su infalibilidad. La voluntad al del arbitrio del rey dependen las leyes de su reino». He aquí
sus mismas palabras: «Dios no quiso que los tres ángulos de
9 Se le objetó a Descartes que si se pasa de la idea clara y distinta de
un triángulo fuesen iguales a dos rectos porque conoció que
Dios a la realidad existente de Dios también se podría pasar, por ejemplo, no podía ser de otra manera, sino al contrario [...] porque
de la idea clara y distinta de una montaña de oro a la realidad existente de quiso que los tres ángulos de un triángulo fuesen necesaria-
esa montaña. A ello respondió que el caso de Dios es único porque es de mente iguales a dos rectos, por eso es así y no puede ser de
El y sólo de El del que tenemos la idea de un ser infinito. Cree, pues, que
una idea clara y distinta de un ser infinito sólo podemos adquírirla de un otra manera» 10•
ser infinito. De nuevo niega el conocimiento analógico que es con el que Ni teme ante la gravísima consecuencia de que nosotros,
formamos de hecho la idea de infinito. Negando los límites de las perfecciones más que decir que Dios no puede hacer que una misma esencia
humanas alcanzamos la idea de un ser que pueda tener la plenitud de todas sea de otra manera, debemos decir que nuestro entendimiento
las perfecciones, que ésa es la realidad del ser cualitativamente infinito. Pero
ese conocimiento es analógico, y lo logramos a posteriori pasando de los seres
IO R. DESCARTES, Responsiones ad sextas obiectiones, edic. cit., VII, 432.
contingentes reales al Ser Absoluto real.
. ·'

3. Reflexiones conclusivas 121


120 C5. La secularización de la razón

no puede pensar de otra manera. Los seres no tendrían una instrumento de conocimiento infalible, su método de reglas
necesidad en sí mismos sino sólo una necesidad relativa, para luminosas para examinar las ideas; queda, por ello, la búsqueda
nosotros, consiguiente a la libre decisión de Dios, decisión que de la certeza subjetiva y de la consiguiente decisión más que
una vez tomada ya es inmutable, pero que pudo ser de otra el interés por la verdad objetiva; queda el espíritu de sospecha
forma contraria. y de · crítica ya que, si la razón es la suprema instancia del
Con esto se destruye toda metafisica de la participación y, conocimiento, a ella se le debe someter el cielo y la Tierra.
en consecuencia, todo conocimiento analógico de Dios. Sólo La razón ya no se detendrá en su tarea crítica ni ante la
podemos conocer sus libres decisiones de hecho; no podemos tradición, ni ante la fe, no encontrará inconveniente ninguno
conocer nada de su realidad esencial. Dios ya no es el ejemplar en renunciar a todo para examinarlo todo. Descartes era res-
supremo del que participamos las creaturas sino únicamente la petuoso, los cartesianos no lo serán. El espíritu de crítica
garantía remota de nuestro conocimiento. Las verdades no son racionalista, optimista y ufana de sí, dominará la segunda mitad
necesarias en el sentido riguroso de la palabra. Son verdades del siglo XVII y, sobre todo, el siglo XVIII, el que no sin
de hecho, una especie de «revelaciones» de lo que Dios ha pedantería se llamó a sí mismo «el siglo de las luces» o «la
querido hacer, aun cuando hubiera podido querer lo contrario. Ilustracióm> porque, al fin, la razón venía a disipar las tinieblas
Este voluntarismo lleva a considerar a Dios como un ser de la superstición, del fanatismo y de las metafísicas medievales
«totalmente otro», inaccesible, remoto e incomprensible. Se rom- que, por supuesto, ningún ilustrado, ni siquiera Kant, había
pe otro puente de acceso racional del hombre a Dios. Se abre estudiado.
entre los dos un abismo: Dios se quedará del lado de allá y Descartes es rey. La literatura, el arte, el teatro, la oratoria,
el hombre, del de acá. Nada extraño que se haya acusado a la ética, la política, hasta la Teologia será sometida al espíritu
Descartes de abrir el camino al agnosticismo, aunque sin pre- racional y geométrico. Descartes marcará definitivamente su
tenderlo. siglo que, por otra parte, es <<le grand siecle» de Francia, llamado
también «el siglo de Luis XIV», aunque Luis XIV no comenzó
a reinar hasta 1643, pero reinó de manera absoluta y deslum-
3. REFLEXIONES CONCLUSIVAS brante hasta 1715. Se enseña oficialmente el cartesianismo en
las Universidades de Europa central, y él desplaza progresiva-
Nos interesa ya menos seguir a Descartes en el sistema mente a la escolástica. Nicolás Boileau (1636-1711) dará el
que construyó para explicar el mundo, el hombre y Dios, las tono a la literatura del siglo que será cartesiana. En su Arl
tres grandes zonas de la Filosofia. Fue un sistema el suyo tan Poétiqt1e convierte en dogma objetivo y absoluto la supremacía
rebuscado y tan irreal que de él no queda más que el recuerdo. de la razón porque nada es tan bello como lo lógico. Cada
Nadie piensa hoy que la extensión sea -como él dijo- la género literario se ha de someter a unas reglas ·y la unidad
esencia de los cuerpos, ni que el pensamiento sea la esencia armónica y sistemática ha de ser ley sin excepción. Enemigo
del alma, ni que cuerpo y alma ejerzan su interacción en la del barroquismo exaltaba la importancia del orden, de la unidad
glándula pineal, ni que existan los «espíritus vitales», ni que los y de la razón en la poesía y en el teatro (¡!). Por su parte,
animales sean autómatas, etc. Todo ese sistema que Descartes Bossuet (1627-1704), preceptor del Delfin y obispo de Meaux,
creyó formado por ideas claras y distintas resultaba tan oscuro considerado como el más grande orador francés, reflejará en
y confuso que ya no queda de él sino un recuerdo arqueológico. el desarrollo de sus magnas piezas oratorias el espíritu lógico,
¿Qué es, entonces, lo que ha quedado y permanece hoy? claro, distinto y ordenado propio del cartesianismo. En Arqui-
Queda, en primer lugar, el movimiento del pensamiento que tectura basta visitar el Panteón de París, aquel templo gigantesco

l
va de lo interior a lo exterior, de lo subjetivo a lo objetivo, que Luis XV construyó en honor de santa Genoveva y la
de lo sicológico a lo ontológico, de la afirmación de la con- Revolución consagró A11x grands hommes, para darse cuenta de
ciencia a la afirmación de la sustancia. Será ése el itinerario hasta qué punto el neoclasicismo rectilíneo, geométrico y frío
de casi todas las filosofias posteriores. Queda, sobre todo, su desplazaba la espontaneidad exuberante del barroco. «Se puede
espíritu de análisis racional, la confianza en la razón como lamentar que Descartes, más filósofo y sabio que escritor, por

1
--·--·-·-····----·--- .. - ..
_, --·~-··- ----~------·-·

123
3. Reflexiones conclusivas
122 C5. La secularización de la razón
tras sociedades tecnificadas e industrializadas. A los griegos y
su prolongada influencia, haya secado y apergaminado la inte- a los cristianos les interesaba el cómo de las cosas pero esti-
lectualidad francesa. La ha apartado de la fantasía para some- maban más el orden, la armonía, la belleza porque entendían
terla a la razón. La ha hecho menos humana. Esas fuentes que la verdad de la naturaleza era la belleza misma; no la
abundantes del siglo XVI donde se reflejaba libremente el cielo, belleza de los colores, sino la belleza inteligible que consiste
las frondas, los animales, la vida, han sido sometidas a una en la percepción por el espíritu del orden -de la finalidad-
canalización de líneas estrictas, enmarcado todo en árboles re- del cosmos y del hombre. Es la finalidad entendida y referida
cortados todos de la misma manera, donde los pájaros no se a un último fin absoluto lo que aquieta y da paz al espíritu
atreven a cantar más que al unísono. La naturaleza cede ante
la regla. El orden es dueño del espíritu, como lo es de la humano 12 •
El mecanicismo comportaba, además, otra consecuencia: Si
sociedad y del gobierno [...]. El bosque de Gastine se convierte todo en el mundo está formado no más que por extensión y
en el Parque de Versalles. La fantasía se retira ante el estilo. movimiento mecánico, entonces el mundo puede considerarse
La gracia se atempera y obedece al ritmo. Las zarabandas se como una gran máquina. Esa máquina está en actividad. Dios,
convierten en ballet. La pintura y la escultura se someten a el gran ingeniero, al crearla la dotó de una cantidad constante
medidas» 11 • de fuerza y energía que luego se reparte por todos los cuerpos
Todavía quedó en la cultura europea -y dura hasta nues- que forman el mundo. La consideración del cosmos como una
tros días- otra consecuencia del pensamiento de Descartes.
El creyó poder explicar toda realidad corpórea mediante la
t máquina quedará ya en el ambiente hasta nuestros días, y será

l
la representación filosófica del deísmo del siglo XVIII y del XIX.
extensión -que constituía la esencia o estructura- y el mo-
Dios creó el mundo, lo puso en marcha, fue «el Gran Arqui-
vimiento mecánico -que explicaba el acto o dinamismo de
tecto», luego se retiró a su Olimpo y ya no interviene para
los cuerpos-. Reducía, pues, toda la realidad corpórea a
nada porque esta gran máquina es tan perfecta que marcha
magnitudes cuantitativas: extensión y movimiento mecánico.
Suprimía como innecesaria o inexistente la finalidad de los 1n por sí misma. Dios se queda fuera del mundo y se hace
innecesario. El mundo y la sociedad son tarea exclusiva de los
seres corpóreos. Incluso los animales y el cuerpo humano
son autómatas.
i' hombres. Con razón comenta Pascal: <<No puedo perdonar a
Era el mecanicismo. Ahora bien, el mecanicismo nos permite i Descartes. Hubiera querido en toda su filosofía poder prescindir
de Dios. Pero no pudo evitar al hacerle dar el papirotazo para
saber cómo funcionan los cuerpos y, por ello, poder manipu-
poner el mundo en movimiento. Después de esto, no sabe ya
larlos, ponerlos a nuestro servicio y utilidad. De nada sirve
1 qué hacer con Dios» 13 •
saber que los pájaros están hechos para volar (finalidad), sino
cómo vuelan los pájaros (causalidad eficiente) porque entonces
¡ Con respecto al problema religioso se ha discutido mucho,
podremos inventar nosotros una máquina volante. La filosofia !
i
desde los que han hecho de él un apologista de la fe hasta
los que le consideran como el portaestandarte de la rebelión
se orienta hacia lo útil, como ya lo había propugnado Francisco ¡
Bacon. El objeto del saber será la utilidad. Griegos y cristianos ~ contra la revelación divina y el prototipo de los rebeldes contra
t
¡ el cristianismo en la época moderna.
habían puesto el fin último del hombre en la contemplación ¡
y amor de la verdad buscada por ella misma. San Agustín Parece ser verdad lo que siempre se ha repetido que el
¡ cardenal De Berulle, fundador de la Congregación del Oratorio,
definía la felicidad como ga11di11m de veritate, el gozo de poseer
y contemplar la verdad. Descartes realizaba ahora una nueva ¡ después de escucharle en un salón de la Nunciatura de París,
le intimó una obligación en conciencia de dedicarse a la cons-
inversión filosófica: No interesaba la verdad por sí misma sino 1 i trucción de una filosofía que engendrase más certeza y susti-
en cuanto útil. Su reforma de la Filosofia señala la revancha
del pragmatismo y de la técnica sobre la contemplación des- tuyese a la vulgar, porque entendía que podía ser una defensa
interesada de la verdad. Es otro capítulo más por el cual Sobre el sentido utilitario de la filosofía de Descartes puede verse la
12
Descartes es justamente considerado como progenitor de nues-
parte sexta del Discurso del Método.
13 PASCAL, Pensécs, n.77.
11 OCTAVE AUBRY, Histoiru de France (Paris 1956), 121.
_._.f. _____ ~_,. ..

.24
cs. La secu/arizáción de la razón
4. Los cartesianos 125
de la religión contra escépticos y libertinos 14• Descartes viv10
y murió en la fe católica romana que había recibido en la 4. LOS CARTESIANOS
familia y en el colegio de los jesuitas de La Fleche. De su
sinceridad no se puede dudar. Su sistema, en cambio, resultó Sería extemporáneo y muy largo exponer aquí la guerra ideo-
funesto para la religiosidad cristiana de Europa. No parece lógica suscitada en Europa por el cartesianismo y desarrollada
equivocado atribuir al sistema cartesiano una gran parte de la en mil batallas entre cartesianos y anticartesianos. Por lo demás,
irreligiosidad y de la increencia difundida, lenta pero progresi- está estudiada ya hasta la saciedad 15• Baste decir con Joseph
vamente, por los pueblos europeos. Del cartesianismo derivan, Marechal que «sería dificil exagerar la importancia del cartesia-
en última instancia, el fenomenismo (lo que representa nuestra nismo en la Filosofia moderna [...] y, si desde hace ya tiempo
mente son fenómenos subjetivos, no realidades), el principio nadie presenta a Descartes como su maestro exclusivo, en cam-
de inmanencia (no conocemos nada más que nuestros pensa- bio, a cada paso, en el desarrollo del pensamiento moderno y
mientos), el idealismo, el subjetivismo y el relativismo, por un contemporáneo, se pueden encontrar las huellas del racionalismo
lado. Y por el otro, el positivismo scientista, utilitario y prag- cartesiano» 16• El juicio del famoso jesuita belga nos parece exacto.
mático que derivará, andando el tiempo, hacia el predominio Discutidos, perseguidos sus discípulos, condenadas sus obras
de la técnica, expresión de la voluntad de poder nietzscheana, por la Iglesia católica (el Discurso del Método en 1663, las Me-
como muy bien ha visto Martín Heidegger. ditaciones en 1720), lo cierto es que no hubo un francés que
no sufriera su influencia, incluso sus adversarios, ni un europeo
No podemos terminar este apartado sin una consideración
inesperada, sin duda, pero a nuestro juicio inevitable. Es la que no se haya sentido tocado por su inquietud. Al final del
siguiente: si Descartes, en lugar de partir de la proposición «yo siglo XVII, los cartesianos ocupan cátedras en toda Europa,
pienso, luego yo soy>>, hubiera partido de esta otra «yo amo, imparten cursos, lo llenan .todo de libros, están en cargos de
honor. El mismo carácter aporético de muchas de sus solu-
luego yo soy>>, la cultura occidental sería completamente distinta.
Porque entonces el Absoluto no sería la razón sino el amor. ciones y su invitación a pensar («yo pienso») ocasionaron esta
omnipresencia del cartesianismo. .
El hombre no habría sido definido como <<Una cosa que piensa>>
Fueron anticartesianos los escolásticos, pero no tardando,'
sino como una persona que busca la verdad y el bien para
también muchos de ellos buscaron la reconciliación. Benedic-
amarlos y seguirlos, porque sólo se puede amar lo verdadero
tinos hubo, y franciscanos y jesuitas, concordistas ante la im-
y lo bueno. Interesaría más lo verdadero y lo bueno que lo
nuevo y lo útil. El otro hombre ya no sería para mí un
¡ posibilidad de desplazar el imperio cartesiano. En 1716, un
~ orador jesuita, en un discurso, celebraba a los filósofos que,
«no-yo», extraño u hostil, sino alguien con quien yo realizo mi 1
; <<persuadidos de que la Filosofía no puede prescindir de las
propio yo, sin el cual yo no soy yo. En ese caso se antepondría
Matemáticas, han tomado de la más clara geometría esa vero-
la solidaridad con el otro a la técnica del dominio y de la
similitud, esa armonía, esa fecundidad que reina en toda la
explotación del otro, la ética del amor a la voluntad de poder. cadena de sus sistemas» 17• Es verdad también que no raras
Es probable que no hubieran aparecido, al menos con tanta veces los cartesianos de segunda fila, que fueron legión, aten-
influencia, los sistemas racionalistas, idealistas, empiristas y po- dieron más a cuestiones secundarias del cartesianismo (físicas,
sitivistas, que son los que han conformado la Modernidad
secularizada, contradictoria, irritada e inhumana. Pero esa opor- 13
Cf. G. SoRT.\lS, La Philosophie modeme dep11is Bacon j11sq11'á Leibniz, 3 vols.
tunidad se perdió entonces. (París 1920, 1922, 1929); F. Bol'ILLIER, Histoi1~ de la philosophie cartésie1111e, 2
14 vols. (Paris 1868); C. \'01' BROCKDORFr, Descartes tmd die Forthild1mg der Carte-
siani.rcbe Lehre (J'vfunich 1923); R. CE:':.\L, S. l. Cartesianistllo e11 Espa17a: Filosofía
Pueden verse los datos y la discusión de ellos en GENEVJÉVE Roms-
LEw1s, L'oe11vre de Descartes (Paris 1971), 99 y nota 99. y Letras (Universidad de Oviedo 1945), 5-97.
16
J. i'vL1Ri:GLIL, S. l., Le point de dép011 de la Metapl¿ysiq11e: Cahier II (París
·'1944), 43.
,- Cit. en G. GcsnoRF, La rél'Ol11tio11 galiléenne, t.I (París 1964), 246. Cf.
también P. LDLIIRE, Le c01tésia11isme cbez les Be11edicti11s (París 1943); G. S0Rn1s,
S. I., Le cartésiani.rllle cbez les jés11ite.r fran;ais a11 XT /ff et a11 ,\1?Jff .riecle: Archives
de Philosophie VI, 3 (1929), 1-109.
. ·'

-----------~--------·· ·---,
127
4. Los cartesianos
126 C5. La secularización de la razón
hacia Dios, es una participación del amor infinito con el que
naturales, matemáticas) que a la intuición original y generadora
Dios se ama a sí mismo» 19 • Apenas falta un paso para decir:
de todo el sistema.
El hombre puede llegar a ser como Dios mediante la razón.
Pero para el intento central de este capítulo, esos temas
La noción de «amor intelectual>>, que tanto utiliza Spinoza, no
son menos relevantes. En cambio es de suma importancia que
puede menos de producir perplejidad en nosotros. Parecen a
tengamos aquí un recuerdo para el más célebre cartesiano, para \ simple vista dos términos opuestos: amor e intelectual. El amor,
uno de los más decisivos impulsores del proceso de seculari-
zación que estamos estudiando. Me refiero al judío sefardita
Baruch de Spinoza (1632-1677). Fue cartesiano, entre otras
razones, porque también él, en su Ethica ordine geometrico demos-
l
·.~

·~
¿puede ser un acto intelectual?, ¿o es un acto vital de toda la
persona? Hablar de amor intelectual, ¿no supone destruir la
persona? Sí, pero es la consecuencia inevitable de haber redu-
trata, sigue el método cartesiano: pasa de la idea clara y distinta, "j\ cido la persona a razón pura. Todo en ella, hasta el amor,
¡\
que él llama «tercer modo de conocimiento» o conocimiento 1 debe ser transformado en racional.
intuitivo y perfecto, a la afirmación de la realidad. Escribe ],. Spinoza es, además, panteísta, uno de los pensadores más
<f0rdo ideamm est ordo remm»: el orden de las ideas es el orden claramente panteístas de toda la historia del pensamiento. Para
de las realidades. Si piensas con lógica perfecta estás alcanzando
la realidad como es en sí. Propone, además, como ideal ético ii.
él no existe más que una única sustancia: Dios. Todas las demás
realidades no son sino modos o accidentes de Dios: «Excepto
Dios, no puede darse ni concebirse ninguna sustancia» • El
20
del hombre, alcanzar un conocimiento intuitivo, perfecto y total ,i
de las esencias creadas, tanto en sí mismas -lo que supone 1\ hombre es tanto en su cuerpo (extensión), como en su alma
que son perfectamente inteligibles- como en sus relaciones ~
.y
(pensamiento) no más que una expresión modal de la divinidad.
necesarias -y por eso lógicas-. Si conseguimos reducir todas ~ La naturaleza es también un modo accidental de la única
fi
nuestras ideas, más aún, nuestros afectos y sentimientos, nues- ·iJ sustancia que es Dios. Por eso, Spinoza utiliza, a veces, la
tras emociones y pasiones, a ideas perfectas, claras, adecuadas ·~ expresión Deus sive Natura: Dios, es decir, la naturaleza. Lo
que hace que veamos a la naturaleza como algo divino. «La
y necesarias, es decir, si somos capaces de evadimos del mundo
sensible al mundo lógico e inteligible y nos instalamos allí, si extensión es un atributo de Dios, es decir, Dios es una cosa
podemos contemplar la realidad inteligible y necesaria de todas extensa>> 21 • Como, por otra parte, define a Dios también como
las cosas, entonces comprenderemos perfectamente las cone- <<Una cosa pensante» 22 , estamos ya ante una ecuación que cons-
·~ tituirá la esencia misma de la ideología de la Ilustración, a
xiones lógicas de todas las ideas entre sí y, unificadas todas,
finalmente, en la última idea que es Dios, síntesis que une saber: Naturaleza = razón = Dios = felicidad. El Dios tras-
todas las otras y razón última de su inteligibilidad. cendente de la revelación judaico-cristiana se hace un Dios
Así, al contemplar el perfecto orden inteligible del cosmos inmanente al mundo. Secularizado y transformado en naturaleza
y de la vida humana, nacerá en nuestro espíritu la armonía, y razón. Tanto que nuestros pensamientos son pensamientos
la paz, la íntima alegría, el amor intelectual, la felicidad. Spinoza del único ser sustancial, Dios. Lo divino es lo natural y lo
propone una ética eudaimonística, que busca y proporciona la racional. Son la naturaleza y el pensamiento la única revelación
felicidad al hombre, pero eso se logra precisamente por un de Dios. Ni hay ni necesitamos ninguna otra. Naturaleza y
conocimiento de estilo matemático. Como que ese conocimien- razón bastan para hacernos libres y felices. Decir naturaleza y
to es el que Dios tiene de sí mismo y de todas las cosas, razón es también decir hombre porque es en él donde ambas
¿qué otro puede tener, si es el conocimiento total? El hombre se sintetizan. El hombre queda divinizado. Dios queda huma-
se identifica así con Dios en el conocimiento y, por consi- nizado. En las partes III, IV y V de la Etica da normas para
guiente, en el amor intelectual ya que <<Dios se ama a sí mismo racionalizar los afectos de forma que el hombre se libere de
con amor intelectual» 18 • Más aún: «El amor intelectual de la
mente hacia Dios es el mismo amor de Dios con el cual Dios 19 Ethica, Parte V, proposición 36.
se ama a sí mismo [.. '.}, esto es el amor intelectual de la mente 20 Ethica, Parte 1, proposición 14.
21 Ethica, Parte 11, proposición 2.
'" Ethira, Parte V, proposición 35. 22 Ethira, Parte II, proposición 1.
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:28 C5. _secu/m ...:.dón de 1u--,,.azón


4. Los cartesianos 129
su servidumbre y, hecho totalmente racional, alcance su libertad
en el amor intelectual. Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), aunque para el fin que
perseguimos en este libro no tiene relevancia singular. Pero
En la primera parte de su Tractatus theologico-politicus (1670),
se encargaría de desmitologizar los libros sagrados de sus ma- Leibniz fue eminente matemático y filósofo, y, aunque corrigió
yores, que componen la Biblia. El Tractatus es el primer intento no pocas teorías de Descartes -el mecanicismo, la extensión ·:¡'
moderno de una interpretación racionalista de la Sagrada Es- como esencia de los cuerpos, el automatismo de los animales,
critura. Por primera vez se presentaban las narraciones bíblicas, la interacción del alma y cuerpo en la glándula pineal, etc.-,
las profecías, los libros didácticos como productos de la fantasía él también fue racionalista, y mucho.
humana, el cristianismo como un fenómeno histórico explicable También él quiso unificar todos los saberes con una Ciencia
por las circunstancias en que aparece, y todas las religiones general o Arle combinatoria que no era sino una Lógica matemática.
Por eso se le considera como uno de los precursores de esta
positivas como superstición y fanatismo. Son las ideas que
repetirán la Ilustración, la Enciclopedia y la Revolución francesa. 1 disciplina, que inspirará movimientos ideológicos del siglo XX,
como, por ejemplo, ciertas corrientes neopositivistas.
Las religiones positivas, continúa Spinoza, deben ser reducidas 1 En su filosofía se concluye que todo existe con absoluta
a la religión racional o religión natural, que la Ilustración llamará
deísmo, y de la que más adelante tendremos que hablar. necesidad racional. Las verdades absolutas o de razón porque
Sin embargo hay que decir que, en el Tractatus, Spinoza no 1! su opuesto es imposible (por ejemplo, las verdades matemáti-
aparece como panteísta, como aparecía en la Etica, ya que cas); las verdades de hecho o contingentes porque si existen
¡
!
es en virtud de que ellas y sólo ellas tienen una razón suficiente !i
admite la existencia de un Dios Ser Supremo, sumamente justo
para existir. El hombre frecuentemente no conoce esa razón
y misericordioso, modelo de vida auténtica, único y omnipo- j
tente al que se le debe culto y obediencia. suficiente y, por eso, estima muchas realidades como contin-
~
'ü gentes pero Dios sabe perfectamente cuál es la razón suficiente
La filosofía de Spinoza fue poco conocida en el siglo xvu,
porque pareció demasiado destructiva. Aquel hombre se llamaba de por qué una cosa existe y existe así.
Benedict11s (Baruch) y se le llamó Maledict11s, era espinoso como 1
,,
En lo que hace a las determinaciones de Dios, Leibniz cree
era espinosa una tierra maldita. Expulsado de la sinagoga, exco- ' que Dios siempre elige y tiene que elegir lo mejor. Esa es la
razón suficiente de sus elecciones, ¿cómo podría elegir lo menos r,];
mulgado por católicos y protestantes, se le consideró como itre-
bueno? De ahí deduce Leibniz que este mundo, puesto que está
ligiosissim11s auctor y su obra Cunimft1m et catechistlms atheismi absolt1tus
creado por Dios, es el mejor de todos los posibles. Es lo que
(compendio y catecismo absoluto del ateísmo). Hegel recuerda
se llama «el optimismo leibniziano». Y como es evidente que en
que bajo su retrato estaba escrito <Signum reprobationis in vult11 IÍ'
el mundo hay males y muchos males, Leibniz escribió una obra !'.
gerens». En 1785, un filósofo alemán, Friedrich Heinrich Jacobi, ~;
a la que con nombre griego llamó Theodicea, que significa justi- '
lo divulga en su obra Ueber die Lehre des Spinozas in Btiefen an
ficación de Dios. Quiere en ella justificar la existencia de los
den Herm M Mendelssonhn (Breslau 1785) (Cartas a M. Mendels- ·
que llamamos males -metafísicos, físicos o morales- con la
sonhn sobre las doctrinas de Spinoza). A partir de este momento,
realidad de un Dios óptimo del que afirma que está obligado a
le estudian ampliamente los filósofos románticos alemanes e in-
elegir siempre lo mejor. Era también la Theodicea una réplica al
fluirá mucho en ellos, sobre todo en Hegel, que escribe nada Dictionnaire historique et critique que Pierre Bayle había publicado
menos que esto: «Spinoza es tan fundamental para la Filosofía
entre 1695 y 1697, y que contenía un catálogo estremecedor de
moderna que bien puede decirse: quien no sea spinozista no todas las maldades humanas, producidas a lo largo de los siglos.
tiene filosofía alguna» (entweder Spinozjsm11s oder keine Philosophie) 23• Leibniz, para explicar la estructura del mundo y de los
Hegel será uno de los grandes maestros de la Modernidad. ¡:
hombres, ideó unos últimos seres, simples, inextensos, ingene- ¡:¡¡
Hablando de seguidores de la mentalidad racionalista car- rables e incorruptibles a los que llamó <<mónadas» y cuyas ,.
tesiana, no podemos omitir tampoco una mención del alemán
constelaciones son la esencia o sustancia misma de cada ser.
23 '
G, \'\'. r. f-l1·:c;1:1., T-nr/esmw11 iiher die Cescbicbte der Pbilosopbie, Band III:
Esas mónadas «no tienen puertas ni ventanas», es decir, no :! :

Siinirlichc \'\'crkc, 19 (Stuttgart-Bad Cannstat 1965), 374. actúan unas en otras para nada y, sin embargo, el mundo
procede y se desarrolla según un ritmo coherente y lógico. Es ¡; ~
-r·

130 C5. La secularización de la razón


'
-t
.l 4. Los cartesianos 131

que Dios ha preestablecido una armonía perfecta entre todas l formó su cultura. Los dos libros en los que el hombre medieval
buscaba la verdad, el libro de la naturaleza como <<explicatio
las mónadas y todas marchan al unísono.
Es un motivo más para mirar al mundo con optimismo. iq Dei» (Nicolás de Cusa) y la Biblia, quedan sustituidos por los
El mundo es una máquina colosal, un reloj perfectísimo, en dos libros del hombre moderno: la naturaleza como máquina
el que todo marcha armónicamente porque el relojero es infi- J'l autosuficiente y el propio yo con sus ideas claras y distintas.
nitamente sabio, poderoso y bueno. Puso en marcha esa ad- ~ Descartes, Spinoza, Geulincx, Leibniz, Malebranche, Arnauld

mirable máquina, que es la naturaleza y la máquina funciona ··i'. y otros cartesianos recurren a Dios de manera casi obsesiva
por sí misma, como el reloj una vez que se le da cuerda.
Leibniz inspiraba en la cultura un hálito de optimismo que
l pero han hecho una Filosofia en la que, en realidad, Dios, el
Dios de la revelación cristiana, se hace superfluo. Esa conse-
sería recogido, de diversas maneras, en el siglo XVIII, un siglo
en extremo optimista y utópico, convencido de que la naturaleza
• cuencia se sacará pronto. Es cierto que la razón humana puede .
por sí misma alcanzar verdades, incluso ciertas verdades sobre
era buena y fuente de todo bien, de que también el hombre era la existencia y los atributos de Dios, como lo ha hecho siempre
naturalmente bueno, de que la humanidad, a pesar de las apa- la Teología natural. Pero para algunos cartesianos, la sola razón,
1 con sus ideas claras y distintas, acabará por ser el único criterio
riencias contrarias, caminaba según la ley de un progreso inde-
finido, de que esta máquina que es el mundo marcha por sí de certeza. Hasta la palabra revelada por Dios deberá ser
misma y que, por ello, no necesita de Dios. Basta dejar actuar sometida, también ella, a la crítica racional. El abate Richard
a la naturaleza según sus leyes y a la razón según su lógica. Simon, católico y deseoso de servir a su Iglesia, escribió una
El optimismo racionalista e ilustrado se veía contradicho erudita Historia crítica del Antiguo Testamento (Paris 1678) que
por los dolores, las desgracias y las maldades continuas de la iniciaba, dentro de la Iglesia, una exégesis hecha con espíritu
vida, pero podía más la exaltación y la divinización de la crítico. Bossuet le combatió frontalmente 25. Otros racionalistas,
naturaleza y del hombre. El 1 de noviembre de 1755, en plena mucho menos fieles y eruditos que Richard Simon, desatarán
euforia racionalista y naturalista, Lisboa, ciudad encantadora por luego un huracán de libros, ensayos y folletos para «desmito-
sus bellezas naturales y por su población amable y dulce, fue logizar» el cristianismo y hacerlo «razonable».
sacudida por un espantoso terremoto que la destruyó en gran El más piadoso y religioso matemático francés y, en cierto
parte. El mar entró a saco por parques, casas y palacios y lo modo, también cartesiano, del siglo XVII, Blas Pascal (1623-
que dejaron la tierra y el mar se lo llevó el pillaje y la maldad 1662), abría también él, sin pretenderlo, un camino al agnos-
humana. Voltaire escribió, poco después, su Cándido (1759), ticismo y al fideísmo en su famosa apuesta: No podemos
novela amarga y satírica en la que ridiculiza el optimismo demostrar racional y convincentemente la existencia de Dios.
leibniziano. Sin embargo, la euforia racionalista y naturalista Pero es necesario elegir entre creer o no creer en Dios. Hay
durarían hasta el siglo X,'{ en que, con motivo de las grandes que apostar y lo prudente es hacerlo según el cálculo de pro-
dictaduras y de las grandes guerras, la filosofía existencialista babilidades ya que nos jugamos en la apuesta nuestra felicidad.
caería en el pesimismo total. He aquí lo que escribía Nicolás Ahora bien, apoyados en ese cálculo debemos apostar por la
Berdiaeff, uno de los precursores del existencialismo: «Uno de existencia de Dios porque la máxima probabilidad está por su
mis amigos me dijo un día que Leibniz era el mayor pesimista existencia. Si existe lo ganamos todo; si perdemos la apuesta
en la historia del pensamiento. Creía, en efecto, que este mundo no perdemos nada. La elección, pues, no es dudosa. Lo dice
era el mejor de todos los mundos posibles. Pero siendo tan para atraer a los ateos hacia una aceptación religiosa.
horroroso este mejor de los muchos posibles, ¿cómo no calificar Pero esta elección, en último término, es volitiva, porque
de pesimista semejante doctrina?» 24 • <<nada es cierto». Es un problema de elegir o no lo más pro-
Spinoza y Leibniz son los dos cartesianos más famosos y bable. Es una decisión del corazón humano que quiere garan-
conocidos. Pero el cartesianismo en múltiples variantes, comen- tizar su felicidad ante el Infinito o la nada entre los que el
tarios, libros y ensayos, se difundió por toda Europa, y trans-
25 Sobre Richard Simon cf. J. STEINMANN, Richard Sit11on et les origines de
14
N. BERDIAErF, Esclavit11d y lihertad del bo111hrr; (Buenos Aires 1955), 112. /'exégese bihliq11e (Paris 1960).
132 C5. La secularización de la razón 5. La paz de Westfalia 133

hombre se halla dramáticamente suspendido 26 • Sólo la revela- La paz de Westfalia, con la que se pone fin a las guerras
ción de Jesucristo proporciona la existencia de Dios. «Sin este religioso-políticas europeas, se firmó en Münster el 24 de octu-
mediador queda eliminada toda comunicación con Dios» 27 • bre de 1648, dos años antes de que muriera Descartes. Ella
El planteamiento es muy distinto al de Descartes. El insigne significó el colapso final y el fracaso definitivo en el intento de
matemático y fisico que fue Pascal no cree en el poder de la recuperar la unidad europea bajo el signo de la fe católica y del
razón para alcanzar certezas metasensibles -un rasgo caracte- cetro imperial. España, bajo la dirección, sobre todo, del empe-
rístico de la Modernidad-. Aunque cree en un «esprit de rador Carlos y luego de su hijo Felipe II, había hecho cuestión
finesse» con el que podemos alcanzar otras verdades más altas. de honor y conciencia lograr de nuevo la unidad religiosa y civil
Las certezas sobre Dios sólo nos vienen por las verdades del del continente europeo perdida desde la Reforma. Fue una em-
corazón. Por ahí, por lo volitivo y por la fe religiosa, nos presa imposible en la que España agotó sus hombres y su erario
vienen las certezas sobre Dios. Era sincero católico, aunque y sólo ganó las antipatías de todos los europeos. Singular fue
jansenista, pero, en realidad, se acercaba a las posiciones de la antipatía de franceses a españoles y, a su vez, de españoles
los averroístas latinos de Padua, en el siglo XIV, y a los lute- a franceses. En la paz de Westfalia fracasó definitivamente el
ranos del XVI. También él hubiera podido decir: Sola fide tenemus, 1 proyecto español y triunfó el proyecto francés. Se acabó para
en fin de cuentas, nos atenemos sólo a la fe. La armonía y i siempre la idea del Imperio cristiano. Tuvo que ceder el sitio a
la nueva situación plural, religiosa y política, constituida por el
la coherencia entre razón y fe quedaban rotas y el ambiente 1
preparado para exclamar: Sola ratione tenemus, nos atenemos sólo equilibrio de los Estados y las religiones que, sólo en la segunda
a la razón. mitad del siglo XX, parece haberse logrado en un relativo clima
Después de Descartes y los cartesianos, ya nada sería igual de paz y, hay que decirlo, de escepticismo filosófico, religioso
1 y moral. Europa quedaba entonces dividida en Estados y en
en la cultura europea. La supuesta razón pura, convertida en
razón instrumental, caminará hacia el desarrollo matemático-
¡ religiones diversas, lo que llevaba consigo el desprestigio de
técnico de la naturaleza y de la sociedad por el hombre mo- ! todas. Parece que puede decirse que las guerras de religión y el
pluralismo religioso despertaron la necesidad y el intento de una
derno. La razón se antepone a la fe. Queda en el ambiente ! reconciliación racional, ya que no podía lograrse la reconciliación
la convicción de que la razón explicará todos los enigmas y
la técnica nos dará la felicidad. Si se exceptúan las minorías
de los libre-pensadores y de los escépticos, en los demás se
l religiosa. Como veremos, también esto fracasó, como no podía
ser menos, porque la reconciliación y la paz sólo se lograrán
por el respeto y el amor a la persona.
mantienen los sentimientos religiosos cristianos, pero un cierto Para el proceso que estudiamos en este libro nos interesa
rumor de desconfianza hacia la religión se oye ya por el sub- también saber que en los tratados rubricados en Münster y
suelo cultural. La salvación tiene que venirnos de la razón pura Osnabrück comenzaron lo que entonces, por primera vez, se
y perfecta. Es propio de hombres adultos vivir de esta con- llamaron secularizaciones, es decir, la usurpación de los bienes
vicción. eclesiásticos bajo pretexto de indemnizar con ellos los gastos
de guerra zR; se decidieron además otras intromisiones de los
5. LA PAZ DE WESTFALIA poderes civiles en los asuntos de la Iglesia según el modelo
28
Acaso resulte disonante el epígrafe de este apartado en un Fue el delegado francés Longueville el que habló de «secularizar» (se-
culariser), para calificar el traspaso de los territorios, pertenecientes a los
libro fundamentalmente filosófico. Pero tiene su razón de ser, Obispados de Bremen, Verden, Halberstadt, Kammin, Magdeburg y Osna-
porque decía Lord Brolingbroke, como ya se ha recordado, brück, a príncipes no eclesiásticos. No se quería utilizar el término alemán
que la historia no es sino la enseñanza de la Filosofia puesta «Verweltlichung» que tenía un cierto sabor protestante. Por otra parte, el
vocablo francés «mondanité» sonaba a los católicos como profanación. Los
en ejemplos. plenipotenciarios querían evitar la sospecha de que se trataba de una usur-
pación. La palabra «secularízacióm> pareció la más adecuada y neutral. Cf. A.
)1\1!;¡.;Ez ÜRTl7., La fa en 11n mundo semlarizado )' pl11mlista: Proyección 39 (1992),
26
Cf. PASCAL, Pensées, 233, 234.
27
Pensées, 547. 114-115.
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134 C5. La seculanzación de la razón

luterano, con lo que se propiciaba el absolutismo de los reyes;


Francia, y, consiguientemente, su cultura que era ya cartesiana,
se ponía a la cabeza de Europa y conservaría largos años su CAPÍTULO VI
hegemonía por obra de Richelieu, Mazarino y, sobre todo,
Luis XIV, acabado ejemplar de reyes absolutos y absolutistas HACIA EL POSI11VISMO
al que imitaron los demás soberanos. Todos procuraron poner
la Iglesia a su servicio. Esta supremacía de lo civil sobre lo
eclesiástico trajo como consecuencia la secularización o laiciza-
ción de la vida pública; lo religioso quedaba mediatizado por
los poderes civiles. La razón de Estado, los intereses de la Se hubiera dicho que, con el triunfo indiscutible y universal
Corona prevalecen sobre los principios morales. Lo eclesiástico del cartesianismo y del racionalismo, la cultura europea se en- ·
y lo clerical comienza por ser despreciado y acabará por ser caminaba hacia la consecución de un conjunto de verdades
aborrecido. claras y distintas que iluminasen los enigmas del mundo del

l
Además, en los ambientes eclesiales se advierte también, hombre y de Dios, diesen un sentido esperanzado a la vida y
después del esfuerzo de restauración de Trento y el barroco, lograsen la concordia de los espíritus en la razón. Pero no
un sentimiento de estoicismo, cansancio y lasitud. Decae la sucedió así. Una corriente de seco y frío aire filosófico pro-
Teología y decae la Filosofía clásica. Con ello decae el vigor veniente de Inglaterra insuflaba en el continente los gérmenes
del empirismo que generarían la más peligrosa y turbadora
del pensamiento religioso y apologético, crece el complejo de
inferioridad ante los nuevos movimientos ideológicos y críticos. 1
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enfermedad del hombre y de la sociedad: el escepticismo.
La frustración de los ideales religiosos españoles se continúa !ll:
en una decadencia general. La gran escolástica española del ~

siglo XVI y primera mitad del xvu está agotada y ya no se # 1. LA IRRESISTIBLE ASCENSION DE INGLATERRA
producen sino obras repetitivas y cansinas. :!
En su lugar surgen con mucha fuerza, en Europa, el car- u El reinado de Luis XIV fue el reinado de lo francés en
tesianísmo, el atomismo de Gassendi, el estoicismo, el empi- i Europa. Desde la paz de Münster (1648) hasta el triunfo de
rismo de Bacon, el iusnaturalismo racionalista.
El arte se secularizaba también: los temas profanos suceden
a los religiosos en la pintura y en la escultura; la belleza
arquitectónica que un tiempo levantó las magníficas catedrales,
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la revolución inglesa, y la subida al trono de Londres del
protestante holandés Guillermo d'Orange (1689), Francia, su
idioma, sus costumbres, sus modas, su literatura, su arte, su
filosofía se imponen en todo el mundo europeo. Son maestros
ahora eleva palacios lujosos de los grandes según el modelo l indiscutidos Descartes, Pascal, Corneille, Moliere, Racine, La
universal que impone Versalles. En suma, que en esta segunda
etapa de la Edad Moderna, que se inicia con la paz de Wes- i' Fontaine, Bossuet, Massillon, Regnard. El francés sustituye al
latín como idioma de la ciencia y la cultura, y hasta el alemán
tfalia, Europa se encuentra sometida a un proceso creciente
de laicización. Culminará en el siglo xvrn y en lo que llamamos
ir. Leibniz escribirá algunas de sus obras en francés para que
fuesen más divulgadas y leídas.
Ilustración. El poder absoluto de Luis XIV, «rey cristianísimo», l(¡ El rey Luis XIV (1643-1715) practica la política centralista
en lo interior y la «política de prestigio» hacia fuera. Consiguió
y su prestigio europeo, mantiene aún embridado el ímpetu
secularizante, pero a partir de 1680, según la conocida tesis 1i las dos cosas. Sometió a la nobleza francesa levantisca atra-
de Paul Hazard, hierve la crisis de la conciencia europea y, ~ yéndola a Versalles y guerreó con toda Europa hasta hacerse
~
cuando en 1715 muere el «Rey Sol», el espíritu laico se derrama 4 respetar y engrandecer a Francia. Cometió, en cambio, un grave
incontenible primero por Francia, luego por Europa, más ade- l error~ la revocación del Edicto de Nantes (1685). Por este acto
lante por América. se prohibía el ejercicio de la religión protestante en Francia;
los niños tendrían que ser educados en la religión católica; se
prohibía la emigración. A pesar de ello, se calcula que más de
1. La imsistible ascensión de Inglaterra 13,-
136 C6. Hacia el positivismo

50.000 familias (militares, hombres de letras, artesanos) salieron totalitario. Pero después, ni él ni los cartesianos lograron con
para países extranjeros, con lo cual se debilitó la cultura y la su método una interpretación clara, distinta y matemática de
industria. Los exiliados encontraron acogida en Holanda, In- la realidad. Más bien hay que decir que se extraviaron por
glaterra, Brandeburgo, Norteamérica, Sudáfrica. tortuosos y arbitrarios sistemas filosóficos y científicos hoy
El revés más humillante que sufrió Luis XIV fue la subida abandonados. Apenas hicieron algunas correctas aplicaciones
al trono de Inglaterra de su enemigo, el holandés protestante del método en el campo de las Matemáticas y la Física.
Guillermo III d'Orange, llamado por el Parlamento y el pueblo Sólo Newton logró dar una interpretación coherente y cien-
mediante un contrato que garantizaba las libertades. Holanda tífica del mundo material con el método matemático riguroso.
e Inglaterra eran los peores enemigos de Francia y ahora se De ahí la fascinación que su obra ejerció durante todo el
reunían bajo una sola casa real. Ambas potencias eran marítimas siglo XVIII. Se atuvo mucho más que Descartes a los datos
y sus naves dominan ya el mar y el comercio con Oriente y experimentales. Descartes despreciaba la paciencia de la inves-
Occidente. En 1694 se funda la Banca de Inglaterra, potencia tigación experimental, le bastaban las ideas. Partió de cero y
financiera que aparece en el momento en que se inician las de un tirón organizó un sistema de supuestas ideas claras y
grandes empresas comerciales marítimas. En 1715 muere el Rey distintas, sin pedir confirmación a la realidad, porque suponía
Sol. Se iniciaba la primavera inglesa. -gratuitamente- que los hechos seguirían necesariamente los
El idioma inglés, antes despreciado, en el primer cuarto del imperativos racionales del sistema. De ahí que la Física carte-1
siglo XVIII se pone de moda; es dúctil y sencillo, práctico como siana sea <<U!l excelente ejemplo de lo que no se debe hacer» •
es siempre el espíritu anglosajón. Inglaterra tenía filósofos y, Newton, al contrario, se negaba a construir «hipótesis»
por cierto, más inteligibles y claros que Malebranche o Leibniz. (((l?Jpotheses non .fingo»). Llamaba <<hipótesis» a cualquier construc-
Tenía moralistas y poetas, matemáticos, físicos, astrónomos, ción teórica que no quedase avalada por la experiencia y el
navegantes y militares. Los libros ingleses se traducen a los cálculo. Con esto consiguió descubrir y formular multitud de
idiomas romances sobre todo al francés, que leían todos los leyes físicas y astronómicas que hasta hoy son válidas. Es el
europeos cultos. Los exiliados franceses constituyeron una ver- verdadero fundador de la dinámica celeste. Descubrió y formuló
dadera Escuela de Traductores y fueron intermediarios entre matemáticamente la ley de la gravitación universal; dedujo de
las islas Británicas y el continente. Las familias nobles conti- manera apodíctica las leyes de Kepler, empíricas hasta entonces;
nentales envían ahora sus hijos a Londres, a Oxford o a calculó la masa y el volumen de la Tierra; explicó los equi-
Cambrigde, o buscan preceptores ingleses, y los ingleses que noccios; infirió las irregularidades del movimiento de la Luna;
vienen a Francia, como Hobbes, Locke o Shaftesbury, son explicó la subida y bajada de las mareas; puso en claro el
recibidos con honor y entran en los círculos más cultos. La movimiento de los cometas. Pareció que todos los secretos del
primera mitad del siglo XVIII fue fecundísima en la Gran Bre- universo quedaban definitiva y totalmente esclarecidos. Y ahora
taña y decisivo el influjo de sus pensadores sobre los conti- más que nunca el cosmos aparecía como una gran máquina,
nentales. Tanto es así que se puede afirmar con seguridad que un complejísimo artificio mecánico que se movía rítmicamente
la Ilustración, cultura dominante del siglo XVIII europeo, se según unas leyes inmutables.
gestó y nació en Inglaterra, como tendremos ocasión de ver. El prestigio de Newton en el siglo XVIII fue enorme. Fue
El inglés más célebre y prestigioso del siglo fue, sin duda, un verdadero ídolo de los ilustrados. Se puede decir que todos
Isaac Newton (1642-1727). Su libro más importante, Philosophiae los científicos, todos los filósofos, y aun algunos teólogos, se
natt1ralis principia mathematica (1687), es uno de aquellos que han hicieron newtonianos. Un canónigo de Salisbury, John Craig,
decidido el destino de toda una mentalidad y una cultura. publicó en 1699 una obra titulada Theologiae christianae principia
Newton está en la misma dirección matemático-científica de :l
mathematica. No hubo un pensador digno de tal nombre que
Descartes pero le supera con mucho. Descartes había escrito j no afrontase el pensamiento de Newton para analizarlo, criti-
un Disct1rso del método para condHcir bien la propia razón y bHscar
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carlo o generalizarlo. El empirismo inglés está influido por él.
la verdad en las Ciencias; más la Dióptrica, los Meteoros, y la Geometría
qt1e son los ensqyos de este Método. Era un proyecto epistemológico 1 G. GL'SDORF, La révo/11tion galiléenne, t.I. (Paris 1969), 347.
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138 C6. Hacia el positivismo 1. La irresistible ascensión de Inglaterra 139

Kant, el más célebre entre los pensadores de la Ilustración, en ton, en esta reducción de Dios a la función de rey innecesario,
su Crítica de la razón pura, permanece en continuo diálogo con es decisiva>> 2• En la Física de Newton, Dios se sobreentiende,
Newton porque, cuando se pregunta cómo son posibles las pero el universo funciona sin él. Habrá que buscar formas de
Matemáticas y la Física como ciencias, es en la Matemática y inteligibilidad que se justifiquen por sí mismas sin recurso a
en la Física de Newton en las que está pensando. La Filosofía la trascendencia. Pero ¿qué otra inteligibilidad puede darse sino
crítica de Kant es el más profundo análisis de los presupuestos la de la misma razón humana? Hume y Kant consumarán esta
de la Mecánica newtoniana. El prestigio de Newton fue una escisión entre Dios y el mundo, aunque por razón entenderán
~. de las causas más decisivas del prestigio y la influencia de ambos cosas muy distintas, como veremos.
Inglaterra. No parecía que la razón y la fe robustas de Newton pu-
Newton era profundamente creyente y religioso. Leyó y diesen derivar hacia el deísmo, el agnosticismo o incluso el
comentó la Biblia, y desde su sistema cosmológico dedujo una empirismo. Pero fue así. Detrás de los empiristas ingleses que
prueba irrefutable de la existencia de Dios. Venía a ser la que han dado el tono a la filosofía inglesa, primero, y a la filosofía
¡, utilizarían después con profusión casi todos los ilustrados: si de las luces, después, está la obra de Newton. Galileo engendró
:· el mundo es un reloj complejísimo y perfectísimo -y esto es el racionalismo. Newton, que perfeccionó a Galileo, engendró,
l'' un dato de observación- es que un relojero lo ha creado y sin pretenderlo, la Ilustración, sin que esto quiera decir que
!i lo ha puesto en funcionamiento. Podemos conocer, además, haya que atribuirle sólo a él la paternidad. A mediados del
i'; los atributos divinos: un Dios eterno, infinito, perfecto, dueño siglo XVIII, un pensador inglés escribía: <<El prejuicio en favor
ji de todas las cosas, providente, inteligente, omnisciente y om-
t\ de Sir Isaac ha sido tan poderoso que ha destruido la intención
nipotente. Cercano a todas las cosas del mundo porque el
~I;.,,~ : espacio es un «sensorium Dei», un órgano por el cual Dios se
de su empresa; sus libros han servido para impedir el desarrollo
; de aquel saber que se proponían promover. Todo niño suc-
1
i pone en contacto con las realidades sensibles. ciona, con la leche de su madre, la idea de que Sir Isaac
l· .:
f: : Newton no fue, pues, un deísta. Fue un firme creyente Newton ha llevado la filosofía hasta la más alta cumbre q~e
anglicano. Pero su mecanicismo cosmológico sería una de las puede alcanzar» 3. ·
~ . causas decisivas del deísmo del siglo XVIII. El deísmo -como Newton fue colmado de honores en vida y en muerte.
t: . ya hemos dicho- es una concepción del mundo como una >l Presidente vitalicio de la Rqyal Society, miembro del Parlamento,
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gran máquina hecha por Dios de manera tan perfecta que amigo y consultor de los filósofos más célebres. Locke le llama,

1
¡, funciona por sí misma. Dios, pues, ni ha intervenido ni inter- en la Epístola al lector que precede al Ensqyo sobre el entendimiento
J· viene ni tiene por qué intervenir en la marcha del mundo y humano, «el incomparable Newton». Hume reconoce en él «el
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de la humanidad. Dirigir la naturaleza y la historia no es tarea
de Dios sino de los hombres, sólo de los hombres. Además,
genio más grande y más raro que jamás haya aparecido para
ornamento e instrucción de nuestra especie» 4• Voltaire hará de
t• Newton había demostrado la autonomía de la Física matemática
1 él un ídolo y divulgará sus obras en Francia. Pope le ensalza
~; de manera más convincente y decisiva aún que Galileo. En en sus poesías. Los newtonianos, en sus múltiples variantes,
~ Newton como en Galileo' se cumplía la unión coherente de sustituyen con éxito creciente a los cartesianos.
~· -~ ' ciencia y fe en coexistencia pacífica. En el siglo de las luces
"1 La influencia de Newton, primero en el pensamiento inglés
~ •' se prescindiría de la instancia metafísica y religiosa como in-

l
y luego en el pensamiento universal, sobre todo en el francés,
w necesaria y, además, imposible. Lo que importa es ser científico ha sido doble: en primer lugar, ha establecido definitivamente
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y no hay por qué preocuparse de si el científico es o no el valor insustituible de la experiencia, si se ha de hacer ver-
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agnóstico en materias de metafísica y religión. Basta que se
~; 2
~t conozca la naturaleza y que se la domine. Lo demás es un G. GusnoRr, Les príncipes de la pen.rée a11 siecle des /11mie'res (Paris 1971),
.;; 161.
~
asunto personal y subjetivo pero sin utilidad. <<La permanencia 3
G. HoRNE, A fair, candid, and impartía/ stalement of the case betJ1Jeen Sir Isaae
de este paradigma tiene por corolario la peripecia esencial que
1 es la muerte de Dios en epistemologia, lejano resultado de la
Newton and Mr. H11tchinson (Oxford 1753), 72; cit. en G. Gl'SDORF, Les príncipes
de la pensée a11 siec/e des /11mie'res, 164.

l revolución galileana. El papel jugado por el muy cristiano New- D. Hmm, A history of l::.'ngland (Oxford 1826), vol.VIII, 293.
4

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140 C6. Hacia el positivismo
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11 <ladera ciencia. En segundo término, ha hecho ver que la ex- de las ciencias humanas. Willian Harvey (1578-1657) confirma
periencia puede racionalizarse hasta dar, en fórmulas necesarias la doble circulación de la sangre, que ya había descubierto el
11
español Miguel Servet (1509-1553); Robert Boyle (1627-1691),
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y universales, las leyes que rigen el universo. De ahí se ha
seguido la consagración de la supremacía de estas ciencias, físico, fisiólogo y tenido por el fundador de la Química mo-
derna, y otros muchos, hicieron que Inglaterra se pusiese a la
11'
,, experimentales y exactas al mismo tiempo, sobre las ciencias
humanas. cabeza de los estudios experimentales hacia los cuales se orien-
ll¡; Pero la influencia ha sido aún más profunda. La revolución taban cada vez más las mejores inteligencias. La creencia en
f! el progreso científico, técnico, social y político forman parte
ideológica que había iniciado Galileo queda consumada con
Newton. Las representaciones cosmológicas de la Biblia, amal- de los valores nuevos; el éxito práctico de las actividades hu-
11 gamadas con las de Aristóteles y predominantes durante siglos, manas es, además, un signo de una favorable predestinación
fl quedan arrinconadas para siempre en el desván de la ciencia. divina, según las doctrinas de Calvino.
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Es el genio humano y sólo él, sin necesidad de la palabra de
Dios, el que construye un sistema del mundo. El sabio del
Si a esto se añade que el genio anglosajón es esencialmente
empirista y pragmático, nos explicaremos por qué y cómo fue
ti'
,, siglo XVIII es sabio por sí mismo. Pascal había dicho que el en Inglaterra donde surgieron los maestros de la corriente
¡¡ hombre es <runa caña pensante», el pensamiento es su máxima filosófica que llamamos empirismo. Desde Duns Scoto (1265-
;1 1308), Inglaterra no había producido ningún filósofo metafisico.
dignidad, <<por el espacio, el universo me abarca y me engulle
}'. como un punto; por el pensamiento yo le comprendo a éb> 5• Guillermo de Ockham, de quien ya hemos hablado, fue un
¡¡ Ahora se hacía realidad: el pensamiento humano era tan po- terminista, e introdujo el pensamiento inglés por los caminos
!.i deroso que podía representarse y dominar el cosmos sin ne- de lo empírico al dar el supremo valor cognoscitivo a la in-
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cesidad de escuchar a Dios; el hombre toma plena posesión
del mundo por el pensamiento científico, le reconstruye por
tuición. La via modemorum se orientó también hacia el estudio
de lo experimental. Le había precedido otro franciscano, Ro-
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¡.
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el cálculo; apoyado en su razón, el hombre toma conciencia
de su soberanía. Estamos ya muy lejos de la cultura medieval.
gerio Bacon (1210-1292), que quería una Filosofía puesta al,
servicio de la vida práctica. Esa tendencia hacia lo empírico y
t~ lo útil se hará consustancial al talante inglés hasta nuestros
i i Se condena la Física medieval pero en la embriaguez del éxito,
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neciamente, como en toda embriaguez, se echa a la hoguera días. Entre finales del siglo XVII y durante los tres siglos si-
guientes será el empirismo y el pragmatismo la tendencia cul-
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todo el Medioevo.
La Rqyal Sociery ef London far the Promotion ef Natural &01vledge, tural, científica y filosófica que dominará amplísimas zonas del
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fundada ya en 1645 por los partidarios de la Filosofía experi- mundo europeo y americano. Será uno de los rasgos más
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mental, tendría un influjo definitivo en la promoción de las característicos y significativos de la Modernidad
'1 Ciencias de la Naturaleza. Nullius in verba, no comprometerse
con las teorías de nadie sino sólo con los datos experimentales,
i fue y es el lema de sus miembros. «Contra los hechos y los 2. DE FRANCIS BACON A THOMAS HOBBES
experimentos no se puede discutir>>, diría Newton, el más cé-
lebre miembro de esa academia. La Rqyal Sociery comenzó en El pensamiento inglés de los siglos XVII y xvm se llama
1665 la publicación de las Philosophical Transactions, primera re- 1 empirismo. En la historia del pensamiento siempre ha habido
vista periódica dedicada a temas científicos Oo científico se dos tendencias: la de aquellos que dan tanto valor al conoci-
..
llama filosófico), nacida en aquella «casa de Salomón cuyo .·I miento racional, abstracto, que desprecian el conocimiento que

l1
dominio era el mundo». La revista se traduce al latín en Ams- nos viene por los sentidos. Son los racionalistas e idealistas de
terdam y al francés en París, a pesar de que en París acababa todos los tiempos (Platón, Plotino, Descartes, Spinoza, Leibniz,
de aparecer otra revista científica, joumal des Savants, que abar- Fichte, Schelling, Hegel). Frente a ellos han estado los empi-
caba no sólo el campo de las Ciencias Naturales, sino otros ristas, es decir, aquellos que dan tanto valor al conocimiento
de los sentidos que desprecian el conocimiento superior racio-
5
PASCAL, Pensées, 348. j nal. Son los empiristas (sofistas griegos, epicúreos, escépticos,

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142 C6. Hacia el positivismo 2. De Francis Bacon a Thomas Hobbes 143

materialistas, nominalistas medievales y, en la Edad Moderna, conocemos; lo no corpóreo queda siempre oculto, pensable
los ingleses Bacon, Hobbes, Locke, Berkeley, Hume y, tras pero no· cognoscible. Pronto se dirá también que eso incorpóreo
ellos, casi todos los «ilustrados»). En la Edad Contemporánea no existe. Será el materialismo mecanicista del siglo XVIII y el
son empiristas muchas escuelas filosóficas pero, por el mo- materialismo dialéctico del XIX y del X.'{.
mento, prescindimos de ellas. Se suele considerar a Francis Bacon (1561-1626) como un
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En el duelo secular entre ambas actitudes han sido elevados precursor del empirismo inglés de la Edad Moderna. ,Lo fue,
il:
~
sobre el pavés del triunfo racionalistas y empiristas alternati- en efecto, aunque su empirismo es distinto del empirismo clá-
' vamente, sobre todo a partir del Renacimiento. Tanto es así sico inglés de Locke y de Hume. Más bien hay que decir de
:¡ que algunos historiadores de la filosofia moderna pretenden él que pertenece a aquella generación de hombres del tardo
que ésta se ha hecho en la dialéctica de las dos tendencias. Renacimiento que buscaban el modo de conocer y dominar la
naturaleza y que intentó lograrlo por la observación y por la
i Naturalmente que ha habido también quienes han buscado
experimentación directa. Se puede decir que fue el primer fi-
y encontrado la vía media, es decir, la de aquellos que dan su
debido valor al conocimiento sensitivo y que admiten, además, lósofo de la era industrial que apenas comenzaba y que co-
que el hombre es inteligente, lo que significa que es capaz de menzaba en Inglaterra, ya entonces en la vanguardia de los
leer las estructuras inteligibles que hay en lo sensible (causalidad sectores minero e industrial.
1 Desde sus estudios en Oxford (1573-1575) sufre un pro-
~· eficiente, finalidad, esencialidad, contingencia, relación, etc.) que
son realidades, y una vez captadas esas realidades, puede for- fundo desencanto de la filosofia aristotélica porque no le parecía
l mular los principios racionales que explican el ser y el actuar <<Útib>. Carente del sentido contemplativo, propio de la sabiduría,

¡
l
de las cosas sensibles. En esta vía media están Aristóteles, san ya siempre estará dominado por el pensamiento de que la
Agustín, santo Tomás, Francisco Suárez y, en general, los gran- ciencia tiene que estar orientada hacia el dominio: «fantum pos-
~ des escolásticos medievales, modernos y contemporáneos. sumus quantum scimus», «scientia et potentia in idem coincidunt». El
l En los siglos XVII y xvm, el pensamiento empirista se saber debe llevarnos a la práctica; la ciencia tiene que servir
1 adueña de la cultura inglesa y ya no la abandonará, al menos a la industria; los hombres tienen que organizarse para mejorar •
l
¡ hasta nuestros días. El predominio de lo inglés en Europa, al las condiciones de vida.
¡
que nos hemos referido en el párrafo anterior, hizo que el He ahí algunas de las actitudes más características del hom-
~
¡ pensamiento empírico y pragmático sustituyese al racionalismo bre moderno.
¡
.~ especulativo cartesiano y diese origen a la Ilustración. Culpabiliza al aristotelismo de ser una filo~ofia «inútil», «apta
~
l Hay que advertir, sin embargo, que el empirismo inglés de para las disputas y las controversias pero estéril de obras pro-
.t, vechosas a la vida del hombre». De idéntica manera, en su
esta época conserva no pocos rasgos del cartesianismo, como
l :1 tendremos ocasión de ver, o lo que es lo mismo, que el libro Temporis partus masculus (1602) reprueba a Platón, Galeno,
.- '' cartesianismo por haber considerado que el conocimiento era Cicerón, santo Tomás, Scoto, Cardano, Paracelso, es decir, a
i
; j ante todo «idea>> o representación subjetiva, por haber identi- los filósofos especulativos y a los mágico-alquimistas. Ambos
·, 1
ficado idea con cualquier representación, por el mecanicismo deben ser sustituidos por una ciencia experimental y lógica.
¡í Esta intuición central reaparece en todos sus libros.
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con el que cree que se combinan las naturalezas simples y,
;! consiguientemente, las ideas claras y distintas en ideas comple- Entre todos los que escribió destaca, como el más signifi-
'. ¡ jas, por haber hecho de la extensión mensurable la esencia de cativo, su Nov11m Organon Scientiamm seu indicia vera de interpreta-
'.'I tione naturae et regno hominis (1620), título elocuente por sí mismo.
1 los cuerpos, preparó el terreno para que los ingleses llamasen
: ~ Quiere decir: El Organon o Lógica aristotélica no es útil para
«idea>> también a la representación sensible, hiciesen de la re-
presentación sensible el único conocimiento válido y, por tanto, el conocimiento de la naturaleza y el bienestar de los hombres,
concibiesen la inteligencia no como una potencia cognoscitiva ni apta para los nuevos tiempos. Debe, pues, ser sustituida
sino únicamente como una facultad instrumental para combinar por otro Organon, otra Lógica que conduzca la mente humana
sensaciones y, poco a poco, acabasen por afirmar que, como hacia el conocimiento útil y el dominio de la naturaleza. Ese
sólo de lo corpóreo tenemos intuiciones, sólo lo corpóreo será el reino del hombre al que Bacon ya no define como
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144 C6. Hacia el positivismo 2. De Francis Bacon a Thomas Hobbes 145

animal rationem habens (Aristóteles) sino como naturae minister et la organización de la experiencia da tantas normas, tablas de
interpres, servidor e intérprete de la naturaleza. Así escribe al presencia, de ausencia, de grados de exclusión; tantas instancias,
comienzo del primer libro del Novum Organon. El hombre, pues, solitarias, emigrantes, ostensivas, clandestinas, constitutivas, pro-
es para la naturaleza y la naturaleza para el hombre. Idea que porcionadas, monádicas, desviadas, «instancias cruciales», etc.,
recogerá Karl Marx, casi al pie de la letra, en sus Manuscritos que su método científico resulta inservible y, en algunos casos,
de 1844. un laberinto más complicado que la misma lógica que combatía.
El Novum Organon no era sino una parte de una obra mucho Exactamente lo contrario del método-newtoniano que era de
más ambiciosa que había de llamarse lnstauratio magna, es decir, una absoluta simplicidad y nitidez.
renovación total de los conocimientos. Para esta empresa se Sin embargo, la influencia de , Bacon en el pensamiento
requiere una metodología. Plantea antes que Descartes la ne- moderno fue grande. El fue uno de los estímulos que desper-
cesidad absoluta de un nuevo método. Pero el método que taron el interés por investigar los secretos de la naturaleza y
construyó Bacon fue tan complicado que no tuvo gran éxito, dominarla mediante una praxis experimental y una acumulación
sobre todo porque se impuso de manera absoluta el método sistemática de datos. En su libro utópico Ne1v At/antis (1627),
matemático-fisico que descubrió Galileo y Newton llevó a su describe una soñada «Casa de Salomón>>. Centro de investiga-
perfección. Era mucho más sencillo y mucho más exacto. ción científica y técnica en la que habría un gran instituto de
Bacon proponía, primero, una pars destruens, es decir, una máquinas capaces de producir toda clase de movimientos «.y
limpieza general de prejuicios o nociones falsas de la mente multiplicar sus efectos partiendo de una débil fuerza motriz,
humana que llama, con nombre genérico, «Ídolos», y que im- con la ayuda de engranajes y otros medios de este género; así
piden el verdadero conocimiento. Distingue cuatro géneros de los transformamos en otros más eficaces y poderosos que todos
ídolos: ídolos de la tribu (ido/a tribus), es decir, los propios de aquellos de los que ahora disponéis [...]. Podemos imitar el
la naturaleza humana, cuyos sentidos se engañan con frecuencia vuelo de los pájaros; podemos, hasta un cierto punto, volar
y cuyo entendimiento deforma los datos de la realidad, creando por los aires; tenemos navíos submarinos [...], relojes diversos
conceptos abstractos o generalizaciones inexactas; ídolos de la y curiosos; mecanismos puestos en movimiento por el aire y
cueva (ido/a specus), son los personales porque todos llevamos por el agua cuya circulación crea un movimiento perpetuo.
dentro una caverna en la que se mezclan rasgos tomados de Imitamos los movimientos de los seres vivos, gracias a autó-
la educación, las costumbres, las lecturas, las propias especu- matas que se parecen a hombres, animales, pájaros, peces y
laciones; ídolos del foro o de la plaza pública (ido/a fori), los serpientes» 6•
más molestos, provienen de la convivencia con los demás a No es extraño que estas sorprendentes anticipaciones sedu-
través del lenguaje. Las palabras, cargadas de afectividades por jesen a los hombres de la Ilustración, que le consideraron
el uso común, ocultan más bien que descubren la realidad y como un profeta del progreso indefinido y de la era industrial,
arrastran a los hombres a innumerables disputas y considera- tecnológica y científica, ya que ponía la naturaleza al servicio
ciones vanas. Por fin, están los ídolos del teatro, (ido/a theatri). de la utilidad y la felicidad de los hombres. En cualquier caso,
Así llama a los prejuicios que nos vienen de este gran teatro, es un iniciador de esas actitudes pragmáticas, empiristas y po-
que son las sectas filosóficas. Ellas construyen representaciones sitivistas tan propias de la Modernidad. Sus obras despertaron
fantásticas y presuntuosas que creen entregarnos la verdad cuan- el interés por la observación, la experiencia y la ilusión de lo
do no nos entregan sino sofismas. nuevo y lo inesperado que, unidos a la convicción mecanicista,
Después de esta purificación de la mente o pars destmens, desembocarían más adelante en la catarata de inventos que han
se sigue la pars constmens, es decir, un conjunto de normas para hecho realidad los sueños de Bacon. Boyle, los fundadores de
obtener el conocimiento científico de la realidad. Propone en la R<!Jal Sociery, Gassendi y el propio Newton se consideraron
primer lugar la inducción, pero no la inducción aristotélica que, seguidores y continuadores del método de Bacon. Lo mismo
por partir de la mera observación, le parece insuficiente, sino se puede decir de Darwin.
la que se obtiene además por los experimentos, que deben ser
metódicos, ordenados, reflexivos y dirigidos por la razón. Para " NeJI! Atlanlis: Philosophical Works, t.III (London 1876), 163-164.
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146 C6. Hacia el positivismo 2. De Francis Bacon a Thomas Hobbes 147

Para el conocimiento del espíritu inglés preilustrado, más se deduce inmediatamente de sus premisas. El moderno escep-
significativa aún que la figura de Bacon es la de Thomas Hobbes ticismo filosófico está ahí en germen.
(1588-1679). Cuando se habla de Hobbes se recuerda enseguida La Lógica para Hobbes es una comp11tatio, es decir, un pro-
su teoría política explicada en su famoso Leviatán. En este libro ceso matemático de sumas y restas. No se suman y se restan
hemos hablado ya de tal obra (c.4.4). Pero como iniciador del números, sino palabras. «Cuando un hombre razona, no hace
empirismo inglés se refleja mejor su pensamiento en aquellas otra cosa sino concebir una suma total por adición de partes
obras en las que expone su teoría del conocimiento, como son o concebir un residuo por sustracción de una suma respecto
sus tratados De corpore (1655), De homine (1657) y en las llamadas a otra>> 7• Así, el juicio será la suma de dos nombres, el silo-
Terceras oljeciones propuestas al sistema cartesiano, a través del gismo la suma de dos juicios, la demostración la suma de
P. Mersenne. Además de que la teoría política procede también, varios silogismos 8• ¡Pensar es sumar! La concepción es típica-_
en parte, de su teoría del conocimiento. mente mecanicista y cartesiana; pero Descartes daba un con-
Por motivos políticos y también filosóficos, Hobbes pasó tenido de realidad a las ideas porque o venían por los sentidos
bastantes años en Francia en contacto con los círculos carte- (ideas adventicias) o eran innatas y, en ese caso, venían de
sianos, de los que asumió el método matemático y el meca- Dios, que ni puede engañarse ni engañamos. Hobbes, en cam-
nicismo. Conoció a Descartes, y aun a Galileo, en un viaje a bio, considera que no tenemos más que palabras, éstas depen-
Italia. Conoció también a Francis Bacon y, aunque no le agradó den de la imaginación, la imaginación de los sentidos y los
el Nov11m Organon -llamaba a la experimentación baconiana sentidos de la materia y del movimiento.
«práctica de boticarios»--, heredó también el sentido pragmático Obsérvese que, si pensar no es más que sumar y restar,
de la Filosofía y de la ciencia. Su pensamiento quedará, pues, la razón humana no es una facultad cognoscitiva, sino un
formado por el matematicismo cartesiano y por el empirismo instrumento que no hace sino manipular mecánicamente los
inglés. Hobbes es un enemigo de la Metafísica y de la esco- datos de la sensibilidad (imágenes), combinarlos de diversas
lástica, que conocía poco, y ya anticipa una de las preocupa- maneras pero sin trascender nunca el limite de lo puramente
ciones de la Ilustración: disipar las tinieblas metafísicas «arro- sensitivo. La razón humana se convierte en razón instrumental.
jando luZ». Los sentidos conocen, la razón combina, no más, los datos
Cree, como los nominalistas ingleses del siglo XIV, y como de los sentidos. Es el empirismo, sensismo o fenomenismo
los cartesianos del XVII, que la Filosofía debe comenzar por característicos del pensamiento inglés que dominará también el
una crítica del conocimiento. También él es nominalista, ya pensamiento francés del siglo XVIII, y que llegará hasta Kant
que considera que las palabras no _expresan conceptos de las inclusive, y en nuestros días hasta el neopositivismo, la Filosofía
cosas sino que son puros signos necesarios de las ideas antes analítica, o la Fenomenología.
que de las cosas. Los conceptos universales no son más que Del nominalismo de Hobbes se deduce también que sólo
palabras, signos de los objetos que sirven para conservar los podemos conocer lo material. Si las palabras y los conceptos
pensamientos en la memoria y comunicarlos a los demás. Las no son sino signos o imágenes de las cosas y los términos
palabras, pues, no expresan naturalezas ni realidades sino úni- universales no expresan esencias, sino que también ellos son
camente aquello que nosotros nos representamos de ellas. imágenes confusas de individuos singulares, es claro que sólo
Con este nominalismo se iniciaba ya la división de la rea- lo concreto material nos ofrece imágenes significativas. No
lidad en sí, por una parte, y, por otra, del pensamiento subjetivo conocemos, pues, más que lo extenso, es decir, lo corporal y
que no representa la realidad, sino que es signo de ella. Se los movimientos mecánicos de los cuerpos porque ellos son
iniciaba también el principio de inmanencia, sobre el que ten- también mensurables.
dremos que volver más adelante por su enorme importancia. Con sentido poco filosófico, piensa que no podemos re-
Tal principio dice que nosotros no conocemos más que nues- presentamos lo que pueda ser un espíritu incorpóreo, <<nunca
tros pensamientos pero no podemos afirmar que nuestros pen-
samientos reflejen la verdad de la realidad. No lo expresa tan 7
T. Hoaar,,s, Leviathan, p.I, c.5.
8
categóricamente Hobbes, como lo hará después Locke, pero Cf, Leviathan, p.I, c.5 y 7; cf, también su obra Co1np1t1ation or Logic.
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j
148 C6. Hacia el positivismo 3. John Locke, maestro de Europa 149
'i
puede imaginarse una cosa que responda a esa acepcióm> 9 • No miento y la tradición cristiana, tuvo muchos maestros y de los

'I dudaba de la existencia de Dios porque lo enseñaba la fe y


porque, contradiciendo su empirismo, cree que la existencia de
Dios es demostrable por las causas 10 • De su esencia no po-
más significativos hemos hablado en los capítulos anteriores y
en este mismo.
No parece, sin embargo, arriesgado aseverar que a las inme-
demos saber nada pero, en cualquier caso, debemos represen- diatas el más influyente fue el inglés John Locke (1632-1704).
I· ¡ tárnoslo como un ser corpóreo porque toda sustancia es cuerpo. Es el puente entre el pensamiento racionalista cartesiano trans-
1i La Iglesia -dice aludiendo a una teoría de Tertuliano-- no formado en empirismo y el pensamiento ilustrado del siglo XVIII.

condenó la hipótesis de que Dios fuera cuerpo. De ahí que Pierre Coste, que escribió en 1729 un Prólogo a la segunda
H
~ :
Hobbes fuera tenido por materialista ya en su tiempo y com-
batido como tal por sus contemporáneos.
edición francesa de la obra más importante de Locke, Enst!JO
sobre el entendimiento humano (1690), dice en él sobre este libro:
ft De las premisas dichas se sigue una aQ.tropología determi-
¡: «Es la obra maestra de uno de los más grandes genios que haya
t\ nista. La voluntad humana está conducida también por el me- producido Inglaterra en el siglo último. Se han hecho cuatro
; •·
canicismo. Los actos humanos son una parte de la máquina ediciones en inglés a la vista de su autor, en el espacio de diez
i \
t. total que es el mundo. Podemos deliberar sobre un acto pero o doce años; y como la traducción francesa que publiqué en
• j
la decisión final será el producto de una cadena de causas 1700 lo ha dado a conocer en Holanda, en Francia, en Italia y
necesarias. La voluntad que creemos libre es un juego mecánico en Alemania, ha sido y es aún tan estimado en todos estos
de afectos y pasiones. Y es que en un horizonte materialista países como en Inglaterra, donde no deja de admirarse la am-
y mecanicista, efectivamente, no cabe hablar de verdadera li- plitud, la justeza y la claridad que reinan en él de un extremo
bertad, es decir, de capacidad de autodeterminación electiva y a otro. Por último, lo que pone el colmo a su gloria, adoptado
selectiva. Las consecuencias son muy graves tanto para la vida en cierto modo en Oxford y en Cambridge, es leído y explicado
f .
personal como para la vida pública. La vida moral se relativiza
' ..
~

! ;
y aun desaparece si no hay libertad verdadera, y con la vida
allí a los jóvenes, como el libro más apropiado para formar su
espíritu, para regular y ampliar sus conocimientos; de manera •
f:: moral desaparece la responsabilidad humana, desaparecen las que Locke ocupa ahora el puesto de Aristóteles y de sus más
1.
1{ .. tablas de valores morales y la misma vida social queda ame- célebres comentadores en estas famosas universidades» 11 •
1. nazada. Se explica así que Hobbes, desde estas premisas filo- Aunque las expresiones suenan enfáticamente, no se puede
r sóficas, diese el paso a una teoría política del absolutismo y dudar de que tienen un fondo de verdad. Hacia 1730, la
!: la dictadura. Fue la que expuso en su libro más famoso que
tituló Leviatán o sobre la materia, la forma y el poder de la sociedad
filosofía cartesiana había entrado en franco declive y ascendía,

~I :
j eclesiástica y civil (Londres 1651 ), del que ya hemos hablado en
el capítulo IV de este libro.
irresistible, el prestigio de la filosofía de Locke en toda la
Europa continental. Los pensadores posteriores de más relieve,
Berkeley, Hume, Rousseau, Kant, Condillac, Montesquieu,
Se encaminaba así el pensamiento inglés, que pronto influiría D'Alembert, Voltaire, Thomasius, y otros muchos de segundo
~ definitivamente sobre el continente, hacia el tecnicismo, el uti-
¡. litarismo, el empirismo y el laicismo.
orden, tendrán una filosofía determinada, en buena parte, por
el pensamiento de Locke.
1,¡:' En Francia, en la Francia efervescente del siglo XVIII, Locke
~ :
3. JOHN LOCKE, MAESTRO DE EUROPA entró en triunfo porque entró de la mano de Voltaire. Fueron
~l

sus Letres sur les Anglais (1734) las que revelaron a Francia un
El epígrafe de este apartado no es gratuito ni excesivo. nuevo modo de hacer filosofía. Locke era el sabio y el filósofo
F

íl :
¡
Tampoco es excluyente. La Europa del siglo XVIII, el siglo de
las luces, que se creyó con la vocación de crear un <<nuevo
por excelencia: «Habiendo hecho muchos razonadores el ro-
mance del alma, por fin ha venido un sabio que ha hecho su
1 orden de cosas» que sustituyese al que había creado el pensa- historia». «Jamás hubo, quizá, un espíritu más sabio, más me-

~
~

~
' Leviathan, p.l, c.12.
"' H11man nat11re, e.XI, 2.
11
Cit. en PAUL HAZARD, La crisis de la conciencia e11ropea 1680-1715 (Madrid
1941), 217.

~
J
J 150 C6. Hacia el positivismo
3. ]ohn Locke, maestro de Europa 151
¡: tódico, un lógico más exacto que Locke» 12• D'Alembert, en el
Discurso preliminar a la Endclopedia, escribió: «Puede decirse que ¿A qué se debió tan grande influencia? Cuando uno lee el
f Locke creó la Metafísica casi con la misma seguridad con que Ensqyo sobre el entendimiento humano de Locke, no se puede evitar
!, Newton había creado la Física>>. Es verdad que D'Alembert la impresión de que no está leyendo a un gran pensador. No
tenía un concepto muy pobre de lo que es Metafísica. La es un Platón, ni un Aristóteles, ni un san Agustín, ni un santo
Psicología asociacionista de J oseph Priestley (1733-1804) debe Tomás, ni un Francisco Suárez, ni un Kant, ni un Hegel. No
mucho a las observaciones que Locke hizo en el Ensqyo sobre estudia los grandes problemas del ser, del mundo, del hombre
la asociación de ideas. En el campo socio-político debe ser y de Dios. El mismo Locke confiesa que su libro «fue co-
considerado como uno de los principales progenitores del li- menzado por azar, continuado por los ruegos de los amigos,
¡ beralismo, como veremos. escrito con pasajes incoherentes, olvidado durante largos pe-
1 Por su parte, Karl Marx, en un breve resumen histórico ríodos y vuelto a emprender cuando me lo permitían el humor
sobre la Filosofía que dio origen al empirismo y al materialismo, o la ocasión. Finalmente, durante unas vacaciones solitarias que
!1 escribe: <<Se necesitaba un libro que elevase a sistema y funda- tomé por motivos de salud, lo dispuse en el orden en que
!! mentara teóricamente la práctica de la vida de la época. La obra
ahora lo ves» 14•
I'¡
1 de Locke sobre El origen del entendimiento humano vino como anillo ¿Cuál es, entonces, su valor y la razón de su magisterio?
q al dedo, del otro lado del canal. Y fue acogida con franco Refleja bien el espíritu de su época: los hombres de entonces
!i encontraron en él sus propios problemas y respuestas asequibles
''
í ;· entusiasmo como el invitado a quien se aguarda con impaciencia
¡! [...]. Ya hemos dicho cuán a punto vino para los franceses la a ellos. Había un cierto hastío porque las filosofías racionalistas
i! eran abstractas, oscuras, difíciles, sibilinas y contradictorias.
¡~ obra de Locke. Este había fundado la Filosofía del bon sens, del
tl sano sentido común; es decir, había dicho, por medio de un ¿Quién podía aceptar que alma y cuerpo se encontraban y se
H rodeo, que no existen filósofos distintos del buen sentido de tocaban en la glándula pineal, como afirmaba Descartes? ¿Cómo
i ~
los hombres y del entendimiento basado en él. El discípulo directo creer en lo que decía Spinoza sobre Dios, única sustancia,.
e intérprete francés de Locke, Condillac, enderezó inmediatamente sobre pensamiento y extensión, sobre el amor intelectual? ¿Y
el sensualismo lockeano contra la Metafisica del siglo XVII [...]. en las sustancias monádicas, simples, ingenerables e incorrup-
En su obra titulada Essai sur /'origine des conaissances humaines, tibles, funcionando según una armonia preestablecida, como
Condillac desarrolló los pensamientos de Locke y demostró que proponia Leibniz? ¿No era absurdo el ontologismo de Male-
eran obra de la experienda y del hábito no sólo el alma, sino branche, que pretendía que cuando pensábamos ideas veíamos
también los sentidos, no sólo el arte de hacer ideas, sino también a Dios, única sede posible de las ideas? Así sucesivamente.
el arte de la captación sensorial [...]. Con Helvetius, quien parte Locke, en cambio, propone como objeto del filosofar el
también de Locke, adquiere el materialismo su carácter propia- hecho inmediato: nuestras ideas como datos los más innegables.
mente francés [...]. No hace falta tener una gran perspicacia para Bien entendido que llama ideas a «todo lo que es el objeto
darse cuenta del necesario entronque que guardan con el socia- del entendimiento cuando pensamos [...], todo lo que se en-
lismo y el comunismo las doctrinas materialistas sobre la bondad tiende por imagen, especie o cualquier cosa en que se ocupa
originaria y la capacidad intelectiva igual de los hombres, sobre la mente al pensar» 15• La confusión que encierre entender por
la fuerza todopoderosa de la experiencia>> 13• Estas palabras de «idea>> cualquier cosa en que se ocupa la mente humana al pensar
Marx, que conocía bien la Filosofía moderna -tanto como será de gravísimas consecuencias, pero de eso hablaremos más
ignoraba la medieval-, son elocuentes y demuestran que, efec- adelante.
tivamente, el pensamiento de John Locke fue de importancia Locke, pues, se atiene a nuestras representaciones inmediatas
decisiva en los pensadores de la Ilustración, de la Revolución y se propone estudiar cuáles son los mecanismos con que
francesa y del materialismo. formamos nuestras ideas porque así, y sólo así, podremos saber
14
12
VoLTAIRE, Lettres philosophiques, carta XIII (París 1879), 121-122. J. LoCKE, An Essqy concerning Human Understanding, The Epistle lo the
13
Die heilige Familie, e.VI: Marx-Engels Werke, t.2 (Berlín 1962), 135-138. Reader (edic. London 1823), XLVII.
15
Essqy, 1.1, c. l.

1
152 C6. Hacia el positivismo 3. john Locke, maestro de Europa 153

qué valor tienen. Empieza la Filosofia, o mejor, la teoría del al no poder alcanzar la realidad como es en sí, la teoría crítica
conocimiento por un análisis psicológico del entendimiento hu- desembocará necesariamente en el escepticismo. Por el principio
mano. de inmanencia, la Filosofia se convierte en un. deporte, en un
Este método introspectivo interesó sobremanera. Significaba juego de ideas y palabras, en una ideosofia, en un análisis
un intento de descubrirse el hombre a sí mismo, su misterio infecundo que la llevará fatalmente al descrédito en que se
más profundo: pensar. Locke, además, escribía sobre estos te- .1 encuentra en nuestro siglo. Si el principio de inmanencia· hunde
mas con un estilo fácil, asequible, persuasivo por sus muchas 1
·¡
sus raíces hasta el <<pienso luego soy>> cartesiano, fue· Locke el
reiteraciones, apto para todos. ¿Por qué no podríamos ser todos que lo dio por definitivamente establecido y de. él pasará luego
«filósofos» si todos tenemos «Un sano sentido comúm> que diría a casi toda la Filosofia moderna.
Marx? «Como mi propósito al publicar esta obra ha sido ser j Locke interesó, además, porque no se atormenta por encon-
tan útil como está en mi mano, he creído que necesariamente !t trar certezas fuera de sí mismo, ¿para qué le sirven? Le basta'
debía hacer lo que tenía que decir, tan claro e inteligible como 1 con la certeza que encuentra en su propia mente. Esa le es útil.
pudiera, a toda clase de lectores» 16•
f
i Le es útil la representación, el fenómeno; qué sea la cosa en sí
Dejadas a un lado las inacabables discusiones metafisicas t carece de interés y de utilidad. Además es imposible de alcanzar.
sobre la naturaleza del alma, su espiritualidad, su sustancialidad, ~ Locke presentaba su Filosofia con modestia, con una mo-
su inmortalidad, volvamos nuestra atención a la riqueza infinita
del espíritu humano. Nos deben interesar sólo las <<ideas», dice
este cartesiano empirista porque, al fin, son ellas lo único que
conocemos: «Puesto que la mente en todos sus pensamientos
y razonamientos no tiene otros objetos inmediatos sino sus
l
~
j
destia atractiva que incluía un cierto escepticismo muy propio
de la época. ¿Por qué atormentarnos en querer conocer lo que
no se puede conocer? Nos basta conocer lo que es útil y
necesario para vivir honesta y tranquilamente: <<A un piloto
que viaja por el mar, le es de todo punto conveniente saber
prc1pias ideas c¡uc son la única cosa que contempla o puede ..
.111.
cuál es la longitud del cordel de la sonda, aunque no pueda
.• 1

contemplar, es evidente que nuestro conocimiento sólo versa siempre reconocer por medio de su sonda todas las diferentes ,
acerca de las ideas» 17 • He aquí una nítida enunciación del
llamado «principio de inmanencia», que será el de más graves
consecuencias para la Modernidad. El dice, como acabamos de
1 ·~
~
profundidades del océano; basta que sepa que el cordel es
bastante largo para encontrar fondo en ciertos lugares del mar
que le importa conocer para dirigir bien su ruta y para evitar
los bajos fondos que podrían hacerle naufragar. Nuestra misión
leer, que sólo conocemos nuestras representaciones, sean sen-
sibles, imaginativas, afectivas o abstractas porque a todo llama 1 en este mundo no es conocer todas las cosas, sino las que
conciernen a la conducta de nuestra vida. Por tanto, si podemos
<<ideas». Lo que, en otras palabras, quiere decir que el hombre
tiene delante sus <<ideas» pero no tiene la posibilidad de cer- encontrar las reglas por las que una criatura racional, tal como
ciorarse de si a esas ideas responde una realidad. La realidad el hombre considerado en el estado en que se encuentra en
se supone, se piensa, se afirma pero no se conoce, queda este mundo, puede y debe conducir sus sentimientos y las
eternamente velada tras la cortina de las <<ideas». Descartes acciones que de ellos dependen, si, pues, podemos llegar ahí,
pasaba del pensamiento al ser, apoyado en la veracidad y bon- no debemos inquietarnos porque haya otras diversas cosas que
dad de. Dios, que no puede permitir un continuo engaño de están más allá de nuestro conocimiento» 18•
los hombres. Locke no pasa del pensamiento; se detiene en Es una invitación a renunciar a la investigación de las
él, lo disecciona y cree descubrir cómo componemos y des- verdades metafísicas por innecesarias e inútiles y a dedicarnos
componemos nuestras ideas. Descartes hacía una teoría crítica sólo al estudio y conocimiento de nuestras representaciones.
para pasar después a una Metafisica. Locke se queda en la La tesis general de Locke será que las ideas proceden de
teoría crítica y no pasa de ella. Después de él, casi toda la la experiencia externa e interna y que, por lo tanto, la expe-
Filosofia será sólo una teoría crítica. Y lo que es más grave: riencia constituye el límite infranqueable de todo posible co-
nocimiento.
11' Essay, Tbe Epist/e to tbe Render, edic. cit. XLIX.
18
17
l:;·ssay, l.IV, c.1. EsStl)', fnlrod11clion, n.6.
i ..

154 C6. Hacia el positivismo 3. }ohn Locke, maestro de Europa 155

Después de un análisis minucioso de las diversas ideas y lidades metafísicas. En primer lugar, admite que las sensaciones
de cómo cree él que llegamos a formarlas, concluye que .las son .representaciones de las realidades externas, o, lo que es
ideas que podríamos llamar más elevadas o metafísicas, como lo mismo, que las sensaciones están causadas por las realidades
las de espacio y tiempo, la de infinito, la de libertad, la de externas. Es nada menos que la afirmación metafísica de la
sustancia, la de causa, incluso la de Dios, las formamos por causalidad. En segundo lugar, dedica el capítulo X del .libro
repetición o composición de ideas simples (sensaciones externas IV del Ensqyo a demostrar, por el argumento metafísico de la
o impresiones internas que llama «reflexiones»). Es decir, que contingencia, la existencia real de Dios. Partiendo de la insu-
nuestra capacidad intelectual consisten e.n combinar sensaciones ficiencia del hombre, que se experimenta como contingente,
externas o «reflexiones» que, en última instancia, son también llega a la afirmación de la existencia real de un Ser absoluto
sensaciones. Podemos hablar, si queremos, de nociones meta- al que llamamos Dios. He aquí su conclusión: «De lo que se
fisicas pero conscientes de que con ellas no decimos nada real. ha dicho, para mí resulta claro que poseemos un conocimiento
Locke no se pregunta qué es el espacio y el tiempo, qué de la existencia de Dios que es más cierto que cualquier otra
es el ser infinito, qué es la libertad, qué es la sustancia o la cosa que los sentidos nos manifiesten de un modo inmediato.
causa, qué es Dios. Se pregunta qué son las ideas que nosotros Más aún, me atrevo a decir que conocemos que existe un
tenemos de esas nociones, con lo que orienta la Filosofía hacia Dios con más certeza que aquella con la que conocemos que
el inmanentismo, el subjetivismo y, en último término, como hay algo fuera de nosotros» 20•
ya se ha dicho, hacia el escepticismo. La Filosofía realista se Tenemos que prescindir de ulteriores detalles de la teoría
quedaba sin objeto. Los principios metafísicos en adelante serían del conocimiento de Locke, como es la división que hace de
considerados como modos subjetivos de organizar nuestras sen- las ideas en simples y compuestas, con sentido mecanicista,
saciones, nuestras <<ideas» y nuestra vida. Se suprime el funda- como si las ideas fuesen piezas que se ajustan o se desajustan;
mento real, objetivo y último de las ciencias humanas: de la sus análisis del lenguaje, etc. Baste lo dicho para darnos cuenta
Filosofía, el Derecho, la Política, la Etica, la Religión. Son de cuál fue la dirección que el pensamiento y la cultura europea
ciencias nominales que nosotros construimos con nuestras ideas tomaron bajo su magisterio. Quedaba exaltado el fenómeno;
y en orden a la convivencia. y, consiguientemente, las ciencias del fenómeno que son las de
Locke se inclina por la teoría de los que piensan sobre las la naturaleza. Quedaban maltrechas las ciencias humanas que
realidades físicas, o ciencias reales que «todos los entes naturales no son fenoménicas y experimentales. Estas no serían sino
tienen una estructura real, aunque desconocida, de sus partes ciencias nominales, conjeturales, hipotéticas o fundadas en de-
no sensibles, de las que fluyen esas cualidades sensibles que terminadas convenciones humanas sin una estabilidad perma-
nos sirven para distinguirlos unos de otros y de acuerdo con nente y sin un valor objetivo universal y necesario. El poder
la cual tenemos ocasión de clasificarlos en clases bajo deno- de la razón quedaba recortado y reducido a lo sensible. Desde
minaciones comunes» 19 • Se afirma, pues, en los seres fisicos estos postulados se explica uno muchas de las ideas y ·de las
una estructura profunda real pero incognoscible, que Kant lla- actitudes del siglo XVIII y de los acontecimientos de la Revo-
mará un día <<noúmenom>, y una manifestación hacia nosotros lución francesa, que se gestó durante aquel siglo. ,
de esa estructura profunda que Kant llamará «fenómeno», y Hay otro capítulo importante en el que Locke fue maestro
que nos es útil para clasificarlos bajo denominaciones comunes. del siglo XVIII: sus doctrinas morales y políticas.. También aquí
Si se afirman realidades metasensibles, eso será un acto de fe, era sencillo y atractivo porque era empirista. En el libro II del
de una fe que no puede justificarse racionalmente. Las Críticas Ensqyo, expone lo que entiende por bien y por mal. Su ética,
de Kant desarrollarán ampliamente esta actitud. por ser empirista, es utilitarista y eudaimonística. La naturaleza
Sin embargo, el sentido de la realidad innato en el hombre i nos indica con seguridad lo que es bueno y lo que es malo
puede más que sus especulaciones ideológicas, y Locke, aun en el orden físico, en cuanto que lo bueno nos produce placer
contradiciendo toda su gnoseología, admite al menos dos rea-
1 y lo malo nos produce desagrado o dolor. Y en el orden
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''' l::..'sstl)•, l.III, c.3, 17. EsStl)', !.IV, e.X, 6.
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156 C6. Hacia el positivismo 3. - John Locke, maestro de Europa 157

moral, el bien y el mal consisten en la conformidad o discon- es también cierto que asigna, como título primario de la legi-
formidad con la ley. Cuando nos conformamos con la ley timidad de la propiedad privada, el trabajo, con lo cual apunta
experimentamos el bienestar. Es la recompensa. Cuando, por la prevalencia de un factor económico como determinante de ·
el contrario, quebrantamos la ley sentimos el dolor. Es el una estructura social. Y, por supuesto, admite d derecho de
castigo. Así lo ha querido el Supremo legislador. Se pone, pues, transmisión familiar de la herencia como título también legítimo
la moralidad en relación directa con el gusto o el disgusto de posesión. Sin duda, Locke reflejaba y defendía la mentalidad
sensibles que es otra manera de empirismo. La moral se funda de los propietarios whigs en cuyo sector social se movía. Pero .
así más en realidades psicológicas, que en principios que ex- lo cierto es que así quedarán puestos sobre el tapete y a
presen lo que es la persona humana. discusión estos temas económico-sociales, característicos de la
Admite Locke las leyes divinas, sea la ley natural, sea la Modernidad y a los cuales, hasta hoy, no se han dado soluciones
ley revelada, aunque cree que ésta, al menos en parte, se nos unánimes y justas.
manifiesta precisamente a través de <<las luces de la naturaleza>>, Así pues, los hombres pasan del estado natur'al al estado
es decir, mediante la razón natural. Advierte Copleston que civil para vivir más felizmente, para defender sus derechos y,
«no está claro si pensaba en la ley moral revelada como su- principalmente, el derecho de propiedad. «para vivir cómoda,
plemento o como formando parte de las premisas» 21 porque segura y agradablemente, unos junto a otros, en el disfrute
Locke es confuso en estos temas. Pero, en cualquier caso, se tranquilo de sus propiedades y con gran seguridad frente al ,
exalta a la razón humana como portavoz de la Razón divina. que no pertenece a esa sociedad>> 23 •
De mayor trascendencia, si cabe, fueron sus doctrinas po- Este paso supone un contrato, al menos tácito, por el cual
líticas. Escribió Dos tratados sobre el gobierno civil (1690) que, con los ciudadanos se colocan bajo la protección del Estado para
sus Cartas sobre la tolerancia, están considerados como una de que defienda sus derechos. No le entregan, pues, sus derechos
las fuentes inmediatas del liberalismo. Después de refutar vi- todos al Estado, como en el contrato de Hobbes, sino sólo
gorosamente en el primer Tratado el derecho divino de los los que sean necesarios para que el Estado pueda garantizar
reyes, defiende que los hombres, por naturaleza, y en el estado el disfrute de la propiedad y una vida cómoda y tranquila, ,
de naturaleza, somos todos libres e iguales. El estado de na- como la arriba descrita. Los ciudadanos contrayentes no re-
turaleza no es un estado de libertinaje pi de violencia, como nuncian a su libertad. Renuncian a cierto poder legislativo y
quería Hobbes, ya que en él deben vivir los hombres según ejecutivo autónomo que poseían en el estado de naturaleza y
la razón y la ley natural cuyo concepto en Locke es parecido lo ponen en manos del Estado. Ese Estado debe dirigirse por
al de los iusnaturalistas. Por su propia voluntad, deciden .los la voluntad de la mayoría: «es necesario que el cuerpo se mueva
hombres naturales formar una sociedad civil. Locke es menos en la dirección de la mayor fuerza que es el consentimiento
pesimista que Hobbes. No es que los hombres se reúnan en de la mayoría» 24 •
sociedad para poder sobrevivir, sino para defender más segu- El contrato establece un poder legislativo supremo, elegido
ramente sus derechos naturales y para poder juzgar y castigar por el pueblo, aunque con potestad limitada, es decir, como
las posibles infracciones. ya hemos dicho, con la necesaria y suficiente para lograr la
Entre los derechos naturales da absoluta preferencia al de- paz, el bienestar y la felicidad de sus súbditos, respetando, al
recho de propiedad. Porque el hombre tiene el deber y el mismo tiempo, la libertad de éstos. Pero, en cambio, y para
derecho de la propia conservación, tiene el derecho y el deber ... evitar abusos absolutistas, Locke establece ya la división de
de utilizar los medios necesarios para ella. Entiende el concepto poderes, de forma que se limiten unos a otros. La división de
de propiedad no sólo en sentido económico, sino de manera 1~ poderes de Locke es distinta de la que se hará clásica con
más amplia, es <<la preservación de sus vidas, libertades y pa-
trimonios que llamamos, de modo general, propiedad» 22• Pero
~··
f
·~
Montesquieu. Locke divide los poderes en legislativo, ejecutivo
y federativo. El poder supremo es el legislativo, que puede
21
22
F. COPLESTON, Historia de la Fi!osefla, t.5 (Barcelona 1979), 125. i0· 23
Tivo Ti·eatises, Boek II, e.VIII, 95.
Tivo Treatises of Govemment, Book II, e.IX, 123. '" O.e., 96.
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158 C6. Hacia el positivismo 3. John Locke, maestro de Europa 159

también juzgar y castigar las infracciones de la ley. El poder hipócritas. Por ello, las Iglesias nunca deben ser ni perseguidas
federativo sería una cierta potestad para las relaciones con los ni perseguidoras porque deben respetar la conciencia de las
otros Estados. personas.
Por fin, digamos que Locke supone siempre que existe un Dos limitaciones impone Locke a esta tolerancia: No se
Derecho natural al que también los poderes supremos deben debe tolerar a quienes pertenecen a una Iglesia cuya cabeza es
someterse y que, si el Estado abusa de su autoridad, el pueblo un príncipe extranjero, porque entonces se verían obligados a
puede exigirle el cumplimiento del contrato o incluso rebelarse obedecer a dos poderes que, en casos concretos, pueden im-
contra el Estado. poner mandamientos contrarios. Era una fórmula disimulada
Como puede observarse, en la teoría política de Locke se de excluir a los católicos. Tampoco pueden ser tolerados como
1 encuentran algunos de los principios fundamentales que consti- ciudadanos los ateos porque, al no sentirse responsables ante
tuirán después el Estado liberal moderno y ha sido ella, en buena Dios, no dan garantía de que cumplirán los mandamientos ni
parte, quien le ha alumbrado. Montesquieu, Rousseau, los enci- sus propios compromisos.
clopedistas estarán luego en dependencia de Locke, aunque in- La actitud de Locke con respecto a la tolerancia se explica
troducirán variantes de importancia. Pero está claro que la con- por la situación de Inglaterra en el siglo XVII: crueles luchas por
cepción de la sociedad civil como una construcción humana, los motivos religiosos, conflictos por las mismas causas entre reyes
, conceptos de igualdad y libertad, el derecho de propiedad como procatólicos y el Parlamento puritano; dictadura militar del pu-
inviolable, la misión del Estado como la tarea de proteger la ritano Cronwell; luchas entre tories, conservadores, y whigs, libe-
propiedad y la herencia y con ello dar la felicidad a los ciuda- rales; el decreto del Parlamento que se conoce con el nombre
danos, la importancia decisoria de las mayorías, la división de de Bill of Test que exige de todos los oficiales civiles y militares
poderes para limitar cualquier absolutismo, la convicción de una de la Corona una profesión de fe anglicana, medida que alcanza
ley natural derivada y expresada por la razón son elementos que a católicos y calvinistas, repercusiones en Inglaterra de la revo-
pasarán a formar parte del Estado liberal. Las doctrinas socio- cación del Edicto de Nantes por Luis XIV de Francia, que lanza
políticas de Locke tuvieron éxito porque, así como en el si- a Gran Bretaña muchos desterrados por su fe protestante, etc.
glo XVII había apasionado la reforma de la ,Filosofía y del indi- Pero, en cualquier caso, había aparecido el concepto de
viduo, hacia finales de ese mismo siglo, y en el siglo XVIII, tolerancia que pasará también al liberalismo posterior, aunque
apasiona la reforma de la sociedad y de la política. con no pocas limitaciones. Implícita y germinalmente se encierra
A esto hay que añadir el espíritu de tolerancia. Locke es- también en la obra de Locke otro rasgo característico del
1: cribió tres Cartas sobre la tolerancia 25 , en las que principalmente liberalismo; la fe religiosa es un acto o una actitud interior,
¡. se refiere a la tolerancia religiosa. La expresión atenuada de personal, que permanece en el foro de la conciencia. Por ello
tolerancia significa, en realidad, libertad religiosa. El Estado no no debe tener incidencia en la vida pública.
debe imponer como obligatorio un culto determinado. Debe En 1695 publicaba Locke su libro La racionabilidad del Gis-
preocuparse únicamente de promover los bienes civiles. El cui- tianismo tal como la presenta la Escritura, intento de demostrar
i
dado de las almas está fuera de sus funciones. La verdadera que el cristianismo era conforme a la razón. Incluso el milagro
religión consiste en la íntima fe del espíritu sin la cual no y la revelación son demostrables racionalmente. El libro reduce
sería acepta a Dios, aunque se practicasen los ritos externos. el cristianismo a una religión sencilla, racional, comprensible,
Los ritos externos sin la fe interior hacen a los hombres <<libre de las sutilezas de los teólogos», apta para todos, sabios
o ignorantes. Por eso importa poco que haya diversidad de
25
Se suele hablar en singular de la Carta de la tolerancia de Locke (1689), confesiones cristianas con tal de que mantengan los artículos
de hecho escribió tres. Aunque es verdad que las dos últimas (1690 y 1692) de fe necesarios: existencia de Dios, la espiritualidad e inmor-
se publicaron sin revelar el nombre del autor y son respuestas a los ataques,
aparecidos en Oxford en 1690 y 1691, de Jonas Proast, capellán del Queen's talidad del alma, creer que hay penas y recompensas en la otra
College y, después, del Ali Souls College, cf. R. Kwm.\NSKY, Préface a la vida, y sobre todo, reconocimiento de Jesucristo como Mesías
edición crítica latino-francesa, de la Cmta sobre la tolerancia (Montreal 1964), enviado por el Padre para revelamos las verdades y los mis-
VIII.
terios que se encuentran en la Sagrada Escritura.
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..••.J;.

j
1
., 160 C.6. Hacia el positivismo 4. El triuefo del escepticismo 161
l
No era, pues, Locke un deísta, no diluye el cristianismo perficialidad filosófica que es la enfermedad de nuestro tiempo.
1 en una religión racional y naturalista, pero sí prepara el camino Decía Renán que en el siglo XVIII se disponía de la libertad
para el deísmo posterior. Sólo un año después, en 1696, pu- de pensar pero que, en realidad, se pensaba tan poco que
blicaba John Toland, otro filósofo inglés, aunque de segunda apenas se sacaba provecho de esa libertad. El juicio puede
categoría, su Cristianismo sin misterios, que es una de las fuentes valer también para nuestra época, hija de aquélla, en la que
inmediatas del deísmo ya que en él se hace coincidir el cris- casi nadie quiere o puede hacer Metafísica, pero si no se hace
tianismo con la religión natural o racional de los filósofos. Los Metafísica no se llega al fondo de la Filosofía.
misterios y los dogmas oscuros son invención de los teólogos. A Hume le había precedido un clérigo irlandés anglicano,
En esa misma dirección escribirá también Mateo Tindal (1656- George Berkeley (1685-1753), tan lleno de buena voluntad co-
1733). Todas estas obras suscitan, primero en Inglaterra y luego mo carente de profundidad y seriedad en su pensamiento. Uno
en el continente, largas polémicas religiosas en las que no es no puede menos de sonreír cuando le estudia. Y, sin embargo,
necesario que nosotros nos entretengamos, pero se extiende influiría no poco en Hume y en Kant. Baste decir de él que,
1' un fideísmo y, más aún, una cierta religión racional que se por su afán apologético, por su deseo de combatir y debelar
niega a admitir más verdades que las que alcanzamos por la ateos y materialistas, niega nada menos que la existencia de la
razón. materia, que es todo lo que se puede negar. No sólo las
cualidades secundarias (color, sonido, olor, sabor) son formal-
mente subjetivas, también la extensión de los cuerpos es un
4. EL TRIUNFO DEL ESCEPTICISMO modo subjetivo con el que los hombres nos representamos
realidades que desconocemos. Existen fuera de nosotros reali-
Que el empirismo nacido en Inglaterra resbalaba por una dades pero no las conocemos, las «pensamos» y las «pensamos»
i pendiente inevitable hacia el escepticismo aparecía ya con bas- como extensas, pero eso no es sino un modo nuestro de
1
tante claridad en los escritos de Ockham, de Rogelio Bacon, de «pensao>. A esos «pensamientos» o representaciones las llam'.a
Francisco Bacon, de Locke, de Berkeley. Ninguno de ellos fue <<ideas», pero esas <<ideas» no son sino sensaciones subjetivas,
!
escéptico, pero sus filosofías desembocaron en el escepticismo datos que provienen de los sentidos, y que se forman en ellos.
moderno, que no sólo llega hasta nuestros días, sino que cons- Cuando la costumbre me presenta unidos y reunidos ciertos
tituye uno de los componentes más característicos de la cultura conjuntos de <<ideas», las llamo cosas, y les doy un nombre
de la segunda mitad del siglo X.'(, si es que el escepticismo puede convencional: manzana, libro, piedra. La realidad en sí es algo.
llamarse cultura. Pero el pensador que representa más decidida- ideal, es decir, algo pensable, pero ciertamente no extenso y'
mente la actitud escéptica y que decidirá el rumbo de un buen no cognoscible. Los mismos materialistas, dice Berkeley, no
¡i número de pensadores contemporáneos es el escocés David Hu- saben explicar qué es la materia, ni cómo la materia influye
me (1711-1776). A pesar de lo pobre y superficial que es su en nuestras representaciones, ni si nuestras sensaciones reflejan
filosofía, los ecos de ella llegan hasta nosotros, porque el llamado o no las cosas materiales como son en sí.
neopositivismo y sus derivados, como la Filosofía analítica o ¿Cómo es entonces que todos vemos las realidades de la
Filosofía del lenguaje, tienen como maestro a Hume 26 • misma manera y las experimentamos con las mismas notas?
En Hume se detecta, mejor que en otros autores, el talante
El buen clérigo anglicano responde: Porque Dios providente
de algunos pensadores ingleses modernos ante la vida que
nos ha dotado a todos de las mismas facultades para hacer
tantísima influencia ha tenido y sigue teniendo en el continente:
así posible la convivencia. Nos ha dado con la naturaleza una
un escepticismo académico ante lo metafísico, un interés pre-
valente por lo sensible, un pragmatismo utilitarista, una moral especie de «lenguaje» ideal común, con el que todos nos en-
¡' de sentimientos, una religión fideísta. En una palabra, la su- tendemos.
Berkeley es, además, nominalista. No tenemos <<ideas» más
'
6
Cf. C. MELLIZO, Dt111id H11111e hqy: Cuadernos Salmantinos de Filosofia que de lo concreto: este hombre, este color, este triángulo.
3 (1976), 5-32. Los llamados conceptos abstractos o universales no son sino
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162 C6. !-lacia el positivismo 4. El triunfo del escepticismo 163


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puras palabras que nos producen la ilusión de que conocemos al enseñamos que nada puede estar presente a la mente sino
«esencias», el hombre, el color, la materia, el triángulo, etc. una imagen o percepción y que los sentidos sólo son conductos
.il,
1
En resumen, que los objetos de nuestro conocimiento son
«ideas», que éstas se reducen a sensaciones, que lo que llamamos
';:
por los que se transmiten estas imágenes, sin que sean capaces
de producir un contacto inmediato entre la mente y el objeto
cosas no son sino conjuntos de ideas, que las sensaciones [...] ningún hombre que reflexione, jamás habrá dudado de que
'f
1 siempre son concretas e individuales y las ideas abstractas ilu- las existencias que consideramos al ·decir esta casa y aquel árbol
sorias, que la representación de lo material es puramente sub- no son sino percepciones en la mente y copias o representa-
jetiva y que, por tanto, el materialismo y el ateísmo carecen ~ ::. ciones fugaces de otras existencias que permanecen uniformes
de fundamento. Existen sólo entes pensados, entes pensantes J e independientes» 27 • La Filosofía, pues, piensa Hume, debe
y Dios ser que piensa siempre todos los entes. Berkeley com- apartamos del sentido común. La última razón es el ya cono-
batía, al mismo tiempo, la Física de Newton, que pretendía cido principio de inmanencia que Hume enuncia así: <<La mente
i¡:¡ explicar las propiedades materiales y mecánicas del cosmos.
Otras teorías filosóficas suyas no interesan aquí. Nos basta
nunca tiene ante ella nada que no sean las percepciones y no
puede alcanzar ninguna experiencia de sus relaciones con los
saber que con la filosofia de Berkeley se daba un paso más ··~
¡¡¡ hacia el empirismo y, sobre todo, hacia el inmanentismo sub-
jetivista, que es la puerta del escepticismo.
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objetos. El suponer dichas relaciones no tiene, por supuesto,
ningún fundamento racional>> 28• Es claro, pues, que Hume pro-
clama ya aquí un escepticismo con respecto al conocimiento
'1
'¡ Pero volvamos a Hume. Era Hume un producto caracte- sensitivo. Las sensaciones son afecciones subjetivas o signos
[1 .i.;•
rístico de su época. Estudioso de los clásicos y de la Filosofía, de algo que debe ser objetivo pero que nos queda desconocido.
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de la política, de la religión y de la moral, cartesiano y empirista,


t!

historiador y viajero, preceptor y secretario, amigo de los «fi-
L Con absoluta ignorancia de lo que es el proceso abstractivo
!'¡.,. lósofos» franceses y de Rousseau, deísta y librepensador, ilus-
-.' '.~
..~ y desmaterializador que realiza fa mente humana, Hume acepta
,,
li :~
una trivial concepción mecanicista del conocimiento. Las <<ideas
11 trado, en una palabra. compuestas» no son sino asociaciones de las <<ideas simples» o·,
1:
~ i
Para el tema que nosotros estudiamos, lo que más nos
impresiones. Existe en las <<ideas simples» una especie de gra-
¡i importa es su escepticismo. Parte, en su teoría del conocimien- -
,,1 vitación o atracción de unas a otras por las cuales se asocian
i
to, que es el tema central de los empiristas, de este postulado:
i según determinadas leyes 29 • Hume cree que esas leyes son tres:'
l; Ninguna representación sin una impresión precedente. Cuando
f semejanza-desemejanza, contigüidad en el tiempo y en 'el ·es-
dice impresión quiere decir impresión sensible. Entiende ese
i1 postulado con todo radicalismo: No tenemos ningún conoci- pacio, causa-efecto. Quiere decir que asociamos fácilmente, im-
miento más que el de los meros datos de los sentidos. Si presiones que se han verificado en nosotros como· Semejantes
tenemos «ideas» de objetos no presentes, ellas no son sino o desemejantes entre sí, como contiguas en el espacio ,y, én el
recuerdos más o menos vivos o tenues de impresiones sensibles tiempo, o como si fuesen causa y efecto 30•
recibidas anteriormente. Pero la mente humana nunca traspasa !;',
A esto se reducen nuestras ideas «compuestas». Es la ,ima-
la frontera del conocimiento sensitivo. Incluso las <<ideas» más ginación la que realiza estos procesos asociativos; ella está
abstractas o más elevadas, como la idea de Dios, no son sino dotada de unas disposiciones y propensiones para verificar la
imágenes provenientes de las sensaciones. asociación correspondiente; así, la imaginación y sus principios
Decimos imágenes provenientes de las sensaciones con lo tienen, para Hume, un cierto valor categorial e incluso tras-
que queremos expresar que nuestras imágenes sensitivas no cendental, es decir, ellas construyen el objeto del conocimiento.
corresponden o, al menos, no nos consta que correspondan a Todo nuestro conocimiento, pues, queda reducido a sensaciones
la realidad. Los hombres nos dejamos llevar por un «ciego y subjetivas y a asociaciones de esas sensaciones. La explicación
poderoso instinto natural» y tomamos las imágenes que nos 27
An lnquiry conceming the Human Underslanding, Sect. 12.
presentan los sentidos como si fuesen así los objetos exteriores 28
Ibid.
«pero esta opinión primaria y universal de los hombres es 29 Cf. D. HL'ME, A Treatise of H11man Nah1re, l.I, p.I, sec.4.
destruida inmediatamente por la menor investigación filosófica, 30
Ibid.
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4. El tri11njo del escepticismo 165
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no puede ser más simplista: pensar no es otra cosa que acu- • billar B ha sido el impulso de la bola de billar A. Tenemos
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mular sensaciones a sensaciones.
De las tres leyes asociativas da la mayor importancia a la :1
i sed. Bebemos agua. Experimentamos que nuestra sed queda
saciada. Decimos: la causa de la satisfacción de nuestra sed ha
tercera: la relación causa-efecto; es explicable: la ley de la cau- ··_!!~ sido el agua Oos ejemplos son de Hume). Pero Hume juzga
! salidad fundamenta todo nuestro conocimiento y toda ciencia.
'

·1 estas proposiciones como inexactas. No vemos la causalidad, el


f;
Entendemos, de manera inmediata, que si conocemos algo es -~ influjo causal, luego no podemos afirmarla, ya que no tenemos
i
'· porque ese algo causa nuestro conocimiento. Sobre la causalidad .·d
-u
\ ningún conocimiento sin una impresión sensorial precedente .
se apoyaba todo el sistema newtoniano; sobre ella descansa rr Lo único que vemos es que detrás de un fenómeno aparece
11 todo saber que no sea puramente relacional y formal, es decir, ;' otro. Podemos tener una experiencia más o menos frecuente
i"(
l'
todo saber positivo e incluso metafisico y cualquier previsión ~ y repetida de este hecho y, según esa frecuencia, podemos
l científica de fenómenos futuros. Así en la Física, en la Química, ~ tener la confianza (belief) de que en lo futuro sucederá lo
¡!
¡' en la Biología, en la Medicina, en la Astronomía, etc., y aun i mismo. Pero no más que una confianza. Puede muy bien
j
i'
en la vida vulgar. Si comemos es porque pensamos que el 11 suceder lo contrario (que uno meta la mano en el fuego y no
1
alimento causa nuestra salud y nuestro bienestar. Si encendemos ·1 se produzca una quemadura) ya que no conocemos la naturaleza
¡
I ·
¡ fuego es porque sabemos que el fuego causa la subida de la j
:.~ intrínseca de las cosas sino únicamente los fenómenos sucesi-
i'
'
temperatura. El mismo Hume lo confiesa así: «Todos nuestros 1 vos. Sabemos, pues, que después de unos fenómenos suelen
¡
razonamientos acerca de cuestiones de hecho parecen fundarse en ,í aparecer otros pero nada más. El conocimiento es únicamente
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t
la relación de causa-efecto. Tan sólo por medio de esta relación
podemos ir más allá de la evidencia de nuestra memoria y
1'.I fenoménico y las llamadas leyes científicas están constituidas
por expectativas de nuestra subjetividad, más o menos proba-
sentidos [...]. Todos nuestros razonamientos acerca de los he- j bles, que provienen de lo que la experiencia nos dice que
chos son de la misma naturaleza. Y en ellos se supone cons- i,, sucede y de la constancia con la que suele actuar la naturaleza.
tantemente que hay una conexión entre el hecho presente y La ciencia no es, pues, conocimiento sino esperanza.
!;¡ La causalidad sería, por tanto, un modo de representarnos
el que se infiere de él [...]. Si analizamos todos los demás
-~·
razonamientos de esta índole, encontraremos que están funda-
dos en la relación causa-efecto y que esta relación es próxima
o remota, directa o colateral. El calor y la luz son efectos
¡
.,¡
subjetivamente los fenómenos. Los vinculamos entre sí como si
uno fuera causa y otro efecto. La causalidad deja de ser on-
tológico-racional y se convierte en imaginativo-categorial. La
colaterales del fuego y uno de los efectos puede acertadamente seguridad del conocimiento se sustituye por la fe y la esperanza
·~ ; inferirse del otro» ·11 • 1
-~
(belief) de que después del fenómeno A sucederá el fenómeno
"1
Acometer, pues, el análisis de la causalidad es preguntarse B, ya que otras veces ha sucedido así.
por el fundamento mismo de todo conocimiento y de toda Un discípulo tardio de Hume, Ludwig Wittgenstein (1889-
¡~ . ciencia de la realidad. 1951), escribe en su Tractatus logico-phi/osophicus: «Que el sol
Pues bien, a esta pregunta que podría parecer superflua por amanezca mañana es una hipótesis; y esto significa que no
evidente en sí misma, porque ¿cómo se puede dudar de que ·~
sabemos si amanecerá>> (6.36311); «No existe la necesidad de que
exista la causalidad real?, la respuesta de Hume, sin embargo, una cosa deba acontecer porque otra haya acontecido; hay sólo
·.:~ una necesidad lógica>> (6.37). «La fe en el nexo casual es la
es negativa: no podemos afirmar la existencia real de causas -~·

productoras de efectos. Ni por el conocimiento apriorístico de supersticióm> (5.1361).


.:· las naturalezas, ni a posteriori por la observación de los fenó- Con estos planteamientos, Hume destruía la posibilidad de
menos podemos llegar a afirmar el infllf}o causal de un ser en todo conocimiento de la realidad. Los datos experimentales
otro. Sólo podemos afirmar la sucesión de fenómenos. La bola ·t son subjetivos, modificaciones de nuestros sentidos sin que
de billar A golpea a la bola de billar B. Esta se pone en ~ podamos afirmar qué ni cómo sea la realidad externa, ni qué
movimiento. Decimos: la causa del movimiento de la bola de ~-;: conexión hay entre ella y nuestras <<ideas». Por su parte, los
conocimientos científicos, universales, son construcciones del
31
An lnq11iry, sect. 4. sujeto. No quedan sino fenómenos, es decir, representaciones
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~I 166 C6. Hacia el positivismo 4. El triuefo del escepticismo 167
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que se suceden ininterrumpidamente y de una manera regular mismo; es por sí mismo evidente de toda evidencia que si
·t consuetudinaria. algo no existía y empieza a existir hay una razón de ello. Y
! El yo mismo de la persona no puede ser afirmado como lo que es evidente por sí mismo no necesita demostración.
ser subsistente porque nunca tenemos una impresión sensorial Negarlo es negar la luz misma. La Filosofia no puede contra-
-· ~
del yo como yo. Lo que captamos son series de impresiones
1 decir nunca lo que es evidente por sí mismo, so pena de caer
.,
que se suceden: alegría, dolor, bienestar, preocupación, duda, en la neurosis, ni tiene necesidad ni posibilidad de demostrar
etcétera. Lo que experimentamos es «un conjunto de diferentes lo que es inmediatamente evidente.
.;/ percepciones que se suceden unas a otras con una celeridad
inconcebible y que están en perpetuo flujo y movimiento» 32 • 1
Además es también evidente que la actividad cognoscitiva
humana es muchos más compleja de lo que supone Hume.
j1 Nosotros imaginamos que debajo de esas impresiones hay un Nuestros conocimientos parten ciertamente de la experiencia
sujeto que las causa, pero eso es efecto de nuestra imaginación. pero no son sólo experiencia. Lo característico del conocimiento

{ Esto supuesto, es excusado plantear las preguntas por ese


yo, si es material o espiritual, temporal o inmortal, etc. La
Metafisica del yo queda también sustituida por una fenomeno-
humano es la capacidad de trascender la experiencia y, como
ya hemos dicho, leer aquello que de inteligible hay en lo
sensible. Es decir, que después de que los sentidos nos ofrecen

r
¡ 1
logía. El yo es objeto de fe pero no de conocimiento. unos datos experimentales, la mente humana es capaz de leer
En suma, Hume entra en el pleno escepticismo. No existen en ellos las estructuras inteligibles, por ejemplo, que es un ser
ti más que secuencias de fenómenos que se presentan a nosotros contingente, causado, ordenado hacia un fin, relacionable, útil
i pero de los que no podemos afirmar nada real. Como ya
1 o inútil, real en sí y distinto de mí, etc. Gracias a esa lectura
¡i' hemos dicho, las «ideas» de espacio, tiempo, realidad, sustancia, podemos formar conceptos abstractos, inmateriales, universales,
f!. causa, etc., son puros modos o categorías subjetivas con las con contenido real ya que son aplicables a todos los seres de
que nuestra imaginación organiza las impresiones. la misma especie. La actividad, pues, de la mente no se limita
~ Parece increíble que Hume y sus discípulos no hayan sido a mezclar y combinar fenómenos, sino que es capaz de captar
capaces de superar este escepticismo pirrónico, porque no es 1 lo real en cuanto real, tomar distancia de ello, formar un juicio
dificil la salida. El principio de causalidad, fundamento efecti- J··Z crítico sobre lo real, leer en lo real lo que es esencial o
vamente de todo conocimiento de la realidad y de toda ciencia, permanente, lo que es accidental o contingente, lo que es
es perfectamente justificable por el principio de razón suficiente. ~ estructura última de realidad o ser.
Si yo antes no tenía una impresión y ahora la tengo tiene que
haber una razón suficiente de ese hecho. Si una bola de billar
l Por otra parte, si la experiencia tiene sentido es porque
hay una estructura humana ontológica que la posibilita y la
estaba inmóvil y empieza a moverse, si yo tenía sed y luego l unifica. Es el yo humano el que capta el orden real del mundo
no la tengo, si meto una mano en el fuego y me abraso, si fisico, el que lo descubre y lo sintetiza y gracias a eso puede
sale el sol cada mañana por Oriente y se eclipsa por Occidente, utilizarlo. No utiliza fenómenos sino realidades. Es la ciencia.
etc., tiene que haber una razón suficiente de tales hechos. Pues 1'. Si se objeta que la ciencia no necesita conocer causas sino
bien, esa razón suficiente o es la acción causal de unas naturalezas 1 fenómenos, a eso se responde que no conocería fenómenos si
en otras, o no se puede asignar otra razón suficiente. ¿Cuál no hubiera causas. Con conciencia refleja o sin ella, los cien-
puede ser? tíficos utilizan continuamente el principio de causalidad. Y los
Por lo tanto, podemos justificar teóricamente el principio
de causalidad como única posible razón stificiente de que algo que
1 no científicos también.

antes no existía comience a existir, o de la constancia de las 1


l
l
Supuesto todo lo dicho se explica que Hume considere que
existen dos clases de ciencias posibles. Unas que están formadas
innumerables series de fenómenos que forman la ciencia. Y t por relaciones entre ideas sin referencia alguna a la realidad:
t
eso con absoluta certeza y sin temor alguno a equivocarnos. i las Matemáticas y la Lógica formal. Otras que nos hablan de
A su vez, el principio de razón suficiente se justifica por sí l los fenómenos de la realidad: la Física, entendida esta palabra
t en el sentido del vocablo griego <pUcrtlcií, es decir, todo lo que
.i~ lifüfise, l.I, p.4, sec.VI. es la naturaleza. Es claro que las ciencias más ciertas y exactas
'
M1·.·..

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168 C6. Hacia el positivismo 4. El triutifb del escepticismo 169

son las Matemáticas y la Lógica formal, que prescinden de la y determinantes de la Modernidad. Ha quedado una desconfianza
realidad y son raciocinios puros. Las ciencias fisicas tienen valor y ha caído una sospecha sobre todo lo que no sea empírico,
experimental, nos hablan de los fenómenos de la naturaleza y verificable, útil para el bienestar material.
se refieren siempre a ellos. Nosotros formamos las leyes cien- Hume, con todo, comprende que el escepticismo teórico
tíficas -cree Hume- mediante la asociación de imágenes, sin es algo tan inhumano y tan extravagante que de alguna manera
pretender nunca pasar el límite de lo fenoménico. Fuera de debe ser superado. Y piensa que el escepticismo teórico se
estas dos clases de ciencias no hay ninguna otra, para Hume. supera con la praxis. La naturaleza, el instinto, la actividad
He aquí las palabras con las que Hume cierra su Investigación humana sacan al hombre de aquel escepticismo total y pirró-
sobre el entendimiento humano: «Cuando, persuadidos de estos prin- nico. En la vida cotidiana actuamos y debemos actuar atenién-
cipios, recorramos una biblioteca ¡qué estragos vamos a hacer! donos al realismo del conocimiento de la sustancialidad, de. la
Si tomamos, por ejemplo, un volumen de Teología o de Me- causalidad, de la finalidad, de los conceptos universales, etc.,
tafisica, preguntémonos: ¿contiene algún razonamiento abstracto en suma, al sentido común. La vida práctica es más poderosa
sobre la cantidad o el número? No. ¿Contiene razonamientos y eficaz que todas las elucubraciones. Así pues, lo que Hume
experimentales sobre cuestiones de hecho o de experiencia? niega es que esas realidades inexcusables de la vida práctica
No. Entonces arrojadlo al fuego porque no contiene más que puedan ser teóricamente, filosóficamente, justificadas. He aquí
sofismas e ilusiones». unas palabras suyas en el Tratado: <<Afortunadamente, si bien
Sofismas e ilusiones, a eso quedan reducidas todas las cien- la razón es incapaz de despejar estas nubes, la naturaleza se
cias que no sean lógicas, matemáticas o experimentales. Nunca basta para hacerlo [...]. Ceno, juego al ajedrez, converso y me
se había entonado un req11iem tan rotundo y sonoro por todas divierto con mis amigos y, después de tres o cuatro horas de
las ciencias humanas. El Derecho, la Filosofia política, la Me- distracción, cuando trato de volver a estas especulaciones, se
tafísica, la Moral, la Religión son solemnemente proclamadas me aparecen tan frías, violentas y ridículas, que no puedo
sofismas e ilusiones por un hombre incapaz de ir más allá de decidirme a continuarlas y me encuentro inclinado y decidido
las impresiones de sus sentidos. Con esta frivolidad declaraba
a vivir y charlar y actuar como el resto de la gente en la vida
inválido cuanto una ingente legión de grandes pensadores y diaria>> 34•
maestros, durante veinticinco siglos, habían descubierto sobre
L

Esta actitud mitiga el pirronismo y hace del escepticismo


el hombre y sus múltiples relaciones interpersonales.
de Hume un escepticismo académico. Pero encierra también
¿Dejarán entonces de existir estas ciencias metaexperimen-
una gravísima consecuencia de imprevisibles alcances que · es
tales, las que nos explican las profundidades del ser humano?
ésta: La teoría y la praxis, el pensamiento y la acción, son dos
Hume y sus discípulos, que han sido muchos, pensarán que
dejan de existir como ciencias. Son sólo hipótesis, conjeturas, actividades humanas sin ninguna conexión entre sí. Más aún
expresiones o convenciones referidas a una cultura determinada, se debe tener más confianza en la praxis que en el pensamiento.
variables, por lo mismo, con los tiempos y las circunstancias; Hume llega a escribir: <<la razón es y debe ser la esclava de
es decir, sin valor objetivo y, en realidad, sin valor ninguno. las pasiones y no puede pretender otra función que la de
Con todo acierto sentenciaba Hegel: «Es la enfermedad de servirlas y obedecerlas» 35 • Temible conclusión: Es el volunta-
nuestro tiempo que ha llegado hasta la desesperación, aquella rismo. Kant, influído profundamente por Hume, consagrará la
que pretende que nuestro conocimiento subjetivo es el último separación de las dos zonas, saber y actuar, y la prevalencia
límite de nuestro saber>> 3·1• de la razón práctica sobre la razón pura. Este voluntarismo,
Esa «enfermedad de nuestro tiempo» ha dominado una gran que se iniciaba con Hume y con Kant, se presentará, siglo y
parte de la cultura de los siglos posteriores, hasta nuestros medio más tarde, en la forma brutal de las dictaduras que se
mismo días. Ella es uno de los componentes más específicos 34
Treatise, l.I, p.IV, sec.7.
35
33 Treatise, l.II, p.IV, sec.3. «Pasión»,· como palabra tomada directamente
G. \'{'. F. HEGEL, S)'Stem der Pbilosopbie, Logik: Gesammelte \'{'erke, B. 8 del latín passio, no sigrúfica, en los pensadores de la época, un instinto
(Stuttgart-Bad Cannstatt 1964), 81. vehemente, sino que se refiere a los afectos y emociones en general.
.. ··--·· -- .. - ---~- -- -·-----

170 C6. Hacia el positivismo 4. El triunfa del escepticismo 171

justifican por sí mismas. No quiero decir que la filosofía de Explícitamente declara Hume que no puede fundamentar la
Hume haya engendrado las dictaduras, que han tenido múltiples moral en la razón. La razón puede emitir juicios sobre los
raíces. Sí digo que preparó el ambiente para el desprecio de hechos, relaciones o sentimientos, pero no puede por sí misma
la razón y la exaltación del decisionismo de la acción. Sit pro dictaminar sobre el valor moral de tales hechos o relaciones. El
ratione volufltas. dictamen sobre la moralidad proviene del sentimiento. Hume se
Nos queda por exponer un tema importante de la filosofía adscribe así a la corriente moral antimetafísica y naturalista que
de Hume y que significa no más que una consecuencia, pero tenía vigencia entonces -y después- en Inglaterra. Se daba
una consecuencia de la mayor importancia que se deduce in- por seguro que el hombre poseía un instinto o un sentimiento
mediatamente de las premisas gnoseológicas ya explicadas. Se moral, un amor propio que le dictaba lo que era moralmente
trata del problema de la moralidad. bueno y lo que era moralmente malo. Con frecuencia, lo bueno
Hay que decir, ante todo, que, en medio de elucubraciones era lo que producía agrado, lo malo lo que producía dolor, con
y disquisiciones sobre las pasiones, acaba por negar la libertad tal de que estas palabras se entendiesen con moderación, con
como capacidad humana de autodeterrninarse en un sentido o una moderación racional. El instinto y la razón eran las voces
en otro. Entiende por libertad no otra cosa que el movimiento de la naturaleza y lo natural siempre es honesto y bueno.
espontáneo y azaroso de una facultad, muy próxima a las Hume hace proposiciones parecidas. <<La moral se siente.más
pasiones, que llamamos voluntad. La libertad sería, pues, la que se juzga>> 38• El ejercicio de la virtud nos conduce hacia la
reacción espontánea e imprevista de una determinada facultad. utilidad, hacia la felicidad. El vicio es nocivo. Naturalmente que
En realidad, Hume no puede decir otra cosa porque explicar hay diversas clases de placer. El placer que nos indica la mora-
la naturaleza íntima de la libertad es un problema metafísico, lidad es un placer desinteresado. La simpatía, que significa con-
pero él ha negado toda posibilidad metafísica 36 • vivencia y filantropía, es también indicadora de la moralidad. El
Del tema de la libertad se pasa inmediatamente al tema de bien viene a ser como la belleza moral. El consen~· · ge-
la moralidad estrechamente vinculado con él. La moral ha sido neral que suele darse en las sociedades sobre lo q es bueno
y lo que es malo pueden servir de criterio, ya que 1 naturaleza
una de las preocupaciones más continuas de Hume. Al co-
humana es común a todos los hombres. Tenemos u instinto
mienzo del tercer libro de su Tratado escribe: <<La moral cons-
práctico que nos impulsa hacia el bien.
tituye un tema que nos interesa más que todos los otros;
En cualquier caso, la moral de Hume es de matiz empirista,
consideramos que cada decisión que se relaciona con ella puede
afectar a la concordia social>> 37• Había estudiado a Locke, Sahf- 1
1
imprecisa, relativa. Cada uno según sus sentimientos decide lo
que debe o no debe hacer. Y si no el individuo, lo decide la
tesbury, Hutcheson, Butler y otros moralistas naturalistas y sociedad según un sentimiento más o menos generalizado y
pretende continuar y completar su obra en orden a una ver-
dadera fundamentación de la moral.
1 filantrópico.
El escepticismo teórico y su superación por una praxis
¡Difícil tarea, una vez suprimida la Metafísica! Si no hay instintiva, o por un consentimiento más o menos explicito,
principios universales y necesarios, si no podemos conocer la será característico del siglo de las luces, con distintos matices
estructura profunda del hombre, sujeto de todo acto moral, si y pasará después al liberalismo del siglo XIX y del x..-x. Será
la libertad no es sino un movimiento espontáneo, si no podemos una actitud de reserva y de desconfianza ante la verdad, porque
establecer la existencia de unos valores y unos principios inmu- ¿qué es la verdad?
tables de la ley natural y ésta como proveniente de un ser El empirismo terminaba en el escepticismo, como no podía
superior que puede obligarnos en conciencia y ante el que somos ser menos. Un escepticismo que se entendía como actitud no
responsables, ¿qué fundamento nos queda para declarar una ac- dogmática e ilustrada. Del escepticismo teórico se pasaba, con-
ción como moralmente buena y otra como moralmente mala? naturalmente, a la búsqueda de la utilidad inmediata, del bie-
~; nestar material, de la contemplación estética, de la felicidad en
36
Cf. Treatise, l.II, p.III, sec.1.
37
Treatise, l.III, p.I, sec.1. 38
Treatise, l.III, p.I, sec.1.

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...

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172 C.6. Hacia el positivismo 5. La ratificación kantiana 173

la Tierra guiados por la madre naturaleza. Y por lo mismo, a Pero sobre estos temas volveremos al hablar del siglo de
la condenación de la Metafisica y de la Religión, que empiezan las luces. Aquí era conveniente enunciarlo porque · vamos a
a parecer sueños dogmáticos y supersticiones propias de hom- hablar de Kant, uno de los máximos maestros de la Modernidad,
bres que no han alcanzado la mayoría de edad. Serán éstos y la teoría crítica de Kant sólo se comprende si se la sitúa
los temas mayores de la Ilustración y la Enciclopedia. en el tejido que forman racionalismo, empirismo, escepticismo,
scientismo, librepensamiento y materialismo. Serenamente y con
5. LA RATIFICACION KANTIANA modestia no alterada, este conocedor de los modernos e ig-
norante de los antiguos, está en diálogo crítico y polémico con
El empirismo y su hijo legítimo el escepticismo metafisico todos los filósofos de su época, aunque, desde que leyó a
estaban en el ambiente cultural centroeuropeo en el siglo XVIII. Hume y a Rousseau, se inclinó más de lo justo hacia los
Había, sin embargo, miedo al escepticismo porque si se acepta, empiristas y los naturalistas.
con todas sus consecuencias, desemboca en el caos moral y en La filosofia crítica de Kant vino a ratificar el empirismo
el caos social. El siglo XVIII se propone la reforma de la socie- de Hume y con eso el agnosticismo y, por otra parte, aunque
dad, pero cualquier reforma social tiene que hacerse en nombre parezca paradójico, Kant quiso combatir y debelar a libertinos
de unos principios básicos que se tomen como verdaderos y y materialistas y poner en seguro las realidades metasensibles
válidos. Por eso, y aun contradiciendo al empirismo, muchos que necesariamente se deben pensar y afirmar, aunque no se
«filósofos» -así se llamaba a los que hoy llamamos, con término pueden conocer. La enorme difusión de la obra de Kant y
también un poco pedante, «intelectuales»-- admitían ciertas ideas una superestima posterior, no merecida, de su pensamiento
universales como las de justicia, filantropía, honestidad, libertad, hicieron de él el maestro más influyente en la Filosofia del
perfectibilidad, moral, incluso Dios. Eran restos del cartesianis- siglo XIX y aun del xx, aunque este magisterio se orientó en
mo y la reacción normal de la razón humana, que lo quiera o direcciones muy diversas, desde el idealismo hasta el volunta-
no lo quiera, hace Metafisica en cuanto piensa. rismo o la Filosofía de la praxis marxista.
Se extendía también por Inglaterra y Centroeuropa un cierto Emmanuel Kant (1724-1804), después de largos estudios de
libertinismo que no hace referencia necesariamente a pensadores Matemáticas, Astronomía y Ciencias de la Naturaleza, con gran
anticristianos sino más bien a librepensadores, discípulos remo- admiración por Newton, se dedicó al estudio de la Filosofia
tos de Miguel de Montaigne (1533-1592), ligero, ingenioso, racionalista, sobre todo de la versión que de ella había dado
agradable y escéptico, y de Pierre Charran (1541-1603), abate Christian Wolff (1679-1754). Pero hacia 1762, la lectura de
católico que acabó también en el escepticismo y en un natu- Hume «le despertó de su sueño dogmático» -son sus mismas
i ralismo estoico. Los libertinos tomaban su distancia de las palabras- e, impresionado por la crítica empirista al conoci-
'
¡ verdades filosóficas, de las religiosas, de las morales e, incluso, miento científico, decidió investigar, de manera exhaustiva y
~
-~
de las instituciones tradicionales. Con un acerado espíritu crítico
no distinguían debidamente, sin embargo, entre mitos y religión,
definitiva, las facultades del conocimiento humano. No se pre-
guntó por el conocimiento empírico de lo singular, ni tampoco
ji costumbres y principios morales, superstición y verdad. Auda- por el hecho del conocimiento científico, ya que es un dato
~¡ . ces, a veces, hasta la imprudencia y la intolerancia. Cyrano de de la realidad que se dan las Ciencias Matemáticas y la Física
'":;,,
~· Bergerac (1619-1655), Gabriel Naudé (1600-1653), fueron maes- o Ciencia de la Naturaleza. Por ciencia entiende Kant un co-
; ' tros franceses remotos. En Inglaterra abundaron los freethinkers. nocimiento que, por una parte, nos habla de la realidad y, por

Por otra parte, estaban los materialistas mecanicistas, rígidos otra, tiene un valor universal (válido para todos los casos) y
y dogmáticos defensores de la materia como única realidad necesario (es así y no puede no ser asD. Kant se preguntó
il existente. Entre ellos destacaron De la Mettrie (1709-1751 ), el
barón de Holbach (1723-1789) y Claudia Helvetius (1715-1771).
por las condiciones subjetivas de posibilidad de este conoci-
miento científico, o, lo que es lo mismo, cómo es posible que
Todos ellos estudiosos enamorados de la naturaleza, tan ena- podamos pasar del conocimiento empírico de los sentidos al
morados que, como todo amante extremoso, creyeron que no
1
: ~ 1·
existía nada mejor que su amada, en este caso la naturaleza.
conocimiento metaempírico de la ciencia, a los enunciados uni-
versales y necesarios. Es así como delimita su investigación.
175 -
5. La ratificación kantiana
174 C6. Hacia el positivismo
cuya Metaftsica utilizó Kant como texto en sus clases universi-
En su punto de partida tuvo un gran acierto e incurno en tarias, define así la Metafísica: «La Filosofía primera que contiene
39
un gravísimo error. El acierto estuvo en preguntarse por las los principios del uso del entendimiento puro es la Metafísica>> • Y
condiciones apriorísticas del conocimiento científico, o, de otra en el Prólogo a la Crítica de la razón pura, escribe: «La Metafísica
manera, por aquellas estructuras del sujeto que pueden confor- [...] no es otra cosa que el inventario sistemáticamente ordenado
mar el conocimiento científico humano. El error estuvo en 40
de todo lo que poseemos por razón pura» •
hacer una disección adecuada y minuciosísima de las facultades Ciertamente esto no es lo que la Filosofía clásica entiende
cognoscitivas separando la sensibilidad, el entendimiento y la por Metafísica. Pero, si Kant entiende lo que acabamos de oírle,
.;
razón, como si fuesen realidades totalmente distintas y diferen- no puede negar la existencia de la Metafísica ya que .él mismo,
¡¡, il; ciadas, hasta hacer la crítica de la razón pura, es decir, de algo
en su Crítica de la razón pura, hace un inventario sistemáticamente
que no existe. ¿Existe acaso la razón pura?, ¿qué es?, ¿dónde
l'

está?, ¿es la razón pura la que conoce o formula las proposi-
ciones? Ciertamente no. El que conoce, el que siente, el que
piensa, el que formula, es el hombre, no los sentidos solos,
ordenado de todo lo que poseemos por razón pura, y un análisis
y exposición de los principios del uso del entendimiento puro,
¿qué otra cosa es la Crítica de la razón pura? Lo que hace Kant
¡
1
ni el entendimiento solo, ni la razón sola. Es el hombre el
es una inversión ilegítima desde el mismo planteamiento del
problema: la ciencia del ser la transforma en ciencia del conocer;
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!:
que existe, no la razón. El vocablo razón no es sino un
el análisis de la realidad desaparece y da paso al análisis del
término con el que expresamos la posibilidad que tiene el hombre
de conocer las estructuras metasensibles que existen en toda sujeto cognoscente, en cuanto constructor del «objeto» del co-
realidad y que sólo el hombre conoce, sintetiza y formula nocimiento, lo real queda sustituido por lo pensado y confor-
cuando construye la ciencia. mado por el sujeto pensante, es decir, Kant construye una Me-
Todavía cometió Kant otro doble error que condiciona tafísica idealista que Hegel llevará a su plenitud.
' después toda su obra gnoseológica. Dio por hecho indiscutible Como Kant realiza este análisis del conocimiento muy in-
fluido por el empirismo de Hume, llega a la conclusión, ya
111w hl M111cmC11ica y la Física son ciencias, es decir, que tienen,
1¡:! I'º" "" Indo, v11l111' l'C":tl, cxprC"H:tn 111 rC"al y, además, sus prin- incluida en su actitud empirista inicial, de que la «otra>> Meta",
dpi1 m 1it:11e11 val1J1· u11ivenrnl y necesario. Por eso, no se pre- física, la Metafísica del ser -que nunca había estudiado a
p,11111c'1 •ti 1•1111~ 1·l1·1wh111 ~1111 po11ilik11, nino lmjn qué condiciones fondo- es imposible como ciencia. Es el tema de la Dialéctica
¡· 1111l1¡1•1lv11•1 ••l1111w1·11d1·11111k1111 11111 ll11111h .. """ p()f1ihlcH. 11,11 cam-
ltl11, l'111111cl11 1·11111cll11 la l\.'11-111líNira, ''" 11c«1T11 a L"lht ya con des-
trascendental, o últimá parte de la Crítica de la razón pura. La
Mc~afisica pretende conocer y hablar del ser en cuanto ser, de
1·1111lli111Y.11 y 1111 111· pn·f:,1111111 1:1!1110 t'H p11sihle, sino, mús bien, .ri
l 1•11 111 rnllil1• «1111111 l'11•1w111. .
realidades .
metasensibles,
, de atributos del ser, causas, esencias'
conttngencta, analogia, composición del ser Ser Absoluto li-
l'l'l'11 .1·1. 1:1;m1' pri11dp11I y nl'ip,cn dt• 1rn'.1l1iplc:s confusiones
t t'M s11 dt'~1111nnn dt· l:t Metallsic:t. Desde Platón y sobre tod
bertad, esp~ritualidad, etc. Como Kant, por' influjo de H;me,
dcH11l• 01'1H11'i1clt"11, l:t !lilosolla ha t~nh:ndido, y muciios seguimi' cree que solo conocen los sentidos, deduce después que en-
1 1:;•.IC"1.1'. li1·111.l11 h1,)y, q11c la «Vilosoli:t primera)) 0 Metafísica es ¡~ tonces t~dos los conceptos metafísicos son modos subjetivos

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ue de orgaruzar _los datos de la sensibilidad, modos subjetivos de
pensar la realidad, pero no de conocerla.
, El .?ubje?vismo Y la gratuidad del análisis de Kant se hace
aun mas evidente si se considera que los resultados son que
i1111il11p,li1, 111 1111'11llpll· i·n111p11sidú1; di:! SC'1' s . I'' t'.~~enctn'. ~a
.l111l1•M, HllM rl'lrll'f,. 111 ,.1 'ltl li' , • · us t 1\Ctsns cnusnh- eta~os. dotados _de dos formas a priori en nuestra sensibilidad
11 ' '• • 1 llllllllSlllll l'IC e espacio y el tiempo, doce categorías a priori en el entendí~
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l 176 C.6. Hacia el positivismo 5. La ratificación kantiana 171

miento, que actúan a través de los esquemas de la fantasía, profundo), su capacidad posterior de relacionarlo y de formar
!!t· de tres ideas a priori en la razón, mediante cuya actuación el después conceptos abstractos, universales e inmateriales, par-
sujeto trascendental constituye el «objeto» del conocimiento tiendo de la lectura inteligible de la realidad, su capacidad de
científico. Todo ello es tan gratuito y tan irreal que hace que unificar conceptos y formular leyes objetivas universales y ne-
el sistema kantiano sea inadmisible y esté hoy abandonado. cesarias, es decir, científicas, que expresan perfectamente la
Pero, por el análisis minucioso -y oscuro- que hizo estructura y el dinamismo de la realidad. Joseph Marechal fue
Kant, permaneció en el ambiente empirista de los siglos pos- clarividente, en su famosa obra Le point de départ de la Métaphy-
teriores hasta nuestros días la persuasión de que el conoci- sique (1922-1947), al caer en la cuenta de que en la cópula es,
miento metafisico era ilusorio y, por lo tanto, quedaban defi- con la que en el juicio unimos el sujeto con el predicado (S
nitivamente confirmados como únicos conocimientos válidos es P), ya va incluida, como condición de posibilidad del mismo
los empíricos y positivos. Eran ciencias válidas las Matemáticas, juicio, la afirmación del ser como tal, como realidad.
en cuanto ciencias formales puras del espacio y del tiempo, y Kant, pues, niega todo conocimiento de las realidades in-.
la Física, entendida como ciencia de la naturaleza en general. teligibles y metasensibles. Todas las verdades metafisicas defen-
Bien entendido que, en ambas, el valor universal y necesario didas y sólidamente expuestas por los grandes metafisicos grie-
de sus principios proviene del sujeto, no de la realidad. La gos como Platón y Aristóteles, medievales, como santo'Tomás,
Metafisica no era ciencia, en el sentido riguroso del término, o por los mejores maestros de la gran escolástica española,
porque no decía nada de la realidad. Uno no puede menos como Francisco Suárez, quedaban despreciadas. Se daba un
de preguntarse: de verdad, cuando hablamos de los términos valor absoluto y único al conocimiento de lo sensible y sólo
metafisicos sustancia-accidente, causa-efecto, absoluto-contin- ese conocimiento era elevado a la dignidad de lo científico. El
gente, etc., ¿no hablamos de realidades?, ¿son sólo modos sub- entendimiento y la razón se encargaban de manipular los datos
jetivos de unificar datos?, ¿no es contingente la mesa en la sensibles, de manera que su representación subjetiva apareciese
que escribo?, ¿no está causado el reloj que tengo delante?, ¿no con los valores de universalidad y necesidad. Pero estos valores
soy yo una realidad esencial afectada de modos accidentales? venían únicamente de la subjetividad.
Incluso el conocimiento fisico es limitado, según Kant, por- Kant, el razonador infatigable y solitario, el filósofo que
que nunca podemos conocer la realidad como es en sí (Ding ignoró la mejor filosofia, entronizó en la Modernidad el espíritu
an sich), podemos y debemos pensarla, por eso la llama noúmenon positivista, rey y señor de la cultura de los siglos XIX y XX:
del griego vou<; (=mente, idea), pero no conocerla. Conocer Sólo conocemos lo sensible, y, por lo mismo, sólo ello tiene
sólo conocemos el fenómeno, del griego <pa.tvóµevov, es decir, utilidad.
:,¡ lo que aparece, la representación que el sujeto forma de la Pero Kant no era un materialista; al contrario, con su crítica
,.'.i realidad, sin que pueda llegar nunca a la realidad-misma, como pretendía poner en seguro las realidades espirituales y meta-
i'
es en sí. Kant, como ya hemos dicho, por influjo de Hume, sensibles, aunque parezca paradójico. Pretendía, contra los ma-
cree, equivocadamente, que conocer sólo conocen los sentidos, terialistas, defender la existencia de Dios, la existencia del alma
el entendimiento infunde sobre los datos sensoriales la estruc- inmortal y la libertad humana, esas tres verdades metafisicas
tura inteligible, y la razón los unifica en ideas. subjetivas de que admitían los deístas ilustrados. ¿Cómo lograrlo si, anali-
'.~
¡Í· totalidad. zando el conocimiento, el resultado es que no podemos alcanzar
¡¡~ La realidad del conocimiento humano es muy otra. El hom- esas verdades?
i' bre es el ser capaz de leer por sí mismo aquello que de Pues bien, lo que Kant cree imposible por vía cognoscitiva,
~ ¡t
¡:, inteligible hay en lo sensible; penetra en los datos que le ofrece pretende solucionarlo por vía exigencia!. Es no la razón pura la
H que nos lleva a la afirmación de esas realidades metafisicas, sino
la sensibilidad y encuentra allí el logos o estructura inteligible
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de lo real. En toda realidad material y sensible se encierra un la razón práctica. Todos -cree Kant- experimentamos el im-
logos o estructura inteligible. La grandeza del hombre es su perativo moral categórico de actuar de forma que nuestra acción
capacidad de penetrar en lo sensible y leer aquello que de pueda constituirse en ley universal para todos los hombres. Aho-
inteligible hay en lo sensible (intellegere = intus legere = leer lo ra bien, no se daría tal imperativo moral, que él considera real,

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178 C.6. Hacia el positivismo 5. L~ mtijicano .. R.antiat... ___ .:)

universal y necesario, sin determinadas condiciones subjetivas y como quiere. Es claro que, en ese caso, lo religioso no puede
objetivas. Prescindiendo de las condiciones subjetivas, las obje- tener ninguna presencia social, ni tiene por qué regir .u orientar
tivas que se requieren para explicar el hecho moral y su impe- las leyes o las costumbres. Es el laicismo al que se llegará en
rativo categórico son tres: la libertad humana, sin la cual no los siglos XIX y X.'\:.
podríamos hablar de actos morales e inmorales, la inmortalidad En otras zonas del pensamiento influyó también Kant. Con-
del alma requerida para que el hombre pueda alcanzar la per- firmó el deísmo en sus obras. La religión dentro de los límites de
fección moral, la existencia de Dios síntesis última y unidad la sola razón y La disputa de las facultades. Como hemos visto,
perfecta de moralidad y felicidad y, por ello, explicación de por ya en la Critica de la Razón práctica aceptaba los tres «dogmas»
qué se vinculan siempre en la Tierra moralidad y felicidad. del deísmo: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y
Estas <<Verdades» metafisicas no pueden ser conocidas pero la libertad humana, principio de toda vida moral. Por su for-
deben necesariamente ser pensadas y afirmadas. Son postulados. mación pietista, Kant reduce la religión a moral; la moral es
Por postulado entiende Kant «una proposición teórica pero no
autónoma, se justifica por sí misma, no necesita una funda-
demostrable como tal, en cuanto depende inseparablemente de
una ley práctica incondicionalmente válida a priori» 41 • Kant mis- mentación religiosa; al contrario, la religión surgiría por nece-
mo afirma que estos postulados son objeto «de fe y de fe sidad radical de una vida moral que considera los preceptos
racional pura>> 42 ; de fe, pero de una fe que no se fundamenta morales como si fuesen preceptos divinos. Dios aparece no más
en motivos racionales y objetivos, con lo cual se suprime la que como la exigencia de un ser remoto y misterioso en el
coherencia entre razón y fe. Esta fe tiene más de volitivo que que santidad y felicidad se encuentran unidas. Los dogmas
de racional. Es también una huella del protestantismo. En el cristianos no serían sino expresiones simbólicas o míticas de
Prefacio a la segunda edición de la Critica de la razón pura escribía verdades morales racionales y naturales.
esta frase que se ha hecho célebre: «He tenido que eliminar La moral de Kant era rigorista hasta el extremo: Para
el saber para hacer sitio a la fe». En adelante saber y creer que una acción fuese moral se debía ejecutar exclusivamente
serán, para muchos, actitudes irreconciliables. Es una caracte- por deber, por pura obediencia al imperativo categórico que
rística de no pocos «modernos». nace de la propia conciencia. Cualquier otra motivación, aun
La teoría de Kant no deja de ser extraña y paradójica: la que pudiera parecer más santa, como sería la obediencia
tenemos que afirmar realidades que no podemos conocer, y a la voluntad de Dios, o la ayuda compasiva al prójimo,
tenemos que afirmarlas por vía de razón práctica. Con ello se serían actos no morales porque serían heterónomos, la con-
está declarando la primacía de la praxis sobre el conocimiento. ciencia no se obedecería a sí misma sino a motivos extrínsecos
La praxis llega donde no llega la theóresis. Fichte, el idealista a ella. Schiller escribía a Goethe (22 diciembre 1798) lo si-
alemán, y, tras él, Marx recogerán esta herencia 43 • guiente: «Hay siempre en Kant algo que, como en Lutero,
Ante esta declarada impotencia de la razón se difundió un recuerda al monje que, aunque escapado del claustro, no ha
cierto fideísmo religioso, es decir, la afirmación de lo religioso podido borrar completamente las huellas». El rigorismo kan-
por sí mismo, sin justificación racional, error que ya condenó .tiano tiene sus orígenes en el pietismo protestante y en la
el Concilio Vaticano I 44 • La Iglesia, tan combatida por los ética calvinista, en los que Kant fue educado durante su
racionalistas, tuvo y tiene que salir en defensa de la razón. Si infancia y su adolescencia.
lo religioso se afirma sin serias motivaciones racionales, la con- La conciencia subjetiva del hombre quedaba constituida en
clusión será que no merece la pena aceptarlo o que no es suprema legisladora y suprema norma de moralidad. La moral
sino un sentimentalismo psicológico que cada uno satisface kantiana del deber por el deber era una moral laica cuya
influencia ha sido muy exteµsa en el mundo moderno. Los
41
M. KANT, Cn~ica de la Razón práctica, (trad. española de García Morente,
Madrid 1913), 232.
krausistas españoles de la segunda mitad del siglo XIX, y los
42
O.e., 238. miembros de la Institución Libre de Enseñanza, sucesores de
43
Cf. C. VALVERDE, !::.-/Materialismo dialéctico (Madrid 1979), 89-90, 481-512. aquéllos, son ejemplos de una moral laica y rigurosa que manda
44
Cf. DENZINGER-ScHüNMETZER, Enchiridion Symholomm, n.3033. e impone el cumplimiento del deber.
...

-r
I! 180 C6. Hacia el positivismo 5. La ratificación kantiana 181
¡¡ El kantismo, que tanto influyó en casi todos los pensadores metódico que pesa sobre el imperativo categórico de Kant.
posteriores, inyectó en los europeos una profunda desconfianza Así, la decisión de la comunidad sustituye al imperativo cate-
/.
1
para con las verdades absolutas y, desde luego, para con las górico y toma el puesto de un fin último. Es una formulación
'1! verdades religiosas. social del imperativo categórico. La Filosofía práctica contem-
1
,,t Kant ha influido poderosamente en el espíritu burgués mo- poránea ha recorrido así, hasta el fin, el camino de la eman-
:í.: derno, que desconfía de la verdad y se atiene a lo empírico cipación que Kant había impulsado con su principio de auto-
y a lo útil, y, mutuamente, la filosofía kantiana es una filosofía nomía. Estos pensadores de la ética de la interacción y de la
nacida del espíritu burgués de la época en que el Tercer Estado comunicación de los hombres, consideran innecesarios los pos-
ha logrado el poder político y la imposición de sus ideas, y tulados metafísicos que exigía Kant, sobre todo el postulado
de sus valores. Kant es un producto característico de la Ilus- de Dios. Es la sola comunicación de los hombres la que decide
tración, sólo que en versión germano-prusiana. el bien y el mal. Los hombres en comunicación se constituyen
Se ha visto en Kant también un iniciador del personalismo en definidores del bien y del mal: Es la vieja y eterna seducción
porque ha formulado el valor de la persona como fin en sí del paraíso: «seréis como dioses conocedores del bien y del
misma. Efectivamente, en la Fundamentación de la Metefísica de mal>> (Gén 3,5). Con esto, llega a término una dimensión del
las costumbres enuncia así el imperativo categórico: «Obra de tal complejo pensamiento de Kant. Es la total autonomía y secu-
modo que trates a la humanidad tanto en tu persona como larización de la conciencia humana. Pero esta misma autonomía
en la de los demás siempre como fin, nunca simplemente como plantea la cuestión que ya se planteaba Kant: si es posible una
un medio» 45 • Y ya antes había escrito: «Las personas son fines ética absoluta y universalmente obligatoria sin el mandato de
en sí mismas, esto es, como algo que no se puede usar me- un Ser Absoluto y superior a todos los hombres, ante el que
ramente como medio» 46 • La moral kantiana es, pues, una exal- todos seamos responsables.
tación de la persona por sí misma, de su superioridad sobre Está claro que no hemos intentado hacer una exposición,
todas las cosas, de su libertad sobre todo mecanicismo de la ni siquiera sintética, de la filosofía de Kant. Se ha hecho
naturaleza. muchas veces y puede encontrarse en cualquiera de las buenas
No sólo el liberalismo del siglo XIX, también en buena Historias de la Filosofía. Kant fue un ilustrado que expresó
parte la socialdemocracia del XIX y del XX se han nutrido, de en versión germana todas las ideas directrices de la Ilustración.
la ética kantiana. De hecho Kant, tras las huellas de Rousseau, Había bebido en las mismas fuentes ideológicas de los ilustrados
pero adelantando mucho sobre él, orientó el pensamiento fi- y su obra de conjunto representa el esfuerzo más notable y
losófico hacia los problemas sociales. «Que la socialdemocracia riguroso por dar coherencia y por sistematizar todas las ideas
haya reconocido en la dignidad del hombre el valor y la di- y las actitudes de la Ilustración inglesa y francesa, aunque
rección fundamental de la voluntad social, tomando explícita- expresadas con mentalidad prusiana, es decir, difícil y oscura,
mente distancia de las enseñanzas de Marx, se debió, en primer al menos para nosotros los meridionales.
lugar, a la mediación de la filosofía de Kant» 47 • Hemos de hablar, en el capítulo siguiente, de la Ilustración
En nuestros días, Karl-Otto Apel y Jürgen Habermas in- y ello nos ahorra el exponer aquí la filosofía social y política
tentan renovar y poner al día la ética kantiana con medios de Kant, o su filosofía de la historia, o su filosofía del Derecho
conceptuales tomados de la teoría de la comunicación. Son o su Estética. Basta, para cerrar este apartado, enumerar de
válidas para la praxis sólo aquellas normas que han podido manera sintética aquellas proposiciones con las que la filosofía
obtener el consentimiento de los participantes en el discurso de Kant ha contribuido al proceso ascendente de la seculari-
práctico. Por esta vía, la ética comunicativa supera el solipsismo zación y la Modernidad:
1. Kant partió, en su crítica a la Metafísica, del concepto
45 F11ndamentación de la Metafísica de la; cost11mbres (trad. española de García
que de esa ciencia tenían los racionalistas, sobre todo Wolff,
Morente, Madrid 1913), 79.
46
O.e., 78.
Knutzen y Baumgarten. El concepto racionalista de Metafísica
47
G. B. SALA, Genesi, conte1111/o e fart11na della mora/e kantiana: La Civil ta no es el concepto que de ella tuvieron griegos y medievales,
Cattolica, 3 diciembre 1988, 451. y los filósofos de la segunda escolástica o escolástica española.
182 C6. Hacia el positivismo 5. La ratificación liántiana 183

2. Hizo, además, la crítica a la Metafísica dominado por g.tndo a Dios a un ámbito misterioso en el que vive sin
el pensamiento de Hume, es decir, por una convicción no intervenir para nada en el mundo (milagros), ni en la humanidad
justificada de que sólo conocen los sentidos y que las facultades (revelación). O sencillamente, ignorándolo o negándolo.
intelectuales y racionales no hacen sino combinar sensaciones 10. En suma, el kantismo significa el triunfo de las ciencias
sin trascender nunca lo sensible. (Matemáticas y Física) sobre la Metafísica, de la técnica sobre
3. De ahí que su conclusión sea que las Matemáticas, la Moral, del fenómeno sobre la realidad, de lo subjetivo sobre
como ciencias del espacio y del tiempo, y la Física, como lo objetivo. Significa también la exaltación del hombre, del yo,
ciencia de lo sensible, son verdaderas ciencias, aunque lo que del <<yo-pienso». Es el hombre -el «sujeto trascendentab>-- el
en sus leyes hay de universal y necesario no viene de la realidad que construye la representación del mundo con su entendi-
sino del sujeto cognoscente que se representa la realidad fe- miento. Incluso la libertad, el alma y Dios son pensamientos
noménica como dotada de esos valores. del hombre.
4. Nieg.t, en cambio, que la Metafísica clásica sea ciencia
porque al tratar de realidades metaempíricas trata de algo que
no puede conocer, aunque puede y debe pensarlo. Los cono-
cimientos, pues, metasensibles no serían sino conjeturales, no
científicos.
5. Orientaba así el pensamiento hacia lo inmanente y te-
rreno, hacia lo fenoménico, hacia lo que se presenta a los 1
sentidos, que es lo único que conocemos y de lo que podemos
hablar.
6. Intenta una restitución de la Metafísica por el análisis
ll
l

de la praxis moral. Pero él mismo reconoce que por ese camino 1


sólo se llega a postular -no a conocer- algunas verdades ¡
metafísicas, y más en concreto la libertad, la inmortalidad y
l
Dios. La afirmación de esas verdades es más bien volitiva y 1
~
fideística y por eso inválida.
7. Establece una moral autónoma cuyos imperativos nacen
de la conciencia humana y sólo de ella. La conciencia queda
¡
constituida en legislador supremo. La moral es un problema
sólo humano. En su concepto de moral hay también una
exaltación de la dignidad de la persona.
8. En cuanto a lo religioso, Kant es un deísta que hace 1
derivar la religión natural de los imperativos morales. La religión
!
natural nace de la moral natural, al revés de lo que decimos 1k
los cristianos que la moral es una consecuencia de la religión.
9. Por todo ello, de Kant, en parte, derivarían después
otros sistemas de pensamiento a veces contrarios entre sí pero
contestes en prescindir de Dios y en construir una sociedad
en la que Dios no sea necesario y no tenga sitio porque basta
la razón. Así, en Kant se inspiraron el idealismo alemán, el
l
positivismo francés, la fenomenología, el marxismo e incluso
el voluntarismo y la tecnocracia. Todos ellos son intentos de 1
construir una ciudad de los hombres racionales y libres, rele-

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11
1
CAPÍTULO VII
1 ~
LA ILUSTRACION
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1¡1:
',,
¡I ¡ Toda la larga elaboración mental que se había desarrolladc
en Europa durante cuatro siglos, vino a confluir en lo que se .
¡ ha llamado enfáticamente la Ilustración o siglo de las luces '
1\,: 1
¡ Es en ese siglo, el XVIII, en el que se sacan las conclusione¡
de cuanto habían elaborado las filosofias de los siglos anteriores
cuyas etapas hemos descrito ya en los capítulos precedentes
1r Pero las conclusiones que se deducen no son principalmentf
especulativas porque el siglo XVIII es muy pobre en filosofía
1
a pesar de ser el siglo de <<los filósofos». Serán conclusione:
~ antropológicas, sociales, políticas, morales y religiosas con un:
~ inmediata incidencia en la vida que se darán cita definitiva et
~ aquella tremenda explosión que fue la Gran Revolución co
t1 múnmente llamada Revolución francesa, de 1789 a 1799.
~·~
f 1. LA ILUSTRACION FRANCESA
¡·
.~· Queda ya dicho que la filosofía inglesa del siglo XVII y dt

l
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xvm constituyen la matriz de la que nacerá poderoso y pujant
el espíritu de la Ilustración. Los escritos de Locke, Herbert e
Cherbury, Tindal, Toland, Mandeville, Shafterbury, Pope, Be
''
lingbroke, Hume, Hutcheson, etc., la larga querella inglesa de
deísmo, las luchas políticas de las islas, contienen las semilla
ideológicas que se propagarán después en el continente europe
ll•'

l',
y contribuirán a crear una nueva sensibilidad intelectual y ott
:< :~.-:. ~ : ' 1 concepción distinta de la vida que ya no será la tradicionalment
.. ~ {"-. cristiana. Como, en tiempo del Rey Sol, los nobles ingles~
~·?- enviaban sus hijos a Francia para educarlos en el cartesianism '

I"i~!
. ·~(. y en el esprit de finesse, así a principios del siglo XVIII, le
intelectuales franceses cruzan el canal de la Mancha, camin
de la Gran Bretaña, para estudiar la Matemática, la Lógica, l
Crítica, la Ética y la Política de los ingleses, o al menos l
estudian en las traducciones francesas, que se multiplican. S
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--~:.. ~·~-~- ----" -

186 C7. La Ilustración 1. La Ilustración francesa 187

traduce a Newton, Locke, Clifford, Sherlock, Collins, Clarke, sitarias y los salones de las damas aristocráticas parisinas, que
Addison, Pope, Swift, Hume, etc. tenían .a gala reunir en ellos a <<los filósofos», en tertulias
El pensamiento continental se orientó también hacia cues- entretenidas y frívolas. Los que no tenían acceso a los salones
tiones prácticas y éticas, como lo hacían los ingleses. Se dio aristocráticos se reunían en los cafés.
por válido, por únicamente válido, el método experimental, y Voltaire, en su obra El siglo de Luis XIV; había exaltado
se pensó que había que concentrar todo el esfuerzo mental la cultura francesa que hace comenzar a mediados del si-
sobre los datos y los hechos, y abandonar para siempre las glo XVII y que prolonga hasta la Enciclopedia incluida. En esa
especulaciones metafísicas que les parecían un trabajo estéril y cultura, considerada como el éxito final y definitivo de la razón,
loco. Lo que Newton había hecho en el universo físico, ob- ve Voltaire una misión y un mensaje profético dirigido a todos
servarlo, organizar los datos y formular las leyes correctas de los hombres. Al fin, la razón humana, liberada de tinieblas y
sus fenómenos, era preciso hacerlo con los fenómenos de la supersticiones, llevará la humanidad a la perfección siempre
vida psíquica, de la vida moral, de la vida social, de la vida buscada y nunca encontrada hasta ahora, por no haber dado
política, sin atender ni a principios metafísicos, ni a principios la prioridad a la razón. Así como el Renacimiento miraba hacia
religiosos, ni menos a autoridades y tradiciones. atrás, la Ilustración mirará, sobre todo, al futuro.
Por otra parte, desde finales del siglo XVII, Inglaterra se Todo esto tuvo como consecuencia que el pensamiento
había convertido en el país de la libertad política y de la ilustrado francés fuese una cuasi-filosofia superficial, fácil, ase-
libertad de pensamiento. Era lo que ansiaban también los «fi- quible, optimista, que esquivaba las dificultades más que resol-
lósofos» franceses, y por ello, Inglaterra será, para ellos, el verlas, porque ¿para qué intentar resolver lo dificil si lo fácil
espejo en el que encontrarán reflejadas sus aspiraciones y sus nos basta para llevar una vida confortable y honesta?
ideales. Fue también un pensamiento sin sentido de la 'responsabi-
Los franceses, de genio siempre curioso e inquieto, busca- lidad, como consecuencia del empirismo. No fueron capaces
dores infatigables de algo nuevo, capaces de vivificar y hacer de medir las consecuencias filosóficas, morales (inmorales), so-
atractivas las ideas más áridas, recogieron el pensamiento inglés, ciales, políticas (revolucionarias), religiosas (irreligiosas), que su
lo asimilaron y luego lo expresaron en formas múltiples desde pretendida filosofia podía traer. Se hubieran espantado -los
la poesía al teatro, desde la novela al tratado filosófico, desde sobrevivientes se espantaron- ante el espectáculo de la Re-
las cartas de viaje hasta la historia. Cualquier género literario volución francesa, pero fueron ellos los que, en parte, la pro-
era bueno para crear una nueva conciencia cultural. vocaron inconscientemente.
Los «filósofos» franceses del siglo XVIII no fueron profe- Muchos de los «filósofos» ingleses y franceses de esta época
sores de universidad, ni pensadores de oficio. Eran historiadores encuentran su sitio más en la Historia de la Literatura o en
y dramaturgos como V oltaire, matemáticos como D'Alembert, la historia sencillamente, que en la Historia de la Filosofia, en
literatos como Fontenelle, juristas como Montesquieu, abates la que apenas ocupan espacio. Pope, Voltaire, Diderot, D'Alem-
como Condillac, médicos como Lamettrie, aristócratas como el bert y aun Rousseau sólo pertenecen a la Filosofia por un
barón de Holbach, geógrafos como Maupertuis, vagabundos aspecto de su obra que no es el esencial. El historiador de la
como Rousseau. La carencia de una formación académica y Filosofia está obligado a referirse a ellos pero más por su
filosófica rigurosa y el empirismo antes aludido explican el influencia ideológica en múltiples campos de la vida que por
estilo ensayístico de sus obras y, en muchos casos, la falta de el valor de sus interpretaciones de la realidad. Rousseau tiene
rigor y profundidad. Pero esto mismo facilitó su difusión. Era más cabida en la historia de las ideas políticas, o en la historia
más fácil y más agradable leer a estos «filósofos» que no las de la pedagogía, o de la literatura, que en la de la Filosofia
l propiamente dicha.
elucubraciones sibilinas de Descartes, Malebranche o Leibniz. t~
Entrado el siglo XVIII, el nuevo genio francés volvió a ponerse Han sido, por lo general, hombres orgullosos y despectivos,
de moda, y a extenderse por todo el continente. 1 divulgadores y ensayistas brillantes, informados más de las cien-
~ cias, las artes y los oficios que de la filosofia profunda; más
El ámbito donde se discutían los problemas ideológicos no ¡¡,
eran ya las aulas universitarias sino las academias extrauniver- polemistas que buscadores sinceros de la verdad; hijos de un
1
1
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¡ 188 C: 7. La ll11stración 2. Las categorías de la Jl11stración 189

I, siglo y de una sociedad que tenía voluntad de cambiarlo todo;


pensar libremente era, para ellos, pensar contra, hacer crítica.
los pueblos de Europa» 1• La previsión se cumplió de lleno en
el siglo XVIII. La aceptación del idioma francés era causa y
El pensamiento del siglo XVIII será un pensamiento sin tras- efecto, a la vez, de que se aceptara la ideología francesa del
cendencia y sin absoluto. La Metafisica se convierte en una momento.
epistemología genética, en un intento de reconstruir el proceso Los franceses del siglo XVIII y de la Revolución tuvieron
de las ideas partiendo de un grado cero. O si no, se hace de una conciencia mesiánica. Se consideraron con vocación reden-
¡i ella una cierta teoría de los elementos y de la ciencia. La tora de sacar a todos los pueblos de las tinieblas religiosas y
Enciclopedia en el artículo Metefísica la define así: «Es la ciencia políticas medievales y conducirlos a la tierra prometida donde
de las razones de las cosas. Todo tiene su metafisica y su sólo reinarían la razón y la filantropía. La razón sustituye a
práctica: la práctica sin la razón de la práctica, y la razón sin Dios, la humanidad sustituye a la Iglesia. Realizaron esa su-
el ejercicio no forman sino una ciencia imperfecta. Preguntad puesta vocación gracias a la difusión y prestigio que alcanzó
a un pintor, un poeta, un músico, un geómetra y le forzaréis su idioma y el estilo chispeante y literario de sus «filósofos».
a dar cuenta de sus operaciones, es decir, a llegar a la metafisica Luis XIV muere el año 1715. Treinta años más tarde, las
de su arte». ~' nuevas ideas están presentes e inquietantes en los salones, las
Se rechaza también el espíritu de sistema que había sido· ~il academias, los clubes, los cafés, los libros,' los ensayos y los
tan característico de las filosofias racionalistas. El sistema es ·/ periódicos y, a través de ellos, en la conciencia de los burgueses
un conjunto de proposiciones que se tienen por verdaderas y t de Francia.
que concatenadas unas con otras ofrecen una interpretación En su apogeo, la Ilustración francesa dura aproximadamente
coherente de la realidad. Pero los ilustrados, más que poseer un siglo. Paul Hazard, en su libro clásico La crisis de la conciencia
verdades adquiridas y ordenadas, prefieren vivir en la búsqueda ~ europea, sitúa el inicio de esta crisis en 1680. Otros autores
¡
inquieta de lo nuevo. La razón no será el ámbito en que se 1 piensan que la Ilustración francesa puede encuadrarse entre dos
¡ revoluciones, la «gloriosa» de Inglaterra, 1688-1689, cuando sube
hace presente la verdad de lo real sino un instrumento útil '
1 que elabore y sintetice los datos que nos llegan por los sentidos al trono Guillermo d'Orange, y la Revolución francesa de 1789.
y una acerada daga para criticar el pasado. Crítica de lo antiguo Esta última será la suprema decisión de poner en práctica
¡,' por estéril, y utilidad en orden a hacer feliz la vida de los cuanto los «filósofos» habían enseñado en sus escritos. En
¡:,. hombres aquí en la Tierra. Hay que hacer feliz al pueblo, pero cualquier caso, la Ilustración es, ante todo, el pensamiento
¡: el pueblo no se interesa por las disquisiciones metafisicas por- francés del siglo XVIII.
fl
l! que no ve para qué sirven, sino por aquello que le da la
i1.
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libertad y el bienestar. Era un concepto nuevo de Filosofia.
¡!,, Avanzado el siglo xvm, las <<luces» de Francia llegan a 2. LAS CATEGORIAS DE LA ILUSTRACION
~ ~
)1 todas las naciones, en libros, revistas, ensayos, poesía, teatro y
.l ópera. En 1776, un diplomático italiano, Caraccioli, publica su
No es fácil resumir en pocas páginas un movimiento ideo-
'!' ensayo París, modelo de las naciones, o la E11ropa francesa, donde
lógico tan complejo, pero, si prescindimos de matices ulteriores,
concede a Francia la preeminencia cultural que Italia había
sí parece que como líneas maestras del pensamiento ilustrado
tenido en el Renacimiento.
pueden considerarse las siguientes:
Por eso, cuando se habla de la Ilustración, se entiende,
generalmente, la Ilustración francesa. Hubo una Ilustración ale-
·( ~ La razón autónoma
i. mana, un poco tardía, como la hubo italiana y española, pero ;1
¡· <
están en estrecha dependencia de las <<luces» francesas. Pierre ·~
Desde que Descartes enunció el principio y fundamento de
l

Bayle, francés refugiado en Holanda, donde publica en su len-
gua materna la revista Nouvelles de la Rép11blique des Lettres (1684-
t
k
1,.
su filosofia, que luego ha sido el de casi toda la filosofia

L
.l
1687) que obtuvo un éxito enorme, subrayaba ya que <<la lengua
francesa será en adelante el medio de comunicación de todos
!1
1
Cit. en G. GesnoRF, Les pri11cipes de la pensée a11 sie'cle des h1111ie'res (Pa:ris
1971), 47.
,,~
~1
190 e 7. 1.A ll11stración 2. 1.As categorías de la Ilustración 191

moderna, con su famoso <<'JO pienso luego yo soy>>, quedó infalible razón humana, a '2uyo tribunal debía someterse todo.
exaltada la razón a los altares de la divinidad. En un capítulo El siglo XVIII es el siglo de la crítica. Se coronará con la
anterior lo hemos mostrado ampliamente. publicación de las tres grandes Críticas de Kant: la de la Razón
Los pensadores del siglo anterior habían buscado la con- pura, (1781), la de la Razón práctica, (1788), la de la Razón
cordia entre razón y fe, al menos así lo habían hecho, aunque judicativa, (1791). Y el mismo Kant confirmaba esta actitud
con dificultades, Descartes, Leibniz, Malebranche y Wolff, entre crítica del siglo XVIII cuando escribía: «Nuestra época es la
otros. Los ilustrados no querían ninguna concordia: la razón época de la crítica a la que todo tiene que someterse. La
y sólo la razón. También la fe tenía que estar subordinada a religión por su santidad y la legislación por su majestad quieren
la razón. Era el miedo a ver elevarse algún poder sobrenatural generalmente sustraerse a ella, pero entonces suscitan contra sí
que se impusiese a la razón. Era una aversión a lo divino y sospechas justificadas y no pueden aspirar a un respeto sincero
a lo misterioso. Donde se acaba lo que se ve y se toca, allí que la razón sólo concede a quien ha podido sostener libre y
empiezan los sueños porque, para los ilustrados, la razón no público examem> 2 • Libre y público examen de todo, ése fue
era más que un instrumento que combinaba y sintetizaba las el santo y seña de la Ilustración.
sensaciones sin traspasar nunca los límites del conocimiento Ortega y Gasset se asombraba de que los libros más in-
sensitivo. fluyentes de la Europa contemporánea fuesen tres libros de
Kant, que fue un típico ilustrado, escribía al comienzo de crítica: «Cuando se piensa -escribe- que los libros de más
su famoso tratado Respuesta a la pregunta: Qué es la Ilustración: honda influencia en los últimos ciento cincuenta años, los libros
«Ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad en en que ha bebido sus más fuertes esencias el mundo contem~
la que se ha quedado estancado por su propia culpa. Minoría poráneo, y donde nosotros mismos hemos sido espiritualmente
de edad es la incapacidad de servirse del propio entendimiento edificados, se llaman Crítica de la razón pura, Crítica de la razón
sin la dirección de otro. Esa minoría de edad es culpable práctica, Crítica de la razón judicativa, la mente se escapa a peli-
cuando la causa de ello no se debe a incapacidad del propio grosas reflexiones: ¿cómo?, ¿la sustancia secreta de nuestra épo-;
entendimiento sino a falta de decisión y de ánimo para servirse ca es la crítica?, ¿por tanto una negación?, ¿nuestra edad no
de él sin la dirección de otro. Sapere aude!, ten el valor de tiene dogmas positivos?, ¿es para nosotros la vida, más que
servirte de tu propio entendimiento. Este es el eslogan de la un hacer, un evitar y un eludir? La actitud específica del pen-
Ilustración». Al final de su tratado A qué se llama orientarse en samiento moderno es, en efecto, la defensiva intelectuab> 3•
el pensamiento, el mismo Kant resume más compendiosamente Esa crítica fue universal y con frecuencia irónica y aun
lo que es la Ilustración: «Pensar uno mismo significa buscar sarcástica. Universal, es decir, todo fue sometido a revisión:
la última piedra de toque de la verdad en uno mismo, es decir, las costumbres, el arte, la literatura, la filosofía, pero, sobre
en su propia razón, y la máxima de pensar uno mismo en todo, la política, la religión y la moral.
todo tiempo, es la Ilustración». Se puso de moda el género literario de los viajes: Extran-
Se trataba, pues, de pensar por cuenta propia no haciendo jeros que vienen a Europa -un persa, un siamés, un chino,
ningún caso de lo que otros hubieran pensado. La Ilustración un hurón- y que, desde su ingenuidad e inocencia natural,
era un combate contra la tradición. Ello suponía, además, que no pueden menos de asombrarse de la complicada, antinatural
la razón de cada uno era infalible. Nec decipit ratio nec decipitur e irracional cultura europea. Como contraste se idealizaba la
1mq11am, ni nos engaña, ni se engaña nunca la razón. Con tal figura utópica de «el buen salvaje», es decir, el hijo de la
de que la liberemos de prejuicios y la dejemos que nos ilumine, naturaleza que vivía feliz sin más ley que la de su recto instinto,
ella nos conducirá con seguridad hacia el bien y hacia la fe- sin más religión que la racional, sin otra moral que la propia
licidad. conciencia que, siempre buena, le dictaba infaliblemente lo que
Esta valoración llevaba consigo el espíritu de crítica. La
crítica no es otra cosa que la sumisión de todo lo estatuido 2 K..u'JT, Crítica de la R.azón p11ra, lntrod11cción, (trad. de García Morente,

o pensado a una revisión rigurosamente racional. Era de nuevo Madrid 1928), 5, nota.
3 J. ORTEGA Y GASSET, Kant, reflexiones de 1111 centenario (Madrid 31965), 11-12.
el espíritu cartesiano y la confianza absoluta y optimista en la
192 C 7. La Ilustración 2. Las categorías de la Ilustración 193

debía hacer y le impulsaba a ello. Un hombre no deformado ron no permitirle el paso hacia lo inteligible, lo abstracto, lo
ni corrompido por la sociedad y la religión y, por ello, feliz. metafisico. Decidieron volitivamente que lo que trascendiese
Otras veces era un europeo que viajaba a países ignotos, con los datos empíricos eran «sueños dogmáticos». Renunciaron así
frecuencia inexistentes. Había otras sociedades y otros modos al encuentro y la posesión pacífica de verdades inteligibles,
de pensar y de vivir, más naturales, más lógicos, y por ello universales y necesarias. La razón fue, para ellos, una energía
también más felices. que se utilizaba en orden a descubrir secretos de la naturaleza
El propósito era siempre el mismo: demostrar que la vida y una vida más confortable y también más justa. La función
de los franceses, de los ingleses, de los europeos en general, de la razón era analizar, dividir, unir sensaciones y así construir
de los pueblos que pretenden ser civilizados, había sido absurda representaciones que podrían ser sustituidas por otras según su
y antinatural, sus leyes opresivas, su religión supersticiosa, su utilidad. Ese es el espíritu de la Enciclopedia. La filosofia, más
existencia desgraciada. La vida de los hombres sobre la tierra que un conjunto de respuestas reales a las grandes preguntas
será feliz cuando se decidan a vivir sólo según las leyes de la sobre el mundo, el hombre y Dios, se convierte en un proceso
naturaleza y de la razón. de «ideas» que lleven al hombre y a la humanidad a un estado
Era una crítica que dejaba en los lectores un poso ácido más feliz.
y un inevitable resentimiento. Pierre Bayle -a quien ya nos
hemos referido-- había publicado, ya entre 1695 y 1697, su
famoso Diccionario histórico y crítico, en el que, a pesar de las La felicidad
atenuaciones que se vio obligado a imponer para no asustar
demasiado a sus lectores, se catalogaban, bajo cada nombre, Fue una especie de idea obsesiva y dominante: Ningún·
todos los crímenes, los errores, las bribonadas, las indecencias, impulso más fuerte en la naturaleza humana que el de la
~ las anomalías, las perversiones, de papas, reyes, obispos, filó- felicidad. Luego es el primer derecho. La felicidad aquí en la
sofos, nobles, villas y países. La impresión no podía ser más
~ Tierra, no en el cielo. Los ilustrados carecían de todo sentido
~ abrumadora. Era un cuadro trágico ante el que era inevitable religioso de la trascendencia. Aquí, en la Tierra y pronto, cuanto
1 preguntarse: ¿quién ha sido el culpable de tanta desgracia, es antes. Una de las imposturas cristianas era hacernos creer que
:¡'•t decir, de tanto comportamiento irracional?
Sobre ese fondo negro no podían menos de aparecer, llenas
la vida en la Tierra era la peregrinación por un valle de lágrimas.
Al contrario; la vida terrena puede estar llena de placeres, y
\1. de esperanza, las luces de la razón. «Llegará un día -escribía se puede conceder todo al gusto sin perder para nada la ino-
¡,,
•\
1
l.' el Marqués de Condorcet poco antes de envenenarse para es-
capar de la gillotina- en que el sol no alumbrará sobre la
cencia. La naturaleza es bella, la razón rectamente utilizada
~\
puede guiarnos infaliblemente en su búsqueda. El primer pre-
>:! tierra más que a los hombres libres, los cuales no reconocerán cepto de la ley natural no es: haz el bien y evita el mal, sino:

1¡ más señora y maestra que la razón, y en que los tiranos y los sé feliz cuanto puedas. Ese derecho era anterior a toda obli-
esclavos, los sacerdotes y sus estúpidos e hipócritas instrumen-
F gación. «Vivir -escribía Condillac- es propiamente gozar>>,
i:IE tos no existirán más que en la historia y en los teatros» 4•
Lo más curioso de este fenómeno de exaltación y absolu-
«El más importante, o más bien, el único uso de la razón, es
¡: tización de la razón es que los ilustrados no fueron suficien-
dirigir el amor del placer y el deseo de la felicidad>> 5• La
filosofia no debe perderse en especulaciones estériles sobre el
temente racionales. Lo explicaremos: los ilustrados hicieron de mundo, sobre el hombre, sobre Dios. Su finalidad primera es
il1 la razón un instrumento apto para criticar, pero ejercitándola
,, enseñar a los hombres el camino hacia la felicidad terrena.
!~! siempre y sólo en el círculo cerrado de los datos de la sen- La felicidad a la que aspiraban aquellos ilustrados era, na-
¡.
sibilidad. Cuando la razón pretendía ir más allá, como es su turalmente, la felicidad sensible. No podían comprender la con~
más real vocación y aptitud, ellos le prohibían seguir. Decidie- templación mística, como fuente de gozo, ni admitir la defi-
¡,

I
¡i ,.~:, 4
CoNDORCET, Esq11isse d't1n tahlea11 historicp1e des progre's de l'espnt h111naln t.Il 5 TuouBLET, Essais sur divers slljets de littérature et de moral, cit. en R. MAUZJ,
¡ I'. (Paris 1880), 66. L'idée d11 bonheur a11 XVII! sie'cle (Paris 31967), 514. ·
¡ \:
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194 C. 7. La llustradón 2. Las categorías de la !!t1stración 195

nición augustiniana de la felicidad como gaudium de veritate, el La naturaleza


gozo de poseer y contemplar la verdad. Les acuciaba, más
bien, un ansia de disfrutar de todo lo terreno, como conse- Leibniz había enseñado que este mundo era el mejor de
cuencia del empirismo dominante. todos los posibles porque la razón suficiente para que algo
Después se perdían en sueños románticos. Soñaban con un sea creado por Dios es que sea conforme a su sabiduría y a
reino de la felicidad como aquel Marqués de Lassay que, en su bondad. Pero Dios -cree Leibniz equivocadamente- siem-
1727, publicaba su utopía: Relación del reino de los felicianos, pueblos pre tiene que hacer lo más perfecto. Luego este mundo creado
que habitan en las tierras attstrales. O se escribían Reflexiones sobre por Dios es el más perfecto.
la felicidad, Epístola sobre la felicidad, Sobre la vida feliZJ Sistema de La consecuencia era bien clara: La naturaleza, obra de Dios,
la verdadera felicidad, Ensqyo sobre la felicidad, Sobre la felicidad hu- era toda ella buena y santa y, por supuesto, el hombre, hijo
mana. Edward Young decía: «Es un arte que es preciso apren- de la naturaleza, era también bueno; sus instintos, nacidos de·
der. Es el precio de un continuo estudio» 6• Se presentía que su naturaleza, no podían menos de ser buenos y conducirnos
pronto había de llegar el reino de la felicidad. al bien.
Los gobernantes, en consecuencia, se proponían siempre Había, pues, que seguir la naturaleza en todo; era la fuente
«llevar la felicidad a los pueblos», -que bien necesitados es- de la bondad y del bien. Todo lo que fuese natural, es decir,
taban de ella- mediante la ilustración, y por doquiera se exigido o impuesto por la naturaleza, era bueno. La moral no
hablaba de <<la felicidad pública>>. El sistema político que después debía contradecir los instintos sino seguirlos. La virtud había
r, de ser natural, no sobrenatural. Basta de dividir al hombre y
se llamaría «despotismo ilustrado» pretendía ser el imperio de
la razón y de lo racional, de las luces y la filosofia, como
¡ provocar en él el dualismo natural-sobrenatural y esa <<mala
camino hacia la exigida felicidad de los pueblos. conciencia>> que tanto dará que hablar desde Hegel, Feuerbach
Por eso, tal sistema se permitía coaccionar a cualquiera que y Marx en adelante. La ley natural es, efectivamente, el primer
no procediese conforme a las luces y a la razón, bien entendido imperativo moral y, por ello, su aceptación se identifica con
que la razón la encarnaban siempre los gobernantes y los la virtud, pero la ley natural es el impulso de la naturaleza, la
«filósofos». Los clérigos eran unos pobres ignorantes tupidos emotividad del corazón, lo que Descartes había llamado «el
de supersticiones. buen sentido», del que decía que era <<la capacidad de juzgar
Subyacente a este despertar vehemente del ansia de felicidad ! bien y de distinguir lo verdadero de lo falso» y <<la cosa del
J
estaba una airada y rencorosa protesta contra la ascética cris- ) mundo mejor compartida>> 7 • Por su parte, Rousseau escribía:
tiana que inculcaba la renuncia y el dominio de los instintos, «Tenemos que admitir como máxima indiscutible que los pri-
la austeridad en las costumbres, la aversión a los placeres, la meros movimientos de la naturaleza son siempre rectos; no
sumisión de los valores somáticos a los valores espirituales. hay ninguna perversidad original en el corazón humano» 8 • •
Un ilustrado tardío y romántico como el que más, Karl Aquí llegará a ser verdad el viejo sueño de identificar virtud
Marx, soñaría todavía en restaurar en la Tierra el paraíso per- con felicidad, porque se identifica virtud con la satisfacción de
dido, en una sociedad sin propiedad privada y sin clases y, los apetitos naturales. Un personaje de Sade dirá brutalmente;
por ello, formada por hombres naturalmente buenos, justos, «Si la naturaleza desaprobase nuéstros gustos, no nos los ins-
..
,:
honestos, naturales, racionales y felices. ~ara entrar en este piraría>> 9•
L paraíso era necesario, primero, llevar a cabo la revolución social, La pintura, que siempre es uno de los exponentes más
una revolución violenta que destruyese la propiedad privada. significativos de la cultura de una época, en el siglo XVIII
Sucesivas etapas ~ucha de clases, revolución, dictadura del pro- ofrece cuadros ocupados por el paisaje natural, un espeso bos-
letariado, socialismo) culminarían en el paraíso comunista, fin 7
l' R DESCARTES, Discours de la llléthode, 1.1.
de la prehistoria y comienzo de la historia. 8
JE11N-JACQUES RousSEAV, Émile 011 de l'éd11catio11, l.II, Oeuvres Completes,

;,
1 i t.I (Paris, s.a.), 468.
9
" E. Ym:NG, Les N11its, t.2, 70, cit. en R. MAuz1, o.e., 515. Cit. en R. MAuz1, o.e., 147.
h
¡
!

196 e 7. La lf11stración 2. Las categprías de la l/11stración 197

que, una playa sonriente, un prado fresco regado por un arroyo, fundamental del siglo se orienta hacia los conocimientos geo-
etcétera. Enmarcados en el paisaje natural aparecen, en pequeño, lógicos, biológicos, históricos y aun sociales.
·¡ La Edad Media contempla con preferencia el dominio ce-
un hombre y una mujer -dos elementos más de la naturale- ·:1
za- que vuelven del trabajo, que tejen unas redes, o que dan leste; el Renacimiento, el humano; el siglo xvm, la naturaleza,
de comer a los animales domésticos. Todo es naturaleza. El frecuentemente idealizada.
elemento religioso, que dominó casi por completo el arte eu- Esta naturaleza tan admirada y tan bella deparaba, sin em-
ropeo de los siglos precedentes, se retira y da paso a unas bargo, de vez en cuando, sorpresas desconcertantes. Ya hemos
manifestaciones seculares de la cultura que ahora quiere ser hecho alusión al terremoto de Lisboa el 1 de noviembre de
1755, que dejó perplejos a los ilustrados. ¿Cómo era posible
«natural» y sólo natural.
Se despertó un enorme interés por estudiar la naturaleza, que la naturaleza inocente y santa cometiera tales desmanes? .
Galileo, Newton, Francisco Bacon eran los padres de la nueva
era científica. Se multiplican los libros de Física, de Botánica, '
de Medicina. Se abren academias · en San Petersburgo, en Es- ,J La lucha contra el cristianismo
tocolmo, en Berlín, en París, en Copenhague, en las que se '
presentan libros y comunicaciones científicas y se discute sobre Ya ha quedado indicado que en los postulados de la Ilus-
ellos. Los reyes fomentan la investigación y la creación de tración había siempre una intención polémica contra el cristia-
museos de la naturaleza, y ellos también tienen curiosidad y nismo. La exaltación de la razón como instancia suprema pre-
son coleccionistas de pájaros o de insectos. tendía destronar la fe y la revelación cristiana que había dado
Estas Ciencias de la Naturaleza descubren mundos maravi- su fundamentación a la cultura toda de Europa. Ahora las
llosos: el mundo misterioso de los vegetales y el de los animales, luces de la razón venían a sustituir a la fe. En adelante, la
el del cuerpo humano; en ellos se realizan verdaderos milagros sociedad, el Estado, la religión, la moral, el arte debían ser
verificables por la experiencia, ¿para qué buscar otros? Incluso racionales y sólo racionales. Decidieron frívolamente que la
se penetra en la misma naturaleza inanimada y se descubren religión cristiana, las profecías, los milagros, los Evangelios, la
sus leyes prodigiosas. Los matemáticos, los fisicos, los botáni- vida de Jesús, no resistían un análisis racional. Jesús había sido
cos, los médicos, ésos son los sacerdotes de la nueva religión, un hombre admirable como Buda, Confucio o Sócrates, pero
de la religión de la naturaleza, ésos son <<los filósofos» por el cristianismo, la Iglesia, los dogmas, los sacramentos, los ritos,
excelencia. El conde de Buffon, cincuenta años director del las normas morales eran supercherías. La burguesía francesa
Jardín real de Francia, inicia, en 1747, la publicación de su ilustrada se mofaba de todo ello. Se mofaban del cristianísmo
Historia natura~ general y particular, que llenará treinta y seis y de todas las demás religiones porque todas eran iguales:
volúmenes. El último apareció en 1789, un año después de su efectos de determinadas culturas, conjuntos de símbolos y de
muerte. Se agotaban las ediciones y se traducía a los otros mitos para expresar unas pocas verdades de la religión racional,
idiomas europeos. Era una descripción abundantísima de la a saber, existe un Ser supremo creador de la máquina admirable
riqueza y las maravillas de la naturaleza, fundada toda en la del mundo; tenemos un alma inmortal; en otra vida se realizará
observación directa. El reino mineral, el reino vegetal, el reino la justicia y la felicidad perfecta que en ésta no se logra. Ese
animal constituían este paraíso terrenal en el que los hombres era el núcleo racional de todas las religiones. Lo demás eran
vivimos. Los reyes, los nobles, los sabios de todo el mundo añadidos mitológicos o envolturas simbólicas. Los ilustrados
le admiraron y le veneraron. eran hombres fríos y frívolos, incapaces de acercarse al misterio
En buena parte por influencia de Buffon, y de otros na- con respeto, con asombro y con amor. Se negaban a aceptar
turalistas como Linneo, Bougainville, Humboldt, etc., el método el misterio. Pensaban que en su cabeza tenía que caber todo,
empírico de observación de la naturaleza empieza a disputar incluso Dios. Un Dios, pues, inteligible por el hombre, es
la primacía epistemológica a las Matemáticas que desde Des- decir, un no-Dios. El hombre, precisamente porque es inteli-
cartes, Leibniz y Newton constituían la ciencia reina. Hubo gente, conoce los límites de su inteligencia y conoce que más
notables matemáticos en el siglo de las luces, pero la curiosidad allá de su capacidad y su horizonte puede existir, tiene que
'-.·•'

C 7. La Ilustración 2. Las categorías de la Ilustración 199


198
existir, una realidad infinita a la que él no llega. Pero los Hemos hecho alusión a Voltaire. Era un deísta, es decir,
ilustrados estaban seguros de que su razón podía comprenderlo creía en Dios, en un Ser Supremo, Gran Arquitecto del universo,
todo. Hegel, con su idealismo absoluto, pretendería haberlo Principio mecánico de esta gran máquina que es el cosmos.
«comprendido» todo. Kierkegaard ironizó no poco contra tal Estamos ante un reloj maravilloso cuyas leyes había descubierto
pretensión, el «saber absoluto» de Hegel. Newton -era una comparación cara a Voltaire-, luego tiene
También el ansia de felicidad terrena se erguía como un que haberlo montado un sabio relojero. Todo el mecanicismo
argumento decisivo contra el cristianismo. Porque el cristianismo de Descartes y toda la armonía preestablecida de Leibniz están
enseñaba que la Tierra era un valle de lágrimas, que éramos detrás de esta afirmación. Dios es un gran ingeniero que cons-
peregrinos en camino hacia la patria, proponía como modelo a truyó esta máquina del mundo, la puso en marcha, le dio unas
un hombre crucificado, nos exhortaba a la renuncia de los pla- leyes determinadas y ahora funciona ella por sí misma. Dios no
ceres y a la mortificación de nuestros instintos. Era demasiado interviene para nada porque es innecesario. El mundo, y, con-
para aquellos espíritus sin más horizonte que lo empírico. siguientemente, también el hombre, que es un ser de la natura~
Se preguntaron quién era el culpable de que, en tantos leza, son autosuficientes, se bastan a sí mismos, que para eso
siglos, la humanidad no hubiese alcanzado la felicidad a la que al hombre Dios le dotó de razón. La intervención de Dios en
tenía absoluto y primordial derecho y, lo que es peor, quién la historia humana es innecesaria y no se ha dado. Toda la
era el culpable de que la humanidad hubiese sido tan desgra- religión que se pretenda «revelada» es una impostura.
ciada; y no dudaron en la sentencia: el reo de ese crimen de De ahí partía su odio al cristianismo. Atacó con tenacidad
lesa humanidad era el cristianismo. ¿No había tenido en sus y sarcasmo a todo lo cristiano y a todos los cristianos. La
manos a los reyes, los sabios y los pueblos? El cristianismo y Biblia no tenía grandeza ni belleza; el Evangelio sólo había
sus ministros eran fanáticos o impostores que merecían el des- traído desgracias a la Tierra; la Iglesia era toda superstición y
precio o la horca. Pudieron hacer felices a los hombres y los mentira; los más puros, los más nobles eran arrastrados por
hicieron desgraciados. Educaban a los niños desde que nacían el lodo. Cada noche creía haber acabado con <<la Infame» Qa
y les inyectaban unos dogmas misteriosos y perjudiciales, y Iglesia), y cada mañana comenzaba de nuevo la lucha. Simpli-
unas normas absurdas de moral. En nombre de la religión se ficación caricaturesca, voluntad de no entrar nunca en las ra-
habían cometido toda clase de guerras y crímenes, de super- zones del adversario que había que hacer callar o desfigurar;
cherías y de intolerancias. Predicaba unas virtudes inhumanas: incansable repetición; un estilo chispeante y satírico; la utiliza-
la castidad, la pobreza, la mansedumbre, la humildad, la pa-
l ción de todos los recursos contra el cristianismo hasta los
ciencia. Esa Iglesia que pretendía ser la depositaria de toda la ~ menos nobles. Diderot le llamaba el Anticristo. Se ha dicho
verdad revelada, y que amenazaba con un infierno eterno a
quienes no pensasen como ella. Estas y otras simplificaciones
~:¡ de él que fue «el más fanático del antifanatismo».
Voltaire, como Diderot, como otros ilustrados, se dirigían
divulgadas y ridiculizadas con ironía y sarcasmo por Bayle, tt principalmente a <<las gentes que piensan», con un absoluto
Holbach, cien otros, y, sobre todo, Voltaire, provocaron un
sordo pero profundo resentimiento contra el cristianismo. ~ desprecio hacia el pueblo, ignorante y supersticioso, que necesita
el falso consuelo de la religión. Daba por bueno el fingimiento
Contribuyó a ello también la exaltación de la naturaleza l y la hipocresía ante el pueblo: <<Distingue siempre -escribe-
como fuente de toda verdad, de toda belleza, de todo bien y
de toda norma moral. El cristianismo enseñaba que la naturaleza
~ entre las gentes discretas que piensan y el populacho que no
está hecho para pensar. Si la costumbre te obliga a hacer una
humana estaba tarada e inclinada al mal por un pecado de ceremonia ridícula en favor de esta canalla, y si de paso te
origen, y que, por ello, era necesario superarla mediante la 1 encuentras personas cultas, adviérteles, con una señal de la
gracia sobrenatural, el dominio y la negación de los instintos.
Exhortaba a la abnegación de sí mismo. . ~'.f.
cabeza, con un guiño del ojo, que tú piensas como ellos, pero
que no hay que reírse» 10 • En el lecho de muerte, se confesó
Aquellos hombres que no pretendían ser sino racionales,
naturales y felices aborrecieron el cristianismo y le declararon ·.
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1
° Cit. en G. Gl'SDORF, Die11, la nat11re, l'hom111e a11 siec/e des lmnieres (Paris
'./ 1972), 31.
guerra a muerte. "l~

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\ . -200 c.7. La Jmstradón 2. Las categotias de la llustradón 201
"
y recibió la absolución sacramental. ¿Fue un acto sincero o y por su tenaz defensa de la ortodoxia religiosa y moral del
fue un fingimiento hipócrita para que su familia no padeciese catolicismo romano. D'Alembert, en su memoria Sobre la des-
la vergüenza de que se le negase la sepultura eclesiástica? Que- tmcción de los jesuitas, determina el verdadero enemigo a quien
dará siempre en el misterio. corresponde la gloria del triunfo: La Filosofia.
Voltaire ha quedado en la Historia como el más responsable Fueron también culpables de tamaña injusticia los Estados
de esa estirpe de hombres, de los siglos XVIII y XL'<, que que se secularizaban rápidamente, y no podían tolerar una
hicieron del anticlericalismo y del anticristianismo el programa potente e influyente institución sobre la que no tenían poder,
de su vida. Ejerció una fascinación irresistible sobre los espíritus una orden religiosa cuyos miembros emitían un voto solemne
ilustrados. Fue el patriarca de las letras francesas y en su retiro, de especial obediencia al Papa de Roma, una Filosofia y una
en el castillo de Ferney, cerca de Ginebra, recibía el homenaje Teología que enseñaban que el primer sujeto de la autoridad
y la sumisión de <<las gentes de letras», porque él era novelista, no era el monarca sino el pueblo, y que si el monarca se
poeta, historiador, dramaturgo, filósofo. hacía tirano era lícita la desobediencia e incluso, en casos
Nada extraño que en aquella burguesía, cuya <<inteligencia» extremos, la rebelión violenta.
se nutría del rencor y de las convicciones anticristianas, se Lo cierto fue que, suprimidos los centros docentes de la
levantase la persecución religiosa. Los jesuitas aparecían como Compañía de ] esús, sus iglesias, sus púlpitos, sus ejercicios es-
los campeones de la ortodoxia y de la fidelidad a la Iglesia pirituales, su dirección de almas, sus misiones, <<los filósofos»
de Roma. Por eso fueron las primeras víctimas del despotismo tenían el camino más expedito para difundir su racionalismo y
ilustrado y de los jansenistas e ilustrados ministros de las Cortes su deísmo, un orden racional y secular que era toda su ilusión.
borbónicas. Con una tenacidad y un odio implacable, Pombal Hay que decir, con todo, que la batalla contra el cristianismo,
desde Lisboa, Choiseul desde París, Tanucci desde Nápoles, el en el siglo de las luces, se daba casi exclusivamente entre inte-
cardenal Bernis en Roma, Aizpuru, Moruno y Campomanes lectuales. El pueblo seguía siendo cristiano. La iglesia parroquial
desde Madrid, después de infinitas intrigas, manipulaciones y era el núcleo vital del pueblo. El párroco enseñaba lo que hay
amenazas lograron arrancar al débil papa Ganganelli, Clemen- que creer, lo que hay que obrar, lo que hay que orar, y lo que
te XIV, el Breve de extinción de los jesuitas. El odio de los hay que recibir; domingo tras domingo convocaba a todos los
Barbones, de sus ministros, de todos sus protegidos, a los fieles con las campanas a un encuentro y reconocimiento cris-
jesuitas es uno de esos episodios históricos en que se demuestra tiano; rompía el ritmo de las semanas con las celebraciones
que no sólo las personas, sino las colectividades, pueden su- litúrgicas de Navidad, Cuaresma, Semana Santa, o las fiestas
gestionarse hasta lo psicopatológico, e impulsados por la irra- patronales. La parroquia seguía enseñando y ayudando a los
cionalidad cometer verdaderas monstruosidades. El siglo de la hombres a vivir y a morir. Había sacerdotes sin vocación y aun
razón cometió una de las mayores sinrazones de la historia. sin fe, como el cura Meslier, o el vicario saboyano del que habla
La expulsión de los jesuitas primero de Portugal, después Rousseau en su Emilio; hubo sacerdotes <<ilustrados» que podían
de Francia, luego de España, y sucesivamente de Nápoles, comprar los libros de los «filósofos», pero la mayor parte cum-
Parma, Venecia y otros Estados, y la supresión final de toda plía fielmente sus deberes religiosos y pastorales aun viviendo,
la Orden, en 1773, fue uno de los golpes más certeros dados con frecuencia, en la pobreza.
contra el cristianismo ya que los jesuitas eran los educadores La descristianización, pues, tardó en llegar al pueblo y sólo
de una gran parte de la juventud europea, eran confesores y con la violencia ejercida sistemáticamente por los revoluciona-
predicadores por toda Europa, y mantenian esperanzadoras y rios en 1789 y los años siguientes, se extendería por Francia.
ejemplares cristiandades en toda América y en determinadas Más 'tarde, en plena Revolución, sí hubo no pocos sacerdotes
zonas de Asia y aun de Oceanía. Modernos historiadores quie- del bajo y del alto clero que renegaron de su ministerio y aun
ren que las «razones» del odio de los ilustrados hacia los de su fe o, al menos, que se adhirieron más al nuevo régimen
jesuitas hayan sido sociológicas. Pero es dificil negar que ha y a su Constitución que a la disciplina romana.
estado también inducido y determinado por el hecho de la Hay que confesar también que la Iglesia de Francia careció,
incondicional fidelidad de aqueilos jesuitas a la Sede romana, en este siglo, de buenos teólogos y buenos apologetas capaces
T

202 C7. La Il11stración 2. Las categptias de la Ilustración 203

de hacer frente a la Ilustración, al racionalismo y al materialismo la cuenta de que está haciendo una verdadera y correcta me-
crecientes. El clero era excesivo y no bien formado, pues se tafísica, a la que, por otra parte, tanto despreciaba.
calcula que en Francia había no menos de 130.000 sacerdotes Pero los deístas creían no poder ir más allá. Dios existe
seculares, unos 50.000 religiosos y, aproximadamente, 30.000 1
!
pero de El no sabemos nada. Un grillo -escribe Voltaire-
en presencia de un palacio imperial, reconoce que el palacio
religiosas. Nada extraño que personas poco preparadas y de-
fendidas sufriesen el impacto de la crítica racionalista que de
tantas maneras se extendía. I
j
se debe a alguien más poderoso que los grillos; sin embargo
no es tan loco como para pronunciarse en presencia de ese
alguien 12 • He aquí un ejemplo paradigmático de la falta de
racionalidad de los racionales: Se compara a un grillo con un
El deísmo hombre racional. Es verdad que no es más que un ejemplo
La guerra declarada al cristianismo no era desde postulados metafórico, pero es una metáfora absolutamente inepta. Porque
ateos. El siglo xv111 no ha sido el siglo del ateísmo salvo un grillo no puede pensar ni menos hacer un raciocinio ana-
lógico, en cambio, el hombre racional es el ser capaz de co-
excepciones, los ilustrados propugnaban una religión pero una
nocer y enunciar las causas partiendo de los efectos, y si
religión racional, llamada también religión natural. Generalmen-
conoce las causas, ¿por qué Voltaire detiene la razón y no le
te, se la conoce con el nombre de «deísmo» aunque, a veces,
permite seguir pensando, es decir, por la estructura de los
se la llama también «teísmo». efectos llegar a conocer, de algún modo, la naturaleza de las
El ambiente para esta «religión racional» venía preparándose ¡
f
causas?; si ha iniciado el pensar metafísico, ¿por qué después
desde el siglo XVIII. El Tractatus theologico-politicus de Spinoza le reprime?; ¿por qué no deja a la razón que por medio de la
(1670), La racionabilidad del Cristianismo de Locke (1695), el
Diccionario histórico y crítico de Bayle (1696), otros muchos ensayos
í analogía se eleve de las perfecciones de los seres creados a los

l
atributos del Ser Supremo?
de Toland, Tindal, Collins, Woolston, Chubb, Pope, Wollaston, Se puede seguir preguntando todavía por qué no permitir
Bolingbroke, Shaftesbury y cien más, fueron los que difundieron a la razón que investigue los fundamentos y los motivos ra-
la convicción de que el cristianismo como religión revelada era cionales del acto de fe. El cristianismo no es un conjunto de
una invención humana pero que, sin embargo, contenía un
núcleo racional. Era a ese núcleo racional a lo único que
l ;;
aseveraciones o dogmas gratuitos sino apoyados en serias mo-
tivaciones históricas y racionales. El error de los deístas y de
debíamos atenernos, porque era lo único válido. los ilustrados no estuvo en guiarse por la razón sino en no
Los ilustrados franceses, con orgullo, hicieron suya la idea. permitir a la razón entrar donde ellos no querían que entrase.
La humanidad ha llegado a un grado de madurez en el que Lo cierto es que negaban la intervención de Dios en la
ya no puede aceptar sino lo que sea racional y debe liberarse historia. Una vez que Dios puso en marcha la máquina del
de lo supersticioso y lo imaginativo. Las religiones llamadas mundo vive en su Olimpo y no se interfiere en los asuntos
«reveladas» o positivas quedan sólo para minorennes o féminas mundanos (negación del milagro), ni en los procesos humanos
sentimentales. (negación de la revelación positiva). Al mundo le bastan las
El deísmo admitía la existencia de Dios, Ser supremo, ar- leyes naturales, al hombre la razón.
quitecto del universo, organizador de esta enorme y asombrosa Es preciso, pues, descargar al cristianismo de todas sus
máquina que es el cosmos. De eso no dudan y Voltaire lo adherencias supersticiosas: ni encarnación del Hijo de Dios, ni
expresa con absoluta claridad: «Toda obra que nos descubre milagros, ni profecías, ni Biblia revelada, ni dogmas, ni sacra-
unos medios y un fin, nos revela un artífice. Este universo se mentos, ni ritos, ni iglesias, ni sacerdotes. Sólo un culto interior,
compone de muchos medios, cada uno de los cuales tiene su 1 subjetivo, racional, en espíritu y en verdad. Por ello conside-
fin; descubre, pues, un artífice potentísimo e inteligentísimo» •
11
1 raban absolutamente inadmisible cualquier presencia o intromi-

.~
Voltaire repite el argumento de muchas maneras. Sin caer en sión de la Iglesia en la vida pública, social, política o cultural.
12
11 VOLTAIRE, Dirtio1mai1v phi/osophiq11e, art. Die11. O.e., art. Catéchisme chinois.

1
204 e 7. La ll11stración 2. Las categorías de la Ilustración 205

Admitían también los deístas la existencia del alma porque que sustituyese a la moral cristiana. Lord Shaftesbury, Bernard
no eran materialistas rígidos. Pero dirá también Voltaire que de Mandeville, Francis Hutcheson, el mismo David Hume y,
el vocablo alma «es un término vago, indeterminado, que ex- desde luego, Kant, entre otros muchos, fueron teóricos de una
presa un principio desconocido pero de efectos conocidos que nueva moral. Una moral autónoma, es decir, que no recibiese
sentimos en nosotros mismos» 13• De ahí que, aun considerando valores y pautas de conducta de ningún ser extraño -hetero-
que de alguna manera tendría que haber una justicia que cas- nomía- sino sólo de la propia conciencia -autonomía-. A
tigase al perverso y premiase al humanitario y virtuoso, no Kant cualquier heteronornía le parecía inmoral. El hombre y
todos estaban de acuerdo en admitir otra vida ultraterrena. Eso su razón se bastaban a sí mismos para darse normas morales.
era también un misterio, sobre el que la razón no se atrevía Más aún, el hombre estaba dotado, por la misma naturaleza
a pronunciarse de manera decisiva. -creían-, de un cierto sexto sentido, que era el sentido o
Entre los deístas hubo, naturalmente, matices distintos, pero instinto moral. El nos indica claramente lo que es honesto y
todos coincidían en el rechazo del cristianismo como religión lo que no lo es, y nos impulsa con suavidad a practicar el
revelada, en la crítica a los datos negativos de la historia cris- bien y evitar el mal. Si los hombres no lo experimentaban así
tiana, en la interpretación de la Biblia como uno más de los es porque la religión, la superstición, la sociedad violentan la
libros antiguos, y en el recurso último a la razón. naturaleza y ponen al hombre en guerra consigo mismo.
Es verdad que algunas de sus críticas tenían un fundamento; El raciocinio de los ilustrados era tan sencillo -y tan
es verdad que ni ellos ni los teólogos cristianos estaban pre- simplista- como esto: la naturaleza nos ha destinado a ser
parados para poder conocer los diversos géneros literarios de felices. La felicidad es el conjunto de sensaciones agradables.
la Biblia como los conocemos hoy y para separar su profundo
Eso mismo nos está indicando que seguir lo agradable es
mensaje religioso de las imágenes o relatos humanos; es verdad
moralmente bueno. Lo desagradable y doloroso, lo repugnante,
también que, tal como entonces se entendía la Biblia y aun el
lo violento, he ahí el mal. Lo que llamamos pasiones, y la
cristianismo, en muchos ambientes, chocaba demasiado con la
razón. Pero es verdad también que los ilustrados no hicieron moral cristiana ha condenado, no son sino los apetitos indis-
esfuerzos por comprender las verdaderas fuentes de la revela- pensables para el desarrollo de la vida. Mandeville, en su famosa
ción cristiana y el sentido profundo y verdadero de lo religioso. Fábula de las abefas (1714), mostraba cómo en una colmena,
Se negaron, sobre todo, a admitir el misterio, que es una mientras reinaban en ella las pasiones, todo rebosaba de vida
realidad insustituible en la religión, y a aceptar que Dios hubiera y actividad, era un paraíso. Pero si predicadores de la moral
podido acercarse a los hombres para hablarles e instruirles. No cristiana logran imponer a todas las abejas la mansedumbre, la
supieron que Dios es amor, y que el amor es, por esencia, moderación y las otras virtudes, cesa la actividad, desaparecen
comunicativo. Creyeron que Dios era sólo razón. las artes y la industria, decae la vida y todo se adormece. Era
Hay que reconocer también, por otra parte, el sentido hu- un elogio de los vicios.
manitario y moralizante que tuvieron no pocos ilustrados. Pero No todos los moralistas exaltaban los vicios como motor
de su moral hablaremos a continuación. de la historia porque el placer debía ser regido también por
la razón. Muchos creyeron en el amor propio como regla y
norma de moralidad. El amor que instintivamente uno se tiene
La moral natural a sí mismo le dice lo que debe y lo que no debe hacer. El
amor propio es el interés por uno mismo, pero está claro que
A una religión natural la seguía una moral natural. Los ese interés le sugerirá la moderación y la jerarquía entre los
ilustrados no eran libertinos, aunque es verdad que la sociedad placeres. «El vicio -decía Bolingbroke- es el exceso, el abuso,
burguesa y aristocrática del siglo XVIII distaba mucho de ser la mala aplicación de los apetitos, de los deseos, de las pasiones,
ejemplar en sus costumbres. Pero se pretendió crear una moral que son naturales e inocentes, incluso útiles y necesarias. La
virtud consiste en la moderación y el gobierno en el uso y la
13
O.e., art. Áflle. aplicación de esos apetitos, de esos deseos, de esas pasiones,
V
',

1
206 C. 7. La ll11stración 2. Las categorías de la Ilustración 207
/
(

de acuerdo con las normas de la razón y, por tanto, en opo- así de la paz como de la guerra de los pueblos), esa Filosofia
sición frecuente a sus impulsos ciegos» 14• que [...] ha tenido horror a buscar las razones, pero que puede
Se iniciaba así un proceso que habría de durar hasta nues- reducir la Filología en forma de ciencia, descubriendo el pro-
tros días: el intento de fundamentar la moral en la sola natu- yecto de una Historia ideal eterna, sobre la cual corren en el
raleza o en la sola razón humana. La falta de sentido y de tiempo las historias de todas las naciones. Así, esta ciencia
razón metafisica de los ilustrados del siglo XVIII y de los pos- viene a ser una Filosofia de la autoridad>> 15 •
teriores hasta nuestros días, los extraviaron hacia lo imposible. Herder irá más lejos en su formulación: «Vivimos en un
La razón humana puede descubrir, y no siempre, lo que es mundo que nosotros mismos hemos creado» 16• El universo
honesto y lo que es inhonesto pero el problema moral consiste social es de institución humana. Un pensador francés, Duelos,
en la pregunta por la obligación en conciencia de actuar de una en sus Considérations sur les moeurs de ce siecle, ya realiza un ensayo
manera y no de otra. La razón, por sí misma, no es apta para de sociología empírica, una sociología y una política que de-
generar obligación moral. La verdadera obligación moral requiere berían imitar, en su construcción, a la ciencia fisica experimen-
que alguien que sea superior al hombre le dé un mandato de tal. Se trataría de observar los caracteres y las costumbres de
cuyo cumplimiento tenga que responder ante él. Entonces y los diversos pueblos para deducir de ellos las leyes que los.
sólo entonces el hombre está obligado moralmente a actuar debían gobernar. Aparece un nuevo campo de investigación
de una manera determinada. La razón autónoma, la conciencia experimental: las costumbres humanas como fundamento de
subjetiva, el sentimiento de benevolencia, la filantropía, el sen- las leyes. Con ello aparece también la posibilidad de un rela-
tido estético, el amor propio, y todas las otras instancias a las tivismo jurídico. Puesto que las costumbres son tan diversas,
que apelaban los ilustrados, nunca pueden fundamentar obli- también las leyes deberán serlo. Se debilita el fundamento úl-
gaciones morales absolutas, universales y objetivas. timo y absoluto de las leyes, la ley natural como expresión de
la ley eterna y divina. Nace el sociologismo: lo que una sociedad
hace se erige en ley. ·
La nueva ftlosofia social y política El barón de Montesquíeu (1689-17 55) será el Newton de la
nueva ciencia política. El año 1721 publicaba sus Cartas persas
En conexión cercana con los temas morales, están los ju- en las que hacía decir a un joven persa, que viajaba por Europa,
rídícos y sociales. Existía una corriente de iusnaturalismo ra- todas las irracionalidades que encontraba en lo social, en lo
cionalista a la que ya nos hemos referido en esta obra (c.4.4). político y en lo religioso, que no eran pocas. Era una crítica
Era inevitable, por toda la contextura ideológica de la Ilustra- elegante en la forma pero cruel en el fondo contra la cultura
ción, que, en esta época, el iusnaturalismo racionalista se pre- europea. Sin embargo, en este momento, nos interesa más otra
sentase como la única manera de fundamentar el derecho y la obra de Montesquieu aparecida en 1748, después de veinte años
política. También aquí se quería arrebatar a la dívinidad su de elaboración: El espíritu de las lryes, que le dio fama· interna-
derecho a dar las primeras normas que orientasen de manera cional y que ha quedado hasta hoy como uno de los catecismos
humana las sociedades y sus leyes. Ya el napolitano Juan Bau- universales de las modernas democracias liberales.
tista Vico (1668-1744), en sus Principios de una ciencia nueva en Enamorado Montesquíeu de la filosofia y de la política
tomo a la común naturaleza de las naciones, admite la acción de la inglesa, intenta fundamentar un sistema legal y jurídico que se
Providencia divina pero propugna «una nueva arte crítica que apoye en las leyes, entendidas éstas de manera empírica como
hasta ahora ha faltado entrando en la investigación sobre la <<las relaciones necesarias que se derivan de la naturaleza de
verdad acerca de los creadores de las mismas naciones [...] aquí las cosas» 17• Había estudiado y leído mucho sobre pueblos y
la Filosofia examina la Filología (o sea, la doctrina de todas 15
las cosas que dependen del arbitrio humano, como son todas G. B. Vico, La Scienza nuova secunda, giusta l'edizione del 1744 (Bari
1942), 9. .
las historias de las lenguas, de las costumbres, y de los hechos 16
Cit. en G. GUSDORF, Les principes de la pensée au siecle des lumie'ros (Paris
14
1971), 197.
LORD BOUNGBROKE, Letters on the Stutfy and Use of History (1752), carta III. 17
El espírit11 de las lryes, p.I, 1.1.
208 C 7. La Ilustración 3. Juan Jacobo Rousseau 209

costumbres y llegaba a la conclusión de que no se pueden dar Dios. Pero entendían que el lenguaje de la razón era el lenguaje
leyes universales, válidas para todos los pueblos sino que el de Dios mismo ya que Dios es razón, y es la razón humana
legislador tiene que contar con la realidad física de un país, la que expresa la razón divina. Dios se reabsorbe en la razón,
con el clima, la calidad del terreno, el género de vida, la la razón en la naturaleza y la naturaleza en la felicidad. El
religión de los habitantes, sus riquezas, sus costumbres, su antiguo derecho divino y natural se convierte en un derecho
comercio, etc. Ese conjunto de relaciones tiene que estar do- natural y racional. Así no extrañará que la Enciclopedia en el
minado, naturalmente, por la razón y su lógica, una lógica que vocablo 0, la defina así: <<La ley, en general, es la razón
preexiste en las cosas mismas. «La ley, en general, es la razón humana en tanto que gobierna todos los pueblos de la tierra;
humana en tanto que gobierna todos los pueblos de la Tierra; y las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más
las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más que los diversos casos particulares en que se aplica esa razón
que los casos particulares a los que se aplica la razón hmna- hmnana».
na» is.
Montesquieu no considera la fundamentación última de la
ley en Dios. Cree en Dios creador y conservador, pero él es 3. JUAN JACOBO ROUSSEAU
un escritor político y se atiene a los datos empíricos de las
realidades inmediatas y a la razón como apelación última. Así He aquí un hombre en apariencia pequeño, por lo que
como en el mundo físico hay gran diversidad de seres, pero toca a la Filosofia, y sin embargo probablemente el más in-
al fin todos están sometidos a la ley de la gravitación universal, fluyente en aquella tremenda decisión que fue la Revolución
y a otras leyes fisicas generales que Newton había descubierto, francesa y en la instauración del orden secular posterior a ella.
así en el mundo social y jurídico hay múltiples datos empíricos No fue un sabio como Leibniz, ni un sistémático como Wolff,
que deben ser tenidos en cuenta a la hora de legislar, pero ni un crítico culto como Voltaire, ni un científico como New-
todos ellos deben quedar sometidos, en última instancia, a la ton, pero su influencia ha sido tan grande o mayor que la de
racionalidad, norma suprema y última. La fascinación y el deseo ellos. Fue un hombre sentimental zarandeado por la sociedad,
de unificar el mundo jurídico como Newton había unificado, la vida, sus pasiones, su melancolía; fue un vagabundo que
el mundo físico atraía .con vehemencia a los pensadores de la anduvo de Ginebra a Turín, de Chambery a Lyon, de París a
época. Un único esquema epistemológico, el de Newton, parecía Venecia, a Inglaterra, invitado por Hume con el que pronto
poder explicarlo y fundamentarlo todo. Hume lo llamaría «el rompió obsesionado por sus manías persecutorias, de allí de
método experimental del razonamiento». Un reformador fran- nuevo a Francia para morir pobre y acogido por el marqués
co-inglés de la masonería, Desaguliers (1683-1712), publicó en de Girardin en su finca de Ermenonville. De mala salud física
1728 un poema que llevaba por título El sistema newtoniano del y psíquica, y no buena salud moral hasta el extremo de mandar
mundo, el mgor modelo de gobierno. al hospicio a los cinco hijos que tuvo de Teresa Lavasseur;
La corriente iusnaturalista, que tuvo muchos representantes, autodidacta en todo, y al mismo tiempo polifacético porque
sobre todo en Alemania, pero también en Francia, en Italia y, escribió música, teatro, filosofía, política, novela, pedagogia, eco-
desde luego, en Inglaterra, se orientaba de manera definitiva nomía política, autobiografía.
hacia el racionalismo, por un lado, y hacia el empirismo rela- Tuvo, sin embargo, una notable capacidad para intuir y for-
tivista, por otro. Heineccius, Wolff, Strube de Piermont, el mular los más graves problemas de la sociedad francesa de su
señor D'Aube, Jean-Jacques Burlamaqui, Filangieri, Morelly y tiempo y para hacer una incisiva y definitiva crítica de ellos. Fue
muchos otros hacían de la razón la última instancia y funda- él quien mejor comprendió la gran injusticia humana que era la
mento del derecho. Es verdad que algunos de ellos recordaban desigualdad económica y social y la carencia de libertad, la ex-
que la razón lo que hace es descubrir y conocer la ley natural plotación a la que estaban sometidas las clases inferiores, el
que Dios ha dado a los hombres. No olvidaban del todo a abuso de la propiedad privada, la violencia de unas estructuras
injustas. Intuyó también que la vida humana, por ser demasiado
18
O.e., l.I, c.III. compleja, no puede reducirse a razón como querían los ilustra-
208 C 7. La Ilustración 3. Juan Jacobo Rousseau 209

costumbres y llegaba a la conclusión de que no se pueden dar Dios. Pero entendían que el lenguaje de la razón era el lenguaje
leyes universales, válidas para todos los pueblos sino que el de Dios mismo ya que Dios es razón, y es la razón humana
legislador tiene que contar con la realidad fisica de un país, la que expresa la razón divina. Dios se reabsorbe en la razón,
con el clima, la calidad del terreno, el género de vida, la la razón en la naturaleza y la naturaleza en la felicidad. El
religión de los habitantes, sus riquezas, sus costumbres, su antiguo derecho divino y natural se convierte en un derecho
comercio, etc. Ese conjunto de relaciones tiene que estar do- natural y racional. Así no extrañará que la Enciclopedia en el
minado, naturalmente, por la razón y su lógica, una lógica que vocablo Ley, la defina así: «La ley, en general, es la razón
preexiste en las cosas mismas. «La ley, en general, es la razón humana en tanto que gobierna todos los pueblos de la tierra;
humana en tanto que gobierna todos los pueblos de la Tierra; y las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más
las leyes políticas y civiles de cada nación no deben ser más que los diversos casos particulares en que se aplica esa razón
que los casos particulares a los que se aplica la razón huma- humana>>.
na» is.
Montesquieu no considera la fundamentación última de la
ley en Dios. Cree en Dios creador y conservador, pero él es 3. JUAN JACOBO ROUSSEAU
un escritor político y se atiene a los datos empíricos de las
realidades inmediatas y a la razón como apelación última. Así He aquí un hombre en apariencia pequeño, por lo que
como en el mundo fisico hay gran diversidad de seres, pero toca a la Filosofía, y sin embargo probablemente el más in-
al fin todos están sometidos a la ley de la gravitación universal, fluyente en aquella tremenda decisión que fue la Revolución
y a otras leyes fisicas generales que Newton había descubierto, francesa y en la instauración del orden secular posterior a ella.
así en el mundo social y jurídico hay múltiples datos empíricos No fue un sabio como Leibniz, ni un sistemático como Wolff,
que deben ser tenidos en cuenta a la hora de legislar, pero ni un crítico culto como Voltaire, ni un científico como New-
todos ellos deben quedar sometidos, en última instancia, a la ton, pero su influencia ha sido tan grande o mayor que la de
racionalidad, norma suprema y última. La fascinación y el deseo ellos. Fue un hombre sentimental zarandeado por la sociedad,
de unificar el mundo jurídico como Newton había unificado, lá vida, sus pasiones, su melancolía; fue un vagabundo que
el mundo físico atraía .con vehemencia a los pensadores de la anduvo de Ginebra a Turín, de Chambery a Lyon, de París a
época. Un único esquema epistemológico, el de Newton, parecía Venecia, a Inglaterra, invitado por Hume con el que pronto
poder explicarlo y fundamentarlo todo. Hume lo llamaría «el rompió obsesionado por sus manías persecutorias, de allí de
método experimental del razonamiento». Un reformador fran- nuevo a Francia para morir pobre y acogido por el marqués
co-inglés de la masonería, Desaguliers (1683-1712), publicó en de Girardin en su finca de Ermenonville. De mala salud física
1728 un poema que llevaba por título El sistema ne1vtoniano del y psíquica, y no buena salud moral hasta el extremo de mandar
mundo, el mefor modelo de gobierno. al hospicio a los cinco hijos que tuvo de Teresa Lavasseur;
La corriente iusnaturalista, que tuvo muchos representantes, autodidacta en todo, y al mismo tiempo polifacético porque
sobre todo en Alemania, pero también en Francia, en Italia y, escribió música, teatro, filosofía, política, novela, pedagogía, eco-
desde luego, en Inglaterra, se orientaba de manera definitiva nomía política, autobiografía.
hacia el racionalismo, por un lado, y hacia el empirismo rela- Tuvo, sin embargo, una notable capacidad para intuir y for-
tivista, por otro. Heineccius, Wolff, Strube de Piermont, el mular los más graves problemas de la sociedad francesa de su
señor D'Aube, Jean-Jacques Burlamaqui, Filangieri, Morelly y tiempo y para hacer una incisiva y definitiva crítica de ellos. Fue
muchos otros hacían de la razón la última instancia y funda- él quien mejor comprendió la gran injusticia h~mana que era la
mento del derecho. Es verdad que algunos de ellos recordaban desigualdad económica y social y la carencia de libertad, la ex-
que la razón lo que hace es descubrir y conocer la ley natural plotación a la que estaban sometidas las clases inferiores, el
que Dios ha dado a los hombres. No olvidaban del todo a abuso de la propiedad privada, la violencia de unas estructuras
injustas. Intuyó también que la vida humana, por ser demasiado
18
O.e., I.I, c.III. compleja, no puede reducirse a razón como querían los ilustra-
210 e 1. La l/11stradón 3. ]flan Jacobo Ro11ssca11 211

dos. Hizo del sentimiento una nueva filosofia, dirigida contra el hubiese demostrado que el hombre es naturalmente bueno y
despotismo de la razón. Se había embriagado con la belleza de que se hace malo por esas instituciones!» 20 •
los paisajes, con el murmullo de los arroyos, con la frescura de Todo comenzó allí. De aquella primera intuición nació el
las mañanas azules y doradas, con la dulzura de la amistad y Discurso sobre las ciencias y las artes, que obtuvo el primer premio
las delicias del amor. Había nacido para la libertad y para las de la Academia de Dijon; el Discurso sobre el origen y los funda-
efusiones afectivas más que para el razonamiento frío. Se dedicó mentos de la desigualdad entre los hombres, La nueva Eloísa, El
a soñar más que a razonar, a dejar hablar a su corazón más Contrato social, y el Emilio.
que a su lógica. Fue un precursor y un iniciador del naturalismo Porque todos ellos son, por el fondo, un lamento sobre
romántico. Su novela La nueva Eloísa (1761) hizo llorar a todos los males sociales, un dulce pero penetrante ataque a las ins-
los europeos que sabían leer. El subtítulo era demasiado atra- tituciones, y un suspiro por una sociedad más feliz. Son una
yente como para que no quedasen subyugadas por él cuantas crítica, hecha con sensibilidad, de una sociedad artificiosa y,
personas tenían corazón: Cartas de dos amantes habitantes de una por ello, tejida de injusticias, desgracias y sufrimientos, y una
aldea al pie de los Alpes. En ella, Rousseau da rienda suelta a sus nostalgia de una sociedad natural en la que todos los hombres
sentimientos apasionados, y asocia el naturalismo del amor con fuesen libres, iguales, hermanos, naturales y felices.
el elogio declamatorio de la virtud y la melancolía de la natu- En el Discurso sobre las ciencias y las artes tiene un concepto
raleza. Hablaba al corazón, que es lo que en realidad convence pesimista de la Ilustración. <<Las artes y las ciencias tejen guir-
a los hombres. También por eso tuvo tanto éxito. Opuso el naldas de flores en las cadenas que sujetan al hombre y ahogan
sentimiento a la razón, lo que le mereció la antipatía y las iras su libertad original>> 21 • Los pueblos degeneran al civilizarse; así
de los enciclopedistas. En la Prefesión de fe del Vicario saboyano, los bárbaros germanos; Esparta <<la natural>> fue superior a
inserta en su Emilio, escribió: «Todo lo que yo siento que es Atenas <<la culta>>; los romanos perdieron su vigor al ponerse
bueno, es bueno; todo lo que yo siento que es malo, es malo. en contacto con la refinada civilización griega. Por tanto, es
El mejor de todos los 'casuistas es la conciencia>> 19 • Pero la perjudicial llevar <<las luces» al pueblo. Es mejor «el estado
conciencia eran sus sentimientos individuales. natural>>. Las almas se corrompen al contacto con las ciencias
En 1749, cuando tenía 37 años, creyó tener una iluminación y las artes. Los «filósofos» no pasan de ser envanecidos char-
repentina que determinó toda su producción filosófica, y aun latanes. «Dios Todopoderoso, Tú que tienes en tus manos los
literaria, posterior. Cruzaba el bosque de Vincennes, a las afue- espíritus, líbranos de las luces y de las funestas artes de nuestros
ras de París, para visitar, en la fortaleza-prisión, a Diderot. padres y devuélvenos la ignorancia, la inocencia y la pobreza,
Fatigado, hizo un alto y se sentó junto a un árbol. Sacó el los únicos bienes que pueden hacer nuestra felicidad y que
Mercure de France y se puso a leer. Se encontró con una con- son preciosos ante Ti>> 22•
vocatoria de la Academia de Dijon que ofrecía un premio a Esta actitud le valió la enemistad de Voltaire, de Grimm,
quien presentase el mejor estudio sobre el lema «si el desarrollo de Holbach, de todos los ilustrados que creían en la redención
de las ciencias y de las artes había contribuido a corromper por la razón.
o a purificar las costumbres». Súbitamente se le abrieron los En el Discurso sobre la desigualdad, ya enseñaba que la causa
ojos de la mente. Como un rayo que hubiera incendiado toda de todas las desigualdades y de todos los males era la propiedad
la espesa selva de su espíritu, ardieron en su interior, una tras privada: «El primer individuo al que, tras haber cercado un
otra, infinitas ideas: «Sentí mi cabeza poseída por un aturdi- terreno, se le ocurrió decir: esto es mío y encontró gentes lo
miento semejante a la embriaguez [...] si yo hubiera podido bastantes simples como para hacerle caso, fue el verdadero
escribir la cuarta parte de lo que vi y sentí debajo de aquel fundador de la sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, guerras, ase-
árbol, ¡con qué claridad hubiera podido hacer ver las contra-
dicciones del sistema social!, ¡con qué fuerza hubiese expuesto
2
° Carta a Malesherbes, 12 janvier 1762: Oeuvres Completes, t.VII (Paris
1858), 213.
todos los abusos de nuestras instituciones!, ¡con qué facilidad 21
Disco11rs s11r les sciences et les arts, p.I: Oeuvres Completes, t.I (Paris, s.a.),
19
3.
É'mile, !.IV, t.II (París 1863), 77. 22
O.e., p.II, 18.
212 C7. La Ilustración 3. Juan Jacobo Rot1sseau 213

sinatos, cuántas miserias y horrores no les hubiera ahorrado el sin ritos y sin sacerdotes, limitada al culto puramente interior
que, arrancando las estacas o cegando el foso, hubiera gritado al Dios supremo y que contiene los valores eternos de la
a sus semejantes: ¡Guardaos de escuchar a ese impostor: estáis moral. Sería la religión expresada en el Evangelio. Hay otra
perdidos si olvidáis que los frutos pertenecen a todos y que religión que es la civil, es decir, aquella que es propia de una
la tierra no es de nadie [...]. Tal fue, o pudo ser, el origen sociedad o de un país determinado. Tiene sus dioses tutelares,
de la sociedad y de las leyes que le dieron nuevas cadenas al sus dogmas, sus ritos, su culto externo establecido por las
débil y nuevas fuerzas al rico, que destruyeron para siempre leyes. Por fin, hay una tercera religión: la que da a los hombres
la libertad natural, sentaron para siempre la ley de la propiedad dos legislaciones, dos jefes, dos patrias y así les sujeta a deberes
y de la desigualdad, que de una hábil usurpación hicieron un 1 contradictorios y les impide ser ciudadanos o ser religiosos.
derecho irrevocable y que, en provecho de algunos ambiciosos, Esta es la religión católica, la de los lamas, y la de los japoneses.
sujetaron, desde entonces, a todo el género humano al trabajo, «Es tan evidentemente mala que demostrarlo es perder el tiem-
a la servidumbre y a la miseria» 23 • po; todo lo que rompe la unidad social no tiene valor ninguno;
Este desafío de Rousseau a la base económica sobre la que todas las instituciones que ponen al hombre en contradicción
estaba edificada toda la sociedad del Antiguo Régimen era consigo mismo tampoco tienen valor alguno [...]. Se nos dice
demasiado temible y revolucionario. Era excesivo. Por eso no que un pueblo de verdaderos cristianos formaría la más perfecta
lo recogieron los burgueses que hicieron la Revolución francesa sociedad que se puede imaginar. No veo en esta suposición
y en el artículo 17 de la Declaración de los derechos del hombre y más que una dificultad: que una sociedad de verdaderos cris-
del ciudadano decían: «Siendo la propiedad un derecho sagrado tianos no sería una sociedad de hombres» 24 •
e inviolable, no podrá ser suprimida en ningún caso, salvo en Se puede uno imaginar las consecuencias que dedujeron los
el de que la necesidad pública, legalmente constatada, lo exija burgueses de Francia de todas estas y otras proposiciones de
claramente y siempre con la condición de una precedente y Rousseau. Ahora creían ver con evidencia que había sonado
justa indemnización». Habría que esperar a Marx para que se la hora de acabar con el régimen religioso cristiano y con el
tomase en serio la supresión teórica de la propiedad privada régimen político que estaba establecido en Francia desde mu-
por ser la causa de todos los males, y a Lenin, Stalin y Mao, chos siglos atrás. Tanto más que ambos se apoyaban mutua-
para que intentasen, por la violencia, crear en la práctica una mente: la religión sacralizaba a los reyes y los reyes protegían
sociedad sin propiedad privada y sin clases económicamente la religión y, con frecuencia, la manipulaban en su favor.
distintas. Había llegado el momento de instaurar un nuevo régimen
Pero más decisivo e incisivo aún era El Contrato socia4 de socio-político sin más apoyatura ni estructura que el pueblo.
Rousseau. Su primera proposición llevaba una temible carga Más aún, un régimen en el que se evitase cuidadosamente la
revolucionaria. Era, en realidad, un grito de guerra: «El hombre distinción entre sociedad y Estado para impedir así cualquier
nace libre y dondequiera está en cadenas». La conclusión no desigualdad y cualquier dualismo entre dominantes y dominados.
se hizo esperar: Busquemos qué cadenas nos privan de la El pueblo todo había de ser el único soberano y su soberanía
libertad y quebrantemos sus candados porque tenemos todo el era absoluta, perpetua e intransferible. Rousseau clarificaba la
derecho de ser libres y felices. Les parecía muy claro, por lo manera de lograr esta dificil ecuación soberanía = pueblo me-
demás, que los cepos y las cadenas eran principalmente dos: diante su original teoría de El Contrato social La clave de esta
la superstición religiosa y el Estado absolutista. Era urgente nueva sociedad feliz estaría en que se estructurase mediante
acabar con todas sus instituciones, hacer tabla rasa de ellas y un contrato hecho no entre la sociedad y el Poder, sino entre
construirlo todo de nuevo. los miembros todos de una sociedad. Ese contrato no tiene
Al final de El Contrato social se hacía una disección de las más que una cláusula: cada ciudadano entrega todos sus dere-
religiones. Hay una religión del hombre, sin templos ni altares, chos a toda la comunidad y así, «dándose cada uno por entero,
la condición es la misma para todos y, siendo la condición
2
·l Di.rco11n sin· /'onp,i;;e rit l'illl:l!,aiilé j>{11'/11i lts ho111111es, p.11: Ocuvrcs Comp1Ctes,
t.l (Paris, s.a.), 105. 24 J. J. RoUSSEAU, El Contrato social, 1.IV, e.VIII.
1
214 C7. La Ilustración 3. Juan ]acabo Rousseau 215

igual para todos, nadie tiene interés en hacerla onerosa para mente íntegro, biológicamente sano, moralmente recto, pero
los demás. Es más: cuando la entrega se hace sin reservas, la esto no siempre es posible. Entonces que vivan en un estado
unión llega a ser lo más perfecta posible [...], dándose cada civil pero de la manera más natural posible, con el mínimo
cual a todos, no se da a nadie y como no hay un asociado de instituciones porque ellas son el origen de todos los males.
sobre quien no se adquiera el mismo derecho que se le concede El hombre es bueno por naturaleza; las instituciones lo hacen
sobre sí mismo, se gana el equivalente de todo lo que se malo. Tal vez nunca existió ese estado natural pero queda
pierde y más fuerza para conservar lo que se tiene» 25 • En como un ideal utópico al que es preciso tender siempre.
resumen, «cada uno de nosotros pone en común su persona Había que crear una total socialización del pueblo para
y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad impedir que surjan y se consoliden intereses privados. Nadie
general y nosotros recibimos, en compensación, a cada miembro tendrá que obedecer a otro, sino todos a la voluntad general,
como parte integrante del todo» 26• que siempre es santa. Si alguno se negase a obedecer a la
Es decir, quedaría así constituida una nueva sociedad cuyas voluntad general, es que se había equivocado, y habría que·
características serían: a) el pueblo es el único soberano; b) su «obligarle a ser libre», es decir, a elegir el bien común por
soberanía es absoluta, perpetua, indivisible, irrenunciable e inal- encima de los bienes particulares. Sólo así se logrará la libertad,
terable; e) el pueblo se gobierna mediante la voluntad general la igualdad y la fraternidad, o sea, la situación civil más próxima .
que no es, de suyo, la voluntad de la mayoría, sino la que mira al estado de naturaleza.
por los intereses de todos y no por intereses privados o egoístas, En realidad de verdad, la teoría socio-política de Rousseau,
aunque «se encuentra contando los votos» 27 ; d) la voluntad ge- si, por una parte, fundamentaba la democracia liberal en la que
neral es racional y, por ello, santa e infalible y fundamento se pretende que la soberanía reside en el pueblo, por otra, da
último de toda ley, de todo derecho y de toda moralidad. pie al gobierno dictatorial en nombre del pueblo. El dogma de
La revolución que se propugnaba con estas ideas era más la soberanía del pueblo exige saber quién representa al pueblo
profunda de lo que a primera vista podía parecer: Se suprimía a la hora de las grandes decisiones. Desde la Revolución francesa
la diferencia entre sociedad y Estado; el pueblo todo era el es el partido ideológico de turno el que se autocalifica siempre
Estado; se suprimían los Estamentos sociales intermedios; se como mandatario del pueblo. Que el partido sea fascista, co-
formaba una masa social de todos iguales; se establecía el munista, socialista, de izquierdas o de derechas es otro asunto.
sufragio universal como último y definitivo recurso para cono- Lo cierto es que se presenta como encarnación de la voluntad
cer el derecho y la moral y dictar las leyes; quedaban estable- general, por ello como legítimo representante del pueblo, o, al
cidos como principios inconcusos la igualdad de todos ante la menos, de la mayoría, y se alza con todo el poder en la mano.
ley, la consiguiente abolición de todos los privilegios, la libertad No todos los Estados nacidos de la mayoría popular han sido
total sin más límite que la libertad de los otros; se condenaba dictatoriales, pero todos los Estados dictatoriales han pretendido
a la Iglesia católica como incompatible con una sociedad ra- ejercer su autoridad en nombre del pueblo. Ellos eran el pueblo
cional y humana; se propugnaba, en cambio, una religión deísta y la razón. No es Rousseau el menor responsable de la dictadura
como la única posible, una religión intimista y moralizante jacobina, de la soviética o de la hitleriana por no haber calculado
según la conciencia de cada uno. las consecuencias de sus premisas.
Era el Estado completamente laico que nacía de abajo Fue, pues, Rousseau un revolucionario, pero un revolucio-
arriba, es decir, de una decisión libre y gratuita de unos hom- nario pacífico e inteligente. Por nada del mundo hubiera que-
bres que libremente deciden vivir juntos y darse las leyes que rido que de sus ideas y sus libros surgiese la guillotina, y el
consideren oportunas. Mejor sería que hubieran podido vivir terror. Era un sentimental que nunca conoció la violencia.
en estado natural como el supuesto «buen salvaje», originaria- Quería cambiar las estructuras de la sociedad pero no por las
armas sino por la pedagogía, que es la única manera eficaz de
25
El Contrato social, l.I, e.VI. transformarlas. El revolucionario es un resentido que quiere
26
27
Ibid. derrocar al que está arriba para colocarse en su lugar y actuar
O.e., !.IV, e.2. igual o peor. Robespierre fue ciertamente muchísimo peor que
1
216 C.7. La l/11stración 3. Juan jacobo Ro11ssear1 217

Luis XVI, que era bonachón, aunque incapaz para afrontar la En la Profesión de fe del vicario sabqyano, que forma parte del
tremenda situación que se creó en Francia en 1789. Rousseau Emilio, se explica lo que es la religión natural o deísmo. Subyace
no conoció las dramáticas sacudidas de la Gran Revolución también a ella un espíritu polémico contra el cristianismo y
porque murió el 2 de julio de 1778 a causa de una insolación contra todo el orden cristiano o interpretación cristiana de la
que le proporcionó la bondadosa madre naturaleza. Se hubiera vida. Se le acusa de ser una de las causas principales de la
espantado de haber conocido las jornadas de septiembre, el corrupción de la vida social; de ser espiritualista y no preocu-
asalto a las Tullerías, o el tribunal revolucionario. Su proyecto parse de la comunidad humana; de separar al hombre de la
de transformación social era más inteligente y eficaz aunque tierra ya que tiene por patria el cielo; de ser favorable a la
más lento: era la educación del pueblo. tiranía. El lugar de la fe religiosa debe ocuparlo la fe civil
Como quería una sociedad completamente nueva y distinta, cuyos artículos deben ser establecidos por el soberano -es
escribió un tratado de nueva pedagogía. Tal es su Emilio o decir, por el pueblo-, no como dogmas religiosos sino como
sobre la educación (1762). Nada más aparecer la nueva teoría sentimientos de sociabilidad, sin los cuales resulta imposible
socio-política en El Contrato social, apareció el modo de educar ser buenos ciudadanos y súbditos fieles. De ahí que deban ser
al nuevo pueblo, el tratado pedagógico llamado Emilio. toleradas todas las religiones que toleran a las demás, siempre
Es verdad que poco antes había publicado su novela La que sus dogmas no contengan nada contrario a los deberes
nueva Eloísa, que ya era un tratado de pedagogía. La pasión del ciudadano.
amorosa entre Eloísa y Saint Preux es una puesta en escena Por fin, hay que decir que en el Emilio iba implícita todavía
del estado feliz de naturaleza, pero es necesario someter la otra consecuencia cuyas ondas llegan hasta nuestros días. Que-
naturaleza a la razón social. Eloísa se casa con Wolmar y daba abierta la pregunta: ¿quién deberá educar a los hombres
acepta esta decisión racional y moral que le impone la sociedad. nuevos para la sociedad nueva? La respuesta era obvia pero
Mejor sería la no represión pero es inevitable someterse al muy comprometedora. Sería la sociedad nueva la que debía
principio de realidad, por utilizar una terminología freudiana. conformar a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes, arran-
Pero el Emilio es mucho más amplio. Allí da normas con- cándolos de las manos de la Iglesia y sus clérigos, que eran
cretas -y utópicas- de cómo se debe educar a los nuevos los educadores sempiternos. Pero la sociedad se identifica con
ciudadanos. Ya que el niño que llega al mundo es plenamente el Estado, por tanto, el Estado, encargado de todos los asuntos
inocente y bueno, hay que tener buen cuidado de que la del bien común, tendrá también la misión de educar a todos
sociedad, la Iglesia, las supersticiones, las normas morales ar- los ciudadanos. Así nacería el monopolio estatal con respecto
tificiales, los libros, no le perturben: «Todo está bien cuando a la educación que, contra viento y marea, es decir, contra
sale de las manos del autor de todas las cosas; todo degenera todo derecho, han mantenido y mantienen los gobiernos au-
en las manos del hombre» 28 • Educarle, pues, conforme a sus toritarios, los socialistas y los liberales. Manuel Azaña, tardío
tendencias naturales sin permitir que derive hacia lo irracional; ilustrado español, prominente anticlerical republicano, decía en
educarle en y con la naturaleza, que es la madre inocente, un discurso parlamentario del 13 de octubre de 1931: «En
inteligente e infatigable. ningún momento, bajo ninguna condición, en ningún tiempo,
La propuesta en sí parecía racional y correcta pero en el ni mi partido ni yo en su nombre, suscribiremos una cláusula
fondo era subversiva. Era la condenación radical de toda edu- legislativa en virtud de la cual siga entregado a las Ordenes
cación religiosa, moral y social, tal como hasta entonces se religiosas el servicio de la enseñanza. Eso jamás» 29 •
había dado. Era la propuesta de una nueva mentalidad para Sesenta años más tarde, los últimos herederos españoles de
un supuesto hombre nuevo, libre, natural, filántropo, en suma, la Ilustración siguen la misma táctica del injusto monopolio
racional y, por eso, bueno. Un hombre capaz de vivir libre t escolar, aunque con métodos más cautelosos. Lo llamamos
~
en una sociedad sin Estado y de cooperar al mismo tiempo t injusto porque toda persona, o colectivo de personas, que saben
en la búsqueda y la ejecución de la voluntad general. ~ algo tienen un derecho natural a enseñarlo sin que el Estado
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28 29
É'lllile, l.I: Oeuvres Completes, t.I (París, s.a.), 411. M. AZAÑA, Obras completas, II (l\fadrid 1966), 57.

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218 C 7. La Ilustración 4. La Enciclopedia 219

tenga que intervenir a no ser para garantizar la tendencia al Los orígenes de la Enciclopedia fueron éstos: Un librero
bien común. El derecho a enseñar es propio de la persona y parisiense quiso traducir una obra inglesa Cyclopaedia or Dictionary
anterior e independiente del Estado. ef arls and sciences, de Ephraim Chambers. Le encomendó la
tarea a Denis Diderot. La empresa no pudo llevarse a cabo,
pero Diderot concibió un plan más ambicioso: una gran En-
4. LA ENCICLOPEDIA ciclopedia que reuniese todos los saberes, de manera razonada
y razonable (raisonné), dando preferencia a los saberes prácticos
Al fin sucedió lo que tenía que suceder. Eran tantas las (des sciences, des arls et des métiers).
ideas nuevas, las actitudes nuevas, los valores distintos que, sin > Logró que en su proyecto colaborasen los ingenios más
que nadie lo formulara, se estaba exigiendo una compilación, ¡ destacados de la inteligencia francesa de la época: D'Alembert,.
en la que se sintetizasen tantas nuevas adquisiciones y el nuevo
espíritu. La revolución ideológica había sido tan amplia y tan
compleja que había afectado a todas las áreas del saber.
¡ ante todo, que sería coeditor con él, y que escribió un famoso
Discurso preliminar; Voltaire, venerado patriarca de todos los
ilustrados; el barón D'Holbach, acérrimo materialista e infati-
Por otra parte, la elevación económica de la burguesía, las gable enemigo del cristianismo; Quesnay, médico de Luis XV,
innumerables publicaciones de ensayos, artículos, revistas y li- 1 representante del movimiento económico que se llamó Fisio-
bros, las discusiones en salones y cafés, habían despertado la
curiosidad intelectual y el deseo de saber y conocer lo nuevo. i
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cracia; Buffon, célebre naturalista; Turgot, filósofo, hacendista
y fisiócrata; el barón de Montesquieu, crítico de la cultura y
Las clases medias burguesas, el Tercer Estado, ansiaban también ¡ pensador político; el abate Condillac, filósofo sensista; Helvetius,
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las luces, ¿acaso la razón no era patrimonio de todos? La tan materialista como Holbach; Melchor Grimm, cuasifilósofo
felicidad era el destino de todos los hombres y la senda que '
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alemán residente en París y enemigo de Rousseau; el mismo
conducía a la felicidad era la razón. Todos los hombres debían Rousseau, que contribuyó con artículos sobre música y sobre
ser ilustrados y entonces todos serían felices. Como la Summa Economía política, y otros muchos médicos, filósofos, mate-
Theologica de santo Tomás había sido el compendio del saber máticos, físicos, geógrafos, mecánicos, etc. Colaboraron también
teológico y filosófico de los cristianos desde el siglo XIII, ahora, algunos clérigos, además de Condillac, como Mollet, De Prades
abandonada la superstición teológica y las vanas elucubraciones y Morellet, con la intención de conciliar las nuevas ideas con
filosóficas, se exigía una nueva Summa adaptada a la nueva la ortodoxia cristiana y, por parte de los editores, para que la
cultura. obra no pareciese impía.
Fue la exigencia que vino a llenar la Enciclopedia o Diccionario El primer volumen apareció en 1751 y el segundo en 1752.
razonado de las ciencias, las arles y los oficios, por una Sociedad de Pronto fueron denunciados por los jesuitas en sus Mémoires de
hombres ilustrados, puesto en orden y publicado por M Diderot [...] en Trevoux, revista mensual de información y crítica cultural. La
cuanto a la parle matemática por M. D'Alemberl. Ella sería el hon- intervención ante el rey de un eclesiástico, llamado F. Boyer,
tanar en el que abrevaron su sed de luces los aristócratas y preceptor del Delfín, hizo que se promulgara un decreto de
los burgueses de la Francia y de la Europa del siglo XVIII y prohibición de los dos primeros volúmenes. Sin embargo, la
aun del XJX. Su publicación, a pesar de ser lenta y laboriosa, protección del influyente Malesherbes logró que continuase su
fue un éxito sin precedentes pues ya desde su comienzo tuvo publicación. En 1757 habían aparecido ya siete volúmenes. En
cuatro mil suscriptores. Esto indica con elocuencia que era una 1758, D'Alembert se retiró de la dirección. El Gobierno francés
obra para su época, y que respondía a las necesidades de su hizo cuanto pudo por obstaculizar la continuación de la obra
tiempo. Un célebre orador francmasón apellidado Ramsay había pero la autoridad ya había perdido su prestigio y, además,
exhortado, ya en 1737, a sus correligionarios a colaborar para algunos hombres del Gobierno veían con simpatía la publica-
reunir los materiales de un diccionario universal de las artes ción y no ejecutaron la prohibición. En 1765 habían aparecido
liberales y de todas las ciencias útiles 30 • los diez volúmenes últimos. Otros volúmenes de grabados y
suplementos vieron la luz después y, en 1780, se terminó de
3
° Cf. É. BRÉHIER, Historia de la Filosofta, t.II (Buenos Aires, 1944), 373. publicar. Eran en total treinta y cinco volúmenes.
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220 C 7. La Ilustración ~
4. La Enciclopedia 221
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La Enciclopedia era la cruzada de <<los filósofos» contra ·~ era la ignorancia filosófica y metafísica de los ilustrados y los
todo el orden antiguo y principalmente contra la Iglesia católica ;,'' «filósofos» del siglo XVIII. Incapaces de pensar con profundidad,
y contra el Antiguo Régimen. Estaba movida por el temor de j creían que la más alta filosofía era no más que la razón que
ver elevarse algún poder superior a la razón; era una aversión ¡ un pintor, un poeta, un músico o un geómetra podían dar de
radical a cualquier instancia que no fuese el hombre mismo. Q
su arte al verse acuciados por nuestras preguntas. No, pues,
Por eso tiene un fondo polémico. Muchos de sus artículos, ~
l1, la ciencia del ser, sino la ciencia de lo empírico, una especie
sobre todo los que se refieren a temas religiosos, tienen una de fenomenología y poco más. Los ilustrados tuvieron la per-
apariencia de moderación, de respeto y de prudencia. El temor ':¡ suasión ingenua de que los antiguos habían sido niños y que
a las censuras del poder civil imponía estas reservas, pero el ellos, los modernos, representaban la madurez del espíritu hu-
espíritu de fondo es el espíritu crítico, iróníco y polémico del mano, ¿qué podían aprender de los que habían sido ilusos
siglo. No intentaba sólo informar sino crear opiníón, sobre minorennes? Una vez más despreciaban lo que ignoraban~
todo opinión de una política nueva y opinión anticristiana. Si En cambio, se ponían al alcance del gran público los modos
el orden externo es el alfabético, la infraestructura es el criti-
de fabricación de múltiples objetos útiles. «Se conoce la anéc-
cismo, el empirismo, el positivismo, el naturalismo, el deísmo.
dota imaginada por Voltaire, a guisa de ilustración: Cenando
Subyacía siempre el planteamiento cartesiano-lockeano: siete lla-
Luis XV en Trianon, en intimidad, se habló de caza, luego de
ves sobre todo lo antiguo y empezar todo de nuevo guiados
sólo por la razón. Diderot había dicho al explicar el término pólvora. Madame de Pompadour no sabía ni de dónde venía
mismo de Enciclopedia que <<la Enciclopedia no podía ser otra el carmín que se ponía en las mejillas, ni cómo se fabricaban
cosa que el intento de un siglo filosófico. He dicho esto porque las medias de seda con que se calzaba. Pero esta ignorancia
una obra tal exige, en todos los campos, una audacia mayor tiene remedio: se hace una señal y los criados traen los tomos
de cuanta se ha tenido en los siglos pusilánimes. Es necesario de la Enciclopedia. Se informan sobre la pólvora, sobre el carmín
examinarlo todo, removerlo todo sin excepción y sin miramien- y sobre los oficios de tejer las medias; pronto se lanzan todos
tos, atreverse a ver (...]. Es necesario arrojar las viejas puerili- sobre los volúmenes como las hijas de Licomedes sobre las
dades, destruir las barreras que la razón ha levantado y devolver joyas de Ulises, y encuentran al instante lo que buscaban. Los
a las ciencias y a las artes una libertad que les es preciosa». litigantes encuentran la decisión de sus pleitos, el rey les lee
Pretendía, además, ser un himno fúnebre, aunque melodíoso, los derechos de su corona. Mientras se sigue hojeando, el
para todas las supersticiones y las intolerancias religiosas y para conde de C. dice en voz alta: Sire, sois demasiado afortunado
todas las elucubraciones metafisicas. ,Todo eso debía darse por porque ha habido en vuestro reino hombres capaces de conocer
concluido. Al mismo tiempo era una exaltación de las ciencias, todas las artes y transmitirlas a la posterioridad. Todo está
las artes y los oficios útiles, es decir, de todo aquello que daría aquí, desde el modo de hacer un alfiler hasta el de fundir y
el bienestar y la felicidad material a los pueblos. apuntar vuestros cañones; desde lo infinitamente pequeño hasta
En la voz Metafísica de la Enciclopedia --como ya hemos lo infinitamente grande» 31 •
recordado-- se escribe: «La Metafísica es la ciencia de las Diderot había tenido buen cuidado de informarse directa-
razones de las cosas. Todo tiene su metafísica y su práctica; mente y con minuciosidad sobre las artes mecánicas, había
la práctica sin la razón de la práctica, y la razón sin el ejercicio visitado talleres y manufacturas y había dialogado con los ar-
no forman más que una ciencia imperfecta. Preguntad a un tesanos que le informaron de los detalles de sus máquinas y
pintor, a un poeta, a un músico, a un geómetra y le obligaréis de su trabajo. La Enciclopedia incluía, pues, las artes liberales,
a dar cuenta de sus operaciones, es decir, a llegar a la metafísica pero por primera vez se daba importancia, e incluso más im-
de su arte. Cuando se limita el objeto de la Metafísica a portancia, a las artes mecánicas y manuales. Este hecho incluía
consideraciones vacías y arbitrarias sobre el tiempo, el espacio, una mentalidad nueva, a saber, el reconocimiento de la nobleza
la materia, el espíritu, es una ciencia despreciable; pero cuando del trabajo manual y la superior utilidad de éste para la felicidad
se la considera bajo su verdadero punto de vista, es otra cosa».
Este párrafo demuestra, mejor que ningún otro, cuán grande 31
PACL HAzARD, El pmsa111ie11to ellropeo del siglo XVI!! (Madrid 1946), 199.
1
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222 ~·
C 7. La Ilustración 11
5. La Revolución .francesa 223
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de los hombres. Para hacerlo más intuitivo y atrayente se ! todas las ideas filosóficas que dominaron la Francia del si-
incluían láminas ilustrativas. ¡ glo XVIII, y cómo aquella Gran Revolución significó el inicio
No fueron las nociones científicas las que crearon la polé- ~1 del final del Antiguo Régimen en el que, desde Constantino
mica, como se puede suponer, sino aquellas otras que se referían l el Grande, Iglesia y Estado habían formado una simbiosis, con
a problemas filosóficos y teológicos tales como los términos uq
frecuencia espinosa y dificil, pero en cualquier caso se consi-
Adorar, Domingo, Cristianismo, Conciencia, Ateo, Libertad, Mi- i1
deraban como inseparables. El Estado debía defender y ayudar
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lagros, Autoridad, Ley, Dios, Padres de la Iglesia, etc. Algunas a la Iglesia y la Iglesia debía salvaguardar el orden socio-político
eran perfectamente ortodoxas, pero en otras se destilaba silen- ' establecido. Después de la Revolución se harán todavía intentos
ciosamente el relativismo, el empirismo y el deísmo. de restaurar el Antiguo Régimen, también con la vinculación
No podemos entrar aquí en las mil incidencias ocurridas
durante los largos años que duró la edición de los tomos de ¡¡¡ de Trono y Altar, pero fracasaron todos porque las sociedades
europeas eran ya irreversiblemente plurales y los Estados ya
la Enciclopedia: Prohibiciones, condenas, reaparición, mutilacio- ,,~ no podían ser representantes ni defensores de una confesión
nes de artículos por el mismo editor, crítica y disputas, la ~
religiosa determinada. El último intento de Estado católico fue
¡¡
retirada de D'Alembert, etc. Todo ello hace que los artículos el del general Franco, tras la guerra civil española de 1936 a
sean, a veces, incoherentes unos con otros, y que sin negar i
i¡ 1939, sancionado tras laboriosas gestiones, por el Concordato
sus valores y su indiscutible influencia, la Enciclopedia con los 'I con la Santa Sede de 1953. Sólo duró hasta la muerte del
años ha ascendido a un cierto nivel de mito. Hoy, muchos de !1
general en 1975. Era extemporáneo. Las sociedades habían
~
sus artículos nos parecen frívolos y carentes de rigor. Además
se combatía el fanatismo y la intolerancia -que eran reales-,
'':¡ evolucionado mucho y se requerían otros modelos políticos.
R Entretanto, la Iglesia, en el Concilio Vaticano II, había aceptado
pero con otro fanatismo y con otra intolerancia. El culto al j
oficialmente la libertad de conciencia, en el sentido de que
-1:
Dios cristiano quedaba sustituido por la exaltación mítica del todo hombre tiene obligación de buscar la verdad y seguirla
hombre y ele la razón.
y, consiguientemente, tiene el derecho de que los demás le
Eso sí, se leyó mucho y el Tercer Estado, que se adueñaría respeten sus creencias. Nadie, pues, debe ser coaccionado para
de Francia a partir de 1789, estaba educado en las obras de
los ilustrados, de Rousseau, y en la Enciclopedia. De Francia
f abrazar un credo contra su voluntad y, menos que nadie, debe
coaccionar el Estado. Los Estados en adelante serán laicos, es
pasó al resto de Europa, tanto que en adelante .decir enciclo- decir, se declararán incompetentes en materias religiosas y mo-
pedista era equivalente a decir afrancesado. Se hicieron una rales, aun cuando, con frecuencia, serán no sólo laicos, sino
reimpresión en Ginebra (1777) y cuatro traducciones extranjeras. laicistas, o, lo que es lo mismo, beligerantes contra la religión
En 1793 se imprimió una Enciclopedia reunida en doce volú- y la moral cristiana. Con frecuencia, los Estados liberales y
menes denominada «metódica>> ya que el orden alfabético era socialistas han sido «confesionales» del anticristianismo, y por
sustituido por un orden temático. Esta forma tuvo éxito y se ello han querido tener el monopolio de la enseñanza. ·
siguió reimprimiendo hasta bien entrado el siglo XL'C. La Revolución francesa fue un fenómeno tan complejo que
no puede ser explicado por causas simples. La situación de la
Monarquía absolutista francesa, en la segunda mitad del si-
5. LA REVOLUCION FRANCESA glo XVIII, era insostenible. Desde el reinado del Rey Sol,
Luis XIV, la Monarquía se había desprestigiado por el lujo y
No pretendemos aquí, como es obvio,_ hacer una historia, los abusos intolerables de la Corte de Versalles compuesta de
ni siquiera breve, de aquella enorme conmoción, la más decisiva miles de aristócratas ociosos, muchos de ellos inmorales y
de la Europa moderna, que se conoce con el nombre consa- explotadores. En la Corte de Versalles había casi 80.000 nobles
grado de Revolución .francesa. Se han escrito innumerables estudios para servir al rey y prestarle su homenaje. La guardia del rey
sobre ella y se ha dicho cuanto se puede decir. Para el intento constaba de 7.050 hombres. Su cuadra, de 3.000 caballos y
de este libro basta hacer ver cómo, en la Revolución francesa, 217 coches. Las caballerizas reales costaban al año 6.200.000
se traducen en hechos sociales, políticos, morales y religiosos i francos. La caza del rey, 1.200.000 francos. Había 383 emplea-
224 C 7. La Ilustración 5. La Revolución francesa 225

dos de cocina y 103 sirvientes. La casa civil del rey constaba que pasaba sus días en la pobreza, y a veces en la miseria,
de 4.000 personas. El rey poseía 14 espléndidos palacios en ;;: como el pueblo del que procedía y entre el que vivía. El
diversos sitios de Francia 32 • La persona del rey estaba circun- número de clérigos era excesivo. En Francia había 120 sedes
dada de un halo sagrado y cuasi divino, no sólo porque su ·% episcopales con sus respectivos cabildos. Además una multitud
autoridad venía de Dios, sino porque se le consideraba superior de colegiatas y fundaciones. El clero bajo constaba de unos
por nacimiento. Era una variante de la eterna tendencia del 130.000 sacerdotes, y unos 50.000 miembros tenían las Ordenes
poder a divinizarse y a hacerse absoluto. Los cortesanos le religiosas masculinas. Nada extraño, pues, que en esta multitud
rendían culto por adulación o por convicción. Un teólogo de clérigos altos y bajos se encontraran hombres sin verdadera
como Bossuet les decía: «Sois dioses, oh reyes». En la capilla vocación a la vida sacerdotal y religiosa. Por otra parte, la
de Versalles, el rey miraba a Dios y los nobles miraban al rey. formación que recibían era, con frecuencia, muy deficiente.
Los nobles, que lo eran también por nacimiento, imitaban Se había propagado por Francia la espiritualidad jansenista,
al rey en cuanto podían. Recibían prebendas y cargos pingües una cierta persuasión de que la vida terrenal es y debe ser un
con sumas escandalosas. Las fiestas eran continuas y espléndi- valle de lágrimas y una expiación; cualquier goce terreno debe
das. El nivel moral, muy bajo. Se dedicaban a la caza y a las ser eliminado porque sólo es lícita la delectatio caelestis. Pascal
diversiones o, cuando más, a la Administración pública o a la se reprochaba amar a su sobrina porque amar a la criatura es
guerra. Era lo suyo. Como lo del pueblo llano era trabajar y distraerse del amor a Dios; a Mabillon y a los benedictinos se
pagar los impuestos. Los nobles eran estimados según lo que les acusaba de entregarse a los placeres de la investigación y
gastaban, y vivían de las rentas y de los impuestos que habían de la erudición acerca de los escritos de la primitiva Iglesia.
de tributar sus colonos. El hombre no debía tener otra preocupación que alcanzar la
Los labradores, que constituían la inmensa mayoría del pue- vida eterna; en el ámbito espiritual, cada uno debía mirar sólo
blo; aproximadamente el 85 por 100 de la población francesa, por sí mismo. Se explica así, en parte, la violenta reacción
sufrían · una infame opresión. La cantidad de impuestos a los antieclesial, en el ambiente ilustrado, que exaltaba la felicidad
que tenían que someterse les quitaba todo el gusto por el terrena, la bondad natural del hombre y la filantropía.
trabajo. A veces, por los impuestos estatales y eclesiales se En Francia no existía ya la Inquisición, pero sí existía,
veían privados de las tres cuartas partes de la cosecha. Los desde el Estado, una rigurosísima vigilancia por la ortodoxia
precios fluctuaban caprichosamente. Durante el período de hasta extremos que hoy nos parecen ridículos y detestables. Se
1785-1789, el alza de precios es de un 65 por 100. Se pueden colgaba o se encerraba de por vida a los escritores impíos o
calcular las consecuencias sociales, el malestar del pueblo ham- poco respetuosos; se atravesaba con hierro al rojo la lengua
briento y acosado por las exacciones tributarias. de los blasfemos; se ahorcaba a los que disentían de la fe
Se verificó, además, un cierto incremento demográfico. Ha- ortodoxa. Tales enormidades se pagaron a precios muy altos.
cia finales del siglo XVII, Francia tenía aproximadamente die- La religión se hacía, con frecuencia, odiosa y repelente a
cinueve millones de habitantes. En las vísperas de la Revolución los espíritus ilustrados porque se practicaba con fanatismo y
se calcula que la cifra había subido a veinticinco. Esto, que con superstición, y porque, además, parecía comprometida y
en conjunto era beneficioso, de momento agravaba la situación cómplice con el poder. La Biblia se entendía literalmente como
económica ya que aumentaba la población pero no aumentaban si todo cuanto en ella se dice fuera historia crítica. Se desco-
los recursos. La media de vida era, en vísperas de la Revolución, nocían los géneros literarios diversos que existen en ella, y que
de veintinueve años. nos obligan a interpretarla según tales géneros literarios en los
La Iglesia ejercía un enorme influjo sobre los franceses. que sus autores escribieron. Aquel modo de entender todo al
Había un clero aristocrático de donde salían por designación pie de la letra hacía inadmisibles algunos libros sagrados para
real cardenales, obispos y pingües prebendados, y un clero bajo los espíritus racionales y críticos, y levantaba la sospecha de
que el cristianismo era una superstición y una impostura. Las
32
Aporta estos y otros muchos datos J. BT,\. W'EISS, I-listoria Universal, leyes, las censuras, los castigos y el miedo no impidieron la
vol.XV (Barcelona 1931). difusión de la crítica religiosa, porque muchos hombres de la
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226 C 1. La Ilustración 5. La Revolución .francesa 227

Administración estaban de acuerdo con esa corriente racionalista de la nación, y el Estado se encargaría del mantenimiento del
y anticlerical. culto y clero. Los bienes de la Iglesia pasaron a ser bienes
Sobre este fondo social, político y religioso, que apenas nacionales. El 13 de febrero de 1790 quedó suprimido el clero
queda apuntado, se desencadenó la Gran Revolución. regular masculino. El 12 de julio de 1790 se votó la Constitttción
Contemplada la Revolución, que duró de 1789 a 1799, con r civil del clero. Por ella, se daba una nueva organización a la
dos siglos de distancia parece que podemos decir que, en Iglesia de Francia: supresión de las diócesis, tal como estaban,
resumen, lo que sucedió fue la supresión definitiva del Estado y reorganización de sola una diócesis y un obispo por cada
absolutista monárquico y de la concepción de la nación como Departamento geográfico; este obispo sería nombrado por la
patrimonio de los reyes; la sustitución del poder absoluto del Asamblea de cada Departamento; los párrocos, a su vez, por
rey por el poder absoluto del pueblo; la aparición de los • la de cada distrito, y quedaban todos como funcionarios del
partidos políticos como estructuras del poder; el parlamenta-
Estado. No sería necesaria ninguna aprobación del Papa para
rismo pretendidamente representativo del pueblo y la desapa-
la elección canónica de los obispos; se nombraban consejos
rieión de los privilegios estamentales de la aristocracia y del
clero y, por lo mismo, la igualdad de todos ante la ley; la episcopales que tomaban parte en la administración de la dió-
separación entre Estado e Iglesia o, de otra manera, la instau- cesis, en lugar de los antiguos Capítulos catedralicios. La Iglesia
ración de un Estado laico, es decir, que no impone ni defiende de Francia pasaba a ser una Iglesia nacional, o sea, dependiente
ninguna religión aunque luego de hecho pretenderá dominarla del Estado. El 23 de febrero de 1790, un decreto había or-
para sus fines. Se pretendió, además, formar una sociedad en denado a los párrocos leer y comentar los decretos de la
la que Dios fuese innecesario porque bastaba la razón humana. Asamblea Nacional en sus sermones y homilías. Se suprimió
Al mismo tiempo, el sentimiento patriótico, la identificación prácticamente toda jurisdicción del Papa sobre la Iglesia de
de pueblo, nación y Estado, la exaltación de la patria como Francia.
propiedad del pueblo y no de los reyes dieron cohesión a las Los revolucionarios fueron aún más lejos. El 27 de no-
multitudes embriagadas de ilusiones y de gloria guerrera, y les viembre de 1790 se determinó que todos los obispos y curas
inyectaron el coraje para resistir y vencer a los ejércitos ex- que no jurasen la Constitt1ción civil del clero perdiesen. sus pagas,
tranjeros que amenazaban con invadir Francia y restaurar el y que los obispos nuevamente elegidos por el Estado, si el
absolutismo de los reyes. Pero la decisión estaba tomada: luchar consagrante se negaba, pudiesen elegir otro consagrante, o la
y morir antes que volver al pasado. autoridad civil determinaría quién había de ser el obispo con-
El Estado nacido a las inmediatas de la Revolución era sagrante. El rey se resistió cuanto pudo a firmar este decreto,
titubeante y aun caótico porque los partidos se devoraban unos pero fue débil ante las violentas presiones y lo firmó el 27
a otros, pero en su vértigo revolucionario quiso dominar la de diciembre. Sólo siete obispos prestaron juramento a la Cons-
Iglesia y someterla a sus designios, consciente de que los clé- titttción civil del clero. Los sacerdotes se dividieron en dos grandes
rigos ejercían todavía una gran influencia sobre los ciudadanos. grupos casi iguales, aunque repartidos de forma desigual según
Las tendencias galicanas eran antiguas en Francia, se habían las regiones: los juramentados o constitucionales y los no ju-
aumentado con el espíritu jansenista y, desaparecidos los jesui- ramentados o refractarios. Una gran parte del pueblo miraba
tas, la obediencia y fidelidad incondicional a Roma había per- como traidores a los juramentados y se negaba a recibir de
dido sus mejores defensores. sus manos los sacramentos. Los no juramentados eran perse-
Sustituidos los Estados generales que había convocado el guidos por los revolucionarios y tenidos por malos patriotas.
rey, en mayo 1789, por la Asamblea Nacional que se erige a El Papa condenó solemnemente la Constitttción civil del clero
sí misma, en junio de 1789, en supremo poder de la nación, por Breves de 11 de marzo y 13 de abril de 1791, suspendió
ésta se apresuró a intervenir decisivamente en los asuntos de a los eclesiásticos juramentados y declaró sacrílegas e inválidas
la Iglesia. El 4 de agosto se suprimió el impuesto del diezmo las nuevas elecciones y tomas de posesión. La Iglesia de Francia
que los ciudadanos habían de pagar a la Iglesia. El 2 de quedó escindida y los fieles desconcertados. Entre los obispos
noviembre, los bienes eclesiásticos se pusieron a disposición
' y los sacerdotes juramentados hubo no pocos apóstatas. El
228 e 7. La ll11stración 5. La Revol11ción francesa 229

sentimiento cristiano del pueblo quedó disminuido y vacilante laicas. Los bienes de los colegios, de las universidades y de
porque no podía ser de otra manera. los hospitales se pusieron en venta. Se prohibió el hábito
Hubo, además, un sistemático proceso de descristianización. religioso. Se expulsó de Francia a los sacerdotes refractarios
Se sustituyó el culto cristiano por un culto laico: pompas fú- con amenaza de ser deportados a la Guayana si no se exiliaban.
nebres en honor de Mirabeau, fiesta de la Unidad e Indivisi- Se estableció el matrimonio como un contrato civil y el divorcio
bilidad el 10 de agosto de 1793, fomento de la devoción como un derecho de la libertad. Se facilitó el matrimonio de
popular en torno a los <<mártires de la libertad», Lepeletier, los sacerdotes y no pocos lo contrajeron. Los sacerdotes ca-
Chalier y, sobre todo, Marat. Se quitaron las campanas con el sados podrían reemprender o continuar sus funciones religiosas.
pretexto de que el bronce era necesario para hacer cañones; Se estableció la libertad de cultos pero las iglesias continuaron
se abrieron Esmelas de la Libertad donde se predicaría cada cerradas, la Convención decretó que la República ya no pagaría
domingo «el horror al fanatismo»; se sustituyó el calendario los gastos ni los salarios de ningún culto, lo que equivalía a
cristiano por el calendario revolucionario. Había acabado la era suprimir la Constitución civil del clero y separar definitivamente la
cristiana y comenzaba la era republicana. Desaparecían todas Iglesia del Estado.
las fiestas de los santos y eran sustituidas por fiestas profanas Todas estas medidas provocaron un notable retroceso en
y cívicas. El décadi, jornada de descanso cada diez días, sustituía la vida cristiana de los franceses y una subida de la incredulidad
al domingo. No se quería otra religión que <<la religión universal y el escepticismo, con las consiguientes repercusiones morales.
o racional que no tiene ni secretos ni misterios, cuyo único La Iglesia y la Revolución eran inconciliables y ahora triunfaba
dogma es la igualdad, siendo los oradores nuestras leyes, los la Revolución sobre la Iglesia. La Revolución era la convicción
magistrados nuestros pontífices, y que sólo enciende el incienso teórica y la praxis de una sociedad que no necesita para nada
de la gran familia ante el altar de la patria, madre de la a Dios. Le basta la razón. La Iglesia seguía diciendo que Dios
divinidad común» 33 • En la catedral de Nevers se colocó un está entre los hombres, que nos ha hablado de muchas maneras
busto en honor de Brutus; el 20 de octubre de 1793, Fouché y principalmente en su Hijo, y que la palabra de Dios por ser
prohibía toda ceremonia religiosa fuera de las iglesias, y ordenó de Dios tiene que iluminar y dirigir muchas de las acciones
colocar a la entrada de los cementerios la siguiente inscripción: humanas para que sean verdaderamente humanas.
«La muerte es un sueño eterno». Se transformaron algunas Los revolucionarios pensaban, además, que la razón estaba
iglesias en «templos de la verdad>>. El 16 de Brumaría de 1793, encarnada en el pueblo, y el pueblo en el Estado, como había
la Convención decretó que cualquier municipio tenía derecho dicho Rousseau. Por tanto, el Estado es divino y omnipotente,
a renunciar al culto católico. El arzobispo de París tuvo que de él dimanan las leyes que deciden el bien y el mal, la virtud
dimitir solemnemente ante la Convención. El 20 de Brumario y el vicio.
(10 de noviembre) se dio culto, en Notre Dame de París, a Los ilustrados y los burgueses de Francia habían llevado a
la libertad y a la razón encarnadas en una prostituta que se término, en la práctica, aquel proceso de secularización y rup-
erguía en lo alto de un pedestal. Notre Dame quedó como tura con lo divino que de tímida manera se inició en el si-
templo de la razón. Poco después, todos los templos de la glo XIV, y que venimos estudiando. Para el intento de este
capital eran consagrados a la razón. Hubo procesiones cívicas libro, ésa es la consecuencia que más nos importa. La Revo-
y procesiones sacrílegas que ridiculizaban y profanaban imágenes lución francesa, sin embargo, tuvo mucho más alcance. Diez
años de enormes trastornos sociales, políticos, económicos, re-
y ornamentos. El cristianismo se daba por concluido. No que-
ligiosos transformaron la realidad francesa y, poco a poco, sus
daba más que la diosa razón en la Tierra y el Ser Supremo
retirado e indiferente en su rincón del cielo. ondas llegaron a toda Europa y a buena parte de América.
La secularización parecía llegar a su pleamar. Se suprimieron Todavía hoy duran los efectos de aquel imponente y dramático
movimiento.
las congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza y a la
Aunque a las inmediatas la revolución del pueblo termino
caridad. La enseñanza y la asistencia debían ser estatales y
en la dictadura de Napoleón Bonaparte, a la larga dio paso a
33 .• los Estados democráticos y liberales que no son una realidad
Cf. A. SOBOUL, La Revolución francesa (Madrid 1979), 257-258.
230 C 7. La Ilustración 6. El liberalismo 231

ideal ni mucho menos, pero que en conjunto son •preferibles Francia una nueva caída del Antiguo Régimen restaurado, y la
a los viejos Estados absolutistas. Es lamentable que dos siglos instauración de una monarquía liberal que, a su vez, se hundirá
después aún estemos viviendo de los postulados políticos de en 1848, en la primera revolución proletaria, y desembocará
la Revolución francesa y no hayamos sido capaces de instaurar en la Segunda República, convertida enseguida por obra de
otras democracias más humanas, en las que el Estado no de- Luis Napoleón en el Tercer Imperio.
penda de un partido, en las que el Estado no pretenda inyectar En Europa entera, paso a paso, triunfaba el liberalismo. El
en el pueblo su propia ideología política, religiosa o moral liberalismo, él fue la más profunda revolución. Este movimiento
porque no es esa su misión. Es un abuso de su poder. plural, más dificil de definir que de comprender, fue la cris-
La Revolución francesa fue un notable paso adelante en la • talización y la consolidación definitiva del inmenso laboreo
conquista de la libertad y de la igualdad. ¡Lástima que esa
conquista se hiciera con ríos de sangre y con montones de
¡ ideológico que se había venido realizando en Europa desde
Guillermo de Ockham, Marsilio de Padua y Juan de Janduno.
cabezas segadas por la guillotina! Intentó organizar la sociedad l¡ Era toda una mentalidad nueva, todo un novus ordo, un ordo
¡
sobre fundamentos racionales. Consiguió logros positivos a la '\¡ rationalis que venía a sustituir al ordo christianus. Era la realización
larga, pero a costa de trágicas irracionalidades. Las democracias práctica de todo un proceso de secularización de todas las
modernas son herederas de aquel intento de racionalización estructuras humanas que, con paso lento pero seguro, seguiría
pero permanecen aquejadas de no pocos irracionalismos. Y es adelante a lo largo del siglo XIX y del XX. Era, en suma, la
que la razón no basta para crear sociedades racionales y hu- consecuencia de varios siglos de racionalismo, de mecanicismo,
manas. Para ser plenamente humanos hay que escuchar, además, de empirismo, de relativismo, de naturalismo. Era, sobre todo,
la palabra de Dios. la consecuencia del deísmo: si Dios no había hablado a los
hombres, los hombres tenían que hacer su ciudad sin Dios.
Eso era exactamente el liberalismo entendido de forma rigurosa:
6. EL LlBERALlSMO un intento de construir la ciudad de los hombres sin apelación
alguna a lo divino ni a lo sobrenatural.
En la gran Revolución francesa no se alcanzó la libertad Liberalismo viene de libertad. Pero <<Utilizase este concepto
y las libertades civiles por las que tanto se había luchado. La con contornos tan amplios y vagos y tan insuficiente es su
realidad fue que se pasó del absolutismo de los Barbones al articulación externa que en él cabe indistintamente la mayor
de la Convención, que necesitó instaurar el terror para man- parte de cuanto aconteciera en el siglo XIX» 34•
tenerse en el poder. Las cabezas de los detentadores de ese Hubo un liberalismo económico en el que se postulaba el
poder fueron cayendo una tras otra bajo la cuchilla de la principio de la libre producción y concurrencia sin trabas de
guillotina y el poder quedó abandonado como un balón en la ningún tipo, es decir, sin contratos laborales, sin legislación
calle. Lo recogió un soldado corso, Napoleón Bonaparte, quien salarial, sin fiscalización alguna. Se abandonaba la producción
restauró de nuevo el absolutismo con la diferencia nominal de y el comercio al juego libre y flotante de la oferta y la demanda,
que ahora no se ejercía en nombre de Dios sino en nombre en la convicción de que <runa mano invisible» (Adam Smith),
del pueblo, y no lo ejercía un aristócrata regio sino un soldado que no sería sino la razón y la bondad natural, equilibraría los
levantado en el pavés por el pueblo. Las revoluciones contra dos platillos de la balanza y producirían la pública prosperidad.
los dictadores han terminado frecuentemente en otra dictadura Naturalmente, el liberalismo económico se apoyaba sobre el
igual o peor que la anterior. derecho absoluto a la propiedad privada, de suyo sin ningún
Pero el Imperio de Napoleón se hundió definitivamente en límite. Este liberalismo económico daba al patrono la libertad
Waterloo, el 18 de junio de 1815. Se intentó después restaurar de fijar horarios y sueldos y al proletario, la libertad de hacerse
el Antiguo Régimen, pero ya era tarde. La mentalidad de la esclavo del patrono o morir de hambre. La ley prohibió las
sociedad francesa había cambiado demasiado, y los otros pue- asociaciones obreras, por miedo a que se restaurasen las anti-
blos europeos cambiaban progresivamente en el mismo sentido
influidos por la ideología francesa. En 1830 se producirán en 34
L. DiEZ DEL CORRAL, 1:,/ /ihem/ist110 doctrinalio (Madrid 1945), 7.
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232 C 7. La Ilustración
1
'J 6. El liberalismo 233
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guas corporaciones. Sucedió así que, en el período de la ex- ¡


,¡ es que el sujeto del liberalismo fue, sobre todo, la burguesía
pansión industrial, las condiciones de los obreros empeoraron ascendente en la que por la revolución industrial se había
hasta límites increíbles de miseria y opresión. Sobre ellas dire- despertado el ansia y la posibilidad de un enriquecimiento in-
mos unas palabras en el capítulo IX, al hablar del capitalismo. definido. El dinero se convertía en el dios de este mundo y
El liberalismo económico engendró una clase obrera que se 1 desplazaba al Dios que hizo el cielo y la tierra.
enfrentará con la clase burguesa y que dará ocasión a la lucha
de clases, que Carlos Marx elevará a la condición de motor
de la historia 35 •
il
El liberalismo era egoísta, más aún, pensaba que el egoísmo
es una de las fuerzas que dinamizan y hacen avanzar la historia.
Era también una verdadera norma moral. Pero ese individua-
Hubo un liberalismo político: consistía, fundamentalmente, ·1 lismo, que podía parecer inhonesto a conciencias más delicadas
en el principio de que la misión del Estado es crear el ámbito -y lo era-, quedaba corregido, al menos aparentemente, por
máximo para las libertades de los súbditos, y el Estado debe lo que se llamaba filantropía, una palabra muy querida de la
estar vigilado por éstos para que no traspase sus límites. Se época. La filantropía era un vago sentimiento humanitario y
expresaba con la clásica fórmula imperativa: laissez faire, laissez socializante. Kant había afirmado, como ya dijimos, que todo
passer, dejad hacer, dejad pasar. Era, de otra forma, el principio hombre experimenta dentro de sí el imperativo categórico de
del no intervencionismo estatal al que subyacía la convicción la conciencia que le manda: «Obra de tal modo que la máxima
ilustrada de que, siendo el hombre naturalmente bueno, no de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como
necesitaba más orientaciones que las de su naturaleza y su principio de legislación universal» 36• Y más explícitamente, en
razón. Había, pues, que facilitarle el uso de su libertad en la Fundamentación de la Metefisica de las costumbres escribe: «Obra
todos los campos: libertad de expresión, de conciencia, de 1 de tal modo que trates a la humanidad tanto en tu persona
religión, de pensamiento, de asociación; libertad de propiedad, como en las de los demás, siempre como fin, nunca simple-
de producción, de contratación, de comercio, etc., porque la
libertad ya no era un privilegio sino el derecho fundamental
l
1
mente como un medio» 37 • Toda una corriente de respeto y de
amor a la persona y a la humanidad recorre su obra que, de
del hombre como lo había sancionado de manera irrevocable
la Declaración de derechos del hombre y del ciudadano, de la Revolución
li alguna manera, influyó en las corrientes liberales y aun en las
socialistas. La razón, el sentimiento natural, un subjetivo im-
francesa, en 1789, que constituía la Carta Magna de todos los
liberales. t' perativo moral despertaba en los individuos una actitud de
benevolencia y de ayuda hacia los demás, que· eso era la fi-
Hubo un liberalismo social de carácter marcadamente indi- lantropía. Con demasiada frecuencia, por desgracia, fue mayor
vidualista. Era la convicción de que cada uno tenía que mirar el sentimiento egoísta que el filantrópico.
por sí, guiado por sus propios intereses y por su propia razón. Existió, como no podía ser menos, una influencia del li-
El liberal quiere ser un hombre nuevo, crítico de sí mismo, beralismo en el campo teológico. Fue un intento de raciona~
su propio juez, su propio abogado, su propio administrador, lización de los dogmas bajo la influencia del criticismo de
su propio gobernante. Era como una mónada leibniziana que Kant, del idealismo de Hegel y del subjetivismo de Schleier-
tenía escrita en el santuario de la propia conciencia las razones macher, representado por pensadores alemanes como G. Her-
de su ser y de su obrar. Una mónada en medio de otras mes, A. Günther, J. Frohschammer y J. J. I. Dollinger. Sus
muchas, todas iguales porque la igualdad era una propiedad proposiciones más audaces fueron rechazadas por el Magisterio
del individuo como la libertad, y todas funcionando con co- de la Iglesia 38 • Hubo otro liberalismo católico más moderado
herencia por una supuesta armonía preestablecida, en una so- que, al menos en principio, no quiso salirse de la Iglesia sino
ciedad próspera y feliz. Una igualdad y una armonía que en
36
la realidad no existía porque ya queda aludida la espantosa M. KANT, Crítica de la Razón práctica (trad. de M. García Morente,
desigualdad y opresión que se ejercía sobre los proletarios. Pero Madrid 1913), 63.
37
M. KANT, F11ndamentación de la Metafísica de las cost11111bres (trad. española
<le García Morcntc, Madrid 1913), 79.
n Sobre los abusos del primer capitalismo, ver la biblio¡,'l"afh enunciada 38
Cf. H. DENZINGER-A. ScHóNMETZER, /:;nchiridion S)•mbolorum, 2738-40,
en la nora 41 del capítulo IX de esta obra. 2828-31, 2850-61, 2875-80.
~

234 Cl. La Ilustración 6. El liberalismo 235

conjugar algunos postulados liberales con la doctrina católica. no perjudique al bien común. Por eso, casi todos admitimos
Fue, sobre todo, el catolicismo liberal francés representado por hoy el respeto a las tablas de derechos humanos, tal como se
Felicitas de Lamennais y más adelante por el obispo Dupanloup, han expresado en las diversas declaraciones y, concretamente,
el publicista Montalembert, y el periódico L'Avenir. El papa como los propuso la ONU en 1948, y el papa Juan XXIII
Gregorio XVI, primero, y Pío IX, después, procuraron cortar en su encíclica Pacem in tenis.
estos brotes de liberalismo que, en aquellos momentos, parecían Pero el liberalismo del siglo XIX era, en algunas de sus
inconciliables con el pensamiento católico. El lema de este ; variantes más influyentes, más que una actitud de tolerancia y
catolicismo liberal era <<la Iglesia libre en el Estado libre». J respeto. Era, como ya queda dicho, un movimiento seculari-
Proponían, pues, la separación de Iglesia y Estado; además la l zante e inmanentista y, por ello, beligerante e intolerante. Pre-
tolerancia para con el culto y las prácticas religiosas de otras
confesiones, la libertad de pensamiento y expresión, la posibi-
lidad de encontrar la salvación en otras religiones, etc.
! tendía una exclusión de Dios y de su palabra de todas las
realidades humanas. La fe religiosa debía ser un asunto pura-
mente privado que podia expresarse en el rincón familiar o
Para comprender por qué la Iglesia rechazó entonces este en el recinto de los templos, pero no tenía por qué tener
liberalismo, algunos de cuyos postulados nos parecen hoy per- presencia pública ninguna, ni sus principios tenían por qué
fectamente aceptables, hay que tener en cuenta que entonces orientar ni dirigir las acciones económicas, sociales, políticas o
el problema se planteaba en un nivel puramente ideológico culturales. Esas eran tareas puramente seculares que debían
cuya expresión era: «el error no tiene ningún derecho». Por
ello, el Estado debía apoyar y defender a la Iglesia, inspirar
las leyes en la verdad católica y no debía tolerar falsas religiones
!! llevarse adelante únicamente con la razón.
Además, su pregonada tolerancia no se fundamentaba tanto
en el respeto a la persona cuanto en un cierto indiferentismo
l
o libros erróneos. El cambio que la Iglesia ha dado, sobre o relativismo ante la verdad. Si no podemos llegar a poseer
todo en el Decreto Dignitatis humanae del Concilio Vaticano II 11 verdades absolutas sino aproximadas, entonces tanto vale una
(7 diciembre 1965), ha tenido como motivación decisoria un i como otra. En ese caso, también las religiones · serían todas
cambio de perspectiva: ni la verdad ni el error teóricos son l igualmente válidas y ninguna podría presentarse como absolu-
sujetos de derechos. El único sujeto de derechos es la persona. ¡ tamente verdadera, como palabra de Dios a los hombres. Era
La persona tiene estricta obligación de buscar la verdad, luego 'i también la mentalidad de los masones que, en esto, como en
tiene el derecho de practicar en privado y en público aquello l otras cosas, se daban la mano con los liberales. Unos y otros
que ella estima que es verdadero. Otros podemos pensar y 1 fueron absolutamente intolerantes con los que no pensaban
saber que una persona se equivoca pero tenemos la obligación como ellos y persiguieron a la Iglesia católica cuanto pudieron.
de respetarla en sus opciones. Ha sido, pues, una profundiza- Fueron, sobre todo, intolerantes con aquellas instituciones re-
ción en el concepto de persona lo que ha hecho que se vean ligiosas que se dedicaban a la educación de los niños y los
más claros los fundamentos de la tolerancia y de la recta adolescentes porque no podían soportar que se les educase en
libertad, y que la Iglesia haya admitido principios liberales que, ideas distintas de las suyas.
tal como se veían en el siglo XIX, parecían inadmisibles. El liberalismo ilustrado y decimonónico es consustancial a
Podríamos decir que un talante liberal, en cuanto significa las democracias tal como se han configurado en el mundo
respeto a las otras personas, aceptación consiguiente de un moderno, bajo la inspiración de Locke, Montesquieu, Rousseau
pluralismo ideológico, capacidad de tolerancia y diálogo, escucha y la Revolución francesa. Los Estados democráticos pretenden
de las razones y los motivos de los demás, convivencia pacifica, legitimarse en la soberanía popular expresada en las urnas,
renuncia a cualquier coacción o violencia por motivos ideoló- mediante elecciones libres y por sufragio universal. Se dice que
gicos o religiosos, es algo que todos debemos tener como el pueblo es el soberano y que elige a sus representantes, en
consecuencia del respeto que toda persona merece. Es, sin los que delega la potestad legislativa, ejecutiva y judicial. Como,
duda, el fruto más positivo y valioso del liberalismo. En una por otra parte, al liberalismo subyace una filosofía empirista
sociedad en la que haya ese respeto a las personas y a su que no acepta los. principios metafísicos, el Estado no tiene
conciencia, es claro que se deberá respetar su libertad mientras otra posibilidad de legitimación si no es en los votos de la
fq

236 C7. La I!t1stración 6. El liberalismo 237

mayoría. La experiencia de dos siglos demuestra la inestabilidad, Por otra parte, desde el despotismo ilustrado del si-
la fragilidad y, a veces, la arbitrariedad de este sistema. El glo XVIII y, sobre todo, desde Hegel (1770-1831), se piensa
pueblo se ve obligado a votar sin conocer a sus representantes; que el Estado es la suprema encarnación de la razón. El
ignora los programas políticos; es fácilmente manipulable me- Estado está formado por los mejores, es decir, por los más
diante la propaganda; el voto de una persona ignorante o razonables, por aquellos en los cuales la razón se manifiesta
apasionada vale igual que el voto de una persona instruida, más explícitamente. En la filosofía de Hegel, el Estado es la
consciente y sensata; los representantes, una vez elegidos, cum- encarnación más alta del Espíritu objetivo, por encima de la
plen o no cumplen lo prometido. Además, como el sistema familia y de la sociedad.
entero está montado sobre la concurrencia de los partidos Así ha sucedido que los Estados liberales se han convertido,
políticos, el partido que alcanzará la mayoría absoluta tendrá con frecuencia, en absorbentes y monopolizadores, en Esta-
en sus manos el poder legislativo y el ejecutivo y la tentación dos-providencia que lo regulan todo, intervienen en todo, se
de influir y dominar el judicial, es decir, que la democracia sienten con vocación de hacerlo todo. Han pasado del no
puede convertirse en dictadura del partido. Y, en cualquier intervencionismo originario al intervencionismo excesivo o aun
caso, como los partidos son representantes de determinadas monopolizador. Esta actitud lleva consigo la necesidad de una
ideologías, tenderán, desde el poder, a ideologizar la sociedad, inmensa burocracia, a veces parasitaria, y de una multiplicación
en lugar de respetarla y servirla. Por otra parte, si un partido sin fin de leyes y disposiciones oficiales que obstaculizan el
no obtiene la mayoría absoluta tiene que gobernar en coalición desarrollo normal y espontáneo de una sociedad. Una sociedad,
con partidos cuyas ideologías son distintas y opuestas, la eficacia cuanto mejor constituida está, tiene menor necesidad de leyes
en el gobierno resulta muy difícil o imposible, sobrevienen las y disposiciones minimistas. Así pensaban, y no sin fundamento,
crisis, la disolución del Parlamento y la vuelta a comenzar. los filósofos utópicos como Tomás Moro, Tomás Campanella
Pero para nuestro propósito, más importante que el juego o Francisco Bacon 39 •
de los partidos políticos en la democracia liberal, es el hecho Con esta actitud absorbente de los Estados liberales, la
de que el Estado no tiene otro fundamento ni otra normativa sociedad se retrae en sus iniciativas y los ciudadanos se acos-
que el positivismo jurídico. El Estado surge del pueblo, o, tumbran a pedirlo todo al Estado y a esperarlo todo del
mejor dicho, de la mayoría. Tendrá, pues, que representar a Estado. Pierden preferencia y eficiencia las iniciativas sociales,
la mayoría popular sin otra apelación alguna. Las leyes serán las instituciones intermedias, y el individuo queda a veces solo
también, al menos en hipótesis, la expresión de la voluntad e inerme ante el Estado. Ante él, sólo le queda el recurso de
de la mayoría parlamentaria. Es evidente que las mayorías, sean la huelga.
populares, sean parlamentarias, pueden decidir a veces verda- Ha sucedido también que, al secularizarse el Estado, su
deras aberraciones y, para comprobarlo, no hay sino apelar a misión se ha visto disminuida y reducida al fomento y desa-
la historia. En el positivismo jurídico se afirma que las leyes rrollo del bienestar material. En muchos casos, tal desarrollo
no son sino modos de regular la convivencia, pero está claro se ha logrado y, a veces, de manera sorprendente y favorable
que quien decide qué clase de reglas de convivencia hay que para el bienestar de muchas personas. Se ha descuidado, en
establecer, es también la mayoría. En nuestros días, leyes tan cambio, el desarrollo ético, religioso y humano y, en conse-
arbitrarias e inhumanas como las que despenalizan el aborto y cuencia, ha sucedido que la técnica se ha erigido en norma
la eutanasia, las que reconocen y sancionan como lícita una de acción y en voluntad de poder. Una voluntad de poder
aberración cual es el matrimonio entre homosexuales, las que que con frecuencia se ha vuelto contra el hombre, o, al menos,
cohíben la libertad de enseñanza y establecen un rígido mo- contra determinados sectores o clases de personas.
nopolio estatal sobre ella, son producto del positivismo jurídico No pretendemos hacer aquí una historia del liberalismo,
de los Estados liberales. No se acepta la ley natural que de- que sería excesivamente larga y complicada, porque ha tenido
fiende la verdad y la independencia de las personas. Entonces
las personas quedan indefensas en manos de la mayoría par- 39 Véase de Tm.rAs MoRo, De optimo reip11b!icae stat11 deq11e nova instila Utopía

lamentaria. (1516); ToMAS C\MPANELLA, Civitas so/is (1629); F. BACON, Ne111 At!antis (1627).
:.;
¡
!
238 C 1. La Ilustración
1
infinitas variantes, matices y procesos 40 • Sólo queríamos recor-
dar que el liberalismo, si, por una parte, ha servido para in-
troducir en la sociedad no pocos valores humanos, ha posibi-
litado el ejercicio de no pocas libertades y derechos, ha supri-
mido fanatismos e intolerancias, por otra, representa, como ya
queda dicho, el triunfo del empirismo, del subjetivismo y, sobre
todo, de la secularización.
l1
CAPÍTULO

LOS GRANDES RELATOS SECULARES


VIII

El vocablo liberal y liberalismo, que parecen haber nacido


en las Cortes de Cádiz en 1812, ejerció una verdadera fasci-
nación sobre muchas mentes decimonónicas. Sintetizaba para La cultura europea de finales del siglo XVIII y principios
ellas todo un porvenir próspero y risueño. Significaba la liqui- del XIX era un complejo efervescente de conceptos nuevos, de
dación de un pasado tenebroso, que había tenido a las mentes actitudes y hechos inesperados y sorprendentes, de creatividad
y de búsqueda. Las ideas de la Ilustración francesa se extendían
encadenadas durante siglos, y el triunfo definitivo de la razón;
por todos los pueblos. Napoleón Bonaparte rasgó en pedazos
era fuente refrescante, era faro de ilustración que disipaba todas
el antiguo mapa de Europa y pretendió recomponerlo en forma
las tinieblas. La .razón nunca se equivocaba y ella, al fin, había
de un enorme Imperio, haciendo reyes a sus hermanos y a
desarticulado el embrujo y la mentira religiosa. La naturaleza sus generales y quedando él como Emperador en la cúspide
humana no aparecía ya dañada por un pecado original. Des- del poder. Sus soldados llevaron las águilas victoriosas desde
pertaba ahora a la vida inocente y buena como el resto de la Lisboa hasta Moscú pero llevaron con ellas las ideas liberales.
naturaleza. La razón debía ser su único guía; los instintos Cuando las águilas tornaron a sus nidos, las ideas se quedaron.
moderados por ella, su motor; la libertad, su máxima prerro- Los pueblos ocupados por Bonaparte reaccionaron con ímpetu
gativa. Los hombres estaban llamados a vivir en una sociedad vital y nacionalista contra el invasor y eso los llevó a una
natural aceptada por todos mediante un contrato libre; una exaltación del sentimiento patriótico, del amor al propio pueblo,
sociedad en la que el pueblo era siempre el único sujeto de a las tradiciones seculares, y a su folclore. La Revolución fran-
autoridad, el único soberano; una sociedad en la que reinasen cesa, el ímpetu belicoso del pueblo francés y la figura omni-
todas las libertades, la igualdad de todos ante la ley y la potente de Napoleón, su genio militar, sus triunfos y su caída
fraternidad universal ya que todos somos hijos de la madre impresionaron mucho a los pensadores y a los literatos euro-
naturaleza. Una sociedad sin supersticiones ni mitos religiosos, peos. Eran tiempos dionisíacos más que apolíneos, por usar la
aunque con respeto al Ser Supremo. Un mundo feliz. La rea- terminología de Nietzsche. Tiempos de rebeldía, de inquietud
lidad ha sido bien distinta. y de inseguridad. Tiempos de exaltación, libertad, sentimiento
y fuerza creadora. Era el romanticismo 1•
40
Permanece como insustituible la obra de GUIDO DE Rucca1mo, Storia del El orden político antiguo estaba herido de muerte, aunque
Liheralist110 e111vpeo (Bari 4 1946).
hacía esfuerzos agónicos por sobrevivir. El cristianismo, per-
seguido y desprestigiado. Aparecían nuevas fuerzas del espíritu
humano. Se exaltaba más que nunca al hombre, sus derechos
y, sobre todo, su libertad como valores absolutos. Se producía
también una reacción contra el frío racionalismo ilustrado y
1 volvian a estimarse el sentimiento, los impulsos vitales, la ad-
miración por las bellezas sensibles y misteriosas de la naturaleza,
1
Sobre la influencia del espíritu de la Revolución francesa en los pen-
sadores alemanes puede verse DANIEL lNNERARJTY, Dialéctica de la revo/11ción:
Hegel, Schelling y Hó!derlin ante la Revolución francesa: Anuario filosófico (Univer-
sidad de Navarra), XXII (1989), 35-54.
r
240 C8. Los grandes relatos seculares 1. El idealismo de Hegel 241

todo aquello que Rousseau había descubierto y descrito, prin- Dios. Alemania, que había significado poco en la Historia de
cipalmente en sus novelas y en sus Coefesiones, en los Sueños la Filosofía, se pone ahora a la cabeza de la Filosofía europea 2 •
de un paseante solitario, en las Cartas de la montaña y que respondía Una de las preocupaciones más acuciantes de poetas y
a las actitudes y necesidades de la época revolucionaria y pos- filósofos románticos e idealistas fue la relación finito-infinito,
revolucionaria. El conocimiento racional debía ser sustituido o el ev ical. nav de Jenófanes y de los Eleatas. Era, en el fondo,
mejorado por métodos intuitivos e irracionales que permitiesen aquella necesidad de unidad y coherencia de la totalidad que
captar plenamente la realidad concreta, pero la realidad concreta todos los grandes pensadores han experimentado como la vo-
se encuentra en el fluir de la vida y de la historia, en relación cación más profunda del verdadero filósofo. Los románticos y
y, a veces, en contradicción con el todo. El pasado tiene tanta los idealistas sintieron la sed de infinito que no tuvieron los
importancia como el presente y el futuro porque la realidad ilustrados. Tal vez, nunca se haya hablado tanto de infinito
es proceso y cada ser y cada hecho tienen sus precedentes y como en esta época. Lo infinito era el sentido y la raíz de lo
sus progenitores. finito. La poesía se hace aquí expresión bella de esta profunda
En Alemania, un entusiasta de Rousseau, Friedrich Maxi- idea filosófica. El arte es la realización de lo infinito en lo
milian Klinger (1752-1831), había escrito, en 1776, una obra finito. Algunos verán en la naturaleza la expresión sensible de
de teatro con el título de Sturm und Drang (Tempestad e ímpetu). lo infinito. La vocación del hombre es la identificación con el
Quedaría esa expresión para designar un movimiento literario- Uno y el Todo, con el infinito.
filosófico, nacido y desarrollado eri Alemania, hacia finales del Los románticos son más religiosos que los ilustrados, en
siglo XVIII, que exaltará la naturaleza, la vida, la libertad, el cuanto que ven la religión como una relación del hombre con
sentimiento patriótico y el odio a los tiranos; una literatura lo infinito, aunque su religión deriva hacia el panteísmo racio-
que dará la preferencia a los sentimientos violentos y a las nalista en diversas formas. El cristianismo es considerado como
pasiones arrebatadas, y manifestará una tendencia al panteísmo. la más perfecta expresión de la vivencia religiosa, pero Hegel
Este movimiento tuvo una gran influencia en Alemania porque creerá que el cristianismo queda superado y explicado por la
hombres de la talla literaria de Goethe y Schiller, o buenos Filosofía idealista. El Dios cristiano se resuelve en la Idea.
filósofos como Jacobi y Herder, se iniciaron en su ideología Jesús de Nazaret no es más que un maestro de moral apto
cuando eran jóvenes. Era el prólogo al romanticismo y al para todos los hombres, cualquiera que sea su credo religioso.
resurgir de una nueva y potente filosofía alemana. Las fuerzas
violentas del St11rm tmd Drang quedarían moderadas después por
el clasicismo que corrigió las incoherencias y el talante caótico 1. EL IDEALISMO DE HEGEL
de los primeros románticos alemanes. Herder, Schiller y, sobre
todo, Goethe, en sus obras más representativas, lograron esa El esfuerzo más titánico que se ha hecho por dar coherencia
síntesis entre el ímpetu y el límite propio del equilibrio clásico, y unidad sistemática a todas las ideas y actitudes, tal como se
y eso les hizo grandes. encontraban entre finales del siglo XVIII y principios del XIX,
Los autores alemanes citados y otros como los hermanos ha sido el que realizó Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-
Schlegel, los poetas Novalis y Holderlin, los filósofos Schleier- 1831 ). No podemos detenernos en los otros dos idealistas que
macher, Hamann, Reinhold, Schulze, Maimon, Beck, etc., re- le precedieron, Fichte y Schelling, pero es inevitable, para la
cogieron las inquietudes de su tiempo, intentaron nuevas so- finalidad de este libro, que nos detengamos en exponer el
luciones y con ello prepararon el camino para que los pensa- intento de sistematización y explicación racional que Hegel
dores idealistas realizaran grandes síntesis filosóficas o, de otra realizó. Los motivos son dos: primero, porque, como acabamos
manera, colosales intentos por explicar de manera coherente y de decir, el sistema hegeliano ha sido el mayor y más original
racional el mundo, el hombre y Dios, es decir, toda la realidad. 2
El apelativo <<los grandes relatos» está tomado del pensador francés
Serán ellos los que crearán los más «grandes relatos», es decir, contemporáneo Jean-Frarn;ois Lyotard que denomina así a los intentos de
las construcciones ideales que creen dar cuenta completa y explicación sistemática y totalizante de la realidad construidos en la Edad
sistemática de la naturaleza, del hombre, de la historia y de Moderna y, principalmente, se refiere al pensamiento de Hegel y al de Marx.
~
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242 C8. Los grandes relatos seculares 1. El idealismo de Hegel 243

esfuerzo que se ha hecho por dar una interpretación racional tamente pensamiento y realidad. Hegel construirá todo su sis-
y secular del mundo, del hombre y de Dios, después de recoger tema partiendo del postulado enunciado tardíamente de que
múltiples aportaciones de tantos pensadores anteriores; segundo, «todo lo racional es real y todo lo real es racionab>. Idea y
porque Hegel ha sido el maestro indiscutido de muchos de realidad son, pues, una misma cosa. La sustancia única de
los pensadores filosóficos y teológicos más influyentes en el Spinoza se convierte en Idea. El Absoluto existe pero es Idea
siglo XIX, sea por seguimiento, sea por reacción, porque es inmanente al mundo, a la naturaleza y a la historia. El idealismo
sabido que, cuando un pensador hace la crítica de otro, está no niega lo divino, sino la trascendencia de lo divino. Es
asimilando, a su vez, no pocos de sus conceptos y está ha- también una antigua inclinación hacia el panteísmo, propia del
blando un lenguaje bien parecido. Javier Zubiri escribió que espíritu germano que aparece en algunas expresiones de ciertos
<<la madurez intelectual de Europa es Hegel. Y esto no sólo pensadores medievales como el Maestro Eckhart, los místicos
por su Filosofia, sino por su Historia y por su Derecho [...]. renanos, Nicolás de Cusa, o Jacobo Boehme, éste ya entre los
La verdad de Europa está en Hegel. Bien sé que suena esta siglos XVI y XVII. La religión racional de los ilustrados se
afirmación algo exagerada. Poco importa [...]. Lo importante al transforma así en una cierta divinización de la naturaleza y de
exagerar es saber que se exagera. Pues bien, lo que confiere la historia; o de otra manera, ambas, en sus infinitas manifes-
a Hegel su rango y magnitud histórica en la Filosofía es jus- taciones, serían expresiones de un último ser, fundamento de
tamente ese carácter de madurez y plenitud intelectual que en todo (Urgrund), totalidad, unidad, racionalidad y reconciliación.
él alcanza la evolución entera de la Metafísica desde Parménides Era, además, la etapa posnapoleónica. Las revoluciones ha-
a Schelling. Por eso, toda auténtica filosofía comienza hoy por bían destruido el Antiguo Régimen y las guerras había ator-
ser una conversación con Hegeb> 3• mentado a los pueblos europeos. Hegel creyó que los hombres
La afirmación de Zubiri es, efectivamente, un tanto exage- podían y debían reconciliarse entre sí y con las cosas en la
rada porque la Metafisica que construye Hegel ni parte del razón y en la Idea, y propuso todo un sistema explicativo y
análisis inmediato de la realidad, ni tiene en cuenta las grandes orientador. Sólo así, el hombre reconciliado por el saber ra-
construcciones metafísicas de los pensadores realistas, es decir, cional absoluto con todos y con el Todo, podría lograr el ideal
de aquellos que han partido no· del pensamiento abstracto, sino de felicidad propuesto y buscado en vano por los ilustrados.
de lo existente y real en cuanto real, para penetrar en las Exponemos brevemente las ideas fundamentales del «gran
estructuras profundas de esa realidad que es el ser. Por el relato» hegeliano, aun sabiendo que la brevedad nos impone
contrario, la construcción metafísica de Hegel pasa de la idea limitaciones. Pero son inevitables.
al ser, no del ser a la idea, como parece correcto para poder La experiencia fundamental de la que parte Hegel es ésta:
conocer e interpretar la realidad, y como hicieron los grandes En todas las civilizaciones, en todas las religiones, en todas
pensadores griegos, medievales y modernos. Por eso, la Meta- las filosofías, el hombre encuentra la realidad como separada
física de Hegel no será tanto una explicación del ser cuanto de sí mismo. Se encuentra como extraño (fremd) a las cosas,
de la Idea, es decir, una Metafísica idealista; en última instancia, como hostil (feindselig) a ellas. Ellas constituyen el no-yo, lo
una construcción mental. que se opone al yo. Por ello experimenta un sentimiento do-
Hay, además, en Hegel una inspiración en el racionalismo loroso de desunión (Trennung), de alejamiento (Enifremdung), de
de Baruch de Spinoza. Los filósofos románticos estudiaron con alienación, de desposesión de sí mismo (Entiiusserung). El hom-
gran interés esta filosofía, y aun se apasionaron por ella, porque bre no se encuentra en las cosas. Lo mismo le sucede con
el filósofo sefardita construye un sistema cuasi-religioso y pan- las personas y con las instituciones, le son ajenas, distantes u
teísta en el que lo finito y lo infinito se implican mutuamente hostiles.
en un único ser sustancial. Spinoza, además, pretendía conducir El intento de Hegel será encontrar un modo de reconci-
el conocimiento humano hacia el «saber absoluto», es decir, liación del hombre con las cosas, con la naturaleza, con los
hacia una comprensión total en la que se identificasen perfec- otros hombres, consigo mismo, con el Todo. Su filosofía será
3
un grandioso y armónico sistema en el que cada realidad tiene
X. ZUBIRI, Nat11raleza, Historia, Dios (M:adrid 61981), 225. su puesto y su puesto lógico; una visión de la totalidad, en
~

244 C8. Los grandes relatos semlares 1. El idealismo de Hegel 245

la que cada ser de la naturaleza y de la historia tiene su Pero el Espíritu recorre un largo y tortuoso itinerario hasta
explicación racional, el logro del É:v JC<Xt 1téXv. En ese conoci- que alcanza su plenitud en «el saber absoluto». Parte del co-
miento, el hombre se sentirá reconciliado con cada parte del nocimiento sensible pasa por la percepción y el conocimiento
Todo y con el Todo, se encontrará a sí mismo en todo, así intelectivo; alcanza su independencia después de pasar por el
habrá alcanzado la paz, la armonía, la plenitud humana y la enfrentamiento señor-esclavo, y por las etapas del estoicismo,
verdadera libertad, meta de toda filosofia. Era éste el ideal de el escepticismo y la conciencia desgraciada; recorre todas las
Spinoza. Esta libertad no se logra por el desprendimiento de múltiples etapas de la razón que ya busca la unidad; descubre
las cosas, como quería la religión, sino por la reconciliación
racional con ellas, descubriendo lo que en la realidad hay de 1 la eticidad que se realiza en las instituciones histórico-políticas
de un pueblo; atraviesa más tarde las situaciones de la familia,
lógico y, por ello, de humano e imprimiendo lo humano en la sociedad y el Estado; se encuentra a sí mismo en el arte,
la realidad. A esto lo llamará «poseerse a sí mismo» (bei sich en la religión y en la filosofia que unen lo finito y lo infinito
selbst sein) y, por lo mismo, ser perfectamente libre (bei sich en un proceso siempre creciente a través de las diversas ma-
selbst und a/so freí). nifestaciones artísticas, de las diversas religiones y de las diversas
Para lograrlo, busca aquel último fondo de todos los seres filosofias, hasta que, al fin, alcanza el «saber absoluto», o Idea-
en el que se borran las diferencias y las contradicciones y todo lismo absoluto -el sistema hegeliano- que representa la to-
es uno. Lo encuentra en la Idea. De otra manera, exponiéndolo talidad de los momentos en su sinteticidad.
con sus mismas palabras, se encuentra con que, en el fondo La última etapa en la que la Idea se encuentra plenamente
último, «todo lo que es racional es real, y lo que es real es a sí misma, como totalidad racional y viviente de todas las
racionab> 4 , postulado clave de todo su sistema, aunque formu- etapas, es precisamente «el saber absoluto». Es la plenitud y
lado tardíamente, en el Prólogo a su Filosefía del Derecho, (1821). la perfección del conocimiento, cuando el Espíritu se conoce
Ahora bien, si la última realidad, o ser de todos los seres, es perfectamente a sí mismo y conoce que él y las realidades
esencialmente racional, podemos llamarla Idea 5• todas se identifican y se reconcilian en la Idea.
Por otra parte, ese fondo último y absoluto, la Idea, no
es sustancia, es decir, un ser acabado, identidad originaria y
estática entre finito e infinito, sino st!Jeto, actividad, proceso,
movimiento, o, mejor aún, automovimiento en busca de la
naturaleza y de la historia. Este movimiento de la Idea es
siempre un movimiento racional y, por tanto, el proceso de
l El conocimiento humano del absoluto y el conocimiento
que el absoluto realiza de sí mismo son dos aspectos de la
misma realidad, ya que el ser se actualiza como pensamiento
que se piensa a sí mismo, concretamente a través del Espíritu
humano. «El saber absoluto» tiene lugar cuando soy consciente,
no sólo de mí mismo en cuanto individuo finito que existe
generación del universo es lógico. Las leyes que regulan el frente a otras personas y cosas finitas, sino también y, sobre
proceso de los conceptos lógicos son las mismas leyes que todo, cuando soy consciente del absoluto como realidad última
regulan el movimiento y el hacerse de la naturaleza y de la y omnicomprensiva, de toda la realidad y de mí mismo en
historia, porque para Hegel todo concepto es realidad y toda ella. En ese momento del saber se verifica la perfecta unidad,
realidad es concepto. Así, el Espíritu se autogenera, generando, reconciliación y totalidad buscada.
al mismo tiempo, su propia determinación o limitación y su- En síntesis: la realidad es, en última instancia, racional, en
perándola continuamente. la naturaleza de manera inconsciente, en el hombre se hace
En la naturaleza, la Idea se exterioriza, sale fuera de sí autoconsciente, esa autoconciencia crece progresivamente en la
misma, pero sin tomar conciencia de sí misma. En el hombre, perfección del conocimiento y llega a su plenitud en «el saber
alcanza esa conciencia de sí, se hace· autoconciencia y Espíritu. absoluto» que es el idealismo absoluto, cuando el Espíritu com-
4 prende toda la racionalidad de lo real y a sí mismo como un
((IP'as vemii11ftig ist, das is! 1Virklich; 1111d 1vas IVirklich ist, das ist vemiillftig)).
Gn111dlinie11 der Philosophie des Rechts. Vomde: Siimtliche Werke, Vierte Auflage
momento cualificado de la realidad racional.
der Jubiliiumsausgabe (Stuttgart-Bad Cannstatt 1964), Band 7, 33. La expresión «todo lo racional es reab> significa -como
5
Discute acertadamente sobre la noción y el status ontológico de la Idea se deduce de lo dicho- que es suficiente pensar con rectitud
hegeliana, F. CoPLESTON, Historia de la Filosofía, t.7 (Barcelona 1978), 155ss. lógica para estar cierto a priori de que lo pensado coincide con
.¡,

246 C8. Los grandes relatos seculares

la realidad, ya que pensamiento y realidad son dos aspectos


de un mismo y único fondo ideal. El conocimiento experi-
mental sólo es un estímulo para despertar el Espíritu y sugerir
l 1. El idealismo de Hegel

te todo ser) es limitado. Por el hecho de serlo existe otro que


no es él y, por ello, le limita, le <<niega>>, en ese sentido· Je es
247

la determinación y el encadenamiento lógico de la esencia. La contrario. Ningún ser finito puede ser pensado sin que sea
misión de la verdadera filosofia será enseñar a deducir y com- pensado como finito y, por ello, sin que evoque su negación,
su contrario. Pero este nuevo concepto contrario no es pura
prender el proceso de generación de las determinaciones con- ·l negatividad; él también expresa una realidad positiva. Tenemos,
ceptuales (equivalentemente el de las realidades); comprenderlo
en el sentido más riguroso de la expresión, comprehenderlo,
1 pues, dos conceptos frente a frente: tesis frente antítesis 8•
es decir, no sólo contemplarlo mentalmente, sino asimilarlo, i Ahora bien, el Espíritu, al considerarlos así, cae en la cuenta
de que ambas se necesitan porque se complementan y, por
coincidir conscientemente, identificarse y reconocerse en la Idea ello, se exigen mutuamente, tienden a fundirse y, al hacerlo,
(equivalentemente en la realidad), estar reconciliado con ella. nos dan un nuevo concepto que comprende los conceptos
Podemos decir que estos principios, que quedan expuestos, anteriores en un tercer término más rico y pleno que los
introductoriamente, en la Fenomenología del Espíritu (1807), cons- 1" precedentes. Es la síntesis. Esta, a su vez, se hará tesis porque
tituyen las bases y puntos de arranque de la gran construcción también a ella, por ser limitada, se le opondrá una negación
sistemática que hizo Hegel en toda su obra, como explicación o antítesis; de ambas surgirá una nueva sintesis para comenzar
del mundo, del hombre y de Dios, y de la que enseguida de nuevo el proceso trifásico. Y así sucesivamente.
daremos una brevísima síntesis. Este movimiento por el cual tesis y antítesis se funden en
Hablemos ahora del método, es decir, del movimiento dia- una síntesis, lo expresa Hegel con la palabra alemana Aufoebung,
léctico según el cual se desarrolla la Idea. El encadenamiento sustantivo del verbo alemán aujheben. Hegel se regocija, en su
racional entre los diversos momentos de la realidad consiste Enciclopedia de las Ciencias, de que la lengua alemana posea
en una disposición ternaria tal que dos esencias contrarias se ., términos tan «especulativos» porque ese término del idioma
enfrentan racionalmente y se atraen mutuamente la una a la l germano significa suprimir, negar y al mismo tiempo conservar
otra, y de ello resulta la existencia de una tercera que contiene, ! y elevar. Podríamos decir que significa una sola acción, que
de modo eminente, la realidad de las dos anteriores. El proceso
vuelve a comenzar porque la esencia resultante reclama también
otra esencia contraria suya, aparece una nueva contradicción y
i es suprimir-conservar-superar, de forma que el término resul-
tante de la acción es más rico que los dos anteriores y los
conserva elevados después de negarlos. Hegel cree que, así, el
se forma de ambas una nueva y superior esencia, y así sucesiva espíritu especulativo y racional de la lengua alemana va más
e indefinidamente en el movimiento de la realidad y en el del allá de la simple alternativa «O-o», o una cosa u otra, que es
conocer, hasta «el saber absoluto». Es lo que Hegel llama el modo de pensar del entendimiento ya que éste comprende
movimiento «dialéctico» o «especulativo» 6• La dialéctica hege- los conceptos y las realidades en su limitación y división, pero
liana supone que «todas las cosas son en sí mismas contradic- no en su unidad. Con el proceso dialéctico o modo de pensar
torias» 7 • de la razón, Hegel cree poder superar las contradicciones y
Expongamos este mismo movimiento dialéctico de otra for- alcanzar la síntesis progresiva de los contrarios o «coincidencia
ma que lo haga más inteligible. Todo concepto (equivalentemen- de los opuestos» en palabras de Nicolás de Cusa 9• Así pues,
6 8
El concepto de dialéctica ha tenido significados muy diversos a lo largo Las expresiones «tesis», «antítesis» y «síntesis» no son originales de Hegel
de la historia del pensamiento. Sobre ellos puede verse la obra en común pues ya las usan Kant y Fichte y en ellos se inspira. Hegel las utiliza raras
de ABBAGNANO, Boamo, etc., Lo evolución de la dialéctica (Barcelona 1971), y veces y prefiere las de «afirmación>>, «negación», y «negación de la negación»,
y, de manera más compleja y oscura, habla de <<lado abstracto o intelectivo»

l
también Lo Dialectique: Actes du XIV' Congres des Sociétés de Philosophie
de Iangue franc;:aise (Nice, 1-4 sept. 1969). Para la determinación de los (tesis), «lado dialéctico o negativamente racionab> (antítesis), y <<lado especulativo
caracteres precisos de la dialéctica en Hegel, cf. A. SALEMIJN, Hegelsche Dialektik o positivamente racionab> (síntesis).
(Berlín 1971). 9
Si:iren Kierkegaard, implacable enemigo de la especulación y del abs-
7
«Afie Dinge sind an sich selbst 1vidersprechenm>, lf7issenschafl der Logik, edic. traccionismo hegeliano, ridiculiza la expresión A11jheb11ng por su sentido anti-
cit., Band 4, 545. tético de suprimir y conservar. «En el habla popular -dice- hay una ex-

l
presión con la que se indica lo imposible: tener la boca llena de harina y
248 C8. Los grandes relatos seculares 1. El idealismo de Hegel 249

en el pensamiento, en la naturaleza y en la historia, nada se eminente, la perfección de todas las anteriores. En este término,
pierde, todo se conserva y se sublima. La dialéctica de Hegel el Espíritu se encuentra plenamente a sí mismo en todas las
es, sin duda, el intento más grandioso que se ha hecho nunca cosas (durch sich selbst in allem sich selbst z:1 finden und zu erkennen).
de extender el principio de la conservación de la energía a Ha alcanzado la perfecta unidad y reconciliación, «el saber
todos los campos de la realidad. absoluto» o ciencia divina.
Los términos tesis, antítesis y síntesis son correlativos, en Para terminar esta breve e incompleta exposición de la
el sentido de que están ligados de tal suerte que, desde que dialéctica hegeliana digamos que la relación de dependencia
existe uno de ellos, tienen que existir o haber existido los o condicionamiento · entre tesis o antítesis y entre ambas y
otros. La síntesis es una conciliación, una armonía superior a la síntesis es muy general y no siempre clara. Puede existir
la que tienden por naturaleza tesis y antítesis para ser plena- entre términos contrarios y contradictorios, entre términos
mente ellas mismas, y en la que vuelven a encontrar, entera sencillamente diferentes, entre hechos sucesivos o simultáneos.·
y eminentemente, la perfección que cada uno poseía.

'
La dialéctica no es precisamente un evolucionismo diacrónico.
El movimiento dialéctico, por ser lógico, es, como ya in- El carácter sucesivo o no de la realización dialéctica depende,
dicábamos, necesario, con necesidad análoga a la de las Mate- en los diversos casos, de la naturaleza de las nociones con-
máticas. Esto significa que entre un término y otro, entre una sideradas. Hegel habla de evolución en un sentido más amplio,
fase y otra, entre tesis y antítesis, hay una mediación (Vermitt- ·1· en el de movimiento complementario y recíproco, sucesivo
lrmg), hay un paso razonable, lógicamente consecuente y exigido.
o no.
Por lo mismo, en el desarrollo último de la realidad no existen
saltos, es decir, reacciones injustificadas o inesperadas; la con- •1:
.. ~
El método dialéctico sería, en las hábiles manos de Hegel,
la linterna mágica con que haría ver a discípulos y lectores
tingencia no tiene cabida alguna, no es más que aparente; todo
asombrados con qué armonía acompasada y rítmica se desarrolla
discurre por el paso necesario de la tesis a la antítesis y de 1 la Idea y la realidad toda, de extremo a extremo, en un proceso

t
ella a la síntesis.
fantástico de conceptos vinculados lógicamente entre sí.
Digamos, por fin, que, por tener la dialéctica como zona
Digamos ahora unas palabras que sinteticen muy brevemen-
de su acción todo lo finito, camina entre dos infinitos; desde
el momento en que la Idea es infinito negativo hacia el término ~ . te el sistema hegeliano o explicación total de la realidad.
·.•.·f. Como quiera que se interprete el sistema de Hegel, hay
en que ella se hace infinito positivo. O, de otra manera, el
que decir que es un cierto panteísmo en cuanto que lo finito
punto de arranque del movimiento dialéctico es el infinito
indeterminado, vacío; esto es lo que Hegel llama el ser, con- está en lo infinito y no puede ser comprendido si se lo separa;
cepto el más general e indeterminado posible. El término final ni el infinito puede considerarse separado y opuesto a lo finito
es el infinito positivo, concreto, determinado, pleno, el Espíritu porque entonces dejaría de ser infinito. Si ese panteísmo es
en su realización una, total y absoluta, cuando la Idea se puramente lógico y conceptual o es ontológico nunca queda
reconoce plenamente a sí misma. La dialéctica realiza el paso, claro en Hegel, ni sus intérpretes se ponen de acuerdo. El
o mejor, es el paso del uno al otro. El término final es la rechazó siempre la acusación de panteísmo que ya en su vida
síntesis de todas las síntesis y, por ello, contiene, de modo se lanzó contra él. Sea de ello lo que fuere, lo cierto es que,
para Hegel, hay un Absoluto único y todos los seres son
soplar al mismo tiempo. Es esto, aproximadamente, lo que pretende hacer momentos de ese último fondo y realidad. El mundo es una
la especulación cuando emplea una palabra que designa precisamente su propio explicatio, un despliegue de la Idea pero de tal manera que ese
contrario». Sobre el tema puede verse el Diario de Kierkegaard (edición italiana Absoluto permanece siempre inmanente al mundo. Hegel re-
de Cornelio Fabro) (Brescia 1951), t.I, 188-195; t.2, 208. Kierkegaard publicó
un libro titulado exactamente Enh11eder-oder (o-o) para demostrar que en la procha a Fichte y a Schelling el no haber eliminado, en sus
vida hay infinitas contradicciones que no pueden «superarse» racionalmente y filosofias, todo rasgo de trascendencia 10•
que el hombre, ante ellas, tiene que elegir una de las dos por una decisión
libre de la voluntad o «salto existencial». En contra de la razón dialéctica 10
Sobre las diversas interpretaciones de la Idea a~soluta de Hegel, se
como instrumento filosófico véase RAYMONK RUYER, Le mythe de la raison consultará con utilidad el estudio de FRANZ GREGOIRE, Et11des hégéliennes (Lou-
dialectiq11e: Revue de Métaphysique et Morale (1961), 1-34. vain-Paris 1958), 140-220.
"V
"

250 C8. Los grandes relatos seculares 1. El idealismo de Hegel 251

Como ya se ha dicho, para Hegel la realidad es un proceso de las cosas que son sus propios pensamientos. Se alcanza
creativo, un proceso que la Idea realiza para la autoliberación aquí la conciencia de la perfecta identidad del yo y del no-yo 12 •
del Espíritu, que no es otra cosa que la misma Idea en cuanto Pero el Espíritu individual no es capaz de actuar plenamente
presente a sí misma en cuanto interiorización: «el Espíritu es la obra de realización de los fines de la razón y, por ello,
el retomo a la interioridad consigo mismo desde la exterioridad tampoco su propia libertad. Su conocimiento es incierto en la
de la naturaleza>> 11 • determinación de esos fines, y limitado el poder de su voluntad
Porque, en la primera fase, la Idea sale de sí misma, o para actuarlos. La empresa es infinita y el Espíritu subjetivo
mejor, se da a sí misma un objeto se pone a sí misma en es finito. De ahí la necesidad que tiene la conciencia individual
forma de alteridad. Ese objeto o alteridad es la naturaleza. de participar en un mundo ético, en el cual el Espíritu universal
Los especialistas reconocen que el paso de la Idea a la na- se ha objetivado en formas e instituciones superindividuales y
turaleza es muy problemático, y aun inexplicable, en el sistema potenciadoras de las energías del individuo. Comienza ahora el ·
de Hegel porque nunca se sabe si la transición es ontológica, proceso del Espíritu oljetivo.
Las formas concretas del Espíritu objetivo son el Derecho
si la Idea es causa eficiente o es causa inmanente, ni puede
y los derechos, la Moralidad que regula la conciencia y, sobre
explicarse cómo una Idea da el ser real a la naturaleza sen-
todo, la Eticidad, que se realiza en tres momentos: la familia,
sible. El conato de explicar la aparición de la naturaleza,
la sociedad y el Estado, pero de tal manera que cada una de
partiendo de un Absoluto es un intento de interpretación ellas es una manifestación superior del Espíritu objetivo y cada
racional del dogma cristiano de la creación y Hegel hace una es superior a las anteriores y las domina. Así, en el pen-
expresa referencia a él. samiento de Hegel, la sociedad es superior a la familia, y el
En esta parte de su filosofía -la más pobre por sus Estado superior a la sociedad. Esta inversión de valores será
frecuentes arbitrariedades-, Hegel estudia la Mecánica, la Física una de las raíces ideológicas en la conformación de las dicta-
y la Orgánica, intentando hacer ver cómo la naturaleza se eleva, duras del siglo XX, sobre todo del marxismo y de los fascismos,
de grado en grado, desde la pura exterioridad hacia la interio- ya que, en toda dictadura, el Estado se considera independiente
rización, o sea, desde el espacio y el tiempo hasta los orga- y superior a la sociedad, a la familia y a las personas.
nismos animales, en los cuales ya existe una cierta conciencia La conciencia individual, subjetiva, debe regirse por la Mo-
o autoposesión. De la vida orgánica, culminante en el organis- ralidad, es decir, por el reconocimiento del valor de la univer-
mo humano, emerge la «conciencia individual» o subjetividad salidad de la razón que lleva a la persona a subordinarse al
empírica, el Espíritu suljetivo. Con esto se inicia el retomo de deber. Pero .la conciencia moral subjetiva no siempre es capaz
la Idea a sí misma. En su grado inferior, el Espíritu subjetivo de determinar y conocer el deber y el bien, y por ello deja
confina con la naturaleza, es alma natural. Tiene sensaciones, un vastísimo campo al capricho y a la fantasía individual. De
sentimientos, hábitos. En una segunda fase, el Espíritu toma ahí la necesidad del Derecho que es ya una «objetivación>> de
conciencia y certeza de sí, una certeza que se desenvuelve a la libertad. Atiende a regular la conducta exterior de los indi-
partir de las sensaciones, pasa por las percepciones, relaciona viduos, a garantizar la libertad de todos, no penetra en la
los datos y culmina en el entendimiento (Verstand) que capta, interioridad de la vida individual, no atiende a las intenciones
bajo los cambios, la permanencia de las leyes. El Espíritu de la conciencia sino únicamente a los comportamientos ex-
aprehende los objetos no como extraños a él sino como suyos ternos. Derecho y Moralidad son realidades distintas. La conciencia
y se aprehende a sí mismo como sujeto. El tercer estadio es individual y su moralidad deben estar siempre subordinadas a
el de la razón (Vemunft), que implica la asimilación de la uni- las objetivaciones superiores del Espíritu que se rigen por nor-
versalidad en el «yo», certeza de que las determinaciones de la mas externas que constituyen la Eticidad. Sólo en ellas aparecen
conciencia son tan .objetivas, tan determinativas de la esencia los cometidos concretos de la actividad espiritual de un pueblo
en un determinado momento histórico; sólo allí se forma aque-
11
Cf. Enzyklopiidie der lf/issenschaften: Samtliche Werke, Vierte Auflage der
12
Jubilaumsausgabe (Stuttgart-Bad Cannstatt 1964), Band 6, 225ss. Cf. Enzyklopiidie der W1ssenschaften, edit. cit., 231-31 O.
1. El idealismo de Hegel 253
252 C8. Los grandes relatos seculares

lla autoridad suprapersonal que es la norma de acción del entran en colisión dialéctica los diversos Estados y se funden
Espíritu de un pueblo a la cual debe someterse siempre el en la unidad suprema del «Espíritu del mundo». Este es el
individuo; sólo en esas comunidades suprapersonales encuentra soberano de la Historia que, de edad en edad, se encarna en
el individuo la fuerza directriz para todas sus actividades y sólo esta o en aquella nación. Mientras un pueblo es su órgano,
allí encuentra la verdadera libertad, objetivo y meta del itinerario camina a la cabeza de la civilización, es el «pueblo elegido».
del Espíritu. En esa subordinación consiste la Eticidad o moral Cuando pasa su hora debe ceder el puesto a otro pueblo más
social (Sittlichkeit), que es independiente y superior a la moral joven. Toda guerra termina con la victoria del pueblo más
individual o subjetiva (Moralitat). digno, del que tiene en su mano el porvenir. Por la guerra se ·
Como ya se ha indicado, la más alta encarnación gel Espíritu conserva la salud ética de los pueblos, cobran vigor, caminan
objetivo es el Estado. En él encuentran su razón de ser y su hacia la libertad. Donde no hay luchas, donde el ideal se pone
plenitud la familia y la sociedad civil. En el Estado, la voluntad en una felicidad sin pugnas, la historia sólo presenta páginas
individual llega a ser verdaderamente libre; obedeciendo a las en blanco. Y aunque individuos o pueblos luchen por intereses
leyes, identifica sus fines particulares con el Espíritu universal y privados, del conflicto brota siempre el triunfo de la Idea
en eso consiste su libertad. El Estado devuelve al indivíduo, que universal. Es la astucia de la razón 14 •
tiende siempre a ser su propio centro, a la vida universal. El El Espíritu objetivo, aun en sus relaciones más perfectas,
individuo aislado de la organización histórica que es el Estado, es siempre finito. De ahí que en ninguna de sus manifestaciones
es una abstracción. El Estado no es una suma de voluntades se alcance el ideal de la plena libertad. El Espíritu no alcanza
indivíduales, sino un «Espíritu vivo», la «tazón encarnada», «el la infinitud de su naturaleza si no es liberándose de todo límite
ingreso de Dios en el mundo». Por eso, sus poderes sobre los haciéndose Espíritu absoluto, que quiere decir literalmente libre
individuos son ilimitados y su irresponsabilidad, completa 13• de todo vínculo, ab-soluto. Sólo cuando el Espíritu se tiene
Por otra parte, el Estado y su Constitución deben ser por objeto a sí mismo, en su pura espiritualidad, sólo allí .
expresión del «Espíritu del pueblo» (Volksgeist) y por eso, es- alcanza el Espíritu la libertad más plena y más verdadera. El.·
pontáneamente, los derechos y las voluntades individuales se Espíritu absoluto es el retomo de la Idea a sí misma en el
confunden en la voluntad universal del Estado histórico. autoconocerse de manera absoluta. Tal autoconocimiento es el
Las realizaciones de los diversos Estados constituyen la autoconocimiento divino. <<Dios no es Dios más que en cuanto
historia. El alma de la historia es la guerra. Gracias a ella se conoce a sí mismo, su conocimiento de sí es, además, su:
13
conciencia de sí en el hombre y el conocimiento que tiene el
Generalmente se ha admitido que la teoría política de Hegel es una hombre de Dios, conocimiento que tiene, por fin, el otro
exaltación del absolutismo de Estado. Franz Gregoire, en su obra ya citada
Études hégé/iennes (c.4), interpreta la divinización del Estado, hecha por Hegel, donde el hombre se conoce a sí en Dios» 15 • Así, en el Espíritu
de manera benévola y opina que la divinización del Estado es una semileyenda absoluto se reconcilian lo finito y lo infinito. Pero ese saberse
que se ha construido sobre el pensamiento de Hegel. Jacques Maritain, en de Dios y del hombre no es una intuición mística. La auto-
su obra La Phi/osophie mora/e, al estudiar a Hegel, rechaza la interpretación
benévola de Franz Gregoire. A su vez, éste le respondió en su aróculo L'État
liberación total de la Idea se realiza mediante un proceso dia-
hégélienne, est-il tota/itaire?: Revue Philosophique de Louvain 60 (1962), 244-253. léctico, triádico, que se verifica primero en el arte, después en
Piensa el autor que, según Hegel, el Estado es fin último para los individuos, la religión y finalmente en la Filosofía, en un proceso ascen-
y el individuo, fin último para el Estado. Admite también que los derechos
del individuo no son efectivos más que en cuanto son reconocidos por el
dente de perfección.
Estado. Acaso --continúa- Hegel buscó una síntesis entre el Estado antiguo, Por el arte, el Espíritu pone y contempla en cada objeto
en el que el individuo era todo para el Estado, y el Estado liberal, en que sensible su esencia absoluta. El infinito es intuido como finito.
el Estado es todo para el individuo. El ~stado hegeliano sería una síntesis En la religión se actúa la unidad del infinito y de lo finito, es
en que Estado o individuo se ordenan mutuamente uno a otro, aunque con
predominio manifiesto del Estado. Pueden consultarse también BERNARD BoUR. '" Cf. Gl7l11dlinie11 der Philosophie des Recbts, Der Staat, n.321-329; Vorles11nge11
GEOIS, La pensée politiq11e de Hegel (Paris 1969); FERNANDO PRIETO, El pensamiento iiber die Pbilosopbie der Gescbichte; S)'Ste111 der Philosophie, Der objective Geist; Pheno·
político de Hegel (Madrid 1983). Sobre las diversas interpretaciones, cf. REMO
Donm, Studi s11/ pensiero político ed economico di Hegel ne//'11/timo trentenio: Rivista t11mologie des Geist, VI, Der Geist.
1; !J)'Ste111 der Phi/osobpie, Die Pbi/osopbie des Geistes, n.564.
critica di Storia della Filosofia 27 (1972), 435-466.
1. El idealismo de Hegel 255
2.)'t C8. Los grandes relatos seculares

la misma autoconciencia del Espíritu absoluto, pero expresada especulativa libera el pensamiento puro de toda representación
en imágenes, símbolos y sentimientos. En la religión, el Absoluto imaginativa y expresa las mismas verdades pero en conceptos
se manifiesta como representación (Vorstellung), término que, en lógicamente concatenados entre sí. La Filosofía llama Idea al
el contexto hegeliano, puede traducirse como pensamiento ima- Ser supremo y absoluto de las religiones. El Dios-Amor cristiano
ginativo o simbólico. La religión no es un pensamiento concep- queda transformado en el Dios-Idea hegeliano.
tual puro, como lo será la Filosofía; es más bien un conjunto La Filosofía es, pues, la culminación de la vida del Espíritu,
de imágenes que intentan expresar la relación de lo infinito con en ella concluye el ciclo de su devenir, enriquecido ahora por
lo finito. O, de otra manera, la religión dice, en imágenes y las múltiples etapas recorridas. Es «el saber absoluto», el saber
símbolos, lo que la Filosofía dirá en conceptos racionales. La divino. La Filosofía puede explicar la religión; la religión no
Filosofia, pues, es superior a la Teología. Así por ejemplo, la puede explicar la Filosofía. No es que ambas sean incompati-
verdad racional de que la Idea es objetiva en la naturaleza se bles. Al contrario, son dos modos de expresión de la misma
expresa en la religión mediante la representación imaginaria de realidad aunque el de la religión, aún imperfecto y el de la
la creación del mundo por un Dios trascendente, a partir de la Filosofía, perfecto.
nada. La verdad conceptual de que el Espíritu finito es un Pero para Hegel, la Filosofía se resuelve en Historia de la
momento del Espíritu infinito es expresada en la religión cris- Filosofia porque, si el Espíritu y el pensamiento son proceso,
tiana por la doctrina de la encarnación del Hijo de Dios y de movimiento, desarrollo, entonces es historia. Cada uno de los
la unión del hombre con Dios por la gracia de Cristo. Los sistemas filosóficos que han aparecido representa un momento
dogmas cristianos, pues, no serían realidades sino símbolos que lógico y necesario del desarrollo de la Idea. Un sistema pos-
remitirían a conceptos racionales. Con términos más modernos terior asume y eleva los anteriores. Además, cada filosofia sig-
diríamos que la Filosofia desmitologiza la religión para quedarse nifica una determinada forma de los pueblos en cuanto a sus
sólo con el contenido racional encerrado en las imágenes y los modos culturales, morales, políticos, etc. Por un proceso dia-
mitos religiosos. Hegel estudia las diversas religiones y cree que léctico, la Idea se ha ido desarrollando, paso a paso, a lo largo
han seguido un proceso ascendente en la manifestación simbó- de dos mil quinientos años hasta desembocar en <(la novísima
lica de la conciencia racional hasta el cristianismo que, sobre filosofía alemana», en la cual incluye a Kant, Fichte y Schelling.
todo en su forma protestante, alcanza toda la perfección que se La tarea de esta filosofía es llegar a comprender la unidad del
puede pedir a la religión. Es la religión absoluta 16• Era de nuevo pensamiento y del ser, que es la idea central de toda Filosofía.
la crítica «filosófica>> de la Ilustración, el retorno al racionalismo Fichte construyó un idealismo subjetivo (tesis), Schelling un
francés expuesto ahora en versión germana. idealismo objetivo (antítesis). Ambos se sintetizan después en
En la Filosofia es el pensamiento eterno y absoluto el que la filosofía del propio Hegel que es el idealismo absoluto,
se piensa a sí mismo; es la autoconciencia del Espíritu absoluto plenitud y perfección de todas las filosofías ya que queda en
en la forma del pensamiento lógico, ahora sin límites y en él perfectamente explicada la identidad de pensamiento y ser.
libertad absoluta. La Filosofia no tiene un objeto distinto de la Hasta aquí ha llegado el Espíritu universal. Nada se ha per-
religión. La materia es la misma, la verdad eterna en su objeti- dido, todos los principios se han conservado. Al final, el Espíritu
vidad, Dios y la expresión de Dios en lo finito. En este sentido, se reconoce a sí mismo como Espíritu absoluto. Queda así
religión y Filosofía se ocupan de la misma cosa. La diferencia cerrada la Historia de la Filosofia. Todos los misterios quedan
entre ambas consiste en la distinta manera de representarse lo esclarecidos, racionalizados. Todas las realidades reconciliadas.
finito y lo infinito y las relaciones entre ambos. La Filosofia La fórmula que podría resumir todo el itinerario circular sería:
16
de la Idea absoluta abstracta hasta ella misma bajo la forma del
Sobre el pensamiento religioso de Hegel es fundamental la obra de 17
ALBERT CH,\PELLE, Hegel et la re/igion, t.1, La prob/ematiq11e (Paris 1964); t.2, La Espíritu absoluto. Es la racionalización del Todo •
dialectiq11e (Paris 1967); t.3, Les textes tbéo/ogiq11es de Hegel (Paris 1967). Hegel
17 Sobre estos temas deben consultarse, entre las obras de Hegel, sus
expone su pensamiento sobre la religión en EnZJ•klopiidie der IY1ssenscbqften, Der
abso/11/e Geist, edic. cit., 301-310 y, sobre todo, en sus Vorlmmgen iiber die Vorles11ngen iiber die Geschichte der Philosophie, Begriff der Geschichte der Philosophie,
Philosophie der Religion. Der Begriff der Religion, edic. cit., Band 15, 101-268. edic. cit., Band 17, 35-80.
_1!,.

256 C8. Los grandes relatos sec¡!/ares 1. El idealisl!lo de Hegel 257

No parece, sin embargo, que se pueda afirmar que Hegel El desarrollo de la historia ha tenido tres etapas: la del
pensase que ya la Filosofía estaba terminada con su sistema y mundo oriental en cuyos Estados sólo uno, el déspota, es libre;
que nada nuevo se podía decir puesto que él había encontrado la del mundo greco-romano en el que sólo algunos son libres;
y formulado racionalmente toda la aventura del pensamiento y la del mundo germánico en el que todo hombre ha alcanzado
de la realidad. Ha dado pie para que se pensase así, pero también la conciencia subjetiva de su libertad. La raza germánica y, más
es verdad que tenía un profundo sentido del quehacer continuo concretamente, la prusiana luterana, es la elegida final del Es-
de la historia y que el mismo método dialéctico exigía una píritu del mundo para la plena libertad de la conciencia.. En
superación continuada y un progreso de suyo sin término. En ninguna otra se ha realizado tan perfectamente.
realidad, la dialéctica es una formulación germánica del postulado Con lo escrito sobre Hegel sólo hemos intentado, en lo
del progreso indefinido, propio de la Ilustración francesa. posible, dar las principales líneas maestras de su pretenciosa
Para terminar esta brevísima e incompleta exposición del interpretación de toda la realidad. Para quienes, por otro camino,
pensamiento de Hegel, es necesario decir unas palabras sobre no estén iniciados en la Filosofía hegeliana, es probable que las
sus Lecciones sobre la Filosefia de la historia universa/ ya que la páginas precedentes les resulten difíciles y oscuras. Pero para la
historia humana, en su conjunto, es la realización plena del finalidad de este libro, no era posible extendernos más, ni dejar
Espíritu universal. en claridad luminosa lo que en sí mismo resulta bastante oscuro.
Esta Filosofía de la historia tiene por objeto demostrar que Se cuenta que un discípulo de Hegel le preguntó, en una ocasión,
todos los hechos de la historia realizan, al fin, un proceso por el significado de un párrafo escrito por él. El profesor lo
racional según lo dicho. El estudio de los innumerables hechos leyó atentamente y respondió: «Cuando lo escribí lo entendíamos
históricos de todo tipo hace ver que inmanente a la historia Dios y yo; ahora creo que sólo lo entiende Dios» 18 •
hay un logos que dirige, en última instancia, el curso de los Más nos interesa considerar hasta qué punto ha podido
acontecimientos. El entendimiento sólo capta los hechos sin- influir la Filosofia hegeliana en el largo proceso de seculariza-
gulares en su ,complejísima trama; la razón capta el contenido ción que venimos estudiando. Ante todo hay que decir que,
uniforme de la historia universal. Una razón poderosa, trans- efectivamente, el sistema hegeliano es, en buena parte, una
posición secularizada de la Providencia divina, rige los destinos transposición a conceptos racionales de los dogmas religiosos
de la humanidad. y cristianos; un intento de superación del cristianismo por la
Filosofía; una versión germana del deísmo francés e inglés;
La historia, o mejor, el Espíritu en la historia va en busca
incluso podría decirse que es un cierto misticismo racional y
de la libertad. Se encama en el Espíritu de cada pueblo, pero
panteísta o panenteísta en el que se contempla lo finito en lo
cada pueblo no es sino un momento en el proceso total de
infinito. Se ha dicho que su pensamiento es un cierto arreglo
desarrollo del Espíritu universal. Ese Espíritu se vale, sobre
de cuentas de la Filosofía con la religión. .
todo, de individuos eminentes. Son ellos los que realizan los
Hegel fue durante cinco años alumno del seminario pro-
destinos de la historia, aunque sin ser conscientes de ello.
testante de Tubinga y allí estudió detenidamente la Teología
Alejandro Magno, Julio César, Napoleón Bonaparte, hombres cristiana. Este hecho le ha marcado para siempre. Pero el
así son los que han hecho avanzar la historia. La astucia de seminario de Tubinga estaba entonces dirigido por profesores
la Idea se valía de ellos. Creyendo servir a sus intereses o que querían repensar la Teología en función de la moda inte-
pasiones particulares servían, en realidad, a la historia universal. lectual del momento que era el racionalismo ilustrado proce-
De nuevo exalta Hegel la importancia y el valor superior dente de Francia. Las lecturas preferidas del joven Hegel fueron
del Estado, ya que es en el Estado y por el Estado como el las obras de Spinoza, Rousseau, Schiller, Herder, Lessing, Men-
hombre tiene que realizar su libertad, su verdadera libertad que delssohn y Kant. Acogió también con entusiasmo la ideología
no es la elección caprichosa, sino la racionalidad, y es el Estado de la Revolución francesa, como el amanecer de un tiempo
el que puede decidir la racionalidad. Sólo en el Estado se unen nuevo y mejor, de razón y de libertad.
la voluntad general y la voluntad subjetiva. Por eso, son los
Estados los que, de hecho, realizan la historia. 18
Cit. en J. CHEVALTF'.R, Hirtoíre de la pen.r!Íe, t.4 (París 1966), 16-17.
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258 C8. Los grandes relatos seculares 2. La izqt1ierda hegeliana 259

Nada extraño, pues, que cuando más adelante construya su ~ alegria, la sexualidad, la ira, las pasiones y los instintos que
sistema de Filosofía, pretenda construir una cierta Teología tanta parte tienen en el desarrollo de la persona y en el de
racional que dé cuenta de la realidad en conceptos ideales, la historia humana. Esa fue la crítica que con ironía y agudeza
como el cristianismo la explicaba mediante sus dogmas. Su hizo Kierkegaard a Hegel.
sistema es una embriague% racional, un optimismo ilustrado .!!. Hegel quiso ser un teólogo nuevo, es decir, ilustrado, que
que cree poder explicarlo todo, incluso los misterios divinos daba el verdadero sentido racional a lo divino y a lo humano.
con la ra:i:í111. No NÍ>lo en los ~~r:111dcs f·cx!os ele la F/!l/0111e11olo,1?,la Por ello, ha sido uno de los maestros de todo el pensamiento
rM I :'.1/1//'Í/11 y dt' la I i11cid11¡wlit1 r/1! lt1.r Cimcir1.r, sino, sobre tocio, racionalista posterior hasta nuestros días, porque Ruclolph Bult-
en MUS l .ntár111r.r .ro/Jm lr1 jilfi.W/lt1 & lrt ml~l!,irJn expone lo que llama
«d c111111ci111ictH11 rm.:io1rnh> (1 1r•n11'11(/i~w.r h'd.~r.1111e11) del cristianismo •·~
mann, por ejemplo, que tanto ha influido en la Teología pro-
testante contemporánea, y aun en la católica, está en la misma
y ti~. 111 1·cligil111 en. ~cnct·al. 1\11 las Leccio11e.r .robre Estética y en línea de He¡.>;el, en el intento de clesmitologizar y racionalizar
la N/fi.rq/lt1 rle lt1 1d~l!,11111 cnncccle un valor hist{¡rico y cultural a el cristianismo.
11111 n·ligi11~1l'll,. 1:'.11 l'I On:w .wl:n: lli.1·111ri~ rle /,1 Pi/11.r'!/lfl ya precisa Por ~u críticu rncionnlisfa a 111 l'cligi<'in, por su cxnltndún
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d vnlor lrlos11f1eo dl' l11s rd1g11111c·s. <.111110 lwmos dicho, dlns de la razíin comn últi11111 1• ddinili\'11 itw111111·ht dl"'l 1111he1· hu.
11port1111 conccptns racionalt·s c¡uc l'xplicnn la rcnlichtd, pcm ex· 11111110, I'"'' ~ti p1111'11¡ 1,t?11llll l111111llll'llflllf1I 111•¡\1•1 1·~ 111111 tlt• 111~
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prl'sados en fornrn si111hc'1lic11 y 111i1k11. l .11 pns111111 dl• Cristo, ('t·i1ll"i1'1il1•1t 11•11111 •llllrthh•n tl1•I ('lt11'1% 1 tlP M1•1•11iilt'i<lill'l1'111 l'll 111
<Jllt' 11p11rt'l't' rqw1id11111c·111c• en lcis esni111s de l lcgd, \'11 1111 c's l'i'"l'il 11111.ln1111. ll.11 1•1 1·11111111111, 1•11 11!¡11111 '1"111ltl11, ft 1tl;1 111 1•1i1
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del proct•so dd pcns:1111it-1110 111111111110, La hisf11ri11 dl' Cristo 110 ch• i·I dc.•1·iv1111, d1• 111111 11 111111 1111111;1, 111111 1·1111111 ll'IUTit'1t1, lll'il
sería sino una expresiún del camino que Indo h11111lirc y In l'.fllllfl ('llllll'flfilf'ifl 11 1·1111tl1111ld11d, itl¡r.11111111 ,¡,, h111 l'llllltl l"llt't:Íllllf.!tt
humanidad deben recorrer parn lk·y;ar a ser l •:spíritu, cH decir, idl'oli'1gin111 ¡i11111ni11n·11, 1·1111111 1•t1111dii11·r1111111 u c11111Í111.B1eil111,
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para alcanzar plena conciencia de sí. El dogma cristiano en-
cuentra su verdad en la filosofía. Lo divino queda inmanenti- 2. LA lZ<~Ull'JlDA JJEGfl.LIANA
zado en la historia. La conciliación entre finito e infinito se
cumple en la historia cuya expresión suprema es el Estado, El sistema hegeliano no podía mantenerse en su totalidad.
última realización del destino humano. El valor de lo finito Muchos de sus elementos y la misma intención originante de
en cuanto tal desaparece. La persona, tal como es, queda sa- unificarlo todo en la razón pertenecen a la cultura romántica
crificada a la totalidad. y al Espíritu de su tiempo. En los últimos años de su vida,
Por ello puede decirse que Hegel ha sido el maestro y cuando Hegel fue profesor en Heidelberg (1816-1818) y en
supremo pontífice de todo el racionalismo posterior. Su sistema Berlín (1818-1831), alcanzó en Alemania un prestigio jamás
de conjunto es muy discutible y ha sido muy discutido, pero igualado por otro pensador, y todas las ciencias humanas, eco-
no cabe duda que representa un esfuerzo colosal por dar una nómicas, y aun naturales, buscaban su inspiración en el hege-
explicación racional, coherente y unificada a todos los conoci- lianismo, como puede verse todavía en El Capita4 de Marx,
mientos que el hombre puede tener. El mundo, el hombre y o en la Dialéctica de la Naturaleza, de Engels.
Dios son uno y todo en la Idea. La enorme cantidad de Por su parte, el Estado prusiano apoyaba incondicionalmen-
conocimientos de todo tipo, científicos, filosóficos, teológicos, te la Filosofía hegeliana y a sus epígonos porque Hegel veía
jurídicos, históricos, acumulados en su mente, quedan ensam- en el Estado la suprema manifestación del Espíritu objetivo,
blados en un impresionante conjunto, no exento, sin embargo, ~- y le confería el dominio supremo sobre la sociedad, la familia
de oscuridades, aporías y elementos forzados y de múltiples y la persona. Además presentaba a la cultura germánica como
realidades que quedan sin explicar. la culminación y plenitud de la historia.
_,;.
La verdad es que ni todo lo real es racional, ni todo lo Sin embargo, era inevitable gue, en un sistema tan vasto,
racional es real. Es dificil, o imposible, traducir a conceptos se produjeran fisuras y diversidad de interpretaciones c¡ue pron-
lógicos el dolor humano, la angustia, el miedo, el amor, la to clcsemhoc:iron en corrientes hep:cfoirrn.s m11y rlistint~•<:. f'nlri"
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260 C.8. Los grandes relatos secrilares 2. La izq11ierda hegeliana 261

sí. Por una parte se formó <<la derecha hegeliana» que se atenía, Del hegelianismo de izquierda nació la moderna crítica teo-
ante todo, al sistema idealista de Hegel y que, por lo mismo, \:. lógica y la crítica bíblica, es decir, el racionalismo contra la fe.
era de tendencia conservadora en lo concerniente a la política, La obra más significativa de esta actitud fue la Vida de Jesús,
y apoyaba al Estado prusiano. El Estado prusiano, a su vez, de David Strauss, publicada en 1835. En ella se presentaba el
y concretamente el ministro de Instrucción pública y culto, J' relato evangélico no como historia ni siquiera como leyenda,
Altenstein, favorecía el acceso de estos hegelianos de derecha sino como mito, es decir, un relato en nada histórico sino
a las principales cátedras de las universidades. En lo religioso, imaginario con un cierto contenido metafísico. El mito evan-
esta corriente seguía intentando hacer compatible el pensamien- gélico consistiría en una expresión simbólica de la unión del
to de Hegel con los dogmas del cristianismo y como el modo l hombre con Dios que, según creyeron los primeros cristianos,
más adecuado para hacer aceptable la fe cristiana. Esto resultaba se había realizado en un determinado individuo histórico, Jesús,
también del agrado del gobierno prusiano de Federico Guiller- por la unión de la naturaleza divina y la humana. Así elevaron ·
mo III y Federico Guillermo N que, en esa época, se pre- creencia histórica y fe religiosa, lo que no era más que una
sentaba como «el Estado cristiano», por excelencia, y encontraba fantasía proveniente de la espera mesiánica del pueblo judío y
así, en la derecha hegeliana, una apoyatura para su política. de la impresión religiosa producida por el hombre Jesús. La
Fue precisamente el tema religioso lo que creó más polémica verdad expresada en el mito evangélico de Jesús, a saber, la
porque, frente a la derecha, apareció <<la izquierda hegeliana>>. unión de lo finito y lo infinito, sólo se realiza en la humanidad
Este movimiento, formado principalmente por jóvenes profe- tomada en su conjunto. En Cristo surgió, por primera vez, la
sores y estudiantes, se atenía más al método dialéctico de Hegel conciencia de lo divino y lo humano, pero la Filosofía hace
que al sistema. El sistema era conservador pero el método era ver que esa unidad sólo se da en la humanidad en conjunto.
revolucionario, ya que en la dialéctica toda tesis o realidad En ella se unifican las dos naturalezas, la divina y la humana.
presente queda negada por la antítesis y luego ambas se en- ~-
Lo que el Evangelio expresa en forma de mito la Filosofía lo
caminan hacia un estado mejor o síntesis. La dialéctica misma 1 hace en forma reflexiva racional. Al identificar a la humanidad
exigía una negación continua, una lucha y un progreso indefi- ..t con Dios, Strauss parecía negar la existencia de un principio
nido en todas las realidades, también en la política. De aquí trascendente superior al hombre o, al menos, la existencia del
que los <9 óvenes hegelianos» o «izquierda hegeliana>> fueran Dios cristiano.
liberales y enemigos del régimen autoritario de los reyes pru- ~ La Vida de Jesús, de David Strauss, levantó la polémica que
sianos y pretendieran «negarlo» y «superarlo». se puede suponer. El se defendió en sus Escritos polémicos para
Pero la controversia más extendida se suscitó en el campo l
1

la defensa de mi obra sobre la vida de Jesús (1838). Adem~s, siguió
de lo religioso. La lucha política era más arriesgada ante un \ publicando obras contra la fe cristiana como incompatible con
régimen autoritario, y además, puesto que el Estado prusiano la ciencia moderna. El que acepta la fe tiene que renunciar a
se consideraba como el <<Estado cristiano», si se combatía el
cristianismo se suprimía el mismo fundamento en que se apo-
í
:1
la ciencia, afirma. Se iniciaba entonces una nueva impµgnación
del cristianismo desde la ciencia, tal como ésta se veía en la
yaba aquel Estado autoritario.
Hegel había afirmado en la introducción a su Sistema de
i segunda mitad del siglo XIX, y sobre todo desde la aparición
del evolucionismo darwinista, que parecía contradecir a la Biblia
Filosofía que <<religión y Filosofía tenían un mismo objeto, es ª~ y negar algunos dogmas cristianos. En su última obra, La
decir, la verdad, en la acepción más elevada de la palabra, y J,¡ antigua y la nueva fa (1872), sustituía la dialéctica hegeliana por
en el sentido de que Dios es la verdad y la única verdad» 19• la evolución darwinista y se inclinaba hacia el panteísmo. El
Religión y Filosofía son la revelación del Absoluto. Sólo las universo es un todo infinito compuesto de infinita abundancia
separaba una diferencia de forma. Haciendo, pues, crítica filo- de vida, de fuerzas materiales y espirituales en continuo proceso
sófica se hacía crítica religiosa, o mejor, era necesario continuar de evolución.
una crítica filosófica de la religión que Hegel ya había iniciado. Junto a Davis Strauss hay que citar, también como perte-
neciente a la izquierda hegeliana, a Bruno Bauer, que entre
19
~stem der Philosophie, Einleitung. 1. 1840 y 1842 publica dos obras: Crítica de la historia evangélica
262 C8. Los grandes relatos seculares 2. La izguierda hegeliana 263

de San J11an y Crítica de la historia evangélica de los sinópticos y de de ser filósofo hegeliano. Para Hegel, la naturaleza no era sino
San Juan, en las que, además de hacer una interpretación pu- la exteriorización de la Idea. Pero al espiritualizar lo material
ramente racionalista de los Evangelios, desarrollaba lo que po- concreto, lo vacía de su sustancia y lo reduce a conceptos. Con
dríamos llamar su Teoría crítica o Filosefia crítica. La conciencia ello queda cerrado el acceso a la naturaleza que, para Feuerbach,
universal tiene que desarrollar su esencia de manera cada vez es la fuente viva del espíritu. Hegel parte ya --critica Feuer-
más perfecta, en formas cada vez más altas, pero esto sólo bach- del pensamiento bajo la forma de otra cosa -la natu-
puede hacerlo mediante la critica especulativa, es decir, con- raleza-. Con esto, tiene una certeza del predominio del pen-
frontando continuamente lo racional con lo real y eliminando samiento racional sobre el conocimiento sensible. Pero late ahí
de lo real los elementos irracionales. Sólo así, mediante la un planteamiento ilegítimo. La Filosofía debe explicar lo real, y
crítica teórica, que seria otra forma de negación hegeliana, lo real inmediato es la naturaleza material cargada de misterios.
puede realizarse un progreso dialéctico infinito de la conciencia La especulación no hace sino soñar y planear por encima de la
universal y, con ella, de la humanidad. La critica de lo cristiano realidad. El retorno a la naturaleza sensible en su materialismo
ayudaría al Estado a liberarse de toda connotación religiosa, y es el camino de la salvación 21 • Invertía así Feuerbach la Meta-
a realizar su misión con independencia del cristianismo. fisica de Hegel fundada sobre el postulado de que lo verdade-
Para difundir y defender sus ideas encontraron los jóvenes ramente real es la esencia ideal. Feuerbach decía que lo único
hegelianos de izquierda un órgano en los Hallische Jahrbiicher far real es lo material y sensible. La Idea y lo «espirituab> son
deutsche Wisenscheft tmd Kunst (Anuarios de Halle para la ciencia consecuencia y producto de la materia. Abandona el idealismo
y el arte alemanes), fundados en 1838 por dos hegelianos, absoluto por el materialismo absoluto.
Arnold Ruge y Theodor Echtermeyer. Desde ellos combatían En La esencia del Cristianismo aplicaba este mismo principio,
también al órgano conservador de los hegelianos de derecha, la necesidad de partir de la realidad material y no de la Idea,
Berlinerer Jahrbiicher fiir Wissenscheftliche Kritik (Anuarios de Berlín para el análisis critico del cristianismo. De ahí que no aborda
de critica científica). su estudio como Hegel, Strauss o Bauer, desde un punto de
Pero el acontecimiento más resonante desde la muerte de vista filosófico e histórico, sino desde una perspectiva antro-
Hegel fue la aparición, en 1841, de la obra del más significativo pológica. No se pregunta si la religión puede o no reducirse
e independiente de los hegelianos de izquierda, Ludwig Feuer- a la Filosofía y cómo, ni si es o no la expresión mitológica
bach, Das Wesen des Christentums (La esencia del cristianismo). de las esperanzas de un pueblo. Con una actitud muy carac-
Ella iba a jugar un papel decisivo en la orientación de la terística en los pensadores del siglo XVIII, que para conocer el
izquierda hegeliana y tuvo una enorme influencia, sobre todo valor de una idea se preguntaban por su origen, Feuerbach
en los ambientes universitarios de Alemania. «Sólo habiendo comienza por preguntarse por el origen psicológico de la idea
vivido la acción liberadora de este libro -escribe Engels- religiosa. Y esto estudiado en el hombre como es, es decir,
podría uno formarse idea de ello. El entusiasmo fue general; nada más que un ser de sensaciones y sentimientos y mediante
al punto todos nos hicimos feuerbachianos» 20 • Esto nos obliga un método de observación empírica.
a detenernos para dar una breve síntesis de ella, porque reduce La tesis general de su libro será que Dios es el producto
la Teología a la Antropología y es uno de los más claros del hombre. No es Dios quien crea al hombre sino exactamente
exponentes de la secularización de la religión. Feuerbach sus- al contrario, el hombre crea a Dios en cuanto que proyecta
tituye la religión de Dios por la religión de la humanidad. fuera de sí su propia naturaleza idealizada. El núcleo secreto
Ya desde 1838, Feuerbach había abandonado el idealismo de la Teología es la Antropología.
de Hegel, del que había sido seguidor entusiasta, para pasarse A esta conclusión llega de la siguiente manera: El Espíritu
al materialismo. El paso al materialismo lo dio seducido por los del hombre tiende a pensar según las leyes de la razón; su
estudios de la naturaleza a los que se había dedicado, después
21
Sobre estos temas escribió en los Hallische Jahrbiicher entre diciembre
'° F. ENGELS, L11d1vig Fe11erbach 11nd der A11sgang der klassischen deutschen Phi- de 1838 y septiembre de 1939. Pueden verse resúmenes y referencias en A.
losophie: Marx-Engels Werke, t.21 (Berlín 1962), 272. CoRNlº, Kar! lv!mx et Friedrich Enge!s, t.1 (Paris 1955), 149-152.
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264 C8. Los grandes relatos seculams


f$'. 2. La izquierda hegeliana 265

voluntad, a obrar según las leyes de la conciencia; su corazón todo lo que se quita a sí mismo no queda perdido sino con-
se siente impulsado a amar a los demás hombres. Por otra parte, servado en Dios. El hombre pone en Dios su propia esencia,
el hombre tiende a sustantificar el objeto de estas tendencias
que de suyo es inalcanzable, y a personificarlo en un ser distinto t ¿cómo podría tenerla en sí y para sí? Aquello de que el hombre
se priva lo disfrutará de una manera mucho más elevada y

i'
de él y superior a él. Este ser -finge el hombre- sería el ~)
más rica en Dios» 24 •
principio y origen de esas tendencias buenas hacia la verdad, el J< Después de esta separación o «alienación» viene el acerca-
bien y el amor. Además, al contacto con otros hombres, y con miento. En efecto, las cualidades que el hombre religioso se
el conjunto de la humanidad, el hombre se encuentra limitado
y pobre. Esto le conduce a imaginar un Ser superior y último
l
·i
ha negado a sí mismo en favor de Dios, ahora se imagina
que Dios se las devuelve libre, gratuitamente y centuplicadas.

que tendría todas las perfecciones humanas sin limitación nin- Dios hace ahora participar de su riqueza al creyente; Dios y,
guna, una ciencia, un poder, un amor infinitos. Cuando se siente sobre todo, el Dios hecho hombre de los cristianos, cura
impotente ante la naturaleza, tiende a imaginarse un Ser inmen- nuestra ignorancia con sus revelaciones, nuestra impotencia con
samente más poderoso que él, que tendría el dominio total sobre sus milagros, nuestro pecado con su gracia. «La necesidad ur-
las cosas y que, por ello, es capaz de protegerle contra las fuerzas gente del hombre -una necesidad que sigue siendo hoy la
de la naturaleza mediante milagros, si es necesario. De ahí las del Espíritu religioso- es el fundamento de la encarnación.
manifestaciones religiosas de oración, adoración y sacrificio. Así Por su clemencia, .Dios se ha hecho hombre [...]; la necesidad
resulta que <<la religión, al menos la cristiana, es la relación del
hombre a sí mismo, o más exactamente a su esencia, pero a su
i humana, la miseria humana, han llegado a su corazón. La
" encarnación es una lágrima de piedad divina» 25 • El hombre
esencia como si fuese otro ser. El ser divino no es otra cosa l busca tener propicio a Dios. A cambio de la renuncia que
que la esencia humana, o mejor, la esencia del hombre liberada } hace de sí mismo, es amado por Dios. El creyente acepta la
J
de los límites del hombre individual, real, corporal, y objetivada, j inmortalidad. En ella alcanzará su perfecta felicidad en su iden-
o sea, contemplada y honrada como si fuese otro ser distinto tificación con Dios: «La creencia en la inmortalidad del hombre
de él; todas las determinaciones del ser divino son determina- es la creencia en la divinidad del hombre e, inversamente, la
ciones de la esencia humana>> 22 • O de otra manera, que «Dios creencia en Dios es creencia en la personalidad pura, liberadora
es el espejo del hombre. Aquello que para el hombre tiene un de todos los límites y, por ello, inmortal» 26• O más claramente:
valor esencial, aquello que para él es perfecto, excelente, aquello <<Lo mismo que Dios no es ninguna otra cosa que la esencia
en lo que él encuentra un placer verdadero, eso y nada más que del hombre purificada de lo que puede significar límite o mal
eso es para él Dios» 23 • en el sentimiento o en el pensamiento, lo mismo el "más allá"
Para poder adorar las cualidades que imaginativamente sus- no es otra cosa que el "aquí abajo" liberado de lo que aparece
tantifica en Dios, el hombre se las niega a sí mismo. Para como límite o como mal>> 27• La inmortalidad feliz es la doctrina
poder contemplar a Dios absolutamente rico, se contempla a final de la religión y la inmortalidad personal feliz es una
sí mismo como absolutamente pobre. Se estima ignorante, débil, doctrina característica del cristianismo.
pecador. Así, por humildad, acrecienta hasta el grado supremo En suma, que la religión no es otra cosa que la tendencia
la distancia entre Dios y él. Busca también la renuncia porque psicológica del hombre a la plenitud y a la felicidad, y la
sólo Dios merece ser feliz. El hombre religioso se esfuerza imaginación consoladora de que existe un ser donde se verifica
por no amarse a sí mismo y por no ser amado por las creaturas, esa plenitud y que es él el que tiene que concederla al hombre.
«para enriquecer a Dios, el hombre tiene que empobrecerse a A esta luz analiza Feuerbach los dogmas cristianos: todos
sí mismo; para que Dios sea todo, el hombre debe ser nada. ellos no son otra cosa que representaciones imaginativas del
No tiene necesidad de ser algo para sí mismo, puesto que
24
O.e., 32.
22
Das lf:'ésen des Christent11111s, Samtliehe Werke, Band 4 (Stuttgart-Band 25
O.e., 61.
Cannstatt 1960), 17. 26
O.e., 209.
'-'O.e., 78. 27
O.e., 219.
~

.\·
~

266 C8. Los grandes relatos secular-u 2. La izquierda hegeliana 267

deseo humano de superar los límites de la propia singularidad: l


:1 El hombre religioso pretende ser humilde, no quiere amarse
<<La creencia en Dios es, pues, la creencia del hombre en la
infinidad y la verdad de su propia esencia; la esencia divina
es la esencia humana pensada en su libertad y en ilimitabilidad
i
1'
a sí mismo para hacerse amar de Dios. ¿No es más sincero
amarse a sí mismo? ¿No es más eficaz que el hombre se haga
i a sí mismo y no esperar a que le haga Dios? La actitud
absolutas [...]; el hombre es el principio de la religión, el hombre i religiosa es gravemente perjudicial al hombre. Mientras arrastra
es el punto medio de la religión, y el hombre es el fin de la sin cesar el interés del hombre hacia las realidades trascendentes
religióm> 28 • y hacia la vida futura con las que sueña y con las que se
Feuerbach repite de mil maneras estas ideas en su largo y embriaga, le obliga a despreciar los valores naturales que re-·
farragoso libro. Insiste también en que la religión es petjudicial
al hombre y a la humanidad ya que da a un ser imaginario y
i quieren más esfuerzo, como son la ciencia, la industria, la
cultura, etc. Incluso destruye el verdadero amor al prójimo
espera de él lo que sólo debería esperar de la humanidad. La porque la religión hace de los otros hombres un pretexto para
religión es para el hombre una desposesión, un alejamiento de amar a Dios y para hacerse compensar por El. La religión es
sí mismo, es decir, una alienación: «Cuanto más subjetivo y
más humano es Dios, tanto más el hombre se aliena (entaussert

una alienación.
.¡ He aquí como resume Feuerbach todo su pensamiento al
sich) en su propia subjetividad, en su humanidad, puesto que ' final del libro: «Hemos demostrado que el contenido y el
Dios, en sí y para sí, es su mismidad alienada» 29 • 1

objetivo de la religión es totalmente humano; que el misterio
Para Feuerbach, el verdadero y único Ser Supremo es la de la Teología es la Antropología; el del ser divino, la esencia
humanidad. Lo que a mí, individuo, me falta no es un Dios ~
¡ humana. La religión no tiene conciencia de lo humano, de su
distinto del mundo quien tiene que dármelo sino la humanidad. contenido; más bien se opone a lo humano, o al menos no
La concordia de las inteligencias humanas me ofrece una regla acepta que su contenido es humano. El punto necesario de
de pensamiento; el juicio de los otros sobre mí me proporciona inflexión de la historia es esta confesión: que la conciencia de
una regla de conducta y un estímulo para el bien. La humanidad Dios no es otra cosa que la conciencia del género humano
se basta a sí misma: <<El concepto de divinidad es uno mismo [...]; el hombre no puede pensar, presentir, imaginar, referirse,
con el concepto de humanidad. Todas las determinaciones divinas, creer, querer, amar y honrar otra esencia absoluta, divina, sino
todas las que hacen de Dios un Dios, son determinaciones del la esencia humana [...]. Si la esencia del hombre es para él la
género humano [...]; mi saber, mi voluntad, son limitados, pero esencia suprema, entonces prácticamente la ley suprema y pri-
mis limitaciones no son las de los otros, para no hablar de la mera debe ser el amor al hombre. Homo homíni deus (el hombre
humanidad; lo que es pesado para mí es ligero para otro; lo que no tiene más dios que el hombre)» 31 •
en una época es imposible e incomprensible, en la época siguiente Hasta aquí, brevemente resumida, la crítica ·religiosa de
es posible y comprensible. Mi vida está ligada a un tiempo limi- Feuerbach. Apenas es necesario explicar en qué está su radical
tado, la de la humanidad no. La historia de la humanidad no es equivocación. Fundamentalmente, en la confusión de lo psico-
otra cosa que la victoria continua lograda sobre los límites que, lógico con lo ontológico. No distingue la representación sub-
en una época determinada, eran tenidos por límites de la huma- jetiva que el hombre se hace de Dios, en la cual pueden entrar
nidad y, por ello, como límites absolutos, insuperables. Pero el elementos psicológicos humanos, deseos, esperanzas, afán de
porvenir desvela siempre que los pretendidos límites del género seguridad, ansia de inmortalidad, etc., del problema ontológico
no son sino los de los individuos» 30• El progreso de la civilización y metafísico que es: existe Dios o no existe Dios. Son dos
(ciencia, arte, virtudes, justicia) no se debe a intervenciones divinas problemas distintos. Feuerbach sólo atiende al primero y cree
sino al esfuerzo humano. Es, pues, el género humano, la huma- resolver el segundo. La representación que los hombres nos
nidad, la verdadera y la única divinidad. hagamos de Dios no toca para nada el problema de la existencia
o no existencia de Dios. La indigencia experimentada por el
28
O.e., 222. hombre bajo cualquiera de sus aspectos es, efectivamente, una
29
O.e., 38.
30
O.e., 183-184. 31
O.e., 325-326.
268 C8. Los grandes relatos semlares 3. El marxismo 269

llamada a lo absoluto, a lo divino. Pero de ahí no es lógico bres, es el centro de toda realidad y no necesita para nada de
afirmar que entonces Dios no es otra cosa que la proyección Dios. Su doctrina, pues, es un humanismo vago y sentimental,
imaginativa de nuestros deseos. La limitación y la contingencia aunque -según él- no ateo porque el verdadero teísmo es
real de todo lo humano es una base real que nos obliga a el antropocentrismo. El hombre, cuando adora a Dios, sin
preguntarnos por el fundamento real del ser de todo lo con- saberlo adora al hombre. Homo homini de11s 33 •
tingente ya que, por definición, lo contingente real es lo que
no tiene en sí su razón de ser, y por ello reclama un absoluto
rt Por lo demás, hoy, después de las guerras mundiales, de
los campos de exterminio, del holocausto judío, de los millones
¡
lr de abortos voluntarios, de la opresión del hombre por el hom-
real al que llamamos Dios. Pero .éste es un problema estricta-
mente ontológico y metafisico. Ese Dios, como fundamento í bre, y del Sur por el Norte, después del lujo escandaloso de
real de la persona humana, limitada y contingente, no puede unos y el hambre de muchos, después de la corrupción eco-
no ser persona, y por ser persona es capaz de mantener re- 1 nómica y sexual y de tantas desgracias como nos provocamos
laciones personales con la persona humana. Esta, por su parte,
le debe una aceptación, una adoración y un amor por ser su
fundamento. Esa relación y comunicación interpersonal entre
el hombre y Dios, eso es la religión. Se ve la posibilidad de
l los hombres unos a otros, no deja de hacernos sonreír que
Feuerbach presente a la humanidad como el Ser divino al que
debemos culto y de quien debemos esperar todo lo bueno.
Era el ingenuo optimismo decimonónico que ya no podemos
que el hombre se enriquezca y se personalice precisamente en compartir porque la historia lo ha desmitificado.
la comunicación con Dios, sin sufrir ningún tipo de alienación. Feuerbach quedará en la historia del pensamiento como
El Dios real significa para el hombre una plenitud de verdad, uno de los máximos exponentes del secularismo y del inma-
de bien, de seguridad, de libertad y de amor. Si por otro nentismo total. No todo en él, sin embargo, es negativo. Su
camino --que no es posible exponer aquí- sabemos que el preocupación por la realización del hombre, la importancia del
hombre es Espíritu inmortal expresado en un cuerpo material «tID> y del otro para tomar conciencia del propio yo y de las
podemos, con todo derecho, fundir inmortalidad y vida en exigencias morales para con los demás, el valor del amor como
Dios. El anhelo humano de una vida inmortal en Dios es ámbito de solidaridad humana y, en fin, su antropología reli-
plenamente legítimo y, rectamente entendido, no aparta al hom- giosa que, aun siendo infundada, es una invitación a que re-
bre de su tarea y de su esfuerzo por construir una humanidad 1 visemos nuestra representación de Dios, son algunos de los
y un mundo mejor; al contrario le estimulan a ello porque valores positivos que existen en su obra.
significa colaborar con Dios y con los hombres en el logro La escuela de los hegelianos de izquierda acogió también
de un mejor humanismo 32• a otros pensadores y luchadores por la libertad y el racionalismo
1
La significación de Feuerbach, en el proceso de seculariza- como Arnold Ruge, Friedrich Richter, Edgar Bauer, etc. Pero
ción que nosotros estudiamos, es grande. Hace de la materia no podemos detenernos en su estudio porque hemos de pasar
el principio originante y fundante de todos los seres, es decir, al más famoso de los hegelianos de izquierda, a aquel cuyo
propugna un materialismo y un inmanentismo total. Las ideas 1 pensamiento y cuya praxis determinaría no pocos de los acon-
no son sino productos de la materia. Dios es una idea sin tecimientos mundiales del siglo x..-x: Karl Marx.
cont.enido real, creada por la indigencia humana. No hay otro
dios que la humanidad embarcada en un proceso de perfecti- 3. EL MARXISMO
bilidad, con inmensas posibilidades en la ciencia, en la cultura,
en la filantropía. El hombre, en relación con los demás hom~ El fenómeno marxista no necesita presentación. A lo largo
de todo el siglo XX y, sobre todo, desde que en Rusia triunfa
32
Sobre el problema de Dios se ha escrito inacabablemente, véase, por la revolución bolchevique (otoño 1917), el marxismo se hace
ejemplo, el recorrido por la historia del pensamiento que hace HANS KüNG,
33
¿Existe Dios? (Madrid 1979). Juzga acertadamente esta obra M. CABADA, En La obra de Feuerbach ha sido muy estudiada. En lengua española se
tomo al «¿Existe Dios?» de Hans Kiing: Pensamiento 36. (1980), 211-219. Sobre consultará con provecho M. CABADA, El humanismo premarxista de L Fet1erhach
el proceso de llegada del hombre al conocimiento de Dios, puede consultarse (Madrid 1975); ID., Feuerhach y Kant (Madrid 1980). En ambos se encontrará
X. ZUBIRI, El hombre y Dios (Madrid 1974). abundante bibliografía.
270 C8. Los grandes re/11/os semlares l 3. El tt1arxis1110 271
l
í
presente en la conciencia de todos los hombres. Hasta 1991, tianos, el sentido de justicia social, que estaba dormido, haber
valorado el trabajo como elemento personalizante y dignificante,

l
o se estaba con Marx o se estaba contra él. Nadie podía
quedar indiferente. Hay que pensar que, durante decenio·s, un etc. Es lástima que esta tarea haya sido realizada, frecuente-
tercio de la humanidad, aproximadamente, ha vivido bajo re- mente, de manera violenta y atroz.
gímenes económicos, sociales y políticos que se inspiraban en En cualquier caso y prescindiendo ya de los hechos histó-
las teorías de aquel judío alemán que se llamó Karl Marx y ricos concretos, por lo que atañe a este libro lo cierto es que
el marxismo es uno de los grandes relatos seculares porque
que vivió entre 1818 y 1883. Además, aun en países que no f' pretende ser una explicación racional y totalizante de la eco-
vivían en régimen marxista había, con frecuencia, grandes par-
tidos políticos que se inspiraban en el marxismo. Marx fue el nomía, de la sociedad, de la política y, además, una antropo-
caudillo de muchos hombres que querían vivir de la herejía logía, una moral, una religión y hasta una mística laicas. Todo
de Prometeo, es decir, de aquellos que quieren construir la ello orientado hacia la praxis transformadora de la sociedad
tierra sin contar con el cielo, a despecho de todos los dioses. que, a su vez, esclarece la teoría. Aunque se ha pasado ful-
El marxismo fue una esperanza para los proletarios de todo minantemente, en los últimos tiempos, de la exaltación y el
el mundo maltratados por el capitalismo salvaje. Creyeron en éxtasis ante el marxismo a la vergüenza y el sonrojo de haber
él y esperaron de él su redención y su liberación. Incluso para creído en él, no cabe duda que un fenómeno tan gigantesco,
muchos intelectuales de este siglo, el marxismo era el huma- necesariamente, deja una huella en la humanidad y no pocos
nismo nuevo y definitivo, el campeón del progreso científico elementos que serán ya permanentes. Estos hechos justifican
y real, el único movimiento capaz de llevar al hombre del que expongamos brevemente el pensamiento marxista 33 bis.
siglo XX al perfecto dominio sobre la naturaleza y sobre sí El marxismo nació como una respuesta airada a la situación
mismo. de espantosa injusticia que había creado el capitalismo naciente.
La utopía marxista, como todas las utopías intramundanas, Pero en la formulación teórica confluyeron, además de las
suscitó, por una parte, el odio y la persecución, los muros de circunstancias económico-sociales de la época, la ideología del
la vergüenza, las alambradas de alta tensión, las delaciones aun romanticismo y de la Ilustración, la filosofía alemana, la eco-
de los propios padres, las checas y los campos de concentra- nomía política inglesa y el socialismo francés. Marx, efectiva-
ción, las deportaciones y los fusilamientos masivos. Por otra, mente, como hijo de su época, fue un romántico soñador de
heroísmos prodigiosos, los sacrificios hasta la muerte, la espe- una sociedad sin propiedad privada, reconciliada, natural y feliz;
ranza mesiánica de una paraíso feliz en la tierra y para todos. fue un hegeliano de izquierda amigo de los «jóvenes hegelianos»
A partir de 1991 se derrumba estrepitosamente el imperio y miembro del «Club de los Doctores», donde éstos se reunían
soviético, que había intentado realizar el marxismo y que había en Berlín; fue un sabio economista buen conocedor de cuanto
hecho de la Unión Soviética la patria de todos los comunistas. se había publicado sobre la nueva ciencia que era la Economía
Más de setenta años de marxismo, impuesto por el terror más Política; fue, en fin, un socialista que conoció de cerca los
que por la convicción, no habían logrado la esperada dicha movimientos socialistas de Francia e Inglaterra, que estudió a
sino, por el contrario, el fracaso económico, la dictadura po- los clásicos del socialismo (Saint-Simon, Fourier, Owen, Blan-
lítica, los campos de concentración, el aislamiento internacional, qui, Lasalle, Proudhon, Hess, Weitling, etc.), y que se permitió
la vida insoportable. El marxismo ha fracasado víctima de sus disentir de todos ellos para crear su propio socialismo 34•
propias contradicciones, y de sus enormes errores. El éxito definitivo de las teorías marxistas se debió a un
Ello, sin embargó, no quiere decir que no encerrara ele- revolucionario ruso, Wladimir Ilitch Ulianoff, vulgarmente co-
mentos positivos y válidos y que el desarrollo del marxismo nocido por el apelativo de Lenin, que, a partir de 1917, instauró
no haya reportado algunas . notables ventajas a la humanidad. 33
b;, Cf. C. VALVERDE, Lo q11e va a q11edar del tllarxistllo: Veintiuno, n.15
Es mérito suyo haber denunciado los injustos abusos del ca- (Madrid 1992), 5-19.
pitalismo y su irracionalidad, haber defendido a las masas pro- 34
Sobre estas corrientes de pensamiento puede consultarse C. VALVERDE,
letarias, haber acentuado la importancia de la economía en el Los orígenes del marxistllo (Madrid 1974); V. RODRÍGUEZ CASADO, Orígenes del
desarrollo de la historia, haber despertado, también en los cris- capita/isfllO y del socialismo contemporáneo (Madrid 1981).
2·1¿ C8. Los grandes rekrtos set11/ares 3. El marxismo 273
la dictadura del proletariado, siguiendo las teorías marxistas, en dialéctica de la materia hasta que llegue a la sociedad comunista,
el antiguo imperio de los zares rusos que ahora comenzó a síntesis de todas las síntesis y perfección de todas las perfec-
llamarse Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). ciones humanas.
Después de la revolución rusa, el marxismo se extendió al La dialéctica de la materia procede por tres leyes que la
mundo entero, como hemos dicho. constituyen y la explican: la ley del paso de la cantidad a la
El marxismo-leninismo tiene dos bloques bien definidos: El cualidad, la ley de la lucha y síntesis de los contrarios, la ley
Materialismo dialéctico y el Materialismo histórico. Se ha querido ver de la negación de la negación. No entramos en una explicación
en el Materialismo dialéctico una construcción de Engels que no detenida de estas leyes por innecesaria para nuestro intento.
sería coherente con el pensamiento de Marx. En otro sitio Engels las encontró en la filosofia de Hegel como leyes del
creo haber demostrado que es seguro que Marx conoció y desarrollo de la Idea y creyó que, puesto que el Ser absoluto
aprobó el Materialismo dialéctico 35• El Materialismo dialéctico es una no era la Idea sino la materia, se daban en la materia. Ningún
filosofia de la naturaleza, elaborada principalmente por Engels, científico piensa hoy para nada en las leyes de la dialéctica
que pretende dar una apoyatura científico-natural al Materialismo cuando estudia o intenta explicar y dominar la naturaleza. So-
histórico elaborado principalmente por Marx. En esta explicación viéticos y norteamericanos mandan satélites al espacio o expli-
de la naturaleza, se parte del postulado de que todo lo que can la hominización sin acordarse para nada de la dialéctica.
existe es material; existe la materia y sólo la materia; nada En el proceso evolutivo de la materia llega un momento
existe que no sea materia; el llamado Espíritu no es más que en que aparece el hombre. Marx y Engels estuvieron muy
un producto psíquico de la materia. Por ser un postulado, los influenciados por el evolucionismo de Darwin, cuya obra, La
marxistas no intentan demostrar estas afirmaciones. Se dan por evolución de las especies, apareció en 1859, y ambos la leyeron
evidentes y se admiten sin crítica. con avidez. Creyeron que se podía fundir la dialéctica de Hegel
La materia es eterna, increada, indestructible, es decir, es con el evolucionismo darwinista y eso es, en realidad, el Ma-
el absoluto y, por ello, el fundamento y la razón de cuanto terialismo dialéctico, un intento de síntesis entre evolucionismo y
existe. También este postulado se admite sin crítica, aunque la dialéctica de la materia.
tesis de la eternidad de la materia es hoy rechazada por todos A su vez, Engels, muy influido por Marx, busca un ele-
los científicos. Tanto más que es contradictorio pensar que la mento económico capaz de dar origen al hombre. Este ele-
materia irracional haya creado, por sí misma, el orden rac~onal mento cree encontrarlo en el trabajo material. Uno de los
asombroso de los seres; por ejemplo, el cerebro humano está capítulos de su obra Dialéctica de la Naturaleza se titula La
formado por no menos de 14.000 millones de neuronas en- función del trabtfio en la tran.iformación del mono en hombre. Cuando
sambladas de tal manera que por ellas pueda el hombre pensar. los monos, al fin, tomaron una posición erecta y las patas
Lo irracional nunca puede ser razón suficiente de lo ordenado, delanteras quedaron liberadas, pudieron no sólo coger los pro-
de lo teleológico, de lo racional. Ni podemos pensar que la ductos sino elaborarlos y elaborar herramientas, es decir, tra-
materia, tan contingente, se haya dado el ser a sí misma que bajar. En virtud de la ley de la correlación del crecimiento se
es lo propio del Ser Necesario y Absoluto. desarrolló, al mismo tiempo, el cerebro y el individuo entero.
La materia -continúan- está siempre dotada de movi- La necesidad de trabajar despertó la necesidad de asociarse.
miento y de movimiento dialéctico, es decir, que ella misma, Los hombres tuvieron algo que decirse y la necesidad creó el
a impulso de sus propias contradicciones, de tesis y antítesis, órgano: se desarrolló la laringe y apareció el lenguaje. Por el
va realizando síntesis, es decir, seres cada vez más perfectos. incentivo y la influencia del trabajo y del lenguaje se desarrollan
Así, el cosmos sería un proceso que va desde la nebulosa los sentidos. El hombre se hizo carnívoro, lo que potenció
primitiva -según la teoría de Kant-Laplace entonces vigente- aún más el desarrollo del cerebro. Así progresivamente apare-
hasta la producción del hombre. Luego, continúa la evolución cieron las viviendas, la agricultura, el fuego, la alfarería, el
tejido, la navegación, el comercio, el arte, la ciencia, el derecho,
35 Cf. C. VALVERDE, El materialismo dialéctico (Madrid, Espasa-Calpe, 1979), la política y con ellos el reflejo fantástico de las cosas humanas
89-106. en la cabeza del hombre: la religión y la Filosofia idealista que
"V
"

274 C.8. Los grandes relatos seculares 3. El marxismo 275

pretende explicar las cosas por las ideas y no por las necesi- hombre a buscar su objeto en la naturaleza mediante el trabajo
dades materiales. El animal utiliza la naturaleza, el hombre la y, satisfecho con los nuevos productos, aparece un hombre
domina. más perfecto. El proceso es dialéctico e inacabable. El explica
La fenomenología que realiza Engels tiene algunos aciertos la perfectibilidad indefinida del hombre que era uno de los
y notables ingenuidades. Es, más que nada, una descripción postulados románticos. El trabajo desarrolla, además, las facul-
hipotética apoyada en los conocimientos de la época y en sus tades humanas. Por eso Marx considera el trabajo como el
prejuicios economicistas y materialistas. Lo lamentable es que hecho primario, radical y originante del hombre y de la historia.
no haya sido capaz de preguntarse, con seriedad metafisica, Se refiere, ante todo, al trabajo que crea productos materiales,
por qué ha habido evolución, por qué la evolución tiene leyes es decir, al trabajo como factor económico. El materialismo
-ya que sin legislador no hay ley-, por qué hay un orden de Marx es un materialismo economicista en cuanto que pre-
de la naturaleza -ya que no hay orden posible sin una inte- tende explicar todo lo humano como derivado de factores
ligencia ordenadora- y, en fin, por qué hay algo en lugar de económicos.
nada. La definición del hombre como «ser de necesidades natu-
Engels y Marx sufrieron la fascinación del scientismo que rales» orienta ya toda la antropología, la sociología, la política,
sufrieron tantas inteligencias preclaras del siglo XIX, a saber, la etcétera, de Marx, porque todo depende de la definición que
persuasión de que las ciencias fisico-naturales lo explicaban o se dé de hombre. Si el hombre no es más que <mn ser de la
lo explicarían todo. Por eso hacían fenomenología de la ciencia naturaleza>> o <mn ser de necesidades naturales», tendremos un
pero no Filosofia. Un siglo más ha demostrado que hay muchas individuo material de una especie, es decir, un ser para la
preguntas cuya respuesta escapa al estudio fisico natural. Claude especie, no una persona que es fin en sí misma porque para
Bernard, el gran maestro del método científico, dice: «Las causas esto se requiere ver en el hombre su componente espiritual y
primeras no pertenecen al dominio científico y siempre se nos eterno. La consideración del hombre como «ser genérico» que
escaparán, tanto en las ciencias de los cuerpos vivos como en da Marx, ha sido ocasión y una de las causas de las dictaduras
las de los cuerpos muertos» 06 • marxistas, en las que importaba más el todo que la persona
Pero volvamos a la teoría marxista. Con la aparición del singular. La persona tenía que estar en función del género,
hombre sobre la Tierra se puede decir que termina el Materia- que era lo único permanente.
lismo dialéctico y comienza el Materialismo histórico. Esta parte que Puede suceder que un hombre se apropie de unos terrenos
abarca los problemas antropológícos, económicos, sociales, po- o de unas fuerzas de producción y los considere como exclu-
líticos, históricos, religiosos, morales, etc., se debe sobre todo sivamente suyos, o puede suceder también que un hombre
a la pluma de Marx, aunque no exclusivamente, pues era cos- robe a otro los productos de su trabajo, se apropie de ellos
tumbre entre los dos amigos, Marx y Engels, conferir todos y los acumule. Entonces nace la propiedad privada y con ella
sus estudios y sus conocimientos· y enriquecerse mutuamente todos los males. La sociedad se divide en dominantes Qos que
con ellos. tienen propiedad privada) y dominados Qos que no la tienen).
En la antropología marxiana, el hombre· aparece considerado En la sociedad capitalista actual, el proletario trabaja pero el
como <mn ser de necesidades naturales» (comer, beber, vestir, capitalista le arrebata el fruto de su trabajo. Con eso, ambos
defenderse, etc.). Para saciar tales necesidades se .dirige a la quedan alienados: el capitalista porque pone su esencia fuera
naturaleza. Están frente a frente hombre y naturaleza, tesis y de sí, en el dinero, se pierde en la necesidad abstracta del
antítesis. Mediante el trabajo sobre ella, elabora los productos dinero; el proletario se queda en la miseria o necesidad abstracta
y con ellos sacia sus necesidades. El trabajo es la mediación que le reduce a la condición de animal, de máquina o de
que realiza la síntesis. Aparece así un hombre mejor, más mercancía. El capitalista se preocupa más de tener que de ser.
«naturab>. Logrado esto, surgen nuevas necesidades. Vuelve el El proletario no puede preocuparse más que de sobrevivir.
Esta teoría, que ya expuso Marx en los Manuscritos de 1844,
36 C. BERNi\RD, fntrodt1ction a /'ét11de de /a médecine expérimenta/e (Paris 1952), la formuló en términos económicos en El Capital, con su
109. conocida teoría de la plusvalía. Esta teoría intenta explicar el
1

276 C8. Los grandes relatos seculares 3. El marxismo 277

hecho, a primera vista extraño, de que, en la economía capi- la marcha de la historia, lo que constituye uno de los núcleos
talista, un dinero invertido en la producción de mercancías se más fundamentales del Materialismo histórico y cuyas tesis tuvieron
transforma, por el mismo movimiento productivo, en una mer- una gran aceptación, hasta los años ochenta de este siglo,
cancía que vale más dinero del que se invirtió en su producción. porque se consideraban científicas. He aquí un breve resumen:
La fórmula sería D-M-D' donde D es el dinero invertido, M El hecho que ha dado origen a la sociedad civil humana
la mercancía y D' el dinero resultante o dinero que vale la ha sido la producción de bienes materiales por el trabajo. Han
mercancía. Pero en la economía capitalista, D' es mayor que sido la producción y el intercambio de productos (industria y
D, es decir, D' es la resultante del dinero invertido al que se
añade un plus o incremento de D. Por tanto, D' = D + W.
1 comercio) los que han creado las relaciones originarias y básicas
entre los hombres. De ellas se han derivado todas las demás,
La pregunta es de dónde sale ese incremento o plus que se de ahí que todos los grandes fenómenos humanos deban ex-
añade al capital y le aumenta. plicarse, en última instancia, por factores económicos.
Para Marx, la respuesta no es dudosa puesto que supone 1 El trabajo produce dos clases de relaciones: a) con la na-
que todo el valor proviene del trabajo: el capitalista retribuye ~
turaleza, mediante las llamadas «fuerzas de productividad»; b)
al trabajador no con el valor de todo lo que él ha producido 1~ de unos hombres con otros, que denomina «circunstancias de
sino únicamente con el salario de subsistencia, es decir, con producción», o <<relaciones de producción». Entre las primeras
el dinero suficiente para que pueda vivir y seguir trabajando. ~
i hay que contar, ante todo, el proletariado. Entre las segundas,
Con el resto del valor producido o plusvalía se queda el capi-
talista y lo acumula al capital. Así el capitalista explota al obrero l
u
la más importante es la forma de propiedad, el que ésta sea
privada o común. Fuerzas de productividad y relaciones de
y acrecienta indefinidamente sus ganancias. Por ello, cree Marx, ri
el régimen capitalista de propiedad privada y salariado es esen-
cialmente injusto y debe ser abolido, y sustituido por un ré-
gimen de propiedad común. Todo capital es injusto.
¡ producción, junto con sus implicaciones, forman la base o
infraestructura de la sociedad o, de otra manera, los modelos
de industria y comercio de una sociedad determinan todas las
! formas y expresiones superiores de la vida de una sociedad.
La crítica de Marx al régimen de salariado no es correcta. En la sociedad existe también una infraestructura. Esta queda
La mercancía y su valor se logran por la concurrencia de dos constituida por los factores políticos y por los ideológicos.
elementos: el capital y el trabajo. Por ello, el valor de dicha 11 Entre los primeros están el Estado, el derecho, los partidos
mercancía deberá ser distribuido equitativamente entre esos dos
í'
políticos y, consiguientemente, las ideas sociales, jurídicas y
componentes. Históricamente, la distribución del beneficio ha políticas. Entre los segundos se cuentan la Filosofía, la religión,
sido, en muchos casos, gravemente injusta y aun hoy con la moral, el arte, etc.
frecuencia lo es. El capital ha recibido mucho más que la Los elementos superestructurales surgen y se desarrollan
fuerza del trabajo; los salarios han sido insuficientes e injustos; determinados por los factores económicos de infraestructura.
se han acumulado en pocas manos cantidades ingentes de di- 1 Según sean las relaciones de producción que determinan la
nero mientras que multitudes de obreros y campesinos han ¡! economía de una sociedad, así es su política, su derecho, su
permanecido en la miseria. Sin embargo, se ve la posibilidad i,
filosofía, su moral, su arte. Los componentes de la superes-
de que tales abusos se corrijan y, de hecho, ya se han corregido l tructura (Estado, derecho, Filosofía, religión, moral, arte, etc.)
muchos mediante una legislación adecuada, mediante la contri- ¡ no son sino reflejos de la infraestructura; están en función de
bución fiscal proporcionada a las ganancias, mediante la Segu- 1 ella y, por lo mismo, no tienen valor objetivo y real. Así pues,
ridad Social, mediante la acción sindical, etc. Por eso, el régimen 1 no existen principios políticos, jurídicos, religiosos y morales
económico de salariado no se ve que sea en sí mismo esencial- ! que en sí mismos sean objetivos y ciertos y, por ello, necesarios
mente injusto, aunque es verdad que ha cometido y comete y universalmente válidos para todos los hombres. Siempre son
muchas y muy graves injusticias en la distribución de los bienes. relativos a la economía de la sociedad en la que nacen o en
De la teoría sobre la lucha de clases entre dominantes y la que viven.
dominados se sigue, siempre según Marx, el progreso de la Cuando hay cambios notables en los componentes de la
historia. De esta supuesta lucha parte el análisis económico de superestructura, éstos obedecen a transformaciones previas en
278 C8. Los grandes relatos semlares 3. El marxismo 279

la base económica de la sociedad. Así, la economía y su di- propiedad privada y se vaya instaurando la propiedad común.
namismo son los determinantes de la marcha de la historia, al Esto requerirá el empleo de la violencia para desarraigar las
menos en última instancia. La ciencia económica es, por ello, convicciones y los hábitos pasados. Al fin, educados los hom-
la clave de interpretación de todas las otras ciencias. Es verdad, 1 bres en nuevos modos de vida, despuntará la sociedad comu-
también, que los factores ideológicos pueden, por su parte, 1 nista una sociedad sin propiedad privada, sin dinero, sin clases,
influir, en algún sentido, en la infraestructura económica pero sin alienaciones, en la que todos serán honestos, trabajadores,
el determinante último es siempre la economía. 1 responsables, servidores de la sociedad, felices.
1
Esto supuesto, el Materialismo histórico hace un análisis y una s
¡ Por extraño que hoy nos parezca, ésta ha sido, durante
descripción de la historia humana atendiendo a las fuerzas de muchos años, la esperanza utópica de millones de seres. Si el
productividad y a las relaciones de producción que han existido. pecado original de la humanidad, si la causa de todos sus
Divide la historia de la humanidad en cinco etapas que son: 1 males es la propiedad privada, está claro que suprimida ésta
colectividad prehistórica, esclavismo, feudalismo, capitalismo y ~ los males desaparecerían y el hombre natural sería naturalmente
comunismo. Esta última, que aún no ha llegado, se considera ~
'i bueno. Parecía preciso y urgente, por lo tanto, debelar la pro-
como la etapa terminal porque será el estado de inocencia y i piedad privada fuese con los métodos que fuese.
felicidad, el estado natural, la realización perfecta de la colec- l

tividad humana y del hombre en ella, el principio de la historia ¡ No podemos entrar aquí en una crítica detenida y detallada
del marxismo. Se ha hecho muchas veces y puede encontrarse
porque todo lo anterior no habrá sido sino prehistoria. El i en cualquiera de las obras serias publicadas por excelentes
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proceso de crecimiento de la humanidad se realiza, originaria- ' conocedores de la teoría marxista 37 • Baste decir que tiene sus
mente, por el dinamismo del desarrollo económico del elemento
determinante que son las fuerzas de productividad, entre las
! !,
notables valores positivos y muy graves errores. Entre los va-
lores positivos -a los cuales ya hemos aludido- pueden enu-
cuales la primera es la clase dominada que lucha por su libe-
merarse los siguientes: una preocupación y un compromiso por
ración contra la clase dominante.
liberar a los proletarios de la situación de injusticia en que les
En los primeros tiempos de la humanidad no había pro-
piedad privada. Era la colectividad prehistórica. Con el descu- mantuvo el capitalismo del siglo XIX; una crítica aguda y seria
brimiento y la manipulación del hierro apareció la agricultura a las irracionalidades e inhumanismos del sistema capitalista;
y la vida sedentaria, y, consiguientemente, la propiedad privada. haber despertado la conciencia social de muchos hombres y
Esta dividió la sociedad en dos clases: esclavistas y esclavos. también estimulado a una mayor racionalización de la historia;
La lucha de los esclavos por liberarse y el perfeccionamiento haber ayudado a que la religión se comprometa y se encarne
de las fuerzas de productividad dieron paso a una sociedad más en todos los problemas de los hombres de hoy.
distinta que fue la sociedad feudal. Pero en ella, al permanecer Entre los errores hay que enunciar la arbitrariedad de atri-
la propiedad privada, permaneció la división en clases y la buir siempre los hechos históricos a causas económicas, al
explotación de los oprimidos por los opresores que ahora se menos «en última instancia>>; la insuficiencia de los análisis
llamaban siervos y señores. Los siervos estaban en condiciones económicos y la falsedad de algunas leyes económicas promul-
mejores que los esclavos de la etapa anterior. · gadas por Marx; la división de la historia humana en cinco
El proceso continúa y, en el siglo XVIII, aparece la máquina edades determinadas por la economía; hacer de la lucha de
de vapor, una nueva y poderosa fuerza de productividad que clases el motor de la historia; múltiples arbitrariedades y ge-
obliga a cambiar todas las relaciones de producción. Entonces neralizaciones inexactas aptas para la demagogia pero inadmi-
surgen de nuevo las dos clases antagónicas, que ahora se llaman sibles para la crítica.
capitalistas y proletarios. Ellos entablan una nueva lucha de
37 Entre otros pueden consultarse G. WmTER-W. LEONHARD, La Ideología
clases que acabará con el triunfo revolucionario del proletariado
soviética (Barcelona 1964); G. R. DE YURRE, El marxismo, 2 vols. (Madrid 1976);
y la dictadura del proletariado llamada también República de- H. CHAMBRE, De Karl Marx a Mao-Tse-Tlmg (París 1959) (hay traducción es-
mocrática. Esta tiene la misión de instaurar primero un régimen pañola); Y. CALVEZ, El pensamiento de Karl Marx (Madrid 1960); C. VALVERDE,
socialista en el que progresivamente se vaya suprimiendo la El materialismo dialéctico (Madrid 1979).
~.

280 C8. Los grandes relatos seculares 3. El marxismo 281

Pero, además, las sombras y las manchas de sangre oscu- exista, cuál y cómo debe ser nuestra relación real con El. Que
recerán siempre la historia del marxismo. No se podrá mirar lo religioso haya sido, para algunos, no más que un analgésico
sin horror a las dictaduras marxistas, a sus campos de con- subjetivo, o una droga psicológica, no significa, en manera
centración, a las deportaciones masivas de pueblos enteros, a alguna, que la religión sea eso y nada más que eso. No es
los asesinatos de muchos millones de personas, a las persecu- lícito pasar de la representación subjetiva a la realidad objetiva.
ciones crueles por motivos ideológicos, a sus equivocadas in- Ni es lícito tampoco acusar al cristianismo, de manera general,
terpretaciones antropológicas, sociales, económicas, religiosas y de haberse desentendido de los problemas humanos. El que
morales que le han llevado al fracaso definitivo. Ha fracasado tal dice, no demuestra sino una supina ignorancia de la Historia
el marxismo pero el precio del fracaso ha sido altísimo. de la Iglesia.
Fue el marxismo un intento de interpretación racionalista, En cuanto a la moral, los marxistas eran coherentes. La
inmanentista y secularizada del mundo, del hombre y de Dios. razón de la historia y su progreso están encamados en el
No existe más que la materia y el mundo del hombre que proletariado. Es el proletariado la punta de la flecha de la
es el mundo de los hombres, de la sociedad, del Estado y, evolución humana hacia la felicidad. A su vez, el proletariado
fundamentalmente, de la economía. La religión no es sino está representado por el partido. En consecuencia, todo aquello
un reflejo imaginativo y engañoso, producido por una situa- que conduce hacia el triunfo del partido y la instauración del
ción económica alienante «el hombre hace la religión, la re- paraíso comunista es honesto y queda justificado por el fin.
ligión no hace al hombre. Y la religión es [...] una conciencia Todo lo que retarda u obstaculiza ese fin es inhonesto. Na-
invertida en el mundo [...], la miseria religiosa es, por un turalmente, esta actitud se llevó con mayor o menor radicalismo
lado, la expresión de la miseria real y, por otro, la protesta según los diversos partidos o sus dirigentes. Era una moral
contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura maquiavélica. Ya Gramsci, cofundador con Palmiro Togliatti
oprimida (bedriingten kreatur), el estado de ánimo de un mundo del Partido Comunista Italiano, veía en el partido la encarnación
sin corazón porque es el Espíritu de las situaciones carentes moderna de El Príncipe, de Machiavelli.
de Espíritu (der Geist geistloser Zustande). Es el opio del pue- En cualquier caso, lo que sí hay que afirmar, como ya
blo» 38 • Dios y la relación del hombre con El no serían más dijimos, es que el marxismo fue uno de los intentos más
que una droga con la que el hombre desgraciado, en la completos y omnicomprehensivos de interpretación racional del
economía de propiedad privada, se autosugestiona, se consuela mundo, del hombre, en todas sus dimensiones, y de Dios. He
y se siente transportado a un mundo imaginativo y ficticio. aqui que este «gran relato» racional y secular acabó en los
Con ese engaño consolador, el hombre pierde el coraje de mayores irracionalismos. Un intento de crear una sociedad to-
luchar contra las injusticias del capitalismo. Por soñar con el talmente inmanente y secular, sin Dios, acabó en una máquina
cielo, no construye la tierra. Por eso hay que perseguir y infernal contra el hombre. Lo cual, por otra parte, es una
acabar con la religión. consecuencia lógica. Si el hombre es sólo materia, como quieren
El error de Marx y los marxistas, inspirados en La esencia los marxistas, entonces no se diferencia esencialmente de un
del Cristianismo de Feuerbach, fue hacer una crítica a la psico- animal, no sería sino materia organizada, no sería fin en sí
logía de la religión, cuando -volvemos a decir- la religión mismo, viviría sólo para continuar y mejorar la especie. En
es, fundamentalmente, una cuestión ontológica y metafísica. términos de Maritain, seria individuo pero no persona. En ese
Queremos decir de nuevo que una cosa es la representación caso, puede ser tratado no como persona que tiene por sí
misma unos derechos inviolables, sino como un individuo que
subjetiva y psicológica que las personas podamos hacernos de
lo recibe todo de la especie y lo debe todo a la especie y al
Dios y de nuestra relación con El y otra muy distinta es la
que, por ello, la especie puede utilizar o aniquilar, según con-
cuestión de si existe o no existe Dios y, en el caso de que
veniencias.
38
Contrib11ción a la crítica de la Filosofla del Derecho de Hege4 en Los Anales Por lo demás, es evidente que la influencia del marxismo
.franco-alefllanes (Barcelona 1970), 101-102. Se ha hecho alguna corrección en en el proceso de secularización de la sociedad ha sido profunda
la traducción ateniéndonos más al texto alemán. porque han sido muchos millones de hombres los que, durante
282 C8. Los grandes relatos seculares r 4. La sociedad positivista de Co1JJ!e y el neopositivis1JJ0 283
·f!
más de un siglo, han recibido la influencia de las ideas de ~ necesidad de esa hipótesis). Otro nuevo intento de excluir a Dios por
Marx, sea directamente, sea a través de múltiples corrientes ~ innecesario.
marxistas y socialistas, sea a través de una atmósfera general
transida de materialismo, de economicismo y de inmanentismo.
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~
~
De este conjunto de circunstancias nació un nuevo modo
de pensar que se conoce con el nombre de positivismo, y que
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dura hasta nuestros días.
Es el positivismo un sistema que se apoya en el postulado
4. LA SOCIEDAD POSITIVISTA DE COMTE .f. de que sólo conocemos con certeza aquello que nos es dado
Y EL NEOPOSITMSMO .ti en la experiencia o, lo que es lo mismo, sólo es un método

~;
válido de conocimiento el que usan las Ciencias de la Natu-
Los sistemas de Hegel y sus epígonos, incluido el marxismo, raleza. Este método no se interesa por el conocimiento de
eran grandes relatos racionalistas. Se partía de la razón y luego, esencias y causas sino únicamente por la sistematización de
fuese desde la misma razón raciocinante devanándose a sí mis- 1 fenómenos que dé como resultado el conocimiento de las leyes
ma como fuente de toda verdad, fuese desde la razón econó- invariantes. Las ciencias, guiadas también por este método ex-
mica, se construía todo un sistema. El caso era razonar. perimental y científico, acabarán por descubrir todos los mis-
Paralelamente a estos sistemas se elaboraba en Francia otro terios y por solucionar todos los problemas del hombre y de
que pretendía no tanto razonar -aunque razonaba- sino, la sociedad. Al fin, el hombre es también un ser de la natu-
sobre todo, atender a los datos experimentales, como hacían raleza. Se estima, pues, como un método seguro y optimista
las Ciencias de la Naturaleza, y así hacer ciencia positiva, y de progreso ilimitado.
sólo positiva, también sobre el hombre y la sociedad. A medida que avanzaba el siglo y se multiplicaban los
Y es que, en la primera mitad del siglo XIX, se vetificó la conocimientos y descubrimientos en la Física, en la Química,
conjunción de dos factores y con ello un cambio posterior de en la Biología, en la Medicina, en la Geología, en la Botánica,
mentalidad en el mundo occidental. Fue, por una parte, el en la Paleontología, etc., la confianza en las ciencias naturales
descubrimiento de la máquina de vapor, que desencadenó una fue creciendo hasta un nivel de confianza total en el método
catarata de inventos subsiguientes: la locomotora, los barcos «científico» por excelencia, que era el experimental. Como con-
«vapores», la imprenta movida por máquinas, los telares mecá- secuencia inevitable se difunde el menosprecio por cualquier
nicos, la máquina atornilladora, el alumbrado con gas, etc. Era ciencia especulativa, filosófica, teológica o moral e incluso ju-
la aurora radiante de la era industrial que a muchos hombres rídica si no parte de la observación y de los datos empíricos.
llenó de euforia y optimismo. Era una variante o una herencia del pensamiento ilustrado.
Por otra parte, los estudios matemáticos, fisicos y naturales El representante más característico de esta mentalidad y el
de Descartes, Leibniz, Bacon, Galileo, Kepler, Newton, fundador del positivismo moderno o «Sociología positiva» fue
D'Alembert, Euler, Buffon, Lamarck, Llnneo, Laplace, Hum- Augusto Comte, pensador francés que vivió entre 1798 y 1857.
boldt, Volta, Lavoisier, Darwin, Faraday, y cien otros, había El creyó, como tantos otros, haber descubierto la clave her-
despertado una curiosidad y un interés definitivo por los co- menéutica de la historia, y se constituyó en el profeta de la
nocimientos experimentales que, al mismo tiempo, resultaban nueva y última edad, que había de ser la edad positivista
tan útiles para el dominio de la naturaleza por el hombre y conducida, en última instancia, por una nueva Iglesia secular
en favor del hombre. Se difunde la persuasión de que la y científica.
naturaleza es lo único absoluto y autosuficiente, y que importa Después de la gran Revolución francesa, de las guerras
poco o nada conocer su esencia, lo que importa es conocer napoleónicas y del fracaso de la Restauración, se exigía un
cómo funciona, sus leyes, para dominarla y utilizarla. Se explica nuevo orden social y Comte creyó poder ofrecerlo desde la
que todos los científicos positivistas se desinteresen por la ciencia positiva. Analizó la historia y, con un alarmante sim-
Metafisica y que, cuando Napoleón Bonaparte le pregunta a plismo, la dividió en tres etapas, a saber: el estadio teológico
Laplace por la acción de Dios en el cosmos, éste le responda: o ficticio, en el cual se atribuyen los fenómenos a agentes
<<Sire, nous n'avons pas besoin de cette hipothem> (Mqjestad, no tenemos sobrenaturales, más o menos numerosos, cuya intervención ar-
,,V
',

284 C8. Los grandes rdatos seculares 4. La sociedad positivista de Comte y el neopositivismo 285

bitraria explica todas las anomalías aparentes del universo. El ciología o ciencia experimental de la sociedad. Esta ciencia
segundo es el estadio metafísico o abstracto, en el cual los deberá conducir a la sociedad a una nueva organización, más
agentes sobrenaturales son reemplazados por entidades abstrac- progresiva y más sólida, mediante los métodos de observación
tas inherentes a los diversos seres del mundo, capaces de y análisis empírico. Las sociedades se rigen también por leyes
engendrar todos los fenómenos observados. Por fin, el tercero físicas y el esl:}'ldio de los hechos históricos ayudará a descu-
es el estadio positivo, en el que el Espíritu humano, recono- brirlas.
ciendo la imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia Comte hace un detallado, largo y sistemático estudio de
a buscar el origen y el destino del universo y a conocer las todas las ciencias, en cuya exposición no podemos entrar aquí.
causas íntimas y los fines de los fenómenos, para dedicarse Pero advierte que está sin estudiar la más importante de todas
únicamente a descubrir, mediante la observación, sus leyes efec- las ciencias: la Física social o Sociología. De ahí la anarquía y
tivas, es decir, sus relaciones invariables de sucesión y seme- las crisis políticas y morales de las diversas sociedades. Es
janza. No importa conocer las causas de los fenómenos sino necesario el estudio de las leyes sociales para prever el futuro,
las leyes según las cuales actúan 39 • y organizar racionalmente el presente: «En résumé, science, d'otl
Este proceso ternario, que explica la marcha del pensamien- prévqyance; prévqyance, d'otl actiom> 41i. (En resumen, ciencia, de ella
to y de la historia, se verifica también en cada uno de los la previsión, de la previsión la acción). El se detiene muy
hombres. Seríamos también teólogos en nuestra infancia, me- largamente en el estudio teórico del individuo en cuanto social,
tafísicos en la juventud y científicos en la edad adulta. de la familia, de la sociedad en general, del gobierno, de la
Así, el estadio científico sería el último de los tiempos propiedad, de la solidaridad, de la autoridad, de la coacción,
históricos por ser el de la madurez, y en él quedaría definiti- del progreso, etc.
vamente superada la metafísica y la religión, aunque acaso el Para el fin de este libro nos interesa, sobre todo, recordar
mismo estadio científico nunca llegue a su plena perfección. que Comte no sólo pretende una estructuración físico-científica
De esta ley de los tres estadios hace Comte su dogma funda- de la sociedad, como si los hombres fueran piezas de una
mental y de ella hace derivar después múltiples consecuencias. gran máquina, lo que, en fin de cuentas, es volver al raciona-
Es verdad; sin embargo, que, para Comte, todo conoci- lismo, sino que, en los últimos años de su vida, su propósito
miento científico es relativo, relativo a las operaciones del ser de crear sociedades armónicas y perfectas, apoyándose en el
humano, al ambiente, a las circunstancias sociales, al progreso conocimiento de la estática y la dinámica sociales, asumió la
de las ciencias. Las teorías científicas no son sino aproxima- forma curiosísima de una verdadera religión pero totalmente
ciones a la realidad. Relativismo que queda perfectamente ex- secular. Comte, que había pretendido liquidar todo lo pertene-
presado en su célebre frase: <<Tout est relatif, voila la seule chose ciente al estadio religioso como infantil, lo restaura en una
absolute». Este relativismo no se conjuga bien con sus propuestas forma que raya en lo ridículo. La fe perdida no puede per-
de renovación de la sociedad ya que las presenta siempre como manecer mucho tiempo sin ser sustituida. El agnosticismo re-
fórmulas definitivas. ligioso y metafísico derivó hacia una construcción tan metafísica
Supuesto que la sociedad ha llegado ya a la edad adulta como la que se pretendía debelar y, ciertamente, irreal y ca-
científico-positiva, deberá organizarse de manera científica para prichosa. Un hálito seudomístico, provocado por su enamora-
superar las crisis de que está afectada. Ya no se deberá acudir miento hacia la joven Clotilde de Vaux y por la muerte pre-
al proyecto de Dios sobre los hombres, ni al concepto de matura de ésta, le orientó hacia un sentimentalismo con el que
naturaleza humana, ni a la ley natural, ni a cualquier otro tipo pretendió sustituir el cristianismo por la religión de la huma-
de realidad trascendente. Olvidado todo eso, por ser propio nidad.
de edades pretéritas, ahora bastará atender a los datos empíricos Expuso esta religión en sus obras Sistema positivo o Tratado
de cada sociedad. Comte es el fundador de la Sociología em- de Sociología institl!)'endo la religión de la Humanidad, (1852-1854),
pírica y fue él quien acuñó el término, hoy corriente, de So- y en el célebre Catecismo positivista (1852). Fue un intento de
39 40
Cf. Co11rs de Philosophie positive, t.I, Premiere ler;on (Paris 1830), 2-4. O.e., Deuxieme ler;on, 52.
286 C8. Los grandes relatos seculares 4. La sociedad positivista de Comte y el neopositivismo 287

crear una religión válida para toda la humanidad, una religión Es a san Pablo a quien considera como fundador del cristia-
sin misterios, ni revelaciones, sino científica. El Gran Ser que nismo. Cada mes tenía veintiocho dias, dedicados también a
ocupará el lugar de Dios es precisamente la humanidad y en las grandes personalidades humanas. Instituye un «sacerdocio
eso coincide con Feuerbach. Ese Gran Ser está compuesto por regeneradon> o sacerdocio de la humanidad, compuesto de fi-
las generaciones pasadas, presentes y futuras, en continuidad lósofos-sociólogos encargados de la educación moral y social
biológica, aunque quedan excluidos <<los que, en lugar de hacerse del pueblo, dirigidos todos por el Gran Pontífice que residiría
sus servidores, se quedan en estado parásito» 41 • Cada individuo en París.
perece pero permanece en la memoria en el Gran Ser, en él De esta religión de la humanidad se deriva una moral ya
se salva. El Gran Ser se realiza en la historia. No quiere Comte que, «adorando a la humanidad para servirla mejor, conocién-
que se le califique de ateo porque él cree en Dios, pero no dola más, este culto modifica necesariamente todos los modos
en un Dios personal y trascendente sino en el Dios-humanidad. de una existencia cuyo conjunto se encuentra representado por
Es el único que puede dar la felicidad a los hombres. Es el la constitución del Gran Sen> 43 • La moral positiva ·o ciencia
único que puede satisfacer la necesidad de adoración presente del hombre es <<la cima de la escala enciclopédica». Es una
en el corazón de toda naturaleza humana. El hombre singular moral del sentimiento muy parecida a la que proponían los
encuentra en el Gran Ser todo lo que a él le falta. En él ilustrados. Una moral altruista guiada por un instinto de sim-
vivimos, nos movemos y existimos. patía hacia la humanidad. Las virtudes son virtudes sociales y
Fascinado por el catolicismo y con el propósito de des- derivadas todas del amor a los demás, norma última de mo-
truirle, quiere crear una réplica secular e intramundana de él ralidad.
porque «sólo se destruye lo que se sustituye». Propone una Comte estaba tan seguro de la validez de su sistema que
nueva Trinidad formada por el Gran Ser, que es la humanidad, fundó una «Sociedad positiva» para empezar a poner en práctica
el Gran Fetiche, que es la Tierra, y el Gran Medio, el espacio. su religión positiva, para difundirla y, con ello, regenerar la
Hay un Gran Sacerdote de esta religión positiva que, de mo- humanidad. Más aún, buscó aliados nada menos que en el zar
mento, es el mismo Comte. El, con una corporación de sabios Nicolás I, en el musulmán Reschid-Pachá y, sobre todo, en
sacerdotes científicos, ejercerán la suprema dirección de la nueva los jesuitas <<regenerados en ignacianos»; hizo que un amigo
Iglesia universal positivista. El gobierno civil, en cada república, suyo, Alfred Sabatier, propusiera al General de los jesuitas una
quedará en manos de los banqueros, fabricantes y agricultores. alianza con la Sociedad positivista, pero la carta de respuesta
Los dogmas de la nueva fe son las leyes científicas y la no llegó nunca 44 •
Filosofía positiva. Para la difusión de estos dogmas son nece- Como se ve, toda la construcción filosófica-positiva de
sarios ritos, sacramentos, un calendario y un sacerdocio. Los Comte significa otro de los ápices de la secularidad. La hu-
nueve sacramentos laicos son: la presentación, la iniciación, la manidad ya no necesita para nada de Dios ni de la religión.
admisión, la destinación, el matrimonio, el retiro, la transfor- Le basta la ciencia, con tal de que se la escuche y se la
mación, la incorporación 42 • El ángel de la guarda positivo será organice. La religión positiva se pone al servicio del reino de
la mujer, a la que siempre idealiza Comte pensando en Clotilde la sociedad sobre la Tierra. Estamos en un pleno inmanentismo
de Vaux. Escribió un complejo y completo Calendario positivista, donde religión y Sociología colaboran para conseguir el mismo
con trece meses consagrados a los grandes hombres: Moisés, fin: la organización de una nueva sociedad. Lo que en Marx
Homero, Aristóteles, Arquímedes, César, san Pablo, Carlomag- era la Economía, es aquí la Sociología. La ciencia social queda
no, Dante, Gutenberg, Shakespeare, Descartes, Federico II, Bi- consagrada como la única que puede proporcionar un proyecto
chat. Entre ellos no cuenta a Jesucristo, a quien trata con racional de sociedad. El sujeto personal pierde valor también
desprecio como un «aventurero religioso» o «falso fundadon>. aquí, en cuanto que queda homologado y perdido en el Gran
41
Catechisme positiviste, · Introduction, 2.º entretien. (edic. Río de Janeíro 43
S)'.fthe'111e positive (París 1851), IV, 92.
1957), 75. 44
Un documentado comentario puede verse en H. DE LL'BAC, El drama
42
.~•sthe'me positive (París 1851), IV, 92. del b11111a11is1110 aleo (Iviadrid 1949), 237-249.
4. La sociedad positivista de Comte y el neopositivismo 289
288 C8. Los grandes relatos seculares

Ser, que es la humanidad. En él desaparecen los derechos para resultados de su disciplina, por ejemplo, la Biología, demuestran
dejar puesto a los deberes. Lo asegura Comte. Efectivamente, lo absurdo de las creencias religiosas, o permiten explicar ín-
si no se admite una relación del hombre con Dios trascendente, tegramente el mundo en el que vivimos» 46 • Konrad Lorenz,
tampoco se puede fundar la dignidad, la irreductibilidad y la premio Nobel de Medicina: «La errónea creencia de que sólo
sacralidad de la persona humana. La persona queda sometida las cosas concebibles por la razón, e incluso sólo las demos-
y subordinada a la sociedad. Comte, cegado por las conside- traciones científicas, pertenecen al sólido caudal intelectivo de
raciones empíricas, no ha captado las realidades trascendentes la humanidad, tiene funestas consecuencias. A los jóvenes ins-
del hombre. truidos científicamente esto les induce a arrojar por la borda
La nueva Iglesia que él fundó tuvo muy pocos adeptos. el inmenso tesoro de erudición y sabiduría que contienen las
Era un tanto ridícula porque Comte, hacia el final de su vida, tradiciones de civilizaciones antiguas y las doctrinas de las gran-
era un soñador que perdía el sentido de la realidad. Pero quedó des religiones universales» 47 •
su Espíritu, el Espíritu positivista. Si la Iglesia positivista no Es decir, que los verdaderos científicos intuyen que al final
obtuvo ningún éxito, el Espíritu positivista lo tuvo de manera de su ciencia, más allá de la frontera de lo empírico, está el
amplísima y continuada hasta nuestros días. Lévy-Bruhl pudo misterio del Ser trascendente. Tanto más que la Física cuántica,
escribir a finales del siglo XIX que «el Espíritu primitivo» estaba el estudio de la constitución última de la materia, los descu-
«tan íntimamente mezclado en el pensamiento general>> de la brimientos sobre la evolución cósmica, la Astrofísica, han hecho
época que apenas se le percibía «como no se percibe el aire ver más claro lo que ya afirmaba la Filosofía clásica, a saber,
que se respira>> 45 • Podemos añadir que, en el XX, la ciencia y que este universo no tiene ningún carácter del Ser absoluto.
las ciencias positivas · son las únicas creencias para muchos Supone la existencia de un Ser trascendente, causa de la in-
hombres. De ellas esperan la salvación. O al menos la espe- creíble harmonía de las causas, inteligencia discriminante en el
raban. Señalo esta reserva porque después de la hecatombe de «milagro matemático» sobre el que reposa nuestra realidad que,
48
la última guerra mundial, después de los campos de concen- pudiendo ser un caos, es un cosmos • .

tración y exterminio, después de la bomba atómica, todas ellas El Espíritu positivista de Comte no ha desaparecido en el
empresas «científicas», son menos los que ya esperan la salva- siglo XX. Más aún, hablando en general, podríamos decir que
ción «científica>>. Se ha demostrado que la ciencia puede ser también ahora es como el aire que se respira. Es lo que
un terrible instrumento de crueldad e inhumanismo. El desen- podríamos llamar «el Espíritu del sistema burgués capitalista>>.
canto ha llevado más bien a pensar que entonces no hay La Filosofía llamada neopositivista, aunque tiene muy poco de
salvación ni por la religión ni por la ciencia. Es el desierto Filosofía, ha sido una de las corrientes de pensamiento que
nevado del alma y el consiguiente vitalismo exaltado de los han predominado durante el siglo XX.
instintos, como ya hemos dicho. Esta filosofia ha constituido una de las expresiones más
Vamos a referirnos enseguida al neopositivismo de nuestros significativas y elocuentes del modo de ser de la cultura de
días, pero antes conviene dejar consignados algunos testimonios nuestro tiempo. En ella se realiza, de manera cualificada, un
de científicos y sabios que ya no creen en la salvación por la secularismo agnóstico que, muy difundido, afecta teórica o prác-
ciencia, aunque tampoco esperen la salvación de Dios. Frarn;ois ticamente a muchas personas de nuestra sociedad y que está
Jacob escribe: «Yo no creo que la ciencia pueda explicar nunca aún en proceso de expansión.
lo que puede sentir un hombre ante la sonrisa de una mujer, Se considera que el neopositivismo se origina en el llamado
ante una puesta de sol o ante un concierto de Bach. Son dos Círculo de Viena. En la década que va de los años veinte a los
aspectos del hombre, dos aspectos irreductibles el uno al otro». años treinta de este siglo, se reunían en Viena, periódicamente,
Levy-Strauss: «La ciencia es incapaz de responder a todas las
46 Cit en G. MoREL, Die11 existe-t-il?: Études, 338 (1973), 816.
cuestiones. No lo es y no lo será nunca>>. Raymond Aron: 47 K. LoRENZ, Los ocho pecados mortales de la H11manidad civilizada (Barcelona
«Me quedo admirado cuando tal o tal sabio considera que los
1975), 77.
48 Ver el interesante libro de J. GuITION, GRICHKA e IGOR BoGDANOV,
,; Cit. en H. DE LCBAC, o.e., 153-154. Die11 et la science (París 1991).
290 C8: Los grandes relatos semlares 4. La sociedad positivista de Comte y el neopositivismo 291

un grupo de pensadores, científicos, matemáticos y filósofos :~ 3. Las no verificables por la experiencia no tienen sentido,
con el intento de dar una orientación científica a la Filosofia, es decir, no son ni verdaderas ni falsas, por ejemplo: todo lo
aprovechando todos los progresos de la Matemática y de las que empieza a existir tiene una causa; el mundo tuvo principio
Ciencias. Creían que sólo así se la podía salvar de los «sueños y tendrá fin; existe Dios; tenemos un alma inmortal; son pro-
metafísicos» y hacerla pasar a la edad científica. En realidad, posiciones sin sentido. La Metafísica, por tanto, carece de todo
buscaban una Lógica simbólica como método unificativo de valor. No es sino un conjunto de «sentimientos vitales» (R.
todos los saberes, en una dirección parecida a la que, en la Carnap).
Edad Media, siguiera Ramón Llull, y, en la Moderna, los ma- 4. Las proposiciones matemáticas y las de la Lógica formal
temáticos Leibniz, Sebastián Izquierdo o Athanasius Kircher. tienen sentido pero son tautológicas, convencionales y no dicen
El Círculo de Viena tuvo múltiples relaciones con científicos nada sobre el mundo.
y matemáticos de toda Europa y de Norteamérica. Después 5. «De lo que no se puede hablar, mejor es callar>> (L.
del triunfo del nazismo, el grupo se dispersó y la mayor parte Wittgenstein); es decir, de temas metafísicos, de valores obje-
de sus miembros huyeron a los Estados Unidos. Aquella filo- tivos y universales, de principios ciertos sobre el mundo, el
sofía lógico-empirista-científica conectaba muy bien con el genio hombre y Dios, etc., mejor es callar puesto que son proposi-
anglo-sajón y por eso arraigó allí 49 • ciones que no pueden ser verificadas por la experiencia. Per-
Se consideraban discípulos de Hume, de Comte, de Stuart tenecen a <<lo místico» o indecible.
Mili y de Mach, entre los filósofos; de Helmholtz, Poincaré, 6. Ni la Filosofía ni la Teología conocen realidades meta-
Einstein, entre los científicos; de Leibniz, Peano, Frege, Russell, sensibles. No son ciencias, son conjuntos de preguntas sin
Wittgenstein, entre los lógicos. Este último ejerció una particular sentido.
influencia sobre los neopositivistas y sus seguidores hasta nues- 7. La Filosofía debe renunciar a su pretensión de conocer
tros días. El ambiente vienés, predominantemente liberal, hasta lo metasensible y reducirse a un análisis metodológico y se-
el Anschluss del nazismo en 1938, favorecía estos estudios y mántico del lenguaje que permita clarificar las proposiciones,
estas discusiones. En sus universidades predominaban las in- concatenarlas según una lógica formal y confrontarlas con la
vestigaciones científicas y positivas con ignorancia de la Meta- realidad sensible.
física. 8. Por todo ello, las únicas filosofías válidas son la Filo-
Las tendencias del neopositivismo se dividieron y subdivie- sofía de la ciencia, entendida como disciplina autónoma que
ron en múltiples corrientes del pensamiento que no podemos se propone únicamente la explicitación consciente, lógica y
exponer aquí porque no escribimos una Historia de la Filosofía sistemática del método y de las condiciones de validez de las
y pueden encontrarse en cualquiera de ellas. Aun conscientes tesis efectuadas por los científicos, y la Filosofia analítica del
de que simplificamos posturas y tendencias diversas, sí podemos lenguaje, que busca la clarificación de las proposiciones.
resumir el Espíritu del neopositivismo, o Positivismo Lógico, 9. Las reglas y proposiciones de la Etica, puesto que· no
en las siguientes proposiciones o tesis: pueden fundarse experimentalmente, deben considerarse como
1. Sólo conocemos con certeza lo que es verificable por conjuntos de emociones o sentimientos. «Es claro que la Etica
la experiencia. no se puede expresar. La Etica es trascendental. (Etica y estética
2. Sólo las proposiciones verificables por la experiencia son lo mismo)» 50•
tienen sentido. 10. Otro tanto debe decirse de las proposiciones religiosas.
Puesto que de Dios no podemos tener ninguna experiencia
49
Las figuras más destacadas del Círculo de Viena fueron Moritz Schlick, sensible, las proposiciones religiosas están vacías de sentido. Y
Otto Neurath, Rudolf Carnap, Philipp Frank, Victor Kraft, Felix Kaufmann, «de lo que no se puede hablar, mejor es callar>>.
Kurt Redemeister, Herbert Feigl, Friedrich Waismann, Edgar Zilsel, B. von
Juhos y los matemáticos Karl Menger, Hans Hahn, Kurt Godel. El Círculo Siguiendo esta lógica, deberíamos decir otro tanto de todos
de Viena entró en relación con un movimiento parecido de Berlín, cuyo los principios metaempíricos, antropológicos, sociales, políticos
representante principal fue Hans Reichenbach. Entre los seguidores posteriores
más destacados hay que nombrar al inglés Alfred J. Ayer. so L. WITTGENSTEIN, Tractat11s logico-philosophims, aforismo 6.421.
292 C.8. Los grandes relatos seculares 4. La sociedad positivista de Comte y el neopositivismo 293

o jurídicos. No tendrían sentido ni, por tanto, ningún valor Por todo lo que brevemente hemos dicho, se ve que, en
objetivo, absoluto, universal y necesario porque como tales cualquier caso, el moderno talante burgués, el liberalismo ilus-
principios no son verificables por la experiencia. Serían no más trado, el positivismo, el scientismo, el neopositivismo anglosa-
que formas subjetivas de pensar, variables y relativas, en función jón, el agnosticismo metafísico y religioso son actitudes muy
de los tiempos y las culturas. En buena consecuencia, incluso semejantes, muy emparentadas unas con otras, y hoy dueñas
los derechos humanos no tendrían sentido, porque ¿acaso puede y señoras de amplísimas zonas de la cultura llamada occidental.
verificarse por la experiencia que toda persona tiene derecho a la Después de todo lo que en este libro queda dicho, aparece
vida, al matrimonio o a la propiedad privada? Los derechos también con evidencia que tales actitudes son consecuencias
humanos no serían sino convenciones correlativas a una situa- últimas de todo un largo proceso de crítica negativa a la
ción dada y mudables, cambiada esa situación. En último tér- Filosofía, a la religión y a la moral y de la incapacidad y la
·.~

mino, puros nombres vacíos de valor. Es el neonominalismo. imposibilidad de sustituir sus soluciones y sus valores.
Es el agnosticismo positivista. Es verdad que hoy está abandonado el principio neoposi-
Un agnóstico positivista, Enrique Tierno Galván, en su tivista de verificabilidad por las críticas que se le hicieron. Es
folleto Qué es ser agnóstico, concluye que el agnóstico positivista ¡--· evidente que es un principio inverificable por la experiencia y
no debe echar de menos a Dios: «Ser agnóstico es no echar tan genérico y abstracto que viene a perder todo su valor.
de menos a Dios» 51 o, lo que es lo mismo, debe integrarse ¿Qué es verificar?, ¿quiénes tienen que verificarlo?, ¿cuántos?,
perfectamente en la finitud, «el agnóstico está perfecto en la ¿en qué circunstancias?, ¿durante cuánto tiempo? Karl Popper,
finitud>> 52• «Estar perfectamente en la finitud significa que se a veces tenido por positivista aunque en realidad nunca lo fue,
aceptan todas y cada una de las posibilidades de ésta» 53• «Cual- sustituyó el principio de verificabilidad por el de falsación: una
quier insatisfacción de lo finito en cuanto tal es enfermiza» 54 • proposición puede tenerse por verdadera mientras algún hecho
Así pues, el agnóstico positivista acepta el mundo sensible, está no demuestre que es falsa, cosa que siempre puede suceder.
a gusto en él, no ansía ninguna otra realidad, no apoya su De donde se sigue que <<Verdades absolutas no hay>> y por
existencia ni el sentido de su vida en principios objetivos, tanto no se sale del agnosticismo y del inmanentismo 55 •
universales y necesarios que carecen de valor al no ser verifi-
55
cables por la experiencia. Y, por su parte, se instala agrada- Uno de los representantes españoles del agnosticismo positivista, Javier
Sádaba, parecía hacer suyo el razonamiento del positivista sajón A. Mcintyre
blemente, confortablemente, en la finitud y no plantea preguntas cuando escribía: <<Verdades absolutas no hay>>. «Verdad absoluta -comenta
inquietantes. Sádaba- es una contradicción en los términos, es un seudoconcepto». Da
Hemos citado este ejemplo como paradigmático de lo que la razón: «Para la ciencia empírica, el concepto de verdad es, por definición,
es hoy la actitud positivista de una gran parte de la burguesía contingente, es decir, si algo puede ser verdad lo es porque, al mismo tiempo,
puede ser falso». De ahí concluye audazmente que «la fe tradicional es in-
europea y norteamericana. Como no sabemos experimentalmen- 1 compatible con la ciencia porque aquélla utiliza un concepto de verdad que
te que haya más que este mundo, instalémonos en la finitud, es insostenible desde la fuerza cognoscitiva del método científico. Para la religión,
es decir, procuremos vivir a gusto en él. Las preguntas molestas la verdad es total y no admite refutación o falsedad posible» a. SADABA, El
e inquietantes no tienen sentido. Son neurosis. Así pues, desde ateísmo en la vida cotidiana: Revista de Occidente, julio-septiembre 1985, p.45).
1 Inevitablemente se asombra uno de que se pretenda criticar la Teología desde
Platón o san Agustín hasta muchos de nosotros, pasando por un método científico-experimental propio de la Física, de la Química o de
san Juan de la Cruz, Unamuno o Rabindranat Tagore, cuantos la Biología. Sádaba parece ignorar que el método de una ciencia debe ser
tenemos sed de lo infinito y no podemos sentirnos satisfechos proporcionado al objeto y que los objetos de las diversas ciencias son distintos.
Pero es que, además, se hace inevitable la pregunta de si esa proposición
con la finitud quedamos dogmáticamente diagnosticados como <<Verdades absolutas no hay>> (por cierto no verificable por la experiencia) se
neuróticos. ofrece como verdad absoluta o no. Si la propone como verdad absoluta, ya
hay al menos una y, lo que es más, ya queda declarada nuestra razón como
51
E. TIERNO GALVÁN, ¿Qué es ser agnóstico? (Madrid, 1975), 16. apta para conocer verdades absolutas, y como ha alcanzado una puede alcanzar
52
O.e., 17. mil. Si la proponen como no-verdad absoluta, no ha dicho nada porque en
53
O.e., 18. ese caso habrían dicho: verdades absolutas no hay, pero esto no es verdad
54
O.e., 31. absoluta. Es tanto como la ecuación +1-1=0.
294 C8. Ltis grandes relatos seculam

El neopositivismo se ha descompuesto después en el fisi-


calismo, la filosofia analítica, la lógica sintáctica, la semiótica,
el behaviourismo, el análisis terapéutico, y cien otras seudofi- CAPÍTULO IX
losofias, pero en todas permanece la actitud empirista y escép-
tica, común denominador de todas estas corrientes, nacidas o EL PAROXISMO DE LO SECULAR
desarrolladas en los pueblos anglosajones. Por la prepotencia
económica, comercial y expansiva de estos pueblos en este
siglo, las naciones de tradición filosófica profunda y de prin-
cipios y valores objetivos y universales han claudicado ante el
empirismo alicorto, han olvidado sus tradiciones, han aceptado Hasta aquí han llegado los grandes intentos de explicar
el modo burgués de vida y, antes que pensar, prefieren instalarse toda la realidad únicamente por la experiencia, la razón y la
en la finitud. Se han quedado sin verdades y sin valores pro- ciencia, sin apelar para nada a Dios y sin querer escuchar .sus
fundos y la persona que carece de verdades y valores absolutos palabras reveladas a los hombres. De los sistemas expuestos
no es más que un muñeco zarandeado por las modas, e in- en el capítulo anterior derivan otros muchos menores que sacan
teriormente angustiado. consecuencias ocultas en los primeros, o completan aspectos
insuficientes, pero resulta imposible que nos detengamos en
ellos.
Si el lector ha seguido lo escrito hasta aquí sobre el proceso
de secularización y <<los grandes relatos», en muchos momentos,
ha podido tener la impresión de construcciones especulativas,
ideológicas o caprichosas, cuya influencia en la vida de las
sociedades no aparece fácilmente. Y, sin embargo, esas teorías
han tenido traducciones prácticas, positivas y negativas, de in-
calculables consecuencias. <<Las palabras más silenciosas -es-
cribía Nietzsche- son las que traen la tempestad. Los pensa-
mientos que vienen con pies de paloma son los que dirigen
al mundo» 1 • Viktor Frankl, que padeció los campos de exter-
minio de los nazis, dijo también en una conferencia: «Créanme
Vds., señoras y señores: Ni Auschwitz, ni Treblinka, ni Mai-
danek fueron preparados fundamentalmente en los Ministerios
nazis de Berlín, sino mucho antes en las mesas de escritorio
y en las aulas de clase de los científicos y filósofos nihilistas» 2•
Esto significa que las ideas y las interpretaciones de la vida,
al cabo de los años, acaban por dar sus frutos buenos o malos.
Todo el proceso ideológico que va desde el siglo XIV hasta
el XIX incluido, ha dado sus frutos y sus consecuencias en el
siglo X."'\:. También estas consecuencias unas han sido valiosas
y humanizadoras, otras negativas e inhumanas. Más adelante
podremos ponderarlas.
1
F. NIETi'.SCHI'., Así bah!t1hfl Zflml11slm (Madrid 1964), 181.
2 V. f'R.INKL, Lfl idl'tl psico!ri~ica del bo1JJlm (Madrid 1984), 93.
~
"

C9. El paroxismo de lo secular 1. El vitalismo pesimista e historicista 297


296

Ahora consideramos necesario exponer algunos datos de prens1on viviente de la historia. 4. 0 Rechazan el idealismo y
una corriente de pensamiento que, al mismo tiempo que es admiten una realidad oijetiva exterior e independiente del sujeto 3 •
una violenta reacción contra <<los grandes relatos ideológicos», Haremos mención, en primer lugar, de Arthur Schopenhauer
es también una consecuencia de ellos, como veremos. Nos (1788-1860), el más radical contradictor de la explicación ra-
referimos a esa filosofia que llamamos vitalismo o Filosofía de cional e ideal del mundo y del hombre tal como la había
la vida, porque, de una o de otra manera, pretende que la propuesto Hegel, a la que califica de <<Una bufonada filosófica>>,
vida, entendida de diversos modos, es más significativa e im- «simple charlatanería>> y «jerga repugnante». Influido por cir-
portante que las ideas y, por eso, le da la prioridad. Pero, al cunstancias adversas de su vida familiar y por la filosofia india
mismo tiempo, porque atiende al torrente voluntarista, instintivo que leyó en los Vedas y Upanishad, se orienta hacia lo que
y vital más que al pensamiento objetivo y lógico, es también podríamos llamar un pesimismo cósmico, El mundo no es más
un movimiento secular y secularizante que hace de la vida que ímpetu ciego e irresistible, fuerza que hace crecer y subsistir
inmanente un absoluto, principio y fin de todas las cosas. las plantas, atraerse los cuerpos, desatar las energías, voluntad
La «filosofia de la vida» se ha manifestado de múltiples de vivir. Esa energía vital ciega e insaciable es, en realidad, <<la
formas, porque el concepto mismo de vida es huidizo y puede cosa en sÍ» de que hablaba Kant. Es la última realidad de
tomarse bajo muy diversos aspectos. Aquí sólo nos detendre- todos los seres, pero sin finalidad alguna. El hombre experi-
mos en dos o tres de las más relevantes y significativas para menta en su cuerpo toda esa vida en los ímpetus de sus
nuestro propósito. instintos y en el sufrimiento. Para la mayor parte de los hom-
bres, la vida es una continua lucha con la certeza de una
derrota final. Por eso oscila como un péndulo, entre el dolor
y el tedio. Pervive la especie por los impulsos vitales; perecen
1. EL VITALISMO PESIMISTA E HISTORICISTA
1 los individuos sin esperanza porque a la especie no le interesan
Era inevitable que la filosofia hegeliana provocase una reac- los individuos concretos. Lo único que nos queda es conso-
ción contraria. Las más angustiosas vivencias humanas, como larnos con la inmortalidad de la naturaleza. Hay individuos que
son el dolor, el fracaso, el tedio, la incertidumbre, las catástrofes pretenden evadirse del dolor de vivir refugiándose en las su-
naturales, la injusticia, y, sobre todo, la muerte hacen dificil persticiones religiosas, pero eso es añadir nuevas preocupaciones
aceptar el principio hegeliano de que «todo lo real es racionab> y nuevos tormentos. Es preferible aceptar la inmersión final
y el optimismo ilustrado y decimonónico que se expresaba en en la nada del nirvana búdico.
el postulado del progreso indefinido. De ahí la reacción del Además de que el mundo, con respecto a nosotros, no es
vitalismo o de los vitalismos. más que «represehtacióm>, es decir, apariencia, presencia de lo
l. M. Bochenski ofrece como características comunes a to- vital en la conciencia subjetiva condicionada por las formas a
dos los vitalismos las siguientes: 1.º Son actualistas absolutos, priori de la conciencia que son el tiempo, el espacio y la
esto quiere decir que para ellos no hay sino movimiento, de- causalidad. Pero esta «representacióm> debe concebirse no como
venir, vida. El ser, la materia son residuos que deja el movi- un dualismo entre sujeto y objeto, sino nada más como una
miento. 2.º Tienen una concepción otgánica de la realidad, en experiencia inmediata y plena de lo vital. Esa representación
este sentido, que para ellos la Biología es tan decisiva como es, además, la apariencia ilusoria que vela la realidad de las
la Física para los que defienden el materialismo científico. En cosas en su esencia auténtica y última, «el velo de Maya>> de
la escuela de Dilthey, el desarrollo histórico tiene más impor- que habla la filosofia india. Experimentamos la vida y la vida
tancia que el biológico. Pero, en cualquier caso, el mundo no es la única realidad aunque no la conozcamos en su última
es interpretado como una máquina sino como el fluir de la esencia, cosa que tampoco necesitamos.
vida. 3.0 Apoyados en esta concepción biologista, son irracio- De este pesimismo desolado sólo puede liberamos provi-
nalistas y empiristas declarados. Abominan de los conceptos y soriamente la contemplación estética, en cuanto que allí nos
las deducciones lógicas. No admiten el método racional como
3
método filosófico sino sólo la intuición, la práctica, la coro- I. M. BOCHENSKI, La Phi/osophie contemporaine en E11rope (Paris 1951), 92-93.
.¡.

298 C9. El paroxismo de fo sect1!ar .f'. 1. El vitalismo pesimista e historicista 299

evadimos de nosotros mismos, se anula la libertad y el dolor #;): la actitud más consecuente sería el suicidio, pero no nos atre-
y nos sumergimos en el éxtasis ante la belleza. vemos a practicarlo por cobardia.
Schopenhauer recomienda también la compasión hacia los ,'l<ll En lo que atañe al tema religioso sólo hay que añadir que
demás como fundamento de una ética. Las angustias y las
miserias de los demás nos harán sentir la afinidad con ellos,
¡~.·i).: Schopenhauer fue radicalmente ateo, en buena medida por el
impacto que en él produjo, como en tantos alemanes, la lectura

1
aunque esto será también, para el hombre, un motivo de tristeza de La esencia del Cristianismo, de Feuerbach. Para él, Dios era
y dolor. <runa fábula judía», una personificación de las fuerzas de la
No queda sino la práctica de una ascesis que tiende a naturaleza, uná necesidad metafísica del hombre. Repite con
suprimir la voluntad de vivir, de manera parecida a como lo Hegel que la filosofía expresa la verdad en conceptos y la
practican los sabios indios. Las religiones no son verdaderas religión en mitos o alegorías, que son los que entiende el
ni falsas sino optimistas o pesimistas. El cristianismo le parece pueblo. Rechaza incluso el panteísmo. No hay más que lo que
mejor porque lo juzga como más pesimista por el dogma del se ve y, por tanto, el mundo, la vida, las personas, carecen
pecado original, causa de las desgracias de la humanidad, y de sentido y de valor. Todo para nada.
por eso considera que es una invitación a la negación de la La filosofía de Schopenhauer no creó escuela, como la
voluntad de vivir, opinión que volverá a tomar Nietzsche lle- había creado la de Hegel. Sin embargo, su pesimismo influyó
vándola a su extremo. sobre las últimas generaciones de los románticos y concreta-
La conclusión de Schopenhauer es que este mundo es «el mente sobre Wagner, Leopardi, Musset, Tolstoi, etc. Pero, sin
peor de los posibles», proposición que hay que entender así: duda, el autor más influido por Schopenhauer fue Nietzsche.
no que no se pudieran imaginar otros peores sino que cualquier A él tendremos que dedicarle un estudio más detenido porque
otro peor no podría subsistir y por ello no sería posible, luego su filosofía es la máxima exaltación de lo vital, lo irracional y
éste es el peor de los posibles. Con este postulado toma lo terreno. Más allá de Nietzsche no se puede ir. En él alcanza
posición contra el optimismo de Leibniz, que juzgaba este su paroxismo el proceso de secularización.
mundo como «el mejor de los posibles». También se opone a Por eso es necesario que digamos antes unas breves palabras
la dialéctica de Hegel, según la cual la historia camina ince- sobre algunas otras variantes del vitalismo que, de una o de
santemente hacia estadios mejores, porque la síntesis eleva la otra manera, están presentes en las culturas dominantes de
tesis y la antítesis, y al principio ilustrado de la perfectibilidad nuestra época porque, aunque pasan, dejan sus huellas.
indefinida de la humanidad. Una de las variantes más significantes del vitalismo es el
Este brevísimo e incompleto resumen de la filosofía de llamado historicismo. En el siglo XIX, sobre todo en Alemania,
Schopenhauer nos da una primera idea de hasta qué punto de se verificó un gran desarrollo de las ciencias históricas, de
desesperanza e inhumanismo puede conducir una concepción manera que se ha podido llamar a esta época «el siglo de la
totalmente inmanente y secular de la vida humana. Es una historia». Kant había creído fundamentar la ciencia matemática
anticipación de lo que serán las filosofías existencialistas deses- y la ciencia física, pero había preterido la ciencia histórica. Una
peradas y ateas, ya en el siglo XX, de Jean-Paul Sartre, de pléyade de grandes historiadores, en el siglo pasado, crearon
Albert Camus, de Simone de Beauvoir y de algunos llamados la historia como ciencia. Por citar algunos nombres recordare-
posmodernos, de los que hablaremos en su momento. Para mos a Leopold Ranke, Berthold Niebuhr, Theodor Mommsen,
los existencialistas, la vida humana sería <<Un sufrimiento inútil>>, Jacob Burckhardt, Karl Julius Beloch, Gustav Droysen, Eduard
un «no-sentido», los demás serían «el infierno» (Sartre). Esta- Zeller, Ulrich Wilamovitz-Mollendorf, Erwin Rohde, Hans von
ríamos todos sometidos al castigo de Sísifo, al que los dioses Arnim, Herman Diels, F.C. von Savigny y otros muchos. El
condenaron a subir eternamente una roca, con enorme esfuerzo, desarrollo de la ciencia histórica suscitó su admiración y la
hasta la cumbre de una montaña para que, a continuación, la admiración, de la que ya dijo Aristóteles que es el principio
roca rodase de nuevo al valle y Sísifo debía volver a empezar. del filosofar, suscitó las preguntas por el sentido, las leyes y
Así, según Camus, la vida humana es un esfuerzo enorme para el valor de la historia. No es extraño que Max Weber, Wilhelm
nada porque al final todo se frustra con la muerte. Por eso, Dilthey, Georg Simmel, Oswald Spengler, Ernst Troeltsch, Frie-
r
ij

! 1. El vitalismo pesimista e historicista 301


300 C9. El paroxismo de lo secular
~

drich Meinecke, Wilhelm Windelband, Heinrich Rickert y otros y movilidad. Sólo el hecho mismo de la vida es un Absoluto,
filosofaran sobre la realidad histórica. pero es inmanente a sí misma. Todo empieza en la vida y
Como es imposible detenernos en todos, tomamos única- todo acaba en la vida.
Las diversas concepciones del mundo no son sino obje-
mente a W. Dilthey, que es, sin duda, el más destacado de
los historicistas y que representa bien la tendencia a, explicar 1 tivaciones de los diversos momentos de la vida, intentos de
reviviscencia y comprensión de las experiencias vividas en
la historia por sí misma como un torrente vital que avanza
hacia ninguna parte, o, si se prefiere, como una sucesión de cada época y de descifrar el enigma indescifrable. Dilthey
acontecimientos, expresión de la vida, pero carentes de una clasifica estas concepciones en tres grupos: concepciones re-
significación última. No pretendemos, por supuesto, dar una ligiosas, que juzga como las inferiores y menos válidas; con-
síntesis completa del pensamiento de Dilthey, sino mostrar una cepciones artísticas, que se expresan sobre todo en la poesía;
corriente más de interpretación del hombre y de la historia concepciones filosóficas o metafisicas, pero éstas son tan
que cree no necesitar para nada de un último Ser que dé abundantes que forman un caos, tanto más que se contradicen
sentido a la historia. Es la secularización de la interpretación unas a otras y cada una pretende tener toda la verdad. Pero
histórica, contra el pensamiento de san Agustín, de Bossuet, todas nacen, viven y mueren sin otro valor que el de su
de Donoso Cortés o Teilhard de Chardin, que, como cristianos, momento histórico.
consideraban que la libertad humana teje la historia pero dentro De todo esto se deduce, para nuestro propósito, que la
de un proyecto general que es el designio divino, o Providencia. filosofia de Dilthey es una expresión de la realidad vital his-
Wilhelm Dilthey (1833-1911) fue un adversario o contra- tórica, de la cual no pretende dar una explicación última y
dictor de Hegel y de Comte en cuanto éstos intentaron una menos trascendente y unificada. La vida es lo que es y su
explicación racional del mundo y de la historia. Para él, la fluir es la historia. Una historia que nadie dirige y que camina
historia no es logos sino vida y por esta palabra entiende la hacia ninguna parte. Dilthey ha visto con claridad la importancia
totalidad de la experiencia histórica, algo que no puede definirse de la expresión de la vida que llamamos historia y ése es su
dada su infinita complejidad y porque es un movimiento in- mayor mérito. Se ha quedado corto al pensar que no se podía
cesante, fluir continuo, el ser individual de cada hombre y, al ir más allá de la misma historia y al no ver que el mismo
mismo tiempo, los acontecimientos en los que se encuentran fluir creciente y progresivo de la vida humana nos obliga a
comprometidos todos los hombres. Por eso, la vida es historia unas preguntas por su sentido y su fundamento, a las cuales
y la historia no es sino la vida. Algo inaprehensible por la se les puede dar respuestas aquietadoras, sea desde la razón,
razón humana y no codificable en ningún sistema significativo. sea, sobre todo, desde las palabras que Dios ha dicho a los
El hombre es su historia, una esencia histórica que se desarrolla hombres. El verdadero filósofo de la historia no se conforma
en la temporalidad. El presente está cargado del pasado y lleva con hacer análisis, o con comprender determinadas épocas sino
en sí el futuro. Un futuro que para cada hombre acaba por que organiza los hechos históricos en grandes síntesis para así
fracasar en la muerte. poder encontrar el sentido de la historia humana en su con-
La historia se objetiva, indiscriminadamente, en Estados, junto. Tanto más cuanto que el hacerse evolutivo de la hu-
Iglesias, sistemas jurídicos, expresiones artísticas, es decir, toda manidad es sumamente lento como todos los procesos ma- ·
la infinita variedad de las creaciones irreductibles a las Ciencias croevolutivos, y sólo con miradas de muy larga perspectiva
de la Naturaleza, pero no es una objetivación racional y te- pueden encontrarse sus razones y su sentido 4•
leológica, como pretendía Hegel, sino vital e inclasificable.
Cada etapa de la historia está destinada también a su de- 4 Expone y comenta acertadamente la filosofia de Dilthey J. ORTEGA Y
saparición. Se forma un conjunto de sistemas y de valores que GASSET, Guillermo Dilthry y la idea de la vida: Obras Completas, VI (Madrid
dejarán de ser útiles en la etapa siguiente. Los hechos culturales, 1947), 165-216. Ver también O. F. BoLLNOW, Dilthry. Bine Einfahnmg in seine
Philosophie (Stuttgart 3 1955); F. DiAZ DE CERIO, C. Dilthry y el problema del
morales, sociales, religiosos, etc., no tienen valor absoluto; están historicismo (Barcelona 1959); In., Introducción a la filosojla de Dilthry (Barcelona
en función de las circunstancias de cada época, es decir, no 1963); RunoLF A. MAKKREEL, Dilthry, A Philosopher of H11man Studies (Princeton
son sino relativos a ella, porque la vida, la historia, es cambio U.P. 1975).
il

2. Friedrich Nietz!che 303


3U2 C9. El paroxismo de lo secular
La cultura occidental -añade Spengler- está en decadencia
Toda una poderosa corriente de exaltación vital atraviesa irreversible por el racionalismo, el materialismo, el escepticismo,
la primera mitad del siglo XX en la Filosofia europea. Con por el predominio de la técnica, por la democracia y por el
mayor o menor dependencia de Dilthey, y mucho más de igualitarismo socialista. Al final creyó que sólo Alemania, con
Nietzsche, se repiten y se exaltan de diversos modos, los valores su voluntad de dominio, podría liberar a Occidente de su ine-
vitales, los impulsos instintivos, la consideración del vivir como vitable crepúsculo. De ahl su simpatía por el nacional-socialismo.
realidad primera y absoluta. Europa, y sobre todo Alemania, Otras de sus teorías sobre el nacimiento, el desarrollo y el ocaso
cansada del intelectualismo kantiano y hegeliano, se orienta de las culturas, sobre su clasificación, su duración, etc., son
hacia una prevalencia dionisíaca sobre el equilibrio y la sofrosy- menos importantes para el tema central de este libro.
ne apolínea, exaltación vital que un día desembocará en la También Henri Bergson (1859-1941), filósofo francés de
dictadura nazi y en la segunda guerra mundial con todo lo origen judío, es vitalista porque ve el é!an vital como una
que esos hechos tuvieron de locura dionisíaca y orgiástica. inmensa corriente de vida, un fluido vital, que en un doble
En esa corriente vitalista se encuentran, entre otros, Eduard movimiento ascendente-descendente, como un chorro de vapor
Spranger (1882-1963), el más eminente discípulo de Dilthey y .;'1
de agua lanzado al espacio, crea todas las cosas en un largo
que, hacia el final de su vida, se acercó mucho a los valores e incesante proceso de evolución creadora. Pero, aunque algu-
religiosos; Ludwig Klages (1872-1956), que propugna un natu- nos de sus intérpretes le han acusado de panteísmo y de
ralismo biologista y el triunfo de la vida exultante y dionisíaca monismo, lo cierto es que en su última y más famosa obra,
sobre el espíritu; el Conde de Gobineau (1816-1882), francés, Las dos J11entes de la religión y de la moral llega a la afirmación
iniciador de la teoría de la superioridad de algunas razas, prin- del Dios cristiano de cuya existencia los místicos tienen una
cipalmente de la raza germánica que debe mantenerse en su experiencia que no deja lugar a dudas. El misticismo . más
pureza evitando sobre todo la contaminación judía. Esta teoría perfecto es el cristiano. Al final de su vida estuvo muy cerca
racista la desarrollaría más tarde un inglés afincado en Alemania, del catolicismo. Parece que deseó el bautismo católico y que,
Houston Stewart Chamberlain (1855-1927), la recogió y poten- si al fin no se decidió a recibirlo, fue debido a no querer dar
ció Alfred Rosenberg (1839-1946), teórico del Partido Nacional la impresión de que abandonaba a sus hermanos judíos cuando
Socialista alemán, sobre todo en su obra muy leída El mito del arreciaba contra ellos la persecución nazi. Así pues, no se le
siglo XX, y también el mismo Adolf Hitler en el libro que fue puede considerar como un anillo decisivo en la cadena de
el breviario de los nazis: Mi l11cha. pensadores secularizantes que es lo que fundamentalmente es-
En una orientación también vitalista y biologista aunque tudiamos en esta obra.
más culturalista e historicista, se encuentra Oswald Spengler
(1880-1936), autor de la obra leidísima La decadencia de Occidente,
publicada entre 1918 y 1922 y de la que son expresiones como 2. FRIEDRICH NIETZSCHE
éstas: <<La vida es lo primero y lo último; el torrente cósmico La obra de Nietzsche representa, a nuestro juicio, la cul-
en forma microscópica [...]. En la historia trátase de la vida y minación más radicalizada de todo el proceso de secularización
siempre de la vida, de la raza, del triunfo para la voluntad de que venimos estudiando. No es simplemente el retorno al pa-
poder, pero no se trata de verdades, de invenciones o de ganismo antiguo, sino mucho más. Nietzsche es más pagano
dinero. La historia universal es el tribunal del mundo más que todos los paganos. Los paganos veneraban a sus dioses._
seguro de sí mismo; ha conferido siempre a esta vida derecho Nietzsche no quiere la veneración de ningún dios. Ni siquiera
a la existencia, sin importarle que ello sea justo para la con- acepta la existencia de esos dei minores que son la verdad, el
ciencia. Siempre ha sacrificado la verdad y la justicia al poder, bien, la lógica, los derechos, la libertad o la igualdad. Ni siquiera
a la raza y siempre ha condenado a muerte a aquellos hombres acepta como Feuerbach al dios-humanidad. No hay más que
y pueblos para quienes la verdad es más importante que la hombres singulares y la esperanza de un superhombre que será
acción y la justicia más esencial que la fuerza» 5• un hombre superior pero no dios. Sin embargo, como la hi-
5
pótesis divina y la cristiana resurgen siempre de las cenizas,
ÜSWALD SPENGLER, La decadencia de Occidente t.II (Madrid 1966), 575-576.
~
"

304 C9. El paroxismo de lo secular 2. Friedrir/J Nietzsche 305

como el ave Fénix, se pasó la vida luchando contra ellas. No Estuvo muy influido por la filosofía pesimista de Schopen-
logró nunca desentenderse del cristianismo. Un destino que él hauer así como por la música pagana de Wagner. Más tarde
se impuso a sí mismo. En su obra autobiográfica Ecce homo, rompió con Wagner porque creyó que el gran músico hacía
se preguntaba: «¿Por qué soy yo un destino?» 6• No es desa- música cristiana, sobre todo en el ParsifaL
certado pensar, con Heidegger, que, efectivamente, su destino En 1879 se ve obligado a solicitar la excedencia de la
fue el de ser un profeta de nuestra época, época de la negación cátedra por las crisis nerviosas que le asaltaban. Los años
de la Metafisica, de la afirmación de la voluntad de poder bajo siguientes los pasa buscando alivio para sus enfermedades en
múltiples formas, de la transmutación de muchos valores, e la Riviera italiana, en Sicilia, en Turín, en el pueblecito suizo
incluso del nihilismo en el sentido que explicaremos. ·~·-· de Sills-María. Por sus extravagancias tiene que ser internado
Para lectores que ignoren quién fue esta persona descon- en 1889. en una clínica de Basilea y de allí es llevado al
certante y, sin embargo, tan influyente, daremos unos breves manicomio de Jena, atendido por su madre y su hermana
datos biográficos. «Entre alemanes se me comprende enseguida Elisabeth, en cuya casa de Weimar murió el 25 de agosto de
cuando digo que la filosofia está corrompida por sangre de 1900 sin haber recuperado la razón.
teólogos. El párroco protestante es el abuelo de la filosofia Sus ocupaciones y su enfermedad no le impidieron escribir
alemana; el protestantismo mismo, su pecado original» 7• Estas mucho. Más aún, a medida que las tinieblas de la locura en-
palabras resentidas que Nietzsche lanza contra la filosofía ale- tenebrecían su razón, experimentaba una mayor necesidad de
mana del romanticismo tienen una adecuada aplicación a él escribir. De sus obras son las más importantes Humano, dema-
mismo. Su abuelo y su padre fueron pastores protestantes. En siado humanoi La gqya ciencia, Así hablaba Zaratustra, Más allá del
consecuencia, su infancia fue muy piadosa (había nacido en bien y del ma4 La genealogía de la mora4 El crepúsculo de los dioses,
Rocken, cerca de Leipzig, en 1844) y muy influida de religio- Ecce homo, La voluntad de poder, El Anti-Cristo. ·
sidad y moralismo rigorista. Se le destinaba a continuar la El «caso Nietzsche» es tan singular y extraño que ha reci-
misión pastoral de sus mayores en la Iglesia evangélica. La bido múltiples interpretaciones. El que lee cualquiera de sus
obsesión religiosa y moral marcará siempre su pensamiento. obras queda asombrado. Su estilo incisivo, vehemente, aforís-
La crisis de los dieciocho años acabó para siempre con su tico, de vertiginosa riqueza imaginativa, con interrogaciones que
fe cristiana. Fue para él una supuesta «muerte de Dios» de la inquietan, sorprende y deslumbra a cada paso. Por lo que dice,
que habla en La gqya ciencia: «Dios ha muerto, pero, tal vez, por el modo como lo dice y por lo que sugiere con sus
mientras exista la especie humana, se encontrará todavía, durante silencios 11 •
milenios, cuevas en las que se encuentre su sombra. Y nosotros Más aún desconcierta comprobar que no pretende demostrar
[...] tenemos que superar incluso su sombra» 8• <<¿Dónde está
nada ni refutar nada con razones. No es un pensamiento lógico
Dios? Os lo voy a decir: le hemos asesinado, vosotros y yo» 9•
y coherente el suyo. Ni quiere serlo. Se contenta con afirmar
Se orientó entonces hacia la Filología griega de la que llegó
sus ideas con pasión y con insultar a sus adversarios con
a ser profesor en la Universidad de Basilea. Ha sido en estos
violencia. Ni tuvo ni quiso tener un sistema racional de pen-
años jóvenes cuando contrajo la sífilis, que le llevó progresi-
vamente hasta la demencia total 10• samiento. Prefiere el caos: <<Hace falta tener un caos dentro
de sí para poder dar a luz una estrella bailadora>> 12•
6
Ecce homo, en Nietzsche Werke (NW), Sechste Abteilung, Dritter Band, Pero lo más impresionante es la violencia y el odio con
edic. Colli-Montinari (Berlin 1969), 363. Las citas siguientes de obras de que fustiga continuamente al cristianismo: «Que las fuertes razas
Nietzsche se refieren a esta edición, si no se dice lo contrario. Es la edición
crítica y completa que purifica los escritos de Nietzsche de las correcciones 276-285. Allí se habla de la infección sifilítica así como de los antecedentes
y falsificaciones
7
que en algunas obras hizo su hermana Elisabeth. de trastornos mentales en la familia. No se ha dado la debida importancia
Der Antichrist, n.10: NW, VI, 3, 174. a esta enfermedad venérea para explicar muchas actitudes y pensamientos
•9 Die Frotiche Wissenschaft: NW, V, 2, 145. nietzscheanos.
O.e., 158-159. 11
«¿No se escriben libros precisamente para ocultar lo que uno se oculta
10
El informe médico y la historia clínica de su estancia en los manicomios a sí mismo?» jenseits von Cut 1md Bose: NW, VI, 244.
de Basilea y Jena pueden leerse transcritos en Revista de Occidente 42 (1973), 12
A/so sprach Zarathustra: NW, VI, 1, 13.
1.··.·
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306 C9. El paroxis!f10 de lo semlar 2. Friedrich Nietzsche 307

de la Europa nórdica no hayan rechazado de sí al Dios cristiano lo que hasta ahora ha sido prohibido, despreciado, maldeci-
es algo que, en verdad, no hace honor a sus dotes religiosas, do» 16,
para no hablar del gusto. Tendrían que haber acabado con se- Frente a la moral cristiana que ensalza la justicia y el amor
mejante enfermizo y decrépito engendro de la decadencia. Mas fraterno, la austeridad de la vida, la castidad, la mansedumbre
por no haber acabado con él, pesa sobre ellas una maldición: y la paciencia, la humildad y el sacrificio por los demás, Nietzs-
acogieron en todos sus instintos la enfermedad, la vejez, la che enaltece los valores vitales que pueden sintetizarse en lo
contradicción, ¡desde entonces ya no han creado ningún dios, que llama «Voluntad de poden>. Esta <<Voluntad de poden> la
casi dos milenios y ni un dios nuevo!» 13• «Yo condeno al presenta encarnada en el «Superhombre». Frente a Jesús de
cristianismo, yo levanto contra la Iglesia cristiana la más terrible Nazaret levanta su colosal adversario: el Superhombre. Hasta
de todas las acusaciones [...]. Ella es para mí la más grande ahora, los hombres occidentales han tomado como modelo
de todas las corrupciones imaginables, ella ha querido· la última moral a Jesús. Eso tiene que terminarse. En adelante, los hom-
de las corrupciones posibles. Nada ha dejado la Iglesia cristiana bres buscarán ser superhombres: <<Yo os anuncio al Superhombre.
de tocar con su corrupción, de todo valor ha hecho un no- El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho
valor, de toda verdad una mentira, de toda honestidad una para superarle? Hasta ahora, todos los seres han dado de sí
bajeza de alma [...]. Esta eterna acusación contra el cristianismo algo superior a ellos [...]. ¿Qué es el mono para el hombre?
voy a escribirla en todas las paredes, allí donde hay paredes Una irrisión o una dolorosa vergüenza. Pues eso es lo que
[...] tengo letras que harán ver incluso a los ciegos [...] yo debe ser el hombre para el Superhombre, una irrisión o una
llamo al cristianismo la única gran maldición, la única grande vergüenza dolorosa>> 17•
intimísima corrupción, el único gran instinto de venganza [...] No es fácil determinar cómo ha de ser el superhombre
yo lo llamo la única inmortal mancha deshonrosa de la hu- porque aún no ha existido. Pero debería ser algo así como
14
manidad» • Las citas podrían multiplicarse indefinidamente 15 • una síntesis de César Borgia, Napoleón, Leonardo, Lutero, Mi-
Este odio implacable al cristianismo no está provocado rabeau, Miguel Angel, Goethe, etc. Más en concreto, el hombre
porque lo considere una religión falsa o supersticiosa. Nietzsche superior debe tener estas cualidades: una naturaleza vigorosa
no cree en la verdad ni en la mentira. La inteligencia no sería en que la vida sobreabunda y se despliega en voluntad de
más que un instrumento al servicio de la vida. Lo que no poder y dominio sobre los demás. Es libre, lo que significa
soporta del cristianismo es su moral. Los valores morales del que no admite normas ni valores más que de sí mismo. Se
cristianismo, sus virtudes, han sido inventados -piensa- por crea caprichosamente sus propios valores sin necesidad de jus-
los débiles, por la turba, la canalla, los esclavos, para defenderse tificarlos ante nadie. Impone por la fuerza sus deseos y su
contra los fuertes, los dueños, los señores y reducirlos a la voluntad a los demás, es el legislador y el dueño del rebaño.
impotencia. Urge, pues, quebrar las antiguas tablas de valores, Por eso es orgulloso, solitario y desprecia a los demás, a los
destruir la moral de los esclavos e instaurar, de una vez, la que trata con violencia y agresividad. Necesita la lucha por
moral de los señores. Ha sonado la hora de la muerte de la exuberancia de vida. Busca o crea a sus enemigos para poder
vieja moral, de la moral cristiana. Esa muerte consiste «en una hacerles la guerra 18 •
transmutación de todos los valores, en el desvincularse de todos La voluntad de poder debe ejercerse sin escrúpulos y con
los valores morales, en un decir sí y tener confianza en todo violencia: «Los débiles y malogrados deben perecer: artículo
primero de nuestro amor a los hombres. Y además se les debe
" /\:1· k:;~l·.1ú1,1 N\\·, \'1, .\) UU. ayudar a perecrr. ,:Qué es m;Ís dañoso que cualquier vicio? La
t; Der Antichlist: NW, VI, 3, 250-251. compasión activa con todos los malogrados y débiles: El cris-
15
Karl .Jaspers, en su libro Nietzrche .1' el Cristi1111is1110, hace ver los influjos
aisri:1nos <'ll 1:1 mism,1 lud1:1 d<' Ni<·r~scht• Ct>nrr;1 d cristianismo. Otros nurores 10
.l!vn.!_aJ!lll!or: N\'i', \ ', 1, 15.
se esfuerzan por interpretar o comprender los ataques de Nietzsche al cris- ,- _4.Ú .stm:.;i .Z..-r.;;l:""--r.::: ~\\-. \ 1. L S.
tii.ni.smo, así, por ejemplo, PAl!L VALADIER, Nietzsche, l'athée de rig11e11r (París .:l' E=t:~ ik:f. 1... JY11;;..;.nn ci! a rm.:r:n: ci!- il.:!f :ícicl'.I!:$ '(:- ¿e 5up:=:::lomL~
1975).
= o~s sirios, enjmreir.s ron G11t 11nd Bose, n260: ::-..-W, VI, 2, 218-222.
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308 C.9. El paroxismo de lo semlar 2. Friedrich Nietz:che 309

1
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tianism0>> 19• «Siniestro agorero --dijo al fin Zaratustra- ése ritmo circular del eterno retomo, el mito que Nietzsche en-
es un grito de angustia y el grito de un homb~e [...]. Pero cuentra en la filosofia india y en la griega, y que vuelve a
¡qué me importan a mí las necesidades de los hombres!» 20 • ' tomar exultante de alegría porque cree descubrir en él una
•·. ·.·.·.·.·1:.·.:.
El superhombre sabe y quiere vivir peligrosamente, se juega nueva «vida eterna>>, con la cual triunfar de la muerte: «Todo
-..,,
a los dados su vida y su honor, soporta los sufrimientos con placer quiere eternidad. ¿Cómo no estaría anhelante de la eter-
coraje inquebrantable, se ríe de los santos y de los honestos, nidad, anhelante del nupcial anillo de los anillos, del anillo del
y se ríe también por el placer de vivir: «Hombres superiores, retorno de todas las cosas? Jamás he encontrado aún mujer
por vosotros suspira el placer, el desenfrenado, el bienaventu- de quien quisiera tener hijos, si no es de esta mujer a quien
rado [...]. Aprendedlo, hombres superiores: el placer quiere la amo, ¡porque yo te amo, eternidad!, ¡porque yo te amo, eter-
eternidad» 21 • nidad!» 25 •
Nietzsche desprecia también los valores sociales. Por ello, «La teoría del eterno retorno -comenta Copleston- ex-
fue enemigo de la democracia y del socialismo. Los consideraba presa la resuelta voluntad de Nietzsche de aceptar el mundo
fórmulas secularizadas del cristianismo. Al fin ambos han nacido (Dieseitigkeit). El universo está cerrado en sí mismo; su signi-
de los conceptos cristianos de la igualdad y de la fraternidad ficación es puramente inmanente y el hombre verdaderamente
de todos los hombres. El mismo Nietzsche lo confiesa. «El fuerte, el auténtico hombre dionisíaco, afirmará este universo
movimiento democrático constituye la herencia . del movimiento con firmeza, con coraje y aun con alegría, despreciando el
cristiano» 22 • Habla de <<la superstición de. la igualdad democrá- escapismo como una manifestación de debilidad» 26 • En realidad,
tica>>, formada por los instintos de los esclavos, los instintos las teorías de la voluntad de poder y del eterno retorno de
de la cobardía, la marrullería y la canalla, propios de los estratos todo son intentos de huir horrorizado del abismo nihilista que
largo tiempo retenidos abajo» 23 • Por eso llama al socialismo él mismo ha abierto. Sin embargo, con ello, no se libera de
«tiranía de los necios», «el animal gregario constituido en señor>>, ese nihilismo, porque, al fin, ¿qué sentido tendría retornar
<<Una cosa avinagrada sin remedio», etc. indefinidamente a lo mismo?
En suma, Nietzsche quiere ser y es un radical nihilista. El No podemos alargarnos en la exposición de los pensamien-
mismo dice: «Yo predico el nihilismo». «Conozco el placer de tos de Nietzsche. Los pensadores vitalistas suelen ser pobres
aniquilar en un grado que corresponde a mi fuerza para ani- de ideas aunque ricos y brillantes en la imaginación y en las
quilar; en ambos casos obedezco a mi naturaleza dionisíaca, la mil maneras de exponer y de transmitir sus mensajes.
cual no sabe separar el no del decir el sí. Yo soy el primer La obra de Nietzsche es tan original y desconcertante que
inmoralista, por eso soy el aniquilador por excelencia» 24 • Lo es en ha dado pie a múltiples interpretaciones. Si la razón de su
cuanto que su pensamiento concluye en la negación total de inmoralismo fue <<Un desesperado amor a la moral y una sed
todo lo objetivo, lo permanente y lo dado. No queda más de pureza imposible», como quiere Gustave 1bibon 27 ; si Nietzs-
valor que la vida entendida como instinto, exaltación, subjeti- che habla poniéndose siempre gafas verdes y una máscara para
vismo y voluntad de dominio. No importa buscar o conocer que nadie vea su verdadero fondo, como sugiere Paul Vala-
la verdad sino dejar que la vida se expanda y cada uno buscará dier 28; si la obra de Nietzsche se explica únicamente desde
y se dará valores a su manera. El Superhombre responde acep- un trasfondo e influjo profundamente cristiano, como pretendió
tando el destino trágico de su vida y procurando superarlo Karl Jaspers 29 , etc., son temas hermenéuticos que sobrepasan
mediante un significado que él mismo da a la realidad. Su nuestro proyecto. Nietzsche es, con frecuencia, contradictorio
voluntad es la única fuente de valores. Su esperanza última, el
25 A/so sprach Zarath11stra: NW, VI, 3, 286-287.
19
Der Antichrist, 2: NW, VI, 3, 168. 26 F. CoPLESTON, Historia de la Filosofía, VII (Barcelona 1978), 327.
20
A/so sprach Zarath11slra: NW, VI, 1, 27. 27 GUSTAVE THIBON, NielzfChe o el declinar del espíritu (Buenos Aires 1948),
21
A/so sprach Zarath11slra: NW, VI, 4, 399. 13, 107-151.
22 jenseits von G11t 11nd Bi!se, n.202: NW, VI, 2, 127. 28 PAUL VALADIER, Nietz!che, /'athée de rigt1e11r (Paris 1975), 13; EUGEN F!NK,
23
Nach!ass, Werke, Dritter Band (München 1956) (ed. K. Schlechta), 708. La filosofía de NielZfche (Madrid 1966), 10-11.
24
Ecce homo: NW, III, 364. 29 KARL JASPERS, Nietzsche 1md das Christent11m (Hameln 1946).
l
1j
310 C9. El paroxismo de lo secular 2. Friedrich Nietz!che 311
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porque sus libros están compuestos por aforismos, redactados_ etcétera. Los escritores nazis veían en aquellas dictaduras la
según las circunstancias y los sentimientos del momento. realización de la filosofía de Nietzsche y a él apelaban. Elisabeth
No negamos que Nietzsche es un correctivo a su época, Fi:irster-Nietzsche, hermana del filósofo, regaló simbólicamente
al idealismo racionalista utópico, al dogma ilustrado del pro-
greso indefinido de toda la humanidad; es también una denuncia t a Hitler un látigo que había pertenecido a su hermano Friedrich,
y cuando Mussolini cumplió cincuenta años le puso este tele-

l
de la despersonalización de los individuos en la masa, de la grama: «Al más admirable discípulo de Zaratustra que Nietzsche
cobardía y el miedo a la libertad, de la carencia de creatividad, pudo soñar>>. Por su parte, Hitler regaló a Mussolini las obras
de la comodidad enervante, del positivismo burgués e, incluso, completas de Nietzsche. No sólo en su famoso libro Mi lucha,
de una religiosidad que encubre hipócritamente actitudes inhu- sino en su Testamento político, Hitler escribe párrafos que parecen
manas, o que desprecia los valores verdaderos de la vida y de redactados por Nietzsche. He aquí algunos: «El cristianismo
la Tierra, o que impone un moralismo excesivo y atosigante. no es una religión natural de los germanos; es una religión
Es cierta su capacidad de ver las realidades de doble fondo, importada y que no corresponde a su genio propio. El cris-
el sentido oculto de las apariencias exteriores. Se le estima, tianismo es una religión contra la ley natural, una protesta
con razón, como el fundador de la filosofía de los valores que contra la naturaleza. Llevado a su lógica extrema, el cristianismo
tan próceres representantes tendrá después en Max Scheler y significaría la cultura sistemática del deshecho humano» 30 • He
en los personalistas.
Sin embargo, hay que decir también que sus valores posi-
1 aquí otra cita de Hitler: «Nosotros haremos una juventud ante
la cual el mundo temblará. Una juventud violenta, imperiosa,
tivos quedan eclipsados, para la mayoría de sus lectores, por intrépida, cruel. Es así como yo la quiero. Sabrá soportar el
lo que aparece a primera vista que es su crítica descomunal, dolor. No quiero en ella nada de débil ni de tierno. Quiero
feroz y obsesiva contra la moral cristiana, y su exaltación de que tenga la fuerza y la belleza de las fieras jóvenes [...]. Así
una moral del impulso vital, de la voluntad de poder, de la purgaré yo la raza de los miles de años de domesticación y
guerra y del triunfo, del placer, del desprecio a los hombres obediencia. Así la devolveré a la inocencia y la nobleza de la
débiles, etc. naturaleza [...], la única ciencia que exigiré a estos jóvenes es
Este empeño por transmutar todos los valores morales el dominio de ellos mismos. Aprenderán a dominar el temor.
del cristianismo ha obtenido un éxito indiscutible, a· lo largo He aquí al primer grado de mi orden, el grado de la juventud
del siglo XX, sobre todo en el mundo occidental, sea por la
heroica. De él saldrá el segundo grado, el del hombre libre,
enorme difusión de sus obras, sea por medio de los muchos
filósofos, novelistas, poetas, dramaturgos, directores de cine
1 del hombre que es la medida y el centro del mundo, del
1 hombre creador, del hombre-dios. En mis escuadras, el hom-
que han recogido su mensaje de inmoralismo y de anticris- ¡ bre-dios, la figura espléndida del ser que no toma órdenes más
tianismo y lo han transmitido de múltiples formas, a gene- ~

raciones enteras. Nadie hubiera podido pensar que un volun- que de sí mismo, será una imagen del culto y preparará la
tarismo y un inmoralismo tan desaforados como los de juventud a la etapa futura de la madurez viril» 31 •
Nietzsche podrían llegar a imponerse. Pero los hechos cantan No hace falta decir que esta mentalidad nitzscheana-hitle-
y contra los hechos no valen los argumentos. Se dijo alguna riana representa una de las máximas expresiones del secularismo
vez que el siglo XX pasaría a la historia como una «aetas radical del siglo XX. El Dios que hizo el cielo y la Tierra, el
marxiana». Es más acertado decir que pasará como una «aetas Dios Amor, providente y paternal del Evangelio, el Dios fun-
nitzscheana>>. Nietzsche es, sin duda, uno de los maestros damento último del hombre y Legislador supremo queda ab-
más influyentes de nuestra época. solutamente eclipsado. Y cuando a ese Dios se le niega es
El primer triunfo de Nietzsche fueron los fascismos de los lógico que el hombre escuche la vieja tentación: <<Seréis como
años treinta de nuestro siglo. En notable medida, en él se 30 Notas recogidas por Martín Bormami., citadas en L. FLAM, NielZfche
inspiraron, sobre todo en lo que toca a la voluntad de poder, pense11r de l'ére post-chrétienne: Revue de l'Université de Bruxelles, 4 (1963), 273.
a la violencia guerrera como medio de triunfo, al desprecio de 31 Palabras de Hitler a Rauschning, en Hitler m'a dit (Paris 1945), 218,

los «débiles» o de las razas <<inferiores», a la exaltación vital, cit. en L. FLAM, a.c., 271-272.
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312 C.9. El paroxismo de lo secular
/ :..:·li',l'.

"•.,: 2. Friedrich Nietzsche 313


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dioses» (Gén 3,5) y que consienta en ella. Una institución ha

ll
las llamadas morales autónomas, provenientes de la Ilustración,
experimentado siempre la tentación de divinizarse: el Estado. están desprestigiadas y fracasadas. ¿Quién puede hoy creer en
Y eso han sido exactamente los fascismos de uno u otro signo. el imperativo categórico kantiano como base de la vida moral
Pero ya Holderlin escribía que «cuando el hombre ha querido de una sociedad? Pero los Estados secularizados trabajan cuanto
hacer del Estado un paraíso, ha hecho de él un infierno» 32 • pueden por reducir lo religioso al rincón de la sacristía, o al
Y el Mahatma Gandi advertía que <<la justicia separada de la
religión es como un cadáver que hay que enterrar cuanto an-
tes» 33•
l;~
de la familia, o al de la conciencia de cada uno, se cuidan
bien de suprimir y ahogar toda presencia de lo religioso en la
ui
vida pública. Es la pretensión de una secularización total. Es
Las dictaduras fascistas quedaron derrotadas en la segunda la muerte de Dios anunciada por Nietzsche.
gran guerra y triunfaron las democracias capitalistas liberales.
Estas instauraron un régimen económico-social que posibilitó í Así está sucediendo que el valor absoluto de lo verdadero
es sustituido por el valor absoluto de lo útil, a la Etica de
y potenció el desarrollo indefinido del bienestar material me-
diante la industria y la técnica. Después del triunfo de las
armas vino el triunfo de la técnica. La técnica que en la guerra l los principios humanos objetivos y universales sucede el rela-
tivismo vitalista, a las virtudes humanas y divinas, la competi-
tividad egoísta y amoral por lograr el poder, el éxito, el placer,
sirvió a los fines bélicos, se convirtió después en el mejor
instrumento al servicio de las comodidades materiales y pla-
1 11
y el dinero, aun cuando sea a costa de otros que sufren la
miseria y el hambre.
centeras en una carrera sin fin. En la segunda mitad del siglo XX ~ Martin Heidegger, uno de los pensadores que han hecho
~
se han logrado las cotas más altas de bienestar material en los un análisis serio y profundo de la situación cultural del siglo :ic<,
países germanos, sajones y latinos gracias a la técnica. La técnica l ha concluido que Nietzsche significaba el cumplimiento de una
y el dinero son los nuevos ídolos que prometen la felicidad.
El superhombre nietzscheano ha quedado sustituido por nuevas
!! Metafísica desorientada desde Platón y mucho más desde Des-
cartes. La Metafísica occidental comenzó bien porque los pre-
divinidades también nietzscheanas: la técnica, expresión suprema socráticos se preguntaban por el ser, pero luego se orientó
de la voluntad de poder, el dios-dinero y el dios-placer omni- 1 hacia las ideas y se olvidó de que el pensamiento no es otra
potentes que exigen inmensos sacrificios a sus innumerables
fieles y les prometen, en cambio, la felicidad terrena. La ciencia
no está, en primer lugar, al servicio de la verdad y del bien,
l c¡ue el mismo ser que se entrega. La verdad dejó de ser
cx.-A.fi0eta, sacar del olvido a la realidad, y empezó a ser Óµoío-
01.~, semejanza, representación. Así, el ser fue quedando oculto
sino sobre todo al del máximo beneficio económico. tras la representación. Un pensador -continúa Heidegger-
Los partidos políticos en los que se apoya el juego demo- ºº es tanto un hombre puesto en relación con determinados
crático liberal y los gobiernos que ellos forman ofrecen, en problemas o teorías cuanto una voz del ser que habla a través
sus programas políticos, bienestar material; tienen como meta de él y, a la vez, se esconde según la estructura propia del
primordial elevar el Producto Interior Bruto y a él se le con- momento. En la Edad Moderna, la Filosofía, por obra de
sidera como el índice del progreso de una sociedad. Se llaman Descartes, se introdujo definitivamente por las vías del subje-
sociedades avanzadas a las sociedades industrializadas y ricas. tivismo. En él y en Leibniz se inicia también el voluntarismo.
Pero estos gobiernos no ofrecen caminos ni propuestas de un Heidegger unifica todos los sistemas bajo el común denomi-
humanismo más elevado, ni una renovación ético-moral porque nador de lo volitivo que culmina en el total subjetivismo y
no creen en su valor. Los valores morales se han transmutado, voluntarismo de Nietzsche. Nietzsche negó no solamente la
como quería Nietzsche, y la recuperación es muy dificil. En verdad de los seres sino el fundamento mismo de los seres,
realidad, no hay posibilidad de una verdadera y constante re- el ser. Así en él se cumple la destrucción de la Metafísica. El
cuperación moral sin una recuperación de lo religioso porque ser es sustituido por la voluntad de poder. El Superhombre
es la última y total expresión del subjetivismo. Nietzsche habría
32
33
HóLDERLJN, lfyperion: Siimtliche Werke, 'rr (Leipzig 1914), 43. sido el profeta del mundo contemporáneo.
MAHJ\TMJ\ GANDJ, cit. en F. LAMIIRUSCHINI, La gi11stitia virttl non Jadie La expresión más significativa de la voluntad de poder
(Roma 1961), 17-18.
-continúa Heidegger- es la técnica. La técnica que es incapaz
314 C9. El paroxismo de lo secular
2. Friedrich Nietzsche 315
de reflexionar sobre el sentido de la vida. La técnica que es
si no juzgamos mal, otros tantos síntomas del influjo de aquel
un valor vital y útil. A eso lo llamaba Nietzsche verdad. La
maestro de inmoralidad que se llamó Friedrich Nietzsche 35 •
técnica que es, por tanto, la completa ocultación del ser y el
El mismo Heidegger, que hace esta interpretación acertada
triunfo del fenómeno. Por ello, el fin de la Metafísica. Es
de Nietzsche, ha sufrido su influencia. En su filosofía, el hom-
verdad que la técnica se fundamenta en el cálculo frío de la
bre no es más que un ser-para-la-muerte, todo él temporalidad,
Matemática, pero eso no es sino un recurso mediante el cual
contingencia radical que, en definitiva, se resuelve en la nada
la voluntad de poder se asegura su fundamento y su estabilidad.
y en la angustia ante la nada o vacío de nuestra existencia.
La técnica impide al hombre realizar su destino de persona
Escapamos a esa angustia mediante un vivir superficial e inau-
auténtica y libre que sólo vendría dado por su enraizamiento
téntico. Pero la existencia auténtica ante la que nos pone la
en el ser mismo. Nuestra época se conforma con el historicismo
del presente, inauténtico y pasajero, sin enraizamiento en el angustia nos descubre la dramática finitud de todo. Hemos
ser. Sustituye la verdad del ser por la utilidad del tener y del citado a Heidegger porque en él se inspira también uno de
dominar. los maestros del pesimismo posmodernista, el italiano Gianni
Esta inversión de la Metafísica por la voluntad de poder Vattimo, y el posmodernismo es la disolución de toda verdad
que anula las personalidades y las convierte en <<masa>>, bajo y de todo valor.
la omnipotencia de la técnica, es predominante en nuestro ''.~· Por fin hay que decir que Nietzsche fue uno de los maestros
tiempo y así se puede considerar a Nietzsche como el profeta .~•I: más influyentes en la generación española del 98, y en parte
también en la del 14 y en la del 27. Pío Baroja, hablando de

f'
del siglo XX. Hasta aquí un brevísimo resumen de algunas de
las ideas de Heidegger 34• su generación del 98, escribe: «Tal vez, si quisiéramos destacar
Con Heidegger hay que reconocer que Nietzsche ha con- la influencia más decisiva e incisiva [sobre la generación del
seguido su intento. Los valores humanos ontológicos, reales,
objetivos, permanentes, inmutables, han desaparecido para mu- t 98] tendríamos que nombrar a Federico Nietzsche» 36• Azorín,
perteneciente al mismo grupo, dice: <<Nuestro inspirador en lo
espiritual era Nietzsche» 37• También influyó notablemente en
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chos hombres y de muchos proyectos de vida y de acción.
Como quería Nietzsche, cada hombre se da a sí mismo sus Ortega y Gasset, máximo representante de la llamada generación
valores, su bien y su mal. Muchos hombres no creen en las 1¡.
del 14, y en los poetas de la del 27, como Jorge Guillén,
normas morales objetivas, si se exceptúa un vago sentimiento Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, etc. Pero
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de que la injusticia es mala. Pero aun así, cuando la vitalidad,
el éxito o el placer lo piden, se cometen tremendas injusticias. ¡ este estudio cae fuera de nuestro propósito 38 •
Como conclusión de este apartado diremos que Nietzsche
No parece exagerado diagnosticar que una buena parte de las
sociedades occidentales han llegado a un nihilismo o caos moral,
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ha creído ver que la cultura occidental cristiana había llegado
a su término y que debía ser sustituida por· un renacimiento
sólo limitado por un cierto esteticismo también muy nietzs- de la cultura pagana, secular, naturalista, atea y vitalista. «Dió-
cheano. Las pulsiones afectivas e irracionales, como el sexo, nisos frente al Crucificado», como él mismo escribe. Lleva así
el confort y el lujo, el ansia de nuevas, inmediatas y más a sus últimas consecuencias la corriente ilustrada y secularizante
excitantes impresiones, el aprecio de las cosas más que de las que nosotros venimos estudiando 39• Los predecesores no fueron
personas, la lucha por el poder y ·la gloria, la vivencia intensa 35
No queremos atribuir sólo a Nietzsche la descomposición del mundo
del presente, el desprecio de la tradición, la exaltación de la occidental. El es uno de los más influyentes maestros pero junto a él hay
felicidad y del cuerpo, el juvenilismo como valor mítico, la que situar a Karl Marx, a Sigmund Freud, a las corrientes existencialistas, al
volubilidad en las opciones, el miedo y la' negación ante el capitalismo y al neopositivismo.
36
compromiso, la carencia de escrúpulos morales, el eclipse de Pío BAROJA, El escritor seglÍn él y los críticos (Madrid 1944), 177.
37
Cf. G. SOBEJANO, Reflejos de Nietz!che en el m11ndo hitpdnico, Presentación:
la noción de pecado y de expiación, el desprecio práctico y Revista de Occidente 42 (1973), 342.
teórico a las normas, el relativismo o subjetivismo moral son, 38
Sobre la influencia de Nietzsche en España pueden verse las obras de
Uoo RuKSER, Nietzsche in der Hitpania (München 1962), y de GONZALO SO-
34
MARTJN HEIDEGGER, Nietzsche, 2 vols. (Pfullingen 1961). BEJANO, Nietzsche en Etpaña (Madrid 1967).
39
Karl LOwith ha estudiado la influencia de Hegel y los hegelianos en
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316
C.9. El paroxismo de lo secular
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3. 13/ capitalismo 317
tan radicales ni tan extremadamente vitalistas, ni nihilistas como
él, pero sentaron premisas que llevaban en sí el germen del
nihilismo. Nietzsche sólo tuvo éxito en la Europa posterior a
él, en la del siglo XX, como él mismo lo había previsto: «Tan
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te occidental, y mucho menos en los de la Europa oriental y
en los que se llamaron Tercer Mundo.
El capitalismo como sistema económico puede decirse que
nació con la invención de la máquina de vapor. Desde 1698
sólo el pasado mañana me pertenece» 40 • Pero es, ciertamente,
uno de los maestros de nuestra época hedonista, violenta, tec- t se venían haciendo, en Inglaterra, intentos de aprovechar la
nicista, subjetivista y atormentada. ~ energía del agua en ebullición. Thomas Savery y, sobre todo,
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...
Thomas Newcomen habían construido las primeras máquinas,
en las que el vapor de agua impulsaba un émbolo, pero no
3. EL CAPITALISMO supieron solucionar el problema de la pérdida de calor y, por
ello, sus máquinas ni eran rentables, ni casi aprovechables.
El capitalismo es, fundamentalmente, un sistema económico, Hacia 1763, un experto fabricante de instrumentos llamado ·
es decir, un modo de organizar la economía de un pueblo. Se
diferencia del marxismo en que el marxismo era un sistema f James Watt, que trabajaba para la Universidad de Glasgow,
logró una máquina en la que se condensaba el vapor en una
económico, pero era, además, toda una Weltanschauung, una in-
terpretación y una concepción total del mundo, del hombre y
de Dios. El capitalismo, al menos directamente, no pretende
ser sino una manera de llevar la economía. Su finalidad radical
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cámara conectada con el cilindro por medio de una bomba
pero que no formara parte de éste. De tal manera, el conden- ·
sador estaba siempre frío y el cilindro se mantenía siempre
caliente. Pronto Watt entró en sociedad con un industrial de
y su factor especificativo es, a juicio de muchos, la obtención J Birmingham, Mathew Boulton. Construyeron máquinas de va-
del máximo beneficio económico. En lo demás permite toda por y demostraron la utilidad de su aplicación a los telares.
clase de libertades, al menos formales, y se gloría de ello. ' Una vez perfeccionada la máquina de vapor se vio, con asom-
Sin embargo, es también verdad que el capitalismo crea bro, que su energía podía comunicarse a otras máquinas por
unas condiciones tales de vida que, en la práctica, impone medio de engranajes, que por lo mismo podía llegar a ser una
determinados modos de pensar y de actuar en lo individual, fuente inagotable de energía y que sus posibilidades económicas
en lo familiar, en lo profesional, en lo social, en lo político, eran infinitas.
en lo cultural. En la práctica, también el capitalismo es absor- Había nacido la posibilidad de producir en serie indefinida,
bente y mucho más de lo que a primera vista puede parecer. merced a una energía inagotable y barata. Ese invento de la
Tiene sus mitos y su ideología. máquina de vapor, a primera vista diminuto, iba a revolucionar
Es, además, el capitalismo un sistema intensamente secular las sociedades y las culturas. Se iniciaba un mundo nuevo: la
y secularizante porque, como veremos, encierra a las sociedades era industrial. Al mismo tiempo que en lo político fenecía el
en una especie de círculo vicioso inmanente y materialista: Antiguo Régimen y comenzaban las democracias liberales, en
Consumir más para producir más y producir más para consumir lo económico moría también el viejo y multisecular sistema
más, y como consecuencia del consumo y de la producción el gremial y se iniciaba un nuevo modelo de organizar la pro-
crecimiento de las riquezas, la idolatría del dinero y la asfixia ducción y el comercio.
de los valores espirituales y trascendentes. El sistema de organización económica gremial se batió en
Liquidados entre 1989 y 1991 los sistemas marxistas, por retirada ante la irresistible ascensión del maquinismo industrial.
la dinámica misma de la historia que puso al descubierto sus En el sistema gremial, ni estaba permitido, ni era posible el
errores y los hizo insostenibles, no queda, hoy por hoy, otra enriquecimiento. Se trabajaba para sobrevivir no para enrique-
alternativa en cuanto a modelos de sociedad que el sistema cerse. La Iglesia, el Estado y la Corporación eran defensores
capitalista, muy desarrollado en los pueblos del hemisferio Nor- de un orden en el que los criterios de utilidad económica
individual debían subordinarse a los intereses morales y reli-
Nietzsche y la continuidad de éste con respecto a aquéllos, cf. KARL LóWITH, giosos del propio individuo y a los intereses generales de la
De 40Hegel a Nietzsche (Buenos Aires 1698), 254-265.
Der Antichrist, Vorwot: NW, VI, 165. comunidad. La riqueza era nada más que un medio para al-
canzar los fines naturales, subordinados siempre al fin sobre-
318 $
C.9. El paroxismo de lo secular ~
T 3. El capitalismo - 319
natural de la salvación eterna de cada individuo. La economía
gremial estaba dirigida por criterios éticos, religiosos y sociales.
Ahora, en cambio, en el nuevo sistema se trabajaba para
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.. ,,.
Mucho más graves fueron las consecuencias sociales, es
decir, el trato y la espantosa explotación de la mano de obra.
Hombres y mujeres, niños y niñas, desde los 5 y los 6 años
ganar más y más dinero. La máquina de vapor era un milagro: f eran alquilados para trabajar en jornadas de 12, 14 o 16 horas
La más pequeña (un caballo) hacía ella sola el trabajo de 20 i en fábricas y minas, por salarios de hambre, porque se tenía
a 25 hombres, y esto sin fatiga. Las máquinas de todo tipo 1
se aplican a toda clase de trabajos: las hilaturas, la tracción, la ~1 la persuasión de que <<los miserables» si no estaban al borde
del hambre no trabajarían, los niños estarían ociosos y el ocio
navegación, la fabricación de soda, el blanqueado con cloro, ·¡·
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es el peor de todos los vicios. Las mujeres eran preferidas a
la galvanoplastia, la galvanización, la iluminación de gas, la
imprenta, la máquina atornilladora, la máquina de segar, la
tf, los hombres y los niños a los mayores porque se les podía
pagar un salario menor. No había ni legislación salarial ni
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máquina de coser, etc., etc. Fue una catarata de inventos y de 0
legislación laboral que los protegiera. Vivían en condiciones
máquinas que invadieron la geografia de los principales pueblos 1' infrahumanas, en barriadas periféricas, hacinados en chabolas
de Inglaterra, del centro de Europa y de América del Norte. 1 húmedas en invierno y tórridas en verano. En algunas regiones,
Se había inventado la manera de inventar. Por primera vez se 1 la duración media de la vida era de 21 años. Se cebaban en
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llamó naciones desarrolladas a las naciones industrializadas, con ellos toda clase de enfermedades: la tuberculosis, el cólera, el
F.
lamentable confusión de térmínos que dura hasta nuestros días. raquitismo, la escrofulosis y, como reacción desesperada de
El lector puede imaginarse la red complejísima de múltiples i tales situaciones inhumanas, crecen desmesuradamente los vicios
relaciones económicas y sociales, de producción e intercambio, 1¡ degradantes: el alcoholismo, el juego, la violencia, el suicidio.
que esta naciente nueva organización laboral y empresarial traía ~
La prostitución de las hijas se consideraba un recurso normal
consigo. Como eran necesarios capitales enormes, que rara vez
'1 para ganar dinero. En los barrios de Lille mueren, antes de
poseía un particular, para que las fábricas creciesen y pudiesen ¡ los cinco años, un 35 por 100 de los nacidos. Los obreros
competir con sus adversarios, las Compañías emiten las llamadas ~ ven perecer a sus hijos con indiferencia y, a veces, con alegría.
«acciones» y «obligaciones» y se forman esos colosos de la La época del primer capitalismo, que ocupa, de manera
economía impersonal y mecánica que se llaman Sociedades general, la primera mitad del siglo XIX, es una de las etapas
Anónimas. Los bancos, que existían antes como instrumentos más vergonzosas, crueles, y negras de la historia europea. Los
de beneficencia y cambio, ahora serán, también ellos, medios más espantosos abusos se cometieron en Inglaterra, en algunas
de enriquecimiento y financiación de empresas industriales o ciudades de Francia, de los Países Bajos y de Alemania. A los
comerciales. De ahí su crecimiento y su multiplicación. Habrá países meridionales, el desarrollo industrial llegó más tarde.
bancos de depósito, bancos de crédito, bancos internacionales, Nació, pues, este sistema económico entre espasmos trágicos
bancos hipotecarios, y para garantizar los riesgos y los fracasos provocados por la loca ambición de ganar dinero a toda costa,
del capital se formarán las sociedades aseguradoras que salgan también a costa de los hombres, las mujeres y los niños.
responsables en caso de quiebras o pérdidas imprevistas. La Era el tiempo de los Estados liberales cuya última norma
moneda es poco práctica, en las nuevas circunstancias, porque política era '/aisser faire, laisser passer, dejar hacer, dejar pasar. El
son cantidades ingentes de dinero las que hay que manejar. fin del Estado no era otro que crear el ámbito máximo de
Por eso se generaliza el uso del papel moneda. El oro pasa libertad para todos. Los capitalistas exigían la no intervención
a las reservas garantizadoras y se esconde en los sótanos de del Estado y la plena libertad de producción y comercio. A
los bancos. los proletarios les quedaba la libertad de aceptar las condiciones
Un desarrollo económico tan fulminante, el uso sin medida que se les imponían o la de morirse de hambre.
del crédito y el desconocimiento de las leyes que regulan la Un ritmo inexorable y apresurado de actividad, de negocio
vida económica provocaron crisis financieras de terribles con- y de lucro se impuso en la sociedad nueva. Se sintetizaba en
la expresión de la época: Time is monry, el tiempo es dinero.
secuencias sociales, de pánico, de lucha, de hambre, de violen-
Esta nueva estructura ha creado actitudes sociales de frialdad
cias en las que los más perjudicados eran los proletarios.
absoluta, mal conciliables con el amor sincero y cálido hacia
320
C9. El paroxismo de lo secular
3. El capitalismo 321
los demás. Entretanto, los capitalistas se han justificado a sí
mismos con sofismas, como solemos hacer los hombres cuando mica, han llevado el capitalismo al enorme desarrollo que hoy
son las pasiones las que nos gobiernan: si los obreros vivían conocemos en los países occidentales.
en la miseria, si estaban enfermos, era por sus vicios, por su Hasta qué punto ha influido en la formación del capitalismo
apatía, por su falta de previsión, porque tenían más hijos de la ética protestante es tema que se ha discutido mucho desde
los que podían alimentar, lo que convenía no era aumentarles que Max Weber propuso su conocida tesis. Según el célebre
los salarios sino enseñarles buenas costumbres 41 • sociólogo alemán, el espíritu del capitalismo moderno, que se
Había nacido un sistema carente de ética cuya única norma puede caracterizar como <<la búsqueda racional y sistemática del
de actuación era el máximo beneficio. Los hombres de aquella beneficio por el ejercicio de una profesión>>, tendría sus raíces
época estaban educados en la ideología de la Ilustración y, por en la ética protestante. Concretamente, en estos dos puntos:
ello, en el ansia de la felicidad terrena. Pues bien, he aquí que la secularización del concepto de vocación (Berttf) que habría
ahora el dínero adquirido en grandes cantidades parecía ponerles dejado de ser vocación a la santidad por los votos religíosos,
en sus manos la ansiada felicidad terrenal. para ser vocación al deber en los negocios seculares, y el
Por si fuera poco, un economista inglés, Adam Smith, había concepto calvinista de predestinación a. la gloria cuyo signo
publicado en 1776 una extensa obra titulada Investigación sobre más claro lo encontraban en las riquezas materiales que esti-
la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones. A aquellas maban como favores de Dios a los virtuosos. Leían la Biblia,
sociedades que habían hecho ley de su vida buscar y encontrar la interpretaban al pie de la letra y encontraban en sus libros
las riquezas les salía al paso un libro que les enseñaba el las narraciones en las que se cuenta cómo bendice Dios a los
camino. El puede considerarse como el impulso definitivo para justos con cosechas, rebaños, casas e hijos. Así habría nacido
la creación de una ciencia nueva, la ciencia de hacerse ricos, un ethos específicamente burgués y secular del trabajo: el cuidado
de aumentar continua y racionalmente las riquezas, el dísfrute
la Economía Política. El influjo de esta obra en la conformación
pacífico de ellas y la alegría de sentirse bendecido por Dios y
del mundo moderno sólo es comparable, y acaso superior, al
predestinado a la vida eterna. Otros temas . provenientes del
que han tenido las obras de Rousseau, de Kant o de Hegel.
luteranismo habrían sido la división racional del trabajo, el
Todas las teorías económicas anteriores quedaban superadas y,
concepto pesimista del hombre, etc. 42 •
en diálogo con las de Adam Smith, nacerían muchas nuevas
Lo cierto es que, por todos estos motivos, rápidamente se
que decidírían las direcciones de las sociedades capitalistas.
ha impuesto en Europa el sistema de producción· y comercio
El desarrollo de la Economía Política como teoría y la
que llamamos capitalismo. No es fácil dar una definición precisa
máquina de vapor como praxis, pusieron en marcha el sistema
y adecuada de este sistema económico que, como ya hemos
capitalista. Nuevas tesis económicas de innumerables teóricos
dicho, comporta también una mentalidad, un tipo de cultura
y nuevas fuentes de energía descubiertas con posterioridad,
como la electricidad, el petróleo, la electrónica, la energía ató- 42
Los puntos de vista de Max Weber se han discutido mucho. Werner
41 Sombart ha rechazado las tesis de Weber y ha creído que más importante
Han quedado como obras clásicas que describen la situación de las que la ética protestante para la creación del espíritu capitalista ha sido el
clases obreras en el capitalismo naciente, entre otras, K,1RL MARX, El Capital,· racionalismo filosófico y el judaísmo (cf. WERNER SoMBART, Der !llodeme Ka-
J. Kl'CZYNSKY, Gescbicbte der Lage der Arbeiter 1mter der Kapitalisn111s (Berlin), 38 pitalis!ll11s [München 4 1924]; Die I11den 11nd das l'f7irtscheftsleben [München und
vols.; F. ENGELS, Die Lager der arbeitenden Kiasse in England, Nacb eigener Ans- Leipzig 1911]. Thornstein Veblen ha dado importancia al valor intuitivo de
cbm111ng 11nd a11tentiscbe Q11ellen (Leipzig 1845); L. R. VILLER.\IÉ, Tablea11 de l'état la raza anglosajona (cf. THORNSTEIN VEBLEN, The Theory of B11ssines Enterprise
pl¿ysiq11e et !llora/ des 011vriers e!llplqyés dans les !llanttfact11res de colon, de laine et de [New York 1904]. Tawney y Sée han creído que el espíritu capitalista es
soie (1840); A. ÜRE, Pbilosopbie des !llanttfact11res 011 écono!llie ind11strielle (1816); E. anterior a la Reforma y que se debe, en parte, al catolicismo (cf. R. H.
Bt:RET, De la !llise're des c/asses laborie11ses en Angletem et en Fmnce (Paris 1840); TAWNEY, La religión en el orto del Capitalismo [Madrid 1936]; H. SEE, Les origines
CH. LONDON, Sol11tion d11 proble!lle de la pop11lation et de la S11bsistance (Paris 1842); d11 Capitalis!lle !llOdeme [Paris 1926]; Amintore Fanfani opina también que el
MoNTREt:JL, Histoire d11 !llo11vement 011vriere en Fronte de 1815 d la fin de XIX capitalismo ha nacido en el seno del catolicismo aunque sin relación con su
siic/e (1948-1949); E. DOLLEANS, Histoire d11 !llOllVe!llent 011vrier, 3 vols. (Paris doctrina y en contra de su moral. Pero en medio de esta discusión no parece
1936-1954); L. CHEVALIER, Classes laborie11ses et classes dangeret1ses d Paris dans la que se pueda rechazar en absoluto una peculiar influencia de la ética pro-
pre!lliere !lloitié d11 XIX sie'cle (1958). testante tal como se ha dado en el calvinismo y en otras sectas: puritanos,
metodistas, cuáqueros, etc.
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3. El capitalismo 323
322 C9. El paroxismo de lo secular

con una escala propia de valores, con sus mitos y su ideología. Estado debe respetar, cuanto sea posible, la iniciativa privada e
Pero de manera descriptiva parece que se puede definir el intervenir, cuanto sea necesario, para evitar los abusos.
capitalismo como aquel sistema económico-social, basado en la El sistema capitalista construye sociedades que se pueden
ganancia racionalizada e indefinida de dinero mediante el lucro definir como complejos económico-industriales cuya célula es
o interés, la libertad de producción y comercio y la ley de la la empresa. A esta realidad subyace siempre la convicción de
oferta y la demanda. que el dinero produce la felicidad y que, por tanto, el dinero
Como ya hemos indicado, suele considerarse que el ele- es el supremo valor. La ambición y el ansia por obtener y
mento esencial del capitalismo es la obtención del máximo acumular dinero para adquirir toda clase de bienes materiales
beneficio. Este se logra mediante una programación racionali- de consumo es el clima en el que se vive y se trabaja. El
zada de la producción y del comercio en la que se tienen en tener alcanza primacía sobre el ser, en una gravísima e inhu-
cuenta todos los elementos. Entre éstos incluye la retribución mana inversión de valores. A las gentes les importa tener; no
a la fuerza de trabajo, la concurrencia, los costos de producción, valoran apenas el ser. Se estima tener un buen automóvil, o
la demanda del mercado, los riesgos, la renovación del utillaje varios, el último modelo de televisor, una casa lujosa, etc., más
y la maquinaria, etc. Se busca una ganancia de suyo indefinida. que ser un buen esposo, un buen padre, un buen ciudadano,
Marx denunciaba la necesidad ilimitada de dinero propia del un honesto profesional, una persona honrada y cabal. Ya Her-
capitalismo como una necesidad no natural ya que las necesi- bert Marcuse analizaba con agudeza el sistema capitalista, y
~

dades naturales (comer, beber, dormir, guarecerse, etc.) se sa-


¡
denunciaba que el hombre y la mujer de hoy salen a la calle
f. fundamentalmente a comprar o a consumir sus horas libres. eri
tisfacen, mientras que la necesidad de dinero es indefinida. La
expresión «mediante el lucro o .interés» significa que, en el los grandes espectáculos de masas, a hacer proyectos de com-
modo de producción capitalista, el producto y su valor se pras y anteproyectos de más compras; la gente se reconoce a
obtienen mediante la conjunción de dos factores: el capital y sí misma en sus mercancías, encuentra su alma en su coche,
la fuerza de trabajo. El valor del producto se distribuye luego en su tocadiscos, en su equipo de cocina y cualquier pregunta
de tal manera que el capitalista es retribuido mediante el interés o necesidad profunda del hombre, cualquier reivindicación que
o tanto por ciento, el obrero es retribuido mediante el salario. no se refiera al consumo de los bienes, embutidos en la mente
El capitalismo supone también la libertad en la producción a través de la propaganda, parece neurótica. LÜs individuos
y en el comercio. L::is primeros capitalistas exigían una libertad han llegado a ser unidimensionales, propensos al mimetismo
total. Los enormes abusos que esta libertad produjo obligó a absoluto. Con los productos de consumo acallan su conciencia
los Estados a intervenir y regular las jornadas laborales, los desgraciada y la falta de libertad que antes acallaban con la
salarios, las tasas de producción, los precios, manteniendo unos religión. Desde arriba se impone una Administración total que
márgenes de libertad. La economía capitalista se diferenciaba pretende racionalizarlo todo y dirigirlo todo, desde nuestras
de la marxista en que en ésta la producción y el comercio se opiniones hasta el sitio donde hemos de tirar los papeles, y
planificaban totalmente desde el Estado y se negaba la iniciativa dispone de unos medios omnipotentes de propaganda y de
privada. En el capitalismo, sin embargo, se admite la iniciativa una policía que lo sabe todo 43 •
privada y la libertad. En los Manuscritos de 1844, denunciaba ya Marx, con mucha
Por fin, digamos que el capitalismo supone que el mercado verdad, la alienación capitalista que produce lo que él llamaba
se equilibra por la ley de la oferta y la demanda, a más demanda «el fetichismo de la mercancía» porque los hombres de · la
más oferta y a menos demanda menos oferta. Adam Smith habla sociedad capitalista ponen su esencia fuera ·de sí mismos, en
de <<la mano invisible» que regula la oferta y la demanda y los productos de consumo, y con ello olvidan la realidad pro-
equilibra la economía. Hoy nadie cree en esa <<mano invisible>> funda de su ser personal y de su ser social 44 • Hoy lo llama-
que en la historia se ha mostrado tan poco eficaz, sino que,
admitiendo el juego demanda-oferta, se precisa también la inter- 43 Cf. HERBERT M,\RCUSE, One Din1ensional Man. Studies in the Ideology oj
vención estatal y legal para moderar todos los factores econó- Advance Industrial Society (1964); An Essqy on libera/ion (1969).
44 Ver sobre todo en el primer manuscrito, El trabajo alienado.
micos y evitar así las crisis con sus funestas consecuencias. El
324 C9. El paroxismo de lo secular 3. El capitalismo 325

ríamos la idolatría o la religión del dinero que, para muchos nes con frecuencia frías e inhumanas, el asalto a las zonas
hombres, sustituye al culto al Dios Padre todopoderoso, creador subliminares del psiquismo mediante una propaganda obsesiva
del cielo y de la Tierra. · y perfectamente programada para que las gentes, sin sentido
Es evidente que esta actitud, tan generalizada, sofoca los crítico, consuman aquello que se les presenta como lo mejor
valores espirituales, la capacidad de admiración, de acción de y lo consuman rápidamente.
gracias, de gratuidad, de adoración del misterio, de esperanza A esto hay que añadir lo que ya Pío XI denunciaba en su
trascendente, de reconocimiento de las propias culpas y de la encíclica Quadragesimo anno, a saber, la acumulación y el abuso
recepción de la misericordia. El dinero, en las sociedades ca- del poder que confiere el dinero: «Tal acumulación de riquezas
pitalistas, es la droga que aliena a los hombres y los transporta y de poder -decía el Papa- origina, a su vez, tres tipos de
a un mundo de ensueño, de bienes exteriores, incapaces de lucha: se lucha, en primer lugar, por la hegemonía económica;
dar la plenitud que la persona necesita porque la persona está se entabla luego el rudo combate para adueñarse del poder
hecha para la verdad y para el bien. Pero extravertida y alienada, público, para poder abusar de su influencia y autoridad en los
fuera de sí misma, la persona se convierte en una máquina de conflictos económicos; finalmente pugnan entre sí los diversos
consumir sin una esperanza que dé definitivo sentido a su Estados ya porque las naciones emplean su fuerza y su política
vida. El dinero es el opio del pueblo. La adicción a él es para promover cada cual los intereses económicos de sus súb-
fortísima tanto o más que a otras drogas. Y el síndrome de ditos, ya porque tratan de dirimir las controversias políticas
abstinencia se les hace, a los hombres de la sociedad capitalista, surgidas entre las naciones recurriendo a su poderío y recursos
insufrible. económicos» 45 •
Es la alucinación del dinero lo que lleva también a muchas Por su parte, el papa Juan Pablo II ha descrito con rasgos
personas a perder el sentido moral porque juzgan que el fin, ~"i:. también muy duros el panorama del mundo contemporáneo
el máximo beneficio, justifica los medios. De ahí la carencia ¡ para concluir que «al mirar la gama de los diversos sectores:
producción y distribución de alimentos, higiene, salud y vivien-
de escrúpulos en la explotación del hombre por el hombre y
el dualismo esquizofrénico de quienes quieren y creen vivir ' da, disponibilidad de agua potable, condiciones de trabajo, en
como cristianos en lo privado y como capitalistas en el trabajo. especial el femenino, duración de la vida y otros indicadores
El afán de lucro se ha liberado de normas morales. Los fines económicos y sociales, el cuadro general resulta desolador, bien
últimos del hombre se han eclipsado. considerándolo en sí mismo, bien en relación a los datos co-
Este sistema cometió espantosas injusticias en sus inicios, rrespondientes de los países más desarrollados del mundo. La
como ya hemos apuntado. Se ha visto obligado a rectificar en palabra 'abismo' vuelve a los labios espontáneamente» 46 •
muchas de sus actitudes iniciales por una progresiva legislación Hay que reconocer que, junto a estos aspectos negativos
en favor de los proletarios, por las reivindicaciones legítimas provocados por la sacra auri James del capitalismo, se han logrado
de las clases obreras y de sus sindicatos, por el miedo al también no pocas conquistas positivas en favor de amplias
marxismo, por la proclamación de la doctrina social de la zonas de la humanidad. El capitalismo ha desarrollado mucho
. Iglesia. Pero es evidente que subsisten muchas y gravísimas la industrialización y la técnica gracias a las cuales se han
injusticias provocadas siempre por el afán de lucro, como son descubierto muchos misterios de la naturaleza y se la ha puesto
la acumulación de grandes capitales en pocas manos, las ga- al servicio de los hombres, según el plan de Dios expresado
nancias excesivas, las diferencias escandalosas entre clases opu- en el Génesis (1,28). La industrialización ha producido innu-
lentas y clases miserables, entre una gran parte del hemisferio merables bienes que hacen la vida más llevadera y más con-
Norte superdesarrollado y el hemisferio Sur subdesarrollado, la fortable. El aumento de la riqueza ha posibilitado también la
explotación de los países pobres por los países industrializados, elevación del nivel cultural, la posibilidad de adquirir conoci-
la venta de armas destructoras, el tráfico de drogas, el fraude mientos, la erradicación del analfabetismo, el respeto a los
en los .alimentos, el lujo y el despilfarro de unos frente al
4; Q11adragesimo anno, n.108.
hambre y la miseria de muchos, la lucha despiadada por obtener
46
mayores beneficios, el alza continua de los precios, las relacio- Encíclica So!licit11do rei socia/is, n.14.
~
"

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326 C9. El paroxismo de lo sec11lar

derechos humanos, la conformación democrática de los Esta-


dos. Ha mejorado la higiene y con ello se han aliviado muchos,
dolores y se ha prolongado la duración media de la vida. El
l
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3. El capitalis!!IO 327

a este sistema económico ha ~ido, únicamente, con la intención


de presentarlo como un cumplimiento del movimiento secula-
rizante que venimos estudiando y como uno de los obstáculos
~ .
, ,.· 1'. más graves para la recuperación del sentido religioso y divino
trabajo, que, en la época gremial, se consideraba como indigno
de las clases aristocráticas y propio sólo de menestrales o :~ de la existencia humana. Ello mismo hace ver la verdad de la
sentencia de Jesucristo: «Yo os aseguro que un rico difícilmente
campesinos, se ha revalorizado y hoy entendemos mejor que
el trabajo es no sólo un medio insustituible de autorrealización
de la persona, sino también, y principalmente, un modo de
l ~·
~
entrará en el reino de los cielos. Os lo repito, es más fácil
que un camello entre por el ojo de una aguja que el que un
rico entre en el reino de los cielos» (Mt 19,23-24). Es signi-
colaborar con Dios creador en la perfección de la naturaleza
y de la humanidad. Al mismo tiempo, el trabajo, bien vivido, ficativo que Jesucristo haya presentado como alternativa al Dios
es un servicio a los hombres y un componente necesario para Padre el dios dinero: <<No podéis servir a Dios y al dinero»
la solidaridad entre ellos 47 • (Le 16,13).
El capitalismo ha defendido siempre la propiedad privada
como un derecho natural. No cabe duda que esto ha sido un
gran incentivo para el trabajo y la producción, aunque hay que
reconocer que, con mucha frecuencia, no se ha tenido en cuenta
que la propiedad privada tiene siempre una función social y que
se pierde el derecho a ella cuando se la utiliza para el lujo y el
despilfarro. El derecho a la propiedad privada debe ser conjugado
. con el destino de los bienes de la Tierra para todos los hombres.
Esto ciertamente no se hace en muchos casos y, así, sucede que
un 30 por 100 de la humanidad consume el 80 por 100 de los
recursos de la Tierra y para el 70 por 100 restante de los
hombres deja un 20 por 100 de bienes.
Resumiendo habría que decir que, hablando en general, el
capitalismo produce muy bien pero distribuye muy mal.
La solución no puede estar en la destrucción del sistema
capitalista, como querían los marxistas y algunos teólogos de
la liberación, sino en lograr una rectificación eficaz en orden
a que se logre una distribución más equitativa de las posibili-
dades del trabajo y de las riquezas económicas y culturales.
Parece, pues, que hay que concluir que el sistema capitalista,
en sus realizaciones concretas, ha traído no pocos bienes a
una parte de la humanidad, pero, al mismo tiempo, es una de
las más relevantes expresiones de la secularización de las so-
ciedades y de la injusticia en que tales sociedades viven. Como
ya hemos indicado antes, estas sociedades dan un culto absoluto
al dios-dinero, le ofrecen grandes y continuos sacrificios, le
inmolan su tiempo, sus energías, su familia y, a veces, hasta
su honra y su alma. Si hemos hecho aquí una breve referencia

,- Sobre la filosofía y la teología del trabajo es indispensable la encíclica


de Juan Pablo II Labore111 exercens.
,.1.·
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J.¡:
::,p,
CAPÍTULO X

CRISIS DE LA MODERNIDAD

l Por todo lo que hemos dicho en este libro aparece evidente


que ha habido un proceso creciente de secularización que ha
tenido tres fases: una larga preparación (s.xrv-xvm), una vio-
lenta irrupción (s.xvm), una culminación (s.xrx-:xx). Se hace
inevitable una pregunta por el futuro. Es arriesgado profetizar
porque las reacciones de los hombres libres, por ser libres,
son imprevisibles. Pero sí es legítimo analizar el presente y,
desde él, conjeturar el futuro.
Una conclusión es cierta: que el nuevo orden que se intenta
establecer, sobre todo desde la Ilustración, es un «orden ra-
cional>>, como ya hemos dicho repetidamente, es una apelación
a la razón y un intento de que todo, la naturaleza, el hombre
y Dios, sean interpretados con la razón y sólo con la razón. ·
Pues bien, he aquí que son la razón y el racionalismo
precisamente lo que, en la segunda mitad del siglo XX, ha
entrado en crisis, en una crisis tan profunda que se· empieza
a perder la confianza en la razón y, paradójicamente, a acusarla
de irracionalismo. ·

1. CRITICA DE LA RACIONALIDAD. LA ESCUELA


DE FRANKFURT

Lo que hubiera parecido impensable en el siglo XVIII sucede


hoy, a saber, que la razón y la racionalidad, en tanto que tales,
son llamadas a dar cuenta de sí mismas ante el tribunal de la
historia, que quiere indagar su legitimidad y pedir responsabi-
lidades. Se pone hoy en cuestión su misma capacidad, hasta
ahora indiscutida, para interpretar correctamente la naturaleza,
el hombre y Dios. Su legitimidad tiene que ser legitimada. El
hombre ha cuestionado la racionalidad de la razón. Algunos
críticos de nuestros días como Foucault, los «nuevos filósofos»,
Richard Rorty, Paul Feyerabend han culpabilizado a los «grandes
pensadores», Platón, Hegel, Marx e, incluso, a Kant y a los
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330 C10. Crisis de la Modernidad


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1. Critica de la racionalidad La Escuela de Frankfurt 331
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ilustrados, de haber tenido una voluntad de verdad racional Pero han sido, sobre todo, los pensadores de la llamada
que es una voluntad de vencer y de poder sobre la naturaleza, Escuela de Frankfurt los que de manera más incisiva han hecho
incluso sobre la naturaleza humana. Eso habría concluido en la crítica al racionalismo contemporáneo. La primera generación
los dogmatismos y en los totalitarismos de todas las clases. de esta Escuela, formada principalmente por Teodoro Adorno,
Foucault, en una entrevista, lo resumió en esta proposición: Max Horkheimer y Herbert Marcuse, impresionados por la
«La razón es la tortura». Un racionalismo totalitario, es decir, barbarie nazi, por la dictadura soviética y por la segunda guerra
que no admite nada fuera de sí y al cual se sacrifican los mundial, no pudieron menos de preguntarse por qué la hu-
valores supremos de la persona y de la comunidad humana, manidad ilustrada, en vez de alcanzar etapas cada vez más
produce rasgos patógenos. La consecuencia entonces es el es- humanas, había degenerado hacia monstruosos inhumanismos,
cepticismo, que aparece como más humano. como fueron los de la primera mitad del siglo XX.
Tales críticas son excesivas, provienen de una demasiada El resultado de su análisis concluye que la raíz de tan
desconfianza de la racionalidad, se ha pasado de la confianza estrepitoso fracaso ha sido el predominio de un tipo de ra-
ciega a la desconfianza ciega, pero, como todos los errores, cionalidad que no expresa más que una dimensión de .la razón
tienen su quántum de verdad. Lo racional dejado a sí mismo y que, sin embargo, pretende ser <<la razón>>. Lo llaman <<la
acaba en lo irracional. Estas críticas encuentran eco en las razón instrumental», o positivista, o subjetiva. Una racionalidad
generaciones jóvenes de filósofos de nuestros días que experi- que se propone unos fines que no discute, unos fines útiles
mentan un cierto hastío de tanta pretendida racionalidad, una para un grupo Qa raza, el partido, el capital) y luego organiza
fatiga de la civilización contemporánea que dice querer ser sólo racionalmente todos los medios en orden a alcanzar esos fines,
racional y prefieren un escepticismo cómodo y burgués. Ese sin detenerse en los valores humanos o inhumanos de tales
escepticismo hacia la racionalidad es una variante del escepti- fines y de tales medios. La racionalidad se hace subjetiva, es
cismo y del cansancio hacia la vida en general y hacia el bien, decir, ordenada a favor de intereses de grupos.
propios de la civilización occidental de finales de este siglo. Por otra parte, el positivismo --que viene ya desde Fran-
Como hemos dicho en el capítulo precedente, pensadores cisco Bacon- ha convertido la ciencia en poder. La ciencia
y filósofos del XIX y del XX habían denunciado ya, con vehe- racional se transforma en voluntad de dominio, de control y
mencia, el racionalismo excesivo como inhumano y habían de- de expolio sobre la naturaleza y sobre los hombres. Ha obte-
rivado hacia el vitalismo. Así Kierkegaard, Nietzsche, Unamuno, nido grandes éxitos materiales y nos ha proporcionado muchos
Heidegger, K.lager, Spengler, Rosenberg. También Max Weber bienes de consumo pero a cos le tremendos fracasos y
diagnosticó anticipadamente, en la civilización del siglo XX, un sufrimientos. La «ciencia racional» se ha convertido en mito.
«desencanto» progresivo que años después ha alcanzado su El mito de la ciencia omnisciente y omnipotente ha sustituido
culmen. El vocablo «desencanto» coincide en Weber con el de a la religión. No se invoca a Dios sino a los científicos y a
«racionalización>>. Ha brotado y se ha extendido una falta de los técnicos, a los datos, a las matemáticas, a la experimenta-
sentido de la ciencia y de la misma praxis de la vida. El ción. La razón instrumental convierte a los hombres en «cosas»
capitalismo, una forma racionalizada de la Economía, es per- porque los considera como objetos de dominio, como un no-
fectamente neutro desde el punto de vista axiológico. Es el yo. El resultado puede ser la destrucción de la razón y del
principio de la «dominación mundial de la no-fraternidad>> 1• mundo.
Acaba de hecho en las dramáticas injusticias que desgarran la Como se ve, la actitud de estos pensadores es pesimista.
humanidad de nuestros días, produce la opulencia de pocos y El progreso racional indefinido, que fue la ilusión de los ilus-
la miseria de inmensas multitudes. trados, ha sido un mito y un fracaso.
Era inevitable que, ante esta situación, se preguntasen por
1
Cfr. M. WEBER, Gesammelte Au.ftiitze z11r Re!igions- sozjologie (fübingen 1920- el hecho religioso. Su reflexión va en la misma dirección crítica
1921 ), I, 571. Estudia profundamente estos temas M. FRANK, De11x Siec!es de hacia la razón positiva e instrumental. Al perderse la idea del
critique de la rationalité: le déft de la philosophie actue!le: Studia Philosophica 42 alma que da valor único, trascendente y responsable a cada
(1983), 37-61.
persona, se pierde el sentido del valor absoluto e irrepetible
332 C 1O. Crisis de la Modernidad
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1. Crítica de la racionalidad. La Escuela de Frankfi1rt 333

de la persona, ésta queda convertida no más que en el individuo ca-negativa. Su origen judío les prohíbe cualquier representación
de una especie, en un ser sin autonomía, miembro gregario y de Dios porque eso sería cosificarle. Rechazan cualquier religión
sin rostro de una sociedad de todos iguales. Es lo que Marcuse positiva. Dios es sólo el objeto de nuestro anhelo, el anhelo
llamó «el hombre unidimensionah>. Sólo la dimensión espiritual de los que son capaces de experimentar la contingencia, la
y eterna del alma hacen de la persona un ser único, diferente, insatisfacción y la pregunta. El anhelo de todos aquellos que
responsable, sujeto de deberes y derechos inalienables. Pero en quieren una civilización más humana y más .justa en la que
la sociedad racional y tecnicista, la religión y la filosofia carecen sean imposibles los horrores del pasado, en la que Auschwitz
de interés porgue no son útiles.
no se repita. A pesar de todo, la religión como esperanza de
Al debilitarse los valores religiosos, la vida mísma pierde salvación y como protesta contra la razón instrumental debe
interés e importancia. Ya no hay un Absoluto en nombre del mantenerse en la sociedad.
cual defender una autonomía y una justicia como resistencia a Horkheimer y Adorno son conscientes de la aporía y la
la opresión. El espíritu positivista atiende sólo a lo dado. La contradicción de su actitud, pero permanecen en ella con la
tentación es adaptar la religión a lo dado, su secularización, y nostalgia y la esperanza de lo que llaman «el totalmente Otro».
reservar para ella, cuando más, el rincón íntimo de la concien- Les detiene, también, el eterno problema del mal que para
cia, actitud que Horkheimer vincula con el protestantismo. La ellos es, sobre todo, la injusticia y más concretamente la in-
razón pretende suprimir el misterio y aceptar que no hay más justicia para con los torturados y muertos que consideran ya
realidad que la dada en el mundo. Pero adaptar la religión a irrecuperable. Su memoria no se puede perder porque, si se
la razón instrumental es vaciarla de contenido. pierde la memoria histórica de los sufrimientos, la historia
Adorno y Horkheimer son, además, muy conscientes de humana se convierte en historia natural.
que «es imposible salvar un sentido absoluto sin Dios». De- Queda claro en su pensamiento que, si la racionalidad se
nuncian también ellos, como Viktor Frankl, el vacío existencial reduce a un instrumento positivo para conseguir objetivos y
de nuestras sociedades, como una de las características especí- no repara en los costos humanos, se hace radicalmente inso-
ficas de las sociedades secularizadas. Si desaparece la trascen- lidaria e inhumana. La racionalidad instrumental priva a los
dencia desaparecen los valores, sobre todo los valores morales. hombres de la esperanza y una razón sin esperanza y sin
Sólo desde el positivismo no se puede fundamentar una moral. trascendencia deriva hacia los inhumanismos. Sólo quien da
Desde un punto de vista meramente científico no se puede esperanza da salvación.
demostrar que el odio sea peor que el amor, la crueldad peor En las últimas décadas de este siglo ha continuado el pro~
que la bondad, ni que el hacer daño a otro sea malo, si me ceso creciente de la racionalidad instrumental y de la Técnica
gusta. Sólo una Teología puede fundamentar una Moral. que criticaron los filósofos y sociólogos de la primera Escuela
Así pues, la crisis de la Modernidad es una crisis de la de Frankfurt. De ahí las dramáticas situaciones de una gran
razón, utilizada principalmente como instrumento de dominio parte de la humanidad, no sólo de los que viven en el llamado
y, consiguientemente, un eclipse de la verdad como presencia Tercer Mundo, sino de tantas personas de todos los mundos
del ser en el hombre. El subjetivismo y el instrumentalismo que viven acaso confortablemente pero sin equilibrio humano
han instaurado un cierto terrorismo contra todos los que cree- y sin esperanza de una salvación 2•
mos en la verdad. Es también un terrorismo contra los que
vivimos con la seguridad de que lo real es mucho más que 2
Las obras más representativas de la primera generación 'de la Esc~ela
lo dado en este lado de acá, lo que Heidegger llama Diesseitigkeit. de Frankfurt son T. AnoRNo-M. HORKHEIMER, Dialektik der Aefkliinmg (1947);
La incapacidad de pensar así expresa lo más profundo de la M. HoRKHEIMER, Kritische Theorie (21968); Zur Kritik der instmmentel/e Vemunft

irracionalidad de las sociedades «racionales» occidentales. (1967); Die Sehns11cht nach dem ganzAnderen (1970): T. ADORNO, Negative Dialektik
(1966); H. MARCUSE, One-Dimensional Man: Studies in the ldeology of Advanced
Adorno y Horkheimer están, pues, convencidos de ·que la Industrial Society (1964); Eros and Civilization: A Phi!osophical lnq11iry Into Frwd
profunda crisis de las sociedades racionalistas no tiene más (1955). De todas ellas hay traducciones españolas. En España se ha ocupado
salida que una recuperación de lo Absoluto o, mejor, del Ab- de la Escuela de Frankfurt J. M. MARDONES, Razón Com11nicativay Teoría Crítica.
La jimdamentación normativa de la Teoría Crítica de la sociedad (Bilbao 1983); La
soluto. Pero su postura ante lo religioso es más bien dialécti- crisis de la Modernidad como crisis de la conciencia religiosa. La visión de la 1.° generación
J
334 C 1O. Crisis de la Aiodemidad 1. Critica de la racionalidad. La Escuela de .Frankfi1rt 335

Jürgen Habermas es el representante principal de la segunda ciso volver a situar lo que Habermas llama <<los intereses del
generación de la Escuela de Frankfurt. Intenta un nuevo de- conocimiento» en el sujeto humano como tal. Se entiende que
sarrollo de la Teoría Crítica de sus predecesores, siempre en habla de intereses no alienantes.
orden a una emancipación del hombre de todos los poderes Habermas cree poder lograr esta liberación y emancipación
que le oprimen y que le impiden ser libre y constituir una del hombre mediante una labor crítica fundada en el Psicoa-
sociedad verdaderamente racional, libre y justa. También él nálisis de Freud. La Filosofía tendría como misión una crítica
quiere combatir el positivismo, el scientismo y el tecnicismo. que liberase a las ciencias humanas del objetivismo neurotizante
Las aspiraciones del hombre de la sociedad racional y tecnifi- propio de las Ciencias de la Naturaleza. Habermas propone
cada pueden resumirse en el ingreso de más dinero, en el además llegar hasta una teoría general de la evolución social
disfrute de más tiempo libre y en la seguridad del empleo. desde la que se pueda analizar, teóricamente, nuestra sociedad
Pero estos tres fines conviven con el odio y la injusticia, con capitalista avanzada, con el interés práctico de su transformación
el tedio y la catástrofe ecológica, con la insatisfacción constante en la dirección de una emancipación creciente de la humanidad.
y con las guerras devastadoras. Los tres están orientados a La crítica que propone Habermas será también una crítica
perpetuar un autodesarrollo de la ciencia y la técnica que per- racional, ¿qué otra cosa puede ser?, aunque ahora con un
mite, a su vez, el desarrollo del capital abstracto. Es la abso- lenguaje purificado. La legitimación nueva de las instituciones
lutización de la razón técnica.
sociales, económicas, familiares, etc., se logrará mediante una
Habermas quiere impulsar una nueva fase liberadora del discusión pública racional en la que participen todos los afec-
tecnicismo deshumanizador, rescatar la supremacía de la dimen- tados. El Estado, la familia, etc., deberán someterse a un pro-
sión social del hombre para liberarle del supertecnicismo, res- ceso de discusión racional y pública hasta alcanzar un consenso
tablecer, en una forma nueva, la relación entre Ciencia y Fi- y legitimar tales instituciones y sólo se legitimará lo que res-
losofia, entre Ciencias de la Naturaleza y Ciencias del hombre. ponda a un interés general. La religión, para Habermas, puede
Para ello pretende crear una Teoría del Conocimiento como darse como desaparecida pero deberá ser sustituida por una
Teoría de la Sociedad. Las Ciencias de la Naturaleza buscan moral universal fundamentada en la estructura del lenguaje hu-
el dominio mediante la manipulación tecnificada. Las Ciencias mano. Como se ve, se trata de nuevo de la utopía ilustrada
del hombre deben buscar un entendimiento mutuo e intersub- de una moral universal justificada racionalmente.
jetivo entre los hombres. Esto es lo que Habermas llama <dn- Habermas defiende una teoría consensual de la verdad. La
terés práctico del conocimiento», que sería un interés emanci- validez de una norma moral sólo puede fundamentarse racio-
pativo. La Teoría del Conocimiento necesita de la Teoría de nalmente, por consenso entre todos los miembros de la socie-
la Sociedad porque los intereses del conocimiento sólo pueden dad que sea resultado de un discurso realizado bajo las con-
fundamentarse desde una Teoría de la Sociedad que conciba diciones formales que definen la situación comunicativa ideal.
la historia como un proceso de autoconstitución del hombre. Esta moral racional consensuada ha de sustituir a la moral
Pero, a su vez, la Teoría de la Sociedad necesita de una Teoría religiosa y a las legitimaciones ideológicas. Así se logrará 'la
del Conocimiento porque comprender el desarrollo histórico- emancipación de cosmovisiones religiosas o ideológicas: Se con-
técnico sucedido hasta ahora, sólo puede lograrse desde la seguirá una plena emancipación humana mediante el reinado
comprensión del modo racional-instrumental del pensamiento de una moral universal, aunque lograrlo requiere un largo apren-
humano. El positivismo sustituyó la Teoría del Conocimiento dizaje y un proceso evolutivo 3•
por la Teoría de la ciencia. Esta pretendía el dominio pero no
el desarrollo del sujeto. Y las ciencias del espíritu quisieron 3
Como obras fundamentales de Habermas pueden considerarse, entre
acomodarse a la metodología de las ciencias positivas. Es pre- otras, Erkenntnis 11nd lnteresse (Frankfurt 1968); Legitimations-probleme im Spá"/ka-
pitalism11s (Frankfurt 1973); Theorie 11nd Praxis (Frankfurt 1963); Z11r Logik der
de la .éscuela de Franlef11rt: Estudios de Deusto 32/1 (1984), 225-242. Ver Sozjalemvissenschaften (Frankfurt 1967); Theorie der Gesellschaft oder Sozjaltechnologie
(Frankfurt 1971). Como excelente estudio acerca del pensamiento de Habermas
también E. M. UREÑA, La Teoría Critica de la Sodedad de Habermas. La crisis
de la sociedad industrializada (Madrid 1978). puede verse E. M. UREÑA, La Teoría Critica de la Sodedad de Habermas (Madrid
1978).
1
336 C 1O. Crisis de la Modernidad 2. La Posmodernidad 337

Como puede verse por esta brevísima e incompleta noticia lo explica: «Ha llegado a ser imposible legitimar el desarrollo
del pensamiento de Jürgen Habermas, está indudablemente acer- por la promesa de una emancipación de toda la humanidad.
tado en muchas de sus consideraciones criticas de las sociedades Esta promesa no se ha cumplido. El perjurio no se debe al
capitalistas occidentales. Sin embargo cae también él, como ya olvido de la promesa; el propio desarrollo impide cumplimen-
hemos advertido, en el sueño utópico de una reconstrucción tarla. El analfabetismo, el empobrecimiento de los pueblos del
racional de la sociedad. Como da por supuesta la desaparición Sur y del Tercer Mundo, el desempleo, el despotismo de la
de la religión, no le queda más alternativa que recurrir de opinión y, por consiguiente, el despotismo de los prejuicios
nuevo a la razón. Por más que pretenda una razón iluminada amplificados por los Media, la ley de que es bueno lo que es
y que se exprese en un lenguaje purificado, y por más que
eficaz, todo eso no es consecuencia de la falta de desarrollo
espere ingenuamente en consensos racionales, la sociedad que-
dará siempre a merced de la razón humana, es decir, del hombre, sino todo lo contrario. Por eso, ninguno se atreve a llamarlo
de los hombres tan distintos, tan pasionales, tan limitados y, progreso» 5• No cabe duda, como ya hemos dicho, que el
por todo ello, tan difícilmente reconciliables en un hipotética desarrollo de las ciencias y el dominio de la naturaleza han
razón social. reportado grandes beneficios a una parte de los hombres, pero
los posmodernos piensan que de poco nos sirven esos bene-
ficios si ha sido a costa de las bombas atómicas, de los campos
2. LA POSMODERNIDAD de concentración, de los millones de muertos en las guerras,
del hambre y la desesperación de cientos de millones, del tedio
Todo el larguísimo proceso que hemos intentado describir y sin-sentido de las sociedades capitalistas. Es inútil e impen-
en este libro y, sobre todo, cuanto queda dicho en el capítulo sable cambiar el mundo por el progreso. Es mejor resignarse

precedente y en éste hacen ver que la Modernidad ha desem- y aceptarlo como es.
1
bocado, al final, en una actitud muy generalizada y que podría- Por lo mismo, tampoco aceptan que la historia humana tenga
mos calificar como desencanto. Esta actitud existe entre el pue- un sentido como han querido todas las Filosofias de la Historia
blo, principalmente en los países capitalistas víctimas del desa- desde san Agustín a Teilhard. La historia no es más que una
rrollo técnico carente de ética, pero existe también en los sucesión de episodios inconexos, múltiples, diversos, sin unidad
intelectuales, entre muchos intelectuales que no me atrevo a alguna. Son los historiadores los que hilvanan los acontecimientos
llamar filósofos porque el filósofo es el que ama y busca la y creen encontrar un sentido pero eso es una construcción
verdad y los intelectuales posmodernos rechazan a priori la po- caprichosa. En realidad, no hay más que movimiento loco de
sibilidad de alcanzar verdades objetivas, universales y necesarias. partículas-microscópicas. La historia no conduce a ninguna parte.
Todas las construcciones pretendidamente racionales que Los «metarrelatos» que pretenden explicar la historia son ficciones
intentaban explicar el mundo, el hombre y Dios, desde Des- y entretenimientos de hombres desocupados.
cartes hasta Marx, han resultado fallidas y de ahí ha brotado Este pesimismo conduce inevitablemente al hedonismo, al
el pesimismo ambiental: ni se sabe, ni se puede saber nada. carpe diem de Horado, o al «comamos y bebamos que mañana
A eso es a lo que, de manera genérica, se suele llamar Pos- moriremos» al que alude la Biblia 6• De ahí la búsqueda ansiosa,
modernidad.
precipitada y sin· espera de toda clase de placeres, no tanto de
Más que una nueva ideología quiere ser una «anti-ideología>>, los placeres estéticos o intelectuales, que son para pocos, sino
un talante, un modo cómodo de estar en la vida. Los pensa- de los placeres del cuerpo, que se considera como la única
dores posmodernos combaten el dogma ilustrado que parecía realidad. Los ideales prometidos de lograr una humanidad más
intangible del progreso indefinido de la humanidad. Parece co- justa y más libre ceden hoy ante los ideales egoístas, narcisistas,
mo si preguntaran: progreso, ¿para qué? Jean Frarn;ois Lyotard de <<pasarlo cada uno de la mejor manera posible».
llama al desarrollo «el más vergonzoso de los nombres» 4• Y
5
4 O.e., 111.
J. P. LYOTARD, La condición posv1odema (Madrid 1984), 11 O. 6
Is 22, 13; 1 Cor 15,32.
. ·'

338 C10. Crisis de la Modernidad 2. La Posmodernidad 339

Aun no queriéndolo, los posmodernos --como se ve- es- Así pues, frente a la divinización de la razón que llevaron
tablecen unos principios, pero son unos principios carentes de a cabo los ilustrados, los posmodemos proceden con desprecio
valor moral. En lo que menos creen es en la moral, probable- hacia ella y, consiguientemente, hacia una ciencia racional y
mente porque es la actitud más cómoda. Se rechaza frontalmente metafisica por excelencia como es la Filosofia. La sospecha
la moral cristiana, que es muy exigente, pero dan también por sobre la razón que ya habían lanzado Marx, Nietzsche y Freud,
fracasadas las otras morales que, de una u otra forma, se ex- los «maestros de la sospecha» (Paul Ricoeur), la han generali-
presaban como imperativos categóricos, o como normas univer- zado y desprecian los posmodemos la razón por inservible
sales de comportamiento. En la mentalidad posmoderna, «todo para ofrecemos verdades ontológicas. La consideran más bien
vale», <<nada está prohibido», «vale lo que me agrada, no vale lo como un instrumento deportivo que sirve para juegos del len-
que no me agrada». Javier Sádaba ha escrito: <<Entiendo por guaje y para <<Verdades» siempre provisorias, temporales y sos-
moral la idea de que hay que ser feliz y que no está dicho cómo pechosas 11 • Es lo que se ha llamado un pensamiento light,
[...]. ¡Vive feliz! es el único imperativo categórico» 7• Sin saberlo, frívolo y sin compromisos.
Sádaba repite el grito de los ilustrados. Temible grito porque a Se niegan, pues, a aceptar «los grandes relatos», es decir,
un ladrón le hace feliz robar, a los terroristas les hace felices las construcciones filosóficas o religiosas que pretenden explicar
asesinar a sus enemigos políticos, o a una madre puede hacerle el sentido de la vida, del mundo, del hombre y de Dios; De
feliz estrangular en sus entrañas a un hijo no deseado. todo eso no hay más que fragmentos inconexos sin significado
Por sí mismo aparece también que los posmodemos se nie- alguno coherente.
gan a aceptar cosmovisiones racionales. Escépticos ante toda Desestimada la razón, queda el sentimiento y el instinto
verdad absoluta, afirman como verdad absoluta que <<Verdades como instancias de conducta. Milan Kundera, el famoso no-
absolutas no hay>>. La Posmodernidad, inspirada en Nietzsche, velista checo, uno de los representantes más característicos de
suprime todo valor del ser, de la verdad, del fundamento. No la literatura posmodema, escribe: «Pienso luego existo es el co-
quedan más que colores cambiantes, un errar incierto, inciertos mentario de un intelectual que subestima el dolor de muelas.
vagabundeos, el mundo verdadero se ha convertido en fábula, Siento luego existo es una verdad que posee una validez mucho
una continuidad histórica sin relación alguna con un verdadero más general y se refiere a todo lo vivo» 12 • No hace falta
fundamento, ni con una verdad fundamental. «No se trata, pues, comentar cuán extendido está en las sociedades actuales el
de desenmascarar errores, sino de verlos como el manantial valor y la importancia de los sentimientos vitales y de la con-
mismo de la riqueza que nos constituye y que da interés, color, siguiente apetencia. No hay verdades, hay apetencias. Y las
ser al mundo» 8 • «La Metafisica es algo que permanece en no- apetencias sean cuales fueren deben ser satisfechas sin pensar.
sotros como los rastros de una enfermedad, o como un dolor Vivencia del momento, libertad entendida como ausencia de
al que uno se resigna [...].Nos encontramos en el momento del normas, espontaneidad de los instintos, repudio de la razón y
fin de la Filosofia en su forma de Metafísica [...]. El pensamiento exaltación del sentimiento, he ahí actitudes muy específicas de
no tiene ningún otro objeto si no es el errar incierto de la una mentalidad posmodema. Se han eclipsado los ideales, sean
Metafisica» 9• «La Filosofia será un saber explícitamente residual los ideales cristianos, sean también los ideales marxistas de
[...], un saber que se colocaría en el nivel de una verdad "débil" sociedades más justas, sean los ideales patrióticos u otros, por-
[...]. La Ontología se hace, efectivamente, hermenéutica y los que todo vale igual o, lo que es lo mismo, nada vale. El
conceptos metafisicos de sujeto-objeto y también de realidad y mismo Milan Kundera escribe: «Por eso, la vida parece un
de verdad-fundamento pierden peso. Creo que en esta situación boceto. Pero ni siquiera boceto es la palabra precisa, porque
se debe hablar de una Ontología "débil"» 10• un boceto siempre es un borrador de algo, la preparación para
7
J.SAD1\BA, Saber vivir (Madrid 7 1985), 140-141. 11 Ver obras como l. REGUERA, La miseria de /a razón (Madrid 1981); J.
8 MUGUERZA, La razón sin esperanza (Madrid 1977); F. JARAUTA (ed.), La crisis de
G. VATI1MO, El fin de la Modernidad (Barcelona 1986), 150.
9
Ibid. la razón (Murcia 1986).
10 12 M. KuNDERA, La inmortalidad (Barcelona 1992), 238.
O.e., 152-158.
~
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340 C10. Crisis de la Modernidad


1 2. La Posmodernidad 341
1
un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un l no piensen como nosotros y en la capacidad para aceptarlos
y convivir con ellos. La persona siempre es digna de respeto
boceto para nada, un borrador sin cuadro» 13 •
No sólo cierta literatura, también algunas corrientes de pin- aunque no siempre lo sean sus ideas.
tura y de escultura actuales son expresiones de una sociedad '1 No es extraño que, en las sociedades dominadas, más o
sin valores ni representaciones coherentes. Manchas y colores 1 menos conscientemente, por la Posmodernidad, aparezcan de
sin sentido, brochazos o lineas que van hacia un lado como nuevo los movimientos esotéricos y ocultistas. El hombre no ·
prodrían ir hacia otro, se llama esculturas a hierros retorcidos puede vivir sin el misterio y, cuando no acepta el misterio
o a bloques de hormigón y ante ellas las gentes abren los ojos presente del Dios Infinito, se busca sustitutivos en la magia,
y la boca para pasar de largo y olvidar lo que han visto el ocultismo, la quiromancia, el horóscopo, la astrología, la
porque, en realidad, no han visto nada más que fragmentos o teosofia, el espiritismo, el Hare Krishna, la meditación trascen-
esperpentos que no vale la pena recordar. dental, etc. En los últimos años, incluso en países cultos como
Así pues, según los pensadores posmodernos, los hombres Francia, se han multiplicado las sectas, y los libros que tratan
caminamos sin norte ni sentido. Pero mientras los existen- estos temas se convierten fácilmente en best-seUer. Chesterton
cialistas de mediados del siglo (Sartre, Camus, Heidegger) vivían decía que, «desde que los hombres han dejado de creer en
esta derelicción de una ·manera trágica, los posmodernos piensan Dios, no es que no crean en nada, creen en todo».
que no vale la pena desesperarse ni atormentarse. Es mejor Si interpreto bien la leidísima novela de Umberto Eco, El
aceptar, sin nostalgias y sin temores, el pluralismo inconmen- nombre de la rosa, ella expresa perfectamente la actitud posmo-
surable de los juegos del lenguaje (Wittgenstein), o de las esferas derna. La acción se desarrolla en un monasterio medieval donde
del valor (Weber), aceptar que nos asentamos sobre «el reco- la vida discurre según un orden perfecto. Más aún los capítulos
nocimiento del heteromorfismo de los juegos del lenguaje» 14, de la novela siguen el ritmo monótono y ordenado de los días
sobre el disenso, la diferencia, la búsqueda de inestabilidades, de la semana y, en cada día, el de las horas litúrgicas monacales.
antagonismos, discontinuidades y paradojas. Pero todo esto hay Además, la vida del monasterio gira toda ella alrededor de la
que vivirlo sin nostalgias de la unidad perdida. Debe ser un biblioteca, pero una biblioteca es un orden perfecto: cada libro
nihilismo sin tragedia. tiene su sala, su estante, su plúteo y su lugar. Después de las
Esta actitud tiene -creen- grandes ventajas. Si no se puede muchas peripecias de la novela, al final sobreviene la ekpyrosis,
conocer la verdad no hay por qué comprometerse con «ideales» un incendio destruye la biblioteca y el monasterio. Todo queda
de otros tiempos que acabaron en guerras cruelísimas o en en ruinas. Cuando, al cabo de muchos años, el monje narrador
feroces dictaduras. El pensamiento débil es, necesariamente, to- retorna al antiguo monasterio no encuentra más que escombros
lerante. Cada uno acepta sin pasión que el otro sea distinto. y jirones de pergamino, <<larvas de libros aparentemente todavía
Muchos pensamos, al revés que los posmodernos, que es sanas por fuera pero devoradas por dentro», fragmentos. Luego
perfectamente posible alcanzar muchas verdades sea filosóficas, intentó reconstruir lo que quedaba pero no logró niás que
sea antropológicas, sea morales, sea teológicas, e interpretacio- <<Una biblioteca hecha de fragmentos, citas, períodos incomple-
nes coherentes y verdaderas de la realidad. Ellas y sólo ellas tos, muñones de libros» 15• Lo que significa que del antiguo
pueden fundar un verdadero humanismo. Si, en otros tiempos, orden que regía la vida no quedaban más que escombros y
los ideales y las creencias religiosas o antropológicas condujeron fragmentos. Poco antes, fray Guillermo de Baskerville le había
a los hombres hacia las guerras o las dictaduras no fue a causa aconsejado a Adso, el joven novicio que le acompañaba: «Huye,
de la verdad, ni de la absolutización de la verdad, sino por la Adso, de los profetas y de los que están dispuestos a morir
falta de respeto a personas que pensaban de manera distinta. por la verdad porque suelen provocar también la muerte de
La tolerancia no puede fundarse en el escepticismo, que en- muchos otros [...]. Quizá la tarea del que ama a los hombres
gendra anarquía, sino en el respeto hacia los demás, aunque consista en lograr que éstos se rían de la verdad, lograr que
la verdad ría porque la única verdad consiste en aprender a
13
M. KUNDERA, La insoportable levedad del ser (Barcelona 16 1988), 16.
14
J. F. LYOTARD,La condición postmodema (Madrid 1984), 118. 15 U. Eco, El nombre de la rosa (Barcelona 7 1983), 605.
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342
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1
C.1 O. Crisis de la Modernidad 3. Reflexión conclusiva 343

liberarnos de la insana pasión por la verdad [...]. Nunca he ha sido la razón sino el hombre el que se ha querido inde-
dudado de la veracidad de los signos, Adso, son lo único que pendizar de Dios. Y el hombre sin Dios, sin un Ser último
tiene el hombre para orientarse en el mundo [...]. He sido un
testarudo, he perseguido un simulacro de orden, cuando debía ·
r
i
en quien religarse, se queda solo y perdido en su soledad.
Queriendo ser sólo racional, termina en lo irracional.
saber muy bien que no existe orden en el universo» 16 • El Sin embargo y juzgando todo el proceso con perspectiva
novicio entonces, ya viejo monje, termina su relato: <<Hace frío y objetividad, podemos afirmar que todo ello, en su conjunto
en el scriptórium, me duele el pulgar. Dejo este texto no sé y por dolorosos que sean muchos de sus episodios, es un
para quién, este texto que ya no sé de qué habla: stat rosa proceso de crecimiento porque nada crece sin dolor. En primer
prístina nomine, nomina nuda tenemus (de la antigua rosa [¿ilusión?] lugar, porque la Modernidad ha obtenido muchos e importantes
no nos queda más que el nombre), no tenemos más que puras logros humanos. Pero además porque la persona humana gra-
palabras» 17• vita inevitablemente hacia la verdad ya que tiene inteligencia y·
el objeto formal de la inteligencia es la verdad, y gravita hacia
el bien porque tiene voluntad y el objeto formal de la voluntad
3. REFLEXION CONCLUSIVA es el bien. Pronto o tarde acaba por polarizarse hacia la verdad
y hacia el bien.
Hasta aquí ha llegado la evolución de aquel proceso del Todavía hay otro motivo decisivo para la esperanza. Los
que dijimos que comenzaba a principios del siglo XIV con la que creemos que Dios es Creador y Providente, y que el Hijo
figura de Guillermo de Ockham y que llamábamos Modernidad de Dios se hizo hombre, sabemos que Dios no abandona la
La hemos recorrido con largos pasos y deteniéndonos única- obra de sus manos y que Jesucristo Redentor del hombre
mente en algunos de los fenómenos filosóficos más determi- camina con nosotros. Ahora bien, Dios no fracasa nunca. Puede
nantes en el conjunto del proceso. La situación terminal pa- parecer, en algunos momentos, que el hombre destruye los
recerá al lector desoladora y lo es, ciertamente. Cuando la planes de Dios. Eso es verdad pero de forma provisoria. Los
razón ha querido independizarse de Dios ha terminado en las fracasos de Dios siempre son provisorios. Al final, siempre se
aberraciones de las dictaduras, las guerras y el capitalismo, o realizan sus planes porque, si no, Dios no sería Dios. Podemos,
en el desierto nevado de la Posmodernidad. En realidad, no pues, vivir en la esperanza porque hay salvación para la hu-
16
manidad aunque en su larga peregrinación hacia la luz se quede
O.e., 595-596. mucha escoria en el camino. Los antiguos remeros remaban
17
O.e., 607. La bibliografía sobre el fenómeno de la Posmodernidad es en las bodegas de la nave sin saber ·exactamente la ruta que
ya muy abundante. Los autores más representativos son: G. VATIIMO, El fin
de fa Modernidad (Barcelona 1989); La sociedad transparente (Barcelona 1990); llevaban. La conocía el timonel. A nosotros nos toca remar
Introducción a Nietzsche (Barcelona 1987); La condición posmodema (Madrid 1984); sin que veamos el puerto hacia el que la humanidad se dirige.
La Posmodernidad (explicada a los nit7os) (Barcelona 1987); El entusiasmo (Barcelona Al timón va Jesucristo Salvador.
1987); Le Differend (Paris 1987); J. BAUDRILLARD, Las estrategias fatales (Barcelona En la cultura de hoy brotan potentes luces de esperanza.
1984); G. LIPOVETSKY, La era del vacío, Ensqyos sobre el individualismo contemporáneo
(Barcelona 1986); R. RoRrr, La fil~sefía y el espefo de la Naturaleza (Madrid En el capítulo siguiente expondremos, de manera muy concisa,
1983). Nietzsche y en cierto modo Heidegger, o una determinada interpre- lo que consideramos tres vías de acceso a un humanismo
tación de algunas obras de Heidegger, pueden considerarse como precursores mejor: la concepción evolutiva de Pierre Teilhard de Chardin,
de este movimiento ideológico. Como estudios sobre esta cultura pueden el personalismo y la doctrina social de la Iglesia. No son las
consultarse J. M.ª MARDONES, Posmodernidady Cristianismo. El desqjlo del fragmento
(Santander 1988); G. VATIIMo-P. A. RovArr1 (ed.), !/ pensiero debo/e (Milano únicas pero ellas son indicadores de por dónde se puede salir
8
1990); G. VATIIMO y otros, En tomo a la Posmodernidad (Barcelona 1990); del pesimismo y la perplejidad en que nos ha sumido la crisis
L. Gz. CARVAJAL, Ideas y creencias del mundo actual (Santander 1991); A. J!MÉNEZ de la Modernidad
0RTIZ, A vt1eltas con fa Posmodernidad· Los rasgos de la sensibilidad postmodema:
Proyección 36 (1989), 295-311; M. FRANK, Critique de la raliona/ité. Deux sie'cles
de critique de fa rationa/ité: fe déft de la phifosophie actue//e: Studia Philosophica 42
(1983), 37-61; G. Mucc1, S. J. Religione, Laicismo e Postmodemitd: La Civilci
Cattolica (1993/I), 131-139.
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~ CAPÍTULO XI
~
ESPERANZAS DE FUTURO
1
1
¡ Lo que hemos escrito en los dos últimos capítulos de este
¡ libro expresa una profunda crisis de la cultura secularizada
porque ha dejado a los hombres sin verdad y sin esperanza.
El escepticismo humano ambiental y la carencia de valores son
la consecuencia de varios siglos de crítica al orden cristiano y
el fracaso de la civilización que se ha pretendido estructurar
como si Dios no existiese y como si no hubiese hablado. '
1 Sin embargo, es también cierto que la persona humana está
constitucionalmente hecha para la verdad y para el bien, como
acabamos de decir. · Gravita hacia ellos y no descansa hasta
que los encuentra. El proceso de búsqueda y encuentro · es
muy lento para las medidas que la corta vida humana le permite
al hombre. Por eso desesperamos, a veces, o tenemos la im-
presión de que todo está mal y sin remedio. O, al menos,
caemos en la tentación de creer que «cualquier tiempo pasado
fue mejor)), aunque la historia bien estudiada enseña que no
fue así. La realidad, el ser es en sí mismo bueno, como lo
demuestra la Metafísica y como ya lo enseña el Génesis bíblico,
en su primer capítulo, aunque es verdad que el ser está también
tocado por el mal, un mal físico consecuencia de su limitación
-no es el Bien total- y un mal moral que desde los orígenes
de la humanidad afecta y desordena el ser de los ··hombres.
Pero, a pesar de todo, podemos confiar serenamente en la
realidad y en el hombre hecho para la verdad y para el bien,
con tal de que seamos capaces de una mirada a lo lejos. El
salmo 90 le dice a Dios: <<Mil años son a tus ojos como un
día, un ayer que se va, una vigilia en la noche» (v.4). Para
comprender algunas cosas hace falta mirar con los ojos de
Dios.
En este último capítulo queremos recordar el pensamiento
esperanzado de hombres que han sabido otear el futuro o, al
menos, ofrecer ideas terapéuticas para sanar los males presentes
y contribuir a que la humanidad se recupere, en lo posible,
de sus males y se apresure su encuentro con la Verdad y el
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346 C.11. Esperanzas de futuro ~ 1. bt evo/11cionzsn10 cristiam1 de Piet,. úilham . _ Chard1. _ 34.
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Bien. Lo peor que le podría suceder a la humanidad sería ;~ en un domingo de resurrección>>. El 10 de abril de ese mismo
perder el gusto por la vida y caminar sin esperanza. Todo año, domingo de resurrección, cayó muerto en la calle, víctima
cuanto contribuya a descubrir el sentido de la vida y a iluminar de un infarto. Los hombres más destacados del mundo cien-
el camino de la humanidad hacia una meta luminosa es el tífico formaron un comité para la publicación y difusión de
mejor beneficio que podemos hacerle. sus obras. Entre ellos estaban Luis y Mauricio de Broglie,
~ L'abbé Breuil, Aldoux Huxley, Von Konigswald, Toynbee, Mal-
raux, Jean Wahl, etc. En el Concilio Vaticano II se le citó
1. EL EVOLUCIONISMO CRISTIANO DE PIERRE profusamente, alguien dijo que más que a santo Tomás. De
TEILHARD DE CHARDIN
1l hecho, su influencia en el Concilio fue considerable. Después
1:
¡ ha caído un poco en el olvido, sin duda porque en nuestras
El célebre jesuita francés, Pierre Teilhard de Chardin (1881- i sociedades se escribe tanto y los acontecimientos se suceden
1955) ha sido uno de esos pensadores de nuestro siglo que 1 con tanta rapidez que el último eclipsa a los anteriores y la ·
han sabido tomar altura y distancia de los acontecimientos atención se pierde. Pero me parece indudable que la cosmo-
cotidianos y de los episodios inmediatos para reflexionar, apo- 1
¡ visión de Teilhard, en su conjunto, sigue siendo válida y apta
yado, sobre todo, en los datos científicos de la Paleontología ¡ para abrir el camino a la esperanza y la alegría. No debemos
y de la Paleoantropología, sobre el origen, el sentido, el término
y el valor de la vida humana de cada persona y de la sociedad
en su conjunto. Los años de su plenitud fueron los años en
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olvidarla. Damos a continuación un breve resumen que puede
sugerir a todos nuevas perspectivas para superar la crisis de
escepticismo y de desencanto propias de la Posmodernidad • •
1

los que predominaba en Europa el sentido trágico de la exis- 11 Parte del postulado, admitido hoy. por todos los científicos,
tencia por obra de los pensadores existencialistas (Heidegger, que más que de un cosmos debemos hablar de una Cosmo-
Sartre, Camus, Beauvoir, Jaspers) y como consecuencia de las 1 génesis. Esto significa que el cosmos no es una realidad ter-
espantosas situaciones de aquella época (grandes dictaduras, per- minada y estática sino que está en proceso continuado y lento
secuciones policiales, deportaciones masivas, campos de con- ¡ de autoformación. Esto supuesto, Teilhard quiere hacer una
centración y de exterminio, y, sobre todo, las guerras mundia- 1 Fenomenología de la evolución cosmogenética. Pero el término
les). Teilhard supo elevarse sobre todos esos dramas y mirar 1 Fenomenología no lo entiende al modo de Husserl o Sartre como.
muy a lo lejos hacia atrás para analizar la ruta de la evolución una ciencia de los fenómenos que se manifiestan en la con-
humana y, desde ella, poder otear el futuro. No estuvo de ciencia. En la obra de Teilhard, Fenomenología significa tres cosas:
acuerdo con los existencialistas porque estaban demasiado in- 1.º Ver el fenómeno, es decir, contemplar lo que se me presenta,
fluidos por la realidad inmediata, que era realmente trágica. El, recibir los datos de las ciencias tal como me vienen inmedia-
que tuvo que estar en las trincheras de la primera guerra tamente dados por ellas. 2.º Ver todo el fenómeno: Cada ciencia
mundial, que conoció de cerca la feroz implantación del mar- estudia un fenómeno de la naturaleza: el fenómeno fisico, el
xismo en China, creyó, a pesar de todo, que la visión más químico, el biológico, el zoológico, el antropológico, el socio-
realista de la humanidad evolutiva debía ser esperanzada. En- lógico, el histórico, etc. Pues bien, la Fenomenología teilhardiana
tendió que la vida humana tiene sentido y que podemos confiar pretende contemplar todos los fenómenos, todo el fenómeno;
en la realidad. De ahí que cuando sus obras se publicaron, a mientras que las otras ciencias son analíticas, ésta pretende ser
partir de 1956, el mundo entero que estaba aún recuperándose sintética. 3.º Buscar un sentido. Después de contemplar sintéti-
de la catástrofe de la segunda guerra mundial, las recibió con
entusiasmo. Teilhard apareció como un profeta que desde la 1 La obra fundamental de Teilhard de Chardin es El fenómeno humano, ya
ciencia rigurosa venía a devolver a los hombres el gusto por que contiene, de manera sistemática, todo lo esencial de su cosmovisión. Lo
la vida y motivos para creer y para esperar. Sus obras se mismo, expuesto con un lenguaje más técnico y científico, se encontrará en
El grupo zoológico humano. Los otros estudios suyos que se han publicado en
vendieron a millones. los trece tomos de Obras Completas son amplificaciones, explicaciones, de
El 15 de marzo de 1955 había dicho en una recepción en diversos puntos de los libros citados. En nuestra exposición seguimos fun-
el Consulado francés en New York: <<A mí me gustaría morir damentalmente El fenómeno humano.
.

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1. El evolucionismo cristiano de Pierre Teilhard de Chardin 349
348 C.11. Esperanzas de futuro

camente toda la realidad, tal como se presenta al espectador, vinculados entre sí, esos seres van alcanzando propiedades nue-
queda uno sorprendido al advertir una perfecta continuidad, vas en orden a una mayor conciencia.
orden y coherencia entre los fenómenos y un determinado La Física Nuclear y la Astrofisica confirman esta visión de
proceso diacrónico ascendente que explicaremos más tarde. En- Teilhard sobre la evolución de la materia. Estas ciencias des-
tonces es inevitable que nos preguntemos: ¿por qué este orden?, criben cómo, en esos laboratorios gigantescos que son las es-
¿qué significa y qué sentido tiene esta evolución, claramente trellas, las más pequeñas partículas, electrones, protones, neu-
ortogenética y ascendente?, ¿hacia dónde nos conduce? trones, mesones, etc., se combinan y se unen para formar
Supuesto este método, contemplemos lo que podemos lla- 1 átomos. La Química describe cómo esos átomos se unen para·
mar la epopeya cósmica. Una epopeya que puede dividirse en l formar moléculas, de composición simple primero y después
cinco grandes etapas: cada vez más complicada. Si se cuenta el número de átorrios
1 de los que están compuestas estas combinaciohes, se constata
una línea ascendente. Las moléculas más grandes del mundo
Primera etapa: La materia inorgánico tienen un número de átomos del orden de 100.
Ahora bien, entre los principales constituyentes de los seres
Teilhard no conoció las comprobaciones, hoy generalmente 1 vivos que nos presenta la Química Orgánica, las proteínas son
admitidas, de la teoría llamada del ·«big-bang», que nos habla moléculas compuestas de un número muy grande de átomos,
de cómo el cosmos actual empezó por una gran explosión \ la insulina tiene 971 átomos. En el umbral mismo de la na-
ocurrida probablemente hace unos 15.000 millones de años. turaleza viviente encontramos los virus, de los que es dificil
En un punto infinitesimal estaba condensada toda la materia determinar si son moléculas químicas monstruosas o infrabac-
cósmica dotada de una incalculable energía. Una gigantesca terias. El número de átomos se eleva a muchos millones, el
explosión, perfectamente programada, puso en marcha la libe- virus del tabaco tiene 17 X 106• Los seres vivos dan un salto
ración de la energía y con ella la realización del cosmos, que hacia adelante que apenas podemos representarnos. El más
aún sigue en proceso de transformación 2 • Teilhard habla más pequeño ser unicelular que nosotros conocemos presenta una
genéricamente de la aparición inicial de una especie de <<polvo gran complejidad y un número enorme de moléculas, de suerte
cósmico», un océano de energías, un potencial de formas en que el número de átomos que posee debe ser del orden de
las que la materia se irá superando progresivamente. 1010• En los seres pluricelulares, este número se eleva a can-
De manera convencional clasifica la energía cósmica en dos tidades astronómicas.
especies: energía tangencial y energía radial. Por energía tan- Podríamos, pues, escribir una tabla ascendente en la que·
gencial entiende el conjunto de energías físicas y químicas que aparece cómo ha sido la evolución de la materia en busca de
impulsan la materia en su desarrollo. La energía radial es la la vida, desde el «big-ban~> hasta la aparición de la primera
capacidad que tienen los seres de llegar a tener conciencia y célula en la Tierra, hace aproximadamente 3.000 millones de
cada vez más conciencia. Es una energía interior pero real años:
porque, de hecho, ha habido un crecimiento de conciencia. 3.000 millones de años:
Por conciencia entiende conocimiento y espontaneidad en las VIDA (Célula).
reacciones. Componentes elementales de la vida.
A medida que se libera la energía tangencial, los seres se Macromoléculas.
hacen cada vez más complejos y cuanto son más complejos, Moléculas.
es decir, tienen más elementos y más numerosa y estrechamente Atomos.
Subátomos.
2
Sobre este tema puede verse S. WEINBERGER, Les trois premieres minutes Polvo cósmico.
de /'11niverse (Paris 1978); J. Gu1rroN-G. I. BoGDANOV, Dios y la ciencia (Madrid 15.000 millones de años:
1992); J. D. BARROW y F. J. T!PLER, The Anthropic Cosmofogicaf Principie (Oxford
1986). Inicio de la MATERIA.
350
C.11. Esperanzas de futuro 1. El evolucionismo cristiano de Pierre Teilhard de Chardin 351
Segunda etapa: La vida
Prescindiendo de ulteriores detalles que no interesan para
nuestra descripción, lo cierto es que en el centro del tronco
Sin querer hemos entrado ya en la segunda etapa: la vida, de los mamíferos, allí donde se forman los cerebros más po-
Parece que la Tierra se formó hace unos 5.000 millones de derosos jamás construidos por la naturaleza, ruge la conciencia
años, y en la Tierra apareció la vida hace, aproximadamente, por encontrar una salida ascendente. Allí mismo brota un punto
3.000 millones de años. Es imposible precisarlo más porque incandescente. Después de millones de años de subida de con-
el cuándo y el cómo son imperceptibles ya que todos estos ciencia, brota el pensamiento humano, aparece el hombre 3• •
saltos son minúsculos e imperceptibles.
En Filosofía y en Teología cristiana no se requiere ninguna
intervención especial de Dios para que se dé el paso de la
Tercera etapa: El hombre
materia a la vida ya que la vida que surge de la. materia es
vida material, una estructura especial, y hasta hoy misteriosa,
de la materia. He aquí el más misterioso y el más desconcertante de los
objetos encontrados por la ciencia. Apenas hay diferencia nin-
Lo que sí es cierto es que la vida tiene unas funciones .
guna corpórea entre los últimos antropoides y los primeros
que no tiene la materia inerte y que ya la acercan a la «con-
hombres. Sin embargo, cuando aparece ese ser al que ya po-
ciencia>> y a la espontaneidad, como son la autoformación, la
asimilación y la reproducción invariante. demos llamar hombre, aparece algo completamente nuevo y
cualitativamente distinto.
Con muchos biólogos, Teilhard representa la aparición de El hombre no es sólo instinto, sino además reflexión. El
las múltiples formas vivas en forma de árbol, «el árbol de la animal conoce, el hombre conoce y, además, conoce que co-
vida>>. Alrededor de un tronco central aparecen ramificaciones noce, está presente a sí mismo. Por eso puede volver sobre
múltiples y divergentes, toda la variedad inmensa de la fauna sus propios actos, rectificar y progresar indefinidamente. El
animal.
animal no progresa por su propia decisión, el hombre sí. El
¿Por qué en este árbol se pone un tronco central? Porque animal conoce las cosas como estímulos nada más. El hombre
al observar los animales nos encontramos con que existe un como realidades en sí. El animal no tiene más que impresiones
mecanismo excepcional que está vinculado y es proporcional sensoriales, el hombre es capaz de formar conceptos abstractos,
a la «concienci:m: el sistema nervioso. Si, atendiendo a la com- inmateriales, espirituales. Es capaz de raciocinio, de invención
plejidad del cerebro y del sistema nervioso, en general, orga- razonada, de matemáticas, de ciencia, de arte, de entender fór-
nizamos los seres vivos, vemos que automáticamente se esta- mulas, derechos y deberes, de religión, de moral. Es capaz, en
blece un orden. A medida que el sistema nervioso se hace fin, de libertad y, por ella, de novedades infinitas.
más complejo, es decir, tiene más células y éstas, más relacio- Se calcula que el hombre pudo aparecer sobre la Tierra
nadas entre sí, los seres tienen una mayor «conciencia>>, un hace dos millones o dos millones y medio. de años. No se
estado psíquico más elevado.
sabe ni se sabrá nunca dónde apareció porque los inicios de
Así se puede establecer el siguiente orden ascendente: des- todos los grandes cambios son muy pequeños y se pierden en
pués de los cordados aparecen los vertebrados, luego los mam!feros, el tiempo y en el espacio.
que representan un progreso capital en la evolución de la
«conciencia>>. Entre ellos, los primates forman un tronco de 3
Teilhard hace Fenomenología, no Filosofía ni Teología. Por eso sólo dice
directa cerebralización. Más adelante y siguiendo la misma di- que aparece el hombre. No tiene por qué entrar en las causas por las que
rección, aparecen los homínidos o antropoides entre los que des- se ha pasado del homínido al hombre, pero deja abierta la puerta para que
«por razones de orden superior y a un tiempo ulterior de su dialéctica, un
tacan los australopitecos, como probables antecesores del cuerpo pensador, defensor de la realidad espiritual, coloque bajo el velo feno111é11ico de
humano. En ramas laterales de este tronco brotan, por muta- una transformación revolucionaria la operación creatriz o la intervención es-
ciones genéticas y adaptación, innumerables especies de animales pecial que quiera» (Le phéno111ene h11111ain [Paris 1955], 186 nota). Sobre el alma
diversos. humana, su naturaleza y su origen, cf. C. VALVERDE, Antropología Filosófica
(Valencia, EDICEP, 1995), 208-227.
~-..11. peranz,.. ~e futuro
1. El evolucionismo cristiano de PietTe Teilhard de Charain 353
¿Apareció sólo un hombre?, ¿una pareja?, ¿muchas parejas?
La Paleontología encuentra restos fósiles de homínidos o de cierto es que hace, aproximadamente, cien mil años triunfa el
hombres en puntos muy diversos de la Tierra. Teilhard no llamado homo sapiens a cuya especie pertenecemos todos los
alcanzó a conocer las modernas teorías genéticas que parecen hombres actuales. Hace 35.000 años, aproximadamente, aparece
demostrar que el primer cuepo humano se ha verificado en un una subespecie que se instalará definitivamente en la Tierra
único4 individuo, por una mutación genética de los cromoso- para conquistarla y dominarla, el llamado homo sapiens sapiens,
mas • morfológicamente igual al hombre actual. En él se considera
¿Cómo fueron los primeros hombres? En su aspecto exte- que termina la evolución somática humana en lo esencial. El
rior, al principio, igual que los simios más evolucionados. Pero pensamiento se libera. Surge el arte de las cavernas, un arte
ya hacían cosas que no pueden hacer los monos, por ejemplo, naturalista pero prodigioso (por ejemplo, en las cuevas de Al-
hachas, flechas, trampas, sepulturas, fuego, etc., y más adelante tamira). En él se manifiestan sus preocupaciones y sus senti-
cerámica, herramientas, pinturas, casas, cultos religiosos, códigos mientos, el gusto de la fantasía, la alegría de crear.
de deberes y derechos, etc. . , Este hombre se propaga rápidamente. Una red de pensa~
Tales hechos son propios de seres inteligentes y racionales. miento, noosfera, envuelve la Tierra y poco a poco la domina.
Ahora bien, la capacidad inteligente y la capacidad racional son Desde el bomo sapiens sapiens no se advierten ya cambios
propias de los seres inmateriales, espirituales, como se demues- importantes en el cuerpo humano. La evolución venía buscando
tra en Filosofia. Por eso afirmamos en Filosofia y en Teología al hombre y ya lo ha encontrado. ¿Se detendrá ahora su mar-
que el hombre está formado por dos componentes: uno ma- cha?
terial, el cuerpo, y otro inmaterial, el alma. Ambos se encuen-
tran fundidos formando una sola naturaleza y una sola persona.
Ahora bien, como el alma es un ser espiritual, es decir, Cuarta etapa: La sociedad
no-material, no ha podido provenir de causas materiales, porque
el efecto y la causa son proporcionados. Luego entonces no Ya no evoluciona el cuerpo del hombre. Pero ahora· evo-
nos queda más remedio que aceptar que, llegado un momento lucionará el psiquismo y seguirá subiendo la conciencia. Esto
de la evolución, Dios, con un acto creador, hizo brotar el se realiza a través de un fenómeno nuevo: la socialización. Los
alma espiritual en algún homínido y a partir de él se formó hombres se encuentran unos con otros y forman agrupaciones.
la especie bomo. Pronto descubren una de las mayores maravillas del cosmos
Una vez que el espíritu se integra en un cuerpo material que es el lenguaje humano. Con un número muy reducido de
necesita del sistema nervioso y, concretamente, del cerebro para signos, bucales o gráficos, es capaz de expresar toda la riqueza
tomar contacto con el mundo material. Por eso ha sido pro- infinita de sus ideas, de transmitirlas a los otros penetrando
gresivamente, a medida que el sistema nervioso se iba desa- hasta su inteligencia, su ,afectividad, su alma. Aquí se logra una
rrollando y perfeccionando, como los hombres han acumulado comunicación singularísima y un enriquecimiento indefinido de
sensaciones, ideas, relaciones, conocimientos en general. Han los hombres entre sí. La reflexión se hace correflexión.
aparecido, poco a poco, hombres cada vez más evolucionados, La persona no se realiza en sus múltiples posibilidades si
con mayor conocimiento y mayor libertad. no es por su relación con otras personas. Con el crecimiento
En Paleontología se clasifica a los hombre primitivos en numérico de individuos comienzan las relaciones múltiples de
diversos niveles de conciencia o perfección, aunque en la cla- unos grupos con otros. En el neolítico, edad crítica en la
sificación no siempre están de acuerdo los investigadores. Lo evolución de los hombres, nace la civilización. Se forma una
4 humanidad sedentaria y organizada bajo normas y leyes. Apa-
Cf. J. CARLES, Monogénesis 011 Po/ygenisme. Les le¡ons de la génétiq11e: Etudes rece la agricultura y el hombre se enraíza en la tierra. Poco a
(mars 1983), 355-366; Del mono al hombre. Paleontología y genética: Sillar 5 (1985), poco, comienzan también la industria y el comercio, la cerámica,
273-283; La génélique el /'origine de l'homme: Nouvelle Revue Théologique 11 O
(1988), 245-256. Cf. también la obra más amplia del mismo autor, La vie el el tejido y la metalurgia.
son histoire. Du big-bang au mrhomme (Paris 1989). Y a medida que la sociedad va creando más y más rela-
ciones, es decir, se hace más compleja, en ella las personas
354 C.11. Esperanzas de futuro
1. El evolucionismo cristiano de Piem Teilhard de Chardin 355
alcanzan mayor conciencia. «La unión diferencia>>. Este principio
Múltiples signos anuncian este acercamiento de todos a
teilhardiano quiere decir que cuanto una persona más se rela-
todos: en el dominio del pensamiento, el progreso organizado
ciona con otras por el conocimiento y, sobre todo, por el
amor, más es ella misma. La unión personaliza. de la ciencia. Cuanto se investiga y se descubre pasa a ser
patrimonio de todos. En el orden del corazón se empieza a
Los hombres que han podido tender, a veces, a eliminarse
tener el sentido de unificación universal. Cualquier aconteci-
como tienden los animales menos psiquizados, poco a poco
miento que sucede en un pueblo interesa y preocupa a toda
buscan más bien la asimilación, y el vencedor reacciona sobre
la humanidad. Un sentimiento de unión nos anima a todos.
el vencido para transformarle. Como se dice en Geología, le
Los medios asombrosos de comunicación social: viajes, prensa,
endomorfiza. La eliminación o la esclavización del vencido se
hace cada vez menos frecuente. radio, televisión, informática, nos ponen en relación de senti-
mientos, de preocupaciones y de esperanzas.
Ya en la época histórica, por concurrencia de factores et- Los mismos conflictos de la humanidad acaban siempre
nológicos y de condiciones favorables de la naturaleza, se han
por crear una mayor coherencia y unidad. La guerra mundial
formado cinco grandes hogares humanos en los que la presión
de 1939 a 1945 significó la ·más espantosa catástrofe de la
del pensamiento ha alcanzado niveles muy altos: la civilización (
historia. Cincuenta años después que ella terminó;· la humanidad
maya en la América Central, la civilización polinesia en los se siente mucho más unida que antes. Como una enorme flor,
mares del sur, la civilización china en la cuenca del río Amarillo,
la Humanidad comienza a cerrarse sobre sí misma en un ad-
la civilización india en las cuencas del Ganges y del Indo, las
mirable proceso de convergencia y de unificación.
civilizaciones mesopotámicas y egipcias entre el Tigris, el Eu-
frates y el Nilo. .Es difícil· concretar más el estado futuro de la humanidad
porque no podemos conocer los recursos que puede encerrar
Las grandes civilizaciones pueden morir pero una conciencia
en sí la energía pensante. ¿Cómo serán los hombres dentro.
siempre más grande pasa de mano en mano y su resplandor
se agranda. de mil, de diez mil, de cien mil o de un millón de años? Es'
irrepresentable para nosotros. Pero tenemos que conjeturar que
Desde hace 3.000 años, aproximadamente, puede decirse la humanidad se desarrollará bajo una forma de comunión:
que el eje principal de la evolución humana pasa por la civi- progresiva y convergente porque así ha sido hasta ahora y
lización occidental. En esta etapa, ha sido alrededor del Me-
todo parece prenunciado. Una solidaridad en la que se hará
diterráneo donde han confluido los elementos que han logrado posible una personalización cada vez más acentuada porque <<la
que lentamente los hombres sean cada vez más hombres. Más
unión diferencia>>.
en concreto: han sido el componente griego, el componente
romano y el componente judeo-cristiano los que han creado
los más altos valores humanos y el humanismo que todos los Quinta etapa: El Punto Omega
pueblos del mundo se ven obligados a aceptar, si han de
realizarse como personas desarrolladas. Al llegar aquí, una pregunta se hace inevitable: ¿y el final?,
Así llegamos a los tiempos modernos, a nuestros tiempos. ¿adónde va la evolución y la humanidad? ·
En el siglo XVIII parece concluir definitivamente el neolítico, Y un dilema: Una de dos: o la evolución del cosmos y de
es decir, la civilización agrícola. A partir de la primera revo- la humanidad, al final, se cierra sobre sí misma, destruye lo que
lución industrial (finales del siglo XVIII) parece que hemos ha construido, aborta y aniquila al hombre o hay una salida
entrado en una época nueva, en una nueva Edad de la hu- hacia un éxito final. Pesimismo absoluto u optimismo absoluto.
manidad: Edad de la Industria, Edad del Petróleo, de la Elec- Pues bien, dice Teilhard, todo mi ser se rebela ante la
tricidad, del Atomo, como se la quiera llamar. posibilidad de una frustración total, de un fracaso final. La
Lo cierto es que, en una Tierra humeante de fábricas, evolución que viene desde hace al menos 15.000 millones de
trepidante de negocios, vibrante de cien radiaciones nuevas, los años, ha jugado con infinitos riesgos y probabilidades de fracaso
hombres se unifican, casi sin pretenderlo apresuran un proceso sin fracasar nunca, sino siguiendo siempre una misma dirección,
de convergencia, están cada vez más cerca unos de otros. y logrando siempre el éxito. No tenemos por qué temer un
fracaso final que convertiría en absurda y sin sentido toda la
!

356 C. 11. Esperanzas de f11t11ro 1. El evolucionismo cristiano de Piem Teilhard de Chardin 357

inmensa epopeya de la Cosmogénesis, evidentemente ortogené- Ahora bien, si hay evolución real es que Omega es real y
tica. Si ha comenzado esta colosal empresa y siempre la ha existente. Si el cosmos y la humanidad evolucionan hacia un
llevado adelante, con absoluta seguridad, podemos estar tran- término final -y parece que de eso no se puede dudar- es
quilos que al final la consumará con éxito. El éxito de la que ese término final existe. Con él se explica todo. Sin él no
evolución es ahora, como siempre, indudable. se explica nada. Pero tiene que haber una explicación, .es decir,
Ahora bien, puesto que la evolución considerada en su una razón suficiente.
conjunto sigue un proceso de unificación y convergencia, parece Aquí parece que debería terminar nuestro discurso. Hemos·
que tenemos que pensar que alcanzará su consumación y su contemplado el fenómeno, todo el fenómeno, y hemos encon~.
plenitud en algún punto colocado delante y al final. trado su dirección y sentido. Es lo que nos habíamos propuesto.
Puesto que ese punto será el término y consumación de Hemos visto que la gran epopeya cósmica se inició hace,. apro-
la evolución podemos denominarlo con el nombre de la última ximadamente, 15.000 millones de años, que ha seguido siempre
letra del alfabeto griego: Omega. Ahora bien, ¿cuáles deben un proceso ascendente de conciencia y que camina hacia su
ser las propiedades del Punto Omega, de aquel ser que lleve consumación y su plenitud en Omega.
la evolución a su consumación final y a su plenitud? Parece Sin embargo, en rigor, nos queda por contemplar y analizar
que las siguientes: un fenómeno histórico de inmenso alcance: el fenómeno religioso.
1.ª Puesto que el proceso evolutivo ha ido y va buscando Teilhard examina sintéticamente las grandes corrientes religiosas
siempre la realización de la persona, aquel ser que lleve la para detenerse en aquella que viene a ofrecer unas perspectivas
evolución a su plenitud tiene que ser también una persona. que son perfectamente coherentes con el proceso evolutivo que
2.ª Ser persona significa capacidad de conocer la verdad hemos descrito: es el cristianismo. El fenómeno cristiano aparece
y de amar el bien y, al mismo tiempo, capacidad de ser co- como un hecho histórico-doctrinal que, siempre en la misma
nocido y amado. dirección que todo el hecho evolutivo, viene a dar una óptima
3.ª Debe ser una Super-persona para poder llevar a ple- significación, un sentido definitivo a la evolución cósmica.
nitud a todas las personas. El debe, pues, ser plenitud de Porque si analizamos el fenómeno cristiano nos encontra-
verdad y de bien. mos con que en el cristianismo hay un eje central que articula
4.ª El Punto Omega debe ser distinto de la evolución y toda la doctrina y toda la historia de este hecho: la persona
estar fuera de ella ya que ha de explicarla. Si él fuese también de Jesucristo.
evolutivo explicaríamos la evolución por lo evolutivo, lo mismo Cuando el humanismo griego y el humanismo romano habían
por lo mismo, es decir, nada. dado de sí cuanto podían dar, el Hijo de Dios se introduce en
5.ª Si no es evolutivo es inmutable. el tronco humano para darle un nuevo y definitivo impulso hacia
6.ª Si no es evolutivo no es temporal porque el tiempo más conciencia y más perfección, con su doctrina, su presencia
es movimiento y cambio. y su gracia. Durante su permanencia en la Tierra, con su palabra
7.ª Si no es temporal es eterno. y su vida nos enseñó un modo nuevo y mejor de ser hombres.
Pues bien, un Ser que es personal, plenitud de verdad y Después de su muerte, resucita. ¿Qué sucede si colocamos
de bien, capaz, por tanto, de conocer y ser conocido, de amar a Jesucristo resucitado en el lugar mismo del Punto Omega?:
y de ser amado de manera absoluta, que es inmutable y que «En lugar de un vago centro de convergencia requerido como
es eterno se llama: Dios. Dios es, efectivamente, una Persona término de la evolución aparece y se instala la realidad personal
suprema que al recibir en sí las otras conciencias no las destruye y definida del Verbo encarnado del que todo recibe su con-
sino que las lleva al máximo de la perfección y precisamente sistencia>> 5 • Jesucristo queda constituido en el centro privilegiado
mediante la verdad y el amor. Porque es la verdad y el amor en el que, como en una encrucijada universal, todo adquiere
lo que realiza a las personas. sentido. En El, en la unión por amor con El de toda la
Así, el Punto Omega es un foco de atracción y la evolución humanidad, o mejor, de todas aquellas personas que se hayan
toda es la marcha de todo hacia El, a través del hombre,
creación suprema de la evolución. ; P. T. DE CHARDIN, L'avenir de /'hom111e: Oeuvres 5 (Paris 1959), 51.
358 C 11. Esperanzas de futuro
1. El evolucionismo cristiano de Pierre Teilhard de Chardin 359
dejado atraer por su verdad y su amor, se alcanzará la plenitud
ciar así: Todo aquello que contribuye y colabora al proceso
porque El es el fin de la historia.
ascendente de la humanidad hacia niveles de mayor humanismo
Además es que los libros de los cristianos dan a Jesucristo y de mejor realización de los verdaderos valores humanos es
precisamente el calificativo de Alfa y Omega, principio y fin
bueno. Todo aquello que retarda y obstaculiza ese progreso es
de toda la creación. Toda la Teología de S. Juan y de S. Pablo malo. Por consiguiente, todo hombre tiene una obligación mo-
nos hablan de la función de Jesucristo como Fundamento, ral de actuar dentro del eje evolutivo humano para así colaborar
Consumación, Recapitulación, .Plenitud y Fin de la creación a la realización del proyecto de Dios.
entera. «Por una acción perenne de comunión y de sublimación, ¿Cómo será la consumación final en Omega? Cada hombre,
El se agrega el psiquismo total de la Tierra, y cuando así haya al morir, si se ha dejado atraer por la Verdad, el Bien y el
congregado todo y transformado .todo, tomando en un gesto Amor del Punto Omega, en él encontrará la plenitud de . la
final al hogar divino del que nunca ha salido, se volverá a Verdad, del Bien y del Amor. Si, por el contrario, lo ha
cerrar sobre Sí y sobre su conquista. Y entonces, dice .san rechazado se alejará para siempre a las tinieblas exteriores. Esta.
Pablo, <<no habrá más que Dios todo en todos» 6• realidad de poder salvarse o poder perderse para siempre con-.
Es Jesucristo resucitado el verdadero Punto Omega de la fiere a la vida humana y al uso de la libertad una seriedad
evolución.
que sin ella no tendría.
Pero este Jesucristo vive aún en la Tierra y prolonga su La humanidad entera también terminará pero no se puede
acción atractiva en su Iglesia. «La Iglesia es el núcleo en quien saber ni el día ni la hora, ni conjeturar cómo será el fin. Por
y alrededor de quien el Cristo continúa desenvolviendo en el el principio de entropía, la energía tangencial o físico-química
mundo su personalidad totab> 7• «La Iglesia, eje central de con- se degrada y el cosmos tiende a la neutralización de todas las
vergencia universal y punto preciso de encuentro entre el uni- energías, fenómeno que se conoce con el nombre de «muerte
verso y el Punto Omega>> 8• En este sentido, la Iglesia católica, térmica del cosmos». La energía tangencial tiende a cero mien-
que contiene todo el mensaje de Jesús, constituye la religión tras la energía radial o subida de conciencia tiende a infinito.
del futuro. Si la humanidad ha de seguir evolucionando hacia Cómo será la consumación de todo es irrepresentable.
más conciencia será a través del eje erístico. La Iglesia católica Como puede verse, Teilhard es consecuente con su método
tiene derecho a considerarse como la religión del porvenir. La fenomenológico: ver el fenómeno, ver todo el fenómeno, buscar
Iglesia nos transmite la vida divina mediante los sacramentos, un sentido a la realidad que se nos da. Ha recogido los datos
y la palabra de Dios mediante la enseñanza del Magisterio fundamentales de todas las ciencias y ha visto que donde
eclesial. Si la humanidad ha de seguir evolucionando hacia más termina la Física empieza la Química (ciencias de la materia);
conciencia, será a través de ese eje erístico. «Si el cristianismo donde termina la Química empieza la Biología (ciencia de la
está verdaderamente destinado, como lo profesa y lo siente, a vida); donde termina la Biología empieza la Zoología (ciencia
ser la religión del mañana, esto no podrá realizarse más que de los animales); donde termina la Zoología empieza la An-
por el eje vivo y organizado de su catolicismo romano; sólo tropología (ciencia del hombre); donde termina la Antropología
por él puede tomar contacto con las grandes corrientes huma- empieza la Sociología (ciencia de la sociedad); donde termina
nitarias y asimilárselas» 9• la Sociologia empieza la Historia (ciencia del desarrollo evolu-
En estas perspectivas evolucionistas va implicada una pro- tivo humano). Al terminar esta observación metódica sucede
funda norma moral de la acción humana que podríamos enun- que aparece una ortogénesis, un orden sorprendente: a través
6 de inmensas etapas cronológicas, en medio de infinitas vicisi-
7
P. T. DE CHARDIN, Le phénomene h11111ain: Oeuvres 1 (Paris 1955), 327. tudes y tanteamientos, se realiza un proceso ascendente de
P. T. DE CHARDIN, Introd11ction a la vie chrétienne, en Comment je crois:
Oeuvres 1O (Paris 1969), 180. conciencia, es decir, una búsqueda afanosa, aunque lenta de
8
P. T. DE CHARDIN, Commenl je vois, en Les direclions de /'avenir: Oeuvres más verdad y de más bien. La evolución nos lleva, aun res-
11 (Paris 1973), 206. petando nuestra libertad, hacia adelante y hacia arriba. Omega
9
P. T. DE CH.\RDIN, lntroductio11 a la vie chritienne, en Comment je crois: nos atrae hacia El. La evolución es ortogenética porque es
Oeuvres 1O (Paris 1969), 197.
teleológica.
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l
360 C 11. Esperanzas de futuro 2. El personalismo 361

Ahora podemos añadir que hemos encontrado un sentido 2. EL PERSONALISMO


a la vida humana a través de una reflexión filosófica y teológica.
Donde terminan las ciencias empíricas empieza la reflexión El siglo XX pasará a la historia como el siglo del progreso
racional, filosófica, y donde ésta tiene su límite empieza la material rapidísimo e insospechado. Los logros conseguidos en
escucha de la palabra de Dios que es lo que hace la Teología. la racionalización científica, el descubrimiento de la informática
Ahora sabemos de dónde venimos (de Dios-Alfa), sabemos y sus portentosas aplicaciones y tantos otros factores han al-
a dónde vamos (a Dios-Omega), sabemos lo que tenemos que canzado cotas de bienestar material para algunas sociedades
hacer en la vida (realizar el proyecto de Dios y colaborar a como nunca antes habían existido. Por otra parte, éste ha sido
que las personas sean cada vez más personas integrándose en también el siglo de las mayores hecatombes bélicas de la his-
Cristo-] esús). . toria, siglo de las grandes dictaduras, de las deportaciones ma-
Al concluir El fenómeno humano, dice Teilhard: «En esta or- sivas, de los campos de exterminio, de los millones de hombres
denación de valores, he podido equivocarme sobre algunos asesinados y desaparecidos, de la explotación de los países
puntos. Que otros intenten hacerlo mejor». Nosotros podemos débiles por los países poderosos, del hambre en extensísimas
decir que, mientras los «hombres de ciencia>> hacen análisis, regiones, del terrorismo, de la sexomanía, de los millones de
cada vez más minuciosos, ha habido un hombre capaz de abortos, de la drogadicción, etc.
hacer síntesis y que, al estudiar esta magnifica síntesis, se im- A todos estos hechos negativos subyace un denominador
pone a nuestras mentes una coherencia y un orden tal que no común que, sin duda, ha sido la causa radical de tantos males.
puede menos de obligarnos, si somos sinceros, a pensar en humanos: el desprecio a la persona del otro, es decir, la prevalencia
Alguien que ha puesto en marcha el colo.sal proceso evolutivo, del tener, del poder, del placer sobre el ser mismo de la
que misteriosamente lo dirige y que lo llevará a la plenitud. persona.
Después de Teilhard, 'la estructura de la realidad y del Es verdad que, al menos en los .pueblos occidentales, han
cosmos se hace más inteligible y llena de significado, el sentido mejorado en general las formas externas en las relaciones hu-
de la vida humana más claro y más alegre, la acción humana manas, y que casi todos queremos la tolerancia, el respeto y
más justificada, el sentido de la solidaridad más coherente y la convivencia en paz, pero no parece exagerado afirmar que
más necesario, la opción ante Dios más inevitable, los dogmas sigue existiendo una estructura psicológica determinante que es
cristianos más aceptables, la persona de Cristo más grande y el egoísmo. En las sociedades capitalistas del siglo XIX se decía:
más adorable. «Cada uno que mire por sí, y al último que se lo lleve el
Es claro que la síntesis que hemos hecho del pensamiento diablo». En las sociedades del capitalismo avanzado no se dice
de Teilhard es excesivamente densa y esquemática. Requeriría eso, pero se practica. Se practica porque estas sociedades están
explicaciones amplias que aqui no podemos dar. Sólo preten- montadas sobre infraestructuras económicas y la economía ca-
díamos presentar un pensamiento que, partiendo de los datos pitalista es, por esencia, egoísta y crea relaciones frías e inte-
científicos, abre un camino esperanzador y fecundo en conse- resadas. El dios omnipotente de estas sociedades es Mammón,
cuencias humanas. El lector interesado podrá ampliar su co- que exige un culto absoluto y los mayores sacrificios. Subsiste
nocimiento en las muchas buenas monografías que se han un egoísmo extorsionador y exterminador de millones de per-
escrito 10• sonas que viven en la alienación del tener o en el drama de
10
no tener lo necesario.
Entre los innumerables estudios sobre Teilhard son recomendables E. Estas dos realidades innegables, el desprecio a la persona
RIDEAL', La pensée d11 Pe're Teilhard de Chardin (Paris 1965); E. CoLO~!ER, Hombre y el egoísmo, han provocado una reacción que busca la co-
)' Dios al encuentro (Barcelona 1974); P. S~ll"LDERS, La vision de Tei/hard de
Chardin (Paris 1964); C. F. MooNEY, Teilhard de Chardin )' el misterio de Cristo rrección de tales actitudes inhumanas y que, al mismo tiempo,
(Salamanca 1967); C. CL'ENOT, Pierre Teilhard de Chardin (París 1958). abre senderos de esperanza. Se ofrecen en ella a la humanidad
posibilidades de una vida progresivamente más libre, más so-
lidaria y más humana. Es verdad que, hoy por hoy, la supe-
ración del egoísmo y del economicismo capitalista es una utopía.
·I

362 C.11. Esperanzas de futuro 2. El personalismo 363

Pero la utopía tiene un enorme valor en cuanto que mantiene nómico, el social o el político. Otra cosa es el talante liberal
a los hombres en la tensión del todavía no, es decir, en la entendido como respeto del otro, capacidad de diálogo, de
ilusión y el esfuerzo por alcanzar metas mejores. convivencia y de colaboración que en ese sentido todos debe-
Desde principios de este siglo ha aparecido un movimiento mos ser liberales.
filosófico de raíces cristianas que pone en el centro de la Pues bien, como ya indicábamos, entre individualismo y
realidad y del pensamiento a la persona humana. Como hemos colectivismo ha surgido una comprensión mucho más profunda
visto, a lo largo de los capítulos de este libro, las filosofías y completa de la realidad de la persona. Se llama, con nombre
modernas y contemporáneas se han preocupado, por lo general, genérico e impreciso, personalismo. Martín Buber, uno de los
más de conocer si conocen que de descubrir la realidad o, por representantes de esta corriente de pensamiento, escribía pro-
el otro extremo, han sido subjetivistas y voluntaristas. Es hora féticamente en 1942: «Veo asomar por el horizonte, con la
de abandonar tales especulaciones y actitudes estériles y peli- lentitud de todos los acontecimientos de la verdadera historia
grosas y volver la consideración hacia lo más real, lo más humana, un descontento tan enorme cual no se ha conocido
elevado y lo más sagrado que hay en la Tierra que es la jamás. No se tratará ya, como hasta ahora, de oponerse a una
persona humana, con su compleja realidad axiológica. tendencia dominante en nombre de otras tendencias sino. de
Por otra parte, los grandes movimientos sociales de este rebelarse contra la falsa realización de un gran anhelo de co-
siglo han oscilado, como consecuencia de estas filosofías, entre munidad, el anhelo de su realización auténtica [...]. Su primer
individualismo y colectivismo. El liberalismo, hablando en ge- paso ha de consistir en desbaratar una falsa alternativa que ha
neral, daba tanta importancia a la persona singular que no abrumado el pensamiento de nuestra época, la alternativa entre
atendía debidamente a la colectividad. El colectivismo, en su individualismo y colectivismo. Su primera indagación se ende-
versión marxista o en su versión fascista, daba tanta importancia rezará a la búsqueda de la alternativa genuina excluida» 12•
a lo colectivo -la sociedad sin clases, la raza, el imperio- La alternativa genuina excluida y esperanzadora es el perso-
que subordinaba la persona a la colectividad anónima. El co- nalismo, es decir, la valoración y la realización del ser de la
lectivismo fue una reacción y una defensa contra el individua- persona. Los pensadores más representativos de este movimien-
lismo. La inseguridad del individuo aislado le lleva a buscar la to ideológico-práctico, aunque muy distintos entre sí, son: Max
seguridad en lo colectivo, en el partido, en el Estado, en sus Scheler, Ferdinand Ebner, Martín Buber, Emmanuel Mounier,
lideres y a ellos se abandona. Emmanuel Levinas, Jean Lacroix, Maurice Nédoncelle, Paul
Hoy sabemos que tanto el liberalismo individualista como Ricoeur, Gabriel Marcel, Pierre Teilhard de Chardin, Pedro
los colectivismos están fracasados. Ninguno de ellos ha creado Laín Entralgo, Jacques Maritain, Dietrich von Hildebrand, Karol
motivos definitivos para vivfr, luchar y esperar. Wojtyla, Joseph Tischner y otros. Siendo entre sí muy diversos
Al caer definitivamente el marxismo, el profesor norteame- puede adivinarse en todos una cierta inspiración común: el
ricano, de ascendencia japonesa, Francis Fukuyama pensó que reconocimiento de la existencia personal como realidad, a partir
en la sociedad democrática liberal, tal como se encuentra hoy de la cual, la reflexión es posible, y la aceptación de la alteridad
en los países occidentales, la humanidad ha encontrado el punto como exigencia insustituible de la realización personal.
máximo de desarrollo y con ello habría llegado «el fin de la Boecio, en el siglo V, dio una definición metafísica de per-
historia>>, en cuanto que en estas sociedades cesan las contra- sona que ya se ha hecho clásica: naturae rationalis individua subs-
dicciones dramáticas de otros tiempos y no se atisban sistemas tantia (una sustancia individual de naturaleza racional). Esta
alternativos al liberalismo 11 • Por fortuna no es así, el espíritu definición es válida, pero no suficientemente explícita y expre-
y la libertad humana son capaces de infinitas innovaciones en siva. Se podría esperar que los personalistas nos dieran una
busca de más verdad, de más bien, y de más ser. No podemos definición más exacta y comprensiva de la persona. Pero no
admitir el fin y la culminación de la historia en un sistema la dan. Prefieren descripciones fenomenológicas con frecuencia
tan poco humano como el liberalismo, sea el liberalismo eco- imprecisas.
11
F. FUKUYAMA, Tbe End of History and the las/ Man (1992). 12
M. BUBER, ¿Q11é es el hombro? (Méjico 1979), 145-146.
364 C 11. Esperanzas de futuro 2. El personalismo 365

Así, para Mounier la persona es actividad vivida de auto- Martín Buber busca una definición que aleje a la persona
creación, de comunicación y de adhesión que se aprehende y se del individualismo cerrado y monádico, por un lado, y del co-
conoce en su acto como movimiento de personalización. Se revela lectivismo despersonalizante, por el otro. Por eso afirma que «el
como experiencia de una vida personal, como ser espiritual in- hecho fundamental de la existencia humana es el hombre con
dependiente que subsiste por la adhesión libre a una escala de el hombre [...], sólo el hombre con el hombre es una imagen
valores vividos con un compromiso responsable, unifica toda su cabal [...]. Si consideramos el hombre con el hombre veremos
actividad en la libertad y genera, a través de actos creadores, la siempre la dualidad dinámica que constituye el ser humano» 18•
singularidad de su vocación. Es también apertura a los demás Kant, influido por la vaga filantropía de los ilustrados, enun-
y a la trascendencia. Es comunicación, salida de sí, capacidad ciaba, como ya hemos dicho, lo que creía ser un imperativo
de comprender y asumir el destino del otro, de dar y ser fiel, categórico de la conciencia moral con aquella fórmula persona-
de formar comunidad en una primacía del nosotros sobre el yo lista: «Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu
y el tú, de crear una sociedad que sea persona de personas 13• persona como en las de los demás, siempre como fin, nunca
En su obra más conocida, Manifiesto al seroicio del personalismo, se simplemente como un medio» 19• Se le ha considerado, por ello,
aproxima a una definición más rigurosa cuando dice: «Una per- como un lejano predecesor de la tendencia personalista.
sona es un ser espiritual, constituido como tal por una forma Pero ha sido un filósofo materialista y ateo el primero que
de subsistencia y de independencia en su ser>> 14• ha acentuado la importancia de la díada «yo-tú>> como consti-
Más escueta es la definición de otro personalista, amigo de tutiva esencial de la persona, estructura que aceptarán y am-
Mounier, Jean Lacroix: <<La persona es la dueña de sí y el don pliarán los personalistas posteriores. Ludwig Feuerbach es el
de SÍ» 15 •
,., verdadero precursor del personalismo moderno, ya que no com-
Jacgues Maritain, por su parte, distingue entre individuo y , prende la esencia del hombre más que en comunicación con·
persona. El individuo vive sólo para la especie. La persona es, los demás, en la relación yo-tú, en la comunidad: «Yo no existo
además, un fin en sí misma. El individuo nace, crece, se re- sin ti; yo dependo del tú; donde no existe el tú no existe el
produce, continúa la especie y desaparece. La persona no de-
yo (kein du-kein ich)» 2º. «¡No yo, no! Yo y tú, sujeto y objeto,
saparece, es espiritual y, por lo mismo, tiene un fin y un diferentes y, sin embargo, inseparablemente unidos, son el ver-
destino eterno que ella tiene que fraguar con su libertad. «El dadero principio del pensamiento y de la vida, de la Filosofía
ser humano es una persona, es decir, un universo de naturaleza
y de la Biología>> 21 • <<La esencia del hombre está contenida en
espiritual dotado de libertad de elección y destinado a la libertad
16 la comunidad, en la unidad del hombre con el hombre [...],
de autonomía>> • «Cuando decimos que un hombre es una
es el misterio de la vida comunitaria y social, el misterio de
persona, no queremos decir sólo que es un individuo como
la necesidad del tú para el yo [...]. Por eso, el supremo y
lo es un átomo, una espiga de trigo, una mosca o un elefante.
último principio de la Filosofía es la unidad el hombre con;
El hombre es un individuo que se rige por la inteligencia y
por la voluntad; no existe solamente en modo físico sino que
el hombre [...] 22 : «Tú existes solamente si amas; el ser sólo es
ser si es el ser del amor>> 23 • «Solamente es algo quien ama
sobreexiste espiritualmente en conocimiento y en amor, de tal
algo, no ser nada es idéntico a no amar nada. Cuanto más es
forma que, en algún sentido, es un universo por sí, un mi-
crocosmos» 17• uno más ama, y viceversa>> 24 • Las citas podrían multiplicarse
18
13 M. BUBER, ¿Q11é es el hombre? (Méjico 1979), 146-151.
Esta incompleta síntesis del complejo pensamiento de Mounier está 19
l. KANT, G11111dleg1111g z11r Metaphysik der Sitien: Werke, B.4 (Berlin 1922),
inspirada en la que más ampliamente realiza M. MACEIRAS, La realidad personal 287.
en el pensamiento de E. Mo11nier, en J. DE SAHAGÚN LUCAS (edit.), Antropologías 20
L. FEUERBACH, Samtliche Werke (edic. Bolin-Jodl) (Stuttgart-Bad Cannstatt
del siglo XX (Salamanca 1979), 101-124. 2
14 1959), VII, 103.
15 E. MoUNIER, Manifiesto al servicio del personalismo (Madrid 1967), 75. 21
Edic. cit., X, 224.
11
J. LACR01x, Le personalistne (Lyon 1981), 27. 22
Edic. cit., II, 319.
' J. M1\RITAIN, D11 r(~itJJe temporel et de la liberté (Paris 1933), 56. 23
17 Edic. cit., I, 26.
J. l'vLIRJTAIN, Príncipes dime politique h11maniste (Fribourg-Suisse 1989), 188. 24
Edic. cit., II, 299.
366 C.11. Esperanzas de fl1t11fo 2. El personalismo 367
25
indefinidamente • Martín Buber escribe: «Feuerbach ha iniciado tanto recibimos y lo que no se da se pierde. En el «tener>>
ese descubrimiento del tú que se ha calificado de "revolución nos enriquecemos luchando contra los demás; en el «ser>> nos
copernicana" del pensamiento moderno y de "acontecimiento
enriquecemos dándonos a los demás 28•
elemental" tan rico en consecuencia como el descubrimiento Hay muchas formas de comunicación. La más inmediata es
del "yo" que hizo el idealismo y que debe conducir a un
el lenguaje, verdadero milagro de la persona. La costumbre
segundo nuevo comienzo del pensamiento europeo que nos nos hace perder el asombro ante este hecho maravilloso: Con
lleve más allá del principio cartesiano de la Filosofia moderna.
sólo veintitantos signos escritos o bucales, que materialmente
A mí mismo me proporcionó, en mi juventud, el estímulo
decisivo» 26 • no son más que ondas lumínicas o sonoras, lo cierto es que
transmitimos a los demás lo más profundo y valioso que hay
El ateísmo voluntarista que Feuerbach profesaba le arrastra en nosotros, nuestras ideas, nuestros valores, nuestros senti-
a la exageración: «El amor es Dios mismo y fuera de él no hay
mientos; con ellos se enriquecen en lo más profundo de su
dios ninguno. El amor hace al hombre dios y a Dios le hace
27 ser y con sus palabras nos enriquecemos nosotros. Se hace
hombre» • Su famosa obra La esencia del cristianismo se cierra
posible así el diálogo interpersonal. Pero para que este diálogo
con la frase Homo homini deus (el hombre no tiene más dios que
sea fecundo son necesarios largos silencios que posibiliten la
el hombre). Se refiere no al hombre singular, sino al género
reflexión, el estudio y la oración, lo que Hegel llamaba estar
humano. Fue su acierto y su error. Amar a la humanidad es
consigo mismo (bei-sich-selbst-sein). Se requiere también que el
construirla y construirnos como personas. Divinizarla es des-
lenguaje sea veraz porque la veracidad genera confianza y la
truirla y destruirnos como personas porque sólo Dios es Dios.
confianza, escucha y empatía. Sólo con estas condiciones se
La intuición fundamental de Feuerbach es válida y es un
decisivo descubrimiento. Efectivamente, en el orden ontológico, entabla un diálogo auténtico, comunicativo, creativo y enrique-
el ser de mi persona se halla constitutivamente referido al ser cedor. Si no, el diálogo se convierte en un monólogo a dúo
de los otros porque es verdad lo que frecuentemente repite o en frivolidad.
El diálogo requiere también el respeto al otro y a su palabra.
Zubiri en sus obras que el hombre es esencialmente un ser
abierto. En el orden psicológico, el ttí y el nosotros realizan al Sólo si el otro se experimenta respetado como interlocutor,
yo. El encuentro con los otros tiene un carácter eminentemente adquiere conciencia de ser un ttí personal, sólo así toma con-
creador, si se logra que sea un verdadero encuentro. El niño, ciencia refleja de su dignidad. Sólo si experimenta la bondad
primero dice ttí a su padre y a su .madre y sólo cuando ese se confia a la realidad. Así pues, el diálogo, si es auténtico,
ttí es acogido por ellos, el niño toma conciencia de su yo. Dice personifica. No debe ser sólo dialéctica, es decir, intercambio
ttí en el lenguaje afectivo, que es el único con el que puede de ideas, sino una corriente de mutua estima, sin la cual no
expresarse y el único que entiende. Si no encuentra la acogida es fácil la creatividad y el enriquecimiento. La comunión per-
afectiva o la comunicación profunda, el día de mañana será sonal es más que intercambio de ideas.
una persona insegura, o tímida, o angustiada. Pero la comunicación interpersonal no se agota en el diálogo
Entrar en comunicación con otra persona es entrar en yo-tú. Hay otros modos de comunicación como son las ex-
comunión con el ser consciente de sí y, por ello, capaz de presiones artísticas, la relación maestro-alumno, la colaboración
donación de sí mismo y capaz de enriquecimiento indefinido. científica, el deporte, los espectáculos si son honestos y hu-
El ser nos enriquece mientras enriquecemos. Cuanto damos manizadores, etc. Sin embargo, la plenitud de la comunicación
se consigue en el amor, como ya vio Feuerbach. Pero esta
25
Estudia detalladamente las antropologías de Kant y de Feuerbach M. palabra está tan manipulada y es tan compleja que requiere,
CABADA, Feuerbach y Kant. Dos actitudes antropológicas (Madrid 1980); El humanismo ante todo, una clarificación. Aun a riesgo de simplificar el
premarxista de L Fe11erbach (Madrid 1975).
26 problema, parece que puede decirse que hay tres clases de
M. BUBER, ¿Qué es el hombre? (Méjico 1979), 58. Algunas de las frases
de Buber son citas de Karl Heim que Buber hace suyas; cf. K. HEIM, Onto!ogie 28
tmd 27Theolo,gie: Zeitschrift für Theologic und K.irchc, XI (1930), 333. Sobre la historia y el valor de las relaciones interpersonales es muy
Edic. cit., VI, 59. valiosa la obra de P. L\iN ENTRALGO, Teoría y realidad del otro, 2 vols. (Madrid
1961). Cf. también G. MARCE!.., Étre et avoir (Paris 1935).
368 C 11. Esperanzas de fuftlro
l 2. El personalismo

Martín Buber, a quien ya hemos citado, recuerda que la


369

amor: el amor erótico, que es el atractivo instintual, que un


relación interpersonal puede ser doble yo-ello, yo-tú. La relación
hombre siente por una mujer o una mujer por un hombre. yo-ello es la relación del yo con el otro como objeto, es expe-
Es un amor posesivo y excluyente. El quiere que ella sea sólo riencia, posesión o manipulación de «algo», de «alguien>> con-
para él y ella quiere que él sea sólo para ella. Sartre ha analizado vertido en «algo». La relación yo-tú es la relación en sentido
la fenomenología de este amor en L'étre et le néant, con acento pleno, el encuentro entre personas. No significa posesión ni
pesimista, ya que interpreta el amor como conflicto, como manipulación de otro. Significa aceptación respetuosa, presencia
reducción y aun como masoquismo 29 • No es así, pero el eros iluminadora, relación directa sin mediaciones (económicas, po-
sí es a veces ansioso y turbador al mismo tiempo que placen- líticas, eróticas, etc.) que obstaculizarían el verdadero encuentro
tero. Con mucha frecuencia, en nuestras sociedades, cuando se con el tú. Es una relación en que no se limita la libertad de
habla de amor se entiende sólo así como atractivo instintual, nadie, al contrario, se la potencia porque se la pone en acto
que es una manera ínfima de entender el amor humano. Hay para elegir el bien más alto. . .
un segundo y más alto amor, que es lo que comúnmente Así, cuando de verdad digo tú estoy diciendo también yo,·
llamamos amistad. La amistad es una intercomunicación gratuita, el ttí hace al yo; en la intercomunicación, ambos toman con-
cordial, no posesiva porque es abierta, en la que hay un interés ciencia de su ser de personas. En ella nos sentimos conocedores
del amigo por el amigo, que produce un descanso psicológico. y conocidos, amantes y amados, es en ella donde elegimos y
Pero hay un tercer amor que consiste en una actitud oblativa, somos elegidos como sujetos, no como objetos. En esa relación,
desinteresada y gratuita por la cual la persona está siempre yo quiero que tú seas tú, es decir, otro que yo y tú quieres que
disponible a ayudar y a servir a cualquiera que la necesite. Es yo sea yo, otro que tú, sin asimilación mutua. Así formamos
una donación de sí mismo que, al mismo tiempo que realiza un nosotros, una verdadera comunión de personas por lo más
al otro, ya que él se siente estimado y dignificado, misteriosa- profundo de nuestro ser sin perder nada de nuestra singularidad
mente realiza también al que ama. Este amor puede incluir a sino, al contrario, potenciándola. La categoría ontológica que
los anteriores, pero no necesariamente. En él, cuanto más da permite dar razón suficiente del nosotros es el entre, pero la
la persona más es ella misma 30• Teilhard escribe: <da unión verificación más profunda del entre es el amor. Buber llama
diferencia [...]. Sólo el amor, por la buena razón que sólo él también al entre, espíritu.
acoge y une a los seres por el fondo de ellos mismos, es Completamente distinta es la relación yo-ello tan frecuente
capaz -es un hecho de experiencia cotidiana- de llevar a en las sociedades capitalistas. Es una relación de dominio o
plenitud los seres, en tanto que seres, cuando los une>> 31 • de posesión sobre el otro. Se convierte al tú personal y sujeto
Este último amor es el más humano y el más humanizador en un ello objeto, neutro, utilizable, satisfactorio o explotable.
porque, además, es un acto de la libertad. El eros no es libre. Es la relación señor-esclavo, que puede adquirir muchas formas.
Se experimenta o no se experimenta, brota o desaparece sin Reduce o anula la libertad del otro. Es alienante para ·el yo y
intervención ninguna de la libertad. La amistad es semilibre. para el otro. Las personas dejan de serlo y se convierten en
Se puede cultivar pero no se puede imponer. En cambio ayudar, objetos que manipulan o son manipulados, cosificadas. Los
servir, comprender, respetar, dar, perdonar eso siempre está en absolutismos políticos, la explotación económica, los abusos
manos de la persona porque la persona siempre es libre para sexuales son buenos testimonios de la reducción de las personas
realizar los actos del amor, como ágape. a la condición de ello.
Buber, judío de raza y de religión, estudia también nuestra
29
Cf. J. P. SARTRE, L'étre et le néant (Paris 5 1943), Part. III, 431-503. relación con el Tú Absoluto y eterno porque piensa, acertada-
30
Siempre que en el Nuevo Testamento cristiano se habla de amor se mente, que la relación humana yo-ttí no puede cerrarse en sí
utiliza el término griego a')'Úmi cuya significación es exactamente la que
estamos dando. No se utilizan los términos Epoc; o tptA.ía que corresponden misma, al contrario, es un camino hacia el Tú Absoluto. Un Tú
a las otras clases de amor enunciadas; cf. C. SPICQ, Agapé dans le No11vea11 que sea fundamento y término y que por eso dé un sentido
Testament, 3 vals. (Paris 1958-1959). y un valor absoluto a la relación yo-tú. Cada trí individual abre
31
P. TEILHARD DE CHARDIN, Le phénome'ne hnmain: Üeuvres 1 (Paris 1955), una perspectiva hacia el Tú eterno. En cada tú singular se
291-295.
"'-•---.·-~--~~ --··-~ --~-~-

370 C 11. Esperanzas de fi1turo 2. El personalismo 371

encierra la invocación al Tú eterno. Sin un Dios creador, per- siempre al futuro y lo encuentra abierto. La esperanza tiene
sonal y comunicativo del que todos participamos, dificilmente un hálito profético y también un componente de gratuidad.
podríamos comprender y vivir el amor oblativo de manera La esperanza es también un impulso hacia la trascendencia.
permanente. Sólo porque sabemos y experimentamos que Dios Sea o no sea consciente de ello, el hombre, cuando espera,
es Amor oblativo hemos podido conocer y practicar ese amor. busca ser más o, mejor, más ser. Las limitaciones estructurales
La relación yo-llÍ no puede agotarse en una relación humana. de nuestro ser y de cuanto nos rodea, la necesidad incoercible
Sólo se realiza con plenitud en la relación con el Tú-Absoluto. que tenemos de plenitud nos llevan a esperar en un Tú Ab-
Sólo El es definitivamente plenificante porque sólo El es la soluto, un Tú del cual se puede renegar pero no se puede
plenitud de la verdad, del bien y del amor. Sólo de El nace desesperar si se le conoce. «Desde el momento en que me
una esperanza que alienta nuestra existencia. abismo, de alguna forma, ante el Tú Absoluto que, en con-
Es de la esperanza como existencial humano de lo que descendencia infinita, me ha hecho salir de la nada, parece que
debemos decir ahora unas palabras porque los análisis que en me prohíbo para siempre desesperar o, más exactamente, que
este siglo se han hecho sobre la esperanza están muy vinculados atribuyo implícitamente a la desesperación posible un carácter
a la relación interpersonal. Antes que Ernst Bloch en su co- tal de traición que no podría entregarme a ella sin pronunciar
riocido libro Das Prinzjp Hojfmmg (La esperanza como principio), mi propia condenacióm> 33• Así la esperanza no es sólo un
ya Gabriel Marce! había hecho bellos análisis fenomenológicos sentimiento, pertenece a la estructura óntica del ser humano.
sobre la esperanza. Pretendía salir al paso a la filosofia pesiinista En español decimos: «De ilusión también se vive». Se de-
y desesperanzada de Heidegger y, sobre todo, de Sartre 32• bería decir, más bien, «sólo de ilusión se vive». Uno no es
La verdadera esperanza brota del amor personal. Quien ama viejo cuando tiene muchos años sino cuando va perdiendo las
dice: espero de ti y para nosotros, porque lo que se espera esperanzas. Cuando una persona ya no tiene esperanza; psico-
atañe siempre al que espera y a aquel de quien se espera. Es lógicamente está muerta. Por eso decíamos que la esperanza
un nuevo modo de intercomunicación humana y de persona- pertenece a la estructura óntica del ser humano. Pertenece al
lización. La esperanza es un acto de fe en el otro, en su amor. ser de la persona, no al tener: «Sólo los seres enteramente
Por eso, el otro se siente dignificado al experimentar que liberados de las ataduras de la posesión bajo todas sus formas,
alguien confia en él y espera de él. se hallan en disposición de conocer la divina ligereza de la
La esperanza es paciente, confia en lo bueno pero al mismo vida en esperanza>> 34• Marce! reconoce también· que «esta libe-
tiempo acepta y ama la realidad, sea ella la que fuere. Por eso ración, esta exención, está llamada a quedar como el privilegio
el esperanzado vive en disponibilidad a lo real, está abierto a de un pequeño número de elegidos. Los hombres, en su in~
la realidad porque, en cualquier caso, cree en su posible bondad. mensa mayoría, están destinados, según todas las apariencias,
La esperanza no es lo mismo que el optimismo pero incluye a permanecer enredados en las inextricables redes del tener» 35•
1
una confianza serena en lo real. Me indica que puedo triunfar Pero es una urgencia denunciar esa desviación· de lo humano
de todas las decepciones sucesivas y que puedo realizar las y presentar la realidad de la vida en esperanza 36•
Es evidente que hay otras muchas formas de intercomuni-
posibilidades de ser que pide la espera vital. Espera y confianza
cación humana, como ya lo hemos apuntado. Si nos hemos
son los elementos básicos de la estructura antropológica de la
referido a la relación yo-tú, al amor y a la esperanza ha sido
esperanza. El pesimista es impaciente, no tiene fe en la realidad
porque parecen ser las que deberían constituir como la base
y des-espera. Ni rebelión contra la realidad ni aceptación pasiva o estructura fundamental de toda relación humana.
de ella, tal es la fórmula de la esperanza. La esperanza mira
33
32 G. MARCEL, Homo viator (Paris 1944), 63.
Para el terna de la esperanza en Gabriel Marce! son particularmente 34
G. MARCEL, Homo viator (Paris 1944), 82.
interesantes los siguientes escritos: Esquisse d'une phénomenologie et d'une métapf?y- 35
Ibid.
sique de l'espérance, en Homo viator (Paris 1944); Etre et avoir (Paris 1935); Positions 36
Cuanto se ha escrito en la historia del pensamiento sobre la esperanza,
et approches conm'tes du nrystere ontologique (Paris 1933); Le nrystere de l'étre (Paris con valoraciones críticas y sugerentes ideas personales lo ha sintetizado P.
1951); Seguirnos principalmente las ideas contenidas en Homo viator. LAíN ENTRALGO, !.A espera y la esperanza (Madrid 1958).
372 C.11. Esperanzas de fi1turo
3. Hacia una sociedad nueva y mefor 373
Alargaríamos demasiado este capítulo si nos detuviésemos
comprensión, la aceptación, el perdón, la benevolencia, la ho-
en otras dimensiones en las que puede y debe desarrollarse la
nestidad, el respeto para con todos, sólo entonces lograremos
persona. Tales son, en primer lugar, la familia monógama e
indisoluble porque en ella, y más que en ningún otro ámbito, salir del malestar de esta cultura. Nunca realizaremos plena-
se alcanza una comunicación interpersonal, un amor y una mente ese ideal pero lo que importa es caminar hacia él. La
ética del amor así entendido es una ética muy distinta de la
esperanza mutua que construye la personalidad. El amor de
los esposos entre sí, de los padres a los hijos y de los hijos ética burguesa capitalista y de la ética socialista. Es la ética
liberadora por excelencia y la única que puede construir el
a los padres, de los hermanos mutuamente es algo tan necesario
humanismo de mañana y un humanismo para todos, porque
y constructivo para la persona que su presencia, su cualidad
o su ausencia deciden, en gran parte, el futuro positivo o amor y persona van intrínsecamente unidos. El hace que el tú
sea fuente y no un límite del yo. El yo que ama quiere, ante
negativo de la persona. El hogar familiar es una experiencia
todo, la existencia y el desarrollo del tú. Así se constituye el·
única porque en él la persona se siente estimada y amada por
nosotros de amor que supera al nosotros de similitud, o al nosotros
ella misma. O, por el contrario, puede sentirse defraudada y
frustrada en lo más profundo de su ser. de utilidad. Esa experiencia del amor humano siempre temporal
y siempre contingente remite inevitablemente al amor al Bien
Más aún, la familia monógama e indisoluble fundada en el
Total que llamamos Dios. Por eso, cuanto las sociedades se
amor, la ayuda y el respeto, es la célula de la sociedad, de tal
acerquen más a Dios serán más humanas.
manera que, si se vulnera o se destruye la institución familiar,
se provocan gravísimos males sociales. Cualquier observador
imparcial de las actuales sociedades burguesas podrá afirmar 3. HACIA UNA SOCIEDAD NUEVA Y MEJOR
que una gran parte de las contradicciones, los desequilibrios y
los sufrimientos provocados en estas sociedades provienen, co- Las perspectivas de Teilhard de Chardin y las orientaciones
mo de una de sus causas más importantes, de las desarmonías, de los otros personalistas son esperanzadoras porque descubren
de las equivocadas interpretaciones de lo que es la familia, de y defienden el valor de la persona por encima de cualquier
las rupturas familiares, de los hechos antinaturales dentro de otra realidad de este mundo. Como ellos han visto, y lo verá
la familia como es el divorcio, la negación a la transmisión de cualquiera que tenga la mente lúcida y que conozca la historia,
la vida, el aborto, el abandono o la eliminación de los ancianos, lograr un estatuto teórico y práctico para la persona de tal
en suma, otra vez el egoísmo y la prevalencia del tener sobre forma que pueda alcanzar situaciones cada vez más humanas
el ser. Las sociedades de mañana serán lo que sean las familias y humanizadoras es de todo punto imposible si se prescinde
de hoy. Los hombres de mañana tendrán las tablas de valores de Dios. El intento ya está hecho desde la Ilustración y el
morales y religiosos que les transmita la familia de hoy. Por positivismo, y ya está fracasado. La humanidad busca, espera
eso los Estados, en lugar de dar leyes permisivas que atentan y necesita absolutamente a Dios. De lo que se piense de Dios
contra la estabilidad y el amor en la familia, deberían preocu- depende lo que se piense del hombre, de la. sociedad, de la
parse muy seriamente de defender, apoyar y fomentar la unidad economía, incluso de la política. Lo vieron con clarividencia
y la fecundidad de la familia. No lo hacen y sufren las con- dos pensadores tan distintos como Proudhon y Donoso Cortés.
secuencias las sociedades enteras. Donoso Cortés abre su famoso Ensqyo sobre el Catolicismo, el
Como resumen de este apartado queda muy claro que, Liberalismo y el Socialismo con este enunciado: «De cómo en, i:óda
mirando al futuro, se puede asegurar que la única salida espe- gran cuestión política va envuelta siempre una gran . cuestión
ranzada para la humanidad es la vivencia del verdadero amor teológica», y recuerda las palabras de Proudhon en sus Confe-
a las personas, la instauración de un modelo nuevo de sociedad siones de tm revolucionario: «Es cosa que admira el ver de · qué
que los Papas están llamando <<la civilización del amon>. No manera en todas nuestras cuestiones políticas tropezamos siem-
podemos ni debemos renunciar a la capacidad de pensar, pero pre con la teología>> 37 • : ,

sí es cierto que siempre es mefor amar que tener razón. Sólo cuando
las personas nos dediquemos a vivir la ayuda, el servicio, la ·
37
Cf. J. DONOSO CORTÉS, Ensqyo sobre el Catolicismo, el Liberalismo y el
Socialismo, l.I, c.I.
3. Hacia 11na sociedad m1eva y mefor 375
374 C.11. Esperanzas de futuro

Por eso, si se margina a Dios se margina al hombre. Si pensamiento es, en buena parte, la historia del hombre ,en
se da por muerto a Dios se da por muerto al hombre y, busca de sí mismo.
consiguientemente, la vida en la sociedad, en la economía o Pero los cristianos sabemos que, siendo la razón de todo
en la política se satura de contradicciones. Después de que punto necesaria, no es suficiente. La inteligencia y su prolon-
Nietzsche diera por muerto a Dios, los estructuralistas de nues- gación, la razón humana, son inteligencia y razón sentientes,
tro siglo anunciaron la muerte del hombre. como acertadamente ha visto Zubiri. Por· eso son tan limitadas
Se ha comentado mucho la frase de Malraux poco antes y se equivocan tan fácilmente. De ahí que para conocer triás
de su muerte: <<El siglo XXI será religioso o no será en abso- y mejor a la persona sea de todo punto necesario escuchar lo'
luto». Estamos a las puertas del siglo XXI y no se advierten que Dios ha dicho sobre ella. Porque cuando Dios ha hablado
muchos signos de retorno a lo verdaderamente religioso. Y sin a los hombres no lo ha hecho para enseñarnos verdades as-
embargo, por muchas vueltas que se le dé, lo cierto es que tronómicas, biológicas, físicas o de otras ciencias de la natu-
sólo en la religión el hombre encuentra un pleno sentido a la raleza. Eso lo ha dejado a la libre investigación humana. Dios
vida, unos motivos últimos para esperar, trabajar y luchar y nos ha instruido sobre lo que es y lo que debe ser la persona
sólo desde una religión puede fundarse una ética obligatoria humana, y la palabra de Dios ha llegado hasta donde no es
en conciencia, verdaderamente humana y válida para todos los fácil que hubiera llegado la sola razón humana.
hombres, una ética que dé equilibrio y tablas de valores a los La Iglesia católica, pues, ha escuchado a la razón humana
hombres. Cualquier otro intento está avocado al fracaso. tal como se ha desarrollado en la historia y, además, a la
No podemos entrar aquí en un estudio de las diversas revelación divina. Así ha podido ofrecer a todos un humanismo
religiones. Se han hecho muchos y muy buenos y a ellos nos verdadero y esperanzador.
remitimos. El dato histórico es que el cristianismo, y más Resulta imposible hacer aquí una exposición siquiera sea
concretamente el cristianismo católico romano, ha ofrecido a somera de toda la Doctrina Social de la Iglesia. Baste dar algunas
los hombres, desde hace urí siglo, un cuerpo doctrinal sobre orientaciones fundamentales y con ellas abrir la puerta para
la persona en sus diversas dimensiones que constituye el con- que el lector, si quiere, pueda conocer más y mejor el huma-
junto más coherente, más completo que se haya formulado nismo cristiano.
hasta hoy, de principios y valores humanos permanentes, de En primer lugar se parte del principio de la igualdad fun-
criterios de juicio y de orientaciones para una acción social damental entre los hombres ya que todos somos personas
eficaz en orden a que las personas puedan realizarse de la humanas e hijos de Dios. Por naturaleza nadie es superior a
mejor manera posible como personas. Ninguna otra institución, nadie y todos tenemos los mismos valores y derechos funda-
ninguna otra Iglesia, ningún otro partido político ha presentado mentales. Esos valores fundamentales son, entre otros, la li-
un conjunto de documentos que expresen con tanta objetividad, bertad rectamente entendida, la verdad, la justicia, el amor, la
tanto realismo y tanta profundidad lo que es y lo que debe paz. Este principio elimina por sí mismo la justificación de·
ser la persona. El código de documentos que constituyen lo, cualquier dictadura y de cualquier explotación del hombre por
que comúnmente se llama Doctrina Social de la Iglesia constituye, el hombre. Condena toda forma de racismo y de colonialismo
en su conjunto, la más completa aportación a la renovación Y. ya que todos los hombres tenemos una vocación común en
crecimiento de lo humano, por desgracia no suficientemente la vida: la de realizarnos como hijos de Dios aquí y en la
atendida, aunque hoy en franco renacimiento. .· eternidad. Sin esta convicción llevada a la práctica será muy
El Magisterio de la Iglesia católica se ha inspirado para difícil instaurar sociedades más justas y más humanas.
formular esos principios, esos criterios y esas orientaciones, en_ La filiación divina, que proviene del hecho creador y re-
primer lugar, en un análisis racional sobre lo que es la perso- dentor de Dios, fundamenta también la fraternidad humana.
na adecuadamente tomada. Un análisis que ha aprovechado la Sólo si tenemos un Padre común somos hermanos entre no-
sabiduría acumulada a lo largo de los siglos por tantos pen- sotros. No hay otra forma de fundamentar la hermandad entre
sadores, desde los griegos hasta nuestros días, que se han los hombres porque sólo son hermanos los que tiene un mismo
preocupado por descifrar el enigma humano. La historia del padre. Y sólo si nos reconocemos como hermanos podremos
3. Hacia una sociedad nueva y mrjor 377
376 C 11. Esperanzas de futuro

respetarnos y amarnos como tales. Karl Marx cerraba su Ma- a un decoroso nivel de vida, a la seguridad personal, a· la'
nifiesto del Partido Comttnista con la conocida frase: «Uníos, herw buena fama, a la verdad y a la cultura, a dar culto a Dios
manos proletarios». Quería hermanarlos para luchar contra otros según el dictamen de su conciencia rectamente formada, a
hombres, los capitalistas, a los que no consideraba como her-. fundar libremente una familia y a mantener y educar a los
manos. hijos. Tiene, también, derecho al trabajo, a la iniciativa privada,
Del hecho de que somos hijos de Dios y que estamos a la actividad económica, al salario familiar, a la propiedad
redimidos por la sangre y el amor de Jesucristo nace también privada, a asociarse con otros, a elegir el domicilio, a intervenir
la absoluta dignidad de la persona humana. Es verdad que, en la vida pública, a la seguridad jurídica, a la libertad de;
constitutivamente, la persona está estructurada en cuerpo y expresión y de comunicación, etc.
alma y que sólo por el hecho de poseer un componente es- En cualquier caso, todas las Declaraciones buscan la defensa·
piritual que la hace inteligente y libre es ya el ser más digno de la persona singular y la garantía de sus valores frente a ·
de la creación, pero también es verdad que es la filiación divina cualquier poder invasor, incluso frente al Estado, porque la
lo que la eleva a la más alta dignidad y lo que la hace me- persona es anterior al Estado y el Estado tiene que estar al
recedora del máximo respeto. Por estas dimensiones, el hombre servicio de la persona y nunca al revés, a no ser en lo que
posee una vocación irrenunciable, la de realizarse como persona verdaderamente exija el bien común.
y como hijo de Dios. Tiene una estricta obligación de ello. Los deberes y los derechos fundamentales de la persona
Porque tiene obligación de vivir como persona, tiene también no pueden quedar relativizados a las diversas culturas porque,
del derecho de vivir como persona y los demás, la obligación sean las culturas las que fueren, el ser natural de la persona,
de respetar ese derecho. en cuanto tal, es anterior e independiente de todas las culturas.
De ese derecho fundamental nacen los derechos del hombre. El hombre es sociable por naturaleza, ya que la misma
Se han hecho diversas Declaraciones de Derechos Humanos. En naturaleza le impulsa de manera vehemente, constante y uni-
1689 se hace un primer ensayo imperfecto en Inglaterra. En versal a entrar en relación con los otros hombres. La razón
1776 hace una Declaración «el buen pueblo de Virginia>> en última es que el hombre comprende, por una cierta inclinación
EE.UU. La más famosa y conocida fue la de la Revolución natural, que sólo en la comunicación con los demás hombres
francesa, en 1789, que era polémica por el contexto en que puede desarrollar todas sus virtualidades y potencias. Se en-
nació, y que sirvió de pauta a muchas Constituciones políticas cuentra, además, dotado de lenguaje que es un medio maravi-
posteriores como, por ejemplo, a la española de 1812. Pero la lloso de comunicación y enriquecimiento. Pero como el creador
más completa y vigente hoy es la que promulgó la ONU el de la naturaleza de la persona es Dios hay que llamar a Dios
10 de diciembre de 1948. El papa Juan XXIII, en su encíclica autor y creador también de la sociedad civil como tal. Cada
Pacem in terris, del 11 de abril de 1963, hizo también una sociedad se habrá formado luego por concretas circunstancias
solemne Declaración de Derechos Humanos que coincide fun- históricas, pero siempre a impulsos de la naturaleza humana
damentalmente con la de la ONU. Se diferencia de ella en creada por Dios como sociable. Por eso, la sociedad civil debe
que la de las Naciones Unidas no hace referencia a ningún respetar siempre la naturaleza humana, la ley natural, los de-
fundamento último, en cambio Juan XXIII apela a un funda- rechos naturales. Si la sociedad fuese una construcción arbitraria
mento trascendente que es «el orden establecido por Dios», de los hombres, como defendieron Hobbes, Locke o Rousseau,
que en otros términos llamamos ley natural.· «En lo más íntimo entonces todo dependería de sus libres decisiones y las socie-
del ser humano, el Creador ha impuesto un orden que la dades quedarían al arbitrio de las mayorías. La ley natural y
conciencia humana descubre y manda observar estrictamente» 38 • los derechos naturales fundados en ella nos defienden contra
Baste aquí recordar un resumen de los derechos que di- tales abusos.
manan del derecho fundamental de vivir como persona: toda El fin de la sociedad civil es el llamado bien común. Este
persona tiene derecho a la existencia y a la integridad corporal, consiste en que cada persona encuentre en la sociedad todos
los medios necesarios para realizarse plenamente como persona.
38
Encíclica Pacem in Inris, n.5. Por tanto incluye, en primer lugar, los bienes espirituales y
3. , _.•ia una _.<dad r.. y mqi 37.
37b ...... 11. b,y(ranZfZS "•Jufuro

morales que son, sin duda, los más específicos y valiosos de La Doctrina Social de la Iglesia ha defendido siempre el llamado
la persona. Por supuesto que incluye también los bienes refe- principio de subsidiaridad que dice que el Estado debe respetar;
rentes a la cultura, a la sanidad, a los medios de comunicación, fomentar y ayudar las iniciativas privadas, en cualquier . área,
a los medios de sustentación material, a habitación, etc. Por mientras sean honestas y no vayan contra el bien común, y
eso, la sociedad y el Estado, que es su gestor, no conceden realizar él subsidiariamente lo que los particulares no pueden
ningún privilegio si ayudan a las instituciones religiosas que hacer, o de hecho no hacen, y sea necesario para el .bien
fomentan los valores espirituales y morales de una sociedad. común. El Estado, pues, no debe ser absorbente ni centrali-
No hacen sino cumplir con un deber. zador, ni la sociedad debe pedir al Estado lo que ella pueda
La constitución de la sociedad requiere dos componentes: hacer. Un caso concreto de iniciativa privada, que el Estado
pluralidad y unidad. La pluralidad es el conjunto de individuos debe respetar y ayudar, es el derecho de los ciudadanos a
y familias que viven en sociedad, pero ésta no queda constituida enseñar a otros y a establecer centros docentes no estatales.
más que cuando todos los miembros quedan vinculados por El monopolio docente del Estado es una violación de su de- ·
una estructura política que les conduce y, si es preciso, les recho.
obliga a cooperar al logro del bien común. Esa estructura es Como los primeros documentos de la Doctrina Social de
la autoridad que, generalmente, llamamos Estado. El Estado, la Iglesia (encíclica Rerum novarum de León XIII, 1891; encíclica
pues, es el servidor de la sociedad, está subordinado a ella y Quadragesimo anno de Pío XI, 1931) aparecieron principalmente
tiene como misión conducir a todos y cada uno de sus miem- por la llamada «cuestión social>>, es decir, los conflictos y en-
bros hacia el bien común. Por lo mismo, el Estado debe frentamientos de clases por el desarrollo capitalista, se planteó
respetar y ayudar las iniciativas privadas, mientras no vayan inmediatamente la pregunta por el destino universal de los
contra el bien común, ya que la sociedad es anterior al Estado bienes de la Tierra. El proyecto de Dios legislador y providente
y la persona, anterior a la sociedad. Debe respetar también las es que toda persona humana pueda vivir con la dignidad que
llamadas «sociedades intermedias», es decir, aquellas organiza- le corresponde como persona. Ahora bien, el hecho real es
ciones de personas anteriores al Estado que miran por los que, en el siglo XIX y en el XX, los bienes de la Tierra han
intereses de determinados grupos sociales, así, por ejemplo, las estado y están injustamente repartidos, que muchos millones
regiones, los municipios, los colegios profesionales, las asocia- de hombres no disponen de los bienes suficientes para llevar
ciones industriales, comerciales, culturales, religiosas, deportivas, una vida digna y, lo que es peor, tienen que sufrir la carencia
etcétera, que nacen de circunstancias históricas o de la iniciativa de lo más elemental y morir de hambre. Entretanto, otros
privada. De esta manera se limita también el poder del Estado viven en el abuso, con frecuencia escandaloso, de las riquezas.
y se evita el absolutismo. Es lo que llamamos lujo. Pero el lujo es inmoral porque la
La familia es la primera institución natural, principio, fun- propiedad privada tiene una necesaria función social, es decir,
damento, y garantía de estabilidad y continuidad de la sociedad que si es verdad que las personas tienen derecho a la propiedad
civil, como hemos dicho antes. En la familia nacen los hijos de los bienes de consumo y de los bienes productivos, deben
y si la familia está debidamente constituida, fundada en la ejercer esa propiedad no como dueños absolutos sino como
autodonación de una mujer a un hombre y de un hombre a administradores según el proyecto del Señor absoluto que sólo
una mujer, de manera perpetua e irreversible, que es lo que es Dios. Y Dios quiere que todos los hombres vivan conforme
exige el verdadero amor, entonces se forma el hogar, es decir, a la dignidad de su naturaleza. Pero, además, es directamente
el ámbito afectivo en el que se hace posible el desarrollo contra el amor fraterno abusar de la propiedad y de los bienes,
normal y equilibrado de las personas. La familia monógama e mientras otros hermanos perecen de hambre, de frío o de en-
...
indisoluble es la célula de la sociedad y la sociedad y el Estado fermedades.
deben protegerla y favorecerla porque lo que sea la familia De ahí también que la Doctrina Social de la Iglesia insista
será la sociedad. De ahí la enorme importancia de que todos tanto, últimamente, en la solidaridad entre los hombres y entre
los componentes sociales, y principalmente el Estado, proteja los pueblos, entre los países ricos y los países pobres, entre
hoy y ayude la estabilidad y fecundidad de la familia. los pueblos generalmente ricos y aun opulentos del hemisferio
3. Hacia una sociedad m1eva y mefor 381
:ni O C.11. Esperanzas de futuro
Pero es verdad también que ha hecho del hombre contem-
Norte y los pueblos pobres y subdesarrollados del hemisferio
poráneo un gigante en el mundo físico a costa de reducirle a
Sur. En nuestros días es particularmente urgente poner en
práctica lo que se ha dado en llamar el principio de solidaridad. un enano en el mundo espiritual y sobrenatural. Riqueza cre-
Por fin, y prescindiendo de otras muchas ideas y principios ciente en el orden técnico y puramente exterior, y vacío interior,
de la Doctrina Social de la Iglesia que se encontrarán en los indigencia espiritual, agnosticismo, carencia de sentido de la
manuales específicos, diremos que esta Doctrina se inclina por vida, caos moral en las realidades más profundas de su ser
una concepción orgánica de la sociedad. Ya hemos hecho alu- que son las del espíritu. Experto y especializado en la técnica
sión a la importancia de las sociedades intermedias entre el y en las ciencias de la materia y analfabeto en las ciencias
cuerpo social y el Estado. En ellas, y a través de ellas, puede humanas del espíritu y de los fines señalados por Dios a la
humanidad. El hombre secularizado es un homo faber, olvidando
hacerse efectivo el derecho de participación en la vida pública
que tiene cualquier ciudadano, y es un modo de hacer realidad que antes que eso debe ser un homo sapiens. De alú la anemia
espiritual de los pueblos. El hombre completo es una y otra
también el principio de subsidiaridad.' En una sociedad donde
las sociedades intermedias estén debidamente articuladas y vi- cosa. Pío XII dijo ya que «el hombre moderno que no se
gentes se hará imposible el autoritarismo del Estado, que es siente vinculado esencialmente a lo eterno, cae en la adoración
su permanente tentación. Las dictaduras han sido posibles cuan- de lo finito» 40 • Es su más grave alienación.
Sólo le queda a la humanidad un recurso: el retorno a Dios,
do han logrado eliminar o anular estas sociedades intermedias
a su palabra y a su Iglesia, aunque de manera distinta a como
y el Estado se ha quedado solo y omnipotente frente al pueblo
fue en otros tiempos. Subsiste la esperanza de que esto suceda
masificado e indefenso.
porque el ser gravita hacia la unidad, la verdad y el bien.
Como ya hemos dicho, no queríamos aquí hacer una ex-
posición completa, ni mucho menos, de la Doctrina Social de la 40 Pío XII, Leva lemsa!em, 4, en Discorsi e Radiomessa¡,gi di Sua Sanlila Pio X!!,
Iglesia. Sólo pretendíamos hacer ver que en rriedio de las crisis t.XIX (Roma 1940ss).
axiológicas e ideológicas de hoy, a pesar del relativismo y
escepticismo ambiental, a pesar del materialismo y del prepo-
tente economicismo que domina las sociedades «avanzadas»,
existe aún la luz suficiente como para poder, si se quiere,
construir un humanismo mejor, un humanismo en el que la
persona sepa, quiera y pueda vivir como persona 39•

* * *
El proceso de secularización, que se originó en el siglo XIV
y que se ha desarrollado hasta los finales del segundo milenio,
ha aportado indudables progresos a la humanidad porque, su-
ceda lo que sucediere, la historia de la humanidad siempre
tiene como resultante final un crecimiento en la verdad y en
el bien.
39
Como obras de consulta sobre la Doctrina Social de la Iglesia son
recomendables A. A. CL'ADRÓN (edit.), Mant1al de Doctrina Social de la Iglesia
(Madrid 1993); J. I. CALVEZ, La ensetlanza social de la Iglesia (Barcelona 1991);
I. CA~fACHO, R. RINCÓN, G. H1GL'ERA, Praxis cristiana. 3. Opción por la j11sticia
)' la libertad (Madrid 1986); J. L. GLTIERREZ, lntrodt1cción a la Doctrina Social de
la Iglesia (foledo 1993); F. Gt.:ERRERO, Doctrina Social de la Iglesia. C11rso de
lntrod11cción (Avila 1992); I. C.\).L\CHO, Crryentes en la vida pública (Madrid 1995).
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_jf,.

_)

SE TERMINO DE IMPRIMIR ESTE VOLUMEN DE <<GENESIS, ESTRUC-


TURA Y CRISIS DE LA MODERNIDAD», DE LA BIBLIOTECA
DE AUTORES CRISTIANOS, EL DÍA 4 DE OCTUBRE
DEL AÑO 2003, FESTIVIDAD DE SAN FRAN-
CISCO DE ASIS, EN LOS TALLERES DE
SOCIEDAD ANÓNIMA DE FO-
TOCOMPOSICIÓN, TALI-
SIO, 9. MADRID

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

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